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Por semanas hemos estado tan cansados, sintiendo muchísimas emociones.

Nombre del mensaje: “Estoy cansado por dentro”  No cansancio físico, si no


cansancio espiritual.

JUAN 4: Jesús y la mujer samaritana.

Hacer la pregunta: ¿Cómo estás por dentro? ¿Cómo está tu interior?

Leer Juan 4:1-4

Los fariseos tenían que mantener su poder. A ellos no les importaba a quien
tenían que pisotear, ni lo que tenían que decir, ni les importaba la
desinformación que tenían que propagar. Entonces cuando Jesús realizaba
milagros y bautizar, el representó una amenaza para los religiosos, quienes
habían establecido un régimen muy político que habían perdido el corazón de
Dios, en la búsqueda de construir un reino “celestial” de su propia ideología.

Mientras más trataban de crear presión para que Jesús entre en el jueguito de
los religiosos, él decía: ¡NO! Estoy fuera de eso. Lo que yo trato son los asuntos
de mi padre. Todos decían que estaba bautizando más que juan, o sea que le
tenían miedo y trataban de detenerlo. En realidad, ellos estaban equivocados
porque él no bautizaba (JUAN 4:2).

Pero Jesús se enteró de eso, alguien le trajo el reporte, así que dice VAMONOS.
Este no es el Jesús de la escuela dominical. Este es el Jesús profundo, un Jesús
que NO toma atajos, ni lidia con temas superficiales, ni te trae gomitas de
ositos, ni se pone a grabar tik toks.

Vamos a Juan 4:4

JESÚS TUVO QUE PASAR POR SAMARIA.

Él tuvo que ir a samaria, es interesante porque él no era controlado por nadie.


Nadie le ponía una agenda a Jesús como un manager. El hacia la única misión
que se le había encomendado del cielo, la agenda de su padre.

Jesús tenía que pasar por samaria, no porque pedro se lo dijo, ni porque era
algo popular en aquella época. La verdad era que todos los judíos ODIABAN A
SAMARIA. Los judíos odiaban pasar por Samaria. Aunque no había barreras
reales en ese tiempo, había una barrera interna.

Los judíos preferían darse bordear samaria para no entrar ahí. Ese viaje les
tomaba el doble de lo que les tomaría normalmente. Convertían un viaje de 3
días, en un viaje de 6 días para no atravesar esa parte “odiada” por los judíos.

Todos tenemos algún área que tratamos de evitar, es decir, que tratamos de
bordear para no atravesarlo, pero en realidad muchas veces estamos cansados
porque le damos la vuelta a todo lo que el señor quiere que atravesemos.
TODOS debemos pasar por algún área que no queremos.

Jesús fue directo ahí, tuvo que atravesar Samaria. Un área que otra gente
evitaba, Jesús fue directo ahí. Y aunque era la ruta más directa, era el camino
menos transitado.

¿A que le estás dando vueltas en tu vida, que dios quiere que atravieses?
¿Cuánto más vas a estar así?

Todo en este texto es interno. Desde lo externo, Jesús sufre presión por parte de
los fariseos, pero él no es controlado por la agenda de los fariseos.

Él tenía que atravesar samaria, pero no porque era un camino popular, si no que
era el camino de su propósito.

Ahí había una mujer, pero era alguien que tenía un carácter muy cuestionable y
él quería conocerla.

Juan 4:5-8

Sus discípulos habían ido a comprar comida. Este versículo me pareció muy
gracioso, porque yo creo que Jesús estaba cansado de sus discípulos. Y los
mandó a comprar comida un ratito para descansar de ellos. ME imagino que él
les dijo, ¿saben una cosa? Hay algo que debo de hacer pero ustedes van a ser
un estorbo para mí. Así que vayan a comprar, no importa si no tienen hambre,
vayan. Muchas veces, debemos deshacernos de la gente para poder cumplir tu
propósito. Debemos decir, oigan, estoy trabajando en esto, los aprecio
muchísimo. Los amo, pero los veré cuando regresen de comprar la alita
broaster.

En el evangelio de juan vemos a un Jesús distinto. Jesús es Dios y el vino porque


es la respuesta del clamor que comenzó hace muchas generaciones.

JUAN 4:6

¡Jesús estaba cansado! Pero esto es un poco raro, porque en Isaías 40:28
“¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El SEÑOR es el Dios eterno,
creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y nadie puede
medir la profundidad de su entendimiento.”

Esto me dejó alucinado, ¡JESÚS, QUE ES DIOS ESTÁ CANSADO! Jesús se sentó
en Samaria, para hablar con una mujer para pedirle agua porque estaba
cansado. Jesús era completamente Dios, y completamente hombre. Quiero que
sepan que el mismo Dios que los creó, quien era lo suficientemente fuerte y
poderoso. Quizá estar cansado, no significa que eres débil. Jesús, cansado ¿Por
qué estaba cansado? La pregunta no es ¿De quién estaba cansado? Porque
sabemos que era de:

- Pedro, que causaba alboroto siempre.


- De los fariseos que lo acosaban a cada rato. Que lo seguían a cada lugar
que él iba para ver si podían matarlo o no.

Pensemos un rato en por qué estaba cansado, estaba cansado del viaje. Él y sus
discípulos caminaban por todas partes. No existía el uber, ni el cabify, una
caminata de tres días, a través de samaria. Tenían que ir directo y no bordearlo
como estaban acostumbrados a hacerlo todos los demás. La ruta directa es
muchas veces la ruta divina.

Es un poco difícil entender a alguien si solo vemos una parte de su vida. Y si


pensamos que son débiles, en realidad están cansados. El hecho de estar
cansado no te hace débil. ¿Cómo sabemos eso? Porque Jesús el rey del
universo, la luz del mundo, el verbo por el cual se hicieron las cosas estaba
cansado. Habían salido a las 6 am y a las 12 o 1 vemos que él dice algo que
nunca esperaríamos: ESTOY CANSADO.

Solamente Dios es lo suficientemente fuerte y grande para darnos fuerzas, pero


también es lo suficientemente humano para cansarse.

El cansancio de Jesús no era solo físico, si no que atravesó samaria porque


estaba cansado de cómo se trataban los unos a los otros. Jesús fue allá para
derribar las barreras.

Nosotros como Jóvenes nos cansamos también, pero hay una gran recompensa
para los que esperamos en el señor. Díganse los unos a los otros: ESTOY
ESPERANDO.

Cuando estamos cansados, luchamos batallas sin importancia que nos distraen
de las que si importan.

Jesús estaba cansado así que decidió sentarse, porque los que realmente
estaban siendo denigrados y, maltratados por su pueblo debían ser salvados
por él.

Había una mujer allí que necesitaba de Jesús, pero ella ni si quiera lo sabía. No
tenía idea de quién era el. Jesús se sentó allí porque estaba cansado. No
tenemos que hacer nada más ahora, solo sentarnos y entender que el hijo de
Dios se cansó. Jesús que era perfecto se cansó.

Cuando se cansó se sentó cerca de un pozo y quiero centrarme aquí. ¿Cerca de


cual pozo te sientas tú cuando estás cansado?
Muchas veces debemos sentarnos cerca de un pozo verdadero. Muchos de los
lugares donde nos sentamos cuando estamos cansados, solo consiguen
cansarnos y deshidratarnos más. Muchos de los lugares donde bebemos el
agua, nos están haciendo más fragmentados, menos íntegros.

Aquí entra en escena una mujer. Que no tenía un pasado tan bonito. Tal vez se
estaba tratando de escapar de los maestros de la ley que la juzgaban, o del
pueblo. La última persona con quien quiere conversar es un Rabino. Entonces,
aquí viene Jesús que le dice: ¿Puedes darme de beber? Esta no es una pregunta
superficial, ni nada. Jesús realmente le está preguntando: ¿Sabes realmente que
es lo que hay en ti? Si juzgamos lo que la gente juzga, nunca vamos a ver el
interior de las personas. Jesús no estaba hablando de agua. Jesús está
esperando que ella confié en el. Quiero decirte, debes sentarte con Jesús un
momento. Siéntate, para que veas quien eres en realidad. Muchas veces nos
vamos a sentar junto a pozos equivocados.

- Muchas veces dependemos de la gente para que nos informe quien


realmente soy yo.
- Dependemos de nuestros ojos para que nos digan como soy.

Pero hay un pozo que no viene de una fuente externa, tenemos un espíritu que
es más grande que todo lo que nos rodea. Dios, el más grande vive en mí. Jesús
se sentó cerca del pozo para que la mujer samaritana pudiera ver lo que estaba
dentro de ella.

Jesús se sentó para hablar con esa mujer, que tuvo 5 esposos y vivía con el
número 6. Dios es el número 7 que necesitamos en nuestras vidas. El atravesará
todo lo que tenga que atravesar solo para sentarse junto a nosotros. Solo para
sentarse contigo. Él se sentó en el pozo ese día no solo porque él estaba
cansado, sino porque ella también lo estaba.

Jesús te dice:

- ¿Estás cansado de ser usado por la gente así como la mujer samaritana
fue usada por aquellos 6 hombres?
- ¿Estás cansado de tantas cosas que suceden en tu vida?

Jesús te dice que te sientes con él porque él no está sentado donde tú lo estás.
Jesús está sentado en lugares celestiales y nosotros también lo estamos.
“Además, nos levantó con Cristo de la tumba y nos hizo sentar con él en los
cielos.” (Efesios 2:6)

Esto quiere decir por encima de cualquier cosa, principado, mandatario, etc.
¿Podemos sentarnos junto a él un momento? Sentarnos cerca del pozo que
jamás se secará. Nos vamos a sentar cerca de pozos vacíos pero dios te dice,
quiero que te sientes un momento conmigo; cuando nos sentemos con el
tomaremos del agua que tiene agua viva, lejos de los arroyos que tienen aguas
envenenadas del prejuicio del hombre.

Ninguna cantidad de sueño, o netflix o paseos va a resolverlo. Solamente


debemos sentarnos junto a él. Dios les da nuevas fuerzas a los débiles y
cansados. Los jóvenes se cansan por más fuertes que sean, pero los que confían
en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán
caminar sin cansarse y correr sin fatigarse».

Cuando estés cansado, debes tener mucho cuidado de no deshidratarte. Debes


beber esta agua de vida, debes alejarte de pozos que nunca calmaran tu sed.
Debes recibir el agua que fluye desde dentro del corazón de dios.

Y te dice a ti, «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas
pesadas, y yo les daré descanso.”

Nunca van a conseguir afuera lo que Dios nos puede dar. Jesús es un pozo que
brota desde adentro. Dios vino todo este camino, solo para sentarse contigo y
para estar contigo.

La prueba de su poder no fue cuando el camino sobre el agua. Si no que la


prueba de su poder fue cuando él se sentó en el pozo para beber agua. A veces
camina sobre el agua, a veces él es agua.

En una tierra seca y fatigada, necesitamos el agua de vida. Sabemos que lo


necesitamos mucho. Está bien sentirse cansado, Jesús se sienta con nosotros en
toda situación y no nos abandona.

Todo el mundo se vuelve loco, pero Jesús es nuestra fortaleza, su presencia es


más grande que todo. Jesús es donde quiera que estemos. Él sabe que lo
necesitamos así que decide sentarse junto a nosotros.

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