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LOS AÑOS RECIENTES BALANCE Y PERSPECTIVA

Los años siguientes al apogeo del movimiento moderno dejaron


una serie de dudas en base al rol de la arquitectura en Argentina; estas
poseen un solido fundamento en las problemáticas socio-habitacionales
Para poder dar respuestas a esta
problemática primero es importante
destacar algunos hechos culturales
propios del país y de la arquitectura
como disciplina inserta en una
sociedad. Es muy difícil poder
encasillar nuestra sociedad,
justamente se caracteriza por no tener
una identidad clara sino una mezcla de
estas, la falta de una tradición
dominante se refleja en la arquitectura
discontinua. La autora expresa que se
practica el oficio como “un desafío que

comienza a cero cada proyecto.


Esa es su virtud como su
defecto” En estas palabras
aparece otra característica de la
falta de concatenación en
relación a la sociedad con la
arquitectura: la visión de la
arquitectura como un edificio
arquitectónico y no como un
edificio ciudad, si no se entiende la arquitectura como un espacio
totalizador e integrador es muy difícil que esa sea la respuesta que le
otorgue a la sociedad. Sin embargo algunas obras dan respuesta a este
contexto mencionado: en el noroeste argentino las obras de Eduardo
Sacriste (1905-1999) remiten por momentos a Frank Lloyd Wright
-“plenas de penumbras, frescas de temperatura , pero cálidas de color,
matizadas por espacios intermedios entre el exterior y el interior,
sugieren la imagen de oasis”; Rodolfo Mitrovich toma las características
regionales de la arquitectura tucumana y recrea sus galerías en los
cuatro monobloques de vivienda que realiza en 1955. En estos casos la
arquitectura toma elementos del contexto, aunque es diferente la
situación cultural-histórica, talvez más definida y homogénea en el
norte argentino que en Buenos Aires. El Banco de Londres(1960-1966)es
una clara muestra que el “edificio ciudad” es posible aun en un
contexto heterogéneo, dinámico y una función difícil para relacionarse
amigablemente con su alrededor.
Luego de aclarar algunas características principales de los hechos
a tratar, se pueden analizar otros más específicos. La relación
administrativa no ha logrado que los profesionales formados puedan
ser realmente influyentes en la sociedad, es probable que la
construcción en manos de la especulación financiera y la falta de
regulación del Estado en esta área restrinjan las posibilidades de
actuación de un arquitecto, es decir cuando las leyes son impuestas por
el dinero y no por el espacio, es probable que lo social-humano quede
en un segundo plano. La falta de planes a largo plazo del Estado y el
trabajo individualista de cada gobierno en ese sentido no permiten
cambios a gran escala. El ámbito universitario plantea un abismo entre
el ámbito profesional y el académico, son escasos los trabajos
mancomunados entre la sociedad y la universidad, fuera del ámbito
académico esta relación esta dada por el lucro y no por la calidad, como
sucedió en Rosario “la discusión del espacio es desplazada por la
discusión sobre la producción del espacio “. Esta relación reciproca no
esta contemplada en la universidad y esto contribuye en la brecha que
se presenta entre la arquitectura real y la que se estudia; mientras en el
medio se pierde mucho. La autora se refiere a esto “la Argentina
siempre ofrece mas campo al ejercicio de la búsqueda de formas que a
la elaboración de tipologías “.
La perspectiva no es del todo alentadora por lo menos en el corto
plazo ya que varios de los problemas mencionados están arraigados a
nuestra forma de ser como sociedad, es decir van más allá de la
arquitectura. La arquitectura debe contemplar estas características
socioculturales – aunque la exceda como disciplina- y no cesar en la
búsqueda de una realidad mejor; donde lo académico este al servicio
de la comunidad y sea un “centro de discusión y elaboración de ideas
“como lo fue por periodos según aclara la Marina Waisman . Es
necesario para todo esto un fuerte rol del Estado que actúe como
intermediario – y regulador del mercado - entre la gente y los
arquitectos, y garantice una continuidad en sus políticas.

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