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DERECHO ADMINISTRATIVO II

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHIHUAHUA

ACTO ADMINISTRATIVO

Declaración de voluntad de un órgano de la administración pública, de naturaleza reglada o


discrecional, susceptible de crear, con eficacia particular o general, obligaciones, facultades, o
situaciones jurídicas de naturaleza administrativa.

ELEMENTOS: SUBJETIVO, OBJETIVO Y FORMAL

El sujeto del acto administrativo es el órgano de la Administración Pública que lo lleva a cabo.
En su carácter de acto jurídico, el acto administrativo exige ser llevado a cabo por quien tiene
aptitud legal. Es decir, tratándose de los actos del Poder público se necesita la competencia del
órgano que los ejecuta. La competencia en derecho administrativo es el poder legal de ejecutar
determinados actos ya que es la medida de las facultades que corresponden a cada uno de los
órganos de la Administración. La competencia requiere siempre un texto expreso de la ley para
que pueda existir.

Que exista un objeto es otro elemento fundamental del acto administrativo y éste debe ser
determinado o determinable, posible y lícito. La licitud supone no sólo que el objeto no esté
prohibido por la ley, sino que además esté expresamente autorizado por ella, excepto que la
propia ley otorgue facultad discrecional a la autoridad administrativa para elegir y determinar el
objeto del acto. En el caso de la facultad discrecional la legalidad del objeto deberá no contrariar
ni perturbar el servicio público, no infringir normas jurídicas ni ser incongruente con la función
administrativa.

El motivo del acto es el antecedente que lo provoca, es la situación legal o de hecho prevista por
la ley como presupuesto necesario de la actividad administrativa. Estrechamente ligado con el
concepto del motivo está la motivación que es diferente al primero dado que la motivación es el
juicio que forma la autoridad al apreciar el motivo y relacionarlo con la ley aplicable. El motivo
y la motivación son elementos que funcionan como garantías de la seguridad personal y real
dado que la ley constitucional los exige cuando el acto agravia a particulares.

Con respecto a la finalidad del acto, la doctrina ha fijado distintas reglas cuya aplicación en
nuestro medio nos parece indudable y consisten en:

a) El agente debe perseguir un fin de interés general.


b) La finalidad perseguida por el agente público no debe ser en oposición a la ley.
c) Además de que el fin perseguido sea lícito y de interés general, se necesita, el agente que
lleva a cabo el acto debe ser competente.
d) A pesar de ser lícito el fin de interés público y dentro de la competencia del agente, debe
perseguirse por medio de los actos que la ley ha establecido para tal efecto.

La forma es la manifestación material objetiva en que se plasma el acto administrativo, para el


efecto de que pueda ser vista por los sujetos pasivos o percibida a través de los sentidos. Así las
cosas, nuestra legislación establece que todos los actos administrativos deberán constar por
escrito. Sin embargo, en diversas disposiciones administrativas y fiscales se establece el silencio
administrativo.

CARACTERES DEL ACTO: LEGALIDAD, VALIDEZ Y EFICACIA

El acto administrativo tiene las características siguientes:

a) Es un acto de derecho público.


b) Es una decisión ejecutoria.
c) Emana de una autoridad administrativa.
d) Es unilateral y concreta.
e) Crea, reconoce, modifica o extingue una situación jurídica subjetiva.
f) Sirve para satisfacer el interés general.

El principio de legalidad es el principio fundamental que rige a toda actuación administrativa


ya que la Administración Pública sólo puede hacer aquello que le está expresamente
autorizado por la ley. Este principio de legalidad se encuentra integrado por cuatro aspectos:
normatividad jurídica, jerarquía normativa, igualdad jurídica y razonabilidad.
En cuanto a la normativa jurídica, porque toda la actividad administrativa debe sustentarse en
normas jurídicas, independientemente de la fuente de donde provengan, Constitución, ley,
reglamento. Esto es así, porque la legalidad no sólo se refiere a la ley en su sentido formal,
sino que debe entenderse en su más amplia acepción, comprendiendo en ella a todo tipo de
normas que integren el ordenamiento jurídico positivo.

La jerarquía normativa implica que el sometimiento de la administración pública al


ordenamiento jurídico debe hacerse respetando la ordenación jerárquica de las normas.

La norma suprema en nuestro país es la Constitución y es la base de todo el sistema jurídico


por disposición expresa del artículo 133.

La igualdad jurídica significa que en la actuación la administración pública no debe


establecer excepciones o privilegios que excluyan a unos de los que en igualdad de
condiciones se concede a otros.

La razonabilidad consiste en que la actuación de la Administración debe manifestarse


razonablemente, esto es, que el acto en el cual se exprese, se justifique en preceptos jurídicos,
hechos y circunstancias que lo originen.

El principio de eficacia o de economía procedimental, tiene como objeto inmediato hacer


más eficiente la actuación administrativa y la participación de los administrados bajo reglas
de celeridad, sencillez y economía procesal.

Tanto la economía procedimental como el principio de simplicidad técnica, posibilitan una


tutela efectiva de derechos y poderes jurídicos. Se trata de la simplificación de
procedimientos; la concentración en un solo órgano administrativo de los elementos de juicio
respecto de las pruebas, evitándose los reenvíos innecesarios; la actuación oficiosa de la
autoridad y el control jerárquico. Con ello se pretende la pronta solución que reclama el
ejercicio del poder y el respeto al derecho.

CLASIFICACION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

1) Por el contenido:
a) Por los efectos en la esfera jurídica del ciudadano.
b) Por los efectos objetivos.
c) Por el objeto de la declaración.
d) Por el efecto temporal.
2) Por la naturaleza de la potestad:
a) Reglados.
b) Discrecionales.
3) Por los sujetos:
a) Por el número de órganos en la producción del acto.
b) Por el carácter de los órganos.
c) Por los destinatarios.
d) Por la necesidad de aceptación del particular.

Distinción por el contenido del acto

Por los efectos en la esfera jurídica del ciudadano:

a) Actos administrativos favorables o que amplían la esfera o el patrimonio jurídico del


destinatario, que crean o reconocen un derecho o una ventaja jurídica. Son aquellos que
permiten el ingreso de un bien o de un derecho en el patrimonio de los particulares.
Dentro de esta clase se encuentran las concesiones de servicios públicos, de explotación,
uso y aprovechamiento de bienes propiedad del Estado, las licencias, permisos o
autorizaciones y los privilegios de patente.
La autorización, permiso o licencia, es un acto administrativo por el cual se levanta o
remueve un obstáculo o impedimento que la ley establece para el ejercicio de un derecho
de un particular. Constituyen actos que condicionan, para un particular, el ejercicio de
algunos de sus derechos.
b) Actos administrativos desfavorables o que restringen el patrimonio jurídico de los
particulares, que tienen un efecto desventajoso o perjudicial para el destinatario, sea éste
la restricción de sus derechos, la negación de una determinada ventaja o la determinación
del nacimiento de una obligación a su cargo. Son actos que restringen la esfera jurídica
del particular, encontramos aquellos que imponen a los administrados una carga u
obligación de dar, hacer, o no hacer, ejemplos de esta clase de actos lo son, los mandatos
de las autoridades como las de exigir la presentación de libros, papeles, declaraciones,
llamados actos preliminares. Los actos de decisión en el caso de sanciones (clausura de
establecimientos, multas), y los de ejecución forzada como medios por los cuales, la
autoridad administrativa ejerce coacción sobre los particulares que se niegan a obedecer
voluntariamente los mandatos de la ley o las órdenes de la autoridad.
También se incluye al acto de expropiación por causa de utilidad pública, es decir, aquel
acto por el cual el Estado impone a un particular la cesión de su propiedad por una causa
de utilidad pública.
c) Actos administrativos con doble efecto que se subdividen en dos categorías:
Actos administrativos con efectos frente a terceros que además de surtir efectos para el
particular al que se dirigen, crean consecuencias jurídicas para los terceros involucrados
indirectamente. Ej: concesión de líneas de transporte.
Actos administrativos con efectos mixtos que crean derechos o ventajas a favor del
gobernado al que se dirige y la imposición de un gravamen o restricción. Ej: permiso de
venta de vinos y licores que restringe horarios y venta a menores.

Por los efectos objetivos:

a) Actos administrativos constitutivos que crean, modifican o extinguen una determinada


relación jurídica.
b) Actos administrativos declarativos que es la declaración vinculante de un derecho, de una
determinada condición con relevancia jurídica, en una persona, cosa o situación, en
aplicación del ordenamiento jurídico positivo.

Por el objeto de la declaración:

a) Actos reales son actos cuyo objeto es una determinada cosa o actividad y para cuyo
otorgamiento se toman exclusivamente en consideración las circunstancias propias de las
mismas, aunque el acto se dirige hacia una persona.
b) Actos personales se refieren a la situación jurídica de una persona, tomando en cuenta sus
condiciones particulares.
c) Actos mixtos son los que consideran tanto elementos de los actos reales como de los
actos personales, relativos a las características de una persona y de una cosa.

Por el efecto temporal:


a) Actos que se extinguen en una sola ejecución, cumplimiento o al configurarse un único
derecho. Ej: permiso de una fiesta.
b) Actos administrativos con efectos prolongados son aquellos que crean o modifican una
relación jurídica duradera que depende de la propia eficacia del acto.

Distinción por la naturaleza de la potestad ejercitada:

a) Actos administrativos reglados son aquellos cuyo contenido y oportunidad se encuentran


determinados por la ley. Estos actos constituyen una mera ejecución de la ley, el
cumplimiento de una obligación que la norma impone a la administración cuando se han
realizado determinadas condiciones de hecho. La ley determina exactamente no sólo la
autoridad competente para actuar sino también si ésta debe actuar y como debe actuar.
Un ejemplo son los actos de la autoridad hacendaria en ejecución de la Ley de Ingresos.
b) Actos administrativos discrecionales son aquellos cuyo contenido y oportunidad (mérito),
no se encuentra determinado por la ley, sino por el propio órgano. La ley deja a la
administración un poder libre de apreciación para decidir si actúa o deja de hacerlo o en
que momento debe obrar o como debe obrar y que contenido va a dar a su actuación.
Ejemplo: cuando se autoriza a una autoridad imponer una multa calculada entre un
mínimo y un máximo.
El poder discrecional, normalmente lo encontramos cuando en la ley se emplean términos
permisivos o facultativos, dejando a la autoridad libertad de decidir su actuación en base
a consideraciones de carácter subjetivo como la conveniencia, necesidad, equidad o
exigencia de interés público. Igual, cuando la ley prevea dos o más posibles actuaciones
en un mismo caso y no se imponga ninguna de ellas con carácter obligatorio.

Distinción por razón de los sujetos:

Por el número de órganos o entes que intervienen en la producción del acto, pueden ser:

a) Actos administrativos simples, son aquellos cuya existencia depende de la manifestación


de la voluntad de un solo órgano de la administración pública, por ejemplo el decreto
expropiatorio, la concesión o el nombramiento de un funcionario.
b) Actos administrativos complejos, los cuales suponen la concurrencia de varios órganos en
la producción del acto, aun cuando la manifestación de la voluntad sea única, por
ejemplo, todos los actos del Presidente de la República, que requieren el refrendo de un
Secretario de Estado o de un Jefe de Departamento Administrativo en los términos del
artículo 92 de la Constitución o bien, lo que acontece con los acuerdos que se toman en el
seno de las comisiones intersecretariales como el Consejo Nacional de Población donde
están representadas varias Secretarías de Estado, cada una de ellas con interés propio en
materia poblacional.

Por el carácter de los órganos:

a) Actos administrativos colegiales son los actos emitidos por un órgano colegiado.
b) Actos administrativos monocráticos, los cuales son emitidos cuando la decisión del acto
recae sobre un solo individuo.

Por los destinatarios:

a) Actos administrativos singulares son aquéllos que tienen uno o varios destinatarios,
determinados con antelación.
b) Actos administrativos de destinatario general, tienen como destinatario una pluralidad
indeterminada, pero determinable.

Por la necesidad de aceptación del particular:

a) Acto administrativo en sentido estricto, esto es, al ser el acto administrativo una
manifestación unilateral de la voluntad por parte de la autoridad administrativa en
ejercicio de su facultad de imperio, resulta innecesaria la aceptación del particular.
b) Acto-condición, tomado de la doctrina francesa, también denominado acto administrativo
bilateral, donde se parte del supuesto de que el acto administrativo, no obstante ser
válido, se requiere de la aceptación del particular para que sea eficaz.

Distinción basada en la posición del acto en el procedimiento administrativo y su recurribilidad

a) Actos definitivos y actos de trámite: los primeros se entienden como las resoluciones que
ponen fin a un procedimiento administrativo, mientras que los segundos se refieren a que
se van concatenando en el mismo y que tienen una función subordinada a la resolución
final y preparatoria de la misma.
b) Actos que ponen fin a la vía administrativa o que causan estado son los que pueden ser
recurridos en la vía administrativa, esto es, impugnados directamente ante la propia
autoridad administrativa o su superior jerárquico.
c) Actos firmes y actos recurribles: los actos firmes son los que por su naturaleza o bien por
el transcurso del término legal, no pueden ser sujetos de una impugnación administrativa.
O bien, que en la vía del recurso administrativo hayan sido declarados confirmados. Los
actos recurribles son aquellos que a pesar de sus efectos pueden ser impugnados en la vía
administrativa.
d) Actos originarios y actos confirmatorios: los actos originarios son favorables,
desfavorables o mixtos, y pueden estar sujetos a una impugnación si el particular al que
se dirigen se siente lesionado en sus derechos; los confirmatorios se desprenden de un
recurso administrativo que impugnó el acto originario, y ante el nuevo acto no puede
promoverse recurso alguno, siempre y cuando el mismo haya sido declarado confirmado
y firme, presentándose así los tres elementos de la cosa juzgada: identidad de sujetos,
identidad de pretensiones e identidad de fundamentos.

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO PARA LA FORMACION Y EJECUCION DEL


ACTO ADMINISTRATIVO

El acto administrativo para su formación requiere tener una serie de formalidades y otros actos
intermedios que garantizan que la resolución se dicta de acuerdo con las normas legales y no de
un modo arbitrario. Este conjunto de formalidades y actos que preceden y preparan el acto
administrativo forma el procedimiento administrativo de la misma manera que las vías de
producción del acto legislativo y de la sentencia judicial forman respectivamente el
procedimiento legislativo y el procedimiento judicial. Las normas de procedimientos deberán ser
diferentes según que se trate de una actuación que ésta realice por instancia de un particular. Se
entiende por procedimiento administrativo el camino o vía legal que debe seguir la autoridad
para la creación del acto administrativo.

PROCEDIMIENTO DE OFICIO
Es aquel en el que la autoridad actúa espontáneamente, esto es, no requiere ser incitada porque la
misma lo inicia en ejercicio de sus atribuciones. Por ejemplo, el procedimiento de inspección que
llevan a cabo las autoridades laborales para verificar el cumplimiento de las normas relativas a
las condiciones de seguridad e higiene y medio ambiente de trabajo en las empresas; el
procedimiento de verificación sobre el cumplimiento de las obligaciones tributarias que realizan
las autoridades fiscales.

Los requisitos mínimos que deben observarse como condición para abrir o iniciar este
procedimiento son los siguientes:

1) Los motivos que deben provocar la actuación del órgano administrativo.


2) Las consultas que el órgano debe efectuar en forma previa al acto de decisión.
3) Las formalidades que el acto debe revestir en razón de su existencia y validez.
4) La forma como debe notificarse el acto a los administrados a quienes el acto beneficia o
perjudica.

PROCEDIMIENTO A PETICION DE PARTE

Es aquel en que la autoridad es incitada o provocada a actuar por los particulares interesados.
Este procedimiento se inicia a instancia de cualquier persona física jurídica, pública o privada
que invoque un derecho subjetivo o un interés legítimo y dentro de las hipótesis establecidas en
la ley en las que se puede provocar la actuación de la autoridad.

Es necesario además, cumplir con ciertos requisitos tanto subjetivos como objetivos, porque sólo
de esa manera se creará la relación jurídica procedimental entre los sujetos de derecho: la
Administración a través del órgano competente facultado para tramitar el procedimiento y emitir
la resolución final, y la parte interesada.

En cuanto a los requisitos objetivos que debe contener el escrito, en éste deberá señalarse el
órgano al cual se dirige, el nombre de quien promueve, las pruebas que se deben acompañar al
escrito con el fin de acreditar la pretensión, el antecedente de hecho y los fundamentos legales en
que se apoya la petición.
En esta clase de procedimientos debe establecerse en la ley, el plazo máximo para que la
administración actúe y dicte la resolución que corresponda y la forma en que deberá darla a
conocer al particular interesado.

PROCEDIMIENTO DE OPOSICION

Se establece en algunas leyes y es un procedimiento previo al otorgamiento de la concesión que


tiende a conocer y en dado caso a respetar derechos de tercero. En este procedimiento, los que
puedan resultar perjudicados con una concesión pueden oponerse para que la autoridad
administrativa califique su oposición. En este procedimiento no se trata de recurrir un acto de la
autoridad administrativa, pues la oposición tiene lugar antes de que dicha autoridad haya dictado
alguna resolución ya que el punto es evitar que se dicte ésta si se demuestra que con ella se
pueden ofender derechos de tercero. Es un procedimiento de carácter preventivo, con la
circunstancia especial de que si el tercero no hace valer sus derechos en esa vía de oposición, no
por ello los pierde, pues si la concesión llega a otorgarse al segundo solicitante, se otorga
siempre dejando a salvo los derechos de tercero.

Generalmente se inician dentro de otro procedimiento (fase de instrucción) como elemento más
que la Administración se allega para resolver un asunto que conoce. En ellos, los particulares
sólo aportan un punto de vista respecto de hechos que la autoridad analiza. El objeto de estos
procedimientos es prevenir la posible violación de un derecho de los administrados que pueden
verse perjudicados con la emisión de un acto administrativo. Estos procedimientos son previos al
otorgamiento de una concesión y tienden a conocer y en su caso respetar derechos de tercero. En
ellos, los particulares que pueden verse perjudicados con el otorgamiento de una concesión,
pueden oponerse para que la autoridad clasifique la oposición antes de que ésta dicte alguna
resolución. Es de carácter preventivo con la circunstancia especial de que si el tercero no hace
valer sus derechos en esa vía de oposición, no por ellos los pierde, pues si la concesión llega a
otorgarse, se otorga siempre dejando a salvo los derechos del tercero.

Otro procedimiento de esa naturaleza, lo encontramos en la Ley Federal de Protección a la


Propiedad Industrial para dictar declaraciones de nulidad de una patente o de una marca
registrada en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
En este caso, las personas físicas o morales que consideran que esa inscripción ha violado
derechos anteriores, pueden oponerse ante la autoridad la que, después de oír al promovente y a
su contraparte, dictará la resolución administrativa que corresponda. Comunicándoselas a los
interesados.

EFECTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La realización de actos administrativos tiene los siguientes efectos jurídicos:

1) Son personales e intransferibles ya que engendran derechos pecuniarios que no son


derechos reales, aun cuando sus consecuencias sean objeto de operaciones civiles. Los
efectos que se generan del acto administrativo son patrimoniales no sobre cosas.
2) Caracteres:
a) Precario: cubre una necesidad colectiva.
b) Revocable: puede quitar lo que da.
c) Temporal: lo da por tiempo determinado
d) Rescatable: el Estado recupera el bien.
3) De propio nombre: Se dice que la fuerza o alcance del acto administrativo debe respetar
los derechos adquiridos y los actos afectables mediante el cumplimiento de ciertos
requisitos. Se da preferencia al que va a renovar que al que solicita.
4) Ejecución del órgano administrativo: Para poder llevar a efecto el acto administrativo el
órgano administrativo cuenta con la ejecución forzosa, es decir, el uso de la fuerza
pública.

Una vez que el acto administrativo se ha perfeccionado adquiere fuerza obligatoria y goza de
una presunción de legitimidad que consiste en la suposición de que el mismo fue emitido
conforme a derecho, que su emisión responde a todas las prescripciones legales lo que
significa, que debe tenerse por válido mientras no llegue a declararse por autoridad
competente su invalidez, es decir, que se trata de una presunción iuris tantum (presunción
legal que si admite prueba en contrario).

De la presunción de la legitimidad o legalidad se desprenden los siguientes efectos: a)


Obligatoriedad y exigibilidad del acto; b) La prohibición para los jueces de declarar de oficio
la nulidad del acto; c) La validez es relativa, por lo que el afectado puede alegar y probar su
ilegalidad.

El efecto que produce el acto administrativo es la creación, modificación o extinción de una


situación jurídica, es decir derechos y obligaciones de carácter particular y concreto así como
también condicionar para un caso particular una situación jurídica general (acto condición).

En virtud del acto administrativo, se generan derechos y obligaciones a favor o en contra de


determinada persona y en atención a su situación particular. De lo anterior se deriva el
carácter personal que tienen esos derechos y obligaciones, los que en principio, son
intransferibles, pues sólo podrán ser ejercitados y cumplidas por la persona a la cual van
dirigidos.

En la legislación se ha atemperado el principio de intransferibilidad permitiendo en


ocasiones, que los derechos que engendran un acto administrativo puedan transferirse con
autorización de la autoridad, por medio de actos y contratos civiles y mercantiles a personas
distintas al destinatario del acto. En nuestras leyes, es común encontrar disposiciones que
autorizan contratos respecto a los derechos que otorgan las concesiones de aguas, minas,
servicios públicos y sobre patentes de invención. Sin embargo, para el caso que no se
obtenga dicha autorización y la concesión se trasmita, ésta se cancelará por la administración
por la vía de la caducidad, que es una forma de extinguir el acto administrativo y con él los
derechos que genera, cuando el beneficiario no cumple con las obligaciones que el propio
acto prevé para recibir tales beneficios.

El acto administrativo perfecto produce efectos jurídicos individuales en forma directa. Es


decir, produce sus efectos a partir del momento en que ha quedado formado y una vez que se
cumplan ciertos requisitos que las leyes establecen para que el propio acto sea conocido ya
sea por su publicación o por la notificación personal.

En esas condiciones, el acto administrativo adquiere ejecutividad, es decir, eficacia


obligatoria propia, lo que significa que deberá cumplirse aún en contra de la voluntad del
destinatario, pero además ejecutoriedad, o sea, la posibilidad de que la administración por sí
y ante sí haga efectivos los efectos de ese acto a través de una acción directa coercitiva como
medio de asegurar su cumplimiento y esto sin necesidad de recurrir a otra autoridad. Esta
posición de la administración, de poder ejecutar por sí misma e inmediatamente sus
decisiones, aparece como un privilegio frente a los administrados ya que goza de la llamada
“acción de oficio” o acción directa a diferencia de los particulares quienes tienen que recurrir
a las autoridades judiciales para obtener la ejecución forzada de sus derechos. La ejecutividad
es un atributo o fuerza intrínseca del acto, en tanto la ejecutoriedad lo es de la autoridad.

Los medios de ejecución del acto administrativo de los que se valen los órganos
administrativos son los siguientes:

La coacción directa, cuando el particular destinatario debe efectuar personalmente las


prestaciones ordenadas por el acto. Este caso es aplicable cuando el acto administrativo trae
aparejada la orden coercitiva, sin necesidad, en caso de incumplimiento, de la existencia de
un acto posterior.

La coacción indirecta o medios indirectos de ejecución que tienden a provocar a los sujetos
obligados al cumplimiento voluntario de sus deberes, por ejemplo, las multas, clausuras,
medios de apremio, previo el apercibimiento al sujeto obligado que hace la autoridad para
exigir el cumplimiento.

La ejecución subsidiaria, cuando la ejecución es llevada directamente por la propia


Administración o encomendada por aquella a un tercero, con cargo de obligado a cumplir el
acto. Tiene lugar tratándose de obligaciones que no son personalísimas y que impliquen una
actividad material y fungible y, por lo tanto, puede realizarla una persona distinta del
obligado pero siempre a nombre y por cuenta de éste, por ejemplo: la demolición de una
construcción en estado ruinoso, si el gobernado no la cumple.

Los medios coactivos son de naturaleza administrativa y se distinguen de las sanciones que
establece la ley penal para el caso de desobediencia a un mandato legítimo de autoridad. La
diferencia es el objetivo que persiguen unos y otros, los primeros tienden a lograr la
ejecución, a vencer la resistencia del obligado, en tanto que las segundas se proponen castigar
la desobediencia.

Hay algunos actos administrativos que no son ejecutorios puesto que para que se dé esta
característica, es necesario que sea posible física y jurídicamente su ejecución, por ejemplo,
no pueden ejecutarse los actos en los que se haya suspendido su ejecución y los que están
sujetos a plazo o alguna condición, tampoco cabe la ejecución de aquellos actos de
certificación u opinión como el acta de nacimiento, de defunción, de matrimonio, certificados
de salud, de educación, de buena conducta, etc.

IRREGULARIDADES DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La validez de los actos administrativos depende de que en ellos concurran los elementos
internos y externos. La presunción de legitimidad se basa en la suposición de que el acto
dictado reúne, en forma regular, todos los elementos y requisitos necesarios para su
existencia, validez y eficacia, y permite que produzca sus efectos mientras no se demuestre
que adolece de vicios o deficiencias u omisiones en alguno o algunos de los elementos que lo
constituyen.

Esta presunción es iuris tantum (presunción legal que si admite prueba en contrario) y no
excluye la posibilidad de que la Administración dicte actos administrativos que contengan
vicios o defectos que los tornen irregulares y que afecten sus elementos constitutivos,
restándole validez y eficacia. Esto obligará a los afectados por el acto a promover los medios
de defensa que la ley establece para combatir los actos administrativos irregulares, y
demostrar que se está en presencia de un acto irregular.

La irregularidad o vicio de los actos administrativos que lo pueden afectar debe resultar de la
transgresión o inobservancia de las disposiciones legales que norman su creación, desde
desviaciones en el procedimiento administrativo y en los requisitos formales, hasta ausencia
total de los elementos que deben integrarlo, esto es, tanto en su forma como en su fondo.

VICIOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Los vicios del acto administrativo son aquellos defectos o fallas con que éste se materializa
en el mundo del derecho y que, de acuerdo con el sistema jurídico vigente, afectan su
existencia, sea en su validez o en ejecución.

VICIOS DEL ELEMENTO SUBJETIVO

Los vicios que se presentan en el elemento subjetivo del acto administrativo se refieren a la
competencia y a la voluntad.
En el primer, caso el acto se encontrará viciado cuando el órgano administrativo que lo
emitió carezca de facultades para manifestarse, esto es, resulta incompetente y la
incompetencia puede ser en razón del territorio, de la materia, de la cuantía, del grado.

Los vicios que afectan la expresión de la voluntad pueden ser de dos tipos: los subjetivos que
conciernen a la voluntad psíquica del funcionario titular del órgano y los objetivos que
inciden sobre el procedimiento en el que se desarrolla la voluntad de la Administración
Pública.

Los elementos psíquicos básicos en la teoría del negocio jurídico son dos: el entendimiento y
la libertad de decisión. Ambos deben concurrir en la formación de la voluntad negocial.
Cuando la voluntad se ha formado sin que el declarante tenga conciencia de la realidad o no
manifieste libremente su decisión, se dice que las causas que perturban a la voluntad en ese
sentido se denominan vicios de la voluntad.

Los vicios que afectan la voluntad psíquica del funcionario son el error, dolo y violencia.

El error consiste en el conocimiento falso de la realidad (ya se trate de un hecho o de una


norma jurídica). El error implica la disconformidad entre la voluntad interna del funcionario
con los elementos del mundo exterior que le sirven de base para la formación del acto. Es el
falso o deformado conocimiento de alguno o de todos los elementos del acto, que induce al
órgano a la formación de su voluntad diferente a como le hubiera hecho de no existir esa
falsa apreciación.

El error puede ser de hecho o de derecho. Es de hecho, cuando el funcionario aprecia


equivocadamente las situaciones fácticas de aconteceres, personas y circunstancias. Es de
derecho cuando el funcionario hace una indebida interpretación de las disposiciones jurídicas
aplicables.

El dolo se presenta cuando hay cualquier artificio, astucia, maquinación o simulación


dirigidos a la obtención del acto administrativo en el sentido que quiere el autor de la
conducta. Puede provenir tanto del administrado como del funcionario público. El dolo
engaña a la otra parte falseando intencionalmente la causa o motivo del acto. El dolo difiere
del error porque aquel no es causal, sino efecto del engaño de un tercero, circunstancia que
puede acarrear responsabilidad para quien usó el engaño.
La violencia constituye un vicio de la voluntad administrativa en tanto que ésta se exterioriza
con motivo de la coacción física o moral que se ejerce sobre el funcionario. Con motivo de
ella, se produce el acto administrativo por el temor del funcionario a sufrir un mal injusto.

VICIOS DEL ELEMENTO OBJETIVO

El elemento objetivo del acto administrativo está constituido por el objeto, motivo y fin del
mismo. El vicio en el objeto se manifiesta cuando éste es ilícito, por estar prohibido por la
ley; por no ser el objeto determinado por la ley para el caso concreto; por ser impreciso u
oscuro; por ser irrazonable, contradictorio, desproporcionado o absurdo, y por ser inmoral.

En cuanto al motivo, es decir a los antecedentes de hecho y de derecho que preceden y


provocan el acto, los vicios que le afectan se presentan en los siguientes casos:

a) Cuando los hechos que lo motivan no se realizaron, fueron distintos o se apreciaron en


forma equivocada;
b) Cuando se dictó en contravención de las disposiciones aplicables o dejaron de aplicarse
las debidas; cuando entre el acto dictado y los motivos no existe correlación lógica.
c) Cuando entre los motivos aducidos y los preceptos que sirven de fundamento al acto no
existe adecuación.

La finalidad es que el acto administrativo debe tener el fin propio de la función


administrativa que es la utilidad pública. El administrador no puede perseguir sino un fin de
interés público, no una finalidad extraña a la que marca la ley, es decir, a la que conforme a
la ley debió inspirarse; tampoco otro fin distinto de aquel concreto que la naturaleza y
condiciones del acto imponen, aún y cuando el acto sea correcto en apariencia si la
administración no persigue el fin que es debido, el acto adolece del vicio de desvío del poder.

VICIO DEL ELEMENTO FORMAL

La forma comprende todo lo relativo a la formación del acto, a su exteriorización y a su


comunicación a los interesados.

Dentro de la forma también se considera a las formalidades del acto pero hay diferencias con
la forma: las formalidades son parte del procedimiento administrativo, son requisitos
anteriores o previos al acto, y que en caso de no observarse, dan lugar a vicios en el
procedimiento, en cambio, la forma del acto, es el medio por el cual se exterioriza la
voluntad administrativa, que de no cumplirse produce el vicio de forma del acto
administrativo.

Los defectos del elemento de forma son la omisión, el cumplimiento incompleto o bien
irregular de las formas a que el acto se encuentra sometido.

Los vicios tanto en las formalidades como en la forma pueden ser sustanciales o relevantes y
no sustanciales e irrelevantes. Los primeros, son los que influyen en el fondo del asunto, los
segundos, no tienen influencia determinante en el contenido del acto por lo que no dan lugar
a la anulación del mismo.

Ejemplo: artículo 51, fracciones II y III, de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso


Administrativo:

ARTÍCULO 51.- Se declarará que una resolución administrativa es ilegal cuando se


demuestre alguna de las siguientes causales:

II. Omisión de los requisitos formales exigidos por las leyes, siempre que afecte las defensas
del particular y trascienda al sentido de la resolución impugnada, inclusive la ausencia de
fundamentación o motivación, en su caso.

III. Vicios del procedimiento siempre que afecten las defensas del particular y trasciendan al
sentido de la resolución impugnada.

Para los efectos de lo dispuesto por las fracciones II y III del presente artículo, se considera
que no afectan las defensas del particular ni trascienden al sentido de la resolución
impugnada, entre otros, los vicios siguientes:

a) Cuando en un citatorio no se haga mención que es para recibir una orden de visita
domiciliaria, siempre que ésta se inicie con el destinatario de la orden.
b) Cuando en un citatorio no se haga constar en forma circunstanciada la forma en que el
notificador se cercioró que se encontraba en el domicilio correcto, siempre que la diligencia
se haya efectuado en el domicilio indicado en el documento que deba notificarse.

c) Cuando en la entrega del citatorio se hayan cometido vicios de procedimiento, siempre


que la diligencia prevista en dicho citatorio se haya entendido directamente con el interesado
o con su representante legal.

d) Cuando existan irregularidades en los citatorios, en las notificaciones de requerimientos


de solicitudes de datos, informes o documentos, o en los propios requerimientos, siempre y
cuando el particular desahogue los mismos, exhibiendo oportunamente la información y
documentación solicitados.

e) Cuando no se dé a conocer al contribuyente visitado el resultado de una compulsa a


terceros, si la resolución impugnada no se sustenta en dichos resultados.

f) Cuando no se valore alguna prueba para acreditar los hechos asentados en el oficio de
observaciones o en la última acta parcial, siempre que dicha prueba no sea idónea para dichos
efectos.

ARTÍCULO 52.- La sentencia definitiva podrá:

IV. Siempre que se esté en alguno de los supuestos previstos en las fracciones II y III, del
artículo 51 de esta Ley, el Tribunal declarará la nulidad para el efecto de que se reponga el
procedimiento o se emita nueva resolución; en los demás casos, cuando corresponda a la
pretensión deducida, también podrá indicar los términos conforme a los cuales deberá dictar
su resolución la autoridad administrativa.
Cuando la autoridad no cumple con la serie de trámites y formalidades establecidas en la ley,
antes de emitirse el acto administrativo, su incumplimiento, además de viciar la voluntad
administrativa porque no se ha preparado conforme a la ley, trae como consecuencia la
ineficiencia de la Administración y la violación de los derechos del gobernado.

Si los defectos se encuentran en la forma, esto es, cuando alguno o algunos de sus requisitos
que el ordenamiento jurídico establece como indispensable para la exteriorización de la
voluntad administrativa, no se cumplan o se haga de manera irregular, el acto estará viciado
por omisión de requisitos formales.

Los requisitos formales del acto administrativo que se encuentran establecidos por la ley son
los siguientes:

a) Que conste por escrito.


b) Que se señale la autoridad que lo emite.
c) Que esté fundado y motivado y que se exprese el objeto del acto.
d) Que ostente la firma del funcionario competente.
e) Que contenga el nombre o nombres de las personas a las que vaya dirigido.

La comunicación es parte del elemento forma y se puede hacer por medio de la publicación y
la notificación.

Si no se respetan las formas establecidas por la ley para hacer del conocimiento al gobernado
interesado la existencia del acto administrativo se configurarán los vicios de la publicidad del
acto. El incumplimiento de los requisitos de publicidad (notificación o publicación en los
diarios o gacetas oficiales) afecta la eficacia del acto administrativo y por ello se considera
válido pero ineficaz ya que no puede surtir efecto alguno.

INVALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La validez de los actos administrativos depende de los elementos internos y externos. La falta
absoluta o parcial de alguno o algunos de esos elementos, o el defecto o faltas con los que el
acto se materializa en el mundo del derecho, afectan su existencia, sea en su validez, o en
eficacia. En éstas condiciones, la consecuencia jurídica es la invalidez del acto viciado, en
razón de los principios de legalidad, justicia y eficacia administrativa.
INEXISTENCIA

Las leyes administrativas no establecen la inexistencia del acto administrativo por lo que
legalmente no puede haber actos administrativos inexistentes. Cuando se habla de un acto
administrativo inexistente es referirse a la nada jurídica ya que es un contra sentido
denominar acto cuando al mismo tiempo se le niega la existencia de tal. En todo caso se haría
alusión a la inexistencia del acto y no al acto inexistente. De ahí que el derecho
administrativo no se ocupe de su regulación.

Las irregularidades que determinan la inexistencia jurídica se presentan en los casos


siguientes:

a) Cuando falta la voluntad.


b) Cuando falta el objeto.
c) Cuando falta la competencia para la realización del acto.
d) Cuando hay omisión de las formas constitutivas del acto.

En el primer caso, el ejemplo más claro es el de los actos de un usurpador puesto que son
realizados por un individuo no investido regularmente de la función pública. Un ejemplo es
un acto verificado por un simple particular o por un organismo sin existencia legal o también
por una invasión de un agente administrativo en las atribuciones del Poder Legislativo o del
Poder Judicial.

En el segundo caso, la inexistencia del acto se produce cuando las situaciones jurídicas
(derechos y obligaciones) que se pretenden crear no tienen un objeto sobre el cual recaigan.

Otra causa de inexistencia es la falta de competencia, tanto la de carácter constitucional como


la de naturaleza legal y administrativa.

La omisión de las formas que de acuerdo a la ley debe revestir el acto, o cuando se usa forma
diferente de la que se establece como elemento solemne del acto es una causa de inexistencia.

NULIDAD DE PLENO DERECHO

La nulidad de pleno derecho es una invalidez del acto de carácter excepcional, pues sólo se
presenta en los casos en que la ley expresamente la consigne. La ineficacia del acto surge
desde el principio, desde que nace al acto y por ello carece de efectos jurídicos sin necesidad
de que exista previa impugnación. La ineficacia del acto por nulidad de pleno derecho opera
por ministerio de ley (ipso facto), razón por la cual no requiere ser declarada por autoridad
alguna. En caso de que llegara a existir la declaración, sería originada por la necesidad de
destruir su posible apariencia de legalidad y para vencer la resistencia que pudiera existir por
parte de cualquier interesado. Tal declaratoria del órgano administrativo puede efectuarla en
cualquier tiempo, ya sea de oficio o a petición de cualquier persona, aun cuando hubiesen
transcurrido los plazos para impugnar los actos viciados mediante los recursos admisibles. En
otras palabras, no se subsana ni por confirmación ni por prescripción.

NULIDAD

Existe nulidad lisa y llana, cuando en un acto administrativo uno o varios de sus elementos se
encuentran viciados. Este grado de invalidez no impide que el acto produzca sus efectos
jurídicos puesto que goza de la presunción de validez, la cual cesará hasta que la autoridad
competente, a instancia de parte interesada, decrete la anulación del acto. La acción para
impugnar el acto debe hacerse dentro de los plazos establecidos para tal efecto ya que de no
ser así, el acto viciado se entiende consentido y sigue produciendo todo sus efectos como
acto perfecto, válido y eficaz.

ANULABILIDAD

Viene como consecuencia de una transgresión leve al ordenamiento jurídico, se trata de un


vicio menor con los elementos del acto que no impide la existencia de alguno de sus efectos
esenciales.

Las características y efectos del acto anulable son los siguientes:

a) Goza de la presunción de legalidad lo cual implica que deba ser cumplido por el
particular.
b) No puede ser revocado oficiosamente por la autoridad administrativa.
c) El particular que se sienta afectado por dicho acto debe promover su anulación o
revocación ante la autoridad judicial o administrativa competente.
d) El vicio que afecta al acto puede ser subsanado, en sede administrativa por medio de su
confirmación o ratificación.
e) Los efectos que producen su anulación son para el futuro, sin afectar los que haya
producido.

El artículo 7 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo establece lo siguiente:

Artículo 7.- La omisión o irregularidad en los elementos y requisitos señalados en las


Fracciones XII a XVI del Artículo 3 de esta Ley, producirá la anulabilidad del acto
administrativo.

El acto declarado anulable se considerará válido; gozará de presunción de legitimidad y


ejecutividad; y será subsanable por los órganos administrativos mediante el pleno
cumplimiento de los requisitos exigidos por el ordenamiento jurídico para la plena validez y
eficacia del acto. Tanto los servidores públicos como los particulares tendrán obligación de
cumplirlo.

El saneamiento del acto anulable producirá efectos retroactivos y el acto se considerará como
si siempre hubiere sido válido.

Por ende serán causas de anulabilidad del acto administrativo cuando:

a) El acto sea expedido mediando error respecto a la referencia específica de identificación


del expediente, documento o nombre completo de las personas.
b) Sea expedido sin que se señale lugar y fecha de emisión.
c) Tratándose de actos que deban notificarse, no se haga mención de los recursos que
procedan.
d) Ser expedido sin decidir expresamente todos los puntos propuestos por las partes o
establecidos por la ley.

PROCEDIMIENTO DE CONVALIDACION

La convalidación consiste en subsanar los defectos de que adolecía el acto anulable. El


procedimiento para llevarlo a cabo es el de la rectificación, de oficio o a instancia del
interesado del acto de acuerdo a la infracción en que hubiese incurrido.

En el procedimiento de convalidación, deberá darse vista y audiencia al particular interesado


o destinatario del acto cuando se trate de eliminar un pronunciamiento que le sea favorable.
Lo mismo habrá que hacer cuando existan terceros interesados a quienes deberá
notificárseles el acto de convalidación. Cuando no existan terceros interesados y de la
convalidación se deriven efectos favorables para el destinatario no será necesaria la audiencia
y vista.

El acto de convalidación podrá impugnarse a través del recurso que corresponda para cada
caso y una vez agotada la vía administrativa en el proceso administrativo correspondiente.

REGIMEN FINANCIERO DEL ESTADO

El régimen financiero del Estado se puede definir como el conjunto de normas que
disciplinan la percepción, la gestión y la erogación de los medios económicos necesarios para
la vida de los entes públicos. Los aspectos materia de regulación comprenden: a) Los
ingresos del Estado; b) Los gastos del mismo; y c) la contabilidad pública y el control sobre
la actividad financiera.

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES QUE RIGEN A LAS CONTRIBUCIONES EN


MEXICO

En la CPEUM, se faculta al órgano legislativo para establecer contribuciones que deben


cubrir los gobernados para sufragar el gasto público. Dicha facultad no es ilimitada ya que en
la CPEUM se establecen limitaciones o restricciones al poder tributario y se conocen como
principios o garantías individuales que se deben observar para poder hablar de un Estado de
Derecho.

GARANTIA O PRINCIPIO DE LEGALIDAD

Está consagrado en la fracción IV del artículo 31 de la CPEUM y señala que las


contribuciones que se tiene obligación de pagar para cubrir los gastos públicos de la
Federación, Estados y Municipios deben estar establecidos en las leyes y el acto creador de la
contribución o impuesto debe emanar del poder legislativo y tener un carácter general de
observancia obligatoria. Las contribuciones o impuestos forman parte de la zona de reserva
de la ley que son aquellas materias que sólo pueden ser desarrolladas por actos formal y
materialmente legislativos y el Poder Ejecutivo no puede imponer contribuciones.

En el aspecto formal hay una excepción y está en el artículo 131, párrafo segundo, de la
CPEUM y faculta al Presidente de la República a emitir normas de carácter general en
materia de comercio exterior alterando y modificando las cuotas de los impuestos de
importación o de exportación y esta facultad es una excepción al principio de división de
poderes ya que es el Poder Ejecutivo y no el Legislativo el que establece una obligación
tributaria.

GARANTIA O PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD Y EQUIDAD

El artículo 31, fracción IV, de la CPEUM establece que al contribuir a los gastos públicos los
obligados deberán hacerlo de manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. Para
la validez constitucional de un impuesto se requiere la satisfacción de tres requisitos
fundamentales: primero, que sea proporcional; segundo, que sea equitativo y; tercero que se
destine al pago de los gastos públicos.

La falta de alguno de estos requisitos hace al impuesto contrario a lo establecido por la


CPEUM.

El principio de proporcionalidad implica que los habitantes de una nación deben contribuir al
sostenimiento del Estado en una proporción lo más cercana a sus capacidades económicas,
por lo que la observancia o inobservancia de este principio dependerá la igualdad o
desigualdad de la imposición.

Para que un impuesto sea justo o equitativo debe ser general y uniforme.

Que el impuesto sea general, significa que comprenda a todas las personas cuya situación
coincida con lo que la ley señala como hecho generador de crédito fiscal (Es el hecho
jurídico tipificado previamente en la ley, en cuanto síntoma o indicio de una capacidad
contributiva y cuya realización determina el nacimiento de una obligación tributaria.
Entiéndase por obligación tributaria como el vínculo jurídico que nace de un hecho, acto o
situación, al cual la ley vincula la obligación del particular persona física o moral de pagar
una prestación pecuniaria. Dicha ley tiene su fundamento en la potestad soberana del Estado,
que acuerda a éste el derecho de imposición y de coerción). Como excepción, sólo deben
eliminarse aquellas personas que carezcan de capacidad contributiva y se entiende por ésta, el
que la persona percibe ingresos o rendimientos por encima del mínimo de subsistencia
cuando tales ingresos o rendimientos rebasan aquellas cantidades que son suficientes para
que una persona o familia subsistan.
El que el impuesto sea uniforme, significa que todas las personas sean iguales frente al
tributo.

Una ley impositiva que no comprende a todos los que se dedican a la misma actividad, será
inconstitucional por ser violatoria del principio de generalidad ya que carece de los requisitos
de abstracción e impersonalidad. Estamos en presencia de una ley privativa ya que su
vigencia está limitada a una o varias personas determinadas.

PRINCIPIO DE CERTIDUMBRE

Para cumplir con este principio, la ley debe precisar con claridad quien es el sujeto del
impuesto, su objeto, la base, la tasa, cuota o tarifa, exenciones momento en que se causa,
fecha de pago, obligaciones a satisfacer y sanciones aplicables con el propósito de que el
Poder Ejecutivo a través de su facultad reglamentaria no altere dichos elementos en perjuicio
del contribuyente, e introduzcan la incertidumbre.

PRINCIPIO DE COMODIDAD

Para cumplir con este principio, la ley deberá establecer aquellas fechas o períodos que en
atención a la naturaleza del gravamen sean más propicias y ventajosas para que el
contribuyente realice su pago.

Ej: artículo 116 de la Ley del Impuesto sobre la Renta

Artículo 116. Los contribuyentes que obtengan ingresos de los señalados en este Capítulo por
el otorgamiento del uso o goce temporal de bienes inmuebles, efectuarán los pagos
provisionales mensuales o trimestrales, a más tardar el día 17 del mes inmediato posterior al
que corresponda el pago, mediante declaración que presentarán ante las oficinas autorizadas.

El pago provisional se determinará aplicando la tarifa que corresponda conforme a lo


previsto en el tercer párrafo del artículo 106 de esta Ley, a la diferencia que resulte de
disminuir a los ingresos del mes o del trimestre, por el que se efectúa el pago, el monto de las
deducciones a que se refiere el artículo 115 de la misma, correspondientes al mismo periodo.
Los contribuyentes que únicamente obtengan ingresos de los señalados en este Capítulo,
cuyo monto mensual no exceda de diez salarios mínimos generales vigentes en el Distrito
Federal elevados al mes, podrán efectuar los pagos provisionales de forma trimestral.

Tratándose de subarrendamiento, sólo se considerará la deducción por el importe de las


rentas del mes o del trimestre que pague el subarrendador al arrendador.

Cuando los ingresos a que se refiere este Capítulo se obtengan por pagos que efectúen las
personas morales, éstas deberán retener como pago provisional el monto que resulte de
aplicar la tasa del 10% sobre el monto de los mismos, sin deducción alguna, debiendo
proporcionar a los contribuyentes comprobante fiscal en el que conste el monto del impuesto
retenido; dichas retenciones deberán enterarse, en su caso, conjuntamente con las señaladas
en el artículo 96 de esta Ley. El impuesto retenido en los términos de este párrafo podrá
acreditarse contra el que resulte de conformidad con el segundo párrafo de este artículo

Las personas morales obligadas a efectuar la retención podrán optar por no proporcionar el
comprobante fiscal a que se refiere el párrafo anterior, siempre que la persona física que haya
otorgado el uso o goce temporal de bienes les expida un comprobante fiscal que cumpla con
los requisitos a que se refieren los artículos 29 y 29-A del Código Fiscal de la Federación y
en el comprobante se señale expresamente el monto del impuesto retenido. En este caso, las
personas físicas que expidan el comprobante fiscal podrán considerarlo como comprobante
de retención del impuesto y efectuar el acreditamiento del mismo en los términos de las
disposiciones fiscales. Lo previsto en este párrafo en ningún caso libera a las personas
morales de las obligaciones de efectuar, en tiempo y forma, la retención y entero del
impuesto y la presentación de las declaraciones informativas correspondientes, en los
términos de las disposiciones fiscales respecto de las personas a las que les hubieran
efectuado dichas retenciones.

PRINCIPIO DE ECONOMIA

Para que un impuesto con finalidades eminentemente económicas justifique su existencia,


aparte de económico debe ser productivo y de gran rendimiento; tendrá que ser económico
para la administración en su control y recaudación de tal manera que, la diferencia entre la
suma que recaude y la que realmente entra a las arcas de la nación, sea la menor posible.

PRINCIPIO DEL DESTINO DE LA CONTRIBUCION

En los términos del artículo 31, fracción IV de la CPEUM, la finalidad de la obligación


contributiva es la de sufragar los gastos públicos.

INGRESOS DEL ESTADO

Los ingresos públicos son las entradas de dinero en el patrimonio estatal y/o en el de sus
entes públicos con la finalidad principal de financiar sus gastos.

CLASIFICACION DE LOS INGRESOS EN EL REGIMEN FISCAL, FEDERAL,


ESTATAL Y MUNICIPAL

Los ingresos federales se clasifican en dos grandes grupos: las contribuciones en donde
quedan comprendidas las fuentes impositivas y otros ingresos en donde quedan
comprendidas las restantes fuentes de ingresos.

Dentro de las contribuciones se comprenden los impuestos, derechos o tasas y contribuciones


especiales; y comunes a estos tres tributos: contribuciones causadas en ejercicios fiscales
anteriores, pendientes de liquidación o de pago; multas por violaciones a ordenamientos
tributarios y los recargos punitivos o moratorios por la falta de pago oportuno a los tributos.

Dentro de los otros ingresos se encuentran los productos como son los ingresos derivados de
la explotación de bienes del dominio privado; utilidades de los organismos descentralizados y
empresas en las que el Estado es accionista mayoritario o minoritario, los derivados de las
ventas de bienes y valores, los de recuperación de capital, etc., y los aprovechamientos que
comprenden multas no impositivas, recargos no tributarios, indemnizaciones, regalías, etc., y
los ingresos derivados de financiamientos crediticios tales como emisión de bonos, emisión
de papel moneda, descuentos de documentos, empréstitos, etc.

El artículo 2 del Código Fiscal de la Federación hace referencia a las contribuciones:

Artículo 2o.- Las contribuciones se clasifican en impuestos, aportaciones de seguridad social,


contribuciones de mejoras y derechos, las que se definen de la siguiente manera:
I. Impuestos son las contribuciones establecidas en ley que deben pagar las personas físicas y
morales que se encuentran en la situación jurídica o de hecho prevista por la misma y que
sean distintas de las señaladas en las fracciones II, III y IV de este Artículo.

II. Aportaciones de seguridad social son las contribuciones establecidas en ley a cargo de
personas que son sustituidas por el Estado en el cumplimiento de obligaciones fijadas por la
ley en materia de seguridad social o a las personas que se beneficien en forma especial por
servicios de seguridad social proporcionados por el mismo Estado.

III. Contribuciones de mejoras son las establecidas en Ley a cargo de las personas físicas y
morales que se beneficien de manera directa por obras públicas.

IV. Derechos son las contribuciones establecidas en Ley por el uso o aprovechamiento de los
bienes del dominio público de la Nación, así como por recibir servicios que presta el Estado
en sus funciones de derecho público, excepto cuando se presten por organismos
descentralizados u órganos desconcentrados cuando en este último caso, se trate de
contraprestaciones que no se encuentren previstas en la Ley Federal de Derechos. También
son derechos las contribuciones a cargo de los organismos públicos descentralizados por
prestar servicios exclusivos del Estado.

Cuando sean organismos descentralizados los que proporcionen la seguridad social a que
hace mención la fracción II, las contribuciones correspondientes tendrán la naturaleza de
aportaciones de seguridad social.

Los recargos, las sanciones, los gastos de ejecución y la indemnización a que se refiere el
séptimo párrafo del Artículo 21 de este Código son accesorios de las contribuciones y
participan de la naturaleza de éstas. Siempre que en este Código se haga referencia
únicamente a contribuciones no se entenderán incluidos los accesorios, con excepción de lo
dispuesto en el Artículo 1o.
El artículo 3 del Código Fiscal de la Federación hace referencia a los ingresos de carácter no
tributario:

Artículo 3o.- Son aprovechamientos los ingresos que percibe el Estado por funciones de
derecho público distintos de las contribuciones, de los ingresos derivados de financiamientos
y de los que obtengan los organismos descentralizados y las empresas de participación
estatal.

Los recargos, las sanciones, los gastos de ejecución y la indemnización a que se refiere el
séptimo párrafo del Artículo 21 de este Código, que se apliquen en relación con
aprovechamientos, son accesorios de éstos y participan de su naturaleza.

Los aprovechamientos por concepto de multas impuestas por infracciones a las disposiciones
legales o reglamentarias que no sean de carácter fiscal, podrán ser destinados a cubrir los
gastos de operación e inversión de las dependencias encargadas de aplicar o vigilar el
cumplimiento de las disposiciones cuya infracción dio lugar a la imposición de la multa,
cuando dicho destino específico así lo establezcan las disposiciones jurídicas aplicables.

Son productos las contraprestaciones por los servicios que preste el Estado en sus funciones
de derecho privado, así como por el uso, aprovechamiento o enajenación de bienes del
dominio privado.

El Código Fiscal del Estado de Chihuahua contiene la siguiente clasificación:

Artículo 37. Para cubrir los gastos públicos y demás obligaciones a su cargo, el Estado
percibirá, en cada ejercicio fiscal, los ingresos establecidos en la Ley de Ingresos para el
Estado. Solo mediante Ley podrá destinarse una contribución a un gasto público específico.

Artículo 38. Para efectos de las disposiciones fiscales, son contribuciones los impuestos, las
contribuciones especiales, y los derechos, las que se definen como:
I. Impuestos: Son las contribuciones establecidas en ley que deben pagar las personas físicas
y morales que se encuentran en la situación jurídica o de hecho prevista por la misma y que
sean distintas de las aportaciones de seguridad social, contribuciones de mejoras y derechos.

II. Contribuciones de mejoras: Son las establecidas en Ley a cargo de las personas físicas y
morales que se beneficien de manera directa por obras públicas.

III. Derechos: Son las contribuciones establecidas en Ley por el uso o aprovechamiento de
los bienes del dominio público, así como por recibir servicios que presta el Estado en sus
funciones de derecho público, excepto cuando se presten por organismos descentralizados u
órganos desconcentrados cuando en este último caso, se trate de contraprestaciones que no se
encuentren previstas en las Leyes Fiscales respectivas. También son derechos las
contribuciones a cargo de los organismos públicos descentralizados por prestar servicios
exclusivos del Estado.

Los recargos, las sanciones impuestas por autoridades fiscales y la indemnización a que se
refiere el artículo 26 de este Código son accesorios de las contribuciones y participan de la
naturaleza de estas.

Siempre que se haga referencia únicamente a contribuciones no se entenderán incluidos los


accesorios, con excepción de lo dispuesto en el artículo 1 de este Código.

Artículo 39. Son aprovechamientos los ingresos que percibe el Estado por funciones de
derecho público distintos de las contribuciones, de los ingresos derivados de financiamientos
y de los que obtengan los organismos descentralizados y las empresas de participación
estatal.

Los recargos, las sanciones, los gastos de ejecución y la indemnización a que se refiere el
artículo 26 de este Código, que se apliquen en relación con aprovechamientos, son accesorios
de estos y participan de su naturaleza.

Cuando en las disposiciones aplicables así se haya establecido, los ingresos por
aprovechamientos derivados de multas impuestas por infracciones a las disposiciones legales
o reglamentarias, podrán ser destinados a cubrir los gastos de operación e inversión de las
dependencias encargadas de aplicar o vigilar el cumplimiento de las disposiciones cuya
infracción dio lugar a la imposición de la multa.

Artículo 40. Son Participaciones, y Aportaciones Federales, los recursos recibidos por el
Estado y sus municipios por parte de la Federación, incluyendo los recursos que se reciben y
están destinados a la ejecución de programas federales y estatales a través de las entidades
federativas mediante la reasignación de responsabilidades y recursos presupuestarios, en los
términos de los convenios que se celebren.

Artículo 41. Son productos las contraprestaciones por los servicios que preste el Estado en
sus funciones de derecho privado, así como por el uso, aprovechamiento o enajenación de
bienes del dominio privado.

Por su parte para el Código Municipal del Estado de Chihuahua la hacienda de los
municipios se formará de los rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las
contribuciones y otros ingresos que la legislatura del Estado establezca a su favor, se
reproducen los artículos 121 y 127 de dicho Código Municipal:

ARTÍCULO 121. Los Municipios administrarán libremente su hacienda la cual se formará de


los rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las contribuciones y otros
ingresos que la Legislatura del Estado establezcan a su favor, y en todo caso:

a) Percibirán las contribuciones, incluyendo tasas adicionales, que establezca el Estado sobre
la propiedad inmobiliaria, de su fraccionamiento, división, consolidación, traslación y mejora
así como las que tengan por base el cambio de valor de los inmuebles.

Los municipios podrán celebrar convenios con el Estado para que éste se haga cargo de
algunas de las funciones relacionadas con la administración de esas contribuciones;

b) Las participaciones federales, que serán cubiertas por la Federación a los Municipios con
arreglo a las bases, montos y plazos que anualmente se determinen por el Congreso del
Estado;

c) Los ingresos derivados de la prestación de servicios públicos a su cargo.


Las leyes federales no limitarán la facultad de los Estados para establecer las contribuciones
a que se refieren los incisos a) y c), ni concederán exenciones en relación con las mismas.
Las leyes estatales no establecerán exenciones o subsidios en favor de persona o institución
alguna respecto de dichas contribuciones. Sólo estarán exentos los bienes de dominio público
de la Federación, de los Estados o los Municipios, salvo que tales bienes sean utilizados por
entidades paraestatales o por particulares, bajo cualquier título, para fines administrativos o
propósitos distintos a los de su objeto público.

Los recursos que integran la hacienda municipal serán ejercidos en forma directa por los
Ayuntamientos, o por conducto de la dependencia que ellos determinen y de conformidad
con el Presupuesto de Egresos.

ARTÍCULO 127. Los impuestos y contribuciones especiales municipales gravarán:

I. Los espectáculos públicos;

II. Los juegos, rifas y loterías permitidos por la ley;

III. La propiedad y posesión inmobiliaria;

IV. La traslación de dominio de bienes inmuebles;

V. La pavimentación de calles y demás áreas públicas; y

VI. Cualquier otro concepto establecido en las disposiciones fiscales municipales, de acuerdo
con los principios generales señalados en este Código o en su Ley de Ingresos.

LEY DE INGRESOS

Dado el principio de legalidad consagrado en el artículo 31, fracción IV de la CPEUM, no


puede haber contribución o tributo sin una ley formal y materialmente legislativa que lo
exija.

El acto unilateral del Estado por medio del cual se establecen las contribuciones o impuestos
es la ley en su sentido formal pues la CPEUM en los casos en que habla de la ley, se refiere a
disposiciones que emanen del Poder Legislativo. Es en la Cámara de Diputados en donde
forzosamente debe discutirse los proyectos de leyes de impuestos.

Artículo 72, inciso H) de la CPEUM


Artículo 72. Todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de alguna de
las Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose la Ley del Congreso y sus
reglamentos respectivos, sobre la forma, intervalos y modo de proceder en las discusiones y
votaciones:

H. La formación de las leyes o decretos puede comenzar indistintamente en cualquiera de las


dos Cámaras, con excepción de los proyectos que versaren sobre empréstitos, contribuciones
o impuestos, o sobre reclutamiento de tropas, todos los cuales deberán discutirse primero en
la Cámara de Diputados.

El artículo 73, fracción VII, faculta al Congreso para “imponer las contribuciones necesarias
a cubrir el presupuesto”, y el artículo 74, fracción IV, establece como facultad exclusiva de la
Cámara de Diputados “Aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación,
previo examen, discusión y, en su caso, modificación del Proyecto enviado por el Ejecutivo
Federal, una vez aprobadas las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para
cubrirlo.”

La forma como se decretan las contribuciones es elaborando una ley de ingresos que
contenga un catálogo o enumeración de las contribuciones que deben cubrirse durante un
año, sin especificar, salvo casos excepcionales, ni cuotas, ni formas de constitución del
crédito fiscal y sólo estableciendo que los impuestos enumerados se causarán y recaudarán
conforme a las leyes en vigor. Al lado de esa ley de ingresos, en ejercicio de la misma
facultad, se expiden leyes especiales que regulan los propios impuestos, fijando su monto, los
sujetos del mismo y las formas de causarse y recaudarse. A diferencia de la Ley de Ingresos,
éstas no se expiden cada año cuando se conserva el monto del impuesto.

De acuerdo con nuestra Constitución, el derecho de iniciar leyes o decretos en materia


federal compete:

I. Al Presidente de la República.
II. A los Diputados y Senadores del Congreso de la Unión.
III. A las legislaturas de los Estados.
IV. A los ciudadanos en un número equivalente, por lo menos, al cero punto trece por
ciento de la lista nominal de electores, en los términos que señalen las leyes.
Debido a una reforma a la Constitución en 1977, se reserva al Poder Ejecutivo la facultad de
iniciar la Ley de Ingresos en los términos del artículo 74, fracción IV, que señala:

Artículo 74. Son facultades exclusivas de la Cámara de Diputados:

IV. Aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación, previo examen,


discusión y, en su caso, modificación del Proyecto enviado por el Ejecutivo Federal, una vez
aprobadas las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para cubrirlo. Asimismo,
podrá autorizar en dicho Presupuesto las erogaciones plurianuales para aquellos proyectos de
inversión en infraestructura que se determinen conforme a lo dispuesto en la ley
reglamentaria; las erogaciones correspondientes deberán incluirse en los subsecuentes
Presupuestos de Egresos.

El Ejecutivo Federal hará llegar a la Cámara la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de


Presupuesto de Egresos de la Federación a más tardar el día 8 del mes de septiembre,
debiendo comparecer el secretario de despacho correspondiente a dar cuenta de los mismos.
La Cámara de Diputados deberá aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación a más
tardar el día 15 del mes de noviembre.

Cuando inicie su encargo en la fecha prevista por el artículo 83, el Ejecutivo Federal hará
llegar a la Cámara la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos
de la Federación a más tardar el día 15 del mes de noviembre.

Presentado el proyecto de ley ante la Cámara de Diputados (Cámara de Origen) si ésta se


aprueba, pasará para su discusión a la Cámara de Senadores (Cámara Revisora), para conocer
en segundo término; aprobado por dicha Cámara, se remitirá al Ejecutivo para que si no
tuviere observaciones que hacer, lo publique de inmediato para que entre en vigor.

EGRESOS DEL ESTADO

Una vez que el Estado ha obtenido el ingreso producto de la contribución de los particulares,
debe proceder a su inversión. De la misma manera que el sostenimiento de las actividades
privadas exige un cálculo de ingresos y una previsión de gastos, el desarrollo de las
actividades del Estado, que constituye la más vasta de las empresas, requiere con mayor
razón tales cálculos y previsiones.
PRESUPUESTO DE EGRESOS

CONCEPTO

En materia federal de acuerdo al artículo 4 de la Ley Federal de Presupuesto y


Responsabilidad Hacendaria, el Presupuesto de Egresos de la Federación es el que aprueba la
Cámara de Diputados a iniciativa del Ejecutivo para gastar durante el periodo de un año a
partir del 1º de enero las erogaciones por concepto de gasto corriente, incluyendo los pagos
de pasivo de la deuda pública, inversión física, inversión financiera así como responsabilidad
patrimonial que realizan los ejecutores del gasto: el Poder Legislativo, el Poder Judicial, la
Presidencia de la República, los tribunales administrativos, los entes autónomos, la Fiscalía
General de la República, las dependencias y las entidades.

PREPARACION DEL PRESUPUESTO

De acuerdo al artículo 6º de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, el


Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, estará a
cargo de la Programación y presupuestación del gasto público federal correspondiente a las
dependencias y entidades.

En cuanto a los poderes Legislativo y Judicial y los entes autónomos, por conducto de sus
respectivas unidades de administración deberán coordinarse con la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público para efectos de programación y presupuesto.

A su vez las dependencias coordinadoras de sector, orientarán y coordinarán la planeación,


programación, presupuestación, control y evaluación del gasto público de las entidades
ubicadas bajo su coordinación. En el caso de las entidades no coordinadas, corresponderá a la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público orientar y coordinar sus actividades.

INICIATIVA Y APROBACION DEL PRESUPUESTO DE EGRESOS

El proyecto de presupuesto de egresos debe ser enviado a la Cámara de Diputados por el


Ejecutivo Federal, a más tardar el 8 de septiembre del año inmediato anterior al que
corresponda o hasta el 15 de noviembre de ese año cuando inicie su encargo en la fecha
prevista por el artículo 83 de la Constitución, debiendo comparecer el Secretario del
Despacho correspondiente a dar cuenta del mismo.
ESTRUCTURA Y CARÁCTER FINANCIERO DEL PRESUPUESTO DE EGRESOS

El presupuesto de egresos constituye un programa general de la Administración, sujeto a


reglas fundamentales que presiden su estructura que son las siguientes: a) Universalidad; b)
Unidad; c) Especialidad; y d) Anualidad.

a) La universalidad del presupuesto consiste en que todas las erogaciones y gastos públicos
deben estar considerados en él. Este principio está contemplado en el artículo 126 de la
Constitución que señala: No podrá hacerse pago alguno que no esté comprendido en el
presupuesto o determinado por la ley posterior.

Esta regla no es absoluta pues el mismo artículo 126 constitucional previene que un gasto no
sólo puede aprobarse por el presupuesto sino también en una ley posterior, es decir, que en el
caso de que se pretendiera hacer un gasto adicional para cubrir los nuevos gastos según lo
dispone el artículo 18 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que
señala:

Artículo 18.- A toda propuesta de aumento o creación de gasto del proyecto de Presupuesto
de Egresos, deberá agregarse la correspondiente iniciativa de ingreso distinta al
financiamiento o compensarse con reducciones en otras previsiones de gasto.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 54, no procederá pago alguno que no esté
comprendido en el Presupuesto de Egresos o determinado por ley posterior; en este último
caso primero se tendrá que aprobar la fuente de ingresos adicional para cubrir los nuevos
gastos, en los términos del párrafo anterior.

Las comisiones correspondientes del Congreso de la Unión, al elaborar los dictámenes


respectivos, realizarán una valoración del impacto presupuestario de las iniciativas de ley o
decreto, con el apoyo del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de
Diputados, y podrán solicitar opinión a la Secretaría sobre el proyecto de dictamen
correspondiente.

El Ejecutivo Federal realizará una evaluación del impacto presupuestario de las iniciativas
de ley o decreto que presente a la consideración del Congreso de la Unión.
b) La unidad implica que haya un solo presupuesto y no varios. Permite apreciar con mayor
exactitud las obligaciones del Poder Público, lo que constituye una garantía de orden en
su cumplimiento.
c) La especialidad significa que las autorizaciones presupuestales no deben darse de manera
global sino pormenorizada, esto es, detallando para cada caso el monto del crédito
autorizado. El fin es establecer orden a la administración de los fondos públicos y dar
bases para que el Poder Legislativo pueda controlar eficazmente las erogaciones. De esta
manera, la autorización solamente puede ser utilizada para lo previsto y en el tiempo
estipulado en el presupuesto.
d) La anualidad como regla general que preside la formación del presupuesto, consiste en
que la autorización que él implica sólo tiene duración por el término de un año, de tal
manera que las prevenciones que contiene deben referirse a las necesidades que dentro
del propio año sea necesario satisfacer.
El artículo 74, fracción IV, de la Constitución Federal, establece la facultad exclusiva de
la Cámara de Diputados de examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de
Egresos de la Federación.
NATURALEZA JURIDICA DEL PRESUPUESTO
El presupuesto de egresos es un acto legislativo desde el punto de vista formal pues
emana de un órgano del Poder legislativo (Cámara de Diputados) en uso de facultades
exclusivas, quien lo aprueba a iniciativa del Poder Ejecutivo en los términos del artículo
74, fracción IV, de la Constitución. Goza además de autoridad formal porque en
cualquier reforma al mismo, debe intervenir nuevamente la Cámara de Diputados.
EJECUCION DE LA LEY DE INGRESOS Y DEL PRESUPUESTO DE EGRESOS
La ejecución de la Ley General de Ingresos corresponde al Ejecutivo Federal por
conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través del Servicio de
Administración Tributaria.
El artículo 89, fracción I, constitucional señala:
Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente, son las siguientes:
I. Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la
esfera administrativa a su exacta observancia.
El artículo 31, fracción XI, de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal
señala:

Artículo 31.- A la Secretaría de Hacienda y Crédito Público corresponde el despacho de


los siguientes asuntos:

XI.- Cobrar los impuestos, contribuciones de mejoras, derechos, productos y


aprovechamientos federales en los términos de las leyes aplicables y vigilar y asegurar el
cumplimiento de las disposiciones fiscales;

La Ley del Servicio de Administración Tributaria señala:

Artículo 1o. El Servicio de Administración Tributaria es un órgano desconcentrado de la


Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con el carácter de autoridad fiscal, y con las
atribuciones y facultades ejecutivas que señala esta Ley.

Artículo 2o. El Servicio de Administración Tributaria tiene la responsabilidad de aplicar


la legislación fiscal y aduanera con el fin de que las personas físicas y morales
contribuyan proporcional y equitativamente al gasto público, de fiscalizar a los
contribuyentes para que cumplan con las disposiciones tributarias y aduaneras, de
facilitar e incentivar el cumplimiento voluntario de dichas disposiciones, y de generar y
proporcionar la información necesaria para el diseño y la evaluación de la política
tributaria.

El Servicio de Administración Tributaria implantará programas y proyectos para reducir


su costo de operación por peso recaudado y el costo de cumplimiento de las obligaciones
por parte de los contribuyentes.

Cuando en el texto de esta Ley se haga referencia a contribuciones, se entenderán


comprendidos los aprovechamientos federales.
La ejecución de la Ley de Ingresos se descompone en varias operaciones o etapas
fundamentales: la determinación de los créditos fiscales, su recaudación, concentración de
fondos y el cobro coactivo.

a) La determinación y liquidación de los créditos fiscales corresponde a los causantes, salvo


disposición expresa en contrario (artículo 6 del Código Fiscal de la Federación). El
término “determinación” se aplica a la identificación de los hechos generadores que dan
lugar al nacimiento de obligaciones fiscales y la palabra “liquidar” se emplea para
denominar a la actividad consistente en señalar el monto exacto, en dinero o en especie, a
cubrir por concepto del nacimiento de la obligación tributaria. La determinación produce
efectos tanto declarativos como constitutivos ya que hay distinción entre el momento en
que nace la obligación (artículo 6 primer párrafo), y al momento de la exigibilidad de la
obligación fiscal (artículo 145 párrafo primero del Código Fiscal de la Federación).

Existen tres tipos de determinaciones de la obligación tributaria:

1) La que lleva a cabo el sujeto pasivo en forma espontánea, sin la intervención de la


autoridad fiscal (declaración).
2) La que realiza la autoridad administrativa sin intervención del sujeto pasivo
(determinación de oficio). En este caso, el sujeto pasivo tiene la obligación de
proporcionar la información necesaria para la determinación de la obligación a su cargo.
3) Determinación efectuada por la Administración, con la colaboración del sujeto pasivo,
conocida como procedimiento mixto.

En cuanto a la recaudación el artículo 7 de la Ley del Servicio de Administración Tributaria


señala:

Artículo 7o. El Servicio de Administración Tributaria tendrá las atribuciones siguientes:

I. Recaudar los impuestos, contribuciones de mejoras, derechos, productos,


aprovechamientos federales y sus accesorios de acuerdo a la legislación aplicable;
II. Dirigir los servicios aduanales y de inspección, así como la Unidad de Apoyo para la
Inspección Fiscal y Aduanera;

III. Representar el interés de la Federación en controversias fiscales;

IV. Determinar, liquidar y recaudar las contribuciones, aprovechamientos federales y sus


accesorios cuando, conforme a los tratados internacionales de los que México sea parte, estas
atribuciones deban ser ejercidas por las autoridades fiscales y aduaneras del orden federal;

V. Ejercer aquéllas que, en materia de coordinación fiscal, correspondan a la administración


tributaria;

VI. Solicitar y proporcionar a otras instancias e instituciones públicas, nacionales o del


extranjero, el acceso a la información necesaria para evitar la evasión o elusión fiscales, de
conformidad con las leyes y tratados internacionales en materia fiscal y aduanera;

VII. Vigilar y asegurar el debido cumplimiento de las disposiciones fiscales y aduaneras


y, en su caso, ejercer las facultades de comprobación previstas en dichas disposiciones;

VIII. Participar en la negociación de los tratados internacionales que lleve a cabo el Ejecutivo
Federal en las materias fiscal y aduanera, así como celebrar acuerdos interinstitucionales en
el ámbito de su competencia;

IX. Proporcionar, bajo el principio de reciprocidad, la asistencia que le soliciten instancias


supervisoras y reguladoras de otros países con las cuales se tengan firmados acuerdos o
formen parte de convenciones internacionales de las que México sea parte, para lo cual, en
ejercicio de sus facultades de vigilancia, podrá recabar respecto de los contribuyentes y
terceros con ellos relacionados, la información y documentación que sea objeto de la
solicitud.

X. Fungir como órgano de consulta del Gobierno Federal en las materias fiscal y aduanera;

XI. Localizar y listar a los contribuyentes con el objeto de ampliar y mantener


actualizado el registro respectivo;

XII. Allegarse la información necesaria para determinar el origen de los ingresos de los
contribuyentes y, en su caso, el cumplimiento correcto de sus obligaciones fiscales.

XIV. Diseñar, administrar y operar la base de datos para el sistema de información fiscal y
aduanera, proporcionando a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público los datos
estadísticos suficientes que permitan elaborar de manera completa los informes que en
materia de recaudación federal y fiscalización debe rendir el Ejecutivo Federal al Congreso
de la Unión.

XV. Contribuir con datos oportunos, ciertos y verificables al diseño de la política tributaria.

XVI. Emitir las disposiciones de carácter general necesarias para el ejercicio eficaz de
sus facultades, así como para la aplicación de las leyes, tratados y disposiciones que con
base en ellas se expidan.

XVII. Emitir los marbetes y los precintos que los contribuyentes deban utilizar cuando las
leyes fiscales los obliguen, y

XVIII. Las demás que sean necesarias para llevar a cabo las previstas en esta Ley, su
reglamento interior y demás disposiciones jurídicas aplicables.

En materia estatal y municipal, son las Tesorerías y sus organismos auxiliares los encargados
de efectuar los cobros de tributos de su dependencia, así como los de carácter federal cuando
se les habilita para efectuar su cobro en los términos del convenio celebrado con la
federación de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal.
El cobro coactivo o el procedimiento administrativo de ejecución es una serie de actos
llevados a cabo por el Estado a fin de proceder por la vía forzosa en contra de los
contribuyentes que no han cumplido voluntariamente sus obligaciones tributarias dentro del
plazo fijado por la ley.

El Código Fiscal de la Federación establece en su artículo 145 primer párrafo, que mediante
el procedimiento administrativo de ejecución las autoridades fiscales exigirán el pago de los
créditos fiscales que no hubieran sido cubiertos o garantizados dentro de los plazos señalados
por la ley.

Es un procedimiento de apremio o de ejecución forzosa que la autoridad administrativa


recaudadora instaura en ejercicio de la facultad económico coactiva que procede, después del
emplazamiento y requerimiento de pago al sujeto obligado, al embargo de sus bienes, al
remate de los mismos y la aplicación de su producto al pago del crédito fiscal.

Es un procedimiento importante para la hacienda pública ya que le permite la obtención o


aseguramiento en forma rápida, económica y oportuna de los créditos fiscales que le
corresponden.

Para ejecutar o ejercer el presupuesto, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad


Hacendaria señala un procedimiento en el que se le da intervención para cada erogación a
distintas autoridades: dentro de los diez días hábiles posteriores a la publicación del
Presupuesto de Egresos en el Diario Oficial de la Federación, el Ejecutivo Federal, por
conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, deberá comunicar a las
dependencias y entidades la distribución de sus presupuestos aprobados por unidad
responsable y al nivel de desagregación que determine el Reglamento de la Ley Federal de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, enviándose una copia de dichos comunicados a
la Cámara de Diputados. A su vez las oficinas encargadas de la administración interna de
cada dependencia y unidad deberán comunicar la distribución correspondiente a sus
respectivas unidades responsables a más tardar cinco días hábiles después de recibir la
comunicación por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Dicha distribución
deberá ser aquella presentada en el anexo informativo a que se refiere el artículo 41, fracción
III, inciso b), de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, incluyendo las
modificaciones que hayan sido aprobadas por la Cámara de Diputados. La Secretaría deberá
publicar en el Diario Oficial de la Federación dentro de los quince días hábiles posteriores a
la publicación del Presupuesto de Egresos, el monto y la calendarización del gasto
federalizado para contribuir a mejorar la planeación del gasto de las entidades federativas y
de los municipios.

La Tesorería de la Federación, por sí y a través de sus diversas oficinas, efectuará los cobros
y los pagos correspondientes a las dependencias. La ministración de los fondos
correspondientes será autorizada en todos los casos por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público de conformidad con el Presupuesto de Egresos. Los poderes Legislativo y Judicial,
los entes autónomos y las entidades, recibirán y manejarán sus recursos así como harán sus
pagos a través de sus propias tesorerías o sus equivalentes. La ministración de los recursos
atenderá primordialmente al principio de oportunidad y respeto a los calendarios de gasto que
se elaboran con base en las prioridades y requerimientos de las dependencias y entidades, con
el objeto de lograr una mayor eficacia en el uso de los recursos públicos. Asimismo se podrá
suspender, diferir o determinar reducciones en la ministración de los recursos, cuando las
dependencias y entidades no cumplan con las disposiciones de la ley y el reglamento o se
presenten situaciones supervenientes que puedan afectar negativamente la estabilidad
financiera (artículo 51).

Una vez concluida la vigencia del Presupuesto de Egresos solamente procederá hacer pagos
con base en él por los conceptos efectivamente devengados en el año que corresponda. Las
erogaciones previstas en el Presupuesto de Egresos que no se encuentren devengadas al 31 de
diciembre, no podrán ejercerse (artículo 54).

El control y la evaluación del gasto público federal corresponden a la Secretaría de Hacienda


y Crédito Público y a la Secretaría de la Función Pública en el ámbito de sus respectivas
atribuciones. Asimismo corresponde a la Secretaría de la Función Pública la inspección y
vigilancia sobre el cumplimiento de las disposiciones de la ley y de las que de ella emanen
respecto al gasto público. Por lo que se refiere a los Poderes Legislativo y Judicial y los entes
autónomos, el control y evaluación de dicho gasto corresponderá a los órganos competentes
en los términos previstos en sus respectivas leyes orgánicas.

REGIMEN PATRIMONIAL DEL ESTADO


El Estado como persona moral o colectiva y en virtud de los fines que persigue, cuenta con
un patrimonio.

El patrimonio del Estado se encuentra formado por el conjunto de bienes materiales y de los
cuales es titular, que de modo directo o indirecto le sirven para realizar sus atribuciones.

Los bienes o cosas con las que el Estado cuenta para cumplir con sus objetivos se encuentran
regulados por un régimen jurídico contenido en los artículos 27, 42, 43, 48 y 132 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y por la Ley General de Bienes
Nacionales.

Las entidades federativas y los municipios cuentan con patrimonio propio, generalmente
regulado por la Constitución Política local, leyes orgánicas y el Código Civil estatal. Tanto el
concepto, elementos y clasificación del patrimonio de la federación, son aplicables a los
bienes pertenecientes a las entidades mencionadas aunque la importancia económica y social
estratégica del patrimonio local o municipal es menor que la del federal. En Chihuahua el
patrimonio estatal y municipal está regulado por el Código Administrativo y el Código
Municipal respectivamente.

CLASIFICACION DE LOS BIENES DE LA NACION DE ACUERDO CON


NUESTRAS LEYES

El Código Civil Federal en su artículo 767 clasifica el patrimonio del Poder Público en:

1) Bienes de uso común.


2) Bienes destinados a un servicio público.
3) Bienes propios.

La Ley General de Bienes Nacionales hace la siguiente clasificación en su artículo 3:

ARTÍCULO 3.- Son bienes nacionales:

I.- Los señalados en los artículos 27, párrafos cuarto, quinto y octavo; 42, fracción IV, y 132
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
II.- Los bienes de uso común a que se refiere el artículo 7 de esta Ley;

III.- Los bienes muebles e inmuebles de la Federación;

IV.- Los bienes muebles e inmuebles propiedad de las entidades;

V.- Los bienes muebles e inmuebles propiedad de las instituciones de carácter federal con
personalidad jurídica y patrimonio propios a las que la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos les otorga autonomía, y

VI.- Los demás bienes considerados por otras leyes como nacionales.

El artículo 4 de esta ley señala que los bienes nacionales estarán sujetos al régimen de
dominio público o la regulación específica que señalen las leyes respectivas. Esto significa
que hay otra clase de bienes nacionales que no están sujetos al régimen de dominio público
sino a un régimen distinto que sería el de dominio privado.

DOMINIO PUBLICO

Martínez Morales señala que dominio público es “el sector de los bienes del Estado sobre los
cuales éste ejerce una potestad soberana, conforme a reglas de derecho público, a efecto de
regular su uso y aprovechamiento, y de esta manera se asegura su preservación y natural
explotación.” La jurisprudencia francesa señala que “dominio público es el conjunto de los
bienes de las colectividades públicas y establecimientos públicos que se encuentran, sea a la
directa disposición del público usuario, sea afectados a un servicio público.”

La Ley General de Bienes Nacionales no define el dominio público aunque si establece que
los bienes que lo integran y sujetos a ese régimen son inalienables, imprescriptibles e
inembargables y no estarán sujetos a acción reivindicatoria o de posesión definitiva o
provisional, o alguna otra por parte de terceros.

El artículo 6 señala los bienes sujetos al régimen de dominio público de la federación:


ARTÍCULO 6.- Están sujetos al régimen de dominio público de la Federación:

I.- Los bienes señalados en los artículos 27, párrafos cuarto, quinto y octavo; 42, fracción IV,
y 132 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;

II.- Los bienes de uso común a que se refiere el artículo 7 de esta Ley;

III.- Las plataformas insulares en los términos de la Ley Federal del Mar y, en su caso, de los
tratados y acuerdos internacionales de los que México sea parte;

IV.- El lecho y el subsuelo del mar territorial y de las aguas marinas interiores;

V.- Los inmuebles nacionalizados a que se refiere el Artículo Decimoséptimo Transitorio de


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;

VI.- Los inmuebles federales que estén destinados de hecho o mediante un ordenamiento
jurídico a un servicio público y los inmuebles equiparados a éstos conforme a esta Ley;

VII.- Los terrenos baldíos, nacionales y los demás bienes inmuebles declarados por la ley
inalienables e imprescriptibles;

VIII.- Los inmuebles federales considerados como monumentos arqueológicos, históricos o


artísticos conforme a la ley de la materia o la declaratoria correspondiente;

IX.- Los terrenos ganados natural o artificialmente al mar, ríos, corrientes, lagos, lagunas o
esteros de propiedad nacional;
X.- Los inmuebles federales que constituyan reservas territoriales, independientemente de la
forma de su adquisición;

XI.- Los inmuebles que formen parte del patrimonio de los organismos descentralizados de
carácter federal;

XII.- Los bienes que hayan formado parte del patrimonio de las entidades que se extingan,
disuelvan o liquiden, en la proporción que corresponda a la Federación;

XIII.- Las servidumbres, cuando el predio dominante sea alguno de los anteriores;

XIV.- Las pinturas murales, las esculturas y cualquier obra artística incorporada o adherida
permanentemente a los inmuebles sujetos al régimen de dominio público de la Federación;

XV.- Los bienes muebles de la Federación considerados como monumentos históricos o


artísticos conforme a la ley de la materia o la declaratoria correspondiente;

XVI.- Los bienes muebles determinados por ley o decreto como monumentos arqueológicos;

XVII.- Los bienes muebles de la Federación al servicio de las dependencias, la Procuraduría


General de la República y las unidades administrativas de la Presidencia de la República, así
como de los órganos de los Poderes Legislativo y Judicial de la Federación;
XVIII.- Los muebles de la Federación que por su naturaleza no sean normalmente
sustituibles, como los documentos y expedientes de las oficinas, los manuscritos, incunables,
ediciones, libros, documentos, publicaciones periódicas, mapas, planos, folletos y grabados
importantes o raros, así como las colecciones de estos bienes; las piezas etnológicas y
paleontológicas; los especímenes tipo de la flora y de la fauna; las colecciones científicas o
técnicas, de armas, numismáticas y filatélicas; los archivos, las fonograbaciones, películas,
archivos fotográficos, magnéticos o informáticos, cintas magnetofónicas y cualquier otro
objeto que contenga imágenes y sonido, y las piezas artísticas o históricas de los museos;

XIX.- Los meteoritos o aerolitos y todos los objetos minerales, metálicos pétreos o de
naturaleza mixta procedentes del espacio exterior caídos y recuperados en el territorio
mexicano en términos del reglamento respectivo;

XX.- Cualesquiera otros bienes muebles e inmuebles que por cualquier vía pasen a formar
parte del patrimonio de la Federación, con excepción de los que estén sujetos a la regulación
específica de las leyes aplicables, y

XXI.- Los demás bienes considerados del dominio público o como inalienables e
imprescriptibles por otras leyes especiales que regulen bienes nacionales.

Parte de los bienes del dominio público de la Federación, son los de uso común que se
pueden agrupar de la manera siguiente:

1) Dominio público o uso común aéreo.


2) Dominio público o uso común marítimo.
3) Dominio público o uso común terrestre
4) Zona marítima terrestre y terrenos ganados al mar.

ARTÍCULO 7.- Son bienes de uso común:


I.- El espacio aéreo situado sobre el territorio nacional, con la extensión y modalidades que
establezca el derecho internacional;

II.- Las aguas marinas interiores, conforme a la Ley Federal del Mar;

III.- El mar territorial en la anchura que fije la Ley Federal del Mar;

IV.- Las playas marítimas, entendiéndose por tales las partes de tierra que por virtud de la
marea cubre y descubre el agua, desde los límites de mayor reflujo hasta los límites de mayor
flujo anuales;

V.- La zona federal marítimo terrestre;

VI.- Los puertos, bahías, radas y ensenadas;

VII.- Los diques, muelles, escolleras, malecones y demás obras de los puertos, cuando sean
de uso público;

VIII.- Los cauces de las corrientes y los vasos de los lagos, lagunas y esteros de propiedad
nacional;

IX.- Las riberas y zonas federales de las corrientes;


X.- Las presas, diques y sus vasos, canales, bordos y zanjas, construidos para la irrigación,
navegación y otros usos de utilidad pública, con sus zonas de protección y derechos de vía, o
riberas en la extensión que, en cada caso, fije la dependencia competente en la materia, de
acuerdo con las disposiciones legales aplicables;

XI.- Los caminos, carreteras, puentes y vías férreas que constituyen vías generales de
comunicación, con sus servicios auxiliares y demás partes integrantes establecidas en la ley
federal de la materia;

XII.- Los inmuebles considerados como monumentos arqueológicos conforme a la ley de la


materia;

XIII.- Las plazas, paseos y parques públicos cuya construcción o conservación esté a cargo
del Gobierno Federal y las construcciones levantadas por el Gobierno Federal en lugares
públicos para ornato o comodidad de quienes los visiten, y

XIV.- Los demás bienes considerados de uso común por otras leyes que regulen bienes
nacionales.

ARTÍCULO 8.- Todos los habitantes de la República pueden usar los bienes de uso común,
sin más restricciones que las establecidas por las leyes y reglamentos administrativos.

Para aprovechamientos especiales sobre los bienes de uso común, se requiere concesión,
autorización o permiso otorgados con las condiciones y requisitos que establezcan las leyes.

REGIMEN JURIDICO APLICABLE

JURISDICCION SOBRE LOS BIENES DE DOMINIO PUBLICO DE LA


FEDERACION
En los términos de los artículos 9 y 10 de la mencionada ley, los bienes sujetos al régimen de
dominio público de la Federación estarán exclusivamente bajo la jurisdicción de los poderes
federales, excepto aquellos inmuebles que la Federación haya adquirido con posterioridad al
1º de mayo de 1917 y que se ubiquen en el territorio de algún Estado, en cuyo caso se
requerirá el consentimiento de la legislatura local respectiva. El decreto o acuerdo mediante
el cual la Federación adquiera, afecte o destine un inmueble para un servicio público o para
el uso común deberá comunicarse a la legislatura local correspondiente. Surtirá efectos de
notificación a la propia legislatura del Estado, la publicación en el Diario Oficial de la
Federación del decreto o acuerdo correspondiente, a partir de la fecha de la misma
publicación.

Se presumirá que la legislatura local de que se trate ha dado su consentimiento cuando no


dicte resolución alguna dentro de los 45 días naturales posteriores al de la publicación en el
Diario Oficial de la Federación, excepto cuando esté en receso, caso en el cual el término se
computará a partir del día en que inaugure su período inmediato de sesiones. La negativa
expresa de la legislatura correspondiente, dejará al inmueble sujeto a la jurisdicción local.
Una vez obtenido el consentimiento en cualquiera de los supuestos señalados, será
irrevocable.

REGIMEN DE LOS BIENES DE DOMINIO PUBLICO

Los bienes de dominio público están sujetos a un régimen de derecho que los caracteriza por
ser inalienables, inembargables e imprescriptibles.

Son inalienables porque no pueden válidamente enajenarse en beneficio o a nombre de los


administrados mientras no exista un acto de desafectación o desincorporación del dominio
público.

Son inembargables porque no pueden ser objeto de gravamen alguno. No se puede seguir
ningún procedimiento de embargo sobre los mismos.

Son imprescriptibles porque el Estado jamás perderá su potestad soberana sobre esta clase de
bienes a favor de los particulares por el transcurso del tiempo.

BIENES DE DOMINIO PRIVADO


Los bienes de dominio privado son aquellos a los que el legislador ha estimado innecesario
otorgarles protección a través de reglas que no sean del Derecho Privado. Aunque en la ley
no se les menciona con ese carácter, ni se hace una clasificación de los mismos, forman parte
del patrimonio estatal y existen una serie de disposiciones de Derecho Administrativo que los
regulan

Se consideran como de dominio privado los siguientes:

1) Tierras y aguas que no sean de uso común, enajenables a particulares, como por ejemplo,
las áreas para regularización de la tenencia de la tierra y atender problemas
habitacionales.
2) Los de los organismos federales paraestatales que se extingan.
3) Los adquiridos en el extranjero.
4) Los muebles sustituibles puestos al servicio de los poderes federales, como los artículos y
muebles de las oficinas, vehículos, etc.
5) Los bienes nacionalizados a asociaciones religiosas y no destinados a culto público. En la
actualidad ya no se presenta la nacionalización de estos bienes por la reforma
constitucional de 1992.
6) Cualquier otro bien que adquiera la federación no incluido en la relación anterior como
tampoco en la relativa a los del dominio público.

Los bienes de dominio privado son inembargables y pueden ser objeto de todo tipo de
contrato que regula el Derecho Común, excepto los de donación y comodato no autorizados
por la ley. La ley permite la donación en algunos casos. Son imprescriptibles tratándose de
inmuebles no así de muebles que pueden prescribir a favor de particulares, aunque de
acuerdo al Código Civil Federal pueden adquirirse por prescripción solamente si ésta se
completa duplicando los términos establecidos en el mismo. Se permite su enajenación fuera
de subasta pública y en ocasiones a plazos.

BIENES DE PROPIEDAD ORIGINARIA

Estos bienes se encuentran comprendidos en el párrafo primero del artículo 27 Constitucional


que dice:
La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional,
corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el
dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada.

En este sentido, la propiedad originaria como lo entiende el Constituyente, se limita a que el


Estado es jurídicamente soberano para establecer modalidades a la propiedad privada y
regular el patrimonio público, es decir, el llamado dominio eminente sobre el territorio.

BIENES DE DOMINIO DIRECTO

Otro de los elementos del patrimonio del Estado es el llamado dominio directo que el artículo
27 Constitucional establece a favor de la Nación respecto de ciertos recursos como los
hidrocarburos, energía eléctrica, energía nuclear, aguas y minerales.

Los bienes que forman parte del dominio directo de la nación se encuentran en el artículo 27
párrafos cuarto, quinto, sexto, séptimo y octavo, todas de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos que señalan:

“Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma


continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en
vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los
componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y
metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y
las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la
descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los
yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como
fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de
hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la
extensión y términos que fije el Derecho Internacional.

Son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en la extensión y términos
que fije el Derecho Internacional; las aguas marinas interiores; las de las lagunas y esteros
que se comuniquen permanente o intermitentemente con el mar; las de los lagos interiores de
formación natural que estén ligados directamente a corrientes constantes; las de los ríos y sus
afluentes directos o indirectos, desde el punto del cauce en que se inicien las primeras aguas
permanentes, intermitentes o torrenciales, hasta su desembocadura en el mar, lagos, lagunas o
esteros de propiedad nacional; las de las corrientes constantes o intermitentes y sus afluentes
directos o indirectos, cuando el cauce de aquéllas en toda su extensión o en parte de ellas,
sirva de límite al territorio nacional o a dos entidades federativas, o cuando pase de una
entidad federativa a otra o cruce la línea divisoria de la República; la de los lagos, lagunas o
esteros cuyos vasos, zonas o riberas, estén cruzadas por líneas divisorias de dos o más
entidades o entre la República y un país vecino, o cuando el límite de las riberas sirva de
lindero entre dos entidades federativas o a la República con un país vecino; las de los
manantiales que broten en las playas, zonas marítimas, cauces, vasos o riberas de los lagos,
lagunas o esteros de propiedad nacional, y las que se extraigan de las minas; y los cauces,
lechos o riberas de los lagos y corrientes interiores en la extensión que fija la ley. Las aguas
del subsuelo pueden ser libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse por el
dueño del terreno, pero cuando lo exija el interés público o se afecten otros
aprovechamientos, el Ejecutivo Federal podrá reglamentar su extracción y utilización y aún
establecer zonas vedadas, al igual que para las demás aguas de propiedad nacional.
Cualesquiera otras aguas no incluidas en la enumeración anterior, se considerarán como parte
integrante de la propiedad de los terrenos por los que corran o en los que se encuentren sus
depósitos, pero si se localizaren en dos o más predios, el aprovechamiento de estas aguas se
considerará de utilidad pública, y quedará sujeto a las disposiciones que dicten las entidades
federativas.

En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es
inalienable e imprescriptible y la explotación, el uso o el aprovechamiento de los recursos de
que se trata, por los particulares o por sociedades constituidas conforme a las leyes
mexicanas, no podrá realizarse sino mediante concesiones, otorgadas por el Ejecutivo
Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes, salvo en
radiodifusión y telecomunicaciones, que serán otorgadas por el Instituto Federal de
Telecomunicaciones. Las normas legales relativas a obras o trabajos de explotación de los
minerales y substancias a que se refiere el párrafo cuarto, regularán la ejecución y
comprobación de los que se efectúen o deban efectuarse a partir de su vigencia,
independientemente de la fecha de otorgamiento de las concesiones, y su inobservancia dará
lugar a la cancelación de éstas. El Gobierno Federal tiene la facultad de establecer reservas
nacionales y suprimirlas. Las declaratorias correspondientes se harán por el Ejecutivo en los
casos y condiciones que las leyes prevean. Tratándose de minerales radiactivos no se
otorgarán concesiones. Corresponde exclusivamente a la Nación la planeación y el control
del sistema eléctrico nacional, así como el servicio público de transmisión y distribución de
energía eléctrica; en estas actividades no se otorgarán concesiones, sin perjuicio de que el
Estado pueda celebrar contratos con particulares en los términos que establezcan las leyes,
mismas que determinarán la forma en que los particulares podrán participar en las demás
actividades de la industria eléctrica.

Tratándose del petróleo y de los hidrocarburos sólidos, líquidos o gaseosos, en el subsuelo, la


propiedad de la Nación es inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones. Con el
propósito de obtener ingresos para el Estado que contribuyan al desarrollo de largo plazo de
la Nación, ésta llevará a cabo las actividades de exploración y extracción del petróleo y
demás hidrocarburos mediante asignaciones a empresas productivas del Estado o a través de
contratos con éstas o con particulares, en los términos de la Ley Reglamentaria. Para cumplir
con el objeto de dichas asignaciones o contratos las empresas productivas del Estado podrán
contratar con particulares. En cualquier caso, los hidrocarburos en el subsuelo son propiedad
de la Nación y así deberá afirmarse en las asignaciones o contratos.

Corresponde también a la Nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la


generación de energía nuclear y la regulación de sus aplicaciones en otros propósitos. El uso
de la energía nuclear sólo podrá tener fines pacíficos.

La Nación ejerce en una zona económica exclusiva situada fuera del mar territorial y
adyacente a éste, los derechos de soberanía y las jurisdicciones que determinen las leyes del
Congreso. La zona económica exclusiva se extenderá a doscientas millas náuticas, medidas a
partir de la línea de base desde la cual se mide el mar territorial. En aquellos casos en que esa
extensión produzca superposición con las zonas económicas exclusivas de otros Estados, la
delimitación de las respectivas zonas se hará en la medida en que resulte necesario, mediante
acuerdo con estos Estados.”

El dominio directo es un sector de recursos naturales sobre los cuales, el Estado se reserva su
explotación exclusiva (hidrocarburos, electricidad y energía nuclear), y otro conformado por
los que excepcionalmente concesiona a particulares (recursos hidrológicos y mineros)
conservando el dominio sobre ellos.

Tratándose del espacio situado sobre el territorio nacional (espacio aéreo), el dominio directo
significa una jurisdicción especial de cada Estado cuyo alcance se determina por el Derecho
Internacional.

El dominio directo de la nación es inalienable e imprescriptible, lo que permite a la nación


conservarlos para responder a los fines de interés colectivo a los cuales se encuentran
afectados.

En cuanto a los recursos hidrológicos y sustancias minerales, su explotación, uso y


aprovechamiento por los particulares, o por las sociedades constituidas conforme a las leyes
mexicanas, no podrá realizarse sino mediante concesiones otorgadas por el Ejecutivo
Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes.

El artículo 27 primer párrafo, habla de la propiedad originaria que corresponde a la nación


sobre las tierras y aguas de la República y establece que sólo mediante título de aquella se
puede obtener su propiedad por los particulares. El párrafo quinto de este artículo señala la
propiedad de la nación sobre determinadas corrientes y depósitos de aguas que el mismo
enumera estableciendo que el dominio sobre dichos bienes es inalienable e imprescriptible,
sujetos a un régimen de propiedad que implica que los mismos estén afectados a la
satisfacción de necesidades colectivas y su explotación, su uso y aprovechamiento por los
particulares, solamente podrá hacerse mediante un título de concesión otorgado por la nación.

REGIMEN PATRIMONIAL DE LOS ESTADOS Y MUNICIPIOS

Artículos 15 a 19 de la Ley de Bienes del Estado de Chihuahua.

TEORIA GENERAL DE LA CONCESION

MARCO CONCEPTUAL Y DEFINICION DEL ACTO DE CONCESION

La insuficiencia de recursos, o la incapacidad financiera, técnica u organizacional por parte


de la Administración Pública, le impiden cumplir de manera directa con la gran cantidad de
tareas que tiene atribuidas; por esta razón, recurre a los particulares para encomendarles la
prestación de determinados servicios o bien permitirles que usen y aprovechen bienes
públicos. De esta manera, el particular realizará una actividad que originalmente le
corresponde al Estado y que aún llevada a cabo por persona distinta, perseguirá satisfacer
necesidades generales.

Concesión administrativa es el mecanismo que el Estado emplea para transferir a los


particulares esas actividades y se define como el acto jurídico por virtud del cual se otorga al
particular, persona física o moral, el derecho para explotar, usar o aprovechar un bien del
Estado o para establecer y explotar un servicio público.

A través de la concesión se otorga a un particular facultades originalmente administrativas,


de allí que la presencia del Estado en su ejecución se manifieste por medio de la
normatividad jurídica que regula su operación, pues se trata de bienes y actividades cuyo fin
es satisfacer necesidades que pertenecen en principio a la organización estatal y que sólo de
manera temporal se llegan a conceder a los particulares.

DIFERENCIAS ENTRE CONCESION, PERMISO, LICENCIA Y AUTORIZACION

Si bien es cierto que todos esos actos participan del común denominador de ser de los que
amplían la esfera jurídica del gobernado, porque permiten el ingreso de un bien o de un
derecho a su patrimonio, también existen diferencias sustanciales: en el permiso, la licencia y
la autorización hay un derecho preexistente del particular y la producción de cualquiera de
esos actos por la Administración tiene por efecto levantar o remover un obstáculo o
impedimento para el ejercicio pleno de ese derecho. Ejemplos: el gobernado puede realizar
cualquier actividad lícita en ejercicio de la libertad de trabajo consagrada en el artículo 5º
Constitucional como el operar una casa de cambio de divisas, la utilización de la vía pública
o el manejo de un vehículo, pero requerirá que la autoridad que corresponda emita alguno de
esos actos que procedan, para el pleno ejercicio de esa libertad. En el acto concesión se trata
de un privilegio que el Estado otorga a un particular y en tal virtud el que obtiene una
concesión no tiene antes de ella ningún derecho, ni siquiera limitado para usar y aprovechar
bienes nacionales ni para prestar un servicio público.

Otras diferencias son que las autorizaciones, licencias y permisos exigen requisitos más
fáciles de cubrir que las concesiones; los objetivos que persiguen los primeros son distintos
de los de la concesión y también lo es la vigencia de los unos y de la otra, así como la forma
de cancelarse por situaciones excepcionales.

CLASIFICACION DE LA CONCESION

Los actos administrativos de la concesión pueden agruparse atendiendo al objeto para el cual
fueron emitidos y son:

1) Concesión para explotar servicios públicos.


2) Concesión para explotar bienes del dominio público de la Nación.

Las diferencias radican en que en la concesión para la explotación de bienes de la Nación


solamente se producen relaciones entre el Estado y el concesionario que se limita a
aprovechar los productos de la explotación para la que obtuvo la concesión con las
restricciones y obligaciones que le imponen las leyes relativas. En estas concesiones priva el
régimen de inalienabilidad dado que no se otorga al concesionario derechos reales.

En la concesión de servicio público se producen relaciones por una parte entre el Estado y
concesionario y por la otra, entre el concesionario y los usuarios, frente a los cuales se obliga
a la prestación regular, continua y uniforme del servicio a cambio de una remuneración para
compensar la inversión del capital y del trabajo. En estos casos, el móvil del concesionario es
un fin eminentemente utilitario y el de la administración el bienestar colectivo, que es
realizar el interés público.

ELEMENTOS SUBJETIVOS DE LA CONCESION

Los elementos personales de la concesión son: el concedente (órgano estatal); el


concesionario (particular); y el usuario en caso de los servicios públicos.

1) El concedente es la autoridad competente que otorga la concesión al particular. El


concedente puede ser dentro de su ámbito competencial, la Federación, alguna entidad
federativa o un municipio, lo mismo que un organismo paraestatal cuando los bienes o
servicios sean de carácter público.
2) El concesionario es la persona física o moral a quien se otorga la concesión. Sus actos
que están referidos estrictamente a los bienes o servicios públicos, no pueden
considerarse como función pública ni su personal será clasificado de servidores públicos
excepto cuando se trate de alguna paraestatal a la que la ley le reconozca una situación
especial al respecto. Entre el concesionario y el órgano concedente existe una relación
directa.
3) El usuario es la persona física o moral que recibe la prestación del servicio público
concesionado. Este elemento entra en relación directa con el concesionario y solo de
manera excepcional con el órgano público concedente.
VIGENCIA DE LAS CONCESIONES
La concesión, por su propia naturaleza, es de carácter temporal. Tanto las concesiones
para el aprovechamiento de bienes nacionales como las de servicio público, se conceden
salvo algunos casos excepcionales por tiempo determinado.
En la Constitución no existe disposición alguna que prescriba la temporalidad de las
concesiones. Corresponde a las leyes especiales fijar las reglas y condiciones incluido el
plazo para el que se otorgan.
En la concesión de bienes, la temporalidad parece estar determinada por el régimen de
propiedad pública al que están sometidos, que impediría una enajenación subrepticia de
los bienes y funciones públicas cedidas a los particulares por el juego de la prescripción.
Así, solo por un periodo determinado, el Estado otorga al particular la ventaja de
apropiarse del producto de la explotación, reconociéndole a su vez los esfuerzos y
capitales que invierte en esa empresa, satisfaciendo el espíritu lucrativo del capital
privado y al mismo tiempo se satisface el interés colectivo sin que los bienes públicos
salgan de su patrimonio.
En la concesión de los servicios públicos, el principio que domina la fijación de un
término de duración, es el que durante su vigencia pueda el concesionario no solo obtener
una utilidad razonable sobre sus inversiones, sino también recuperar el importe de éstas
por medio de las cuotas que los usuarios paguen por el servicio.
TERMINACION DE LAS CONCESIONES
Hay varias maneras de terminar la concesión:
1) Cumplimiento del Plazo: Cumplido el plazo, la concesión cesa sus efectos, puede
existir prórroga según prevea la ley de la materia, en cuyo caso, el otorgamiento de la
misma es una decisión discrecional de la autoridad concedente previa solicitud del
particular interesado.
2) Falta de Objeto o Materia de la Concesión: la concesión puede extinguirse si el objeto
o materia de la misma se agota, lo que hace imposible que aquella subsista.
3) Declaración Administrativa o Judicial de Haberse Otorgado la Concesión
Contraviniendo el Orden Público o cuando el concesionario incurre en faltas graves a
las condiciones del título correspondiente y que traerá como consecuencia la
cancelación de la concesión.
4) Revocación o Rescate: Puede producirse cuando en atención al interés público, esto
es, por razones de oportunidad o de conveniencia (falta de mérito) se decide en forma
unilateral por la autoridad concedente, poner fin a la concesión antes de la fecha de
expiración sin existir motivo de caducidad, recisión, nulidad o incumplimiento de las
obligaciones del concesionario.
Se presenta cuando por algún cambio, el concesionario no puede seguir prestando el
servicio o usando el bien, o porque se presente alguna circunstancia de interés público
que motive la medida. El rescate de la concesión debe estar justificado, porque de lo
contrario se estaría en un caso de abuso o desvío de poder y con razón el particular
afectado podría oponerse.
5) Caducidad: Se presenta por inactividad del concesionario “cuando no inicia los
trabajos o el servicio en los plazos convenidos o fijados” (Bielsa). La caducidad opera
aunque no se haya fijado en el título de la concesión, esto en razón del interés
público. En los casos de servicios públicos cobra importancia pues la necesidad
colectiva que se pretende satisfacer no puede esperar. En nuestras leyes por vía de
caducidad se aplica la cancelación de la concesión, no sólo porque el concesionario
no realiza lo necesario para mantener vigente su derecho, sino por incurrir en algún
acto de los prohibidos por la ley, por ejemplo, no ejecutarla personalmente,
traspasarla a un tercero sin la autorización previa de la autoridad concedente, entre
otras.
6) Recisión: Es común en la práctica y en las leyes encontrar la opinión según la cual en
la concesión podrían aplicarse los principios generales de la recisión de los contratos
por incumplimiento del concesionario. Artículo 187 del Código Municipal para el
Estado de Chihuahua:
ARTÍCULO 187. La concesión se rescindirá por falta de cumplimiento de las demás
obligaciones del concesionario previstas en las leyes, reglamentos o contrato-
concesión y que no estén señaladas expresamente como causas de caducidad.
7) Renuncia: consiste en la decisión del particular concesionario de no ejercitar los
derechos ni cumplir con las obligaciones que implica la concesión. Aunque los
servicios públicos no se deben suspender, ni la explotación de los bienes del Estado
puede estar sujeta a una decisión caprichosa del particular, y en este sentido la
renuncia no sería admisible, puede llegar a presentarse si media aceptación expresa
por la autoridad concedente. En la Ley Federal del Procedimiento Administrativo se
prevé la extinción del acto por renuncia del interesado, pero nada más cuando se
hubiera dictado en exclusivo beneficio del particular y no sea en perjuicio del interés
público:

Artículo 11.- El acto administrativo de carácter individual se extingue de pleno


derecho, por las siguientes causas:

I. Cumplimiento de su finalidad;

II. Expiración del plazo;

III. Cuando la formación del acto administrativo esté sujeto a una condición o término
suspensivo y éste no se realiza dentro del plazo señalado en el propio acto;

IV. Acaecimiento de una condición resolutoria;

V. Renuncia del interesado, cuando el acto hubiere sido dictado en exclusivo


beneficio de éste y no sea en perjuicio del interés público; y

VI. Por revocación, cuando así lo exija el interés público, de acuerdo con la ley de la
materia.
8) Quiebra y muerte del concesionario: la quiebra es un procedimiento mercantil por
medio del cual una persona (concesionario) declara su insolvencia e imposibilidad de
continuar con la actividad concesionada. Debe aclararse que la concesión como acto
administrativo nada más puede terminar por uno de igual naturaleza, de tal manera
que sólo la administración pública será la única que la puede extinguir o bien, darle
continuidad mediante el ejercicio de su derecho de vigilancia a efecto de garantizar la
idoneidad del servicio público.

CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
Es un acuerdo de voluntades que crea derechos y obligaciones para las partes que lo
celebran, para realizar un objeto determinado que puede ser específico para cada una
y cuyo cumplimiento puede ser exigido por cualquiera de ellas.
ELEMENTOS ESENCIALES
a) Sujetos: Por una parte la Administración Pública en sentido amplio, por lo que
dicho sujeto podrá ser un órgano del Poder Ejecutivo, lo mismo que uno del
Poder Legislativo, del Judicial, o un órgano constitucional autónomo, o bien,
una entidad de la Administración pública paraestatal, tanto en el orden federal
como estatal o municipal, y por la otra un particular; o en el caso del llamado
contrato interadministrativo, otro ente público. Tanto la Administración
Pública como el particular deben cumplir ciertos requisitos o condiciones
indispensables para la validez del contrato como son:
1) El que la Administración Pública actúe en ejercicio de función
administrativa en la celebración del contrato, lo cual implica la finalidad
de satisfacer directa e inmediatamente el interés público, pues de otra
manera, el contrato será de la Administración pero no administrativo, sino
de derecho privado.
2) El órgano o ente de la Administración Pública tenga competencia para
celebrarlo, es decir, que el orden jurídico vigente le autorice a realizarlo.
3) El particular, sea una persona física o moral debe tener capacidad para
contratar.
4) Salvo excepciones el particular co-contratante debe estar inscrito en el
registro o padrón de proveedores o contratistas correspondiente. Con ello
se pretende establecer la idoneidad técnica, moral, económica y financiera
de quienes aspiren a ser contratistas de la Administración Pública lo que
propicia agilizar la licitación y adjudicación del contrato y permite
establecer la idoneidad del interesado para convertirse en adjudicatario.
5) El consentimiento es un elemento esencial básico en atención a lo
dispuesto por el artículo 5º Constitucional. Para la existencia del contrato
administrativo se requiere de la voluntad de los sujetos o partes y de su
coincidencia en torno a un fin y objeto común (crear derechos y
obligaciones). Pero para que el contrato alcance su eficacia, el
consentimiento debe exteriorizarse libre de todo vicio que lo pueda
invalidar como el error, dolo, violencia y la simulación.
b) Objeto: es el contenido de la relación creada por el contrato consistente en la
creación o transmisión de derechos y obligaciones (objeto directo), y en la
cosa que el obligado debe dar o en el hecho que debe hacer o no hacer (objeto
indirecto), además debe ser cierto, posible, lícito y determinado o
determinable en cuanto a su especie. El objeto podría no estar en el comercio
como ocurre en el contrato de obra pública (mantenimiento de un edificio sede
de alguno de los poderes del Estado) y ello no sería obstáculo para celebrarlo.
c) Causa: También llamado motivo o fin determinante, es el móvil o principio
que impulsa la voluntad de las partes para celebrar el contrato. El móvil de
ambas puede no coincidir sobre todo cuando una de ellas es el particular. La
causa del órgano que lo celebra es de tal importancia que si desaparece, el
contrato se extingue.
d) Finalidad: El propósito último que se persigue con el contrato. La finalidad
explica el porqué del objeto, es la razón que justifica la emisión del acto.
e) Forma: Es el modo o manera de expresión de la voluntad de las partes
contratantes. En el contrato administrativo, la voluntad del órgano de la
Administración Pública significa la determinación deliberada de producir un
acto bilateral específico, generador de derechos y obligaciones en
concurrencia con su contratante, la cual se exterioriza a través de una
manifestación realizada en la forma señalada en la norma jurídica aplicable
que no es otra más que la forma escrita.
f) Régimen jurídico especial: el contrato administrativo se rige por reglas
exorbitantes del derecho privado. Aun cuando determinados privilegios del
órgano público contratante no consten expresamente en el contrato, deberán
hacerse valer cuando sea necesario. Entre ellos se destacan la posible
modificación unilateral y la terminación anticipada del contrato, así como su
ejecución directa.
Este régimen está constituido por tres reglas fundamentales:
1) Interpretación: En caso de duda, el contrato debe interpretarse en el
sentido de lo que más favorezca para que el Estado cumpla mejor con sus
atribuciones.
2) Ejecución: Debe ajustar de tal manera que queden a salvo las atribuciones
del Estado, aún en perjuicio o con sacrificio de interés del que contrate con
la Administración. Esto último procedería cuando es inútil que se siga
proporcionando un servicio público o porque exista un órgano
administrativo adecuado para satisfacer el mejor desempeño del mismo.
3) Modificación y terminación de los contratos administrativos: La
administración puede modificar las prestaciones convenidas, aunque esto
no signifique que se haga en forma absolutamente discrecional, pues
además de que las facultades están subordinadas al principio de legalidad,
el particular que ha celebrado el contrato, debe ser indemnizado en su
caso, por las variaciones o la extinción de las obligaciones contractuales.
4) Licitación: La palabra licitación equivale a ofrecer en público, en subasta,
mediando convocatoria pública. En nuestros ordenamientos jurídicos se ha
usado el término licitar como sinónimo de subastar, concursar y rematar.
En el texto del artículo 134 constitucional se emplea el término licitación
como modo de adjudicación de los contratos del gobierno.
a) Licitación Pública: Consiste en un procedimiento administrativo
específico mediante el cual se selecciona por la Administración de
entre todos los aspirantes (cuya idoneidad moral, técnica y financiera
quedó previamente comprobada), al contratista que haya presentado la
mejor oferta, que no necesariamente la más baja o la más alta. Es un
procedimiento por el cual se limita la libertad a la contratación pública,
y obedece fundamentalmente a razones de orden técnico y económico
y al evidente interés público, constituyendo una garantía para los
intereses del Estado y sociedad.
Las leyes reglamentarias establecen como regla general este sistema de
contratación por licitación pública, pero admite excepciones o
modalidades: Licitación restringida por invitación a cuando menos tres
personas y adjudicación directa.
ELEMENTOS NO ESENCIALES

Considerados también como requisitos adicionales, algunos de ellos no exigibles en todos los
contratos administrativos se encuentran:

1) La existencia de una partida presupuestal que soporte la erogación que implica el pago de
las obligaciones a cargo del ente público contratante.
2) El pliego de condiciones.
3) El plazo de ejecución o entrega.
4) Las garantías que debe otorgar el contratista para asegurar el cumplimiento de sus
obligaciones
5) Las sanciones para el caso de incumplimiento.
CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS

Son varias las clasificaciones propuestas para los contratos administrativos. Una de ellas está
determinada por su regulación en la ley, en atípicos o innominados y típicos o nominados.

Según el artículo 134 de la Constitución y sus leyes reglamentarias: Ley de Obras Públicas y
Servicios Relacionados con las Mismas y la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios
del Sector Público, existen cuatro tipos de contrato: de obra pública, de adquisición de bienes
muebles, de arrendamiento de bienes muebles y de prestación de servicios.
Tienen como características el ser principales, sinalagmáticos o bilaterales, onerosos,
conmutativos y formales. En ellos, la administración pública siempre es una de las partes, tienen
como finalidad el interés público y están regulados por régimen jurídico especial de derecho
privado.

CONTRATO DE OBRA PUBLICA

La obra pública es una cosa hecha o producida por el Estado o a su nombre, sobre un inmueble
determinado con un propósito de interés general, y se destina al uso público, a un servicio
público o a cualquier finalidad de beneficio general. Con base a este concepto se puede definir al
contrato de obra pública, como aquel de carácter administrativo cuyo objeto es la realización de
una obra material por el Estado a través de procedimientos públicos, con la finalidad de
satisfacer intereses colectivos.

Este contrato se encuentra constituido por un acuerdo de voluntades de la Administración


Pública y de su co-contratante en el cual la primera encarga al particular la realización de una
obra a cambio de un precio cierto y en el que las partes persiguen fines distintos, sujetos a un
régimen jurídico especial.

Es obra pública la relativa a la construcción, instalación, preparación, reconstrucción,


mantenimiento, conservación, modificación y demolición de inmuebles. También suelen
considerarse como obras públicas las de uso y aprovechamiento generales como los caminos,
puentes, presas, puertos aéreos y marítimos, canales de riego y de navegación, pozos de agua y
petroleros, desecación de pantanos y saneamiento de terrenos; así como los edificios y las
construcciones destinadas al desempeño de las actividades de los entes públicos.

Estos trabajos son realizados por el Estado (Federación, Entidades Federativas, Municipios,
Organismos Constitucionales Autónomos u Organismos Descentralizados) o a su nombre,
aclaración que es pertinente ya que la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las
Mismas, en su artículo 3º, omite señalar a quien interesa o beneficia la obra, ni quien la realice o
por cuenta de quien se haga, ni quien sea propietario o poseedor del inmueble de que se trate.

La obra pública es un servicio que se aplica a bienes. Siempre está vinculada de forma directa o
indirecta a un bien inmueble. Existen servicios que por sí solos no podrían tenerse por obra
pública, a menos que se llegaran a relacionar en forma directa o necesaria a un bien. Por ejemplo
antes de la realización material de la obra, se llevan a cabo trabajos de diversa índole sin los
cuales aquella no es posible: planeación y diseño, estudios de factibilidad técnica, financiera,
ambiental, social, investigaciones, asesorías, consultorías, peritajes, avalúos que finalmente son
parte de ella. Ambos, el servicio de obra pública en sí y los servicios inseparables relacionados
con ella, se vinculan a un bien. Se reproduce el artículo 4 de la Ley de Obras Públicas y
Servicios Relacionados con las Mismas:

Artículo 4.- Para los efectos de esta Ley, se consideran como servicios relacionados con las obras
públicas, los trabajos que tengan por objeto concebir, diseñar y calcular los elementos que
integran un proyecto de obra pública; las investigaciones, estudios, asesorías y consultorías que
se vinculen con las acciones que regula esta Ley; la dirección o supervisión de la ejecución de las
obras y los estudios que tengan por objeto rehabilitar, corregir o incrementar la eficiencia de las
instalaciones. Asimismo, quedan comprendidos dentro de los servicios relacionados con las
obras públicas los siguientes conceptos:

I. La planeación y el diseño, incluyendo los trabajos que tengan por objeto concebir, diseñar,
proyectar y calcular los elementos que integran un proyecto de ingeniería básica, estructural, de
instalaciones, de infraestructura, industrial, electromecánica y de cualquier otra especialidad de
la ingeniería que se requiera para integrar un proyecto ejecutivo de obra pública;

II. La planeación y el diseño, incluyendo los trabajos que tengan por objeto concebir, diseñar,
proyectar y calcular los elementos que integran un proyecto urbano, arquitectónico, de diseño
gráfico o artístico y de cualquier otra especialidad del diseño, la arquitectura y el urbanismo, que
se requiera para integrar un proyecto ejecutivo de obra pública;

III. Los estudios técnicos de agrología y desarrollo pecuario, hidrología, mecánica de suelos,
sismología, topografía, geología, geodesia, geotécnia, geofísica, geotermia, oceanografía,
meteorología, aerofotogrametría, ambientales, ecológicos y de ingeniería de tránsito;
IV. Los estudios económicos y de planeación de preinversión, factibilidad técnico económica,
ecológica o social, de evaluación, adaptación, tenencia de la tierra, financieros, de desarrollo y
restitución de la eficiencia de las instalaciones;

V. Los trabajos de coordinación, supervisión y control de obra; de laboratorio de análisis y


control de calidad; de laboratorio de geotecnia, de resistencia de materiales y radiografías
industriales; de preparación de especificaciones de construcción, presupuestación o la
elaboración de cualquier otro documento o trabajo para la adjudicación del contrato de obra
correspondiente;

VI. Los trabajos de organización, informática, comunicaciones, cibernética y sistemas aplicados


a las materias que regula esta Ley;

VII. Los dictámenes, peritajes, avalúos y auditorías técnico normativas, y estudios aplicables a
las materias que regula esta Ley;

VIII. Los estudios que tengan por objeto rehabilitar, corregir, sustituir o incrementar la eficiencia
de las instalaciones en un bien inmueble;

IX. Los estudios de apoyo tecnológico, incluyendo los de desarrollo y transferencia de tecnología
entre otros, y

X. Todos aquéllos de naturaleza análoga.

ELEMENTOS DEL CONTRATO DE OBRA PUBLICA

Sujetos: Entidad o dependencia de la Administración Pública Federal, Estatal o Municipal y el


particular que realizarán la obra.
Consentimiento: Habrá de otorgarse por decisión del funcionario facultado legalmente y el
particular contratista o su representante acreditado en debida forma.

La Obra Pública: Es la construcción o mejora de algún inmueble propiedad del Estado.


Constituye el objeto del contrato.

Causa: Una necesidad pública que debe ser satisfecha; para el particular, la obtención de un lucro
razonable.

Forma: Se celebra por escrito, previo procedimiento de licitación.

Licitación: Es necesario seguir el procedimiento de concurso prevista en la legislación, o


exceptuarlo del mismo en los casos previstos.

REGIMEN DEL CONTRATO DE OBRA PUBLICA

La base o el fundamento constitucional del contrato de obra pública se encuentra en el artículo


134 de la CPEUM y en la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas.

Es un régimen de derecho público que regula las etapas del contrato y de la obra pública en sí,
como las de planeación, programación, presupuestación, autorización, adjudicación, ejecución,
recepción y terminación, incluso la forma que está prevista de manera minuciosa, y entre esas
disposiciones se encuentran:

a) Las reglas acerca del concurso o licitación a que habrán de someterse la asignación de los
contratos, así como de las excepciones a este procedimiento.
b) Los diferentes tipos de procedimientos para la asignación.
c) Diversas clases de obra pública y servicios relacionados con la misma.
d) Las obligaciones del contratista, previas o posteriores a la celebración del concurso de
obra pública.
e) Las causas de terminación del contrato, conclusión de las obras objeto del contrato, por
irregularidades en el acto, rescisión, causas de fuerza mayor, convenio entre las partes.

Otros ordenamientos jurídicos que regulan esta clase de contratos son la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal, artículo 32d del Código Fiscal de la Federación, artículo 46
de la Ley del Banco de México, artículo 18 de la Ley Federal de Deuda Pública, artículo 18
de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos y la Ley
Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

CARACTERISTICAS DEL CONTRATO DE OBRA PUBLICA

El contrato de obra pública es de carácter administrativo, bilateral o sinalagmático, a título


oneroso, conmutativo, principal de ejecución diferida, de tracto sucesivo, de ejecución
escalonada, formal, típico, de adhesión e intuitu personae.

MODALIDADES DEL CONTRATO DE OBRA PUBLICA

Atendiendo a la remuneración que recibe el contratista de la Administración Pública, el


contrato de obra pública de acuerdo con la ley de la materia admite tres tipos básicos:

a) A precio alzado: aquel por el que una persona (llamada empresario o contratista) se
compromete a ejecutar una obra en beneficio de otra, quien debe pagar por ella un precio
cierto.
b) Mediante precios unitarios: se estipula el pago a base de estimaciones, por el trabajo
realizado en periodos determinados, de tal suerte que conforme se acredite su
cumplimiento se deben cubrir los mismos.
c) Mixta: una parte de los trabajos sobre la base de precios unitarios y otra a precio alzado.

CONTRATO DE ADQUISICIONES DE BIENES MUEBLES

Este contrato no es definido por la ley pero se puede definir como aquel de carácter
administrativo en el cual una persona llamada proveedor se obliga a transferir la propiedad de
uno o varios bienes muebles al Estado, o algunas de sus personas de derecho público, para el
logro de sus fines, quien a su vez se obliga a pagar una remuneración en dinero.

Es un contrato administrativo porque una de sus partes es el Estado (o alguna de sus personas
de derecho público actuando en ejercicio de función administrativa), con una finalidad de
interés público, sujeto a un régimen exorbitante de derecho privado que está contenido en la
Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y el reglamento
respectivo.

Fernández Ruiz considera que este contrato puede en algunos casos, identificarse con la
interpretación que un sector de la doctrina hace del contrato de suministro porque en éste, el
suministrador se obliga, mediante una remuneración, a proveer al suministrado, bienes
muebles (en ocasiones puede versar sobre servicios), con entregas sucesivas, periódicas o
continuas cuya cuantía no puede precisarse de antemano.

NATURALEZA JURIDICA DEL CONTRATO DE ADQUISICION DE BIENES


MUEBLES

En la práctica, el Estado puede obtener los bienes muebles que requiera para lograr sus fines.
Esto lo hace bajo dos clases de contratos diferentes: el de Suministro y el de Compraventa
Administrativa.

Para Escola el contrato de suministro es aquel por el cual la Administración Pública obtiene
la provisión de cosas muebles, mediante el pago de una remuneración en dinero.

Sayagués Laso define: “el contrato de suministro es aquel por el cual la Administración
Pública, mediante el pago de un precio, adquiere las cosas muebles que necesita, y las cuales
se entregan de una sola vez o en períodos sucesivos.”

En la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público se prevé que la


administración puede celebrar un contrato abierto sobre adquisición de bienes, sin precisar la
cantidad exacta, sino solo estableciendo una cantidad mínima y otra máxima de los bienes
por adquirir, o bien el presupuesto mínimo y máximo que podrá ejercerse en la adquisición.

Artículo 47. Las dependencias y entidades podrán celebrar contratos abiertos para adquirir
bienes, arrendamientos o servicios que requieran de manera reiterada conforme a lo
siguiente:

I. Se establecerá la cantidad mínima y máxima de los bienes, arrendamientos o servicios a


contratar; o bien, el presupuesto mínimo y máximo que podrá ejercerse. La cantidad o
presupuesto mínimo no podrá ser inferior al cuarenta por ciento de la cantidad o presupuesto
máximo.
En casos de bienes que se fabriquen en forma exclusiva para las dependencias y entidades, la
cantidad o presupuesto mínimo que se requiera no podrá ser inferior al ochenta por ciento de
la cantidad o presupuesto máximo que se establezca.

Se entenderá por bienes de fabricación exclusiva, los que requieren un proceso de fabricación
especial determinado por la dependencia o entidad.

No se podrán establecer plazos de entrega en los cuales no sea factible producir los bienes, y

II. Se hará una descripción completa de los bienes, arrendamientos o servicios con sus
correspondientes precios unitarios;

Las dependencias y entidades con la aceptación del proveedor podrán realizar modificaciones
a los contratos o pedidos hasta en un veinte por ciento de la cantidad o presupuesto máximo
de alguna partida originalmente pactada, utilizando para su pago el presupuesto de otra u
otras partidas previstas en el propio contrato, siempre que no resulte un incremento en el
monto máximo total del contrato, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 52 de esta Ley.

En esta ley, implícitamente se está reconociendo que el contrato de adquisición de bienes


muebles admite modalidades; una el contrato abierto y otra el cerrado, calidad ésta que se
puede apreciar solo de manera residual. En algunos casos, al primero se le puede equiparar
con el contrato de suministro y al segundo con el de compraventa administrativa. Uno es de
tracto sucesivo y el otro de ejecución instantánea.

En el suministro la obligación del suministrador es una pluralidad de prestaciones que se


cumplirán a través de entregas sucesivas, periódicas o continuadas, previéndose el pago de
las entregas parciales, bien sea por cada una de ellas o por las realizadas en un período
determinado (semana, quincena, mes); en el de compraventa la cuantía de bienes está
determinada o puede determinarse perfectamente, y el precio es cierto al momento de la
celebración del contrato, en tanto que en de suministro solo se establece un precio unitario.

Se puede concluir que el contrato abierto de adquisición de bienes muebles celebrado por la
Administración Pública, por una dependencia o entidad de la misma en ejercicio de la
función administrativa, que prevé entregas fraccionadas y no determina con precisión la
cantidad exacta de bienes por adquirir, sino solo establece una cantidad mínima y otra
máxima para ejercerse en la adquisición, podrá considerarse contrato administrativo de
suministro si prevé el pago de las entregas parciales, bien sea por cada una de ellas o por las
realizadas en un periodo determinado (semana, quincena, mes). En cambio habrá de tenerse
por contrato administrativo de compraventa, si a pesar de preverse entregas parciales o
fraccionadas no se convienen pagos específicos para cada entrega o periódicos para la
realización en un periodo determinado.

El contrato de adquisiciones de bienes muebles es administrativo, bilateral o sinalagmático,


oneroso, formal, principal e intuitu personae, traslativo de propiedad, de adhesión y puede ser
de ejecución instantánea o de tracto sucesivo según sea abierto o cerrado. Como todo
contrato administrativo, requiere de una serie de acciones previas como la planeación,
programación, presupuestación, autorización de la adjudicación, adjudicación por licitación
pública, garantías, pagos de intereses y formas de terminación del contrato, en los términos
ordenados por la Constitución (artículo 126), Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad
Hacendaria (artículo 19), y la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector
Público (artículos 18, 20, 25, 48, 51 y 54).

CONTRATO ADMINISTRATIVO DE SUMINISTRO EN OTRAS LEYES

En el contrato administrativo de suministro, la administración pública puede desempeñar el


papel de cualquiera de las partes, suministrador o suministrado, esto da lugar a dos
modalidades diferentes de dicho contrato, con característica y peculiaridades propias y un
régimen jurídico propio.

La modalidad del contrato administrativo de suministro en el que el suministrador es un ente


de la Administración Pública, se da en los contratos de suministro de energía eléctrica
previstos en la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica celebrados por los particulares
con la Comisión Federal de Electricidad, organismo descentralizado hasta el día de hoy de la
Administración Pública Federal que presta dicho servicio. Puede ocurrir también cuando
Petróleos Mexicanos por conducto de algunos de sus organismos subsidiarios contrate con
los particulares para abastecerlos de gas natural o de gas licuado de petróleo para fines
industriales o de comercialización. En igual circunstancia se encuentra en el orden estatal y
municipal los contratos celebrados por los particulares con los organismos descentralizados
de la Administración Pública del Estado de Chihuahua como la Junta Central y Municipales
de Agua y Saneamiento para el abastecimiento y distribución de agua potable.

Este contrato se caracteriza por ser administrativo, bilateral, a título oneroso, formal,
conmutativo, principal, de ejecución inmediata o diferida y de tracto sucesivo, típico en
ciertos casos, nominado, de adhesión e intuitu personae en algunos casos.

CONTRATO ADMINISTRATIVO DE ARRENDAMIENTO DE BIENES MUEBLES

La Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público contempla dos


tipos de contratos de arrendamiento de bienes muebles: el ordinario y el de arrendamiento
financiero. Ambos se preparan de la misma manera que el de adquisición de bienes muebles,
en cuanto a su planeación, programación, presupuestación y autorización y bajo los mismos
procedimientos de adjudicación.

a) El contrato ordinario de arrendamiento de bienes muebles: se define como aquel


celebrado entre uno o varios particulares y la Administración Pública, en ejercicio de
función administrativa, mediante el cual ambas partes se obligan recíprocamente, una a
conceder el uso o goce temporal de un bien mueble, y la otra, al pago, por ese uso o goce,
de un precio cierto, para satisfacción del interés público, con sujeción a un régimen
exorbitante del derecho privado.
Es un contrato administrativo, bilateral, sinalagmático, a título oneroso, formal, principal,
intuitu personae, de tracto sucesivo y traslativo de uso.
El régimen jurídico al que está sometido es idéntico al del contrato de adquisiciones de
bienes muebles. Se rige por los artículos 126 y 134 Constitucionales, la Ley de
Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, Ley Federal de Deuda
Pública, Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, Código Fiscal de la
Federación (artículo 32-D) y subsidiariamente por el Código Civil Federal.
Este contrato participa de los mismos elementos básicos esenciales y requisitos de validez
que se exigen a los contratos de obra pública y a los de adquisición de bienes muebles y
en cuanto a la terminación del mismo, ésta puede ser de manera normal por concluir el
plazo convenido o de manera anormal por otras causas como pueden ser el interés
público, los vicios de contratación, incumplimiento de obligaciones, desaparición del
objeto o imposibilidad de cumplirlo y el mutuo consentimiento que dan lugar a la
revocación, rescisión unilateral y la convenida.
b) Contrato administrativo de arrendamiento financiero de bienes muebles: El antecedente
del arrendamiento financiero o leasing se encuentra en Estados Unidos de América y
consiste en un arrendamiento de bienes con opción de compra.
El contrato de arrendamiento financiero difiere de la venta en abonos y del arrendamiento
puro y ordinario. Su nacimiento obedeció a necesidades financieras de los arrendatarios
que a través de este medio, obtenían la utilización de bienes sin ser propietarios y con un
menor desembolso de fondos.
Desde su inicio ha tenido una gran aceptación en el medio empresarial por autofinanciar
el aprovechamiento productivo de bienes mediante módicos desembolsos periódicos, a lo
que se agrega la posibilidad de adquirir la propiedad del bien, al término del contrato, con
el pago de un precio simbólico.
En México fue a partir del año de 1966, cuando en materia fiscal se empieza a dar esta
clase de contratos de arrendamientos en los que, al vencimiento del plazo convenido, el
arrendatario podía adquirir mediante el pago de un precio simbólico, los bienes
arrendados, bajo un régimen especial: primero se asimiló su régimen fiscal al de la
compraventa en abonos, luego se identifica a este contrato bajo el nombre de
arrendamiento financiero, denominación que se mantiene hasta la fecha en la legislación
fiscal federal.
Artículo 15 del Código Fiscal de la Federación:

Artículo 15.- Para efectos fiscales, arrendamiento financiero es el contrato por el cual una
persona se obliga a otorgar a otra el uso o goce temporal de bienes tangibles a plazo
forzoso, obligándose esta última liquidar, en pagos parciales como contraprestación, una
cantidad en dinero determinada o determinable que cubra el valor de adquisición de los
bienes, las cargas financieras y los demás accesorios y a adoptar al vencimiento del
contrato alguna de las opciones terminales que establece la Ley de la materia.

En las operaciones de arrendamiento financiero, el contrato respectivo deberá celebrarse


por escrito y consignar expresamente el valor del bien objeto de la operación y la tasa de
interés pactada o la mecánica para determinarla.

El contrato de arrendamiento financiero, se define como aquel que celebra una


dependencia o entidad de la Administración Pública en aras del interés público, con el
propósito de financiar la utilización de bienes muebles que requiere para el logro de sus
fines, mediante el pago de remuneraciones periódicas, durante un plazo determinado, sin
predeterminar la traslación de su propiedad, la que eventualmente se realizará al concluir
el plazo del contrato, de resolverlo así la arrendataria, entre un conjunto de alternativas.

Este contrato tiene como características el ser administrativo, bilateral, sinalgmático,


intuitu personae, oneroso, nominado, formal, principal, de tracto sucesivo, traslativo de
uso y, eventualmente traslativo de dominio. La planeación, programación,
presupuestación y autorización de este contrato se debe realizar de manera semejante al
de arrendamiento ordinario y es similar a éste en cuanto a sus elementos y requisitos.
CONTRATO ADMINISTRATIVO DE PRESTACION DE SERVICIOS
Este contrato se encuentra regulado en términos similares a los de adquisición y de
arrendamiento de bienes muebles. En la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y
Servicios del Sector Público se establece:

Artículo 3.- Para los efectos de esta Ley, entre las adquisiciones, arrendamientos y
servicios, quedan comprendidos:

IV. La contratación de los servicios relativos a bienes muebles que se encuentren


incorporados o adheridos a inmuebles, cuyo mantenimiento no implique modificación
alguna al propio inmueble, y sea prestado por persona cuya actividad comercial
corresponda al servicio requerido;
V. La reconstrucción y mantenimiento de bienes muebles; maquila; seguros;
transportación de bienes muebles o personas, y contratación de servicios de limpieza y
vigilancia;
VII. La prestación de servicios de personas físicas, excepto la contratación de servicios
personales subordinados o bajo el régimen de honorarios;
VIII. La contratación de consultorías, asesorías, estudios e investigaciones, y
IX. En general, los servicios de cualquier naturaleza cuya prestación genere una
obligación de pago para las dependencias y entidades, salvo que la contratación se
encuentre regulada en forma específica por otras disposiciones legales. Corresponderá a
la Secretaría de la Función Pública, a solicitud de la dependencia o entidad de que se
trate, determinar si un servicio se ubica en la hipótesis de esta fracción.
OTRAS FIGURAS CONTRACTUALES DE DERECHO PUBLICO
Contrato de empréstito público: Normalmente, las erogaciones del estado, se cubren
con los ingresos ordinarios, pero en ocasiones la suma de tales ingresos resulta
insuficiente para cubrir el gasto público por lo que para financiar el déficit, se recurre al
empréstito interno o externo proveniente de particulares, organismos internacionales o de
gobiernos extranjeros, dando lugar a la figura del contrato de empréstito público. Se le
define como aquel por el cual, el Estado o alguna de sus personas de derecho público, con
miras al cumplimiento de sus fines, recibe de otra persona una cantidad de dinero en
moneda nacional o en divisas, que se obliga a devolver en la misma especie en fecha y
lugar determinados, adquiriendo, además, la obligación de pagar periódicamente una
renta o interés a tasa determinada o determinable.
Contrato de consultoría: Se entiende como la obra o servicio de carácter intelectual que
realiza una persona física o moral, para proveer al ente administrativo con el mejor
consejo calificado respecto de un asunto determinado.
Contrato de riesgo: Este contrato se encuentra íntimamente ligado al petróleo. La
necesidad de proteger este recurso natural y asegurar la soberanía nacional, pero al
mismo tiempo hacer frente a las grandes inversiones que requieren para su explotación,
han dado lugar al surgimiento de esta clase de contrato. Se le define como “un contrato
de prestación de servicios de investigación, explotación y desarrollo de la producción de
petróleo, en el que además, el prestatario de los servicios es retribuido solamente si se
descubren yacimientos comerciales explotables.” Como por ejemplo se pueden
mencionar a los llamados “contratos de servicios múltiples” que celebra la Empresa
Productiva del Estado PEMEX en las labores de explotación de yacimientos de petróleo.
EXPROPIACION POR CAUSA DE UTILIDAD PUBLICA
DEFINICION
Acto del Poder Público por medio del cual se priva total o parcialmente a un particular de
un bien de su propiedad por una causa de utilidad pública mediante una indemnización.
Implicaría también la ocupación temporal o la limitación de algunos de los atributos de
esa propiedad.
CARÁCTER DE LA EXPROPIACION

La expropiación es un acto de soberanía del Estado para cuya ejecución no requiere el


consentimiento del particular afectado. Al igual que el impuesto, constituye una carga
pública que le impone al particular la cesión de un bien de su propiedad. Pero mientras
que en el primero, por el hecho de pagarlo, el particular no recibe una contraprestación
especial por la parte de riqueza con la que contribuye a los gastos públicos, en la
expropiación si existe una compensación por la privación que sufre el particular afectado.
La expropiación no es como el impuesto una carga que se distribuya proporcionalmente y
equitativamente. En la expropiación, el Estado hace recaer todo el gravamen sobre una
persona y la priva de su propiedad sin que a los demás individuos, en situaciones
semejantes, los afecte de la misma forma. Por ello, y para no violentar el principio de
igualdad de los particulares frente a las cargas públicas, y no sea el único que tenga que
contribuir con su propiedad para un objeto que beneficia a la colectividad, resulta
equitativo que ésta reporte también la carga, y la forma en que la sufre es por medio del
impuesto que lo deben pagar todos y cuyo rendimiento sirve para el pago de la
compensación que deba otorgarse.

BASES CONSTITUCIONALES Y LEGALES DE LA EXPROPIACION

La expropiación, tiene como base las disposiciones consignadas en el artículo 27


Constitucional, el segundo párrafo de este precepto establece:

Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante
indemnización.
La fracción VI, párrafo segundo del mismo artículo establece:

Las leyes de la Federación y de las entidades federativas en sus respectivas


jurisdicciones, determinarán los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la
propiedad privada, y de acuerdo con dichas leyes la autoridad administrativa hará la
declaración correspondiente. El precio que se fijará como indemnización a la cosa
expropiada, se basará en la cantidad que como valor fiscal de ella figure en las oficinas
catastrales o recaudadoras, ya sea que este valor haya sido manifestado por el propietario
o simplemente aceptado por él de un modo tácito por haber pagado sus contribuciones
con esta base. El exceso de valor o el demérito que haya tenido la propiedad particular
por las mejoras o deterioros ocurridos con posterioridad a la fecha de la asignación del
valor fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y a resolución
judicial. Esto mismo se observará cuando se trate de objetos cuyo valor no esté fijado en
las oficinas rentísticas.

Otras disposiciones de carácter general en esta materia se encuentran en la Ley de


Expropiación reglamentaria del artículo 27 constitucional y en leyes especiales sobre
tierras, aguas, minas, petróleo, vías de comunicación, zonificación y planificación.

En el Código Civil Federal se consignan los preceptos siguientes:

Artículo 832.- Se declara de utilidad pública la adquisición que haga el Gobierno de


terrenos apropiados, a fin de venderlos para la constitución del patrimonio de la familia o
para que se construyan casas habitaciones que se alquilen a las familias pobres, mediante
el pago de una renta módica.

Artículo 833.- El Gobierno Federal podrá expropiar las cosas que pertenezcan a los
particulares y que se consideren como notables y características manifestaciones de
nuestra cultura nacional, de acuerdo con la ley especial correspondiente.

Artículo 836.- La autoridad puede, mediante indemnización, ocupar la propiedad


particular, deteriorarla y aun destruirla, si esto es indispensable para prevenir o remediar
una calamidad pública, para salvar de un riesgo inminente una población o para ejecutar
obras de evidente beneficio colectivo.

En el Código Administrativo del Estado de Chihuahua, en el “Libro Unico. Del Régimen


Patrimonial del Estado. Título Segundo. Capítulo Unico. De las Expropiaciones”, por lo
que se refiere al ámbito estatal y municipal.

AUTORIDADES COMPETENTES PARA INTERVENIR EN LA


EXPROPIACION

En la Constitución de 1917 se precisó cuáles son las autoridades que deben intervenir en
las diversas fases de la expropiación. En el párrafo segundo de la fracción VI del artículo
27, se indica que corresponde al Poder Legislativo fijar la causa de utilidad pública por la
cual procede la expropiación, al Poder Ejecutivo la declaratoria de que existe causa de
utilidad prevista en la ley, y la de que un bien determinado debe expropiarse para
satisfacer esa utilidad. A este mismo Poder le corresponde ejecutar la expropiación
llevando a cabo la desposesión del particular y la atribución del bien expropiado en favor
del Estado (artículos 3, 7 y 8 de la Ley de Expropiación). El poder Judicial solo
interviene en el procedimiento de indemnización, sólo por lo que atañe al exceso de valor
que haya tenido la propiedad particular por las mejoras que se le hubieran hecho con
posterioridad a la fecha de la asignación del valor fiscal, o cuando se trate de objetos
cuyo valor, no esté fijado en las oficinas rentísticas todo lo cual queda sujeto a juicio
pericial.

FIJACION DE LAS CAUSAS DE UTILIDAD PUBLICA

En el segundo párrafo de la fracción VI del artículo 27 Constitucional se establece que,


“Las leyes de la Federación y de los Estados en sus respectivas jurisdicciones,
determinarán los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad
privada, y de acuerdo con dichas leyes la autoridad administrativa hará la declaratoria
correspondiente.” En nuestro sistema legal, en unos casos la misma Constitución señala
las causas que considera de utilidad pública para basar en ellas la expropiación, pero la
regla general es que las legislaturas son las competentes para fijar en las leyes
secundarias los casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada.
CAUSAS DE UTILIDAD PUBLICA

Tanto en la Ley Federal de Expropiación como en el Código Administrativo del Estado


de Chihuahua, se establecen las causas que se consideran de utilidad pública pero no son
los únicos casos posibles.

En el ámbito federal la Ley de Expropiación dispone:

Artículo 1o.- La presente ley es de interés público y tiene por objeto establecer las causas
de utilidad pública y regular los procedimientos, modalidades y ejecución de las
expropiaciones.

Se consideran causas de utilidad pública:

I.- El establecimiento, explotación o conservación de un servicio público;

II.- La apertura, ampliación o alineamiento de calles, la construcción de calzadas,


puentes, caminos y túneles para facilitar el tránsito urbano y suburbano;

III.- El embellecimiento, ampliación y saneamiento de las poblaciones y puertos, la


construcción de hospitales, escuelas, parques, jardines, campos deportivos o de aterrizaje,
construcciones de oficinas para el Gobierno Federal y de cualquier obra destinada a
prestar servicios de beneficio colectivo.

III Bis. La construcción de obras de infraestructura pública y la prestación de servicios


públicos, que requieran de bienes inmuebles y sus mejoras, derivada de concesión, de
contrato o de cualquier acto jurídico celebrado en términos de las disposiciones legales
aplicables.

IV.- La conservación de los lugares de belleza panorámica, de las antigüedades y objetos


de arte, de los edificios y monumentos arqueológicos o históricos, y de las cosas que se
consideran como características notables de nuestra cultura nacional;
V.- La satisfacción de necesidades colectivas en caso de guerra o trastornos interiores; el
abastecimiento de las ciudades o centros de población, de víveres o de otros artículos de
consumo necesario, y los procedimientos empleados para combatir o impedir la
propagación de epidemias, epizootias, incendios, plagas, inundaciones u otras
calamidades públicas;

VI.- Los medios empleados para la defensa nacional o para el mantenimiento de la paz
pública;

VII.- La defensa, conservación, desarrollo o aprovechamiento de los elementos naturales


susceptibles de explotación;

VIII.- La equitativa distribución de la riqueza acaparada o monopolizada con ventaja


exclusiva de una o varias personas y con perjuicio de la colectividad en general, o de una
clase en particular;

IX.- La creación, fomento o conservación de una empresa para beneficio de la


colectividad;

X.- Las medidas necesarias para evitar la destrucción de los elementos naturales y los
daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la colectividad;

XI.- La creación o mejoramiento de centros de población y de sus fuentes propias de


vida;

XII.- Los demás casos previstos por leyes especiales.


El Código Administrativo del Estado de Chihuahua señala:

ARTÍCULO 1703. Se consideran causas de utilidad pública:

I. El establecimiento, explotación o conservación de un servicio público;

II. La apertura, ampliación o alineamiento de calles, la construcción de calzadas, puentes,


caminos y túneles para facilitar el tránsito urbano municipal y del Estado;

III. El embellecimiento, ampliación y saneamiento de las poblaciones, la construcción de


hospitales, escuelas, centros infantiles, jardines, campos deportivos o de aterrizaje, o de
cualquier obra destinada a prestar servicios de beneficio colectivo;

IV. La conservación de los lugares de belleza panorámica, de las antigüedades y objetos


de arte, de los edificios y monumentos arqueológicos o históricos y de las cosas que se
consideren como características notables de la cultura del Estado;

V. La satisfacción de las necesidades colectivas en caso de guerra o trastornos interiores;


el abastecimiento de las ciudades o centros de población, de víveres o de otros artículos
de consumo necesario y los procedimientos empleados para combatir o impedir la
propagación de epidemias, epizootias, incendios, plagas, inundaciones y otras
calamidades públicas;

VI. La defensa, conservación, desarrollo o aprovechamiento de los elementos naturales


susceptibles de explotación;

VII. La equitativa distribución de la riqueza acaparada o monopolizada con ventaja


exclusiva de una o varias personas y con perjuicio de la colectividad en general o de una
clase en particular;

VIII. La creación, fomento o conservación de una empresa para beneficio de la


colectividad;

IX. Las medidas necesarias para evitar la destrucción de los elementos naturales y los
daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la colectividad;

X. La creación o mejoramiento de centros de población o de sus fuentes propias de vida y


la dotación de terrenos para viviendas a familias humildes;
XI. El ordenamiento de los asentamientos humanos irregulares en zonas urbanas, así
como la regularización de las tenencias de la tierra del régimen de propiedad privada de
predios destinados a la producción agropecuaria.

XII. La prevención de cualquier tipo de alteración de la paz pública, la tranquilidad o


seguridad sociales.

ALCANCE Y OBJETOS SUSCEPTIBLES DE EXPROPIACION

La expropiación tiene por objeto la privación total o parcial de un bien particular, su


ocupación temporal, o la limitación de alguno de los atributos de la propiedad según lo
requiere la causa de utilidad pública que pretende satisfacer.

En principio, cualquier bien, sea mueble o inmueble puede ser expropiado,


exceptuándose el dinero en efectivo, toda vez que si la expropiación da lugar a una
indemnización en efectivo, si éste se expropiara para compensarse en la misma especie,
la expropiación dejará de cumplir su objeto.

Existen opiniones que sostienen que la expropiación no puede tener por objeto bienes
muebles, empresas mercantes o negociaciones industriales debido a que el artículo 27
Constitucional se limita a reglamentar solo la propiedad territorial, de tal suerte que al
autorizar la expropiación, la quiso referir a esa clase de propiedad, sin embargo el párrafo
segundo de la fracción VI del mismo artículo, no hace una distinción al respecto,
condición necesaria para considerar autorizada la exclusión de otros bienes distintos de
los muebles.

PROCEDIMIENTO PARA DECRETAR LA EXPROPIACION

Como en todo procedimiento, el de expropiación está constituido por un conjunto de


etapas y formalidades que anteceden a la producción final y definitiva de un acto
administrativo. En este procedimiento se reconocen cuatro etapas: preparación y consulta,
decisión, ejecución y revisión.

La de preparación se integra con los estudios que hace el Estado por conducto de las
autoridades competentes para fundar y motivar la expropiación y la necesidad de la obra,
a la cual se van a destinar los bienes expropiados.
La de decisión, se expresa a través de la declaratoria de expropiación que hace el
ejecutivo sin audiencia previa de los afectados ni intervención judicial. El decreto
expropiatorio debe publicarse en el Diario Oficial de la Federación o en el Periódico o
gaceta oficial de los Estados y notificarse personalmente al o los interesados. En caso de
no existir o desconocerse el domicilio del particular afectado, una segunda publicación
por ese medio, hace las veces de notificación personal.

Tanto en la Ley Federal como en el Código Administrativo, la oportunidad de defensa se


brinda al particular una vez que ha sido notificado del decreto de expropiación, pero no
antes de la toma de decisión y su publicación.

De acuerdo a la ley, los propietarios afectados podrán interponer, dentro de los quince
días hábiles siguientes a la notificación del acuerdo expropiatorio, recurso administrativo
de revocación evitando con ello que se ejecute la expropiación con lo que se abre la etapa
de revisión, y una vez que éste se hubiera resuelto negativamente, o en caso de no
haberse interpuesto, la autoridad administrativa procederá a la ejecución de la
declaratoria.

Cuando se trate de satisfacer necesidades colectivas, en caso de guerra o trastornos


interiores; del abastecimiento de ciudades o poblaciones de víveres o artículos de
consumo necesario o de procedimientos para combatir epidemias, epizootias, incendios,
plagas u otras calamidades públicas, o bien de medidas de defensa nacional o
mantenimiento de la paz pública o de medidas para evitar la destrucción de los elementos
naturales, o los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la colectividad, la
ejecución de la declaratoria respectiva se hará sin esperar la interposición ni la resolución
de recurso de revocación.

La de ejecución consiste en una serie de actos materiales que tienen por objeto realizar o
llevar a cabo la expropiación, tales como el que el Estado, entidad o sujeto beneficiado
tome posesión del bien y se le de el destino para el que fue expropiado. En caso de que el
bien no se destine al fin que dio causa a la declaratoria respectiva dentro del término de
cinco años a nivel federal y tres años con el orden estatal, podrá reclamarse por el
afectado la reversión del bien de que se trate, es decir, que vuelva a su propiedad, o dejar
insubsistente el acuerdo sobre ocupación temporal o limitación de dominio.
LA INDEMNIZACION

El interés social que se pretende satisfacer con la expropiación, debe simultáneamente


amparar a quien sufre un perjuicio al ser privado de su propiedad, otorgándole una justa y
necesaria compensación. Lo anterior como principio elemental de justicia: la igualdad de
los particulares ante las cargas públicas, afirmándose que una expropiación sin
indemnización sería una confiscación.

La indemnización o justo precio, es la cantidad de dinero que el particular recibe del


Estado a cambio de la transferencia de su propiedad y que es fijado conforme al valor
fiscal del bien expropiado, ya sea que ese valor haya sido manifestado por el propietario o
simplemente aceptado por él de un modo tácito por haber pagado sus contribuciones con
esta base. El exceso de valor o el demérito que haya tenido la propiedad particular por las
mejoras o deterioros ocurridos con posterioridad a la fecha de la asignación del saber
fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y a resolución judicial.

La indemnización podrá ser en dinero, o en especie. En la legislación de Chihuahua se


establecen ambas formas, pero también que podrá compensarse en el pago de
contribuciones que debe efectuar el titular de los derechos del bien expropiado, o bien
una combinación de los anteriores. Igualmente cuando se trata de la ocupación temporal,
o en el caso de limitación de dominio, el monto de la indemnización quedará sujeto a
peritos.

EPOCA DE PAGO

Respecto de la época en que deba efectuarse la indemnización el texto del artículo 27


Constitucional no lo fija con precisión pues solamente habla que las expropiaciones se
harán mediante indemnización.

A diferencia de otros países en los que sus constituciones y leyes establecen que la
indemnización es previa como una garantía para el interesado contra los retardos de la
Administración, en México, el Estado goza de un plazo prudente para hacer efectiva la
indemnización. Aún y cuando en la Ley de Expropiación se establece (artículo 19) que el
importe de la indemnización será cubierto por el Estado cuando la cosa expropiada pase a
su patrimonio, más adelante (artículo 20) se dispone que deberá pagarse dentro del
término de 45 días a partir de la declaratoria de expropiación en moneda nacional, sin
perjuicio de que se convenga su pago en especie. Estas disposiciones, se aplican en lo
conducente, a los casos de ocupación temporal o de limitación al derecho de dominio.

El Código Administrativo del Estado de Chihuahua señala:

ARTÍCULO 1729. El Ejecutivo del Estado fijará las formas y los plazos en que la
indemnización deberá pagarse. En caso de que el mismo Ejecutivo no obtenga
autorización del Congreso del Estado para cubrir la indemnización en un plazo mayor,
éste no excederá del término que falte al mismo Ejecutivo para cumplir su período
administrativo.

DERECHO DE REVERSION EN LA EXPROPIACION

Este derecho llamado también de retrocesión puede considerarse en palabras de


D’Alessio “como un reflejo del mismo derecho de propiedad, es decir; como una
especificación de éste, por cuanto el individuo, como propietario, tiene derecho de no ser
privado de su bien sino por causa de utilidad pública, y tiene el derecho de recuperarlo
cuando tal causa no subsiste.

La Ley de Expropiación establece:

Artículo 9o.- Si los bienes que han originado una declaratoria de expropiación, ocupación
temporal o limitación de dominio no fueren destinados total o parcialmente al fin que dio
causa a la declaratoria respectiva, dentro del término de cinco años, el propietario
afectado podrá solicitar a la autoridad que haya tramitado el expediente, la reversión total
o parcial del bien de que se trate, o la insubsistencia de la ocupación temporal o
limitación de dominio, o el pago de los daños causados.

Dicha autoridad dictará resolución dentro de los cuarenta y cinco días hábiles siguientes a
la presentación de la solicitud. En caso de que se resuelva la reversión total o parcial del
bien, el propietario deberá devolver únicamente la totalidad o la parte correspondiente de
la indemnización que le hubiere sido cubierta.
El derecho que se confiere al propietario en este Artículo, deberá ejercerlo dentro del
plazo de dos años, contado a partir de la fecha en que sea exigible.

En el Código Administrativo de Chihuahua, se confiere al particular afectado por la


expropiación, ocupación o la limitación de dominio, el derecho de reversión de los
bienes, si dentro del término de tres años no son destinados al fin que dio causa la
declaratoria respectiva (artículo 1719), aunque a diferencia de la materia federal, no se
dispone término para que la autoridad resuelva la solicitud, ni plazo en que debe
ejecutarse ese derecho, así como tampoco si el particular debe o no devolver parte o la
totalidad de la indemnización que le hubiere sido cubierta.

LA EXPROPIACION Y OTRAS FIGURAS QUE AFECTAN LA PROPIEDAD


PRIVADA

Las modalidades que dicta el interés público: Son restricciones que el Estado impone
al ejercicio de los atributos del derecho de propiedad-uso, disfrute y disposición.

Las modalidades afectan al régimen jurídico de la propiedad imponiendo una acción o


una abstención, en tanto que el ejercicio absoluto de aquella puede causar un perjuicio a
algún interés social cuya salvaguardia está encomendada al Estado.

En el Código Civil se previene que el propietario de una cosa puede gozar y disponer de
ella con las limitaciones y modalidades que fijen las leyes, entre otras: la prohibición de
alterar o enajenar sin permiso de la autoridad administrativa las cosas que se consideren
notables y características manifestaciones de la cultura nacional, la obligación de cercar
una propiedad en los términos de las leyes o reglamentos, la prohibición de edificar y
plantar cerca de las plazas, fuentes, fortalezas y edificios públicos sin sujetarse a las
condiciones especiales de los reglamentos de la materia, la obligación de no construir
sino en los términos de las leyes y reglamentos sobre la seguridad y salubridad en la
construcción.

No obstante que tanto la expropiación como la modalidad son figuras que afectan la
propiedad privada, entre ambas existen diferencias: la modalidad constituye una medida
de carácter general y abstracto, que viene a integrar y a configurar, no a transformar, el
régimen jurídico de la propiedad general de los bienes en un momento y lugar
determinado. La expropiación por el contrario, constituye una medida de carácter
individual y concreto que concentra sus efectos sobre un bien especial.

La expropiación se traduce en la extinción del derecho de dominio o uso del bien para el
particular afectado, transmitiéndose la propiedad al Estado, entidad, corporación o sujeto
beneficiado. La modalidad supone una restricción al derecho de propiedad, “una
extinción parcial de los derechos del propietario”; se impone un modo o manera de usar,
disfrutar o disponer del derecho de propiedad.

La modalidad, se verifica sin contraprestación alguna, en cambio en la expropiación,


siempre se lleva a cabo mediante una indemnización a favor del particular expropiado.

CONFISCACION

Desde el punto de vista jurídico, se define como la pérdida total del patrimonio del
culpable como sanción al delito cometido. Lo típico de la confiscación es que el penado
pierde la totalidad de sus bienes en razón del delito cometido.

La confiscación en función del delito cometido ha existido desde la época de la


monarquía, cuando la confiscación se practicó en el derecho romano como consecuencia
fundamental y necesaria de las penas capitales, si bien tenía como nota singular la de que
lo obtenido a través de ella no ingresaba en las arcas del tesoro sino que servía para los
fastos del culto de los dioses. En otras épocas, se aplicó la confiscación de bienes o
incautación a los casos de muerte civil o de aplicación de los bienes del reo. El derecho
internacional registra esta figura como un procedimiento despótico en los conflictos
bélicos.

En México, está prohibida la confiscación de bienes por disposición expresa en el artículo


22 Constitucional. Esto es, la pérdida total de los bienes de una persona a favor del
Estado, sin embargo, si sólo pierde parte de ellos, estaremos frente a la confiscación
parcial llamada en el derecho mexicano pérdida de los efectos o instrumentos del delito.
Esto en atención al segundo párrafo del artículo 22 Constitucional:

Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca,
los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación
de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.

No se considerará confiscación la aplicación de bienes de una persona cuando sea


decretada para el pago de multas o impuestos, ni cuando la decrete la autoridad judicial
para el pago de responsabilidad civil derivada de la comisión de un delito. Tampoco se
considerará confiscación el decomiso que ordene la autoridad judicial de los bienes en
caso de enriquecimiento ilícito en los términos del artículo 109, la aplicación a favor del
Estado de bienes asegurados que causen abandono en los términos de las disposiciones
aplicables, ni de aquellos bienes cuyo dominio se declare extinto en sentencia.

La acción de extinción de dominio se ejercitará por el Ministerio Público a través de un


procedimiento jurisdiccional de naturaleza civil y autónomo del penal. Las autoridades
competentes de los distintos órdenes de gobierno le prestarán auxilio en el cumplimiento
de esta función. La ley establecerá los mecanismos para que las autoridades administren
los bienes sujetos al proceso de extinción de dominio, incluidos sus productos,
rendimientos, frutos y accesorios, para que la autoridad lleve a cabo su disposición, uso,
usufructo, enajenación y monetización, atendiendo al interés público, y defina con
criterios de oportunidad el destino y, en su caso, la destrucción de los mismos.

Será procedente sobre bienes de carácter patrimonial cuya legítima procedencia no pueda
acreditarse y se encuentren relacionados con las investigaciones derivadas de hechos de
corrupción, encubrimiento, delitos cometidos por servidores públicos, delincuencia
organizada, robo de vehículos, recursos de procedencia ilícita, delitos contra la salud,
secuestro, extorsión, trata de personas y delitos en materia de hidrocarburos, petrolíferos
y petroquímicos.

A toda persona que se considere afectada, se le deberá garantizar el acceso a los medios
de defensa adecuados para demostrar la procedencia legítima del bien sujeto al
procedimiento.
DECOMISO

El decomiso, consiste en la pérdida parcial de los bienes de una persona, por razones de
interés público contenidas en la legislación, es decir, aparece como una sanción en el
derecho penal, y en el régimen de policía en materia de seguridad y salubridad. El Estado
puede destruir los objetos decomisados o asignarlos a un servicio público o rematarlos a
los particulares.

El decomiso en materia penal, se define como una sanción impuesta por un juez
declarando la pérdida de la propiedad o posesión de los objetos con los cuales se ha
cometido un delito o son objeto del mismo. Generalmente, esos objetos, se transfiere su
propiedad al Estado y en los casos de objetos de uso ilícito o prohibido se ordena su
destrucción. En ningún caso el Estado paga indemnización, ni contraprestación ya que se
trata de una sanción.

Artículo 24.- Las penas y medidas de seguridad son:

8.- Decomiso de instrumentos, objetos y productos del delito

Al condenar el juez a la pérdida de ellos lo que realmente declara es el decomiso de los


mismos. Procede el decomiso cuando los instrumentos con que se cometa o se pretenda
cometer el delito, así como las cosas que sean objeto o producto de éste sean de uso
prohibido como las armas prohibidas (artículo 160) o bien cosas que sirvan para
delinquir: documentos falsos. Los objetos materiales, cuando sean de uso prohibido, se
decomisarán por disposición del legislador en sanción a su ilicitud, en perjuicio de
terceros ajenos. Si son de uso ilícito, se decomisarán cuando el delito sea intencional. Por
su parte, en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, aunque no define delitos,
se prevé el decomiso o aseguramiento de bienes (artículos 29 a 31).

En la legislación administrativa, el decomiso aparece como una sanción o pena que priva
a una persona de bienes muebles, sin indemnización, por la infracción de una ley
administrativa o en los casos indicados del Código Penal, en que una autoridad judicial
como medida de seguridad se incauta de los instrumentos y efectos del delito. Como
sanción debe estar expresamente consignada en la ley, y su aplicación por la autoridad
administrativa debe hacerse observando las garantías de legalidad y audiencia.
La Ley Federal del Procedimiento Administrativo no establece propiamente el decomiso
dentro de las infracciones y sanciones administrativas, aunque no excluye la posibilidad
que otras leyes y reglamentos lo prevean (artículo 70 fracción VI). Las leyes
administrativas que establecen el decomiso son la Ley General de Salud, la Ley de Pesca,
la Ley Forestal, Ley Federal de Caza, Ley de Aguas Nacionales, Ley Aduanera, Ley
General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en ésta, se considera el
decomiso como medida de seguridad.

Es frecuente el uso de la palabra incautación para aludir al aseguramiento de bienes por


órganos del Poder Público. Sin embargo este término no está reconocido en la legislación
mexicana como un medio de asegurar bienes o sancionar. A esta figura se le puede
definir como el acto por el cual una autoridad del orden administrativo y más
correctamente del orden judicial, se apodera de los bienes, tenidos o detentados por otra
persona a efecto de darles el destino lícito que corresponda o de guardarlos para asegurar
los resultados de un juicio, significa asimismo el apoderamiento ordenado por un tribunal
de los instrumentos y de los efectos de un delito según se puede leer en los diccionarios
jurídicos.

NACIONALIZACION

Desde un punto de vista político económico, la nacionalización puede significar: 1) Que


una determinada actividad solo pueda ser desarrollada por ciudadanos nacionales de un
país y 2) Que se reserve exclusivamente al Estado, ya sea la explotación de determinados
bienes, o el desarrollo de actividades que se consideren de interés público. Ejemplo del
primer caso, lo encontramos en México en materia de concesión de autotransporte
carretero, que sólo se otorga a mexicanos o sociedades mercantiles mexicanas, cuyos
accionistas sean ciudadanos también mexicanos. Del segundo, la nacionalización del
petróleo llevada a cabo por decreto de 18 de marzo de 1938 por medio del cual el Estado
mexicano decretó la expropiación de los bienes de las compañías petroleras privadas.
También se habla de la nacionalización de la industria eléctrica mexicana.

Otro ejemplo en México, lo fue el procedimiento de nacionalización de los bancos


privados mexicanos, en el cual mediante un decreto expropiatorio, el Poder Ejecutivo
utilizó la palabra nacionalizar, para reservar la actividad bancaria al Gobierno Federal.
Esta expropiación prácticamente se revocó a partir de 1990 pues en ese año se privatizó
la banca múltiple.

Normalmente detrás de la nacionalización, habrá siempre una figura que la haga realidad,
sea esa figura la expropiación, la compra venta de acciones o la reforma legislativa como
sucedió en los casos anteriores.

ESQUILMOS

Según el Diccionario de la Real Academia Española, esquilmo significa: “Frutos y


provechos que se sacan de las haciendas y ganados”, y como connotación mexicana
señala: “provechos accesorios de menor cuantía que se obtienen del cultivo o de la
ganadería”. En materia administrativa se refiere a un modo de adquirir bienes por parte
del Estado: la captaci‫ؚ‬ón de desechos industriales o urbanos para su reciclaje o utilización.
En nuestro país, esta figura se encuentra en una etapa de regulación incipiente, aun
cuando en otras épocas, fue materia de regulación de los reglamentos municipales
(limpia, rastros). En la actualidad, se pueden mencionar las disposiciones sobre precios
mínimos de avalúo para desechos de bienes muebles que generen las dependencias y
entidades de la Administración Pública Federal. Los esquilmos se pueden entender como
un procedimiento a través del cual la Administración Pública puede utilizar y apropiarse
de ciertos bienes que se consideran desperdicios. Como ejemplo de ello, se pueden citar
casos en que la basura puede industrializarse mediante selección de determinados
artículos que todavía pueden transformarse y rendir utilidad: desperdicio de metales
(terreros), papel, o la transformación de los desperdicios orgánicos en abonos: o la
utilización que haga la Administración Pública, central o descentralizada, de elementos
que se consideran como desperdicio y cuyo uso puede significar un ingreso para el erario
público: chatarra de los ferrocarriles, desperdicio de papel de las oficinas públicas.

REQUISICION

La requisa o requisición surge en el derecho militar y se da ante una situación de guerra


con el exterior o conflicto interior. Por medio de ella, el Estado va adquirir
temporalmente bienes.
La requisición tiene sus antecedentes en Roma, en el período de la República, en que
abundaban las requisiciones militares con motivo de las conquistas de las legiones
romanas. En un principio la población sufrió saqueos y pillajes por parte de las tropas,
por lo que el Senado romano dictó leyes en protección de las poblaciones civiles
específicamente, en el sentido de que las requisiciones de las tropas únicamente podían
realizarse para obtener víveres, ropa, armas y transporte.

En nuestro país la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prescribe:

Artículo 16.

En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la
voluntad del dueño, ni imponer prestación alguna. En tiempo de guerra los militares
podrán exigir alojamiento, bagajes, alimentos y otras prestaciones, en los términos que
establezca la ley marcial correspondiente.

La idea del Constituyente de regular la requisición sintetiza la finalidad que las normas
jurídicas en este punto han tenido desde hace siglos: limitar la acción de los ejércitos a
efecto de preservar a la población civil de posibles saqueos, de los cuales muchas veces
fueron víctimas en el pasado.

La requisición ha de ser decretada por una autoridad militar (Secretaría de la Defensa


Nacional o de la Marina), obedecerá a una situación de excepción (estado de
beligerancia) debe ser mediante indemnización y no implica perder la propiedad en
definitiva (salvo cuando se trata de bienes perecederos). La requisición debe ser
precedida por una suspensión de garantías, el particular solo perderá su propiedad en
forma temporal y solo debe ir referida a bienes que necesiten los militares, como
alimentos, vestuario, equipo de transporte, habitaciones, etc. La indemnización será en
proporción a la temporal merma en su patrimonio que sufra el gobernado por la
transitoria pérdida.

La disposición Constitucional antes aludida, es para efectos militares, pero no excluye la


posibilidad de que, para efectos civiles pueda, en ciertos casos, para hacer frente a
necesidades temporales y excepcionales de interés general, decretarse la requisición
administrativa, como en las materias de salubridad y de vías generales de comunicación.
La Ley General de Salud dispone:

Artículo 181.- En caso de epidemia de carácter grave, peligro de invasión de


enfermedades transmisibles, situaciones de emergencia o catástrofe que afecten al país, la
Secretaría de Salud dictará inmediatamente las medidas indispensables para prevenir y
combatir los daños a la salud, a reserva de que tales medidas sean después sancionadas
por el Presidente de la República.

Artículo 183.- En los casos que se refieren los artículos anteriores, el Ejecutivo Federal
podrá declarar, mediante decreto, la región o regiones amenazadas que quedan sujetas,
durante el tiempo necesario, a la acción extraordinaria en materia de salubridad general.

Cuando hubieren desaparecido las causas que hayan originado la declaración de quedar
sujeta una región a la acción extraordinaria en materia de salubridad general, el Ejecutivo
Federal expedirá un decreto que declare terminada dicha acción.

Artículo 184.- La acción extraordinaria en materia de salubridad general será ejercida por
la Secretaría de Salud, la que deberá integrar y mantener permanentemente capacitadas y
actualizadas brigadas especiales que actuarán bajo su dirección y responsabilidad y
tendrán las atribuciones siguientes:

I. Encomendar a las autoridades federales, estatales y municipales, así como a los


profesionales, técnicos y auxiliares de las disciplinas para la salud, el desempeño de las
actividades que estime necesarias y obtener para ese fin la participación de los
particulares;

II. Dictar medidas sanitarias relacionadas con reuniones de personas, entrada y salida de
ellas en las poblaciones y con los regímenes higiénicos especiales que deban implantarse,
según el caso;
III. Regular el tránsito terrestre, marítimo y aéreo, así como disponer libremente de todos
los medios de transporte de propiedad del estado y de servicio público, cualquiera que sea
el régimen legal a que estén sujetos éstos últimos:

IV. Utilizar libre y prioritariamente los servicios telefónicos, telegráficos y de correos, así
como las transmisiones de radio y televisión, y

V. Las demás que determine la propia Secretaría.

La Ley de Vías Generales de Comunicación señala:

Artículo 112.- En caso de guerra internacional, de grave alteración del orden público o
cuando se tema algún peligro inminente para la paz interior del país o para la economía
nacional, el Gobierno tendrá derecho de hacer la requisición, en caso de que a su juicio lo
exija la seguridad, defensa, economía o tranquilidad del país, de las vías generales de
comunicación, de los medios de transporte, de sus servicios auxiliares, accesorios y
dependencias, bienes muebles e inmuebles y de disponer de todo ello, como lo juzgue
conveniente. El Gobierno podrá igualmente utilizar el personal que estuviere al servicio
de la vía de que se trate cuando lo considere necesario. En este caso, la Nación
indemnizará a los interesados, pagando los daños por su valor real, y los perjuicios con el
cincuenta por ciento de descuento. Si no hubiere avenimiento sobre el monto de la
indemnización, los daños se fijarán por peritos nombrados por ambas partes y los
perjuicios, tomando como base el promedio del ingreso neto en los años anterior y
posterior a la incautación. Los gastos del procedimiento pericial serán por cuenta de la
Nación.

En el caso de guerra internacional a que se refiere este artículo, la Nación no estará


obligada a cubrir indemnización alguna.

Artículo 113.- En los casos previstos en el artículo anterior, el Gobierno Federal podrá
dictar todas las medidas que estime necesarias para el éxito de las operaciones militares
y, además, las siguientes:
I.- Poner fuera de servicio, en toda o en parte de su extensión las vías generales de
comunicación;

II.- Ordenar la concentración, en los lugares que designe la Secretaría de la Defensa


Nacional, de los vehículos pertenecientes a las vías generales de comunicación y medios
de transporte, y

III.- Ordenar la clausura de las estaciones y oficinas e instalaciones de comunicaciones


eléctricas, el retiro de los aparatos esenciales de emisión y recepción y prohibir la
importación, fabricación y venta de aparatos e implementos para tales instalaciones que
hayan sido determinados por los Secretarios de Comunicaciones y de la Defensa
Nacional. Lo que se destruya será indemnizado a los interesados en la misma forma
establecida en el artículo anterior.

Existe la posibilidad de requisar servicios personales. En este caso estaríamos en


presencia ya no de un modo de adquirir bienes, pero si derechos a favor del Estado. La
requisición de trabajos personales está contemplada en la legislación federal ante las
situaciones catastróficas o que dañen gravemente algún servicio público importante. Para
que proceda deberá ser suspendida previamente la garantía del artículo 5 Constitucional,
la cual prohíbe la prestación de servicios sin el consentimiento del afectado en los
términos siguientes:

Artículo 5o. A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria,
comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá
vedarse por determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por
resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los
derechos de la sociedad. Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, sino por
resolución judicial.
La ley determinará en cada entidad federativa, cuáles son las profesiones que necesitan
título para su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las
autoridades que han de expedirlo.

Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su
pleno consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el
cual se ajustará a lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.

En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser obligatorios, en los términos que
establezcan las leyes respectivas, el de las armas y los jurados, así como el desempeño de
los cargos concejiles y los de elección popular, directa o indirecta. Las funciones
electorales y censales tendrán carácter obligatorio y gratuito, pero serán retribuidas
aquéllas que se realicen profesionalmente en los términos de esta Constitución y las leyes
correspondientes. Los servicios profesionales de índole social serán obligatorios y
retribuidos en los términos de la ley y con las excepciones que ésta señale.

El Estado no puede permitir que se lleve a efecto ningún contrato, pacto o convenio que
tenga por objeto el menoscabo, la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad de la
persona por cualquier causa.

Tampoco puede admitirse convenio en que la persona pacte su proscripción o destierro, o


en que renuncie temporal o permanentemente a ejercer determinada profesión, industria o
comercio.

El contrato de trabajo sólo obligará a prestar el servicio convenido por el tiempo que fije
la ley, sin poder exceder de un año en perjuicio del trabajador, y no podrá extenderse, en
ningún caso, a la renuncia, pérdida o menoscabo de cualquiera de los derechos políticos o
civiles.
La falta de cumplimiento de dicho contrato, por lo que respecta al trabajador, sólo
obligará a éste a la correspondiente responsabilidad civil, sin que en ningún caso pueda
hacerse coacción sobre su persona.

SITUACION JURIDICA DE LOS PARTICULARES FRENTE A LA


ADMINISTRACION

DERECHOS PUBLICOS

DERECHO PUBLICO SUBJETIVO

Los derechos públicos subjetivos de los particulares sólo son posibles cuando el Estado
ejercita funciones administrativas, cuando es titular de intereses y de fines propios que
deben ser realizados por éste dentro de ciertos límites y con la observancia de las
obligaciones establecidas por las normas jurídicas en garantía de los intereses de los
particulares. Mientras las normas que los reconozcan queden en vigencia, los derechos de
los particulares son perfectamente garantizados y protegidos en la misma forma que los
derechos de los particulares puedan tener entre si.

El estado tiene facultad de mandar y se le reconoce a la administración pública derechos


que puede ejercer en cumplimiento de fines de interés general que tienen aparejados
deberes para el particular, pero frente a ese poder público, se concede a los particulares
una serie de protecciones consideradas como límites a la actividad estatal que constituyen
los derechos subjetivos públicos.

El Derecho Público Subjetivo es una facultad exclusiva de un particular para exigir de la


administración una acción u omisión concreta protegida directamente por recurso
administrativo o acción judicial en caso de incumplimiento.

CLASIFICACION DE LOS DERECHOS PUBLICOS SUBJETIVOS

Los derechos públicos subjetivos se clasifican en razón de su contenido, esto es tomando


en cuenta lo que por medio de ellos puede ser exigido. Desde este punto de vista se
pueden separar en cuatro grupos:

1) Derechos de Libertad, llamados también derechos del hombre y derechos o libertades


individuales.
2) Derechos Sociales.
3) Derechos Políticos.
4) Derechos Administrativos.

Los derechos del hombre son todos aquellos que en esta calidad necesita para llenar las
condiciones de su desarrollo físico, moral, doméstico y social, y que le son tan inherentes,
que atacarlos, es atacar la conservación física o moral del hombre en el terreno
doméstico, social o político siendo ellos la base sobre la que reposan las instituciones y el
objeto de la inspección y tutela de éstas, demandan ellas mismas una protección eficaz de
parte de todos los funcionarios, incluso los legisladores que no podrán dictar leyes que
los violen.

Dentro de esos derechos se encuentran los de libertad. Los derechos del hombre
constituyen la esfera de libertad que se encuentra jurídicamente protegida por la
obligación que el Estado se impone de abstenerse a ejecutar cualquier acto que lo
obstruya. Frente a esos derechos el Estado, y consecuentemente la Administración,
quedan reducidos a una actividad limitada, la de mantener el orden para evitar que el
derecho de uno entre en fricción con el derecho de los otros.

En el derecho constitucional se habla de algunas libertades fundamentales, también


conocidas como garantías individuales, como la libertad de imprenta, de educación, de
tránsito, de trabajo, asociación denotando un derecho subjetivo; esto es el derecho que
tienen las personas a difundir sus ideas, a educar a sus hijos, a entrar y salir del país, a
dedicarse al trabajo o profesión que más le acomode, etc.

La libertad por sí sola no constituye un derecho; para que éste exista es necesario que el
individuo tenga el poder de exigir su respeto de allí que, el contenido de los derechos de
libertad es fundamentalmente negativo pues se traduce en la posibilidad de exigir una
abstención.

Los derechos sociales implican una acción positiva, ya que en virtud de ellos se reciben
del Estado prestaciones o beneficios, creados a favor de clases sociales que se encuentran
en condiciones desfavorables en la lucha económica, y que protegen y dan seguridad al
individuo en sus relaciones de trabajo y en su situación económica, física, intelectual y
moral.

Los derechos políticos constituyen el poder de los individuos, en su carácter de miembros


del estado, con una calidad especial, la de ciudadanos, para intervenir en las funciones
públicas o para participar en la formación de la voluntad estatal, bien sea contribuyendo a
la creación de los órganos de éste, bien fungiendo como titulares de dichos órganos.

Los derechos administrativos, son aquellos de contenido positivo consistente en el poder


de los administrados de exigir del Estado en el ejercicio de su actividad administrativa,
las prestaciones establecidas por las leyes. En ellos están comprendidos los que tienden a
obtener una prestación específica como el sueldo o la pensión de un empleado público,
los que tienen por objeto la realización de actos jurídicos, como son el otorgamiento de
concesiones, permisos o autorizaciones para el aprovechamiento de bienes públicos o
para la realización de ciertas actividades sujetas a aquel requisito, y por último, aquellos
cuyo contenido es el goce de los servicios públicos establecidos por la Administración.

DERECHOS PUBLICOS SUBJETIVOS DE LOS ADMINISTRADOS

Los derechos de los particulares frente a la administración se pueden agrupar de la


siguiente manera:

1) Derechos de los administrados al funcionamiento de la administración y a las


prestaciones de los servicios administrativos.
2) Derechos de los administrados a reparación de los daños causados por el
funcionamiento de la administración.
3) Derechos de los administrados a la legalidad de los actos de la administración.

DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS AL FUNCIONAMIENTO DE LA


ADMINISTRACION Y A LAS PRESTACIONES DE LOS SERVICIOS
ADMINISTRATIVOS

Un ejemplo es cuando el particular solicita la admisión a un establecimiento de


enseñanza sostenido por el Estado, la administración tiene previamente que realizar el
acto jurídico de admisión que es el que condiciona la aplicación del individuo de la
norma general que rige al establecimiento. Cuando el particular solicita la declaración de
improcedencia de una multa impuesta por la autoridad administrativa por ilegal, el acto
especial que así lo declare crea una situación jurídica individual.

DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS A REPARACION DE LOS DAÑOS


CAUSADOS POR EL FUNCIONAMIENTO DE LA ADMINISTRACION

Los derechos de los particulares pueden verse afectados por actos lícitos o ilícitos del
Estado. La construcción jurídica del derecho de los particulares a la reparación de los
daños ocasionados por el Estado, ha sido lenta y no exenta de polémica aún ahora que se
ha elevado al rango constitucional.

El Estado puede causar daños y perjuicios a los particulares al realizar las actividades que
requiere el ejercicio de sus funciones. Cuando el Estado dicta un auto ilegal, existe la
posibilidad de que el gobernado afectado lo impugne, en algunos casos en sede
administrativa, vía recurso administrativo, o en otros en sede jurisdiccional, vía
contenciosa o administrativo, ante los tribunales administrativos o judiciales, según
corresponda.

La falta de otorgamiento de un servicio (agua, luz, drenaje o bacheo), puede producir


afectaciones en el patrimonio de los particulares, lo que redundará en diferentes daños
por falta o deficiencia, en el servicio; por abuso o por negligencia, de donde deriva que el
patrimonio jurídico y económico de los particulares queda lesionado. Ante esta situación,
en opinión de Delgadillo Gutiérrez, procede preguntarse si el particular está obligado a
soportar la lesión que le causó el Estado, o si debe tener expedita la vía para que le sean
resarcidos sus daños. Cuando falla el servicio de bacheo en las calles o avenidas y deja un
peligroso hoyo que afecta la suspensión de los vehículos particulares, o cuando por
negligencia no realiza el servicio de desasolve de alcantarillado y el inmueble de un
particular se inunda, deteriorando su inmobiliario.

DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS A LA LEGALIDAD DE LOS ACTOS


DE LA ADMINISTRACION

Dentro de los derechos públicos subjetivos en razón de su contenido, esto es, tomando en
cuenta lo que por medio de ellos puede ser exigido, uno de los derechos de orden
administrativo de que gozan los particulares, es el poder de exigir a la Administración
que se sujete en su funcionamiento a las normas legales preestablecidas; que los actos que
realice se verifiquen por los órganos competentes, de acuerdo a las formalidades legales,
por los motivos que fijen las leyes, con el contenido que éstos señalen y persiguiendo el
fin que las mismas indiquen. Se puede decir, que el derecho a la legalidad se descompone
en una serie de derechos, como son el derecho a la competencia, a la forma, al motivo, al
objeto y el derecho al fin prescrito por la ley.

OBLIGACIONES PUBLICAS

De la misma manera que al particular se le reconocen derechos públicos frente al Estado


y la Administración, también se le imponen deberes que debe cumplir. Estos deberes que
constituyen una obligación pública a cargo de los particulares son impuestos
unilateralmente por el Estado ya sea por una ley o por un acto especial de autoridad. Esta
obligación es distinta a la obligación civil por su conexión con las atribuciones del Estado
de allٌí que las normas que le son aplicables sean de Derecho Público, esto es, normas
diversas de las que regulan las relaciones de la vida privada. El espíritu que anima estas
obligaciones es el que para el cumplimiento de sus atribuciones, el Estado impone de
manera unilateral la cooperación de los particulares. La obligación pública se define
como el deber impuesto a los particulares por la ley o por un acto especial de autoridad,
de ejecutar determinadas prestaciones positivas o negativas.

CLASIFICACION DE LAS OBLIGACIONES PUBLICAS

I. Por razón de su origen, las obligaciones públicas se dividen en dos grupos: las
impuestas directamente por la ley y las que deriven de un acto jurídico especial.
Es de aclararse por lo que se refiere a estas últimas, que no por circunstancia,
dejan de estar fundadas en una disposición legal pues de acuerdo con el principio
de legalidad, ninguna obligación puede imponerse a un particular si ella no está
autorizada por una norma legal.
En nuestro medio, es frecuente la creación de obligaciones por consentimiento del
particular y no son raros los casos en los que éste asume mayores obligaciones
que las que la ley previene. Así por ejemplo, que para facilitar la obtención de un
beneficio que la ley prescribe sobre todo cuando su otorgamiento es discrecional,
el particular asume mayores obligaciones que las que la ley previene (la solicitud
de una licencia para la ocupación de un lugar determinado en la vía pública,
comprometiéndose el particular para facilitar su otorgamiento, a hacer una
construcción que tiene determinadas condiciones estéticas que la ley no impone).
En estos casos no puede afirmarse que tales obligaciones produzcan efectos de
derecho público pues no existe una ley que las establezca.
II. Por razón de su contenido, las obligaciones públicas se distinguen en obligaciones
personales (servicio militar) y obligaciones reales (modalidades a la propiedad
privada): positivas (pago de impuestos) o negativas (abstención de actos que
eviten o tiendan a evitar la libre concurrencia y todas las restricciones en materia
de policía).
III. Igualmente las obligaciones son susceptibles de dividirse siguiendo el mismo
criterio empleado para la clasificación de los derechos públicos subjetivos:
A) Las obligaciones que afectan a las libertades individuales. Son principalmente
restricciones que las limitan para coordinarlas entre sí y hacer posible la vida
en sociedad. Son fundamentalmente las impuestas por la legislación de
policía.
POLICIA
El vocablo policía es un término multívoco, utilizado para designar diversos
aspectos de vigilancia, control y coacción del ejercicio del poder público.
El término policía puede aplicarse a una persona, a un órgano y a una
actividad. En esta última acepción se considera como una actividad del Estado
para preservar el orden público y otros valores, independientemente de los
órganos y personas que la ejercen. Limitada exclusivamente a aquellas
situaciones que pusieran en peligro el buen orden de la mente a aquellas
situaciones que pusieran en peligro el buen orden de la comunidad, la de
policía se entendería como una actividad coercitiva cuyo objetivo es evitar los
desórdenes que afectan el orden público.
La mayor parte de los tratadistas de derecho administrativo coincide en lo
esencial en cuanto al concepto de policía en lo que se refiere a control e
imposición de limitaciones y restricciones a los derechos individuales, y sólo
difieren en su identificación como poder (poder de policía) o actividad
(policía administrativa) y en el alcance de su contenido.
PODER DE POLICIA Y POLICIA ADMINISTRATIVA
Cuando se habla de poder de policía, se hace referencia a la potestad del
Estado para legislar, reglamentando los derechos individuales y las libertades
con el objeto de lograr el bienestar de la colectividad. Escola define a la
policía legislativa como aquella actividad de índole normativa que tiende a
reglamentar las libertades y los derechos individuales, a fin compatibilizarlos
entre sí, y con los que correspondan a la colectividad como tal, constituyendo
un orden jurídico especial, resultante de la sanción de leyes formales por
medio del órgano o Poder Legislativo.
La policía administrativa se refiere a la actuación del estado, exclusivamente
al ejercicio expreso de la función administrativa, que procura salvaguardar el
orden público mediante la imposición de restricciones a los individuos. Así a
la actividad de policía de la administración pública o policía administrativa se
le define como “el conjunto de medidas coercitivas utilizables por la
administración, a fin de que los particulares ajusten sus actividades a una
finalidad o exigencia de interés público, o más concretamente, como la
actividad de la administración pública que ésta despliega en ejercicio de sus
propias potestades, para garantizar el mantenimiento del orden público, del
interés público, limitando o restringiendo las libertades y los derechos
individuales, mediante el ejercicio, en su caso, de la coacción sobre los
administrados.”
En ese orden de ideas, el poder de policía es una potestad legislativa del
Estado (creación normativa), y la policía administrativa es una actividad de la
función administrativa (ejecución de la norma), es la realización de hechos,
actos y procedimientos que la Administración Pública emplea para mantener
el orden público, pero subordinada a la ley.
Se dice que en nuestro sistema jurídico, la norma constitucional sólo aplica el
concepto a que se ha hecho referencia a los reglamentos de policía según los
artículos 16, 21, 73, 115 fracción II y 122.
Por lo que se refiere a la expresión “reglamentos de policía” a la que aluden
los primeros preceptos citados, debe entenderse como sinónimo de ley. Lo
anterior porque de aceptarse su significado literal, la actividad de policía
administrativa quedaría reducida a los reglamentos administrativos y
excluyendo a otros ordenamientos jurídicos diferentes y con ello, carecería de
fundamento constitucional aquella que se estableciera en las leyes emanadas
del Congreso de la Unión.
Ahora bien, con base al principio jurídico de reserva de la ley, la restricción de
los derechos de los gobernados sólo puede realizarse mediante una ley en
sentido formal y material. Siendo la policía administrativa un control que
limita la esfera jurídica de los administrados, debe establecerse de manera
necesaria en una ley por lo tanto, la expresión Reglamento a que hace
referencia el artículo 16 Constitucional debe entenderse en sentido formal o
regla de derecho. De esa manera las bases legales de esta actividad se
encuentran en diferentes leyes administrativas que facultan la intervención de
la autoridad administrativa.
FINES DE LA POLICIA ADMINISTRATIVA
Originalmente el fin de la policía administrativa era preservar el orden público
que comprende la seguridad, la salubridad y la tranquilidad públicas. Serra
Rojas explica que el orden público se resume en:
a) El orden público que se refiere al orden de la ciudad o del campo, evitando
perturbaciones que alteren la vida cotidiana de sus habitantes.
b) La seguridad pública que comprende la prevención de toda clase de
riesgos, calamidades desde los acontecimientos naturales como
terremotos, hasta los hechos del hombre
c) La salubridad pública es la prevención de cualquier mal que perjudique la
salud del ser humano, impidiendo epidemias, combatiendo males sociales
y estimulando la realización de obras que eviten las enfermedades, como
las obras de saneamiento, las de introducción de agua potable.
d) La tranquilidad pública, para eliminar ciertos hechos que son
perturbadores del orden que pueden provocar desgracias o calamidades
públicas.

Al evolucionar las ideas políticas, cambió la concepción sobre la actividad del


Estado, y con ello, se dio un mayor contenido a la actividad de policía. En la
actualidad el orden público ha dejado de ser el fin de la policía administrativa,
pues ahora, el Estado no sólo limita los derechos individuales para
salvaguardar la seguridad, salubridad y tranquilidad públicas, sino también lo
hace respecto de otros bienes jurídicos que es necesario proteger como lo son
la moral, la confianza, la economía y el decoro públicos y la seguridad social,
esto es, todo lo relativo a la protección de las buenas costumbres conforme al
interés general regulando los medios de comunicación y las actividades
ofrecidas a la colectividad a través de la censura a películas, radio, televisión,
periódicos y revistas; la regulación de la actividad económica en materia de
pesas y medidas a fin de que las personas puedan actuar en sus relaciones
comerciales sin temor a engaños en cuanto a la calidad y cantidad en la
presentación y promoción de artículos; la protección de las condiciones
económicas de los particulares a través del establecimiento de precios
máximos y precios sujetos a control, así como de garantía, prohibición de
monopolios; regulando las características de las construcciones en cuanto al
tipo, altura, orden, etc., a fin de evitar el mal gusto en la vía pública, ciudades
o barrios; obligaciones para asociarse en cajas de ahorro y jubilaciones,
contratación de seguros de vida, enfermedades o contra accidentes, de
someterse a revisiones periódicas, de asociarse en agrupaciones gremiales,
con lo cual se explica la mayor parte de los controles y limitaciones que la
administración pública impone a la actividad de los particulares.

MEDIOS Y ORGANOS DE POLICIA ADMINISTRATIVA

La actividad denominada Policía Administrativa se manifiesta a través de


diversos medios que la doctrina identifica como reglamentos de policía,
autorizaciones, órdenes y coacción los cuales sólo pueden ser válidos cuando
tengan el soporte legal para la actuación de la autoridad. El reglamento de
policía sólo es posible cuando tenga el soporte previo en una ley, dado que la
autoridad administrativa no puede limitar la esfera jurídica de los particulares
sólo a través de un reglamento. Esto es así, porque la facultad reglamentaria a
cargo del Ejecutivo tiene como fin fundamental facilitar el cumplimiento de
las disposiciones legales y no es posible establecer nuevas obligaciones o
limitar los derechos de los particulares porque esto es materia de reserva de la
ley.

Es necesario señalar que la Constitución prevé los reglamentos de policía y


buen gobierno cuya función es reglamentar la actividad de los particulares
respecto del ejercicio de los derechos fundamentales que comprenden las
garantías individuales de libertad y propiedad. Esos reglamentos son de los
llamados autónomos ya que no derivan de una ley sino directamente de un
precepto o base constitucional y pudiera pensarse en la posibilidad de que el
ejecutivo los emita sin la existencia previa de la ley. Sin embargo, no obstante
que la propia Constitución prevea su existencia, este tipo de ordenamientos
mediante los cuales el Ejecutivo regula la actividad de los particulares, cuando
su contenido limite el ejercicio de una libertad individual, dicha restricción
deberá tener una base igual.

Pero si la autoridad no puede ejercer sus facultades de policía a través de los


reglamentos ya que violaría el principio de reserva de ley y su contenido sería
inconstitucional, esto no es obstáculo para que el Ejecutivo expida
reglamentos en ciertas materias sin necesidad de la existencia de una ley como
en los casos previstos en los artículos 27 párrafos quinto (extracción de aguas
del subsuelo), y 73 fracción XVI (materia sanitaria) ambos de la Constitución
General de la República.

Las autorizaciones de policía son actos administrativos que remueven los


obstáculos para el ejercicio de un derecho preestablecido a favor de un
particular. Esos obstáculos son limitaciones por parte del Estado para el
ejercicio de los derechos de los particulares en razón de un interés general por
lo tanto, el limitar la libertad o la propiedad particular deben estar establecidas
en la ley y autorizados por la Constitución. La autoridad administrativa, una
vez que comprueba que se cubren los requisitos legales, expide la
autorización. Se dice que en la autorización se refleja un equilibrio entre el
ejercicio de la libertad y el de la autoridad. Se otorga siempre en razón del
interés general pero al facultar el ejercicio de un derecho preexistente de los
gobernados se otorgarán en razón del interés individual de quienes lo
solicitan. Por ejemplo, el otorgamiento de las licencias de construcción, las
autorizaciones para el funcionamiento de un establecimiento mercantil, las
licencias de manejo, el permiso para realizar una manifestación se sujetan a la
comprobación que hace la autoridad de que el ejercicio del derecho adquirido
(construir, o de asociación o reunión pacífica de trabajo en terreno propio u
ocupación, conducir un vehículo) no ponga en peligro el interés general en su
contenido más amplio.

Es necesario recordar que los derechos del individuo pueden ser ejercidos
mientras no exista una norma que los prohíba, por ello, el Estado en atención a
su poder de policía, emite las normas que regulan su ejercicio. Lo anterior se
hace a través del Poder Legislativo el cual conforme a las atribuciones que le
otorga la propia Constitución emitirá las leyes donde se establezcan las
prohibiciones: absoluta, en cuyo caso no habrá posibilidad de actuar
lícitamente, y relativa, que puede ser salvada a través de la obtención de una
licencia, permiso o autorización. Su otorgamiento puede ser establecido con
carácter discrecional o vinculatorio, dependiendo del texto legal, ya que si en
el se dispone que la autoridad deberá otorgar u otorgará ese permiso cuando el
particular reúna determinados requisitos, no podrá negarlo si éstos cumplen,
en caso contrario, si la disposición legal prescribe que la autoridad podrá
otorgarlo, significa que esta puede determinar discrecionalmente si lo otorga o
no. Esas mismas leyes establecerán la posibilidad de transmitir los derechos
generados por el acto dependiendo del tipo de requisitos que la propia ley
exige para su otorgamiento, pues si se trata de aquellos de características
personalísimas o intuitu personae (licencia de automovilista) sólo puede surtir
efectos a favor del beneficiario.

Las órdenes de policía administrativa constituyen una declaración unilateral


de voluntad de un órgano administrativo, que establece una relación jurídica
entre la administración y el administrado al que va dirigida, a fin de crear una
situación jurídica concreta y particular. La característica de este tipo de acto es
que restringe la esfera jurídica del gobernado. Las órdenes pueden contener un
mandato de hacer, con lo cual el sujeto pasivo (al que va dirigido) se ve
obligado a realizar una conducta específica: por ejemplo, la orden de
vacunación obligatoria a determinadas personas impuestas por razones de
salubridad pública, la orden para que el propietario de un edificio modifique
su fachada, por razones de estética o de seguridad pública, la orden para que el
propietario de un automóvil lo repare, a fin de que no emita humo altamente
contaminante, por razones de salubridad y de protección ecológica. O bien,
pueden establecer un mandato de no hacer, que obligan al gobernado a
abstenerse de llevar a cabo una determinada conducta, por ejemplo, circular
automóviles por determinadas calles, alterar precios, hacer ruidos molestos.

Las órdenes de policía pueden ser generales cuando se emiten para un número
indeterminado de personas, sin identificarlas en forma individual, y a las
cuales se refieren por ciertas cualidades que revisten como son: usuarios,
comerciantes, automovilistas, contribuyentes. O bien, particulares que se
dirigen a una o varias personas plenamente individualizadas. Como actos
administrativos gozan de la presunción de legitimación o validez y por lo
mismo tienen las características de ejecutividad y ejecutoriedad. Deben
cumplirse aún en contra de la voluntad de los destinatarios y la autoridad
administrativa, por si y ante sí está facultada para hacer reales los efectos que
produzcan, sin necesidad de recurrir a otra autoridad. Lo anterior, sin perjuicio
de que los afectados puedan impugnarlas a través de los recursos
administrativos o acciones jurisdiccionales en caso de que las consideren
ilegales.
La coacción policial constituye un medio de tipo material, a través del cual la
Administración Pública reprime las conductas violatorias de los particulares a
las normas de policía, o de manera forzosa ejecuta su acto administrativo
(orden de policía), que no es cumplido voluntariamente por el particular.

Los medios de los que se vale la administración para la realización de la


coacción policial, consisten en diligencias de vigilancia o de inspección y
verificación, a fin de constatar que los particulares han acatado las
disposiciones normativas de policía, y en su caso dicta las medidas de
seguridad que estima pertinentes e impone las sanciones administrativas que
procedan.

La Ley Federal de Procedimiento Administrativo, en sus artículos 62, 81 y 82,


establece que para comprobar el cumplimiento de las disposiciones legales y
reglamentarias, las autoridades administrativas podrán llevar a cabo visitas de
verificación y, con base en los resultados de dichas visitas, dictar las medidas
de seguridad pertinentes, que establezcan las leyes administrativas para
proteger la salud y la seguridad pública.

Para la realización de la actividad de policía, se requiere la ejecución de actos


específicos que se llevan a cabo a través de órganos administrativos distintos a
otros órganos que conforman las fuerzas públicas que el Estado necesita para
asegurar coactivamente el cumplimiento del orden jurídico. Los órganos que
realizan actividades de policía administrativa, son los encargados de tomar
decisiones para limitar o restringir los derechos, preservando el interés general
o bien para proteger los bienes de los particulares. A diferencia de éstos
últimos, los órganos que conforman las diversas fuerzas de policía (como la
policía judicial) sólo realizan una ejecución material, sin crear actos
administrativos.

En cuanto a su naturaleza, la policía administrativa es una actividad de la


función administrativa, de carácter preventivo: su contenido se manifiesta
como un poder jurídico de tomar decisiones de carácter general; su fin es
proteger el interés general mediante la limitación del ejercicio de los derechos
de libertad y propiedad. La policía judicial tiene naturaleza represiva, ligada al
ejercicio de la función jurisdiccional, a fin de sancionar la comisión de los
delitos, su contenido se manifiesta en la ejecución de actos materiales de
investigación de la comisión de delitos y detención de los delincuentes, su fin
es lograr coactivamente el respeto del ordenamiento jurídico.

B) Obligaciones Cívicas y de Orden Administrativo: Dentro de estas


obligaciones se incluyen todas las prestaciones positivas o negativas que,
distintas a las anteriores se establecen por la ley, o por un acto jurídico
especial derivado de ella, a cargo de los particulares. Se incluyen las
obligaciones generales, impuestas a los mexicanos en los artículos 5, 31 y 130
constitucionales, y las que resulten a cargo de los empleados y funcionarios no
políticos, con motivo del acto de su ingreso a las funciones públicas, así como
las que derivan de leyes secundarias sobre servicios personales obligatorios en
materia de salubridad pública, de plagas que afectan a la agricultura y
ganadería y de la construcción de ciertas obras públicas.
C) Obligaciones Políticas: Se refieren a individuos que tienen un vínculo especial
con el Estado en cuanto que son miembros de él con el carácter de
ciudadanos. Algunas de ellas son igualmente derechos políticos como los de
participar en las elecciones populares y desempeñar los cargos de elección
popular.
RECURSO ADMINISTRATIVO
Es un medio de impugnación de un acto administrativo cumplida en vía
administrativa con el objeto de que se modifique, revoque o anule el acto
impugnado.
Andrés Serra Rojas dice que el recurso administrativo es un medio ordinario
de impugnación y directo de defensa legal que tienen los gobernados
afectados, en contra de un acto administrativo que lesione su esfera jurídica de
derechos o intereses, ante la propia autoridad que lo dictó, el superior
jerárquico u otro órgano administrativo, para que lo revoque, anule, reforme o
modifique, una vez comprobada la ilegalidad o inoportunidad del acto,
restableciendo el orden jurídico violado, en forma económica, sin tener que
agotar un procedimiento jurisdiccional.
ELEMENTOS
Por elementos debemos entender todos aquellos presupuestos que
necesariamente deban darse para que se haga valer un recurso administrativo.
Son consustanciales a la existencia y validez del recurso. En ese orden de
ideas, los elementos son los siguientes:
1) Debe establecerse con ese carácter en el ordenamiento legal. El que el
recurso esté contemplado en un ordenamiento legal, implica la existencia
de un procedimiento para resolverlo al cual debe apegarse la autoridad en
base al principio de legalidad. De no ser así la autoridad no estará obligada
a contestar el escrito de interposición del recurso ni seguir procedimiento
alguno. Por ordenamiento legal debe entenderse tanto una ley formal y
materialmente legislativa que expide el órgano a quien la Constitución le
confiere dicha facultad como un reglamento expedido por el Ejecutivo. De
esto se desprende que los recursos administrativos pueden establecerse en
una ley o en un reglamento, pero siempre y cuando en este último
supuesto, el reglamento no sea de ejecución, esto es, un ordenamiento que
tiene como finalidad aclarar las disposiciones de la ley o hacer posible la
aplicación práctica de la misma, pues si la ley no establece un recurso
administrativo, el reglamento no puede crearlo, ya que establecería una
obligación no prevista en aquel ordenamiento.
De lo anterior se concluye que el reglamento puede prever la existencia de
un recurso administrativo sólo cuando se trate de un ordenamiento
autónomo, como lo es el reglamento de Policía o de Buen Gobierno, ya
que en ese caso el Reglamento no estará violando o excediéndose de ley
alguna.
Para el caso que el recurso o medio de defensa se encuentren previstos en
un reglamento administrativo y no en la ley por éste desarrollada, opera la
excepción al principio de definitividad y debe entenderse como opcional
para el afectado su interposición.
2) La existencia de una resolución administrativa. Pero la sola existencia de
una resolución administrativa expedida en contra de un particular, no
implica que pueda impugnarse en un recurso administrativo, para ello,
debe reunir ciertas características:
a) Que sea definitiva.
b) Que sea personal y concreta.
c) Que cause un agravio.
d) Que conste por escrito, excepción hecha de la derivada de una negativa
ficta.
e) Que sea nueva.

Una resolución administrativa es definitiva, cuando no admite revisión de


oficio; cuando la autoridad no pueda por si modificar su propia resolución.

El que la resolución debe ser personal y concreta significa que no puede


agotarse el recurso administrativo contra resoluciones de carácter general,
abstracto e impersonal. La razón es que una resolución de tal naturaleza no
puede deparar perjuicios inmediatos o concretos sino hasta su aplicación
que es cuando con apoyo en ella se expide una resolución a cargo del
particular. Cuando una resolución de carácter impersonal, general y
abstracta causa con su sola expedición perjuicios inmediatos, por ejemplo,
una ley autoaplicativa, el medio de defensa del particular no será el
recurso administrativo sino el juicio de amparo.

La resolución debe causar un agravio, es decir, que la misma cause un


perjuicio o lesione un interés legítimo directo o indirecto.

Cuando se estudia la causa que genera el recurso administrativo se dice,


que ésta es una actividad de control o sea, un juicio lógico-jurídico sobre
la actividad administrativa impugnada, porque lo que en esencia se trata de
determinar es si un acto administrativo se ajusta o no a las normas
jurídicas que le son aplicables. De esta forma, la pretensión del recurrente
debe basarse en una violación del orden jurídico, en una transgresión de
las normas legales que regulan el acto administrativo.
Sobre la causa generadora, un sector de la doctrina sostiene que en los
recursos ordinarios cualquier infracción del ordenamiento jurídico, incluso
la desviación de poder, sirve de fundamento suficiente para plantearlos,
con la única limitación de que los vicios y defectos que hacen anulable el
acto, no pueden ser alegados por los causantes de ellos, aunque otro sector
de la misma por el contrario señala que en los recursos extraordinarios
sólo pueden alegarse como fundamento de las causas especialmente
previstas por la ley como generadoras de cada recurso en especial, y no
otras.

Podemos concluir de esa manera, que la pretensión desde el punto de vista


del sujeto particular, la causa de los recursos reside en la existencia de un
derecho, que resulta del orden jurídico administrativo, y un acto de esa
naturaleza que lo contradice o que constituye un obstáculo para su
ejercicio. A través del recurso, se procura remover ese obstáculo o salvar
esa contradicción que se considera ilegítima, a fin de mantener la vigencia
plena del derecho que se pretende afectado. Pero, en ocasiones no es
preciso que se alegue la existencia de un derecho subjetivo vulnerado, sino
que es suficiente, para fundar el recurso, la existencia de un interés
legítimo afectado. En este supuesto será ese interés el que se trata de
amparar al efectuar la impugnación.

La resolución o acto debe constar por escrito. Tratándose de actos en que


por no haberse resuelto en tiempo se entiendan negados (negativa ficta), se
deberá acompañar el escrito de iniciación del procedimiento, o el
documento sobre el cual no hubiere recaído resolución alguna.

3) La fijación en la ley de la autoridad administrativa, quien debe tramitarlo y


resolverlo. Esa autoridad puede ser la misma que dictó el acto o la
jerárquica superior atendiendo a las facultades que la ley les otorga:
decretar simplemente la anulación o reforma del acto impugnado o además
el de reconocer el derecho del recurrente, o bien la de examinar no solo la
legalidad sino también la oportunidad del acto impugnado dictando una
nueva resolución en cuanto al fondo del asunto planteado (revocación,
reforma o adecuación o la sustitución del acto administrativo impugnado).
4) La fijación en la ley de un procedimiento para la tramitación del recurso.
Lo anterior en estricto cumplimiento al mandato constitucional del respeto
a la garantía de audiencia. El Código Administrativo de Chihuahua
establece:
ARTICULO 1644. Para la tramitación de los recursos administrativos, en
contra de actos de las autoridades del Estado, se estará al procedimiento
siguiente:
I. Se interpondrá por si o por representante legalmente investido ante el
Secretario General de Gobierno, por escrito, expresando: El nombre del
recurrente; domicilio para ser notificado, señalamiento del acto
impugnado; los agravios que le causa y el ofrecimiento de las pruebas que
pretenda rendir.
Si dentro del trámite que haya dado origen a la resolución o acto recurrido
el interesado tuvo oportunidad de rendir pruebas, sólo serán admisibles las
que no se hubieren desahogado por causas no imputables a él y las
supervinientes;
II. El escrito debe presentarse dentro de los quince días siguientes, al que
surta efectos la notificación del acto que se impugna. No será admisible la
interposición de recursos que sean presentados ante autoridad distinta de la
competente para sustanciarlos;
III. Interpuesto el recurso, la autoridad recabará de oficio los informes y
constancias necesarias para determinar la existencia del acto impugnado,
las razones que lo justifiquen y la fecha de su notificación; en vista de lo
anterior, acordará si es de admitirse o desecharse el recurso. Al admitirlo,
mandará entregar copia del escrito y anexos y requerirá a la autoridad que
emitió el acto impugnado para que dentro de un plazo de diez días exprese
lo que estime conveniente en relación con el escrito de impugnación, y
ofrezca las pruebas conducentes.
IV. Una vez desahogado el traslado de oficio o a petición de parte, el
Secretario General de Gobierno proveerá a la recepción de las pruebas
ofrecidas, señalando para ellos un término de quince días común a las
partes. Serán admisibles todos los medios de prueba admitidos por el
derecho común, con excepción de la confesional de las autoridades;
V. Recibidas las pruebas y los informes o transcurrido el período
probatorio, se abrirá un período de alegatos por tres días, primero al
recurrente y luego a la contraparte;
VI. Formulados los alegatos o transcurrido el término que para el efecto se
concedió, el Secretario General de Gobierno emitirá el proyecto de
Resolución dentro de un plazo de 15 días, el cual será sometido a
consideración del Gobernador del Estado para su aprobación.
VII. La resolución emitida será notificada personalmente en el domicilio
que las partes hayan señalado para dicho efecto. En caso de que no se
hubiere designado tal domicilio, la notificación se hará por lista en los
estrados de la Secretaría General de Gobierno.
5) La obligación de la autoridad de dictar nueva resolución en cuanto al
fondo, anulando, modificando o confirmando el acto que se impugnó. Se
insiste en que tal resolución constituye un nuevo acto administrativo. De
esta manera, se puede diferenciar el recurso de otros medios que emplean
los particulares para obtener la modificación de resoluciones
administrativas pero que, sin que la ley establezca la obligación para la
autoridad ante quien se plantean de revisar y entrar a un examen de fondo
del acto cuyo retiro se solicita.
REQUISITOS DE ADMISION
Los requisitos o condiciones exigidos para la admisión del recurso que se
haga valer se clasifican en esenciales y formales.
1) Los requisitos esenciales deben estar consignados en el ordenamiento
legal y su incumplimiento por parte del reclamante dará origen a que
se tenga por no presentada la inconformidad.
Son requisitos esenciales para la admisión del recurso: a) que la
inconformidad se presente por escrito; b) dentro del término legal y, c)
se encuentre firmado el mismo por el interesado o su representante.
De esa manera tenemos que:
a) El recurso debe hacerse valer por escrito, pero no se exige que el
documento que lo consigne deba estar redactado en determinado
estilo (en máquina de escribir o de puño y letra del inconforme).
b) Además, el escrito debe firmarse por el interesado o su
representante legal.

De no cumplirse con los anteriores requisitos, el recurso se tendrá por


no interpuesto y se desechará de plano.

La Ley Federal de Procedimiento Administrativo dice:

Artículo 88.- El recurso se tendrá por no interpuesto y se desechará


cuando:

I. Se presente fuera de plazo;

II. No se haya acompañado la documentación que acredite la


personalidad del recurrente; y

III. No aparezca suscrito por quien deba hacerlo, a menos que se firme
antes del vencimiento del plazo para interponerlo.

2) Los requisitos formales para la admisión del recurso administrativo


son aquellos que aun cuando no se satisfagan por el interesado no traen
consigo el desechamiento de la inconformidad, sin embargo puede
ocasionar que la resolución que recaiga sea desfavorable a sus
intereses porque la autoridad revisora no estará en condiciones de
analizar debidamente la inconformidad. Por ello, el escrito en que se
interpone el recurso debe ser claro, que permita a la autoridad entender
cuál es la pretensión. Además en el escrito se debe consignar lo
siguiente:
a) Señalamiento de la autoridad responsable que emitió la resolución
que se impugna lo que servirá para determinar si el acto emana de
autoridad competente.
b) Cuál es la resolución que se reclama. Normalmente se acompaña el
documento en el que conste el acto impugnado con la respectiva
constancia de notificación, salvo los casos de negativa ficta. Se
justifica esta formalidad porque en ocasiones en un mismo escrito
se acumulan varios actos administrativos.
c) Exposición de los antecedentes que culminaron con la emisión de
la resolución. Se trata de una relación de hechos, que permita a la
autoridad enterarse del verdadero sentido de la misma y corregir
los vicios de legalidad del acto.
d) Cita de los preceptos legales violados. Se trata de fundar la
pretensión citando el derecho en que se apoya la reclamación.
En los últimos dos casos la omisión de unos o el defecto o error en
el señalamiento de los otros de ninguna manera acarrea
consecuencias insalvables. En el primero, porque en todo caso, lo
procedente, será requerir al promovente para que los enuncie y en
el segundo porque por disposición expresa en la ley, la autoridad,
en beneficio del recurrente, puede corregir los errores que advierta
en la cita de los preceptos que se consideran violados y examinar
en conjunto los agravios, así como los demás razonamientos del
recurrente, a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada,
pero sin cambiar los hechos expuestos en el recurso.
e) Expresión de agravios. Debiendo expresarse conforme a las reglas
de la lógica jurídica, todas y cada una de las consideraciones de
derecho por las cuales el particular estima que el acto es ilegal; y
ordenándose los conceptos de violación de tal manera que éstos
sean de fácil comprensión, destacando primero aquellos que sean
los más importantes y posteriormente aquellos que se consideren
accesorios o secundarios.
f) Capítulo de pruebas. Se deberán ofrecer las pruebas que
demuestren la ilegalidad de la resolución, acompañando las
documentales en que se apegue la pretensión, cuando estas se
encuentren a su disposición o señalando el archivo o lugar en que
pueden localizarse, salvo que se trate de un punto de derecho. En
este último supuesto no existe la necesidad de aportar prueba
alguna, pues bastarían los razonamientos de derecho que se
expongan para que la autoridad tenga elementos necesarios para
resolver.
CAUSALES DE IMPROCEDENCIA DEL RECURSO

Por improcedencia del recurso administrativo se debe entender la imposibilidad jurídica, por
cuestiones de hecho o de derecho, que tiene el órgano administrativo para resolver de fondo la
cuestión planteada por el recurrente. Se traduce en la improcedencia de la acción intentada por el
particular, para que la autoridad, en ejercicio de sus facultades, analice la legalidad del acto
materia de dicho medio impugnativo.

El artículo 89 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo señala:

Artículo 89.- Se desechará por improcedente el recurso:

I. Contra actos que sean materia de otro recurso y que se encuentre pendiente de resolución,
promovido por el mismo recurrente y por el propio acto impugnado;

II. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del promovente;

III. Contra actos consumados de un modo irreparable;


IV. Contra actos consentidos expresamente; y

V. Cuando se esté tramitando ante los tribunales algún recurso o defensa legal interpuesto por el
promovente, que pueda tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto respectivo.

Son cuatro las causales de improcedencia que se derivan de la disposición anterior:


litispendencia, falta de interés jurídico, consumación del acto y consentimiento.

1) Litispendencia: Tiene lugar cuando un acto administrativo ya es materia de otro recurso


administrativo, o bien de una acción jurisdiccional o judicial (fracciones I y V). Se
produce cuando simultáneamente se tramitan dos o más medios impugnativos, bien sea
en sede administrativa o jurisdiccional, en los cuales los elementos esenciales de la
acción o recurso respectivo son lo mismo: identidad de promoventes y de la resolución
impugnada aunque los agravios sean distintos.
2) Falta de interés jurídico: Es necesario que el acto impugnado, afecte un derecho
subjetivo, es decir, que el acto administrativo afecte los intereses jurídicos del recurrente,
cuando es dirigido en forma personal al mismo. Además que esa afectación sea real y
positiva, esto es, que el titular del derecho haya sufrido un perjuicio cierto y directo pues
de lo contrario no se vería afectado ese derecho.
3) Consumación del acto: Toda violación puede ser reparada a través del ejercicio de un
recurso, salvo aquellos casos en que es físicamente imposible volver las cosas al estado
que tenían antes de la afectación jurídica del recurrente, es decir, cuando el acto se ha
consumado.
4) Consentimiento expreso: Hay consentimiento expreso cuando se manifiesta verbalmente,
por escrito o por signos inequívocos.

Para que se esté en presencia de un acto consentido expresamente se requiere: a) la existencia


de un acto que agravie al recurrente; b) que éste haya tenido conocimiento de él; y c) que el
particular haya manifestado por escrito o por medio de signos inequٌívocos que acepta las
consecuencias que se establecen en dicho acto o bien, que no haya promovido dentro del
término legal las acciones jurisdiccionales en su contra.

EFECTOS DEL RECURSO ADMINISTRATIVO


El efecto inmediato derivado de la interposición del recurso administrativo será el de
interrumpir el plazo para que el acto impugnado adquiera carácter ejecutorio.

La interposición del recurso con los requisitos y formalidades que la ley establece,
condiciona el nacimiento de la competencia de la autoridad que ha de conocer el recurso: que
pueden ser la misma que dictó el acto, la jerárquica superior, o un órgano especial distinto de
las anteriores. Esas autoridades tienen facultades para decretar simplemente la anulación o
reforma del acto impugnado, reconociendo el derecho del recurrente, sujetándose al examen
de los agravios aducidos, o la de examinar no solamente la legalidad sino también la
oportunidad del acto impugnado cuando la revisora es la autoridad jerárquica superior a la
que ha realizado el acto.

SUSPENSION DE LOS EFECTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La interposición de un recurso administrativo generalmente permite al interesado solicitar y


obtener de la autoridad la suspensión de los efectos del acto reclamado. Con esto se persigue,
la paralización de determinadas consecuencias jurídicas del acto, como su ejecución al menos
durante el tiempo que se tramite el recurso.

La suspensión se entiende como el acontecimiento (acto o hecho) o aquella situación que


genera la paralización o cesación temporalmente limitadas de algo positivo, consistente en
impedir para lo futuro el comienzo, el desarrollo o las consecuencias de ese “algo”, a partir
de dicha paralización o cesación sin que se invalide lo anteriormente transcurrido o
realizado.”

El artículo 87 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo señala:

Artículo 87.- La interposición del recurso suspenderá la ejecución del acto impugnado,
siempre y cuando:

I. Lo solicite expresamente el recurrente;

II. Sea procedente el recurso;


III. No se siga perjuicio al interés social o se contravengan disposiciones de orden público;

IV. No se ocasionen daños o perjuicios a terceros, a menos que se garanticen éstos para el
caso de no obtener resolución favorable; y

V. Tratándose de multas, el recurrente garantice el crédito fiscal en cualesquiera de las formas


prevista en el Código Fiscal de la Federación.

La autoridad deberá acordar, en su caso, la suspensión o la denegación de la suspensión


dentro de los cinco días siguientes a su interposición, en cuyo defecto se entenderá otorgada la
suspensión.

El Código Administrativo del Estado de Chihuahua señala:

ARTICULO 1643. La interposición de los recursos antes aludidos no suspende la ejecución


del acto; sin embargo, la suspensión se decretará cuando concurran los siguientes requisitos:

I. Que lo solicite el agraviado.

II. Que no se siga perjuicio al interés social.

III. Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se le causen al agraviado con la
ejecución del acto.

La suspensión tendrá por efecto mantener las cosas en el estado en que se encuentren, hasta
en tanto no se pronuncie resolución; podrá ser solicitada en cualquier tiempo ante la
autoridad ejecutora, siempre que la resolución no haya sido cumplimentada. Se acompañará
copia del escrito con el que se hubiere iniciado el recurso administrativo. Dicha autoridad
ejecutora suspenderá provisionalmente la ejecución del acto impugnado, pero para que tal
medida suspensional surta efectos, se concederá al recurrente un plazo de diez días, para el
otorgamiento de la caución que garantice los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse.
Constituida ésta se suspenderá de plano el acto impugnado, hasta que se le comunique la
resolución definitiva.

El Código Municipal señala:

ARTÍCULO 200. Los actos de las autoridades municipales, se presumen legales; en


consecuencia, una vez dictados se procederá a su ejecución.
ARTÍCULO 201. La interposición del recurso, no suspende la ejecución del acto, sin
embargo la suspensión se decretará cuando concurran los siguientes requisitos:

I. Que lo solicite la persona o instancia agraviada;

II. Que no se siga perjuicio al interés social; y

III. Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se le causen al agraviado
con la ejecución del acto.

En materia fiscal o de multa por infracción a disposiciones administrativas, se suspenderá el


procedimiento de ejecución cuando el interesado garantice el crédito de que se trate y los
posibles recargos en alguna de las formas previstas en la Ley. Sin embargo, a juicio de la
Tesorería Municipal, podrá la autoridad ordenar que se constituya depósito en efectivo.

Otra característica de la suspensión del acto reclamado es que sólo producirá efectos durante
la tramitación del recurso, pues si la resolución final es desestimatoria, la autoridad estará en
aptitud de proceder a la ejecución en forma inmediata a menos claro está que el particular
acceda a la vía jurisdiccional y en ella se otorgue este mismo beneficio.

EL PROCEDIMIENTO O TRAMITE DEL RECURSO ADMINISTRATIVO

Como todo el procedimiento administrativo, el trámite en la sustanciación del recurso debe


ser sencillo y desprovisto de formulismos innecesarios. Escola nos enseña los pasos a seguir
para lograr la sencillez en la tramitación de los recursos administrativos:

1) Limitando la actuación de los órganos administrativos a aquellos que sean estrictamente


indispensables para preparar y dictar la resolución de que se trate.
2) Exigiendo, únicamente, los datos, constancias, documentos y requisitos que sean
indispensables para dictar la resolución administrativa;
3) Suprimiendo los traslados y giros internos entre organismos administrativos y la
intervención de organismos intermedios;
4) Disponiendo el cumplimiento simultáneo de aquellos actos preparatorios que no deban
cumplirse, por exigencias propias de las actuaciones, en formas sucesivas; y
5) Manteniendo la unidad de la actuación y de la resolución aún cuando deban intervenir
dos o más organismos de la administración.

El objeto del recurso es determinar la legalidad o ilegalidad de un acto administrativo, por


ello bastará la instancia inicial del particular, el informe de la autoridad responsable, en su
caso, y el emplazamiento del tercero si lo hay, así como la admisión y la recepción de
pruebas, facultándose a la autoridad revisora para proveerse de los instrumentos públicos o
constancias que se encuentren a su disposición evitando con ello los traslados innecesarios, y
sólo exigir al interesado la documentación que no esté a su alcance y sea necesaria para dictar
una resolución apegada a derecho.

SOBRESEIMIENTO DEL RECURSO ADMINISTRATIVO

Una vez admitido a trámite el recurso, éste puede ser sobreseído por la autoridad encargada de su
resolución. El sobreseimiento es un acto de carácter procedimental que da por terminado el
procedimiento administrativo de impugnación sin resolver el fondo de la cuestión planteada ya
que hay causas que impiden a la autoridad administrativa resolver el fondo de la cuestión
planteada, por presentarse causas que impiden a la autoridad administrativa resolver la cuestión
que se la ha planteado. Los efectos del sobreseimiento son dar por concluido el recurso
administrativo y dejar las cosas tal y como se encontraban antes de la interposición de tal medio
de defensa.

La Ley Federal de Procedimiento Administrativo señala en el artículo 90, los casos de


sobreseimiento que son los siguientes:

1) Cuando el promovente se desiste expresamente del recurso (Fracción I). En este caso, el
recurrente manifiesta su decisión de renunciar a la instancia que ha intentado. Implica que
ha dejado de tener interés jurídico en su pretensión de su escrito que contiene el recurso,
por ello la renuncia debe ser en forma expresa, sin que la autoridad pueda deducirla a
través de presunciones.
2) Cuando el agraviado fallezca durante el procedimiento, si el acto respectivo solo afecta a
su persona. (Fracción II).
3) Cuando durante el procedimiento sobrevenga alguna de las causas de improcedencia a
que se refiere el artículo anterior. Se reproduce el artículo 89 de la LFPA:

Artículo 89.- Se desechará por improcedente el recurso:

I. Contra actos que sean materia de otro recurso y que se encuentre pendiente de
resolución, promovido por el mismo recurrente y por el propio acto impugnado;

II. Contra actos que no afecten los intereses jurídicos del promovente;

III. Contra actos consumados de un modo irreparable;

IV. Contra actos consentidos expresamente; y

V. Cuando se esté tramitando ante los tribunales algún recurso o defensa legal interpuesto
por el promovente, que pueda tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto
respectivo.

Puede suceder que al momento de recibir la promoción que contiene el recurso, la


autoridad, no se percató de su improcedencia o bien, las causas no existían sino que esto
aconteció durante la tramitación del mismo.

4) Hayan cesado los efectos del acto respectivo (Fracción IV). La cesación de efectos del
acto administrativo se produce cuando éste se ha extinguido de acuerdo con los casos
contemplados en el artículo 11 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo que
señala:
Artículo 11.- El acto administrativo de carácter individual se extingue de pleno derecho,
por las siguientes causas:

I. Cumplimiento de su finalidad;

II. Expiración del plazo;

III. Cuando la formación del acto administrativo esté sujeto a una condición o término
suspensivo y éste no se realiza dentro del plazo señalado en el propio acto;
IV. Acaecimiento de una condición resolutoria;

V. Renuncia del interesado, cuando el acto hubiere sido dictado en exclusivo beneficio de
éste y no sea en perjuicio del interés público; y

VI. Por revocación, cuando así lo exija el interés público, de acuerdo con la ley de la
materia.

5) Por falta de objeto o materia del acto respectivo (Fracción V). Esta causal es similar a la
anterior en cuanto que en ambos casos aparecen la cesación de efectos del acto, aunque lo
previsto en esta última fracción es más restringido, en tanto que para su operancia
requiere que deje de existir el objeto o materia del acto recurrido.

Se entiende por objeto, el contenido de la relación jurídica creada por el acto, es aquello
sobre lo que incide la declaración administrativa. Está constituido por los derechos y
obligaciones que el mismo establece y las personas o cosas sobre las que aquellos recaen.
El objeto puede ser por ello, una cosa (que se expropia), una actividad (concesionar un
servicio público), un status o calidad (nombramiento de un servidor público). El objeto
debe ser lícito, posible y determinado o determinable, o sea, que el contenido a que se
refiere el acto sea real y pueda ser materia de la actuación de la administración de
acuerdo a la ley, que sea posible su realización y expresarse de manera clara y precisa a
fin de que el gobernado a quien se dirige el acto esté en aptitud de conocer plenamente su
contenido.
El objeto o materia del acto dejarían de existir cuando se produzca su terminación,
cuando se agote, como sucede con una licencia de construcción, que al haberse realizado
ésta, el acto cumplió y se agotó su objeto; en una concesión para explotar un bien que se
extingue.

RESOLUCION ADMINISTRATIVA DEFINITIVA. CONCEPTO


La resolución que pone fin al procedimiento instaurado con motivo de un recurso, es un
acto jurídico por medio del cual la autoridad administrativa decide sobre la legalidad o
ilegalidad de un acto dictado por un órgano de la administración pública.
Puede pensarse que el procedimiento administrativo, en tratándose de recursos,
presupone un conflicto de intereses entre la autoridad y el particular que se desarrolla
como litigio al que se le pone fin con la resolución dictada, pero esto no es así, porque
dicha resolución surge de un procedimiento de carácter administrativo, concretamente de
una etapa del mismo que es de la revisión en donde nada más se va a determinar la
legalidad o ilegalidad de un acto administrativo pero además, porque tanto la
administración pública como el administrado están motivados por un objetivo común:
que la actividad de los órganos del Estado se apegue al principio de juridicidad. En todo
caso el conflicto surgirá cuando la autoridad fije su posición y que ésta sea desfavorable a
los intereses del particular.
Cuando se resuelve un recurso administrativo, y la decisión es desestimatoria, al no
existir otra instancia más ante la cual acudir para que se modifique, dicha resolución
adquiere definitividad, lo que significa que se agotan las posibilidades de que en la
misma sede se anule o modifique el acto reclamado, quedando nada más al particular el
acceso al proceso contencioso administrativo, o en su defecto el juicio de amparo.

EFECTOS Y REQUISITOS DE LA RESOLUCION ADMINISTRATIVA


La resolución administrativa que decide el recurso puede ser en distintos sentidos y por
tanto no surtir los mismos efectos, pues ello dependerá de cual fue el objeto de
impugnación y de la pretensión aducida. Así, la impugnación se puede apoyar en un vicio
formal o de procedimiento, o bien afirmarse la ilegalidad del acto administrativo por
adolecer de un vicio substancial o de fondo.
En el primer caso, la autoridad no tendrá que emitir juicio alguno sobre el fondo del
asunto, sino limitarse al examen de tal cuestión y en su caso resolver sobre la misma,
dejando a salvo las facultades de la autoridad para reponer el acto una vez que se subsane
la irregularidad. En el segundo, si el recurso tiene por objeto atacar un vicio de fondo se
declarará la nulidad del acto impugnado y se reemplazará si así procede, por un nuevo
acto administrativo que satisfaga la pretensión del interesado con relación a la petición
del particular.
Otro efecto de la resolución definitiva dictada con motivo de un recurso, es que con ella
se amplían las facultades del órgano administrativo que emitió el acto impugnado, ya que
si en aquella se ordena modificarlo conforme a lo dispuesto por la ley, la autoridad deberá
emitir una nueva resolución mediante la cual se de cumplimiento al mandato de la
autoridad revisora.
Si la resolución ordena realizar un determinado acto o iniciar la reposición del
procedimiento, deberá cumplirse en un plazo de cuatro meses, debiendo expresar con
claridad los actos que se modifiquen, y si la modificación es parcial, se precisará ésta, por
ningún motivo se podrán revocar o modificar los actos administrativos en la parte no
impugnada por el recurrente.
En el Derecho Positivo Mexicano, la interposición de un recurso siempre tendrá por
objeto el que la propia autoridad que emitió el acto administrativo o su jerárquica
superior lo revoque, anule o modifique en su caso al encontrársele ilegal. La Ley Federal
de Procedimiento Administrativo prevé los diversos sentidos que puede adoptar la
resolución que dicte la autoridad encargada de resolverlo:

Artículo 91.- La autoridad encargada de resolver el recurso podrá:

I. Desecharlo por improcedente o sobreseerlo;

II. Confirmar el acto impugnado;

III. Declarar la inexistencia, nulidad o anulabilidad del acto impugnado o revocarlo total o
parcialmente; y

IV. Modificar u ordenar la modificación del acto impugnado o dictar u ordenar expedir uno
nuevo que lo sustituya, cuando el recurso interpuesto sea total o parcialmente resuelto a favor del
recurrente.
De acuerdo con el precepto anterior la resolución dictada en el recurso podrá:

1) Desechar el recurso por improcedente, tenerlo por no interpuesto o sobreseerlo en su


caso: Se presenta cuando el recurso no cumple con alguno de los requisitos esenciales
del mismo, motivo por lo que no se da entrada sin ningún análisis sobre el fondo del
asunto.
2) Confirmar el acto administrativo impugnado: Significa que el procedimiento
administrativo previo y el acto mismo se ajustaron al principio de legalidad, y con
base al estudio hecho y sus conclusiones, la autoridad emite una nueva resolución en
la que resuelve confirmar el acto, dando las razones jurídicas para ello dentro de los
considerandos de la resolución que resuelve el recurso.
3) Dejar sin efectos (nulificar) el acto impugnado: Se presenta cuando la autoridad
revisora determina que el acto administrativo recurrido fue consecuencia de una
violación procesal consistente en que no existe adecuación entre los hechos
generadores del procedimiento y las normas administrativas, por lo que el hecho no
puede ser subsumido dentro de ninguna hipótesis legal que conlleva imposición de
una restricción del derecho legalmente tutelado del gobernado. En tal caso, la
resolución combatida se nulifica sin que subsista ninguna facultad de la autoridad
para proseguir con la fiscalización o la comprobación del cumplimiento de las normas
administrativas por el particular.
4) Modificar u ordenar la modificación del acto impugnado o dictar u ordenar uno nuevo
que lo sustituya cuando el recurso interpuesto sea total o parcialmente resuelto a favor
del recurrente: En este caso la autoridad concluye que, en efecto existen determinados
elementos de la resolución recurrida susceptibles de nulidad, pero no todos, quedando
subsistentes algunos de ellos. En tal caso, se dice que según convenga, se ordenará
modificar la resolución recurrida en la parte correspondiente, o la emisión de una
nueva que mantenga la anterior en lo no modificado como consecuencia de la
revisión, pero incorporando las modificaciones que sí demostró el particular.
5) Mandar reponer el procedimiento administrativo o que se emita una nueva resolución:
Cuando la autoridad al revisar el acto recurrido ha encontrado una violación de
procedimiento que trascendió a la resolución, ordena la reposición del mismo a partir
de que se cometió la violación procesal según lo dispone el artículo 92 de la LFPA.

Artículo 92.- La resolución del recurso se fundará en derecho y examinará todos y


cada uno de los agravios hechos valer por el recurrente teniendo la autoridad la
facultad de invocar hechos notorios; pero, cuando uno de los agravios sea suficiente
para desvirtuar la validez del acto impugnado bastará con el examen de dicho punto.

La autoridad, en beneficio del recurrente, podrá corregir los errores que advierta en la
cita de los preceptos que se consideren violados y examinar en su conjunto los
agravios, así como los demás razonamientos del recurrente, a fin de resolver la
cuestión efectivamente planteada, pero sin cambiar los hechos expuestos en el
recurso.

Igualmente, deberá dejar sin efectos legales los actos administrativos cuando advierta
una ilegalidad manifiesta y los agravios sean insuficientes, pero deberá fundar
cuidadosamente los motivos por los que consideró ilegal el acto y precisar el alcance
en la resolución.

Si la resolución ordena realizar un determinado acto o iniciar la reposición del


procedimiento, deberá cumplirse en un plazo de cuatro meses.

RESOLUCION FUNDADA Y MOTIVADA

La resolución del recurso administrativo debe cumplir con los requisitos de la debida
motivación y fundamentación en los términos del artículo 16 de la Constitución
General de la República. Debe contener las razones por las cuales se llegó a resolver
en un determinado sentido y citarse los fundamentos de derecho que sirvieron de base
para dictarla.
Se reproduce la siguiente tesis aislada:

Registro Digital: 213778
Localización: 8a. Época, T.C.C., S.J.F., Tomo XIII, Enero de 1994, p. 243, [A],
Común.
Número de tesis: IV.3o.92 K
Rubro (Título/Subtítulo): FUNDAMENTACION Y MOTIVACION. ACTOS DE
AUTORIDADES.
Texto: No es suficiente para estimar acreditada una acción o excepción la simple
referencia o relación de las probanzas existentes en el juicio, sino que es necesario e
indispensable que se analice ampliamente cada uno de los elementos para determinar
qué parte de ellos le beneficia o perjudica al oferente o a la contraparte, a fin de que el
particular, con pleno conocimiento de los fundamentos de hecho y de derecho de la
resolución reclamada, esté en aptitud de defenderse si estima que se le afectan sus
derechos, pues de otra forma desconocería cuáles fueron los actos en concreto que
pesaron en su contra; es decir, que para que un acto de autoridad se considere
debidamente fundado y motivado, debe contener la expresión, con precisión del
precepto o preceptos legales aplicables y el señalamiento, también con precisión, de
las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan
tenido en consideración para la emisión del acto, requiriéndose además la debida
adecuación entre los motivos argumentados y las normas aplicables para que se
estime configurada la hipótesis indicada.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL CUARTO CIRCUITO.


Precedentes: Amparo directo 589/92. Mariano Villarreal Martínez. 6 de mayo de
1993. Unanimidad de votos. Ponente: Ramiro Barajas Plasencia. Secretaria: Gloria
Fuerte Corté.

La falta de fundamentación y motivación en la resolución del recurso, traerá como


consecuencia que el juzgador en sede jurisdiccional, determine su ilegalidad y por lo
tanto el acto que fue objeto de revisión administrativa quedará invalidado.
En los términos de los artículos 92 y 93 de la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo, la resolución del recurso debe fundarse en derecho y examinar todos
y cada uno de los agravios hechos valer por el recurrente, teniendo la autoridad la
facultad de invocar hechos notorios, pero, cuando uno de los agravios sea suficiente
para desvirtuar la validez del acto impugnado, bastará con el examen de dicho punto.
La autoridad, en beneficio del recurrente, podrá corregir los errores que advierta en la
cita de los preceptos que se consideren violados y examinar en su conjunto los
agravios, así como los demás razonamientos del recurrente, a fin de resolver la
cuestión efectivamente planteada, pero sin cambiar los hechos expuestos en el
recurso.
Asimismo, deberá dejar sin efectos legales los actos administrativos cuando advierta
una ilegalidad manifiesta y los agravios sean insuficientes, pero deberá fundar
cuidadosamente los motivos por los que consideró ilegal el acto y precisar el alcance
de la resolución.

TERMINACION DEL RECURSO ADMINISTRATIVO


El procedimiento del recurso administrativo concluye cuando se dicta la resolución
definitiva, esto es cuando resuelto el fondo del mismo, ya no existe otra instancia de
defensa para el particular ante la cual acudir dentro de la propia administración.
Una vez emitida la resolución definitiva y si esta es desestimatoria para el particular,
este cuenta con otros medios de defensa de carácter jurisdiccional que se pueden
hacer valer ante tribunales administrativos que realizan una función jurisdiccional
materialmente considerada, como es el caso de los tribunales de lo contencioso
administrativo que existen en la mayoría de los estados de la República y del Tribunal
Federal de Justicia Administrativa en el ámbito federal. En el Estado de Chihuahua es
el juicio de oposición ante el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa y se
encuentra regulado en la Ley de Justicia Administrativa del Estado de Chihuahua.

LEY FEDERAL DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Artículo 83.- Los interesados afectados por los actos y resoluciones de las
autoridades administrativas que pongan fin al procedimiento administrativo, a una
instancia o resuelvan un expediente, podrán interponer el recurso de revisión o,
cuando proceda, intentar la vía jurisdiccional que corresponda.

En los casos de actos de autoridad de los organismos descentralizados federales, de


los servicios que el Estado presta de manera exclusiva a través de dichos organismos
y de los contratos que los particulares sólo pueden celebrar con aquéllos, que no se
refieran a las materias excluidas de la aplicación de esta Ley, el recurso de revisión
previsto en el párrafo anterior también podrá interponerse en contra de actos y
resoluciones que pongan fin al procedimiento administrativo, a una instancia o
resuelvan un expediente.

Artículo 85.- El plazo para interponer el recurso de revisión será de quince días
contado a partir del día siguiente a aquél en que hubiere surtido efectos la notificación
de la resolución que se recurra.
Artículo 86.- El escrito de interposición del recurso de revisión deberá presentarse ante la
autoridad que emitió el acto impugnado y será resuelto por el superior jerárquico, salvo
que el acto impugnado provenga del titular de una dependencia, en cuyo caso será
resuelto por el mismo. Dicho escrito deberá expresar:

I. El órgano administrativo a quien se dirige;

II. El nombre del recurrente, y del tercero perjudicado si lo hubiere, así como el lugar que
señale para efectos de notificaciones;

III. El acto que se recurre y fecha en que se le notificó o tuvo conocimiento del mismo;

IV. Los agravios que se le causan;

V. En su caso, copia de la resolución o acto que se impugna y de la notificación


correspondiente. Tratándose de actos que por no haberse resuelto en tiempo se entiendan
negados, deberá acompañarse el escrito de iniciación del procedimiento, o el documento
sobre el cual no hubiere recaído resolución alguna; y

VI. Las pruebas que ofrezca, que tengan relación inmediata y directa con la resolución o
acto impugnado debiendo acompañar las documentales con que cuente, incluidas las que
acrediten su personalidad cuando actúen en nombre de otro o de personas morales.

CODIGO FISCAL DE LA FEDERACION

Artículo 116.- Contra los actos administrativos dictados en materia fiscal federal, se
podrá interponer el recurso de revocación.

Artículo 117.- El recurso de revocación procederá contra:

I.- Las resoluciones definitivas dictadas por autoridades fiscales federales que:

a) Determinen contribuciones, accesorios o aprovechamientos.

b) Nieguen la devolución de cantidades que procedan conforme a la Ley.

c) Dicten las autoridades aduaneras.


d) Cualquier resolución de carácter definitivo que cause agravio al particular en materia
fiscal, salvo aquéllas a que se refieren los artículos 33-A, 36 y 74 de este Código.

II.- Los actos de autoridades fiscales federales que:

a) Exijan el pago de créditos fiscales, cuando se alegue que éstos se han extinguido o
que su monto real es inferior al exigido, siempre que el cobro en exceso sea
imputable a la autoridad ejecutora o se refiera a recargos, gastos de ejecución o a la
indemnización a que se refiere el artículo 21 de este Código.

b) Se dicten en el procedimiento administrativo de ejecución, cuando se alegue que éste


no se ha ajustado a la Ley, o determinen el valor de los bienes embargados.

c) Afecten el interés jurídico de terceros, en los casos a que se refiere el artículo 128 de
este Código.

d) (Se deroga).

Artículo 120.- La interposición del recurso de revocación será optativa para el interesado
antes de acudir al Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

Cuando un recurso se interponga ante autoridad fiscal incompetente, ésta lo turnará a la


que sea competente.

Artículo 121. El recurso deberá presentarse a través del buzón tributario, dentro de los
treinta días siguientes a aquél en que haya surtido efectos su notificación, excepto lo
dispuesto en el artículo 127 de este Código, en que el escrito del recurso deberá
presentarse dentro del plazo que en el mismo se señala.

El escrito de interposición del recurso también podrá enviarse a la autoridad competente


en razón del domicilio o a la que emitió o ejecutó el acto, a través de los medios que
autorice el Servicio de Administración Tributaria mediante reglas de carácter general.

Si el particular afectado por un acto o resolución administrativa fallece durante el plazo a


que se refiere este artículo, se suspenderá hasta un año, si antes no se hubiere aceptado el
cargo de representante de la sucesión. También se suspenderá el plazo para la
interposición del recurso si el particular solicita a las autoridades fiscales iniciar el
procedimiento de resolución de controversias contenido en un tratado para evitar la doble
tributación incluyendo, en su caso, el procedimiento arbitral. En estos casos, cesará la
suspensión cuando se notifique la resolución que da por terminado dicho procedimiento
inclusive, en el caso de que se dé por terminado a petición del interesado.

En los casos de incapacidad o declaración de ausencia, decretadas por autoridad judicial,


cuando el particular se encuentre afectado por un acto o resolución administrativa, se
suspenderá el plazo para interponer el recurso de revocación hasta por un año. La
suspensión cesará cuando se acredite que se ha aceptado el cargo de tutor del incapaz o
representante legal del ausente, siendo en perjuicio del particular si durante el plazo antes
mencionado no se provee sobre su representación.

Artículo 122.- El escrito de interposición del recurso deberá satisfacer los requisitos del
artículo 18 de este Código y señalar además:

I. La resolución o el acto que se impugna.

II. Los agravios que le cause la resolución o el acto impugnado.

III. Las pruebas y los hechos controvertidos de que se trate.

Cuando no se expresen los agravios, no se señale la resolución o el acto que se impugna,


los hechos controvertidos o no se ofrezcan las pruebas a que se refieren las fracciones I,
II y III, la autoridad fiscal requerirá al promovente para que dentro del plazo de cinco
días cumpla con dichos requisitos. Si dentro de dicho plazo no se expresan los agravios
que le cause la resolución o acto impugnado, la autoridad fiscal desechará el recurso; si
no se señala el acto que se impugna se tendrá por no presentado el recurso; si el
requerimiento que se incumple se refiere al señalamiento de los hechos controvertidos o
al ofrecimiento de pruebas, el promovente perderá el derecho a señalar los citados hechos
o se tendrán por no ofrecidas las pruebas, respectivamente.
Cuando no se gestione en nombre propio, la representación de las personas físicas y
morales, deberá acreditarse en términos del artículo 19 de este Código.

Artículo 123.- El promovente deberá acompañar al escrito en que se interponga el


recurso:

I. Los documentos que acrediten su personalidad cuando actúe a nombre de otro o


de personas morales, o en los que conste que ésta ya hubiera sido reconocida por la
autoridad fiscal que emitió el acto o resolución impugnada o que se cumple con los
requisitos a que se refiere el primer párrafo del artículo 19 de este Código.

II. El documento en que conste el acto impugnado.

III. Constancia de notificación del acto impugnado, excepto cuando el promovente


declare bajo protesta de decir verdad que no recibió constancia o cuando la notificación
se haya practicado por correo certificado con acuse de recibo o se trate de negativa ficta.
Si la notificación fue por edictos, deberá señalar la fecha de la última publicación y el
órgano en que ésta se hizo.

IV. Las pruebas documentales que ofrezca y el dictamen pericial, en su caso.

Los documentos a que se refieren las fracciones anteriores, podrán presentarse en


fotocopia simple, siempre que obren en poder del recurrente los originales. En caso de
que presentándolos en esta forma la autoridad tenga indicios de que no existen o son
falsos, podrá exigir al contribuyente la presentación del original o copia certificada.

Cuando las pruebas documentales no obren en poder del recurrente, si éste no hubiere
podido obtenerlas a pesar de tratarse de documentos que legalmente se encuentren a su
disposición, deberá señalar el archivo o lugar en que se encuentren para que la autoridad
fiscal requiera su remisión cuando ésta sea legalmente posible. Para este efecto deberá
identificar con toda precisión los documentos y, tratándose de los que pueda tener a su
disposición bastará con que acompañe la copia sellada de la solicitud de los mismos. Se
entiende que el recurrente tiene a su disposición los documentos, cuando legalmente
pueda obtener copia autorizada de los originales o de las constancias de éstos.

La autoridad fiscal, a petición del recurrente, recabará las pruebas que obren en el
expediente en que se haya originado el acto impugnado, siempre que el interesado no
hubiere tenido oportunidad de obtenerlas.

Cuando no se acompañe alguno de los documentos a que se refieren las fracciones


anteriores, la autoridad fiscal requerirá al promovente para que los presente dentro del
término de cinco días. Si el promovente no los presentare dentro de dicho término y se
trata de los documentos a que se refieren las fracciones I a III, se tendrá por no
interpuesto el recurso; si se trata de las pruebas a que se refiere la fracción IV, las mismas
se tendrán por no ofrecidas.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, en el escrito en que se interponga el


recurso o dentro de los quince días posteriores, el recurrente podrá anunciar que exhibirá
pruebas adicionales, en términos de lo previsto en el tercer párrafo del artículo 130 de
este Código.

CODIGO ADMINISTRATIVO DEL ESTADO DE CHIHUAHUA

ARTICULO 1638. En los casos en que este Código no haya establecido recurso alguno
para impugnar las resoluciones administrativas, éstas podrán combatirse, en su caso, a
través de los recursos de revisión y revocación, cuyos límites y modalidades se
especifican en los artículos siguientes.

ARTICULO 1639. El Gobernador del Estado estará facultado para revocar sus propias
resoluciones o las dictadas por anteriores titulares del Ejecutivo, cuando aparezca que
dichas resoluciones fueron dictadas con notoria violación de las disposiciones legales que
debieron regular su actuación, y siempre que con las mismas resoluciones se haya -
afectado gravemente el orden y la seguridad públicos o los intereses generales del Estado.

La revocación deberá ser promovida por la parte interesada.


ARTICULO 1640. Salvo disposición expresa en contrario, que otorgue el carácter de
definitivas o inmodificables a ciertas resoluciones, el Gobernador del Estado podrá
revisar todos los actos administrativos de sus subordinados, confirmándolos,
modificándolos o revocándolos.

ARTICULO 1641. La revisión ante el Gobernador puede solicitarla cualquier interesado


o particular que tenga el legítimo derecho para hacerlo. El Gobernador podrá también
revisar de oficio dichos actos cuando estime que contrarían el principio de legalidad o las
normas o criterios de acción gubernamental que orientan el desarrollo de su programa de
gobierno.

Tratándose de revisiones de oficio, el Secretario General de Gobierno, respetando la


garantía de audiencia de los posibles perjudicados, recabará, también oficiosamente,
todos los informes y pruebas que juzgue necesarios para el mejor conocimiento del
negocio y su más justo planteamiento ante el Gobernador.

ARTICULO 1642. Los procedimientos de revocación y revisión antes mencionados se


tramitarán por conducto del Secretario General de Gobierno.

CODIGO FISCAL DEL ESTADO DE CHIHUAHUA

Artículo 230. Contra los actos administrativos dictados en materia fiscal estatal, se podrá
interponer el recurso de revocación.

Artículo 231. El recurso de revocación procederá contra:

I. Las resoluciones definitivas dictadas por autoridades fiscales estatales en las


que:

a) Determinen contribuciones, accesorios o aprovechamientos.

b) Se niegue la devolución de cantidades que procedan conforme a este Código.

c) Cualquier resolución de carácter definitivo que cause agravio al particular en


materia fiscal.

I. Los actos de autoridades fiscales estatales en que:

a) Se exijan el pago de créditos fiscales, cuando se alegue que éstos se han


extinguido o que su monto real es inferior al exigido, siempre que el cobro en
exceso sea imputable a la autoridad ejecutora o se refiera a recargos, o gastos
de ejecución o a la indemnización a que se refiere el artículo 26 de este Código.

b) Se dicten en el procedimiento administrativo de ejecución, cuando se alegue


que este no se ha ajustado lo establecido por este Código o determinen el valor
de los bienes embargados.

c) Afecten el interés jurídico de terceros, en los casos a que se refiere el artículo


239 de este Código.

Artículo 232. Salvo los casos en que se señale expresamente lo contrario, la interposición
del recurso de revocación será optativa para el interesado antes de acudir ante los
tribunales competentes en materia administrativa. Deberá intentar la misma vía elegida si
pretende impugnar un acto administrativo que sea antecedente o consecuente de otro; en
el caso de resoluciones dictadas en cumplimiento de las emitidas en recursos
administrativos, el contribuyente podrá impugnar dicho acto, por una sola vez, a través de
la misma vía.

Cuando se presente un escrito de interposición de un recurso administrativo ante


autoridad fiscal estatal incompetente, esta lo deberá turnar a la que sea competente,
teniéndose como fecha de presentación la correspondiente a la primera autoridad que
recibió el escrito.

En el caso de sanciones impuestas por autoridades estatales judiciales o administrativas


no fiscales, dichas sanciones se impugnarán mediante los medios de defensa que se
prevean en los ordenamientos que regulan su imposición; solo en el caso de no regularse
un medio de defensa en los mismos, tales sanciones serán impugnables mediante el
recurso de revocación regulado en este código. En todo caso, los actos del procedimiento
administrativo de ejecución regulado en este código, tendiente a hacer efectivas dichas
sanciones, serán impugnables únicamente mediante el recurso de revocación a que se
refiere este código, para lo que se deberá observar lo dispuesto en el artículo 231.

Artículo 233. El escrito de interposición del recurso deberá presentarse ante la autoridad
competente para resolverlo, o ante la que emitió o ejecutó el acto impugnado, también
podrá presentarse por correo certificado con acuse de recibo, o en su caso, a través del
buzón fiscal dentro de los treinta días siguientes a aquel en que haya surtido efectos su
notificación excepto lo dispuesto en los artículos 206, 238 y 239 de este Código, en que
el escrito del recurso deberá presentarse dentro del plazo que en los mismos se señala.
Si el particular afectado por un acto o resolución administrativa fallece durante el plazo a
que se refiere este artículo, dicho plazo se suspenderá desde la fecha del fallecimiento, y
hasta la fecha en que sea nombrado el representante de la sucesión, sin que el plazo que
transcurra entre los eventos señalados pueda ser mayor de un año.

En los casos de incapacidad o declaración de ausencia, decretadas por autoridad judicial,


cuando el particular se encuentre afectado por un acto o resolución administrativa, se
suspenderá el plazo para interponer el recurso de revocación hasta por un año. La
suspensión cesará cuando se acredite que se ha aceptado el cargo de tutor del incapaz o
representante legal del ausente, siendo en perjuicio del particular si durante el plazo antes
mencionado no se provee sobre su representación.

Artículo 234. El escrito de interposición del recurso deberá satisfacer los requisitos del
artículo 51 de este Código y señalar además:

I. La resolución o el acto que se impugna.


II. Los agravios que le cause la resolución o el acto impugnado.
III. Las pruebas que se ofrezcan en el asunto de que se trate.

Cuando no se expresen los agravios, no se señale la resolución o el acto que se impugna,


los hechos controvertidos o no se ofrezcan las pruebas a que se refieren las fracciones de
este artículo, la autoridad fiscal requerirá al promovente para que dentro del plazo de cinco
días cumpla con dichos requisitos. Si dentro de dicho plazo no se expresan los agravios que
le causen la resolución o acto impugnado, la autoridad fiscal desechará el recurso; si no se
señala el acto que se impugna se tendrá por no presentado el recurso; si el requerimiento
que se incumple se refiere al ofrecimiento de pruebas, se tendrán por no ofrecidas las
pruebas correspondientes.

Cuando no se gestione en nombre propio, la representación de las personas físicas y


morales, deberá acreditarse en términos del artículo 53 de este Código.

Artículo 235. El promovente deberá acompañar al escrito en que se interponga el recurso:

I. Los documentos que acrediten su personalidad cuando actúe a nombre de otro o de


personas morales, o en los que conste que dicha personalidad ya hubiera sido
reconocida por la autoridad fiscal que emitió el acto o resolución impugnada,
tratándose de poderes, la representación de las personas se tendrá por acreditada,
cuando quien se ostente como representante, al promover tenga conferido un poder
general para actos de dominio y/o administración, o bien, uno especial para actos de
administración en materia fiscal; lo anterior, siempre y cuando las firmas se
encuentren ratificadas ante fedatario público; la representación así otorgada será
aplicable para la tramitación del recurso según las disposiciones que rigen dicha
tramitación, sin perjuicio de que las disposiciones aplicables exijan, en su caso, la
presentación de un poder con características específicas adicionales para algún otro
trámite en materia fiscal, incluso relacionado con la tramitación del recurso o
derivado de su resolución.

II. El documento en que conste el acto impugnado.

III. Constancia de notificación del acto impugnado, excepto cuando el promovente


declare bajo protesta de decir verdad que no recibió constancia o cuando la
notificación se haya practicado por correo certificado con acuse de recibo o se trate
de negativa ficta. Si la notificación fue por edictos, deberá señalar la fecha de la
última publicación y el órgano en que esta se hizo.

IV. Las pruebas documentales que ofrezca y el dictamen pericial, en su caso.

Los documentos a que se refieren las fracciones anteriores, podrán presentarse en fotocopia
simple, siempre que obren en poder del recurrente los originales. En caso que habiendo
sido presentados en esta forma, la autoridad podrá requerir al contribuyente la presentación
del original o copia certificada.

Cuando las pruebas documentales no obren en poder del recurrente, si este no hubiere
podido obtenerlas a pesar de tratarse de documentos que legalmente se encuentren a su
disposición, deberá señalar el archivo o lugar en que se encuentren para que la autoridad
fiscal requiera su remisión cuando esta sea legalmente posible. Para este efecto deberá
identificar con toda precisión los documentos y, bastará con que acompañe la copia sellada
de la solicitud de los mismos. Se entiende que el recurrente tiene a su disposición los
documentos, cuando legalmente pueda obtener copia autorizada de los originales o de las
constancias de éstos.

Siempre podrá ofrecerse como prueba el expediente administrativo del que emane la
resolución impugnada.

Cuando no se acompañe alguno de los documentos a que se refieren las fracciones


anteriores, la autoridad fiscal requerirá al promovente para que los presente dentro del
término de cinco días. Si el promovente no los presentare dentro de dicho término y se trata
de los documentos a que se refieren las fracciones I, II y III, se tendrá por no interpuesto el
recurso; si se trata de las pruebas a que se refiere la fracción IV, las mismas se tendrán por
no ofrecidas, excepto cuando se haya ofrecido como prueba el expediente del que emana la
resolución impugnada.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, en el escrito en que se interponga el


recurso o dentro de los quince días posteriores, el recurrente podrá anunciar que exhibirá
pruebas adicionales, en términos de lo previsto en el tercer párrafo del artículo 240 de este
Código.

CODIGO MUNICIPAL PARA EL ESTADO DE CHIHUAHUA

ARTÍCULO 198. Los actos que dicten las autoridades municipales, pueden
impugnarse mediante los recursos de revisión y reconsideración.

La resolución que se dicte en los recursos administrativos será también impugnable


por medio del juicio de oposición cuando se trata de actos en materia fiscal municipal
o de controversias que se susciten sobre interpretación y cumplimiento de
concesiones y demás contratos administrativos celebrados por los Ayuntamientos.

En estos casos, no es necesario que el quejoso agote previamente los recursos


administrativos, pues podrá combatir directamente los actos en juicio de oposición,
teniéndose por renunciado su derecho a intentar los medios de impugnación
administrativa.

ARTÍCULO 199. El recurso será de reconsideración, cuando el propio


Ayuntamiento resuelva inconformidades de particulares respecto de actos dictados
por el mismo; será de revisión cuando resuelva inconformidades de los particulares
por actos dictados por cualquiera otra de las autoridades municipales.
ARTÍCULO 203. La tramitación de los recursos administrativos, en contra de actos
de las autoridades municipales, se sujeta al procedimiento siguiente:

I. Se interpondrá por sí o por representante legalmente investido ante la


persona titular de la Secretaría Municipal, por escrito expresando: El
nombre de la persona o instancia recurrente; domicilio para ser notificado
en la cabecera del Municipio; señalamiento del acto impugnado; los
agravios que el mismo le causa y el ofrecimiento de las pruebas que
pretenda rendir. Si dentro del trámite que haya dado origen a la
resolución o acto recurrido la parte interesada tuvo oportunidad razonable
de rendir pruebas, sólo serán admisibles las que hubiere ofrecido y no se
hubieren desahogado por causas no imputables a él y las supervenientes;

II. El escrito deberá presentarse dentro de los quince días siguientes, al en


que surta efectos la notificación del acto que se impugna. No será
admisible la interposición de recursos por medio del correo;

III. Interpuesto el recurso, la autoridad recabará de oficio los informes y


constancias necesarias para determinar la existencia del acto impugnado,
las razones que lo justifiquen y la fecha de su notificación; en vista de lo
anterior, acordará si es de admitirse o desecharse el recurso;

IV. La persona titular de la Secretaría Municipal proveerá desde luego a la


recepción de las pruebas ofrecidas, señalando para ello un término de
quince días. Serán admisibles todos los medios de prueba admitidos por
el derecho común con excepción de la confesional de las autoridades;

V. Recibidas las pruebas y los informes o transcurrido el periodo probatorio,


se abrirá un período de alegatos de tres días;

I. Formulados los alegatos o transcurrido el término que para el efecto se


concedió, la persona titular de la Secretaría, elaborará el dictamen que
presentará dentro del término de cinco días a la persona titular de la
Presidencia para su aprobación;

II. El proyecto de resolución sancionado por la persona titular de la


Presidencia Municipal se someterá junto con el expediente al
Ayuntamiento en la primera sesión que celebre para que resuelva;

III. El acuerdo del Ayuntamiento será notificado personalmente en el


domicilio señalado.
BIBLIOGRAFIA

Derecho Administrativo

Segunda Parte

Luis Alfonso Ramos Peña

Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua

Derecho Administrativo

Gabino Fraga

Editorial Porrúa

Curso de Derecho Administrativo

Luis José Béjar Rivera

Editorial Oxford

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