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Los elementos paratextuales, también llamados paratextos, dan una idea al receptor lírico
de lo que se encontrará en una obra escrita, pero no definen por completo el contenido de
esta. Su papel es informativo, buscan captar la atención de los lectores respecto a los textos.
Además, los paratextos agregan precisión al proceso de búsqueda de información por parte
de los receptores líricos. Esto resulta un aspecto fundamental en las investigaciones, donde
los lectores requieren acortar tiempos y lograr conseguir elementos específicos con
exactitud, sin tener que ahondar de lleno en una obra.
El agregado referencial, organizativo y explicativo que agregan los paratextos a las obras
escritas es de gran valía. Desde el punto pedagógico-andragógico, abre senderos necesarios
al estudiante, generando vínculos cognitivos —previos al encuentro real con la obra— que
permiten una mayor y más fácil asimilación del conocimiento.
Ahora bien, dentro de los elementos paratextuales verbales se pueden apreciar tres tipos de
estos en las obras:
Título
Está caracterizado principalmente por ser el primer elemento paratextual con el que se
consigue el lector. Por su exterioridad y visibilidad se requiere que sea lo más explícito y
llamativo posible.
En obras literarias como novelas o cuentos, este elemento paratextual comúnmente está
acompañado con componentes de diseño gráfico y tipográfico que realzan su eficacia visual
y, por ende, su alcance.
Dedicatoria
Epígrafe
Este paratexto tomó auge a partir del siglo XVI, antes no se estilaba colocarlo en las obras. Se
trata de una frase corta que hace referencia al contenido del texto en cuestión. Puede
pertenecer a un autor reconocido o no, e incluso al mismo escritor.
Resumen
Se caracteriza por expresar de manera objetiva y breve el tema que trata la obra en cuestión.
Este elemento paratextual no acepta la inclusión de críticas positivas o negativa; se enfoca
simplemente en dar a conocer de forma certera lo que comprende dicha producción escrita.
Otro particular que identifica al resumen es su extensión y disposición. Se estila que este
ocupe un aproximado de media página y que su extensión sea preferiblemente un párrafo,
aunque también se aceptan subdivisiones. Sin embargo, la brevedad debe siempre
prevalecer.
Prólogo
Es el elemento paratextual que sirve de introducción a la obra. Puede ser escrito por el autor
o por alguien allegado a la obra que ha tenido contacto con su contenido y su proceso de
producción, a quien se le confiere el honor de hacerlo.
Carlos Arias 6to B #2
Se caracteriza por tocar temas inherentes a la organización de la obra, los pormenores de su
elaboración, las dificultades que pudo implicar y el desempeño de su autor. Versa también
sobre los contenidos y su valor; es una necesaria carta de presentación.
Tabla de contenidos
Este paratexto permite mostrar al lector por separado cada una de las partes y subpartes
que conforman una obra. Tiene un carácter puntual, permite especificar contenidos y,
además, ubicar de forma precisa al lector frente a la obra.
Su amplitud y especificidad están sujetas al autor, de él depende qué tan profundo sea su
alcance. Puede ubicarse luego del prólogo o al final de la obra, según el gusto del autor.
Citas textuales
Este elemento paratextual cumple una función de reforzamiento del discurso. Por medio de
este recurso se busca dar fiabilidad a una premisa con base en investigaciones o propuestas
previas de otros autores.
Notas
Carlos Arias 6to B #2
Este elemento paratextual es un recurso de refuerzo discursivo al margen del texto que
cumple una función parecida a la de la cita; sin embargo, es un poco más directa y
específica.
Bibliografía
Este paratexto, muy propio de las obras investigativas, permite mostrar a los lectores los
textos que sirvieron de soporte para elaborar una investigación, los cuales se muestran
ordenados alfabéticamente por los nombres de los autores.
En este elemento se presentan datos tales como: autor, fecha de elaboración, nombre de la
obra, país y editorial. El orden de los datos puede presentar variantes.
Glosario
Este elemento paratextual presenta una dualidad al poder contener paratextos icónicos
como fotografías, o ilustraciones y paratextos de índole verbal como documentos o
encuestas. Su fin es reforzar y dar veracidad a lo expuesto con anterioridad en la obra.
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Los elementos paratextuales son un recurso necesario para la legitimación de las obras
escritas. Vienen a representar al lector lo que una ventana con luz a una casa oscura.
Son un abanico dispuesto a refrescar las inquietudes, son un medio idóneo para que el
mensaje codificado por un escritor llegue al lector de manera más simple.
El papel orientador que cumple el paratexto en la lectura rompe las barreras que se
presentan comúnmente entre el lector novato y los textos, e invita a sumergirse en las obras.
Esta es quizá la más importante de sus funciones.
Las comillas ( ' ' , “ ” , « » ) son signos de puntuación que se colocan al principio y al final de
las frases, palabras escritas como citas, ejemplos, de aquellas que se quiere destacar, ya sea
por importancia que le dé el autor o por su carácter irónico, vulgar o extranjero e impropio
de la lengua que se está usando.
Pasos a seguir:
1. Lo primero que tenemos que hacer frente a este gran reto es una lluvia de ideas.
Piensa, recuerda y anota. Coge una hoja en blanco y escribe todo lo que se te pase
por la cabeza al pensar en estos años de estudio. No te preocupes si no tiene mucho
sentido, son solo apuntes. Estas palabras servirán para poder sacar con mayor fluidez
las líneas de nuestro discurso de graduación.
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2. En un discurso de graduación, debemos pensar a quién nos dirigimos. Esto es muy
importante para poder establecer el tono que queremos dar al texto. Lo más fácil es
comenzar a realizar un guión en el que escribamos todo lo que nos gustaría que nos
dijeran a nosotros mismos en una ceremonia de graduación, sobre el esfuerzo
realizado y sobre los momentos que nos quedan por vivir.
3. Intenta marcar claramente las partes del texto. Es decir, haz que tu discurso de
graduación cuente con una introducción clara, un cuerpo y un desenlace. En la
introducción no te olvides de saludar a todos los presentes.
5. Otra opción es narrar en primera persona lo que han supuesto todos estos años, el
transcurso junto a tus compañeros y tus profesores y lo que esperas que pase a partir
de ahora.
6. Intenta evitar que tu discurso sea muy largo, hazlo breve. Si es demasiado largo al
final los oyentes se aburrirán y dejarán de prestar atención a lo que dices. El éxito de
tu intervención en una graduación pasará por ser claro y conciso.
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7. Aunque introduzcas algunas anécdotas, intenta que el contenido global pueda ser
comprendido por todos los presentes, no únicamente por los estudiantes y docentes.
Recuerda que en estos actos de graduación también hay muchos familiares que no
han vivido el día a día.
9. Por último, antes de enfrentarte al discurso de graduación, revisa lo escrito con algún
compañero para ver qué le parece. Al mismo tiempo ve memorizando, esto te
ayudará a que en el día de la intervención, la lectura sea mucho más fluida.
LA INCUBADORA
¿Cuál es mi público objetivo? Piensa ante quién vas a hablar. Prepara todos los posibles
argumentos y el contexto en el que se va a producir la comunicación. Es hora de que
apuntes todo lo que pienses que te va a ser útil en un papel o en tu ordenador.
ILUSTRACIÓN
Es hora de ponerle imaginación. ¿Qué metáforas puedes usar? ¿Tienes material gráfico?
Úsalo, pero no abuses del Power Point. Recuerda: es una herramienta, no es tu discurso
completo, ni tiene que hablar por ti. Ejemplifica algunos de tus argumentos con imágenes o
comparativas. Utiliza el poder descriptivo de los adjetivos.
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ESTRUCTURA
Como sucede con los textos escritos, tu discurso tendrá que tener una estructura para que ni
tú, ni tu público os perdáis. Lo mejor es que encuentres la estructura que te funcione para
que la puedas usar tantas veces como quieras pero, ojo, no todos los discursos o
presentaciones han de tener la misma estructura. Si quieres hacer un discurso redondo,
intenta encontrar la forma de que el principio y el final, conecten de alguna forma.
CONTROL
Vuelve sobre todo el discurso. ¿Funcionan tus argumentos? Cuentaselos a alguien. Ensayo y
error. Quita todo lo que no necesites y verifica que no te has dejado nada importante. Esta
etapa se suele pasar por alto y es lo que distingue un discurso mediocre de uno brillante.
REPETICIÓN
Cuando creas que lo tienes todo, miratelo una vez más. Y así hasta que estés segura de ti
misma. Hasta que sepas cuándo vas a hacer las pausas, cuáles son los efectos de tu discurso,
qué ritmo y cadencia tienes al decírtelo. El mejor consejo para esto es grabarse varias veces.
Los elementos del discurso se han fijado generalmente en nueve, aunque nosotros creemos
que deberían ser diez. Estos son el sustantivo, artículo, adjetivo, pronombre, verbo,
participio, adverbio, preposición, conjunción e interjección.
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