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ENFRENTAMIENTO JURISDICCIONAL EN 1606

ENTRE EL CONCEJO DE MURCIA Y EL DE


ALCANTARILLA: UN FRAUDE EN EL PAGO DE
MILLONES
Carmen M .a Cremades Griñán
Prof. de la Universidad de Murcia

La rica y sugestiva p an orám ica hacendística del Antiguo Régimen plan­


tea n u m erosas cuestiones de diversa índole que atraen la curiosidad del
investigador ávido p or con sid erar pequeñas noticias que c om p on en todo un
mosaico de u na sociedad dorm ida en el tiem po y que gracias a la H istoria
se llena de d inam ism o y puede ser recom puesta. L a compleja recaudación
de im puestos sobre el co nsu m o , tanto las alcabalas, millones, com o los
arbitrios, suponían una ardu a tarea en la que tanto recau dad ores com o
com erciantes podían avo c a r al delito La justicia resuelve, juzga p ro n ta ­
mente e im pone la p ena co rrespo ndien te, la cual siempre engloba una
cantidad m onetaria, d estinada por partes iguales al de nunciante, al Concejo
y a las penas de C ám ara del Consejo S u prem o de Castilla 2.
La jurisdicción entre diversos A yuntam ientos era independiente siem­
pre que los hechos no co ncerniesen a la m onarquía o a los intereses p ro­
pios de ella. En esta situación le atañía al Corregidor que le perteneciese
jurídicam ente ese territorio. En el caso concreto de la villa de Alcantarilla,
con un C oncejo propio, se debía de recurrir a M urcia si la causa juzgada
competía al C orregidor 3. Concerniente a esta tipificación eran los delitos
contra la H ac ie n d a Real, y esta idea nos trae a colación un pleito surgido
entre un cose c he ro de vid y el Concejo de Alcantarilla.
En la visita de bodegas realizada en enero de 1606 por el alcalde m ayor,
licenciado Juan R am ón , ju n to con el arrend ad or del im puesto del derecho
de millones y el p ro c u ra d o r de causas fue descubierto un fraude realizado
por Diego Riquelme H u rta d o de 36 años, de oficio labrador. E ste delito
consistió en la ocultación de 83 arrobas de vino contenidas en tres vasos, al
declarar el cóm pu to total del valor de la co secha, la cual ascendía a 257
arrobas distribuidas en quince vasos.
El p ro ceso c o m enzó el 23 de enero de 1606 ante el citado alcalde m a­

1. TO M A S Y V A L IE N T E , F.: E l d erech o p e n a l en la m on arqu ía a b so lu ta , Madrid,


1969, pág. 203.
2. N ov. R ecop.: X II, 12.
3. C A ST IL L O D E B O V A D IL L A : P olítica p a ra corregidores y señ ores de va sa llo s en
tiem p o s de p a z y d e g u e rr a , V o. II, R eedición de 1978, pág. 612.

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yor, que po steriorm ente sería sustituido por D am ián Díaz. En la denuncia
Cristóbal H u rta d o acusó al susodicho Diego Riquelm e por « escurecer la
verdad» y h a b e r com etido un delito digno de punición y castigo. El proceso
fue interrum pido unos meses, desde enero h asta octubre. El incidente m o­
tivó un sob orno en que incurrió el p ro c e sa d o al entregarle doce reales al
p ro curad or de causas, Cristóbal H u rta d o , con el fin de que no continuase
el juicio.
De nuevo prosiguió al ser nom brado el n uevo alcalde m ayor ya citado,
co no ced or del delito de cohecho, tal com o lo declaró en las actuaciones
p racticadas el 17 de octubre del año referido 4. T ras la prueba testifical en
la que declararon Juan de Albornoz, de 45 año s, y F abián M artínez de 40
años, arre n d a d o r este último del im puesto sobre el vino, vinagre, y aceite.
A m bos relataron la visita de inspección que en su día habían efectuado a
las bodegas para con trolar los fraudes que se cometían.
Días más tard e, el 22 de octubre, Ginés Balibrea c o m o alguacil m ayor,
notificó la d etención de Diego Riquelme y la entrega de éste a Luis de
A unión, alcaide de la cárcel. Sin em bargo, el p ro ce sa d o no había sido aún
oído, po r lo cual dirige un escrito en el que pide justicia. A partir del 27 de
octubre se aceleran los trám ites y el procedim iento continúa de un modo
muy interesante. Ginés de Balibrea acusó crim inalm ente a Diego Riquelme
ya que «el suso dicho con poco tem o r de Dios, nu e stro señor y en gran
cargo de su conciencia y m enosprecio de la real justicia, contraviniendo las
leyes e pragm áticas de su M agestad y su real Cédula que trata de la octava
parte del vino perteneciente a su Magestad» 5. Por lo que pide y suplica
que se le condene.
E sta causa desde el com ienzo tan sólo es llevada por una de las dos
partes. Es notorio cóm o sólo intervienen testigos que com o ya se ha visto
son en cierto modo parte interesada. De esto se lam entaba el pro cesado al
estar preso ya veinte días, com entan do «porque soy onbre onrrado, buen
christiano de buena vida, fama y costum bre» 6. E sta súplica fue atendida y
dos días más tarde Ginés de san Juan, en nom bre del alguacil m ayor p re ­
sentó cinco testigos a los cuales se les interrogó sobre cinco preguntas,
estructu radas de la siguiente forma: la prim era de ellas, se refería a decla­
rar si tenía conocim iento de las partes del litigio y del desarrollo de los

4. D iego Riquelm e había ofrecido «ciertos dineros» y sedición al citado Cristóbal Hur­
tado, procurador de núm ero, para que no sigu iese esa denunciación «por cuya causa se ha
dejado de fen escer y acavar esta causa». Auto leído el 17 de octubre de 1606 (A .M .M . Legajo
n.° 2011).
5. N o v . R ecop.: VI 10,2.
6. Auto de D iego Riquelm e del 16 de noviem bre de 1606 (.Ib íd e m , Legajo n.° 2011). Ante
la situación sufrida por el detenido apeló a la dicha causa ante el con cejo de Murcia, com o lo
declara el 9 de diciem bre por m edio del procurador elegid o para que le represente en la vista.

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acontecim ientos. L a segunda y tercera cuestión eran m uy similares y con­
cernían al fraude en sí, n úm ero de arrobas declaradas y las ocultas. La
cuarta, quizá fuera la que requería m ayor veracidad, pues, se cen tra b a en
la realización del delito de cohecho. La quinta era com o un enfoque total y
general de lo cu estionado, bajo las prem isas de veracidad p or estar bajo
juram ento.
De los testigos citados para declarar, tres ya lo habían hecho el 17 de
octubre. Po r ello interesa sob reto do las declaraciones de Luis P ach eco , de
46 años, el cual «no es pariente, ni enemigo de ninguna de las partes».
R econociendo que él m ism o fue interm ediario entre F abián y Cristóbal al
cual le hizo entrega de 12 reales. Junto a este testigo declaró un primo
herm ano del en ca u sa d o , llamado G onzalo Riquelme, de edad 62 años.
Com o en el anterio r la contestación a la tercera pregunta es la más im por­
tante p uesto que trató con el a rrendatario para que no continuase el pro­
ceso.
En la sentencia se c ond en ó a Diego Riquelme a que restituyese e n te ra ­
mente lo debido a los arrendatarios de la sisa. L a firma del fallo se hizo en
25 de noviem bre de 1606. A ctuaron com o testigos Juan de Solves y F r a n ­
cisco de A lbornoz, vecinos de Alcantarilla.
Dos días más tarde la causa fue pre se nta da ante los diputados de millo­
nes perten ecientes al C oncejo de M urcia, alegando que anteriorm ente ya se
había recurrido y a p e sa r de ello el tribunal municipal de la villa de Alcan­
tarilla había dictado sentencia en contra de la norm ativa vigente 7. La
libertad solicitada fue concedida bajo la entrega de fianzas, las cuales
«obliguen de dallo preso cada y quando le sea m andado p or esta diputación
u otro juez co m petente». C om o testigos firmaron la sentencia F rancisco
N o m a to n e s, vecino de M urcia y Jurado, Ginés de H u rtad o , vecino de
Alcantarilla. Siendo P edro Jaén escribano, que dio fe del m encionado acto.
T odo lo ex p u e sto es un b reve acontecim iento dentro de u na organiza­
ción caótica y com pleja que d em u estra una vez más las num ero sas diferen­
cias judiciales y a la vez la influencia que ejercían las personas que deten­
taban un cargo en la administración del Concejo.

7. «En B eintidos de octubre d este año fui preso y lo estado de presente lo estoy y
aviendo alegado de mi justicia y apelado de la dicha causa y de la ynjusta prisión para ante
v ecin os en diez y siete de nobienbre y en beynte dias del dicho m es, aberm e presentado ante
vra. señoría y librado su m andam iento com pulsorio y citatorio bajo ciertas penas y abiendole
presentado y requerido en el beintidos del dicho m es con stán d oles a el dicho alcalde m ayor y
a los dem as nom brados que la dicha causa pendiente ante vuestra señoría en dicho grado.
(A .M .M . Legajo n.° 2011).

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