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El sistema Bach formado por 38 Remedios Florales, se divide de dos formas bien
diferenciadas:
Los 12 Sanadores
A lo largo del descubrimiento y la formación del Sistema Bach tal y como lo conocemos
ahora, el Dr Bach fue adaptando el proyecto primero, a la realidad que se le iba
presentando en la práctica. Los primeros 12 Remedios los denominó “Los 12 sanadores”.
En un principio pensó que con estos Remedios podría cerrar el sistema, sin embargo
comprobó que existían en las personas unos “estados primarios” y otros “estados
circunstanciales” que no correspondían a la verdadera naturaleza de las personas sino
a momentos concretos en los cuales otras emociones secundarias afloraban, llegando a
descubrir los 38.
Así, por ejemplo, de una persona con naturaleza Impatients, podemos prever que se
pondrá nervioso en una cola de ritmo lento, o ante alguien que habla pausadamente y
no va “al grano”. De una persona, cuya energía central sea Water Violet, podemos saber
de antemano que se distanciará ante preguntas indiscretas o demasiado personales. Por
lo tanto los 12 sanadores representan a nuestras esferas emocionales primarias que
pueden ser el origen de otras capas que a modo de “falsa personalidad”, utilizamos como
protección. (Los 7 ayudantes)
De esta forma los 12 sanadores nos ponen en contacto con ese “núcleo -emoción”
original con el que cada persona está conectado. Es posible que estemos funcionando
en sintonía con nuestra personalidad o por el contrario, ignorar nuestra verdadera forma
de ser. Cuando nos alejamos de nuestras tendencias afectivas originales, surge el
malestar o el conflicto y conviene volver a ese centro equilibrador de cada persona. Otro
de los inconvenientes de no vivir de acuerdo a nuestras naturalezas es, por un lado, la
frustración, y por otro, la dispersión de nuestra energía.
Los 12 Remedios de personalidad:
Tras haber descubierto los 12 sanadores Edward Bach (1886-1936), continua estudiando
la forma en que el ser humano forma su estructura emocional, y llega a la conclusión de
que, en general, las personas van encubriendo su verdadera naturaleza, en un proceso
de constante adaptación al medio familiar, social, cultural…
Es lo que el Dr. Bach denomina “principio de interferencia”, es decir, la forma en que las
personas, por influencias exteriores dejan de aceptarse tal y como son y comienzan un
recorrido de “endurecimiento adaptativo” que, por un lado, evita el dolor pero por el otro,
anula o encubre, una esfera energética necesaria para la expresión orgánica del ser.
De esta forma y poco a poco, la desconexión con el placer, desde el plano físico, y con
la dicha, en el plano espiritual, van lentamente instaurándose en la experiencia vital, y el
verdadero objetivo de la vida, la misión que cada cual ha venido a realizar, se va
escondiendo paulatinamente y relegándose al olvido depositándose a cambio otra forma
de manifestarse hacia el exterior que recubre esa parte de nuestro ser y que percibimos
como más recomendable…
Los 7 ayudantes: