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Libro Edipo
Libro Edipo
*Una realidad: es la prueba que exp el niño de alrededor de 4 años , superado por un deseo
sexual debe aprender a sofrenar su ímpetu y a ajustarlo a los limites de su cuerpo inmaduro, a los
de su miedo y a los limites de una ley tacita que le ordena dejar de tomar a sus padres por objetos
sexuales. Esta es la esencia: aprender a canalizar un deseo que nos desborda. Por 1era vez en la
vida le decimos a nuestro deseo que se calme y que aprenda a vivir en sociedad. Por eso es el paso
de un deseo salvaje a uno socializado y la aceptación dolorosa de que jamás podremos satisfacer
totalmente nuestros deseos.
*Una fantasía: es una crisis sexual de crecimientos, la fantasía que esa crisis modela en el icc
infantil. Esta exp se graba en el icc del niño y perdura toda la vida como una fantasia que habrá de
definir la identidad sexual del sujeto , determinar rasgos de su personalidad y fijara su aptitud para
manejar los conflictos afectivos futuros. Si en la crisis edípica se exp un placer demasiado precoz,
intenso e inesperado, la fantasia resultante constituye la causa segura de una futura neurosis.
*Un concepto: es el concepto mas decisivo de todos los analíticos. El conjunto de sentimientos
que vive el niño durante esta exp sexual que llamamos Edipo conforma el modelo que nos sirve
para concebir el adulto que somos. Al igual que el niño edípico, experimentamos un aumento de
deseo hacia otro, nos forjamos fantasías, obtenemos placer con nuestro cuerpo y el de otro,
sentimos temor de vernos superados por nuestros impulsos y aprendemos a refrenar nuestro
deseo y placer para vivir en soc.
*Un mito: puesto que esta crisis real y concreta que se da en un nin@ de cuatro años es una
esplendida alegoría del combate entre las fuerzas impetuosas del deseo individual y las fuerzas de
la civilización que se le oponen. La mejor manera de resolver este combate es un término medio
llamado pudor e intimidad.
Es todo al mismo tiempo. No obstante, el Edipo continua siendo ante todo una fantasia y una
doble. Es por un lado, la fantasía infantil que obra en el icc del paciente, redoblada por la misma
fantasía, esta vez reconstruida por el analista. Por eso se dice que es el drama infantil que todo
analizando vuelve a repres en el escenario de la cura tomando como pareja a su psicoanalista.
Edipo en el niño:
A los 3 o 4, todos los niños varones focalizan su placer en el pene, vivido como un órgano, obj
imaginario y un emblema simbolico. La ZE dominante es el pene porque el placer que le
proporciona al niño se convierte en la referencia ppal de todos los demás placeres corporales.
Antes de esa edad, los lugares de placer eran la boca, ano y la actividad muscular.
Pero a los 4 el pene es el objeto mas amado y el que reclama toda la atención. La fuerza
imaginaria lo convierte en su objeto narcisístico mas preciado y se siente orgullosos de poseer.
Por estas mismas razones, el niño también lo siente frágil, expuesto a los peligros y por eso como
un símbolo, no solo de poder sino también de vulnerabilidad y debilidad.
El falo es el pene fantaseado, idealizado, símbolo de omnipotencia y de su reverso, la
vulnerabilidad. Este da nombre a la fase del desarrollo se produce la crisis edípica. La fase fálica.
En esta etapa, todos los seres del mundo están dotados de un potente Falo, esto es, todo son
fuertes como ellos. Tanto el niño y la niña elaboran esta ficción, el pene como atributo universal.
Esto aparece acompañada por la angustia de perderlo y en la niña el dolor de haberlo perdido. En
efecto, el niño ya ha tenido la exp de perder objetos vitales (pecho, chupete, muñeco de felpa, su
caca, perder el puesto de rey de la casa y hasta un ser querido). En suma, a la edad edípica, el niño
es capaz de representarse la pérdida de un objeto querido y de temer que vuelva a suceder.
La ficción de un falo universal y la referente capacidad del niño de imaginarse una falta (intuición
inherente al humano), son las premisas indispensables para comprender la fantasía de angustia
de castración y de dolor por la perdida.
Los 3 deseos incestuosos: su dinámica.
El niño ve en él una nueva fuerza, un ímpetu desconocido: el deseo de ir hacia el Otro, el ir al
cuerpo de sus padres para hallar placer en ellos, para encontrar en ellos el conjunto de los
diferentes placeres erógenos conocidos en los años previos (la novedad del Edipo).
Que es el deseo? Es el impulso que nos induce a buscar placer en el abrazo con nuestra pareja.
Cuando uno desea, lo hace siempre en su carne. Desear es lanzarse fuera de uno mismo en busca
de la piel, para obtener el goce mas exquisito. Por eso todo deseo es un deseo sexual (algo mas que
genital).
Ese impulso irresistible cuyas fuentes son las excitaciones penianas, cuya finalidad es el placer y
cuyo objeto es el cuerpo de uno los progenitores.
El Edipo es el intento infantil de hacer realidad un deseo incestuoso irrealizable. Este deseo es uno
virtual, jamas saciado, cuyo objeto es uno de los padres y cuya finalidad seria alcanzar el goce.
(aquel que proporciona una relación sexual perfecta en la que los dos compañeros, niño y
progenitor desaparecerían en una fusión total y extática). El deseo incestuoso no tiene nada que
ver con esta miseria del abuso sexual cometido por un padre contra su hijo.
Pues bien, el único valor que tiene ese deseo insensato de mantener relaciones sexuales con la
madre y matar al padre que representa el deseo de retornar al estado original de beatitud
intrauterino.
Una vez que admitimos el carácter mitico del deseo incestuoso, en el varon hay 3 variantes. Son
como un condensado de componentes eroticos-agresivos. Estos son: el deseo de poseer
sexualmente al cuerpo del Otro-madre; el deseo de ser poseído por el cuerpo del Otro-padre y el
deseo de suprimir el cuerpo del Otro-padre (particularmente).
Al no alcanzar los 3 fines incestuosos e imposibles: ser su objeto-hacerlo gozar y suprimir al Otro,
el niño se inventa fantasías (es una escena, casi siempre no cc, destinada a satisfacer de manera
imaginaria el deseo incestuoso irrealizable o satisfacer todo deseo porque todo es expresión del
deseo incestuoso). Una fantasia es una escena imaginaria que cumple la función de reemplazar
una acción ideal por una fantaseada que reduce la tensión del deseo.
En suma, las sensaciones despiertan el deseo, este llama a la fantasía y esta se hace realidad a
través de sentimiento-conducta-palabra.
Ahora bien, para cada deseo 1 fantasia de placer. La fantasia de posesión se manifiesta por
conductas de jugar al papa y la mama, al doctor, decir malas palabras sin saber por que, etc. Pero
la mas fiel que expresa la idea de poseer al otro es el deseo del niño varon de acaparar a la madre
y de tenerla solo para sí. El Edipo es desearla y moderla (muerde la nalga).
-La otra es la de ser poseído por el Otro. La mas común es una escena en la que el niño obtiene
placer seduciendo a un adult para convertirse en su objeto. Si bien el niño imagina ser objeto de la
seducción, no es solamente victima pasiva de un padre perverso: es también seductor activo que
espera ser seducido. El niño seduce para ser seducido.
La última, la de suprimir al Otro, en particular al padre, el sujeto adopta posición sexual activa.
Sexual porque quiere destruir al Otro que provoca tanto placer sexual como otra fantasia edípica.
Asi se ve en la ausencia de su padre que partió de viaje para jugar al ser el jefe de flia, por ej.
3 fantasías de angustia de castración: la anteriores hacen feliz al niño, pero al mismo tiempo
desencadenan en él una profunda angustia: el pequeño teme ser castigado por donde ha pecado,
castigado con la mutilación de su órgano viril, símbolo de su potencia, orgullo y placer. Esta
fantasia es la de ``angustia de castración´´. Esta amenaza y angustia son fantaseadas e icc. En
suma, lo importante es que la angustia icc de castración habita en su interior. La angustia es el
reverso del placer. Dos gemelos engendrados por el deseo.
La medula espinal del psiquismo del hombre es la angustia de castración. Ese par esta en la base
de toda neurosis. El Edipo es la primera neurosis de crecimiento del humano, porque es ante todo
la acción simultánea de 2 sentimientos opuestos y porque el niño edípico sufre, el dolorosos tironeo
entre saborear el placer de fantasear y tener miedo de ser castigado si persiste en fantasear.
F muestra que los sucesos que contienen el germen de las neurosis se desarrollan en el período de
inmoralidad infantil. A este período le pone fin la madurez sexual, y entonces, al recuerdo de los
actos placenteros se enlaza el reproche. Los recuerdos y el reproche no pasan a la conciencia sin
ser alterados, aparecen en la conciencia como representaciones y afectos obsesivos que sustituyen
al recuerdo patógeno. Existen 3 formas en las que el complejo psíquico recuerdo + reproche puede
retornar como síntomas transaccionales:
1- Si pasa a la cc es el contenido de recuerdo que se reprimió se pondrán en relieve en el cuadro
las ideas obsesivas, doblemente deformadas porq se sustituye lo pasado por lo actual y lo sexual
por algo no sexual. Son obsesivas típicas.
2- Si es el reproche, el afecto correspondiente al reproche puede transformarse en cualquier otro:
formaciones reactivas, vergüenza, miedos religiosos, hipocondríacos, miedo social.
3- Junto a los síntomas de compromiso aparecen otros de origen distinto: Si el Yo intenta
defenderse de las ramificaciones del recuerdo, lucha contra ellas y crea “síntomas de la defensa
secundaria”: que son las medidas preventivas, produce una tercera forma de n.o.: los actos
obsesivos, en los cuales parece ocurrir una especie de transferencia de las obsesiones a los
ceremoniales, las conductas características son: la duda obsesiva, una acción mental y la
compaulsión a pensar y examinar.
En Acciones obsesivas y prácticas religiosas (1907) Freud asemeja el ceremonial neurótico a las
acciones sagradas de los ceremoniales religiosos. La diferencia está dada porque el ceremonial
neurótico es individual mientras que las acciones religiosas son comunitarias. El ceremonial
privado y un sentido para él, el religioso tiene significado y un sentido públicos. La religión está
basada en el amor al Padre y en el rechazo de la hostilidad hacia él: desdicha típica del obsesivo ya
que su ansia de liberación del padre no logra consumarse. El obsesivo se niega a crecer, a terminar
sus estudios, a curarse por el riesgo de igualarse con su ideal y destruirlo. A causa de la regresión
queda sometido al imperativo paterno que trata de eliminar.
Bajo el imperio del sentimiento inconciente de culpa del que no tienen noticias. La culpa es un
sentimiento que tiene su raíz en la vida pulsional, en procesos anímicos tempranos que por su
actualización y por influjo de la pulsión reprimida pueden generar expectativas de desgracia y
temor a un castigo. Entre la raíz pulsional y la aparición de la culpa, es por eso que el ceremonial
comienza gralmente como una medida protectora, como una acción de defensa. Tmb la religión a
nivel universal busca sofocar lo pulsional y renunciar a la satisfacción egoísta. Freud concibe a la
n.o. como el correspondiente patológico de la formación religiosa, ya que busca promover una
sucesiva renuncia de lo pulsional y esta renuncia es base de la cultura. F tmb establece diferencias
ya que la religión reprime no solo los componentes sexuales sino tmb los egoístas e induce a las
personas a sacrificar su placer a la divinidad. El neurótico obsesivo se sacrifica a su culpa.
En los ceremoniales retorna la fragilidad de la defensa, cuando en el retorno de lo reprimido
aparecen desplazamientos y no alcanzan a mantener a raya lo reprimido, empiezan a desarrollarse
acciones denominadas “actos obsesivos”.
El pensar obsesivo tiene los más diversos actos psíquicos: deseos, tentaciones, dudas,
mandamientos, prohibiciones. Ya ha sufrido una transformación, pues, la vivencia placentera que
al ser recordada más tarde provoca displacer, se reprime y en su lugar se forma en la conciencia
un síntoma antitético con escrupulosidad.
Este pensar se caracteriza por la incertidumbre y la duda.
Las repres obsesivas desfiguradas respecto del texto original, llevan las huellas de la defensa
primaria. El suj no tiene noticias de el texto de sus representaciones obsesivas.
La formación de los síntomas tienen su vínculo con lo infantil, que se articula con una suerte de
querella “contra la voluntad del padre”.
Las características ceremoniales y expiatorias tienen la analogía entre estos neuróticos y la vida de
ciertos pueblos primitivos. En Totem y Tabú (1913) se desarrolla la hipótesis de la horda
primordial y el asesinato del padre como mito de origen de las instituciones sociales y culturales. El
pasaje de la horda primordial paterna al sistema totemista marca el nacimienato de la cultura, de
la “Ley” que funda la prohibición en la culpabilidad de los hijos después de la muerte del padre.
Las dos prohibiciones tabú son: no matar al tótem, y evitar las relaciones sexuales con los
individuos del sexo contrario que pertenezcan al mismo tótem. Winger dijo en el catolicismo se ve:
no morder la hostia no comer al padre.
El tótem puede ser una planta, un animal, una fuerza natural que mantiene una relación con toda
la estirpe, el tótem es el punto de cohesión. Ej católica la gente se nuclea c/ Dios. Pequeños clanes.
El neurótico en su vida icc queda fijado a los deseos incestuosos del Edipo y proclama al vínculo
con los padres gobernado por las apetencias incestuosas como nucleo de las neurosis. Así los dos
deseos del niño, tienen que ver con las prohibiciones del totemismo.
El tabú es lo sagrado-consagrado se manifiesta en restricciones y prohibiciones, de origen
desconocido e incomprensible. Los enfermos obsesivos se considera muy adecuado el nombre de
enfermedad del tabú. Las analogías entre neurosis obsesivas y las prohibiciones tabúes son:
1. Ambos carecen de toda motivación y hay un enigma sobre sus orígenes. Surgen
repentinamente y el individuo se ve obligado a observarlas bajo la coerción de una angustia
irreflenable.
2. La convicción interior de que violar la prohibición traería consigo una terrible desgracia,
pero son incapaces de precisar la naturaleza de esa desgracia. El temor al contacto recae el tabú es
su carácter distintivo, queda prohibido no solo el contacto físico sino todos aquellos actos que
implican cosas consideradas impuras. Si lo hacen deben realizar actos expiatorio para
contrarrestarlo.
3. Son su facultad de desplazamiento, a cada nuevo avance de la libido reprimida responde la
prohibición de una nueva exigencia: las prohibiciones se extienden de un objeto a otro
tornándolos imposibles.
4. Causan actos ceremoniales y prescripciones que emanan de las prohibiciones mismas. Por
eso se habla de desplazamiento: los objetos se tornan-intocables. Esto es lo que lleva a LACAN a
plantear la fórmula del deseo obsesivo como deseo imposible.
Winger dijo que un tabú actual: la infancia no se los puede encarcelar, antes los griegos
mataban a los hijos con discapacidades. F menciona el tabú de la virginidad Estamos haciendo
un rompimiento de los tabúes.
Todos esos penosos escrúpulos de la conciencia moral son síntomas reactivos frente a las
tentaciones inconcientes y se desarrollan a partir de dichos escrúpulos.
Están dominadas por la omnipotencia de pensamiento, como pensamiento animista cuyo
principio es la magia. El animismo es un sistema intelectual que subsiste bajo supersticiones.
En la infancia se atraviesa un período animista en la aprehensión de la realidad, tal organización no
desaparece nunca por completo y ciertas fijaciones patológicas, los neuróticos obsesivos se
encuentran obligados a pensar en ciertas fórmulas mágicas, a llevar a cabo ciertas acciones porque
de lo contrario un infortunio les ocurrirá.
Las convicciones que tiene el neurótico son vividas como supersticiones y no pueden ser
refrenadas por el pensamiento racional, porque justamente la neurosis obsesiva constituye una
recaída de la vida mental en ese estadio del desarrollo en el que el desear es equivalente al actuar:
así domina la omnipotencia de pensamiento, el pensamiento y la palabra toman poderes mágicos.
Siempre que el sujeto piensa algo del orden de su deseo, surge el temor de que “algo terrible
suceda”, ese algo subraya la indeterminación. Ej. “si deseo ver a una mujer desnuda, mi padre
morirá” o “si gozo en el momento del coito no podré tener hijos”. Esto está ligado al sentimiento
de culpa que atormenta al sujeto pero es icc, o sea el suj siente la culpa pero no sabe a qué lo
remite la culpa. Estas consideraciones permiten reformular las primeras formulaciones freudianas
que afirman que “las ideas obsesivas son siempre autorreproches”. F creía que las
representaciones obsesivas eran reproches que vienen por obra de la represión a partir de actos
cometidos con placer, pero, los reproches quedan ahora referidos a los deseos edípicos: el incesto
y parricidio. El Edipo y la castración, el padre desempeña un papel importante: es el adversario
temido frente a los intereses sexuales del niño que lo amenaza con un castigo, y el carácter
principal de esta constelación psicológica es a ambivalencia. Son estas tentaciones las que causan
acciones ceremoniales que expresan esencialmente prohibiciones y limitaciones.
En Inhibición, síntoma y angustia (1925) retoma las n.o. plantea que en gral estas neurosis son de
dos tipos: prohibiciones por un lado, y medidas punitivas y de penitencia, a éstas se las llama
“síntomas negativos” o “satisfacciones sustitutivas disfrazadas”. En las n.o. la formación de
síntomas alcanza su triunfo cuando se consigue amalgamar la prohibición con la satisfacción de
modo tal que el mandamiento defensivo adquiera tmb la significación de una satisfacción.
F estudia ya la formación de síntomas desde la segunda tópica y plantea que el resultado de la
formación del síntoma en la n.o. testimonia la tendencia del Yo a la síntesis y su lucha constante
con lo reprimido. Por otra parte el yo y el s.yó desarrollan un papel importantísimo. Lo que
sobresale en lo síntomas es prohibición-expiación. El Yo es escena de la formación del síntoma.
El s.yó se comporta como si le fuera conocido el verdadero sentido de los impulsos: los síntomas
significan, satisfacciones de impulsos masoquistas (masoquismo no asumido está en el fantasma).
Procuran satisfacción sustitutiva a costa del renunciamiento. El tremendo conflicto entre el Ello y
el s.yó puede extenderse a todas las operaciones del yo paralizándolo. (W: el suj hace todo lo que
los otros quieren menos su deseo, es matar al padre).
Hay síntomas en 2 tiempos: al acto que ejecuta cierto mandato le sigue otro que debe suprimirlo.
La pubertad es decisivo en el desarrollo. Los impulsos libidinosos emprenden los caminos trazados
por la agresión y surgen en forma de intenciones agresivas y destructoras, el yo intenta
defenderse sin darse cuenta de que en realidad se está defendiendo de sus deseos eróticos. Lo
que en realidad se está luchando contra el deseo libidinal, contra el erotismo. Los impulsos
eróticos y las reacciones del Yo hacen que lo sexual aparezca contra el nombre de la ética.
La tendencia gral del síntoma es procurar cada vez una mayor satisfacción sustitutiva a costa de la
renuncia, se pide más renuncias hasta llegar a la paralización de la voluntad y al dominio del
pensamiento por la duda. Dos actividades dedicadas a la formación de síntoma: aislamiento y
anulación, variantes clínicas de la represión.
Se refiere a la esfera motora. Consiste en que luego de un suceso desagradable o un acto
importante, se interpola una pausa. Es equivalente a la amnesia en la histeria. No es olvidado en
sí, es despojado de su afecto y queda suprimida las relaciones asociativas. Queda así separado lo
que debería unirse por asociación, esto es un enorme obstáculo para la cura.
-Es una magia negativa que tiende a suprimir por simbolismo motor el suceso mismo. El
ceremonial consiste en una evitación de que algo suceda o se repita y en suprimir o evitar lo
acontecido. El obsesivo multiplica así las barreras contra la percepción de un deseo inaceptable. El
primer acto es un impulso y el segundo, una prohibición. El suceso no es olvidado es “aislado”, lo
que produce contacto con los pensamientos de deseo “indeseados” es suprimido, se le cortan los
vínculos asociativos.
El beneficio narcisista del síntoma: son los más buenos, escrupulosos, educados, puntillosos.