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Enfrentamiento Jurisdiccional Entre El Concejo de Murcia y El de Alcantarilla en 1606
Enfrentamiento Jurisdiccional Entre El Concejo de Murcia y El de Alcantarilla en 1606
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yor, que po steriorm ente sería sustituido por D am ián Díaz. En la denuncia
Cristóbal H u rta d o acusó al susodicho Diego Riquelm e por « escurecer la
verdad» y h a b e r com etido un delito digno de punición y castigo. El proceso
fue interrum pido unos meses, desde enero h asta octubre. El incidente m o
tivó un sob orno en que incurrió el p ro c e sa d o al entregarle doce reales al
p ro curad or de causas, Cristóbal H u rta d o , con el fin de que no continuase
el juicio.
De nuevo prosiguió al ser nom brado el n uevo alcalde m ayor ya citado,
co no ced or del delito de cohecho, tal com o lo declaró en las actuaciones
p racticadas el 17 de octubre del año referido 4. T ras la prueba testifical en
la que declararon Juan de Albornoz, de 45 año s, y F abián M artínez de 40
años, arre n d a d o r este último del im puesto sobre el vino, vinagre, y aceite.
A m bos relataron la visita de inspección que en su día habían efectuado a
las bodegas para con trolar los fraudes que se cometían.
Días más tard e, el 22 de octubre, Ginés Balibrea c o m o alguacil m ayor,
notificó la d etención de Diego Riquelme y la entrega de éste a Luis de
A unión, alcaide de la cárcel. Sin em bargo, el p ro ce sa d o no había sido aún
oído, po r lo cual dirige un escrito en el que pide justicia. A partir del 27 de
octubre se aceleran los trám ites y el procedim iento continúa de un modo
muy interesante. Ginés de Balibrea acusó crim inalm ente a Diego Riquelme
ya que «el suso dicho con poco tem o r de Dios, nu e stro señor y en gran
cargo de su conciencia y m enosprecio de la real justicia, contraviniendo las
leyes e pragm áticas de su M agestad y su real Cédula que trata de la octava
parte del vino perteneciente a su Magestad» 5. Por lo que pide y suplica
que se le condene.
E sta causa desde el com ienzo tan sólo es llevada por una de las dos
partes. Es notorio cóm o sólo intervienen testigos que com o ya se ha visto
son en cierto modo parte interesada. De esto se lam entaba el pro cesado al
estar preso ya veinte días, com entan do «porque soy onbre onrrado, buen
christiano de buena vida, fama y costum bre» 6. E sta súplica fue atendida y
dos días más tarde Ginés de san Juan, en nom bre del alguacil m ayor p re
sentó cinco testigos a los cuales se les interrogó sobre cinco preguntas,
estructu radas de la siguiente forma: la prim era de ellas, se refería a decla
rar si tenía conocim iento de las partes del litigio y del desarrollo de los
4. D iego Riquelm e había ofrecido «ciertos dineros» y sedición al citado Cristóbal Hur
tado, procurador de núm ero, para que no sigu iese esa denunciación «por cuya causa se ha
dejado de fen escer y acavar esta causa». Auto leído el 17 de octubre de 1606 (A .M .M . Legajo
n.° 2011).
5. N o v . R ecop.: VI 10,2.
6. Auto de D iego Riquelm e del 16 de noviem bre de 1606 (.Ib íd e m , Legajo n.° 2011). Ante
la situación sufrida por el detenido apeló a la dicha causa ante el con cejo de Murcia, com o lo
declara el 9 de diciem bre por m edio del procurador elegid o para que le represente en la vista.
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acontecim ientos. L a segunda y tercera cuestión eran m uy similares y con
cernían al fraude en sí, n úm ero de arrobas declaradas y las ocultas. La
cuarta, quizá fuera la que requería m ayor veracidad, pues, se cen tra b a en
la realización del delito de cohecho. La quinta era com o un enfoque total y
general de lo cu estionado, bajo las prem isas de veracidad p or estar bajo
juram ento.
De los testigos citados para declarar, tres ya lo habían hecho el 17 de
octubre. Po r ello interesa sob reto do las declaraciones de Luis P ach eco , de
46 años, el cual «no es pariente, ni enemigo de ninguna de las partes».
R econociendo que él m ism o fue interm ediario entre F abián y Cristóbal al
cual le hizo entrega de 12 reales. Junto a este testigo declaró un primo
herm ano del en ca u sa d o , llamado G onzalo Riquelme, de edad 62 años.
Com o en el anterio r la contestación a la tercera pregunta es la más im por
tante p uesto que trató con el a rrendatario para que no continuase el pro
ceso.
En la sentencia se c ond en ó a Diego Riquelme a que restituyese e n te ra
mente lo debido a los arrendatarios de la sisa. L a firma del fallo se hizo en
25 de noviem bre de 1606. A ctuaron com o testigos Juan de Solves y F r a n
cisco de A lbornoz, vecinos de Alcantarilla.
Dos días más tarde la causa fue pre se nta da ante los diputados de millo
nes perten ecientes al C oncejo de M urcia, alegando que anteriorm ente ya se
había recurrido y a p e sa r de ello el tribunal municipal de la villa de Alcan
tarilla había dictado sentencia en contra de la norm ativa vigente 7. La
libertad solicitada fue concedida bajo la entrega de fianzas, las cuales
«obliguen de dallo preso cada y quando le sea m andado p or esta diputación
u otro juez co m petente». C om o testigos firmaron la sentencia F rancisco
N o m a to n e s, vecino de M urcia y Jurado, Ginés de H u rtad o , vecino de
Alcantarilla. Siendo P edro Jaén escribano, que dio fe del m encionado acto.
T odo lo ex p u e sto es un b reve acontecim iento dentro de u na organiza
ción caótica y com pleja que d em u estra una vez más las num ero sas diferen
cias judiciales y a la vez la influencia que ejercían las personas que deten
taban un cargo en la administración del Concejo.
7. «En B eintidos de octubre d este año fui preso y lo estado de presente lo estoy y
aviendo alegado de mi justicia y apelado de la dicha causa y de la ynjusta prisión para ante
v ecin os en diez y siete de nobienbre y en beynte dias del dicho m es, aberm e presentado ante
vra. señoría y librado su m andam iento com pulsorio y citatorio bajo ciertas penas y abiendole
presentado y requerido en el beintidos del dicho m es con stán d oles a el dicho alcalde m ayor y
a los dem as nom brados que la dicha causa pendiente ante vuestra señoría en dicho grado.
(A .M .M . Legajo n.° 2011).
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