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Arte Romano

Introducción
A mediados del II milenio a.C., ciertos pueblos de habla indoeuropea, se instalaron en el Lacio. Venían de
Europa oriental y traían consigo sus lenguas y dioses. Pero no lograron controlar algunas regiones y en la
Toscana y Campania, seguían habitando pueblos de hablas “preindoeuropeas” (los futuros etruscos). Pero
estas divisiones no se dan en los ámbitos de la cultura y la vida cotidiana. Los pueblos invasores, al asentarse,
adoptan los métodos de trabajo de las gentes que allí habitaban, apreciando sus costumbres y aceptando
algunas de sus deidades. Se integraron como un pueblo más en la “Cultura Apenínica”.

Esta cultura, correspondiente a la Edad del


Bronce pleno, tuvo su auge entre 1600 y 1300
a.C. Vivían más de su ganado que del cultivo
de sus tierras. Habitaban en ligeras chozas
agrupadas en pequeñas aldeas tribales, se
desplazaban a menudo e inhumaban a sus
muertos en sencilla fosas, cistas. Tienen poca
alzada y están excavadas con forma
rectangular. Están compuestas por lajas de piedra que revisten sus paredes y estaba
cubierta con otra más grande. El cadáver se colocaba en posición fetal.

En el siglo XII a.C. se da en Italia la transición de la Cultura Apenínica a la fase del


Bronce Final. La incineración de los cadáveres va sustituyendo a la inhumación en la costa
occidental, llegando hasta el sur del lacio. Las urnas funerarias, con forma de olla panzuda,
tendentes a biónicas (dos conos unidos por su parte ancha), se introducen en pozos. Van
acompañadas de pequeños objetos de bronce, decorados toscamente y pequeñas vasijas
poco decoradas.

Las aldeas se asentaron en las colinas con murallas primitivas para defenderlas (sencillos fosos y cúmulos de
piedras). Al amparo de las murallas construyeron sus cabañas y los rediles para el ganado.
TEMA 1. Período Villanoviano (900-700 a.C.)
Esta cultura, peculiar de la Edad del Hierro, se desarrolla en las dos
regiones que habían permanecido al margen de las invasiones
indoeuropeas, al norte del río Po y al sur por el Tíber, es decir, la futura
Etruria y la Campania. Estas dos regiones mantuvieron el contacto sin
ningún problema.

Los habitantes de esta época, se asentaban en las colinas, donde era fácil
defenderse. Vivían en pequeñas aldeas independientes construidas como
“núcleos familiares”, alrededor del pater familias, de unas 30 a 40
personas. Junto a las chozas se encontraban los rediles del ganado, e
incluso tierras cultivables. (Tarquinia).

Las chozas, compuestas de tapial y


ramaje, eran muy sencillas, con planta oval (sólo algunas eran
rectangulares). La puerta, situada en un extremo, estaba protegida por un
pequeño porche. En la parte alta de la fachada, se abría un ventanuco para
que entrara la luz y saliera el humo, y arriba resaltaba la punta de la viga
maestra (parhilera). El tejado reposaba sobre uno o varios postes verticales,
que servían de apoyo a dicha viga, y esta a su vez, soportaba las vigas
menores oblicuas (los pares o alfardas), cuyos extremos superiores solían
sobresalir en la cumbre del tejado. Solían ser construcciones homogéneas.
Modelo de Cabaña villanoviana

Las necrópolis se sitúan en las laderas de las colinas


habitadas o en los valles próximos. Los enterramientos
nos muestras una sociedad igualitaria. Mantiene el rito de
la incineración (sólo en algunas zonas, como en
Campania, se han encontrado inhumaciones). Las tumbas
consisten en pequeños pozos tapizados de piedras,
cubiertos por una losa mayor. En ellos se introducían las
urnas cinerarias de barro, con forma bicónicas, decoradas
con temas abstractos y geométricos y
con tapa en forma de casco, en el caso de los hombres
y de escudilla en el de las mujeres. Alrededor se
colocaba el ajuar: fíbulas en bronce sencillas (aunque se han encontrado algunas
más complejas, “estribo discoidal”), armas normalmente de hierro, navajas para el
afeitado, pequeñas vasijas de varias formas. En algunas zonas del Lacio se encuentran
urnas más elaboradas con forma de choza a imagen de las viviendas.

Parte de la artesanía se fabricaban en el ámbito familiar, aunque la artesanía especializada ya empezaba a


desarrollarse. La cerámica de impasto domina la Cultura Villanoviana, se trata de un barro tosco y grisáceo,
de tacto jabonoso y con cierto brillo. Todavía se desconoce el torno, no lo necesitan. Esgrafían la cerámica
con relleno de pasta blanca, lo que permite cubrir amplios espacios con motivos geométricos sencillos, pero
bien trabados: grecas, cuadros concéntricos, cruces gamadas, … Estos motivos están compuestos en frisos.
Aunque el alfarero villanoviano sigue la tradición decorativa del Bronce Final, lo complementa con el estilo
geométrico de la cerámica griega, que empieza a llegar a sus puertos.

Empieza a destacar el trabajo del metal: se empiezan a enriquecer los cascos, se hace nuevas formas para las
fíbulas tradicionales y se difunden cinturones en forma de rombo. Cada vez se encuentran más objetos de
bronce en los ajuares (casco hemisférico de la tumba de Tarquinia, 800 a.C.)
A mediados del s. VIII a.C., a comienzos del llamado Período Villanoviano II, los pueblos villanovianos se
desplazan hacia las costas, crecen alianzas entre ellos y surgen las ciudades amuralladas. Esto lleva consigo
una drástica jerarquización de la sociedad. Los ajuares de las tumbas se diversificaron: algunos empezaron a
enriquecerse (número de armas), lo que llevo a ampliar las fosas para los cadáveres y los pozos para las urnas
cinerarias. Algunas personas de estas ciudades crecientes concentraban el poder controlando el comercio de
los minerales, poseyendo tierras y contando con centenares de cabezas de ganado. Por encima de ellos estaba
el lucumón o monarca.

A su vez aparecen los talleres artesanales que cada vez elaboran objetos más complejos y atractivos (segunda
mitad del s. VIII a.C.) para la clase privilegiada. Aunque las fórmulas villanovianas de la artesanía seguían en
auge, se multiplican los objetos procedentes de la Grecia geométrica (a veces se combinan ambas fórmulas).
Aparecen unos pequeños sellos o improntas en relieve que aplican varias veces sobre la vasija, antes de
cocerla, con lo que se simplifica la labor decorativa, se hace manera lineal y repetitiva.

Ya realizada con torno, otros artesanos reproducen diseños y utilizan técnicas de la Hélade, apareciendo la
cerámica “etrusco-geométrica”. A finales del siglo VIII, aparecen las primeras evocaciones de la aristocracia
etrusca y sus ceremonias fúnebres. Se empieza a colocar el casco real del guerrero en la urna cineraria en vez
de una copia de barro. Las urnas empiezan a ser de metal

Destaca un askos en técnica de impasto, destinado seguramente a libaciones funerarias y


hallado junto a Bolonia. Este botijo consta de cuatro patas y cabeza de toro; el asa es un
jinete. Hombre, caballo y toro evocan la plástica griega del momento y responde al ideal de
noble villanoviano, cabalgando por sus tierras con yelmo y escudo, contemplando sus
reses. Se trata de una superposición de las figurillas, simple en apariencia pero que exige Askos, Bolonia.
una labor de síntesis asombrosa. S. VIII a.C.

Otra obra a destacar es la Urna de Bisenzio, hallada junto al lago de Bolsena. Se ha dejado
a tras el impasto e impresiona su decoración: en torno a un animal encadenado y erguido, un oso, danzan
hombrecillos desnudos; más abajo, sobre el hombro de la vasija, alejada de la forma bicónica, diversos
guerreros agitan sus armas mientras que conducen a un prisionero, acompañados por un campesino con su
buey. La iconografía parece aludir a los funerales de un aristócrata etrusco; en su honor se sacrifican un ser
humano y un animal doméstico, mientras se celebra un combate contra una fiera (origen del espectáculo de
gladiadores).

Urna cineraria de Bisenzio, 710 a.C.


La Cultura Lacial
La Cultura Lacial es una vertiente de la Cultura Villanoviana y el origen de la Cultura Romana. Roma se
organiza en un lugar lleno de montes cerca del Tiber, las siete colinas son el Palatino, Celio, Capetolino y
Aventino que se encuentran al sur, son las más importantes. En esta zona el río presenta una isla que permite a
las vacas atravesar el río en verano. Al otro lado del río se encuentran los villanovianos etruscos. La Colina
Quirinal, Verinal y Esquilino son las otras tres colinas.

Según la leyenda Rómulo fundó la ciudad entre los montes Capitolino y Palatino y pobló las ciudades con
pueblos de fuera. Raptó a las sabinas, por lo que se enfrentan los hombres de Rómulo y de Tito Silvio, hasta
que las sabinas les proponen una unión y así surge Roma como tal. Rómulo es quien crea el senado que reúne
a las gens.

Excavaciones en el Palatino han sacado a la luz restos de dos chozas villanovianas. Se han encontrado los
agujeros donde se enclavaron los postes. Retocados en siglos posteriores, para recordar a Rómulo. En el Foro
(valle) se han encontrado restos de tumbas, pertenecientes a la fase primera de la Cultura Lacial, con una
vasija de metal. En el rito funerario, a diferencia del los villanovianos, introducen en el pozo excavado una
gran tinaja, con el fin de proteger la urna cineraria y el ajuar. Los latinos cambian la urna cineraria bicónica
por la de forma de cabaña.

La segunda fase de esta cultura se desarrolla desde principios del s. IX hasta mediados del VIII a.C. y amplia
los contactos con la Cultura Villanoviana. Sigue el Lacio con sus ritos funerarios, pero aumentan las
inhumaciones.
Tema 2: Etruria Orientalizante (700-600)
Hacia el 700 a.C. se da por finalizado el período Villanoviano II. Las diferentes zonas de Etruria protagonizan
diferentes evoluciones. Ya hacia tiempo que los griegos comerciaban en las costas itálicas, pero cuando estos
empezaron a sufrir las invasiones dorias, otra gran potencia llegó a las costas itálicas: los fenicios. Llegaron
con un comercio de minerales y objetos exóticos dando lugar al período Orientalizante. Entre ellos oro, marfil,
huevos de avestruz o madera de ébano

En las relaciones entre etruscos y fenicios es evidente en el entorno funerario, con el enriquecimiento de los
ajuares y la creación de las tumbas principescas, pertenecientes a un prínceps (aristócrata etrusco). Son
abundantes y muy ricas. Para los prínceps lo importante no es el poder, sino la opulencia que de él deriva.

Todas estas tumbas presentan un trono de forma redondeada y muchas de


ellas también presentan carros, normalmente con dos ruedas para ser
tirado por un caballo o de cuatro ruedas, sobre el cual se colocaba y
trasladaba al difunto. En consecuencia, se desarrollan tanto la cremación
como la inhumación. Los ajuares eran muy ricos, con piezas importadas,
lo que hace evidente que los propietarios eran poderosos comerciantes.
Se solía colocar un escudo en el caso de los hombres y joyas en el caso
Tumba principesca s. VII a.C.
de las mujeres.

Empiezan a surgir los primeros hipogeos, completados a veces con sillares, que pueden recibir uno o varios
cuerpos. Resalta la tumba Regolini-Galassi de Caere (hacia el 660 a.C.), encontrada en Cervéteri. Cuenta
con un dromos o corredor y una cámara al fondo medio excavada en la roca y compuesta por aproximación de
hiladas. Perteneció a una mujer llamada Larthia, y la cámara esta entre dos habitaciones ovaladas
pertenecientes a dos hombres. Finalmente, otro varón fue enterrado en el dromos. Las tumbas podían abrirse
fomentando la concepción de familia.
Otra tumba importante es la Tumba de la Cabaña en Caere. Con la reproducción de las tumbas de hipogeas,
más sólidas y resistentes, los etruscos reprodujeron una casa (la tumba era la cabaña del fallecido en el más
allá). En este caso la tumba está totalmente excavada en la roca, formando una cabaña villanoviana, con
columen incluido y dividida en dos habitaciones por una puerta en arco.

Las artes de Oriente


Los fenicios traían sus propias vasijas y los etruscos comenzaron a imitar sus obras.
De esta forma se mezclan tanto influjos orientales como griegos: los etruscos
asumieron gran parte de la mitología griega, aceptando su dioses, alfabeto e
iconografía. Las primeras vasijas que se elaboraron fueron los buccheros, vasos de
pasta negruzca realizados mediante una cocción reductora. Se dan en Caere entorno
al 670 a.C., pero es en el período Arcaico cuando obtienen su mayor desarrollo.
Están inspirados en la imagineria fenicia con formas griegas.

Bucchero etrusco.
Finales s. VII a.C.
Vasija de Aristónotos

Esta vasija representa dos escenas: una el saqueo de un barco


a otro y otras mitológica: Ulises cegando a Polifemo, uno de los pocos temas
reproducidos en Etruria durante el s. VII a.C. Aristónotos es el alfarero, y firma la
pieza con una inscripción peculiar “el mejor de los bastardos”. Seguramente se tratase
de un artesano griego que viajase a Etruria, lo que evidencia la llegada de las piezas y
también la llegada de artistas del extranjero. Estos artesanos extranjeros formarían
discípulos nativos, los cuales seguirían teniendo en cuenta las técnicas villanovianas.

Patera de plata dorada


Hallada en la Tumba Bernardini. Imita la iconografía del faraón egipcio
derrotando a sus enemigos. Alrededor aparece un friso intermedio de caballos en
secuencia. En la franja exterior, limitada por una serpiente, se muestra una escena
narrativa (parecida a un cómic) en la que el rey acude a la montaña, caza un
ciervo, ofrece un sacrificio, se enfrenta a un simio peludo, lo vence y vuelve a
palacio.
Metales y marfiles
Los materiales comunes siguen siendo el bronce y la plata. En los materiales importados destaca el marfil,
proveniente de los elefantes de Siria, y el oro (Etruria es rica en muchos minerales, pero no en éste). Los
etruscos lo compran a los fenicios que lo traen de Egipto lo que lo convierte en un material de estatus.

Fíbula de sanguijuela

Las fíbulas eran elementos importantes de la vestimenta etrusca y un objeto de ostentación ricamente
decorado. Evolucionaron desde las formas villanovianas, destacando la forma de “sanguijuela”, con un grueso
arco curvo y decoraciones de animales.

Fíbula de bronce con forma de “sanguijuela”. Fíbula de oro con forma de “sanguijuela”.
S. VII a.C. Decoración geométrica. S. VII a.C.

Los etruscos aprendieron de los fenicios el trabajo con oro, llegando a superar a veces el trabajo micénico.
Trabajaron con el martilleado, el grabado a buril, el repujado y el granulado (técnicass característica de la
joyería etrusca). La técnica del repujado la utilizaban para disimular las juntas del metal.

En cuanto al marfil, los etruscos compraron a los fenicios piezas ya


elaboradas, pero también colmillos de elefante, lo que permitió la
organización de talleres locales en los que intentaron reproducir en sus tallas
las estéticas asiria, siria y fenicia.

Estos trabajadores del marfil debían atender a las necesidades prácticas de


sus clientes: hacían peines, tallaban mangos de abanicos. Su forma de mano
sigue los patrones orientales, pero su decoración denota el trabajo etrusco
(quimeras y esfinges con rasgos helénicos).
Peine de marfil. Tumba de los
Marfiles de Marsiliana d’Albegna.
S. VII a.C.

Fíbula y pectoral

Ambos objetos se encontraron en la tumba de Regolini-Galassi. La fíbula, que reposaría


sobre el hombro de la difunta, conocida como “fíbula de disco”, estaba compuesta de
tres partes: una “fíbula de navecilla” con animales realizados en distintas técnicas, dos
broches transversales y un magnífico disco oval sobre el que pasean cinco leones en
relieve.

El pectoral, una pieza de bronce recubierto con láminas de oro, se


colocó sobre el cuerpo de la difunta Larthia durante el ritual
funerario, para demostrar su poder. Esta basado en modelos egipcios y presenta una
minuciosa decoración de frisos inacabables de leones, panteras, esfinges, grifos, …, todo el
repertorio Orientalizable.
Fíbula de Prenestina

Es una obra destacable por la inscripción que presenta. Es una fíbula de oro con una inscripción, considerada
el primer testimonio escrito del latín antiguo. La Fíbula, hallada en Palestrina, la antigua Preneste, había sido
objeto de un intenso debate sobre su autenticidad desde su presentación oficial en 1.887 por el arqueólogo
alemán Wolfgang Helbig. La autenticidad de la preciosa hebilla, datada en el siglo VII a. C., y su inscripción,
considerada el testimonio más antiguo de la lengua latina, ha sido confirmada por estudios científicos.

La inscripción, que está escrita de derecha a izquierda como es habitual en las inscripciones latinas arcaicas,
dice lo siguiente: MANIOS MED FHEFHAKED NVMASIOI, que transcrito al latín clásico sería: MANIUS
ME FECIT NUMERIO. Que en castellano se podría interpretar como: “Manio me hizo para Numerio”

El nacimiento de las Artes Mayores


Durante el s. VIII se desarrollo en Etruria las Artes Mayores. De cara a la arquitectura, esta se centró en el
entorno funerario, (en Grecia fue entorno a los templos), ya que los etruscos daban más importancia a la vida
después de la muerte que a los dioses. Las tumbas se hicieron más amplias, con un techo de madera bajo un
túmulo artificial (debían ser tumbas resistentes para una vida eterna). Tal fue el comienzo de las tumbas de
cámara, con muros y cubiertas indestructibles. Así nació la arquitectura etrusca

Estas nuevas tumbas tenían otra característica, se podían abrir (Regoloni-Galassi), para realizar varios
enterramientos, fomentando así la exaltación de la familia. Se convirtieron en símbolo de los valores más
propios de la aristocracia tirrena.

La choza villanoviana se dignificó imponiéndose la planta cuadrangular sobre la ovalada: se hicieron estancias
regulares divididas en dos habitaciones: una sala de estar, que daría lugar al atrium y una habitación privada,
el futuro tablinum, como dormitorio. Se fue sustituyendo con adobes el tapial de los muros. Se mantuvieron
los porches y comenzaron a construirse en piedra los cimientos y zócalos. En las moradas más ricas se
generalizo la yuxtaposición de cabañas en un recinto cerrado.

La pintura comenzó a desarrollarse como elemento decorativo de paredes y tejados, sobre paneles de terracota
o sobre el muro de las estructuras hipogeas.

Tumba de los Ánades

En esta tumba se han encontrado esquematizadas


representaciones de aves en procesión, muy
parecidas a las que en Caere se representaban
sobre cerámica. Esta gran ciudad etrusca se
caracteriza por la pintura de garzas y otras aves
esquemáticas.

La escultura se desarrolló, pero con dificultades


debido al tamaño. El influjo egipcio se inclinaba
hacia esculturas monumentales, eran complicadas
de tallar por los artesanos etruscos. Su habilidad era moldear el barro o fundir múltiples figurillas de bronce.
Esculturas de Ceri

En la tumba principesca de Ceri, junto a Caere, datada del 650 a.C., se encuentran a ambos lados de la
entrada, dos altorrelieves monumentales de antepasados toscamente tallados en la piedra. Esto nos demuestra
que la escultura llego a Etruria al mismo tiempo que a la Hélade. Presenta un estilo neohitita o arameo, lo que
nos lleva a pensar en el origen fenicio de esta innovación.
TEMA 3: Arcaísmo Etruria y Roma. Roma de los Tarquinios (s. VII – VI a.C)
Durante un siglo y medio se contempla una sociedad tan rica en bienes como en iniciativas, y unos artistas
capaces tanto de aprender como de innovar. El período que va del 630 y el 580 a.C., constituye el final del
Período Orientalizante y el principio del Arcaísmo. A finales del s. VII desparecen las lujosas mercancías
fenicias, imponiéndose la cerámica griega; al principio los productos de Corintio y Jonia; en las primeras
décadas del s. VI, toma el relevo, las vasijas áticas de “figuras negras”.

Según pasan los años, la economía mejora, la riqueza fluye y aumenta el número de naves. Los tirrenos crean
una “Confederación etrusca” pensando en su seguridad y en actividades conjuntas. Allí se reunirían los reyes
o lucumones.

Los tirrenos, se plantean intervenir en le potencial marítimo y en la organización de puertos para lanzarse al
comercio mientras se expanden al norte y mantienen relaciones con Roma al Sur. Hacia el 545 a.C., pactan
con Cartago un reparto del comercio en el Mediterráneo occidental, todo ello por protegerse de las
consecuencias de la invasión de Jonia por parte de lidios y persas. Numerosas flotas huyendo de Anatolia, se
disponían a crear colonias en Occidente para comenzar una nueva vida. Las naves de Caere intervinieron
derrotando a los intrusos. La paz se impuso y Etruria comenzó unas de las décadas más brillantes y creativas
de la historia, bajo el dominio de sus aristócratas y mercaderes.

Con el paso del tiempo, aumentó la inseguridad en los mares, lo que conllevo a que la sociedad tirrena viera
amenazado su próspero tren de vida. En algunas ciudades, se instauraron monarquías capaces de reunir
ejércitos. Estos personajes acrecentaron el prestigio de sus ciudades, construyeron tempos y santuarios,
conquistaron territorios y fundaron algunas colonias. Si estos gobiernos caían derrocados, la viejas familias
principescas y comerciantes tomaban de nuevo el poder. Los etruscos se dejaron influir por el estilo cultural y
comercial de la Hélade, el del Arcaísmo Final, pero no por sus reformas políticas.

Arquitectura
Las construcciones fueron ganando consideración durante el s. VII a.C.; la piedra se apoderó de los cimientos,
el adobe sustituyó al tapial y ciertos edificios, en los últimos años, se enriquecieron en sus cubiertas con
elementos de terracota. Destacaron las tejas planas (tegulae) y las angulares o curvas (imbrices). Se redujo la
inclinación de las vertientes, para evitar que los tejados se cayeran.

Se empezaron a modelar adornos del mismo material que desarrollaron en poco tiempo una estética colorista y
en relieve.

La casa itálico-etrusca

En el s. VI, se empieza a perfilar la casa que


conocemos como “casa itálica”. Tras la puerta
principal (astium) y a ambos lado de un breve
pasillo (las fauces) se abre unas cámaras,
almacenes. Mas adelante encontramos el atrio
(atrium), donde ser reunen las familiar y los
visitantes. Flanqueado por pequeñas
habitaciones (cubicula), al principio es oscuro,
sin ventanas, pero más tarde se ilumina al
hacer una abertura en el tejado, el
compluvium, que deja pasar la lluvia, y bajo el
cual se situa un deposito, el impluvium, que recibirá y conservará el agua de la lluvia, para su uso diario. Se
han descubierto algunas casas con unos postes o columnas destinados a sostener la techumbre del
compluvium. El atrio da paso a tres habitaciones al fondo: el tablinium, ambiente intimo de los propietarios, y
dos habitaciones que lo flanqueaban, destinadas seguramente a otros miembros de la familia.

Las casas tenían un solo piso y el espacio entre el techo y el tejado lo usaban de almacenamiento. Los tejados
solían ser de doble vertiente pero los techos, vistos desde abajo, eran planos, dejando las vigas a la vista. En
los marcos de las puertas sobresalía el dintel sobre las jambas.

Palacio etrusco

Hay veces que se encuentra alguna vivienda atípica, se trata del palacio de algún monarca o aristócrata. Se
suelen encontrar alejados de las ciudades para un mayor control de las tierras. Se presentan como un conjunto
de estancias, numerosas, tras un pórtico, articulado en dos o más frentes en torno a un patioUna de las
estancias sirve como sala de recepción, flanqueada por dos habitaciones menores que se abren a ella. El techo
se había hecho de adobe se empieza a expandir el uso de la teja. Encima de las vigas largas del tejado añaden
figuras de terracota que representan ideologías e incluso antepasados y frisos en los que acostumbran a
representar banquetes en los que aparecía el hombre tumbado y en ocasiones la mujer o empleadas mirándolo.

Destaca el Palacio de Murlo, cerca de Siena, construido hacia el 575


a.C., en una columna aislada, sufriendo retoques decorativos hasta que
desapareció en un incendio hacia el 525 a.C. Era un edificio muy
regular, prácticamente cuadrado, con pórticos en tres lados de su patio,
con columnatas o postes de madera que se unen a la pared por un
tejado. Un recinto independiente en el lado occidental, junto a una sala,
que probablemente fuese la sala de recepción.

Arquitecturas funerarias

La mayor parte de los sepulcros, durante esta etapa, siguieron siendo como en la Época Villanoviana, de fosa
o de pozo, ya que el pueblo llano no tenía recursos para más. Entre las clases pudientes, escogían para sus
familias, hipogeos que contaban con una cámara simple, precedida por un dromos, y señalada sobre el suelo,
por un túmulo sencillo.

Pero podemos hablar de verdaderas casas subterráneas en Caere y su entorno. Realizaban tumbas parecidas a
sus casas, ya que se suponía que el difunto seguía viviendo en su sepultura. Al conjunto de estas tumbas se les
denomina necrópolis.

Destaca la necrópolis de Banditaccia. Compuesta por túmulos de


distinto tamaño, cuyos perfiles cónicos los corona unos poderosos
cilindros tallados en la roca del suelo y rematados, en la parte alta, por
hileras de sillares y cornisas. Destaca el túmulo de la Cabaña, el mayor
de todos. Cada vez que cubrían una tumba, se ampliaba con más
excavaciones, que cada vez eran más complejas. En ocasiones se dejaba
una marca delante de los túmulos, para indicar cuantas personas estaban enterradas e incluso el sexo al que
pertenecían.

La planta de estas moradas funerarias evoluciona, se pasa de la choza dividida en dos a la casa de con dos
cámaras laterales a la entrada, mas un atrio y un tablino bien marcados. Después se impone una división más
compleja tras las cámaras laterales sigue hallándose el atrio, pero más ancho y profundo, que se abre a tres
salas, como en la casa itálica.
Las tumbas a destacar son:

 Tumba de las cinco sillas: marca el principio de la escultura etrusca,


se representa en sillas, talladas en la propia roca, a posibles antepasados
en barro, que esperan a sus familiares tras su muerte.

 Tumba Moretti: estructura de atrio con columnas para sostener el


techo. Son una adaptación del orden toscano ya que son muy anchas y
con fuste liso, sin estrías y con hipotraquelio (estría que circunda la
Tumba
columna y se encuentra entre el capitel y el fuste) de lasycinco
equino sillas.
finalmente
Necrópolis de Banditaccia.
el ábaco. Cerveteri.

 Tumba de los capiteles: dos columnas que sostienen un atrio y que dan
lugar o entrada a las tumbas. Los
capiteles están tallados y son de orden
jónico etrusco.

 Tumba de los escudos y las sillas: con


espadas y escudos en las paredes,
también encontramos tronos.
Probablemente pertenecía a una persona Tumba de los escudos y las sillas
con gran trayectoria militar. Necrópolis de Banditaccia.
Cerveteri.
Tumba de los capiteles. Las necrópolis más influyentes tenían calles
Necrópolis de Banditaccia. rectas con las entradas a mas o menos la misma distancia y con inscripciones,
Cerveteri.
que en algunos casos han sido tachadas para escribir encima, lo que nos da a
entender que las reutilizaban y que habría un encargado de estas necrópolis.

Los templos

De los templos quedan muy pocos restos. Sabemos de ellos a través de las explicaciones que Vitruvio hace de
la descripción de estos. En un principio los templos etruscos eran muy simples con una sola cella, dando lugar
a edificios de fachada más alta que ancha.

Los santuarios etruscos, al igual que los griegos, eran muy


variados y pueden encontrarse en distintos lugares.
Estaban colocados sobre podios, elemento fundamental
para el templo, cuyo fin era proteger el edificio de la
humedad. Se mostraba como una base alta. Tenían una
sola entrada frontal (característica importante de la
arquitectura romana). Dos o tres filas de columnas
toscanas muy separadas entre sí, actúan en forma de
entrada. El arquitrabe (parte inferior del entablamento que
se apoya directamente sobre las columnas. Su función
Templo etrusco según la descripción de Vitruvio. estructural es servir de dintel, para transmitir el peso de la
cubierta a las columnas) es de madera con recubrimientos
de terracota. Vitruvio habla de tres puertas: dos de entrada a celdas o una celda y almacenes laterales (no se
saben si todos los templos tenían esta repartición).

Vitruvio solo habla del templo de Júpiter. Otros como el de Apolo o Minerva, tienen figuras en el techo sobre
la viga principal con un solo acceso. Descansaba sobre un podio en piedra para prevenir el agua y a partir de
ahí diversos materiales como madera y terracota.
En el s. VI a.C. en Roma, tras el Período Orientalizante, marcado por el influjo tirreno, ocupan el trono tres
monarcas de origen etrusco, estamos en el reinado de los Tarquino. Desde el principio quisieron ser vistos
como verdaderos tiranos, mantuvieron a los senadores a raya, ya que, para ellos, el objetivo era el
engrandecimiento de la ciudad, la organización de sus ejércitos y la unidad de sus ciudadanos.

La acción de estos reyes dotó a Roma de templos y tradiciones muy relevantes, crearon una cárcel y
almacenes para el grano. Pero no crearon una necrópolis, ya que, para la unidad de la ciudad no se podía dar
tanta importancia a la familia. Crearon varios servicios públicos como los templos del área sacra. Uno de ellos
el templo de Júpiter Capitolino, fue el centro cultural y religioso del mundo romano. Contaba con seis
columnas toscanas en la fachada en filas de tres, vigas salientes con
remates decorativos, frisos adornados y en lo más alto se tiene
constancia escrita de una cuadriga con Júpiter, su esposa Juno y su hija
Minerva, culto a tres deidades que une a los etruscos y a los romanos
ya que Júpiter tiene origen romano mientras
que Juno y Minerva tienen origen etrusco. Fue
encargada por Tarquinio el soberbio y la
realizó el escultor Vulca de Veyes. También
recurrieron a otros mitos, con figuras como
Rómulo y Júpiter
Templo de Eneas,Capitolino
para desarrollar esta unidad
del pueblo.

En el Lapis Niger (piedra negra) se encuentra un santuario con una inscripción en el


cipo, la primera que se conoce en latín, en el s. VI a.C. Es un monumento funerario,
puede qué de Rómulo, que amenaza con llevar a los infiernos a quien dañará el
monumento. En cuanto a la figura de Eneas, al instalarse cerca del Lacio, en el s. VII
Primera inscripción
a.C., se hizo una tosca tumba, probablemente principesca, que se reconstruyó en el s. en latín. S.VI a.C.
VI a.C. y se dijo que allí estaba enterrado Eneas, haciendo este lugar de culto y se le Lapis Niger, santuario
de Rómulo.
dedicaron altares.

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