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MARCO POLÍTICO DEL ROMANTICISMO

Desde la guerra de la Independencia, los liberales, (partidarios de una constitución


que reconozca la soberanía nacional y consagre las libertades), se enfrenta con los
absolutistas, (defensores del poder absoluto de la monarquía y de la alianza de la Corona
con la Iglesia). En 1836, el liberalismo ha triunfado. La situación política del siglo estará
marcada por el conflicto entre las dos ramas del liberalismo: la moderada y la progresista.

A la regencia moderada del general Espartero (1841-1843) suceden los moderados,


cuyo hombre principal es Narváez. La revolución de 1854 inaugura un bienio progresista
y, desde 1856 a 1868, se alternan en el poder los moderados y la centrista “Unión Liberal”
liderada por O’Donnell. Es la era de Isabel II, que ha subido al trono en 1844, los años de
la moderación, los de la Constitución de 1845 con sus restricciones al sufragio y a la
soberanía nacional.

Todo va a cambiar a la sociedad, que se hace más urbana, financiera e industrial; la


máquina de vapor y el ferrocarril van a cambiar el horizonte económico y social; las
antiguas creencias se adoptan a los nuevos intereses. Surgen nuevos sectores (clases
medias, obreros industriales). La Iglesia pierde poder económico , enriqueciéndose de esto
la aristocracia.

El liberalismo moderado avanza en las nuevas clases, prolongándose hasta la


Restauración (1874-1902). Son años grises, de prudencia, orden, calma interior y
patriotismo que exalta la intervención militar en Marruecos (1859) y en el Pacífico (1862-
1866); años de negocios en la Bolsa y de inversión de capital extranjero; de pacto político
y de recelo ante todo lo que se sospecha revolucionario (movimientos demócratas y
federalistas).

La revolución de septiembre de 1868, mostrará fragilidad en el moderantismo,


debido a la falta de respuestas políticas a los numerosos partidos y las clases populares.
Respuestas que luego se encuentran durante el sexenio revolucionario (Regencia de
Serrano, Monarquía de Amadeo, Primera República).

MARCO SOCIOCULTURAL Y LITERARIO


El Romanticismo se forjó como una reacción contra el Neoclasicismo del siglo
XVIII con el predominio de la razón y de la experiencia, mientras que el Romanticismo es
una exaltación de los sentimientos personales, del individuo frente a la colectividad y el
rechazo de las reglas unido a la libertad creadora.

El Romanticismo no solo era un movimiento artístico y literario, sino también una


actitud ante la vida. Sus seguidores eran jóvenes liberales que defendían la libertad de la
persona y de los pueblos, la primacía de los sentimientos sobre la razón, la subjetividad del
individuo y el genio creador, despreciando las normas artísticas que tuvieron tanta
importancia durante el siglo XVIII.

El romanticismo literario español tiene una orientación conservadora, ligado al


movimiento tradicionalista español, a la Edad Media y al cristianismo, por eso le sucede el

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romanticismo liberal en 1833. En 1835 se publica “Don Álvaro o la fuerza del sino” de
Duque de Rivas, en 1840 “Don Juan Tenorio” de Zorrilla. En los años ’50 la literatura
entra en lo que se conoce como posromanticismo con Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía
de Castro, que aunque son románticos tardíos, son románticos auténticos.

El romanticismo tiene unos géneros predilectos y específicos como el teatro, la


poesía lírica, el cuadro de costumbres, la leyenda y la novela histórica.

El teatro tuvo como género por excelencia el drama. El autor no quería que su
genio creador fuera sometido a ninguna regla; por eso en los dramas románticos se
mezclan la prosa y el verso, lo cómico y lo trágico, no se respetan las unidades de tiempo,
acción y lugar, se utilizan versos de diferente medida y hay un número variable de actos. El
protagonista es un hombre de origen desconocido, noble y generoso, enamorado de una
dama que le corresponde; pero su amor se ve obstaculizado por un destino fatídico que le
conducirá finalmente a un final trágico. Los acontecimientos se sitúan en un marco que
refleja las acciones y los sentimientos de los personajes.

La poesía tiene rasgos comunes con el teatro. Reproduce las actitudes de la época:
subjetivismo, pesimismo y melancolía, rebelión y lucha por la libertad, supremacía del
sentimiento. Los temas que se prefieren son los históricos, sobre todo de carácter
legendario y caballeresco; la muerte junto al amor también aparece. En relación con la
forma, los poetas románticos rechazan cualquier tipo de preceptiva y mezclan géneros
literarios y distintos tipos de versos en una misma obra, buscan una renovación que afecta
sobretodo a las estrofas y a los versos.

La prosa romántica se desarrollo en torno a dos géneros: la novela histórica y el


costumbrismo. La primera es una manifestación más por el gusto romántico por el mundo
caballeresco medieval. En España tuvo poco desarrollo. Los cuadros de costumbre son
descripciones breves que recogen los modos de vivir del pueblo de una manera realista.

Los derechos de la pasión y el genio, la confesión íntima, el entusiasmo o el fracaso


amoroso, la descripción de una naturaleza asociada a los sentimientos, el gusto por lo
pintoresco, la evocación del pasado histórico, son algunos de sus aspectos temáticos. Pero
el núcleo temático de este movimiento es EL YO PERSONAL, haciendo su propio yo
como tema principal, con gran individualismo y una extrema subjetividad.

La acción se enmarca en una naturaleza abrupta, hostil y llena de fuerza. Los


paisajes lúgubres, el mar embravecido, las tormentas, la noche, los cementerios, las ruinas,
haciendo crear ambientes y subrayar los sentimientos melancólicos o exaltados de los
personajes.

El estilo hace sorprender y sobrecoger al lector. Utiliza con frecuencia una rica
adjetivación, continuas exclamaciones, interrogaciones, hipérboles y otras figuras que
contribuyen a enfatizar los sentimientos que se quieren expresar.

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BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Gustavo Adolfo Bécquer nace en Sevilla el 17 de febrero de 1836. A los 18 años se
traslada a Madrid, donde empieza sus primeros trabajo como periodista y censor de
novelas. Los primeros años son duros. Las esperanzas de triunfo inmediato se desvanecen;
decide realizar una extensa obra: Historia de los templos de España, en la cual las grandes
catedrales e iglesias del país serían descritas y exaltadas como expresión de una profunda
religiosidad. Se documenta, escribe, busca colaboradores y patrocinadores, pero el
resultado no es el esperado; tres años después, en 1857, sale a la venta una parte de su
obra, cinco entregas, para quedar luego suspendida. Sus amigos le dicen que busque
nuevos trabajos literarios de qué vivir, pero Bécquer se niega. Poco a poco va entrando en
razón: participa en la fundación de un periódico efímero, El Mundo, y colabora en El
Porvenir y El Correo de la Moda, acepta otros trabajos como escribir las biografías de
diputados, traducir y adaptar obras de teatro. Incluso consigue un puesto en la Dirección de
Bienes Nacionales, pero lo pierde rápidamente.

En 1858 Bécquer sufre una enfermedad y para pagar los gastos que le ocasiona
tiene que publicar su primera leyenda El caudillo de las manos rojas. Bécquer conoce a
Julia Espín, se enamora de ella. Visita con alguna frecuencia su casa, comenzando a
escribir las rimas. Julia podría ser, muy probablemente, la inspiradora en las primeras
rimas, pero ella no le corresponde. En 1859 colabora con el periódico La Época, como
crítico literario. También aparece la primera rima publicada personalmente por él: Tu
pupila es azul.

Continua su actividad teatral escribiendo zarzuelas. En 1860 aparece Cartas


literarias a una mujer, reflexionando sobre la poesía y la literatura. En 1861 se casa con
Casta Esteban, en 1862 y 1865 nacerán sus dos hijos, pero el matrimonio no será feliz.
Entre 1861 y 1864 publica numerosas leyendas y narraciones, trabajos periodísticos y
continua adaptando obras, alcanzando un cierto éxito. En 1864 González Bravo, ministro
de Gobernación, periodista que admiraba mucho a Bécquer, le hace titular en el
departamento del ministerio encargado en la censura de novelas en materia religiosa y
moral. Hasta 1868 Bécquer disfruta del cargo. En 1867 Bécquer prepara un manuscrito con
todas sus rimas que González Bravo pensaba publicar a sus expensas.

En 1868 se separa de su mujer, que mantiene relaciones con otro hombre. Este
mismo año, la revolución de septiembre hace caer a la reina Isabel II. El palacio de
González Bravo es saqueado y allí aparecen el manuscrito de las rimas, que el poeta había
entregado al ministro.

Bécquer pierde su puesto de trabajo y se dirige a Toledo a vivir con su hermano


Valeriano. En esta época de abatimiento reconstruye de memoria todas las rimas en el
Libro de los gorriones, (que es el que se conserva actualmente). A finales de 1869 regresa
a Madrid, volviendo al periodismo como director general de La Ilustración de Madrid.
Muere su hermano, se reconcilia con Casta y se encuentra con su amigo de la infancia, a
quien entregará el manuscrito de sus obras. Dirige aún un último periódico, El entreacto,
donde aparecerá su último trabajo inacabado Una tragedia y un ángel.

El 22 de diciembre de 1870, muere Bécquer a los treinta y tres años de edad.

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RIMAS DE BÉCQUER
Las Rimas de Bécquer se dividen en cuatro partes:
 La 1ª (I-XI): desarrolla el tema de la poesía, la creación literaria, la inspiración, la
reflexión filosófica.
 La 2ª (XII-XXIX): es el gozo del enamorado, la exaltación amorosa...
 La 3ª (XXX-LI): con el desaliento romántico y el engaño amoroso.
 La 4ª (LII-LXXIX): es el sentimiento de dolor y angustia que se proyecta sobre la
condición humana, la muerte y la pregunta sobre la inmortalidad.

RIMA XLII

Bécquer no deja de hablar de sí mismo: su vida interior. Y se lo dice a un tu, como


si de una carta o una conversación se tratara, que nombra a la mujer que le ama, a la que un
día le amó y a la que le abandonó. Todo el camino que va desde el presentimiento del amor
hasta el fracaso, desde que el momento que el amor aparece hasta el momento de la
soledad en que no habrá más que la obsesión del recuerdo, se recorre a lo largo de todas las
rimas.

Bécquer no escribió las rimas en el orden que ahora está. No se sabe la fecha en que
están escritas y tampoco en que circunstancias. Sus amigos las recogieron y las escribieron
como si de una historia se tratase.

Las rimas son poesías breves, de tono popular y gran musicalidad, que forman en
conjunto un cancionero centrado en varios temas básicos: la poesía, el amor, el desengaño,
el dolor, la muerte…

La rima pertenece a la tercera parte, que trata del desengaño y desaliento amoroso.

El tema es la pérdida de un ser querido. El poema esta estructurado en tres estrofas:


en la 1ª el poeta siente un dolor físico que le ocasiona el desmayo, en la 2ª es un dolor
psicológico con ira y lástima a la vez, y la 3ª es la amargura del poeta que agradece un
favor con ironía .

Esta rima tiene un emisor que es el amigo que le da la noticia y el receptor que es el
poeta, quien ha escrito el poema, haciéndonos saber el dolor que siente y que tiene.

Cuando me lo contaron sentí el frío 11


de una hoja de acero en las entrañas, 10 A
me apoyé contra el muro, y un instante 10
la conciencia perdí de donde estaba. 11 A

5 Cayó sobre mi espíritu la noche, 11


en ira y en piedad se anegó el alma 10 A
¡y entonces comprendí por qué se llora, 10
y entonces comprendí por qué se mata! 11 A

Pasó la nube de dolor… Con pena 11

4
10 logré balbucear unas palabras… 10 A
¿quién me dio la noticia?… Un fiel amigo… 10
Me hacía un gran favor… Le di las gracias. 11 A

La métrica de la rima es: versos endecasílabos y asonantes en los pares, es una


copla (cuatro versos, que riman en los pares, en asonante o consonante, quedando los
impares libres).

Utiliza muchos adjetivos referidos al campo semántico del dolor como son: la ira ,
la piedad, la pena, el frío que sintió al recibir la noticia, las ganas de llorar y de matar…

Los recursos literarios utilizados son:


Hipérbaton: resaltar el dolor físico del poeta cuando está a punto de desmayarse.
“[…] me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba[…]”

Metáfora: el poeta lo vio todo negro, sin una explicación.


“[…] Cayó sobré mi espíritu la noche, […]”

Paralelismo: resalta los sentimientos del poeta.


“[…] ¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata! […]”

Interrogación:
“[…] ¿quién me dio la noticia? […]”

Símbolo: Expresa como recibió la noticia.


“[…] de una hoja de acero en las entrañas […]”

Utiliza imágenes, es decir, la representación de experiencias sensoriales: sonido,


tacto, movimiento. Necesarias cuando se pretende expresar, algo confuso, interior,
inexplicable. Las más frecuentes en las rimas son las de luz y movimiento; lo que se mueve
y lo que corre, lo que se expande y lo que asciende, expresa la animación del mundo –el
mundo tiene alma-. En esta rima las imágenes se expresan en los versos de la primara
estrofa:
“Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante,
la conciencia perdí de donde estaba. […]”

La música de las rimas, el ritmo, lo toma a la vez de la tradición culta y de la


popular.

Bécquer decide escribir con un lenguaje diferente al de todos los días, quiere un
lenguaje que vaya más allá del lenguaje verbal articulado que expresa lógicamente ideas.
No se trata de ideas, sino de sentimientos, de imágenes y de música. Se trata de llamar a la
vida misma para que entre en el poema. Por eso el lenguaje que utiliza es sencillo, ya que
no quiere que los poemas parezcan poéticos por sí mismo, sino que evoquen a la verdadera
poesía.

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