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ODIO: LA RAÍZ DEL CONFLICTO EN EL PUEBLO COLOMBIANO

Hecho por:

Reseña

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Diciembre 2016
¿Es posible la construcción de la paz en Colombia a pesar de todas las situaciones en las

cuales siempre se fomentó el odio, el rencor y el miedo? Si pensamos con detenimiento,

aunque se logre un acuerdo de paz con un grupo armado en este país, es casi imposible

hablar de una verdadera paz, más cuando los medios de comunicación, el gobierno y la

sociedad se rige por una ideología del no perdón y de la agresividad.

Colombia, afectado por más de cincuenta años de guerra entre las fuerzas armadas del

país y las fuerzas insurgentes, siempre se ha visto polarizada entre el bien y el mal. Por un

lado, los defensores de los derechos y de la democracia, el ejército y la policía nacional, y

aunque en ocasiones hemos logrado observar situaciones que hacen dudar de esto, se sigue

con el ideal que ellos están del lado del pueblo y en defensa de sus derechos.

Por otro lado, logramos encontrar a las fuerzas o grupos insurgentes armados, como las

FARC, el ELN, que son quizás los más reconocidos en compañía del M-19, grupo ya

desaparecido, a quienes siempre se han visto como el lado malo de la moneda, quizás

porque se enfatiza más en sus acciones malas que en las que posiblemente hayan sido

buenas. Además a esto podemos sumarle la aparición de los paramilitares, y con estos ya

serian tres bandos los implicados en una guerra por el poder.

Ahora, no se pretende encerrar el conflicto del país colombiano tan solo en una parte de

este, el cual es el conflicto armado. Colombia con el pasar de los años ha sido atravesada

por crisis económicas y sociales, de los cuales se logran evidenciar gran cantidad de

situaciones que hasta el día de hoy siguen afectando tanto en la ciudad como en el campo.

En el campo, logramos ver los desplazamientos ya sean forzados por los grupos armados

que habitan estas zonas del país, o por las situaciones económicas que hacen huir a los
campesinos de sus tierras para buscar un mejor porvenir en las zonas urbanas o cercanas a

estas. Seamos conscientes que otra situación por la cual existe un alto índice de

desplazamiento de los campesinos es debido al abandono por parte del gobierno, ya que se

apoyan a los latifundios, dejando en el olvido los pequeños productores.

Analicemos que de esta situación se logran desprender otras que afectan a las zonas

urbanas, el hacinamiento de población en las grandes ciudades provoca una taza desempleo

alta en los estratos bajos, puesto que estas personas al no llegar a un grado de educación

alta deben dedicarse a labores que son muy comunes pero que tienen mucha demanda, de

esta situación logramos ver un problema económico.

Con la tasa de desempleo tan alta, la delincuencia comienza a ser más evidente dentro de

los contextos urbanos, impulsado por un odio hacia el que tiene más; más dinero, más cosas

materiales, más oportunidades sociales, más oportunidades laborales y un sinfín de

detonantes para que esta situación se lleve a cabo.

Ahora, varios problemas sociales también surgen de esto, la mendicidad, que es quizás

uno de los más visibles ya que nos encontramos con ella a diario en las calles de las

ciudades, de la mano de esta comienza a surgir otra situación social, la cual es la

discriminación ante las diferentes culturas que provienen de las zonas rurales, y la cual

logramos ver evidenciadas en dichos populares, frases y acciones que los habitantes de las

zonas urbanas mencionas y realizan con respecto a estas, y las cuales logran encontrar

respuesta por parte de quienes son discriminados.

Los conflictos en Colombia se ven impulsados por situaciones que por lo general

siempre son detonadas por el rencor y la falta de comprensión hacia este país y a los
acontecimientos que logran generar los problemas que lo rigen, no se logra ver cada

situación como parte de la otra, sino por el contrario se ven como situaciones aparte y por

esto mismo se crea una individualidad que hace olvidar al otro, permitiendo la aparición de

nuevos conflictos día a día.

Si nos fijamos bien en lo que sucede, podemos deducir que Colombia logra regirse por

un sentimiento en común, el rencor. Los de las ciudades lo tienen con la mayoría del país,

ya sean de otras ciudades o de las zonas rurales, y viceversa, el pobre tiene rencor con el

rico porque sencillamente tiene más posibilidades, y el rico tiene rencor hacia el pobre

porque este puede llegar a quitarle lo que tiene.

Varias instituciones logran verse implicadas en el crecimiento y perpetuación de este

rencor, logrando generar así un miedo y dependencia del contexto y modo de vida en el que

se vive, vemos implicadas a la familia, la escuela, la sociedad, la iglesia y el gobierno. Cada

una de estas instituciones se encarga de generar un tipo de dependencia en cada sujeto, ya

sea espiritual, social, económico o moral, y de estos se logra generar un miedo. De acuerdo

con Herrera & Pertuz (2016):

En el caso de Colombia, la persecución a la prensa independiente, el

asesinato de líderes sindicales y otros luchadores sociales, así como la

zozobra causada en poblaciones rurales y barrios urbanos periféricos, en

donde incluso las escuelas se han convertido en fortín de los actores

armados, guerrilleros, ejército, paramilitares, han quebrado los lazos de

solidaridad y diseminado la falta de confianza entre sus moradores al

imponer la ley del silencio entre los mismos, así como una cotidianidad
marcada por el terror […] (Pecaut, 2001, p. 249 citado por Herrera &

Pertuz, 2016, p. 82).

La población colombiana se ha acostumbrado a vivir en un entorno el cual está regido

por el castigo, y en donde desde infantes se logra apreciar esto. La familia se encarga de

criar a los niños y a las niñas bajo unas normas que la sociedad regida por el gobierno se ha

encargado de adoptar como normales, en las cuales observamos el miedo hacia los

desconocidos, el odio hacia lo que nos lleva la contraria y el aprovechar cada oportunidad

para recibir lo mejor a costa del bienestar del otro.

Por otro lado la escuela se encarga de preparar a los niños y niñas para un mundo laboral

en donde enseñan a ganar a cada sujeto pero no los preparan para una posible derrota ante

sus compañeros en este ámbito, y es allí donde se desprende un odio en una etapa de

adultez ante los demás al momento de no lograr el cometido.

Aunque la iglesia se encarga de proclamar y divulgar un mensaje de paz, si analizamos

la historia y algunas de sus acciones, tales como la pedofilia o el apoyo a situaciones que de

una u otra manera apoyan la guerra, evidenciamos como no solo basta la palabra para que

situaciones de desigualdad, de conflicto y agresión contra el otro cesen, sino que hace falta

un accionar sobre dichas situaciones.

Y por último el Estado, es quizás la más fuerte institución que impide un cambio en las

mentes y cuerpos de los pobladores del país, todos los días vemos, escuchamos y leemos en

los medios de comunicación atrocidades que a veces son aprobadas en cierto modo por el

gobierno como método de dominación delas masas, y aunque se es evidente un

reconocimiento de la gravedad de tales hechos, no se logra hacer nada ante ello. Una de
estas situaciones son los falsos positivos, que aunque cobro la vida de varios inocentes, el

gobierno no hizo gran cosa ante esto, ya que logró convertirse en una situación de

dominación para el pueblo.

Aunque el pueblo logra reconocer que estas acciones están mal, la gran mayoría permite

callar u obviar esto, sencillamente porque el miedo los consume, porque es más fácil hacer

como si nada hubiera pasado a que eso mismo le suceda por haber hecho algo para

remediar lo acontecido. Debemos reconocer que los medios de comunicación juegan un

papel importantes en la divulgación y perpetuación de estos modelos de dominación y de

convivencia del miedo.

Ahora surge un interrogante, ¿Es posible implementar en la sociedad un proceso de paz

con un grupo armado que ha sido responsable de grandes atrocidades en el país, aun cuando

en todo este tiempo de conflicto interno ha sido posible ver como la sociedad, la escuela, la

iglesia, el gobierno y la mediación de los medios de comunicación han estigmatizado estos

actores del conflicto hasta tal punto de convertirlos en los mayores generadores de odio en

el país?

Es complicado llegar a generar una conciencia de perdón y sobretodo del pensar en el

otro cuando durante décadas se ha incentivado el rencor por todos los medios posibles.

Lograr un cambio de pensamiento en masa no sería tan viable en esta país, por eso deben

generarse estrategias que posibiliten la reflexión y un espacio para el cambio en cada

sujeto, ya que para llegar a hacer una oposición a ese miedo que ha sido implantado dentro

de cada quien, debe comenzar a provocarse un cambio dentro de cada quien, para asimismo

generar un cambio en la sociedad.


BIBLIOGRAFÍA
- Herrera, M. C., y Pertuz, C. (2016). Educación y políticas de la memoria sobre la
historia reciente de América Latina. Revista Colombiana de Educación, (71), 79-
108.

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