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Sapiens

08 NOV 2013 20:24 hEvolución y educación

Educación y evolución (5)


La planetización como estrategia de organización económica y social se hace
irreversible y el concepto espacio poco a poco desaparece como consecuencia de
la información continua y continuada. La diversidad se comprime y con ello puede
llegar la homogeneidad que no beneficia las estrategias adaptativas de especie.

Una educación planetizada no garantiza el éxito. Compartir una lengua común,


saber leer, escribir y entender, nos ayuda a aumentar nuestra conciencia humana,
pero si la educación no contribuye a incrementar nuestra conciencia de manera
crítica es probable que no nos sirva de mucho.

La pérdida de creatividad por atomización planea sobre las sociedades postindustriales

La revolución científicotécnica hace complejo el conocimiento y limita la capacidad


personal de entender los mecanismos que aseguran la vida de las personas. La
educación debe cambiar sus planteamientos y un nuevo humanismo tecnológico
tiene que estar en la base conceptual de lo que aprendemos para mejorar e
incrementar la sociabilidad del sistema.
Con la última de las revoluciones evolutivas un sueño progresista se podrá
cumplir: que todo el mundo humano tenga los conocimientos elementales que se
producen con la alfabetización. Posiblemente, el desarrollo tecnológico, la
sociedad digital de la información y la comunicación en redes permitan la
aceleración de los procesos de especie ligados a la cultura universal y de todos.

La educación es la fuente del conocimiento social y necesita el apoyo de todas las


formas de sociabilidad, por lo que no se puede ignorar el valor de los instrumentos
y su uso sistemático o adecuado. Nunca se había comunicado tanto el sistema
humano, nunca se había producido un intercambio de información tan
exponencial, nunca se había sabido tanto y, por lo tanto, nunca había existido una
sociedad humana tan educada.

Comportamientos singulares
Por lo que estamos admitiendo, seguramente está llegando la hora de una
educación crítica de especie donde los contenidos que se vierten tanto en
comportamientos como en conocimientos no pueden olvidar la diversidad y admitir
la poca resolución que puede llegar a tener una educación uniformizada y
uniformizante.

La pérdida de la diversidad educativa como concepto social puede retraer los


comportamientos singulares que tanto han ayudado en los planteamientos
colectivos. La pérdida de creatividad por atomización planea sobre las sociedades
postindustriales. Debemos estar alerta al posible empobrecimiento cultural y de
especie.

La percepción que el aumento de conocimiento y su extensión nos debe permitir


mejorar socialmente tiene que someterse a una perspectiva crítica alejada de los
planteamientos repetitivos y demarcadores que pueden evitar la capacidad de
desarrollo y creatividad espacio-temporal que antes había caracterizado nuestro
propio proceso evolutivo.

Las ventajas de una educación planetizada no nos pueden hacer olvidar  la


capacidad individual de producción de ideas y cultura. Este planteamiento nos
permite entender la individualidad colectiva y tanto la cultura como la educación de
especie tienen que estar al tanto de esta posibilidad evolutiva.

https://www.elmundo.es/blogs/elmundo/sapiens/2013/11/08/educacion-y-evolucion-5.html
Evolución y educación

Evolución y educación (y 6)

La educación no puede continuar situándose en las escalas de valores sociales
como una manera de adaptarse a través de tal o cual cultura. La revolución
cientificotécnica ha hecho saltar por los aires conceptos que hasta ahora han
tenido un valor operativo crucial, pero que, en mi opinión, no han sido analizados
desde una perspectiva evolucionista.

A mi modo de ver, el concepto educar tiene que vertirse dentro del de vivir
críticamente, en y con el futuro. La complejidad ha invadido nuestro quehacer a la
vez que la incertidumbre se ha apoderado de la especie. Este es el resultado de
un cambio exponencial y de la incapacidad de educar y preparar a la especie para
adaptarse al ámbito cientificotécnico.

Hemos de ser capaces de utilizar el conocimiento y el pensamiento para no


desconcertarnos con los cambios que nosotros mismos hemos acelerado con la tecnología
de la información

Si no construimos unos objetivos de especie claros, no podemos dirigirnos hacia


ellos y, consecuentemente, no somos capaces de articular un concepto de
educación que integre los conocimientos del pasado en la evolución y en las
revoluciones del futuro. El concepto "persona" en un clima de conciencia crítica de
especie debe ser revisado.
Si alrededor del fuego fuimos capaces de concebir un lenguaje rico en matices, y
hacer el aprendizaje intergeneracional que nos condujo a la aceleración de la
humanización, ahora hemos de ser capaces de utilizar el conocimiento y el
pensamiento para no desconcertarnos con los cambios que nosotros mismos
hemos acelerado con la tecnología de la información.

La finalidad de la educación de especie es convertir los procesos sociales en


acciones encaminadas a la humanización. Esto es la capacidad de comprender el
hecho humano como algo transformador que acerca a los primates humanos a
una manera distinta de adaptarse al medio natural, propiciando un medio histórico
en conocimiento y pensamiento.

Un proyecto consciente e integrado


Si educar a la especie fue la capacidad de socializar el alfabeto, probablemente en
el siglo XXI, la educación tiene que fundirse en este cambio de fase humano con
el propio progreso social del Homo sapiens para convertir la educación en un
proyecto consciente e integrado. De lo contrario, perderá su valor operativo y
global que tuvo siempre.
Es un desafío realmente interesante pensar que podemos educar de otra manera,
con conciencia y planificación, aunque lo que viene nos sea desconociendo.
Precisamente, esto no nos debe desconcertar, al contrario, la incertidumbre puede
planificarse auque no gestionarse debido al alto grado de complejidad creciente.

https://www.elmundo.es/blogs/elmundo/sapiens/2013/11/16/evolucion-y-educacion-y-6.html

Eudald Carbonell
El arqueólogo y director del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES),
codirector del Proyecto Atapuerca, nos guía por el apasionante viaje hacia los orígenes del ser
humano y las raíces evolutivas de nuestra naturaleza, a su vez buscando el futuro.

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