Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SOSTENIBLE
AL 2021
Marc Dourojeanni
Lima, mayo 2013
Autor
Marc Dourojeanni
Elaboración de mapas
Clinton Jenkins
Fotos de Portada
Liliana García / DAR
Mario Zúñiga / DAR
Stefan Kistler / Alianza Arkana
P. Puertas / WCS
Mariana Montoya
Gisella Valdivia
Corrección de estilo
Graciela Álvarez y Martha Mora
Coordinación general
Gisella Valdivia Gozalo
Diseño y diagramación:
Realidades S.A.
Augusto Tamayo N° 190 - Of. 5, San Isidro
Correo electrónico: informes@realidades.pe
Página web: www.realidades.pe
Ficha para citar la publicación: Loreto Sostenible al 2021. Marc Dourojeanni. 356 páginas. Primera edición. Mayo 2013*.
Consta de 1000 ejemplares.
Está permitida la reproducción parcial o total de este libro, su tratamiento informático, su transmisión por cualquier forma o
medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia u otros; con la simple indicación de la fuente cuando sea usado en publicaciones
o difusión por cualquier medio.
Esta publicación es parte de las actividades del Proyecto “Loreto Sostenible”, ejecutado por Derecho, Ambiente y Recursos
Naturales (DAR) y Center for International Environmental Law (CIEL). Esta publicación presenta la opinión del autor y no
necesariamente la visión de la Fundación Gordon and Betty Moore, la Fundación Charles Stewart Mott, así como de Derecho,
Ambiente y Recursos Naturales (DAR). Esta publicación es posible gracias al financiamiento de la Fundación Gordon and Betty
Moore y la Fundación Charles Stewart Mott.
*El presente informe recoge datos e información actualizada hasta octubre del año 2012.
AGRADECIMIENTOS
Además, damos las gracias a Matt Finer y Melissa Blue Sky de CIEL por sus
valiosos aportes.
PARTE I
DIAGNÓSTICO 35
3. LA ECONOMÍA LORETANA EN LA
ACTUALIDAD 85
3.1 Indicadores económicos 85
3.2 Actividades económicas que explotan
recursos naturales 86
3.2.1 Petróleo 86
3.2.2 Agricultura 90
PARTE II
PRONÓSTICO 167
3.2
Hidrovías 196
3.2.1 La opción más lógica, pero… 198
3.2.2 ¿De qué tipo de hidrovías se habla? 198
3.2.3 Las hidrovías previsibles 200
© P. Puertas / WCS
4. EXPLOTACIÓN DE LA ENERGÍA FÓSIL 206 11. CAZA 244
9. TURISMO 239
PARTE III:
ALTERNATIVAS 267
Derecho, Ambiente y Recursos Naturales-DAR es una organización cuyo fin principal es la construcción de la
gobernanza, el desarrollo sostenible y la promoción de los derechos indígenas en la cuenca amazónica. En
estos años, hemos ido creciendo probando que la fórmula privilegiada de análisis para la incidencia es una
forma de trabajo que nos ha permitido contribuir en los cambios de ciclo de proyectos de las inversiones,
políticas públicas y flujos de inversión regional y global con el propósito de generar mayor gobernanza y
mayor sostenibilidad.
DAR estará próximo a cumplir 10 años de vida institucional y no podemos olvidarnos que el origen de nuestro
trabajo, así como las distintas etapas que hemos pasado como institución, resguardando y promoviendo
un equilibrio coherente en el desarrollo sostenible en nuestro país, lo hemos realizado bajo los valores de:
compromiso en lo que creemos; responsabilidad en nuestro trabajo y nuestros productos; innovación y
creatividad al presentar soluciones a los problemas de la gestión ambiental, trabajar permanentemente en
redes y buscar la articulación de iniciativas públicas y privadas; y, finalmente, coherencia con nuestra historia,
valores e ideales, fundamentos que nos motivan a seguir trabajando por nuestro país y la Amazonía.
Por todo ello, hace tres años decidimos embarcarnos en el Proyecto Loreto Sostenible, cuyo principal objetivo
es promover las condiciones para una mejor gestión ambiental y social de las inversiones, a través del
futuro diseño de una Evaluación Ambiental Estratégica - EAE en Loreto. El hecho de que los cambios en la
Amazonía sean cada vez más intensos y permanentes, que los impactos negativos que generan deforestación
y degradación de sus bosques se catalicen o impulsen mucho más rápido con el cambio de uso de la tierra, y
que los proyectos de infraestructura finalmente terminen por impulsar estos hechos perniciosos, nos obligan
a una rápida respuesta para potenciar las oportunidades y hacer frente a las amenazas. Así, en Loreto, la
región más grande de la Amazonía peruana, que alberga al río Amazonas, el menos densamente poblado, sin
conexión vial y energética, y en donde se están produciendo cambios extensos e integrales en el uso del suelo,
se debe buscar responder a sus diversas problemáticas con soluciones también integrales e institucionales
que van más allá de las tradicionales respuestas de conservación de la biodiversidad y los paliativos de la
recurrente visión de las inversiones.
En ese sentido, significa para mí un real privilegio el tener la oportunidad de presentar este estudio que resume
nuestra labor en Loreto en estos dos últimos años y cuyo autor es Marc Dourojeanni, un experto y reconocido
conservacionista comprometido con la protección de la Amazonía. El contenido de esta titánica y completa
obra parte de un diagnóstico de la situación económica, social y ambiental de Loreto para presentar, luego,
una serie de recomendaciones que mejoren la gestión del modelo de desarrollo de dicha región. Se trata de
No podemos dejar de mencionar que la presente obra es consecuencia de una primera iniciativa que se
originó con Amazonía Peruana 2021 (2010). En dicha oportunidad varias organizaciones de la sociedad civil
(ProNaturaleza y SPDA) nos reunimos con el fin de colaborar en la investigación que Marc Dourojeanni había
iniciado bajo la promoción de Bank Information Center (Proyecto BICECA). Los datos reveladores recogidos
por Marc y el análisis mostrado marcó una pauta de crítica y propuesta sobre las inversiones en la Amazonía
peruana, las oportunidades y las amenazas que se cernían si el Perú continuaba con una promoción de
inversiones desordenada, insostenible, inequitativa, en general, sin planificación, sin gobernanza, sin asegurar
mejoras a la gestión ambiental. Y mucho de esto cambió a partir de dicha reflexión.
Hemos querido repetir la fórmula con esta obra, así que Marc Dourojeanni se embarcó en esta compleja
investigación y análisis de múltiples actores, y en conjunto con un equipo técnico y multidisciplinario de
DAR, es que se pudo lograr esta compendiosa pero también precisa obra que marcará una hoja de encuentro
hacia el correcto futuro de Loreto. Como cualquier obra es perfectible, sin embargo, logra perfeccionar el
primer alcance de Amazonía Peruana 2021. Con mayor claridad aborda la necesidad de dotar de contenido al
modelo de gobernanza para Loreto y de mejorar los estándares ambientales y sociales para las inversiones. Y
no solo porque ahora el contenido (mapas) nos permite visualizar la situación actual de Loreto, sino porque
podemos objetivamente modelar escenarios hacia el futuro sobre las inversiones en esta rica región de la
Amazonía peruana. En consecuencia, este estudio pretende ser un insumo de diseño de herramientas como
una Evaluación Ambiental Estratégica para la Amazonía, y en esta oportunidad para Loreto.
Queremos agradecer en primer lugar a los profesionales que aceptaron formar parte del pequeño y selecto
comité que comentó el primer borrador de este estudio, y a quienes consideramos personas e instituciones
aliadas para el continuo desarrollo sostenible de Loreto. En ese sentido, agradecemos a Martín Scurrah
(investigador CEPES), Martín Alcalde (ProNaturaleza), Pedro Solano (SPDA), Mariana Montoya y Milagros
Silva (WCS), Gustavo Suárez de Freitas y Vince McElhinny. Especialmente tenemos que mencionar a CEPES,
ProNaturaleza, SPDA y WCS, quienes apoyaron expresamente y mostraron su confianza en esta investigación.
Asimismo, mención especial merecen algunos actores de la sociedad civil que nos brindaron datos e
información que ha sido incorporada en este trabajo como Ana Rosa Sáenz (IBC), Alberto Chirif, Manuel Glave,
entre otros.
También queremos expresar nuestro reconocimiento a los funcionarios del Gobierno Regional de Loreto-GOREL
y del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana - IIAP que brindaron información y contribuyeron
con su conocimiento de la realidad amazónica. Un agradecimiento especial a Manuel Burga, Miguel Gutiérrez,
Wilfredo Panduro, William Babilonia, Omar Padilla, Ángel Collantes, Jack Flores, Claudia Rojas, David Urquiza,
Luis Benites, Eloy Pezo, Ricardo Díaz, José Cachay, Kenneth Reátegui, José Álvarez y Luis Campos, entre otros
funcionarios. Una mención especial al Presidente del Gobierno Regional de Loreto, Iván Vasquez, quien nos
ha permitido trabajar con la institución que representa a través del proyecto Loreto Sostenible, así como
facilitado información estratégica, es decir, toda la apertura necesaria para realizar la presente investigación.
Una obligada mención de agradecimiento al Ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, a Mariano
Castro, Viceministro de Gestión Ambiental, Gabriel Quijandría, Viceministro de Desarrollo Estratégico de
los Recursos Naturales, Amalia Cuba, Directora de la Dirección General de Políticas, Normas e Instrumentos
de Gestión Ambiental y a todo el equipo del Ministerio del Ambiente. No podemos dejar de mencionar
al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado- SERNANP y a otras instituciones como
la Autoridad Nacional del Agua, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Energía y Minas, Ministerio de
Transportes y Comunicaciones, etc.
Finalmente, agradecemos de manera especial a la Fundación Gordon and Betty Moore y a la Fundación Mott
por el apoyo a la presente publicación, instituciones interesadas por buscar fórmulas que solucionen los
problemas de la Amazonía. Así, esperamos que esta publicación y sus mensajes ayuden a mejorar la gestión
pública de los recursos naturales en Loreto, en la Amazonía peruana y en la cuenca amazónica.
Loreto es el departamento más extenso del Perú, el más boscoso y el menos deforestado, el más plano, el que
tiene más pantanos, el único que tiene tres fronteras internacionales, el que tiene menor densidad poblacional,
el que tiene más agua y una parte del río más caudaloso y más largo del mundo1 y, por otro lado, Loreto también
es el único departamento no unido al resto del país por carreteras, es el único no integrado a la red energética
nacional y es uno de los más pobres del país. Loreto es, pues, el departamento de los superlativos que revelan el
profundo desbalance entre su potencial y su realidad.
Esa situación, a lo largo de la historia republicana, ha motivado algunos de los sentimientos y movimientos
separatistas más fuertes de la historia nacional. El pueblo loretano siente, con toda razón, que ser peruano
significa poco cuando se trata de que los demás ciudadanos le den el apoyo y el tratamiento que merecen. La
nación y el Estado solamente aparecen cuando se trata de beneficiarse de los recursos naturales y, como ocurrió
especialmente en el caso del petróleo, lo hace con torpeza, atropellando derechos y dejando una secuela de
perjuicios sociales y ambientales irrecuperables. Loreto no quiere continuar siendo un departamento de segunda
o tercera categoría. Reclama ser, por lo menos, igual a sus pares.
Desarrollar, en especial desarrollar asegurando el futuro, no es fácil. No lo es por innumerables razones que se
comentan en este documento. El aislamiento de Loreto no es solo fruto del abandono al que el resto del país lo
somete. Tiene causas naturales que dependen de sus propios superlativos, como su tamaño y, como se verá, por
la presencia, en el camino más corto, de esos enormes pantanos que vulgarmente se conocen como aguajales.
Mientras que para lograr el desarrollo en la Costa apenas falta agua para regar el desierto, en Loreto el agua sobra
y para hacer agricultura antes hay que eliminar el bosque. Ese mismo bosque que vale mucho como madera y
como refugio de una asombrosa diversidad biológica y que, día a día, se revela aún más valioso para limitar los
efectos del cambio climático global. Entonces ¿Qué hacer? ¿Cortar el bosque y sembrar cultivos industriales para
exportación pero confrontar el riesgo de perder los demás beneficios y potencialidades? ¿Puede el bosque en
pie brindar oportunidades de desarrollo económico comparables a la actividad agropecuaria? La explotación de
hidrocarburos y de minerales tiene secuelas negativas. Es verdad ¿Pero pueden el Perú y Loreto darse el lujo de
no usar esos recursos? En realidad, esa opción no existe. Esos son recursos tan buscados en el mundo de hoy
que serán explotados quiérase o no, pero, sí cabe negociar dónde, cómo y cuándo, así como sus limitaciones.
¿Qué necesita Loreto para comunicarse con el resto del país: carreteras o ferrovías, o ambas? ¿Y por qué no usar
1 La Sociedad Geográfica de Lima confirmó, a través de imágenes satelitales, que el río Amazonas tiene su origen en la quebrada de Apacheta,
provincia de Caylloma (Arequipa), por lo cual pasaría a ser el río más largo del mundo, superando al Nilo por casi 400 kilómetros (Actualidad
Ambiental, 2010).
El más plano y
el más bajo
El mayor pantano
80 a 400 msnm. Más de
5.000.000 ha.
El menos
deforestado
Menos de 3% El mayor río
El río Amazonas
Colombia
El único con
Ecuador tres fronteras
Brasil (1.154 km)
Colombia (1.515 km)
Brasil Ecuador (560 km)
Preciso es decir que este trabajo no es del todo original. En efecto, ya en 1994 un grupo de estudiosos entre
los que estaba el fallecido José López Parodi, que dedicó gran parte de su vida a Loreto, realizó un estudio
denominado “La evolución ambiental de la Región Loreto: Resultados de un estudio de evaluación y propuesta
de políticas y acciones” (CE&DAP, 1994). Este trabajo, aunque centrado en aspectos agropecuarios de la zona
Iquitos-Nauta, ya ofrecía una visión general de lo que según ellos sería Loreto en el futuro si se continuaba
aplicando políticas de tipo mercantil extractivista y si continuaba fracasando la planificación central. Pero, el
antecedente principal data de 2007, cuando fue producido el documento “Mapa de Loreto 2015: Futuro uso
del territorio” (CAR/SNV, 2007) que se basa en el mismo criterio que se aplica en este trabajo. Ese producto fue
fruto de un intenso debate entre numerosos actores de Loreto como un todo y de Datem del Marañón, como
caso especial. Ellos desarrollaron tres escenarios que denominaron “inercia”, “conservacionista” y “productivo”. Otro
precedente ha sido el documento Amazonía Peruana: Visión de Desarrollo, Potencialidades y Desafíos, preparado
por el IIAP en 2009 (IIAP, 2009) que, aunque muy general, brinda conceptos coincidentes. Asimismo, el estudio de
Dourojeanni et al. (2010) denominado “Amazonía peruana en 2021” especula sobre el escenario que la Amazonía
podría presentar si se realizara una parte sustancial de las inversiones de explotación de recursos naturales y de
infraestructuras que están previstas y anunciadas.
1. ANTECEDENTES Y OBJETIVOS
El estudio que se presenta es uno de los productos que se derivan del propósito de Derecho, Ambiente y
Recursos Naturales (DAR) de colaborar con el Gobierno Regional de Loreto (GOREL) para crear las condiciones
necesarias para la realización, en un futuro mediato, de una evaluación estratégica de los impactos ambientales
y sociales de las opciones de desarrollo que sean adoptadas.
DAR se asoció con el Center for International Environmental Law (CIEL), que tiene su sede en Washington,
D.C. y ambos solicitaron recursos a la fundación Gordon and Betty Moore, que en setiembre de 2011 aprobó
el financiamiento del proyecto “Foro para el Desarrollo Sostenible en Loreto, Perú”, simplemente denominado
“Loresto Sostenible”, por un monto de US$1,5 millones. Este proyecto debe ser completado en el plazo de
dos años. Para la ejecución del mismo, DAR suscribió un convenio de cooperación con el GOREL e instaló una
oficina en Iquitos. El principal beneficiario de este proyecto es, obviamente, el Gobierno Regional de Loreto,
pero también lo son el Ministerio del Ambiente, la sociedad civil y las organizaciones indígenas de Loreto y, en
general, la ciudadanía de esa región.
El objetivo general del proyecto es aumentar el conocimiento de los tomadores de decisiones y formuladores
de políticas sobre los impactos potenciales de proyectos de gran envergadura económica, y proveer una mayor
capacidad técnica y jurídica para el desarrollo de una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE)2 en Loreto. Se pretende
alcanzar cuatro objetivos o resultados: (i) brindar información base sobre amenazas, biodiversidad y planes, políticas
y programas, y proveer una línea de base cartográfica para la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE); (ii) fortalecer
la capacidad y la coordinación de los organismos gubernamentales y la sociedad civil, y asegurar el apoyo del
público para una EAE en el departamento de Loreto; (iii) apoyar los esfuerzos a fin de asegurar el financiamiento
para la preparación y ejecución de una EAE en Loreto, y (iv) hacer un seguimiento y análisis del avance de proyectos
emblemáticos en tiempo real, promover las mejores prácticas para los sectores clave, e informar y discutir el
desarrollo de una EAE.
2 Para efectos de este trabajo, la EAE se define como un instrumento de gestión ambiental que busca analizar y prevenir los impactos ambientales
y sociales que pudiera generar la decisión de aprobar o modificar políticas, planes y programas de carácter nacional, regional y local.
En el contexto indicado, específicamente con relación al primero y al último objetivo, se decidió que era
conveniente realizar un ejercicio previo de síntesis sobre la situación actual de Loreto en términos sociales,
económicos y ambientales, y proyectarla para especular sobre lo que podría ser el futuro de esta región en 2021
bajo dos escenarios, uno tendencial, es decir continuar el desarrollo como “de costumbre” o como hasta ahora
y, el otro, continuar el desarrollo pero aplicando principios de desarrollo sustentable. Además de los resultados
antes mencionados, este trabajo tiene por objetivos: (i) reunir la información disponible sobre Loreto pero
que se encuentra dispersa o es poco conocida y ofrecerla en forma organizada y comprensible; (ii) inducir la
participación informada de todos los actores en un proceso de discusión a nivel regional y nacional sobre las
oportunidades, riesgos y problemas que se presentarán durante la próxima década a fin de que contribuya a
construir propuestas viables y consensuadas para el desarrollo sostenible de Loreto, y (iii) producir insumos para
una futura EAE de las propuestas de desarrollo de Loreto.
El documento que se presenta incluye: (i) un diagnóstico situacional, o sea, una visión de conjunto, actualizada
y crítica sobre la realidad ecológica, socio-ambiental, económica e institucional de la Región; (ii) un pronóstico
de lo que ocurrirá en la próxima década si se sigue el patrón actual de desarrollo o, si se prefiere, un análisis
preliminar de las consecuencias previsibles, beneficiosas o perjudiciales, de las acciones y propuestas de
desarrollo basado en el uso de los recursos naturales y de infraestructuras existentes y sus alternativas, y (iii)
un pronóstico alternativo de lo que puede ser Loreto si se aplicaran criterios de desarrollo sostenible o, si se
prefiere, una especulación sobre las opciones de buenas prácticas, tanto las de tipo técnico como las que atañen
a la gobernanza, que podrían ser útiles para alcanzar un desarrollo más sostenible y ventajoso en términos
económicos y sociales.
El formato de este documento se parece mucho al que se usa en planes o estrategias de desarrollo. Eso no es
coincidencia, pues, aunque este trabajo no tiene ni puede tener la pretensión de ser una propuesta de plan
de desarrollo, el formato de los planes es adecuado para explicar lo que se pretende en este caso. Por eso, los
lectores encontrarán las tres partes clásicas usadas en planeamiento, es decir un diagnóstico, un pronóstico y sus
escenarios, y proposiciones para evitar el escenario tendencial y así construir otro, más deseable. Pero, como es
obvio, este trabajo, aunque recibió muchos aportes, no representa los puntos de vista de los gobiernos nacional
o regional ni, necesariamente, los de los demás actores del desarrollo.
Su elaboración no ha sido participativa. Se trata de un ejercicio puramente académico y, como se ha dicho, solo
pretende estimular un debate algo más informado sobre el futuro de Loreto. Este documento no es tampoco el
producto principal del proyecto “Loreto Sostenible”, y las interpretaciones, conclusiones y pronósticos expresados
en este trabajo son los del autor.
2. METODOLOGÍA
El equipo reunió toda la información sobre Loreto que está disponible en la literatura nacional y extranjera
y toda aquella que se encuentra en las instituciones públicas nacionales y loretanas, y que muchas veces no
está publicada. Asimismo, obtuvo la información disponible sobre las intenciones y proyectos de las empresas
privadas nacionales y extranjeras que actúan en Loreto. Esta etapa del trabajo fue complementada con la revisión
y registro de las noticias periodísticas referidas al desarrollo de Loreto, en especial para comprender tendencias
aún no plasmadas en documentos formales. Mucho ayudó el excelente estudio de línea de base de la Región
Loreto, preparado por Frederica Barclay (2011) para la Rainforest Foundation Norway y que permitió no necesitar
insistir en temas por ella ampliamente desarrollados, en especial los tocantes a la situación de la población
indígena y rural. Asimismo, fueron muy útiles el Plan Vial Departamental Participativo de Loreto 2006-2015
(GOREL/MTC, 2005), el Plan de Desarrollo Regional Concertado 2008-2021 (GOREL, 2009) y otros documentos
del GOREL y del IIAP, que proveen abundante información sobre el departamento. Como es de praxis, también
se hizo uso intenso de la información disponible en Internet.
El material recolectado fue analizado, identificándose los vacíos de información y deslindándose las numerosas
incongruencias e inconsistencias que presenta, particularmente, la información oficial. Estos vacíos fueron
suplidos con una serie de trabajos de campo y de gabinete que permitieron producir mapas que se usaron para
revelar las implicaciones ambientales y por ende sociales y económicas de las diferentes opciones de desarrollo
propuestas, tanto nacionales como regionales o sectoriales, públicas o privadas.
La mayoría de la información presentada y analizada en este estudio sobre los proyectos existentes y
propuestos fue recolectada en formato de Sistema de Información Geográfica (SIG) directamente de
entidades del gobierno nacional y del GOREL. El proceso normal para conseguir esta información fue a través
de solicitudes formales de acceso a la información pública por parte de DAR o CIEL. Para cada documento se
solicitó oficialmente información específica a las siguientes entidades: Gerencia Regional de Planeamiento,
Presupuesto y Acondicionamiento Territorial (GRPPAT), Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión
del Medio Ambiente (GRRRNNYMA), Gerencia Regional de Infraestructura (Dirección Regional de Transportes
y Comunicaciones), Gerencia Regional de Desarrollo Económico (Dirección Regional de Energía y Minas y
Dirección Regional Agraria), Programa Regional de Manejo de Recursos Forestales y de Fauna Silvestre
(PRMRFFS), Programa de Conservación, Gestión y Uso de la Diversidad Biológica de Loreto (PROCREL),
Organismo Público Infraestructura para la Producción (OPIPP), ElectroOriente, Ministerio de Transportes y
Comunicaciones (MTC), Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Energía y Minas,
Proyecto Especial Binacional Desarrollo Integral de la Cuenca del Río Putumayo (PEDICP), SERNANP, OSINFOR,
INGEMMET, Pro Inversión y PERUPETRO S.A.
Información adicional fue solicitada y recibida de entidades no gubernamentales como: Cámara de Comercio,
Industria y Turismo de Loreto, Instituto del Bien Común, NatureServe, Field Museum, Global Mammal Assessment,
Global Amphibian Assessment, BirdLife International, International Union for Conservation of Nature (IUCN), y United
Nations Office on Drugs and Crime (UNODC). Datos de biomasa fueron obtenidos del Woods Hole Research Center
(publicado en Baccini et al., 2012). Después de obtenidos los datos, fueron analizados y mapeados utilizando
ArcGIS 10. Cuando fue posible, los datos fueron verificados y modificados mediante imágenes satelitales,
principalmente Landsat, pero también a través de imágenes de más alta resolución y, por último, con Google
Earth.
Para las carreteras, se preparó un nuevo mapa modificado en base al análisis y comparación de los datos
obtenidos del MTC y de la GRPPAT con relación a otras fuentes de información tales como: imágenes satelitales,
artículos en la prensa, cartas de la Cámara de Comercio, el Plan Vial Departamental Participativo y los Planes
Viales Provinciales Participativos de cada provincia de Loreto.
Las políticas, planes y programas públicos (PPP) representan la hoja de ruta que guía las decisiones e inversiones
de un gobierno ya sea a nivel nacional-sectorial, sectorial-regional o local, de acuerdo a una visión de desarrollo
que debe reflejar tanto un consenso entre los distintos niveles de gobierno como con los actores de la sociedad
civil y el sector privado. Estos PPP determinan los objetivos de desarrollo y las acciones estratégicas para alcanzar
dicha visión, la cual muchas veces puede orientarse principalmente a aspectos económicos sin considerar la
sostenibilidad ambiental como un elemento clave que permite el desarrollo sociocultural y económico.
La legislación peruana en el marco del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) propone diversos
instrumentos de evaluación ambiental preventivos como son: la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE),
para evaluar políticas, planes y/o programas públicos, además de las distintas formas de evaluación de
impacto ambiental a nivel de proyectos (Declaración de Impacto Ambiental, Estudio de Impacto Ambiental
Semidetallado y Estudio de Impacto Ambiental Detallado). Según el Reglamento de la Ley del SEIA3, “la EAE
constituye un proceso sistemático, activo y participativo que tiene como finalidad internalizar la variable ambiental en
las propuestas de políticas, planes y programas de desarrollo que formulen las instituciones del Estado, usándola como
una herramienta preventiva de gestión ambiental en los niveles de decisión que correspondan”4. Asimismo, la norma
enfatiza el carácter preventivo de la EAE, señalando que “los resultados de la EAE deben orientarse a la prevención
de implicancias ambientales negativas significativas, así como al conocimiento de los flujos, tendencias y patrones de
desarrollo y la prevención de posibles conflictos socio-ambientales, de trascendencia nacional o internacional, que
podrían generar esas decisiones”5.
Análisis de actores clave para el desarrollo de Loreto (sector público, sociedad civil,
Preparación
comunidades nativas, sector privado).
Análisis de los vacíos legales para asegurar el desempeño social y ambiental de Loreto.
Seguimiento y
Sistema de Monitoreo y Seguimiento
Monitoreo
Elaboración propia.
Fuente: Adaptado de la Guía sobre EAE de la OCDE (2006).
3 Reglamento de la Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental aprobado por Decreto Supremo
N° 019-2009-MINAM.
4 Artículo 61° del Reglamento de la Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental.
5 Ibídem.
La integración de las consideraciones ambientales a las propuestas de planes, programas y proyectos implica
determinar en forma consensuada con actores clave los aspectos relevantes para medir el desempeño ambiental
de dichos instrumentos, definir más claramente los objetivos de desarrollo propuestos, y establecer prioridades
sociales y ambientales para evaluar los posibles impactos de los objetivos de desarrollo planteados por estas.
Partiendo de un diagnóstico situacional más amplio, se elabora una línea de base sobre los aspectos ambientales
relevantes considerados en un sentido amplio, ya que incluyen desde los aspectos biofísicos, ecosistémicos,
socioculturales y económicos hasta los relacionados con la gobernanza ambiental como: planificación ambiental,
transparencia, rendición de cuentas, capacidad de gestión ambiental, participación ciudadana, etc.
Los enfoques analíticos y participativos de la EAE están orientados a fortalecer la planificación estratégica
informando e influenciando cada parte del proceso de planificación, para lo cual se obtienen productos
concretos que fortalecen la gestión pública y la planificación integral del territorio, tal como se explica en el
cuadro 1.
El análisis para el diagnóstico puso énfasis en las políticas, planes y estrategias de desarrollo nacional y regional.
En efecto, si los planes y estrategias para Loreto estuviesen bien hechos, no sería preciso hacer el presente
trabajo. Bastaría leer esos documentos para tener una visión clara de lo que pasará en Loreto hasta el 2021. Se
sabría, por ejemplo, exactamente cuántos kilómetros de carreteras o ferrovías serían construidos y de dónde a
dónde irían, se conocería cuántas hectáreas de bosque serían transformadas para usos agropecuarios y se sabría
cuánto dinero sería invertido en áreas protegidas en 2021 o cuánta madera producirían entonces los bosques
manejados, etc., etc. Si hubiera un plan bien hecho no sería necesario especular sobre el futuro de Loreto. Apenas
se necesitarían pequeños ajustes periódicos. Pero, como se confirma en el diagnóstico, los planes de desarrollo
para Loreto no responden a ninguna de esas preguntas y, muy al contrario, provocan toda clase de dudas.
Por eso, en el diagnóstico (Parte I) de este trabajo se pone mucha atención a ese tema, buscando responder a
preguntas tales como: ¿Qué plantean las políticas nacionales y regionales para Loreto? ¿Existe una visión de futuro
clara y consensuada para la Región? Los planes existentes ¿responden a la intención declarada de alcanzar un
desarrollo sostenible? ¿Cuáles son las cualidades y los defectos de los planes existentes? ¿Existe compatibilidad
entre los diferentes planes públicos y las inversiones privadas? ¿Tienen el nivel de detalle que los haría realmente
aplicables? ¿Cómo lidia Loreto con los planes de las regiones que dominan las cuencas de sus ríos? El análisis
incluye asimismo la legislación: ¿El marco legal nacional y regional responde a las necesidades y realidades de
Loreto? ¿Existe coherencia entre el planeamiento y la legislación? El tema de la capacidad institucional para
cumplir leyes y planes es, obviamente, muy importante: ¿Cuál es la real capacidad del gobierno nacional y del
GOREL para aplicar políticas, planes y leyes? ¿Cuán grande es el bache entre las buenas intenciones y los hechos?
¿Cuál es el tamaño y las mayores incidencias de la informalidad?
Otra parte importante del diagnóstico aborda, lógicamente, el análisis de los programas y proyectos que,
además, no siempre figuran en los planes, procurando encontrar respuestas a: ¿Qué programas y proyectos
públicos están en ejecución? ¿Qué programas y proyectos privados de inversión están en ejecución? ¿Qué
programas y proyectos públicos y privados están previstos? ¿Cuál es la correlación de estos programas y
proyectos con los planes de desarrollo? ¿Qué es lo que ahora existe en términos de infraestructura pública y
privada? Lo que existe, lo que está siendo construido, o lo previsto ¿responde a alguno de los planes y en qué
medida?
En el diagnóstico, también se presta mucha atención al uso actual de los recursos naturales: ¿En qué situación
se encuentra el uso de cada uno de los recursos naturales? ¿Cuál es el nivel del abuso y del mal uso? ¿Cuál es
el rango actual de la deforestación y degradación del bosque? ¿Cuál es la dimensión del pasivo socioambiental
actual?
En esta parte se discute lo que, de políticas, planes, programas y proyectos, realmente podrá acontecer hasta el
año 2021 y, asimismo, sus más probables implicaciones socioambientales y económicas. Es decir que se trata del
cruce de las informaciones compiladas y sistematizadas, plasmadas en proyecciones de obras y explotaciones
previstas, de acuerdo a los planes y a la realidad, intentando responder a dos preguntas generales: ¿Cómo será
Loreto en 2021 si se ejecutan los planes existentes o si el desarrollo continúa siendo como fue hasta el presente?
Y ¿Qué consecuencias socioambientales podrían traer las infraestructuras y las explotaciones existentes sumadas
a las previstas en los planes?
Para responder a estas preguntas se diseñó un escenario tendencial o pronóstico, que muestra cómo sería Loreto,
en términos de impactos socioambientales, en 2021, si es que el desarrollo continúa su curso actual, es decir
business as usual. Este análisis está en la Parte II del documento que hemos llamado “pronóstico”, en el que se
describe y analiza lo que se viene, cómo se viene y sus consecuencias. Dicho de otro modo, en esa parte se hacen
proyecciones de las políticas, planes y proyectos de explotación de los recursos naturales (hidrocarburos, energía
hídrica, agropecuaria, madera, pesca, turismo, minería, etc.) y, en general, de las perspectivas de crecimiento
económico, así como de los proyectos de infraestructura (principalmente transporte) que están previstos en los
niveles nacional y regional.
Para el diseño de este escenario tendencial, se presentaban dos opciones: (i) usar la información de los planes
de desarrollo vigentes tal como está en ellos, o (ii) usar la información de los planes de desarrollo vigentes
moderándolos en función de la realidad de las últimas dos o tres décadas. En efecto, los planes actuales son tan
ambiciosos que aplicarlos para proyectar el futuro resulta en un escenario absurdo, completamente irreal. Por
ejemplo, si se les usara tal como están, en 2021 Loreto tendría miles de kilómetros de carretas asfaltadas, dos
Al disponer de un escenario tendencial, se pasó a discutir el segundo tema, es decir el análisis de sus implicaciones
sociales, económicas y ambientales, tanto positivas como negativas. Para eso se hicieron especulaciones sobre
la deforestación que, probablemente, se generaría como resultado de ese desarrollo. Se puso énfasis en la
deforestación pues, además de ser la principal consecuencia del desarrollo convencional, de ella dependen la
mayoría de los demás impactos ambientales previsibles.
En contraposición a este escenario, en la Parte III se presentan las opciones para construir otro, de tipo normativo,
en este caso un escenario de desarrollo sostenible, construido sobre la base de un planeamiento más adecuado
que, aplicando las lecciones aprendidas, demostraría que Loreto puede prosperar en términos económicos sin
comprometer su futuro.
Para elaborarlo, se han usado como base las experiencias y lecciones de desarrollo sostenible aprendidas que
existen tanto en Loreto, en la Amazonía peruana así como en otros trópicos húmedos de América del Sur y del
mundo. En esta Parte III se pretende encontrar respuestas, entre otras, a las preguntas: ¿Qué casos de éxito de
políticas, leyes, planes y estrategias, programas o proyectos existen en Loreto, en la Amazonía peruana y en los
trópicos húmedos que puedan ser útiles a Loreto? ¿Qué experiencias de desarrollo petrolero, minero, energético,
forestal, agropecuario, pesquero existen y son aplicables a la realidad loretana? ¿Cómo abordar los obstáculos
que se presentan cuando se intenta hacer desarrollo sostenible? ¿Qué puede hacerse para que Loreto sea una
región desarrollada en forma sustentable sin frenar su crecimiento económico? Uno de los varios elementos
que esa estrategia incorpora está basado en el estimado de los aportes del bosque a la economía regional en
forma de negocios de carbono por deforestación y degradación evitadas. Por eso, la principal expresión de esa
estrategia sería una región menos deforestada y con bosques y aguas menos degradadas y con mayor seguridad
y calidad de vida.
Las partes II y III del trabajo, es decir los pronósticos, contienen una alta dosis especulativa. El escenario normativo o
deseable tomó en cuenta los planes existentes pero no fue construido en base a ellos, como en el caso anterior. En
opinión del autor y en base a las expresiones de las demandas populares, es esencialmente lo que podría o debería
hacerse. Pero eso no le quita su carácter especulativo, que es inclusive mayor que en el escenario tendencial.
El trabajo de análisis, redacción y validación fue desarrollado de abril a agosto de 2012 por un equipo de ocho
profesionales que reúnen experiencia en derecho ambiental, recursos naturales, política ambiental, cartografía,
etc. y que tienen vasta experiencia en la Amazonía. Gran parte de la información sobre infraestructura y
explotación de recursos, en especial en las cuencas que se vierten en Loreto, fue levantada antes del inicio de
esta etapa del trabajo. Parte del equipo reside en la Región y los demás realizaron varias misiones a Iquitos y a
diferentes localidades del departamento. Pero este trabajo no es fruto de un proceso participativo, ni podría serlo
ya que el autor no tiene funciones públicas ni autoridad para eso. Se trata, como ya se ha anticipado, de una
especulación académica.
Los borradores de este trabajo fueron discutidos con especialistas invitados especialmente para este fin y
con algunos actores principales de Loreto, tanto del sector público como de la sociedad civil. Sin embargo,
las consultas tuvieron por objetivo informar y recibir aportes y sugerencias, pero no pretendieron buscar o
representar un consenso. El estudio sólo trata de ser un insumo, es decir un aporte de carácter voluntario para
posteriores discusiones mejor informadas sobre el futuro de Loreto.
Este documento no es exhaustivo ni es perfecto, como el autor desearía. No dice todo lo que es posible decir
o escribir sobre la realidad de Loreto pues pretende mantener un equilibrio entre información, discusión y
tamaño. Tampoco es, en general, una fuente primaria de información, aunque aquella mostrada en los mapas sí
lo es. Salvo excepciones, no se usan en este texto nombres científicos ni informaciones complejas. Aunque hay
muchos cuadros, ellos son simples y los que están en el diagnóstico son informaciones bien conocidas, de uso
público y ya utilizadas en documentos oficiales del gobierno peruano y del GOREL. Se ha procurado uniformizar
la nomenclatura, por ejemplo usando únicamente hectáreas para las superficies y redondeando las fracciones.
El autor está plenamente consciente de que el documento está lejos de ser perfecto, que tiene vacíos y también
una serie de supuestos, elucubraciones, y afirmaciones no siempre adecuadamente sustentadas. Cabe señalar
que el documento, en sus pronósticos, contiene aseveraciones discutibles y que, inevitablemente, reflejan
puntos de vista que no serán siempre compartidos por todos.
Este no es un trabajo científico. Es tan solo un ejercicio académico, como otros, que tiene por finalidad hacer
que se tome conciencia de la complejidad del planeamiento regional. Tampoco es, de ninguna manera, una
propuesta de plan, sino un paso previo para llamar la atención. Próximos aportes deberán completarlo y
perfeccionarlo y, ojalá, provoquen la preparación de un verdadero plan de desarrollo regional.
© P. Puertas / WCS
Mapa 1. Mapa político del departamento de Loreto
Se divide en 7 provincias: Maynas, Alto Amazonas, Datem del Marañón, Loreto, Mariscal Ramón Castilla, Requena
y Ucayali (cuadro 2) y posee 51 distritos. Actualmente hay una propuesta para crear una nueva provincia, la de
Putumayo. Loreto es un departamento relativamente alejado de los Andes y, por lo tanto, su relieve es plano (altitud
mínima de 70 msnm en Puerto Amelia y altitud máxima de 220 msnm en Balsapuerto), comparado especialmente
con los demás departamentos del Perú. Pero, en realidad esta apariencia plana es engañadora pues se trata de un
territorio bastante ondulado y con algunas “cordilleras”. Asimismo, está integrado por una extensa red hidrográfica,
en la que sobresalen las principales cuencas de los ríos Ucayali y Marañón, que forman y alimentan al Amazonas, así
como Huallaga, Morona, Pastaza, Tigre, Corrientes, Tapiche, Napo, Putumayo y Yavarí, entre otros.
Existe considerable información sobre la geología y la hidrología de Loreto que no es del caso repetir. Ver, por
ejemplo, Jordan et al. (1983), Mégard (1984, 1987), Peñaherrera (1986), Jordan y Alonso (1987), Dumont (1989,
1992), Räsänen (1993), entre otros citados en Kalliola et al. (1993). De otra parte, la exploración petrolera ha
permitido aumentar significativamente el conocimiento geológico de esta región. Esta información está
sintetizada en mapas geológicos como el de INGEMMET (1999-2011).
Loreto está localizado sobre cuencas viejas de cientos de kilómetros de ancho que tienen depósitos que
alcanzan hasta 10 km de profundidad. La Amazonía es la cuenca sedimentaria cenozoica mayormente fluvial
más grande del planeta. Su relieve actual se desarrolló durante el Mioceno-Plioceno y su división en subcuencas
es más reciente. Forma parte del antearco amazónico (también conocido como llano subandino), caracterizado
por levantamientos y hundimientos poco acentuados, y por acumulación de depósitos fluviales de formación
antigua y lenta.
Fuente: IIAP.
Este hecho crea áreas de tierra firme no inundables que están sujetas a incisiones o brechas abiertas por los ríos
y por amplias áreas inundables. Las planicies de inundación y acumulación de sedimentos mayores están en las
depresiones dentro de la cuenca del antearco, conocidas como sub-cuencas del antearco del Pastaza-Marañón
y del Ucayali, y en las cuales se forman los inmensos pantanos conocidos, entre otros, como aguajales. Dentro
de las planicies de inundación fluyen ríos de canales móviles que influyen en la tasa de sedimentación y en
la amplitud del área que inundan durante las crecientes (Laraque et al., 2009). La inclinación tectónica puede
provocar la migración de los ríos en una determinada dirección. Secciones completas de llanuras meándricas
han sido recientemente abandonadas y están ahora cubiertas de vegetación (Kalliola y Puhakka, 1993). Existen
complejas interacciones entre los procesos geomorfológicos y bióticos de las planicies de inundación como
los factores que controlan el patrón de la vegetación: influencia directa de las crecidas, la sedimentación y la
migración de los cursos. La vegetación de las planicies de inundación es heterogénea y cambia continuamente
junto a los procesos de los ríos (Kalliola et al. 1993).
La llamada tierra firme también está formada en gran parte por depósitos fluviales consolidados, aunque su
nivel por encima de las inundaciones máximas es producto de levantamientos orogénicos del basamento. El
terreno no inundable es de relieve muy heterogéneo, en general constituyendo un paisaje colinoso, y también
es variable tanto por el origen de los sedimentos como por la antigüedad de estos. El aluvión antiguo, muy
disectado y heterogéneo, predomina en el norte, alternando con los sedimentos arcillosos de la formación
Pebas. En el sur, los sedimentos son más jóvenes y de origen andino, como el enorme abanico deposicional que
termina en la subcuenca Pastaza-Marañón (Kalliola y Puhakka, 1993).
Es importante recordar que cuando el agua transcurre por las estribaciones de la cordillera andina, lixivia
elementos químicos que son nutrientes para la vegetación, pero que en exceso pueden ser tóxicos. Así es como
se ha registrado la presencia de mercurio natural en cantidades significativas en varios ríos amazónicos como en
el Napo (Roulet, 2001). Este hecho se agrava con el uso de mercurio por los buscadores de oro (Wasserman et
al., 2001; Swenson et al., 2011; Ashe, 2012) y por el despejo de aguas residuales de la explotación petrolera, que
también contiene mercurio entre otros elementos tóxicos.
El crecimiento lateral y vertical de los sedimentos fluviales se produce en las planicies de inundación.
Dependiendo de sus tipos de migración, se originan depósitos de canal y depósitos de llanuras inundables. Los
primeros forman depósitos centrales, que pueden tener piedras o depósitos de barras fluviales, incluyendo las
playas. La migración de los ríos de curso meándrico da lugar a una serie de crestas, conocidas como restingas y
depresiones pantanosas, llamadas bajiales. Cada restinga es el resultado de una migración del curso. En la época
de las crecientes, el agua cubre tanto bajiales como restingas y puede formar las tahuampas.
Al parecer, existe una razonable asociación entre las anomalías hídricas del río Amazonas y las de la temperatura
de la superficie del mar (TSM) en el Atlántico Norte. Cuando sube la temperatura en el Atlántico Norte, hay
deficiencias hídricas en el río Amazonas, y, al contrario, cuando se enfría la superficie de este aumenta el caudal,
tal como fue observado en el período hidrológico 2010-2011, cuando hubo déficits hídricos muy importantes,
inclusive uno de los más fuertes de su récord histórico. Mientras que, entre 2011 y 2012, cuando el Atlántico
entró en un periodo de enfriamiento, los ríos amazónicos en general registraron caudales superiores a sus valores
normales y en otros casos superaron sus máximos históricos (Carranza et al., 2012).
El cambio dramático en los patrones climatológicos de ocurrencia de precipitaciones está siendo motivado,
entre otras causas, por la deforestación. Mediciones satelitales de precipitación, de alta resolución, muestran
una ocurrencia significativamente mayor de lluvias en áreas deforestadas y un cambio de largo plazo en la
estacionalidad de la precipitación relacionada a la deforestación, sugiriendo que ambas están íntimamente
vinculadas. La acumulación de precipitaciones ha disminuido significativamente al final de la estación lluviosa, y
ha aumentado al final de la estación seca (Chagnon y Bras, 2005). Estos hallazgos sugieren que la deforestación en
la Amazonía durante los últimos 50 años ya ha alterado el clima regional y sustentan descubrimientos previos de
aumento de nubosidad superficial sobre áreas deforestadas (Chagnon et al., 2004). Sin embargo, otros hallazgos
sugieren cambios más profundos que se extienden sobre toda la Amazonía (Chu et al., 1994; De Liberty, 2000;
Chen et al., 2002; IIAP, 2011a).
Los suelos más antiguos en las colinas o terrazas son más ácidos, de menor fertilidad y muchas veces son arcillosos.
La agricultura, en ellos, apenas puede aprovechar la capa de humus que, al ser expuesta, se agota rápidamente.
© P. Puertas / WCS
Los suelos de mayor fertilidad relativa son, evidentemente, los aluviales de la zona de varzea6 que se renuevan
periódicamente con sedimentos de limo que cargan los ríos. Parte de estos suelos son cubiertos o humedecidos
estacionalmente por las crecientes, de modo que solo son aprovechables para cultivos de ciclo corto o que
resisten alta humedad. Estos barriales y/o bajiales representan una pequeña proporción de los suelos de Loreto
pero tienen gran importancia para las poblaciones locales. En algunas de las restingas más altas pueden darse
suelos oscuros y más profundos, de mejor calidad, que se especula son consecuencia de la intervención humana.
En Brasil se las conoce como terras pretas o tierras negras. De otra parte, debido al sustrato geológico, los suelos
de la denominada formación Pebas son de notoriamente mejor calidad para uso agropecuario.
En Loreto se ha identificado siete órdenes de suelos: entisoles, inceptisoles, alfisoles, ultisoles, histosoles, podsoles
y molisoles (Rodríguez et al., 1994). Pero, en realidad, se conoce muy poco sobre los suelos del departamento
pues no han sido motivo de estudios detallados.
Algunas aproximaciones a la clasificación de suelos por capacidad de uso mayor, que caracteriza el potencial
de los suelos en el contexto agrario fueron realizadas por la ONERN (1985) y GOREL (2008b). Dichos trabajos
definen su aptitud natural para producir de manera constante bajo tratamientos continuos y usos específicos,
tomando en consideración características edáficas, climáticas, zonas de vida y de relieve, etc. resumiéndose
la primera, la más simple, en el cuadro 4. Ambas coinciden en que la mayor parte de los suelos corresponde
a tierras aptas para la producción forestal (80%) aunque presentan limitaciones de tipo edáfico y topográfico
como son baja fertilidad del suelo, mal drenaje, riesgos de inundación y, en menor grado, de erosión. Como
era de esperarse en un territorio relativamente plano como el de Loreto, las tierras de protección, que
presentan limitaciones muy severas para su explotación, son bastante menos abundantes (10%) que en otros
departamentos de la Selva. Del mismo modo, las tierras aptas para pastos, y las que tienen potencial para
agricultura permanente y en limpio ostentan porcentajes casi 50% menores que en otros departamentos
amazónicos, confirmando la vocación forestal de Loreto. Los únicos suelos que tienen alta fertilidad se hallan
fundamentalmente en orillas (varzeas) o barriales expuestos a inundaciones prolongadas.
6 Expresión brasileña que se refiere genéricamente a terrenos en las riberas o márgenes de los ríos y que son inundados en época de creciente.
Forestales, Calidad Agrológica Baja - Protección. Limitación por suelo y erosión. 554.664 1,433
Forestales, Calidad Agrologica Media - Protección. Limitación por suelo y erosión. 8.831.181 22,810
Forestales, Calidad Agrológica Media - Protección. Limitación por suelo y mal drenaje. 3.012.484 7,781
Protección - Forestales en Selva Alta, Calidad Agrológica Baja. Limitación por suelo y erosión. 1.898.980 4,905
Protección - Forestales. Calidad Agrológica Baja. Limitación por suelo y mal drenaje
5.410.709 13,975
(aguajales).
Total 38.715.218
Según el estudio de GOREL (2008a), que es el más difícil de entender por combinar en una sola categoría
usos contradictorios como, por ejemplo, “tierras aptas para cultivos en limpio” junto con “tierras aptas para
protección”, la capacidad de uso mayor de las tierras en la Región Loreto, sería de apenas 0,20% de tierras
claramente aptas para cultivos en limpio; 0,13% son asociaciones de tierras aptas para cultivos en limpio
y permanentes; 4,70% es de asociaciones de tierras aptas para pastos y cultivos permanentes; 0,07% es de
asociaciones de tierras aptas para pastos; 64,84% son tierras aptas para la producción forestal; 12,28% son
asociaciones de tierras aptas para producción forestal y protección y 16,68% del territorio está cubierto por
cuerpos de agua (MINAG, 2008). Es decir que, según este estudio, la capacidad de las tierras de Loreto para
agricultura en limpio, permanente y pastos sería, en total, aún menor que en las evaluaciones previas. En
efecto, tan sólo 5,10% de Loreto sería aprovechable para la actividad agropecuaria, en lugar de 9,8% como se
ha encontrado en los estudios anteriores. Sin embargo, reduce a 65% la proporción que sería netamente de
producción forestal.
La clasificación de GOREL (2008b) en el cuadro 4 es más simple de interpretar que la de GOREL (2008a) pero,
como esta, combina varios usos en una sola clase y no permite definir el lugar preciso, dentro de la localización
y clase, que corresponde a una determinada capacidad de uso de los suelos. Por ejemplo, cómo saber cuál es
la proporción de cada uso potencialmente adecuado en la clase denominada “Forestales de calidad agrológica
alta-Cultivos permanentes de calidad baja-Cultivos en limpio de calidad baja” que, por sí sola, representa el 29%
(11,1 millones de hectáreas) de la superficie de Loreto. También llama la atención que en esta clasificación ni
siquiera se mencionan suelos aptos para cultivos en limpio, casi sin limitaciones excepto durante las crecientes,
como son los orillares y/o barriales (varzeas)7.
Aunque es indiscutible que la capacidad de uso de los suelos varía mucho inclusive en una misma hectárea,
y que su sustentabilidad depende de la calidad del manejo, es altamente arriesgado insinuar que gran parte
de las tierras de aptitud forestal también pueden ser usadas para cultivos en limpio “de calidad media” o “baja”.
Eso, según el cuadro 4, teóricamente cubre 25% de Loreto destinado a la agricultura y a la pecuaria, lo que, en
clasificaciones anteriores (cuadro 3) estaría restringido al 10%. No hay nada errado en el concepto de combinar
usos de la tierra aplicando todas las opciones de potencial de uso que el suelo ofrece. Pero su presentación
formal no desagregada puede permitir usos completamente inadecuados de la tierra si las decisiones sobre su
deforestación y uso se dan en función de ellas. Nada más opuesto y peligroso existe que, por ejemplo, practicar
agricultura en limpio en tierras con aptitud para protección, como lo facultaría la clasificación de GOREL (2008a).
Por eso, en las discusiones subsecuentes no se usará este trabajo.
El clima de Loreto es tropical cálido, húmedo y lluvioso. Las temperaturas son constantemente altas y las medias
anuales son superiores a 25ºC. La temperatura media anual máxima es de 310C y la media anual mínima de
22°C. Las épocas de vaciante van de julio a noviembre y las de creciente de diciembre a julio. Las precipitaciones
anuales son superiores a 2.000 milímetros y localmente pueden superar los 5.000 milímetros. Sin embargo, bajo
una apariencia uniforme, Loreto esconde diferencias considerables de lugar a lugar que son importantes con
el fin de definir las potencialidades locales para el desarrollo. Los tres criterios principales para la clasificación
ecológica de Loreto son los usados respectivamente por Pulgar Vidal (1981), por Tosi (1960) y ONERN (1976) y,
recientemente, por NatureServe en 20128 (cuadro 6).
7 Sin embargo, otras referencias a la capacidad de uso de los suelos atribuidas al MINAG hablan de la existencia de 3.167.525 ha aptas
para cultivo en limpio en Loreto y dan otras informaciones significativamente diferentes (por ejemplo, IIAP/SNV, 2008). Se ha preferido
ignorarlas.
8 www.NatureServe.org
Total 379,114
De acuerdo a Pulgar Vidal (1981), Loreto corresponde a su región Omagua o Antisuyo, que se extiende entre los
80 y 800 msnm. Tosi (1960) y ONERN (1976) reconocen seis zonas de vida (sensu Holdridge) y cuatro transiciones
en el departamento de Loreto: Bosque húmedo tropical, Bosque húmedo tropical transicional a bosque húmedo
tropical, Bosque húmedo tropical transicional a bosque húmedo premontano, Bosque húmedo premontano
tropical transicional a bosque húmedo tropical, Bosque muy húmedo tropical, Bosque muy húmedo premontano
tropical, Bosque muy húmedo premontano tropical transicional a bosque húmedo tropical, Bosque pluvial
premontano tropical y Bosque pluvial montano bajo tropical. Sin embargo, la zona de vida bosque húmedo
tropical es dominante en la Amazonía peruana y abarca casi todo el departamento de Loreto.
El bosque primario del bosque húmedo tropical tiene típicamente cuatro estratos. El superior tiene árboles
dominantes que pueden alcanzar hasta más de 50 m y diámetros de hasta 3 m. El resto del estrato superior tiene
Estudios más detallados revelan que la ecología de Loreto es más compleja y diversificada que lo que Tosi
registró. Álvarez (2011c) menciona que ya se conocen más de 100 formaciones (biotopos) diferentes en la región.
La clasificación ecológica desarrollada por NatureServe (2012), por ejemplo, usa una mezcla de criterios que
reflejan mejor la realidad actual de Loreto, más aún porque se basa en imágenes muy recientes. Reconoce 34
formaciones en Loreto, como se observa en el mapa 3 y en el cuadro 6. Es así que los bosques inundables
y pantanosos son dominantes y cubren casi 10 millones de hectáreas (27% del departamento), sin incluir la
vegetación sucesional riparia ni los cuerpos de agua. En varios de estos tipos predominan las palmeras de la
especie aguaje.
Es importante recordar que, aunque se suele considerar a la Amazonía como selva o tierra de bosques, en el caso
de Loreto es igualmente correcto considerarla como un dominio de las aguas, tanto en ríos y lagos, como sobre
y dentro del suelo, constituyendo una gran diversidad de humedales y hasta en el aire, en forma de corrientes de
nubes que precipitan enormes volúmenes de agua (Salati y Vose, 1984). La presencia del agua, en tantas formas,
condiciona la mayor parte del territorio de Loreto, y permitió el desarrollo de una biota que le es peculiar, tanto en
términos de especies como de adaptaciones biológicas y ecológicas, como en el caso obvio y emblemático de los
llamados aguajales. Asimismo, las aguas son determinantes para la sociedad humana y para el diseño del desarrollo
económico regional (Goulding et al., 1995; Wohl et al., 2012).
Los bosques de Loreto son los más extensos del Perú (55% del total de bosques del país) pero no necesariamente
son los más ricos, definidos en términos forestales por el volumen de madera/hectárea que contienen. En
efecto, los bosques reflejan la calidad de los suelos y, como se ha visto, estos son en general más pobres en
Loreto que en departamentos con tierras más cercanas a los Andes. Además, Loreto posee una enorme porción
de bosques inundados en los que las especies dominantes son palmeras. Descripciones forestales (especies,
volúmenes, etc.) de los bosques de Loreto se encuentran en trabajos como los de Tosi (1960), Malleux (1975),
ONERN (1985), etc. Tal como en el caso de la clasificación ecológica, a estos trabajos antiguos se ha sumado
recientemente la desarrollada por NatureServe. Descripciones de tipo botánico también existen, en especial para
áreas determinadas.
Superficie Volumen
Tipos de Bosques % Uso prioritario recomendado
(ha) (m3/ha)
Bosque Aluvial Clase I 2.480.048 5.19 140-180 Manejo forestal
Bosque Aluvial Clase II 6.461.915 13.53 100-130 Manejo Forestal
Bosque Aluvial Clase III 4.345.400 9.10 80-100 Manejo Agro-forestal
Bosque de Colina Clase I 10.899.907 22.81 140-180 Manejo forestal cauteloso/ Reforestación
Manejo forestal muy cauteloso/ Restricción
Bosque de Colina Clase II 12.280.360 25.70 120-150
severa de uso agropecuario
Manejo forestal extremadamente cauteloso/
Bosque de Colina Clase III 4.401.633 9.21 70-120
Restricción absoluta de uso agropecuario
Aguajal 987.786 2.07 Aprovechamiento selectivo bajo manejo
Áreas pantanosas 3.286.569 6.88 Manejo de fauna
Bosque de Protección
1.106.177 2.32 70 Prohibición de uso forestal o agropecuario
Clase I
Bosque de Protección
8.982 0.02 100-120 Prohibición de uso forestal o agropecuario
Clase II
Agropecuaria 1.518.788 3.18 Equivale a deforestación
Total 47.777.565 100.00
Asimismo, en el cuadro 8 se reproduce la clasificación de la Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre (INEI,
2008), que es similar pero más simple y que está ajustada al tamaño del Loreto actual.
La deforestación en la Amazonía ha sido objeto de varios estudios. El primero fue el Mapa Forestal del Perú
(Malleux, 1975) quien reportó que 4.500.000 ha de la Selva habían sido transformadas para usos agrícolas y
ganaderos las cuales, en su mayor parte, estaban recubiertas de vegetación secundaria (purmas). En 1995, el
INRENA publicó un nuevo Mapa Forestal del Perú sobre la base del Mapa Planimétrico del Perú (1988) elaborado
con imágenes de satélite Landsat MSS. En 1996, el INRENA, en base a ese estudio, publicó el trabajo Monitoreo
de la Deforestación en la Amazonía Peruana (escala 1:250.000) que permitió determinar que hasta el año 1985
existían 5.642.447 ha deforestadas y que al año 1990 dicha superficie ascendía a 6.948.237 ha. Posteriormente, el
INRENA (2000) elaboró el Mapa de Cobertura Vegetal y Uso de la Tierra del Perú: Base de Datos de los Recursos
Naturales e Infraestructura-INRENA donde se estimó que la superficie acumulada al año 1990 era de 5.676.236
ha, es decir 1,3 millones de hectáreas menos que lo que el propio INRENA detectó 4 años antes. Finalmente, el
Mapa Forestal del Perú del año 2000, elaborado por el CIF-INRENA, con imágenes de satélite Landsat TM y ETM+,
y escala 1:250.000, reportó una superficie deforestada equivalente a 7.341.803 ha. El estudio más actualizado
(PROCLIM, 2005), hecho con datos del año 2000 (cuadro 9) revelaría que la deforestación nacional alcanzó
7.172.554 ha y esa es la información que oficialmente se usa hasta ahora, redondeada a 7,5 millones de hectáreas.
Como se deriva de lo anterior y como es bien sabido, las cifras de deforestación son dudosas por muchas razones,
entre ellas los muy diversos y variables criterios y metodologías aplicadas y las influencias políticas interesadas en
demostrar que el problema no es grave (Dourojeanni, 2009, 2011). De cualquier modo, es difícil aceptar que de
1990 a 2011 se hayan deforestado solamente 1,8 millones de hectáreas o, si se toman en cuenta los resultados
de INRENA (1996), apenas 224.000 ha. Para muchos, la deforestación en la Amazonía peruana es sustancialmente
mayor que la revelada en los estudios mencionados pero, para facilitar la discusión, en este documento se usan
las informaciones oficiales.
Según los datos oficiales (PROCLIM, 2005) se confirma que Loreto es el departamento que, proporcionalmente
(2,56%), está menos deforestado en el Perú (945.590 ha). Loreto se beneficia de su enorme tamaño y de la falta de
carreteras, uno de los principales vectores de la deforestación. No obstante, en términos absolutos, Loreto es el tercer
departamento amazónico que más ha deforestado (13,2% del total deforestado) después de San Martín (18,5%) y
Amazonas (14%) y, peor, el segundo que más ha deforestado en el periodo 1990-2000, apenas un poco menos que
su vecino Amazonas (cuadro 9). Además, llama la atención el hecho de que tomando en cuenta la variabilidad de las
informaciones sobre deforestación, se observa que en las imágenes de 1973 la deforestación de Loreto ya alcanzaba
1.518.788 ha (Malleux, 1975); es decir, prácticamente el doble de lo que registró el INRENA (2000) casi 30 años más
CUADRO 9. Promedio anual de deforestación por departamentos amazónicos, período 1990–2000 (hectáreas)
La fuente de información más actualizada9 sobre la deforestación de Loreto es la proporcionada por NatureServe
(2012) según la cual existe en la actualidad 1.303.800 ha deforestadas en Loreto, o sea 3,55% de su territorio,
concentradas en dos focos: la carretera Iquitos-Nauta y alrededores, incluidos los alrededores de Iquitos con
291.300 ha deforestadas, y los alrededores de Yurimaguas con 182.100 ha. El resto se distribuye por todo el
territorio, en especial a lo largo de los ríos, como se observa en el mapa 4. Apenas en el sector Bellavista-Mazán,
cerca de Iquitos, existen 53.166 ha deforestadas (Urquiza y Tello, 2011).
Foto: M. Milano
9 Mientras se escribía esta publicación se estaban realizando tres estudios (MINAM, IIAP e IBC) para actualizar la información sobre
deforestación en la Amazonía peruana.
La deforestación se da principalmente en las propiedades rurales a lo largo de carreteras y ríos pero, como es
natural, también se presenta en comunidades nativas, que en Loreto han deforestado unas 129.000 ha, es decir
un 14% del área deforestada del departamento, pero apenas 2,4% de sus propios territorios (cuadro 10). También
se deforesta, ilegalmente en general, en las áreas naturales protegidas.
Las mayores tasas de deforestación se concentran en las dos áreas servidas por carreteras y alrededor de Iquitos.
En la zona de colinas altas, que es atravesada por la carretera que llega a Yurimaguas desde Tarapoto, las grandes
plantaciones de palma aceitera establecidas con empleo de maquinaria han incentivado la ampliación del área
deforestada en los terrenos de los habitantes locales. A su vez, la construcción de la carretera Iquitos-Nauta, en
terrenos con suelos cuarzo-arenosos, ha provocado la ampliación de la ocupación agropecuaria de esta zona
hasta en 20 km a cada lado. Extensiones importantes han sido también deforestadas en los últimos años con fines
agropecuarios en las provincias de Alto Amazonas, Ramón Castilla y Maynas.
CUADRO 10. Área deforestada en las comunidades nativas en el periodo 2000-2009 (en ha)
El uso de la tierra deforestada en Loreto, con información actualizada al 2000, se muestra en el cuadro 11
revelando que la mayor parte de ella está cubierta de vegetación secundaria (purma), es decir en descanso
o abandonada. Puede estimarse, aunque la información en ese cuadro es confusa, que en el año 2000 se
usaba efectivamente en agricultura y ganadería el 16,5% del área deforestada o, si se prefiere, una de cada 6
ha. Asumiendo que un quinto de las 420.000 ha de “bosque secundario con agricultura”, es decir 84.000 ha,
estén realmente bajo alguna forma de producción agrícola o de uso10, se tendría que el área deforestada no
trabajada era de unas 705.000 ha/ año, con lo que la proporción del área deforestada efectivamente usada
subiría a 26%, o sea 1 de cada 4 ha, lo que es inusualmente elevado (Dourojeanni, 1990) y poco probable.
Datos más recientes sitúan el área agropecuaria entre 160.000 ha y más de 180.000 ha (MINAG, 2008; SIEA,
2012; Barclay, 2012).
El problema actual más serio en Loreto no es la deforestación sino la degradación forestal, que es más difícil de
medir. La degradación es fuente de una parte considerable de las emisiones forestales mundiales de carbono.
En la Amazonía de Brasil, por ejemplo, la degradación ocasionada por extracción selectiva de madera, es decir
la misma que se practica en Loreto, es directamente responsable, en promedio, de 20% de las emisiones de
la región, pero varía de 10 a 45% (Asner et al., 2005). Ya existen técnicas disponibles para medir ese tipo de
degradación que están siendo usadas, por ejemplo, en Brasil (Souza y Roberts, 2005). Pero la degradación
forestal no solo se relaciona a extracción de madera, es decir de biomasa, y a mayores emisiones de carbono.
10 Los indígenas, principalmente, dan cierto uso a sus purmas, además del “descanso” que esa práctica brinda al suelo.
Hay buenas razones para pensar que este impacto es tan grande o mayor en Loreto que en otros departamentos
y países amazónicos. Ello debido al efecto combinado de la extracción maderera y de productos secundarios
del bosque, con la contaminación derivada de la explotación del petróleo y la caza, que tradicionalmente ha
sido más intensa en Loreto a raíz de la exportación de sus productos. De otra parte, es fundamental tomar en
cuenta que lo que comúnmente se denomina degradación del bosque incluye, además, la de los ecosistemas en
general y específicamente la de sus poblaciones de fauna silvestre así como, obviamente, de las aguas y de los
recursos hidrobiológicos. Esta última, en el caso de Loreto, ya ha llegado a niveles extremos como consecuencia
de la contaminación petrolera en Ecuador y en Loreto, y de la contaminación minera en las cuencas de los
grandes ríos. Además, existe una seria contaminación de origen urbano, industrial y agrícola. A eso se suma
la sobrepesca y pesca no sostenible por el uso de artefactos y métodos no adecuados, la degradación de los
bosques ribereños, la navegación fluvial y otro gran número de impactos diversos (McClain y Naiman, 2008;
Correa et al., 2009).
La diversidad biológica de Loreto es enorme. Combina en su gran territorio influencias andinas con las que
son propias del llano amazónico. Como se sabe, la compleja orografía de los flancos orientales andinos y del
piedemonte andino-amazónico crea oportunidades para la diversificación y para la formación de endemismos,
aunque estos últimos son menos frecuentes en Loreto, un tanto alejado de los Andes (Swenson et al., 2012). Pero,
igualmente, es influenciado por otros centros de endemismos, localizados en Brasil.
Trabajos recientes han determinado que el noroeste de Loreto, junto con la Amazonía del este de Ecuador,
sería la única zona en todo el hemisferio occidental donde anfibios, aves, mamíferos y plantas alcanzan todos y
simultáneamente su máxima diversidad local (Bass et al., 2010).
Según un compendio de la diversidad biológica amazónica peruana recientemente reunido por el IIAP,
existen registros de 7.372 plantas, 2.500 mariposas diurnas, 697 peces, 262 batracios y anfibios, 806 aves y 293
mamíferos. Deben existir muchas especies más, aún no registradas en el Perú o aún no conocidas por la ciencia.
Gran parte de estas especies evidentemente ocurren en Loreto que, de toda la Amazonía peruana, es la parte
menos estudiada, aunque una serie de trabajos recientes procuran colmar el vacío de información. En términos
generales, se estima que Loreto posee más de 3.500 y probablemente hasta 5.000 especies de plantas. Gentry
(1988) encontró cerca de 300 especies de árboles en los alrededores de Iquitos y, asimismo, en el Napo se han
registrado más de mil especies diferentes de árboles y arbustos en menos de 50 ha (ATDN, 2003). Son muy
importantes los resultados de la serie de inventarios biológicos rápidos y de otros tipos realizados en puntos
definidos como de interés especial por los científicos. Así se ha revelado, como ya fue antes mencionado, que la
región del Napo es una de las áreas más importantes del mundo por su diversidad biológica, especialmente en
cuanto a aves, reptiles, anfibios y mamíferos (Dinerstein et al., 1995; Voss y Emmons, 1996; Wiley, 1999; Olson y
Dinerstein, 2002 y Álvarez, 2011c).
Maijuna (Napo y Putumayo) 800 66 42 132 364 32* Gilmore et al. (2010)
Sierra del Divisor >1.000 109 109 365 38* Vriesendorp et al. (2006)
En el cuadro 12 se resume algunos de los hallazgos de esos trabajos, aunque no explica realmente la magnitud
e importancia científica de los resultados. Por ejemplo11, en la cuenca alta del Yavarí los científicos estiman la
existencia de 2.500 a 3.500 especies de plantas, de las que identificaron 1.650. De las 240 especies de peces
encontradas, 10 eran nuevas para la ciencia y 20 eran registros nuevos para el Perú y estimaron que había no
menos de 400 especies en la región. En cuanto a anfibios, 5 eran nuevos para la ciencia. En apenas tres semanas
de trabajo, registraron 400 especies de aves y estiman que allí existen cerca de 550 especies. Confirmaron la
existencia en el Perú del loro de abanico y ampliaron el ámbito conocido de la dispersión del tororoi elusivo.
Encontraron 15 especies de primates y, por ejemplo, detectaron 11 poblaciones del rarísimo huapo colorado
(Cacajao calvus), algunas con más de 200 individuos (Pitman et al., 2003). Concluyen que esa área no cede en
nada al Parque Nacional del Manu, a pesar de haber sido intensamente explotada durante la época del caucho.
Este tipo de hechos se reproduce en todos los inventarios mencionados en el cuadro 11, o sea, que ellos son
apenas una parte de la diversidad biológica total existente en el departamento de Loreto.
© P. Puertas / WCS
Loreto es el departamento con la mayor riqueza ictiológica de agua dulce del Perú. Se estima que en el país existen
1.300 especies de peces de agua dulce (Ortega et al., 2010). También existen muchos endemismos, como los que
ocurren en los ecosistemas (varillales) que se desarrollan sobre las arenas blancas, caracterizados tanto por su
pobreza florística como, asimismo, por su extrema especificación. En efecto, Fine et al. (2010) encontraron en esos
biotopos nada menos que 114 especies de plantas endémicas y 21 especies más que serían endémicas facultativas
o crípticas. Además, esas especies representan el 83% de los tales varillales. En ellos, asimismo, se ha redescubierto
el raro Pithys castaneus en Morona (Lane et al., 2006). Una revisión reciente de Ferronato y Morales (2012) revela que
Loreto tiene 12 especies de tortugas acuáticas, es decir el departamento que más especies tiene a pesar de que los
estudios están concentrados apenas en las proximidades de Iquitos y en el Pacaya Samiria.
11 Podría citarse ejemplos similares de cada uno de los estudios citados en el cuadro 12.
Aves 10 40 2
Anfibios 8 55 11
Mamíferos 19 10 3
La importancia científica de la flora y la fauna siempre va a la par con su importancia económica. Por ejemplo, es
notable que 1.028 plantas de la Amazonía peruana, en su mayor parte en Loreto, hayan sido conocidas y usadas
por los indígenas y otros pobladores tradicionales por sus virtudes medicinales (IIAP, 2010), ofreciendo grandes
posibilidades a la medicina moderna. Listas semejantes existen o pueden desarrollarse en función de otros usos,
sin mencionar los más convencionales (comida, madera, gomas, resinas).
Con tanto bosque es evidente que Loreto es un importantísimo factor en cualquier política nacional e internacional
relacionada con el cambio climático. El carbono forma parte de la biomasa sobre tierra y bajo tierra; asimismo,
está acumulado en el suelo. Estos depósitos, en su conjunto, constituyen los llamados “sumideros”, “cementerios”
o “reservorios” de carbono. Los bosques de América Latina conservarían el 49% de la reserva mundial de carbono
en bosques tropicales (Saatchi et al., 2011), pero los estimados de reserva (Malhi et al., 2003; Baccini et al., 2012;
Harris et al., 2012) y de emisiones de carbono difieren bastante (Zarin, 2012).
Los estudios que detallan la situación de los bosques peruanos en términos de fijación de carbono y otros
gases de efecto invernadero son aún imperfectos. Por eso existen dudas cuando se trata de usar la información
disponible para calcular la dimensión de la reserva de carbono de la Amazonía peruana. Cada tipo de bosque,
en función del volumen y densidad o peso de su biomasa, tiene una reserva determinada y lo mismo ocurre
con el carbono fijado en el suelo que soporta el bosque. Al final, eso resulta en cálculos científicos complejos
y discutibles. Para la Amazonía en general, estos valores varían de 100 TM C/ha a más de 400 TM C/ha. Por
ejemplo, en Brasil se ha usado con frecuencia la cifra media de 140 TM C/ha para los cálculos (Brasil. MMA, 2004).
También, según el INPE (2004) esos valores varían de 87 a 109 TM/ha en el bosque anualmente deforestado en
Brasil. En el Perú se ha citado, como promedio, unos 160 TM C/ha (Barbarán, 1998 cit. en Freitas et al., 2006).
También, en base a Saatchi et al. (2010) se estimó que la biomasa aérea de la Amazonía peruana varía entre100
y 400 TM/ha, lo que indicaría un contenido promedio de 50 a 200 TM C/ha, con un promedio de 165,65 TM C/
ha, es decir un poco mayor al promedio sudamericano que es de 110 TM C/ha (Armas et al., 2009).
Un estudio reciente de Baccini et al. (2012) ha permitido al equipo de este proyecto determinar, tentativamente,
la reserva de carbono en la parte aérea de la vegetación (biomasa sobre el suelo) de Loreto en base a una media
de 304 TM/ha (223 a 344 TM/ha) en bosques. Según estos cálculos, Loreto estaría acumulando, apenas sobre el
suelo, nada menos que 11.349 millones de toneladas de carbono. De esos, 2.081 millones de toneladas estarían
en las áreas naturales protegidas nacionales, 589 millones en las regionales y 1.639 millones en las comunidades
indígenas tituladas.
© M. Antúnez / WCS
El suelo, al igual que la biomasa, es tan o más importante como reservorio de carbono. Se estima que en bosques
tropicales, la mitad del carbono total está almacenado en el suelo. Un estudio detallado sobre esa realidad en
la Amazonía ha sido desarrollado en la Reserva Nacional Pacaya Samiria por Yépez et al. (2006) y Freitas et al.
(2006). Sus resultados demostraron que en aguajales densos hay 484 TM/ha de carbono de los que 115,4 están
en la biomasa aérea y subterránea y 369,1 en el suelo. En aguajales mixtos se encontró un total de 424,7 TM/ha
de carbono de los que 88,5 están en la biomasa y 336,2 están en el suelo. Estos resultados confirmaron otros
estudios previos realizados en el río Nanay.
La existencia de extensas áreas pantanosas en la Amazonía, en su mayor parte en Loreto, es bien conocida. En
efecto, hay 2,9 millones de hectáreas pantanosas y 830.000 ha de aguajales. Lo que no se había cuantificado es
su importancia particular como turberas12. Un estudio (Lähteenoja et al., 2012) sobre parte de las turberas del
Pastaza-Marañón que, según parece cubren 12 millones de hectáreas, muestra que tiene depósitos de turba
de hasta más de 7,5 m de profundidad e indica que se trataría de un gigantesco reservorio de carbono que
viene acumulándose rápidamente y en gran proporción, año tras año, desde el cuaternario. Los autores estiman
que ese solo reservorio tiene 32% del stock de carbono de toda América del Sur y 3,5% del que contienen
todas las turberas del mundo. Pero especulan que pueda ser aún mucho mayor pues sus exploraciones fueron
superficiales. Si, por algún motivo, ese cementerio de carbono es liberado, por ejemplo a consecuencia de
sequías prolongadas y fuegos, su impacto puede tener repercusión global, por lo que los autores del trabajo
recomiendan su preservación.
12 Las turberas se originan cuando el material orgánico depositado excede al descompuesto, en este caso, en pantanos. La acumulación de
turba depende de la productividad, acidez, especies que habitan el lugar y del decaimiento aeróbico y anaeróbico. En las turberas suelen
hallarse dos estratos: el acrotelmo, una zona óxica superficial y el catotelmo, una zona anóxica debajo de la anterior. El decaimiento en
el acrotelmo produce principalmente dióxido de carbono (CO2), mientras que en el catotelmo se produce CO2 y metano (CH4) aunque
parte de este se convierte en CO2 cuando pasa por el acrotelmo.
Son bien conocidos los problemas periódicos de inundaciones y de secas que caracterizan a los grandes ríos
amazónicos como producto de las precipitaciones pluviales. Pero, por el aumento de la población que usa las
riberas y, probablemente, como consecuencia de la deforestación creciente en las cuencas del Marañón y del
Ucayali, así como debido a efectos indirectos y no bien conocidos del curso que altera el patrón de lluvias de los
hemisferios sur y norte, estos problemas están siendo más frecuentes y más intensos. Por ejemplo, la creciente
del Amazonas del año 2012 ha sido, en Perú y especialmente en Brasil, la más drástica hasta ahora registrada, con
ingentes daños materiales y sociales. Los pobladores pobres de la ciudad de Iquitos, que ocupan ilegalmente
zonas bajas, han sido duramente golpeados y han ocasionado costos elevados al GOREL, además de provocar
invasiones excepcionales de tierras de arena blanca. Los riesgos de inundaciones son máximos en las zonas de
Iquitos, Caballococha y el sector entre Contamana y Orellana, pero en verdad todas las provincias bajas de Loreto
son susceptibles.
Aunque la precipitación es alta en todo Loreto, disminuye mucho hacia el sur. De cualquier modo, por
su distribución irregular en el tiempo, pueden darse periodos de déficit hídrico en el suelo, aumentando la
susceptibilidad del bosque a incendios naturales o provocados, como ya ha ocurrido frecuentemente en la
Amazonía brasileña y en Madre de Dios.
De otra parte, las lluvias torrenciales, en especial sobre suelos en pendientes desnudados de su vegetación
original, puede provocar huaycos (aluviones) y estos ya son bastante frecuentes en Datem del Marañón y Alto
Amazonas. Loreto es obviamente susceptible a tormentas y a vientos huracanados, con muchos rayos que
suelen ocasionar destrozos en zonas habitadas.
Los llamados “friajes” son resultado del ingreso al departamento de Loreto de masas de aire frío y seco que
provienen del sur del continente debido a una alta presión y que son precedidos por lluvias que pueden
provocar descensos de la temperatura de hasta 10ºC por debajo de sus valores normales y que avanzan con un
desplazamiento de sur a norte. Estos fenómenos pueden causar daños a la salud de la población, en especial a los
niños y ancianos. El incremento de enfermedades respiratorias ante la presencia de “friajes” está estadísticamente
demostrado. Ya se han producido eventos, entre los meses de junio a noviembre, con temperaturas que pueden
llegar hasta los 10,5ºC en algunas zonas de la región (Flores, 2001, Marengo, 1984).
Aunque es poco conocido, Loreto tiene asimismo algunas áreas, en las provincias Datem del Marañón y Alto
Amazonas, sujetas a riesgos sísmicos, los que deberán tenerse en cuenta cuando se trata de proponer grandes
lagos artificiales para centrales hidroeléctricas.
La historia de Loreto, antes de la llegada de los españoles y durante gran parte del periodo colonial, es
desconocida. Apenas se sabe que allí vivían numerosos grupos indígenas pertenecientes a las familias lingüísticas
Jíbaro, Tupi-Guaraní, Huitoto, Arahuaca, Yagua y Pano. La evolución pre-hispánica de las relaciones entre esos
grupos no ha sido documentada. Obviamente debió ser muy agitada, tal como lo demuestran las poblaciones
de diferentes orígenes que en distintos momentos de la historia confluyeron en el territorio de Loreto. Lo que se
sabe es que, a pesar de que Loreto era teóricamente parte del Antisuyo incaico, los grandes desarrollos culturales
andinos no tuvieron mucha relación con esos pueblos, lo que sí ocurrió con los localizados en lo que hoy son
los demás departamentos amazónicos. Existe la posibilidad de que, como se ha constatado en Brasil, algunos
de esos pueblos, en especial los ubicados en las varzeas (áreas ribereñas del Amazonas) desarrollaran culturas
relativamente avanzadas a partir de la mayor fertilidad de esas tierras, permitiendo la acumulación de excedentes
agrícolas y la formación de poblaciones importantes, como las que Orellana encontró durante su expedición al
Amazonas. Ese es un tema que debe ser investigado en el Perú.
Como bien se sabe, el primer europeo que llegó y “descubrió” el río Amazonas, en 1542, fue Francisco de Orellana,
uno de los lugartenientes de Francisco Pizarro. Los españoles no impusieron efectivamente su dominio en la
Amazonía. Esa región, inclusive la que hoy se llama Loreto, era parte del Virreinato del Perú y su administración
correspondía a la Real Audiencia de Quito. En esa calidad, lo que hoy es Loreto pasó a ser parte del Virreinato de
Nueva Granada. Quito no tuvo más interés que Lima en ese territorio selvático. Los que representaron a España
en Loreto fueron, en verdad, los misioneros jesuitas, dominicos y franciscanos que organizaron la evangelización
de los indígenas a partir de Quito o de la ciudad de Moyobamba, que dependía de Lima. Es solo en 1802 que,
al formarse la Comandancia General de Maynas y Quixos, que Loreto –que por entonces abarcaba un territorio
mucho mayor que el actual– regresó formalmente al Virreinato del Perú, con Moyobamba como su capital.
La historia republicana de Loreto es compleja. Comenzó ganando cierta autonomía con nombre propio y luego
su tamaño fue siendo reducido, a medida que sus territorios con acceso terrestre al resto del Perú ganaban
influencia. Así, comenzó siendo parte del departamento de La Libertad, pero en 1832 pasó a depender del nuevo
departamento de Amazonas, con sede en Chachapoyas. En 1853, el gobierno escindió de Amazonas la provincia
de Maynas, que fue recategorizada como Provincia Fluvial de Loreto y luego, en 1861, como Departamento
Marítimo y Militar. Finalmente, el 7 de setiembre de 1866 fue creado el departamento de Loreto, cuya capital era
Moyobamba. En noviembre de 1897, el gobierno nacional escindió parte de Loreto para crear el departamento
de San Martín, designándose a Iquitos como su capital. Los conflictos con Colombia concluyeron, asimismo,
con una reducción importante del tamaño de Loreto. Más recientemente, en 1980, Loreto perdió su parte sur,
es decir la cuenca media y alta del río Ucayali, que se transformó en departamento con el mismo nombre. En la
actualidad, Loreto abarca casi 37 millones de hectáreas.
Entre 1880 y 1910, aproximadamente, se desató la fiebre del caucho. Fue en este periodo durante el cual Iquitos
se transformó en una ciudad importante y se erigió como el principal puerto fluvial peruano para el acopio
y embarque para exportación de materias primas colectadas en toda la cuenca del Amazonas. También es a
partir de ese momento que el impacto de las actividades humanas en la naturaleza loretana comenzó a ser
importante. No con la violencia con que una parte de la sociedad maltrató a la otra, en este caso los indígenas,
a consecuencia de los intereses de personajes como Arana (Lagos, 2005) pero sí datan de entonces los primeros
pasos de la degradación del bosque, con alta mortalidad de árboles de caucho y la caza indiscriminada para
mantener a los trabajadores o divertir a sus patrones. Cuando la competencia del caucho cultivado en Asia
bajó sus precios, terminó el ciclo del caucho pero aparecieron otras oportunidades importantes. Entre ellas,
la explotación del palo rosa, de la tagua, del jebe débil y de otros látex (ojé, leche caspi, balata) con demanda
internacional. En 1952, por ejemplo, se produjeron 128 TM de tagua (MINAG, 1955). En muchos casos, como
con el palo rosa, la extracción implicaba destruir la planta, incrementando la degradación del bosque. En el
largo interludio entre el boom del caucho y el primer boom del petróleo, en los años 1970 se desarrolló con
fuerza creciente la explotación de madera fina, en especial caoba y cedro, y se incrementó, hasta niveles hoy
inimaginables, la explotación de la fauna silvestre para exportación de cueros (lagartos negro y blanco, sajino,
huangana, venado, entre otros) y de pieles finas (otorongo, lobo de río, tigrillo, nutria, etc.). En ese lapso hubo,
asimismo, un ciclo breve de explotación de tortugas de río, en especial charapas, que llevó su población a niveles
exiguos. Finalmente, debemos mencionar que ya en la década de los años 1940 comenzó a ser considerable la
exportación de animales vivos, en especial aves y peces coloridos.
El pueblo loretano, en realidad el pueblo de Iquitos, insuflado por el apogeo del caucho y constatando que
Lima, en lugar de ayudarlos los explotaba, se rebeló en 1896 contra el gobierno de Piérola, quien debió enviar a
esa ciudad un navío a través del Estrecho de Magallanes para debelar las pretensiones separatistas. Al terminar
el periodo del caucho y hasta comienzos de los años 1940, Loreto entró en un periodo que algunos llaman de
depresión pero que, en realidad, como arriba se menciona, fue de intensa explotación de recursos naturales
renovables. Esta explotación era dirigida por patrones, muchos de ellos ribereños más ricos, que continuaron,
en cierto modo, las prácticas de los caucheros enganchando, en condiciones inadecuadas, a grupos indígenas
cercanos para zafras de madera y de otros productos, así como para la caza y para iniciar cultivos, entre ellos los
de yute y barbasco en las tierras aluviales.
En 1911 se produjo una escaramuza entre fuerzas peruanas y colombianas que llevó a las negociaciones del Tratado
Salomón-Lozano de 1922, que transfirió a Colombia el interfluvio entre los ríos Caquetá y Putumayo así como la
ciudad de Leticia, que había sido fundada por peruanos en 1867. En 1932, un grupo de peruanos “recuperó” el
llamado Trapecio Amazónico y la ciudad de Leticia, iniciando la guerra colombo-peruana que duró hasta 1933 y
que concluyó con la derrota peruana y la ratificación del Tratado Salomón-Lozano. Entre 1935 y 1940 se produjeron
escaramuzas con Ecuador, varias en o a partir del territorio loretano, que culminaron con enfrentamiento serios
en el lapso 1941-1942. Como bien se sabe, su último episodio, entre varios otros intermedios, fue el conflicto del
Cenepa en 1995 que, en realidad, se produjo esencialmente en territorio del departamento de Amazonas.
La búsqueda de petróleo en Loreto comenzó seriamente a fines de los años 1960 y se consolidó en 1971,
cuando fluyó el crudo del pozo Corrientes X-11 en el río del mismo nombre, que es un afluente del río Tigre.
Con Petroperú y la Occidental Petroleum comenzó, pues, un nuevo ciclo de dudosa prosperidad para Loreto que
trajo otra vez severas implicaciones para el pueblo indígena y para el patrimonio natural, en especial debido a
la degradación de sus ríos y bosques. Como bien se sabe, este primer ciclo del petróleo entró en decadencia en
los años 1990, con una gran caída de la producción, y es solo a partir de la década pasada que, ayudado por la
coyuntura internacional, está retomando fuerza en Loreto.
2.2 Población13
La población de Loreto (censo de 2007) era de 891.732 personas (cuadro 14) que representaban el 3,3% del
total nacional. En ese censo se estimó que la totalidad, incluyendo la omitida, llegaría a 921.518 habitantes. En la
actualidad, la población de Loreto supera el millón de habitantes.
La población de Loreto se ha duplicado en el último cuarto de siglo. No obstante, la tasa de crecimiento anual
del último período inter-censal (1993-2007) ha sido de 1,6%, mostrando una acentuada reducción respecto al
período previo (1981-1993) cuando fue de 3,0%. La tasa de crecimiento de la población urbana de Loreto (2,7%)
ha sido y continúa siendo más alta que la rural (0,5%) y es, en ese segmento, donde se produjo la desaceleración
más marcada con respecto a los periodos previos, que alcanzaron hasta 5,5% y 4,0% en las décadas de 1960 a
1980, como consecuencia del boom petrolero.
El censo de 2007 reflejó un cambio en las tasas de fertilidad y natalidad en las áreas urbanas, que incide en la
pirámide demográfica. Así, en Loreto, la población menor de 15 años representa el 38,6% en dicho censo, en
tanto que en el de 1993 representaba el 45,5%. En el otro extremo de la pirámide, la población de más de 65
años pasó de ser 2,8% a representar el 3,9%. Estos valores para el Perú son de 30,5% y de 6,4%, respectivamente
(cuadro 15).
Loreto presenta un alto porcentaje de mujeres adolescentes de 15 a 19 años que son madres (30%), más que el
doble del promedio nacional. Se observa también que las mujeres del departamento tienen los menores niveles
nacionales de espaciamiento entre nacimientos. La edad media al primer nacimiento es de 19,6 años (Barclay,
2011). Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad en niños de 1 a 4 años en Loreto está entre las más elevadas del
país, con 45 defunciones por mil nacidos vivos. La tasa de mortalidad en la niñez de Loreto es la más alta del
país, 64 por mil (casi 5 veces mayor que la de Lima). La mortalidad neonatal (1 a 30 días de nacido) de Loreto es
de 24 por mil nacidos vivos frente a 13, a nivel nacional. La tasa bruta de mortalidad en Loreto es de 6,1 por mil.
Sin embargo, se estima que el departamento tiene un sub-registro de mortalidad del orden del 86% y cercana a
100% en las áreas rurales. En el censo de ese año, se estimaba una esperanza de vida al nacer de 68,3 años, siendo
esta mayor en mujeres (70,8 años) que en varones (65,8 años).
La principal dinámica migratoria de Loreto ocurre entre los ámbitos rural y urbano. La tasa de crecimiento del
área urbana es 5 veces más alta que la del área rural. Servicios como los de educación secundaria condicionan
el actual patrón de asentamiento de la población que, por lo tanto, tiende a residir en asentamientos mayores.
Salud y energía eléctrica son también importantes factores de atracción hacia los asentamientos intermedios
(Barclay, 2011). Debido a su aislamiento, a diferencia de otras partes de la selva, hasta el presente Loreto no ha
atraído mucha población de otros departamentos con fines de colonización agropecuaria. Pero, con la apertura
de carreteras conectadas a la red vial nacional en Datem del Marañón y en Alto Amazonas, esto ha cambiado
drásticamente, especialmente en esta última provincia, alrededor de Yurimaguas. Es de esperar que la proyección
de crecimiento poblacional de Loreto sea drásticamente alterada con esas conexiones y, más aun, con las que
se proyectan. Una excepción a las migraciones por carretera ha sido la ocurrida usando el río, hace una década,
hacia la provincia de Mariscal Ramón Castilla donde se estableció una gran colonia de la Misión Israelita del
Nuevo Pacto Universal (Barclay, 2011).
Según el XI Censo Nacional de Población 2007, el total de inmigrantes hacia el departamento de Loreto asciende
a 42.088 personas. El principal flujo proviene del departamento de Lima con 17 mil 980 personas, seguido de
Ucayali, San Martín, Callao, La Libertad, Lambayeque, Piura, Huánuco, Ica y Cajamarca. En conjunto, estos diez
departamentos representan el 93,1% del total de inmigrantes para el departamento de Loreto.
La población nativa de Loreto es la mayor entre todos los departamentos amazónicos. Según el censo de
2007 habría 105.900 habitantes de ese origen (cuadro 16), Aun teniendo en cuenta que entre ellos la omisión
censal es elevada ya que, por ejemplo, solo se censaron 682 de 815 comunidades nativas inscritas, lo que
corresponde al 11,9% de la población loretana. En la actualidad, los indígenas tienen influencia en las decisiones
públicas regionales e, inclusive, en las nacionales. De otra parte, el peso porcentual de la población indígena es
particularmente elevado en algunas provincias como Datem del Marañón (la mayoría de los habitantes), Loreto
y Mariscal Ramón Castilla (cuadro 16).
La población censada en las comunidades nativas es significativamente más joven que la población de Loreto en
general, lo que según los demógrafos revelaría que está en una fase pre-transicional (INEI, 2010).
El segmento de 0 a 14 años representa el 47,7% de la población indígena, frente al 38,6% en ese grupo de edad
en la población departamental. También existe un contraste en el porcentaje que representa el grupo de edad
de mayores de 65 años, que en la población indígena de Loreto es solo el 1,9%, frente al 3,9% departamental.
De la misma manera, la edad media en la población de las comunidades es de 15,9 años frente a 20 años a nivel
del departamento.
Provincia Población %
La tasa bruta de natalidad tanto como la tasa global de fecundidad es muy alta entre los nativos. De acuerdo
con el censo, en las comunidades la razón de niños (0 a 4 años) por mujer (15 a 49 años) es de 88,6, mientras
que a nivel de Loreto es de 8,9. Asimismo, las altas tasas de fecundidad específica para todos los grupos de edad
reproductiva se reflejan en una tasa global de fecundidad de 8,3 hijos por mujer. A nivel del conjunto de los
pueblos indígenas censados, esta tasa no muestra una reducción sensible respecto a la de 1993, cuando era de
7,9 hijos por mujer y sí, en cambio, una distancia creciente con la nacional y departamental. Estos altos niveles
de fertilidad se relacionan con una temprana nupcialidad que hace que la fecundidad adolescente tenga un
alto aporte relativo. Así, en el grupo de 15 a 19 años hay una contribución de 213 hijos por cada 100 mujeres,
mientras que en el departamento ese aporte es de 82 hijos por 100 mujeres (Barclay, 2011). Las altas tasas de
fecundidad en la población indígena, la temprana nupcialidad y la juventud de la estructura etaria resultan en
una relativamente alta tasa de dependencia, a pesar de que la mortalidad infantil y en la niñez continúan siendo
elevadas: 38,4 muertes de menores de 1 año por cada 1.000 nacidos vivos y 67,3 muertes de menores de 5 años
por cada 1.000 nacidos vivos, respectivamente.
Chamicuro 63 63 37 26
Resígaro 37 37 20 17
Arahuac
Yine 3.261 177 98 79
Asháninka 97.916 50 30 20
Capanahua 384 384 228 156
Matsés 1.724 1.724 849 875
Pano
Shipibo-Konibo 22.157 7.180 3.735 3.445
Shawi 21.424 20.893 10.647 10.246
Cahuapana
Shiwilo 352 352 194 158
Kichwaruna 12.836 12.720 6.673 6.047
Quechua del Tigre 3.184 3.184 1.662 1.522
Quichua
Quechua del Pastaza 2.030 2.030 1.026 1.004
Quichua 1.184 1.184 673 511
Arabela 403 403 216 187
Záparo
Iquito 519 295 224
Maijuna 190 190 122 68
Tucano
Secoya 921 921 497 424
Bora 748 748 425 323
Huitoto Huitoto 1.864 1.864 1.082 782
Ocaina 97 97 52 45
Kukama Kukamiria Tupi Guaraní 11.307 10.929 5.808 5.121
Yagua 5.679 5.679 3.165 2. 514
Tikuna Peba Yagua 6.982 6.982 3.647 3.335
Urarina 4.854 4.854 2.476 2.378
En el cuadro 18 se muestra la distribución de la población indígena por cuencas y por provincias de Loreto,
siempre de acuerdo al II Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía Peruana de 2007. Destacan las
cuencas del Huallaga, Tigre-Chambira, Amazonas, Napo, Alto Marañón y Ucayali. Es decir que la dispersión
es grande. Además, la población de varios pueblos de Loreto se encuentra por debajo de los 600 habitantes,
un volumen que se señala como el límite para asegurar la reproducción de los grupos y su recuperación
demográfica.
Entre los pueblos de Loreto que se encuentran en esta categoría están varios que en la época colonial fueron
reportados como constituyendo grandes naciones (Barclay, 2011). Es el caso de los Secoya y Maijuna, que eran
parte del conjunto denominado Encabellado, y de los Arabela conocidos como Záparo. En algunos casos se
tiene certeza de que la población, ya mermada previamente, disminuyó drásticamente como consecuencia
de traslados masivos de población, como es el caso del pueblo Chamicuro, trasladado a fines del siglo XIX a
Brasil (Barclay, 2011). Esta autora, en base a la información censal de 2007, reporta que en esa situación están los
Arabela, Capanahua, Chamicuro, Iquito, Maijuna, Ocaina, Resígaro y Shiwito.
Un tema particularmente delicado es el de los llamados indígenas en aislamiento voluntario (Brackelaire, 2006).
La existencia de estos indígenas ha sido evidenciada en las últimas dos décadas por la expansión del área de
extracción forestal, particularmente de tala ilegal, hacia zonas que habían sido dejadas de lado desde la época
del auge de las gomas, especialmente en la frontera con Brasil. Asimismo, la expansión de las actividades de
exploración de hidrocarburos en áreas remotas ha revelado la existencia de esta población y el riesgo en que se
hallan. La superposición de lotes petroleros sobre varias áreas donde está comprobada la existencia de pueblos
en aislamiento voluntario ha agravado la situación. Ese es el caso de la reserva territorial propuesta Napo-Tigre,
que tiene superpuestos los lotes 67, 39, 117 y 121; la reserva territorial Yavarí Mirim, que soporta el lote 128, así
como la reserva territorial Yavarí Tapiche, donde se encuentran los lotes 95 y 135 (Barclay, 2011).
CUADRO 18. Población indígena censada en comunidades de Loreto por cuenca en 2007
Cuenca Población
Huallaga 18.988
Tigre-Chambira 16.242
Amazonas 13.208
Napo 12.568
Ucayali 10.173
Pastaza 6.569
Putumayo 5.290
Marañón 4.568
Morona 3.690
Yavarí 3.043
Total 105.331
Fuente: INEI (2008), Barclay (2011).
En las cabeceras de varios afluentes del norte del Marañón se ubica otra área habitada por pueblos en
aislamiento voluntario. Se trata de la comprendida entre los ríos Napo, Aushiri, Nashiño, Curaray, Cononaco,
Arabela, Tangarana, Pucacuro y Tigre. Estas poblaciones hablarían idiomas de las familias lingüísticas Waorani
y Záparo. Esta zona colinda con la Zona Intangible Tagaeri Taromenani establecida por Ecuador para proteger
a dichas poblaciones. En el lado peruano se ha solicitado desde el año 2003 el establecimiento de la Reserva
Territorial Napo-Tigre a favor de los pueblos indígenas en aislamiento que habitan la zona fronteriza con Ecuador,
aún sin resultado. Si bien se ha creado al sur de esa área la Reserva Nacional Pucacuro, está previsto que un
ramal del oleoducto norte atraviese la zona en el corto plazo (Barclay, 2011).Ya fueron propuestas cinco reservas
territoriales para indígenas en aislamiento voluntario, como se observa en el cuadro 19.
Cacataibo-Norte 28.003
Napo-Tigre 766.216
Yavarí-Mirim 1.378.444
Yavarí-Tapiche 1.164.568
Capanahua 315.946
Total 3.653.177
Según Moseley (2010) citado en ARA (2011) ya hay 3 lenguas indígenas extinguidas en el Perú, 12 en peligro
crítico, 10 en grave peligro, 16 en peligro de extinción y 10 en condición vulnerable. El carácter vulnerable es
definido por la proporción, ya reducida, de niños que hablan la lengua de los padres. La situación en peligro de
extinción es caracterizada cuando los niños no aprenden más el idioma. En grave peligro están las lenguas que
solo son usadas por los más viejos aunque algunos adultos la comprenden. La situación en peligro crítico es
cuando solo los ancianos consiguen hablar la lengua. Lengua extinta es la que ningún ser vivo habla, aunque
pueda estar registrada. Lo peor de este proceso de pérdida de la lengua es que va estrechamente ligado a la
pérdida de las tradiciones orales y del conocimiento tradicional que, frecuentemente, son sustituidos por una
neo-cultura indígena estandarizada y estereotipada.
La población rural de Loreto está conformada por indígenas, ribereños y campesinos, entendiéndose por estos
últimos a los agricultores migrantes de la Costa y de la Sierra Norte (especialmente Cajamarca) y de regiones
Este estilo de vida implica el cultivo de múltiples especies en lo que, en la proximidad de las viviendas, se ha
llamado “agricultura promiscua”, cada una de las cuales tiene producción modesta pero suficiente para la familia.
A mayor distancia, en las purmas y en el bosque circundante, explotan asimismo una gran diversidad de especies
de flora y fauna para todo tipo de productos, mediante lo que se ha denominado un “manejo tolerante”14 que se
hace eliminando las especies no deseadas (lianas, árboles de poco valor, etc.), lo que permite el incremento del
número de la especie deseada. Como en esas zonas la fertilidad es mayor ya que es constantemente renovada,
hay lugares en que este tipo de manejo se prolonga por décadas.
Los ribereños, que no aparecen con frecuencia diferenciados en las estadísticas oficiales, deben sumar unos
200.000 habitantes en Loreto y los campesinos, migrantes o convencionales, de las últimas dos décadas deben
sumar como máximo entre 45 y 50.000 habitantes15. Los ribereños son, pues, parte sustancial de la población
rural que, por su sangre, son mestizos, es decir una mezcla de indígenas16 con migrantes antiguos provenientes
de Brasil o de otras partes del Perú que llegaron especialmente en la época del caucho. Los hay que descienden
de los que fueron los “patrones” de antaño y otros, más pobres, que descienden de los que sirvieron a estos.
Pero en su mayoría, los ribereños siempre fueron bastante independientes. Hoy, además de sus actividades
agropecuario-forestales propias, se dedican a tiempo parcial a la zafra forestal como miembros de los equipos
de extractores madereros, a la pesca artesanal y muchos trabajan ocasionalmente para las empresas petroleras.
Gran parte de los ciudadanos nacidos en Iquitos es de ascendencia ribereña y estos, además, constituyen la casi
totalidad de los habitantes nuevos de los barrios marginales de esa ciudad.
Los ribereños, en general, carecen de títulos sobre la tierra que poseen aunque radican sobre ella desde hace
mucho tiempo y, hasta el presente, no se ha hecho un esfuerzo serio para regularizar la tenencia de la tierra
que les corresponde. Uno de los tecnicismos legales que lo impide es que ellos ocupan parcialmente tierras del
Estado que se inundan en las máximas crecientes. Sin embargo, pueden serles cedidas en uso. Esta situación, de
no resolverse, puede ser otra fuente de conflictos sociales.
14 El llamado “manejo tolerante” equivale en cierta forma al denominado manejo de purmas o de vegetación secundaria.
15 La población rural actual de Loreto es de 367.000 personas, la de indígenas debe alcanzar alrededor de 120.000 personas, restando
247.000 habitantes rurales entre ribereños y campesinos. Pero estos últimos solo ocurren en Alto Amazonas, cuya población rural es de
alrededor de 50.000 personas entre los que también hay indígenas y ribereños y, también los hay pero en número aún más reducido,
en Datem del Marañón.
16 Muchos indígenas, para evitar discriminación, se han asimilado a los ribereños desde hace décadas, como en el caso de muchas familias
del grupo Cocama. Ahora están reagrupándose progresivamente para reivindicar sus derechos.
El sistema educativo de Loreto, al igual que el de nivel nacional, se organiza en etapas (básica y superior), niveles,
modalidades, ciclos y programas. Dentro de la educación básica hay tres modalidades: regular, alternativa y
la especial, habiendo tres niveles en la regular: inicial (0 a 5 años), primaria (duración de 6 años) y secundaria
(duración de 5 años). El GOREL, a través de la Dirección Regional de Educación (DREL), es responsable de la
gestión de la educación en Loreto (DREL, 2011).
En Loreto existen 3.880 centros educativos y programas no escolarizados, de los cuales 3.684 son de gestión
pública, 124 privados, 31 parroquiales, 16 de las fuerzas armadas, 12 nacionales en convenio, 5 de instituciones
benéficas o de bien social, 2 cooperativos y 6 de gestión municipal (DREL, 2011). En estos centros educativos,
14.470 docentes impartieron clases durante el periodo escolar 2010: 7.273 docentes del nivel primario y 4.892
docentes del nivel secundario (incluidos los 38 docentes de alternancia). Otros 2.305 son docentes del nivel
inicial, 374 docentes de educación básica alternativa, 108 docentes de educación básica especial, 108 docentes
para educación técnico-productiva y 387 docentes para educación superior no universitaria.
CUADRO 20. Presupuesto anual girado al GOREL para el cumplimiento de su función en Educación
2007 348.658.834
2008 359.793.309
2009 321.487.307
2010 328.410.052
2011 353.166.146
Según el MINED (2011), un total de 309.032 estudiantes accedieron a la educación básica regular pública durante
el año 2010. De estos, 67,1% fueron niños y niñas entre 3 a 5 años, además de casi la totalidad de la población
infantil entre 6 y 11 años de edad de Loreto (93,3%), así como el 77,4% de la población adolescente entre 12 a
16 años y un 46,1% de la población entre 17 y 21 años. Según el censo de 2007, la población indígena entre 6 y
17 años de edad tuvo una asistencia escolar del 76,3%, correspondiendo la cifra más baja para la etnia Huitoto-
Muiname con apenas 41,7% de asistencia escolar y la cifra más alta a la etnia Chamicuro-Cocama Cocamilla con
100% de asistencia escolar (debido a la pequeña población entre 6 y 17 años de edad existente) (INEI 2007).
Según el MEF (2012), se giró al GOREL aproximadamente 353 millones de Nuevos Soles (cuadro 20) para el
cumplimiento de sus funciones en el sector educación durante el año 2011. El presupuesto asignado por alumno
fue de S/.1.172 para educación inicial, S/.1.284 para primaria, S/.118 para educación técnico-productiva y S/.6.122
por cada universitario.
La tasa de analfabetismo de la población de más de 15 años en el departamento de Loreto es de 5,7% (INEI 2010),
similar a la tasa de 5,50% observada por Pinedo (2010), siendo mayor en la zona rural (12,4%) que en la urbana
(2,4%) y afectando en mayor proporción a las mujeres (7,9%) que a los varones (3,2%). En cuanto a la población
indígena, el analfabetismo registrado corresponde a 19,7%, principalmente en la provincia del Datem del Marañón
(18,7%), cuya población es predominantemente indígena de las etnias Wampis, Awajún, Candoshi-Shapra, Achuar,
Shawi y Quechua, siendo ello un claro reflejo de la deficiencia del sistema educativo regional debido, entre otras
razones, a su lejanía que dificulta el traslado de los profesores y el abastecimiento de los centros educativos con el
material didáctico necesario, así como la asignación de maestros no bilingües (Pinedo, 2010; Pérez, 2012).
Las tasas de conclusión escolar en el departamento de Loreto son bastante bajas: en 2010, únicamente 57,6%
de la población entre 12 y 13 años había concluido sus estudios primarios; el 42,4% de la población de 17 a
19 años concluyó la secundaria y al menos el 5,4% de la población entre 22 a 24 años de edad cuenta con un
cierto nivel educativo superior. En cuanto a la deserción escolar registrada en 2010, 11.438 niños y niñas del nivel
primario se retiraron de sus centros educativos sin culminar el año escolar, y 5.945 alumnos interrumpieron su
nivel secundario (MINED, 2011). La asistencia escolar en la población indígena no es sostenida, pues a partir de
15 y más años de edad se observa menos del 80% de asistencia escolar (INEI, 2007).
Aunque de manera general el rendimiento escolar en el 2010 ha mejorado según los registros de los años
anteriores, tanto en compresión lectora como en matemáticas (Sanz et al., 2010), es aún insuficiente en relación
a los objetivos de aprendizaje nacionales. Apenas el 5% de los alumnos del 2° grado de primaria alcanzaron
satisfactoriamente los objetivos de aprendizaje, según la estructura curricular vigente en comprensión lectora y
sólo un 1% en matemáticas (MINED, 2011).
Es posible decir que la asignación de recursos para la educación es insuficiente y que se deriva de una gestión que
no prioriza el fortalecimiento de capacidades de la docencia y da una mínima atención educativa en la primera
infancia, con aprendizajes de baja calidad como consecuencia de una educación deficiente e inequidad en el
acceso y en los beneficios de la educación. Las limitaciones del sistema educativo en Loreto incluyen la existencia
de procesos y currícula educativa fuera de contexto de la realidad amazónica (en contenido, idioma y periodos de
enseñanza) y que guardan poca relación con las características socio-culturales y las demandas socio-productivas
del departamento de Loreto. La DREL ha iniciado un proceso de reestructuración orgánica y funcional, cuya
implementación está aún pendiente, como respuesta a la necesidad de mejorar la educación pública en Loreto.
Este proceso busca promover la participación social en la educación regional, en la gestión y en la asignación de
recursos a través de los presupuestos participativos, así como lograr la adecuación a la realidad amazónica.
© P. Puertas / WCS
La ciencia y la tecnología para Loreto son producidas tanto en el ámbito internacional, como en el nacional y
loretano en: (i) universidades públicas y privadas; (ii) institutos o centros científicos y tecnológicos públicos y
privados y (iii) empresas privadas, frecuentemente como subproducto de sus actividades. Preciso es comenzar
diciendo que la mayor parte del conocimiento sobre la Amazonía peruana ha sido y continúa siendo
generado a nivel nacional (grandes universidades nacionales y particulares así como institutos públicos como
el INGEMMET, entre tantos otros que existen o existieron) e internacional (principalmente en EEUU, Europa
y Brasil) y que, con la relativa excepción del IIAP y de la UNAP, es mínimo lo generado en Loreto. Una fuente
muy considerable de información valiosa ha sido producida por las empresas petroleras en términos de
conocimientos geológicos, geomorfológicos, hidrológicos y otros relacionados al tema de los hidrocarburos
como los de tipo climatológico, ecológico y biológico. Por otro lado, también son necesarios estudios que
incluyan los aspectos sociales y económicos que les son requeridos para los estudios de impacto ambiental.
En Loreto hay 5 universidades: Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP), Universidad Científica del Perú
(UCP), Universidad Nacional Autónoma de Alto Amazonas, Universidad Peruana del Oriente (UPO) y Universidad
Privada de la Selva Peruana (UPSEP). Con excepción de la primera, que está un poco mejor dotada, estas carecen
de los recursos humanos, infraestructura, laboratorios y medios adecuados para hacer un trabajo a la altura de las
necesidades de la región. La UNAP dispone de facultades de agronomía; ciencias biológicas (acuicultura, biología);
ciencias de la educación y humanidades; ciencias económicas y de negocios (administración, contabilidad,
economía, negocios internacionales y turismo); ciencias forestales (ingeniería forestal, ingeniería en ecología
de bosques tropicales); derecho y ciencias políticas; farmacia y bioquímica; industrias alimentarias; ingeniería
química, ingeniería de sistemas e informática; medicina humana; odontología, y zootecnia. La UNAP tiene varias
especialidades de postgrado en el nivel de maestría y algunas en el nivel de doctorado. La UCP, la mayor de las
privadas, brinda títulos en obstetricia, psicología, tecnología médica, estomatología, ingeniería civil, ingeniería de
sistemas de información, ecología, ingeniería ambiental, educación, ciencias de la comunicación, arquitectura,
administración de empresas, contabilidad y finanzas y turismo y hotelería.
Según el II Censo Nacional Universitario elaborado por el INEI en 2010, en la Región Loreto el número de
alumnos de pregrado ascendía a 10.890, mientras que el número de postgrado sumaba un total de 509 alumnos,
distribuidos de la siguiente manera: 430 alumnos en Maestría, 69 en Doctorado y 10 alumnos que cursan su II
especialización.
La principal institución científica regional es el IIAP. Se trata de un organismo autónomo de derecho público
interno, creado mediante Ley N° 23374 por mandato del Artículo 120 de la Constitución de 1979 y ratificado
por la Ley Nº 28168 de 2004. Finalmente, mediante el Decreto Legislativo 1013 se establece que el IIAP es un
organismo adscrito al MINAM.
Como se ha dicho y como se registra, la literatura sobre Loreto es muchísima y muy valiosa la información
compilada por todos los actores mencionados. Pero no se debe dejar de mencionar a una serie de ONG tanto
internacionales como nacionales y locales que realizan grandes esfuerzos para transformar en tecnologías social,
ambiental y económicamente viables los muchos conocimientos existentes sobre los trópicos húmedos en
general y sobre la Amazonía en particular.
En Loreto, como en el resto del Perú, hay una grave crisis de mandos medios, es decir de técnicos y obreros
especializados cuya necesidad es manifiesta en los sectores petrolero, forestal, industrial y agrícola, entre otros.
Por ejemplo, en los años 1960 fue creada una escuela de peritos o técnicos forestales de mando medio que fue
rápidamente transformada en lo que ahora es una facultad forestal en la UNAP.
2.7 Salud
Debido a su gran extensión y poca accesibilidad, Loreto tiene un grave déficit de atención a la salud. Además,
hay un número limitado de hospitales y de profesionales de la salud para atender a la población. El sistema
de salud loretano es principalmente administrado por la Dirección Regional de Salud (DIRESA-Loreto) como
dependencia del GOREL y está enfocado en la atención primaria en salud. La DIRESA se organiza en 8 redes
El número de profesionales de la salud contratados por el sector público es pequeño y se concentra en las
ciudades mayores. En el departamento de Loreto, por cada mil personas trabajan 0,71 médicos, 0,31 enfermeros
y 0,21 obstetras, lo que está muy por debajo de lo recomendado a nivel internacional. La provincia de Datem
del Marañón tiene el menor número de médicos, con apenas 0,18 por cada mil habitantes (EsSalud, 2012).
EsSalud ha registrado 165.879 personas aseguradas por esta institución y las estadísticas del Seguro Integral
de Salud (SIS) señalan que, durante 2010, fueron aseguradas unas 886.330 personas de diferentes edades. Para
complementar la oferta de servicios de salud, la DIRESA cuenta con brigadas itinerantes de Atención Integral
de Salud a Poblaciones Dispersas y Excluidas (AISPED). Estas brigadas están conformadas por equipos de
especialistas (médico, enfermero, obstetra, laboratorista y motorista), que en el año 2010 brindaron atención a
52.355 pobladores de diversas comunidades alejadas en el departamento (Loreto, Requena, Yavarí, Tigre-Maquía,
Putumayo, Napo, Huallaga, Marañón I y Marañón II) (DIRESA, 2011).
Entre los procesos de importancia para la salud pública de Loreto, enfermedades de notificación obligatoria, se
encuentran la desnutrición, la salud materno-infantil, además de malaria, dengue, leptospirosis, VIH/sida, fiebre
amarilla y hepatitis B. La desnutrición crónica (talla escasa para la edad) es un indicador importante del avance del
departamento y su disminución contribuirá a garantizar el desarrollo de la capacidad física e intelectual, emocional
y social de las niñas y niños. En 2010, la desnutrición crónica afectó al 31% de niñas y niños menores de cinco años,
pero esta situación refleja una tendencia decreciente ya que en el año 2000 fue de 40,4%. La desnutrición crónica
sigue afectando principalmente a niñas y niños del área rural (36,5%), es decir 10,1 puntos porcentuales más que
en el área urbana (26,4%). Asimismo, la desnutrición aguda (peso para la talla) que pone en riesgo la vida de la
niña o niño, en el año afectó al 1,9% de niñas y niños menores de cinco años de edad, porcentaje muy similar al
observado en el año 2000 (1,8%)17. Para la disminución de la desnutrición es de gran apoyo el Programa Juntos, que
provee de recursos financieros a hogares con niños menores de 3 años con el fin de que estos puedan contar con
sus controles de crecimiento completos en los distritos de Mazán, Torres Causana, Tigre, Trompeteros y Urarinas,
Balsapuerto, Jeberos, Cahuapanas, Manseriche, Morona y Pastaza (Juntos, 2012).
Entre los indicadores de salud materno-infantil, la Tasa de Mortalidad de Niños Menores de 5 años en Loreto a
febrero de 2005 fue de 60,6 defunciones por cada mil nacidos vivos (ENDES, 2010). La mortalidad en la niñez fue
mayor en el área rural con una tasa de 82,7, mientras que en el área urbana fue de 41,3 defunciones de menores
de cinco años por mil nacidos vivos. Un problema de especial consideración en Loreto son las Enfermedades
Diarreicas Agudas (EDA), las cuales en 2011 tuvieron una incidencia acumulada de 703,2 por cada diez mil
habitantes, muy por encima del valor nacional, que es de 365,6 por cada diez mil habitantes. Las provincias
donde este mal es endémico son Datem del Marañón, Loreto, Maynas y Requena (DGE, 2012).
La incidencia de la malaria ha disminuido sustancialmente entre 2007 y 2011, especialmente a partir de 2010
en que la reducción fue de más de 10.000 casos. En el año 2011, los casos notificados de malaria del tipo vivax
(benigna) fueron del orden de 9.198 y los de malaria tipo falciparum fueron 2.465. No se reportaron casos de
malaria mixta, ni defunciones en los últimos dos años. Con respecto al dengue, no se habían notificado casos
considerables en el país desde la década de 1950, hasta que hubo un rebrote importante a inicios del año 1991.
Desde entonces, se presentan casos de dengue en Loreto, incrementándose principalmente en las épocas de
invierno (diciembre a marzo). Entre el año 2008 y el 2010, el promedio de casos reportados a nivel nacional fue
de 7.500; sin embargo, en el año 2011 se produjo un rebrote del dengue llegando a 24.133 casos. En Loreto se
presentan más del 90% de los casos a nivel nacional, quedando afectadas 22.570 personas (casos confirmados),
de los cuales 158 fueron graves y se produjo el fallecimiento de 19 personas (DIRESA, 2012).
La leptospirosis es endémica en Loreto. Desde mediados del mes de marzo 2012, el riesgo de contagio se ha
incrementado debido a las inundaciones. Entre 2008 y 2010, el número de casos de leptospirosis (confirmados y
probables) no sobrepasaba los 200 a nivel nacional. Sin embargo, en 2011 y 2012 el número se ha incrementado
considerablemente. Solo en Loreto, en lo que va del año 2012, se han notificado 329 casos de leptospirosis, de
los cuales el 19% (64) son confirmados. Asimismo, han sido notificadas tres muertes con diagnóstico confirmado
de esta enfermedad (dos procedentes del distrito de Punchana y uno procedente del distrito de Nauta). El 90%
(300/329) de casos proceden de la provincia de Maynas (DGE, 2012).
Loreto es el tercer departamento en el Perú con más casos de infección de VIH/sida, apenas después de Lima y
Callao. En Loreto, la tasa de incidencia acumulada entre el año 1983 y 2010 es de 126,12 (un caso por cada diez
mil habitantes) por encima de la tasa nacional que asciende a 114,94 (Pun et al., 2011).
Otras enfermedades sometidas a vigilancia son la fiebre amarilla y la tuberculosis. Los casos de fiebre amarilla a
nivel nacional son raros (54,8 es el promedio en el los últimos cinco años) al igual que en Loreto, donde se dieron
casos aislados en los distritos de Pebas y Teniente César López Rojas (entre 1 y 2 casos). Respecto a la tuberculosis,
se mantiene alta en Loreto, con 1.118 casos en 2010, siendo esta una enfermedad más urbana que rural, ya que
el mayor número de casos se dio en la ciudad de Iquitos. Otro indicador de problemas de salud tiene que ver
con violencia familiar y sexual. Según el Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual del Ministerio de
la Mujer, en el año 2011 se atendió un total de 852 casos por situaciones de violencia familiar y sexual, de los
cuales 128 fueron contra hombres y 724 contra mujeres. Los cuatro Centros de Emergencia Mujer de Punchana,
Yurimaguas, Ramón Castilla y Nauta atienden en promedio tres casos al día por situaciones de violencia familiar o
sexual (MIMDES, 2008).
Desde fines de la década de 1990, la hepatitis B viene afectando a las comunidades Kandozi y Shapra, ubicadas
en la provincia de Datem del Marañón, en la zona conocida como Abanico del Pastaza, lo que llevó a que en
Uno de los temas siempre presentes en la agenda de los pueblos indígenas es lograr la seguridad jurídica de
sus territorios, entendido este como el hábitat de las regiones que ocupan y como el fundamento del derecho
a la identidad cultural. El derecho al territorio reconoce a los pueblos indígenas: (i) la propiedad y posesión sobre
las tierras que tradicionalmente y ancestralmente ocupan; (ii) la utilización, administración y conservación de los
recursos naturales existentes en la tierra indígena; (iii) la relación especial que los pueblos indígenas mantienen con
las tierras, territorios, aguas, mares costeros y otros recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado y utilizado,
y (iv) las relaciones e instituciones sociales, políticas, económicas, ambientales existentes entre el grupo humano
indígena, los indígenas y cada uno de los elementos de su entorno.
En el caso peruano no se reconoce el derecho al territorio, ciñéndose únicamente al reconocimiento del derecho
a la tierra de las comunidades nativas y campesinas, con algunas restricciones correspondientes al marco general
de los recursos naturales: (i) solo se otorga título de propiedad sobre las tierras de aptitud agrícola, pastos y
ganadería, y (ii) se suscribe un contrato de cesión en uso sobre las tierras con aptitud forestal.
Loreto tiene 815 comunidades nativas inscritas, de las que se han titulado 499, es decir que faltaría titular a 316
comunidades. El área de las comunidades ya tituladas abarca 4.018.426 ha, de las que 3.111.647 ha tienen título
de propiedad y 906.779 ha son tierras cedidas en uso por el Estado (Barclay, 2011) (cuadro 21).
CUADRO 21. Número de comunidades nativas inscritas y tituladas y superficie de áreas tituladas y cedidas en uso en
Loreto al 2011
Provincia Inscritas Tituladas Área titulada Área cedida Área total % titul.
18 “La hepatitis B en pueblos Shapra y Kandozi sigue en aumento” Servindi, 27 de junio de 2010.
19 “Piden mejorar tratamiento de enfermos con hepatitis B en comunidades Kandozi y Shapra” Servindi, 17 de mayo de 2012.
Los datos sobre las comunidades nativas que deberían ser reconocidas, las que están por titular y las que
demandan ampliación, varían de año a año debido a la incorporación de nuevas demandas y también según las
fuentes. Informaciones de 2012 del Instituto del Bien Común (IBC) y de la AIDESEP mencionan 46 comunidades a
ser reconocidas, 384 a ser tituladas y 58 a ser ampliadas, es decir en total 488 grupos o comunidades que esperan
decisiones finales. Estas demandas podrían representar cerca de un millón de hectáreas adicionales.
Cocama-Cocamilla (Kukama- Alto Amazonas (6), Datem del Marañón (1), Loreto (1), Ramón Castilla
13
Kukamiria) (1), Ucayali (1) Requena (3)
Total 46
© P. Puertas / WCS
En Loreto existen 95 comunidades campesinas de las cuales solo 45 han sido tituladas. Las comunidades
inscritas tienen en promedio 65 familias, aunque algunas tienen más de 500 familias. El área titulada a favor de
comunidades suma 279.259 ha incluyendo el área propiamente titulada y el área cedida en uso por el Estado
(Barclay, 2011) (cuadro 25).
CUADRO 25. Número de comunidades campesinas inscritas y tituladas por provincia y superficies en Loreto en 2011
Tituladas y Área
Provincia Inscritas Área cedida (*) Área cedida (*)
ampliaciones titulada (*)
Alto Amazonas 0 0 -- -- --
D. del Marañón 2 0 -- -- --
Loreto 12 9 21.548,20 32.666,39 54.215,28
Maynas 67 31 156.761,08 44.486,68 201.247,76
M. R. Castilla 5 4 19.579,78 4.215,84 23.795,62
Requena 6 0 -- -- --
Ucayali 0 0 -- -- --
Total 95 45 197.889,06 81.368,92 279.258,66
En esta sección se repasan los elementos que en la actualidad sustentan la economía loretana. La temática
sectorial es revisada apenas desde su punto de vista productivo, en forma meramente descriptiva.
Loreto es un departamento muy grande, pero su aporte al PBI nacional es desproporcionadamente bajo, apenas
1,7%, comparable con departamentos pequeños. De otra parte, a pesar de que en apariencia el petróleo es su
recurso más importante y que, en efecto, es una fuente considerable de recursos del GOREL a través de regalías,
su aporte a la economía regional es muy bajo, apenas un 5% del valor agregado bruto de 2009. Además, en
la última década, la tasa anual de crecimiento ha sido inferior a la del promedio de los demás departamentos
(Cuadro 26) (INEI, 2010). Aun así, el valor agregado bruto viene creciendo, pasando de 2,4 mil millones en 2001 a
3,3 mil millones en 2009. Su valor agregado bruto (VAB) por habitante era de 3.402 Nuevos Soles en 2008.
Los servicios (públicos y otros) son el principal grupo de rubros que contribuyen al VAB loretano. Después
vienen el comercio y el aprovechamiento de recursos naturales renovables (agricultura, explotación forestal,
caza y pesca), seguidos por la manufactura (que incluye el procesamiento maderero). El rubro “agricultura,
caza y silvicultura” esconde una realidad poco explícita pues todo indica que el subsector forestal es el que, en
realidad, más aporta a esta cifra. Más aun porque la madera es asimismo la materia prima principal de la industria
(manufactura) regional. Según Grández (2012c), en 2001 el peso relativo del sector agropecuario y pesca, juntos,
fue de 17,8%, en el PBI de Loreto a valores reales. En 2011, estos sectores fueron de 13,6%, lo que significa que la
pérdida monetaria real fue de 189 millones de soles.
Porcentaje
Región
2001-2009 TCPA *
Amazonas 59.10 5.98
Loreto 36.59 3.98
Madre de Dios 60.36 6.08
San Martín 64.99 6.46
Ucayali 51.44 5.32
Lima 62.41 6.25
Perú 59.08 5.97
La actividad manufacturera es el cuarto sector en orden de importancia, con un aporte de 12,6% al VAB
departamental. Las principales actividades son las de madera aserrada, triplay, bebidas malteadas, bebidas
gaseosas y conservas de palmito. Le siguen en importancia los embutidos de chancho, el oxígeno industrial y
medicinal y los derivados del petróleo crudo. Otras industrias que se vienen desarrollando en menor grado son
las de fabricación de botes de aluminio y el ensamblaje de motocicletas (cuadro 27).
Rubros Valor
Agricultura, caza y silvicultura 522.551
Pesca 33.746
Minería 171.759
Manufactura 403.260
Electricidad y agua 69.936
Construcción 191.333
Comercio 568.601
Transportes y comunicaciones 244.743
Restaurantes y hoteles 204.865
Servicios gubernamentales 396.356
Otros servicios 522.578
Valor Agregado Bruto Loreto 3.329.728
Los indicadores laborales de 2008 señalan que el 50,1% de la población de Loreto estaba adecuadamente
ocupada. La tasa de subempleo era de 46,7%, la de desempleo de 3,2% y la de ocupación de 69,7%. En ese
año, la población económicamente activa ocupada era de 437.313 personas, mientras que la desocupada era
de 14.223. Como inactivos se contabilizaron 175.694 personas. El 62% de la población ocupada eran individuos
independientes no calificados y trabajadores familiares no remunerados (CEPLAN, 2010). El segundo rubro de
empleos era de obreros (13,2%) y el tercero era de empleados públicos (9,7%). El ingreso promedio mensual
de la población económicamente activa asalariada en 2008 era de S/.1.045 Nuevos Soles. En el año 2007 la
población en edad de trabajar de la ciudad de Iquitos estaba conformada por 283.886 personas, de las cuales
el 59,3% pertenecía a la población económicamente activa (PEA). Esta última estaba empleada en un 93,2%.
Por grupo ocupacional, la mayor parte de la población económicamente activa se desempeña como vendedor
(27,9%), artesano operario (14,9%), profesional técnico (14,4%) o trabajador de servicios (14,1%), que en conjunto
representan el 71,3% de la PEA ocupada (MINTRA, 2007).
En esta sección, se describen brevemente y sin entrar en detalles, las principales actividades económicas del
departamento. En un próximo capítulo se analizarán las implicaciones socioambientales de la forma en que esas
actividades se han desarrollado y se desarrollan.
3.2.1 Petróleo
Los hidrocarburos son una promesa parcialmente cumplida para el crecimiento económico de Loreto. Entrando
en la década de los años 1980, el petróleo loretano era muy importante para el Perú y, obviamente, para Loreto.
En 1980, por ejemplo, la producción de Loreto fue de 46 millones de barriles contra apenas 14,5 millones de
barriles producidos en la Costa Norte y 10,2 millones extraídos del zócalo continental. Pero más tarde, en la
década de los años 1980, se produjo un serio cuestionamiento de los contratos petroleros y de la actividad en
general, lo que aunado a problemas de mercado generó un fuerte decaimiento de la actividad que dejó de
invertir en exploración. Como consecuencia, las reservas probadas cayeron a un mínimo y lo mismo ocurrió
En este momento (cuadro 28), en Loreto hay 30 lotes para hidrocarburos. De estos, 4 están en explotación, 23 en
exploración y 2 en negociación activa. Los lotes en producción son de las empresas Pluspetrol Norte (Lote 1AB y
Lote 8), y Maple Gas (Lote 31B). El Lote 8 está disperso sobre 5 áreas diferentes, mientras que el 67 lo está en dos.
CUADRO 28. Lotes con contratos de explotación y exploración vigentes en Loreto según compañía operadora, fecha
de suscripción del contrato y área del lote (2012)
Lote Empresa operadora Fecha Área total (km2) Área Loreto (km2)
Contratos de explotación
1AB Pluspetrol Norte S.A. 29.05.2001 4.984 4.984
8 Pluspetrol Norte S.A. 20.05.1994 1.825 1.825
31B Maple Gas Corporation del Perú S.R.L. 30.03.1994 626 626
67 Perenco 13.12.1995 1.020 1.019
Total 8.455 8.454
Contratos de exploración
64 Talismán Petrolera del Perú, LL.C 07.12.1995 7.610 7.610
39 Repsol Exploration Peru 09.09.1999 8.875 8.863
31E Maple Production del Perú, Perú 06.03.2001 1.411 1.408
100 Compañía Consultora de Petróleo S.A. 26.03.2004 77 77
103 Talismán 09.08.2004 8.708 2.466
95 Harken del Perú Ltd., Sucursal del Perú 27.04.2005 5.230 5.230
102 Ramshorn International Ltd. 13.12.2005 1.267 1.267
109 Repsol Exploración Perú Marañón 16.12.2005 3.588 3.588
115 Pluspetrol E & P S.A. 13.12.2005 2.443 2.432
116 Maurel Et Prom Peru S.A.C 12.12.2006 6.577 828
117 Petrobras Energía Perú S.A. 16.05.2006 11.029 10.938
121 Barrett Resources 14.07.2006 3.526 3.515
123 Burlington Resources Peru Limited 29.06.2006 9.393 9.393
129 Burlington Resources Peru Limited 24.05.2007 4.730 4.730
130 CEPSA Perú S.A. 16.04.2009 12.800 12.800
135 Pacific Stratus Energy, Perú 21.11.2007 10,206 10.166
137 Pacific Stratus Energy, Perú 21.11.2007 4.489 4.487
144 Kei (Peru 112) PTY Ltd. 144 16.04.2009 6.835 6.835
Lote Empresa operadora Fecha Área total (km2) Área Loreto (km2)
160 Kedcom Co. Ltd, Sucursal del Perú 16.04.2009 4.848 4.848
161* Pan Andean Resources 16.04.2009 4.921 3.402
Vietnam Oil and Gas Group PVEP Peru,
162* 16.04.2009 4.727 679
Sucursal Peruana
178 Emerald Energy (Sinochem) 29.09.2012 5.007 5.007
179 Ecopetrol del Perú S.A. 29.09.2011 3.504 3.504
183 Hydrocarbon Exploration PLC. 28.09.2011 3.973 3.160
185 Emerald Energy (Sinochem) 28.09.2012 3.974 3.974
Total 142.624 124.084
En el mes de setiembre de 2012, el directorio de PERUPETRO S.A anunció la promoción de nuevos lotes de
hidrocarburos en el país, aprobando luego la delimitación de 36 lotes que formarán parte de un nuevo proceso
de selección de empresas para la exploración y explotación de hidrocarburos. De esta nueva promoción de lotes
de hidrocarburos, 17 se encuentran en Loreto.
A pesar del enorme incremento en las áreas concesionadas, los niveles de producción de la década de 1970 y 1980
no se han recuperado, como se aprecia en el cuadro 29. El peso actual del petróleo en la economía de Loreto es
de solo 19%, aunque en el pasado llegó a 65%. Esta reducción no ha significado una reducción de los ingresos
derivados del petróleo, como se observa en el cuadro 30. Grández (2012) apunta que de 2005 a 2011 Loreto recibió
1,6 mil millones de Nuevos Soles en transferencias por canon y sobrecanon y que en 2011 eso sumó tan solo 201,9
millones de Nuevos Soles, un monto ligeramente diferente del mencionado en el cuadro 30.
En la actualidad, el petróleo de Loreto es transportado por distintas rutas con diverso destino. La producción del
Lote 1AB se canaliza al terminal de Bayóvar a través del Oleoducto Norperuano, siendo previamente mezclado
en Andoas para alcanzar el nivel de gravedad mínimo requerido. La producción del Lote 8 se transporta por
un ducto hacia el sur hasta la Estación 1 en San José de Saramuro, desde donde una parte es conducida por el
oleoducto hacia la costa para la Refinería de Talara o para su exportación desde Bayóvar.
Año Total Pluspetrol 1AB*** Pluspetrol 8*** Maple 31B/D * Maple 31E**
…… … … … …
Por otro lado, una proporción menor del crudo sólo transita por el oleoducto hasta la Estación 6 para ser
procesada en la Refinería El Milagro, en el departamento de Amazonas, cerca a dicha Estación. El resto de la
producción del Lote 8 parte de Saramuro por vía fluvial, en barcazas tanque con el fin de ser procesado en la
refinería de Iquitos cuyo combustible atiende la demanda de Iquitos, Yurimaguas y Tarapoto y sus respectivos
aeropuertos. En Iquitos existe una refinería para derivados del petróleo que tiene, entre sus principales
productos, el petróleo industrial, la gasolina de 84 octanos, el Diesel Nº 2, el Turbo A-1 y el Kerosene. Para
poder refinar el petróleo como gasolina, la refinería de Iquitos requiere importar nafta craqueada, lo que antes
se hacía desde Talara, por barco, y actualmente se logra con el abastecimiento desde la refinería de Petrobras
en Manaos.
3.2.2 Agricultura
La actividad agropecuaria de Loreto, a pesar de ser incipiente, brinda muchos empleos y, además, es la que abastece
a las ciudades y garantiza la alimentación familiar en el medio rural. Los principales cultivos son: maíz amarillo duro,
arroz, plátano, yuca, piña, frijol y camu camu y está comenzando a desarrollarse cultivos de
palma aceitera, sacha inchi y palmito de pijuayo. La información exacta sobre el área
cultivada en Loreto no figura con claridad en los planes de desarrollo agropecuario Agricultura
del departamento (MINAG, 2008) que mencionan 173.557 ha, ni en las estadísticas
del Sistema Integrado de Estadísticas Agrarias (SIEA, 2012)20. Barclay (2011) cita El 75% o más de la
184.601 ha en 2009, incluyendo casi 10.000 ha de pastos, pero no indica la superficie agrícola loretana,
fuente de esa información, aunque probablemente sea del GOREL. produce yuca, plátano,
arroz y maíz para consumo
En base al SIEA, que parece manejar los datos más precisos y más recientes regional y es de muy baja
pero que no ofrece información sobre todos los cultivos, puede estimarse que productividad.
en 2010 se cultivaron unas 160.000 ha. Las mayores extensiones, con más de
30.000 ha cada una, son dedicadas a yuca, plátano, arroz y maíz. La productividad
de la agricultura de Loreto es muy baja debido a la falta de créditos, de asistencia
técnica y al alto costo del transporte, entre otros factores.
20 En las estadísticas mencionadas no se sabe en qué medida esa extensión incluye o no tierras en descanso o barbecho. Tampoco se sabe
en qué medida incluye pastos. Pero, para efectos de este ejercicio, se considera que son hectáreas efectivamente cultivadas.
También hay una política expresa del GOREL para favorecer plantaciones de palma aceitera. Loreto ocupa el tercer
lugar en superficie dedicada a la palma aceitera (en producción, en crecimiento, en vivero y por rehabilitar) con
alrededor de 6.700 ha en 201021, atrás de San Martín (27.225 ha) y Ucayali (9.804 ha). Informaciones más recientes
indican que en Loreto ya habría casi 10.000 ha. La mayor concentración se encuentra en su zona limítrofe con
San Martín, en la provincia de Alto Amazonas. Se trata del proyecto Palmas del Shanusi emprendido por el Grupo
Romero en el año 2006. Para este proyecto, el Estado adjudicó 7.029 ha a la empresa que además compró 1.829 ha
adicionales a propietarios de la zona, por lo que el proyecto tiene una extensión total de 8.858 ha. Como se verá en
la Parte II de este trabajo, hay planes muy consistentes para ampliar esa área.
En 2010, según UNODC/DEVIDA (2011), se han registrado 3.323 ha de coca en Loreto y parte colindante del Marañón
(en Amazonas). La distribución ese año era de 1.193 ha en el Marañón, 936 ha en el Putumayo
(Yuvineto) y 1.040 ha en el Bajo Amazonas (Caballococha) y Napo (Santa Clotilde). Estas
cuencas representan el 5,4% de la superficie de coca cultivada en el Perú y tiene
un crecimiento exponencial, habiendo aumentado 90% entre 2009 y 2010. Pero,
datos recientes dados a conocer con motivo de los operativos policiales de
¿Cuánta coca
julio 2011, hablan de “más de 3.500 ha en el departamento”, principalmente
se cultiva?
en la provincia de Mariscal Ramón Castilla. En 2011, el Presidente del GOREL Las informaciones
mencionó en un evento público que habría hasta 40.000 ha de coca en sobre la extensión cultivada
Loreto22 basándose en información de campo proporcionada, entre otros, con coca varían de poco
por el sector forestal regional23. La policía de Loreto (DIRANDRO) mencionó más de 3.000 ha hasta más de
la existencia de no menos de 25.000 ha24. Aunque no haya tanto, de hecho 50.000 ha.
hay más coca que la que indican las cifras oficiales. En el Putumayo los cultivos
se concentran en su cuenca alta, y en el Napo se hallan en los afluentes de la
margen derecha, como los ríos Tacsha-Curaray y Curaray (Barclay, 2012). Asimismo,
según diversas fuentes del GOREL, la dispersión del cultivo de la coca es muy grande en
Loreto. Por ejemplo, existiría coca plantada inclusive a lo largo de la carretera Iquitos-Nauta y su plantío está
incrementándose rápidamente en la zona conocida como Bajo Amazonas, en especial en la cuenca del Yavarí.
La actividad pecuaria está menos desarrollada que la agricultura, estimándose que existen unas 39.000 cabezas de
vacunos en todo el departamento, conducidas sobre 31.000 ha de pastos (Ríos, 2007)25. En 2009, fue creado un
Fondo de Fomento para la Ganadería Lechera de Loreto, con sede cerca de Yurimaguas. Loreto produce, en efecto,
un volumen moderado de leche. También hay algunos criadores de bubalinos, por ejemplo en Orán, donde unas 150
cabezas se usan para producir queso. Pero, la actividad más desarrollada es la avicultura con niveles de tecnología y
rendimiento semejantes a los de la Costa. Como es lógico, se localiza principalmente en el eje Iquitos-Nauta.
En 2010, la producción forestal del Perú fue de 7,8 millones de metros cúbicos, de los que 7 millones (89,8%)
fue leña. En ese lapso, Loreto produjo 637.557 m3 de madera rolliza y 107.957 m3 de madera aserrada, bastante
menos que Ucayali, Madre de Dios y Junín. Como se observa en el cuadro 31, en 2010 en Loreto se explotaron
más de 50 especies de árboles, siendo las más usadas la cumala (136.000 m3), la capirona (83.000 m3), la lupuna
(78.000 m3), el capinuri (67.000 m3), el shihuahuaco (49.000 m3), el tornillo (45.000 m3) y la bolaina (21.000 m3).
En términos de madera aserrada, la mayor producción corresponde a la cumala (49.000 m3) y al tornillo (16.000
m3). El cedro aserrado alcanzó 12.000 m3 y la caoba no es mencionada en las estadísticas oficiales, salvo que se
le considere bajo la denominación de aguano (543 m3) (cuadro 31). La DGFFS (2011) estimó en 401.000 m3 la
producción y consumo loretano de leña. Es, efectivamente, muy significativa y creciente la producción de postes,
carbón y leña, que salen tanto de las riberas de los ríos cercanos a Iquitos como de la carretera Iquitos-Nauta.
Como se observa en el cuadro 32, desde 2005 la producción de madera viene aumentando consistentemente
por diversos factores, entre ellos el traslado de madereras de otras regiones, el creciente uso de maquinaria
de extracción y, obviamente, el otorgamiento de concesiones forestales de largo plazo y buen tamaño. Las
provincias donde se da la mayor parte de la extracción forestal son actualmente Requena (39%) y Ucayali
(31%). Es de destacar que se están explotando nuevas especies en la medida en que las maderas finas fueron
haciéndose escasas en las zonas accesibles desde las áreas ribereñas de Loreto.
En la actualidad son unas 35 especies las más empleadas por la industria de Loreto, no obstante que la lupuna,
cumala, caoba y cedro representan el 79,4% de la madera aserrada. La introducción de tractores forestales ha
permitido establecer nuevos frentes en zonas previamente inaccesibles. Ese es uno de los factores que ha
multiplicado en Loreto las carreteras vecinales construidas directamente por las empresas forestales o por las
municipalidades. En el último lustro, la apertura de nuevos frentes, particularmente al este del río Ucayali, ha
resultado en un incremento sustancial de la madera rolliza extraída anualmente en Loreto.
A nivel de madera procesada, Loreto produjo 149 m3 de parquet, principalmente de capirona y de estoraque;
184 m3 de madera laminada y chapas decorativas de cumala, capinuri y lupuna y 45.000 m3 de triplay. Este
último producto es el motor de la industria maderera loretana que usa, primordialmente, cumala y lupuna y que
representa el 82% de la producción nacional de ese insumo. Las empresas más importantes son: Triplay Martin
S.A.C. (TRIMASA), Maderera DGP S.A.C, Desarrollo Forestal S.A, Laminados y Manufacturas de Maderas S.A., Triplay
Enchapes S.A.C., Industrial Madex E.I.R.L., Maderas de Banak S.A.C., Industrial Maderera Zapote S.A., Sico Maderas
S.A.C. y Andrews Lumber Products S.A.C.
La estadística también recoge información sobre productos de madera más elaborados, de los que los más
importantes son las paqueterías cortas y largas, partes de escobas y similares y, las ripas que en total representan
unos 13.000 m3 adicionales.
Loreto produjo, en 2010, unos 7.000 kg de uña de gato, 1.700 lt de sangre de grado y 240 lt de leche de ojé.
Es evidente que esta lista es incompleta y que, entre otros productos, también se cuenta el caucho, aceite de
copaiba, chuchuhuasi, clavo huasca, iporuro, ajo sacha, chancapiedra, mucura, palmitos y una diversidad de
frutos como camu camu silvestre, aguaje, humarí, ungurahui, ubos, etc.
De los 7.553.649 ha que es el área actual de bosques de producción permanente en el Perú, 2.644.756 ha (35%)
están en Loreto. En este ámbito, hay 250 contratos de los cuales 194 están vigentes y abarcan 1.936.449 ha. Hay
32 con plan de cierre, 21 con caducidad declarada y 55 están sometidos a procedimiento administrativo único
(DGFFS, 2011). En 2011 existían también 4 concesiones forestales por adecuación de contrato, que abarcaban
135.408 ha. Pero, según información del PRMRFFS del GOREL habría ahora sólo 85 contratos vigentes, de los que
apenas 10 estarían operando más o menos formalmente. Al parecer, en algunos casos las concesiones estarían
en realidad sobre bosques de protección o sobre aguajales, y en otros es evidente que los concesionarios
simplemente no tienen la capacidad económica para explotarlas. De cualquier modo, el 73% de las concesiones
otorgadas en Loreto posee entre 5.000 y 10.000 ha de extensión (Malleux, 2010) y en ellas es obvio que se produce
la mayor parte de las irregularidades. Solo el 9% de las concesiones tiene más de 20.000 ha. Es importante señalar
que las autoridades regionales estiman que apenas el 30% de la madera producida en el departamento procede
de las concesiones. El 70% proviene de permisos de extracción que en su gran mayoría están en comunidades
nativas, aunque la madera salga, en realidad, de cualquier lugar.
La Defensoría del Pueblo (2010) estimó que el 85% de la madera de la Selva tiene origen ilegal, pero otros calculan
que en la actualidad mucho más del 90% de la producción maderera es ilegal (AIDESEP, 2007; Dourojeanni,
2011). El problema es que, como se ha dicho, la ilegalidad no solamente es determinada por la extracción de
madera en lugares diferentes al autorizado, como cuando se usan las concesiones y permisos para “blanquear”
madera extraída de reservas territoriales, bosques de protección o hasta de áreas naturales protegidas. En otros
casos se trata de madera simplemente robada o de hacer pasar especies valiosas como si fueran comunes o
con tamaños inferiores a lo permitido. El mero hecho de no aplicar planes de manejo, aunque eventualmente
existan, la hace intrínsecamente ilegal.
Las concesiones forestales con fines no maderables en Loreto, al 2011, eran 6 para ecoturismo sobre 10.169 ha y 5
para conservación sobre 303.438 ha. Solamente había una concesión para manejo de fauna sobre apenas 729 ha.
Loreto tendría, de acuerdo a la DGFFS (2012), 636.420 ha por reforestar que, en su casi totalidad, son áreas que
fueron deforestadas y que están en descanso o abandonadas. Pero, contradictoriamente, no se ha otorgado
ninguna concesión con fines de reforestación. Las estadísticas forestales muestran que hasta 2011 existirían
23.480 ha ya reforestadas en Loreto. Esta cifra parece exagerada, pues, como por ejemplo lo reporta Barclay
(2011), en 2001, 2002 y 2003 se reforestaron anualmente apenas 121, 454 y 141 ha, respectivamente.
La pesca en Loreto no es un rubro importante de la economía regional pero es esencial para la alimentación
de sus pobladores, en especial para la población indígena y ribereña. El consumo per cápita de pescado en
la Amazonía peruana estaría en el rango de 19,6 a 36 kg/año en ciudades como Iquitos y entre 56 y 101 kg/
año en las comunidades ribereñas (Guerra, 1995). La pesca sustenta la dieta de aproximadamente el 90% de
la población ribereña y el 70% de la población de las ciudades (Alvarez y Ríos, 2009c). La oferta de pescado,
especialmente en las ciudades, se caracteriza por ser irregular, comportamiento típico de una pesquería multi-
específica, influenciada por el régimen hidrológico.
Los volúmenes globales de extracción pesquera amazónica peruana han sido calculados en alrededor de 80.000
TM. De estas, la pesca comercial es el 25% y la pesca de consumo es el 75%. Esta última es la realizada por los
pobladores de los caseríos asentados a lo largo de la ribera de los ríos. Se explotan unas 200 especies de peces
para consumo humano, de las que en la actualidad 70 son las más comunes, entre las que la llambina (33%),
el boquichico (28%), ractacara (12%), palometa (8%) y sardina (7%) son las principales, acompañadas de dorado,
maparate, doncella, yulilla y lisa. Estas constituyen aproximadamente el 80% de los desembarques. En Loreto, según
Álvarez y Torres (2009), se registró la extracción de 14.135 TM en 2006, en su mayor parte medida en Iquitos (42%)
y en Yurimaguas (27,6%). Un estudio de García et al. (2008) revela que la captura anual de peces en la región de
Loreto, incluyendo secos y salados, pasó de 8.713 TM desembarcadas en 1984 a 16.023 TM en 2006 y que, a pesar
de fuertes variaciones anuales, que pueden ser muy grandes (por ejemplo, en 1999 se descargaron 20.835 TM), el
incremento de la captura ha sido constante y elevado. Esa situación se repite en otras ciudades como Nauta, donde
los desembarques totales eran de 245 TM en 1999, 575 TM en 2006 y 821 TM en 2009 (Del Águila, 2011).
Las cifras de aumento de la producción pesquera en Loreto disimulan una realidad opuesta, que es la sustitución de
peces “nobles” como paiche, zúngaro, paco, gamitana y otros por especies menores que antes eran consideradas
de segunda y que tenían poca demanda en Iquitos. Estos peces nobles, comunes dos o tres décadas atrás, aún
se consiguen pero casi siempre con pesos o tamaños por debajo del límite permitido. Es decir que el aumento
de la producción no representa que el stock de recursos hidrobiológicos esté en buenas condiciones sino que, al
contrario, es apenas consecuencia de una mayor presión de pesca y de sustitución de especies.
Hay, en Loreto, 4.553 asociaciones de pescadores artesanales y 292 embarcaciones de pesca registradas, de las
que la inmensa mayoría (277) tienen menos de 5 m de eslora. Solamente 15 embarcaciones tienen más de 10 m
de eslora, de las que 6 tienen más de 20 m (Álvarez y Ríos, 2009c).
El caso del paiche es especial. A mediados del siglo XIX, el paiche salado se convirtió en la principal fuente de
proteína de la Amazonía. Se le consideraba el “ganado” de los ribereños y era fundamental en los centros poblados.
También fue alimento básico de los caucheros que usaban el paiche salado en sus incursiones en busca de jebe.
Pero esto solo duró hasta finales de la década de 1960. Con el crecimiento de las ciudades y la mayor demanda,
los pescadores introdujeron el uso de redes agalleras y otras técnicas de pesca masiva y, en apenas una década, el
paiche pasó de ser “carne del pobre” a “carne de ricos”. Por eso esta especie también se convirtió en interesante para
la piscicultura en forma semi-intensiva e intensiva, inclusive en jaulas, con buen dominio de técnicas de producción
de alevinos y alimentación (Alcántara et al., 2006).
Del mismo modo, se comercializan 7.412.565 unidades para uso ornamental, entre peces, plantas acuáticas,
crustáceos y moluscos, siendo el más representativo el rubro de peces ornamentales con el 98% del total.
Existen alrededor de 32 empresas comercializadoras de peces ornamentales (acuarios comerciales) que destinan
aproximadamente el 85% de su producción al mercado externo y el 15% restante al mercado nacional. En
2007, el valor declarado de la exportación fue de 1,9 millones de dólares. Las empresas exportadoras de peces
ornamentales principales son: Stingray Aquarium S.A.C., Amazonian Fish Export S.A.C., MF Tropical Fish E.I.R.L,
Amazon Tropicals Aquarium E.I.R.L., Aquarium Río Momon S.R.L., KC Fish E.I.R.L., Riverland Aquatics S.A.C., Acuario
Valentina E.I.R.L y Velásquez Delpino Christopher Luis. Hong Kong es el principal destino de estos peces. Entre
ellos hay exportación significativa de paiches y de anguilas eléctricas.
La caza ha perdido su lugar en la economía regional. Por ejemplo, entre 1962 y 1966 se exportaron 1.393.000
pieles y cueros por el puerto de Iquitos. Destacaban, por la cantidad, el cuero de sajinos y huanganas (930.000) y
venados (170.000) y las pieles de tigrillo (61.000) y de nutria (41.000). Las de jaguar y lobos de río sumaban unas
7.000. Y eso, según las fuentes, representaba menos del 60% de lo que realmente se exportaba y mucho menos
de la mitad de lo que realmente se mataba para el comercio, incluyendo desperdicios por mal almacenamiento
(Dourojeanni, 1985, 1990). Lamentablemente, no hay estadísticas recientes disponibles sobre estos rubros.
A eso debía sumarse el comercio de animales vivos. De 1965 a 1973 se exportaron legalmente casi 2 millones de
animales de los que la mayor parte eran monos (Soini, 1972) y aves. Se daba preferencia a especies raras. Se estima
que en realidad se exportaba más del doble y que inclusive las capturas eran muchísimo mayores pero había gran
mortandad durante en la propia captura, el transporte y a causa del maltrato. Tampoco se dispone de estadísticas
recientes sobre exportaciones de animales vivos. Se sabe que hay contrabando de especies valiosas.
Lo grave es que la fauna también ha perdido relevancia en términos de alimentación para las poblaciones
ribereñas y rurales. En los años 1960 y 1970 el consumo de proteínas animales provenientes de la caza alcanzaba
a 52 gr/día/habitante en el Bajo Ucayali y 76 gr./día/habitante en Jenaro Herrera, respectivamente (Pierret y
Dourojeanni, 1967; Ríos et al., 1973; Dourojeanni, 1985). Informaciones del INEI de 1995 indicaban que por
entonces aún se exportaban, a nivel nacional, 48.000 ejemplares de aves, 46.500 reptiles, 2.960 anfibios y 400
El caso de las tortugas acuáticas, en especial de las charapas, es particularmente grave, habiendo alcanzado
un colapso poblacional por abuso de caza y de recolección de huevos. Esta especie fue de gran importancia
económica y social en Loreto como en toda la Amazonía, pero a partir de mediados del siglo pasado
prácticamente desapareció comercialmente. Su recuperación se ve complicada por el hecho de que en Brasil
se ha comprobado que su reproducción también estaría siendo afectada por la contaminación mercurial, que
es mayor en los huevos cuanto mayor es la tortuga y cuanto más profundamente están enterrados. En el río
Tapajoz, donde fue hecha la investigación, hay contaminación por mercurio por explotación informal de oro
pero, asimismo, hay contaminación mercurial natural26. Es destacable el buen trabajo desarrollado en Loreto,
especialmente a partir de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en cuanto a manejo de la taricaya, una especie de
tortuga acuática cuya población se ha recuperado de manera considerable (ProNaturaleza, 2004, 2010; Álvarez,
2006). En cambio, la población de la charapa sigue en estado crítico.
3.2.5 Turismo
Las estadísticas sobre el turismo en Loreto varían mucho de fuente a fuente. Loreto habría recibido, en 2008,
143.234 turistas, de los que 89.867 son peruanos y 53.367 son extranjeros (Prialé y Seminario, 2009). La calificación
de “turista”, especialmente en el caso de los peruanos, es dudosa pues la estadística incluye otros motivos para
el viaje.
El principal atractivo para el turista internacional que visita Loreto es, obviamente, la naturaleza amazónica y su
gente. Aproximadamente el 76% de los extranjeros que llega a Iquitos tiene grado de instrucción universitario
y en su mayoría son norteamericanos y europeos (71%). Las estadísticas más confiables muestran que el turista
extranjero tiene un promedio de permanencia en Loreto de aproximadamente 1,96 días, mientras que el
promedio del turista nacional es levemente menor. Considerando la proporción (2/3 y 1/3) de turistas extranjeros
y nacionales, el promedio de permanencia es de 1,92 pernoctaciones. Esta cifra se muestra consistente desde
hace cuatro años. La mayor parte de las pernoctaciones sucede en hoteles de tres estrellas (36%) en los cuales la
participación de los turistas nacionales es mayoritaria, seguido de los establecimientos no clasificados (17,5%) en
los cuales también la participación de nacionales es la mayor. Siguen los albergues (15,9%) donde los extranjeros
son mayoría absoluta. En el caso del único hotel cinco estrellas, la participación de nacionales y extranjeros es
similar (Prialé y Seminario, 2009).
© P. Puertas / WCS
26 Estudo mostra que mercúrio tem afetado as tartarugas da Amazônia. Ambiente Brasil, 17 agosto 2012.
El ecoturismo en Loreto comenzó en los años 1950, con la empresa Wong Amazon Tour, la que cerró en los años
1970. Más tarde, desde los años 2000 en adelante, operan los cruceros Amazon Tours & Cruises, Amazon River Tours
y Junglex, con destinos diversos y recorridos de entre 3 y 10 días. Entre los albergues especializados, en 2002 se
contaba con unos 22 establecimientos de alto nivel y otros más económicos dispersos en un área que va desde
unos 15 km fuera de Iquitos hasta, los más alejados, a casi 200 km en el río Amazonas. Los más especializados
en ese periodo fueron Amazonia Expeditions, Explorama Lodge, Explorama Inn, Pink Amazon River Dolphin Exp.,
Sachamama, Yacumama y Zungarococha Lodge. Muchos se ubican a las orillas de ríos menos transitados y más
naturales.
En Loreto existen 6 concesiones de ecoturismo: José Luis Harmes Inversiones Manguare S.A.C. (130 ha), Luis
Zanelli Jones Zafre S.A.C. (9.739 ha) y Jaime Pérez Del Solar (300 ha).
3.2.6 Minería
Mientras que en la economía de Loreto, el peso del sector minero ha disminuido en la última década, el
número de petitorios y áreas comprometidas ha tendido a ampliarse, lo que podría revertir esa tendencia.
Como se aprecia en el cuadro 33, tras un largo período de decaimiento de interés en la minería aurífera, en los
últimos 4 años se ha dado un incremento en los petitorios mineros de Loreto en respuesta al aumento de los
precios internacionales del oro.
En junio del 2011 existían en Loreto 187 concesiones mineras sobre un área total de 117.181 has. En el cuadro 34
se muestra la información actualizada a 2010, que, según el INGEMMET, es algo diferente pero que confirma la
gran proporción de concesiones tituladas o en trámite para metales (oro en su mayor parte).
Actualmente, hay tres proyectos formales muy importantes de concesiones mineras para oro, ubicados en las
cercanías del río Marañón y que están avanzando rápidamente: (i) concesión Gorilla de la empresa Graystone;
(ii) concesión Tuanamillo de la empresa Kingdom Resources, y (iii) las concesiones Mika de la empresa GoldSands.
Aunque la actividad en las concesiones legales apenas está empezando, se sabe de la existencia de más
concesiones en trámite, y se prevé que la actividad seguirá aumentando.
Mientras tanto, la minería informal es la que más ha crecido, tanto en el lecho de los ríos, mediante dragas e
implementos similares, como en las riberas. En mayo de 2011 se aprobó un proyecto de ley que prohíbe el
uso de dragas para la actividad minera en toda la Amazonía, el cual aún no ha sido debatido ni promulgado.
Sin embargo, la explotación continúa y debido a eso la Marina de Guerra y las capitanías de puerto llevan
a cabo operativos de fiscalización de dragas a solicitud del GOREL, particularmente en los ríos Napo, Nanay
y Marañón, pero también en el Tigre. El número de dragas y artefactos fluviales similares que operan sin
autorización en estos ríos, y en el Putumayo, no es grande pero
es significativo y gran parte de ellos son informales. Según
información del GOREL, varias de las llamadas dragas son, en
realidad, embarcaciones de pequeño porte que usan métodos
muy primitivos (artefactos fluviales). Además, según lo indicado
por el GOREL, en su mayoría usarían técnicas gravimétricas
para separar el oro27. Tanto en el Napo como en el Marañón y
Putumayo, varias de las dragas que operan son propiedad de
brasileños o manejadas por estos. Ese fue el caso, por ejemplo,
Foto: Matt Finer
de dos dragas que operaron en el pasado en el río Nanay.
En la región de Loreto existen, además, canteras de tierras arcillosas para la industria ladrillera y artesanal, así
como también canteras con alto contenido de sílice. Aunque existen yacimientos de otros minerales, no se han
presentado petitorios al respecto.
Hay diferentes métodos y criterios para monitorear la pobreza. El comúnmente usado, por ejemplo en la Encuesta
Nacional de Hogares, es el de la llamada pobreza monetaria. Según esta, los niveles de pobreza y de pobreza
extrema en Loreto vienen disminuyendo, pero aún son sumamente altos. En 2009 se consideraba que el 56%
de la población era pobre y que el 27,3% vivía en la pobreza extrema. Según revisión reciente de ARA (2011a),
27 Las informaciones sobre ese asunto son muy contradictorias. . La Policía y la Marina de Guerra del Perú han encontrado frascos de
mercurio y otros químicos, como cianuro, en las intervenciones de las dragas en 2012.
Otra forma de describir la pobreza es el acceso a la ciudadanía y a sus beneficios. Pero, a junio de 2010, solamente
669.559 ciudadanos (75% de la población) estaban identificados con DNI (CEPLAN, 2010). La pobreza es visible a simple
vista en Iquitos, donde los mendigos son comunes, la prostitución es evidente, la delincuencia crece año a año y donde
el subempleo mal remunerado es obvio con la proliferación de moto taxis y de vendedores ambulantes.
Hay mucha discusión sobre el significado de pobreza en términos de calidad de vida en zonas boscosas tropicales.
Las poblaciones indígenas que viven en aislamiento o que tienen poco contacto con la mayoría nacional pueden
tener, según varios parámetros, una calidad de vida mejor que la de ciudadanos urbanos que, aunque no sean pobres,
están sometidos a toda clase de inseguridades y presiones. Estos parámetros consideran, además de los aspectos
materiales, los espirituales así como el sentido de armonía con la naturaleza y los recursos naturales de los cuales
depende la subsistencia de estos pueblos, todo lo cual es conocido como el “Buen Vivir” (Bebbington et al., 2011).
Sin embargo, para muchos pobladores indígenas y otros en el medio rural del Loreto actual, las amenazas a su
calidad de vida van en aumento ya que ellos han visto cómo la caza y la pesca están disminuyendo, las aguas que
consumen en muchos casos están contaminadas con los residuos de las actividades extractivas28 y, por la educación
recibida y las influencias externas, ahora dependen cada vez más de productos que deben comprar a intermediarios
y a precios indecentes. Sin embargo, como lo revela una encuesta de percepción de pobreza realizada en 2009 por
la Encuesta Nacional de Hogares, todavía el 81% de los jefes de familia loretanos consideran que viven bien, aunque
el 91% también dice que sus ingresos apenas alcanzan para el gasto corriente o que no alcanza. Otra característica
importante es que el 70% declara que sus ingresos son más o menos inestables o muy inestables.
El tema de género es muy poco y mal documentado para Loreto. Se sabe que la mujer loretana, especialmente
en el caso de ribereños y campesinos así como en el de las familias urbanas pobres, juega un rol fundamental
en la economía familiar, conduciendo las labores agropecuarias en ausencia de los maridos. Estos deben alejarse
enganchados en la zafra forestal o en la pesca artesanal o sirviendo como operarios (trocheros o materos) en la
exploración petrolera. En el caso de las mujeres que viven en un medio urbano, ellas manejan pequeños negocios
o se emplean como domésticas. Además, como es obvio, en ellas recae la responsabilidad de la gestión del hogar y
del cuidado de los hijos. Es sin duda urgente realizar un análisis más profundo de la situación de la mujer en la región.
28 El equipo fue informado que, aplicando parámetros de calidad de agua para consumo humano de la OMS, son muy pocos los ríos de
Loreto que tienen agua potable.
El marco político nacional para el desarrollo amazónico cambia con cada gobierno y también durante sus
mandatos. Ocurre que, en realidad, no existe una política nacional amazónica ni tampoco una política para la
Selva que esté escrita y pueda ser consultada. Existen sí, lineamientos e ideas generales sobre qué hacer con
la Amazonía que, mal que bien, se mantienen de gobierno a gobierno con cierta unanimidad en los principios
como aquellos que se refieren a la defensa del territorio, a la conectividad y al acceso a la energía, además del
derecho a la educación y a la salud, entre otros, que son obvios. Pero, como se ha dicho, son apenas esbozados
a nivel de líneas generales.
Por eso es que, al final de cuentas, para saber cuál es la política que se aplica en la Amazonía o en Loreto, en
este caso, se debe acudir a la legislación que, en principio, debería ser una expresión de la política nacional y
que, por lo menos, está escrita y es un poco más durable. Pero al analizar la legislación que compete a la Selva,
esta premisa no se cumple. Los siguientes son los problemas que se perciben: (i) exceso de leyes y más aun de
dispositivos legales inferiores; (ii) falta de sintonía de las leyes con la realidad social, económica y ecológica de
la Amazonía; (iii) ausencia de dispositivos eficientes para asegurar su implementación; (iv) notoria incoherencia
o falta de compatibilidad entre leyes de diferentes sectores; (v) fragilidad técnica tanto en lo jurídico como en
cada área; (vi) redacción confusa con exceso de detalles y demasiado extensa, y (vii) renovación demasiado
frecuente de las leyes y exceso de cambios puntuales en las mismas durante su vigencia.
En efecto, no faltan leyes que tratan directa o indirectamente de la Amazonía. En el cuadro 35 se reseñan 44 de
las que más influencia tienen en Loreto, pero hay muchas más. De esas, la mitad son gravitantes. En realidad
sobran leyes. Como lo dijo Rumrill (2008) hay “un bosque de leyes”. Este autor menciona a Ballón, quien en
su obra “La Amazonía en la norma oficial peruana: 1821-1990” reunió 18.000 normas para el desarrollo de esa
región en solo un siglo. Por ejemplo, según ECOLEX (Portal de derecho ambiental
de UICN, FAO y PNUMA), en el Perú existen, apenas en el área ambiental, 3.435
normas y casi todas se aplican a Loreto. Esto es mucho más que en Colombia
(2.586), conocido por ser un país muy legalista y el doble que Ecuador
(1.748). Bosque de leyes
Así fue definido
En verdad, al estudiar esas leyes para entender la política nacional
el marco legal para la
amazónica, lo peor es descubrir que cada una de ellas “va por su lado”
Amazonía. Demasiadas
y su conjunto no llega a ser consistente, coherente ni completo. Unas
leyes, poco realistas,
duplican y/o contradicen a las otras y a pesar de su abundancia dejan
contradictorias y mal o
fisuras o brechas entre ellas. Al ya enorme número de leyes vigentes
nunca aplicadas.
se suman los decretos legislativos y los de “emergencia”, de los que los
gobiernos abusan tanto. Y, aumentando la confusión y el desorden, están la
infinidad de decretos supremos que, por ejemplo, aprueban los reglamentos
de las leyes y que, muchas veces, simplemente las ignoran o las “enmiendan”,
“mejoran” o “amplían”. Muchas de las leyes están desconectadas de la realidad del
país, con propuestas ideales, a veces utópicas, persiguiendo objetivos y especialmente vías para alcanzarlos que
son incumplibles habida cuenta de la realidad. De otra parte, en especial las que se refieren específicamente a
la Selva, son en general técnicamente inadecuadas para amplias regiones, como Loreto, pues fueron diseñadas
pensando en la realidad costeña o serrana. Son extremadamente detallistas y puntuales, no dejando espacio
para el sentido común y la lógica en el momento de aplicarlas a casos específicos.
Otro grave defecto de la legislación para la Amazonía es que sistemáticamente no toma en cuenta la
situación real de la capacidad institucional regional para su aplicación efectiva y, contrariamente a toda lógica,
encarga funciones adicionales, complejas y costosas a instituciones, que se sabe anticipadamente que no
CUADRO 35. Leyes, decretos-leyes y otros dispositivos importantes para el desarrollo de Loreto
Decreto Ley de Comunidades Ley N° 22175, publicada el Establece una estructura agraria con la finalidad de contribuir al
1
Nativas y de Desarrollo Agrario 9 de mayo de 1978 desarrollo integral de las regiones de Selva y Ceja de Selva.
Ley General de Comunidades Ley N° 24656, publicada el Declara de necesidad nacional e interés social y cultural el
2
Campesinas 14 abril de 1987 desarrollo integral de las Comunidades Campesinas.
Decreto Legislativo
Ley de Promoción de las Declara como prioritario el desarrollo integral del Sector Agrario
653, publicado el 13 de 2
inversiones del sector agrario y promueve el uso eficiente de las tierras y las aguas.
septiembre de 1991
Convenio 169 – OIT sobre Resolución Legislativa N° Aprueba el "Convenio 169 de la Organización Internacional
pueblos indígenas y tribales en 26253, publicada el 5 de del Trabajo sobre pueblos Indígenas y Tribales en países 1
países independientes diciembre de 1993 Independientes", adoptado el 27 de junio de 1989.
Ley de creación, organización Decreto Legislativo Nº Crea el Ministerio del Ambiente, establece su ámbito de
y funciones del Ministerio del 1013, publicado el 14 de competencia sectorial y regula su estructura orgánica y sus 2
Ambiente mayo de 2008 funciones.
Notas. (1) Determinante, (2) Muy importante, (3) Importante, (4) Significante.
Elaboración propia.
El resultado de esos y otros problemas es que lo esencial de las leyes no se cumple y si son cumplidas, es apenas
epidérmicamente. La legislación forestal que es, sin duda, una de las más quebrantadas, es un buen ejemplo de
esta situación (Dourojeanni, 2011).
En el nivel regional también existen muchos dispositivos legales de considerable importancia para el desarrollo
regional, pero esos por lo menos tienen la virtud de haber sido generados y hasta cierto punto discutidos
localmente. En el cuadro 36 se citan algunas de las principales ordenanzas, especialmente referidas a cuestiones
de ordenamiento territorial y ambiente.
Ordenanza N°
006-2007-GRL-CR, Crea el programa con el objetivo de propone©r políticas,
Aprueba el Programa Regional de fecha 11 de abril estrategias y normas a nivel regional sobre el aprovechamiento
de Manejo de Recursos de 2007, modificada sostenible de recursos forestales y de fauna silvestre con
1
Forestales y Fauna Silvestre de por Ordenanza N° participación de los actores involucrados, y controlar y supervisar
Loreto 017-2009-GRL-CR, de la aplicación de las normas y estrategias en concordancia con las
fecha 17 de setiembre políticas nacionales.
de 2009
Ordenanza N°
Declara de interés regional el Precisa que el Ordenamiento Territorial se basará en la
007-2008-GRL-CRL, de
Ordenamiento Territorial del Zonificación Ecológica Económica y otros instrumentos del 1
fecha 15 de abril de
Departamento de Loreto. ordenamiento territorial vigente.
2008
Declara de interés público Con el objetivo de proteger los importantes procesos ecológicos,
Ordenanza N°
regional la conservación y garantizar la protección del recurso hídrico y la provisión
020-2009-GRL-CR, de
protección de las cabeceras de de recursos naturales esenciales para los pobladores de las 2
fecha 15 de octubre
cuencas ubicadas en los ríos de comunidades de éstas cuencas y la conservación de la diversidad
de 2009
la Región Loreto. biológica, a través de la preservación de los corredores ecológicos.
Ordenanza N°
Reglamento de organización
002-2010-GRL-CR, de Incluye las funciones sectoriales nacionales transferidas del
y funciones del Gobierno 2
fecha 08 de enero de Gobierno Nacional al Gobierno Regional de Loreto.
Regional de Loreto
2010
Aprueba el Plan de Ordenanza N° Define los objetivos estratégicos y lineamientos de política a ser
Cooperación Internacional 010-2010-GRL-CR, de cumplidos en el período 2010-2013 por las entidades públicas y
2
no reembolsable de la región fecha 10 de junio de privadas que vienen desarrollando actividades de cooperación
Loreto 2010-2013 2010 técnica internacional.
Ordenanza N°
001-2012-GRL-CR, de
Aprueba la propuesta de ACR, cuyo objetivo es conservar
fecha 04 de febrero
Aprueba la propuesta del Área los ecosistemas existentes, especialmente las terrazas altas y
de 2012, modificada
de Conservación Regional cabeceras de cuerpos de agua, garantizando a la población 2
por Ordenanza N°
Maijuna local la provisión de recursos naturales, agua y otros servicios
008-2012-GRL-CR de
ecosistémicos.
fecha 14 de marzo de
2012
Notas: (1) Determinante, (2) Muy importante, (3) Importante, (4) Significante.
Elaboración propia.
La planificación en el Perú ha tenido sus mejores momentos en los años 1970, cuando existió un sistema de
planificación nacional bastante participativo, determinante de estrategias claras y cuantificadas para alcanzar
objetivos nacionales y regionales, gracias al Instituto Nacional de Planificación (INP) y a la asistencia técnica
de la Oficina Nacional de Recursos Naturales (ONERN). Pero este sistema, que en Loreto estuvo representado
por instituciones cuyos nombres cambiaron como CDRO, ORDELOR y CORDELOR, fue progresivamente
disminuido hasta ser formalmente eliminado en 1992. Solo en el último gobierno reapareció cierto interés por
el planeamiento bajo el nombre de Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), una institución
notoriamente débil y carente de recursos29. Sin embargo, poco antes de terminar el mandato presidencial,
consiguió producir el “Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2021”, llamado “Plan Bicentenario” (CEPLAN,
2010a), que fue aprobado y dejado en suspenso, meses después, por el gobierno actual. En el intervalo previo,
apenas se dieron, esporádicamente, lineamientos generales que no decían nada más que lo obvio, o sea buenas
intenciones declarativas y sin mayor sustento. Lo más parecido a un Plan Nacional, antes del Plan Bicentenario,
ha sido el llamado Acuerdo Nacional, elaborado en 2002.
Las inversiones son filtradas por el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), pero este no sustituye un sistema
de planificación. Peor aún, las grandes decisiones que afectan a la Amazonía, tales como la construcción de las
interoceánicas Norte, Sur y Centro, no pasaron ni pasan a través de ese Sistema que, de otra parte, como su nombre
lo indica se limita a examinar la viabilidad económica y financiera de los proyectos, pero no su relación con otras
inversiones ni con el entorno social y ambiental, ni tampoco su viabilidad socioambiental. Además, por definición,
el SNIP no examina las inversiones privadas, aunque muchas veces estas se relacionen con inversiones públicas en
infraestructura. Gran parte del devenir de Loreto depende, sin embargo, de las inversiones privadas como las que
se hacen en petróleo, sin que ellas sean parte de un plan que diga, por ejemplo, dónde, cómo y cuándo. Es así que
esa falta de planeamiento produce duplicaciones, interacciones indeseables y toda clase de malgasto de recursos.
Además, tal como funciona hoy, la planificación nacional carece de mecanismos participativos.
29 El CEPLAN fue creado en 2008. No cuenta con la capacidad para actuar como rector del sistema de planeamiento a nivel nacional. La
Dirección Nacional de Coordinación y Planeamiento Estratégico, es decir el órgano técnico responsable del proceso de planeamiento
estratégico y de la coordinación con los órganos integrantes del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico, el sector privado y la
sociedad civil, está conformado apenas por seis personas, de las que solo cuatro son profesionales.
A nivel nacional:
A nivel regional:
Plan Concertado de Desarrollo Económico Productivo Agrario, Acuícola y Pesquero de Loreto 2011-2016.
Elaboración propia.
Cabe pues preguntar ¿Es realmente la planificación una herramienta que viene orientando el desarrollo en la
Región de Loreto? ¿Qué tan estratégica es la planificación que influye el desarrollo de la región más extensa del
Perú? ¿Está orientada a resultados? ¿Se prevé la coordinación entre actores? ¿Existe retroalimentación? ¿Qué tan
coherentes y articulados son los planes? Y la pregunta final es ¿Para qué sirven?
Para responder estas preguntas se revisó una muestra de 33 planes y/o estrategias de desarrollo, de los que 17
son nacionales y 16 regionales, además de 10 documentos con lineamientos de política que puedan tener un
impacto en el desarrollo del departamento de Loreto, así como los instrumentos normativos que los aprueban.
De otra parte, Loreto tiene por lo menos 36 planes vigentes (cuadro 37) que, en teoría, afectan su desarrollo30.
Los planes loretanos, en su mayoría, siguen los aspectos formales de la metodología de la planificación estratégica.
Así, de los 16 planes regionales revisados, 10 planes tienen análisis FODA31, 13 muestran una visión de desarrollo,
y 11 del total presentan la misión institucional del sector o entidad que las aprueba. Casi la totalidad presenta, en
base a datos cuantitativos, la situación de la región y/o del sector de interés, y varios buscan resumir de manera
organizada (principalmente en base a matrices) los objetivos, estrategias, acciones –y cuando existen– los
indicadores de desempeño. Sin embargo, a pesar de que los planes loretanos sugieren ser en primera instancia,
metodológicamente correctos, como se verá presentan múltiples limitaciones y deficiencias que, en la práctica,
no les permite orientar el desarrollo de la región. En casi todos los casos, los planes son apenas una lista de
hechos bien conocidos (el diagnóstico) acompañados de una lista de proyectos que frecuentemente no tienen
relación con lo que el diagnóstico sugiere.
Los planes examinados poseen, como es de praxis, un diagnóstico que frecuentemente es la parte más extensa
del documento. En general, estos son apenas cúmulos de informaciones estadísticas bien conocidas que no
siempre están relacionadas al tema del plan. Raramente son completos o aportan informaciones novedosas o
valiosas. Pero, prácticamente en todos los casos se caracterizan por la falta de análisis crítico, no revelando las
causas reales de la situación que se pretende resolver. En consecuencia, los planes no enfrentan el verdadero
problema. Peor aún, en general los análisis son fragmentarios pues no ven todas las dimensiones del problema a
30 En este trabajo el examen se ha concentrado en los planes con relevancia en materia ambiental y de recursos naturales, así como los
relativos al crecimiento económico regional. Pero hay varios otros planes.
31 FODA (en inglés SWOT), es la sigla de una herramienta analítica que permite trabajar con toda la información que posea sobre un
emprendimiento. Es útil para examinar sus Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Examina la interacción entre las
características particulares del plan o proyecto y el entorno en el cual este compite o se desarrolla.
De los 33 planes revisados, 23 presentan una cierta visión de desarrollo y de estos únicamente 13 tienen plazo
determinado. Asimismo, solo 4 planes realizaron estudios prospectivos y únicamente 13 planes presentaron
un análisis FODA. Por otro lado, en cuanto a objetivos, metas y cursos de acción, si bien casi la totalidad de
planes presenta objetivos, generales o específicos, no todos representan resultados finales mensurables con
metas concretas a alcanzar a nivel de productos o de resultados. De hecho, del total de planes revisados, solo 5
presentaron metas mensurables y 11 mostraron metas mensurables apenas a nivel de resultados (outcomes) o
de productos (outputs), pero no de ambos.
Entre 16 planes loretanos, la mitad no presenta metas mensurables a alcanzar y 6 muestran metas solo a nivel de
productos o de resultados. Solo 2 planes tienen metas estratégicas. Tres, cuentan apenas con cursos de acción
estratégicos. La mayoría de planes presentan acciones, pero muchas de estas carecen de metas concretas a
seguir.
Muy vinculado a esto se encuentran los cursos de acción. La mitad de planes presentaron acciones no estratégicas,
es decir, acciones sin un horizonte claro hacia donde enfocarse. Sumado a esto, cabe resaltar que en muchos
casos los planes no mostraron un alineamiento ordenado y concreto entre las diferentes fases del proceso de
planeamiento, sino que simplemente se acumulan temas superponiendo unos con otros. Estos planes, por lo
general, son los primeros en abandonarse dado que en vez de simplificar una estrategia, la dificultan. Finalmente,
con respecto a los indicadores de desempeño, que son muy importantes a la hora de monitorear y evaluar el
plan, solo 15 planes contaban con ellos, y en algunos casos estos indicadores medían únicamente resultados
finales o resultados intermedios o los productos, pero no todos ellos. En los planes de Loreto ocurre lo mismo:
6 no presentan indicadores, 5 presentan indicadores solo a nivel de productos o de resultados y 3 sí presentan
indicadores, pero estos no están ligados a ninguna meta.
Uno de los problemas más serios en la planificación existente para Loreto, como para todo el país, es la enorme
falta de coherencia entre los planes nacionales, sectoriales nacionales, regionales y sectoriales regionales. Se
habla mucho de la necesidad de coordinar y articular acciones, pero eso es lo que menos ocurre en la práctica.
Como se ha visto, el único plan estratégico nacional, aunque no aprobado, es el Plan Bicentenario. Este, por
lo menos, recoge iniciativas de planeamiento de todos los sectores y regiones y las trata en conjunto aunque
realmente no las compatibiliza. Pero se trata de un documento muy superficial, hecho apresuradamente por
un gobierno saliente. Otro documento que hace un esfuerzo por juntar las partes y darle una semblanza de
conjunto ordenado es el Plan de Desarrollo Regional Concertado 2008-2021, aunque es aún más general y no
cumple otros requisitos mínimos para poder ser considerado un plan viable.
Todos los demás planes son sectoriales, tanto a nivel nacional como a nivel regional. Esos tienen propuestas
concretas para Loreto pero estas suelen cambiar de gobierno a gobierno e, inclusive, con cada cambio ministerial.
En general, son apenas enunciados de inversiones y no son coordinados entre los sectores ni con las regiones.
Son tan “sectoriales” que ninguno toma en cuenta lo que dicen otros sectores e inclusive sus propios sub-
sectores. Casos extremos se dan en el Sector Transportes y en el Sector Agricultura. En el primero, por ejemplo,
los planes referentes a transporte acuático, vial o ferroviario no son compatibilizados entre sí. En Agricultura, el
planeamiento sectorial no coincide con el planeamiento del subsector forestal ni con otros planes más casuísticos
como el de biocombustibles o el específico para la palma aceitera. Los diagnósticos mencionan el problema de
la deforestación, pero el mismo plan promueve cultivos industriales sin siquiera especificar que estos deben
llevarse a cabo sobre tierras ya deforestadas y sin uso o sobre suelos con capacidad de uso apropiada. Ninguno
toma en cuenta la correlación entre desarrollo agropecuario y desarrollo forestal o entre estos y el desarrollo
de los transportes o el avance en titulación de la propiedad rural ni, tampoco, con las premisas de sus propios
diagnósticos.
Si bien hay planes regionales que se articulan con políticas y/o planes nacionales, como el Plan Regional del
Sector Agrario de Loreto 2009-2015, que busca alinear sus objetivos con la Política Nacional Agraria, o el Plan
Regional de Prevención y Atención de Desastres de Loreto sustentado en el Plan Nacional de Prevención y
Atención de Desastres, lo cierto es que entre los mismos planes regionales no suele existir relación alguna.
Así, encontramos planes regionales como el Plan Vial Departamental Participativo de Loreto, que identifica ejes
de integración económica y territorial en base a su dinámica económica (provisión de recursos, intercambio
comercial, etc.) que no son tomados en cuenta en el Plan Estratégico Regional Exportador o en el Plan Concertado
de Desarrollo Económico Productivo del Sector Agrario, Acuicultura y Pesquero de la Región Loreto 2011-2016.
Como resultado, no hay coherencia entre las propuestas de estos tres planes que, en teoría, tienen en común
responder a la problemática del acceso a los mercados.
La falta de articulación entre planes loretanos es otro problema a resolver. Por ejemplo, mientras que el Plan
Estratégico Institucional del GOREL tiene como meta reducir la tasa de analfabetismo del 5,7% al 1,82% para
2014, el Plan de Desarrollo Regional Concertado busca reducir la tasa de analfabetismo del 5,5% al 3% al 2021.
Este último también tiene como meta la reducción de la desnutrición crónica en niños menores de cinco años
de 25% a 10% al 2021, pero la Estrategia Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región Loreto
pretende reducirla del 29% al 15% al 2022.
Los planes también pueden presentar contradicciones a nivel de propuestas concretas. En ese sentido,
por ejemplo, el Plan Vial Departamental Participativo de Loreto 2006-2015 y el PDRC 2008-2021, proponen
la participación del Gobierno Regional de Loreto en el Plan de Acción para la Integración de Infraestructura
Regional Sudamericana (IIRSA) especialmente con el eje multimodal del Amazonas (Paita/Bayóvar, Olmos,
Corral Quemado, Saramiriza/Tarapoto-Yurimaguas, Iquitos, Manaos y Belem do Pará). Pero el Plan Estratégico
Institucional 2011-2014 presenta, dentro de su programa de acciones, la ejecución del proyecto del Ferrocarril
Interoceánico Yurimaguas-Iquitos, aun cuando el Plan de Acción mencionado (IIRSA) plantea que en el eje
Multimodal Amazonas, Yurimaguas e Iquitos deberían estar conectados mediante un transbordo en los ríos
Huallaga, Marañón y Amazonas, es decir, mediante transporte fluvial.
El caso de la planificación ambiental es extremo. Se trata de un sector débil, sin capacidad ejecutora efectiva
tanto a nivel nacional como regional. Sin embargo, ha producido planes de todo tipo. De los que inciden
en Loreto, hay por lo menos 9 que, además, están desarticulados unos de otros. Cada uno de ellos presenta
lineamientos sobre los mismos temas (recursos hídricos, minería, diversidad biológica, desarrollo forestal, etc.)
bajo formato propio, enfoque distinto y, cuando las tienen, las metas corresponden a planes que fueron
aprobados con anterioridad y/o son diferentes en cada plan vigente. Es decir que los planes ambientales
son resultado de procesos políticos divorciados, que no buscan dialogar entre sí. De otra parte, las políticas
ambientales que se han elaborado, tanto a nivel nacional como de Loreto, no han logrado interactuar con los
de los sectores productivos. Loreto, hasta el momento, ha contado con dos políticas ambientales regionales.
La primera fue aprobada en 2004 y la segunda es un documento de política aprobado en conjunto con el Plan
y Agenda Ambiental Regional en el año 2011.
Los temas ambientales son casi siempre los más perjudicados dentro del planeamiento de los demás sectores.
Hay planes y decisiones claramente contradictorios como, por ejemplo, la Política Agraria al 2016 y el Plan Nacional
de Agro-energía que promueven, bajo un enfoque de competitividad, la producción de biocombustibles en
territorio amazónico, sin tomar en cuenta la difícil cuestión de cómo se regularán sus probables impactos
negativos en temas como la concentración de tierras de buena calidad, el uso del agua y la conversión de
bosques. Esos planes contradicen directa y abiertamente otros que pretenden reducir la deforestación y
conservar la diversidad biológica y los procesos ecológicos. Asimismo, si bien la promoción de biocombustibles
busca, en teoría, un cambio de la matriz energética para impulsar energías limpias con el objetivo de limitar
el efecto invernadero, esto no está acompañado por políticas que desincentiven la producción de energías
convencionales, como el petróleo, o que promuevan el uso eficiente de la energía disponible.
Las contradicciones también se observan cuando existen áreas naturales protegidas de administración nacional
o regional (ACR) diseñadas en parte para incentivar el turismo, a las que se sobreponen concesiones de
hidrocarburos o concesiones mineras. Eso a pesar de la existencia de planes que pretenden conservarlas pero
que, en la práctica, no pueden garantizarlo.
Elaboración propia.
Sin embargo, como se ha anticipado, las principales decisiones que afectan o afectarán a Loreto no han sido
procesadas en forma participativa. El caso más evidente es todo lo referente a la explotación de hidrocarburos,
que ni siquiera es consultada con el GOREL y menos con la población salvo, eventual y recientemente, caso
por caso, cuando la decisión de hacer la inversión ya fue tomada y aprobada por el gobierno nacional. Pero, en
realidad, todas las decisiones importantes son adoptadas sin consulta. La excepción podría ser el presupuesto
participativo pero, como se sabe, este afecta una parte pequeña del presupuesto. Además, el SNIP puede alterar
unilateralmente las decisiones populares. De otra parte, la consulta o la participación deben tener límites que
deberían ser definidos en las políticas públicas y en la legislación, lo que no es el caso. Las decisiones no pueden
tomarse simplemente por interés de unos pocos políticos o inversionistas, pero tampoco deben resultar de
aclamaciones multitudinarias de personas que no tienen acceso a información comprensible y que en realidad
no entienden las consecuencias de lo que “deciden”. El término medio es difícil de establecer, y para hacerlo hay
que tomar en cuenta que esto involucra costos elevados de diversa índole (económicos, políticos, tiempo) que
muchas veces no se está dispuesto a asumir.
Lograr los resultados propuestos supone, además de metas realistas, definir quiénes serán los responsables de
alcanzarlas. Del total de 33 planes analizados, en 9 no se señalan los actores responsables de los objetivos y
acciones que se proponen, y en otros 6 solo se mencionan en alguna parte del plan, pero no existe una relación
expresa entre “resultado final o intermedio” y “responsables directos”. Lo cierto es que en términos generales
son muy pocos los planes que cuentan con metas concretas, ni se plantea de manera específica el conjunto
de actores responsables de estas últimas. Solamente algunos planes cumplen con estas características. Al no
haber generación de metas en común entre actores, se dificulta tremendamente la consecución de objetivos a
mediano y largo plazo.
Asimismo, en los planes se han identificado rasgos que pueden operar como condicionantes negativos a
la hora de su implementación. Por ejemplo, un número excesivo de responsables por resultado o actividad
(muchas veces superando los 12 actores) puede tornar la coordinación muy costosa e inviable. Por otro lado,
la “responsabilidad compartida” de la coordinación entre varios actores puede generar roles laxos y llevar a la
Es función básica de la planificación estratégica el seguimiento, monitoreo y evaluación de las acciones, políticas
y programas que se desarrollan de acuerdo al plan. Asimismo, en esta fase corresponde monitorear el entorno
en que se desenvuelven las acciones para reorientar el plan cuando resulte necesario.
La planificación que se analizó no está orientada hacia la evaluación del
desempeño. Solo 8 planes del total estudiado incorporaron indicadores
para medir productos y/o resultados, pero en ningún caso se encontró ¿Planes o listas
algún documento con avances de los mismos. Esta situación, de regalos?
sumada a la carencia de mecanismos de sanción para aquellos Planes nuevos o más y
organismos que no implementen sus políticas y planes, conlleva más planes, sin horizontes, metas
el incumplimiento de los mismos. o costos, sin armonización entre ellos
ni definición de financiamiento, ni
Por otro lado, las “actualizaciones” de los planes o los planes nuevos retroalimentación sobre el cumplimiento
no responden a procesos basados en una retroalimentación de planes previos, son apenas
o información referente al desempeño en cuanto a metas expresiones de deseos infundados
del plan anterior. Es decir que en realidad no son propiamente que, como la realidad muestra,
“actualizaciones” y sí cambios que suelen responder a factores son inalcanzables.
políticos o a procesos nuevos o diferentes, que son normales cuando
ha transcurrido un periodo considerable de tiempo desde que se aprobó
el plan inicial. En principio, el tiempo y la falta de uso hacen que los planes, luego
de algunos años, prescriban por sí mismos. Pero, el departamento de Loreto se caracteriza
por tener muchos planes nuevos que se hacen antes de que concluya el plazo de validez del anterior. Esa notoria
proliferación de planes y la gran frecuencia de renovación, indican que en realidad atienden a nuevas prioridades
políticas más que a temas de fondo.
Quizá lo más frustrante de la planificación tal como es hoy, es que casi nada de lo que ella propone se cumple
cabalmente. Los planes son rituales. Se hacen porque la ley manda hacerlos y para justificar las inversiones. De esa
manera, terminan siendo un fin en sí mismos en vez de una herramienta para la toma de decisiones. Hay sectores
en que lo propuesto se hace más por presión popular y como respuesta política que por cualquier otro motivo.
Esa es la razón por la que, al final, los listados de proyectos (planes) de transportes, salud y educación, entre otros,
terminan realizándose, para bien o para mal. Pero un examen de cualquiera de los planes comentados, ya con
varios años de vigencia, revela inequívocamente que la mayor parte de ellos no se ha llevado a cabo ni siquiera
en porcentajes mínimos, y que sus objetivos y metas estratégicas no se han cumplido sino que, al contrario,
muchas veces se han desviado completamente del objetivo enunciado.
En el área de transportes se dan inconsistencias notables entre lo que se planea y lo que se hace. Como se verá,
los planes del MTC y del GOREL tienen metas diferentes que varían continuamente y, para empeorar las cosas,
los mapas oficiales de carreteras de esas entidades señalan rutas que no aparecen en sus planes. Los planes
viales son realmente “listas de compras”, donde se acumulan pedidos de ciudadanos e ideas de funcionarios
y políticos. Las justificaciones económicas, si las hay, invariablemente pasan por transportar producción de
madera, plátanos y otros productos agrícolas que, de ninguna manera, son suficientes para viabilizar las obras.
De otra parte, por ejemplo, esos planes dan preferencia a la construcción de hidrovías pero, como bien se sabe,
esa opción no recibe prioridad política.
En conclusión, la planificación actual, a nivel nacional y regional, no es un proceso autónomo, libre y participativo
que determina las grandes y pequeñas decisiones públicas. Por eso, la toma de decisiones siempre termina
siendo un mero reflejo de la voluntad política dominante o de la influencia de grupos de interés.
Durante la última década, los gobiernos regionales han comenzado a trabajar sus programas de Zonificación
Ecológica Económica (ZEE), como herramienta para su ordenamiento territorial. Estas iniciativas, apoyadas por el
IIAP, han alcanzado niveles importantes en algunas regiones, como las de San Martín (2006), Amazonas (2008) y
Madre de Dios (2010). Los gobiernos de dichos departamentos inclusive han comenzado a trabajar la ZEE a nivel
meso y micro (micro-cuencas, distritos y otras áreas de menor extensión).
Ucayali recién está iniciando estos trabajos y lo mismo sucede con Loreto. En 2008 fue declarado de interés
regional el ordenamiento territorial de Loreto, basado en la zonificación y en otros instrumentos. Hasta
diciembre de 2010, según información del MINAM, se había logrado un avance del 35% en la ZEE a nivel macro.
Informaciones del IIAP de 2012 indican que la zonificación ha avanzado sobre un 67% del departamento pero
con diversas escalas (macro, meso y micro) no siempre compatibles. Los más avanzados cubren la cuenca
de los ríos Pastaza-Morona, los caseríos Tres Unidos, San Luis de Charashmaná, Manco Cápac y La Cumbe, en
Contamana, y las comunidades nativas de Isolaya y La Libertad, en Pampa Hermosa. La ZEE a nivel micro ya está
terminada en el eje Iquitos-Nauta. Por otro lado, el GOREL cuenta con el proyecto de inversión pública “Desarrollo
de Capacidades para el Ordenamiento Territorial en el Departamento de Loreto”. Este se encuentra en etapa de
ejecución con el objetivo de fortalecer las capacidades institucionales, humanas y técnicas para desarrollar una
zonificación que facilite el ordenamiento territorial.
Como se ha señalado, Loreto tiene un cierto avance de los procesos de Zonificación Ecológica Económica en
gran parte de su territorio. No obstante, como comentó un funcionario público del GOREL, “si bien existe interés
en terminar el proceso desde la parte técnica, la parte política no muestra un interés prioritario en el proceso”.
Este desinterés se ve reflejado principalmente a nivel de algunas de las autoridades provinciales y distritales de
Loreto. De otra parte, los avances logrados en materia de zonificación no han sido legitimados mediante un
proceso político, lo que sería deseable.
La estructura organizacional actual del gobierno regional es una superposición de tres diseños organizacionales
distintos, según lo dispuesto por la normatividad del proceso de descentralización llevado a cabo entre los años
2002 y 2003. La primera norma viene a ser la modificación de la Constitución Política del Perú, que incorpora
el Capítulo XIV de la Descentralización y establece como estructura básica del gobierno regional al Consejo
Regional, al Presidente Regional y al Consejo de Coordinación Regional (CCR). La segunda es la Ley de Bases de
la Descentralización, que perfila el modelo de la descentralización del Perú, asigna competencias exclusivas y
compartidas, funciones y presupuestos, y contiene algunas disposiciones sobre la organización de los gobiernos
regionales, tales como su instalación sobre la base de los Consejos Transitorios de Administración Regional
(CTAR). Finalmente, también se aprobó la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales que es la norma que realmente
fija el diseño de la organización regional.
Entre las instancias de gobierno se encuentra el Consejo Regional y el Presidente Regional. El Consejo Regional
de Loreto está formado por nueve consejeros regionales, siendo este el órgano normativo y fiscalizador, para
lo cual sus representantes son elegidos por cuatro años. El Presidente Regional también es elegido por cuatro
años junto con el Vicepresidente. El presidente actualmente es del partido político Fuerza Loretana, reelegido
por segunda vez32 para el periodo de gobierno 2011-2014, superando el mínimo de 30% de los votos en primera
vuelta. El Presidente es la máxima autoridad y representante legal del Gobierno Regional de Loreto y titular del
Pliego Presupuestal.
Entre las instancias consultivas del Gobierno Regional de Loreto (GOREL) se encuentra el Consejo de
Coordinación Regional (CCR), el cual está integrado por el Presidente Regional, quien lo preside, los siete
alcaldes provinciales y cuatro representantes de organizaciones de la sociedad civil, estos últimos elegidos
mediante proceso electoral supervisado por la ONPE. El CCR emite opinión consultiva sobre el Plan de
Desarrollo Regional Concertado, su visión, los lineamientos estratégicos de sus programas, y sobre el
Presupuesto Participativo Regional. Tiene como secretaría técnica a la Gerencia de Planeamiento, Presupuesto
y Acondicionamiento Territorial del GOREL. Para el caso de Loreto, en los últimos años las reuniones del CCR se
han limitado a una por año, siendo de opinión de un ex participante que tanto las autoridades públicas como
la sociedad civil aprovechan muy poco este espacio y no solicitan más reuniones para coordinar aspectos
clave del desarrollo de la región. De esta manera se refleja la debilidad de la gobernabilidad democrática
regional para lograr la concertación.
Fuente: Adaptado del Reglamento de Organización de Funciones (ROF) del GOREL de enero de 2010.
La administración regional está organizada en: gerencias regionales, direcciones regionales (sectoriales), proyectos
especiales y órganos administrativos. Las gerencias regionales son consideradas por el GOREL como órganos de
línea y de asesoramiento33 y representan el aparato ejecutivo regional. Hay cinco gerencias regionales, y otras cuatro
instancias ejecutivas. Operan bajo la coordinación de una Gerencia General, formando así un directorio de gerentes
regionales encabezado por el Presidente Regional. Las materias específicas de su competencia se muestran en el
cuadro 39.
Las direcciones regionales son las mismas instancias desconcentradas que funcionaban al inicio del proceso
de descentralización y representan a los siguientes sectores34: Educación, Salud, Agricultura, Transporte y
Comunicaciones, Energía y Minas, Comercio Exterior y Turismo, Producción, Trabajo y Promoción Social, y Vivienda,
Construcción y Saneamiento. En la actualidad, estas direcciones dependen presupuestalmente del GOREL, cuentan
con competencias que les fueron otorgadas desde el inicio de la descentralización y se encuentran en proceso de
transferencia, desde el gobierno central, de las competencias restantes. Los directores regionales son funcionarios
de confianza nombrados y cesados por el Presidente Regional.
Asimismo, complementan la estructura organizacional del GOREL los órganos de Asesoramiento, Apoyo, Control y
Desconcentrados, de los cuales algunos dependen directamente de la Presidencia Regional y otros de la Gerencia
General35 (cuadro 40).
Fuente: Adaptado del Reglamento de Organización de Funciones del GOREL de enero de 2010.
El GOREL cuenta con 9 gerencias sub-regionales ubicadas en las capitales de las provincias y en las zonas
fronterizas Marañón-San Lorenzo, Napo, Yaquerana, Napo y Putumayo. Tienen la función de promover el
desarrollo económico de sus ámbitos territoriales mediante la formulación e implementación del Plan de
Desarrollo Regional Concertado y de proyectos de inversión en su territorio.
Por otro lado, el diseño organizacional que existe en el GOREL genera límites a la hora de implementar
lo planificado, en especial la temática ambiental. Temas como conservación ambiental, flora y fauna y
ordenamiento territorial, entre otros, se encuentran dentro de una burocracia propia que dificulta la
coordinación y articulación de acciones40. Esto origina que las diferentes unidades, aunque trabajen bajo un
recuento de actividades, no logren resultados que deriven de un plan y acciones concertadas. Por otro lado,
existen direcciones que cuentan con su propia institucionalidad ambiental, como el caso de la DIREPRO41
que cuenta con una Dirección de Medio Ambiente, pero con un vínculo muy débil entre estas entidades y la
Gerencia Ambiental.
Otra instancia dentro del GOREL es el Organismo Público Infraestructura para la Productividad (OPIPP), que
es un ejecutor del Gobierno Regional con autonomía administrativa y técnica. Se ha encargado de llevar
adelante la licitación del proyecto del sistema de alcantarillado y planta de tratamiento de aguas residuales de
Iquitos, el Ferrocarril Yurimaguas- Iquitos y el proyecto de la Central Hidroeléctrica Mazán, entre otros.
En cuanto a la administración judicial del territorio, Loreto pertenece a dos circunscripciones. El Distrito
Judicial de Loreto, con sede en Iquitos, abarca las provincias de Maynas, Datem del Marañón, Loreto, Mariscal
Castilla, Requena y Ucayali. La provincia de Alto Amazonas es parte del Distrito Judicial de San Martín con sede
en Moyobamba (Barclay, 2011).
Entre las reformas más recientes para el diseño organizacional del GOREL, se encuentra la propuesta del
Consejo Interregional Amazónico (CIAM)42 que, como parte de una estrategia mayor de desarrollo, busca
fortalecer la institucionalidad para la gestión integrada de los recursos naturales y el ambiente. Para ello
en Loreto, como en otras regiones amazónicas, se ha propuesto la creación de autoridades regionales
ambientales y de recursos naturales (ARA), que ostenten mayor autonomía, capacidad técnica y que
apliquen un enfoque territorial para la gestión ambiental y el aprovechamiento sostenible de los recursos
amazónicos. Esta autoridad fusionaría el PRMRRFFFS, el PROCREL, la Gerencia Regional de Recursos Naturales
y Gestión del Medio Ambiente, la sub gerencia de Planeamiento y Acondicionamiento Territorial y asumiría
las funciones ambientales de las diferentes direcciones regionales sectoriales. A la fecha se cuenta con una
resolución presidencial del GOREL para el establecimiento de la ARA. Se estaría preparando un Reglamento
de Organización y Funciones (ROF) para esa nueva autoridad. Esta iniciativa es positiva porque reúne en una
sola dependencia los asuntos ambientales, pero, si no es eficiente y eficazmente gestionada por a razones
presupuestales e intereses políticos, también puede aumentar el aislamiento de un tema que es transversal.
Asimismo, se discute la localización del ARA dentro de la organización del GOREL.
42 www.ciam.gob.pe.
CONSEJO DE
CONSEJO REGIONAL PRESIDENCIA REGIONAL COORDINACIÓN REGIONAL
OFICINA GENERAL
OF. REG. DE IMAGEN DE ASESORÍA
INSTITUCIONAL
OF. EJEC. DE
CONTABILIDAD SGR. INVERSIÓN PÚBLICA
OF. EJEC. DE MAQ. VEHIC.
MENORES Y FLUVIALES
OF. REG. DE ASESORÍA
OF. EJEC. DE JURÍDICA
TESORERÍA
OFICINA EJECUTIVA DE
OF. EJEC. DE DESARROLLO INSTITUCIONAL
LOGÍSTICA E INFORMÁTICA
SG. DE CANON Y SG. DE PROM. SG. DE PROM. SG. DESARROLLO SG. DE DESARROLLO SG. DE ESTUDIOS SG. DE OBRAS SG. DE GESTIÓN
CONCESIONES DE INVERSIONAES COMERCIAL COMUNAL CULTURAL Y PROYECTOS AMBIENTAL
PROCREL
La capacidad institucional pública depende de su organización y de la forma o estilo en que es conducida. Pero,
también está asociada al presupuesto del que dispone. De este depende el número y en gran medida la calidad
de los funcionarios, el equipamiento, los recursos para operar y todo eso determina, obviamente, su capacidad
para hacer cumplir la legislación y realizar obras. El presupuesto del GOREL que, como se verá, ya pasa de mil
millones de Nuevos Soles por año, no es poco pero definitivamente no es suficiente.
En esta sección se revisa, primeramente, la situación presupuestal del departamento y luego se discute su
capacidad institucional, con énfasis en los temas ambientales y de recursos naturales.
El presupuesto público regional del GOREL proviene de diversas fuentes de financiamiento: recursos ordinarios,
recursos directamente recaudados, recursos por operaciones oficiales de crédito, donaciones y transferencias,
y recursos determinados44. Los primeros, es decir los ordinarios, han sido los más importantes para el GOREL.
Existe una creencia general que los “recursos determinados”, que incluyen al canon y al sobrecanon petrolero
son fundamentales para Loreto. En realidad, son importantes, pero en 2011 estos conceptos aportaron
aproximadamente 219 millones de Nuevos Soles para la ejecución del gasto público del departamento de
Loreto, es decir el 20% del presupuesto girado en ese año, y fue significativamente menos que en 2006 cuando
aportaron 335 millones de Nuevos Soles. El canon y el sobrecanon se distribuyen: 52% al GOREL, 40% a los
gobiernos locales, 5% a las universidades nacionales (UNAP) y 3% al IIAP.
Tanto el Presupuesto Público de Apertura (PIA) como el Presupuesto Institucional Modificado (PIM) del Gobierno
Regional de Loreto asignado a los distintos sectores para su ejecución durante el periodo 2007-2011, ha mostrado
una clara tendencia al incremento (cuadro 41).
43 Fontaine (2010) define “gobernanza” como el modo de regulación de las interacciones entre el Estado, la sociedad, los actores
económicos, pueblos indígenas y los actores internacionales para el acceso, aprovechamiento y conservación de los recursos naturales.
44 Recursos ordinarios: ingresos provenientes de la recaudación tributaria y otros conceptos deducidas las sumas correspondientes a las
comisiones de recaudación y servicios bancarios, los cuales no están vinculados a ninguna entidad y constituyen fondos disponibles de
libre programación. Recursos directamente recaudados: ingresos generados por las entidades públicas y administrados directamente
por estas. Incluye el rendimiento financiero así como los saldos de balance de años fiscales anteriores. Recursos por operaciones oficiales
de crédito: fondos de fuente interna y externa provenientes de operaciones de crédito efectuadas por el Estado con instituciones,
organismos internacionales y gobiernos extranjeros, así como las asignaciones de líneas de crédito. Donaciones y transferencias:
fondos financieros no reembolsables recibidos por el gobierno provenientes de agencias internacionales de desarrollo, gobiernos,
instituciones y organismos internacionales. Recursos determinados: Comprende diversos rubros como: contribuciones a fondos, Fondo
de Compensación Municipal, impuestos municipales, canon y sobrecanon, regalías, renta de aduanas y participaciones.
Sede Central 127.389.8 227.599.6 152.668.1 143.061.2 277.889.5 217.836.3 138.264.3 252.723.3 174.506.7 122.551.9 247.546.7 186.362.7 130.923.3 210.649.9 149.253.7
Ucayali-
13.279.5 27.292.2 6.778.5 12.319.6 28.886.1 10.412.9 10.607.8 27.475.4 11.132.7 2.033.9 6.942.1 3.912.4 9.051.7 30.253.9 4.597.5
Contamana
Alto Amazonas-
13.610.6 19.834.9 18.792.0 18.396.2 17.241.0 7.614.8 10.677.1 15.247.3 8.193.8 13.630.4 5.165.0 4.263.9 6.431.9 12.121.8 8.346.4
Yurimaguas
Educación 348.658.8 360.180.1 358.661.7 359.793.3 366.399.8 365.520.8 361.969.3 376.330.6 374.494.9 371.240.1 359.983.2 359.427.5 345.942.3 387.992.7 385.522.1
Salud 73.440.7 97.646.2 89.852.9 76.195.4 111.341.5 106.195.5 84.715.3 136.237.1 126.412.5 103.626.7 151.334.6 133.928.9 114.067.3 195.212.0 173.836.3
Agricultura 4.658.9 5.256.1 5.254.1 4.653.1 5.202.4 5.195.9 4.841.3 8.118.7 7.180.9 5.111.8 8.775.9 8.233.2 5.264.7 8.313.3 8.146.7
Transportes 2.403.1 4.112.1 2.609.5 2.417.2 3.805.0 3.225.0 4.012.3 5.919.1 5.448.5 5.777.1 6.103.9 4.876.3 5.106.7 6.639.6 5.649.5
Total (S/.) 583.441.4 741.921.2 634.616.8 616.836.1 810.765.3 716.001.4 615.087.4 840.360.3 724.486.1 833.312.4 1.047.209.3 910.1079.3 791.914.3 1.132.616.9 1.000.098.3
El presupuesto asignado para la Sede Central incluye a las diferentes unidades orgánicas con funciones en
planeamiento, gestión y reserva de contingencia, orden público y seguridad, trabajo, comercio, turismo,
agropecuaria, pesca, energía, minería, industria, transporte, medio ambiente, saneamiento, vivienda y desarrollo
urbano, salud, cultura y deporte, educación, protección social, previsión social y deuda pública. En 2011, el
sector Educación tuvo la mayor asignación presupuestal que corresponde aproximadamente a S/.346 millones,
previstos para el desarrollo de las actividades contempladas en sus planes operativos anuales, mientras que los
sectores Transporte y Agricultura tuvieron una asignación mínima.
Entre 2010 y 2011, el Organismo Público Infraestructura para la Productividad (OPIPP) fue creado en abril de
2008 con la finalidad de promover y/o ejecutar las acciones correspondientes a las fases del ciclo del proyecto
de la obra “Mejoramiento y ampliación del sistema de alcantarillado e instalación del sistema de tratamiento
de aguas residuales de la ciudad de Iquitos”. Posteriormente, se le encargó la consultoría para la elaboración de
los estudios de pre-inversión del proyecto “Ferrocarril Interoceánico Norte: Yurimaguas-Iquitos”, tanto a nivel de
estudio de factibilidad y de los estudios definitivos de ingeniería e impacto ambiental, como la confección de las
bases de licitación de la concesión de dicho proyecto. En consecuencia, ha recibido la segunda mayor asignación
presupuestal de apertura del GOREL (S/.384 millones de Nuevos Soles), superior incluso al presupuesto asignado
inicialmente a los sectores Salud, Agricultura, Recursos Naturales, Turismo y Producción, entre otros, para el
cumplimiento de sus funciones en todo el departamento de Loreto.
Con respecto al presupuesto público ejecutado por el Gobierno Regional de Loreto durante el periodo 2007-2011,
es posible observar que los dos mayores presupuestos girados corresponden también a los sectores Educación
(S/.1.843.627.089 Nuevos Soles) y a la Sede Central (S/.880.627.464 Nuevos Soles), aunque si observamos el
presupuesto ejecutado en los últimos tres años, el segundo mayor presupuesto corresponde al OPIPP (S/.491
millones de Nuevos Soles).
Como ya se ha apuntado, los recursos ordinarios fueron la principal fuente de financiamiento del GOREL en
el periodo 2007 al 2011 (cuadro 42). De otra parte, hay un clamor general de todos los sectores denunciando
que la transferencia de las funciones del Gobierno Nacional al Regional no fue acompañada de la respectiva
transferencia de los medios para ejecutarlas (personal, equipo y/o presupuesto). El problema es peor en unos
sectores que en otros. En el sector Forestal, por ejemplo, la única fuente de ingreso disponible en la región es
una parte de sus recursos propios, pues en virtud de las negociaciones entre el GOREL y el MINAG, este último
no transfirió recursos.
Es posible decir que la tendencia de la evolución del presupuesto público regional durante este periodo de 5
años (2007-2011) ha ido consistentemente en aumento. Como es natural, el presupuesto ejecutado ha sido
menor al asignado, observándose una tendencia decreciente entre el PIM y el presupuesto girado anualmente.
De esta manera, en este periodo se ha reportado un porcentaje de ejecución entre 85,5% y 88,3% (cuadro 43).
En términos generales, como se verá, la capacidad institucional del GOREL es muy limitada, más que la de muchas
otras regiones si se considera, por ejemplo, que el Índice de Densidad del Estado (IDE)45, elaborado por el PNUD
(2009), lo coloca en el puesto 20 sobre 23 a nivel nacional. Esto es una consecuencia de su enorme tamaño y
de la falta de comunicaciones terrestres, que dificulta mucho que los servicios públicos básicos lleguen a sus
habitantes, tan dispersos a lo largo de los ríos. Este hecho también aumenta el costo de los servicios públicos y,
por cierto, Loreto carece de un presupuesto a la altura de sus necesidades.
45 La densidad del Estado se calcula en base a una canasta de servicios básicos e ineludibles que debe garantizar a todos sus ciudadanos:
DNI, partida de nacimiento, salud, educación, agua potable e instalación sanitaria, y electricidad.
Marco General
Constitución Política del Perú de 1993.
Ley N° 27680. Ley de Reforma Constitucional del Capítulo XIV del Título IV, sobre Descentralización.
Ley N° 27783. Ley de Bases de la Descentralización (LBD).
Ley N° 27867. Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (LOGR), modificada por la Ley N° 27902 y la Ley N° 28139.
Transferencia de Funciones
Ley N° 28273. Ley del Sistema de Acreditación de los Gobiernos Regionales y Locales.
D.S. N° 021-2004-PCM. Plan Nacional de Capacitación y Asistencia Técnica en Gestión Pública para el fortalecimiento de los
Gobiernos Regionales y Locales.
D.S. Nº 021-2006-PCM. Aprueba el Plan Anual de Transferencia de Competencias Sectoriales a los Gobiernos Regionales y
Locales del año 2006.
D.S. N° 068-2006-PCM. Establece que la transferencia de funciones a los Gobiernos Regionales debe culminarse al 31 de
diciembre de 2007.
D.S. N° 076-2006-PCM. Modifica el Plan Anual de Transferencia de Competencias Sectoriales a los Gobiernos Regionales y
Locales del año 2006, aprobado por D.S. N° 021-2006-PCM.
D.S. N° 078-2006-PCM. Autoriza al Ministerio de Educación con la participación de las Municipalidades, llevar a cabo un Plan
Piloto de Municipalización de la Gestión Educativa de Niveles Educativos de Inicial y Primaria.
D.S. N° 027-2007-PCM. Define y Establece las Políticas Nacionales de Obligatorio Cumplimiento para las Entidades del
Gobierno Nacional.
D.S. N° 036-2007-PCM. Plan Anual de Transferencias 2007.
Proceso de Integración Regional
Ley N° 27795. Ley de Demarcación y Organización Territorial y su Reglamento aprobado por D.S. N° 019-2003-PCM.
Ley N° 28274. Ley de Incentivos para la Integración y Conformación de Regiones y su Reglamento aprobado por D.S. N° 063-
2004-PCM.
Reforma y Modernización de la Gestión del Estado
Ley N° 27558. Ley Marco de la Modernización de la Gestión del Estado.
Ley N° 28895. Elimina Prefecturas y Sub prefecturas en todo el territorio nacional.
Ley N°. 28926. Regula el régimen transitorio de las direcciones sectoriales de los Gobiernos Regionales.
D.S. N° 007-2007-PCM. Aprueba fusión por absorción del Consejo Nacional de Descentralización con la Presidencia del
Consejo de Ministros.
D.S. N° 009-2007-PCM. Modificado por D.S. N° 032-2007-PCM y D.S. N°.040-2007-PCM. Conforman la Comisión Presidencial
de Reforma del Poder Ejecutivo.
D.S. N°. 027-2007-PCM. Aprueba las Políticas Nacionales de obligatorio cumplimiento por parte de las entidades del
Gobierno Central.
R.M. N° 084-2007-PCM. Aprueba Directiva sobre lineamientos para implementar fusión de entidades de la Administración
Pública Central.
“Declaración de Huánuco” del 20 de marzo de 2007. Declaran constituida la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales.
D.S. N° 103-99-EF. Reglamento de las Disposiciones Tributarias contenidas en la Ley de Promoción de la Inversión en la
Amazonía.
Ley N° 27293. Ley del Sistema Nacional de Inversión Pública y su modificatoria introducida por Ley N° 28802 y su nuevo
Reglamento aprobado por D.S. N° 102-2007-EF.
D.U. 015-2007. Se declara en reestructuración el SNIP y se dictan otras medidas para garantizar la calidad del gasto público.
Ley N° 27506. Ley del canon y su Reglamento aprobado por D.S. N° 005-2002-EF.
Ley N°29125. Ley que establece la implementación y el funcionamiento del Fondo de Promoción a la Inversión Pública
Regional y Local (FONIPREL).
Ley N° 29742. Ley que deroga los Decretos Legislativos N° 977 y N° 978, y restituye la Plena Vigencia de la Ley N° 27037. Ley
de Promoción de la Inversión en la Amazonía.
Ley N° 29693. Ley que homologa el canon y sobrecanon por la explotación de petróleo y gas en los departamentos de Piura,
Tumbes, Loreto, Ucayali y en la provincia de Puerto Inca del departamento de Huánuco al canon a la explotación del gas
natural y condensados.
Decreto Legislativo N° 955. Ley de Descentralización Fiscal y su Reglamento aprobado por D.S. N° 114-2005-EF.
D.S. N° 157-2005-EF. Anexo metodológico correspondiente a la metodología de cálculo de la recaudación efectiva que será
realizada por la SUNAT según circunscripción departamental.
D.S. N° 001-2012-MC.Reglamento de la Ley N° 29785. Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u
originarios, reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
CUADRO 45. Competencias exclusivas y compartidas del GOREL según la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales
a. Planificar el desarrollo integral de su región y ejecutar los a. Educación. Gestión de los servicios educativos de
programas socioeconómicos correspondientes. nivel inicial y de primaria, secundaria y superior
b. Formular y aprobar el plan de desarrollo regional concertado no universitaria, con criterios de interculturalidad
con las municipalidades y la sociedad civil de su región. orientados a potenciar la formación para el
c. Aprobar su organización interna y su presupuesto institucional desarrollo.
conforme a la Ley de Gestión Presupuestaria del Estado y las b. Salud pública.
Leyes anuales de Presupuesto. c. Promoción, gestión y regulación de actividades
d. Promover y ejecutar las inversiones públicas de ámbito económicas y productivas en su ámbito y nivel,
regional en proyectos de infraestructura vial, energética, de correspondientes a los sectores agricultura,
comunicaciones y de servicios básicos, con estrategias de pesquería, industria, comercio, turismo, energía,
sostenibilidad, competitividad oportunidades de inversión hidrocarburos, minas, transportes, comunicaciones
privada y posibilidades de dinamizar mercados y rentabilizar y medio ambiente. d. Gestión sostenible de
actividades. los recursos naturales y mejoramiento de la calidad
e. Diseñar y ejecutar programas regionales de cuencas, ambiental.
corredores económicos y de ciudades intermedias. e. Preservación y administración de las reservas y
f. Promover la formación de empresas y unidades económicas áreas naturales protegidas regionales.
regionales para concertar sistemas productivos y de servicios. f. Difusión de la cultura y potenciación de todas las
g. Facilitar los procesos orientados a los mercados instituciones artísticas y culturales regionales.
internacionales para la agricultura, la agroindustria, la g. Competitividad regional y promoción de empleo
artesanía, la actividad forestal y otros sectores productivos, de productivo en todos los niveles, concertando los
acuerdo a sus potencialidades. recursos públicos y privados.
h. Desarrollar circuitos turísticos que puedan convertirse en ejes h. Participación ciudadana, alentando la concertación
de desarrollo. entre los intereses públicos y privados en todos los
i. Concretar alianzas y acuerdos con otras regiones para el niveles.
fomento del desarrollo económico, social y ambiental. i. Seguridad Ciudadana.
j. Administrar y adjudicar los terrenos urbanos y eriazos de j. Otras que se le delegue o asigne conforme a Ley.
propiedad del Estado en su jurisdicción, con excepción de los
terrenos de propiedad municipal.
k. Organizar y aprobar los expedientes técnicos sobre acciones
de demarcación territorial en su jurisdicción, conforme a la ley
de la materia.
l. Promover la modernización de la pequeña y mediana
empresa regional, articuladas con las tareas de educación,
empleo y a la actualización e innovación tecnológica.
m. Dictar las normas sobre los asuntos y materias de su
responsabilidad, y proponer las iniciativas legislativas
correspondientes.
n. Promover el uso sostenible de los recursos forestales y de
biodiversidad.
o. Otras que se le señale por ley expresa.
Elaboración propia.
Hay limitaciones en el diseño organizativo del GOREL. En efecto, a pesar de que los gobiernos regionales tienen
como competencia exclusiva el “aprobar su organización interna y su presupuesto”46, en la práctica la legislación
nacional les impone una serie de rigideces en el diseño institucional (Molina, 2010). Entre los desbalances en
la estructura organizativa del GOREL que limitan la gestión regional están: (i) el funcionamiento del Consejo
Regional; (ii) el inadecuado diseño del Consejo de Coordinación Regional (CCR), y (iii) la dificultad de la Gerencia
General para promover la coordinación interinstitucional.
El Consejo Regional, órgano que está encargado de revisar las propuestas de normatividad regional, emitir
dictámenes y fiscalizar la gestión regional, está compuesto por solo 9 Consejeros Regionales. Asimismo, cada
Consejero Regional debe formar parte de una o más de las seis comisiones de trabajo ordinarias47 y de las
comisiones especiales para atender casos específicos. El cumplimiento de estas tareas se dificulta ya que no
cuentan con un presupuesto propio para desarrollar sus funciones48.
El Consejo de Coordinación Regional (CCR) no está acondicionado para cumplir su rol como órgano consultivo.
Las reuniones están limitadas a dos sesiones por año, y en Loreto durante 2011 se reunieron solamente una
vez sin suficiente preparación, ni poder de influencia para proponer mejoras en la gestión pública regional. En
su diseño no se incluye como integrantes a los Consejeros Regionales, lo que le resta utilidad como canal de
comunicación entre estos con los alcaldes y las organizaciones de la sociedad civil. Por otro lado, en Loreto no se
ha incluido a las organizaciones indígenas como parte del CCR.
De otra parte, hay sobrecarga de responsabilidades en la figura del Gerente Regional. Esta gerencia, además de
tener la función de dirigir y supervisar el trabajo de todas las demás y sus respectivas direcciones, así como de
los órganos de asesoramiento y apoyo, debe promover la coordinación interinstitucional. A pesar de que los
funcionarios públicos de Loreto reconocieron a las reuniones de Directorio convocadas por la Gerencia General
como un espacio de coordinación y de toma de decisiones, que muchas veces cuenta con la participación
del Presidente Regional, también señalaron que la sobrecarga de trabajo del Gerente General, y los constantes
cambios en este cargo, impiden una agenda y orientación coherente para la toma de decisiones.
Las limitaciones para la gestión de recursos humanos son muy serias. Como se ha visto, la institucionalidad de
los gobiernos regionales fue diseñada a partir de una reforma constitucional y de leyes orgánicas nacionales,
donde confluyen herencias de estructuras orgánicas pasadas, incluyendo recursos humanos con regímenes
laborales diferentes (Molina, 2010). Este contexto inicial no ha variado en el GOREL actual, por lo que su personal
está sometido a distintos regímenes de contratación a veces dentro de una misma repartición. Esto es un serio
obstáculo para la gestión eficiente de recursos humanos. Al problema de los diversos regímenes de contratación
con escalas salariales, beneficios y derechos pronunciadamente diferenciados entre los trabajadores, se suman
las escasas oportunidades de fortalecimiento de capacidades para mejorar la gestión pública. El gobierno
nacional trasladó sus responsabilidades a las regiones sin promover programas de capacitación que deberían
darse en el marco de la descentralización.
46 Según la Constitución Política del Perú, la Ley de Bases de la Descentralización, Ley N° 27783 y la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales,
Ley No. 27867.
47 Comisiones Ordinarias creadas para atender los siguientes temas: Desarrollo Económico; Desarrollo Social; Recursos Naturales y
Gestión del Medio Ambiente y Nacionalidades Indígenas; Infraestructura; Planeamiento, Presupuesto y Acondicionamiento Territorial, y
Fiscalización. Estas comisiones deben promover, evaluar y aprobar los acuerdos y proyectos de normas legales regionales de acuerdo a
su especialidad.
48 En Loreto se promulga un promedio de 24 ordenanzas regionales por año. En lo que va de 2012, el Consejo Regional ha aprobado
8 Ordenanzas Regionales, de las cuales 3 están orientadas al tema de Áreas de Conservación Regional, 4 al tema de los procesos
democráticos en el marco de la descentralización (Presupuesto Participativo, Audiencia Pública y Consejo de Coordinación Regional), y
una sobre un tema social (política regional de lucha contra la trata de personas).
También hay serias limitaciones para la gestión de los recursos presupuestales. El presupuesto del GOREL,
como se ha dicho, está lejos de ser suficiente pero, además y a pesar de que se supone que los gobiernos
regionales tienen autonomía para aprobar sus presupuestos, en la práctica esto no ocurre. Por otro lado,
algunos especialistas consideran que existe sobre-reglamentación para la gestión presupuestaria. Es así
como, en la práctica, los gobiernos sub-nacionales tienen gran dificultad para administrar sus presupuestos,
no consiguiendo establecer las Unidades Ejecutoras de la forma que mejor convenga a sus realidades (Molina,
2010). En este contexto, la gestión de los recursos presupuestales del pliego del GOREL es responsabilidad
principalmente de la Gerencia de Presupuesto, Planeamiento y Acondicionamiento Territorial, a través de la
Sub-gerencia de Presupuesto. Esta sub-gerencia debe asumir su función cumpliendo con la Ley General del
Sistema Nacional de Presupuesto, Ley Nº 28411, y las leyes anuales complementarias. Según estas normas,
el pliego presupuestal es presentado antes del mes de noviembre del año anterior de acuerdo al techo
presupuestario determinado por el MEF.
Del mismo modo, hay dificultad para ejecutar el presupuesto según una programación estratégica y por
resultados. Para mejorar la eficacia y calidad del gasto, se implementó desde 2008 la Programación Presupuestaria
Estratégica en todo el sector público para la articulación de los planes estratégicos sectoriales e institucionales
con la programación presupuestal. Al respecto, funcionarios públicos entrevistados señalan que no ha sido
posible cumplir con esta disposición, ya que existe una tendencia a que la ejecución presupuestal en el GOREL
esté condicionada por decisiones coyunturales y situaciones imprevistas. Asimismo, existen limitaciones en la
capacidad técnica de los funcionarios para diseñar los indicadores por resultados más acordes con el contexto
regional, así como para levantar la información respecto a estos. Por ejemplo, a pesar de que la inversión para
cubrir necesidades básicas de salud y educación ha crecido a un ritmo anual aproximado de 43% en los últimos
cuatro años, no existe información sobre el impacto de esta sobre la pobreza extrema en las zonas de menor
acceso en la región.
La gestión del presupuesto público también está relacionada con el Presupuesto Participativo, el cual también
presenta limitaciones de orden normativo relacionadas al SNIP. En Loreto existe voluntad política para el
funcionamiento del Presupuesto Participativo, especialmente debido a la necesidad de ejecutar el presupuesto
transferido por canon y sobrecanon a través de proyectos de inversión pública. Sin embargo, las normas del SNIP
le han quitado poder a los actores participantes y a las autoridades sub-nacionales para que puedan establecer
prioridades, ya que en la actualidad es establecida por el gobierno central. De igual forma, la sociedad civil ya
no tiene la facultad de proponer nuevos proyectos, inclusive con fondos de donación, pues los que se priorizan
deben tener código SNIP. Por otro lado, se menciona que el propio proceso de inversión pública es bastante
homogenizador y no considera las particularidades de la Amazonía, por ejemplo para la elección de proyectos por
menor costo-efectividad para saneamiento, salud y educación con indicadores que se encuentran desactualizados.
La rendición de cuentas se cumple tal como lo señala la normatividad, pero se debe seguir sensibilizando a los
funcionarios públicos sobre su importancia para el desarrollo democrático. El GOREL, a través de la Gerencia de
Planeamiento, Presupuesto y Acondicionamiento Territorial, desarrolla las dos audiencias públicas semestrales
En la práctica se demuestra que el GOREL todavía no está equipado para ejercer la autonomía total de su ejecución
presupuestal, ya que es necesario fortalecer la capacidad institucional para la programación presupuestaria
estratégica así como para diseñar el presupuesto por resultados que permita monitorear, evaluar y fiscalizar la
eficacia y calidad del gasto. Además, el GOREL debe seguir perfeccionando el Presupuesto Participativo y los
mecanismos de rendición de cuentas y transparencia de la información pública, mediante mejoras en las normas
legales.
El tema ambiental es, en teoría, esencial para el GOREL, destacado en su misión y en su visión y reiterado en todos
sus planes y discursos. Además, es una obligación conforme al artículo 53º de la Ley Orgánica de Gobiernos
Regionales (Ley Nº 27867). Sin embargo, no hay correlación entre las declaraciones y la realidad.
La gestión ambiental en Loreto está dividida entre la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión
del Medio Ambiente (GRRNNYGMA), que debe definir las políticas de protección ambiental y de recursos
naturales de la región, y los sectores productivos como el Programa Regional de Manejo de Recursos
Forestales y de Fauna Silvestre, las direcciones regionales sectoriales (Energía y Minas, Agricultura, y
Transporte y Comunicaciones)49. Otra instancia pública con funciones ambientales es el PROCREL, encargado
de la gestión de Áreas de Conservación Regional, la promoción de servicios ambientales y los procesos
ecológicos prioritarios para la conservación. Pertenecen a la institucionalidad ambiental de Loreto las oficinas
desconcentradas de los organismos públicos adscritos al MINAM como el Organismo para la Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP), el Servicio
Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI) y el Instituto de Investigaciones de la Amazonía
Peruana (IIAP). Otras instituciones con funciones en materia ambiental son la División de Turismo y Protección
Ambiental de la Policía Nacional del Perú, la Dirección Regional Agraria, la Dirección Regional de Energía y
Minas, la Dirección Regional de Producción, las Capitanías de Puerto de Iquitos y Yurimaguas y la Autoridad
Administrativa del Agua Amazonas (AAA).
© P. Puertas / WCS
A nivel de la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, las limitaciones para
desempeñar sus funciones están relacionadas (i) al presupuesto, (ii) a la coordinación interinstitucional y
(iii) a la participación ciudadana. En efecto, la gestión ambiental a nivel del GOREL tiene una asignación
presupuestal ínfima, de apenas un millón de Nuevos Soles para gastos corrientes (remuneraciones, bienes
y servicios), por lo que la falta de profesionales y de apoyo logístico es extrema50. Esto genera una serie
de dificultades para el monitoreo y supervisión en campo, como es el caso de los proyectos de pequeña
minería y minería artesanal, que deben ser supervisados en coordinación con la DREM-LO, que tampoco
tiene recursos suficientes.
Gran parte de las funciones forestales ha sido transferida al GOREL, para lo cual se creó el Programa Regional de
Manejo de Recursos Forestales y de Fauna Silvestre con una estructura administrativa bastante completa (cuadro
46). Pero, como en otros casos, esta área que es fundamental para Loreto está mal implementada, con escaso
apoyo político; financiamiento mínimo; insuficiente personal, contratado en su mayoría a corto plazo, con una baja
remuneración y sin medios para la ejecución de sus funciones, en especial las de control y vigilancia, que implican
el traslado hacia áreas remotas del departamento. Tampoco disponen de equipamiento adecuado en su oficina
principal y menos aún en las oficinas desconcentradas.
50 En la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente hay un total de 46 empleados con diferentes modalidades
de contratación (para este gasto cuentan con un presupuesto aproximado de 681.149 Nuevos Soles).
Un diagnóstico elaborado por EIA (2010), señala que un problema común identificado en la gestión forestal es
la modalidad de contratación, la cual se da principalmente “sin beneficios sociales, estabilidad laboral, ni seguridad
a los funcionarios que operan en las zonas de riesgo”, afectando así la motivación y rendimiento del personal. El
estudio agrega que los entrevistados identificaron al sector forestal en general como uno que no valora el
trabajo ético ni incentiva las buenas prácticas en el cumplimiento de las funciones, ya que “la débil formación
ética se refleja en la falta de interés de la mayor parte de los funcionarios por ver y denunciar el delito flagrante de tala
ilegal”. Esa situación permite la proliferación de casos de corrupción tanto activa como pasiva que ya han sido
denunciados muchas veces (AIDESEP, 2007; Urrunaga et al., 2012). A eso se agrega que son igualmente débiles
la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y la Procuraduría Pública especializada en Delitos Ambientales, y
sus respectivas instancias regionales, para atender los casos contra funcionarios públicos, consultores forestales
y empresas que hayan facilitado o participado en la tala ilegal.
En la parte agraria, la DRA de Loreto (DRAL) adolece de los mismos problemas de fondo, comunes a la administración
pública nacional. De acuerdo al Plan Operativo Estratégico del año 2012, las debilidades institucionales que
persisten son: limitada capacidad de gestión institucional, lenta modernización institucional, falta de consistencia
de la información agraria, débil identidad institucional de los trabajadores, deficiente racionalización de personal
capacitado para la promoción agraria, resistencia al cambio organizacional y gestión por resultados. Si bien las
debilidades identificadas son bastante generales, su sola mención da cuenta de la necesidad de realizar análisis
más profundos sobre la capacidad de gestión en el sector agrario regional.
La asignación de presupuesto para la función agraria en Loreto es excesivamente reducida. Por ejemplo, en
2011, el presupuesto de la DRAL ascendió a poco más de 8 millones de Nuevos Soles51. En 2009 habría sido
de 36 millones de Nuevos Soles, es decir 4 veces más, pero también insuficiente. Esta repartición dispone de
una Unidad de Asuntos Ambientales Agrarios dependiente de su Oficina de Planificación, que cuenta con un
solo especialista que debe atender todos los temas relacionados a la gestión ambiental del sector agrario, cuyo
principal trabajo, desde que empezó a funcionar esta Unidad, hace poco más de un año, ha sido preparar un
Plan de Evaluación y Fiscalización Ambiental para la DRAL, participar de las reuniones de la CAR y preparar una
propuesta para la creación de una Dirección de Asuntos Ambientales Agrarios. Las funciones no cumplidas
51 En cambio, el presupuesto de la DRA de Lima contó con más de 28 millones de Nuevos Soles para atender una región de menor
extensión y mayor accesibilidad geográfica. Ambos datos fueron tomados del Presupuesto Institucional Modificado de 2011 por
pliegos presupuestarios, que corresponden a las fuentes Recursos Ordinarios y Recursos Directamente Recaudados, según el Portal de
Transparencia Económica del MEF del día 03 de julio de 2007.
La Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Loreto es otra instancia gubernamental con dependencia
jerárquica, presupuestal y administrativa del GOREL y dependencia técnico-normativa del MINEM. El
financiamiento para gasto corriente (remuneraciones, bienes y servicios) de la DREM es igualmente insuficiente
para las funciones que debe asumir. Para el año 2012 dispone de un presupuesto de S/. 650.000 Nuevos Soles
para supervisar y controlar las actividades de hidrocarburos y minería, incluida la minería aurífera informal. El
equipo técnico de la DREM está compuesto por menos de 10 trabajadores para las tareas tanto administrativas
como técnicas. Sobre los equipos para cumplir sus funciones, ellos identifican que en un 80% se encuentran
“deteriorados, desfasados u obsoletos lo que en gran magnitud afecta una adecuada prestación de los servicios
públicos”.
El tema indígena en el GOREL está a cargo de la Sub-gerencia de Nacionalidades Indígenas, órgano de la Gerencia
de Desarrollo Social. Según el Reglamento de Organización y Funciones de 2010, esta oficina tiene como
objetivo principal “promover la participación activa de las comunidades indígenas para lograr la autonomía en la
administración de sus recursos mediante la elaboración de proyectos productivos (…)”.
Según señalan especialistas del tema indígena de Loreto, esta oficina no cuenta con personal con experiencia
en temas de interculturalidad ni la infraestructura adecuada para desempeñar sus funciones. No existe una
política regional sobre el tema indígena ni un plan regional integral al respecto. Ante las reiteradas quejas de
las organizaciones indígenas por la poca atención a sus demandas en temas de salud, educación, vivienda,
remediación de pasivos ambientales, entre otros, el Presidente Regional anunció en setiembre de 2012, que se
crearía una Gerencia de Asuntos Indígenas, con presupuesto propio para darle mayor visibilidad a la problemática
indígena y promover inversión en las comunidades52 Es así que, en diciembre del mismo año, mediante
Ordenanza Regional Nº 021-2012-GRL-CR, se creó la Gerencia Regional de Asuntos Indígenas del Gobierno
Regional de Loreto, como órgano de línea dependiente de la Gerencia General Regional. Su función principal
será “impulsar y fomentar el desarrollo socioeconómico de los pueblos indígenas a través de la formulación y
ejecución de políticas regionales y acciones concretas orientadas a la inclusión, desarrollo social, priorización y
promoción de los pueblos indígenas en la región Loreto”53.
El Consejo Interregional Amazónico (CIAM) es un órgano conformado por los gobiernos regionales de
Amazonas, Loreto, Madre de Dios, San Martín y Ucayali, creado en el año 2007. Su finalidad es generar espacios
de coordinación para dinamizar iniciativas que promuevan el desarrollo integral y sostenible de la Amazonía
peruana. El CIAM es presidido por los presidentes de las regiones mencionadas (Presidencia Colegiada) y cuenta
con una Secretaría Técnica. Esta importante iniciativa es financiada principalmente mediante cooperaciones
técnicas no reembolsables.
52 “Importante firma de acuerdos entre el Presidente Regional y nativo del Curaray”. Noticia publicada en el diario La Región de fecha 08
de setiembre de 2012.
53 Artículo primero.
El CIAM viene impulsando la Estrategia de Bosques y Cambio Climático para la Amazonía peruana, como una
propuesta de política pública con relación a los recursos naturales y el medio ambiente en las regiones integrantes del
CIAM. Esta propuesta busca internalizar en la toma de decisiones de política pública, las especificidades de la región
amazónica; lograr la gestión de sus recursos naturales con un enfoque espacial y ecosistémico; promover la inversión
privada competitiva, inclusiva, transparente y sostenible y, finalmente, mejorar la institucionalidad para la gestión de
los recursos naturales, considerando el proceso de descentralización en marcha (Amazonía Vale un Perú, 2012).
En general, Loreto no ha sido muy favorecido en forma exclusiva por préstamos de la banca multilateral de desarrollo.
El único préstamo vigente del BID es el PE-L1095, por US$2 millones, que fue otorgado a la Municipalidad de
Maynas en 2010 (CMAC Maynas: Fortalecimiento patrimonial y crédito hipotecario para viviendas de interés
social). Hay otro préstamo de ese Banco (PE-L1026), en preparación a nivel nacional, que podrá beneficiar a
Loreto. Se trata del Programa de titulación y registro de tierras III. Asimismo, el BID está ejecutando la cooperación
técnica PE-T1040 (IIRSA Perú: Plan de desarrollo del sistema hidroviario del Amazonas). El Banco Mundial reporta
algunos proyectos para el Perú relacionados a los objetivos del Milenio: Transporte e infraestructura regional, y
electrificación y saneamiento por valor de varios millones de dólares sin especificar el porcentaje o monto que
se utilizará para Loreto.
La CAF tiene un proyecto en preparación que, sin duda, beneficiará a Loreto, aunque no es exclusivo para este
departamento. Se trata del Programa de desarrollo forestal sostenible, inclusivo y competitivo en la Amazonía
Peruana, que tiene por objetivo la recuperación y conservación de los bosques amazónicos y que debe
beneficiar a las autoridades forestales regionales, a los concesionarios y a otros usuarios del bosque. Se trata de
una operación de US$50 millones a ser desembolsados en 5 años.
El mayor proveedor de apoyo financiero a Loreto, en la actualidad, es el Japón que, a través de la JICA, viene
ejecutando tres operaciones de préstamos blandos que benefician a Loreto, de las cuales una es exclusiva para
este departamento: (i) Proyecto 2012/3: Rural Amazon water supply and sanitation; (ii) Proyecto 2008/12: Iquitos
sewerage and expansión, y (iii) Proyecto 2009/9: Provincial cities water supply and sewerage system improvement and
expansion. El Perú y JICA están preparando otra operación por unos US$50 millones que beneficiará a Loreto.
Se trata del Programa Nacional de Conservación de Bosques Primera Etapa en los departamentos de Amazonas,
Lambayeque, Loreto, Madre de Dios, Piura, San Martín, Tumbes y Ucayali, que complementará el propuesto por la
CAF en el mismo sector. Este último apoyaría prioritariamente a las comunidades indígenas.
En el futuro mediato es probable que el BNDES del Brasil juegue un rol importante en las inversiones que
se realicen en Loreto, a través de iniciativas público-privadas que involucren intereses y empresas brasileñas
(Dourojeanni, 2011). También es evidente que el Banco de Desarrollo de China está cada vez más activo en
América Latina. Por ejemplo, en 2010 ese Banco prestó 37 millones de dólares, es decir más dinero a esa región
que todos los préstamos del Banco Mundial, BID y EximBank de EEUU juntos (Gallagher et al., 2012). En principio,
si Loreto desarrolla buenos proyectos, no deberían faltarle oportunidades de financiamiento54.
54 Servindi: América Latina: capitales chinos y brasileños compiten por financiar proyectos energéticos
http://www.servindi.org/actualidad/39731?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=feed:+servindi+(servicio
+de+informaci%c3%b3n+indigena)
En 2006, la cooperación internacional no reembolsable habría invertido US$11,5 millones en Loreto, de los
que el 59,6% ha sido cooperación oficial y el 40,4% ha sido privada. En el lapso 2007-2008, los proyectos
de tipo multidepartamental han sumado US$51,7 millones y han atendido a Loreto. De este monto, el 60%
(unos US$31 millones) se destinaron a Maynas, mientras que otro 21% (US$11 millones) se usaron en la
carretera Iquitos-Nauta. Las provincias menos atendidas han sido Datem del Marañón, Ramón Castilla y
Requena (GOREL, 2009). Obviamente, los valores y las cifras varían de año en año, pero demuestran que
Loreto recibe una ayuda internacional significativa. La mayor parte del monto de la asistencia es destinado
a la salud (de 13 a 14%) y luego a la educación (de 8 a 13%). Siguen, la inversión en temas ambientales y
en mucho menor cuantía se destina el resto a gobierno y sociedad, temas multisectoriales o transversales
y a temas de género. Sin embargo, de los proyectos registrados hasta 2011 en el Portal de APCI y que se
desarrollarán entre los años 2012-2020, la mayoría se basa en la temática ambiental, conforme se detalla
en el cuadro 47.
Temas Número
Ambiente 38
Gobierno y Sociedad 33
Desarrollo Social 27
Salud 26
Educación 14
Otros 4
Finalmente, Loreto viene recibiendo un importante financiamiento por parte de la agencia USAID, en el marco
del tratado de libre comercio suscrito entre el Perú y Estados Unidos. Desde 2011, el Gobierno Regional recibe
financiamiento de USAID a través de Perú Bosques y Peru Forest Sector Initiative (PFSI).
55 Acorde a información recogida del banco de proyectos declarados en el año 2011 para la Región Loreto. Los datos recogidos abarcan todos
los proyectos declarados al año 2011 con fecha de culminación del año 2012 al año 2020.
Los actores del desarrollo de Loreto son muchos: los ciudadanos peruanos y los ciudadanos loretanos, el
gobierno nacional y el gobierno regional y, claro, los gobiernos locales, los partidos políticos, los pueblos
indígenas y otros segmentos de la población como los ribereños, la población urbana y la población rural, los
pobres y los ricos, las grandes empresas multinacionales y nacionales, las empresas regionales, los madereros, los
pescadores, la academia, y las organizaciones no gubernamentales, etc. Cada grupo, en diferentes arreglos entre
ellos, coinciden o divergen en intereses según las circunstancias y los temas.
Contrariamente a lo que pueda pensarse, los actores más influyentes para determinar el futuro de Loreto no son
loretanos y ni siquiera conocen Loreto, región sobre la que tienen nociones vagas, que muchas veces traducen
como un vasto territorio verde donde indígenas visten plumas y usan flechas para cazar y en el que además de
peligrosos jaguares y anacondas, hay petróleo y madera. O sea, una visión completamente distorsionada. Sin
embargo, es esa inmensa mayoría de peruanos que elige gobiernos nacionales y representantes en el Congreso
y es la que, a través de políticas y leyes decididas por sus elegidos, modela el futuro de Loreto. Es decir que el
actor principal del desarrollo de Loreto es la mayoría nacional ignorante o indiferente de la realidad loretana.
Pero, para una minoría que sabe que Loreto tiene recursos considerables, codiciados en el Perú y en el exterior,
esa es una tierra donde muchos grandes negocios pueden prosperar. Es así como desde el Ejecutivo y el
Legislativo se toman decisiones que favorecen “hacer dinero” sobre cualquier otra consideración, atropellando
derechos de los habitantes de la selva, la seguridad ambiental y el futuro regional. Dicho de otro modo, los
ciudadanos peruanos, la mayoría indiferente y la minoría interesada, son los actores que hasta el presente, y
probablemente en el futuro mediato, han decidido y decidirán el destino de Loreto. Así es como se coleccionan
políticas, leyes, planes, subsidios e incentivos que en general son perversos cuando
no inadecuados o fuera de contexto.
nacional de desarrollo, no se sabrá explícitamente lo que el gobierno nacional propone para Loreto, aunque la
promoción de lotes para la explotación de hidrocarburos es lo más evidente de sus intenciones.
Mientras que el gobierno nacional, como actor, no sabe lo que realmente quiere, el sector privado sí sabe muy
bien lo que busca. Por eso, al final, los actores determinantes del futuro de Loreto son los grandes intereses
económicos internacionales asociados a los nacionales, que deciden y llevan adelante las acciones que más
impactan en el futuro de Loreto, como es el caso en especial de la explotación de hidrocarburos o de la gran
minería. También son ellos los que al final deciden la construcción de infraestructuras realmente importantes
como las de energía hidráulica y viales. Otros intereses privados nacionales son los que determinan la parte
gruesa de la explotación e industria maderera y agropecuaria intensiva. Queda al sector privado regional o local
la explotación directa, en escala pequeña, de recursos forestales, pesqueros y turísticos.
Para completar la lista de los actores que tienen influencia creciente en el futuro de Loreto están los narcotraficantes
y contrabandistas y, cada vez más, los acopiadores de oro extraído ilegal o informalmente. Ellos son los que, a
través de los pobres que usan para producir cocaína o extraer oro, consiguen forzar al gobierno regional, y
también al nacional, a adoptar medidas que favorecen sus actividades. Los recientes conflictos con los mineros
informales o ilegales demuestra claramente la influencia que la informalidad financiada por los traficantes tiene
sobre el destino del país y en especial de la Amazonía peruana.
Obviamente, los actores más legítimamente interesados en el porvenir de Loreto son los que conforman la
sociedad regional. Pero los intereses de la sociedad urbana, que como actor domina en número y en influencia,
no son siempre los de la sociedad rural. Como Iquitos es la principal ciudad de Loreto, en ella se concentra gran
parte de los funcionarios públicos y privados que conforman la clase media regional. Como en cualquier otro
lugar, sus visiones e intereses no son los mismos que corresponden a las clases menos favorecidas, muchas
veces habitantes de los barrios marginales o de los barrios sobre palafitos. En general, hay más indiferencia
frente al futuro de la región entre los primeros que entre los segundos que, en su búsqueda por una vida mejor,
son más políticamente activos. Los actores de la sociedad rural presentan diferencias importantes entre ellos,
según se trate de los intereses de los agricultores grandes y medianos, de los ribereños y, especialmente, de los
pueblos indígenas. Por eso no son raros los conflictos entre ellos, especialmente con relación a la tierra. Muchos
agricultores y ribereños son, asimismo, extractores de madera y otros productos maderables, interviniendo con
frecuencia en tierras indígenas. A eso hay que sumar la visión e intereses de los migrantes andinos y costeños
que llegan cada vez en mayor número a la región.
El GOREL es evidentemente un actor sustantivo y podría serlo mucho más si sus medios fueran mayores y sus
intenciones fueran más definidas, consistentes y duraderas de gobierno a gobierno. Como ya se ha visto, hasta
El Movimiento Independiente Loreto (“Mi Loreto”) ocupó el tercer puesto en las últimas elecciones y actualmente
cuenta con tres alcaldes provinciales (Alto Amazonas, Loreto, Ucayali). Según el Plan de Gobierno de Mi Loreto
al 2021 y algunas notas periodísticas regionales se desprende que: (i) con relación a la conectividad, este
partido está en contra del ferrocarril Iquitos-Yurimaguas y, en cambio, coloca como estrategia de desarrollo la
culminación de los estudios de la carretera Iquitos-El Estrecho y Caballococha-Buen Suceso; asimismo propone el
establecimiento de hidrovías, con el mantenimiento de puntos críticos y señalización de la navegación fluvial; (ii)
con relación a la energía propone el incremento del canon petrolero al 20% y la autonomía regional en la gestión
de los recursos naturales (incluido petróleo); asimismo, plantea la conexión eléctrica al Sistema Interconectado
Nacional y la generación de hidroenergía eléctrica en Loreto (Mazán, Pongo de Manseriche y otros), y (iii) sus
propuestas para la agricultura son muy generales.
El Movimiento Esperanza Región Amazónica (MERA), cuyo candidato al Gobierno Regional ocupó el segundo puesto
en las últimas elecciones, no cuenta con ningún alcalde provincial. Según el Plan de Gobierno del MERA para los
años 2011-2014 se deprende que: (i) sus propuestas para la conectividad son muy generales: favorece la integración
vial de Iquitos con la costa del país (estudios de factibilidad sobre la conexión hacia la costa vía Paita), así como
implementar la infraestructura de redes viales (carreteras, vía férrea, aeropuertos, puertos y terminales terrestres); (ii)
en cuanto a energía, acepta que el petróleo es uno de los recursos naturales más importantes de Loreto, pero no
hace propuestas concretas al respecto; asimismo, plantea la necesidad de una infraestructura energética adecuada,
orientada a mejorar la oferta productiva y para ello propone avanzar con los estudios definitivos de la hidroeléctrica
Perú Posible ocupó el primer puesto en Loreto en las elecciones presidenciales pasadas, contando con el apoyo
de Fuerza Loretana. Tiene dos congresistas elegidos por la Región. Su programa es escueto: (i) se ha manifestado
a favor del proyecto del ferrocarril Yurimaguas-Iquitos y de la carretera Napo-Putumayo, y (ii) reconoce que
el petróleo es un recurso importante para Loreto; asimismo, sus voceros se han manifestado a favor de llevar
adelante el proyecto hidroeléctrico de Mazán.
Gana Perú ocupó el segundo puesto en Loreto en las elecciones presidenciales pasadas. Tiene un congresista
elegido por la región. Sus propuestas son bastante elaboradas para el sector transportes. Plantea potenciar la
infraestructura de la red hidroviaria fluvial y de los puertos de Yurimaguas e Iquitos y diseñar una “red vial del
núcleo infraestructural”, esto es infraestructura de redes en forma de malla (energía eléctrica, gas natural, tren
y fibra óptica) con una matriz de seis ejes transversales y tres longitudinales que en forma de plantilla virtual se
colocan sobre el mapa geográfico del Perú, haciéndolos coincidir con los potencialmente futuros corredores
económicos. Dos de los ejes comprenden a Loreto: (i) Transversal 1 compuesto por Paita - Piura - Chulucanas
- Huancabamba - San Ignacio - Sta. María de Nieva - Teniente Pinglo - Saramiriza - Saramuro - Parinari - San
Jacinto - Santa Fe - Nauta - Puerto Franco - Iquitos - Aucaya - Nueva Libertad - Huangana Blanca - Chimbote
- Caballococha - Brasil y Colombia, y (ii) Longitudinal 3 que incluye El Estrecho, Santa Teresa, Iquitos, Nauta,
Requena, Contamana, Pucallpa y continúa hasta Desaguadero, en Puno.
Finalmente el Partido Aprista Peruano (APRA), que actualmente tiene poca influencia en Loreto, favorece la inversión
privada y plantea la necesidad de un gobierno regional que facilite la actividad privada en los sectores transporte,
minería e hidrocarburos, servicios y manufactura. Su plan expresa: (i) oposición a proyecto del ferrocarril Iquitos-
Yurimaguas, indicando que la ruta es inviable y que cambiar de ruta (bordeando las zonas inundables) implicaría
muchos costos que no justificarían su construcción; como alternativa propone una carretera o ferrocarril que
partiendo del kilómetro 50 de la carretera Iquitos-Nauta, avance hacia el norte con dirección a Pantoja y Güeppí,
que luego se dirigiría hacia el sur en dirección a Saramiriza utilizando en esta segunda parte muchos tramos de
vía afirmada que las compañías petroleras han construido en todo el tiempo que ya llevan de actividad en el
departamento. En cuanto a la conectividad con Yurimaguas, propone que se mejore la navegabilidad fluvial y se
construya el puerto internacional Yurimaguas; (ii) con relación a la energía, plantea convertir al Perú en un país
exportador de petróleo, con la finalidad de garantizar la seguridad energética para los próximos años y generar
empleo en Loreto; también plantea como meta que solo la tercera parte del consumo sea atendido por derivados
de hidrocarburos, otra tercera parte debería ser cubierta por el gas y la otra, por energía alternativa (hidroeléctricas,
luz solar, eólica, geotérmica, etc.), y (iii) finalmente, plantea la necesidad de diversificar la producción agropecuaria,
promover la agroforestería, el óptimo aprovechamiento de los barrizales y el desarrollo de unidades integrales de
producción que combinen siembra, crianza, recolección y reforestación.
Como se desprende de lo anterior, la principal unanimidad entre los partidos políticos loretanos es quebrar el
aislamiento mediante una conexión terrestre. Un partido está claramente a favor de la ferrovía y otros dos la
mencionan como aceptable aunque no se oponen a una carretera. Los otros partidos prefieren carreteras, sin
embargo no parecen oponerse al mejoramiento de la navegación fluvial que solo dos mencionan con énfasis. En
todos los casos existen propuestas de carreteras internas. Ningún partido se opone a la explotación de petróleo.
Las propuestas sobre desarrollo agropecuario son bastante generales y a veces contradictorias dentro de un
mismo programa. Prácticamente todas consideran todas las opciones, no revelando tendencias claras.
Mención especial merece el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), como productor
de información científica y tecnológica para el desarrollo y formadora de opinión pero, en general, hay que
reconocer que sus aportes son en la práctica muy poco aprovechados por los gobiernos. El IIAP, como otras
instituciones científicas, sufre del síntoma de la “torre de marfil” con poca capacidad de permear hacia la
sociedad. Además, hay que reconocer que su producción científica es desigual, con algunos trabajos de gran
calidad y utilidad y muchos otros que son apenas satisfactorios. La Universidad Nacional de la Amazonía Peruana
y otras instituciones académicas regionales son asimismo actores dignos de consideración tanto formando
profesionales mejor adaptados a la realidad regional como por sus aportes a la ciencia. El Consejo Interregional
Amazónico (CIAM), que es una instancia de coordinación inmediata de los cinco gobiernos regionales de la
Amazonía, conformado por sus presidentes, puede convertirse, si es adecuadamente aprovechado, en un actor
significante del desarrollo regional. Cuenta con una secretaría técnica integrada por un representante de cada
gobierno.
Como ya se ha mencionado, los pueblos indígenas son, entre los actores locales, probablemente los más
influyentes porque ellos sí saben bien lo que quieren y se han organizado para luchar por sus objetivos. Existen
dos organizaciones nacionales representativas de las poblaciones indígenas amazónicas: AIDESEP y CONAP.
Entre las dos agrupan a medio millón de personas. La AIDESEP (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva
Peruana) es la organización de mayor representatividad y poder de influencia, a pesar de recientes disidencias. Es
una organización nacional presidida por un Consejo Nacional que se asienta en seis organismos descentralizados
(ORPIO, CORPI San Lorenzo, ORPIANP, ORAU, FENAMAD y ARPI-SC) y dos afiliados directos (COMARU y la
Comunidad Nativa Matsés) ubicados en el norte, centro y sur del país. Tiene 57 federaciones y organizaciones
territoriales, que representan alrededor de 350 mil indígenas, agrupados en 16 familias lingüísticas, mientras que
la CONAP (Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú) es una organización que prioriza el aspecto
social y vela por los derechos de los pueblos indígenas, respetando la equidad de género y preservando el
medio ambiente. Cuenta con cinco sedes regionales, 40 federaciones y una población total aproximada de 150
mil habitantes.
Afiliadas a estas dos organizaciones nacionales, hay cerca de cien federaciones de comunidades nativas que
existen principalmente con fines de organización y defensa de sus derechos. Generalmente están agrupadas en
función de las cuencas hidrográficas en las que habitan, debido a que los ríos amazónicos son sus principales
vías de comunicación. En muchos casos, estas federaciones tienen que interactuar y participar en procesos
de evaluación de impacto ambiental (caso de actividades de hidrocarburos, construcción de hidroeléctricas,
carreteras y otros), de categorización y elaboración de planes maestros de áreas naturales protegidas, de
evaluación de proyectos y planes de manejo sustentables, de monitoreo de actividades potencialmente
contaminantes, etc. y no cuentan para ello con personal propio capacitado o asesoría técnica profesional en
esos temas.
Además de las grandes empresas transnacionales o internacionales ya mencionadas como actores externos, es
importante comentar el rol de las organizaciones no gubernamentales y de las agencias bilaterales y multilaterales,
estas últimas ya no como financiadoras sino como formadoras de opinión. Las ONG, basadas en Loreto y/o en
Lima, son actores tan importantes en Loreto como en toda la Amazonía. Son muy influyentes como formadoras de
opinión y como proveedoras de argumentos que son alternativamente útiles para el gobierno o para la oposición
y para los intereses de los más diversos actores pero, especialmente, para los sectores más pobres de la sociedad,
principalmente los indígenas y los ribereños. Las ONG son asimismo grandes colaboradores de las instituciones
científicas, técnicas y académicas loretanas.
La cooperación no oficial incluye una serie de ONG internacionales que pueden recibir recursos a través de
sus gobiernos o de otros orígenes. Entre estas últimas actúan o actuaron en Loreto, durante por lo menos la
última década, grandes ONG internacionales como OXFAM, Cáritas, World Wildlife Fund for Nature (WWF), The
Nature Conservancy (TNC), Conservation International (CI), Rainforest Norway y fundaciones privadas como Gordon
and Betty Moore, MacArthur, Blue Moon y Charles Stewart Mott. La ejecución puede estar a cargo de las filiales
nacionales de esas ONG internacionales o de ONG locales, entre las que muchas tienen larga actuación en Loreto.
Entre estas cabe mencionar las siguientes: Instituto del Bien Común (IBC), Centro para el Desarrollo del Indígena
Amazónico (CEDIA) y Asociación Putumayo VWZ, CESVI, Solsticio para temas relacionados a los Internacional
(NCI), Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Centro
de Conservación, Investigación, Manejo de pueblos indígenas; Wildlife Conservation Society (WCS), ProNaturaleza,
Naturaleza y Cultura Áreas Naturales (CIMA), The Field Museum para conservación y manejo de recursos naturales
y desarrollo sostenible; OXFAM y Cáritas, entre otras para asuntos sociales diversos. Finalmente, en cuanto a
cooperación oficial, en Loreto existe una importante presencia de la agencia USAID, quien opera a través de
contratistas como Chemonics International (Proyecto Perú Bosques).
Otro actor, con potencial pero menor por el momento, es la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica
(OTCA), cuya secretaría permanente fue establecida en 2003, con sede en Brasilia. Durante mucho tiempo tuvo
muy poca influencia pero su importancia está creciendo gracias a contribuciones internacionales, más que las
de los países miembros. En 2006 su presupuesto alcanzó US$25 millones y ya contaba con 35 funcionarios.
Desarrolla varios programas: GEF Amazonía, Biodiversidad, Biocomercio, GEO Amazonía, Expedición Conociendo
la Amazonía y otros. Sus temas de concentración incluyen ambiente, salud, ciencia y tecnología, educación,
transporte e infraestructura, turismo y asuntos indígenas. Aparte de su consejo de coordinación, la OTCA
promueve reuniones de ministros sobre diversos temas, que en su mayoría son de interés para Loreto. Ese es,
por ejemplo, un espacio de coordinación para ventilar asuntos que se relacionan con Ecuador, Colombia, Bolivia
y Brasil que Loreto no parece estar aprovechando adecuadamente. La OTCA produce diversas publicaciones de
bastante utilidad para la región.
De otra parte, las reuniones ministeriales de la OTCA pueden tomar acuerdos que, aunque suelen ser muy
generales, son de gran interés para Loreto si el GOREL aprende cómo explotarlos en su favor. Un ejemplo, entre
muchos otros, son los acuerdos consignados en la Declaración de Lima (OTCA, 2012) que incluye decenas de temas
relevantes para esta región que pueden ser palanca de recursos nacionales y, especialmente, internacionales,
además de facilitar diplomáticamente las relaciones y coordinaciones de Loreto con Brasil, Ecuador y Colombia.
La sociedad loretana vive una serie de conflictos que tienen origen, como es natural, en los intereses a veces
contradictorios de los actores. Los más notorios se desarrollan en función de las demandas y reivindicaciones de
los pueblos indígenas. Los indígenas de Loreto representan actualmente el 12% de la población pero ocupan
o tienen injerencia directa sobre gran parte del territorio del departamento, donde ellos viven, incluyendo a las
reservas territoriales. Este porcentaje tiende a aumentar si se tienen en cuenta los reclamos pendientes. Es, pues,
De todos, el conflicto más importante es el determinado por la superposición de lotes para exploración y
explotación de hidrocarburos sobre tierras de comunidades nativas tituladas, inscritas o con demandas sobre
otras tierras. En efecto, a junio de 2012, la Defensoría del Pueblo registraba seis conflictos socio-ambientales
activos en Loreto, todos vinculados a este asunto: (i) Comunidad Nativa Matsés y sus 14 anexos por rechazo a
la exploración de lotes petroleros 135, 137, 142, 152; (ii) un sector de las comunidades nativas del Morona, en
rechazo a las actividades de hidrocarburos en el Lote 64; (iii) pobladores de la Comunidad Nativa Santa Rosa
demandan a la Empresa Pluspetrol Norte S.A, mayores aportes al desarrollo económico, social e infraestructura
en el marco del convenio de apoyo social suscrito; (iv) comunidades Secoya y Kichwaruna en rechazo a las
actividades de Petrobras porque afectan a la Zona Reservada Güeppí y a las reservas Napo, Tigre-Napo-Curaray;
(v) la Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (FECONACO) demanda a la empresa Pluspetrol el pago
de una compensación por las tierras comunales que ocupa por las actividades de explotación de petróleo, y (vi)
la población de la CN Pucacuro exige que la empresa Pluspetrol remedie las aguas de la cocha Atiliano, lugar en
donde se abastecen de pescados y que estaría contaminada por las actividades de la empresa petrolera.
El problema de fondo radica en una legislación nacional que permite la superposición de la explotación minera
y de hidrocarburos sobre diversas formas de propiedad y sobre otras formas de uso de la tierra, como son las
comunidades nativas y las reservas comunales y, dependiendo de la fecha de su establecimiento, también
sobre las reservas territoriales. La ley asimismo admite la explotación petrolera y minera sobre áreas naturales
protegidas de uso directo, como las reservas nacionales y las áreas de conservación regional. De otra parte, si se
suman estas a las anteriores representan aproximadamente el 50,8% del territorio. Es decir, que si se prohibiera
la superposición de usos, la posibilidad de explotar hidrocarburos quedaría sumamente limitada. El conflicto en
buena medida es alimentado y agravado por los innegables y graves perjuicios que la explotación ocasiona a
las poblaciones locales. Por tal razón, la única respuesta a esta situación es armonizar los usos y poner límites y
condiciones razonables a la actividad petrolera que deben ser severamente acatados para minimizar los impactos
sociales y ambientales, contribuyendo a crear beneficios claros que compensen a los dueños de la tierra.
Pero ese proceso no es fácil aunque, por ejemplo, para el caso específico de la Pluspetrol Norte (Lote 1AB),
décadas de conflictos con los indígenas representados por la FECONACO tuvieron un notorio alivio con la firma
en 2006 del Acta de Dorissa, que con aval del GOREL obligaba a la empresa a adoptar una serie de medidas para
controlar sus impactos y aliviar la situación del pasivo acumulado, entre otras medidas. Ese acuerdo fue una
buena noticia y calmó las tensiones, pero el problema continúa y desde fines de 2011 está recrudeciendo por
diversos motivos, entre ellos casos relacionados a la falta de remediación de pasivos ambientales.
Otro conflicto permanente entre los pueblos indígenas y los gobiernos nacional y regional es la lentitud con la que
se reconocen y titulan definitivamente las comunidades nativas. Como se ha visto, existe un atraso considerable
en esos procedimientos que, obviamente, alimentan tensiones e insatisfacciones. Este es un problema central
para la formulación de una estrategia REDD nacional.
Otros conflictos en torno a la población indígena se refieren a invasiones de sus tierras por madereros y mineros
ilegales o por campesinos migrantes, así como reclamos indígenas contra el gobierno nacional respecto
a demandas de titulación de comunidades en tierras que son áreas naturales protegidas. Pero, también se
producen enfrentamientos por la intención de los propios indígenas de usar los recursos naturales de modo
reñido con la ley. Se han dado casos, por ejemplo, en que ciertas comunidades indígenas han defendido la
explotación ilegal de oro o la extracción de madera realizada por terceros en sus propiedades.
Otra fuente de desencuentros es la pesca. El GOREL emite permisos de pesca sin especificar restricciones para
las áreas incluidas o reclamadas por las comunidades nativas y otros pobladores rurales. Solo en el año 2008 se
emitieron 1.174 permisos de pesca en Maynas, incluidos 258 para el distrito de Putumayo, 541 para Requena,
330 en Mariscal Ramón Castilla, 296 en Loreto, 146 en Ucayali, 92 en Datem del Marañón y 72 en Yurimaguas
(GOREL cit. en Barclay, 2012). Los pescadores industriales o “artesanales” premunidos de estos permisos invaden
continuamente las cochas de las comunidades, las que se ven obligadas a organizar la vigilancia de esos cuerpos
de agua.
De cualquier modo, es preciso señalar que no todos los conflictos en torno a los pueblos indígenas se explican
por situaciones como las descritas, que muchas veces ocultan un tema subyacente más profundo. Se trata
de la filosofía de vida, o si se prefiere de la cosmovisión propia de los pueblos nativos de la Amazonía que en
muchas formas se asemeja al ya muy difundido “buen vivir” andino y que se opone al “vivir mejor” occidental.
El “buen vivir” guarda similitudes con el concepto de desarrollo sostenible o durable, pero no es igual. Además,
como bien se sabe, el concepto de desarrollo sostenible en el Perú y en Loreto, aún es una utopía. Por lo tanto,
las propuestas o las realidades del desarrollo actual confrontan íntima y frontalmente el modo de pensar
indígena.
Entre los principales problemas sociales actuales destaca, obviamente, la situación de pobreza extrema que,
como se ha descrito, es muy importante en Loreto y afecta a indígenas tanto como a otros sectores de la
población urbana y especialmente rural. La pobreza y la falta de acceso a servicios públicos de calidad es una
fuente constante de conflictos que con frecuencia ganan las calles de Iquitos, aunque muchas veces disfrazados
bajo otros pretextos.
Otros dos problemas serios que están agravándose rápidamente en Loreto son la ya citada proliferación de
cultivos ilícitos, principalmente coca para producción de clorhidrato de cocaína, y la igualmente mencionada
extracción ilegal de oro aluvial, mayormente usando dragas. Además, estas actividades están frecuentemente
asociadas y ambas por igual acarrean otros inconvenientes como el del contrabando fronterizo no solo de
drogas y oro sino también de armas y animales vivos de alto valor, elevando los riesgos de conflictos fronterizos
además de problemas de seguridad pública en ambos lados de las fronteras56.
En el mismo nivel está el persistente y tan generalizado problema de la extracción ilegal de madera que está
estrechamente asociado a la corrupción activa y pasiva. Como se discutirá con mayor detalle en otro capítulo, la
mayor parte de la madera que Loreto produce es total o parcialmente ilegal y en todo caso procede de bosques
no manejados, en abierta violación de la legislación vigente.
En términos generales, si se compara con el resto del país, Loreto es un departamento extremadamente sub-
equipado en términos de transporte, energía e infraestructura urbana y, como se explicará, también en términos
de áreas naturales protegidas.
El departamento de Loreto está articulado, en teoría, con los mercados de la sierra y costa a través de dos vías de
comunicación terrestre: (i) la carretera que une la ciudad de Yurimaguas con Tarapoto (46 km están en Loreto) y que
se interconecta por la Carretera Marginal hacia la Costa Central vía Tingo María o hacia la Costa Norte mediante la
conexión a la vía Moyobamba-Chiclayo, y (ii) la carretera Saramiriza-Nieva (78 km en Loreto), que conecta a Loreto
con el departamento de Amazonas y con la Costa Norte del país. Como ninguna de estas carreteras está conectada
con la capital departamental, cabe considerar que Loreto aún está aislado del resto del Perú.
Existe otra única carretera en Loreto, que une Iquitos con Nauta (107,4 km), construida progresivamente, poco
a poco, desde los años 1970. Hay, en cambio, un gran número de otros caminos que fueron desarrollados por
empresas petroleras, madereras y también por algunos municipios. La red vial “oficial” (la más comúnmente
citada, i.e. MTC, 2005) de Loreto es de 389,98 km, de los cuales: 125 km (32,1%) corresponden a la red nacional,
94,4 km (24,2%) a la red departamental y 170,5 km (43,7%), a la red vecinal. Pero, esa información no corresponde
a la realidad57 siendo muy difícil, a partir de la información pública, detectar dónde están y cuáles son las vías
que realmente existen. La mejor información disponible debería ser la del MTC que, en principio, debiera
56 La revista brasileña Veja (29 de agosto de 2012) contiene un extenso reportaje sobre la actividad cocalera en Loreto, inclusive en la frontera
con Brasil y los problemas que eso crea en su territorio.
57 Curiosamente, la misma fuente cita, sin mayor explicación, la existencia de 1.761 km de los que 897 km serían “trochas peatonales”.
Carretera Km (en
Descripción (de... a...) Nivel Fuente Provincia
N° Loreto)
San Francisco - 6 de Mayo - Bello Horizonte -
1 R 06 Vecinal 22,0 PVPP Loreto
San Pedro
2 Nauta – Payorote R 04 Vecinal 14,2 PVPP Loreto
3 Intuto - Proyecto Ganadero R 08 Vecinal 7,0 PVPP Loreto
4 Emp. LO 103 (Km. 58) - San Joaquín de Omaguas R 02 Vecinal 9,3 PVPP Loreto
5 Block 1AB LO 100 Departament. 116,0 MTC Loreto
Alto
6 Yurimaguas – Tarapoto PE 5 NB Nacional 42,0 MTC
Amazonas
Alto
7 Yurimaguas – Munichis LO 513 Vecinal 12,8 MTC
Amazonas
Trocha Munichis Km 6+580 – Alto
8 R 01 Vecinal 4,0 MTC
Caserío Centro Chambira Amazonas
Alto
9 Shucushyacu - Louis Terry R 09 Vecinal 11,0 MTC
Amazonas
Alto
10 Shitari - Santa María R 03 Vecinal 2,0 MTC
Amazonas
Alto
11 Santa Cruz - Pollera Posa R 12 Vecinal 1,2 MTC
Amazonas
Alto
12 R 05 Distrito Yurimaguas R 05 Vecinal 35,0 MTC
Amazonas
Puerto Pastizal - Caserío Nvo. Canaan - Parinari Alto
13 R 10 Vecinal 5,3 MTC
Amazonas
Alto
14 Lagunas – Varadero R 14 Vecinal 9,4 MTC
Amazonas
Alto
15 Lagunas – Paucaryacu R 13 Vecinal 18,0 MTC
Amazonas
Alto
16 Jeberos - sector Pishayacu R 18 Vecinal 4,5 MTC
Amazonas
Alto
17 Jeberos - San Juan Palometayacu R 16 Vecinal 4,4 MTC
Amazonas
Alto
18 Jeberos - Puerto Criminal R 17 Vecinal 17,4 MTC
Amazonas
Alto
19 Empalme km 115+800 - Caserío Suni Playa R 19 Vecinal 1,0 MTC
Amazonas
Datem
24 Saramiriza - Corral Quemado PE 5 NC Nacional 25,0 MTC
Marañón
Maynas-
25 Iquitos – Nauta LO 103 Departament. 107,4 MTC
Loreto
29 Emp. LO 506 - Granja del Ejército - Mamacocha LO 510 Vecinal 1,2 MTC Maynas
31 Emp. LO 103 (Aeropuerto) - Sto. Tomas LO 504 Vecinal 5,3 MTC Maynas
32 Emp. LO 103 (Aeropuerto) - Sta. Clara LO 502 Vecinal 6,3 MTC Maynas
33 Emp. LO 103 - Sungarococha- Pto. Almendras LO 506 Vecinal 6,8 MTC Maynas
34 Emp. LO 103 - Punchana - Sta. María de Nanay LO 500 Vecinal 0,5 MTC Maynas
36 Emp. LO103- Moralillos - Emp. LO103 LO 509 Vecinal 2,1 MTC Maynas
Alto
39 Emp. 05 NB - Las Palmeras R 06 Vecinal 6,0 MTC
Amazonas
Alto
40 Cuipari – Gloria R 11 Vecinal 20,0 MTC
Amazonas
Alto
41 Alto Mohena – Yura R 04 Vecinal 21,0 MTC
Amazonas
Además existen muchas trochas carrozables. En efecto, Barclay (2011), basada en el Inventario Vial Georreferenciado
Loreto 2010, cita cifras mucho mayores (1.088 km y también 1.548 km) entre vías nacionales, departamentales
y vecinales, asfaltadas, afirmadas, sin afirmar o en condición de trochas carrozables. En los cuadros 57 (basado
en el MTC) y 58 (basado en GOREL) también se mencionan cifras similares, respectivamente 1.313 km y 1.567
km. Analizando estas informaciones, se llega a la conclusión de que la diferencia entre las informaciones antes
citadas (que reportan 630 y 657 km) solo incluyen carreteras asfaltadas, afirmadas y sin afirmar y excluyen las
trochas carrozables (que sí están incluidas en el cuadro 57, basado en el MTC) y los caminos forestales, trochas
carrozables y trochas peatonales (incluidas en el cuadro 59, basado en el GOREL). La diferencia a favor de la
información del GOREL parece deberse a que el MTC no incluyó todas las carreteras petroleras.
En conclusión, puede estimarse que en la actualidad, en Loreto, existen 630 km de carreteras y de 800 a 900 km
adicionales en trochas de diferente calidad y tipo de uso.
De otra parte, como es natural, el transporte en Loreto está actualmente dominado por la navegación fluvial. El
sistema fluvial de este departamento posee más de 8.200 km de vías navegables en más de 14 ríos, afluentes
principales y afluentes secundarios del Amazonas. Por ellos se realiza más del 90% del transporte de pasajeros
y carga. El transporte fluvial, a diferencia de las carreteras, conecta efectivamente a todo Loreto con el resto del
país a través de Yurimaguas en el Huallaga y a través de Pucallpa, en el Ucayali. Pero, a pesar de su importancia,
la navegación fluvial es desordenada, peligrosa, irregular y muy mal equipada, con embarcaciones anticuadas.
Los ríos no han sido transformados en hidrovías y apenas existen dos puertos, el de Iquitos y el de Yurimaguas,
que cuentan con terminales portuarios de modestas dimensiones y pobremente operados. Existen además
21 embarcaderos dispersos por todo el departamento, varios de los cuales están asociados a la explotación
petrolera.
El transporte aéreo está mejor equipado que el fluvial. El aeropuerto internacional de Iquitos fue construido en
1972 y es considerado como el segundo aeropuerto más seguro del país, después del Jorge Chávez de Lima.
Tiene una pista pavimentada de 2.500 m, lo que permite la operación de aviones de gran tonelaje. Le sigue en
importancia el aeropuerto de Yurimaguas, que cuenta con infraestructura terminada y pista asfaltada pero que
está muy cerca de la ciudad. Existe además un aeropuerto en Caballococha y otro en Andoas con una longitud
de pista de 2.000 m. Hay, asimismo, 6 aeródromos y 11 campos de aterrizaje, también frecuentemente asociados
a la explotación del petróleo. Este transporte es de vital importancia por cuanto, en ausencia de carreteras,
es la única vía de acceso rápido al resto del país. Por este motivo se reciben vuelos diarios de las principales
empresas aéreas del país como Lan Perú, Star Perú, Peruvian Airlines y otras menores. Además, hay empresas
que prestan servicios charter con avionetas, hidroaviones y helicópteros. En los últimos meses han comenzado
vuelos directos de Iquitos a Panamá, a cargo de Copa Airlines.
Vale la pena resaltar el pésimo servicio de Internet en Loreto. Iquitos es la ciudad amazónica con el peor
servicio de Internet, debido a que no se encuentra integrado al troncal nacional de fibra óptica. En Loreto
es casi imposible ver información multimedia, visualizar videos o intercambiar archivos pesados vía correo
electrónico.
7.2 Energía
El equipamiento energético de Loreto es aún más pobre que su equipamiento de transportes. Posee en total
17 centrales térmicas de las cuales la principal está en Iquitos, donde existe una potencia instalada de 64,8 MW
y una potencia efectiva de 57,3 MW. A nivel del departamento, la potencia instalada suma 79,6 MW y la efectiva
66,2 MW. La potencia instalada en otras ciudades es mínima, siendo Yurimaguas (5,1 MW), Contamana (2,1 MW)
y Nauta (1,6 MW) las mejor dotadas.
La atención a los pobladores rurales es la más baja en el Perú después de Cajamarca, con un coeficiente de
electrificación rural de apenas 48,6% (MINEM, 2008).
Loreto solo posee cuatro núcleos urbanos que pueden calificarse de ciudades: Iquitos, Yurimaguas, Contamana y
Nauta y ninguna de ellas está adecuadamente equipada. Según el Plan de Desarrollo Urbano Sostenible de Iquitos
2011-2021, los barrios marginales de Iquitos ocupan aproximadamente el 50% de su extensión y albergan al 45%
de la población en condiciones poco favorables, sin saneamiento básico (sectores de Belén, San Juan, Punchana,
entre otros).
En Loreto existe un problema sanitario grave ya que solo el 31% de la población cuenta con servicio de
agua potable, por debajo del porcentaje nacional que llega a 55%. En las provincias de Datem del Marañón
y Mariscal Ramón Castilla únicamente el 1,9% y el 3,5% de viviendas respectivamente tienen acceso a agua
potable. En 2007, solo 52.930 viviendas recibían el agua por tuberías de servicio público, otras 11.573 la tenían
en el mismo edificio o en pilón de uso público. Obviamente, la mayor parte de estas viviendas están en
Iquitos y Yurimaguas. Otras 35.432 viviendas usaban pozos. El resto (67.032 viviendas) se abastecía en los ríos o
quebradas (INEI, 2007). En el medio rural, la situación es mucho más grave debido a la creciente contaminación
de los ríos y a que proyectos como “Agua para Todos” (Vereau, 2006) no han progresado significativamente en
ese ámbito.
El recojo, manejo y disposición de los residuos sólidos es incompleto e inadecuado, generando contaminación
con graves secuelas para la salud. En efecto, estos son arrojados a los ríos y, eventualmente, depositados en
basureros a cielo abierto como en Iquitos. No hay procesamiento de residuos ni reciclaje. En la actualidad, los
residuos líquidos no son tratados pero en Iquitos está en proceso de construcción una planta de tratamiento de
aguas servidas que debe cubrir las necesidades de parte de la ciudad. Ya se ha visto que hay deficiencias serias
en las infraestructuras de salud y de educación. Gran parte de las calles no están asfaltadas y en cualquier lugar
de la ciudad el tránsito es caótico, peligroso y contaminante, en parte debido al uso y abuso de motocicletas y
moto-taxis. La eficiencia de los motores de las motocicletas es inferior al de motores mayores y en consecuencia
son más contaminantes, sin mencionar sus altos niveles de contaminación sonora. Apenas el aeropuerto puede
considerarse relativamente adecuado para una ciudad del tamaño e importancia de Iquitos.
Los problemas mencionados son comunes a todas las demás ciudades del departamento, agravados por la falta
de recursos municipales.
Las áreas naturales protegidas son una parte importante de la infraestructura de desarrollo de cualquier
departamento. A diferencia de las infraestructuras que permiten la explotación de los recursos naturales,
como las de transporte, estas son las que garantizan la conservación de una fracción del patrimonio natural
departamental, tanto para asegurar el funcionamiento de los procesos bio-geo-químicos naturales, como el
ciclo del agua o el del carbono, entre muchos otros, que sirven para garantizar la supervivencia de muestras
representativas de la diversidad biológica regional.
Su función como infraestructura es la de mantener la integridad ambiental de las cuencas, brindar servicios
ecosistémicos como agua limpia y regular, seguridad contra desastres naturales, en especial sequías e
inundaciones; también sirven como repositorios de carbono y aseguran la opción de uso futuro de la enorme
diversidad que contienen los ecosistemas loretanos. Las áreas naturales protegidas son, pues, una inversión,
tanto como las que se hacen en transportes o energía. Pero, simultáneamente, las áreas naturales protegidas
también son un recurso que puede aprovecharse sin modificar su naturaleza, en especial, pero no únicamente
mediante el turismo.
La conservación de los ecosistemas de las cuencas altas en las áreas naturales protegidas suministra el recurso
hídrico en cantidad, periodicidad y calidad apropiadas para diferentes actividades productivas. León (2007)
menciona que alrededor de 2.700.000 peruanos reciben agua proveniente de 16 ANP, consumiendo anualmente
en conjunto 254.900.000 m3, cuyo valor aproximado es de US$81.000.000. En Loreto, el agua para el consumo
de cerca medio millón de habitantes de la ciudad de Iquitos, la sexta ciudad más poblada del país según el INEI
(2008), y los más de 30 mil habitantes de la zona rural asentados a lo largo del río Nanay, proviene del área de
conservación regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira (ACR ANPCH) en la cuenca alta del río Nanay. Según
Montoya (2011), la conservación del ACR ANPCH aportaría económicamente, entre otras cosas, la mejora de la
calidad del agua, es decir S/.192.974,88 considerados como un ahorro frente a los costos actuales de tratamiento
del agua consumida en la ciudad de Iquitos.
58 Mientras se estaba en la etapa final de edición de este documento se produjo, el 26 de octubre de 2012, el establecimiento del Parque
Nacional Güeppí-Sekime (203.628,51 ha) y de dos reservas comunales en la Zona Reservada Güeppí. Las reservas comunales son: Huimeki
(141.234,46 ha) y Airo Pai (247.887,59 ha). Esto obviamente altera algunas de las informaciones citadas.
CUADRO 49. Ubicación, extensión y fecha de creación de las áreas naturales protegidas de Loreto por categoría
Loreto dispone (cuadro 49) de 15 áreas naturales protegidas que cubren más del 23% de su territorio y que
pertenecen a diversas categorías de manejo. La única área natural protegida de uso indirecto ubicada en
Loreto, es decir en la que no se pueden explotar los recursos naturales, es una parte (750.000 ha) del Parque
Nacional Cordillera Azul, cuya mayor extensión (55%) corresponde al departamento de San Martín. Todas
las demás, sean nacionales o regionales, son del tipo uso directo, es decir que permiten la residencia de
pobladores establecidos con anterioridad al ANP y el aprovechamiento, en teoría sostenible, de los recursos
naturales.
Por eso hay evidencias de que la conservación de los recursos en ellas contenidos no está garantizada. Baste
mencionar, por ejemplo, que la Reserva Nacional Pacaya Samiria en 1995 ya había perdido 54.717 ha de sus
bosques originales y que en ella habitaban unas 42.000 personas, mientras que más de 50.000 vivían en su
zona de amortiguamiento. Nada menos que el 12,3% de su superficie ya necesitaba ser incluido en su zona de
recuperación (INRENA, 2000). La Reserva Nacional Allpahuayo-Mishana ya había perdido 3.162 ha en el año 2000.
Existen asimismo 4 zonas reservadas que suman 2,9 millones de hectáreas. En este caso se trata de una categoría
provisoria que puede resultar, o no, en áreas naturales protegidas o comunidades nativas o en otra forma de
reserva. Estas áreas no deberían ser contabilizadas como áreas naturales protegidas pues su destino final es
incierto y, en teoría, es posible que sean revertidas para cualquier finalidad que no incluya conservación del
patrimonio natural. Finalmente, existen tres áreas de conservación regional (ACR) (1,8 millones de hectáreas)
que tienen características similares a las reservas nacionales. Además, en 2004 se creó el Área de Conservación
Municipal Aguas Calientes con 200.000 ha, en el sureste de Loreto, al este del río Ucayali, que no se ha incluido
en el cuadro 49 por ser su situación incierta debido a la modificación del marco legal sobre las áreas naturales
protegidas de esta categoría. Ya ha sido propuesta, también, la creación del Área de Conservación Regional
Maijuna, que completaría el corredor ecológico Napo-Putumayo, y se está trabajando la propuesta de ACR
Aguas Calientes, a solicitud de la Municipalidad Provincial de Ucayali.
CUADRO 50. Situación administrativa de las áreas naturales protegidas de Loreto en 2010
La situación de las áreas de conservación regional no es mejor, pues su presupuesto operativo anual total era del
orden de S/.200.000 en 2011 y sería, actualmente, de unos S/.450.000, de los que se ejecutan realmente mucho
menos59. A eso hay que sumar recursos de la cooperación internacional, que son los que permiten cierto manejo
de las ACR. Dos de ellas tienen sus planes maestros aprobados y sus comités de gestión instalados.
La extensión de las zonas de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas es considerable, como se observa
en el cuadro 51. Estas zonas son importantes pues en ellas deberían llevarse a cabo actividades económicas
compatibles con la conservación del área natural protegida cercana, implicando un apoyo especial del gobierno.
En resumen, a pesar de que en apariencia Loreto tiene un porcentaje importante (23%) de su territorio protegido,
esta figura es engañosa por las razones anotadas. En efecto, parte de las zonas reservadas revertirá para otros usos
de la tierra y, por carecer de parques nacionales adecuadamente representativos del territorio regional así como
de recursos para el manejo efectivo, los servicios ambientales y la diversidad biológica no están garantizados.
59 Informaciones proporcionadas en la Región que varían mucho según las fuentes. De cualquier modo, son absolutamente insuficientes.
En los trópicos húmedos es adecuado considerar que el estado del bosque es una expresión, la mejor disponible,
de la situación ambiental del departamento. En efecto, en la medida en que una parte significativa y suficiente de
los bosques estén intactos o, en todo caso, bien manejados de modo que conserven la esencia de sus funciones
ambientales, como el mantenimiento del funcionamiento de los ciclos bio-geo-químicos y la conservación de
todos los elementos originales de su biocenosis, se puede inferir que la calidad de vida de sus habitantes no está
amenazada. Esto no implica que no se sustituyan una parte de los bosques para hacer cultivos sobre una porción
del espacio ni que dejen de hacerse otros usos del territorio, como la extracción de madera, petróleo o minerales;
sino más bien, implica que esas actividades obedezcan a reglas que garanticen un uso equilibrado del espacio y
de los recursos.
En ese sentido, Loreto está en una situación relativamente sui generis en la Amazonía peruana que, en gran medida,
es similar a la del vecino Estado de Amazonas, en Brasil. Gracias a sus tamaños y aislamientos relativos han sido
comparativamente poco deforestados. Loreto ha perdido probablemente 1,3 millones de hectáreas, que representa
el 3,6% del departamento. Pero, una enorme porción de los bosques están degradados en diferentes niveles, debido
a décadas de extracción selectiva de productos maderables y no maderables, por la contaminación originada por
la explotación de hidrocarburos y por la caza y la pesca abusivas. Es decir, extensiones significativas aunque no
bien definidas de bosques inundables están contaminados con metales pesados y salmuera a consecuencia de
la explotación descuidada de petróleo. Además, la deforestación crece rápidamente, especialmente a lo largo del
eje Iquitos-Nauta, cerca de Iquitos y en los alrededores de Yurimaguas, donde han proliferado trochas carrozables
informales construidas por madereros y agricultores, muchas veces con ayuda de los municipios.
La mayor parte de esa deforestación tuvo por objeto instalar especulaciones agropecuarias, en un elevado
porcentaje (probablemente más del 50%) en tierras sin aptitud para cultivos en limpio, permanentes o pastos.
Hay, asimismo, una crecientemente rápida expansión del cultivo de coca que, además de deforestación es
causa de profundas alteraciones en la sociedad local y que tiene, tanto en la fase de producción como de
procesamiento, un elevado potencial contaminante.
Otra consecuencia de la facilidad con la que se practica la deforestación, acción pobremente regulada y sin
control, es un importante desperdicio de tierras ya habilitadas para la agricultura (deforestadas y con acceso vial)
de las que se usa efectivamente apenas el 15,5% que, además, producen mucho menos de lo que podrían y que
en parte, generan contaminación de suelos y aguas.
La principal causa de la degradación del bosque es la explotación desordenada de madera que, por lo menos en
un 85%, es abiertamente ilegal60. Es decir, que se hace sin aplicar planes de manejo sostenible. Eso, como ya se ha
explicado, queda demostrado por la drástica reducción de la disponibilidad de especies forestales maderables
de mayor interés comercial, como caoba, cedro y palo rosa, entre otras, que ya no existen comercialmente. Pero
Loreto ha sufrido sucesivas ondas de explotación de sus recursos forestales, inclusive los no maderables, desde
la época del caucho y por eso sus bosques han perdido mucho de su riqueza original en términos de flora y
de fauna. En cuanto a la degradación forestal, también debe incluirse el estado de sus ríos de los que varios
están afectados por niveles considerables de contaminantes procedentes de la explotación de petróleo y, más
recientemente, por la explotación aurífera ilegal así como por contaminación industrial, urbana y agrícola.
8.2 La biota
La biota de Loreto, a pesar de la degradación de los bosques, aún es muy rica y en buena parte del territorio
todavía está en condiciones de ser mantenida si se toman prontamente las medidas adecuadas. Parte de esas
medidas es el establecimiento de áreas naturales protegidas, de las que existen varias en Loreto que cubren el
23% de su territorio. Pero, como se ha visto, Loreto solamente tiene menos de la mitad de un parque nacional
que es la única categoría de área natural protegida que garantiza la protección integral de la diversidad biológica.
Las demás son de uso directo y, de hecho, varias tienen grandes poblaciones en su interior y deforestación y
degradación ya significativas en curso, como en el caso de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Peor aún, ninguna,
sea nacional o regional, cuenta con los recursos que asegurarían su manejo eficiente y su integridad ecológica.
Es evidente la drástica reducción de la disponibilidad de especies de peces que eran, hasta hace poco, las de
mayor interés comercial, y lo mismo ocurre con la disponibilidad de presas de fauna silvestre usada para la
alimentación indígena y rural.
De otra parte, se está dando una destrucción intensa de ecosistemas únicos, como los que se instalan sobre
arenas blancas, los varillales, en especial cerca de Iquitos, por explotación minera (arena) y por invasiones con
fines urbanos de poblaciones pobres.
Por las razones anotadas es obvia la reducción paulatina de la calidad de vida de los pobladores rurales, en
especial grupos indígenas a raíz del pillaje de sus recursos naturales, por ejemplo madera, caza y pesca, así como
a consecuencia de la contaminación, particularmente la de origen petrolero.
En el medio urbano, la situación ha mejorado pero la calidad de vida es muy baja para una inmensa mayoría
de la población urbana de Loreto, principalmente en Iquitos, que carece de servicios básicos de agua potable
y especialmente de saneamiento, que está sometida a una contaminación intensa por monóxido de carbono y
sonido en razón del uso abusivo (supera permanentemente los 100 decibeles) y desordenado de vehículos, en
especial de los llamados “mototaxis” o “motocars”.
La ocupación desordenada del espacio periurbano, frecuentemente muy cerca de los ríos, y la influencia del
cambio climático, aunadas a la deforestación en las cuencas de los grandes ríos que pasan por Loreto, todo eso ha
creado una creciente susceptibilidad de las poblaciones ribereñas y de los pobladores de barrios marginales de
las ciudades, especialmente Iquitos. Por tal razón, las inundaciones y sequías, que al parecer son crecientemente
extremas a consecuencia del proceso de cambio climático, afectarían mucho más que en el pasado.
El tema del cambio climático se abordará también en otras partes de este documento. Pero este fenómeno ya
muestra evidencias que son percibidas por las comunidades locales, como lo demuestra un estudio de Gagliardi
(2012) en la comunidad campesina El Chino, próxima al área de conservación regional comunal Tamshiyacu
Tahuayo, donde se ha observado una tendencia al incremento de la temperatura en aproximadamente 2°C,
según los datos obtenidos desde hace 15 años, y un aumento de alrededor de 35% en las precipitaciones en los
meses de lluvia. Esta comunidad ya viene adaptando sus actividades económicas a las nuevas realidades en base
al conocimiento tradicional del uso de los recursos naturales.
Debe recordarse que, en el año 2000, las Naciones Unidas acordaron fijar Objetivos de Desarrollo del Milenio que
deberían ser la pauta para el progreso social, económico y ambiental de la humanidad. El Perú, como los demás
países, se adhirió a esos objetivos que, por lo demás, son perfectamente razonables. Transcurrido el primer decenio
de este acuerdo, fue evaluada la magnitud en que los objetivos fijados fueron cumplidos en la Amazonía como un
todo (ARA, 2011, 2011a). De 9 metas evaluadas detalladamente entre las 20 correspondientes a 8 objetivos, solo una
sería alcanzada en 2015 en todos los países menos en Colombia: la de eliminar la disparidad entre los sexos en la
educación. En el caso del Perú, excepto la mencionada, ninguna sería alcanzada, entre ellas algunas fundamentales
como reducir la pobreza extrema a la mitad, aumentar el saneamiento básico y varias otras referentes a salud.
Basados en el optimismo del MINAM durante el gobierno pasado, los autores del estudio anuncian que el Perú
podría, quizá, alcanzar en 2015 la meta de reducción de la deforestación, lo que no parece sustentado. Este es un
buen indicador de que el avance de la Amazonía peruana está por debajo de promesas e intenciones.
© P. Puertas / WCS
Foto: Mariana Montoya
PARTE II
PRONÓSTICO
De lo que se trata, en última instancia, es vislumbrar cómo será Loreto en 2021 o después, si las mencionadas
tendencias se materializan en la forma en que han ocurrido hasta el presente, pero con una infraestructura de
transporte mejor, que conecte más eficazmente el departamento al resto del país y quizá a los vecinos como
Brasil, Colombia y Ecuador. En efecto, el futuro de Loreto a mediano plazo (una década) y, más aun, a largo plazo
depende superlativamente de las decisiones sobre su infraestructura de transporte. El transporte tendrá mucho
más impactos sobre Loreto, positivos y negativos, que cualquier otra infraestructura de desarrollo u opción de
explotación de recursos naturales por sí sola. Es verdad que el petróleo, así como la generación de energía hidráulica,
puede ser gravitante tanto por sus beneficios como por sus impactos socioambientales. Pero las carreteras son,
entre todas las acciones que modelan el territorio, los principales motores del cambio ya que, mejor que cualquier
otra vía de comunicación, posibilitan la agricultura y la explotación maderera que, a su vez, implican deforestación
y degradación del bosque y las mayores y más definitivas alteraciones del ambiente y de la sociedad.
61 El lapso de una década es muy corto para este tipo de ejercicio. Hacerlo sobre un plazo mayor permitiría vislumbrar mejor algunos
impactos, tales como los asociados a la deforestación (servicios ambientales) pero, de otra parte, mientras mayor sea el plazo mayor será
la incertidumbre. Si Loreto se conecta por vía terrestre en el transcurso de la próxima década, hasta 2021, la deforestación alcanzará su
máxima expresión en la década subsiguiente.
Como se ha visto, la falta de planificación no permite saber si la construcción de una carretera que vincule Loreto
con el resto del país es realmente necesaria para su desarrollo pleno. A partir de las especulaciones económicas
existentes o previstas, no hay forma alguna de justificar económicamente la inversión en una carretera o ferrovía
pues el transporte fluvial, especialmente si es mejorado, no tiene rival. Las hidrovías son, por muchas razones,
la forma de transporte más barata y más eficiente. Pero, como bien se sabe, la lógica económica no es siempre
la que predomina en decisiones sobre transporte público. Es pues, probable, que, como se ha propuesto, en la
próxima década se construya o inicie la construcción de una ferrovía, como ya se ha planteado formalmente, o
de una carretera que unirá Iquitos con el resto del Perú y que se ramificará a partir de esa ciudad.
Loreto está de lleno en el camino de la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Sudamericana (IIRSA) que
pretende la integración económica de la región. En efecto, la IIRSA contempla el llamado Corredor Norperuano,
Eje Multimodal Norte o Interoceánica Norte del Perú, que debe unir la Costa norte de Perú con Brasil mediante un
eje bimodal, carretera e hidrovía, atravesando el territorio loretano y que, como bien se sabe, está muy avanzado.
El sur de Loreto también puede ser afectado por otra iniciativa incluida en la IIRSA, la Carretera Interoceánica
Centro que uniría Cruzeiro do Sul con Pucallpa y que, como la anterior, es un proyecto antiguo. Aunque
oficialmente patrocinada por el BID y la CAF, en realidad la IIRSA fue producto de la combinación de intereses
financieros asociados a la construcción civil con afanes políticos nacionales, incluyendo fuertes elementos de
geopolítica por parte de los países dominantes (Mc Elhiny, 2009). La IIRSA está actualmente liderada por la Unión
de Naciones Sudamericanas (UNASUR) a través de su Consejo Sudamericano de Planificación e Infraestructura
(COSIPLAN). Los proyectos incluidos en la IIRSA son en su mayoría proyectos antiguos, relegados por diversos
motivos. Por ejemplo, el corredor vial Amazonas norte que une Paita con Yurimaguas, es mencionado desde 1980
(DGAS, 1980) y hubo amplias informaciones en Brasil62 sobre esa obra desde mediados de los años 1990 (GEIPOT,
1996). En 1996 ya estaba la empresa Camargo Correa construyendo la carretera Corral Quemado-Puente Nieva.
Es decir que, pese a los esfuerzos de la IIRSA por presentarlos como complementarios, ellos no constituyen un
programa integrador ni merecedor de las virtudes que sus promotores le atribuyen como vector del desarrollo
sudamericano (Mc Elhiny, 2009; Dourojeanni et al., 2010).
Pero no son solamente las vías de comunicación las que afectarán o determinarán el futuro del departamento.
Mucho dependerá de las decisiones que se tomen sobre el uso de su territorio. Estas pueden ser fruto de la
llamada zonificación ecológica económica y del ordenamiento territorial consecuente, como se ha propuesto
formalmente. Pero, como se ha visto, ese proceso está atrasado y por las experiencias actuales en Loreto y en
otros países de la región, tiene pocas probabilidades de ser respetado aún en el caso de ser aplicado. El uso del
territorio está de hecho parcialmente decidido en función de otras medidas tales como las de crear áreas naturales
protegidas, comunidades nativas y campesinas, reservas territoriales, titulación individual a ribereños y otros
campesinos, así como la determinación de áreas de bosques de producción y otorgamiento de concesiones de
largo plazo en ellos. Estas decisiones determinan, en buena cuenta, el uso futuro de la mayor parte del territorio
de Loreto en tanto la legislación que las ampara sea respetada.
Superpuestos en cierta medida a los anteriores, estarán los usos que, en teoría, son del subsuelo, como la
explotación de hidrocarburos. Por otro lado, la agricultura y la ganadería tienen, en principio, lugares apropiados
determinados por su capacidad de uso mayor pero, como bien se sabe, estas actividades se distribuyen por
todas partes, mucho más en función de la disponibilidad de transporte que de las características agronómicas
62 Gazeta Mercantil, São Paulo, 9 de mayo de 1990 y 25 de enero de 1996; Correo Braziliense, Brasilia, 25 de febrero de 1996, entre
muchas más.
En la actualidad, en Loreto hay 499 comunidades nativas tituladas sobre 3.112.000 ha. A eso hay que sumar
906.000 ha cedidas en uso, totalizando 4.018.000 ha. Pero, como se ha visto, habría 384 comunidades por titular,
58 solicitando ampliaciones y 46 comunidades por ser reconocidas. Sin considerar las demandas de ampliaciones,
esa situación implica que aún deben ser tituladas como mínimo 384 comunidades que pueden llegar a 430
como máximo. No se dispone de un estimado de la extensión territorial reclamada, pero apenas proyectando lo
que existe, más las comunidades por titular (384) y usando los mismos criterios ya aplicados en el pasado63, se
tendría que las tierras de las comunidades nativas podrían pasar a sumar 7.110.000 ha (incluyendo tierras cedidas
en uso). Si se consideran las comunidades a ser reconocidas (es decir 430) y de aplicarse los mismos criterios,
la superficie titulada y cedida en uso para las comunidades nativas alcanzaría unas 7.480.000 ha. Es decir que
sin considerar los pedidos de ampliación, en el futuro mediato puede esperarse que las tierras de los pueblos
indígenas ocupen de 7.110.000 ha a 7.480.000 ha, o sea de 19,3 a 20,3% de la extensión del departamento, si es
que se sigue la tendencia. Pero como bien se sabe, las aspiraciones de las comunidades nativas buscan disponer
de espacios mayores64. De otra parte, también es preciso considerar que, por lo menos en forma temporal,
podrían añadirse 3.653.000 ha (9,9% del territorio de Loreto) de 5 reservas indígenas propuestas para poblaciones
indígenas en aislamiento voluntario.
Cabe pensar en otro escenario, bastante diferente al anterior. En efecto, de una parte es verdad que los pueblos
indígenas de Loreto han sido actores políticos importantísimos y que todo indica que continuarán siéndolo,
63 Cada comunidad nativa de Loreto posee, en promedio, 8.052 ha (sumando la porción titulada y la cedida en uso). Para este estimado
simplemente se ha multiplicado esa superficie por el número de comunidades a ser tituladas. Es un estimado admitidamente grueso
pues las circunstancias han cambiado y cambiarán más, pero revela la dimensión del asunto.
64 La cifra de alrededor de 11 millones de hectáreas de tierras indígenas en Loreto ha sido citada por personalidades vinculadas al tema.
Es difícil predecir el destino de las reservas territoriales. En el futuro, y debido a la creciente demanda de
uso de espacio para actividades productivas, existen dos posibilidades para ellas: mantenerlas como tales o
transformarlas en comunidades nativas tituladas y/o quizá en reservas comunales. La primera opción depende,
en principio, de los propios indígenas en aislamiento voluntario y del cumplimiento de la protección del Estado,
en todos sus niveles, para minimizar las presiones a estos territorios. En este punto, es imposible prever cuál será
la extensión de tierras que quedaría con los indígenas en esa situación, pero puede asumirse que será menor
que la actual.
De no haber un cambio drástico en la política nacional y regional hacia las comunidades nativas, que determine
para ellas un apoyo técnico y financiero prioritario, además de elevar mucho el acceso de los niños y jóvenes
indígenas a la educación y, por lo menos a la capacitación, no cabe esperar mejoras significativas de esta situación
en la década venidera. De hecho, este tema apenas es mencionado en las políticas y planes existentes y cuando
lo es, se trata de propuestas retóricas y sin fundamentos económicos acreditados.
De ser así, es de esperar que al 2021 las tierras indígenas no aseguren el bienestar de las poblaciones que las
habitan. Es decir que, a pesar de su amplio territorio, los indígenas seguirán siendo los ciudadanos más pobres
del departamento y saldrán a buscar empleo en las áreas urbanas o en actividades rurales a lo largo de las
carreteras y ríos. Sus bosques continuarán siendo objeto de la codicia de los madereros y estarán cada vez más
degradados. Serán, cada día más, tentados por los narcotraficantes para ceder tierras para el cultivo de coca, por
comerciantes para extraer sus recursos forestales a través de la firma de contratos a largo plazo y claramente
desventajosos para las comunidades, y por los buscadores de oro para apoyar sus actividades ilícitas. Se habrán
desperdiciado oportunidades valiosas para el desarrollo económico y social, y para la seguridad ambiental, como
las que se derivarían del manejo forestal sostenible, del manejo de la fauna y de los recursos hidrobiológicos,
de la producción artesanal de calidad y también del potencial turístico de sus áreas. Peor, igualmente se habrá
reducido el valor de esos bosques para negocios asociados al carbono, del que 1.639 millones de toneladas
de carbono se encuentran apenas en la biomasa aérea de las comunidades nativas existentes. Los conflictos
sociales protagonizados por pueblos indígenas se agudizarán.
Es obvio que no todas las comunidades nativas irán por el camino descrito pues, a pesar de la indiferencia oficial,
ya hay varias que están encontrando vías más promisorias que las señaladas. Pero, sin un plan serio para su
desarrollo y sin una ayuda financiera y técnica masiva, planificada y permanente, no cabe duda que ese sea el
destino de la inmensa mayoría de las comunidades. Ese escenario no solo será malo para los indígenas. Lo será
para todo Loreto.
Como se ha dicho, las áreas naturales protegidas son parte fundamental de la infraestructura de desarrollo de una
región. De ellas depende el mantenimiento de servicios ambientales y los procesos ecológicos esenciales, así como
la conservación del patrimonio genético natural cuyos usos futuros pueden ser vitales, sin dejar de considerar
sus usos presentes tales como los relacionados al turismo,
a la recreación y a la investigación científica. Las áreas
naturales protegidas son la espina dorsal de la conservación ¿Como estarán las áreas
de la naturaleza (Miller, 1997) y asimismo deben ser la protegidas en 2021?
válvula de seguridad para mantener parte sustancial de la
diversidad biológica, en el supuesto de que todo el resto En este escenario, las áreas naturales protegidas
sea sustituido o degradado por actividades humanas, no habrán aumentado significativamente, su
como la agropecuaria, la explotación forestal o la migración manejo continuará deficiente y la proporción
poblacional por incremento de vías de acceso. de áreas de uso indirecto será baja. Las áreas
naturales protegidas estarán más amenazadas
Oficialmente, Loreto dispone en la actualidad de 8.608.000 que en la actualidad y continuarán teniendo
ha (23,3% del territorio) consideradas como áreas naturales pocos visitantes.
protegidas. Es decir que, en teoría, el área ya declarada
Pero, otra vez, eso es engañoso. De una parte las reservas territoriales y las zonas reservadas son apenas
temporales. Esas áreas pueden ser convertidas en bosques de producción permanente, comunidades nativas
o ser declaradas aptas para agricultura o cualquier otra actividad extractiva de interés nacional o regional y, es
verdad, una parte de ellas probablemente será declarada área natural protegida permanente. O sea que debe
retirarse de ese 31,2%, a 7,7% del territorio de Loreto en zonas reservadas, más 9,9% en reservas territoriales y,
apenas, especular sobre cuál será la decisión final sobre el uso futuro de esas tierras. Es decir que, al presente, el
área de bosques legalmente protegidos cubre tan solo 15,6% (5.755.000 ha) de Loreto. Eso, visto en un escenario
de desarrollo de 10 a 20 años, es muy poco y muy por debajo de cualquier recomendación técnica al respecto,
que va de 10% estrictamente protegido y bien manejado hasta 50% del territorio (UNEP, 1989; Soulé y Sanjayan,
1998; IUCN, 1993).
65 Los que defienden esta tesis lo hacen en base a informaciones previas: 23,3% como áreas protegidas + en el futuro 20% como
comunidades nativas + 9,9% como reservas territoriales indígenas +10,1% como bosques de protección y, en la actualidad, + 7,2%
como bosques de producción permanente.
De otra parte, las áreas naturales protegidas del departamento de Loreto cumplen sus funciones previstas en la
ley dependiendo de: (i) que sean representativas de los ecosistemas del departamento de Loreto; (ii) que tengan
una cobertura adecuada de la diversidad biológica de la región que, en el caso de Loreto, es proverbial; (iii) la
categoría a que pertenecen, y (iv) la efectividad del manejo.
Con respecto al primer aspecto, no cabe duda que Loreto, a pesar de tener una extensión importante de áreas
naturales protegidas, aún no conserva muestras suficientemente representativas de todos sus ecosistemas y
por ende de su diversidad biológica. Por eso existen varias propuestas para: (i) establecer nuevas áreas naturales
protegidas y (ii) crear corredores ecológicos o biológicos, en ambos casos enmarcados en el diseño de un sistema
de conservación regional.
En el cuadro 52 y en el mapa 8 se reportan las diversas zonas consideradas por el GOREL y también por el SERNANP
como prioritarias para la conservación. Para el GOREL son prioritarias 10 áreas adicionales a las ya protegidas,
siendo la principal el Abanico del Pastaza (2,5 millones de hectáreas), cubriendo 4,9 millones de hectáreas para
el establecimiento de nuevas áreas naturales protegidas u otras herramientas para la conservación y completar
la representatividad del sistema. Para el SERNANP son prioritarias 8 áreas adicionales con una extensión de unos
5,9 millones de hectáreas. La mayor extensión de la propuesta del SERNANP se debe casi completamente a la
mencionada sobre el Abanico del Pastaza.
Nota: Las áreas correspondientes al SERNANP fueron estimadas. Varias áreas de GOREL y SERNANP se sobreponen.
Fuentes: SERNANP y GOREL
Elaboración propia
Como se observa en el mapa 8, hay bastante coincidencia y algunas diferencias importantes entre las dos
propuestas y es de esperar que sean concertadas en el futuro mediato. La necesidad de crear un área natural
protegida en la cuenca baja-media del río Napo (propuesta de ACR Maijuna) parece ser unánime. Pero, de otra
parte, no existe un cronograma ni metas con relación a estas propuestas que, como se ha dicho, son apenas
consideradas zonas prioritarias, no existiendo expedientes de creación ni habiéndose realizado aún las consultas
que la ley requiere.
Con relación a la proporción de áreas naturales protegidas de las categorías uso indirecto (parques nacionales)
y a las de uso directo (reservas nacionales, reservas comunales y áreas de conservación regional), la situación
es precaria. En efecto, las de uso directo son 14 de las 15 áreas protegidas y, sin incluir las zonas reservadas,
representan el 87% del área que está protegida en lugar de la proporción generalmente usada que, por ejemplo
en el Brasil, es 50% (Dourojeanni y Pádua, 2007). También es muy inferior a la media nacional. La principal
diferencia entre ambas categorías es que las de uso indirecto, en las que no debe existir ocupación humana ni
ninguna actividad económica consuntiva o impactante, (como la agricultura, la ganadería, la explotación forestal
o, inclusive, la explotación de hidrocarburos) las garantías de conservación de las características originales del
ecosistema y de su diversidad biológica son muchísimo mayores que en las de uso directo. En estas últimas
todas las actividades anteriores, sin excluir la caza y la pesca, están permitidas, como en las reservas nacionales y
comunales o en las áreas de conservación regional. Un estudio de Terborgh y Van Schaik (1997) sobre la eficiencia
66 Como previamente indicado este episodio culminó con el establecimeinto del Parque Nacional Güeppí-Sekime y de dos reservas
comunales en la Zona Reservada Güeppí.
En las áreas naturales protegidas de uso directo también es posible, sin duda, conservar la naturaleza. Pero eso
se logra únicamente si se aplica efectivamente una zonificación interna que se adopta en el plan maestro y
que incorpore reglas claras para las prácticas sostenibles de aprovechamiento de los recursos, así como de
protección a las zonas y recursos naturales frágiles. El hecho es que la dificultad y el costo del manejo de las áreas
naturales protegidas de uso directo son muchas veces más elevados que en las de uso indirecto para alcanzar
una eficiencia de conservación equivalente. En realidad, estas se crean cuando la ocupación humana es previa
a la determinación de la necesidad científica de establecerlas e implican necesariamente un compromiso entre
la conservación y la explotación.
Lamentablemente, las evidencias de que los bosques naturales, no explotados, son irremplazables cuando se
trata de conservar la naturaleza son cada día más abrumadoras (Gibson et al., 2011). Y asimismo está demostrado
que la vegetación secundaria, o purma, aunque cumple muchas funciones ecológicas importantes, tampoco
conserva la reserva natural de diversidad biológica y, es más, también se sabe que aun cuando vuelve a ser un
bosque maduro, su diversidad biológica es siempre menor que la del bosque original.
Es decir que lo que se invierte en conservación en Loreto y en el Perú es absolutamente insuficiente e inferior
a cualquier parámetro que pueda usarse. James et al. (1999) reportaron que la media mundial de gasto ya era
en esa época de US$8,9/ha y que la de los países desarrollados alcanzaba US$20,6/ha. Un estudio más reciente
(Bovarnick et al., 2010) estima el promedio de inversión para América Latina y el Caribe en US$1,95/ha, lo que
el autor compara con los US$43/ha que se invierten en Europa. Peor aún es que León (2007) informa que el
financiamiento externo representa el 82% del presupuesto total actual de las áreas naturales protegidas peruanas,
y es muy posible que esa figura sea asimismo válida para Loreto. En 2003, por ejemplo, considerando las fuentes
externas, el promedio peruano de gasto en áreas naturales protegidas era de US$0,68/ha (Dourojeanni y Quiroga,
2006), lo que es ocho veces más que lo que provee el Estado, pero aún netamente insuficiente. Además, dejar el
futuro de las áreas naturales protegidas casi por completo en manos extranjeras, sin garantía de continuidad, es
un riesgo demasiado alto.
Las evidencias de esta realidad son múltiples. En esas áreas hay deforestación para la expansión de cultivos
lícitos e ilícitos además de ganadería, que se incrementa año a año; la explotación forestal maderable en ellas
es intensa, viene en aumento y está bien demostrada: las actividades de extracción de productos forestales no
maderables así como la caza y la pesca son hechos del día a día, y, excepto en la segmento del único parque
nacional que tiene una porción en Loreto, la exploración y explotación de hidrocarburos es una amenaza
presente.
En conclusión, si en Loreto no hay un cambio importante en el enfoque sobre áreas protegidas, que implique
elevar significativamente la proporción de áreas de uso indirecto y, en especial, que aumente sustancialmente
el presupuesto y el personal destinado a su manejo efectivo, el escenario tendencial sugiere un deterioro
significativo de esas áreas, no habiendo garantía de que ellas cumplan sus funciones de mantener el patrimonio
natural del departamento ni los servicios ambientales que la sociedad espera de ellas.
Vinculado al tema anterior está el de la situación de las zonas de amortiguamiento de las principales áreas
naturales protegidas. En ellas es notorio el avance de la deforestación con fines agropecuarios, especialmente
en los alrededores del Parque Nacional Cordillera Azul (aunque esto suceda esencialmente del lado que
corresponde a San Martín) y en los alrededores de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Esas actividades son
lícitas pero, si no se monitorean cuidadosamente y no se orientan a ser compatibles con los objetivos del
área natural protegida, pueden ponerla en peligro. Por ejemplo, cuando se afecta drásticamente el paisaje
o se ocasiona contaminación dentro de ellas, como resultado de explotaciones de hidrocarburos, mineras y
forestales, la construcción de represas o carreteras, la ampliación de la frontera agropecuaria y el desarrollo
agroindustrial (sobre todo de monocultivos y bio-combustibles) o también cuando se amplían zonas urbanas
hasta el límite del área.
La legislación solo otorga al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) o a sus equivalentes
regionales tres competencias sobre las zonas de amortiguamiento: (i) delimitarla; (ii) opinar previamente sobre
la autorización de actividades forestales o cualquier otra que requiera un estudio de impacto ambiental o un
programa de adecuación ambiental, y (iii) supervisar y monitorear las actividades que se realicen en la zona de
amortiguamiento (Solano, 2005). Pero esta última función es cuestionable y, en realidad, en caso de conflicto por
una actividad que parece inadecuada, la autoridad de áreas naturales protegidas debe discutir el problema con
el sector o nivel de gobierno que autorizó la actividad en cuestión y no con el usuario. De allí que la actitud de
Las áreas naturales protegidas de Loreto, debido a que están pobremente implementadas, acogen muy pocos
visitantes. La que más recibe es la Reserva Nacional Pacaya Samiria que, en 2005 tuvo 989 visitantes que
pagaron un total de US$32.800 en tarifas de entrada. Pero, como se observa en el cuadro 54, el número
de visitantes a esta Reserva aumentó considerablemente y en 2011 llegó a 7.853, de los que más del 80%
eran extranjeros, que aportaron una cuantía significativa a la economía de la zona. Hasta marzo de 2012
ya eran 2.758 visitantes, augurando que hasta fin de ese año habrá aumentado mucho más. También está
incrementándose el número de turistas en la zona de amortiguamiento del Área de Conservación Regional
Comunal Tamshiyacu Tahuayo, sin embargo no hay registros disponibles de los mismos. Pero esa concurrencia
a las áreas naturales protegidas de Loreto es varias veces inferior al potencial que ellas podrían ofrecer en
términos de turismo nacional y receptivo, si la infraestructura fuera mejorada. Los albergues privados captan
una clientela que normalmente iría a las áreas naturales protegidas si en ellas o cerca de ellas (por ejemplo,
en las comunidades nativas) existieran las condiciones para recibirla. Hasta 2021 es poco probable que
se produzca una mejora sustancial de esa situación aunque, sin duda, el número de visitantes continuará
aumentando.
Otro tema importante es el de la protección especial de los humedales de los que Loreto está tan bien dotado
(Räsänen, 1993). De esos, el principal es el Abanico del río Pastaza (ya mencionado como zona prioritaria para la
conservación, que abarca 5.840.000 ha y que es rico en tipos de humedales permanentes (sistemas pantanosos,
lagos y ríos secundarios) y estacionales o temporales (bosques inundables y pantanos herbáceos) como lo
confirman trabajos de ONERN (1970, 1984) y Mejía y Vargas (2001), entre otros.
Por eso, en 2002, el Perú sometió una parte de esa área (3.827.000 ha) a consideración de la Convención Ramsar
sobre humedales para que sea reconocida como humedal de importancia mundial. En esta región se han
identificado 7 de los 20 tipos de humedal que existen, según las definiciones de la Convención de Ramsar
(2000) y 8 de los 9 que esa Convención reconoce para la Amazonía (cuadro 55). La única medida de protección
y/o manejo de recursos, adoptada en relación a la región del Abanico del río Pastaza ha sido el establecimiento
de la Reserva Pesquera del Lago Rimachi, ahora bajo administración comunal. Inicialmente, en esta zona se
desarrollaron investigaciones básicas y aplicadas para el ordenamiento de las pesquerías locales a cargo de
la Dirección de Aguas Continentales del Instituto del Mar del Perú. Es importante darle la protección que este
humedal merece.
Las carreteras, como las ferrovías o las hidrovías, son herramientas indispensables para el desarrollo en la Amazonía
tanto como en cualquier otro lugar. No es cuestión de estar de acuerdo o en contra de ellas. El problema surge
con la forma en que se usan las carreteras, especialmente en los bosques tropicales húmedos de América del Sur
y de Perú. Allí, en lugar de permitir la comunicación entre dos puntos y el uso de tierras aptas para la agricultura,
previamente separadas para ese uso, o el aprovechamiento sustentable de los bosques y otros recursos, la
población se instala desordenadamente en cualquier lugar y sin pedir permiso explota los recursos de cualquier
modo, muchas veces con el beneplácito de los políticos locales.
Así se ocupan tierras indígenas, áreas naturales protegidas y suelos sin capacidad de uso agropecuario, ocasionando
una deforestación inútil (Laurence, 2012). Se permite la explotación irracional de maderas y minerales y, en
resumen, se fomenta la destrucción del patrimonio natural. El caso más reciente y bien documentado en Perú
es el de la Interoceánica Sur, en Madre de Dios (Dourojeanni, 2006; Enrique y Cueto, 2010). Contrariamente, en
El documento revisado más completo es el Plan Vial Departamental Participativo de Loreto 2006-2015 (MTC,
2005) que tiene un buen diagnóstico y propuestas más sensatas de conexión que incluyen tanto las vías fluviales
como las terrestres. Sin embargo, la viabilidad económica de ese plan es extremadamente débil por no decir
inexistente y, además, prácticamente excluye la temática ambiental. De otra parte, faltando apenas 3 años para
que el plazo de ese plan termine, prácticamente nada ha sido cumplido y muchas de las obras que están siendo
ahora propuestas no corresponden a ese plan que, por ejemplo, ni siquiera menciona una ferrovía. Las redes
viales departamental y provincial propuestas en el plan requerían 24.900 millones de dólares en carreteras y
26.000 millones de dólares en hidrovías.
En las páginas siguientes se procura elucidar cuáles de las propuestas vigentes tienen más probabilidades de ser
ejecutadas durante la próxima década. Para eso, se les ha clasificado, arbitrariamente, en tres tipos: (i) grandes
carreteras, (ii) carreteras de interés regional para expansión de la frontera agropecuaria, y (iii) carreteras de interés
local.
La conexión de Loreto al sistema vial nacional ha sido anunciada inumerable veces y desde tiempos remotos y, de
hecho, las carreteras (o las ferrovías) están en todas las agendas políticas y en todos los planes sectoriales y regionales
y también en los internacionales, como los de la IIRSA. En efecto, como antes fue mencionado, de los proyectos
de transporte previstos, el más conocido es el Eje del Amazonas o IIRSA Norte que está en gran medida recogido
en el arriba citado Plan Vial Departamental Participativo de Loreto 2006-2015. Este es un sistema multimodal de
transporte que interconectaría puertos marítimos de la costa norte de Perú, Ecuador y Colombia, con los puertos
fluviales brasileños de Manaos, Belén y Macapá. Busca la conexión bioceánica a través de los ríos Huallaga, Marañón,
Ucayali y Amazonas en Perú, Putumayo y Napo en Ecuador, Putumayo en Colombia e Iça, Solimões y Amazonas en
Brasil, con más de 6.000 km de vías navegables, y los puertos fluviales de El Carmen, en la frontera entre Ecuador y
Colombia, Güeppí en Colombia, y Saramiriza y Yurimaguas en Perú (BID, 2000; IIRSA, 2000).
El Eje del Amazonas cuenta con 7 Grupos de Proyectos: (i) acceso a la hidrovía del Putumayo, (ii) acceso a la
hidrovía del Napo, (iii) acceso a la hidrovía del Huallaga-Marañón, (iv) acceso a la hidrovía del Ucayali, (v) acceso a la
hidrovía del Solimões-Amazonas, (vi) red de hidrovías amazónicas y (vii) acceso a la hidrovía del Morona-Marañón-
Amazonas. Como se ha visto, aunque este proyecto va a aprovechar las hidrovías que pueden ser construidas en
los grandes ríos navegables, también implica la construcción de una serie considerable de carreteras para acceder
a los puertos fluviales. Varias de las carreteras ya construidas en Amazonas y en San Martín que entran en Loreto
(hasta Saramiriza y hasta Yurimaguas) y en Ecuador y Colombia, responden a este programa. El Grupo de Proyectos
denominado “Acceso a la hidrovía del Huallaga-Marañón” tiene como funciones mejorar la logística de acceso a las
hidrovías del Huallaga y Marañón y sus puertos para consolidar el corredor de integración Costa-Sierra-Selva de la
región norte de Perú y su complementariedad regional con el vecino Estado de Amazonas de Brasil. También debe
permitir la articulación de esta zona con la región sur y sureste de Ecuador y potenciar la interconexión del interior
del continente con la Cuenca del Pacífico.
Km en
Descripción (de... a…) N° Probabilidad Fuente Provincia
Loreto
1 Yurimaguas-Balsa Puerto LO 108 1 57,6 MTC Alto Amazonas
2 Yurimaguas-Jeberos LO 107 2 66,5 MTC Alto Amazonas
3 Yurimaguas-Lagunas 2 85,0 GOREL Alto Amazonas
4 Balsapuerto-Nuevo Arica-San Rafael 3 56,0 PVPP Alto Amazonas
5 Shucushyacu-Montebello 2 80,5 GOREL Alto Amazonas, Ucayali
Jenaro Herrera-Angamos (frontera
6 LO 105 4 90,0 MTC Requena
Brasil)
7 Jenaro Herrera-Requena 1 29,0 GOREL Requena
8 Orellana-frontera Brasil LO 106 5 164,0 MTC Ucayali-Requena
9 Orellana-Pampa Hermosa 1 GOREL Ucayali
Orellana-Santa Catalina-Pongo Isla
10 LO 106 1 106,0 SNIP Ucayali
(Alt.1)
11 Orellana-Chapisa (Alt 2) LO 106 - 127,0 MTC Ucayali
12 Contamana-Aguas Calientes LO-515 1 20,3 MTC Ucayali
13 Contamana-Porvenir-Tiruntan 3 98,3 GOREL Ucayali
14 Puerto Prado-Curimaná (Ucayali) PVDP Ucayali
15 Pucacuro-AGAPUL 1 13,0 PVPP Ucayali
16 Tiruntan-Mariscal Castilla-Esperanza 2 29,5 GOREL Ucayali
17 Saramiriza-12 Octubre-Pantoja-Güeppí LO 100 2 606,9 MTC Datem M., Loreto, Maynas
18 Saramiriza-Puerto Alegría 1 36,3 GOREL Datem Marañón
19 Andoas-frontera LO 101 5 MTC Datem Marañón
20 Saramiriza-Puente Nieva 1 78,0 MTC Datem Marañón
21 Félix Flores-Ugarte 2 28.8 GOREL Datem Marañón
22 San Lorenzo-Recreo 2 12,4 GOREL Datem Marañón
23 Nauta-San Regis 1 GOREL Loreto
24 El Triunfo-Intuto-Marsella LO 104 2 326,8 MTC Loreto, Maynas
25 Bellavista–Mazán LO 103 1 36,0 MTC Maynas
Puerto Arica, Napo-Flor de Agosto,
26 LO 102 4 65,6 MTC Maynas
Putumayo
27 Mazan-El Estrecho LO 103 1 125,4 MTC Maynas
28 Pevas-Pucaurquillo CP-07 1 5,2 MTC Mariscal Castilla
29 Caballococha-Santa Teresa CP-01 1 25,7 MTC Mariscal Castilla
30 Caballococha-Buen Suceso CP-02 1 35,7 MTC Mariscal Castilla
31 Caballococha-San Pablo-Cochiquinas 1 103,0 PVPP Mariscal Castilla
32 Tamshiyacu-Yavarí Mirim 3 95,4 GOREL Mariscal Castilla-Maynas
Total 2.603.9
Nota: Según el autor de esta publicación, la probabilidad de que sean construidas o iniciadas (las mayores) hasta el 2021: 1 (muy alta),
2( alta), 3(media), 4(baja) y 5( muy baja)
Fuentes: Ver Metodología
Pero ese criterio de la IIRSA no ha sido aceptado por el gobierno peruano ni por el GOREL que, en cambio,
decidieron: (i) hacer una carretera que saliendo de Macas (o de Santiago) en Ecuador, o de Saramiriza, iría hasta
Güeppí (la LO 100) que correría paralela a la frontera ecuatoriana sobre 607 km, pasando por 12 de Octubre y
Pantoja, aprovechando, en el camino, las carreteras petroleras de los lotes 1AB y otros, y (ii) continuar la carretera
entre Yurimaguas y Nauta (420 km aproximadamente), siguiendo a lo largo del Huallaga y del Marañón hasta
empalmarse con la carretera Nauta-Iquitos.
La primera carretera es de carácter típicamente geopolítico y se inserta asimismo en el Plan Binacional Perú-
Ecuador. En el futuro se uniría al norte con la E 22 o alguna otra en construcción en Ecuador. La segunda es fruto
de la política regional y es la que ha dado lugar a la opción de la ferrovía. Lo importante es saber que la carretera
Yurimaguas-Nauta aún figura en los planes, a pesar del reciente empuje dado a la ferrovía.
Pero, habida cuenta de la dificultad de construir la carretera Yurimaguas-Iquitos debido a la presencia del
humedal del Abanico del Pastaza y a la gran probabilidad de que se construya la carretera LO 100, han aparecido
con fuerza otras alternativas que constan hasta con numeración. En efecto, la LO 104 llevaría de Iquitos hasta
Intuto y de allí hasta la LO 100. Hay variantes de esta propuesta, como la de la Cámara de Comercio de Maynas
que propone, en lugar de la ferrovía, la construcción de una carretera entre Iquitos y Saramiriza, pasando por
San Lorenzo, lo que implica construir 471.6 km que, según ellos, debería ser la alternativa al tren propuesto por
la gestión actual del GOREL67. Esta no se uniría a la LO 100 sino que iría directamente a Saramiriza bordeando
el humedal por el norte, como lo haría también la ferrovía. De igual manera, está prevista la duplicación de la
carretera Iquitos-Nauta68.
67 Ellos entregaron una carta (8 de junio 2012) al Presidente del Consejo de Ministros impulsando las siguientes carreteras: Iquitos-El
Estrecho, Caballococha-Palo Seco-Buen Suceso, Huallaga-Orellana, Requena-Jenaro Herrera-Angamos y la mencionada Iquitos-
Saramiriza.
68 Se le incluiría en el nuevo Plan Vial Regional, en preparación.
Otras carreteras grandes proyectadas son: (i) la LO 103 que debería unir Iquitos con el río Putumayo en la
localidad de El Estrecho (frontera colombiana) con 125 km a partir de Mazán; (ii) la LO 105 entre Jenaro Herrera
y Angamos, en la frontera brasileña (90 km), y (iii) la LO 106 entre Orellana hasta la frontera con Brasil (164 km).
La primera, que ya tiene estudio de pre-factibilidad, es materia de mucha discusión pues, en caso de hacerse la
ferrovía hasta Iquitos, tendría alguna lógica que ese trecho hasta Mazán también sea ferroviario. De hecho, en la
actualidad persisten ambos proyectos. Los otros proyectos que van hasta la frontera brasileña son dos a partir de
Orellana (uno oficial y otro de facto, como se observa en el mapa 9), uno a partir de Contamana (no oficializado)
y otro a partir de Jenaro Herrera. Los de Orellana y Jenaro Herrera son antiguos. La única motivación evidente
de todos ellos es la explotación de madera, caza y quizá, expansión de la pecuaria. Estos proyectos son paralelos
entre sí y no llegan a ningún lugar de interés en Brasil o confluirían todos en Cruzeiro do Sul y, asimismo, son
paralelos al proyecto de la carretera o ferrovía Interoceánica Centro, que uniría Pucallpa con Cruzeiro do Sul. Es
decir que esos dos proyectos son injustificables desde un punto de vista regional o nacional. Aun así constan,
con prioridad, en los planes de esos niveles. Otras, del mismo tipo, son la Tamshiyacu-Yavarí Mirim, que permitiría
un acceso bastante directo de Iquitos con el Yavarí, también en la frontera con Brasil, cuya única justificación sería
asimismo explotación maderera. Por último, una carretera entre el Napo y el Putumayo (frontera con Colombia)
un poco al norte de El Estrecho y que, además de ser paralela a la Iquitos-El Estrecho (la LO 102), tampoco parece
tener otra motivación que la explotación forestal.
Estas son la mayoría de las nuevas carreteras propuestas, en general con fines de expansión de la frontera
agropecuaria y, como es lógico, se concentran especialmente en las provincias que ya tienen acceso vial. Es
decir: (i) en Alto Amazonas, a partir de Yurimaguas, en proceso de unirse con las provincias de Requena y Ucayali;
(ii) a partir de la carretera Iquitos-Nauta y de Iquitos, en general, y (iii) en Datem del Marañón a partir de la
punta de carretera en Saramiriza. Por otros motivos, también hay una concentración de propuestas alrededor
de Caballococha.
El principal foco de desarrollo carretero de Loreto es, sin duda, el que se ha producido a partir del vecino
departamento de San Martín que influye en tres provincias: Alto Amazonas, Requena y Ucayali con una clara
Como se ha visto, además de las carreteras que son de evidente interés geopolítico, hay las que son para
expansión agropecuaria combinada con explotación maderera y otras que son casi exclusivamente para facilitar
la explotación maderera. Casi todas, en el mediano plazo, pueden permitir la implantación de pastos para
ganadería extensiva. De todas las propuestas, las menos justificadas a nivel regional o nacional son las que salen
del Ucayali (a partir de Orellana, Contamana, Jenaro Herrera o Requena) a la frontera con Brasil, y del Amazonas
(Tamshiyacu) para dirigirse al Yavarí, en la frontera brasileña, o las que salen del Napo para dirigirse al Putumayo,
en la frontera colombiana. Estas, aunque sin duda pretenden facilitar la explotación maderera, serán inevitable
y obviamente facilitadoras del narcotráfico y del contrabando. El mismo comentario es válido para la propuesta
proliferación de carreteras alrededor de Caballococha.
Lamentablemente, las fuentes omiten informar los plazos en que esas obras se materializarían así como sus
características, plazos, costos y fuentes de financiamiento. Algunas carreteras que aparecen en mapas oficiales
no están incluidas en esos listados y viceversa. Tampoco se indica, en los documentos oficiales, los planes
de avance esperados tanto en mantenimiento como mejoramiento o asfaltado. Estos planes se preparan
anualmente y no exhiben proyecciones siquiera de corto plazo. Dicho de otro modo, el análisis revela una
enorme confusión y confirma una notoria, por no decir absoluta, falta de planificación. Las carreteras propuestas,
con excepción de las caracterizadas como geopolíticas, y de las petroleras, parecen el resultado de ilusiones
o caprichos y de la influencia de minorías interesadas para beneficiar sus propios negocios (madereros en
general). Se proponen trechos aislados de todo o que no van a ninguna parte aunque, en el futuro, podrían ser
justificados si previamente existen otros trechos. Obviamente, casi ninguna de esas obras está acompañada de
una justificación económica, excepto menciones no fundamentadas a la “explotación forestal, la agricultura y el
turismo”. A veces se mencionan prioridades, pero estas varían de documento a documento. Demás está decir
que casi todas carecen de estudios razonables de diseño, aunque sean preliminares y, obviamente, de cualquier
avance de evaluación económica o de impacto ambiental y social.
En base a la presión social (población y tendencia migratoria), a la interconexión vial actual o próxima con el
sistema vial nacional, a la demanda política y a algunos otros elementos de juicio, se ha asignado, a cada una
Ninguna otra obra o intervención en la Amazonía tiene más impacto indirecto sobre la deforestación y
la degradación de los bosques que las carreteras (Maki et al., 2001; Alves, 2001, 2001a, Laurance, 2012;
Laurance et al., 2001, 2009; Silveira, 2010; Silveira et al., 2006; Dourojeanni, 1990, 2006, 2011a; Dourojeanni
et al., 2010). El 90% de la deforestación ocurre en la proximidad de las carreteras (Laurance, 2012), el resto
de la deforestación y degradación de bosques está relacionado a los ríos. Como se mencionó, la extensión
deforestada y degradada es muy variable en función de tiempo, características de la región (calidad de suelos
y de bosques, clima, topografía) y de la carretera (asfaltada, afirmada, trocha carrozable, mantenimiento, etc.)
y, entre otros factores, el nivel de gobernanza predominante (Pautrat et al., 2009; Nepstad, 2009; Enrique
y Cueto, 2010). Pero existen algunas informaciones, especialmente de Brasil, adaptables a la realidad de
Loreto (cuadro 59).
CUADRO 59. Resumen de algunas informaciones sobre deforestación a lo largo de carreteras amazónicas
Nota: Ver, asimismo, amplias discusiones sobre el tema en Dourojeanni, 1990, 2006, 2011a. Dourojeanni et al., 2010; Silveira, 2010; Silveira et
al., 2006); etc.
Urquiza y Tello (2011) hicieron una evaluación de la deforestación en el sector Bellavista- Mazán que es provocada
en parte por carreteras pero también por la expansión de la agricultura ribereña. Sobre un área total de 196.000
ha, afectada en parte por procesos naturales que son consecuencia de la hidrodinámica fluvial, ellos encontraron
una deforestación de 47.219 ha en 2008 que, de acuerdo a las tendencias analizadas, llegaría a 53.156 ha en
2021, es decir al 27,1% del área del bosque original. Al respecto, como en el caso mencionado, es importante
recordar que, especialmente en Loreto, la deforestación también se relaciona con los ríos. Sierra (2000) describió
ese proceso en el río Napo.
Cualquier previsión sobre deforestación futura a partir de las carreteras en Loreto está repleta de incertidumbre
que, como se ha visto, se deben a la indefinición sobre lo que realmente será construido, pero también a otras
causas. La deforestación a lo largo de las carreteras depende de: (i) si son asfaltadas o no y de su mantenimiento;
A pesar de esas dificultades y del hecho de que la deforestación depende también de otros factores (ver, por
ejemplo, Maki et al., 2001) en relación a la carretera Iquitos-Nauta, con el objeto de brindar una idea de lo que
puede pasar y, en especial, de lo que un plan de desarrollo de Loreto debería considerar, en el cuadro 61 se
muestra una especulación sobre la probable deforestación de Loreto en 2021 a partir de la construcción de
carreteras y la dinámica de los ríos. Para elaborar ese cuadro, se ha tenido en consideración lo siguiente: (i) se
han usado índices de deforestación mínimos, inferiores en mucho a los que cita la literatura, inclusive a los
constatados en el Perú y se les ha aplicado discriminadamente 3% a 30% de áreas deforestadas en 10 años
sobre 5 km a cada lado, siendo el máximo (30%) aplicado solo en las carreteras conectadas a la red nacional,
por donde pueden llegar inmigrantes en ese lapso; (ii) solo se han considerado carreteras con probabilidad de
construcción 1 y 2 (cuadro 56), pero se estimó que las más largas solo estarían construidas en un 50% hasta el
2021; (iii) se calculó, para las áreas deforestadas que no están relacionadas a las carreteras que se indican (por
ejemplo en comunidades) y a las de las riberas de los ríos, un crecimiento anual de apenas 1,5%, que es muy
bajo; (iv) no se consideraron trochas carrozables ni caminos forestales, asumiendo que estos están incluidos
en los 5 km a cada lado de las vías principales. El resultado indica que las áreas deforestadas existentes, a lo
largo de carreteras ya construidas y ríos, crecerían en 205.160 ha, mientras que la deforestación a lo largo de
las carreteras nuevas alcanzaría 277.060 ha en 2021. Si así fuera, Loreto tendría 1.786.020 ha deforestadas en
2021, lo que equivaldría al 4,8% de su territorio.
Es muy importante anotar que el mayor impacto de la deforestación no se daría en el periodo entre 2012 y
2021, pues durante ese lapso las carreteras estarían en construcción y, en el mejor de los casos, apenas estarían
plenamente transitables al final de ese lapso. Es decir, que la tasa de deforestación anual se incrementará
abruptamente en la década siguiente, de 2021 a 2031.
Alto Amazonas
30% de
Requena 244 182.100 48.800 474 142.200
deforestación
Ucayali
Maynas 30% de
159 291.300 31.800 36 10.800
Iquitos-Nauta deforestación
50% de la obra total,
Iquitos-Intuto 0 164 8.200
5% de deforestación
Mazán-El Triunfo 0 125 6.250 5% de deforestación
50% de la obra total
Fronteriza a
0 304 60.800 20% de
Güeppí
deforestación
830.400 124.560
Datem del 30% de
25 156 46.800
Marañón deforestación
M. Castilla 41 67 2.010 3% de deforestación
Otros lugares 161
A partir de los ríos
Total 630 1.303.800 205.160 1.326 277.060
Total área deforestada al 2021 1.786.020 ha
Notas:
(i) Se incluyeron las más probables (probabilidades 1 y 2) según discusión sobre cuadro 56.
(ii) No se incluyeron las carreteras petroleras actuales o futuras y se estima que no habrá deforestación a partir de caminos petroleros.
(iii) Se asume que la deforestación a partir de las 830.400 ha ya deforestadas en otros lugares, especialmente en riberas fluviales, crecerá 1,5%
cada año.
(iv) No se consideró nuevas deforestaciones a lo largo de ríos, solamente expansión de las existentes.
Un interesante estudio de Armas et al. (2009) relacionado a temas de pagos por servicios ambientales usando
la metodología de Silveira et al. (2006), calculó la deforestación previsible tendencial en la Amazonía peruana
entre 2009 y 2050. No ofrecen datos específicos para Loreto, pero la estiman en 177.078 ha/año. En un escenario
más previsor, la sitúan en 129.985 ha. Otro estudio había calculado 128.100 ha (Oliveira et al., 2007). En ambos
casos, Loreto sería uno de los tres departamentos con la mayor deforestación, pero aun así el estimado de este
estudio revelaría estar encima de esas previsiones (48.222 ha/año apenas para Loreto). Interesante es anotar
que en ese estudio la deforestación loretana se concentraría en Alto Amazonas, lo que es coincidente con el
presente análisis, y en la frontera noroeste de Loreto con Ecuador. Eso es consecuencia de que ellos consideraron
la carretera de Macas a Güeppí como la más probable.
En el presente trabajo se estima que gran parte de la deforestación se producirá a lo largo de la carretera que
unirá el valle del Ucayali con el del Huallaga, es decir en las provincias de Ucayali y Requena, y en Datem del
Marañón, pero sobre el eje Saramiriza-Andoas. El impacto será mínimo, relativamente bajo o lento en carreteras
sin conexión a la red vial nacional, como la Iquitos-Mazán o las que salen de Caballococha. Pero todos los
bosques, sin excepción, serán muy afectados en términos de degradación a consecuencia de la explotación
forestal y la caza. Aun así, el impacto de la deforestación y la degradación se hará sentir no tanto en la década de
2012 a 2021 sino después.
Además de los impactos ambientales indirectos están los de tipo directo, que no son pocos y potencialmente
bastante graves. Entre los que son esperables en la fase de construcción en las condiciones de Loreto están:
(i) deforestación a lo largo del derecho de vía; (ii) cambios moderados en el paisaje; (iii) interrupción de
migraciones y movimientos de la fauna; (iv) apertura de cajas de préstamo de material; (v) formación de pozas,
por represamiento, fomentando proliferación de mosquitos y diseminación de enfermedades; (vi) corte y
desvíos de cursos de agua e impacto en la biota acuática; (vii) alteración localizada de escurrimiento superficial
y de la recarga de acuíferos; (viii) caza y pesca indiscriminada por trabajadores; (ix) corte de taludes y uso de
explosivos, espantando la fauna; (x) contaminación de suelo, agua y aire por residuos sólidos, líquidos y gaseosos;
(xi) derrames de hidrocarburos; (xii) generación de ruidos por uso de explosivos y maquinaria pesada, y (xiii)
construcción de caminos de servicio que repiten los impactos descritos.
Los impactos directos probables en las fases de operación y mantenimiento periódico son: (i) ampliación de
la deforestación a lo largo del derecho de vía; (ii) interrupción de migraciones y movimientos de la fauna; (iii)
interrupción de algunos procesos ecológicos; (iv) proliferación de mosquitos y diseminación de enfermedades
en pozas, (v) alteración localizada de escurrimiento superficial y de la recarga de acuíferos; (vi) contaminación de
suelo, agua y aire por residuos sólidos, líquidos y gaseosos durante las obras de mantenimiento; (vii) derrames
de hidrocarburos durante las obras de mantenimiento; (viii) contaminación de suelo, agua y aire por residuos
sólidos, líquidos y gaseosos ocasionados por accidentes de tránsito, y (ix) generación de ruido por tránsito (World
Bank, 1991; Liberman, 2002, Dourojeani, 2006).
Durante la operación y mantenimiento periódico (horizonte de 10 años) se puede producir: (i) desagregación
social y pérdida de valores culturales en comunidades nativas; (ii) invasión de tierras indígenas por agricultores,
madereros y mineros; (iii) desplazamiento de poblaciones indígenas en aislamiento voluntario, invasión de
territorios de otros, inclusive en áreas naturales protegidas y generación de conflictos entre ellos; (iv) continúa
prostitución, inclusive infantil y otras agresiones sexuales; (v) inseguridad pública, se acrecienta en áreas urbanas y
rurales (robos, asaltos, abigeato); (vi) agravamiento de litigios por expropiaciones, reasentamientos, afectaciones,
sobreposición de derechos de vía, invasiones y ocupaciones de tierras reclamadas por otros y por formación
de latifundios y de minifundios; (vii) especulación con tierras y apropiación ilícita de tierras por ricos (latifundio)
y por pobres (invasión y minifundio); (viii) profundización del cambio del uso de la tierra, con incremento de
pecuaria y agricultura intensiva; (ix) aumento de la población debido a llegada de inmigrantes de otras regiones
y degradación de servicios públicos y del ambiente en las ciudades y villas locales; (x) estímulo a la formación
de “barriadas” en las áreas urbanas; (xi) ocupación desordenada de costados de la vía por viviendas, comercios
y chacras; (xii) facilitación e incremento de tráfico de drogas, armas, animales silvestres y del contrabando, en
general; (xiii) eventualmente, proliferación del subempleo esclavizante (i.e. en minería informal o ilegal y en
extracción maderera), y (xiv) pérdida o alteración de valores culturales tradicionales.
3.2 Hidrovías
Las hidrovías son, sin duda, la opción más sensata para el transporte en una región que, como Loreto, está
dotada de inmensos ríos navegables que dan acceso prácticamente a cada rincón del territorio. De hecho, la
navegación fluvial es tan antigua como la existencia de humanos en la Amazonía, pero fue inaugurada por los
europeos en 1541 con el bergantín que fue construido por Orellana en el Ecuador actual, y que bajó por el río
Napo. En 1637 fue el turno de un portugués, Pedro de Teixeira, de llegar por barco desde Pará casi hasta Quito.
La penetración portuguesa al Amazonas, violando el Tratado de Tordesillas y adueñándose de la mayor parte
de la descuidada Amazonía española fue hecha íntegramente con barcos. Los barcos de gran calado y a vapor
penetraron en toda la Amazonía desde décadas antes de la época del caucho, y el tonelaje de las embarcaciones,
desde entonces, ha aumentado continuamente.
Uno de los puntos débiles del transporte fluvial es el costo del manipuleo para embarque y desembarque de
las cargas en los puertos, aunque los equipamientos modernos disponibles como es el caso de grúas para
contenedores y fajas o tubos para granos y minerales, han abaratado mucho esas operaciones. Otros costos
importantes incluyen el valor de las embarcaciones y el gasto en mantenimiento periódico de los canales de
navegación y de las embarcaciones, pero éstos no son mayores que los costos de mantenimiento de camiones y
carreteras. Adicionalmente, se deben considerar los costos necesarios para evitar accidentes, en especial cuando
se trata de cargas contaminantes.
Las ventajas ambientales del transporte acuático son muy importantes y bien conocidas. El transporte fluvial
se compara ventajosamente con todos los demás, inclusive el aéreo y el ferroviario (USDT, 1994). Su excelente
relación carga transportada/energía consumida reduce considerablemente las emisiones de dióxido de carbono
y de otros contaminantes atmosféricos en relación al transporte de la misma carga por carretera o por otros
medios. Esta forma de transporte origina 33% menos contaminación atmosférica que el ferroviario y 373%
menos que el que se hace por carreteras. También se informa que después de años de monitoreo en el río
Alto Mississippi, se constató que el nivel de contaminación de las aguas originado por derrames de este tipo
de embarcaciones es insignificante frente a otras fuentes de contaminación del río. Además, es relativamente
silencioso y, exceptuando las instalaciones portuarias, no ocupa el suelo. Finalmente, si está bien organizado
ofrece mucho menos riesgos de accidentes que el transporte terrestre.
Sus principales inconvenientes ambientales, que de no ser correctamente enfrentados pueden implicar
costos elevados, son las alteraciones que su construcción, uso y mantenimiento provocan en el ambiente
físico y biótico de los ríos. Estas son más intensas cuanto menor sea el caudal del río afectado y cuanto mayor
sean las modificaciones hechas y mayor el tránsito de embarcaciones. Eventos inesperados, como derrames
de substancias contaminantes, son muchísimo más serias en los ríos que en ambientes marinos debido al
confinamiento del agua, a la corriente del río y a la existencia de riberas siempre próximas, con vegetación, fauna
y población humana. En condiciones amazónicas, esos problemas se agudizan y complican más que en ríos de
regiones templadas o frías.
Como se ha visto en la Parte I, el inmenso sistema fluvial en el departamento de Loreto está muy poco y muy mal
explotado para el transporte y aunque casi toda la carga y casi todos los pasajeros se movilizan por ese medio,
eso es más por falta de alternativas que, como debería ser, por sus ventajas comparativas. En la actualidad se trata
de una navegación lenta, relativamente peligrosa y, ciertamente, muy desordenada y por eso, hasta cierto punto,
cara. Por tal razón, el gobierno nacional viene considerando varios proyectos.
Fueron realizados estudio de navegabilidad en el río Marañón y Amazonas (en el tramo Saramiriza-Santa Rosa,
frontera con Brasil) y en el río Napo (tramo Cabo Pantoja- confluencia río Amazonas). También existe desde
2006 un perfil para la adquisición de una draga fluvial para mejoramiento y mantenimiento “de hidrovías”. Los
resultados señalan la elección de una draga de succión y corte que permita realizar los trabajos con mayor
eficiencia. La fabricación de la draga es a pedido, en función de las necesidades requeridas, con un costo
estimado de inversión de 26 millones de Nuevos Soles en 2009.
A ello se suma que el BID ha aprobado en 2010 una cooperación técnica (por un valor total de US$1.062.500) para
financiar la preparación de un Plan de Desarrollo Hidrovial (PDHP) y de una evaluación ambiental estratégica del
mismo69, incluyendo en este proyecto varias de las hidrovías peruanas, que suman 4.081 km. En el cuadro 62 se
muestran las hidrovías de Loreto cuya construcción ha sido propuesta por el MTC y que están siendo estudiadas
con recursos del BID.
En 2006, el MTC culminó la elaboración del perfil de proyecto “Mejoramiento y ampliación del Terminal Portuario
de Yurimaguas”. La alternativa seleccionada consiste en la ampliación de las estructuras de tierra y río en su
ubicación actual, incrementando las áreas para el desarrollo de almacenes. Asimismo, se ha previsto dotar al
terminal con una faja transportadora para llevar la carga de tierra al muelle y viceversa. La inversión estimada,
en ese momento, ascendía a casi 30 millones de Nuevos Soles. Data de ese año también un estudio de pre-
factibilidad del Embarcadero Fluvial de Caballococha.
A pesar del manifiesto interés por mejorar la navegación fluvial, preciso es reconocer que a la fecha poco o nada
de las propuestas mencionadas, entre otras, se han plasmado. El tráfico fluvial en el Amazonas, entre Iquitos y
la frontera (Santa Rosa) continúa, como antes, esencialmente limitado a embarcaciones de 200 a 300 TM de
carga y a unos 180 pasajeros en promedio, es decir muy poco. El tráfico que usa el río Ucayali, desde Pucallpa,
es más voluminoso y también hay un crecimiento considerable del tráfico que baja de Yurimaguas. Un estudio
sobre costos del flete fluvial para productos locales hasta Iquitos revela que este depende esencial pero no
únicamente de la distancia. En efecto, hay ríos en que el flete es mucho más caro que en otros. El menor valor
corresponde al río Marañón y el mayor, al río Ucayali (Álvarez y Ríos, 2009). Aunque cada vez más se usan los ríos
para transporte de petróleo y sus derivados, además del aún incipiente tránsito internacional, definitivamente la
capacidad de la navegación fluvial está completamente sub-aprovechada.
Hay, básicamente, dos tipos de hidrovías: (i) las que adaptan el río a las embarcaciones, canalizándolo, inclusive
con esclusas si son necesarias, como en el viejo mundo, o (ii) adaptando las embarcaciones al río, haciendo pocas
modificaciones en este, como mínimo instalando señalización diurna y nocturna. Entre ambas opciones existe,
69 http://www.iadb.org/projects/project.cfm?id=PE-T1040&lang=en
En relación a los impactos potenciales de las hidrovías, es preciso tener en cuenta que los grandes ríos de la
Amazonía no son como los del viejo continente. Su primera y más importante diferencia es su extraordinaria
riqueza biológica, varias veces mayor en diversidad de especies y endemismos (Goulding, 1980). Por eso, el
conocimiento (taxonómico y de ciclos vitales) sobre los peces amazónicos y otros elementos de la biota fluvial
es una condición previa a las decisiones sobre hidrovías, lo que es aún más importante por existir en la región
numerosas especies amenazadas o raras70. A eso se suma la existencia de especies aún desconocidas para
la ciencia71. De otra parte, los ríos amazónicos literalmente “caminan” (Kalliola et al., 1987) o sea que cambian
continuamente de curso. Además, sus cambios de curso se incrementan cada año a consecuencia del aumento
del volumen de los sedimentos, provocado por la deforestación creciente de las cuencas colectoras que, a su
vez, están influenciadas por el cambio climático (Salati y Vose, 1984).
© P. Puertas / WCS
En el caso de la Amazonía, el tema ambiental crucial es el de la eventual rectificación de los meandros del río para
acortar distancias. La tentación de rectificar los meandros va a ser enorme, pues aceptarlos implica viajes mucho
más largos y, consecuentemente, más costosos. Si en el proyecto se contempla la rectificación de meandros,
los impactos hídricos y ambientales pueden ser enormes, pues en los lagos costeros (“cochas” o brazos de río
abandonados por el río principal) es donde se regeneran o reproducen los recursos hidrobiológicos, al igual que
70 Investigadores de las universidades de Nueva York y Wisconsin concluyeron que el 65% de la biodiversidad de los ríos está amenazada
y que la situación del Perú era peor que la de la Amazonía brasileña.
71 Recientemente se descubrió una nueva especie de pez que se alimenta de madera en los ríos amazónicos.
Pero, el impacto ambiental de las hidrovías también varía considerablemente con el calado, la forma y la
velocidad de las embarcaciones, y con su composición, en el caso de usar convoyes y remolcadores. Definir el
tipo de embarcaciones que usarán esas vías es esencial, pues el ancho del canal y su profundidad dependen
de eso. Convoyes de chatas motorizadas por remolcadores no requieren mucha profundidad pero sí una
anchura mayor. En cambio, barcos grandes de carga líquida (petroleros y otros buques cisterna) o de carga seca
(graneleros, frigoríficos, contenedores, etc.) requieren canales más profundos. Si se pretende que la navegación
sea para todos esos tipos de embarcaciones simultáneamente, el impacto será múltiple y máximo.
Los accidentes con embarcaciones que transportan substancias toxicas en ríos pueden ocasionar, en un solo
evento, perjuicios irreparables y hasta definitivos para el caso de algunas especies. Hasta accidentes pequeños,
como los que han sido frecuentemente documentados en el río Marañón, pueden tener consecuencias severas.
Pero, si eso ocurre con un petrolero grande, las implicaciones serían comparativamente mayores que la reciente
crisis en el Golfo de México, pues la diversidad biológica de la Amazonía es centenares de veces mayor. Por eso
el tema de la seguridad de la navegación y las precauciones para evitar o eliminar la posibilidad de accidentes
masivos con substancias tóxicas debe ser punto esencial de los estudios.
Se trata pues de establecer un equilibrio adecuado y aceptable entre las ventajas económicas y ambientales
del transporte fluvial y los aspectos ambientales asociados al mismo, pero igualmente medidos en términos de
costos. El resultado, dependiendo del énfasis, puede significar una hidrovía “ecológica” o una hidrovía con serias
secuelas ambientales.
A la fecha, en espera de decisiones del gobierno nacional basadas en los estudios financiados por el BID,
entre otros, no se tiene realmente una noción precisa de qué se hará en materia de hidrovías en la década
subsiguiente. La única indicación es la del GOREL/MTC (2005) que sugiere la inversión prioritaria de US$3,2
millones en el dragado y señalización del río Huallaga (US$1,8 millones) y del Marañón debajo de Saramiriza
(US$1.1 millones) y el mejoramiento de canales fluviales. Pero el mismo Plan también prevé, para el lapso 2006
a 2015, el dragado y señalización de 7 tramos que además de los mencionados incluye Requena y Contamana y
los ríos Napo, Putumayo y Tigre, con una inversión total de US$27 millones de dólares, de los que US$4,7 millones
corresponderían al primer año de ejecución.
No se sabe cuánto de este Plan ha sido realmente aplicado. Pero, es muy probable que hasta 2021 se produzcan
algunas mejoras, por lo menos en los trechos fluviales Yurimaguas-Iquitos, Saramiriza-Río Amazonas y,
probablemente, en el trecho Pucallpa-Río Amazonas, que son los principales. Sin embargo, esa inversión parece
que será muchas veces inferior a las necesidades. En realidad, todo indica que el gobierno nacional, tanto como
el regional, está poniendo todo el énfasis en las conexiones terrestres.
Después de las hidrovías, las ferrovías son las opciones de transporte más económicas y también las menos agresivas
para el ambiente, especialmente en países tropicales. A pesar de que en su fase de construcción e implantación
son más caras que las carreteras, ellas son un buen negocio en el mediano y largo plazo, razón por la cual tienen
muchos defensores y han sido propuestas como alternativa principal para romper el aislamiento de Iquitos y de
Loreto en general.
La propuesta más conocida de ferrovías, aunque solo con incidencia indirecta en Loreto, es el Ferrocarril
Transcontinental Perú (FETAB), declarado de necesidad pública y de interés nacional en 2008 y que debe unir
Bayóvar, en Piura, con Brasil (Cruzeiro do Sul, Acre) pasando por San Martín72. Su costo total fue estimado en
US$10.000 millones de los que aparentemente US$3.200 corresponderían a la parte peruana73. También existe
formalmente desde 2008 una propuesta de un ferrocarril loretano que uniría Yurimaguas con Iquitos y que
tendría un empalme en la primera ciudad con el FETAB, uniendo Loreto a la Costa del Perú y al sistema ferroviario
brasileño. La ferrovía Yurimaguas-Iquitos dispone asimismo de una ley de 2008 que la declara de necesidad
pública y de interés nacional. Loreto ha propuesto otros tres proyectos de ferrovía: (i) el primero, continuando
el anterior, uniría Iquitos con Estrecho, en la frontera con Colombia; (ii) el segundo, uniría Yurimaguas con
Contamana y Pucallpa y (iii) el tercero sería un desvío desde el cruce Río Marañón hasta Saramiriza (GOREL, 2001,
2012).
Es importante destacar que las propuestas de ferrocarriles del GOREL sustituyen casi en su totalidad a las
propuestas de carreteras de ese mismo gobierno. En efecto, cubren los mismos ejes que las principales carreteras
antes descritas, desde Saramiriza o Yurimaguas hasta Iquitos y El Estrecho, y de Yurimaguas al valle del Ucayali
(Contamana), hasta Pucallpa.
La ferrovía Yurimaguas-Iquitos tiene varias versiones. De las dos versiones que más circulan, la primera tendría
576 km y su trazado anunciado es esencialmente paralelo a los ríos Huallaga, Marañón y Amazonas, cruzando
muchos humedales. La segunda y más reciente sería mucho más larga pues contornearía los humedales
pasando al norte de los mismos. A la fecha no existe una definición oficial sobre el tema. Por eso, aquí se
discuten ambas.
En la ruta habría cuatro estaciones principales y unas quince intermedias, a ser localizadas en “los poblados
indígenas”. Se estima que el tren transitaría a una velocidad promedio de 80 km/hora lo que, según las
autoridades, “permitirá que la ruta Iquitos-Yurimaguas y viceversa se realice en unas siete horas, beneficiando
principalmente a los comerciantes que llevan sus productos y que suelen viajar cuatro días a través de los ríos”.
Entre sus beneficiarios anunciados también están más de 500.000 habitantes de Loreto y una oferta de empleo
temporal por un valor de 20% del costo total de la obra.
La otra propuesta que, según se afirma sería la ruta más viable para la ferrovía, habría sido elaborada en los años
1980. Ella, a partir de Iquitos, se dirigiría al norte por el Nanay y luego bajaría hacia Yurimaguas contorneando
los humedales por el norte y el oeste. La Dessau propuso esa ruta que implicaba más de 150 km adicionales,
además de una ampliación del contrato, pero en aquel momento el GOREL no habría aceptado ese cambio, el
que actualmente sí es materia del estudio en curso.
Esta obra, en sus dos versiones, ha levantado muchas dudas e inquietudes plasmadas en innúmeras publicaciones
en los diarios de Iquitos y de Lima74. La primera se refiere al costo. Cabe dudar, en efecto, que el proyecto
cueste apenas alrededor de US$860 millones, es decir solo US$1,72 millones/km lo que está por debajo de
cualquier referente comparable. Menos aun en condiciones tan adversas como una selva pantanosa sin vías de
comunicación. Es pues de esperar que el costo real sea muchísimo mayor. Al parecer, el costo mencionado no
incluye los puentes, de los que algunos serían enormes, como el que debe pasar sobre el río Marañón para llegar
a Yurimaguas. La segunda inquietud, que no tiene respuesta por el momento, es su justificación económica
74 http://infraestructuraperuana.blogspot.com.br/; http://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/peru-construccion-de-
ferrocarril-iquitos-yurimaguas-se-iniciara-en-2013; http://www.slideshare.net/LuisNassif/manoel-reis; http://www.cbtu.gov.br/
monografia/2009/ trabalhos/artigos/gestao/4_276_AC.pdf;
De las otras tres obras, la que estaría más avanzada, por lo menos en términos políticos, es la que uniría Iquitos
con El Estrecho, a través de 140 km que el GOREL viene presentando como una decisión. Se desconoce el nivel
de los estudios para esta obra que, aún más que la anterior, ha levantado cuestionamientos y hasta protestas75.
La principal razón es que, simultáneamente, estaría también decidido a construir, con el mismo objetivo, una
carretera que ya tiene una trocha abierta y estudios adelantados. Para complicar la situación, el Presidente
Humala, en una visita a El Estrecho (2011), ratificó su apoyo a la construcción de la carretera.
Pero, tanto para ferrovía como para carretera subsiste la pregunta ¿qué se transportará de Iquitos a El Estrecho o
de El Estrecho a Iquitos? En efecto, como en el caso anterior, surge la duda sobre la viabilidad económica de esta
obra. El Estrecho no es más que un pequeño poblado en el valle del Putumayo, que tiene del lado peruano una
población muy limitada y del lado colombiano no hay ninguna carretera que permita justificarla como conexión
internacional. La única motivación existente para esta ferrovía (o carretera) es de tipo social, ya que los peruanos
del Putumayo, para acceder a Iquitos, prácticamente deben cruzar por dos países. Eso, en teoría, podría resolverse
fácilmente mediante un servicio de aviación, tipo “cívico”, como existió en el pasado en muchos lugares de la Selva.
Las otras dos propuestas de ferrovías son apenas ideas que, por el momento, no tienen ningún sustento
adicional, salvo el hecho de haber sido mencionadas en documentos del GOREL (2012). De cualquier modo,
ellas dependen de la realización de la ferrovía Yurimaguas-Iquitos para tener alguna viabilidad.
Sobre este punto, conviene señalar otra consideración importante: las ferrovías de Loreto no fueron siquiera
mencionadas como posibilidades en el Plan Vial Departamental Participativo de Loreto 2006-2015 (GOREL/MTC,
2005). Tampoco figuran en el Provías Descentralizado de Loreto 2009 (MTC, 2009). Igualmente, ese tema no
aparece, por lo menos en forma expresa, en el Plan de Desarrollo Regional Concertado 2008-2021 (actualizado).
Es más, estas obras no están, hasta el presente, incluidas en los listados de proyectos del SNIP. Pareciera que estas
propuestas surgieron de la nada en 2008 y que ese mismo año la principal de ellas, la ferrovía Yurimaguas-Iquitos,
consiguió inclusive una ley declarándola de necesidad pública e interés nacional. Recién aparece en algunos
documentos del MTC a partir de 2011.
75 http://diariolaregion.com/web/2011/11/05/las-grandes-obras-para-la-region-las-debe-hacer-el-gobierno-central/ http://
diariolaregion.com/web/2011/10/18/es-una-distorsion-decir-que-se-haga-un-tren-de-iquitos-a-el-estrecho-cuando-el-proyecto-
de-la-carretera-esta-a-punto-de-concluir/;http://diariolaregion.com/web/2011/08/02/este-nuevo-regimen-debe-dar-marcha-atras-
a-una-iniciativa-apresurada-que-tomo-el-gobierno-saliente/;http://diariolaregion.com/web/2011/06/28/conectividad-ferrocarriles-
hidroelectrica-de-mazan-interconexion-y-mas-inversion-en-educacion-y-salud/; http://diariolaregion.com/web/2011/05/10/
la-carretera-es-mas-que-necesaria-es-imprescindible-de-lo-contrario-nunca-habra-futuro-o-desarrollo-en-el-putumayo/;http://
diariolaregion.com/web/2011/05/10/unos-quieren-la-carretera-iquitos-el-estrecho-y-otros-quieren-tren-en-vez-de-carretera/
En términos ambientales, en cambio, no hay duda que las ferrovías son ventajosas si se comparan con las carreteras
aunque, como se verá, mucho de su impacto dependerá de lo que se haga a partir de las estaciones a las que
servirá. En la fase de construcción, el impacto ambiental de las ferrovías es similar al que provoca construir una
carretera. Muchas veces implica la construcción de una carretera provisoria paralela para transporte de material
pero, evidentemente, eso puede ser obviado usando la misma trocha que llevará los rieles. Los impactos directos
de la obra dependerán, como siempre, de la responsabilidad y cuidado que se apliquen en el terreno.
Entre las ventajas de la operación de las ferrovías deben mencionarse: (i) la eficiencia energética que es mucho
mayor que usando camiones y automóviles; (ii) la reducción o eliminación total de emisiones de gases de efecto
invernadero, es decir de contaminación del aire, si se usa energía eléctrica, lo que sería el caso a partir de la
Central Hidroeléctrica del Mazán; (iii) eliminación de la contaminación ocasionada por el desgaste del asfalto
y de los neumáticos; (iv) reducción demostradamente grande del número y frecuencia de accidentes y de
contaminación por causa de ellos, y (v) posibilidad de control eficiente de las personas y mercancías que se
trasladan, lo que es casi imposible en una carretera.
La mayor ventaja que se atribuye a las ferrovías en países donde la legislación no es respetada, es dificultar el
acceso a la tierra y a los recursos. En efecto, el tren solamente se detiene, descarga y recibe pasajeros y carga en
estaciones predeterminadas y equipadas. Las carreteras, en cambio, posibilitan la ocupación legal e ilegal de
la tierra, así como la extracción de madera, de otros productos del bosque y de la caza en cualquier lugar a lo
largo de todo su recorrido. Todas las carreteras construidas en la Amazonía, sin excepción, han causado graves
problemas ambientales por la deforestación descontrolada en suelos con vocación forestal o de protección, y la
invasión de traficantes de tierras y de recursos naturales, entre otros problemas. Los asentamientos humanos, en
el caso de ferrovías que pasen por tierras nuevas, se inician donde se hacen estaciones, es decir respondiendo
a algún tipo de planeamiento. En cambio, en las carreteras se producen según el capricho de los que llegan
primero e instalan, por ejemplo, un puesto de combustible y un restaurante o, a partir de alguna otra especulación
económica y en el cruce de ríos o de caminos. Dicho de otro modo, las ferrovías pueden ser mucho menos
destructivas para los bosques y el ambiente de Loreto si se cumplen algunos requisitos: (i) si las estaciones se
construyen donde los suelos de las tierras próximas tienen capacidad de uso agropecuario; (ii) si a partir de las
estaciones, se permite únicamente la construcción de carreteras que dan acceso a tierras con suelos con esa
aptitud, y (iii) si el número de estaciones entre Yurimaguas e Iquitos es el mínimo posible.
De cualquier modo, a pesar de depender de cómo se construya y utilice la ferrovía y de cómo se administre el
uso de la tierra a partir de las estaciones, su impacto ambiental en condiciones de Loreto sería mucho menor, de
El Ministro de Transportes y Comunicaciones ha anunciado, durante la III Cumbre Empresarial ASPA, que el
Estado invertirá US$87 millones de dólares en la Amazonía para desarrollar el sistema hidrovial en los ríos Ucayali,
Huallaga, Marañón y Amazonas en el marco de una inversión total planificada para el periodo 2012-2016 por un
monto de US$15.976 millones de dólares en infraestructura vial, ferroviaria, hidroviaria, aeroportuaria, portuaria
y en comunicaciones. Este anuncio es otro de aquellos que no se relaciona con ningún plan conocido a nivel
del MTC o del GOREL y que añade confusión a las incertidumbres ya existentes. Obviamente, se desconoce
información más precisa del presupuesto planificado para Loreto76.
La construcción de carreteras continuará como hasta el presente, es decir por trechos pequeños año a año
pero apuntando claramente a las grandes conexiones ya mencionadas. La intensidad de las construcciones va a
depender de la decisión que se tome sobre la ferrovía pero, aunque esa se haga, las carreteras continuarán siendo
construidas. Está demostrado, en muchos países, que ferrovías y carreteras pueden coexistir económicamente.
Eso no corresponde, a priori, a la realidad de Loreto, pero no deja de ser un argumento para los que favorecen
las carreteras. Puede asumirse, pues, en el marco de un escenario tendencial, que si el proyecto del ferrocarril
es descartado o postergado, en 2021 Iquitos ya estará unido por carretera (la denominada LO 104) al resto
del país por el norte, pasando cerca de Intuto y Andoas, llegando a la Costa a través de Saramiriza (LO 100) y
Otras muchas carreteras continuarán avanzando formal o informalmente, empujadas principalmente por los
intereses madereros locales o por los grupos empresariales que desean implementar proyectos agroindustriales.
Las carreteras petroleras también son poco previsibles, pues dependen de encontrar petróleo en los lotes
concedidos y en aquellos por conceder.
Como se ha visto, es pues probable que algo más de 1.300 km de carreteras nuevas sean construidas durante la
próxima década y que Loreto, finalmente, estará comunicado por vía terrestre al resto del Perú. Puede parecer
mucho kilometraje para apenas una década, pero es mucho menos que lo propuesto y, al final, su realización
va a depender, esencialmente, de si se encuentra más petróleo en Loreto, que debería ser su principal base
financiera, tanto para obtener préstamos como para la contrapartida.
La cuestión de las hidrovías no queda clara. Sin duda van a mejorar, quizá con unos trechos periódicamente
dragados, con señalización y con puertos mejorados. Pero, es evidente que a pesar de su tremendo potencial
para el transporte de cargas y pasajeros y sus ventajas económicas y ambientales, este medio de transporte no
tiene el apoyo político de nivel nacional o regional que permitiría que se transforme en el principal de Loreto de
2021. Al contrario, los planes viales y ferroviarios acaparan la atención y los presupuestos.
La industria petrolera concentra, sin duda, el mayor volumen de incertidumbre sobre el futuro loretano. Puede
pasar cualquier cosa en materia de hallazgos y, por la extensión y dispersión de los lotes petroleros, realmente
puede pasar en cualquier lugar. Lamentablemente, la explotación de petróleo o gas ocasiona inevitablemente
una conmoción social y ambiental donde se lleva a cabo y es muy difícil pensar en el futuro de una región sin
saber qué es lo que va a ocurrir con ese sector. Si se toma, por ejemplo, el tema de las carreteras, sea lo que fuere
lo que se halla planificado puede cambiar sustancialmente si un hallazgo petrolero justifica la construcción de
otras carreteras, obligando a revisar decisiones ya tomadas. Otro de los impactos ya evidentes de esta situación
es la obstaculización del establecimiento de nuevas áreas naturales protegidas de uso indirecto, a las que el
MINEM se opone con vehemencia para proteger la explotación de eventuales hallazgos de hidrocarburos. Esto
implica claramente el sacrificio del futuro por una posibilidad que, de concretarse, es de cualquier modo efímera.
Como se ha visto en la Parte I, actualmente hay 30 lotes en Loreto (4 en explotación, 23 en exploración); asimismo,
existen 17 nuevos lotes que se licitarán en los próximos meses (ver mapa 10). La marcha de los trabajos de
exploración es un secreto bien guardado por las empresas, haciendo muy difícil pronosticar qué lotes pasarán de
contratos de exploración a otros de explotación en el plazo de una década. Siendo así, es difícil hacer pronósticos
que, sin embargo, son muy importantes para el futuro de la Región. En efecto, de lo que ocurra en el sector
petrolero depende: (i) el monto de recursos procedentes del canon. del que a su vez dependen numerosas
obras importantes para la Región; (ii) la dimensión y localización de las carreteras y otras infraestructuras de
transporte, necesarias para la explotación, y que serán construidas por las empresas petroleras; (iii) la eventual
construcción de oleoductos o gaseoductos; (iv) los impactos ambientales que se producirán por las acciones
y obras mencionadas, y (v) los conflictos que esa industria extractiva creará directa e indirectamente con las
poblaciones indígenas y otras.
Pero, el caso que por ahora es más polémico en Loreto es el de los lotes 123 y 129 de Burlington Resources Perú
Ltd., Sucursal Peruana77 (filial de propiedad de ConocoPhillips) que se asientan dentro del Área de Conservación
Regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira, cerca de Iquitos. La Conoco Phillips, que viene operando desde hace
18 meses en el Lote 129 superpuesto a las cabeceras de las cuencas de los ríos Nanay, Pintuyacu, Chambira y
Mazán, está haciendo exploración sísmica. Ya habría trabajado al nivel 2D sobre 778 km, en 22 líneas sísmicas, en
las que se habrían efectuado 15.560 detonaciones (una cada 50 metros). La empresa ya ha solicitado aprobación
para perforar 18 pozos exploratorios que funcionarían desde 6 plataformas en el Lote 129.
El caso de la concesión del Lote 129 es particularmente criticado pues en 2003 el GOREL, mediante Ordenanza
Regional declaró la cuenca del río Nanay como zona de exclusión para actividades de extracción minera en el lecho
del río (fueron prohibidas las actividades de dragas) y para aquellas que alteren la cobertura vegetal y, más tarde,
en 2008 declaró de interés público regional la protección de las cabeceras de cuenca de los ríos Nanay, Mazán y
Arabela, promoviendo asimismo el establecimiento de la mencionada Área de Conservación Regional Alto Nanay-
Pintuyacu-Chambira, que tiene como uno de sus objetivos asegurar la buena calidad y aprovisionamiento de agua
de la población local y de la ciudad Iquitos, dado que esta depende casi exclusivamente del río Nanay para la
obtención del agua para consumo humano.
Pero, en conclusión, fuera de lo ya mencionado para los lotes en fase de explotación o en los que ya se encontró
petróleo, es decir los lotes 1AB, 8, 31BD, 67, 39, es muy difícil predecir lo que ocurrirá. De cualquier modo, es
obviamente muy probable que las inversiones en exploración en curso terminen dando varios resultados
positivos, por lo que incuestionablemente el área bajo explotación petrolera habrá aumentado en 2021.
Loreto, como es bien sabido, ya ha sufrido mucho con la actividad petrolera de los años 1970 a 1990. Numerosos
estudios y publicaciones (Ossio, 1979; Gaviria, 1991; Martínez et al., 2007; Thomsen et al., 2001; Chirif, 2007, 2009;
2008; Correa et al., 2009; Gómez, 2009; Finer et al., 2008; Stoll, 2011; Hance, 2011) han reseñado esos problemas
que continúan hasta la actualidad y que, además, se han producido asimismo en la cuenca del Napo, en Ecuador,
con consecuencias para Loreto. La historia de la Repsol en territorio boliviano, que entre otras empresas también
actúa en Loreto, está igualmente repleta de desastres socioambientales (Gavalda, 1999).
Los impactos ambientales relacionados a los hidrocarburos deben analizarse en función de sus cinco fases: (i)
exploración, (ii) explotación o producción, (iii) transporte, (iv) distribución y (v) abandono. Las que más importan
en condiciones de Loreto son las tres primeras y la quinta. Sus impactos son, obviamente, tanto ambientales
como sociales y en ambos casos directos e indirectos. Los impactos de tipo ambiental pertenecen a tres
grandes grupos: (i) contaminación ambiental, especialmente de suelos y aguas, (ii) deforestación y (iii) disturbios
Aguas residuales, derrames y fugas introducen al ecosistema una gran diversidad de sustancias muy tóxicas, tales
como cromo, selenio, mercurio, plomo, manganeso, entre otros, así como conocidos carcinógenos como tolueno y
benceno, que envenenan el fitoplancton, pasando luego por la cadena trófica hasta los peces mayores consumidos
por la población. Las aguas saladas o con temperatura elevada crean importantes gradientes en las aguas que
alteran drásticamente la movilidad de los peces y su acceso a los nichos. Y, obviamente, los crudos derramados
eliminan la vida bajo ellos. Además, la contaminación en todas sus formas impacta directa e indirectamente en
la población local, que puede encontrarse con que sus suelos aptos para la agricultura están envenenados, su
agua convertida en impropia para uso doméstico y, asimismo, sin pescado, que es la fuente principal de alimento
proteico en esa región.
CUADRO 64. Algunas de las menciones en la prensa de problemas socio-ambientales referidas a Pluspetrol Norte
9 de octubre Derrame…
2004
11 de noviembre The right to food of 75 families…
17 de agosto Indígenas en busca de justicia…
2006 6 de noviembre Achuar indians win a battle…
04 de diciembre Washington-based NGOs alert Peru
17 de julio Conflicto con los Achuar…
2007
19 de julio FECONACO demanda…
21 de marzo Nativos ocupan instalaciones…
24 de marzo BBC: Peru tribe fight…
2008
22 de agosto 8 embarcaciones fueron bloqueadas
4 de noviembre Conflicto con los Achuar…
4 de junio Operaciones paralizadas por huelga de nativos…
2009
13 de julio Conflicto con los Achuar…
30 de enero Indígenas procesarán…
3/4/5 de julio Derrame…
26 de julio Alimentos contaminados…
29/30 de setiembre Derrame…
2010 22/26 de octubre 5,000 nativos toman…
11/15 de diciembre Empresa hostiga a Cocamas…
23 de diciembre Comunidad de Loreto exige indemnización…
25 de diciembre Indígenas toman Boca Copal…
27 de diciembre Derrame…
26 de abril Informe de 90 derrames…
2011
2 de agosto Pluspetrol paralizó producción…
Los derrames accidentales, muchas veces producidos en los oleoductos o en el transporte fluvial (cuadro 64)
también son importantes, aunque menos que los antes mencionados y se deben esencialmente a descuidos.
La intensificación del tránsito fluvial en los ríos amazónicos, incluido el de grandes barcazas para transporte de
petróleo y carga para abastecimiento, es fuente de otros problemas. Ese tráfico es otro factor de grave alteración
de los ecosistemas acuáticos, sin mencionar el desbarrancado de las riberas, los movimientos de bancos de
arena y los derrames de combustible, además de residuos de todo tipo. La disminución de la pesca disponible
en los ríos afectados es notable. Si el acceso a los lotes petroleros es por vía terrestre, el impacto es gravísimo,
asimilándose en ese caso al de cualquier carretera, especialmente cuando se conectan a la red vial departamental.
La construcción y operación de oleoductos y gaseoductos es un tema aparte, pues además de los riesgos de
contaminación por accidentes, que son casi inevitables, sin mencionar la acción de delincuentes o terroristas, los
ductos provocan, ellos sí, niveles de deforestación mucho más significativos. Peor aún es el hecho de que esos
ductos, para ser construidos y mantenidos, suelen disponer de carreteras paralelas que implican invasiones y
graves procesos de deforestación.
La exploración y explotación de hidrocarburos abarca áreas muy extensas pero con una intensidad relativamente
baja. Por eso, aunque a veces se propala lo contrario, su impacto como agente de deforestación es limitado. En
teoría, cada línea sísmica es una trocha de apenas 1,5 m de ancho, abierta por brigadas de 12 a 15 operarios,
en las que se respetan los árboles de más de 20 cm de diámetro, entre otras precauciones anunciadas en
los estudios de impacto ambiental. Aunque a eso hay que sumar otras áreas deforestadas como las que se
necesitan para construir campamentos, plataformas, helipuertos o aeropuertos, así como trochas de acceso y
aprovisionamiento, en realidad, la deforestación ocasionada por la exploración de petróleo es poco significativa.
La fase de explotación probablemente triplique ese impacto en los lotes en que ocurra, con el añadido de ser
duradero. Pero, aun considerando eso, toda la deforestación acumulada durante décadas por la exploración y
explotación de hidrocarburos es mucho menor a la ocasionada en un solo año por la expansión agropecuaria
legal e ilegal.
Aunque es difícil separarlos, pues los impactos ambientales son causa frecuente de los sociales, estos suelen
ser más graves, especialmente los creados por la superposición de lotes para hidrocarburos sobre territorios
de comunidades nativas y de poblaciones indígenas en aislamiento voluntario (Martínez et al., 2007; Gamboa,
2009). Prácticamente todos los lotes petroleros se superponen a alguna comunidad nativa o reserva territorial
para indígenas en aislamiento voluntario. Otros, claro, se superponen a tierras en posesión de agricultores legal o
ilegalmente asentados, pero en cualquier caso con algún derecho sobre las mismas. Gran parte de los conflictos
surgen de tres hechos: (i) la falta de consulta previa libre e informada a los que viven sobre y de la tierra que
será afectada; (ii) los impactos sociales y ambientales que esa ocupación de sus tierras trae para ellos, y (iii) el
trato despectivo, o cuando menos descuidado, que los afectados sienten de parte de las empresas y la falta de
soluciones satisfactorias a muchos de sus reclamos. El primer tema es crucial. Como recientemente expresó
algún dirigente Achuar, los que en las ciudades construyen edificios están obligados a avisar y consultar a los
vecinos. Pero cuando una empresa llega a sus tierras ancestrales con proyectos que van a trastornar para siempre
sus estilos de vida y su ambiente natural, nadie siquiera les avisa que van a llegar, mucho menos se les pregunta
si están de acuerdo. Esa fue la realidad de las primeras operaciones petroleras en la Selva, especialmente las
que se desarrollaron en Loreto en los años 1970. Es solo recientemente que la figura de las compensaciones y
las indemnizaciones han aparecido en las negociaciones. También, aunque es verdad que el canon petrolero
existe hace tiempo, sus beneficios apenas llegaban a las ciudades o servían a los que no eran indígenas pero no
a ellos mismos, que sufrían directamente los impactos negativos de la explotación. Hay que reconocer que los
procesos de participación ciudadana han mejorado paulatinamente; sin embargo, aún es necesario fortalecer
estos procesos, sobre todo en cuanto a los mecanismos efectivos de información y comunicación a la población,
y es necesario implementar los procesos de consulta previa informada según el Convenio 169 de la OIT y la
legislación nacional vigente.
Una actualización del trabajo de Gamboa (2009) revela que en Loreto hay numerosos lotes superpuestos sobre
áreas protegidas nacionales de las categorías zonas reservadas, reservas nacionales y a un área de conservación
regional. En total, hay 2,4 millones de hectáreas de las áreas protegidas (40% de las mismas, sin incluir zonas
reservadas) con lotes petroleros superpuestos. También hay varios lotes petroleros en áreas de amortiguamiento,
abarcando 1,5 millones de hectáreas. La existencia de los lotes petroleros sobre áreas de uso directo es legal pero
muy inconveniente y, además, las pretensiones petroleras expresadas en concesiones de exploración son el
principal obstáculo a la creación de las áreas protegidas que faltan en Loreto para completar la representatividad
ecológica del sistema.
Peor es el hecho de que numerosos lotes para hidrocarburos se superponen a 2,2 millones de hectáreas de
comunidades nativas y que 1,8 millones de hectáreas concedidas para exploración amenazarían directamente
a grupos indígenas en aislamiento voluntario incluidos en reservas territoriales. La superposición afecta al
55% del territorio de las comunidades nativas ya tituladas y su extensión aumentará en la medida en que
se titulen las comunidades faltantes. Esta situación crea un enorme potencial para conflictos sociales de
toda índole.
Nacionales 1.567.900
Áreas naturales
Regionales 813.300
protegidas
Zonas de amortiguamiento 1.455.000
Nota: Las comunidades y las reservas territoriales pueden sobreponerse las unas a las otras y también con algunas áreas protegidas.
Fuente: Gamboa (2009)
Además de las obvias ventajas y beneficios para el Perú que se derivan de la explotación de hidrocarburos,
no hay evidencia de que esos atributos sean extensivos a las poblaciones locales directamente afectadas.
En efecto, aunque muchas empresas petroleras ofrecen empleos durante la fase de exploración (“trocheros”
y “materos”, entre otros servidores) y durante la construcción, apenas terminadas estas, la inmensa mayoría
de estos obreros deben buscar nuevos empleos que no existen.
Por lo general, ellos no vuelven a sus aldeas y se concentran, como ocurrió en gran escala en los años 1970
y 1980, en las ciudades formando barrios marginales en base a invasiones de tierras públicas. Las empresas
también generan regalías considerables que son usadas por los gobiernos locales o regionales pero que, con
demasiada frecuencia, son mal aplicadas o inclusive, desviadas. De cualquier modo, como se ha dicho, esos
beneficios son mayormente destinados a las áreas urbanas, donde se concentran los votantes y raramente
alcanzan a las poblaciones rurales y mucho menos a las comunidades nativas o campesinas. Las empresas
suelen prestar apoyo alimentario y en salud que puede ser importante para los pobladores locales. Sin
embargo, el apoyo alimentario generalmente provoca cambios indeseables en la dieta y altera hábitos de
caza, pesca y de agricultura de subsistencia de la población, que espera las provisiones periódicas y deja de
desarrollar con normalidad sus actividades, lo cual es insostenible en el tiempo.
En 2006, después de una larga ocupación de las instalaciones de Pluspetrol, la FECONACO consiguió un
acuerdo histórico con la empresa, con el gobierno nacional y con el GOREL. Este acuerdo, conocido como
el Acta de Dorissa, fue firmado en octubre de 2006. Entre varios otros asuntos, determinó que Pluspetrol
reinyectaría el 100% de las aguas de producción. El trato fue plenamente cumplido en lo que corresponde a
la reinyección del agua de formación, pero un informe reciente del MINEM señala que aún hay puntos que no
han sido debidamente implementados y revela algunas otras deficiencias.
Como entre otros lo sintetizó Dammert (2011), cuando se firmó el Acta de Dorissa, los indígenas loretanos
consiguieron, con gran sacrificio, un punto de inflexión en muchos de los impactos ambientales y sociales
mencionados. Dicha Acta, sin duda, se ha convertido en un hito en la historia de las relaciones de las empresas
petroleras con la sociedad loretana. A partir de entonces, el comportamiento cambió y, si la sociedad no se
descuida, es de esperar que en el futuro con esa empresa no se reproduzcan muchos de los peores impactos
anotados, en especial la contaminación al momento de la producción. Evidentemente, siempre habrá
accidentes, aunque es de esperar que su intensidad disminuya.
Finalmente, es necesario comentar que la importante inyección de dinero que el petróleo representa para
Loreto, en la forma de canon o sobrecanon, no es garantía de prosperidad, como ya ha sido mencionado más
de una vez (por ejemplo, Grández, 2012, 2012a). Un estudio reciente en Brasil demostró que 10 municipios de
la costa brasileña que, entre 1996 y 2005, recibieron cuantiosos royalties petroleros, se desarrollaron mucho
menos y a un ritmo más lento que otros que no recibían esa inyección de dinero. Sus poblaciones crecieron
mucho, y por falta de planificación se crearon enormes barriadas (favelas) y la cobertura del saneamiento
urbano cayó en lugar de aumentar. Lo mismo ocurrió con los servicios de salud y educación. También se
incrementó la inseguridad, que en algunas ciudades batió récords nacionales de homicidios y, en todos esos
municipios, hubo escandalosas situaciones de corrupción administrativa y de malgasto (Postali y Nishijima,
2012). Esa descripción corresponde bastante bien a lo que Iquitos ya vivió.
En este momento, Loreto no tiene generación de energía suficiente para garantizar un desarrollo deseable en
el futuro. En realidad, la situación energética del departamento es una de las más críticas del país. El costo por
kilovatio es muy caro y el nivel de interrupciones del servicio de electricidad es uno de los más altos dentro
del sector. Por ejemplo, se dieron 49 interrupciones en el servicio eléctrico apenas durante el primer semestre
de 2010. Eso es consecuencia de la antigüedad de los equipos de generación térmica, del alto costo de su
operación y mantenimiento y de la dificultad de conseguir los repuestos para los mismos.
Aunque tiene cierta lógica considerando que es un departamento productor de hidrocarburos, toda su energía
actual proviene de centrales térmicas convencionales y eso tiene límites. Por eso, mirando al futuro, Loreto puede:
(i) mantener su matriz energética basada en centrales térmicas modernas y eficientes que usen hidrocarburos,
pasando de petróleo a gas si se confirman yacimientos suficientes; (ii) usar asimismo, como parte de la matriz,
energía hídrica de la que hay evidente potencial local o en el vecino departamento de Amazonas, y (iii) combinar
las anteriores o ellas con una interconexión energética nacional. A priori, exceptuando la posibilidad de usar el
Pongo de Manseriche, Loreto no tiene un potencial natural para ser exportador de electricidad al resto del país
o a países vecinos pues: (i) el petróleo es directamente exportado como crudo fuera de Loreto y (ii) su territorio
relativamente plano no es competitivo con otros departamentos, en especial con el cercano Amazonas, para
generar energía eléctrica. Pero, entre energía a base de hidrocarburos y energía local a través de hidroeléctricas,
Loreto tiene en principio más potencial de generar energía de la que precisa para contemplar su desarrollo
futuro. En ese contexto, la frecuentemente citada necesidad de interconexión eléctrica con el resto del Perú no
es evidente.
Según Electro Oriente (2011), existen 5 proyectos de centrales hidroeléctricas en Loreto: Mazán, Santa Catalina,
Pauya-Cushabatay, Pumayacu-Cashiyacu y Pongo de Manseriche. Esta información no coincide con la del
MINEM, que solo cita como proyectos en Loreto, Mazán y Napo-Mazán o Mazán I y Mazán II, respectivamente o,
simplemente Mazán, como también se les conoce, y al del Pongo de Manseriche que, en realidad, corresponde
más al departamento de Amazonas, donde quedarían las obras principales (MINEM, 2009, 2011). También existe
un pequeño proyecto hidráulico para Balsapuerto (MINEM, 2008).
El más avanzado es el proyecto del río Mazán (Mazán I según el MINEM), localizado a 40 km de Iquitos y que generará,
según Electro Oriente (2011), 50 MW en una primera fase y 100 MW adicionales en una segunda, con una inversión
total de US$450 millones, estimando pues un costo de US$3.000 por KW instalado. Usará inicialmente dos turbinas
Kaplan-Bulbo y concluirá con seis. Se trata de una obra relativamente modesta, con un salto de 6,2 m usando un
caudal inicial de 448 m3/s y final de 2.688 m3/s. El proyecto cuenta con una concesión temporal válida hasta junio de
2012. Los estudios para la primera fase y para su línea de trasmisión Mazán-Iquitos, estaciones y subestaciones, ya
han sido contratados por un valor de US$1,5 millones y ya deberían estar terminados. Se espera que ese proyecto
empiece a ejecutarse en el año 2016. De acuerdo a las informaciones del MINEM (2009), la segunda etapa del
proyecto Mazán, llamada también de Napo-Mazán, generaría otros 154,1 MW.
Pumayacu-Cachiyacu 80 102.500.000
Tanto la primera como la segunda etapa, por sus características técnicas, serían de relativamente bajo impacto
ambiental pues no consideran la construcción de embalses. Apenas captan parte poco significativa del caudal
del río Mazán y luego, en una segunda etapa, del río Napo, sin interrupción del flujo. Si el proyecto continúa con
esas características78, su principal impacto será el de las líneas de trasmisión que, además de Iquitos y Nauta,
parece pretender atender a Requena, Tamshiyacu y Francisco de Orellana. De cualquier modo, el estudio de
impacto ambiental y social confirmará o no esos supuestos.
El segundo proyecto es el de la pequeña Central Hidroeléctrica de Sarayaquillo (Santa Catalina, Ucayali) que
generaría apenas 4 MW, cuya producción se interconectaría con Contamana y Orellana y luego con Picota y 13
localidades del Valle del Ponaza, en la cuenca del Huallaga. Usaría una altura de 122 m. Incluyendo la línea de
trasmisión hasta Contamana y Orellana costaría US$9,6 millones y sus estudios ya estarían encomendados por
un valor de US$250.000. El costo del KW instalado sería de US$1.200. No hay indicación del tipo de obra de la
que se trata (con reservorio, a filo de agua u otro) pero sí llama la atención que la línea de trasmisión a Picota
pretendería pasar por el Parque Nacional Cordillera Azul.
78 Es preciso mencionar que varios expertos, inclusive el Colegio de Ingenieros de Loreto, afirman que el proyecto tiene deficiencias
técnicas importantes y que no sería viable en la forma anunciada.
interesante, pueden esperarse impactos ambientales y sociales más severos. Otra vez, la línea más corta para
integrar esa electricidad al sistema nacional es a través del Parque Nacional Cordillera Azul. Por otro lado, la
existencia de este Parque en las cabeceras de las cuencas de los ríos a ser usados garantiza el flujo regular de
agua y su calidad.
Finalmente, se menciona para Loreto la Central Hidroeléctrica del Pongo de Manseriche, una obra que sería
gigantesca, pudiendo generar 4.500 MW en base a una altura de 40 m. Otras informaciones atribuyen a este
lugar un potencial de 7.550 MW. Se pretende realizar por etapas, con líneas de trasmisión una hacia el Sistema
Interconectado Nacional y la otra hacia la ciudad de Iquitos y quizá a Brasil. Se localizaría en la confluencia de
los ríos Santiago y Marañón, en el distrito de Manseriche, en la provincia Datem del Marañón, exactamente en
el límite con el departamento de Amazonas y costaría unos US$2.286 millones. Este proyecto, extremadamente
polémico, está incluido en las negociaciones entre Perú y Brasil79 a fin de que este último estudie, financie,
construya, opere y use energía de los grandes ríos amazónicos peruanos (MINEM, 2007; Serra, 2010). El proyecto
no es solamente polémico por las condiciones lesivas que el gobierno peruano parece dispuesto a aceptar, sino
también por sus enormes e imprevisibles impactos ambientales y sociales, así como por los riesgos que implica
para la seguridad en el valle del Marañón. Un análisis preliminar de este proyecto demostró que podría formarse
un lago de 273.370 ha encima del dique y que, además, afectaría indirectamente a 1.089.000 ha alrededor de la
central y del lago (Candes en Dourojeanni et al., 2010).
5.2 Proyectos hidroeléctricos en las cuencas de los ríos de Loreto y sus consecuencias
Como se ha dicho, el desarrollo futuro de Loreto depende, ciertamente, de tener energía asegurada, limpia y a un
costo razonable y eso, sin incluir el Pongo de Manseriche, se podría lograr sin muchos problemas considerando
los otros cuatro proyectos mencionados. Pero el futuro de Loreto también depende de lo que otros hagan en
las cuencas de sus ríos.
Finer y Jenkins (2012) reportan la existencia de planes para construir 151 represas mayores a 2 MW en las
cuencas andino-amazónicas de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú en los próximos 20 años, lo que representa
un incremento de 300% sobre la situación actual. Usando algunos parámetros simples pero contundentes, ellos
llegan a la conclusión de que 47% de esas represas tendrán impacto ambiental muy significativo y que apenas
el 19% puede ser calificado como de bajo impacto. Perú es el país que tiene el mayor número de hidroeléctricas
79 Ver el Pronunciamiento de ONG nacionales sobre el Acuerdo Energético con Brasil, que comprometería la seguridad energética
nacional, el medio ambiente y la paz social del país, Lima, 14 de marzo de 2012.
Según Finer y Jenkins (2012), de todas las hidroeléctricas planeadas en los cuatro países estudiados hay 81, es
decir más de la mitad, que se concentran en la cuenca del Marañón y sus tributarios principales, incluyendo los
ríos Huallaga, Pastaza y Zamora. De esas, unas 60 estarán en Ecuador y otras 20 en Perú. Entre las peruanas están
las gigantescas previstas en el Pongo de Manseriche (4.550 a 7.550 MW) y en Rentema (1.525 MW).
Las 20 centrales hidroeléctricas en la cuenca peruana del río Marañón tendrían un potencial aproximado de
12.430 MW y, según el MINEM, promoverían una inversión de hasta 15.000 millones de dólares. Las centrales
hidroeléctricas serían: Vizcarra (140 MW), Llata 1 (210 MW), Llata 2 (200 MW), Puchca (140 MW), Yanamayo (160
MW), Pulpería (220 MW), Rupac (300 MW), San Pablo (390 MW), Patas 1 (320 MW) y Patas 2 (240 MW), Chusgón
(240 MW), Bolívar (290 MW), Balsas (350 MW), Santa Rosa (340 MW), Yangas (330 MW), Pión (350 MW), Cumba
(410 MW), Rentema (1.500 MW), Escuprebraga (1.800 MW) y Manseriche (4.500 MW). Según el MINEM, el río
Marañón sería la “arteria energética del Perú” que además permitirá, mediante un sistema de trasvases, irrigar
millones de hectáreas en áreas agrícolas de la sierra, ampliando adicionalmente las irrigaciones costeñas de
Chinecas, Chavimochic, Jequetepeque, Zaña, Olmos y Alto Piura. Esto se lograría, siempre según el MINEM, a
través de la acción directa del Estado, de inversiones público-privadas o de concesiones, con lo cual se garantizaría
generación energética para los próximos 30 años en Perú80.
Los riesgos para Loreto de esas obras fuera de su territorio son múltiples. El más evidente es la progresiva
reducción de su potencial pesquero, incluyendo riesgos reales de extinción de especies, como consecuencia
80 “Veinte centrales hidroeléctricas de cuenca del río Marañón promoverán inversión de hasta US$ 15,000 millones”. Andina, Lima, 27 de
abril 2010.
Con relación a las cuatro obras previstas en Loreto, por ser de mediana y pequeña dimensión y por lo menos una
de ellas sin formación de lago, el impacto previsible será esencialmente local. Preocupa más, eso sí, el trazo de las
líneas de transmisión que, como se sabe, suelen convertirse en trochas para la invasión de madereros, cazadores,
extractores y agricultores informales. Es más, como se ha señalado, en algunos casos el diseño ya prevé atravesar
áreas naturales protegidas, entre ellas la más importante y frágil, es decir el Parque Nacional Cordillera Azul,
amenazando cortar el flujo genético entre sus sectores sur y norte.
Como se ha visto en la Parte I, de acuerdo a la información disponible sobre capacidad de uso mayor de los suelos,
menos del 10% del territorio de Loreto reúne condiciones favorables para el desarrollo de la agricultura, sea esta
anual o perenne o para la ganadería. Esa, como fue discutido por Dourojeanni (2011a) es una verdad relativa ya
que, dependiendo de las tecnologías aplicadas y de la demanda, es posible utilizar para esos fines extensiones
mucho mayores. Pero, para expandir la agricultura en Loreto no es preciso aplicar esa relatividad pues el 10%
del territorio de Loreto equivale nada menos que a 3,7 millones de hectáreas, de las que usa anualmente menos
del 5%, aunque ya deforestó un área 6 veces mayor. Pero, lamentablemente, mucha del área deforestada no
corresponde a suelos con capacidad de uso agropecuario.
Se estima que en total, a nivel nacional, se usan 5.477.000 ha para agricultura y pecuaria (MINAG, 2012), de las que
2,1 millones de hectáreas son para cultivos transitorios y 892.000 ha son para cultivos permanentes, incluidos
pastos. La diferencia corresponde a áreas en barbecho, descanso o no trabajadas. Es decir que Loreto, por sí solo,
tiene más área disponible para agricultura y pecuaria que lo que se usa actualmente, cada año, en todo el Perú.
Dicho de otro modo, no hay razón para disputas ya que en Loreto sobra espacio y condiciones naturales para un
desarrollo agropecuario considerable, sin necesidad de ocasionar problemas ambientales ni conflictos sociales.
Lamentablemente, la realidad es diferente pues, debido a factores como acceso por carreteras que no son
planeadas en función de la calidad de suelos, se usan para fines agropecuarios tierras que deberían ser dedicadas
a otros usos, sumado a lo cual tampoco existe claridad sobre el derecho de propiedad de las tierras.
El futuro del sector agropecuario de Loreto es difícil de prever, pues depende de las decisiones sobre transporte y
de la evolución de la demanda nacional e internacional de productos agropecuarios. No será igual la agricultura
loretana si se prioriza el transporte fluvial o el ferroviario o el carretero y, especialmente en ese último caso, variará
dependiendo de qué carreteras, entre docenas propuestas, tendrán prioridad en los próximos años. Además,
mucho depende de hasta dónde van, de su calidad y mantenimiento.
El cuándo es tan difícil de prever como el dónde y hasta dónde por las mismas razones. Los planes de carreteras
no señalan prioridades ni plazos, no existe información, confiable o no sobre el nivel al que están, si existen los
estudios de prefactibilidad, factibilidad o definitivos que se supone deben cumplir aunque, como es bien sabido,
muchas se construyen sin esos requisitos. Es decir, que lo único que se sabe a ciencia cierta, excepto en el caso
de los pocos trechos que están incluidos en el SNIP, es que las carreteras continuarán creciendo aceleradamente.
Sin embargo, existen algunas certezas. La agricultura y la pecuaria continuarán expandiéndose fuertemente en
la provincia de Alto Amazonas, a partir de Yurimaguas y del valle del Huallaga, ya que es allí donde la presencia
de agricultores migrantes de regiones serranas y costeñas presiona y continuará presionando sobre la tierra.
En Loreto no falta precipitación pluvial y por lo tanto no hay agricultura bajo riego. Pero, precisamente en la
Es de esperar, asimismo, desarrollo agropecuario significativo en el frente abierto por la PE- 5N, que ya está en
Saramiriza y que tiene, como se ha visto, grandes probabilidades de ser continuada. No hay duda de que esta zona
también atraerá migrantes, tanto para agricultura como para minería aluvial informal. Evidentemente continuará
expandiéndose mucho la agricultura en el eje de la carretera Iquitos-Nauta, hacia la cuenca del Nanay y alrededor
de Nauta, y en el de la carretera Iquitos-Mazán y otras que se desarrollen alrededor y a partir de la capital loretana.
Por cierto, la agricultura de pequeña escala también continuará expandiéndose a lo largo de los ríos navegables
y alrededor de todas las ciudades, en especial Contamana, Requena, Nauta, Orellana, Caballococha y Pebas y
otros centros poblados o comunidades, inclusive indígenas. Pero existe la posibilidad de que grandes inversiones
agropecuarias también se interesen por las fajas con capacidad agropecuaria a lo largo de los principales ríos
navegables, especialmente si mejora su navegabilidad.
La expansión agropecuaria previsible en Loreto tendrá, como ahora, cuatro vertientes: (i) la agricultura intensiva
de tipo industrial, con énfasis propuesto en la producción de biocombustibles; (ii) la agricultura de coca y otros
cultivos ilegales; (iii) la agricultura de pan llevar o productos alimenticios para abastecimiento regional, y (iv) la
agricultura de sustento local.
Cultivo “industrial” es cualquier plantación, anual o permanente, que sirva para producir en escala mediana o
grande y que abastezca industrias alimentarias o de otro tipo, como en el caso de los llamados biocombustibles.
Se trata de plantaciones generalmente intensivas, tecnificadas, con elevado uso de insumos para una producción
económicamente competitiva a nivel nacional o internacional. Sus incuestionables ventajas son el uso eficiente
del suelo, la generación de empleos fijos en general adecuadamente remunerados, más su aporte significativo a
la economía local, regional y, dependiendo de sus dimensiones, a la nacional. Sin embargo, ocasionan también
problemas sociales y ambientales cuando entran en conflicto por la tierra con otros o cuando contaminan el agua
o los suelos. El principal reproche que se les hace, a nivel de todos los trópicos, es que provocan contaminación
química de los cuerpos de agua y deforestación sobre áreas extensas, ocasionada principalmente hasta el
presente por la ganadería extensiva y la agricultura tradicional, y no la agricultura intensiva (Dourojeanni, 1990,
2011), lo que sí es y ha sido clamorosamente el caso en Brasil (Imbernon, 1999; Margulis, 2003).
Los cultivos industriales que existen o podrían desarrollarse en Loreto son palma aceitera, caña de azúcar, arroz,
plátano, cítricos, yuca, sacha-inchi, camu camu, etc. En verdad, son prácticamente los mismos cultivos que
pueden ser usados para el consumo regional o local. Lo que cambia es la escala en que se producen y el grado
de tecnificación que se aplica.
Es evidente, como se ha visto, que los planes nacionales y regionales favorecen los cultivos industriales y, en
especial, los que producen biocombustibles (MINAG, 2001, 2008; GOREL/MINAG, 2008; Sánchez y Orrego, 2007).
Y, entre esos, por razones que no son del todo evidentes desde el punto de vista técnico, se está dando prioridad
absoluta a la palma aceitera que dispone de incentivos. Igualmente pueden usarse para biocombustibles, en
condiciones de Loreto, la caña de azúcar y la yuca para hacer alcohol, o el piñón y el ricino para hacer biodiesel,
entre otras opciones.
Para el MINAG (2001) y, entre otros, para Arévalo (2007) e IIAP/SNV (2008), de una parte existe demanda creciente
a nivel nacional y mundial por este tipo de productos y, de otra, en la Amazonía hay potencial para ellos. Se habla
de 1.405.000 ha aptas para este cultivo, de las que casi la mitad (620.000 ha) estarán en Loreto. Según estas fuentes,
esas tierras se distribuyen en Alto Amazonas (180.000 ha), Maynas (300.000 ha) y Mariscal Ramón Castilla (140.000
ha). El IIAP/SNV (2008) ha hecho un estudio detallado de la capacidad de la Amazonía para suplir la demanda
regional y nacional de biocombustibles al año 2013, en base a caña de azúcar y palma aceitera, concluyendo
que bastarían unas 10.000 ha de caña y unas 45.000 ha de palma para atender los escenarios deseables por ellos
desarrollados. Pero, si se plantea la hipótesis del cambio de la matriz nacional de combustibles líquidos, con un
100% de biodiesel y etanol, se requerirían 1,1 millones de hectáreas para cultivos energéticos si se utilizara caña
de azúcar y palma aceitera. A pesar de esas especulaciones, lo cierto es que la totalidad de la mayor parte de la
producción de palma aceitera se usa actualmente para producir aceite y grasas comestibles, de los cuales hay
déficit en el Perú.
El caso principal contra la expansión de los cultivos para biocombustibles es el de la deforestación de bosques
prístinos, pues hacerlo implica emitir casi tanto anhídrido carbónico a la atmósfera como el que se pretende
evitar quemando biocombustibles en lugar de combustibles fósiles de buena calidad, además de impactar en la
sociedad, en la biodiversidad y en otros servicios ambientales.
Un estudio reciente (Gutiérrez et al., 2012) demostró que la expansión de palma aceitera en la Selva peruana,
entre 2000 y 2010, se desarrolló en un 72% ocupando áreas boscosas. La mayor parte de la expansión fue de
pequeños productores con baja productividad, pero ellos usaron principalmente áreas ya deforestadas (70%).
Contrariamente, las plantaciones de alta productividad se hicieron en un 75% sobre bosques pero, en cambio,
se utilizó una superficie mucho menor para producir lo mismo que los pequeños productores. Es decir que ese
estudio confirma que las plantaciones industriales intensivas son una buena alternativa si se les orienta a usar
tierras ya deforestadas, para lo cual deben recibir incentivos o facilidades.
Por eso, la teoría dice que la expansión de cultivos industriales, los biocombustibles entre otros, debe hacerse
aprovechando los millones de hectáreas ya deforestadas, subutilizadas o abandonadas. Por ejemplo, podría
atenderse toda la expansión prevista de palma aceitera en Loreto plantando sobre un 20% de la tierra ya
deforestada que se usa cada año en ese departamento. Pero, al buscar ese tipo de tierras, los inversionistas
confrontan dos problemas serios: (i) su dispersión, frecuentemente en lotes pequeños y aislados, y (ii) la falta
de regularización de la propiedad de las tierras. Así es como la tendencia de los proyectos de palma aceitera de
gran escala más recientes ha sido la de instalarse en zonas con cobertura forestal, implicando el cambio de uso
de la tierra. Como bien lo recuerda Dammert (2012), eso es legal si la capacidad de uso mayor de esas tierras es
agrícola, pero es ilegal si las tierras son de capacidad de uso mayor forestal o de protección.
Uno de los proyectos más debatidos entre los propuestos en Loreto es el de Tierra Blanca y su proyecto contiguo,
Santa Catalina, desarrollados ambos por el Grupo Palmas. Este último ha merecido un estudio detallado
(Dammert, 2012) y busca ser declarado por el Consejo Regional de Loreto como de Interés Regional (Diario
La Región, 26 de septiembre y 28 de septiembre de 2012). Se ubicaría en la margen izquierda de la quebrada
Santa Catalina, tributaria por la margen izquierda del río Ucayali. El proyecto está localizado en el distrito de
Sarayacu, provincia de Ucayali, departamento de Loreto, y supone la adjudicación a título oneroso de 20.000 ha,
que implicarían la siembra de 14.000 ha de palma aceitera (ya que el 30% debe conservarse). A pesar de que
no hay un documento que lo sustente, la idea es desarrollar este proyecto en alianza con los predios contiguos
de la Asociación de Agricultores, Palmicultores y Ganaderos de Tierra Blanca, que cuenta con 106 asociados y
que se dispone a desarrollar plantaciones de palma en 5.300 ha (50 ha por asociado). El proyecto supondría la
construcción de una carretera de alrededor de 60 km que interconectaría la cuenca del Ucayali con el sistema
vial interconectado del departamento de San Martín, lo que podría atraer muchos migrantes a la región.
Otros cultivos industriales potencialmente importantes, como se ha adelantado, son la caña de azúcar y la yuca,
ambos para producción de alcohol. La primera es más eficiente en términos de producción de alcohol y las
condiciones ecológicas de la Costa le son más favorables, pero no está descartado su cultivo en Loreto. Así, se
menciona que el Consorcio Samoa Fiber Holding anunció que está interesado en invertir unos US$100 millones
en la producción de etanol de caña en Loreto y Pucallpa. Asimismo, la Empresa Agraria Azucarera Andahuasi
tiene una concesión de 10.000 ha en el pongo de Cainarachi, entre Tarapoto y Yurimaguas. La yuca, si sigue la
tendencia actual del mercado de biocombustibles, es una posibilidad que los inversionistas tampoco descartan
(PRM, s/d). Este grupo ha propuesto el uso de hasta 36.000 ha de Loreto para producir yuca industrial.
El arroz irrigado ya es un cultivo importante en el Alto Amazonas y, sin duda, seguirá prosperando. Cultivos
permanentes como café y cacao tienen poco desarrollo actual (no suman 300 ha entre ambos) pero es de esperar
que continúen expandiéndose en las partes altas de Loreto. Sin duda, también tienen futuro con una mejor
planificación, asistencia técnica e identificación de mercado, cultivos como camu camu y sacha-inchi, ahora
intensamente promovidos por el GOREL. Por ejemplo, se ha propuesto plantar 4.000 ha de sacha inchi hasta 2015
(CAR/SNV, 2007).
Lamentablemente, la importancia creciente de los cultivos ilegales, principalmente de coca para producción de
pasta básica de cocaína, muestra evidencias de un desarrollo pujante en Loreto. Como se ha visto, hay versiones
de que ya existen hasta 50.000 ha de coca, bien disimuladas en el monte, es decir muchas veces más que las
3.323 ha que oficialmente están registradas (UNODC/DEVIDA, 2011). Es preciso tener en cuenta que quienes
cultivan coca también hacen chacras para poder alimentarse mientras la cuidan. Estas chacras anexas aumentan
la extensión de la deforestación (Dourojeanni, 1992).
El crecimiento futuro del cultivo de coca es de cuidado por su impacto social y económico, capacidad corruptiva
y vinculación con movimientos armados (Soberón, 2007; Fjeldsa et al., 2005) más que por su extensión y, en el
caso de Loreto, por sus daños ambientales. En efecto, uno de los principales impactos negativos de este cultivo
en la selva alta es la erosión, lo que difícilmente se producirá en la selva baja (Dourojeanni, 1992). De otra parte,
es difícil prever su dimensión futura aunque es evidente que será considerable en un escenario tendencial, es
decir con escasa, esporádica e ineficiente intervención para combatirla, sumado a la proliferación de carreteras
hacia las fronteras. La UNODC/DEVIDA (2011) confirmó que el cultivo de coca en el Perú, al 2010, continuaba
Ocurre que variedades de coca más productivas han sido mejor adaptadas a la Selva Baja mientras los productores
han desarrollado tecnologías apropiadas. Siendo así, la Selva Baja y en especial Loreto presentan grandes ventajas
sobre la Selva Alta: (i) son áreas extensas, densamente forestadas y poco pobladas, donde es fácil “esconder”
los cultivos y (ii) están al lado de las fronteras determinadas por grandes ríos navegables (Yavarí y Putumayo),
permitiendo el transporte a los centros de consumo, especialmente Brasil82, y a Europa a través de este país.
Esta proximidad a las fronteras, además, facilita fugas, abastecimiento de materias primas y diversificación del
“negocio”, pues en ellas también es fácil el contrabando, especialmente de armas. La frontera con Brasil también
favorece el “blanqueo” o lavado de dinero ilegal mediante la explotación de madera que baja profusamente
de ese valle por el Yavarí. Inútil es decir que la frontera con Colombia (Putumayo) es una puerta abierta a las
incursiones del eficiente y peligroso narcotráfico colombiano.
No existe información disponible respecto al cultivo de otras plantas empleadas como drogas. Es evidente que
en Loreto se cultiva marihuana, la que es frecuentemente decomisada por la policía en Iquitos o en controles
fluviales, pero no hay registro de plantaciones importantes. En el vecino departamento de Amazonas abundan
las plantaciones de amapola, pero no es probable que las condiciones de Datem del Marañón le sean favorables.
Estas formas de agricultura y pecuaria ocupan la mayor parte del área bajo uso agropecuario del departamento
de Loreto y, asimismo, ellas son responsables principales de la deforestación en la Región. A diferencia de la
agricultura intensiva o industrial, como la palma aceitera, que se instala en un lugar determinado y continúa en
el mismo por décadas o para siempre, esta forma de uso de la tierra suele expandirse continuamente a partir
de los ejes carreteros, y es de bajísima intensidad pues aun en los casos en que la propiedad está delimitada,
usa anualmente una fracción, a veces ínfima, del área que se deforestó desde que fue ocupada. En general,
contrariamente a lo que la ley dispone, se instala donde la capacidad de uso mayor de los suelos es forestal o de
protección.
En términos ambientales y económicos, estas formas de uso agropecuario son, definitivamente, las peores
imaginables. Suman al desperdicio de madera y de otros recursos del bosque, el de la tierra que, aun cuando es
de buena calidad, es malgastada en rotaciones innecesarias y además, emiten anualmente millones de toneladas
de carbono a través de las quemadas, entre otros perjuicios. Los que tienen título o posesión de la tierra usan
cada año una parte pequeña de sus áreas, dejando el resto en descanso. Los que no tienen tierras, simplemente
invaden un área y la cultivan, migrando con frecuencia a otros lugares hasta que, eventualmente, consiguen
estabilizarse y entonces pasan a comportarse como los anteriores. Es muy raro encontrar un predio rural en el
que se trabaje efectivamente todo el año toda el área permitida y en la que se preserve el bosque en el resto,
como manda la ley.
Claro es que eso ocurre no porque los agricultores se opongan a hacer mejor las cosas, sino porque ellos suelen
no tener alternativas o condiciones económicas para aplicarlas. En Loreto, como en otras partes de la Selva Baja,
es grande la ausencia de apoyo técnico y financiero para la pequeña y mediana agricultura, además de que
hay serios problemas relacionados a la tenencia de la tierra que dificultan hacer inversiones. Obviamente, ellos
confrontan también problemas de mercado, fletes de transporte elevados, alto costo de los insumos y varios
otros impedimentos.
82 Ver artículo “A Cocaina no limite” de K. Coura (Revista Veja de 29 de agosto de 2012) en el que se describe la preocupación brasileña
por esa situación, determinando acciones especiales de la Policía Federal de ese país y la participación activa de indígenas Ticuna en la
producción y tráfico.
El caso de la pecuaria es especial. Como se ha demostrado en la Amazonía brasileña, la pecuaria de pequeña escala,
como la que se practica actualmente en Loreto, responde a una lógica económica sui generis, representando
frecuentemente una forma de ahorro familiar (Margulis, 2003). En momentos de crisis se vende uno o más
animales y entretanto se les mantiene sin demasiado esfuerzo, excepto para abrir pastos nuevos a medida que
el sobrepastoreo degrada las tierras ya utilizadas. El resultado es una deforestación importante y completamente
injustificada. La capacidad de carga actual en Loreto, aunque oficialmente se habla de algo más de una cabeza
por hectárea, es en realidad menos que la mitad de eso. De cualquier modo, una explotación con menos de 3
cabezas por hectárea es una aberración técnica aunque pueda ser económicamente justificable. A pesar de eso
es insensatamente promovida (Alvarez, 2011b) y, de hecho, los campesinos que tienen recursos abren extensiones
importantes de bosques para ese propósito. La pecuaria tiene su lugar en Loreto, pero debe ser desarrollada bajo
otros parámetros, más técnicos y eficientes y con menos impactos negativos para el ambiente.
Esta es la agricultura propia de los indígenas, ribereños y otros pobladores loretanos tradicionales que producen
localmente para el consumo familiar o estrictamente local. Ellos, aunque también deforestan y suelen practicar
agricultura migratoria, no tienen gran impacto en el ambiente pues sus chacras son pequeñas. En ellas
se practica la llamada agricultura promiscua, en la que en espacios pequeños reúnen multitud de especies
vegetales, útiles para todo uso además de alimentarios y que si bien en apariencia son caóticas o hasta puedan
lucir abandonadas, son en realidad bien adaptadas a la realidad ecológica y a las necesidades de la población
(Denevan et al., 1984; Hiraoka, 1985, 1995). Este tipo de agricultura es propio de los indígenas y de los agricultores
más tradicionales, aunque especialmente entre estos últimos hay tendencia a aumentar el área cultivada con
métodos más convencionales para tener un excedente con el fin de intercambiarlo o venderlo. Además, es
cada vez más evidente que en esas condiciones se tiende a exagerar la expansión de pastos para pecuaria muy
extensiva. Esto ocurre principalmente en las proximidades de los asentamientos más importantes.
La agricultura estacional, que aprovecha el limo depositado en playas y tahuampas, puede ser, bajo ciertas
condiciones, bastante extensa y puede generar una renta importante a los que la practican pues, con pocos
insumos, obtiene cosechas considerables gracias a la fertilización natural depositada durante las crecientes.
Antiguamente estas tierras eran muy aprovechadas para cultivos de exportación como el yute.
Es de esperar que en la próxima década este proceso aumente considerablemente y que varias de esas chacras
actualmente aisladas aumenten el área trabajada y se agrupen en propiedades cada vez mayores y también cada
vez con más tendencia a parecerse a la agricultura descrita en el acápite anterior.
Saber cuál será la extensión de Loreto bajo uso agropecuario efectivo en la próxima década depende, como se
ha dicho de lo que acontezca con el transporte. Pero, por lo ya anotado, es indudable que el área bajo impacto
agropecuario aumente considerablemente, especialmente en las provincias de Alto Amazonas, Requena y Ucayali,
Datem del Marañón y Maynas. La agricultura de tipo regional y local, continuará creciendo inevitablemente, en
especial a lo largo de los caminos que se abrirán, pero también a lo largo de los ríos. No existe un estimado de
su extensión efectiva (es decir la que es usada cada año) pero teniendo en cuenta las cifras de producción y el
área total (MINAG, 2008), puede calcularse que existan actualmente unas 155.000 ha dedicadas a estos fines. Esa
extensión seguramente alcanzará unas 200.000 ha en la próxima década.
También, teniendo presente las tendencias en toda la Amazonía, debe aumentar mucho la superficie dedicada a la
pecuaria. En la actualidad, no existe un dato oficial reciente sobre la extensión de pastos en Loreto. Se mencionan
31.000 ha, pero eso es inverosímil y en realidad debe haber más (quizá unas 50.000 ha). En cualquier caso, no es
exagerado suponer que a 2021 existan unas 80.000 ha de pastos. La expansión de los cultivos ilegales es una
incógnita pues las cifras actuales varían de poco más de 3.000 ha a 50.000 ha. Considerando las tendencias y siendo
extremadamente conservador puede esperarse que existan unas 10.000 ha de coca en 2021.
Es decir que, de acuerdo a los planes y tendencias, es altamente probable que en 2021 se utilicen hasta unas 350.000
ha de tierra de Loreto para agricultura y pecuaria en todas sus formas. Si se asume que los cultivos industriales o
intensivos o perennes no usen rotaciones, y que los demás (producción regional o local y pecuaria) mejoren un
poco sus prácticas actuales de trabajar cada año apenas un sexto de lo que deforestan, pasando a un quinto, es de
esperar que el área deforestada para fines agropecuarios en 2021 alcance cerca de 1,8 millones de hectáreas, lo que
por coincidencia es consistente con el estimado de deforestación calculado en base a la expansión vial.
83 Es una excusa común decir que la gran agricultura intensiva es beneficiosa pues recicla tierras ya deforestadas subutilizadas, sin tener
en cuenta que los agricultores desplazados deben ir a talar bosques para reinstalarse.
Los impactos sociales de la agricultura intensiva son diversos: (i) ocupa los mejores suelos desplazando a otros
agricultores; (ii) puede incentivar la violación de derechos a la propiedad o de derechos indígenas o estimular
en ellos usos no aceptables de sus tierras; (iii) origina proporcionalmente menos empleo, en general reservado
para operarios calificados y (iv) reduce el potencial pesquero de ríos y cochas, tanto por contaminación como
por deforestación de riberas. En el caso de la pecuaria extensiva, que es la peor opción, se generan muy pocos
empleos que siempre son mal remunerados.
Los conflictos sociales y ambientales mencionados están bien ilustrados por el contencioso que rodea la
adjudicación para palma aceitera de 26.000 ha de bosques de producción permanente en la cuenca del río
Nanay a favor de empresarios extranjeros, denunciados por SPDE (2012) y discutidos por Dammert et al. (2012).
Como ya se ha señalado, la llegada de agricultores migrantes a Datem del Marañón es otra probable fuente de
conflictos con los pueblos indígenas de esa zona.
7. EXPLOTACIÓN MINERA
Como se ha visto, la actividad minera actual en Loreto es muy limitada. El reciente recrudecimiento de interés, que
puede llegar a ser muy importante, se ha concentrado en su potencial aurífero que atrae por igual a empresas
mineras formales, tanto internacionales como nacionales, así como a una diversidad de microempresarios y de
mineros informales o ilegales.
La entrada en el escenario de tres proyectos mineros significativos, como son los ya mencionados de las empresas
Graystone, Kingdom Resources y GoldSands, todas con concesiones exploratorias en el área del río Marañón, así
como la veloz expansión de la explotación ilegal en esa misma región, ya conectada por carretera al resto del
país, configura un escenario en que los problemas socioambientales causados por la minería pueden aumentar
rápida y considerablemente.
Es evidente que en el enorme espacio loretano existen muchos otros recursos minerales valiosos, inclusive
estratégicos, que en cualquier momento pueden revelarse de interés económico dependiendo de situaciones
coyunturales en otros continentes o países. Esos recursos del subsuelo, dada la legislación peruana, siempre
afectarán a los dueños del suelo y al entorno natural de superficie, configurando un enorme potencial de
conflictos sociales.
8. EXPLOTACIÓN FORESTAL
En este momento, como en el pasado, la explotación forestal junto con la industria maderera constituye uno
de los pilares de la economía regional. Los planes del GOREL, así como los estudios económicos de todos
los proyectos de transporte, apuestan por este recurso. El sector forestal es, además, un gran empleador en
Loreto tanto en términos de puestos fijos como de empleos eventuales y frecuentemente complementarios
a las actividades agropecuarias, en especial en el caso de productos forestales secundarios. Tello et al. (2004)
mencionan que este sector ofrece el 50% del empleo y, además, genera el 70% de las exportaciones. Por eso,
no cabe dudar de que este sector será igual o más importante en el futuro y que el área que utilizará será mayor
que en la actualidad.
Lo que es difícil para este análisis es saber lo que realmente acontecerá en la próxima década. En teoría, la
expansión de la explotación forestal solo debería darse en base a las concesiones forestales y, en mínima escala, a
partir de permisos otorgados cuidadosamente, es decir en bosques adecuadamente manejados que producirían
en forma sostenible. Pero, como se ha visto, en Loreto la situación es inversa ya que el 70% de la producción
controlada proviene de permisos, en su mayoría otorgados a comunidades nativas, y apenas el 30% saldría de
concesiones. Además, como se verá, hay evidencias de que en realidad el bosque no es manejado en ningún
lugar y menos en las tales concesiones; por lo tanto, prácticamente toda la madera producida en Loreto es
técnicamente ilegal.
El fundamento de la legislación forestal peruana, desde 1963 ha sido invariable y declara la obligatoriedad de
practicar un manejo forestal sostenible. Sin embargo, este objetivo no ha sido alcanzado hasta el presente y no
hay indicios de que se logrará en un futuro previsible. En efecto, las sucesivas legislaciones forestales, a pesar de
Al mismo tiempo, el Estado no brinda a esos concesionarios o titulares de permisos de extracción el respaldo
legal, el apoyo técnico ni las condiciones financieras necesarias ni, mucho menos, ejerce un control siquiera
mínimo sobre lo que realmente ocurre en el bosque. Esto hace que prácticamente todos los extractores, grandes
o pequeños, estén violando la ley en una medida u otra, pero especialmente con especies valiosas como la
caoba (ITTO, 2004; Pautrat y Lucich, 2006; AIDESEP, 2007; Defensoría del Pueblo, 2010; Dourojeanni, 2011a) y que
en consecuencia ha generado un nivel de corrupción sin precedentes tan clamoroso que, en 2004, propició
una “Estrategia Nacional Multisectorial de Lucha contra la Tala Ilegal” y la creación de la Comisión Multisectorial
de Lucha contra la Tala Ilegal. Este año ha sido publicado un estudio detallado, vergonzoso para el Perú, que
reiterando lo que ya se sabía demuestra fehacientemente las dimensiones colosales de la corrupción en el
negocio de la madera (Urrunaga et al., 2012), especialmente en Loreto. Ellos prueba que no solo se trata de falta
de manejo, sino que igualmente grave es el contrabando inclusive de especies que están en las listas del CITES,
revelando la inoperancia del OSINFOR.
Los problemas con las concesiones forestales, que deberían ser la piedra angular de un negocio forestal honrado,
sostenido y próspero, son múltiples y han sido ampliamente estudiados, entre otros por Galarza y La Serna
(2005). Trataremos de enumerarlos a continuación: (i) la mayoría de los que obtienen concesiones no están en
condiciones de usarlas por falta de capital o acceso a financiamiento; (ii) muchos solicitan concesiones apenas
para usarlas como opción de “blanqueo” de madera extraída por ellos o por otros en otros lugares, por eso hay
tantas que están abandonadas; (iii) la mayoría de los inventarios forestales son fraguados y los planes de manejo
decurrentes son inviables, resultando, por ejemplo, en tramos de corta anuales todos del mismo tamaño, lo que
es técnicamente imposible; (iv) la autoridad forestal que otorga las concesiones carece de medios humanos,
técnicos y logísticos para confirmar esas informaciones y, si aplicara estrictamente las reglas, no aprobaría casi
ninguna concesión; (v) el OSINFOR tiene aun menos capacidad institucional que la autoridad para supervisar las
concesiones; (vi) los pocos concesionarios que tienen capacidad financiera y técnica y que realmente desean
aplicar la ley, se enfrentan a la competencia desleal de la inmensa mayoría que no la cumple, inviabilizando
económicamente el negocio que finalmente suelen abandonar o complementar con extracción ilegal; (vii) la
autoridad forestal y el OSINFOR, entre otros, concentran sus revisiones y exigencias burocráticas precisamente
en los pocos que intentan cumplir la legislación, y (viii) la autoridad pública no ofrece defensa ni protección a los
concesionarios cuyas concesiones son invadidas por agricultores sin tierra o por otros madereros.
A eso debe añadirse que la legislación forestal, tanto la pasada como la actual, tiene exigencias abusivas e
incumplibles dentro de la realidad nacional actual (Sabogal et al., 2008a). Salo et al. (2011) en un análisis sobre los
motivos para escoger áreas para concesiones durante las licitaciones terminan confirmado mucho de lo que se
señala arriba. En efecto, hubo más oferta de concesiones que demanda por ellas, que no importó tanto el tamaño
o el volumen de madera cuanto la distancia hasta Iquitos, y que hubo preferencia por las de menor tamaño.
De otra parte, en la medida en que la autoridad forestal continúe otorgando permisos de extracción sin mayores
requisitos, habrá poco interés en las concesiones. En efecto, en 2008 en Loreto había 194 permisos sobre 5.380 ha
que estaban autorizados a producir 109.312 m3 de madera rolliza; 21 permisos para comunidades nativas sobre
28.230 ha para producir 41.667 m3, y 2 permisos para comunidades campesinas en 85 ha. Además, había 3
autorizaciones sobre 1.905 ha. La DGFFS no ofreció esas informaciones en sus estadísticas más recientes (DGFFS,
2008; 2010). Los datos para 2008 obviamente esconden otra realidad no teniendo lógica esperar una extracción
de 20,3 m3/ha en los permisos en general y de apenas 1,5 m3/ha en los permisos en las comunidades. La realidad
es que difícilmente se extraen más de 5 m3/ha en promedio (ver discusión sobre este tema más adelante) y
probablemente mucho menos. O sea que, si el 70% de la madera producida sale de los permisos, conforme a
las informaciones del propio GOREL, en 2008 ellos produjeron 520.000 m3 en lugar de los cerca de 151.000 m3
autorizados. Asimismo, la superficie de bosque explotada, ese año, fue de alrededor de un millón de hectáreas y
Desde 1963, la legislación forestal establece la obligatoriedad de que la extracción forestal de bosques naturales
se haga sobre la base de la aplicación de planes de manejo que garanticen la perpetuidad del recurso. Todas
las leyes que la siguieron insistieron en esa exigencia básica (Dourojeanni, 2009, 2011) y para asegurar su
cumplimiento se inventaron toda clase de fórmulas, como la obligatoriedad de disponer de planes de manejo
y planes operativos anuales, el control del Órgano Supervisor de las Concesiones Forestales (OSINFOR) y las
certificaciones forestales voluntarias. Pero nada consiguió que eso se materialice. Al contrario, la situación se
agrava a ojos vista. Es decir que la principal y más grave violación es que ningún bosque, inclusive los que
están otorgados en grandes concesiones, está manejado en forma aceptable y eso, inclusive, cuando están
certificados. Evidentemente, Loreto vive plenamente la realidad descrita.
Las evidencias de la ausencia de manejo son ofrecidas por las estadísticas madereras sobre varias décadas que
revelan el agotamiento progresivo de las especies de mayor demanda y su sustitución por otras que, años después,
pasan por la misma situación. Esa es una prueba incontestable de la falta de manejo forestal. El caso más evidente
ha sido el del palo rosa, comercialmente extinto, y los de la caoba y el cedro. Por ejemplo, en 1954 la caoba y el
cedro representaban respectivamente el 59,9% y el 50% de la producción nacional de madera aserrada. Pero, sin
llegar a extremos, lo mismo ha ocurrido y ocurre con otras especies. La lupuna, por ejemplo, fue masivamente
extraída a lo largo de los grandes ríos y alimentó casi exclusivamente la industria de triplay pero, cuando se agotaron
los grandes árboles accesibles en las riberas, llegó a ser rara y provocó una grave crisis en la industria, que debió
adaptarse a otras especies. Hace poco, la explotación se ha volcado sobre la capirona que, hasta no hace mucho, era
despreciada y, actualmente, llegó el momento del shihuahuaco. En el caso de Loreto, donde a diferencia de otras
regiones la extracción no era fuertemente motorizada, este proceso de rarificación de especies valiosas se disimula
pues ahora los extractores mejor mecanizados llegan a lugares más lejanos dentro del bosque. El mismo proceso
de “casi extinción” comercial de especies se ha dado con
varias especies no maderables, siendo preocupante la
situación actual de la uña de gato. La extracción forestal Futuro forestal de Loreto
sin manejo forestal es la principal causa de la degradación
del bosque (Lund, 2009). Si nada cambia, como es probable, al 2021
se continuará descremando los bosques sin
El tema de los productos forestales no maderables es practicar manejo forestal y sin promover
poco claro. Por ejemplo, no existe en Loreto ninguna una industria forestal importante ni brindar
concesión para su explotación y, además, su producción prosperidad a la sociedad loretana.
controlada actual es pequeña. Estadísticas nacionales de
1995 reportaban la exportación de unos 30.000 ejemplares Gran parte de los bosques habrán sido
de orquídeas. Como la búsqueda de esas plantas es seriamente degradados y habrán perdido
selectiva, se crean situaciones de riesgo para las que son importancia para futuros negocios de carbono.
a la vez endémicas y valiosas. Por ejemplo, evaluaciones
para determinar la densidad y estado de conservación
de la orquídea endémica Phragmipedium kovachii en el
nororiente peruano demostraron que es de distribución limitadísima, centrada en el Bosque de Protección Alto
Mayo, con poblaciones amenazadas por la extracción ilegal (Milán et al., 2007). Pero es probable que esas actividades
extractivas aumenten mucho en los próximos años dada la enorme demanda de plantas ornamentales amazónicas.
De atenerse a los planes y tendencias actuales, en el futuro próximo no solamente deberán estar bajo
explotación las áreas actualmente concedidas, aunque algunas estén en aparente abandono, sino que, en
84 Se pretende que la explotación forestal sería una forma de controlar o frenar el narcotráfico que prospera en esa región. Pero para la
mayoría de los observadores, precisamente ocurre lo contrario.
A partir de los hechos y de la discusión precedente sobre tendencia de la producción, concesiones y permisos
de extracción, cabe especular que en 2021, bajo un escenario tendencial, se explotarán anualmente alrededor
de tres millones de hectáreas de bosques que para entonces quizá produzcan entre 1,3 y 1,6 millones de metros
cúbicos de madera rolliza por año. Esta será extraída especialmente de lugares accesibles gracias a las nuevas
carreteras; además de los que son explotados a partir de los ríos. En este escenario, las concesiones forestales
serían, en su inmensa mayoría, como hoy, fachadas para la ilegalidad. No existirá más manejo que ahora y en
consecuencia explotación forestal será sinónimo de degradación forestal.
En efecto, como se ha mencionado, la explotación forestal de hoy se caracteriza por ser migrante. Es decir, que no
usa cada año los mismos locales ni las mismas zonas y de década en década tampoco las mismas especies. Como
no existe manejo forestal, los extractores van donde hay o donde creen que hay stocks de las especies forestales
que les interesan, es decir las que tienen mercado en un periodo dado. Cada vez que una especie se rarifica, el
mercado la sustituye por otra que previamente era desdeñada y provoca el retorno de los madereros a lugares
ya explotados. Entre otros, ese ha sido el caso, unas tres décadas atrás, de la lupuna (Gentry y Vásquez, 1988);
hace poco, de la capirona, y ahora, el shihuahuaco. Comparando listas de especies extraídas en el pasado lejano
o reciente con las actuales sorprende el enorme número de especies que ahora se explotan y que antes eran
dejadas intactas en el bosque. También van donde pueden, es decir donde no hay habitantes que defiendan sus
árboles o donde no existe control o donde alcancen con los medios mecanizados o manuales que poseen. En
eso se parece mucho a la minería informal de oro. Siendo así es probable que, en verdad, el impacto acumulado
de la explotación forestal en los próximos 10 años alcance gran parte del territorio de Loreto, en todo caso
mucho más que los más o menos 3 millones de hectáreas que serían efectivamente “trabajadas” en el año 2021.
A simple vista, el territorio de Loreto parecerá el mismo que antes, es decir un enorme tapiz de bosques que visto
desde satélites poco habrá cambiado. Visto desde abajo, solamente ojos expertos notarán la diferencia. Pero, en
realidad, serán bosques degradados, mucho más degradados que ahora porque, en verdad, ya tienen más de un
siglo siéndolo, desde la época del caucho, del palo rosa, de la caza de millones de animales, entre muchos otros
productos extirpados del bosque, y, desde hace 70 años, por la extracción maderera.
Los impactos ambientales de la explotación maderera son múltiples, muy graves y bien conocidos (Zimmermann,
1982; ITTO, 2005). Como ocurre con otras actividades económicas, los impactos se clasifican en directos e
indirectos. Los primeros incluyen, muy resumidamente: (i) degradación general del bosque, es decir pérdida
de parte significativa de su diversidad biológica, de su capacidad de regeneración, de su valor futuro y de sus
características ecosistémicas originales; (ii) reducción de sus servicios ambientales esenciales como reservorios
de carbono, proveedores de agua limpia y con flujos regulares, y otros más básicos, como el ciclo del agua y de
una serie de elementos químicos; (iii) aumento significativo de riesgos de propagación de incendios forestales
debido al raleo y a la consecuente entrada de luz que seca la materia orgánica y el suelo; (iv) reducción de las
poblaciones de especies cinegéticas por caza sin control ejercida por los madereros, y disturbios a la fauna por
la extracción, inclusive destrucción de sitios de nidificación; (v) elevada mortalidad de especies de árboles no
sometidas a la extracción y de plántulas, comprometiendo la renovación del bosque; (vi) reducción del valor
futuro del bosque por eliminación de árboles semilleros y sus renovales de especies valiosas; (vii) aumento de
la erosión de suelos por compactación debido al uso de maquinarias pesadas ocasionando erosión laminar
Es esencial entender que la explotación selectiva o descremado que, como se ha visto, explota una baja
proporción del volumen maderero disponible (unos 5 m3/ha) y que por eso se extiende sobre grandes áreas de
bosque, aunque menos impactante que otra de tipo más intensivo (20m3/ha o mucho más), también es muy
perjudicial en términos de degradación. Además del impacto sobre árboles que no son objeto de la explotación,
en esos lugares las nuevas explotaciones se repiten con frecuencia, lo que no es el caso cuando existe manejo
forestal, aunque sea con una intensidad de extracción mayor. Varios de los impactos arriba mencionados se
producen con cualquier intensidad de explotación. Además, las técnicas de extracción de bajo impacto jamás
son usadas por los extractores tradicionales.
Los impactos indirectos incluyen, entre otros, la deforestación por agricultura, ya que los caminos forestales dan
pie al inicio de las invasiones de pobladores que practican la agricultura migratoria. Peor aún, la explotación
forestal es la razón de ser de muchas carreteras o, en todo caso, su consecuencia directa.
Los impactos sociales de la explotación forestal son gravísimos e incluyen tanto la invasión de tierras de
comunidades nativas y campesinas como la de territorios para indígenas en aislamiento voluntario o en contacto
inicial y, por cierto, de las áreas naturales protegidas. También implican trabajo esclavo y denigrante y trabajo
infantil, prostitución y alta incidencia de accidentes, así como dispersión de enfermedades (Zimmermann, 1982;
Bedoya y Bedoya, 2005; Urrunaga et al., 2012) y el uso del comercio de trozas así como de las industrias forestales
para “lavado” del dinero obtenido por tráfico de estupefacientes. Además, el sector forestal peruano, pese a
esfuerzos recientes, se caracteriza por cierta falta de transparencia (DAR, 2012).
9. TURISMO
Como se ha visto, el turismo está creciendo en Loreto y las perspectivas son buenas, sin duda, habida cuenta de
la extraordinaria oferta que este departamento ofrece y que continúa muy subutilizada. Estudios de expertos
españoles, entre ellos González (2008) y Cebrián y Juárez (2010), además de un estudio de Prialé (2011) ratifican
la importancia de lo que denominan el circuito Iquitos-Río Amazonas, aunque también admiten que poco del
desarrollo actual ha beneficiado a las poblaciones locales. Pero clara y unánimemente reiteran el gran potencial
de Loreto para un desarrollo turístico considerable y beneficioso para todos los estamentos sociales.
Sin embargo, la mayor parte de los planes de desarrollo que incluyen el turismo parecen esquivar el verdadero
potencial de la región, insistiendo demasiado en supuestos atractivos urbanos y relegando los naturales, que son
los que realmente pueden convertirse en productos turísticos importantes, contradiciendo las conclusiones de
los expertos. El Plan de Promoción de Inversiones de la Región Loreto (Proinversión, s/d) es un buen ejemplo de
esto que se repite en otros planes. En este se da prioridad a atractivos de segunda o tercera en áreas urbanas,
pero prácticamente no se consideran las áreas naturales protegidas que, en definitiva, son las que mejor pueden
ser productos turísticos de primera línea si se invierte en ellas. Prialé (2011) dice al respecto que se debe tener
en cuenta que la naturaleza de Loreto, a lo largo del Amazonas, es una marca de alta recordación, pero que los
costos de verlo aún son altos, teniendo en cuenta las distancias respecto a los principales mercados emisores.
El 13 de agosto de 2012, la Amazonía recibió oficialmente la distinción de “Maravilla Natural del Mundo” del
presidente de New7Wonders, Bernard Weber, en presencia del presidente de la República del Perú. La región y
su río emblemático fueron coronados junto a otros seis atractivos naturales en un concurso global que alcanzó
más de mil millones de votos. Esta es, sin duda, una nueva muestra del interés y la curiosidad que los habitantes
del planeta tienen por la Amazonía, reiterando su enorme potencial turístico, actualmente tan desaprovechado
especialmente en Loreto. Por esta razón, la calidad del producto debe ser protegida evitando la degradación del
ecosistema por los avances de la actividad humana.
De otra parte, el turismo puede ser responsable de diversos impactos ambientales y sociales y por eso debe ser
cuidadosamente planificado y ejecutado. Entre sus impactos se cuentan: (i) impacto en el suelo, en el caso de
© M. Antúnez / WCS
Por su escaso desarrollo, en Loreto estos problemas no son aún significativos aunque ya han aparecido críticas,
como la mencionada ausencia de beneficios evidentes para las comunidades locales. El turismo, a falta de atractivos
naturales, se vuelca con facilidad al turismo sexual, que ya es evidente en Iquitos y al turismo en busca de drogas,
como también es ya patente en Loreto. Otras formas de turismo, por ejemplo el de pesca deportiva, aunque tiene
ventajas y potencial, puede afectar severamente las poblaciones de determinados peces en áreas restrictas. Ya el
turismo y la visita de áreas protegidas, si no están bien regulados, pueden traer problemas serios (Dourojeanni y
Pádua, 2007) que los planes de manejo respectivos deben paliar.
Lamentablemente, la única evolución predecible para la pesca en ámbitos naturales es ampliamente negativa.
Las tendencias estadísticas históricas no dejan lugar a dudas al respecto. Es probable que la “producción”
pesquera aumente durante parte de la próxima década pero eso se deberá esencialmente, como hasta ahora, a
dos hechos: (i) la extracción de un número mayor de especies, que antes eran despreciadas por su menor tamaño
y peor sabor si era comparado a otras consideradas nobles que, por entonces, eran abundantes, y (ii) al aumento
del esfuerzo de pesca, en base a más pescadores, más y mejores embarcaciones de mayor tamaño, y a métodos
cada vez más sofisticados de extracción que, frecuentemente, incluyen el uso de peligrosos agrotóxicos. Esa
es una receta para el desastre y este no se hará esperar, como lo demuestran los estudios que se han hecho al
respecto (García et al., 2008). Estos autores, por ejemplo, examinando la evolución de la producción de 1984 a
2006 constataron que se usaban apenas 21 especies hasta 1995, pero que entre 1995 y 2006 pasaron a usarse
61 especies. Pero este mismo proceso ha sido registrado en toda la Amazonía (Goulding et al., 1995) y también,
por cierto, específicamente para el paiche (Alcántara et al., 2006, Farel y Azurdy, 2006; García et al., 2008;). Aunque
mal documentada, esta situación es igual o peor para los peces decorativos u ornamentales, pues en estos el
valor de las especies raras aumenta desproporcionadamente haciendo que la captura se oriente cada vez con
más intensidad sobre ellas.
Los planes gubernamentales resaltan esta situación que es tan obvia que no se puede esconder pero, en
lugar de proponer medidas para resolverla, todas las propuestas se orientan, por el contrario, a aumentar
el esfuerzo de pesca. En efecto, en todos los planes y estrategias del GOREL se menciona la necesidad de
mejorar las facilidades portuarias para el desembarque y el transporte del pescado o brindar apoyo técnico
y facilidades financieras para que los pescadores adquieran mejores barcos y pertrechos. Es decir, se planea
aumentar el esfuerzo de pesca en lugar de moderarlo y controlarlo, por ejemplo creando zonas vedadas para
la regeneración del stock86 o fomentando opciones de manejo extensivo de pesca a nivel local. De hecho, la
pesca es una actividad rentable inclusive para los pescadores artesanales. Álvarez y Ríos (2009c) muestran
que los indicadores de rentabilidad económica (ingreso neto y relación ingreso/costo) presentan valores
netamente positivos aunque marginales para la pesca y acopio artesanales. El análisis de sensibilidad indica
que la actividad es más sensible a la reducción de los ingresos que al incremento de los costos. Es decir, que
los planes responden probablemente más a la presión de los pescadores que al interés de mediano y largo
plazo de la población, que enfrentará prontamente una escasez drástica de pescado o que deberá pagarlo
muy caro.
La principal opción que ofrece el GOREL frente a esta grave situación es la sustitución gradual de la pesca en
ríos y cochas por la piscicultura, a la que estimula en todas las formas posibles (ver, por ejemplo, la Estrategia
de Desarrollo de la Acuicultura en la Región Loreto preparada por Tradingconsult (MINCETUR, 2008). No hay
nada contra eso, pues es sin duda una buena alternativa (Guerra et al., 1996), pero no cabe olvidar algunos
hechos básicos: (i) la Amazonía baja, como Loreto, es per se un criadero natural de peces; (ii) la alimentación
de esos peces es provista por los sedimentos que vienen de los Andes y es enteramente gratuita; (iii) los peces
están al lado de las viviendas de los habitantes de la Selva sin que ellos tengan que ir a comprar pescado en los
mercados urbanos, y (iv) la calidad del pescado producido en cautiverio es siempre menor que el producido en
la naturaleza y su costo de producción es siempre incomparablemente mayor. O sea, que aunque se promueva
la piscicultura, que ciertamente tiene posibilidades, es equivocado abandonar o condenar a su destrucción el
potencial pesquero natural.
La piscicultura ha merecido varios estudios en Loreto, en especial en el eje vial entre Iquitos y Nauta (Alcántara y
Colace, 2001; Álvarez y Ríos, 2009b) lo que tiene sentido para abastecer la capital. Según Tradingconsult (2008), a
lo largo de la carretera Iquitos-Nauta ya existe en la actualidad infraestructura acuícola para sustentar el desarrollo
de la oferta exportable de una o más de las especies ya cultivadas. Estiman que en el área de influencia de esa
carretera existen 76.000 ha con aptitud de buena a muy buena para el cultivo de peces y moluscos. Los dos
problemas principales, la alimentación y sus complementos, y la obtención de alevinos, estarían en camino
de resolverse. En cuanto a la producción de alimento para peces, el GOREL, dentro de su Plan de Gobierno
“Selva Productiva”, ha planificado la instalación de dos plantas productoras de alimento extrusado (en Nauta e
Iquitos, respectivamente) que deben dar soporte a la producción. Aun así, en la actualidad subsisten dificultades
relacionadas a los insumos para la elaboración de dietas, en especial los altos precios de las harinas (pescado,
soya, maíz y trigo). El otro problema es el de la obtención en la naturaleza de alevinos o, en cambio, su producción
en laboratorio. En el caso del paiche, ese tema estaría garantizado con el manejo de poblaciones naturales y por
los avances en cuanto a reproducción inducida.
86 Pacaya y Samiria fueron, en la década de los años 1940, zonas de reserva pesquera, precisamente con el fin de proteger el recurso y
alimentar con sus excedentes los ríos Marañón, Ucayali y Amazonas.
De otra parte, a pesar del interés gubernamental y del potencial, la expansión de la piscicultura no ha sido tanta
como se esperaba. Más grave es el hecho de que muchos establecimientos de piscicultura o piscigranjas en
Loreto están mal construidos y pobremente conducidos, sin apoyo técnico y sin medios o, a veces, más como
pasatiempo que como negocio. Por ese motivo su productividad es sumamente baja y es una actividad riesgosa.
En efecto, su mal manejo puede acarrear problemas serios para los demás establecimientos por la difusión de
enfermedades o parásitos y, peor aún, también para las poblaciones naturales. Pero, a pesar de esos problemas
se confía en que la acuicultura, especialmente en el eje Iquitos-Nauta, continúe desarrollándose rápidamente
e, inclusive, se espera que su producción pase a niveles exportables, aprovechando del aeropuerto de Iquitos.
La acuicultura es presentada como una estrategia para evitar la presión de pesca sobre las poblaciones naturales,
pero eso solo puede, eventualmente, ser cierto a nivel de las ciudades si la producción aumentase mucho y
su precio disminuyese. De otra parte, es verdad que la piscicultura, por ejemplo, compite ventajosamente en
términos ambientales con la pecuaria, que implica deforestar extensas áreas para una producción de proteína
por superficie que es ínfima. El desarrollo de la acuicultura no implica la tala o transformación de grandes
extensiones de bosques. Al contrario, puede usar áreas marginales o degradadas, y mitiga el impacto de la
agricultura migratoria sobre los bosques, al ofrecer alternativas laborales y de ingresos con uso intensivo de
mano de obra a productores rurales que de otro modo se dedicarían a actividades de mucho mayor impacto
sobre el bosque.
11. CAZA
El futuro de la caza es aún más difícil de prever que el de la pesca, pues no hay estadísticas recientes o confiables
sobre la producción o la exportación. Pero no es necesario disponer de esa información para asegurar que el
futuro de la caza como actividad económica es muy poco alentador, tanto por el agotamiento de las presas a
distancias económicamente viables debido a la caza abusiva, como por las crecientes restricciones al comercio
internacional de productos de la fauna silvestre. Pero es probable que continúe como actividad marginal y
esencialmente ilegal, en especial en el caso de animales vivos muy valiosos.
El problema es que por falta de respeto a principios elementales de manejo, tanto la caza comercial como
la que se practica para consumo humano, que frecuentemente están combinadas, tienen creciente dificultad
para encontrar presas, que son cada vez más raras y más alejadas. Confirmando tendencias incipientes ya
observadas más de 40 años atrás por Pierret y Dourojeanni (1966, 1967) y corroboradas en gran medida en
las décadas siguientes (Ríos et al., 1973; Gaviria, 1981, Peres, 2000), la situación continúa deteriorándose hasta
niveles extremos, como lo demuestran Sánchez y Vásquez (2007), que estudiaron la presión de caza para el año
2005 en la comunidad nativa Mushuckllacta de Chipaota, ubicada en la zona de amortiguamiento del Parque
Nacional Cordillera Azul. Ellos encontraron que la caza de venado rojo, paca y tigrillo es insostenible y, asimismo,
que 15 especies se encuentran bajo procesos de extinción local y, peor aún, que probablemente la maquisapa
y varias de las aves más consumidas por la población ya han sido extirpadas del ámbito comunal. A pesar de
eso, como es público y notorio, en abierta violación a la legislación vigente, se comercializa carne de monte en
cualquier mercado urbano y los restaurantes “turísticos” de Iquitos publicitan abiertamente platos hechos con
especies prohibidas para consumo comercial. En otros departamentos amazónicos esa práctica se disimula con
la existencia oficial de zoocriaderos, pero ninguno existe en Loreto.
Más aun, la presión sobre especies raras y valiosas está aumentando. Por ejemplo, Maldonado (2011) reporta
altos niveles de tráfico de monos nocturnos (Aotus nancymaae, A. vociferans y A. nigriceps) en el área tri-fronteriza
Brasil-Colombia-Perú para el mercado de investigación biomédica sobre malaria. Entrevistas con 43 colectores/
Es decir, que si no hay un cambio drástico de estrategia, y ningún plan de desarrollo del GOREL lo hace prever, es
de esperar que en 2021 la mayor parte de las especies de la fauna de uso comercial (pieles y cueros, y animales
ornamentales) y de consumo humano apenas subsista en las áreas naturales protegidas y que, en consecuencia,
la población rural pierda gran parte de esa importante fuente de proteína animal. Algunas especies como las
que se adaptan a ambientes antropizados, como majás, carachupa, añuje y otras pocas, continuarán, sin duda,
estando disponibles si no se exagera su caza.
Una de las pocas prácticas positivas de manejo de fauna silvestre observadas en Loreto, se encuentra en el
manejo de tortugas acuáticas realizado en la Reserva Nacional Pacaya Samiria, exitosa en relación a la taricaya,
mas no así con respecto a la charapa, cuya población está seriamente amenazada (Ferronato y Morales, 2012) y
para la que las técnicas actuales de salvataje parecen no funcionar (Bock et al., 2001).
¿Cuánto se espera que crezcan las ciudades loretanas en la próxima década? No hay estudios que muestren
esa progresión, pero es evidente que las ciudades crecerán mucho hasta 2021 empujadas por el aumento de
la población residente, por el incremento de la migración de pobladores rurales a las ciudades y, cada vez más,
por la migración de pobladores de otros departamentos del Perú, en la medida en que las conexiones viales se
efectivicen. Según el INEI (2006), la población total de Loreto en 2021 alcanzaría 1.156.000 habitantes, de los que
774.300 vivirían en las ciudades, pero ese estimado es apenas tendencial. Es decir que la población seguramente
crecerá bastante más que eso, especialmente cuando se conecte por carretera o ferrocarril. Obviamente, Iquitos
y Yurimaguas continuarán siendo los dos centros poblados que más crecerán, pero es de esperar que todos los
que son actualmente importantes, como Nauta, Contamana, Orellana y Requena, también aumentarán aunque
en menor proporción. El crecimiento de Contamana y Orellana puede ser muy grande si se completa, como es
probable, la carretera que las uniría al valle del Huallaga y/o a Pucallpa.
El crecimiento urbano responde, como es bien sabido, a las mayores oportunidades de empleo mejor remunerado
en industria, comercio y sector público y, obviamente, a la mejor calidad y disponibilidad de servicios públicos
como salud y educación, además de energía, agua potable y saneamiento. Si las previsiones sobre la expansión
del sistema de transportes regional, el aumento de la disponibilidad de energía y el incremento del extractivismo
petrolero y maderero se cumplen, aunque sea en parte, es evidente que el desarrollo industrial de Loreto será
sustancial y atraerá más gente. Pero, como se observa en Iquitos, el crecimiento poblacional rápido no implica
siempre la creación de esas condiciones para los recién llegados pobres, por lo que, en realidad, lo que crece
El INEI (2009) reporta que 43 distritos loretanos fueron afectados por problemas de contaminación en 2007:
14 por disposición inadecuada y quema de basura y rastrojos, 25 por aguas servidas a cielo abierto, 16 por
crianza inadecuada de animales domésticos, 38 por deforestación en periferia urbana, 11 por gases de vehículos
motorizados, 9 por ruidos encima de lo permitido y 6 por emisión de partículas y gases de fábricas o aserraderos.
También se reportaron, en 2008, 28 fuentes ionizantes y 45 fuentes de radiación usadas en industrias en Loreto.
Es decir que, confirmando lo que es observable a simple vista, la situación ambiental urbana de Loreto ya es mala
y su previsiblemente rápido crecimiento poblacional e industrial no contribuirá a mejorar la situación.
Ningún territorio está libre de las influencias de lo que hay, ocurre o se hace en los territorios vecinos y, por último,
eso también es verdad a nivel del planeta, como en el caso del cambio climático. Hay influencias naturales, como
las que se desprenden por el hecho de que los ríos que pasan por un territorio pueden nacer en otro, que
tiene tierras más altas, determinando las características de dicho curso de agua. Esos ríos, por el mero hecho de
erosionar determinados materiales del sustrato geológico pueden acarrear, de un territorio al otro, elementos
químicos que, por ejemplo, pueden ser tóxicos. Pero, las influencias más importantes son generadas por lo que
hace la gente de esos otros territoritos. Las principales se refieren: (i) a los impactos en las cuencas hidrográficas,
que repercuten río abajo y (ii) a las acciones o inacciones públicas que facilitan actividades lícitas o ilícitas en el
territorio de otros. Estas influencias son especiales en el caso de Loreto pues, además de ser un territorio con tres
grandes fronteras internacionales recibe la influencia de seis cuencas, de las que dos (Ucayali y Huallaga) están
enteramente en el Perú y de cuatro principales que el Perú comparte con Ecuador (Marañón y Napo), Colombia
(Putumayo) y Brasil (Yavarí).
En el cuadro 68 se muestra la extensión que tienen las cuencas arriba mencionadas dentro y fuera de Loreto.
Como se observa la cuenca dominante es la del Marañón, seguida de cerca por la del Ucayali y luego la del
Putumayo. El hecho es que Loreto está influenciado por lo que ocurre en más de 114 millones de hectáreas
de las cuencas de sus ríos y que, por lo tanto, más que cualquier otro departamento peruano, es susceptible
a decisiones y eventos en gran medida fuera de su control. No por eso debe dejar de tenerlos en cuenta para
planear su futuro.
Notas: *Información de NatureServe, ** Huallaga es, en realidad, parte de la cuenca del Marañón.
Elaboración propia
Ecuador domina aproximadamente el 20% de la cuenca del río Marañón y alrededor del 35% de la cuenca del río
Napo. En realidad, toda la cuenca amazónica de Ecuador drena en Loreto, pues eso ocurre hasta con la norteña
provincia de Sucumbios que alimenta al Yavarí. Ecuador tiene seis provincias amazónicas, cuyos nombres
corresponden todos, menos dos, a ríos también peruanos: Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Pastaza, Napo,
Orellana y Sucumbios. Es decir, que todo lo que allí ocurre tiene influencia en Loreto. En términos político-
administrativos, la Amazonía ecuatoriana tiene 11.574.449 ha. En términos de cuenca, la extensión es mucho
mayor. La población de la Amazonía ecuatoriana es de 740.000 habitantes y crece rápidamente. Las provincias
de Sucumbios, Morona Santiago, Orellana y Napo son las más pobladas, las que crecen más y están en la cuenca
del Napo.
Ecuador explota su petróleo amazónico, del que aún tiene grandes reservas, desde hace más de 50 años y
los impactos ambientales y sociales de esa actividad han sido ampliamente difundidos dadas sus dimensiones
realmente preocupantes (San Sebastián y Hartig, 2004) que, inclusive, han determinado recientemente actitudes
radicales del gobierno de ese país con el objeto de evitarlas en el futuro. El 65% del área de la Amazonía ecuatoriana
está abierto a la exploración petrolera, sobreponiéndose a tierras indígenas y áreas naturales protegidas. En
ese país la legislación permitía el uso del subsuelo inclusive en los parques nacionales, como Yasuni, que es
fronterizo con Loreto. Se estima que un cuarto de las reservas de petróleo ecuatoriano están en ese Parque
y, para explotarlas, se han construido carreteras que han incentivado otros usos indeseables. Pero en 2007, el
gobierno decretó un área intangible de 758.000 ha dentro del Parque para proteger indígenas en aislamiento
voluntario y, además, ha limitado el uso de parques para petróleo. En la última década, frente al agotamiento de
los primeros pozos más próximos a los Andes, el interés se concentra en el llamado suroriente, es decir también
en las proximidades de Loreto. Eso incluye los lotes 41, 38, 36, 33 y 25 que colindan con la frontera entre Ecuador
y Loreto, en la provincia de Pastaza y, evidentemente, varios más al norte de los mencionados. En ese contexto,
se ha considerado la posibilidad de que el petróleo producido en el suroriente ecuatoriano utilice el oleoducto
norperuano para su exportación.
Los estimados de derrames de crudo y de aguas de formación en la Amazonía ecuatoriana son colosales,
especialmente los acumulados por la Texaco. Además, han continuado hasta tiempos recientes, especialmente
en las operaciones manejadas por Petroecuador, que tiene equipamiento anticuado y mal mantenido, con gran
incidencia de corrosión.
Obviamente los proyectos mineros también pueden influenciar en los ríos que llegan a Loreto pero, por su
localización, ellos afectarán primeramente al departamento de Amazonas. Los proyectos grandes que están
previstos son: Mirador y Cóndor (Fruta del Norte) con 97.973 ha en la provincia Zamora-Chinchipe, y Panantza-
San Carlos (3.200 ha) en Morona Pastaza. Los tres son de empresas canadienses para explotar cobre, oro y plata
por el método de tajo abierto (Izko, 2012). En Ecuador como en Perú la pequeña minería es importante y siempre
es difícil distinguirla de la informal, además de ser extremadamente contaminante. Se localiza principalmente
en Zamora-Chinchipe.
En Ecuador como en Perú existe un enorme potencial hidroenergético en la cuenca amazónica. Actualmente es
poco explotado pero hay 75 proyectos de explotación de esa fuente localizados en la cuenca, dentro y fuera del
bioma amazónico que, de realizarse, generarían 11.674 MW. Los más importantes son Coca Codo Sinclair (1.500
MW) ya en construcción y localizado en el río Coca, uno de los formadores del Napo, y Verdeyacu Chico (1.173
MW), en fase de estudio de pre-factibilidad, en el río Verdeyacu, también en la cuenca del Napo. Según Finer y
Jenkins (2012), en Ecuador existirían 60 proyectos en ríos por ahora libres de represas. Obviamente, todos esos
proyectos incluyen una serie de líneas de transmisión.
La agricultura tiene un desarrollo considerable en la Amazonía ecuatoriana. Según la reseña de Izko (2012),
de las 1.071.685 ha de suelo bajo uso agropecuario de la Amazonía, el 76% está en pastos cultivados, 10% en
pastos naturales y 14% en agricultura, incluyendo barbechos y tierras en descanso. Los principales cultivos son
café, plátano, maíz, cacao, caña de azúcar y plátano. La agricultura se concentra especialmente en Sucumbios
y Orellana, al noroeste de la Amazonía de Ecuador. El área de palma aceitera está aumentando rápidamente
(15.200 ha en 2005). En 2002 había 523.000 cabezas de bovinos, principalmente concentrados en Morona
Pastaza. La agricultura, obviamente, está asociada al desarrollo vial, concentrado en las mismas provincias. Pero,
Se calcula que la deforestación acumulada en la Amazonía ecuatoriana es de 1.884.202 ha, lo que equivale al
19,8% de los bosques originales o al 16,3% de su Amazonía político-administrativa (Izko, 2012). Este porcentaje
de deforestación es 18 veces mayor que el de Loreto y en términos absolutos es casi el doble. Además, por las
tendencias de desarrollo de esa región, deberá aumentar mucho y rápidamente en la próxima década.
En términos ambientales positivos, hay 3.342.000 ha en parques nacionales y otras categorías de áreas naturales
protegidas, más una red de bosques protectores. Es decir que en teoría el Ecuador protege el 27,6% de su
Amazonía. Lamentablemente, este porcentaje está limitado por dos hechos: (i) los territorios indígenas están
superpuestos a las áreas naturales protegidas y en consecuencia todas son de uso directo y, bajo ciertas reglas,
pueden ser explotados para agricultura y otros usos, y (ii) aunque un dispositivo reciente lo limita, la legislación
no prohíbe el uso del subsuelo en áreas naturales protegidas, por lo que hidrocarburos y minerales también
pueden ser explotados. Dos de esas áreas (la Reserva Faunística Cuyabeno, con 603.400 ha y el Parque Nacional
Yasuní, con 982.000 ha) son contiguos a la frontera con Loreto (en Maynas). Los territorios amazónicos indígenas
ecuatorianos cubren 7.301.000 ha, es decir que abarcan el 76% del área del bioma.
Por su localización geográfica, las influencias o impactos ambientales que puedan derivarse de las actividades
económicas de esos dos países sobre Loreto son incomparablemente menores que los que se producen en
Ecuador o en las cuencas del Marañón o del Huallaga y del Ucayali en Perú. Los ríos Yavarí y Putumayo, en
principio, drenan esos problemas hacia el Brasil, aunque pueden tener impacto local en esos mismos ríos. Tanto
del lado brasileño como del colombiano no existen en la actualidad actividades económicas legales significativas.
Son más importantes del lado brasileño del Yavarí donde, respondiendo a una política de fronteras vivas, se han
establecido una sucesión de actividades ganaderas de baja intensidad apoyadas por pistas de aterrizaje. Hay,
asimismo, un extenso territorio en el Estado de Amazonas que está efectivamente en poder de grupos indígenas
con procesos de reconocimiento en marcha. Al sur, Loreto coincide con el extremo norte del Parque Nacional
da Serra do Divisor, del Brasil. Del lado peruano, como bien se sabe, ahora proliferan los cultivos de coca y la
extracción ilegal de madera.
La situación con el Putumayo colombiano está dominada por territorios indígenas, y ya en pleno trapecio
amazónico, ese país tiene el Parque Nacional Amacayacu. Un poco al norte, no lejos de las fronteras con Brasil
y Loreto, hay otros dos parques nacionales: Río Pure y Cahuinari. A lo largo de la orilla del Putumayo, el uso
agropecuario es ínfimo. Los problemas ambientales en esas fronteras pueden ser más relevantes en el futuro
pues Colombia tiene cierto interés en el potencial petrolero del Putumayo (Arenas et al., 2011) y, de otra parte, no
hay duda de que el conjunto de desarrollos urbanos y rurales conexos, representados por Leticia y varios caseríos
cercanos sobre el Amazonas (Colombia), Tabatinga, Benjamín Constant y Atalaia do Norte (Brasil) y Caballococha
(Perú) tenderán a confluir en el futuro mediato.
En esas dos fronteras, el problema para Loreto y los países vecinos es mucho más social que ambiental. En efecto,
ellas son propicias para el desarrollo de actividades ilegales tales como el cultivo de coca (Chirif, 2007; Soberón,
2007) y el tráfico internacional de estupefacientes, armas y contrabando en general (Fjeldsa et al., 2005), así
como para el desarrollo de explotación ilegal de oro y de madera. De hecho, es en los valles de los ríos Yavarí y
Putumayo donde esas actividades están tomando fuerza, especialmente en el lado peruano de los mismos. Los
impactos sobre las poblaciones indígenas y ribereñas son muy grandes y, además, la inyección en la economía
loretana del dinero ilegal allí generado es un importante vector de corrupción. Todo indica que esos problemas
se agravarán mucho en la próxima década.
La cuenca del río Marañón en territorio peruano abarca aproximadamente 11 millones de hectáreas y está sometida
a diversas actividades económicas que ya han impactado mucho su ámbito y que tienen marcada influencia en
Loreto, especialmente en la carga sedimentaria del río. En efecto, esta es la cuenca proporcionalmente más
degradada y deforestada, que de acuerdo al PROCLIM (2005), en el año 2000 ya había perdido 1.620.600 ha
(cuadro 9), apenas en el Perú y sin incluir al valle del Huallaga. En ese momento, el departamento de Amazonas
ya había perdido el 27,4% de sus bosques y el de Cajamarca nada menos que el 70,5%. Si a eso se suma la
deforestación de esa misma cuenca en Ecuador, puede deducirse que la situación ya es crítica. Además, en esa
cuenca es donde están previstas 10 de las centrales hidroeléctricas mencionadas por Dourojeanni et al. (2010),
incluyendo la gigantesca en el Pongo de Manseriche (7.550 MW), y la de Rentema (1.525 MW). Finer y Jenkins
(2012) registraron un total de 81 represas existentes o en construcción en toda la cuenca del Marañón, incluida
la del Huallaga y la parte ecuatoriana. Se trata además de una cuenca que en todo su territorio tiene intensa
actividad minera y agropecuaria, por lo que la contaminación por esas fuentes, así como por la de origen urbano,
es importante.
En la cuenca del Huallaga (9 millones de hectáreas) ya se habían deforestado 1.928.390 ha en el año 2000. En esa
fecha, tanto San Martín como Huánuco habían perdido el 37,3% de sus bosques, habiéndose proyectado por lo
menos 6 centrales hidroeléctricas medianas, configurando de esta forma otra cuenca muy afectada. Además de
la deforestación y de los represamientos en ella, hay una fuerte contaminación por agro-tóxicos entre otros los
usados por décadas en el cultivo ilegal de coca (Dourojeanni, 1992), y por contaminantes de origen urbano y
minero. No hay duda que como lo prevén Dourojeanni et al. (2010), la situación en esa cuenca, sometida a gran
presión de desarrollo agropecuario, empeorará mucho en el futuro.
La cuenca del Ucayali abarca 35 millones de hectáreas y, por el momento, es la menos afectada por actividades
humanas, aunque hay muchas que están siendo desarrolladas y proyectadas. Esta cuenca incluye varios
departamentos del sur peruano (Ucayali, Pasco, Junín, Ayacucho, Apurímac, Huancavelica y gran parte de Cusco)
y en ella la deforestación en 2000 ya había alcanzado 2.388.000 ha. Pero la cobertura forestal, especialmente en
Ucayali, aún es considerable.
En esta cuenca se desarrollan todo tipo de actividades y otras tantas están proyectadas, incluyendo obviamente
explotación de petróleo y gas, varias hidroeléctricas muy importantes, agricultura, extracción de madera y
minería. La cuenca del Ucayali, según Finer y Jenkins (2012) tiene 30 hidroeléctricas programadas. Ya existen 6 en
la parte andina de la cuenca, pero hay 19 proyectadas en sus tributarios principales, Tambo y Urubamba, ya en el
bioma amazónico. Cuatro de estas son muy grandes (Mainique, Paquitzapango, Tambo 40 y Tambo 60).
Es interesante resaltar que si bien a priori Loreto parece más protegido que otros departamentos contra desastres
naturales por su carácter relativamente plano y por ser menos susceptible a sismos, esto realmente no es así.
Las estadísticas sobre desastres naturales a nivel nacional revelan un panorama muy diferente (INEI, 2009). Por
ejemplo, en el lapso 1999/2000, Loreto tuvo el 60,2% del total nacional de viviendas afectadas por desastres y el
64,7% de los damnificados a nivel nacional. Además, las emergencias ambientales en Loreto están aumentando,
habiendo pasado de 47 en 1999 a 304 en 2008, con un pico de 369 en 2004. Es decir que Loreto, entre 2004 y 2008,
ha reunido del 7 al 9% de todas las emergencias que se registraron en el Perú. Estas, obviamente, corresponden
esencialmente a las inundaciones extraordinarias, como la que se ha presentado también en 2012, cuando se
preparaba este estudio.
Los distritos de Loreto, según el INEI (2009), registraron en 2008 problemas serios con lluvias intensas (38), vientos
fuertes (24), sequías (6), desbordes de río (37) y, por cierto, inundaciones (42), derrumbes (3) y deslizamientos (17)
e inclusive sismos. Entre 1998 y 2008 en Loreto se registraron siete sismos de más de 5 grados en la escala Richter,
siendo la provincia de Alto Amazonas el lugar más susceptible.
Los impactos sociales de las inundaciones son bien conocidos y son muy visibles. La de 2012, por ejemplo,
ocasionó pérdidas económicas considerables tanto a los afectados como al GOREL, que debió asistir a los
desplazados que insisten en asentarse en áreas obviamente de alto riesgo sin que el gobierno tome providencias
para evitar ese comportamiento que se repite todos los años, y en algunos casos con la promoción de los
mismos gobiernos locales. De otra parte, esa inundación como las anteriores provocó, asimismo, una ampliación
indeseable de la ocupación ilegal de tierras y nuevos costos para brindar servicios públicos en lugares que no
debieron ser ocupados. Es obvio que las inundaciones también acarrean serias consecuencias para la salud
pública, ya que crean condiciones para la proliferación de enfermedades vinculadas al agua, así como más
accidentes, por ejemplo por mordidas de serpientes ponzoñosas, entre otros.
Pero menos conocido que las inundaciones aunque igualmente serio es el caso de las sequías o “secas”. Estas,
aparentemente cada vez más agudas, no solamente ponen en jaque el aprovechamiento anual de las llamadas
“varzeas” sino que impacta drásticamente en el recurso hidrobiológico, especialmente en la reproducción de los
peces aprisionados en cochas sin salida. Además, las secas ocasionan un déficit hídrico considerable en el suelo
hasta profundidades insospechadamente grandes y, en esas condiciones, los riesgos de incendios forestales,
inclusive naturales, son elevados como se ha constatado en el estado de Amazonas y en otros lugares, en Brasil
(Nepstad et al., 1999) y en Madre de Dios y el Acre (Brown, 2005).
Un desastre natural recurrente en Loreto, aunque acontece en toda la Selva, es el llamado friaje. Los friajes son
conocidos localmente como “fríos de San Juan” o “fríos de Santa Rosa”, que se presentan durante los meses de
Habida cuenta del aumento de la población, de su frecuente concentración en lugares de riesgo como las
áreas inundables cerca de las ciudades, y del cambio climático en proceso, acrecentado por las actividades
humanas como la deforestación en las cuencas de los grandes ríos que riegan Loreto, no cabe duda de que su
susceptibilidad a la mayor parte de los tipos de desastres ambientales mencionados, en especial inundaciones y
sequías, aumente mucho en los próximos diez años.
15.1 Impactos acumulativos de las políticas, planes y/o programas y de las actividades
económicas en Loreto hacia la siguiente década
Para los que históricamente toman las decisiones en Loreto, como se ha visto, el problema del desarrollo parece
centrarse esencialmente en dos temas: (i) la conectividad y (ii) la disponibilidad de energía. Según esta visión,
si el departamento de Loreto está conectado por vía terrestre al resto del país y a los países vecinos y dispone
de energía suficiente, el desarrollo económico vendrá automáticamente, a través de la expansión agropecuaria,
de la explotación forestal y de las industrias relacionadas. Todo el resto de lo que compone el concepto de
desarrollo sería consecuencia lógica de esas dos medidas: empleos bien remunerados, educación y salud, vías
de comunicación internas de buena calidad, seguridad social, etc. y una población feliz. Ese es, en esencia,
el mensaje que se destila de los planes de desarrollo regional que, eso sí, también aceptan la explotación de
hidrocarburos en la medida en que estos no dejen de contribuir al financiamiento regional.
¿Pero, será verdad que con interconexión vial y energía se resuelven casi todos los problemas de Loreto? ¿Acaso
San Martín y Ucayali, más próximos a Lima y conectados al resto del Perú desde hace medio siglo, han alcanzado
o están siquiera próximos a alcanzar un nivel de desarrollo deseable? La conexión vial terrestre traerá obviamente
un aumento de la migración interna cuyas dimensiones pueden ser colosales, como se ha visto en Madre de
Dios y como se observa en la provincia ya conectada de Alto Amazonas. Esto implica, obviamente, necesidades
crecientes en servicios públicos que ya son deficientes. De otra parte, los mismos planes de desarrollo reconocen
que la capacidad de uso mayor de los suelos del departamento para agricultura es muy limitada y, peor aún, que
las manchas de suelos aptos están muy dispersas. Entonces ¿de dónde viene el supuesto de que la expansión
agropecuaria alimentará el desarrollo económico y la industria asociada? De otra parte, los bosques están
tanto mal explotados como sobre-explotados y, aunque todavía guardan potencial, abrirlos súbitamente a una
explotación mayor solo augura su rápida destrucción. Es decir que falta algo en esa estrategia. En realidad, como
se verá, falta mucho.
Para estimar el impacto ambiental de las propuestas de desarrollo de Loreto existen dos alternativas: (i) usar
la información de los planes, tal como están, suponiendo que se materialicen en los plazos fijados por ellos o
(ii) usar la información ya procesada en este trabajo en términos de probabilidad de lo que pueda realmente
ocurrir en el lapso 2012-2021. Si los planes estuvieran bien hechos no sería necesario especular y se usarían
directamente sus propuestas para vislumbrar el futuro, lo que a decir verdad ellos mismos deberían brindar.
Pero en la práctica no ofrecen esa posibilidad ya que, como se ha reiterado, los planes existentes son deficientes,
ambiciosos y contradictorios, además de ignorados por los gobernantes. A continuación se especula sobre la
base de la segunda opción que, en muchos aspectos, también puede parecer un tanto exagerada, especialmente
en lo referente a carreteras nuevas que serían efectivamente construidas en el plazo de 10 años.
En el cuadro 70 se ha hecho un esfuerzo por presentar una sinopsis de lo previamente discutido, en la que se
han añadido algunas cifras que parecen coherentes donde no se habían producido antes. Se trata, apenas, de
una especulación y su pretensión es solo mostrar lo que debe ser hecho con más y mejor información, en base
a la cual es que se discute la deforestación y los otros impactos ambientales esperables.
CUADRO 70. Sinopsis de la situación posible/previsible de la infraestructura y del uso de recursos de Loreto en 2021
Situación Situación
Tema /Ítem Comentario
actual previsible
Alcanzar ese kilometraje depende de recursos petroleros
1.956 km
y de si se hace o no la ferrovía. Pero también podrían
Carreteras 630 km (1.326 km
construirse junto con la ferrovía. No todas estarían
nuevos)
concluidas.
Si se opta por la ferrovía, posiblemente no estará
Transporte concluida en 2021. Si no se hace la Iquitos-Yurimaguas,
Ferrovías 0 ¿576 km?
probablemente tampoco se haría la Iquitos-Mazán. Pero
podría hacerse todo.
En la actualidad no existen hidrovías, apenas ríos
0 (quizá apenas
Hidrovías 0 navegables. Las hidrovías no tienen prioridad política
señalización)
efectiva.
CH Mazán y
Es probable que Loreto sea autosuficiente en base a
Hídrica 0 otras 2 o 3,
energía hídrica.
Energía menores
Para atender localidades aisladas. Si demora la construcción
Térmica 17 17 + n
de las hidroeléctricas, posiblemente se construirán otras.
Uso indirecto 750.000 ha 1.750.000 ha Las propuestas alcanzan de 5 a 7 millones de ha, pero la
oposición de petroleros, madereros e indígenas evitará o
Áreas Uso directo 5.005.000 ha 6.000.000 ha
dificultará su establecimiento. Con suerte se haría un ANP
Protegidas
de uso indirecto en base a una de las zonas reservadas
Transitorias 2.853.000 ha 1.000.000 ha actuales.
Nota: Los datos mencionados son especulaciones basadas en las informaciones disponibles y en las discusiones de las partes I y II de este
trabajo. Como se ha explicado, muchas de las proyecciones usadas no son las que figuran en los planes oficiales, que son mucho más
ambiciosos que los que hemos usado, a pesar de que algunos de estos también puedan parecerlo.
Elaboración propia
No se trata, pues, de una deforestación muy significativa ni alarmante si es que no se produce en tierras que
no sean de aptitud para la agricultura y el pastoreo. Aun así, en términos económicos implica una emisión
de carbono que, de ser evitada, podría ser económicamente compensada cada año. Sin entrar en detalles de
cuánto carbono emitirán los bosques que se deforestarán que, como se ha visto, varía de 100 a 400 TM/ha y
considerando el promedio ya usado por Armas et al. (2009), que es de 165,65 TM/ha, las 482.200 ha que serían
deforestadas a lo largo de carreteras y ríos entre 2012 y 2021 emitirían el equivalente a unos 80 millones de
toneladas de carbono.
Si Loreto optara por la opción ferroviaria y si esta realmente frenara el desarrollo carretero, es posible que
los impactos mencionados disminuyan mucho. También disminuirían si Loreto opta seriamente por usar
hidrovías, acordes a la dinámica de los ríos amazónicos. Pero, en el escenario tendencial nada está definido y,
lamentablemente, las tres opciones y sus combinaciones están siendo todas promovidas al mismo tiempo, unas
con más fuerza que otras.
Obviamente, las carreteras y la actividad agropecuaria no son las únicas causas de la deforestación. Pero, en el
caso de Loreto, las centrales hidroeléctricas previstas no son significativas en esos términos y tampoco lo es
la expansión urbana e industrial. Si, eventualmente, ocurriera en Loreto un proceso descontrolado de minería
informal/ilegal parecido al de Madre de Dios, entonces sí podría ocurrir una deforestación adicional importante.
Pero no hay indicios de que eso suceda. La expansión urbana o industrial tampoco debe añadir demasiada
superficie al total deforestado.
La degradación del bosque es asunto mucho más complejo. Hay técnicas de sensoriamiento remoto que
comienzan a ser usadas para medirla (Souza y Roberts, 2005; Asner et al., 2005) pero sus resultados aún
son dudosos. Por ejemplo, el único ejercicio para medir la degradación en el Perú fue realizado usando esa
tecnología (Oliveira et al., 2007). Según este trabajo, entre 1999 y 2005, el disturbio forestal en gran parte
de la Amazonía peruana afectó 64.500 ha/año88, lo que parece muy reducido. No se encontró la definición
que usan para “forest disturbance”, que no es necesariamente igual a degradación forestal, la que además se
produce en los cuerpos de agua. Por otro lado, en materia de degradación, lo que cuenta es el acumulado
en las áreas de bosques que, después de ser degradadas, no son deforestadas. Si se parte del principio
que toda explotación forestal sin manejo sostenible es un elemento clave de degradación del bosque, a
lo que hay que sumar además disturbios por caza, recolección, contaminación (donde hay explotación de
petróleo u oro), etc., es evidente que la degradación afecta anualmente una extensión muchísimo mayor
que la reportada.
Por ejemplo, si se sabe que la producción controlada de madera en troza de Loreto fue de 638.000 m3 en 2011
(en realidad es mucho más) y que la casi totalidad de esa madera es extraída ilegalmente, o en todo caso sin
88 Asimismo, con esa metodología llegaron a la conclusión de que en ese lapso solo se habían deforestado 63.200 ha/año, lo que está
muy por debajo de cualquier otro estimado ya realizado en el país.
manejo, en el mejor de los casos, solo en Loreto se estaría degradando un promedio de unos 5 m3/ha89; es decir,
unas 138.000 ha/año, a lo que eventualmente se podría restar un porcentaje de 20%, considerando que una parte
de esas trozas proviene de la deforestación90 o de áreas que subsiguientemente fueron deforestadas. Si se toma en
cuenta, por ejemplo, que el impacto de la degradación por explotación forestal descuidada hace sentir su efecto
durante 30 años (un ciclo forestal mínimo), el impacto ya afectó unos 3 millones de hectáreas. Pero si se supone
que para conseguir madera noble, cedro o caoba, se recorren enormes distancias, el impacto abarca extensiones
mayores. Y, como se ha mencionado, a eso hay que sumar numerosas otras causas de disturbio, en especial la caza
y la recolección que se desarrollan sobre áreas muy extensas, así como la contaminación petrolera.
Es decir que en este escenario tendencial, en términos generales, los recursos naturales sufrirán mucho. La
explotación forestal continuará expandiéndose formalmente en base a contratos forestales sobre áreas cada vez
mayores de bosques de producción pero, como ahora, estos serán apenas una pantalla para seguir explotando
madera en forma anárquica, sin manejo, amenazando el recurso futuro y degradando el bosque. Para eso la
“industria maderera” aprovechará, por cierto, las nuevas carreteras que serán construidas. Es probable que
en el transcurso de la próxima década se asista al colapso de la pesquería, tanto por sobrepesca como por
contaminación del agua en ríos y lagunas, entre otros impactos. Y, tal como va el desarrollo de la piscicultura,
no hay evidencia de que esta pueda sustituir esa producción. La caza, asimismo, debe dejar de tener cualquier
importancia económica y ojalá se mantenga en lugares apartados para ayudar a la alimentación rural indígena.
89 Según datos de las concesiones forestales del MINAG, el promedio nacional de aprovechamiento de madera por hectárea es 5,7 m3/ha
en concesiones y 7,2 m3/ha considerando permisos de extracción (Armas et al., 2009). Según el CATIE (2007), en Perú se explota desde
menos de 1m3/ha hasta no más de 7 m3/ha. Especialistas consultados, como J. Malleux, citan volúmenes de entre 2 y 5 m3/ha. Por eso
se decidió usar 5 m3/ha como dato para el estimado.
90 Eso es un supuesto apenas para ser prudente ya que, en general, la madera comercial es extraída antes de la deforestación.
En este escenario tendencial, es de esperar que las tierras en posesión de las comunidades nativas y de los
indígenas en general aumenten bastante, pero no tanto como lo que reclaman. Eso es positivo en términos
sociales y ambientales, pero en este escenario todo seguirá igual en ellas pues, de hecho, ningún plan prevé un
apoyo especial y substancial para el desarrollo de dichas comunidades. Es decir que posiblemente esas tierras
serán progresivamente invadidas, en especial en Alto Amazonas, y serán depredadas por extractores de madera.
Eso será mucha tierra subutilizada y mal utilizada, sin aportar beneficios efectivos a las poblaciones indígenas.
Las áreas naturales protegidas no aumentarán mucho debido a la oposición de las empresas petroleras y del
Ministerio que las ampara, madereros y, también, de los indígenas que en algunos casos son asesorados por
terceros para no aceptarlas. Aun así es de esperar que algunas de las muchas que fueron propuestas sean
efectivamente creadas en los próximos años, pero no todas, no las suficientes o científicamente necesarias. Lo
que no cambiará es el presupuesto exiguo que los gobiernos nacional y regional dedican a las áreas naturales
protegidas, por lo que es de esperar que su estado de protección se deteriore aún más y que no tengan capacidad
para aumentar sustancialmente el potencial de sus atractivos, por lo que las visitas a estas áreas no apoyarán el
desarrollo turístico como sería de esperar.
Un asunto muy importante es vislumbrar el efecto del cambio climático global sobre Loreto, especialmente si se
lo combina con la deforestación y degradación de las cuencas de los grandes ríos que pasan por su territorio y
que, río arriba, están en otros países o departamentos. Pero, asimismo, es importante saber lo que está pasando
en Brasil. En efecto, diversos estudios como los de Marengo (2006), Marengo et al. (2011), y Salati et al. (2009) así
como el informe reciente del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología para Cambios Climáticos91, apuntan a que
el aumento de la temperatura en el bioma amazónico provocará una reducción de lluvias de no menos del 11%
y posiblemente de hasta el 41% hasta el año 2100. El clima más seco conllevará déficits hídricos estacionales que
provocarán la sabanización del bosque y el consecuente aumento de los incendios inclusive naturales (Angelo,
2012). Los ríos tendrán en general menos agua, pero debido a ese mismo proceso, sumado a la deforestación
en la cuenca alta, los riesgos de enormes inundaciones y secas severas aumentarán año a año. El fenómeno
del deshielo sin precedentes históricos de los glaciares andinos del Perú, que perdieron 22% de su masa en los
últimos 30 años, está ampliamente documentado y, obviamente, incide en ese aspecto. De otra parte, las lluvias
que provienen del Atlántico están relacionadas a la evapotranspiración de los bosques del este amazónico,
es decir en Brasil. Con el avance de la deforestación en esas regiones, el aporte de humedad en la atmósfera
disminuye (Salati e Vose, 1984; Salati et al., 2009) y los que ahora se llaman “ríos voladores”, es decir las corrientes
de aire cargadas de vapor de agua que llegan del este, reducen proporcionalmente su caudal. O sea que Loreto
será afectado desde los Andes y también desde Brasil. Este, obviamente, será un fenómeno progresivo pero
parece ineludible.
Leguía et al. (2010) hicieron un estudio sobre lo que el cambio climático provocará en los ecosistemas
agroforestales de la región Ucayali y demostraron que se darían cambios significativos en horizontes al 2020 y al
2050. Especies importantes en los sistemas agroforestales como la bolaina blanca, la capirona y el propio cacao,
verán sus condiciones óptimas desplazarse hacia el oeste. Este es apenas un ejemplo de múltiples cambios a los
que los agricultores deberán adaptarse en el futuro próximo.
Las mejorías perceptibles para la población de Loreto serán: (i) disponer de energía eléctrica segura,
lo que actualmente es un gran problema, y (ii) por las obras en marcha contar con un saneamiento
urbano más adecuado. Pero dado el rápido crecimiento de los barrios marginales, estos servicios
continuarán siendo muy deficientes. Sin embargo, a nivel urbano debe esperarse un gran crecimiento
de la inseguridad como consecuencia de la incidencia local del narcotráfico, asociado a la pobreza y a la
falta de oportunidades.
La mayor parte de la agricultura y de la pecuaria, exceptuando la de tipo industrial, seguirá siendo, como
lo es hoy en día, muy extensiva y con bajísima productividad, dejando sin usar la mayor parte del territorio
deforestado. En este escenario, el GOREL no hará ningún esfuerzo por intensificar el uso de la tierra y aumentar
la productividad, sino que al contrario, como los planes actuales lo prevén, estimulará la expansión de la tierra
cultivada sobre bosques primarios. La proporción entre la tierra deforestada sin uso y la que es efectivamente
usada será la misma o mayor.
En el nivel urbano el desempleo continuará agravándose. En una ciudad como Iquitos, donde una de las
expresiones del desempleo y subempleo es la proliferación de moto-taxis, la conexión vial aumentará el
problema por causa de la competencia con recién llegados y con la disponibilidad de automóviles para ese
servicio. Los servicios públicos, muy deficientes en la actualidad, serán todos bruscamente desbordados por
el aumento de la población que puede extrapolar todas las previsiones.
Nada de lo que está previsto hacer en Loreto contribuirá a evitar o moderar los impactos de desastres naturales
o provocados por el hombre. Al contrario, se sigue permitiendo la deforestación y la ocupación desordenada de
las riberas de los ríos a pesar de saberse que los ríos migran y, peor aún, el GOREL no tiene todavía una posición
establecida respecto a la construcción de la hidroeléctrica del Pongo de Manseriche, que es un riesgo colosal
para el departamento al que no le aportará nada.
En conclusión, el escenario tendencial que lamentablemente es el más probable, ofrece muy poco, o quizás
nada, de realmente atractivo en términos de mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos loretanos, sean
urbanos o rurales.
Las propuestas que se hacen no son “ambientalistas”. Buscan hallar un punto de consenso entre la necesidad
innegable de implementar actividades económicas que impulsen el desarrollo de Loreto, incorporando desde la
planificación del desarrollo mismo, y sin perder de vista el contexto regional, aspectos ambientales y sociales que
eviten o minimicen los impactos negativos de estas actividades si finalmente deciden realizarse. Aun así, el autor
entiende que mucho de lo que propone es muy difícil de lograr. Pero este ejercicio es solo eso, una especulación,
una llamada de atención sobre lo que hay que pensar y discutir cuando se diseña el futuro del departamento de
Loreto. No pretende tener la razón ni insinuar que las sugerencias hechas sean las únicas opciones.
Una de las preguntas fundamentales que se pretende responder en este sub-capítulo es si, como opinan
algunos, el costo del desarrollo sostenible es más alto en el corto y mediano plazo que el desarrollo
“como siempre”, que se transforma en inviable. La hipótesis que el autor defiende es que, muy al contrario,
el desarrollo sostenible de Loreto, además de ofrecer garantías para un futuro mejor y más seguro, es
económicamente más rentable inclusive en el corto plazo. Es como hacer bien las cosas en lugar de seguir
haciéndolas erradamente.
En realidad, la mayor parte de lo que aquí se presenta como desarrollo sostenible es, muchas veces, el equivalente
al sentido común. También es, en muchos casos, el mero respeto de la legislación existente que, a pesar de
sus defectos, tiene muchos elementos conducentes a un desarrollo deseable para la inmensa mayoría de la
población.
El pueblo de Loreto sin duda quiere, simplemente, ser feliz. Para eso necesita poder acceder acceso a beneficios
y oportunidades que tienen o deberían tener todos los ciudadanos pero que, debido al escaso desarrollo relativo
del departamento, los loretanos poseen limitadamente. El menor desarrollo de esta parte del Perú se debe,
parcialmente, al aislamiento geográfico del territorio, pero también en gran medida, como se ha visto, es
consecuencia del uso desordenado del potencial de los recursos naturales, generando desperdicio y daños
colaterales severos. Al desarrollo limitado se suma, en circuito vicioso clásico, una gestión pública ineficiente
que no crea las condiciones para estimular el desarrollo y cambiar el rumbo. Loreto depende demasiado de
decisiones que son tomadas fuera de su territorio, por el gobierno nacional y por el sector privado internacional,
que muchas veces entran en conflicto directo con el verdadero interés de la población regional.
Resulta obvio que la población loretana está insatisfecha, sobre todo cuando se sabe que el censo de 2007
reveló que Loreto, a pesar de su población relativamente reducida, es el departamento que porcentualmente
tiene más peruanos en el extranjero. En Loreto se registró que el 7,8% de los hogares (13.779 hogares) tenía
miembros de la familia en el exterior. En total, hay 37.648 loretanos en el extranjero, es decir más que cualquier
otro departamento del Perú exceptuando Lima (Limachi, 2009). La migración de loretanos a otros lugares del
Perú también es sumamente grande.
Pero al margen de querer disponer de oportunidades de crecimiento personal y social y de servicios públicos
dignos, tampoco existe en la población una imagen objetivo clara de lo que quisieran que sea Loreto en el
futuro. Los políticos y los gobiernos parecen no haber logrado plasmar una visión que la población pueda
mayoritariamente hacer suya y, como se discutió al tocar el tema de los actores en Loreto, cada grupo tiene su
propia visión.
El listado de retos al desarrollo deseable de Loreto es enorme. En este capítulo, se discutirán ciertos temas con
algún detalle, pero en este punto apenas se resaltan sus elementos principales.
Hay retos naturales que deben ser tenidos muy en cuenta. Para empezar, se reitera que el hecho de que Loreto
sea muy grande no siempre es una ventaja, como cuando se trata del reto de la comunicación interna y con
el exterior. De otra parte, Loreto no solamente está dominado por un clima tropical húmedo, sino que por
su ubicación está sometido inevitablemente a condiciones hidrológicas extremas y, de hecho, gran parte de
su territorio es humedal o es inundable. Debido a eso, es una región que dispone de muy pocas tierras con
capacidad natural de uso agropecuario. Eso significa que, fuera de esas tierras aptas que están dispersas, producir
en las demás es más caro que en otros lugares. Además, Loreto, aun si se une por carreteras o ferrovías al resto
del continente, queda lejos y los fletes serán más altos92. Dicho de otro modo, Loreto es menos competitivo que
otras regiones para productos agropecuarios de menor valor específico.
La enorme diversidad biológica de Loreto, que bajo ciertos criterios es una ventaja, cuando se trata de
practicar manejo sostenible del bosque, de la fauna o de la pesca, puede ser una desventaja ya que complica
su aprovechamiento y lo encarece (Dourojeanni, 2011), así como puede significar un obstáculo para la
implementación de proyectos de desarrollo que generarían impactos negativos en los ecosistemas. En cambio,
puede viabilizar otros usos como el turismo en áreas naturales protegidas o la industria farmacéutica, entre varias
actividades económicas.
92 Por ejemplo, Galarza y La Serna (2005) mencionan que el flete del metro cúbico de madera que es de apenas US$9/m3 en Brasil y de
US$12,7/m3 en Bolivia, es de US$21,9/m3 en Perú.
Desde el punto de vista económico, Loreto ofrece particularidades que pesan sobre su desarrollo. La explotación
del petróleo, su principal recurso natural inmediatamente disponible en la actualidad, está allí para quedarse
mientras existan hidrocarburos en su subsuelo. Hasta el presente, Loreto solo ha aprovechado esa ventaja a través
del canon y del sobrecanon. Sin embargo, fuera de eso solamente le ha traído problemas, tanto conflictos sociales
como impactos ambientales. Más aun, es probable que los costos sociales y ambientales de la explotación mal
hecha ya le hayan significado a Loreto mucho más que la compensación recibida por esa vía. Loreto ni siquiera
usa el petróleo de su subsuelo para solucionar su déficit energético, lo que ahora se busca resolver a través de
la hidroeléctrica del Mazán. En base a su planteamiento general, esa hidroeléctrica parece una buena medida,
pero: ¿Por qué no considerar el aprovechamiento del petróleo ahora, en lugar de exportarlo íntegramente y, en
cambio, usar el dinero que se invertirá en Mazán para otras necesidades urgentes? La respuesta a esa pregunta
debe incluir las consideraciones no solo económicas sino también los impactos ambientales a mediano y largo
plazo.
Loreto está relativamente aislado. Este es un hecho y es evidente que, además de la conexión fluvial y aérea
actual, podría tener una o más conexiones terrestres. Pero la conexión terrestre, sea esta por carretera o ferrocarril,
es un punto de no retorno. Una vez lograda, Loreto será rápida e inconteniblemente invadido por migrantes
pobres en busca de tierras y de recursos para sobrevivir, y por empresarios que ven la gran superficie de bosque
de Loreto que como una oportunidad para generarse mayores riquezas sin pensar en el desarrollo sostenible
de la sociedad loretana gracias a las limitaciones del Estado para ejercer un control adecuado sobre esas tierras.
Por eso, cada decisión sobre el tema debe ser cuidadosamente analizada, y será necesario tomar una serie de
providencias previas, lo cual no es el caso en la actualidad en que, simultáneamente, se proponen varias vías
terrestres.
También hay en Loreto una particularidad social que es la presencia de una importante población indígena que
posee y poseerá una superficie aún más considerable de las tierras del departamento. Este hecho es una ventaja
para el desarrollo sostenible si se otorga a esa población una atención diferenciada, preferencial, en especial
en términos de educación, salud y apoyo técnico-financiero para promover el uso sostenible de sus tierras y
bosques. En caso contrario, como en el presente, esas tierras serán explotadas abusivamente, principalmente
por terceros, como es el caso de la extracción maderera, desaprovechando la oportunidad de desarrollo de ese
importante sector de la población, que ya es el más pobre, lo que conllevará cada vez más graves conflictos
sociales.
Finalmente, la población de Loreto, como todos los ciudadanos del Perú, necesita más y mejor educación. Sin
poner énfasis en la educación, el desarrollo es apenas un sueño sin fundamento. Pero, además de ser prioridad,
la educación que se ofrezca debe ser diferente, especialmente diseñada para su realidad ecológica y social, con
el fin de mantener sus características culturales propias.
Loreto tiene ventajas como ningún otro departamento de la Amazonía. Una de las principales es que, a pesar
de todo el maltrato que ya sufrió, aún está suficientemente conservado, íntegro y descomprometido, como
para poder decidir su futuro con mucha libertad. Otros departamentos amazónicos ya no pueden planear su
futuro sin tener en cuenta los pasivos antiguos, como la migración, que pesa tanto en sus servicios públicos y
en su ambiente; otros tienen problemas socioeconómicos y ambientales gravísimos como la minería informal
y el narcotráfico, que en Loreto aún son problemas incipientes. Todos los demás departamentos de la Selva
tienen densidad de población más elevada, carreteras donde nunca debieron existir y una
destrucción irremediable de sus bosques. Loreto es aún un recién nacido que puede
diseñar su futuro en base a las lecciones aprendidas en otras partes de la Amazonía
peruana y de la Amazonía en general.
Loreto aún Como se ha visto, Loreto no tiene mucha tierra agropecuaria pero eso es
es como un recién compensado por la abundancia de sus bosques que atesoran volúmenes
nacido, que puede considerables de madera. Los bosques naturales de Finlandia producen
escoger su futuro casi el 6% de su PBI con la explotación forestal, lo que se eleva al 20% de
sin ataduras ni su PBI cuando se incluye la industria derivada de esa actividad. Los bosques
compromisos. loretanos son mayores en extensión y en riqueza, aunque su explotación es
más compleja. No es un sueño imaginar que Loreto pueda fundamentar su
desarrollo económico en una gama de acciones basadas en el aprovechamiento
del bosque. Eso es técnica y económicamente viable. Apenas requiere una nueva
actitud del pueblo y del gobierno loretano que permita pasar a implantar un aprovechamiento
responsable, bien manejado y sostenible. Loreto aún puede y está a tiempo de hacerlo.
Para compensar el mayor costo del manejo de los bosques tropicales, Loreto tiene otra enorme ventaja que, en
el futuro mediato, será realidad. Se hace referencia a las compensaciones por el servicio ambiental de retención
de carbono en su biomasa y en el suelo. Se trata, potencialmente, de miles de millones de dólares que pueden
complementar anualmente la rentabilidad del manejo forestal y además pagar por la conservación de los
bosques que no serían manejados para producción forestal maderable.
El hecho de que Loreto no tenga mucha tierra para usos agropecuarios no implica que no la tenga. Ya se ha visto
que, en realidad, tiene más tierra con aptitud agropecuaria que la que se cultiva cada año en todo el Perú. Pero
la oportunidad de Loreto no está en plantar soya o maíz ni hacer cultivos de biocombustibles, sino que está en
aprovechar su increíble diversidad de plantas de las que tantas son útiles como alimentos especiales, remedios o
insumos para la industria fitoquímica. Se trata de productos valiosos, con una creciente demanda en el mercado
mundial más exigente. Eso incluye, entre otros ya bien conocidos, el camu camu, la tagua, la uña de gato y la
sangre de grado. Pero en realidad son centenares y hasta miles las plantas que, si se invierte un poco, pueden
convertirse en piedra angular de la economía loretana sin destruir el bosque. En especial las comunidades nativas
pueden aplicar sus conocimientos tradicionales en combinación con los elementos modernos, a través por
ejemplo de la agrosilvicultura. Esta es una las vías abiertas para que esa opción cumpla sus promesas. Pero, otra
vez, el pueblo y el gobierno deben salir de su limitada visión convencional en la que solo ven como desarrollo
la pecuaria extensiva o, ahora, la palma aceitera y brindar a esas otras opciones la oportunidad que necesitan.
Las bellezas naturales y la diversidad biológica de Loreto son mención obligada en todos los planes y
ensalzadas en los discursos. Y todo lo que se diga de ellas es inferior a la realidad. Pero, en la práctica, nada o
demasiado poco se hace para usarlas bien, conservarlas y ponerlas en valor para el turismo en la naturaleza. El
turismo tiene un enorme potencial en Loreto, actualmente muy subutilizado. Mientras no se invierta más en
las áreas naturales protegidas no se estará dando la oportunidad que esos recursos ofrecen para el desarrollo
loretano.
En este capítulo se pasa revista, con cierto detalle, a los temas arriba mencionados y a otros más, discutiendo las
dificultades, ventajas y desventajas de las opciones que ellos presentan para el desarrollo sostenible de Loreto en
función de las lecciones aprendidas y de otras informaciones disponibles y aplicables a la realidad regional. En
cada caso se concluye escogiendo una de las alternativas a fin de montar un escenario deseable pero posible.
La matriz energética de Loreto no está claramente definida en los planes de desarrollo. Según algunos (Electro
Oriente, 2011), parece que se está apostando por la energía hídrica pero en otros se mantiene, sin previsión de
plazos, la energía de origen fósil o térmico. Para Loreto no se mencionan otras fuentes de energía renovable (eólica o
solar) y la promoción de cultivos de biocombustibles pareciera destinada a la exportación fuera del departamento.
De cualquier modo, no tendría mucha lógica usar biocombustibles en medio de la principal región petrolera del
país. Aunque durante las próximas dos décadas las emisiones de dióxido de carbono de las centrales térmicas y
de los vehículos motorizados de Loreto no serían muy significativas, estas emisiones merecen ser consideradas y, a
nivel urbano, Iquitos podría requerir precauciones. Tampoco se ha discutido ni aplicado en Loreto ninguna medida
concreta de eficiencia energética.
Las centrales hidroeléctricas con probabilidad de entrar en operación en la próxima década son, como se ha
visto, Mazán, Santa Catalina, Pauya-Cushabatay y Pumayacu-Cashiyacu, que producirían en su conjunto 534
MW, es decir mucho más que las necesidades previsibles de Loreto en ese lapso. Otras podrían comenzar a
ser construidas. Aunque en términos de oportunidad de asignación presupuestal puede considerarse que
la central hidroeléctrica de Mazán podría esperar algunos años ya que hay una alta probabilidad de que las
reservas petroleras sean suficientes, es mejor no desperdiciar la oportunidad de comenzar a construirla pues,
inevitablemente, será necesaria en el futuro. De dilatarse su construcción debería instalarse otra central térmica.
Como fue discutido anteriormente, esas centrales hidroeléctricas, aunque tendrán impactos ambientales y
sociales negativos, parecen más convenientes. Sus respectivas evaluaciones de impacto ambiental deben ser
bien hechas y cuidadosamente analizadas antes de otorgarse la concesión definitiva. Especialmente en el caso
de la hidroeléctrica del Mazán, que es apenas una etapa del proyecto completo, es indispensable que el estudio
sea de tipo estratégico, es decir contemplando la totalidad de las obras previsibles y no únicamente la primera
etapa.
Un problema que acarrean las centrales hidroeléctricas es que la energía generada suele estar lejos del lugar de
consumo. La ventaja de la energía térmica o nuclear es que pueden producirse cerca, aunque en el primer caso
hay que transportar el petróleo o el gas. En cambio, las líneas de trasmisión a partir de las hidroeléctricas, son
En síntesis, las propuestas actuales de energía hídrica, exceptuando la del Pongo de Manseriche, parecen
adecuadas y podrían ser llevadas adelante, considerándose necesaria una evaluación y análisis real sobre los costos
y beneficios económicos, ambientales y sociales que ayude a decidir responsablemente sobre su implementación.
Sería importante complementarlas con un programa de energía especial para atender poblaciones aisladas.
93 Existe un proyecto de la ONG Soluciones Prácticas para mejorar el acceso a la energía de las localidades más aisladas de Loreto, a través
de un modelo de planificación energética territorial empleando energías renovables. En marzo de 2012, dicha ONG y la Dirección
Regional de Energía y Minas de Loreto organizaron un foro panel sobre el tema de planificación regional en energías renovables.
Como ya se ha explicado, no se sabe bien lo que pasará en la próxima década pues no hay definición sobre
cuáles lotes petroleros actualmente concedidos en exploración serán productivos. Pero se sabe que: (i) los lotes
en producción actual (lotes 8, 1AB, 31BD) seguirán produciendo; (ii) la Perenco explotará intensamente el Lote 67
y, muy probablemente también los lotes 64 y 39; (iii) el conflicto por la utilización de los lotes 123 y 129 ya está
iniciado, y (iv) sin duda, en la próxima década se encontrará petróleo en otros lotes. Es decir que Loreto deberá
enfrentar numerosos problemas en muy diversos frentes.
El tema de la lotización del territorio de Loreto según el capricho de PERUPETRO S.A es extremamente grave. Esta
entidad, con arbitrariedad, es decir sin consultar al GOREL, sin análisis o estudios de ninguna clase excepto no
superponerse a los parques nacionales94, dispone del territorio del departamento afectándolo de modo drástico
y para siempre. El requisito mínimo exigible a PERUPETRO S.A para hacer eso es la realización previa de una
evaluación ambiental estratégica (EAE) seguida, obviamente, por la consulta previa a los indígenas y a otros
pobladores afectados. Como resultado de esos dos requisitos, se tendría, en caso de ser viable, una exploración
y explotación petrolera ordenada, incorporando en estos análisis, y en todas las fases de la actividad, los
contextos sociales y ecológicos. También es necesario fortalecer la herramienta de gestión que busca mitigar los
impactos ambientales de cualquier proyecto específico. En la actualidad, los estudios ambientales petroleros son
estandarizados o uniformizados. La premisa es que el petróleo no durará mucho, mientras que la vida humana y
natural permanecerá allí por siempre. Lo efímero no debe comprometer lo duradero.
La mayor parte de las reglas de juego socioambientales que deben aplicarse para la exploración y explotación
petrolera son bien conocidas y no necesitan ser reiteradas. Ellas son mencionadas hasta en los estudios de
impacto ambiental convencionales que requiere la legislación. Se trata, en este caso, de insistir en temas mayores
o relativamente novedosos. Entre estos se señalan los siguientes: (i) consulta previa en caso de afectación a
comunidades nativas y campesinas; (ii) prohibición de operaciones donde hay evidencias de presencia de
94 Las únicas áreas naturales protegidas de uso indirecto en Loreto y que no permiten la exploración ni explotación de hidrocarburos.
Excepción a ello es el Parque Nacional Güeppí-Sekime que tiene el Lote de hirocarburos 117 al interior. Dicho lote fue adjudicado por
PERUPETRO S.A. desconociendo la protección legal que tenia la entonces Zona Reservada Gueppi, posteriormente categorizada como
Parque Nacional Güeppí-Sekime y las Reservas Comunales Huimeki y Airo Pai, mediante Decreto Supremo N° 006-2012-MINAM.
En teoría, la Ley del Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas u Originarios, el Reglamento de
Participación Ciudadana para la Realización de Actividades de Hidrocarburos y el Reglamento para la Protección
Ambiental en las Actividades de Hidrocarburos, entre otros dispositivos legales existentes, deberían atender
satisfactoriamente los problemas sociales y ambientales referidos a la explotación de petróleo. Son bastante
claros y categóricos. Exceptuando el hecho, completamente inadecuado pero conforme a ley, de que los
estudios de impacto ambiental sean aprobados por el MINEM95, que es parte interesada, el conjunto de reglas
que ordena estos aspectos es suficientemente completo. Sin embargo en la práctica no siempre funciona así.
La Ley de Consulta Previa vigente, que en gran medida tuvo su origen en litigios en torno al petróleo, no
deja lugar a dudas sobre su finalidad: “alcanzar un acuerdo o consentimiento entre el Estado y los pueblos indígenas u
originarios respecto a la medida legislativa o administrativa que les afecten directamente, a través de un diálogo intercultural
que garantice su inclusión en los procesos de toma de decisión del Estado y la adopción de medidas respetuosas de sus
derechos colectivos”. Pero, en su aplicación subsisten grandes dudas sobre sus alcances y forma de implementación
efectiva. De este proceso deben resultar garantías sólidas a la población de: no correr riesgos para su salud, no tener sus
fuentes de alimentos disminuidas, además de ser equitativamente resarcida por los impactos negativos, incluyendo
compensaciones e indemnizaciones si fuera el caso (accidentes, por ejemplo), así como de disfrutar de beneficios,
empleos y energía a precio razonable. De otra parte, la empresa debe recibir seguridad de que su desempeño no se
verá afectado por litigios o reclamos improcedentes, robos y hasta sabotajes, como los que se han reportado en las
operaciones de Pluspetrol Norte.
El tema de la concesión de lotes sobre áreas en las que demostradamente existen indígenas en aislamiento
voluntario es muy importante para Loreto. En verdad, es escandaloso que existan lotes petroleros y, peor todavía,
95 Cabe mencionar que en diciembre de 2012 se creó el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace)
con el propósito de revisar y aprobar los estudios de Impacto Ambiental detallados (EIA-d). Este organismo técnico y especializado se
encuentra actualmente en proceso de implementación.
De acuerdo al D.S. N° 003-2011-MINAM, las actividades de hidrocarburos dentro de las ANP nacionales o
regionales y sus zonas de amortiguamiento, requieren de una Opinión Técnica Previa Vinculante del SERNANP
en dos ocasiones distintas: (i) Emisión de Compatibilidad a ser tramitada por PERUPETRO S.A, y (ii) Opinión
Técnica Previa Favorable, a ser tramitada por la DGAAE. Esta Opinión Técnica Previa Vinculante se realiza para
Áreas Naturales Protegidas, de administración nacional, así como para las Áreas de Conservación Regional.
En la práctica, esa disposición, como las otras, ha servido de poco ya que PERUPETRO S.A y el MINEM han
intervenido reiteradamente para evitar la creación de áreas protegidas que entorpezcan el otorgamiento futuro
de concesiones.
La Zona Reservada Güeppí fue establecida en abril de 1997 sobre una superficie de 626.971 ha precisamente
con el fin de determinar el espacio exacto para crear un parque nacional en ese ámbito biológicamente especial.
Durante los años 2005 y 2006 se llevó a cabo un largo proceso de consulta a los pueblos indígenas de la
zona y a sus organizaciones representativas, llegándose a un acuerdo final de categorización que proponía el
establecimiento del Parque Nacional Güeppí-Sekime, la Reserva Comunal Huimeki y la Reserva Comunal Airo
Pai. A pesar del establecimiento previo de la Zona Reservada Güeppí en 1997 y habiéndose realizado la fase final
de la consulta a la población de la zona, PERUPETRO S.A estableció en 2006 el Lote 117 superpuesto a la Zona
Reservada, el que fue de inmediato concedido a Petroperú S.A. y a Petrobras Energía Perú S.A. El mencionado contrato
y su dispositivo legal ni siquiera mencionan la Zona Reservada Güeppí ni el proceso de categorización consensuado
con los pueblos indígenas96. Este es un ejemplo escandaloso de la forma arbitraria con que actúa PERUPETRO S.A ante
la indiferencia de GOREL y la tímida reacción del sector ambiental nacional. Así, en la frontera con Ecuador, existe un
continuo de lotes petroleros que hace tabla rasa de las evidencias de la importancia biológica excepcional de esa zona.
Un caso algo diferente, pero con la misma consecuencia, se ha producido cerca de Iquitos. Por su importancia
para la vida y la conservación en la Amazonía, en 2003 el GOREL declaró la cuenca del río Nanay como zona
de exclusión para actividades de extracción minera y para aquellas que alteren la cobertura vegetal. En 2008
declaró de interés público regional la protección de las cabeceras de cuenca de los ríos Nanay, Mazán y
Es decir que, en esos casos, a pesar de las decisiones ambientales ya tomadas, no solamente se otorgan
concesiones sobre ellas, sino que no se demanda de los contratistas ningún cuidado especial para permitir
que tales áreas cumplan sus funciones en beneficio de la sociedad. En consecuencia, resultan condicionando
la gestión del ANP según sus intereses. A través de la argucia de la precedencia o por simple presión sobre el
SERNANP, las decisiones de PERUPETRO S.A prevalecen. Esto debe ser modificado y, aunque la responsabilidad
final pueda o deba ser del gobierno nacional, el GOREL no puede quedar al margen del proceso que imponga
reglas severas para el aprovechamiento petrolero de esas áreas. En el futuro, el GOREL debe exigir desempeñar
el rol que le corresponde de acuerdo a ley en las decisiones sobre dónde y cómo se explotará petróleo en su
territorio.
A simple vista, parecería que poco puede hacerse para limitar los impactos ambientales de la extracción
de petróleo pero, en realidad, no es así. Parte de los impactos, como bien se sabe, son consecuencia de
la instalación de plataformas de perforación o pozos, así como de la red de oleoductos que lleva el crudo
hasta los lugares en que son reunidos para su conducción por el oleoducto principal a los centros de
procesamiento. Tradicionalmente se hacen numerosos pozos, a veces bastante cercanos los unos a los otros,
donde se concentra el petróleo. El acceso a cada plataforma requiere de un camino y en cada pozo suele
permanecer un equipo de trabajo con lo que, además de la deforestación de áreas relativamente importantes,
se dispersa basura y desechos, aparte de que cada pozo genera residuos contaminantes propios, como los
lodos de perforación.
El Consejo Nacional del Petróleo (CNP, 2011) y Powers (2012), entre otros, revelan que la explotación del petróleo
puede hacerse mejor, con mucho menos impactos, sin implicar costos inviables y, que en el mediano plazo,
puede resultar más económica. De todas las opciones nuevas, la más importante es la técnica conocida como
perforación de alcance extendido (PAE). Esta técnica, que está disponible desde los años 1990, permite alcanzar
depósitos de petróleo que quedan a ocho, diez o más kilómetros horizontales a partir de una determinada
plataforma de perforación. La PAE ya se ha usado en muchos países, inclusive en Venezuela y Argentina; se ha
propuesto en Colombia, así como en Ecuador para extraer petróleo del Parque Nacional Yasuní desde fuera y por
debajo, sin afectarlo. El uso rutinario de PAE en los proyectos petroleros loretanos, tanto para exploración como
para producción, eliminaría en gran parte la justificación de construir caminos entre plataformas de perforación/
producción. Las más grandes empresas en el mundo petrolero, inclusive ConocoPhillips, Chevron, Schlumberger
y Halliburton, entre otros, identifican en sus propios informes el uso de PAE como un componente clave en un
proyecto de perforación sostenible. Aunque individualmente esos pozos son más caros que los comunes, en
su conjunto reducen los costos de la operación pues hay menos plataformas, menos ductos y menos caminos
a construir y mantener. Powers (2012) confirmó este hecho para el caso del Lote 67 operado por la empresa
Perenco. Sin embargo, Perenco propone instalar plataformas de perforación/producción con una separación de
apenas 1,5 km, es decir hacer como todos los proyectos actuales y los propuestos en el Perú hasta la fecha que
solo usan pozos convencionales o, eventualmente, direccionales.
El proyecto gas de Camisea dio el ejemplo de no construir caminos para acceder a las plataformas. La
construcción y toda la operación de este enorme proyecto fueron y continúan siendo hechas por vía fluvial
o por helicóptero, incluyendo el tendido de los gaseoductos, con un daño mínimo al ambiente (Tollefson,
2011), aunque existen otras varias preocupaciones sociales y ambientales. Pero esa práctica no es exclusiva
de ese proyecto ya que se ha usado antes en el Lote 10, en Ecuador. Ese país está imponiendo esta opción en
otros lotes, inclusive en el Parque Nacional Yasuní.
Cuando no es posible recuperar o reciclar los desechos de perforación, hay muchas opciones para la eliminación.
Tradicionalmente, el lodo se puede transferir a los vertederos o sistemas terrestres de tratamiento para ser
biológicamente procesado. Uno de los nuevos métodos es la transferencia de residuos de perforación hasta
sitios de inyección. La inyección de residuos consiste en el bombeo de desechos de perforación a formaciones
subterráneas permeables y porosas que pueden contener los residuos de manera ambientalmente segura. La
reinyección del 100% de las aguas de producción, que ya es practicada en los lotes 1AB y 8 gracias al Acta de
Dorissa antes citada, debe ser práctica generalizada.
El objetivo final de un programa de revestimiento y cementación, sobre todo desde el punto de vista ambiental,
es la creación de aislamiento zonal confiable. Ya se trate de la protección del suministro de agua subterránea
utilizable, el sellado de una zona de pérdida de circulación, o dirigirse a un depósito de producción, el objetivo
es el mismo (CNP, 2011).
En los lotes 1AB y 8 de Pluspetrol Norte, desde 2006 viene llevándose a cabo un monitoreo socioambiental
a cargo de las comunidades nativas afectadas y sus federaciones. En el Lote 1AB interviene la Federación de
Comunidades Nativas del Corrientes (FECONACO), con apoyo de las ONG Shinai y E-Tech International. En el Lote
8, desde 2007, el monitoreo está a cargo de la Federación de Pueblos Indígenas del Bajo Corrientes (FEPIBAC), con
apoyo de ProNaturaleza. Estos programas, ampliamente descritos por Stoll (2011) y Dourojeanni et al. (2012), han
demostrado su importancia para mitigar los conflictos entre las empresas y las comunidades y, en especial, para
reducir los riesgos que afectan a la población y al ambiente, mediante este mecanismo eficaz de alerta temprana.
Las ventajas directas e indirectas de este tipo de monitoreo, para todos los actores, han sido particularmente
evidenciadas en el caso del proyecto Gas de Camisea, incluidos los gaseoductos hasta la Costa (Dourojeanni
et al., 2012). Por ese motivo es que esa opción es altamente recomendada como obligatoria para los nuevos
proyectos petroleros en todo Loreto. Eso implica que este sistema de monitoreo socioambiental comunitario se
reconozca en la legislación, y que los gobiernos regionales establezcan un mecanismo de coordinación directa
con los monitores.
Oponerse a toda forma de minería no es factible. Obviamente hay varios usos de los minerales que son
indispensables, y otros que no son esenciales, como el del oro para la joyería o finanzas. Para los minerales que
existen en Loreto, se debe establecer e imponer las reglas para que su extracción no deteriore otros recursos
u otras opciones de desarrollo ni, por cierto, la salud de la población. Loreto tiene muchas riquezas pero, hasta
donde se sabe, no es particularmente dotado en minerales98, lo que en gran medida es una ventaja.
Pero Loreto, lamentablemente, posee oro aluvial que se presta para su aprovechamiento por la minería tradicional
y, por cierto, por la minería ilegal. Como se ha visto, ya ha habido reiterados intentos de explotación de oro aluvial
en Loreto y esa práctica continúa, a marcha lenta pero segura, a pesar de que el GOREL ha procurado evitarla o
controlarla. Ojalá el GOREL en su gestión actual y en las futuras mantenga esa actitud y no relaje la guardia pues,
como se ha visto en Madre de Dios, cuando la autoridad se descuida el problema puede alcanzar proporciones
colosales y trágicas en términos ambientales y sociales (Swenson et al., 2011; Ashe, 2012; Fraser, 2011; Webster,
2012). El escenario futuro de la demanda de oro es a la alta y su precio también (Swenson et al., 2011) por lo que
el GOREL debería ya adoptar una política y una estrategia clara y definitiva al respecto.
Idealmente, debería prohibirse completamente la explotación aurífera aluvial por sus impactos en los ríos
y consecuentemente en los recursos hidrobiológicos y en la sociedad. El oro explotado así se concatena con el
narcotráfico y con el contrabando y, al final de cuentas, como en el caso de Madre de Dios, no trae absolutamente
ningún beneficio, ni siquiera impuestos o canon, al departamento que es víctima de esa actividad. Más aun, es
probable que ese tipo de explotación en Loreto sea conducido cada vez en mayor medida por garimpeiros (mineros
informales) brasileños, con los que aparecen eventualmente otros conflictos, inclusive internacionales, como se han
presentado recientemente entre Guyana y Brasil, en que la población nativa de Guyana se rebeló contra la presencia
masiva de ilegales brasileños, que además de explotar oro eran punto de partida para muchos otros delitos.
Pero el MINEM ha dado autorizaciones para ese tipo de explotación aluvial (por ejemplo, en el río Marañón)
pasando por encima de la autoridad del GOREL, lo que aunque pueda ser legal es totalmente inadecuado. Si se
descubren yacimientos auríferos que justifiquen una explotación, esta debe hacerse con todas las precauciones
del caso, como las discutidas por Goodland (2012). Este autor se refiere a ocho principios a considerar en cualquier
proyecto minero: (i) calidad y características del estudio de impacto social y ambiental; (ii) transparencia en
el proceso; (iii) aceptación por todos los actores o afectados; (iv) no afección a la producción de alimentos; (v)
aplicación de estándares internacionales; (vi) precalificaciones corporativas; (vii) seguros, reaseguros y bonos, y (viii)
royalties, cánones e impuestos. Pone énfasis en las zonas que él llama “No-go zones”, es decir las áreas que bajo
ninguna consideración pueden ser afectadas por la minería, un principio que, dicho sea de paso, el MINAM ha
intentado aplicar en Madre de Dios. Teniendo en cuenta la actuación de la minería informal y para no seguir su
ejemplo, es necesario que la minería sea desarrollada por empresas grandes y medianas, o pequeñas organizadas
en cooperativas, y solo si es posible ejercer control y tener seguridad de que tales principios sean aplicados.
En esta sección se discute lo que, bajo una óptica de desarrollo sostenible, sería sensato hacer para conectar mejor
Iquitos con el resto del país y para brindar nuevas oportunidades de desarrollo agropecuario y forestal. Es decir que,
del conjunto de propuestas incluidas en los planes y que se han revisado en la Parte II, se escogieron las que parecen
más apropiadas o necesarias en la próxima década.
Como reiteradamente se ha explicado, no cabe discutir que Loreto necesita conectarse al resto del país de una forma
más eficaz que en la actualidad. En este caso se interpreta el concepto de “conectar” Loreto con el propósito concreto
de que la ciudad de Iquitos esté vinculada o unida a las demás capitales del Perú. Para eso el departamento dispone
de tres alternativas y de una diversidad de combinaciones, entre ellas: (i) hidrovías principales en los ríos Marañón
En el cuadro 71 se hace un ensayo elemental comparando, en base a las informaciones sobre costos de cada modalidad
de transporte99, los costos que tendría cada una de las tres opciones. Se reconoce que el ejercicio es simplista pero su
objetivo, en este caso, es ilustrar sobre el tipo de análisis que debería haber sido realizado antes de lanzarse a desarrollar
simultáneamente las tres opciones, con prioridad absoluta para carreteras y ferrocarril, dejando atrás la que, a todas
luces, es la más económica. En efecto, las carreteras, de las que en realidad hay una planeada y otra en operación
(Saramiriza-PE-5NC- y Yurimaguas-PE-5NB, ver cuadro 48)100 son por mucho las económicamente más costosas
sumando, en la escala usada, 36 puntos, mientras que la ferrovía suma 18 puntos y las hidrovías apenas 12 puntos.
Aunque puedan discutirse y modificarse los criterios utilizados, nada hará variar la conclusión general de que
el mejor medio de transporte para unir Iquitos con el resto del Perú es la vía fluvial. No se trata, por cierto, de
la situación actual sino de una verdadera hidrovía, con canal de navegación bien mantenido, bien señalizada,
con embarcaciones apropiadas, con puertos de carga plenamente operativos y terminales fluviales decentes,
para viajes rápidos y seguros. Los alegatos sobre las demoras (32 a 40 horas de bajada, 48 a más de 80 horas
de retorno) y los eventuales problemas debidos a periodos de vaciantes (limitación de la capacidad de carga
dependiente de 200 a 600 TM durante el estiaje) en el trecho Yurimaguas-Iquitos se refieren a la navegación
aleatoria actual (GOREL, 2011) y no a una verdadera hidrovía, como los recientes estudios del BID, entre otros, lo
han demostrado.
Lo que resulta ilógico en esas propuestas de carreteras es que, como todos los planes de desarrollo de Loreto
lo reconocen, la aptitud de sus suelos para la agropecuaria es muy limitada y las manchas fértiles son muy
dispersas. Es decir que si pretendieran servir los pocos lugares adecuados para el desarrollo, ellas deberían hacer
una serie de rodeos que las alargarían enormemente, lo que es obviamente inviable y, peor todavía, abrirían aun
más bosques a la explotación anárquica y a la destrucción. De otra parte, no hay minerales a ser explotados y el
petróleo es evacuado mediante oleoductos.
La ferrovía brinda una alternativa intermedia. Permite la explotación agropecuaria y forestal a partir de sus
estaciones y une eficientemente dos puntos. La gran ventaja ambiental de las ferrovías es que, dependiendo
de donde se construyan las estaciones, puede orientarse el desarrollo a los lugares que reúnen características
apropiadas, desde las que podrían trazarse carreteras locales.
Sin embargo, la viabilidad económica de la carretera tanto como de la ferrovía depende esencialmente de ser
parte del Corredor Bioceánico Norte. Es decir que solo se justificarían si además del servicio regional, fuesen un
medio para el paso de las cargas entre la Costa Norte, por ejemplo Paita, y Manaos, o sea el acceso al Atlántico.
En ese contexto, la ferrovía sería definitivamente más rentable que la carretera pues se trataría de cargas grandes,
por ejemplo fosfatos de Bayóvar, que serían llevadas a gran distancia.
Si se trata de combinar algunas de las alternativas, en todas ellas debería estar la hidrovía en primer lugar y bajo
cualquier circunstancia. Lo que no tiene ninguna lógica es mantener la ferrovía junto con una o, peor, con dos
carreteras, como lo anuncian los planes. Y entre ambas no hay duda que la ferrovía sería una alternativa mejor
que las carreteras.
Ninguna otra decisión será tan determinante del futuro de Loreto como la que se tome en relación a su
conectividad. Si se optara por hacer carreteras para unir Iquitos al resto del país, no hay ninguna duda de que
su destino en el mediano plazo será igual al de todas las regiones amazónicas que ya lo han hecho, es decir la
destrucción progresiva e ineluctable de su patrimonio natural, con gran desperdicio de opciones más sensatas
y beneficiosas para su sociedad.
Para conocer el costo así como las consecuencias ambientales y sociales de una vía terrestre, es preciso estar al
tanto de sus características y diseño y, como se sabe, esa información no está disponible.
En el caso de la ferrovía propuesta, el trazo inicial, saliendo de Yurimaguas se dirige primeramente a Jeberos,
apartándose del río Huallaga y, luego de cruzar el río Marañón, prosigue estrechamente paralelo a la ribera norte
del Marañón hasta Nauta, donde se une a la existente carretera Nauta-Iquitos. Esta opción genera varias cuestiones:
(i) implica construir casi 600 km en su mayor parte en terreno muy inundable y en condiciones excepcionalmente
difíciles, por lo que su costo sería desproporcionadamente alto; (ii) las tierras por las que pasaría son, en su inmensa
mayoría, inaptas para usos agropecuarios, por lo que su eventual justificación en base al desarrollo agropecuario y
forestal pierde sustento; (iii) su única justificación económica depende de estar unida a la red vial nacional existente
o a una ferrovía que viniendo ambas de la Costa Norte continúen por vía fluvial al Brasil. Por lo tanto, no existe
motivo para que su punto de partida (o conexión) sea Yurimaguas, teniendo más sentido hacerla salir de Saramiriza
o de Moyobamba, entre otras opciones, y (iv) también está prevista y adelantada la construcción de una carretera
entre Yurimaguas y Jeberos, que duplicaría la conexión ferroviaria con Jeberos.
Se supone que por las razones expuestas, entre otras, este primer diseño de la ferrovía habría sido abandonado y,
hasta donde se sabe, la nueva empresa consultora está analizando una opción diferente que la haría rodear, por el
norte, la inmensa planicie inundable que se localiza en el triángulo más o menos delimitado por el Bajo Marañón
(después de su unión con el Huallaga) y el Tigre (ver mapa 15). Este nuevo trazo implica una extensión mayor, pero
evitaría las áreas inundadas e inundables pasando por tierras un poco más altas, más apropiadas para un eventual
uso agropecuario y forestal, probablemente siguiendo el divorcio de aguas entre los ríos Tigre y Marañón.
Si la decisión fuera hacer una carretera en lugar de una ferrovía, la única que sería razonable debería ser con un
trazado similar al mencionado para la ferrovía. Es decir que saliendo de Saramiriza continuaría un trazo desde la
PE-5N y luego bajaría hacia el sur para llegar hasta Iquitos.
En un escenario deseable, la construcción de vías terrestres hacia los confines del departamento debería ser
minimizada. Lo ideal es atender a las poblaciones aisladas mediante servicios aéreos regulares y de buena calidad,
pero subsidiados para ellos. El costo de esos servicios siempre será menor que el de las vías propuestas y puede
ser cubierto con el desarrollo turístico, cuando coinciden con áreas naturales protegidas o tierras indígenas con
atractivos naturales. La conservación de los bosques aledaños debería, asimismo, ser seleccionada en forma
prioritaria para negocios de carbono que permitirían cubrir tales costos.
Tal es el caso de la insistencia en unir El Estrecho con Iquitos, bien sea por tren o por carretera, justificada en
términos de apoyar a las comunidades peruanas residentes en el Putumayo, que están realmente aisladas de la
capital o de Caballococha y a las que solo pueden acceder mediante largo viaje internacional. No hay ninguna
otra justificación para esa vía que, además de costosa, es altamente peligrosa en términos de que facilitaría el
narcotráfico, el contrabando y la explotación ilegal de madera y oro. En efecto, la producción agropecuaria actual
y previsible en el valle del Putumayo, a ambos lados, es incipiente. Si la intención de esa vía es abrir el interfluvio
entre el Napo y el Putumayo a la explotación agropecuaria y forestal, cabe tomar en cuenta que eso puede
esperar en la medida en que la ferrovía o carretera que se hará para unir Iquitos con la Costa ya va a abrir un área
muy considerable. Con relación a la disyuntiva sobre si esa conexión debe ser férrea o carretera, los comentarios
previos son válidos. Sería mejor una vía férrea, pues limita los problemas ambientales y, en este caso en especial,
permitiría un mejor control del tráfico ilegal. Pero ella solo podría hacerse si previamente se opta por la conexión
ferroviaria entre el resto del Perú e Iquitos. En este caso, como en otros de pequeñas poblaciones aisladas, es
mejor desarrollar un eficiente servicio cívico aéreo, como ya existió en el pasado. Sería muchísimo más barato
y, con certeza, atendería las necesidades del valle del Putumayo durante la próxima década. En un escenario de
desarrollo sostenible, esta propuesta de construcción de una vía terrestre debería ser descartada.
Pero hay varias otras carreteras que serán construidas y que son aceptables o, más bien, inevitables hasta en
un escenario deseable. Estas incluyen la mayoría de las que están previstas en la provincia de Alto Amazonas, a
partir de Yurimaguas. Aunque implican severos impactos ambientales, ellas responden a una real presión sobre
las tierras que, además, son de mejor vocación agropecuaria que otras en el departamento. También ese es el
caso de la carretera que pretende unir Orellana con el valle del Huallaga. Muchas otras carreteras menores tienen
lógica local y sin duda serán llevadas a cabo. Por ejemplo, la construcción de las centrales hidroeléctricas de
Mazán y de Pauya-Cushabatay necesitará carreteras importantes. Asimismo, aunque indeseables, las carreteras
petroleras se expandirán en la medida en que no se impongan otros medios para acceder a las plataformas. En
todos esos casos deberían tenerse en cuenta los mismos cuidados mencionados antes para que la ocupación
de las tierras nuevas sea ordenada, sin perjuicio para las comunidades nativas y el ambiente, y con el mayor
provecho económico.
Como es sabido, el desarrollo depende cada vez más del conocimiento provisto a través de los sistemas
informáticos y servicios de comunicación virtual, y cada vez menos de los espacios formales. Tanto la economía
global como la pedagogía de la educación están transformándose por el uso de tecnologías virtuales, que
pueden servir mejor a Loreto que las tecnologías convencionales, teniendo en consideración sus limitaciones
de comunicación vial. Hay por lo menos tres razones para privilegiar la inversión pública y privada con el fin de
ampliar y mejorar en Loreto el pronto acceso a Internet: (i) impulsar el desarrollo económico en el corto plazo,
directa e indirectamente; (ii) ampliar la capacidad de investigación científica, documentación y aprovechamiento
del conocimiento, inclusive tradicional, y (iii) aprovechar mejor el contacto con loretanos en el resto del Perú o
en el exterior.
Nadie discute que el recurso forestal es el principal de Loreto. Aunque el petróleo es momentáneamente más
importante en términos económicos, no hay duda de que en el mediano y largo plazo el futuro de Loreto
dependerá en gran medida del sector forestal, más que del agropecuario, cuya capacidad de desarrollo es, en
principio, limitada. Hasta el presente, el potencial forestal de Loreto ha sido sobre-explotado, sub-utilizado y
considerablemente degradado. Ha generado muchos empleos, es verdad, pero en su mayoría mal remunerados
y peligrosos; una industria localmente importante pero insignificante en términos nacionales que, además, ha
entrado en un circuito de corrupción vergonzoso.
La discusión de este tema no es nueva y ha sido reiteradamente abordada, entre muchos otros, por Colán et al.
(2007), Sabogal et al. (2008), Dourojeanni (1990, 2009, 2010) y, específicamente para Loreto, por Tello et al. (2004).
De ese material se derivan en gran parte las propuestas que siguen.
Hace mucho tiempo que existe una tendencia minoritaria pero importante de forestales y ecólogos que
consideran que el manejo sostenible de los bosques naturales tropicales es inviable, tanto en términos técnicos
como económicos. Un estudio reciente (Zimmerman y Kormos, 2012) insiste en esa línea basados en una revisión
de la situación del manejo forestal en bosques tropicales de América, Asia y África. Esos autores concluyen que la
sustentabilidad ecológica es incompatible con la rentabilidad económica, excepto en el nivel de comunidades
locales. Señalan que resultados recientes demostrarían que aun aplicando manejo sustentable hay emisiones
Una primera respuesta al dilema de usar sustentablemente el bosque es hacer respetar la legislación vigente
que exige que el aprovechamiento del mismo se realice mediante manejo sostenible. Discutible como es, la
previsión de la ley vigente de que la explotación se haga mediante concesiones de largo plazo en bosques
catalogados como de producción es básicamente correcta, y su mera aplicación debería resolver gran parte de
los problemas actuales. Sin embargo, como bien se sabe, la ley solo se aplica en su forma pero no en su fondo y
la madera producida es esencialmente de origen ilegal.
¿Cuáles son las causas de esta situación? ¿Por qué esta, como las anteriores leyes forestales, es sistemáticamente
violada? Hay varias razones bastante bien conocidas. Entre las principales tenemos: (i) la existencia de miles de
habitantes, en su mayoría pobres rurales, con escasa preparación y alternativas, que dependen de la explotación
forestal para disponer de un poco de dinero, incluyendo tanto los que trabajan en la zafra forestal como los que
deben vender la madera de sus bosques; (ii) el GOREL, al igual que el gobierno nacional, no tiene la capacidad para
conducir una gestión forestal eficiente en términos de apoyo técnico, supervisión y control; (iii) los concesionaros
forestales, en general, no disponen de los recursos económicos ni del apoyo financiero para practicar, como la ley
demanda, el manejo sostenible, que es siempre de largo plazo; (iv) la extracción anárquica y la corrupción en el
sector forestal son tan antiguas y enraizadas que quienes las practican las consideran absolutamente normales,
situación agravada por la presencia creciente del narcotráfico, y (v) la diversidad florística del bosque impone
problemas serios de producción y de mercado. Hay, asimismo, dificultades en relación con el costo del flete, la
falta de integración vertical del negocio forestal, etc. Ver al respecto, por ejemplo, el estudio de Colán et al. (2007).
Todos esos problemas pueden indicar, también, que la ley vigente está mal hecha y que, en consecuencia,
debería ser modificada pues peca por falta de realismo (Dourojeanni et al., 2010).
El hecho es que si el GOREL se lo propusiera podría, ciertamente, aliviar la situación aplicando un plan
cuidadoso y progresivo. Este plan debería diferenciar entre: (i) grandes extractores detentores de concesiones;
(ii) comunidades indígenas y campesinas, y (iii) pequeños extractores. Pero, en los tres casos subsiste el hecho
de que mientras sea más fácil obtener madera de cualquier lugar, sin gastar en manejo, no va a existir interés
en invertir en sus áreas de explotación. Es decir que la condición básica para racionalizar el aprovechamiento
forestal es imponer orden en dichas áreas de explotación; una vez establecidas las reglas del juego, sancionar a
quienes las infringen.
Las concesiones forestales deben ser, en el mediano plazo, la piedra angular del aprovechamiento forestal.
En efecto, los 2,6 millones de hectáreas de bosques de producción ya declarados en Loreto, manejados
sosteniblemente en rotaciones de 30 años y con una producción mínima de 20 m3/ha101, pueden generar
1.760.000 m3/año, es decir casi tres veces la producción anual de madera rolliza del departamento. Para eso es
necesario:
1) Reajustar el diseño de los bosques de producción de forma tal que el control sea más concentrado (menos
área para controlar) y más fácil, por ejemplo permitiendo que toda la madera de una zona pase por un solo
puesto de control, en la boca de un río mayor.
101 La rotación ideal probablemente debería ser de 40 años o más y el volumen de madera aprovechable varía muchísimo con los criterios de
manejo y el mercado, entre otros factores. Pero en bosques tropicales puede llegar hasta 70m3/ha. El volumen usado para la especulación
es modesto.
4) Esas nuevas condiciones deben incluir la evidencia, claramente documentada, de un respaldo financiero
suficiente para la operación, cumpliendo todas las promesas (de producción, sostenibilidad, ambientales
y sociales) contenidas en el plan de manejo. O, en cambio, crear mecanismos atractivos de financiamiento
legal que desincentiven la habilitación tradicional.
5) Los planes de manejo y de negocios deben ser cuidadosamente revisados por expertos calificados y luego
confirmados en el terreno (especialmente la supuesta disponibilidad de madera) a fin de garantizar que la
operación planteada, además de ser económicamente viable, sea realmente sostenible.
6) El GOREL y la autoridad forestal nacional no deberían abrir nuevas áreas para bosques de producción pues,
como se ha demostrado líneas arriba, la existente, si es realmente trabajada, es más que suficiente para
abastecer toda la industria regional durante la próxima década. Por eso se debe, por ejemplo, cancelar la
propuesta actual del GOREL de abrir nuevos bosques de producción para concesiones en el Yavarí, que por
ser fronterizo facilita el contrabando de madera a Brasil.
7) El GOREL debería proveer a los que manejan el bosque las garantías necesarias, inclusive el uso de la fuerza
policial contra la acción de invasores, sean estos madereros ilegales, agricultores informales o ilegales.
8) El GOREL, asimismo, debería ejercer una supervisión y fiscalización severa, pero inteligente y honesta, sobre
las actividades madereras en la concesión.
Las comunidades nativas poseen bastante madera y son la principal fuente de la producción hoy en día. Apenas
considerando la extensión actual de las comunidades nativas tituladas y sus áreas cedidas en uso, ellas tienen
más de 4 millones de hectáreas de bosque. Asumiendo los mismos parámetros anteriores, es decir rotaciones
de 30 años y una extracción de 20 m3/ha, en esos bosques es posible, en teoría, producir hasta 2.700.000
m3/año adicionales, en forma sostenible. Obviamente no toda esa tierra es apta para explotación ni todas las
comunidades se interesarían en hacerlo, pero de cualquier modo el potencial es enorme. Hay muchas opciones
y experiencias ya ganadas para el manejo forestal comunitario, ampliamente experimentadas por la ITTO (ITTO,
2007; Dourojeanni y Seve, 2007; Dourojeanni, 2008) y por el CIFOR (Sabogal et al., 2008) y la principal conclusión
de las mismas es que es posible hacerlo si el apoyo técnico es duradero, teniendo en cuenta que, en general, es
altamente rentable en términos económicos y sociales. Para viabilizar el uso de esa fuente de madera y permitir
el desarrollo de las comunidades nativas y campesinas se debería:
1) Crear en el GOREL equipos profesionales que ayuden a preparar planes de manejo sostenible y de negocio y a
obtener las licencias respectivas a aquellas comunidades voluntariamente interesadas. Si la comunidad prefiere
no hacer la extracción directamente, se la puede conectar con empresas de extractores interesadas y supervisar
estrechamente la equidad del contrato y todo el proceso. Si la comunidad opta por hacer la extracción de manera
directa, apoyarlos técnicamente y proveerles financiamiento mediante un fondo especial.
2) A medida que esos equipos avancen, eliminar gradualmente la concesión de permisos de extracción
que no se encuadren en el caso anterior, hasta que dichos permisos se restrinjan exclusivamente al uso
doméstico de la madera.
Subsiste el problema de los miles de trabajadores rurales que ganan un dinero extra en la extracción forestal
ilegal, sirviendo a micro empresas formales (en general las que solicitan concesiones de tamaño mínimo legal)
o informales de extractores que violan siempre la legislación forestal, ya que son ellos los que recorren las
comunidades nativas tentándolas para que les vendan su madera y que, literalmente, la roban de donde pueden.
1) En la medida en que las propuestas de manejo forestal comunitario prosperen, habrá mayor oferta de
trabajo estable para los trabajadores rurales.
2) También se debe fomentar la agrupación en empresas cooperativas de extracción que sean claramente
formales, ofreciéndoles apoyo técnico e inclusive, si es necesario, financiamiento inicial para la adquisición
de equipos. El apoyo del GOREL a estas nuevas empresas debe insistir mucho en las técnicas de extracción
forestal de impacto reducido. Estas cooperativas no podrían solicitar ni disponer, per se, de permisos de
extracción, aunque ellas, como empresas, obtengan asimismo una concesión. En principio deben operar
sobre la base de contratos formales con comunidades que, ellas si, deben tener licencia en base a planes
de manejo para explotar madera o, eventualmente, de concesionarios a los que esas empresas prestan un
servicio de extracción, en aplicación del plan de manejo respectivo.
3) Estas medidas no pueden lograrse de un año para el otro. Como en los dos casos anteriores, deben
responder a un plan por lo menos quinquenal en que, de una parte se aplican los estímulos (apoyo técnico
y financiero) y de otra, se restringen y dificultan progresivamente las prácticas actuales.
Obviamente, hay muchos otros aspectos a considerar para hacer del sector forestal el motor económico del
desarrollo loretano. Persisten problemas serios de clasificación (grading) de la madera y de comercialización,
de transporte y de desperdicios debidos al aserrío precario y a la ineficiencia de la industria. Igualmente son
enormes y generalizadas las necesidades de capacitación y de investigación práctica. Además, la decisión de
crear o no bosques de producción debe basarse en inventarios forestales de calidad, lo que está lejos de ser
el caso. Pero todo eso podría resolverse si el GOREL dejara de considerar que el sector forestal no precisa de
inversiones para desarrollar su potencial.
El costo de esas acciones para el GOREL debería ser cubierto por los derechos e impuestos de la actividad forestal,
tanto extractiva como industrial, tal como ocurre en cualquier país donde el sector forestal es importante para la
economía. De otra parte, la garantía de manejo forestal sostenible es la base esencial para que pueda aplicarse
el potencial de negocios de carbono relacionados al cambio climático. Si se comprueba que el manejo forestal
es sostenible, diversos mecanismos de pago por retención de carbono podrían beneficiar a los concesionarios y
comunidades con una bonificación por hectárea manejada. Aunque se consideren otras opciones para alcanzar
el mismo propósito, lo importante es que la única forma de que Loreto se desarrolle en base a su recurso forestal
es imponiendo disciplina en el sector.
Si bien hasta ahora la certificación forestal privada ha sido secundaria en el esfuerzo por racionalizar la explotación,
es preciso insistir en esta opción que contribuye a los esfuerzos del gobierno.
El primer programa prevé la inversión de US$50 millones (US$30 millones del programa de inversión y US$20
millones en forma de gastos recurrentes de la DGFFS) sobre 5 años. Su objetivo es la recuperación y conservación
de los bosques amazónicos en las ocho regiones amazónicas, obviamente incluyendo Loreto. Dos de sus
tres componentes de acción son, precisamente, el fortalecimiento de la administración pública forestal y el
mejoramiento de la productividad y competitividad del sector forestal, es decir exactamente lo que se precisa en
Loreto. El segundo, a ser desarrollado en dos etapas, prevé también una inversión inicial de US$50 millones. Entre
otros objetivos figuran: (i) fortalecer la capacidad operativa de los gobiernos regionales y locales seleccionados,
y de otros organismos públicos relevantes: Policía Nacional, Ministerio Público y Poder Judicial, con el fin de
contribuir a los objetivos del PNCB; (ii) identificar oportunidades de inversión, con la participación activa de las
poblaciones beneficiarias seleccionadas y capacitarlas para desarrollar los proyectos productivos económica y
ecológicamente sostenibles, incluidos en el PNCB-I Etapa; (iii) financiar, apoyar, supervisar y evaluar los proyectos
productivos ecoeficientes priorizados para cada departamento, y (iv) monitorear y evaluar el estado de los
bosques tropicales (amazónicos y secos) en términos de superficie, calidad y aporte a la mitigación del cambio
climático.
Aunque obviamente la parte proporcional para Loreto de esos dos importantes programas no será suficiente,
ellos están en la línea propuesta para este departamento y se complementan bien. En efecto, el programa
con la CAF atendería en especial a los concesionarios forestales, mientras que el programa con JICA estaría en
esencialmente orientado a las comunidades nativas y campesinas.
La información oficial sobre reforestación dice que en Loreto existen unas 636.000 ha aptas para ese fin y que ya
existirían más de 23.000 ha plantadas (DGFF, 2010). En el cálculo sobre áreas con aptitud para reforestación entra
gran parte de la que ya fue deforestada y que, de acuerdo al reglamento de clasificación de tierras por capacidad
de uso mayor, no debería ser utilizada para cultivos. Sin embargo, conforme a ese mismo reglamento, parte de
esas áreas podrían servir asimismo para cultivos permanentes, como por ejemplo la palma aceitera. Pero, de
un modo u otro, es evidente que hay una enorme disponibilidad de tierras para la reforestación con especies
forestales nativas o exóticas, sin que esto signifique un incentivo para generar nuevas áreas deforestadas con el
fin de establecer plantaciones.
El tema de la reforestación en los trópicos genera acerados debates sobre si deben o no usarse especies exóticas
o plantaciones mono-específicas. Además, la reforestación también entra en competencia con otra opción que
es el manejo de la regeneración natural secundaria, lo que se analizará más adelante. En esta discusión debe
primar el hecho de que la vegetación permanente, inclusive exótica y mono-cultivada, en ciertos casos, es mejor
que la ausencia de cobertura vegetal sobre el suelo, especialmente en condiciones donde la erosión es un riesgo
y, también, porque cualquier árbol almacena carbono. Aun así, en términos de reforestación, en Loreto debería
considerarse:
1) Que es una opción económica importante y altamente rentable para dar uso a gran parte de la tierra
deforestada abandonada, degradada por pisoteo y quemas sucesivas, o usada con intensidad muy baja.
3) La decisión de incorporar el cultivo de especies exóticas debe basarse en el análisis costo-beneficio previo
que incluya una evaluación de los impactos negativos y cambios potenciales que estos cultivos sobre
los ecosistemas adyacentes (introducción de plagas, degradación de las poblaciones de fauna silvestre,
empobrecimiento de suelos, requerimientos hídricos, entre otras), además de los procesos ecológicos que
se desarrollen.
4) Estas plantaciones, en especial las nativas, deberían recibir apoyo del GOREL en forma de asistencia técnica,
estudios de mercado y fomento financiero.
La reforestación en escala comercial puede no ser, especialmente en la actualidad loretana, una alternativa para
comunidades rurales pobres, como parece demostrarlo algunos análisis económicos convencionales de Álvarez
y Ríos (2009a, 2009d). Pero, sin duda, plantar árboles para el futuro es una forma de ahorro para días difíciles, que
debe ser estimulada precisamente en esos casos, y que resulta mucho mejor y más lógica que la de criar ganado.
De otra parte, no parece haber necesidad, como varios planes lo prevén, de priorizar la restauración de áreas
degradadas. Dicho sea de paso, dicha restauración es frecuentemente confundida con la reforestación, ya que
esta es usada en muchas restauraciones. En las condiciones de Loreto ocurre que, en primer lugar, es raro que
haya situaciones de riesgo que requieran específicamente de una restauración y, si las hay, son realmente muy
focales. En segundo lugar, la restauración se produce naturalmente con solo evitar el pastoreo y las quemas en el
lugar. La vegetación secundaria que se desarrolla en el terreno puede no ser de valor económico, como sería el
caso si se restaurara mediante plantaciones o manejo de purmas, pero debe ser suficiente para evitar procesos
erosivos. Meza et al. (2006) reportan varias experiencias en la Selva Baja, entre ellas cuatro de tipo experimental
Como se explicó, en Loreto hay aproximadamente 1,3 millones de hectáreas deforestadas de las que más del
90% no producen nada pues están en descanso, o en rotación o simplemente abandonadas y sin uso. Sobre esas
tierras crece vegetación natural que, si el suelo no ha sido demasiado maltratado, se transforma rápidamente
en un bosque secundario (purma) que contiene naturalmente muchas especies que hoy son comerciales
(atadijo, bolaina, marupa, pashaco, huamanzamana, peine de mono, sangre de grado, hualaja, topa, ana caspi,
mashonaste, caimitillo, capirona, etc.). Simples prácticas de manejo, baratas y al alcance de cualquier campesino,
están disponibles para facilitar el desarrollo de las especies más comerciales. Hay varios proyectos llevados a cabo
desde los años 1970, en diversos lugares de la Amazonía (en especial en Ucayali), que confirman la viabilidad de
esta opción que solo requiere una modesta inversión del GOREL para estimular a los agricultores a usarla. En 10
a 20 años pueden obtenerse volúmenes comerciales sorprendentemente elevados.
Como se ha visto, los productos forestales secundarios o no maderables son un rubro importante aunque muy
subvaluado de la producción forestal. Durante mucho tiempo ellos fueron la base de la producción amazónica,
como el caucho y el palo rosa. Sin embargo, hasta ahora son importantes, en Loreto, muchos otros productos del
bosque de uso industrial o farmacéutico que no implican la muerte del árbol, como leche caspi, yarina o tagua (
ProNaturaleza et al., 2005; ProNaturaleza, 2012), balata, uña de gato (De Jong et al., 1999), curare, sangre de grado
(Álvarez, 2011a), etc. y muchas otras que son alimenticias incluyendo diversas frutas (FAO, 1987; Vásquez y Gentry,
1989; Shanley et al., 2012), comenzando por el aguaje. Son centenares las plantas que pueden servir a esos
propósitos y muchas de ellas, como ya ocurrió con el huasaí, camu camu y el pijuayo (Villachica, 1994), ya han
sido sometidas a procesos de domesticación antiguos o recientes o se encuentran en progreso (Brack, 2003).
Entre estos productos también están las plantas ornamentales como las orquídeas, que tienen mucha demanda
y que deben poder ser explotadas racional y legalmente. Por ejemplo, si bien la extracción descontrolada
puede eliminar especies valiosas, de otra parte prohibir su aprovechamiento en áreas que serán deforestadas y
quemadas tampoco tiene sentido.
El GOREL debe tomar en serio el rubro de productos forestales no maderables y adoptar estrategias para
racionalizar su aprovechamiento y asegurar beneficios para la población local que la extrae y para la sociedad
en general. Para eso debe: (i) realizar un mejor control sobre esa forma de aprovechamiento para que sea
sostenible; (ii) difundir técnicas para asegurar la calidad de los productos y evitar desperdicios; (iii) apoyar la
comercialización nacional e internacional, garantizando precios justos a los productores; (iv) evitar, en forma
razonable, los verdaderos intentos de biopiratería; (v) fomentar en Loreto la industrialización de los productos
farmacéuticos principales; (vi) promover la domesticación de las plantas que reúnan condiciones para ello o
que lo requieran, y (vii) impulsar la investigación científica sobre las especies más interesantes, posiblemente
asociándose a laboratorios de prestigio. Estos incentivos, para ese tipo de recursos, deberían darse en el marco
del uso de concesiones forestales ya que pueden, eventualmente, superponerse a ellas.
Siendo así, el verdadero límite para la agricultura en Loreto es el sentido común. Y este indica que hay algo errado
cuando, como en la actualidad, se destruyen bosques productivos y muy valiosos (en madera y/o negocios de
carbono) para implantar una agricultura o una pecuaria que desperdician tanta tierra habilitada y que además
producen en forma extremadamente ineficiente, con una productividad varias veces inferior a la media nacional
para esos mismos cultivos o crianzas.
Hay varias opciones para que en el futuro la agricultura loretana sea lo que puede ser, es decir un rubro
crecientemente importante de la economía, una fuente de rentas y de beneficios tangibles para los productores
y que, al mismo tiempo, no altere inútilmente el entorno natural, no desperdicie recursos y no contamine suelos
y aguas ni destruya procesos ecológicos importantes. Las opciones implican conceptos estratégicos que se
aplican a los tres tipos de especulación agropecuaria (convencional o tradicional, intensiva y pecuaria):
1) El GOREL debería concentrar su esfuerzo en dos objetivos clave: (i) reducción del porcentaje de tierra
deforestada sin uso, ya habilitada para agricultura, o sea, reducir y tender a eliminar los periodos de descanso,
lo que repercutirá directamente en una disminución de la deforestación innecesaria, y (ii) aumento de la
productividad por hectárea para rentabilizar la actividad rural.
3) Tomar en cuenta que, especialmente debido al flete, no todo producto agropecuario tiene iguales
oportunidades en Loreto y, en consecuencia, fomentar aquellos de mayor valor y menor volumen o que
son exclusivos de la Región, como es el caso de uña de gato, camu camu y otros que el GOREL ya está
acertadamente promocionando.
4) Cualquier intento de hacer progresar la actividad agropecuaria pasa por la condición previa de acelerar y
resolver la situación actualmente inadecuada y parcialmente atendida de la propiedad rural.
Aunque no con el mismo énfasis, el Plan Estratégico Regional del Sector Agrario de Loreto 2009-2015 contiene
varios de esos elementos. Pero, al mismo tiempo, incluye otros lineamientos bastante contradictorios. De
cualquier modo, este plan carece de definición sobre cómo lograr los objetivos expuestos que, de otra parte,
son tan difusos como confusos. Sin embargo, los demás planes actuales del GOREL y del gobierno nacional
van exactamente en la línea opuesta. En efecto, en lugar de propender al uso más intensivo de las áreas ya
deforestadas mejorando las carreteras existentes, todo el énfasis está puesto en nuevas carreteras. Es decir, en
hacer aún más extensivo el uso de la tierra. Además, como se ha visto, el GOREL, en 2011, dedicó al sector
agricultura, que incluye el subsector forestal, apenas el 0,7% de su presupuesto. Es decir un monto absolutamente
insuficiente. Si se desea mejorar la agricultura en el futuro deben re-examinarse esas políticas. Eso no significa no
hacer carreteras nuevas, pero sí hacer menos y escoger cuidadosamente cuáles serán prioritarias.
Otro tema central es el mencionado en el ítem (3) arriba. La agricultura loretana debe explotar su riquísima
diversidad biológica que ofrece al mundo productos alimenticios exclusivos, sofisticados, de tipo gourmet,
que cada día tienen más demanda internacional y precios más altos. Hay innúmeros estudios mostrando esa
diversidad y su potencial (FAO, 1987; Villachica, 1996; Brack, 1999) y otros tantos describiendo como usarla a nivel
de campo, para agricultores pequeños y medianos (Villachica, 1996). Este último, por ejemplo, ha estudiado
detalladamente el manejo agrícola del pijuayo, tanto para palmito como por la fruta, demostrando su viabilidad
técnica y económica (Villachica, 1994). Pero la promoción de estos cultivos nativos requiere de un fuerte apoyo
estatal inicial no solo para el cultivo, sino especialmente para su comercialización.
En un escenario deseable se asume que no habrá expansión de cultivos ilegales o que, si esto ocurre, lo será en
proporción mínima, limitada probablemente a regiones fronterizas.
Esta forma de agricultura también es la que predomina en Loreto y es practicada por los agricultores familiares,
así como por los pequeños y medianos productores. En la versión tradicional de la Selva Baja, mientras la
densidad de agricultores es reducida, es bastante
estable (Hiraoka, 1985, 1995) pero, cuando es
practicada cerca de zonas urbanas, en especial a lo
largo de carreteras y por migrantes o por medianos
propietarios, se convierte en la agricultura que más
deforestación ocasiona ya que, por falta de medios,
usa extensas rotaciones. En las partes más altas
del departamento, como en la provincia de Alto
Amazonas, esa agricultura suele deforestar áreas
con fuertes pendientes, ocasionando problemas
erosivos. Es el segmento de la agricultura de abordaje
Foto: Liliana García / DAR más complejo, debido a que quienes la practican
Es decir que la única forma de abordar este aspecto del problema del desarrollo agropecuario es mediante el
montaje de un eficiente servicio de extensión agropecuaria, acompañado de opciones de crédito compatibles
y atractivas. También debería explorarse la bien conocida opción de formar cooperativas de productores,
facilitando, por ejemplo, la provisión de maquinaria agrícola y de centros de acopio. El apoyo inicial del gobierno
también debería atender el aspecto de la comercialización. No hay nada nuevo en todo esto. Pero hay que
hacerlo bien, evitando el paternalismo y sin repetir experiencias populistas como ocurrió en la cuenca del
Tahuayo, a fines de los años 1980 (Coomes, 1994).
Este tipo de agricultura es el que se desarrolla en primer lugar a lo largo de las nuevas carreteras y es la que,
sucesivamente, se expande a partir de esas vías. Por eso es que toda nueva carretera debe ir acompañada de
inversiones que permitan ordenar la ocupación de la tierra abierta y asimismo apoyar a los agricultores para
que trabajen adecuadamente. Dicho de otro modo, la provincia donde debería concentrarse este apoyo es,
obviamente, la de Alto Amazonas, pero también, en breve, la de Datem del Marañón, a partir de Saramiriza. Las
carreteras nuevas alrededor de Iquitos o en Caballococha y en el Ucayali igualmente merecen cuidados, pero
implican expansiones más lentas de agricultura porque no favorecen la llegada de inmigrantes de Costa y Sierra.
En teoría, la agricultura intensiva puede ser practicada inclusive por pequeños propietarios, pero usualmente lo
es en propiedades medianas y grandes. A pesar de las protestas ambientalistas, la agricultura intensiva es una
opción para Loreto, siempre y cuando se realice de acuerdo a la ley y usando una tecnología apropiada al medio.
Entre sus ventajas, como ya se anticipó en la Parte II, están las opuestas a lo que se reprocha a las otras formas de
agricultura: (i) no desperdician tierras pues no usan rotaciones ni barbechos, sino que utilizan toda la tierra que
deforestan y en consecuencia deforestan mucho menos; (ii) su productividad, es decir la producción por unidad
de superficie, es elevada y competitiva; (iii) brinda empleos fijos a profesionales y operarios, relativamente bien
remunerados; (iv) permite el desarrollo de industrias que dan valor agregado a los productos; (v) es más fácil de
supervisar y controlar, así como de recaudar los impuestos debidos a diferencia de lo que ocurre con las otras
formas de agricultura, y (vi) sus aportes a la economía regional pueden ser muy significativos.
Sus desventajas son: (i) requiere extensiones mayores que las propiedades rurales habituales en la Selva,
pudiendo crear conflictos por el uso de la tierra; (ii) puede provocar contaminación por uso de agroquímicos, y
(iii) emplea relativamente poco personal y demanda operarios calificados. En verdad, muchos de los impactos
negativos de la agricultura intensiva son ocasionados por incumplimiento de una serie de aspectos de la
legislación vigente, entre ellos los ambientales, y varían mucho según el tipo de cultivo de que se trate. Los
cultivos de tipo permanente son muchísimo menos agresivos para el ambiente que los anuales. Una plantación
bien conducida de palma aceitera, de café o de cacao a pleno sol o bajo sombra, entre muchas otras especies
que pueden ser cultivadas en escala mayor (caucho, pimienta, pijuayo, etc.) imita algunas de las ventajas de la
cobertura forestal, especialmente protegiendo el suelo contra la erosión hídrica. En cambio, el cultivo de caña de
azúcar o de arroz en pozas es un desastre ambiental anunciado, no importando si se hace bien o mal pues, en
el primer caso, implica suelo desnudo de vegetación en una zona donde las lluvias son torrenciales y, en el caso
del arroz, inevitablemente se contamina la napa freática y se provocan problemas de salinización y otros. Otros
cultivos tropicales anuales en escala industrial, como soya, maíz, yuca o piña, son igualmente muy impactantes.
El plátano cultivado en gran escala es un serio deteriorador del suelo.
Todas las críticas a la expansión de la palma aceitera están basadas en que sus promotores pasaron por encima de
la ley y deforestaron (ALOP et al., 2011, Martin, 2012; Gutiérrez-Vélez et al., 2012). Pero, como lo confirman PNUMA
(2009), Gilbert (2012) y Gutiérrez-Vélez et al. (2012), hay varias ventajas en desarrollar este tipo de agricultura si
Hay que reconocer que esas pautas, aunque deseables, son de difícil cumplimiento en las circunstancias actuales.
Si bien es un hecho que existe mucha tierra ya deforestada y sin uso, también es verdad que su propiedad es
indefinida. Tiene dueños pero estos no tienen documentos formales y no pueden vender ni celebrar contratos
con empresas serias que se proponen invertir cantidades significativas. De otra parte, como ya se ha mencionado,
encontrar bloques continuos de suelos con la capacidad de uso ideal es difícil. Por eso, al final, el tema de los
cultivos industriales deseables, como puede ser el caso de la palma aceitera, requiere de un análisis especial por
parte del GOREL que incluya: (i) definir áreas prioritarias y legalmente compatibles para ese fin sobre la base
de la zonificación en curso; (ii) orientar en ese lugar un esfuerzo concentrado de regularización de la tenencia
de la tierra, y (iii) si es preciso, aceptar la deforestación de áreas de bosques contiguas sobre tierras de aptitud
agropecuaria. Lo que debe evitarse es abrir nuevos frentes en tierras de aptitud forestal.
Dammert (2012) plantea bien el caso de la propuesta del Grupo Palmas sobre Tierra Blanca, que incluye la
construcción de una carretera entre Pongo Isla, en el valle del Huallaga, y Orellana en el del Ucayali. Esta carretera,
como se ha visto, está propuesta por el GOREL, dispone de un presupuesto inicial y su construcción en breve
plazo es inevitable. Ella prevé pasar entre el Parque Nacional Cordillera Azul y la Reserva Nacional Pacaya Samiria.
Es decir que si no se aprueba el proyecto del Grupo Palmas, los bosques que hoy busca adjudicarse la empresa,
probablemente serían deforestados por la agricultura migratoria, lo que es mucho más grave y perjudicial para las
dos zonas protegidas. Se podría decir que la plantación de palma aceitera supondría el “mal menor” en términos
ambientales. El problema es que esto es relativo pues, como lo demuestran los autores citados, la presencia de
una gran empresa agrícola no elimina totalmente el riesgo de otras invasiones. Sea como fuere, este ejemplo
demuestra cuán urgente es que el GOREL adopte una estrategia clara sobre el tema de la agricultura intensiva o
industrial, y que le ofrezca la oportunidad que merece dentro del contexto de la agricultura de Loreto.
2.6.3 La agrosilvicultura
La agrosilvicultura, en todas sus diversas formas, no es algo nuevo en la Amazonía peruana (Dourojeanni, 1990)
pero aún tiene un enorme potencial de desarrollo (World Agroforestry Center, 2006; Dourojeanni, 2009). Su
principal y más valiosa expresión es el cultivo asociado, estratificado, de árboles con plantas que pueden ser
anuales y/o perennes (arbustos en general). Los árboles, a su vez, pueden ser obviamente nativos o exóticos, en
un estrato o en varios estratos y, dentro del sistema de producción escogido, ellos también pueden ser motivo
de cosecha (frutas o resinas, por ejemplo) y madera en el momento adecuado. Los indígenas han usado por
siglos sistemas agroforestales y hoy son comunes en la Selva Alta, con el café bajo sombra, que es apenas una
de las muchas opciones disponibles.
Fomentar la agrosilvicultura pasa por los mismos requisitos de apoyo técnico y financiero ya mencionados pero
debe ser priorizada para agricultores minifundistas y en comunidades nativas y campesinas.
2.6.4 La pecuaria
La ganadería, como la agricultura intensiva o industrial, es frecuentemente vista como un riesgo grande para la
Amazonía. De hecho, en la historia de esa región la ganadería ha jugado el papel más importante en términos de
deforestación, apenas después de la agricultura migratoria con la que está asociada. Cualquier mapa de la Amazonía
revela que la mayor parte del área deforestada usada, sumada a la que está en abandono proviene de la pecuaria, en
especial de cebuinos. La ganadería en Loreto, como en el resto de la Amazonía, es muy ineficiente, desperdiciadora
de recursos y de elevado impacto ambiental, tanto por el área que deforesta, como por la compactación de suelos,
el uso del fuego como técnica de manejo de pasturas, su extremada baja productividad y también por brindar
poco trabajo, desregulado y muy mal remunerado. Todo eso está documentado en millares de publicaciones,
desde hace décadas (Goodland e Irving, 1975; Shane, 1980; Hecht, 1984; Myers, 1984) y también, recientemente
(Margulis, 2003; Pacheco y Poccard, 2012). Estos últimos autores explican por qué, a pesar de todo, esa actividad
continúa prosperando en la Amazonía y, la razón principal es que es rentable para quienes la practican en las
condiciones que aún predominan en la región. En Brasil, eso está cambiando en el sentido de que los productores
de soya están desplazando a los ganaderos que, a su turno, avanzan sobre el bosque.
La ganadería, si fuera conducida técnicamente, sería no solo mucho más rentable, sino que sería menos
impactante sobre el ambiente. Y, en Loreto, como ya se ha visto, hay capacidad para instalarla y desarrollarla
tanto como la demanda existente. No se sugiere que Loreto sea exportador de carne bovina, pues eso aún es y
será durante mucho tiempo inviable o no competitivo por el costo del flete. Pero el departamento debería ser
plenamente autosuficiente en carne y leche bovina. La carretera Iquitos-Nauta y otras cerca de Iquitos proveen
una buena oportunidad de desarrollo pecuario, ya que el mercado está cerca. El GOREL debería fijarse metas de
intensificación y racionalización de la pecuaria para aumentar en el próximo quinquenio la capacidad de carga
actual, de menos de una cabeza de vacuno por hectárea a unas 3 cabezas por hectárea. Para ello debe comenzar
con la promoción de técnicas simples que permitan usar la tierra que ya está en pastos. Los rendimientos
promedio de carcasa en la Selva son estimados entre 135 a 150 kg y la producción de leche es solo de 3 a 5
litros (Ríos et al., 1973). Estos bajos niveles de producción, varias veces inferiores al potencial, indican la enorme
posibilidad de incremento que existe.
La ganadería de bubalinos ha sido intentada frecuentemente en Loreto, desde los años 1970. En el año 1984,
mediante ley se declaró de interés nacional el desarrollo de la ganadería incluidos los bubalinos, sin alcanzar
La crianza de porcinos y aves de corral en el ámbito doméstico es tradicional en Loreto y, como otras formas de
pecuaria, puede mejorarse de muchas maneras e integrarse mejor a otros rubros de producción en las chacras
familiares. La crianza industrial de pollos, una actividad creciente, requiere asimismo de más tecnología y, como
en el caso de la piscicultura, de fuentes locales más seguras y abundantes de provisión de alimentos, como el
maíz. Finalmente, la apicultura tiene un lugar en el contexto de las actividades a desarrollar en el sector agrario,
pero debe tomarse en cuenta que su forma más rentable en Brasil es la melinocultura y no la de abejas europeas
o africanizadas, las que además son peligrosas.
La pesca, en un escenario deseable, puede tener futuro promisorio únicamente en el caso de que sean tomadas
medidas estrictas de control, incluyendo vedas severamente aplicadas por sectores y por estaciones, tamaños
mínimos de presas y control riguroso de aparejos de pesca, en especial de redes, limitando mucho su uso y sus
características actuales. Otra vez, esto es lo contrario de lo que determina la estrategia actual del GOREL y del
sector pesquero nacional que plantea la necesidad de aumentar el esfuerzo de pesca con más barcos, mayores
y mejor equipados. Lo que sí debe mantenerse de las políticas actuales es construir mejores instalaciones para
el desembarque, procesamiento, conservación y transporte de los productos.
En realidad, la pesca de las especies actualmente más amenazadas debería ser sometida a una moratoria, es
decir una veda total de pesca comercial (artesanal o industrial) dentro de un plazo fijo, siendo únicamente
permitida para la alimentación familiar en comunidades rurales si se realiza con métodos tradicionales.
Obviamente, la pesca que ya es ilegal, como la que usa dinamita, rotenona (barbasco) y otros tóxicos, debe ser
reprimida. Simultáneamente, el GOREL debería desarrollar un esfuerzo para establecer áreas de reproducción
estratégicamente distribuidas y severamente controladas. Más de medio siglo atrás, ese fue el objetivo
principal de la actual Reserva Nacional Pacaya Samiria. Igualmente, es necesario establecer como práctica
rutinaria el manejo comunal de la pesca en cochas y cursos de agua aledaños, de modo que la población
local tenga control sobre las mismas, evitando la depredación actualmente efectuada por los pescadores
“tradicionales” y los industriales. Hay experiencias recientes sobre esto que confirman su viabilidad técnica y
económica en condiciones amazónicas (IIAP, 2011), como ya fue demostrado en el mar a partir de arrecifes
de coral, y en aguas continentales de otras regiones tropicales. Precisamente en esta línea, merece mención
la declaración de 30 comunidades nativas del pueblo Kandozi del Lago Rimachi (7.900 ha) en el sentido de
manejar ellos mismos las poblaciones de peces de ese lago, en especial el boquichico, muy amenazado por
la pesca predatoria de “pescadores artesanales”. Además, PRODUCE habría declarado una moratoria para esta
especie en el río Pastaza102.
De otra parte, la pesca deportiva, inclusive la del tipo “pesque y suelte”, es una oportunidad muy importante
para el beneficio de las comunidades locales en ciertos ríos o cochas, si es que ellos son los que administran el
negocio o tienen participación justa en él. La pesca deportiva de especies de gran tamaño y/o combativas es una
forma de turismo creciente que paga varias veces el valor comercial del pescado y trae una serie de beneficios
Hay mucha esperanza en Loreto de que la piscicultura pueda reemplazar la pesca (Alcántara y Colace, 2001). Pero
hasta ahora, a pesar de ser promovida, su desarrollo ha sido lento. Y, como es obvio, el costo del pescado producido
en estanques artificiales, alimentado en base a productos agrícolas industrializados y suplementos y con toda
clase de medicamentos para evitar enfermedades, siempre será más elevado que el producido por la naturaleza.
Es decir que si bien, eventualmente, la piscicultura puede alimentar a poblaciones urbanas, difícilmente será
una alternativa para las poblaciones rurales pobres y aisladas. Las propuestas actuales (MINCETUR, 2008) para
impulsar la piscicultura son, en general, adecuadas pero deberían insistir mucho más en el uso de alimentos
locales y tradicionales en la dieta.
Es poco probable que la fauna, aunque sea bien manejada, recupere los niveles de importancia que tuvo en la
economía loretana hasta los años 1960. Primeramente, porque ese enorme nivel de producción fue fruto de una
caza agotante y, en segundo lugar, porque la degradación del bosque ha sido enorme en los últimos 50 años, tanto
por la explotación forestal como petrolera, y en tercer lugar porque la población de Loreto ha aumentado mucho,
tiene mayor movilidad y hoy está presente en todo el territorio. Además, el mercado de cueros y pieles así como
de animales vivos, se ha reducido enormemente debido a la presión del ambientalismo y a la vigencia de acuerdos
internacionales como el CITES. Este mercado aún existe, en gran medida ilegal en el caso de animales vivos. Pero es
muy probable que siga disminuyendo hasta el año 2021.
De cualquier modo, la caza debería continuar desempeñando un papel primordial para la alimentación humana
rural y, colateralmente, mantener un flujo comercial legal que ayude a su economía. Esto, como ha detallado
103 En 2011 se descubrió en el Parque Nacional Alto Purús una especie de pez que come madera. Posee dientes-cuchara que le permiten
raspar los troncos que caen en el agua.
Es de esperar que se continúe con el manejo de tortugas acuáticas (taricaya) ya iniciado con éxito en Pacaya
Samiria y se difunda más en Loreto. Es necesario, además, orientar esfuerzos científicos y de conservación para
las especies raras o en riesgo de extinción, incluyendo especialmente la charapa y el manatí. Se ha descubierto,
por ejemplo, que el caso de la charapa es muy delicado por la estructura genética de la población remanente y
que requiere de opciones especialmente diseñadas para esta especie (Bock et al., 2001). Los primates, de los que
hay muchos raros, es otro grupo que necesita mucha atención (Pacheco y Cornejo, 2011).
El GOREL debe desarrollar un esfuerzo especial para controlar el comercio ilegal de carne de monte, en
restaurantes “turísticos” en Iquitos y alrededores. Este comercio solo debe ser permitido sobre la base certificada
de su proveniencia de manejo súper-intensivo o de zoo-criaderos reconocidos. Debe comenzarse por la
prohibición de especies de monte alto (sajino, huangana, venado) y puede tolerarse la de animales que se
adaptan a áreas antropizadas.
Finalmente, debe mencionarse el potencial considerable que tiene la recolección y/o la cría de insectos de
interés para coleccionistas o por su valor estético (Mulanovich, 2007). Se trata de una actividad que debe, como
las otras que usan recursos vivos naturales, ser controlada, pero sería absurdo no aprovechar la oportunidad que
provee ingresos a los pobladores rurales más pobres. Ya hay empresas que trabajan técnicamente este rubro,
inclusive para el turismo, y es claramente rentable.
El turismo no es perfecto ni está exento de consecuencias para la sociedad y para el ambiente. Pero, a pesar
de eso, es una excelente opción para el desarrollo regional y debe ser promovido con mucho más énfasis que
hasta el presente. El turismo en la naturaleza, es decir el que más puede llevar turistas a Loreto, como es bien
sabido, tiene demanda creciente de nivel nacional e internacional en todas sus versiones: turismo general o
primer contacto con la jungla amazónica, y luego las diferentes opciones de turismo especializado donde
destaca, obviamente, el avistamiento de aves (bird watching), que es el principal rubro. También son importantes
el turismo cultural o vivencial, el turismo especializado en insectos u orquídeas, el turismo deportivo (pesca
amateur), etc. y esa diversidad de intereses puede ser cubierta a partir de hoteles o albergues de selva o en
comunidades y, evidentemente, con embarcaciones como las que ya existen.
Pero el desarrollo del turismo depende en mucho de que el GOREL y el gobierno nacional brinden las facilidades
que los planes ofrecen pero que no cumplen. Requiere de mejor infraestructura de recepción en Iquitos pues
actualmente es precaria y de baja calidad, además del estímulo y facilidades que la autoridad pueda dar al
establecimiento de nuevos emprendimientos turísticos que estén de acuerdo a los ya elevados estándares
internacionales de este negocio. El turista no se opone a ver costumbres locales, pero puede verse desmotivado
por la pobreza, la insalubridad o la inseguridad. De otra parte, como ha sido demostrado en todos los países
del mundo, el turismo en la naturaleza es particularmente atraído por las áreas naturales protegidas y, aunque
Loreto aún no posea un parque nacional propio, dispone de áreas muy importantes pero, como es sabido, todas
requieren de inversiones para hacer viable el turismo dentro de ellas. Los atractivos de las reservas nacionales
Allpahuayo-Mishana (Álvarez, 2006) y Pacaya Samiria (INRENA, 2000), por ejemplo, ya son internacionalmente
reconocidos. Pero, en la actualidad, las áreas naturales protegidas de Loreto son como un vehículo nuevo sin
combustible que, por ende, no funciona. El combustible para poner en marcha las áreas naturales protegidas es
Loreto puede, sin duda, beneficiarse: (i) de los estudios biológicos de la última década que confirman la
extraordinaria riqueza de la flora y fauna loretana; (ii) del establecimiento de nuevas áreas naturales protegidas, y
(iii) de la propaganda adversa que está sufriendo Madre de Dios como consecuencia del caos provocado por la
minería ilegal. Si la ferrovía a Iquitos se llegara a construir, es de esperar que se convierta en un importante foco
de atracción turística si es que, durante la construcción, se toma en cuenta el aspecto paisajístico y se instalan
estaciones en áreas con atractivos turísticos especiales. De cualquier modo, si Loreto hace efectivas las inversiones
que se precisan en el sector turismo, incluidas las áreas naturales protegidas, puede esperar fácilmente triplicar
su turismo receptivo en el transcurso de la próxima década, es decir pasar a recibir unos 400.000 visitantes por
año, de los que, hacia finales de la década, mucho más de la mitad serían extranjeros.
En la situación actual, llama la atención que Loreto tenga tan pocas concesiones forestales de turismo y de
conservación. La primera, en especial, es una oportunidad muy interesante para quienes deseen invertir en
turismo en la naturaleza usando los atractivos contenidos en sus concesiones y desarrollando, en base a ellos,
sus propios productos turísticos, sin depender de terceros ni de las áreas naturales protegidas. Las concesiones
de conservación, aunque ese no sea su objetivo primario, son excelentes para fomentar el llamado turismo
científico.
Es decir que, en teoría, es posible que los loretanos, cuyos bosques están amenazados pero que ellos protegen,
puedan recibir un pago por unidad de superficie por año por no usar y defender esos bosques o por usarlos
en forma sostenible. Es evidente que el mecanismo para lograrlo es complejo y, peor, no está plenamente
operativo aunque existen experiencias como la ya mencionada del Programa Nacional de Conservación de
Bosques para la Mitigación del Cambio Climático, que ha venido pagando una suma por hectárea (S/.10/ha/
año) a las comunidades nativas participantes (MINAM, 2010; 2012). El contexto de la aplicación de REDD en
el Perú ha sido objeto de debates (Espinoza y Feather, 2011), propuestas (Armas et al., 2009), promociones
(FONAM, 2011) e interpretaciones legales (Larrea, 2007; AMPA, 2011; Garay, 2010) y jurídicas (Capilla y
Sandoval, 2010). Una de las preocupaciones mayores, en especial a nivel de los pueblos indígenas, es evitar
que caigan en la llamada piratería del carbono que podría afectar sus derechos fundamentales. El programa
REDD+ para el Perú ya es un hecho (The REDD Desk, 2012).
Solo para especular, se mencionan dos casos. Uno irreal por el momento pero no imposible en el futuro
sería que Loreto recibiera un pago anual por la totalidad de sus bosques en los que se conserva la reserva de
carbono. Es irreal pues en la actualidad los negocios de carbono a través de REDD se aplican esencialmente
a los bosques amenazados de destrucción y no a aquellos que “no corren riesgos”, lo que es difícil de definir.
Una opción más realista debería tomar en cuenta varios otros factores, entre ellos: (i) la distribución de la
biomasa y del carbono por unidad de superficie varía mucho y por lo tanto también el valor a ser pagado;
(ii) no todos los bosques calificarían por no haber garantías de que no serían deforestados o degradados y
eso depende de si las operaciones encajan en el REDD o si son del mercado libre; (iii) el precio de la unidad
equivalente de carbono varía de acuerdo al pagador (REDD o mercado libre), el tiempo y las circunstancias y,
en realidad, es fruto de una negociación, y (iv) hay negocios de carbono que pueden llevarse a cabo a partir de
plantaciones forestales o de manejo de vegetación secundaria (purmas) en áreas deforestadas subutilizadas.
Hasta el año 2021 es probable que los negocios de carbono se limiten a áreas naturales protegidas y a la
porción preservada de las comunidades nativas y, si el manejo forestal es realmente implantado, podría
expandirse progresivamente a las concesiones forestales y al manejo forestal comunitario. Si así fuera, la
“renta” anual por carbono variaría de caso a caso pero sería probablemente un gran incentivo para conservar,
usando bien, los bosques.
De otra parte, las plantaciones forestales en tierras deforestadas sin uso ya son objeto de negocios de carbono
importantes y, por cierto, el manejo efectivo de la vegetación secundaria también podría serlo. Tello (2001)
hizo una especulación sobre ese potencial a lo largo de la carretera Iquitos-Nauta demostrando su viabilidad.
Nepstad et al. (2009) desarrollaron una especulación para detener por completo, en 10 años, la deforestación
en la Amazonía brasileña esencialmente en base al uso de las posibilidades que ofrecería un mercado de
carbono activo a través de REDD. Este mercado permitiría compensar a los estados que deforestan para
criar ganado, cultivar soya o practicar la minería, entre otras actividades. Ellos estimaron ese costo entre 7
a 18.000 millones de dólares, valorando el costo de manejar sosteniblemente los bosques, cuidando mejor
las áreas naturales protegidas, proporcionando servicios de educación y salud, etc. Analizando costos de
oportunidad llegaron a la conclusión de que usando recursos de REDD, la deforestación de esa región podría
estabilizarse en un razonable 20%. El costo para el Estado de Amazonas, en situación muy parecida a Loreto
aunque mucho mayor en tamaño, fue estimado entre 1.340 y 1.884 millones de dólares. Este es un ejemplo
más de las potencialidades u oportunidades que ofrece el carbono para Loreto en la situación actual del
planeta.
2.10 Manejo efectivo para disponer de válvulas de seguridad: Las áreas naturales protegidas
Las áreas naturales protegidas son parte del equipamiento necesario para el desarrollo de una región.
Además brindan toda clase de servicios ambientales que pueden traducirse monetariamente, como cuando
se paga por agua limpia y de flujo regular y próximamente se reconocerá su valor como reservorios de
carbono. Ellas aportan rentas indirectas en forma de atractivos turísticos y los consiguientes desarrollos
(León, 2007; Figueroa, 2009). Tello (2001) hizo un interesante estudio económico con referencia especial a
la entonces Zona Reservada Allpahuayo-Mishana. Las áreas naturales protegidas de uso directo, como su
nombre lo indica, pueden generar además, otras rentas provenientes del uso de los recursos. León (2007) ha
demostrado que las áreas naturales protegidas del Perú pueden aportar en una década unos 10.000 millones
de dólares en bienes y especialmente en servicios, siempre y cuando el Estado invierta en ellas, en 10 años,
unos 38,6 millones de dólares por año, aunque lo ideal sería más de 41,8 millones. Parece mucho, pero dividido
entre todas las áreas naturales protegidas del Perú y su extensión es muy poco, en especial considerando
el beneficio esperado. Actualmente, el Estado solo aporta anualmente menos del 10% de ese monto y,
considerando donaciones externas, apenas se alcanza a cubrir menos de la mitad del requerimiento mínimo.
Como se ha visto, el aporte presupuestal del GOREL es aún más exiguo, prácticamente insignificante. Es pues
imprescindible que el GOREL y la sociedad loretana dejen de considerar las áreas naturales protegidas como
áreas “congeladas” o sin uso. Su poco uso actual es consecuencia de su abandono.
Pero, lo que es esencial, es entender que las áreas naturales protegidas son una válvula de seguridad para
el desarrollo. Si no se consigue racionalizarlo, hacerlo sostenible y si, por ejemplo, luego de haber logrado
establecer la conectividad la deforestación alcanza proporciones enormes, entonces las áreas naturales
protegidas serán el último refugio para esa diversidad biológica tan grande cuanto valiosa, como ya se ha
mencionado en otros capítulos.
© P. Puertas / WCS
© P. Puertas / WCS
Mapa 16. Corredores biológicos propuestos en el departamento de Loreto
Fuente: Proyecto Apoyo al PROCREL (GOREL, NCI, IIAP) 2009. Se precisa que este documento se encuentra en proceso de actualización y validación por parte del PROCREL.
Es pues indispensable que en la próxima década el GOREL y el gobierno nacional (el SERNANP) le den mucho
más importancia a las áreas naturales protegidas del departamento de Loreto, lo que debe traducirse en:
1) Mejorar sustancialmente la calidad del manejo de las áreas naturales protegidas. Tanto en el caso de las
áreas protegidas nacionales como de las regionales, es indispensable aumentar muy significativamente la
asignación presupuestal permitiendo en el lapso del próximo quinquenio triplicar el número de funcionarios
de nivel profesional y técnico, debidamente calificados; construir las infraestructuras necesarias para el
manejo y la visita y desarrollar relaciones amistosas y mutuamente beneficiosas con las comunidades
del entorno. Para eso la asignación presupuestal actual, de apenas 3,3 millones de Nuevos Soles debe ser
elevada gradualmente hasta llegar a por lo menos unos 30 millones de Nuevos Soles por año a finales de
la próxima década, lo que sería aún menos que la mitad de lo recomendable. Pero debe tenerse en cuenta
que: (i) varias de las áreas naturales protegidas de Loreto aún no están bajo graves amenazas, aunque
estas están aumentando rápidamente y (ii) Loreto cuenta con asistencia internacional que suple, por el
momento, el déficit de financiamiento público del manejo.
2) Mejorar la representatividad del sistema de áreas naturales protegidas. Deben establecerse, con urgencia,
las áreas naturales protegidas que faltan para completar la representatividad ecológica. Algunas propuestas
encaminadas para su creación, tanto por el GOREL como por el SERNANP, están mencionadas en el cuadro
52. Las propuestas son parecidas en muchos casos y, obviamente, deben ser concertadas entre ambas
instituciones y con la población local, como manda la ley. Los argumentos científicos deben tener mucho
peso en la discusión, pues se trata en gran medida de un problema de esa índole que no puede ser suplido
por determinación popular si se desea que, efectivamente, cumplan sus funciones. De otra parte, debe
hacerse un esfuerzo por restaurar una proporción más adecuada entre áreas protegidas de uso indirecto
y directo, siendo ideal llegar al 50%. Como ya está bien demostrado, las categorías de uso directo no son
tan eficientes para conservar la diversidad biológica como lo son las de uso indirecto; además, su costo de
manejo es mucho más elevado (Terborgh y Van Schaik, 1997; Dourojeanni y Padua, 2007; Peres, 2011). Por ese
motivo, es recomendable que las nuevas áreas naturales protegidas, que ya están previstas, se establezcan
como parques nacionales si reúnen las condiciones para tal categoría. El tamaño de las mismas es muy
importante y debe ser suficiente para mantener poblaciones genéticamente saludables. Por ejemplo, se
demostró que en fragmentos forestales de 50 a 5.000 ha de la selva atlántica de Brasil, solo sobreviven 4 de 18
especies de mamíferos de más de 5 kg de peso y que sus rangos geográficos se han reducido a cero o como
máximo a 14% de sus áreas originales. Cinco especies grandes han sido completamente extinguidas a nivel
regional (Canale et al., 2012). Finalmente, debe ser cuidadosamente discutido si las nuevas áreas naturales
protegidas serán nacionales o regionales, lo que determina implicaciones presupuestales importantes y,
asimismo, tiene consecuencias técnicas, ya que el abanico de categorías de áreas protegidas nacionales es
mayor que el regional.
Es pues deseable y posible que al 2021, el departamento de Loreto disponga de unas 8 a 10 áreas protegidas
nacionales adicionales que, probablemente, eleven el porcentaje de área efectivamente protegida a por lo
menos 30% de su territorio.
3) Consolidar o crear corredores ecológicos. Como bien se sabe, no basta con crear áreas naturales protegidas
para asegurar la supervivencia de las especies en el largo plazo. El aislamiento impide la renovación genética
y los flujos que serán imprescindibles especialmente en el escenario de cambio climático. Damschen et
al. (2006) han confirmado con datos concretos la medida en que los corredores ecológicos o biológicos
incrementan la riqueza botánica, lo que ya se sabía para especies animales. Los corredores no tienen
que ser sucesiones conectadas de áreas naturales protegidas, aunque eso sea lo ideal, pero sí áreas entre
ellas que son manejadas de tal forma que no interrumpan el pasaje de las especies, aunque no sea el
hábitat propio de ellas. Loreto se encuentra en el camino de corredores ecológicos propuestos o que son
recomendables. García-Villacorta (2009) ha propuesto diversos corredores para Loreto y áreas vecinas que
deben ser cuidadosamente considerados en la planificación futura.
Como se sabe, en Loreto, quienes detentan la mayor cantidad de tierras, de toda clase de uso potencial, son
y serán los indígenas, especialmente en comunidades nativas y áreas cedidas en uso pero, en gran medida,
también en reservas comunales en las que ellos tienen rol determinante. En la próxima década, tan solo las
primeras sumarán entre 8 y más de 10 millones de hectáreas o, grosso modo, un 25 a 30% del territorio de
Loreto. En la actualidad, esa tierra no solo no produce bienes tangibles para los que tienen derecho a ella,
sino que es depredada especialmente por madereros ilegales, por contaminación petrolera y, cada día más,
sufre riesgos de invasión por migrantes. Esta situación se presenta en particular en Datem del Marañón y Alto
Amazonas, adonde llegan las carreteras que los conectan con la Sierra.
Es pues imprescindible que la planificación del desarrollo de Loreto incluya una consideración muy especial
sobre este tema crucial. Para hacerlo, los indígenas, sus líderes comunales y sus federaciones deben tener la
oportunidad de expresarse y de escoger aquellas opciones que estiman más apropiadas o deseables para sus
comunidades, dentro del vasto rango que se les presenta para estimular un desarrollo sostenible y respetuoso de
sus cosmovisiones e intereses. No existirá una solución única para todas las comunidades o pueblos indígenas
ya que, como ocurre con cualquier área de la Amazonía, sus potencialidades son diferentes y los contextos
económicos y sociales en que están inmersos también lo son. Dicho de otro modo, cada caso es distinto y por
eso lo que se presenta a continuación es apenas un repertorio de estrategias y opciones de desarrollo que
parecen las más apropiadas.
El GOREL, en ese contexto, además de incluir ese tema como uno de los que son absolutamente prioritarios,
tanto como la conectividad que es por ahora su preocupación principal, debe diseñar el mecanismo de apoyo
a los pueblos indígenas que permita que ellos alcancen el desarrollo pretendido y que, al hacerlo conforme a
sus preferencias y visión de futuro, contribuyan de modo durable al desarrollo social y al crecimiento económico
regional.
Las principales opciones para el desarrollo sostenible en las comunidades nativas y campesinas son, en esencia, las
mismas ya descritas antes bajo los rubros forestal, agropecuario, pesca y caza y ecoturismo, pero en estos espacios
deben tener algunas características propias y algunas opciones son más adecuadas que otras. Además, varias de
ellas opciones pueden aplicarse simultáneamente y, sin duda, existen otras. Las principales opciones son:
1) Manejo forestal comunitario para madera. Esta es la opción que, en términos económicos, es la principal a
disposición de las comunidades. Deben aplicarse, especialmente en los primeros años, planes de manejo
muy simples, esencialmente en base a rotaciones largas (más de 30 años si es posible) y bajos volúmenes de
extracción por hectárea, para evitar el riesgo de error. Su éxito dependerá esencialmente de que el plan sea
debidamente respetado pues, en ese nivel de manejo, son pocas y muy simples las prácticas silviculturales
necesarias. Ya ha sido usado en el Perú, con comunidades Yanesha de la Selva Central (Hartshorn et al., 1986)
y en este caso solo fue entorpecido por la intromisión de Sendero Luminoso en la zona. Es más, ha tenido
éxito en muchos lugares de los trópicos húmedos (Sabogal et al., 2008; ITTO, 2007). Sabogal et al. (2008a)
observan, sin embargo, que la reglamentación forestal peruana no facilita el manejo forestal a pequeños
productores.
Como hemos visto en el acápite sobre manejo forestal, es obvio que la mayoría de las comunidades no
disponen de la capacidad técnica ni económica para llevar a cabo este tipo de operaciones. Por eso el
GOREL debe montar un equipo especial y proveer, bajo condiciones, el financiamiento requerido. Pero, en
general, puede resultar mejor que las comunidades, con el plan de manejo hecho y con apoyo técnico,
negocien la extracción del tramo de corta anual con las microempresas (ya regularizadas) de extractores
que actualmente explotan madera en las comunidades. Después de algunos años de experiencia y de
capitalización, los comuneros pueden asumir gradualmente las operaciones de extracción y, eventualmente,
inclusive la transformación primaria.
2) Manejo forestal para productos no maderables. Este es, como se ha visto, un rubro importante y que puede
serlo mucho más si su práctica es ordenada en base a un plan de manejo, y si la producción es tecnificada,
para evitar desperdicio y asegurar la calidad. Como en el caso anterior, el éxito depende inicialmente de la
asistencia técnica que reciban las comunidades. En Loreto ya se han desarrollado algunos trabajos de este
tipo como en el caso de la yarina o tagua (marfil vegetal) en la comunidad Santa Cruz de Tahual en la cuenca
del Chambira; de irapay, en la cuenca del Nanay; piasava, en el Alto Chambira; chambira, en el río Tahuayo, y
camu camu, en varios lugares. Los planes de manejo de aguaje en base a la cosecha anual de los frutos de la
palmera a través de trepadores, son ejecutados por varias comunidades ubicadas en ambas márgenes del
Bajo Marañón, en la Reserva Nacional Pacaya Samiria y en su zona de amortiguamiento. Esto ha permitido
(i) detener la destrucción de más de 12.000 palmeras al año solo en las comunidades de la cuenca del Bajo
Marañón y (ii) mejorar la calidad del fruto comercializado, con lo que sus precios han subido.
3) Manejo de la pesca y de la fauna. Este tema fue desarrollado más arriba y, para el caso de comunidades, las
opciones principales son obviamente el manejo de la pesca en cochas y quebradas dentro de sus límites,
con severo control o prohibición total de la entrada de pescadores “artesanales” o comerciales y, asimismo,
restricción al uso de barbasco que, aunque tradicional, no beneficia en nada la reserva pesquera. La captura
de peces ornamentales debe ser muy bien controlada y regulada por la propia comunidad que la practica
para evitar la rarificación local de las especies. La piscicultura en pequeña escala es otra opción disponible,
de la que hay ejemplos, como en la comunidad nativa Matsés, donde se han establecido 9 piscigranjas.
También se manejan cochas en las cuencas del Chambira, Putumayo y Gálvez-Yaquerana.
Para la caza son válidos los mismos comentarios, es decir que el manejo extensivo y eventualmente semi-
intensivo en bosque natural son las mejores opciones y, además, estas corresponden bastante bien a las
tradiciones de muchos grupos indígenas y ribereños (Hiraoka, 1995). Ya fue mencionado el caso del manejo
de tortugas acuáticas dentro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Asimismo, se han desarrollado planes
de manejo de recuperación de fauna en zonas de caza, como el ejecutado en la comunidad nativa Matsés.
Tanto la pesca como la caza deben ser, primordialmente, para asegurar una dieta proteínica adecuada a las
familias de la localidad y no para su comercialización. Así como para otras formas de propiedad de la tierra, la
comercialización de la caza debe ser permitida solamente en base a manejo súper-intensivo o a zoocriaderos.
5) Conservación dentro de las comunidades nativas. En comunidades nativas de tamaño grande o que tienen
bosques cedidos en uso, es en su propio interés preservar parte de ese territorio en su estado natural o
poco modificado. Eso incluye, obviamente, las áreas sometidas a manejo forestal para madera o productos
secundarios y a caza extensiva. También es recomendable que dejen algunas áreas completamente vedadas
a actividades extractivas de todo tipo. En ellas se regenera la fauna y se conservan valores éticos y estéticos
importantes para la comunidad. Además preservan fuentes de agua en las cuencas altas y son parte de los
atractivos turísticos que se pueden ofrecer. Existe un porcentaje fijado por ley de ese tipo de áreas a ser
preservadas y, por lo menos eso, debe ser respetado.
6) Agropecuaria en comunidades nativas. En las comunidades nativas se encuentra mucha de la tierra que
en Loreto es apta para la agricultura y la ganadería. Además, de cualquier modo e independientemente de
la calidad de la tierra, la gente debe hacer sus chacras tradicionales para alimentarse. Estas, como bien se
sabe, son del tipo agricultura migratoria, es decir usando largos barbechos o rotaciones. Son perfectamente
adecuadas para una baja densidad de población pero, a medida que la población de una comunidad aumenta,
esta forma de uso se vuelve insustentable. Peor aún si la comunidad vende excedentes al mercado local.
Definitivamente, hasta el presente, los indígenas no tienen responsabilidad por la alta tasa de deforestación
de la Amazonía peruana, pero en comunidades de pequeño tamaño ese ya es un problema. En el caso de
poblaciones más numerosas con cambios de actitud cultural, esto puede agravarse. Por ejemplo, es bien
conocido que en el norte del valle del Huallaga hay comunidades nativas Ashuar que no solo deforestaron sus
tierras sino que las alquilan a precios elevados a cultivadores de arroz105. Eso no es intrínsecamente errado, pero
es una advertencia a no imaginar que las tierras de las comunidades nativas sean indemnes a la deforestación.
En verdad, los indígenas tienen todo el derecho a desarrollar actividades agropecuarias de tipo comercial.
En ese contexto, dada la situación actual y esperable durante la próxima década, su mejor opción, aparte de
la agricultura de sustento o tradicional, es la agroforestería, que en tierras de aptitud para cultivos perennes
ofrece la posibilidad de producir con bajo impacto ambiental y que se adecúa bastante bien a las tradiciones
105 En Brasil es cada día más frecuente que reservas indígenas alquilen sus tierras a cultivadores de soya, que para eso deben arrasar toda la
vegetación natural.
7) Negocios de carbono. Las comunidades nativas, hoy y en el futuro, si no eliminan sus bosques, son y serán
productoras netas de un enorme beneficio para Loreto, para el Perú y para el mundo, en forma de retención
de ingentes volúmenes de carbono en la biomasa y en el suelo de sus bosques que, si son liberados,
podrían comprometer aún más el clima mundial. La protección de los bosques o su cuidadoso manejo
sostenible tiene un costo muy caro que ya tiene precio en el mercado internacional. Ese precio, cuando
es recaudado, debe revertir directamente en beneficio de las comunidades nativas que cubren el costo
de producir tal beneficio. El MINAM ha creado el Programa Nacional de Conservación de Bosques para el
Cambio Climático (PNCB) precisamente con la finalidad de atender, por lo menos inicialmente, este nuevo
derecho de los países y sociedades que fijan el carbono en sus bosques y evitan emitirlo.
El PNCB ha funcionado experimentalmente para comunidades nativas de la Selva Central, pero está a la
espera de un financiamiento internacional importante (MINAM, 2010, 2012) precisamente para viabilizar
conceptos como los desarrollados en esta sección. Es decir, usar recursos especiales para posibilitar
el desarrollo sostenible de las comunidades nativas y campesinas de manera que tengan acceso a las
compensaciones por deforestación evitada contempladas en los Programas REDD, y en otros desarrollados
en torno a las discusiones y negociaciones sobre cambio climático. El Perú, precisamente, acaba de
convertirse en uno de los 10 países que en el mundo son elegibles para ese tipo de acciones (The Red
Desk, 2012). En términos prácticos, eso significa que en un plazo mediato, de acuerdo al cumplimiento de
diversos requisitos, las comunidades que cuidan efectivamente sus bosques podrán recibir un monto por
hectárea que debe ayudarles a impulsar su desarrollo.
Obviamente, como se ha reiterado tantas veces, para materializar esas posibilidades que ofrecen los pueblos
indígenas y sus extensas tierras es indispensable que el Estado y el GOREL brinden un apoyo excepcionalmente
importante y de largo aliento a los comuneros, comenzando, como ya se ha dicho, por la garantía de posesión
formal y efectiva de sus tierras. Los indígenas, para recibir el apoyo, necesitan ser capacitados en cuestiones
legales, contables y técnicas, y durante muchos años deben recibir asistencia financiera que, en principio, es
pagada con creces al pueblo peruano en forma de servicios ambientales.
Asimismo, tanto el gobierno nacional como el regional deben establecer salvaguardas sociales que aseguren
la protección de los derechos individuales y colectivos de los integrantes de las comunidades campesinas y
nativas y, además, deben viabilizar la obtención de beneficios justos para estas cuando lleven a cabo proyectos
conjuntos con otros actores, en especial los que pretenden desarrollar negocios de carbono.
En los acápites anteriores se ha discutido, caso por caso, lo que sería mejor para alcanzar un desarrollo más
sostenible y obtener mejores beneficios sociales, económicos y ambientales. En este capítulo se pretende lanzar
algunas propuestas de cómo hacerlo. Eso implica reformas en muchos campos y a niveles que no siempre
dependen de Loreto sino más bien del gobierno nacional. Pero se procura mencionar únicamente las opciones
que parecen estar abiertas para resolver el cómo.
Puede intentarse discutir si realmente es necesario planificar. Este es un tema filosófico y político, ya que la
planificación es a veces vista como un relicto del comunismo y del socialismo los que, en efecto, otorgaron mucho
peso a la planificación central estatal. Pero, como en todo, no puede pasarse de un extremo al otro. Todos los países
adelantados planificaron y planifican muy cuidadosamente su desarrollo y en realidad no ejecutan nada sin tomar
en cuenta seriamente los planes. La verdad es que desarrollar sin plan es como construir un edificio sin planos. Es
decir, comenzar a construir sin saber cuántos pisos tendrá ni si va a alojar oficinas o domicilios. Eso es, literalmente,
una garantía de fracaso, de probable desastre y de dinero perdido. Pero, como se ha visto, eso está sucediendo
en Loreto, aunque muchas veces es consecuencia de decisiones tomadas en Lima. Por ejemplo, Loreto aún no
ha decidido si hace ferrovías, hidrovías o carreteras y, en vista de eso, promueve e invierte en todas ellas al mismo
tiempo.
En realidad la situación es peor, ya que varios sectores planean usos diferentes para el mismo espacio sin
consultarse los unos a los otros, como cuando promueven en un lugar determinado una carretera para fomentar
cultivos de exportación mientras que otros abogan por usar el mismo lugar para titular una comunidad nativa o
crear un área natural protegida o fomentar el turismo y, luego, otro usa todo ese mismo espacio para explotación
de petróleo o minería. Las consultas intersectoriales, en esos casos, son también rituales y finalmente la decisión
la toma el sector más poderoso o el ministro más influyente.
Este escenario también puede deberse a que existen marcados anticuerpos contra la planificación estratégica
a nivel nacional. Como se sabe, el CEPLAN es un órgano débil que no logra aún proporcionar las orientaciones
estratégicas y técnicas para avanzar en la mejora de la planificación del país. En ese sentido, este contexto es
favorable para los sectores productivos que no coordinan sus muy a menudo “implícitos” planes de promoción
de actividades económicas en territorios de los departamentos, sin antes solicitar la opinión de los gobiernos
regionales sobre estos proyectos.
Ahora bien, el tema de la planificación es tanto más serio en Loreto, pues todo indica que este finalmente recibirá
una compensación justa por la explotación petrolera de su subsuelo y, en consecuencia, podría hacer realidad
muchos de los anhelos regionales. En efecto, la Ley No 29693 referida a la homologación del canon petrolero al
mismo nivel del canon minero, gasífero o forestal, comprendidos en la Ley Nº 27506, elevaría considerablemente
Lo que debe hacerse para planificar seriamente el desarrollo de Loreto se desprende de sus defectos actuales ya
analizados antes; sin embargo, a continuación se presentan algunos conceptos que deberían primar en la forma
de hacer la planificación futura del desarrollo loretano, y que, esencialmente, buscan poner orden o establecer
una jerarquía en este proceso:
1) Planificación a nivel nacional y/o de la Selva. Idealmente el planeamiento del futuro de Loreto debería
encajarse plena y armoniosamente en un verdadero plan de desarrollo nacional y, con mayor nivel de
detalle, en un plan de desarrollo de la Selva. Como bien se sabe, estos no existen pero no por eso dejan de
ser necesarios. Ahora bien, esta carencia brinda a Loreto una oportunidad de decidir con mayor discreción
lo que más le conviene, sin ataduras a decisiones supra-regionales.
2) Planeamiento del departamento de Loreto. Este debería ser un documento único, rector, hecho con un
horizonte y vigencia de una década o mejor, por un lapso mayor. Debe definir la imagen objetivo de
Loreto en etapas sucesivas hasta cumplir el plazo del plan. Debe cubrir todos los sectores, con detalle
suficiente para evitar inclusiones distorsionantes. Idealmente, debe ser precedido por un ejercicio y una
propuesta de zonificación y, en todo caso, necesita de mucha información. Precisa ser consensuado
con todos los estamentos de la sociedad y debe tener suficiente información para que la ciudadanía
sepa si, excepcionalmente, un proyecto no previsto originalmente encaja en el plan sin distorsionarlo. Es
indispensable que ese plan sea realista, es decir que haya compatibilidad entre sus objetivos y propuestas y
los ingresos fiscales previsibles, o los intereses manifiestos del sector privado para participar en operaciones
público-privadas. Antes de su aprobación, debe asimismo ser coordinado con el gobierno nacional pues,
a partir de ese momento, los planes de desarrollo sectorial de nivel nacional deben subordinarse al plan
rector del departamento. Las revisiones al plan deben obedecer a los plazos fijados en él y no a caprichos
gubernamentales o a coyunturas. Elaborar un plan regional, realmente rector, no es cosa de meses. Su
preparación puede demorar un par de años y su costo será elevado, pero a diferencia de los actuales será
duradero y eliminará la proliferación de planes, que también son de costosa preparación.
3) Planeamiento sectorial nacional. Este es el que, en la actualidad, trae más problemas para Loreto pues, en
general, es decidido en Lima por los ministerios respectivos, sin mayor consulta con el departamento y sin
suficiente conocimiento del contexto y dinámicas propias del mismo. Pero, si el planeamiento sectorial
nacional es definido por el plan regional, en este caso de Loreto, los conflictos deberían desaparecer o, en
cambio, ser tan evidentes que deberían obligatoriamente ser consensuados.
4) Planeamiento sectorial regional. En la actualidad, este también es un problema serio pues estos planes no
obedecen a un plan rector regional y están muy influenciados por las decisiones incluidas en los planes
sectoriales nacionales. En el futuro, aunque siempre será necesario tener planes sectoriales regionales, estos
por ningún motivo deberán extrapolar los límites, pautas o principios señalados en el plan rector regional
(Plan de Desarrollo Regional Concertado). Deben ser apenas expansiones o profundización técnica de las
decisiones incluidas en el plan rector.
5) Menos planes. Debe terminarse con la proliferación actual de planes que duran poco y que llegan a
niveles de detalle extremos. Cada sector debería tener un solo plan orientador en la esfera sectorial, y sus
metas deben estar plasmadas en el marco del plan rector regional y de ninguna manera pueden estar en
desacuerdo con este. Por ejemplo, las estrategias y planes relacionados al cambio climático y la diversidad
biológica del área ambiental podrían ser parte del plan ambiental regional cuyas metas son consideradas
en el Plan de Desarrollo Regional Concertado.
Una vez aprobado y publicado, el plan debe ser distribuido masivamente a la población en forma impresa y
electrónica. Debe ser materia de información escolar y de discusión universitaria. Cada ciudadano de Loreto
debe conocerlo y usarlo para controlar las acciones del gobierno de turno y las distorsiones en que pueda
incurrir.
7) ¿Cómo encajan los temas de zonificación y ordenamiento territorial? Como se ha mencionado, para planificar
hay que tener la información adecuada y, en ese sentido, la zonificación ecológica económica es un insumo
fundamental para la planificación, que se trabaja en base a mucha información incluyendo, por ejemplo, la
clasificación de tierras por capacidad de uso mayor. Para muchos, la zonificación lleva a decisiones como el
ordenamiento territorial; sin embargo, tal como está la planificación hoy en día no es un proceso integrado a
esta sino que pretende correr independientemente y en paralelo, lo que no es de ninguna manera aceptable.
El ordenamiento territorial solo tiene sentido como parte del proceso de planificación. Si se lo separa de este,
como demasiadas veces se pretende hacer, se convierte en un elemento de confusión que cuesta caro y no
ayuda.
Además, existe un proceso de ordenamiento territorial de facto que es amparado por la legislación o por la
realidad (Oliveira et al., 2007). El primero es el caso de las áreas naturales protegidas, de bosques de producción y
de protección, de comunidades nativas y campesinas o de reservas territoriales, entre otras decisiones sobre uso
de la tierra. El segundo, está determinado por los reclamos de titulación o expansión de comunidades nativas
o los reclamos de titulación de campesinos, sean estos migrantes invasores o tradicionales. Estas decisiones
que no toman en cuenta la teoría del ordenamiento territorial son, quiérase o no, una forma de ordenamiento
territorial que no deja mucho espacio para más. En realidad, Loreto ya cuenta con un ordenamiento territorial.
8) ¿Manejo de cuencas? Se ha visto la gran influencia que tendrá en el futuro de Loreto la situación crecientemente
precaria de las cuencas que nutren los ríos del departamento y sobre las que este no tiene poder de decisión,
por estar ellas en gran parte en otros departamentos o en otros países. Sin embargo, como lo apuntan Mc
Clain y Llerena (1999) y asimismo el IIAP (2011), en la actualidad no se está haciendo nada al respecto, a
pesar de que es imperioso que las cuencas de los ríos amazónicos sean manejadas y que todos sus usuarios
tengan el derecho a opinar sobre lo que se hace en ellas. Eso requerirá esfuerzos nacionales e internacionales
importantes, que son esenciales, en especial para Loreto y para Brasil que reciben el resultado final del descuido
río arriba. Establecer consejos de cuencas a nivel nacional o internacional es un primer paso necesario para la
coordinación.
9) Coordinación a nivel de la Selva y a nivel internacional. El planeamiento del futuro de Loreto es, lógicamente,
indisoluble del nivel nacional pero, asimismo, lo es en especial de lo que ocurra en los demás departamentos de
la Selva que son sus vecinos. Si Ucayali consigue su vínculo vial con la ciudad de Cruzeiro do Sul, en el Acre, deja
de existir la principal justificación para que Loreto continúe pretendiendo construir caminos hacia ese país. Pero
lo inverso también podría ser cierto. La hidroeléctrica propuesta en el Pongo de Manseriche es apoyada por el
departamento de Amazonas, pero afectará más a Loreto y esos son apenas un par de ejemplos entre muchos.
La coordinación de los planes con Ecuador, Colombia y Brasil también es fundamental en muchos aspectos,
y en especial con los dos últimos, en materia de seguridad pública. El CIAM puede y debe ser el instrumento
principal para esa coordinación a nivel nacional, así como la OTCA debe serlo para el nivel internacional.
En base a las informaciones y discusiones anteriores, se presentan ideas que se derivan de ellas cuando se piensa
en un Loreto al 2021 y en pleno camino a un desarrollo sostenible y a la vez deseable. Estas, que están en parte
resumidas en el cuadro 72, en realidad ya han sido esbozadas antes pero a continuación se las presenta en una
forma apretada y bajo otra óptica.
Es fundamental insistir en que el escenario sostenible aquí propuesto no es, en modo alguno, ideal. Las propuestas
y análisis parten de la realidad y se auto-limitan a lo que es razonablemente posible en apenas una década, es
decir hasta el 2021. Aun así, el autor reconoce que muchas de sus propuestas son difíciles de conseguir.
3.2.1 Conectividad
Loreto tiene, como se ha visto, tres opciones para conectarse al resto del Perú. La más lógica, económica y sensata
es, sin duda, usar los ríos transformándolos en hidrovías bien diseñadas y con puertos modernos, especialmente
en los puntos en que se conectan con otros tipos de vías, tanto para transporte de cargas como de pasajeros.
Si, debido a la idiosincrasia local o a motivos geopolíticos, se hace necesario construir otra vía, lo mejor en
términos ambientales sería construir una ferrovía, por las razones ya discutidas. Pero la opción ferroviaria no
encaja bien con la hidrovía, pues ambos funcionan bien para cargas grandes sobre trechos largos, es decir que
en gran medida compiten entre ellas. Pensar, como se hace ahora, en impulsar simultáneamente los tres tipos
de conexión es simplemente absurdo, aunque el autor reconoce que es probable que eso ocurra realmente.
Algunas carreteras son prácticamente inevitables debido a la presión social. Entre ellas está la que unirá los valles
del Huallaga con el de Ucayali, abriendo territorio para la agricultura en las provincias del Alto Amazonas, Requena
y Ucayali. Por más que sea deseable hacer pocas carreteras, es irreal pensar que un gobierno democrático consiga
impedirlas completamente, aunque eso fuese lo más sensato. De cualquier modo, un esfuerzo en ese sentido
reducirá mucho el kilometraje de carreteras mostrado en el escenario tendencial. Esto obviamente repercutirá
directamente en una deforestación menor.
Se recuerda que las carreteras per se no son un gran problema ambiental. La deforestación a lo largo de ellas es
fruto del desorden, es decir de la falta de planeamiento y de respeto a la ley. En el futuro, cuando la educación,
la ley y el planeamiento sean más efectivos, hacer carreteras dejará de ser un problema tan grave como lo es
hoy. En este escenario sostenible se parte del principio que donde se hagan carreteras habrá, por lo menos,
más control que en el pasado.
Al prever carreteras nuevas como las que en este mismo trabajo se consideran inevitables o, inclusive,
recomendables, es absolutamente esencial, que, además de los estudios de impacto socioambiental de ley bien
hechos, se hagan previamente las coordinaciones intersectoriales indispensables con los sectores agropecuario
y forestal que determinarán el uso de la tierra a lo largo de las mismas y analizarán las inversiones adicionales
requeridas para que la ocupación de la tierra abierta sea sensata. Eso implica destinar presupuestos especiales o
proyectos de inversión ad hoc para llevar adelante esas acciones previas a la apertura y que deben ser continuadas
después de esta. Asimismo, en primer lugar y como requisito fundamental se habrá procedido a la titulación de
tierras con el fin de evitar conflictos sociales.
De cualquier modo, en el futuro, antes de pensar en carreteras nuevas, Loreto deberá invertir más en
mantenimiento y mejoramiento de las existentes.
3.2.2 Energía
Es probable que habida cuenta de la disponibilidad de petróleo hubiese sido más lógico hacer otras centrales
térmicas más eficientes y esperar para construir la central hidroeléctrica de Mazán. Esto habría dado la oportunidad
de aplicar el potencial de financiamiento para otras obras más urgentes, como las hidrovías.
Preciso es enfatizar que las centrales hidroeléctricas tienen impactos ambientales considerables durante sus
etapas de construcción y de operación. La del Mazán no formaría lago artificial, pero sí sería el caso de las otras
tres que, en la de Pauya-Cushabatay tendría proporciones relativamente importantes. Sin embargo, Loreto
requiere de energía y por eso, en este escenario, cabe esperar que estas obras sean hechas cumpliendo todos
los requisitos de impactos ambientales y sociales, técnicos y legales.
Muy discutible es la necesidad de interconectar la energía generada en Mazán con el sistema nacional, pues eso
implicaría enormes impactos potenciales causados por la línea de transmisión que sería necesaria. Si las líneas
de transmisión corren paralelas a las carreteras son aceptables. Las ciudades aisladas pueden continuar usando
energía térmica y las localidades menores deberían beneficiarse con opciones de energía renovable.
En un escenario deseable, se descarta absolutamente la idea de la central hidroeléctrica del Pongo de Manseriche
debido a sus impactos ambientales colosales y a los riesgos que implica para la población residente en el
Marañón. También porque su intencionalidad económica es la de servir a los intereses de Brasil, por lo que ella
implicaría una enorme línea de trasmisión en medio de la selva loretana.
Loreto debe obtener provecho de su petróleo usando bien los beneficios económicos que eso genera, en especial
porque en el futuro estos aumentarán considerablemente. El gobierno y las empresas de una parte y los pueblos
indígenas de otra ya han ganado dolorosa experiencia sobre cómo convivir con este tema. Los mecanismos que
ya demostraron funcionar, como los aplicados en el caso del Acta de Dorissa o las experiencias de monitoreo
ambiental comunitario, así como la nueva legislación sobre consulta previa, entre otros, deberían servir para
limitar los conflictos. De otra parte, es indispensable que el GOREL asuma un rol mucho más importante en
relación a las decisiones que afectan el uso de su petróleo y de sus recursos mineros.
Las empresas petroleras y mineras deben aplicar en sus operaciones la mejor tecnología disponible para reducir
sus impactos ambientales. El GOREL debe insistir en que se aplique una legislación mucho más estricta en
este tema, dadas las evidencias de que, en el mediano plazo, operaciones como el uso compartido de ductos,
reducción del ancho del derecho de vía y la perforación de alcance extendido no sólo reducen los riesgos
ambientales, sino que también bajan los costos operativos de las propias empresas.
La minería no tiene tradición en Loreto, pero el MINEM y la Dirección Regional de Energía y Minas del GOREL
están incentivando o tolerando esta actividad en el departamento, lo que es inadecuado especialmente en
términos de la pequeña minería, pues no existe la capacidad institucional para controlar esta actividad, lo que la
vuelve casi indisociable a la ilegalidad e informalidad. En el presente escenario, si los yacimientos son realmente
importantes, solo debería tolerarse la minería formalmente establecida, mediana o grande, de alta calidad
técnica y respetuosa de todas las reglamentaciones ambientales y sociales que le son aplicables. La presencia
de mineros informales usando dragas o destruyendo riberas de ríos debe ser terminantemente combatida.La
pequeña minería únicamente podría aceptarse en el caso de que los mineros se organicen en cooperativas o
empresas que obedezcan las normas, y que no amenacen la salud pública de la población.
3.2.4 Agropecuaria
En un escenario sostenible no se plantea limitar ni eliminar la agricultura industrial o intensiva si es que esta
respeta las leyes y consecuentemente no genera impactos ambientales significativos. Se asume que en un
El eje de la estrategia sustentable es que la actividad agropecuaria debe basarse, esencialmente, en el uso de
la tierra ya deforestada; es decir, intensificando el uso de la tierra sin avanzar sobre los bosques. Para eso, como
ya se ha dicho, el GOREL debería privilegiar la productividad (uso más intensivo de la tierra deforestada y mayor
producción por hectárea) en lugar de aumentar la producción a través de la expansión de la frontera agrícola. Lo
ideal sería, obviamente, apuntar una meta alta, por ejemplo alcanzar a aprovechar el 50% del área ya deforestada,
pero eso no sería realista, especialmente si se construyen carreteras nuevas. Por el momento, sería mucho aspirar
a que el 70% de la expansión futura del área cultivada se realizase sobre tierras ya deforestadas. Por eso la
deforestación continuaría aumentando, pero mucho menos que en el escenario tendencial.
3.2.5 Forestería
En un escenario sostenible al 2021, la explotación forestal en Loreto sería, junto con el petróleo y la agropecuaria,
un pilar de la economía. En este contexto, el turismo crecería mucho.
El uso del bosque mediante concesiones no se expandiría a más bosques de producción, cuya extensión
permanecería como está, es decir alrededor de 2 millones de hectáreas, suficientes para suplir sostenidamente,
hasta después de 2021, la demanda de la nueva industria loretana. Pero esas concesiones operarían realmente
como tales y serían el fundamento de la industria forestal. Asimismo, en este escenario los permisos de extracción
forestal, que deberían ser diferenciados de los actuales106, serían esencialmente para el aprovechamiento
progresivo de hasta otros 2 millones de hectáreas en comunidades nativas, cuyos bosques también estarían
sometidos a manejo forestal comunitario comprobado. La única excepción de madera no proveniente de manejo
forestal comprobado sería el eventual uso de madera proveniente de deforestación legal para agricultura. En esa
forma, en teoría, la degradación forestal en ese periodo sería mínima ya que todos los bosques aprovechados
estarían siendo manejados.
En un escenario sostenible y deseable, se reforestaría mucha tierra hoy subutilizada, posiblemente con
plantaciones de tipo industrial y se manejarían unos cuantos cientos de miles de hectáreas de purmas, bajo
las condiciones ambientales necesarias. Así se aumentaría mucho la porción utilizada del bosque deforestado
actualmente sin uso. Sumando esas superficies a las que serían aprovechadas en usos agropecuarios, se
llegaría a una intensidad de uso de la tierra deforestada de más de 50%. Pero, como ya se ha mencionado, la
precondición para ese resultado es la titulación de la tierra de los campesinos para posibilitar que exista inversión
en reforestación, la cual requiere de seguridad a largo plazo.
Los negocios de carbono con recompensas tangibles para los que conservan y manejan el bosque, y con las
salvaguardas del caso, deberían ser activamente promovidos por el GOREL, especialmente en comunidades
nativas que rentabilizarían el manejo forestal, la reforestación, el manejo de purmas y asimismo el manejo de la
fauna.
106 La explotación forestal bajo manejo sostenible en comunidades nativas o campesinas debería tener una nueva denominación propia, i.e.
“licencias de manejo forestal comunitario”.
El manejo, en sus diferentes intensidades, sería la regla. En un escenario deseable se prevé que a 2021 habría miles
de hectáreas de cochas y de sectores de ríos o quebradas dedicados a la regeneración de stocks pesqueros bajo
manejo. Asimismo, el manejo extensivo de fauna silvestre se desarrollaría sobre decenas de miles de hectáreas
boscosas que podrían ser simultáneamente usadas para producción forestal. También podrían aprovecharse
para la caza de subsistencia, la caza deportiva y eventualmente para su uso comercial.
Si en Iquitos y otras ciudades se invierte en las áreas naturales protegidas y en la recepción del turismo, es posible
multiplicar el número actual de turistas. Las implicaciones de este escenario, aparte del aumento del aporte
de este sector al PBI regional, significan un aumento importante de la oferta de empleo. Para ese entonces, ya
existirían varias concesiones forestales para ecoturismo en plena operación.
Un escenario sostenible al 2021 prevé que el proceso de titulación de comunidades nativas se haya completado,
eliminándose así una de las principales fuentes de conflictos y reclamos sociales. La extensión de tierras en manos
de estos pueblos, si el gobierno no continúa su política oficiosa de obstrucción a la titulación de comunidades
nativas, puede llegar a 11 millones de hectáreas. En esas comunidades se promovería, progresivamente, varios
tipos de actividades. A continuación señalamos algunas de las posibilidades: (i) manejo forestal comunitario para
madera y productos forestales no maderables; (ii) agroforestería y agricultura de productos especiales; (iii) manejo
de pesca y de fauna, y (iv) ecoturismo. Asimismo, en este contexto sostenible se controlarían o mitigarían las
amenazas sobre las reservas territoriales, lográndose la protección real de los pueblos en aislamiento voluntario
hasta su conversión en comunidades nativas debidamente tituladas, si así lo desearan.
El Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático (PNCB) del MINAM
(2012) ha estudiado opciones y estrategias para el propósito señalado y, si fuera aprobado, Loreto dispondría de
algunos recursos económicos que deberían ser suplementados con otros, por ejemplo, los que provienen del
canon petrolero que se genera principalmente en tierras de pueblos indígenas. Este proyecto contempla: (i) la
identificación de oportunidades de inversión en las comunidades y (ii) el financiamiento y acompañamiento
técnico en la implementación de proyectos en dichas comunidades.
Se reitera que el primer punto es indispensable habida cuenta de la escasa capacidad de gestión de las
comunidades. Por eso, al mismo tiempo que se crea interés por diversas opciones de proyectos, se capacita
a la comunidad, se promueve su participación y se identifica conjuntamente con sus miembros las mejores y
más viables opciones de inversión en proyectos sostenibles. Eso implica que se disponga de equipos de uno
o más profesionales con capacidad técnica y sensibilidad social suficiente como para hacer ese trabajo, que es
sumamente delicado. La segunda etapa es el financiamiento y ejecución de los sistemas productivos sostenibles
Las alternativas económicas deberán comprender el desarrollo de cadenas de valor competitivas. En ese sentido,
el asesoramiento en la identificación de mercados debe acompañar a los beneficiarios para ayudarlos a colocar
sus productos de acuerdo a los módulos productivos seleccionados, incluyendo centros de acopio que reúnan
a comunidades con operaciones compatibles a fin de que la producción alcance una dimensión adecuada
para la comercialización. El fortalecimiento de las capacidades de gestión, administración y negociación de los
pobladores sería una actividad constante. La asignación de recursos se haría, en ese caso, por concurso y por
etapas condicionadas a metas. Pero hay otras opciones posibles. Un criterio de concurso con una ponderación
importante deberá ser, necesariamente, el porcentaje de contrapartida de la comunidad. Con fines de promover
el compromiso de los beneficiarios para fortalecer la sostenibilidad de la intervención, en todos los casos, estos
deberán participar con un porcentaje de la inversión.
Con el objeto de potenciar el impacto de conservación de los bosques, ese programa establece como
prioridad de actuación trabajar con las comunidades nativas o campesinas que están localizadas en las zonas
de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas, que en Loreto abarcan 3,3 millones de hectáreas. De
ese modo, las comunidades beneficiadas diversifican sus fuentes de aprovisionamiento y, más importante
aún, las protegen de eventuales invasiones o transgresiones por el mero hecho de rodearlas. Así, al fomentar el
desarrollo sostenible de las comunidades nativas vecinas a las áreas naturales protegidas se disminuye el costo
de protegerlas, se las defiende mejor y al mismo tiempo se asegura tener menos conflictos con las poblaciones
locales que, a medida que prosperen, necesitan menos de ellas. Esa opción, por ejemplo, es excelente para
que comunidades nativas desarrollen negocios ecoturísticos, albergando visitantes que llegan al área natural
protegida aledaña.
Todo el esfuerzo que se desarrolle para racionalizar la agricultura, mejorar la intensidad de uso de la tierra ya
deforestada, estimular la reforestación y el manejo de purmas o fomentar el manejo forestal sostenible, entre
otros, fracasará o se verá seriamente obstaculizado por la falta de definición sobre la propiedad (titulación,
demarcación, registros, etc.) y otros derechos a la tierra de los pueblos indígenas, de los ribereños, de los
agricultores en general y de los gobiernos nacional y regional. El desarrollo de Loreto depende superlativamente
de un esfuerzo especial para consolidar de una vez por todas los alcances y límites del derecho de cada quien,
permitiendo la realización de transacciones y de inversiones, sin las cuales no habrá progreso.
Todas las áreas naturales protegidas propuestas, nacionales o regionales y que sean realmente necesarias ya se
habrán creado y, de estas, aquellas que son más accesibles o que tienen atractivos naturales especiales se habrán
convertido en productos turísticos, y, por lo tanto, ya estarían sometidas a manejo efectivo y equipadas para
recibir turismo nacional e internacional. La representatividad ecológica sería completa y, de otra parte, habría un
mejor balance (tendiente al 50%) entre las diferentes categorías. El financiamiento para la gestión de las áreas
naturales protegidas provendría mayoritariamente del Estado (SERNANP y GOREL), y sería complementado por
financiamiento proveniente de la cooperación internacional, así como a través de mecanismos de compensación
por los servicios ecosistémicos, como los negocios de carbono, además de los fondos que se recauden por
las visitas. Se implementaría un sistema de monitoreo de la efectividad de la gestión de las áreas naturales
protegidas. Los corredores ecológicos estarían complementados por concesiones forestales de conservación o
ecoturismo estratégicamente localizadas, o por zonas de reproducción pesquera, como respuesta al diseño de
un modelo de sistema regional de conservación.
En esta parte no se mencionan todos los lineamientos estratégicos transversales que se requiere elaborar para
preparar un plan de desarrollo de Loreto. Estos han sido mencionados reiteradamente y desde diversos ángulos
en diferentes capítulos de este documento. En este punto, nos limitaremos a reforzar algunos que, a la vez que
parecen esenciales, suelen ser poco considerados.
Es evidente que el presupuesto regional no debe ni puede descuidar ninguna de sus responsabilidades, a
pesar de que muchas veces parece imposible atender la enorme gama de asuntos que le corresponden. En la
actualidad, sin embargo, existe una notoria distorsión en contra de temas que son vitales para sacar a Loreto
de su relativo estancamiento económico. En efecto, si la mayor parte del PBI loretano, sin contar el petróleo,
debe provenir de los sectores forestal, agropecuario y turismo, como todo el mundo reconoce, no tiene ningún
sentido dejar esas áreas prácticamente abandonadas. Del mismo modo, si la mayor parte del territorio loretano
estará en posesión de los pueblos indígenas o bajo el estatus de áreas naturales protegidas, tampoco tiene
lógica no invertir prácticamente nada en ellas.
Como ahora, la primera prioridad deberá seguir siendo la educación. Muchos de los problemas de Loreto,
como los de Perú, dependen de la calidad de la educación que reciben los jóvenes en todos los niveles, pero
principalmente en inicial, primaria y secundaria. La educación debe ser el principal factor de la equidad social, y
debe ser igualmente excelente para pobres y ricos, para habitantes rurales y urbanos y, especialmente, para los
jóvenes indígenas. También deben desarrollarse esfuerzos para formar técnicos de calidad orientados hacia los
sectores agropecuario, forestal, turismo y petrolero.
Para alcanzar el progreso necesario en el sector agropecuario, reduciendo la proporción de tierras sin uso y
aumentando la productividad, el GOREL debe rediseñar su relación con este sector, que actualmente está
tremendamente relegado en términos presupuestales y, por ende, en personal y medios. Debe crear una
institucionalidad nueva, capaz de realizar investigación aplicada y en especial extensión agropecuaria, como
existía antaño en el Perú, de tal manera que los técnicos podrán, por ejemplo, supervisar el otorgamiento de
créditos en las líneas que el gobierno promueva. Como se ha visto, este tema es particularmente importante
para atender las necesidades de la población indígena y ribereña.
Otro sector exageradamente descuidado en la actualidad es el forestal, que debe ser diferenciado del
agropecuario y muy fortalecido para poder impulsar y supervisar el manejo forestal tanto a nivel de concesiones
como en las comunidades nativas. Además, deberá promover la reforestación y el manejo de purmas en tierras
degradadas o abandonadas.
Los temas relacionados a áreas naturales protegidas, turismo, pesca y caza, también deberán recibir mucha más
atención presupuestal efectiva que la que reciben hasta el presente.
Para mejorar la capacidad institucional del GOREL en el desempeño de sus funciones, es decir para promover la
gobernanza regional, se necesitarán consensos a nivel político y de la tecnocracia nacional con el fin de evitar que
el reglamentarismo asfixie su autonomía, en lo que respecta a su organización interna y al uso del presupuesto
(Molina, 2010). Existe la necesidad de cambios normativos sobre descentralización y administración pública.
De otro lado, se deben preparar diagnósticos más acuciosos sobre el funcionamiento de la estructura orgánica
actual del GOREL que ayudarán a generar una propuesta de reforma institucional con una óptica amplia de
gestión territorial.
Entre las prioridades señaladas por los actores regionales, se indica que los cambios normativos deben hacer que
el Consejo Regional se convierta en una Unidad Ejecutora que permitirá una mayor autonomía para contratar
asesores técnicos y agilizar sus labores de fiscalización. Asimismo, consideran necesaria la inclusión de los
Consejeros Regionales y de las organizaciones indígenas en los Consejos de Coordinación Regional (CCR).
En el caso de la sede central del GOREL, es necesario desarrollar un conocimiento más profundo y analítico sobre
sus limitaciones para el desempeño de sus funciones, entre las cuales hay que atender algunas prioridades que
fueron señaladas por funcionarios públicos del mismo GOREL:
Para los temas de gobernanza regional, se requiere un fuerte componente de voluntad política y de generación de
capacidades para promover la planificación estratégica, la transparencia de información, en especial la rendición
de cuentas, y la coordinación interinstitucional (dentro y fuera del GOREL). Al mismo tiempo, deberá mejorar la
efectividad de los espacios de participación y consulta ciudadana (CCR, Presupuesto Participativo, Audiencias
Públicas, entre otros). En este aspecto, el empoderamiento de la sociedad civil y de la ciudadanía en general es
fundamental para garantizar la vigilancia de la gestión pública, para lo cual la cooperación internacional está
aportando significativamente.
El tema ambiental requiere urgentemente un nuevo enfoque organizativo que quizá se dé en la medida en
que sea creada la Autoridad Ambiental Regional, reuniendo en un solo organismo las “piezas sueltas” y débiles
que se encuentran en diversos sectores y niveles del GOREL. Pero, además, es indispensable darle más recursos
y más peso en las decisiones políticas, así como dotarla de un sistema administrativo que permita la gestión
eficiente y eficaz de sus recursos humanos y financieros. Al mismo tiempo deberán implementarse mecanismos
de participación de la sociedad civil, transparencia y rendición de cuentas, orientando esa área a actividades
más pragmáticas que aquellas a las que se dedica en la actualidad. En este caso se trata de menos planes y más
acción.
Como se ha anticipado, una alternativa para evitar la dilapidación de los bienes y servicios ambientales es usar
la planificación estratégica. Es una oportunidad que permite reordenar los objetivos de desarrollo planteados y
emplear técnicas diversas a fin de medir la viabilidad de estas propuestas para su implementación y contribución
al desarrollo sostenible de Loreto.
El presente estudio contiene información suficiente para justificar la necesidad de una planificación estratégica
regional que permita ordenar en objetivos y acciones viables, integrales y consensuadas los diferentes aspectos
del desarrollo sostenible. Este proceso estaría fortalecido por la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) que
permitiría: (i) determinar las prioridades de desarrollo de Loreto, (ii) profundizar consensos, (iii) identificar vacíos
urgentes de conocimientos necesarios para el desarrollo, (iv) reconocer los retos de la capacidad institucional
nacional y regional, (v) evaluar los impactos acumulativos de los planes multisectoriales o las propuestas de
inversión sectorial tanto nacional como regional, y en consecuencia (vi) facilitar la elección de las alternativas de
inversión más sostenibles para la región.
Las EAE deben aplicarse a los planes de desarrollo, comenzando por el plan de desarrollo de Loreto (por ejemplo,
una nueva versión del Plan de Desarrollo Regional Concertado 2008-2021), es decir el plan maestro que determina
la existencia y las características de los demás planes sectoriales. Idealmente, con anterioridad debería haberse
hecho lo propio con el Plan Nacional de Desarrollo y con el Plan de Desarrollo de la Amazonía Peruana que, como
se sabe, no existen. Por eso, en esa situación, el plan determinante debe ser el de Loreto. Una vez definido este
primer nivel, fundamental en la planificación, puede bajarse a los niveles sectoriales que, aunque dependan de
los anteriores en sus lineamientos generales, tienen especificidades diversas. Por eso, dichos planes sectoriales
también pueden requerir una EAE. Por ejemplo, es preciso analizar estratégicamente los impactos ambientales
conjugados de las exploraciones y explotaciones petroleras, o bien el impacto ambiental conjugado de las
hidroeléctricas previsibles. Estas EAE sectoriales o, si fuera el caso, provinciales o distritales, usarían enfoques
analíticos y participativos que pondrían en relieve los aspectos ambientales y sociales clave para contribuir al
desarrollo sostenible de Loreto y asegurar el camino hacia la gobernanza ambiental. Entre los enfoques analíticos
más importantes que deberían usarse podemos mencionar:
1) Evaluación de los impactos acumulativos: Evaluar los impactos acumulativos implica enfocarse en los
receptores del impacto: recursos hídricos, suelo, bosques, ecosistemas, población, etc. Para cada uno de
estos receptores se consideran los impactos de la acción estratégica junto con decisiones pasadas, presentes
y futuras (UNU et al., 2006). Los principales pasos para una evaluación de los impactos acumulativos son: (i)
identificar los receptores afectados (scoping); (ii) determinar qué actividades humanas pasadas, presentes
o futuras han afectado o afectarán estos receptores, y qué ha ocasionado estas actividades (contexto); (iii)
predecir los impactos en los receptores de planes y programas públicos en combinación con los impactos
de otras actividades humanas, y determinar la significancia de los mismos (predicción), y (iv) sugerir como
gestionar los impactos acumulativos (mitigación).
3) Análisis costo-beneficio: El análisis costo-beneficio es una técnica que traduce todos los impactos de
una política o planes y programas en valores monetarios. Este enfoque analítico puede incorporar, por
ejemplo, el costo de las tierras agrícolas perdidas, los costos de salud a raíz de la contaminación de
recursos hídricos, el costo de la deforestación, etc. La agregación de costos y beneficios puede ayudar
a saber si implementar los planes y programas de desarrollo vale la pena, y si la mitigación es suficiente
para reducir los costos socio-ambientales (CIEL, 2012).
4) Análisis multi-criterio. Este tipo de análisis otorga puntajes y ponderaciones para evaluar y comparar las
alternativas que se presentan en un plan o programa (UNU et al., 2006). Se utiliza cuando los criterios
de decisión son múltiples y no directamente comparables. El análisis multi-criterio expresa qué tanto
el objetivo corresponde a la medida de mitigación más adecuada, y permite justificar las elecciones y
obtener un proceso de toma de decisiones más claro y estructurado (CIEL, 2012).
De la calidad de los estudios de impacto socioambiental de los proyectos que se pretenda desarrollar
dentro del marco del Plan de Desarrollo Regional Concertado de Loreto, dependerá en gran medida el éxito
de todo el plan. De una parte, la mera existencia del plan ya ofrece pautas claras sobre si determinados
proyectos entran en el marco de lo que es o no aceptable. Por ejemplo, dentro de la estrategia de usar
energía hídrica, comenzando por Mazán, que podría ser ampliada en el futuro, quedan prácticamente
descartadas otras propuestas, por lo menos para la próxima década o más, en especial una obra como la del
Pongo de Manseriche. El plan ya determina pautas ambientales generales para las carreteras nuevas y para
prácticamente todos los sectores, pues en el mismo el tema ambiental es parte estructural.
Aun así, ningún proyecto deberá escapar a un escrutinio minucioso de sus impactos ambientales y sociales
ni dejará de hacer un análisis de opciones que escoja la mejor y que además prevea las inversiones necesarias
para evitar los impactos, mitigarlos o, en última instancia, compensarlos. Nada impide al GOREL hacer pasar
las aprobaciones finales de esos estudios por un escrutinio extra o inter-sectorial o supra-sectorial, evitando
el problema nacional generado por el hecho de que cada sector otorga licencia ambiental para sus propios
proyectos, en una clara y muy perjudicial situación de conflicto de intereses.
Como se ha visto, el futuro de Loreto depende no solo de las decisiones nacionales, sino sobre todo de las que
tomen sus vecinos, es decir los departamentos de Ucayali, Amazonas y San Martín y especialmente Ecuador, Brasil
y Colombia. Medidas como las del Acuerdo Marco entre la República del Perú y la República Federativa del Brasil
para el establecimiento de la Zona de Integración Fronteriza Perú-Brasil tendrán una influencia decisiva, tanto
positiva como negativa sobre el devenir regional. Por eso es esencial que el GOREL dedique un esfuerzo muy
serio para realizar un seguimiento estrecho y constante de lo que se planea y ejecuta en esos departamentos
y países vecinos y exija al Gobierno Nacional plena capacidad de intervenir en tales negociaciones y de hacer
propuestas, si ello fuera necesario. Para los primeros existe por ejemplo el CIAM, que es un excelente instrumento
de coordinación interregional, y se supone que los congresistas loretanos también ejerzan ese rol en el legislativo.
Pero, en lo relativo a lo que ocurre en los demás países debe crearse en el GOREL un mecanismo especial, una
suerte de sección de relaciones exteriores que examine permanentemente lo que se propone y sucede en
regiones como la del Putumayo colombiano, el Estado de Amazonas de Brasil y la Amazonía ecuatoriana en
general. Los pleitos, cuando se presentan, deben ser resueltos a través del MRREE del Perú y quizá a través de
instituciones como la OTCA. Pero para negociar es preciso disponer previamente de una información actualizada,
de calidad, y tener conciencia clara de las implicaciones que tienen para Loreto las decisiones de terceros.
Construir un escenario deseable y posible para Loreto, usando las sugerencias, recomendaciones y lecciones
aprendidas, citadas o no en el texto que precede, no es tarea de este ejercicio. La responsabilidad de hacerlo
corresponde por entero al pueblo de Loreto y a los que hayan recibido la delegación de conducir el proceso del
plan que debe plasmar la imagen objetivo del anhelo popular mayoritario.
Entre la realidad del escenario tendencial desarrollado en la Parte II, que representa el resultado de “seguir como
de costumbre”, y un escenario deseable y posible hay muchísimas opciones. En especial porque “posible” no es
siempre concordante con “deseable” y porque, al final de cuentas, eso depende de las personas o grupos y de las
circunstancias. Por eso es fundamental la construcción de esa imagen objetivo consensuada.
Algunos pueden optar por un Loreto idílico, sin carreteras ni ferrovías ni petróleo ni cultivos industriales y sin
extracción maderera, donde el bosque domine en su estado más natural y en el que los indígenas vivan como
antaño. Para otros, la destrucción de los recursos naturales de Loreto ya llegó a su punto de inflexión a partir del
cual no debe continuar, usando mejor lo que ya fue alterado. Otros consideran que aún hay algo o mucho que
explotar y que se debe seguir aprovechando los recursos haciendo más vías de comunicación para facilitar el
acceso. Hay quienes piensan que Loreto debe tener más habitantes para desarrollar y frenar el eventual avance
de los países vecinos. Algunos preferirían que no se explote el petróleo, otros están contra “la ecología” y algunos
creen que el ser humano es tan poderoso que no debe preocuparse por los elementos naturales. Todas las
opiniones tienen un poco de razón y tienen valor en la medida en que no contradigan la realidad sea esta
natural, social o económica. Esa realidad es la que determina lo que es “posible”.
Lo que sigue es apenas un ejemplo en el que, a discreción o juicio y exclusiva responsabilidad del autor, se construye
un hipotético escenario más deseable o “menos malo” que el escenario tendencial. Este hipotético escenario
sería posible, teniendo en cuenta la realidad ecológica (incluyendo los pasivos ambientales), las presiones tanto
sociales como políticas, pues estas no siempre son iguales a las sociales, y las presiones económicas nacionales
e internacionales. Los lectores no tienen porqué estar de acuerdo con los valores escogidos para el ejercicio que,
repito, se trata de un ejemplo entre decenas de escenarios posibles.
107 Como se ha explicado, en este caso las reservas territoriales “desaparecerían” porque serían transformadas en comunidades nativas y en
tierras cedidas en uso o, en parte, en reservas comunales, en concordancia con la voluntad de los pueblos indígenas afectados. No se trata,
en principio, de que el espacio de esas reservas sea usado para la expansión de actividades extractivas.
Incluiría la unión de los valles de Huallaga y Ucayali (Orellana) y poco más. El énfasis sería en
Carreteras 630 km 1.300 km
mejoramiento.
Las hidrovías Huallaga, Marañón y Amazonas permiten tráfico fluido entre Saramiriza, Yurimaguas e
Hidrovías 0 3 Hidrovías operativas
Iquitos y la frontera.
CH Mazán y otras 3,
Hídrica 0 Es probable que Loreto sea autosuficiente en base a energía hídrica.
menores
Energía
Térmica 17 17 + n Para atender localidades aisladas. Si demora la construcción de las centrales hidroeléctricas.
Comunidades Asumiendo que se titulen la mayor parte de las que faltan y que se ceda tierra forestal en
4.018.000 ha 11.000.000 ha
Nativas + uso proporción similar al pasado.
Tierra
Indígena
Reservas
3.653.000 ha 0 Todos los pueblos indígenas tendrían sus tierras tituladas-
Territoriales
Mediana y Tradicional mejorada o agrosilvicultura produciendo productos nativos para consumo regional o
155.000 ha 180.000 ha
tradicional para exportación.
Tan solo para palma aceitera se plantean 118.000 ha, pero es poco probable que se alcance esa
Industrial 15.000 ha 100.000 ha
meta. También habrá expansión de otros cultivos industriales.
Menos carreteras nuevas implica menos deforestación y en las existentes la deforestación disminuye,
Deforestación 1.304.000 ha 1.500.000 ha
pues se usan más tierras deforestadas para la agricultura.
Área en
1.936.000 ha 2.000.000 ha La calidad del manejo mejorará significativamente.
concesión
Negocios de
Incipiente 1.000.000 ha En áreas naturales protegidas y comunidades nativas.
carbono
Es interesante continuar con esta especulación comparando la distribución del uso del espacio del territorio
loretano en 2021 si se llevara a cabo un plan como el desarrollado. En el cuadro 73 se comparan las situaciones en
2021, usando los dos escenarios, el tendencial (Parte II) y el “deseable y posible”. Existen muchas diferencias entre
las consecuencias del escenario tendencial y el denominado “deseable y posible”. La principal es la reducción
de la deforestación pero más importante que eso es la considerable reducción de la tierra deforestada sin uso,
implicando una eficiencia mucho mayor en el uso de la tierra. Dicho de otro modo, sin reducir la importancia
de la agricultura y, al contrario, expandiendo su influencia en el PBI regional y sin negar la posibilidad de que se
deforesten tierras con suelos aptos para la agricultura, se consigue frenar sustancialmente la pérdida de bosques.
CUADRO 73. Comparación de uso hipotético del territorio de Loreto en 2021 bajo escenarios posible/previsible y
“deseable” (en miles de hectáreas)
Reforestación 26 100
Nota: Las cifras provienen de los cuadros 70 y 72. Las explicaciones están en el texto.
Elaboración propia.
Como se ha indicado al comienzo de este ejercicio, en 2007 fue realizado, aunque de otra forma y bajo
parámetros diferentes, un ejercicio de planificación a mediano plazo que vislumbra el futuro de Loreto. Se trata
del estudio Mapa Loreto 2015: Futuro Uso del Territorio (CAR/SNV, 2007). En este, con amplia participación, se
diseñaron tres escenarios: (i) un escenario de “inercia”, que es una visión integral sobre el futuro uso del territorio
de Loreto en 2015 sin intervenir o sin un proceso de concertación ni de planificación territorial; (ii) un escenario
“conservacionista”, que implica una visión planteada mayormente en función de conservar los recursos de la
Amazonía, y (iii) un escenario “productivo”, que es una visión integral sobre el futuro uso del territorio de Loreto,
que pretende armonizar los dos anteriores.
5. COMENTARIOS FINALES
Al llegar a este punto del análisis, es interesante revisar el Plan de Desarrollo Regional Concertado al 2021 y ver sus
coincidencias y disidencias con lo que el presente ejercicio contiene. La visión desarrollada en este Plan es “una
Región Descentralizada con un gobierno eficiente; que ejerce su autonomía con prácticas democráticas, asumiendo
que el ser humano y su universo cultural es el fin supremo de sus propósitos. Lidera el desarrollo sostenible de la región
amazónica y del país, integrada a los procesos de desarrollo nacional y de los países vecinos; sobre la base de sus
recursos humanos, recursos naturales con valor agregado y su biodiversidad; orientado prioritariamente al ecoturismo
y bionegocios, con infraestructura económica productiva y agroindustrial competitivas, con servicios sociales básicos
universales de calidad. Su población afectada ha superado la desnutrición y el analfabetismo. Es solidaria, democrática
y participativa, asume orgullosa sus identidades culturales y cosmovisiones; con principios, valores éticos y hábitos en
conservación ambiental; practican la equidad e igualdad de oportunidades para todos.”
Como se observa, a nivel de esa visión tan general, la coincidencia es total. Tanto, que podría ser usada textualmente
en el presente trabajo. Tampoco hay diferencias sustanciales en cuanto a sus cuatro grandes objetivos estratégicos,
aunque ya aparecen algunas: (i) reducir los niveles de pobreza y extrema pobreza, mejorando el acceso a
servicios de calidad, en salud, educación, vivienda y saneamiento, justicia y seguridad ciudadana; (ii) promover
la producción, conservación y uso sostenible de los recursos naturales y de la biodiversidad, que permita lograr
un crecimiento económico sostenible que genere riqueza, niveles adecuados de empleo y mejore los niveles de
vida de la población; (iii) promover el desarrollo y la integración social y económica de los corredores regionales,
con énfasis en los espacios fronterizos de la región, y (iv) impulsar la autonomía política, económica, jurídica y
administrativa sobre la base de la concertación entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil, así
como el fortalecimiento y modernización de las instituciones públicas regionales.
Al examinar el Plan de Desarrollo Regional Concertado al 2021, no cabe, decir mucho más, pues todas sus
propuestas se mantienen a un nivel demasiado general. Pero, como se ha visto en la amplia discusión sobre
los planes de Loreto analizados en la Parte I, esos sí divergen grandemente de lo aquí discutido y sugerido.
Dichos planes y estrategias sectoriales, además de todos sus defectos, no cumplen mínimamente la visión ni
los cuatro grandes objetivos estratégicos mencionados, excepto, quizá en lo de “desarrollo fronterizo”. Lo que
sin duda no alcanzarán es el anunciado desarrollo sostenible.
5.2 Lo urgente
Elaborar el Plan de Desarrollo de Loreto, el verdadero, será un proceso relativamente largo, quizás un par
de años si el asunto se toma muy en serio. Pero hay algunos temas que no pueden esperar tanto, pues la
indecisión actual compromete cuantiosas sumas de dinero público y, peor aún, arriesga el futuro de la región.
Tres asuntos han sido escogidos como requiriendo una decisión urgente, aunque uno de ellos es dominante.
Nos referimos a la conectividad. No puede continuar la situación actual de promoción e inversión simultánea
en tres opciones que son contradictorias entre sí y que, según lo que resulte de la pugna actual, depende el
destino de Loreto. Cada opción o combinación de las mismas implica enormes problemas muy diferentes que
deben ser previstos con anticipación.
El segundo asunto, que no requiere de mayor discusión es el de la definición de la titulación de la tierra, tanto
indígena como privada o pública. Eso es prioridad absoluta y cualquier recurso ahora invertido en ese tema
es el pre-requisito para el éxito del desarrollo agropecuario y como garantía de la paz social.
El tercer tema que debe ser clarificado y resuelto es el de la energía, principalmente para Iquitos. Si es verdad
que la central hidroeléctrica de Mazán es viable en términos técnicos y ambientales, entonces debe dársele
toda la prioridad del caso. Si hubiere dudas, es mejor optar de una vez por todas por la instalación de una
planta térmica moderna y eficiente que se abastezca del petróleo producido en el departamento. De esa
energía depende el desarrollo industrial, forestal y agropecuario de la región.
El autor reitera que este documento no es un plan de desarrollo de Loreto. Es apenas un ejercicio académico,
teórico, cuyo objetivo es mostrar tanto la necesidad de planear seriamente el futuro del departamento como
su complejidad. No pretende señalar que lo que se escribe, aunque se fundamenta en la mejor información
disponible, sea la única verdad ni, mucho menos, que lo que recomienda sea lo que debe hacerse. Son apenas
opiniones emitidas en función del análisis y que, inevitablemente, reflejan el pensamiento del autor. Dicho
El ejercicio aquí presentado no es perfecto ni completo y, sin duda, es criticable o controversial. No importa.
Lo que importa es que revela los innumerables temas que deben ser incluidos y la enorme complejidad de las
interrelaciones entre ellos, todo lo que debe ser tomado en cuenta para construir un futuro mejor para el pueblo
loretano.
Acho, G. y T. Pacheco. 1995. Cuantificación de la deforestación causada por actividades agropecuarias en la carretera Contamana-Aguas
Calientes, Contamana, Loreto, Perú (cit. en Urquizo y Tello, 2011).
ALOP, OIDHACO, APRODEV, CIFCA, Grupo Sur y OXFAM. 2011. No todo lo verde es bueno. Expansión de la producción de palma aceitera
y caña de azúcar en el marco de los acuerdos comerciales UE, Colombia, Perú y América Central. ALOP, OIDHACO, APRODEV, CIFCA,
Grupo Sur y OXFAM. 16p.
AIDESEP. 2007. La tala ilegal de caoba (Swietenia macrophylla) en la Amazonía peruana y su comercialización al mercado exterior. Lima:
Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana. 54p.
Alasino, E. 2008. Perú: ¿El reino de las ONG? Armonización de los donantes: Entre la eficacia y la democratización. Estudio de caso III.
Madrid: Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE). 44p.
Alcántara, F. y M. Colace. 2001. Piscicultura, seguridad alimentaria y desarrollo sostenible en la carretera Iquitos-Nauta y el río Tigre.
Valorando y preservando nuestros peces amazónicos. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana y Terra Nuova -
Organismo Italiano de Cooperación Internacional. 84p.
Alcántara, F., W. H. Wust, S. Tello, D. Del Castillo y M. Rebaza. 2006. Paiche. Gigante del Amazonas. Iquitos: Instituto de Investigaciones
de la Amazonía Peruana. 70p.
Álvarez, J. 2006. “De vuelta al paraíso”. Mi Tierra Amazónica. Marzo 2006. Iquitos, Loreto.
Álvarez, J. 2006a. Imágenes del paraíso. La Reserva Nacional Allpahuayo-Mishana (ed. W. Wust). Iquitos: Instituto de Investigaciones de
la Amazonía Peruana. 92p.
Álvarez, J. 2009. “Perú, crisis forestal ¿Alguien piensa –realmente- en las comunidades amazónicas?” Servindi. 3p.
Álvarez, J. 2011. “El proyecto Corina y las aguas del Amazonas”. Diario La Región, Iquitos (04 agosto 2011).
Álvarez, J. 2011a. “Del dragón su sangre”. Diario La Región, Iquitos (02 enero 2011).
Álvarez, J. 2011b. “¿Vacas o pescado?” Diario La Región, Iquitos (12 julio 2011).
Álvarez, J. 2011c. “Biodiversidad amazónica: Una riqueza en peligro”. En: Amazonía, Guía ilustrada de flora y fauna. Lima: Programa de
Cooperación Hispano Peruano. Proyecto Araucaria XXI Nauta. 459p.
Álvarez, J. 2012. “Perú: Ley de la selva y desarrollo regional”. Diario La Región, Iquitos.
Álvarez, L. y S. Ríos. 2009. “Mapa de costos de transporte fluvial de productos de la Amazonía peruana: zona Iquitos”. Avances
Económicos Nº 5. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana: Iquitos. 45p.
Álvarez, L. y S. Ríos. 2009a. “Evaluación económica de plantaciones de tornillo, Cedrelinga catenaeformis, en el departamento de
Loreto”. Avances Económicos Nº 10. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana: Iquitos. 40p.
Álvarez, L. y S. Ríos. 2009b. “Evaluación económica de la piscicultura en Loreto. Estudio de casos: piscigranjas eje carretera Iquitos-
Nauta”. Avances Económicos Nº 12. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana: Iquitos. 102p.
Álvarez, L. y S. Ríos. 2009d. “Experiencias en silvicultura en el departamento de Loreto”. Avances Económicos Nº 14. Instituto de
Investigaciones de la Amazonía Peruana: Iquitos. 64p.
Alves, D. S. 2001. “O processo de desflorestamento na Amazônia”. Instituto de Pesquisas Espaciais (INPE). Parcerias Estratégicas 12:
259-275.
Alves, D. S. 2001a. “An analysis of the geographical patterns of deforestation in the Brazilian Amazon during the 1991-1996 period”.
En: Patterns and Process of Land Use and Forest Changes in the Amazon (Wood, C. y R. Porro, eds.). Gainesville: University of Florida
Press.
AMPA. 2011. Procesos Participativos para Proyectos de Ordenamiento Territorial, Conservación de Bosques y REDD Plus. Programa de
Políticas & Proyectos de la Asociación Amazónicos por la Amazonía. Moyobamba. 107p.
Angelo, C. 2012. “Amazon fire analysis hits new heights. Airborne measurements of smoke from burning forests may close gaps in
climate models”. Nature/News 24 September 2012. (Disponible en:
http://www.nature.com/news/amazon-fire-analysis-hits-new-heights-1.11467?WT.ec_id=NEWS-20120925#/ref-link-1).
Apci. 2012. Banco de proyectos. Lima: Agencia Peruana de Cooperación Internacional. (http://www.apci.gob.pe/proyectos.php?id=1)
Fecha de acceso: 20 de junio 2012.
Aquino, R. y F. Encarnación. 1994. “Los primates del Perú”. Primate Report 40. 127p.
ARA. 2011. La Amazonía y los Objetivos del Milenio. Quito: Articulación Regional Amazónica (ARA). 9p.
ARA. 2011a. Estado de los objetivos de desarrollo del milenio en la Amazonía peruana. Lima: Articulación Regional Amazónica (ARA).
112p.
Araujo, R. 2001. “Tráfico de drogas, economías ilícitas y sociedad en la Amazonia occidental”. Revista Internacional de Ciencias Sociales.
Vol.53, N°169: 451-457. Paris: UNESCO.
Arenas, W., P. Zúñiga y E. Mayordomo. 2011. Retos para un desarrollo sostenible. Transformaciones en la Amazonia colombiana. Estudio
de la Amazonía Colombiana 2011. Bogotá: Fundación Alisos. 122p.
Armas, A., J. Börner, M. Tito, L. Díaz, S.C. Tapia-Coral, S. Wunder, L. Reymond y N. Nascimento. 2009. Pagos por Servicios Ambientales para
la conservación de bosques en la Amazonía peruana: Un análisis de viabilidad. Lima: SERNANP. 92p.
Ashe, K. 2012. “Elevated Mercury Concentrations in Humans of Madre de Dios, Peru”. PlosOne 7(3): e33305. March 2012. 6p.
Asner, G. P. y A. Alencar. 2010. “Drought impacts on the Amazon forest: the remote sensing perspective”. New Phytologist 187: 569-578.
August 2010.
Asner, G. P., D. E. Knapp, E. N. Broadbent, P. J. C. Oliveira, M. Keller y J. N. Silva. 2005. “Selective logging in the Brazilian Amazon”. Science
Vol.310, N° 5747:480-482.
Asner, G. P., S. R. Loarie y U. Heyder. 2010. “Combined effects of climate and land-use change on the future of humid tropical forests”.
Conservation Letters 3 (6): 395-403. December 2010.
ATDN. 2003. Map of Amazonian Tree Richness. Amazon Tree Diversity Network. www.bio.uu.nl/~herba/Guyana/Amazon_plot_
network/Index.htm
Baccini, A., S. J. Goetz, W. S. Walker, N. T. Laporte, M. Sun, D. Sulla-Menashe, J. Hackler, P. S. A. Beck, R. Dubayah, M. A. Friedl, S. Samanta
y R. A. Houghton. 2012. “Estimated carbon dioxide emissions from tropical deforestation improved by carbon-density maps”.
Nature Climate Change 2: 182-185. (Published online: 29 January 2012 | doi:10.1038/nclimate1354).
Baluarte, J. 1995. “Diagnóstico del sector forestal en la región amazónica”. Documento Técnico N° 13, Iquitos: Instituto de Investigaciones
de la Amazonía Peruana (IIAP). 25p.
Baker, T. R., O. L. Phillips, Y. Malhi, S. Almeida, L. Arroyo, A. Di Fiore, T. Erwin, N. Higuchi, T. J. Killeen, S. G. Laurance, W. F. Laurance, S.
L. Lewis, A. Monteagudo, D. A. Neill, P. Núñez, N. C. A. Pitman, J. Natalino, M. Silva y R. Vásquez. 2004. “Increasing biomass in
Amazonian forest plots”. The SC Royal Society. (Published online: 11 February 2004). 13p.
Barclay, F. 1992. “Cambios y perspectivas de la sociedad rural en la Selva”. Debate Agrario 13: 139-164. Lima: Centro Peruano de
Estudios Sociales (CEPES).
Barclay, F. 2011. Estudio de línea base de la Región Loreto. Lima: Rainforest Foundation Norway. Setiembre 2011. 167p. + Anexos.
Bass, M. S., M. Finer, C. N. Jenkins, H. Kreft, D. F. Cisneros-Heredia, S. F. McCracken, N. C. A. Pitman, P. H. English, K. Swing, G. Villa, A. Di
Fiore, C. C. Voigt, T. H. Kunz. 2010. “Global Conservation Significance of Ecuador’s Yasuní National Park”. PLoS ONE 5(1): e8767.
Doi:10.1371/journal.pone.0008767
Bastviken, D., J. Cole, M. Pace y L. Tranvik. 2004. “Methane emissions from lakes: Dependence of lake characteristics, two regional
assessments, and a global estimate”. Global Biogeochemical Cycles Volume 18, issue 4. 12p.
Bebbington, A., M. Scurrah y C. Bielich. 2011. “Los movimientos sociales y la política de la pobreza en el Perú”. Perú Problema 36. Lima:
IEP/CEPES/Grupo Propuesta Ciudadana.
Bedoya, E. y A. Bedoya. 2005. Trabajo Forzoso en la Extracción de la Madera en la Amazonía Peruana. Lima: OIT/Oficina Subregional para
los Países Andinos. Documento de Trabajo, 193. 57p.
BCRP. 2009. Encuentro Económico. Informe Económico y Social Región Loreto. 14 y 15 de septiembre de 2009. Lima: Banco Central de
Reserva del Perú. p. 21-64.
BCRP. 2012. Caracterización del Departamento de Loreto. Banco Central de Reserva del Perú, 6p. (Disponible en: http://www.bcrp.
gob.pe/docs/Sucursales/Iquitos/Loreto-Caracterizacion.pdf )
Bergkamp, G., M. Smith. 2006. “Incentives for Water Security”. En: Smith, M., D. de Groot, D. Perrot-Maîte y G. Bergkamp. 2006. Pay –
Establishing payments for watershed services. Gland, Suiza: IUCN. Chapter 1:15-19.
BID. 2000. Un nuevo impulsó a la integración de la infraestructura en América del Sur. Washington, D.C.: Banco Interamericano de
Desarrollo. 59p. +Anexos.
Blaustein, R. J. 2011. “Amazon Dieback and the 21st Century”. BioScience 61 (3): 1756-182.
Blaser, J. 2010. La observancia de la legislación forestal y la gobernanza de los bosques en los países tropicales. FAO/OIMT. 28p.
Blaser, J., A. Sarre, D. Poore y S. Johnson. 2011. “Status of Tropical Forest Management”. ITTO Technical Series No 38: 420p.
Bocanegra, Gerges. 2012. “¿Por quién doblan las campanas? Bismi-l-lâh, en el nombre de la única palabra de verdad y justicia”.
Webislam. 03/03/2012. 6p.
Bock, B. C., V. P. Páez y M. M. White. 2001. “Genetic Population Structure of Two Threatened South American River Turtle Species,
Podocnemis expansa and Podocnemis unifilis”. Chelonian Conservation and Biology, 2001, 4(1):1-5.
Brack, A. 2003. Perú: Diez mil años de domesticación. Lima: Bruño. 160p.
Brack, A. 1999. Diccionario enciclopédico de plantas útiles del Perú. Lima: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD).
550p.
Brack, A. 1997. Amazonía Peruana. Comunidades Indígenas, Conocimientos y Tierras Tituladas. Lima: GEF/PNUD/UNOPS. 349p.
Brackelaire, V. 2006. Situación de los últimos pueblos indígenas aislados en América Latina (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú,
Venezuela). Diagnóstico regional para facilitar estrategias de protección. Brasilia, D.F. 69p.
Brasil. MMA. 2004. “Inventario Nacional de Emissões de Gases de Efeito Estufa”. Convençao Quadro das Nações Unidas sobre Mudança
do Clima. Brasilia.
Brodie, J., E. Post y W. F. Laurance. 2012. “Climate change and tropical biodiversity: a new focus”. Trends in Ecology and Evolution 27(3):
148-150.
Brown, I. F. 2005. Série de informações sobre a evolução dos fogos na região MAP Madre de Dios, Acre, Pando. Varias ediciones.
Canale, G. R., C. A. Peres, C. E. Guidorizzi, C. A. Ferreira Gatto y M. C. Kierulff. 2012. “Pervasive defaunation of forest remnants in a tropical
biodiversity hotspot”. PLoS ONE 7(8): e41671. doi:10.1371/journal.pone.0041671
CAR/IIAP. 2006. Estrategia Regional de la Diversidad Biológica de Loreto. Iquitos: Gobierno Regional de Loreto (Comisión Ambiental
Regional de Loreto)/Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (Proyecto BIODAMAZ). 140p.
CAR/SNV. 2007. Mapa de Loreto 2015: Futuro uso del territorio. Iquitos: Comisión Ambiental Regional (CAR) de Loreto/Servicio Holandés
de Cooperación al Desarrollo (SNV). 36p.
Carnegie Institution. 2009. High resolution forest carbon mapping in the Peruvian Amazon. Lima: Carnegie Science/MINAM. 3p.
(Disponible en: http://claslite.ciw.edu)
Carranza, J., M. Casaverde y D. Cruzate. 2012. Boletín extraordinario de la evaluación hidrológica y pluviométrica en la cuenca amazónica
peruana. Lima: Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENHAMI). 19p.
Castro, P. 2007. Opciones para la producción y uso del biodiésel en el Perú. Serie Libros 51. Lima: Soluciones Prácticas-ITDG. 176p.
CATIE. 2007. “Estado actual de los bosques de producción en cuatro países amazónicos”. Revista Recursos Naturales y Ambiente N°
49/50. (Disponible en: http://web.catie.ac.cr/informacion/RFCA/rev49-50/Pages%2043.pdf )
Cebrián, F. y G. Juárez. 2010. El aprovechamiento turístico de los recursos naturales en Loreto (Perú). Congreso Internacional 1810-2010: 200
años de Iberoamérica – 1873 Universidad de Castilla-La Mancha.
CDC-UNALM. 2004. Análisis y modelación espacio-temporal del paisaje en las áreas de intervención del PDA. Lima: Universidad Nacional
Agraria La Molina. 82p.
CDC-UNALM. 2011. Diagnóstico sobre el estado de la conservación de los bosques a nivel nacional y de las regiones de costa. Estudio para
el Programa de Inversiones del Programa Nacional de Conservación de Bosques. Lima: Fundación para el Desarrollo Agrario/
Agencia Japonesa para el Desarrollo Internacional. 21p.
CDC-UNALM y WWF-Peru. 2002. Complejo de Humedales del Abanico del Río Pastaza, Loreto, Perú. Ficha Informativa de los Humedales
de Ramsar. Convención sobre los Humedales. Lima: Centro de Datos para la Conservación-Universidad Nacional Agraria La
Molina/World Wildlife Fund. 19p.
CE&DAP. 1994. Evolución ambiental de la Región Loreto: Resultados de un estudio de evaluación y propuesta de políticas y acciones. B.
Quijandría y W. Caballero (eds.). Lima: Centro de Estudios y de Desarrollo Agrario del Perú/Fundación Ford, 213p.
CEDIA. 2009. Caracterización y situación actual del proceso de categorización de la Zona Reservada Güeppí. Proyecto “Un paisaje integrado
de conservación y desarrollo sostenible: fortalecimiento de un sistema regional de áreas protegidas y territorios indígenas en la cuenca
tri-nacional del río Putumayo”. Acuerdo OG 93-Acuerdo de Concesión WWF Perú-CEDIA. Lima. 50 p.
CEDIA. 2010. “Primer borrador Plan Maestro de la Reserva Nacional Matsés”. Iquitos, Documento de trabajo.
Celentano, D.; D. Santos y A. Veríssimo. 2010. La Amazonía y los Objetivos del Milenio 2010. Belém: Imazon. 88p.
CEPLAN. 2009. “Lineamientos estratégicos para el desarrollo nacional 2010-2021”. Presidencia del Consejo de Ministros. Documentos
de trabajo No. 2. Lima: Centro Nacional de Planeamiento Estratégico.117 p.
CEPLAN. 2010. “Síntesis Regional-Loreto”. En: Síntesis Regional. Recursos, Potencialidades y Crecimiento. Presidencia del Consejo de
Ministros. Lima: pp.241, 248-256.
CEPLAN. 2010a. Plan Perú 2021. Justificación de las metas macroeconómicas de largo plazo. Presidencia del Consejo de Ministros. Lima:
Centro Nacional de Planeamiento Estratégico. 29p.
CEPLAN. 2010b. Plan Bicentenario. El Perú hacia el 2021. Resumen Ejecutivo. Lima: Centro Nacional de Planeamiento Estratégico. 94p.
Cerdán, C. 2007. La tala ilegal de caoba (Swietenia macrophylla) en la Amazonía peruana y su comercialización al mercado exterior. Lima:
Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP). 54p.
CIEL. 2012. “Casos de Estudio de la Evaluación Ambiental Estratégica en el Mundo” (sin publicar). The Center for International
Environmental Law. Washington DC.
CIAM. 2012. “Programa de Desarrollo Forestal Sostenible, Inclusivo y Competitivo en la Amazonía Peruana”. Reunión de Trabajo. San
Martín, 29 de agosto de 2012.
Colán, V., C. Sabogal, L. Snook, M. Boscolo, J. Smith y O. Galván. 2007. El manejo forestal en la Amazonía baja del Perú. Lima: Centro
Internacional de Investigación Forestal (CIFOR). 111p.
Collantes, A. A. 2011. Informe Final del estudio de impacto socio ambiental del desarrollo de palma aceitera en la Región Loreto. Informe
Nº 21-2011-GRL-GRRNNYGMA/ SGGA/AACF. 02 de septiembre de 2011. Iquitos: Gerencia Regional de Recursos Naturales y
Gestión del Medio Ambiente, GOREL. 8pp.
Contraloría General de la República. 2011. Auditoría de Gestión Ambiental para la protección y conservación de los recursos naturales en
la Región Amazónica. Informe N° 333-2010-CG/MAC-AG e Informe N° 134-2011-CG/MAC-AG.
Coomes, O. 1994. “¿Ayudando a los campesinos? Populismo agrario en la Amazonía peruana: Lecciones aprendidas”. En: Biodiversidad
y desarrollo sostenible de la Amazonia en una economía de mercado. Memoria Seminario-Taller, Pucallpa 11-15 octubre 1994,
pp.139-155.
Correa, M., B. B. Stime y S. E. Stime. 2009. “Estudio de contaminación en la cuenca amazónica 2008”. ECCA 2008:1-14.
Chagnon, F. J. F., R. L. Bras y J. Wang. 2004. “Climatic shift in patterns of shallow clouds over the Amazon”. Geophysical Research Letters
31: L24212. doi:10.1029/2004GL021188.
Chagnon, F. J. F. y R. L. Bras. 2005. “Contemporary climate change in the Amazon”. Geophysical Research Letters 32: L13703.
doi:10.1029/2005GL022722.
Chen, J., B. E. Carlson y A. D. Del Genio. 2002. “Evidence for strengthening of the tropical general circulation in the 1990s”. Science 295:
838–841.
Chirif, A. 2007.“Petróleo y drogas en el Putumayo: Nuevas amenazas para el pueblo Secoya”. Servindi. (http://servindi.org/actualidad/2821).
Chirif, A. 2009. “Las medias verdades del ministro del ambiente”. Servindi, 23 de abril de 2009. (http://servindi.org/actualidad)
Chu, P. S., Z. P. Yu y S. Hastenrath. 1994. “Detecting climate change concurrent with deforestation in the Amazon basin: Which way has
it gone?” Bulletin of the American Meteorology Society 75: 579–583.
Damschen, E. I., N. M. Haddad, J. L. Orrock, J. J. Tewksbury y D. J. Levey. 2006. “Corridors Increase Plant Species Richness at Large Scales”.
Science 313 (5791):1284-1286.
Dammert, J. L. 2011. Peru: 40 años de petróleo en Loreto. Lima: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. Servindi, 10 de noviembre
2011. 3p.
Dammert, J. L., C. Cárdenas y E. Canziani. 2012. Potenciales impactos ambientales y sociales del establecimiento de cultivos de palma
aceitera en el departamento de Loreto. Lima: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental/ Naturaleza y Cultura Internacional/
Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana. 83p.
DAR. 2009. “Deforestación en los ejes IIRSA norte y sur del Perú: Diseño de una Propuesta Conceptual y Metodológica para la
Sistematización y Mapeo de Políticas y Actores”. Presentación en Lima, 2 de febrero de 2009. Derecho, Ambiente y Recursos
Naturales (DAR).
DAR. 2012. Informe Anual 2012: Transparencia en el Sector Forestal Peruano. Lima: Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR). 104p.
DAR. 2012a. “La promoción de las áreas naturales protegidas es una obligación constitucional aplicable a todas las instituciones del
Estado”. Lima: Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR). Resumen, 3p.
Defensoría del Pueblo. 2010. “La Política Forestal y la Amazonía Peruana: Avances y obstáculos en el camino hacia la sostenibilidad”.
Serie Informes Defensoriales. Informe Nº 151. 295p.
Defensoría del Pueblo. 2012. Cuarto Reporte y Balance Anual 2011 de la supervisión de los portales de transparencia de los Gobiernos
Regionales. Lima: Defensoría del Pueblo.
Del Águila, J. 2011. Programa de manejo pesquero en las cochas José María, Chambira y Perfume 2010-2014. Comité de Protección
Maynami. Comunidad Nueve de Octubre. Iquitos: IIAP. 78p.
De Jong, W., L. Alfaro, M. Rosales y M. García. 1999. “Uña de gato: Fate and future of a Peruvian forest resource”. CIFOR. Ocasional Paper
N° 22. 15p.
Denevan, W. M., J. M. Treacy, J. B. Alcorn, C. Padoch, J. Denslow y S. Flores-Paitán. 1984. “Indigenous agroforestry in the Peruvian
Amazon: Bora indian management of swidden fallows”. Interciencia 9(6): 346-357.
DGAS. 1980. Plan Amazonas 1980-2080. Minas, energía, recursos humanos, industria, comercio, agricultura, transportes, turismo,
silvicultura, ganadería, urbanismo, salud, seguridad, vivienda, educación. Planteamiento y orientación del Sub-Sector Aguas para
elaborar un Plan Nacional de Desarrollo a largo plazo. Lima: Dirección General de Aguas y Suelos-Ministerio de Agricultura y
Alimentación. 71p.+ Anexos.
DGE. 2012. “Boletín Epidemiológico”. Volumen 21, Número 16/Semana Epidemiológica 16 (Al 21 de abril de 2012) (www.dge.gob.pe).
Fecha de acceso: 21 de mayo de 2012.
DGE. 2012. “Sala de Situación de Salud”. Semana Epidemiológica Número 17 2012 (22 al 28 de abril de 2012) (www.dge.gob.pe.) Fecha
de acceso: 21 de mayo de 2012.
DGFFS. 2008. Perú forestal en números. Año 2008. Lima: Dirección General Forestal y de Fauna-Ministerio de Agricultura. 88p.
DGFFS. 2010. Perú forestal en números. Año 2010. Lima: Dirección General Forestal y de Fauna-Ministerio de Agricultura. 87p.
DGFFS. 2012. Perú forestal en números. Año 2011. Lima: Dirección General Forestal y de Fauna, Ministerio de Agricultura. 164 p.
DEVIDA/NNUU. 2005. Perú: Monitoreo de Cultivos de Coca. Lima: Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas /NNUU-Oficina
contra la Droga y el Delito. 80p.
Díaz, H. 2011. Evaluación censal de estudiantes: avances y preocupaciones. Consejo Nacional de Educación. http://www.cne.gob.pe/
index.php/Hugo-D%C3%ADaz/evaluacion-censal-de-estudiantes-avances-y-preocupaciones.html
Dinerstein, E., D. M. Olson, D. J. Graham, A. L. Webster, S. A. Primm, M. P. Bookbinder y G. Ledec. 1995. A conservation assessment of the
terrestrial ecoregions of Latin America and the Caribbean. Washington DC: World Wildlife Fund-World Bank. 129p.
Dirección General de Educación Básica Regular. 2012. La educación básica regular –EBR. http://ebr.minedu.gob.pe/
Dixon, J. R. y P. Soini. 1986. The reptiles of the Upper Amazon basin, Iquitos region, Peru. Wisconsin: Milwaukee Public Museum. 154p.
DIRESA. Loreto. 2011. Análisis de la Situación de Salud de la Región Loreto Año 2010. Iquitos: Dirección Regional de Salud.
DIRESA. Loreto. 2012. “Situación del Dengue y Riesgo de Inundaciones en Loreto”. Semana Epidemiológica Nº 01 2012 (Del 22 al 28
de abril de 2012). Iquitos: Dirección Regional de Salud. http://www.diresaloreto.gob.pe/portal/files/Informe_Dengue_01_2012.
pdf. Fecha de acceso: 21 de mayo de 2012.
Dourojeanni, M. J. 1972. Impacto de la producción de la fauna silvestre en la economía de la Amazonía peruana. Rev. Forestal del Perú,
Lima 5(1-2):15-27.
Dourojeanni, M. J. 1981b. “Lineamientos generales para el desarrollo rural del área de influencia de la carretera Iquitos-Nauta”. En:
Evaluación y lineamientos de manejo de suelos y bosques para el desarrollo agrario del área de influencia de la Carretera Iquitos-Nauta.
Lima: Ministerio de Agricultura/Organismo Regional de Desarrollo de Loreto. pp. 283-321.
Dourojeanni, M. J. 1985. “Overexploited and Underutilized Animals in the Amazon Region”. En: G.T. Prance y T. E. Lovejoy (Eds.). Key
Environments: Amazonia. New York: Columbia University Press. Oxford: Pergamon Press. pp. 419-433.
Dourojeanni, M. J. 1986. “Manejo de la fauna”. En Gran Geografía del Perú. Madrid: Ed. Mejía Baca. pp. 227-360.
Dourojeanni, M. J. 1990. Amazonía ¿Qué hacer? Iquitos: Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA). 444p.
Dourojeanni, M. J. 1992. “Impacto ambiental del cultivo de la coca y la producción de cocaína en la Amazonía Peruana”. Bulletin of
Narcotics 44(2): 21-43.
Dourojeanni, M. J. 2006. Estudio de caso sobre la Carretera Interoceánica Sur en la Amazonía del Perú. Bank Information Center. Lima:
Conservation International/Sociedad Zoológica de Frankfurt. 103p.
Dourojeanni, M. J. 2008. “Manejo comunitario de bosques tropicales y cooperación internacional: Lecciones no aprendidas”. Paris:
CIRAD. Bois et Forêts des Tropiques 295(1):47-47.
Dourojeanni, M. J. 2011. “Evolución del financiamiento internacional en la Amazonía peruana: De Rondonia (Brasil) a Madre de Dios
(Perú)”. Revista Latinoamericana de Derecho y Políticas Ambientales. (Abril 2011) pp. 199-214.
Dourojeanni, M. J. 2011a. Amazonia Probable y deseable. Ensayo sobre el Presente y Futuro de la Amazonía Peruana. Lima: Universidad
Inca Garcilaso de la Vega. Textos Universitarios/Ecología. 273p.
Dourojeanni, M. J. y M. Padua. 1992. “Mining”. En: Ecology in Brazil: Myths and Reality. Rio de Janeiro: National Union of Books Eds. pp.
97-119.
Dourojeanni, M. J. y R. E. Quiroga. 2006. Gestión de áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad. Evidencias de Brasil, Honduras
y Perú. Washington, DC: Banco Interamericano de Desarrollo-Departamento de Desarrollo Sostenible. 116p.
Dourojeanni, M. J. y M. Padua. 2007. Biodiversidade: A Hora Decisiva. Curitiba: Editora UFPR. 2a ed. rev. 282 p.
Dourojeanni, M. J. y J. E. Sève. 2007. “Community Participation in Forest Management”. ITTO, Yokohama. ITTO Tropical Forest Update
17(1):17-20.
Dourojeanni, M. J., A. Barandiarán y D. Dourojeanni. 2010. Amazonía Peruana en 2021. Lima: ProNaturaleza/DAR/SPDA/ICAA. 2ª ed.
182 p.
Dourojeanni, M. J., L. Ramírez y O. Rada. 2012. Indígenas, Campesinos y Grandes Empresas. Experiencias de los Programas de Monitoreo
Socioambiental Comunitario. Lima: ProNaturaleza. 89p.
Doyle, P. y T. Erdmann. 2010. “Using carbon markets to fund forestry projects: Challenges and solutions”. DAIdeas, May 2010. 6(3):4p.
DREL. 2011. Plan Operativo Institucional 2011. Iquitos: Dirección Regional de Educación de Loreto. 76 p.
Duellman, W. E. y J. R. Mendelson. 1995. “Amphibians and reptiles from Northern Department Loreto, Peru: Taxonomy and
biogeography”. University of Kansas Sciences Bulletin 55: 329-376.
Dufey, A. 2007. International trade in biofuels: Good for development? Any good for environment. London: International Institute for
Environment and Development. 4p.
Dumont, J. -F. 1992. “Rasgos morfoestructurales de la llanura amazónica del Perú: efecto de la neotectónica sobre los cambios
fluviales y la delimitación de las provincias morfológicas”. Boletín del Instituto Francés de Estudios Andinos 21 (3): 801-833.
Enrique, C. y Cueto, V. 2010. Propuestas para construir gobernanza en la Amazonía a través del transporte sostenible. Análisis de la Eficacia
del Programa para la Gestión Ambiental y Social de los Impactos Indirectos del Corredor Vial Interoceánico Sur - Tramos 2, 3 y 4.
Documento de trabajo. Lima: Derecho Ambiente y Recursos Naturales (DAR). 246p.
Electro Oriente. 2011. Potencial hidroeléctrico de la Región Loreto. Presentación data show de Electro Oriente. Iquitos. 26p.
Espinoza, W. 2007. Amazonía del Perú. Historia de la Gobernación y Comandancia General de Maynas. Lima: Fondo Editorial del Congreso
del Perú. 598p.
Espinoza R. y C. Feather. 2011. La realidad de REDD+ en el Perú: Entre el dicho y el hecho. Análisis y alternativas de los pueblos indígenas
amazónicos. Lima: AIDESEP/FPP/CARE/FENAMAD. 78p.
FAO. 1987. Especies forestales productoras de frutas y otros alimentos. Ejemplos de América Latina. Estudio FAO: Montes (FAO), no. 44/3.
Roma: FAO. 241p.
FAO/OPAN. 2009. Pago por Servicios Ambientales en Áreas Protegidas en América Latina. Programa FAO/OPAN. Fortalecimiento del
Manejo Sostenible de los Recursos Naturales en las Áreas Protegidas de América Latina. Santiago: Red Latinoamericana de
Cooperación Técnica en Parques Nacionales, otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna Silvestres. 136p.
Farel, M. H. y H. Azurdy. 2006. El paiche: ¿Depredador o depredado? Rev GAB. pp. 20-22.
Fearnside, P. M. 2011. “Greenhouse gas emissions from hydroelectric dams in tropical forests”. En: The Encyclopedia of Energy. New York:
John Wiley & Sons Publishers.
Fernández, L. 2009. Desarrollo territorial en la Región de Madre de Dios: Análisis de los impactos socioambientales de la carretera
Interoceánica Sur. Lima: ProNaturaleza. 149p.
Ferronato, B. O. y V. M. Morales. 2012. “Biology and conservation of the freshwater turtles and tortoises of Peru”. IRCF. Reptiles &
Amphibians 19(2):103-116.
Figueroa, E. 2009. Pago por Servicios Ambientales en Áreas protegidas de América Latina. FAO/Ministerio del Ambiente y del Medio
Rural de España. Santiago: FAO/OAPN. 136p.
Fine, P. V. A., R. García-Villacorta, N. C. A. Pitman, I. Mesones y S. W. Kembel. 2010. “A Floristic Study of the White-Sand Forests of Peru”.
Annals of the Missouri Botanical Garden 97(3): 283-305.
Finer, M., C. N. Jenkins, S. L. Pimm, B. Keane y C. Ross. 2008. “Oil and Gas Projects in the Western Amazon: Threats to Wilderness, Biodiversity,
and Indigenous Peoples”. PLoS ONE 3(8): e2932. doi:10.1371/journal.pone.0002932.
Finer, M. y C. N. Jenkins. 2012. “Proliferation of Hydroelectric Dams in the Andean Amazon and Implications for Andes-Amazon
Connectivity”. PLoS ONE 7(4): e35126 doi:10.1371/journal.pone.0035126
Finer, M., M. Blue Sky y C. Jenkins. 2012. “Sector Forestal en Loreto, Perú: Estado actual e implicancias ecológicas y sociales”. Revista
Latinoamericana de Derecho y Políticas Ambientales. (Abril 2011) pp. 151-181.
FONAM. 2011. “Carbon opportunities in Peru - 2011. Good business with sustainable development”. Fondo Nacional del Ambiente.
Lima. 3p. (www.fonamperu.org)
Fjeldsa, J., M. D. Alvarez, J. M. Lazcano y B. León. 2005. “Illicit crops and armed conflict as constraints on biodiversity conservation in
the Andes Region”. Ambio 34(3): 205-211.
Fleck, L. et al. 2010. Estrategias de Conservación a lo largo de la carretera Interoceánica en Madre de Dios, Perú. Un Análisis Económico-
Espacial. Lima: CSF. 99p.
Flores, S. 2001. “Análisis de los “friajes” en la Amazonía peruana durante el mes de julio del 2000”. Instituto Geofísico del Perú 2 (2001):
21-30.
Fontaine, G. 2010. Petropolítica. Una teoría de la gobernanza energética. Quito: Instituto de Estudios Peruanos/ FLACSO-Sede Ecuador/
Abya Yala-Quito. 321p.
Fraser, B. 2011. “High gold price triggers rainforest devastation in Peru”. Special to www.mongabay.com/. October 11, 2011. 4p.
Freitas, L., E. Otárola, D. Del Castillo, C. Linares. P. Martínez, G. A. Malca. 2006. Servicios ambientales de almacenamiento y secuestro de
carbono del ecosistema aguajal en la Reserva Nacional Pacaya Samiria, Loreto– Perú. Instituto de Investigaciones de la Amazonía
Peruana. Documento Técnico Nº 29. Iquitos: IIAP. 65p.
Fundación M. J. Bustamante de la Fuente. 2010. Cambio climático en el Perú, Amazonía. Lima: Fundación Bustamante de la Fuente.
140p.
Gagliardi, G. 2012. “La comunidad El Chino en el río Tahuayo: una larga tradición de adaptación a los cambios del clima (Loreto)”. En:
El clima cambia, cambia tú también. Adaptación al cambio climático en comunidades locales del Perú. Lima: Sociedad Peruana de
Derecho Ambiental/Instituto de Montaña. pp. 27-43.
Galarza, E. y K. La Serna. 2005. “¿Son sostenibles las concesiones forestales en el Perú?” Consocio de Investigación Económica y Social.
Economía y Sociedad 56: 34-41. Lima: CIES.
Gaitán, L., et al. 2011. “El sector extractivo en Colombia”. Foro Nacional por Colombia. Revenue Watch Institute. Bogotá. pp. 82-104.
Gallagher, K. P., A. Irwin y K. Koleski. 2012. The New Banks in Town: Chinese Finance in Latin America. Washington: Inter-American
Dialogue. February 2012: 40p.
Gamboa, C. 2009. Amazonía, hidrocarburos y pueblos indígenas: Un estado de la cuestión en el caso peruano (2003-2008). Lima: Derecho,
Ambiente y Recursos Naturales (DAR). 22p.
Gamboa, C. (editor). 2010. Hidrocarburos y Amazonía peruana: ¿Superposición de derechos u oportunidades para el desarrollo sostenible?
Lima: Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR). 190p.
Garay, J. 2010. Marco legal de los servicios ambientales en las áreas naturales protegidas. Lima: Servicio Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado. 80p.
García, A., S. Tello, G. Vargas y F. Duponchelle. 2008. “Patterns of commercial fish landings in the Loreto region (Peruvian Amazon)
between 1984 and 2006”. Fish Physiol Biochem, SpringerLink (DOI 10.1007/s10695-008-9212-7).
García-Villacorta, R. 2009. Propuesta de Estrategia Integral de Manejo y Protección de los Procesos Ecológicos y Evolutivos Esenciales para la
Conservación de la Biodiversidad en la Región Loreto. Iquitos: Proyecto Apoyo al PROCREL. 92p.
García-Villacorta R. y G. Gagliardi. 2009. Identificación de los procesos ecológicos y evolutivos esenciales para la persistencia y conservación
de la biodiversidad en la Región Loreto, Amazonía, Perú. Iquitos: Proyecto Apoyo al PROCREL. 132p.
García, A., S. Tello, Gladis Vargas y F. Duponchelle. 2008. “Patterns of commercial fish landings in the Loreto region (Peruvian Amazon)
between 1984 and 2006”. Fish Physiol Biochem. Springer Science+Business Media B.V. 2008.
Gasché, J. y Vela, N. 2011. Sociedad Bosquesina (Tomo I) Ensayo de antropología rural amazónica, acompañado de una crítica y propuesta
alternativa de proyectos de desarrollo. Iquitos: IEP/CIES/CIAS.
Gavalda, M. 1999. Las manchas del petróleo boliviano. La Paz: FOBOMADE/OLCA/RAP. 220p.
Gaviria, A. 1981. “La fauna silvestre y su aprovechamiento por las comunidades Campa del río Pichis”. Rev. Forest. Perú 10:192-201.
Gaviria, A. 1991. “Petróleo, contaminación ambiental y pueblos indígenas”. Revista Forestal del Perú (Agosto 1991) pp. 57-62
GEIPOT. 1996. Estudo de corredores bioceânicos-1996. Empresa Brasileira de Planejamento de Transportes. Brasília: Ministério dos
Transportes. 58p.
Gentry, A. H. 1988. “Tree species richness of upper Amazonian forests”. Proc. National Academy of Sciences 85:156-159.
Gentry, A. H. y R. Vásquez. 1988. “Where have all the Ceibas gone? A case history of mismanagement of a tropical resource”. Forest
Ecology and Management 23:73-78.
Gibson, L., T. Ming Lee, L. Pin Koh,. B. W. Brook, T. A. Gardner, J. Barlow, C. A. Peres, C. J. A. Bradshaw, W. F. Laurance, Th. E. Lovejoy y N. S.
Sodhi. 2011. “Primary forests are irreplaceable for sustaining tropical biodiversity”. Nature 478: 378-381.
Gilbert, N. 2012. “Palm-oil boom raises conservation concerns”. Nature, News in Focus 487:14-15.
Gilmore, M. P., C. Vriesendorp, W. S. Alverson, A. del Campo, R.f von May, C. López Wong, and S.n Ríos (eds.). 2010. Perú: Maijuna. Rapid
Biological Inventories Report 22. Chicago: The Field Museum. 120p.
Glave, M., A. Hopkins, A. Malky y L. Fleck. 2012. Análisis económico de la carretera Pucallpa-Cruzeiro do Sul. Desarrollo rural, recursos
naturales y medio ambiente. Avances de Investigación. Lima: Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE). 84p.
Godoy, R., R. Lubowski y A. Markandya. 1993. “A method for economic valuation of non-timber tropical forest products”. Economic
Botany 47(3): 229-233
Gómez E. y O. T. Tamariz. 1998. “Uso de la tierra y patrones de deforestación en la zona de Iquitos”. En: Kalliola, Risto y Flores Paitán
(eds.). Geoecología y Desarrollo Amazónico: Estudio integrado en la zona de Iquitos, Perú. Iquitos.
Gómez, R. 1995. Diagnóstico sobre la contaminación ambiental en la Amazonía peruana. Iquitos: IIAP. 25p.
Gómez, L. y S. Ríos. 2009. Viabilidad económica de la pesca artesanal en el departamento de Loreto. Serie: Avances Económicos Nº 13.
Iquitos: IIAP. 50p.
González, M. 2008. “Puesta en valor turístico sustentable de la Amazonía peruana”. Teoría y Praxis 5 (2008): 247-267.
Goodland, R. 2012. Responsible Mining: The Key to Profitable Resource Development. Defining “Best Practice Responsible Mining”.
Borrador para revisión. 26p.
Goodland, R. y H. S. Irwin. 1975. Amazon jungle: Green hell to red desert. New York: Elsevier Scientific. 156p.
GOREL. 2007. Plan Estratégico Multisectorial Regional Loreto 2008-2012. Para la Prevención y Control de las ITS, el VIH y sida. Gobierno
Regional de Loreto. Coordinadora Regional Multisectorial en Salud-Loreto. 6p.
GOREL. 2008b. Mapa de capacidad de uso mayor de las tierras. Clasificación de uso de suelos. Iquitos: Gobierno Regional de Loreto.
GOREL. 2009. Plan regional de cooperación internacional no reembolsable 2010-2013. Iquitos: Gobierno Regional de Loreto/Agencia
Peruana de Cooperación Internacional. 19p.
GOREL/MINAG. 2008. Plan estratégico regional del Sector Agrario de Loreto 2009-2015. Iquitos: Gobierno Regional de Loreto y Ministerio
de Agricultura, 60p.
GOREL. 2012. “Proyecto del Ferrocarril Interoceánico Norte Yurimaguas-Iquitos”. GOREL Noticias. 01/03/2012. Iquitos: Gobierno
Regional de Loreto.
GOREL/OPIPP. 2011. Ferrocarril Interoceánico Norte Yurimaguas-Iquitos. Iquitos: Gobierno Regional de Loreto/Organismo Público de
Infraestructura para la Productividad. 39p.
Goulding, M. 1980. The Fishes and the Forest. Berkeley: University of California Press.
Goulding, M. 1997. Historia natural dos ríos amazónicos. Brasilia: Sociedad Civil Mamirauá/CNPq/ Rainforest Alliance. 208p.
Goulding, M., N. J. H. Smith y D. J. Mahar. 1995. Floods of Fortune: Ecology and Economy along the Amazon. New York: Columbia Univ.
Press. 193p.
Gutiérrez Ramos.2012. “Crecimiento Urbano en Loreto y Desarrollo Urbano Sostenible”. Gobierno Regional de Loreto. Iquitos:
[diapositivas 11-12].
Gram, S., L. P. Kvosy y A. Cáceres. 2001. “The economic importance of products extracted from Amazonian flood plain forests”. Ambio
30(6):365-368.
Grández, R. F. 2012. Loreto en cifras 2011: Actividad, asignación del canon y sobrecanon petrolero. Ejecución del gasto. Principales proyectos
ejecutados. Iquitos: Grupo Propuesta/SPDA. 8p.
Grández, R. F. 2012a. “La imperfección de la ley; ¿Canon homologado?” Prospectiva Amazónica (13 de julio de 2012). Iquitos. 2p.
Grández, R. 2012b. “El turismo y su fuerza de gravedad”. Prospectiva Amazónica N° 156. Iquitos. 3p.
GRB. 2003. Diagnóstico del sector forestal de la región Loreto. Extracto sobre áreas naturales protegidas. Iquitos: Grupo Regional de
Manejo de Bosques de Loreto. 11p.
Grime, A., S. Loomis, P. Jahnige, M. Burnham, K. Onthank, R. Alarcon, W. Cuenca, C. Matinez, D. Neill, M. Balick, B. Bennet and R.
Mendelson. 1994. “Valuing the rain forest: The economic value of non-timber forest products in Ecuador”. Ambio 23(7): 405-410.
Guerra, H. 1995. Estado actual del conocimiento de la pesquería en la Amazonía Peruana Documento Técnico Nº 11. Iquitos: Instituto
de Investigaciones de la Amazonía Peruana.
Guerra, H., F. Alcántara y L. Campos. 1996. Piscicultura amazónica con especies nativas. Lima: Secretaría Pro-Tempore, Tratado de
Cooperación Amazónica. 169p.
Gutiérrez-Vélez, V. H., R. De Fries, M. Pinedo-Vásquez, M. Uriarte, Ch. Padoch, W. Baethgen, K. Fernandes y Y. Lim. 2012. “High-yield
oil palm expansion spares land at the expense of forests in the Peruvian Amazon”. Environ. Res. Lett. 6 (2011) 044029. 5p.
(doi:10.1088/1748-326/6/4/044029)
Hance, J. 2011. “90 derrames de petróleo, no Amazonas Peruviano, nos últimos 3 anos”. Mongabay (April 26, 2011).
Harris N. L., S. Brown, S. C. Hagen, S. S. Saatchi, S. Petrova, W. Salas, M. C. Hansen, P. V. Potapov y A. Lotsch. 2012. “Baseline map of carbon
emissions from deforestation in tropical regions”. Science 336: 1515-1576 + Supplementary material.
Hartshorn, G. S., R. Simeone y J. A. Tosi. 1986. Manejo para rendimiento sostenido de bosques naturales: Una sinopsis del proyecto de
desarrollo del Palcazú en la Selva Central de la Amazonía peruana. Lima: Centro Científico Tropical. 9p.
Hecht, S. B. 1984. “Cattle ranching in Amazonia: Political and ecological considerations”. En: M. Wood y C. G. H. Schmink (eds.). Frontier
expansion in Amazonia. Gainesville: Univ. of Florida Press. pp. 366-398.
Hiraoka, M. 1985. “Mestizo subsistance in riparian Amazonia”. National Geographic Research 2(3): 236-246.
Hiraoka, M. 1995. “Aquatic and land fauna management among the floodplain ribereños of the Peruvian Amazon”. En: T. Nishizawa
y J. I. Uitto (eds.). The Fragile Tropics of Latin America-Sustainable Management of Changing Environments. Tokyo, Japan: United
Nations University Press. pp. 201–225.
Horna, C. M., M. P. Gilmore y B. A. Endress. 2012. “Ecological and socio-economic factors influencing aguaje (Mauritia flexuosa) resource
management in two indigenous communities in the Peruvian Amazon”. Forest Ecology and Management 267: 93-103.
Huertas, B. 2010. Despojo Territorial, Conflicto Social y Exterminio. Pueblos indígenas en situación de aislamiento, contacto esporádico y
contacto inicial de la Amazonía peruana. Informe IWGIA Nº 9. Lima: IWGIA.
Kalliola, R., R. Mäkinen y J. Salo. 1987. Regeneración Natural de Selvas en la Amazonía Peruana I: Dinámica fluvial y sucesión ribereña.
Memorias (Mus. Hist. Nat. Javier Prado, Lima) 18, 102 pp + 2 anexos.
Kalliola, R., M. Puhakka y W. Danjoy (eds.). 1993. Amazonía Peruana. Vegetación húmeda tropical en el llano subandino. Proyecto
Amazonía, Universidad de Turku, Gummerus. 265p.
Kenfield, I. 2007. Brazil’s ethanol plan breeds rural poverty, environmental degradation. Americas Program, IRC. March 6, 2007. 4p.
Imbernon, J. 1999. “A comparison of the driving forces behind deforestation in the Peruvian and the Brazilian Amazon”. Ambio 28(6):
509–513.
INEI. 2008. II Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía Peruana 2007. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática. pp.
178-193.
INEI. 2010. Encuesta Demográfica y de Salud Familiar. ENDES 2010. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática.
INEI. 2011. II Censo Nacional Universitario 2010. Principales Resultados. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática/Asamblea
Nacional de Rectores. 41p.
INRENA. 2000. Plan Maestro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Iquitos: INRENA. 151p.
IPAM/ISA. 2000. Avança Brasil: Os Custos Ambientais para a Amazônia. Brasília, DF: Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia/
Instituto Sócio-Ambiental. 20p.
IIAP. 2006. Aguaje, la maravillosa palmera de la Amazonia. (W. Wust, ed.). Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana. 54p.
IIAP. 2007. Pago por servicios ambientales globales con base en el almacenamiento de carbono de los aguajales de la Reserva Nacional
Pacaya Samiria. Presentación (Iquitos, jueves 4 de octubre 2007). 25p.
IIAP. 2008. Plan Estratégico del IIAP 2009 – 2018: Interpretando el Futuro. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, 72p.
IIAP. 2009. Amazonía Peruana: Visión de Desarrollo, Potencialidades y Desafíos. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía
Peruana. 46 p.
IIAP. 2010. Base de datos de plantas medicinales. Programa de Investigación de Biodiversidad Amazónica. Iquitos: Instituto de
Investigaciones de la Amazonía Peruana. 72p.
IIAP. 2011. Propuesta de manejo de poblaciones naturales de peces en Loreto. Programa de Investigación para el Uso y Conservación del
Agua y sus Recursos. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana. 17p.
IIAP. 2011a. Marco conceptual y metodológico de la gestión integrada de los recursos hídricos en la Amazonía peruana. Iquitos: Instituto
de Investigaciones de la Amazonía Peruana. 52p.
IIAP, MINAM, BioCAN y GTZ. 2009. Ordenamiento Territorial Andino-Amazónico. Seminario taller Internacional. Iquitos 15-17 de
setiembre de 2009. 152p.
IIAP/SNV. 2008. Línea de Base sobre Biocombustibles en la Amazonía Peruana. Iquitos: IIAP/Servicio Holandés de Cooperación al
Desarrollo (SNV). 78p.
IIAP/PROMPEX. 2006. Peru’s Ornamental Fish 2006-2007. Peruvian Amazonia Research. Peruvian Export Promotion. Lima. 52p
IIRSA. 2000. Integración de la Infraestructura Regional en América del Sur. Washington, DC: BID/CAF/Fonplata. 9p. + Anexos
INEI. 2006. Nuevas Proyecciones Nacionales de Población del Perú por Departamentos, Urbano y Rural y Sexo 2005 a 2020. Lima: Instituto
Nacional de Estadísticas e Informática. 11p.
INEI. 2007. II Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía Peruana, 2007 – Censos Nacionales 2007: XI de Población y VI de Vivienda.
Lima: Instituto Nacional de Estadísticas e Informática.
INEI. 2008. Compendio Estadístico Perú 2008. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática. (http://www1.inei.gob.pe/
biblioineipub/bancopub/Est/Lib0808/Libro.pdf ).
INEI. 2009. Perú: Anuario de Estadísticas Ambientales 2009. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática, Dirección Técnica de
Demografía e Indicadores Sociales. 522p.
INEI. 2010. Cuentas Nacionales del Perú. Producto bruto interno por departamentos 2001-2009. Lima: Instituto Nacional de
Estadísticas e Informática, Dirección de Cuentas Nacionales. 479p.
INPE. 2004. Monitoramento da floresta amazonica por satélite. Projeto PRODES. São José dos Campos: Instituto Nacional de Pesquisas
Espaciais.
INRENA. 1995. Mapa Forestal del Perú. Lima: Instituto Nacional de los Recursos Naturales.
INRENA. 1996. Monitoreo de la deforestación en la Amazonía Peruana. Guía explicativa del Mapa Forestal. Lima: Instituto Nacional de los
Recursos Naturales.
INRENA. 2000. Mapa de Cobertura Vegetal y Uso de la Tierra del Perú: Base de Datos de los Recursos Naturales e Infraestructura. Lima:
INRENA.
INRENA. 2000a. Plan Maestro de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Iquitos: Instituto Nacional de los Recursos Naturales. 151p.
IMGEMMET. 1999-2011. Carta Geológica Nacional 1/100.000-1/50.000. Lima: Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico.
IPAM/ISA. 2000. Avança Brasil: Os custos ambientais para a Amazônia. Brasília: Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia/Instituto
Socioambiental. (19 de marzo de 2000). 36p.
ITTO. 2004. Racionalizando el comercio de caoba. Yokohama: International Tropical Timber Organization. Technical Series 22. 56p.
ITTO. 2005. Status of Tropical Forest Management 2005. Yokohama: International Tropical Timber Organization. 302 p.
ITTO. 2007. Community-based forest enterprises. Their status and potential in tropical countries. Yokohama: International Tropical Timber
Organization. Technical Series 28. 74p.
IUCN. 1993. Parks for Life. Report of the IV World Congress on National Parks and Protected Areas. Gland: IUCN.
IUCN. 2010. IUCN Red List of Threatened Species. Mammals and amphibians. (Versión 2010.4. http://www.iucnredlist.org)
Izko, X. 2012. La frontera invisible. Actividades extractivas, infraestructura y ambiente en la Amazonia ecuatoriana 2010-2030. Quito: ICAA.
315p.
James, A. P., M. J. B. Green y J. R. Paine. 1999. A global review of protected areas budget and staff. World Conservation Union Monitoring,
Centre Victoria, Cambridge. WCMC Biodiversity Series N° 10. 46p.
Juntos. 2012. Reporte Gerencial del Programa Juntos, Región Loreto, Sede Iquitos a Marzo 2012. (http://www.juntos.gob.pe/reporte.
gerencial/201203.Loreto.pdf. Fecha de acceso: 21 de mayo de 2012.
Lagos, O. 2005. Arana, Rey del Caucho. 1ª ed. Buenos Aires: Emecé Editores, 408 p.
Lähteenoja, O., Y. Rojas, M. Räsänen, D. Del Castillo, M. Oinonen y S. Page. 2012. “The large Amazonian peatland carbon sink in the
subsiding Pastaza-Marañón foreland basin, Peru”. Global Change Biology (2012) 18, 164-178.
Lamar, W. W. 1997. “Checklist and common names of the reptiles of the Peruvian lower Amazon”. Herpetological Natural History
5(1):73-76. www.greentracks.com/RepList.html
Laraque, A., C. Bernal, J. L. Guyot, E. Armijos y L. Bourrel. 2009. “Sediment budget of the Napo River, Amazon basin, Ecuador and Peru”.
Hydrol. Process. 23:3509-3524.
Larrea, C. 2007. Recomendaciones preliminares para el Marco legal “Esquemas de Pago por Servicios ambientales del bosque en Perú”.
Lima: Fondo Nacional del Ambiente (FONAM). 7 p.
Laurance, W. 2012. As roads spread in rainforests, the environmental toll grows. Opinion. Yale Environment 360. Yale University.
Laurance, W. F., M. A. Cochrane, S. Bergen, Ph.M. Fearnside, P. Delamonica, C. Braber, S. D’Angelo y T. Fernandes. 2001. “The future of
the Brazilian Amazon”. Science 291:438-439.
Laurance, W. F., S. Maginnis y G. W. Susan. 2009. “Impacts of roads and linear clearings of tropical forests”. Trends in Ecology an Evolution
24(12): 659-669
Leguía, E., M. Soudre y M. Rugnitz. 2010. Predicción y evaluación del impacto del cambio climático sobre los sistemas agroforestales en la
amazonia peruana y andina ecuatoriana. Informe Final del Proyecto IIAP/MIA/World Agroforestry Center. Pucallpa. 70p.
Leiva, J. 2012. Pensamiento y práctica de la planificación en América Latina. Santiago de Chile: Instituto Latinoamericano y del Caribe
de Planificación Económica y Social (ILPES).
León, F. 2007. El aporte de las áreas naturales protegidas a la economía nacional. Lima: Instituto Nacional de Recursos Naturales. 133p.
León, F. et al. 2009. Valoración Económica del Turismo en el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado. Lima: Ministerio
del Ambiente/Nature Conservancy. 84p.
Lewis, S. L., P. M. Brando, O. L. Phillips, G. M. F. van der Heijden y D. Nepstad. 2011. “The 2010 Amazon drought”. Science vol.331: 1513-
1516.
Liberman, M. 2002. “Estrategia ambiental para el corredor vial interoceánico Perú-Bolivia-Brasil: Estudio de caso boliviano”. En: A.
Wagner y R. S. G. Duarte (eds.). La integración regional entre Bolivia, Brasil y Perú. Lima: Centro Peruano de Estudios Internacionales
(CEPEI). pp. 297-310.
Limachi, L. 2009. “Migración internacional en la Amazonia peruana: Una Mirada a las migraciones internacionales”. En: L.E. Aragón
(ed.) Migracão Internacional na Pan-Amâzonia. UNESCO/UFPA/NAEA. pp. 97-114.
López, R. 1997. “Demand-based mechanisms to finance the “green” environment in Latin America”. En: J. Holst et al. (eds.). Finance for
sustainable development: The road ahead. New York: UN Development Program.
Lopez, O. R. 2001. “Seed flotation and postflooding germination in tropical “terra firme” and seasonally flooded forest species”.
Functional Ecology 2001(15): 763-771.
Luna, J. A. 2002. “Zonas francas, oportunidades de inversión”. En: Wagner, A. y R. S. G. Duarte (eds.) La Integración Regional entre Bolivia,
Brasil y Perú. Lima: Centro Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI). pp. 213-228.
Lund, H. G. 2009. What is a degraded forest? White Paper prepared for FAO. Rome: UN Food and Agriculture Organization. 42p.
Maki, S., R. Kalliola y K. Vourinen. 2001. “Road construction in the Peruvian Amazon: process, causes and consequences”. Environmental
Conservation 28 (3): 199–214.
Maldonado, A. M. 2011. “Tráfico de monos nocturnos (Aotus spp.) en la frontera entre Colombia, Perú y Brasil: efectos sobre sus
poblaciones silvestres y violación de las regulaciones internacionales de comercio de fauna estipuladas por CITES”. Rev. Acad.
Colomb. Cienc. 35 (135): 225-242.
Malhi, Y. R., T. R. Baker, O. L. Phillips, S. Almeida, E. Alvarez, L. Arroyo, J. Chave, et al. 2004. “The above-ground coarse wood productivity
of 104 Neotropical forest plots”. Global Change Biology (2004) 10, 1–29. doi: 10.1111/j.1529-8817.2003.00778.x
Maki, S., R. Kalliola y K. Vourinen. 2001. “Road construction in the Peruvian Amazon: process, causes and consequences”. Environmental
Conservation 28 (3): 199–214.
Malleux, J. 1975. Mapa Forestal del Perú Memoria Explicativa. Lima: UNALM. 161p.
Marengo, J. 1984. “Estudio sinóptico climático de los friajes (friagens) en la Amazonía Peruana”. Revista Forestal del Perú 12(1-2): 55-80.
Marengo, J. 1997. “Cold surges in tropical and extratropical South América: The strong event in June 1994”. Monthly Weather Review
125:2759-2783.
Marengo, J. 1997a. “Climatic impacts of friagens in forested and deforested regions Amazon basin”. Journal of Applied Meteorology
36:1553-1566.
Marengo, J., C. A. Nobre, S. Chan Chu, J. Tomasella, G. Sampaio, L. M. Alves, G. O. Obregón, W. R. Soares, R. Betts y G. Kay. 2011. Riscos das
mudanças climáticas no Brasil. Análise conjunta Brasil - Reino Unido sobre os impactos das mudanças climáticas e do desmatamento
Na Amazônia. Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE)/Met Office Hadley Centre (MOHC) do Reino Unido, London. 56p.
Margulis, S. 2003. Causas do desmatamento da Amazônia Brasileira. Brasília: Banco Mundial. 100p.
Martin, B. 2012. “Palm oil: the hidden ingredient causing an ecological disaster”. The Ecologist 14/03/2012.
Martínez, M. O., D. A. Napolitano, G. J. MacLennan, C. O’Callaghan, S. Ciborowski et al. 2007. Impacts of Petroleum Activities for the
Achuar People of the Peruvian Amazon: Summary of Existing Evidence and Research Gaps. Environ Res Letter 2:1-10.
Matorela, M. J. 2010. Los Isconahuas. Lima: USAID/Foro Permanente de Pueblos Indígenas de Ucayali (FPIU). 97p.
McClain, M. E. y R. J. Naiman. 2008. “Andean influences on the biogeochemistry and ecology of the Amazon River”. BioScience 58(4):
325-338.
McClain, M. E. y Llerena C. A. 1998. El Manejo de Cuencas en Perú: de los Andes a la Amazonía. Agua y Riego (IPROGA), vol. 12.
McClain, M. E. y R. J. Naiman. 2008. Andean Influences on the Biogeochemistry and Ecology of the Amazon River. BioScience 58(4):
325-338.
Mc Elhiny, V. 2009. IIRSA como Blanco Móvil: Tendencias y Escenarios en una Coyuntura de Crisis Financiera. Centro de Información sobre
la Banca Multilateral (BIC)/Proyecto BICECA Taller Anual: Grupo de Interés Nacional IIRSA–Perú. Lima. Presentación del 18-06-
2009.
Mejía, K. 1992. “Las palmeras en los mercados de Iquitos”. Bull. Inst. Francais d´Études Andines 21(2): 755-769.
Mejía, K. y R. Vargas. 2001. Evaluación ecológica del Abanico del Pastaza: Componente Palmeras. Iquitos: Instituto de Investigaciones de
la Amazonía Peruana.
Meza, A., C. Sabogal y W. de Jong. 2006. “Rehabilitación de áreas degradadas en la Amazonía peruana: Revisión de experiencias,
lecciones aprendidas y recomendaciones”. Rev. Forestal del Perú 39(1-2):5-36.
Miller, K. R. 1997. “Evolução do conceito de áreas de proteção: Oportunidades para o século XXI”. En: Anais Congresso Brasileiro de
Unidades de Conservação, 15-23 nov. 1997. Curitiba. Vol I: 3-21.
Millán, B., R. Bravo, M. Chocce y A. Coz. 2007. Evaluación poblacional, distribución y estado de conservación de Phragmipedium kovachii
en el Perú. Lima: Instituto Nacional de los Recursos Naturales (INRENA). 9p.
MINAG. 2001. Plan Nacional de Promoción de la Palma Aceitera 2000-2010. Unidad de Desarrollo de la Amazonía. 66 p.
MINAG. 2008. Plan Estratégico Sectorial Multianual de Agricultura 2007-2011. Lima: Ministerio de Agricultura, Oficina de Estrategias y
Política, Oficina General de Planificación Agraria. 74p.
MINAG. 2012. Plan Estratégico Sectorial Multianual de Agricultura 2012-2016. Lima: Ministerio de Agricultura, Oficina de Estrategias
y Política, Oficina General de Planificación Agraria. 121 p.
MINAG/DGFF. 2011. Perú Forestal en números año 2010. Lima: Ministerio de Agricultura, Dirección General Forestal y de Fauna. 87p.
MINAM. 2006. Inventario Integrado de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero del Perú en el año 2000. Lima: Ministerio del Ambiente.
24 p.
MINAM. 2009. Diagnóstico y estimación del gasto público en patrimonio natural y ambiente a nivel nacional y regional. Lima: Ministerio
del Ambiente. 19p.
MINAM. 2011. Plan Nacional de Acción Ambiental 2011-2025. Lima: Ministerio del Ambiente. 79p.
MINAM/MINAG. 2011. El Perú de los Bosques. Lima: Ministerio del Ambiente. 73p.
MINAM. 2012. Programa de Inversión a nivel de Perfil “Programa Nacional de Conservación de Bosques Primera Etapa en los Departamentos
de Amazonas, Lambayeque, Loreto, Madre de Dios, Piura, San Martín, Tumbes, y Ucayali. Resumen. Lima: Dirección General de
Ordenamiento Territorial/Ministerio del Ambiente. 133p.
MINCETUR. 2004. Plan estratégico regional de exportaciones (PERX): Loreto. Lima: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. 46p.
MINCETUR. 2008. Estrategia de desarrollo de la acuicultura en la región Loreto. Lima: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo,
preparado por Tradingconsult. 71p.
MINCETUR. 2009. Estudio sobre la rentabilidad social de las inversiones en el sector turismo en el Perú. Lima: Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo. 87p. (ver Prialé y Seminario, 2009).
MINDES. 2011. Boletín del Ministerio de la Mujer y las Poblaciones Vulnerables-Departamento de Loreto Período Julio 2006-Diciembre
2011. Lima: Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
MINEM/Dirección General de Electricidad. 2007. Elaboración de resúmenes ejecutivos y fichas de estudios de las centrales hidroeléctricas
con potencial para la exportación a Brasil. Lima: Ministerio de Energía y Minas. 79p.
MINEM. 2008. Estudio del Plan Maestro de Electrificación Rural con Energía Renovable en la República del Perú. Informe Final. Lima:
Agencia de Cooperación Internacional de Japón/Electric Power Development Co. & Ltd./Nippon Koei Co. Ltd./Ministerio de
Energía y Minas. 63p.
MINEM. 2009. Perú: Sector Eléctrico 2009. Documento Promotor. Lima: Ministerio de Energía y Minas. 40p.
MINEM. 2009. Portafolios de proyectos hidroeléctricos. (Presentación de Daniel Camac, Viceministro). Lima: Ministerio de Energía y
Minas. Mayo 2009.
Ministerio de la Presidencia/Consejo de Coordinación Regional de Loreto. 2002. Plan concertado de desarrollo, departamental-Loreto
2002–2011. Iquitos: Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza de Loreto. Junio 2002. 61p.
MINSA. 2012. Principales causas de Morbilidad. Lima: Ministerio de Salud. (http://www.minsa.gob.pe/index.asp?op=2 ) Fecha de
acceso: 21 de mayo de 2012.
MINTRA. 2007. Boletín de estadísticas ocupacionales: Iquitos. Lima: Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. 99p.
Molina, R. 2010. Experiencias de Reforma Institucional en gobiernos regionales. Estudio de Casos. Lima: Proyecto USAID/Perú
ProDescentralización-Congreso de la República. Octubre 2010.
Montoya, J. y E. Rojas. 2011. Propuesta de un mecanismo de compensación por los servicios ecosistémicos hídricos en la cuenca del Nanay.
Programa de Conservación, Gestión y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica de Loreto.
MTC. 2005. Plan vial departamental participativo de Loreto. Iquitos: Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Provías/Gobierno
Regional de Loreto/Corporación Andina de Fomento. 115p.
MTC. 2009. Provías Descentralizado. Inversiones en Loreto. Lima: Ministerio de Transportes y Comunicaciones. 5p.
MTC. 2012. Mapa de Carreteras del Perú. Lima: Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Municipalidad de Maynas. 2010. Plan de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Iquitos 2011-2021. Iquitos: CAF/Centro Universitario ABITA/
Asociación Civil ABITA.
Munilla, I. 2010. People, power & pipelines: Lessons from Peru in the governance of gas production revenues. Washington, DC: WRI/BIC/
OXFAM. 84p.
Myers, N. 1984. The primary source. Tropical forests and our future. New York: Norton. 399p.
Naiman, R. J., H. Decamps y M. E. McClain. 2005. Riparia. Ecology, Conservation and Management of Streamside Communities. Elsevier,
Burlington. 430p.
Nepstad, D. 2009. “Governing the world’s forests”. Conserving Biodiversity. pp. 37-51.
Nepstad, D., A. G. Moreira y A. A. Alencar. 1999. Floresta em chamas: Origens, impactos e prevenção do fogo na Amazônia (ed. rev.).
Belem: Instituto de Pesquisas Amazônicas (IPAM). 204p.
Nepstad, D. et al. 2006. “Inhibition of Amazon deforestation and fire by parks and indigenous land”. Conservation Biology 20(1):65-73
Nepstad, D., G. Carvalho, A. C. Barros, A. Alencar et al. “2001 Road paving, fire regime feedbacks, and the future of Amazon forests”.
Forest Ecology and Management 5524 (2001): 1-43.
Nepstad, D. 2007. Los círculos viciosos de la Amazonía: Sequía y fuego en el invernadero. Puntos ecológicos y climáticos críticos del
bosque húmedo tropical más grande del mundo y medidas prácticas de prevención. Gland: World Wildife Fund for Nature. 24p.
Nepstad, D. et al. 2009. “The end of deforestation in the Brazilian Amazon”. Science, Policy Forum 326: 1350-51.
OIMT. 2004. Racionalizando el comercio de caoba. Informe del taller sobre el Desarrollo de Capacidad para la Aplicación del Listado de la
Caoba en el Apéndice II de la CITES OIMT/INRENA. Pucallpa (Perú) del 17 al 21 de mayo de 2004. Serie Técnica OIMT Nº 22. 58p.
Oliveira, P. J. C., G. P. Asner, D. E. Knapp, A. Almeyda, R. Galván-Gildemeister, S. Keene, R. F. Raybin y R. C. Smith. 2007. “Land-Use
Allocation Protects the Peruvian Amazon”. Science 317 (5842):1233-1236.
Olson, D. M. y E. Dinerstein. 2002. “The Global 2000: Priority ecoregions for global conservation”. Annals of The Missouri Botanical
Garden 89: 199-224.
ONERN. 1970. Inventario, evaluación e integración de los recursos naturales de la zona de los ríos Santiago y Morona. Lima: Oficina
Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 180 p. + anexos.
ONERN. 1976. Memoria descriptiva del Mapa Ecológico del Perú. Lima: Oficina Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 146 p.
ONERN. 1984. Inventario y evaluación de los recursos naturales de la micro región Pastaza-Tigre. Departamento de Loreto. Lima: Oficina
Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 244p. + anexos.
ONERN. 1985. Los recursos naturales del Perú. Lima: Oficina Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 326p.
ONERN. 1986. Perfil ambiental del Perú. Lima: Oficina Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 271p. + Anexos.
ONERN. 1986. Perfil ambiental del Perú. Lima: Oficina Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales. 275p. + Anexos.
ONUDD/DEVIDA. 2009. Monitoreo de Cultivo de Coca en el Perú. Lima: Oficina de las NNUU contra la Droga y el Delito/DEVIDA.
Orihuela, R. C. 2008. Sostenibilidad e ingresos del sector Hidrocarburos Peruano. Lima: Departamento de Economía y Planificación,
Universidad Nacional Agraria de La Molina. 39p.
Ortega, H., M. Hidalgo, E. Correa, J. Espino, L. Chocano, G. Trevejo, V. Meza, A.-M. Cortijo y R. Quispe. 2010. Lista anotada de los peces de
aguas continentales del Perú. Estado actual del conocimiento, distribución, usos y aspectos de conservación. Lima: Departamento de
Ictiología, Museo de Historia Natural/Universidad Nacional Mayor de San Marcos/Ministerio del Ambiente.
Ossio, E. 1979. Análisis ambiental de la explotación de petróleo en la Amazonía peruana. Lima: Centro Panamericano de Ingeniería
Sanitaria/Ciencias del Ambiente (CEPIS). 27p.
OTCA. 2012. Declaración de Lima. Lima: Organización del Tratado de Cooperación Amazónica. 10p.
Otra Mirada. 2011. Perú: El Lote 67, Perenco y las lecciones del Baguazo. Consulta: 25 de febrero de 2013. (http://www.otramirada.pe/
el-lote-67-perenco-y-las-lecciones-del-baguazo).
Pacheco, V. y F. M. Cornejo. 2011. Estudio de especies CITES de Primates Peruanos. Informe Final. Lima: MINAM/Museo de Historia Natural
UNMSM. 219p.
Pacheco, P. y R. Poccard-Chapuis. 2012. “The complex evolution of cattle ranching development amid market integration and policy
shifts in the Brazilian Amazon”. Annals of the Association of American Geographers. May 22. pp. 1-26. (http://www.tandfonline.
com/loi/raag20)
Palmer, M. A. 2010. “Beyond infrastructure”. Nature Vol 467: 535. News & Views/ Research.
Partidario, M. 2003. Strategic Environmental Assessment-SEA, current practices, future demands and capacity-building needs. International
Association for Impact Assessment (IAIA) Training Courses. Lisbon.
Patrón, P., C. Gamboa, H. Che Piu. 2011. ¿Energía o REDD? Primero EAE. Evaluación Ambiental Estratégica en el Perú: Próximos Pasos. Lima:
Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR).
Pautrat, L. y I. Lucich. 2006. Análisis Preliminar Sobre Gobernabilidad y Cumplimiento de la Legislación del Sector Forestal en el Perú.
Washington, DC: World Bank Group. 93p.
Pautrat, L., H. Che Piu, C. Samaniego y P. Torres. 2009. Procesos de deforestación en los Ejes IIRSA Norte y Sur del Perú. Documento de
Trabajo. Lima: Derecho, Ambiente y Recursos Naturales/WWF Perú. 94p.
Paz, L. 2007. Energías Renovables en el Perú. Taller de Trabajo de la IPES. Marzo 5 y 6 Las Vegas, EEUU. 18p.
Peñaherrera, C. 1986. “Geografía física del Perú”. En: Gran Geografía del Perú. Madrid: Ed. Manfer-Mejía Baca. Tomo I: pp. 1-221
Peres, C. A. 2000. “Evaluating the impact and sustainability of subsistence hunting at multiple Amazonian sites”. En: J. G. Robinson y E.
L. Bennettt (eds.). Hunting for Sustainability in Tropical Forests. New York: Columbia University Press.
Peres, C. A. 2011. “Conservation in Sustainable-Use Tropical Forest Reserves”. Conservation Biology. Special Section Issue. 6p.
Pérez, O. 2008. Valoración económica de los recursos naturales y del ambiente. Lima: Ed. O. Pérez. 230p.
Peters, Ch., A. Gentry y R. Mendelsohn. 1989. “Valuation of an Amazonian rainforest”. Nature 339:655-656.
Perú. Defensoría del Pueblo. 2010. La Política Forestal y la Amazonía Peruana: Avances y obstáculos en el camino hacia la sostenibilidad.
Serie Informes Defensoriales. Informe Nº 151. 295p.
PERUPETRO S.A. 2012. Ronda Petrolera 2012-Loreto. PERUPETRO S.A S.A./Instituto Nacional de Estadística e Informática.
PERUPETRO S.A. 2012. “Relación de contratos de exploración/explotación vigentes al 30/05/2012”. PERUPETRO S.A S.A. pp. 1-2.
Phillips, O. L. et al. 2009. “Sensibilidad a la Sequía del Bosque Amazónico” (traducción de “Drought Sensitivity of the Amazon Rainforest”.
(www.sciencemag.org [2009; 323: 1344-1347]).
Pierret, P. V. y M. J. Dourojeanni. 1966. “La caza y la alimentación humana en las riberas del río Pachitea, Perú”. Turrialba (Costa Rica)
16(3): 271-277.
Pierret, P. V. y M. J. Dourojeanni. 1967. “Importancia de la caza para alimentación humana en el curso inferior del río Ucayali, Perú”.
Lima: Revista Forestal del Perú 1(2): 10-21.
Pineda, O. 2010. La inocuidad en la producción del cacao. Exposición. Lima: Misterio de Agricultura. 12p.
Pinedo, M. 2010. Estudio socio-económico y demográfico de la población de la región Loreto, periodo 2007-2008. Iquitos: Universidad
Nacional de la Amazonía Peruana. Facultad de Ciencias Económicas y de Negocios, Oficina General de Investigación. 17 p.
Pitman, N., C. Vriesendorp, D. Moskovits (eds.). 2003. Perú: Yavarí. Chigago: The Field Museum. Rapid Biological Inventories. Report 11:
181p.
Pitman, N., C. Vriesendorp, D. Moskovits, R. von May, D. Alvira, T. Watchter, D. F. Stotz y A. del Campo (eds.). 2011. Perú: Yaguas-Cotuhé.
Chicago: The Field Museum. Rapid Biological and Social Inventories. Report 23: 378p.
Portuguez, H. y P. Huerta. 2005. Mapa de deforestación de la Amazonía peruana 2000 Lima: PROCLIM. 99 p. (ver PROCLIM, 2005).
Pöschl, U., S. T. Martin, B. Sinha, Q. Chen, S. S. Gunthe, J. A. Huffman, S. Borrmann, D. K. Farmer, R. M. Garland, G. Helas, J. L. Jiménez, S.
M. King, A. Manzi, E. Mikhailov, T. Pauliquevis, M. D. Petters, A. J. Prenni, P. Roldin, D. Rose, J. Schneider, H. Su, S. R. Zorn, P. Artaxo y
M. O. Andreae. 2010. “Rainforest aerosols as biogenic nuclei of clouds and precipitation”. Science Vol.329 (1513). 26p.
Postali, F. A. S. y M. Nishijima. 2012. O retorno social dos royalties do petróleo nos Brasileiros. São Paulo: Universidade de São Paulo (USP).
(http://www.anpec.org.br/encontro2008/artigos/200807161144280-.pdf )
Powers, B. 2012. Las Mejores prácticas en el desarrollo de proyectos petroleros en la Selva. E-Tech International. 44p. (www.
etechinternational.org)
Pun, M., A. Escudero et al. 2011. Análisis de la Situación de la Epidemia VIH/SIDA. Lima: Dirección General de Epidemiología (DGE).
Ministerio de Salud.
Pretty, J. y A. Ball. 2001. Carbon Emissions and Sequestration: A Review of Evidence and the Emerging Trading Options. University of Essex,
UK: Centre for Environment and Society/Department of Biological Sciences. 31p.
Prialé, M. y C. Seminario. 2009. Estudio sobre la rentabilidad social de las inversiones en el sector turismo en el Perú - Destino turístico
Iquitos–río Amazonas (Loreto). Lima: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. 87p.
PROCLIM. 2005. Mapa de Deforestación de la Amazonía Peruana - 2000. Memoria Descriptiva. Programa de Fortalecimiento de
Capacidades Nacionales para Manejar el Impacto del Cambio Climático y la Contaminación del Aire (Proyecto IM-03-02). Lima:
INRENA. 74p. (ver Portuguez y Huerta, 2005).
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 2009. Informe sobre Desarrollo Humano Perú 2009, Por una Densidad del
Estado al Servicio de la gente. Lima: PNUD.
PROCREL. 2010. Plan Operativo Anual 2010 del Programa de Conservación, Gestión y Uso de la Diversidad Biológica de Loreto.
ProInversión. Plan de promoción de inversiones de la región Loreto. Lima: Agencia de Promoción de la Inversión Privada en el Perú. 279p.
ProNaturaleza. 2004. Dos décadas de conservación en el Perú. Los primeros 20 años de Fundación ProNaturaleza. Lima: Fundación Peruana
para la Conservación de la Naturaleza. 242p.
ProNaturaleza. 2010. Una experiencia compartida: Conservación y manejo de recursos naturales acuáticos en la Reserva Nacional Pacaya
Samiria. Lima: ProNaturaleza/Ensemble. 102p.
ProNaturaleza. 2012. Plan de negocios para la elaboración, comercialización distribución y exportación de discos de tagua (Comunidad
Nativa de Trompeteros). ProNaturaleza, Documento de Trabajo 2012. Lima. 16p.
ProNaturaleza y Amazon Ivory EIRL. 2005. Plan de manejo de Phytelephas macrocarpa “yarina”. Cuenca Yanayacu-Pucate. Reserva
Nacional Pacaya Samiria. Lima, 18p.
Pulgar, J. 1981. Geografía del Perú: las ocho regiones naturales del Perú. Editorial Universo. 256 p.
Putzel, L. 2009. Upside-down: Global forestry politics reverses directions of ownership in Peru-China timber commodity chains. XIII World
Forestry Congress Buenos Aires, Argentina, 18 - 23 October 2009. 10p.
PRM. s/f. General Memorandum of Information: Ethanol Mega-Project in Peru. Lima: PRM Group Peru. 27p.
Räsänen, M. 1993. “La geohistoria y geología de la Amazonía Peruana”. En: R. Kalliola, M. Puhakka y W. Danjoy (eds.). Amazonía Peruana,
Vegetación húmeda tropical en el llano subandino. Proyecto Amazonía - ONERN. pp. 43-67.
Reicosky, D C. 1997. “Technologies for improved soil carbon management and environmental quality”. En: Incorporating Climate
Change into Corporate Business Strategies. Intl. Climate Change Conference Proceedings, June 12-13th, Baltimore, Maryland.
Rengifo, E. 2010. Plantas medicinales de la Amazonía peruana: usos tradicionales (Presentación del 06 julio 2010). Iquitos: Instituto de
Investigaciones de la Amazonía Peruana. 34p.
Rengifo, E. 2010a. Rescate y reproducción de prácticas y saberes ancestrales en las comunidades amazónicas de Perú. Taller: “Intercambio
de Experiencias Exitosas en Extensión, Transferencia, y Capacitación con Comunidades Indígenas Amazónicas, con Énfasis en
Seguridad Alimentaria y Conservación de los Recursos Naturales”, Quito: GTZ/INIAP. 15p.
Ríos, M. A., M. J. Dourojeanni, P. Vásquez y A. Tovar. 1973. “La fauna y su aprovechamiento en Jenaro Herrera (Requena, Perú)”. Revista
Forestal del Perú, Lima 5(1-2):73-92.
Rodríguez, F. 1994. Estudios de inventario y evaluación de suelos en la Región Loreto. Documento Técnico Nº 6. Iquitos: IIAP. 19p.
Rodríguez, L. O. y W. E. Duellman. 1994. Guide to the frogs of the Iquitos region, Amazonian Peru. The University of Kansas. Natural History
Museum. Special Publication 22.
Rosenberg, D. K., B. R. Noon, and E. C. Meslow. 1997. “Biological corridor: form, function, and efficacy”. BioScience 47:677-687.
Roulet, M. 2001. “Le mercure: son cycle biogéochimique et sa répétition aux échelles planétaires et amazonienne”. En: J. P. Carmouze,
M. Lucotte y A. Boudou (eds.). Le mercure en Amazonie. Paris: Institut de Recherche pour le Développement (IRD). pp. 81-85.
Ruiz, J. 2011. Proyecto Corina: Progreso o desastre para la Amazonía Peruana. Región. Diario de Noticias de Loreto/Columnistas, agosto
2011.
Rumrrill, R. 2008. La Amazonía Peruana. La Última Renta Estratégica del Perú en el Siglo XXI o la Tierra Prometida. Lima: CONAM/PNUD.
188p.
Ruokolainein, K. y H. Tuomisto. 1998. La vegetación natural de la zona de Iquitos. En: Kallliol, R. y S. Flores (eds.). Geoecología y
Desarrollo Amazónico. Estudio Integrado de la Zona de Iquitos, Perú. Ann. Univers. Turkensis Serie A II, Vol. 114. pp. 253-367.
RWI. 2012. Reporte anual de tendencias de las industrias extractivas en América Latina 2011. Lima: Revenue Watch Institute. pp. 12-13,
22-23, 37-38, 56-57.
Saatchi, S. S., N. L. Harris, S. Brown, M. Lefsky, E. T. A. Mitchard, W. Salas, B. R. Zutta, W. Buermann, S. L. Lewis, S Hagen, S. Petrovac, L.
White, M. Silman y A. Morel. 2010. Benchmark map of forest carbon stocks in tropical regions across three continents. 6p. (www.pnas.
org/cgi/doi/10.1073/pnas.1019576108)
Sabogal, C., E. de Almeida, D. Marmillod, J. O. P. Carvalho. 2006. Silvicultura na Amazônia brasileira: Avaliação de experiências e
recomendações para implementação e melhoria dos sistemas. Belém: EMBRAPA/CIFOR. 190p.
Sabogal, C., W. de Jong, B. Pokorny, B. Louman (eds.). 2008. Manejo forestal comunitario en América Latina. Experiencia, lecciones
aprendidas y retos para el futuro. Bogor: Centro Internacional de Investigación Forestal (CIFOR). 294p.
Sabogal, C., J. Nalvarte y V. Colán. 2008a. Análisis del marco legal para el manejo forestal por pequeños productores en la Amazonía
peruana. Lima: Forlive. 159p.
Saes, A. 2003. Desarrollo de la palma aceitera en el Perú. Lima: Ministerio de Agricultura, Proamazonía.
Sáenz, C. 2008. Informe del avance del diagnóstico ambiental de los componentes: hidrología e hidrografía”. Zonificación Ecológica
Económica Bellavista-Mazán. Iquitos: IIAP. Octubre 2008. pp. 26 y 44
Salazar, A. 1967. “El aguaje (Mauritia vinifera) recurso forestal potencial”. Rev. For. Perú 1(2):65-68.
Salati, E., W. Schindler, D. de Castro, E. Salati, J. C. de Souza y N. Vila Nova. 2009. Economia das mudanças climáticas no Brasil:
Estimativa da oferta de recursos hídricos no Brasil em venários futuros de clima 2015-2100. Rio de Janeiro: Fundação Brasileira para
o Desenvolvimento Sustentável (FBSD). 78p.
Salo, M., H. Samuli y T. Toivonen. 2011. “Allocating Logging Rights in Peruvian Amazonia—Does It Matter to Be Local?” Research
Article. PLoS ONE 6(5): e19704. doi:10.1371/journal.pone.0019704. 15p.
San Sebastián, M. y A. K. Hurtig. 2004. “Oil exploitation in the Amazon basin of Ecuador: a public health emergency”. Pan Am Jour.
Publ Health vol.15: 205–211.
Sánchez, A. y P. Vásquez. 2007. “Presión de caza de la comunidad nativa mushuckllacta de Chipaota, zona de amortiguamiento del
Parque Nacional Cordillera Azul, Perú”. Ecol. Apl. 6(1-2): 131-138
Sánchez, F. y R. Orrego. 2007. Tablero de Comando para la promoción de los biocombustibles en el Perú. Santiago: Comisión Económica
para América Latina (CEPAL). 100p.
Sánchez, F. y R. Orrego. 2007. “Tablero de Comando” para la promoción de los biocombustibles en el Perú. Santiago: Comisión Económica
para América Latina-NNUU. 100p.
Sánchez-Cuervo, A. M., T. Mitchell Aide, M. L. Clark, A. Etter. 2012. “Land Cover Change in Colombia: Surprising Forest Recovery Trends
between 2001 and 2010.” PlosOne August 2012 | Volume 7, Issue 8,| e43943.
Santos, F. y Frederica Barclay. 2002. La Frontera Domesticada. Historia económica y social de Loreto, 1850-2000. Lima: Fondo Editorial
PUCP.
Sanz, P., F. Muñoz, C. Canchaya. 2010. Indicadores educativos por departamento, Loreto. Agencia Canadiense para el Desarrollo
Internacional (ACDI). 7p.
Seguel, A. 2008. “La Invasión de las Empresas Petroleras en la Selva Amazónica del Perú”. Red de Comunicación Ucayali, Pucallpa
26/11/08.
Serra, J. 2010. Inambari: La urgencia de una discusión seria y nacional. Lima ProNaturaleza. 228p.
Serra, J., A. Malky y J. Reid. 2012. Costos y beneficios del proyecto hidroeléctrico del río Inambari. Conservación Estratégica. Doc. Discusión
N° 2 (Abril 2012). Lima: Conservation Strategy Fund. 67p.
Shane, D. R. 1980. Hoof prints on the forest: An inquiry into the beef cattle industry in the tropical forest of Latin America. Washington, DC:
Department of State, Office of Environmental Affairs. 205p.
Shanley, P., M. Cymerys, M. Serra y G. Medina. 2012. Frutales y plantas útiles en la vida amazónica. Roma: Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)/Centro para la Investigación Forestal Internacional/ Pueblos y Plantas
Internacional. 341p.
SIEA. 2012. Estadísticas Agropecuarias. Lima: Ministerio de Agricultura, Sistema Integrado de Estadísticas Agrarias.
Sierra, R. 2000. “Dynamics and patterns of deforestation in the western Amazon: the Napo deforestation front, 1986–1996”. Applied
Geography 20: 1–16.
Silveira, S. B. 2010. Escenarios por la Amazonía: Impactos de las carreteras. UFMG/Woods Hole/IPAM. 32p.
Silveira Soares-Filho, B., D. C. Nepstad, L. M. Curran, G. Coutinho, R. A. García, C. Azevedo, E. Voll, A. McDonald, P. Lefebvre y P. Schlesinger.
2006. “Modeling conservation in the Amazon basin”. Nature, Letters Vol. 440: 520-523.
Suárez-Mutis, M. C., C. M. Mora, L. Pérez y P. Peiter. 2010. “Interacciones transfronterizas y salud en la frontera Brasil-Colombia-Perú”.
Mundo Amazónico 2010 (1:243-266).
Soberón, R. 2007. Loreto, la frontera, Iquitos y el narcotráfico. Lima: Project Counseling Service (PCS). 2p.
Soini, P. 1972. “The capture and commerce of live monkeys in the Amazonian region of Peru”. En: J. Lucas y N. Duplaix-Hall (eds.)
International Zoo Yearbook 12. London: Zool. Soc. London. pp. 26-36
Solano, P. 2005. La esperanza es verde. Áreas Naturales Protegidas en el Perú. Lima: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
203 p.
Souza, C. Jr. y D. Roberts. 2005. “Mapping forest degradation in the Amazon region with Ikonos images”. International Journal of
Remote Sensing 26: 425-429
Stoll, A. 2011. Impactos petroleros en territorios indígenas: Experiencias del programa de vigilancia territorial del río Corrientes. Iquitos:
FECONACO/Shinai. 86p.
SPDE. 2012. Adjudicación de terrenos para palma aceitera amenazan bosques primarios en la Amazonía peruana. Lima: Sociedad
Peruana de Ecodesarrollo. 18p.
Swenson, J., B. E. Young, S. Beck, P. Comer, J. H. Córdova, J. Dyson, D. Embert, F. Encarnación, W. Ferreira, I. Franke, D. Grossman, P.
Hernández, S. K. Herzog, C. Josse, G. Navarro, V. Tantaleán, M. y N. Sánchez. 2007. “Presencia en el Perú de Mecistocirrus digitatus
(Linstow, 1906) Railliet and Henry, 1912 (Nematoda, Trichostrongylidae, Haemonchinae)”. Rev. Peru. Biol. 14(2): 313-314.
Tello, H. 2001. Valoración económica de la diversidad biológica en el área de influencia de la carretera Iquitos-Nauta. Iquitos: INRENA/IRG/
USAID. 46p.
Tello, H., A. Quevedo y J. Gasché. 2004. Sistema de incentivos para el manejo de bosques de Loreto: El caso de los recursos forestales
maderables. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP)/CIES. 170p.
Tello, H. y P. Bayley. 2001. La pesquería comercial de Loreto con énfasis en el análisis de la relación entre captura y esfuerzo pesquero
de la flota comercial de Iquitos, cuenca del Amazonas (Perú). Folia Amazónica 12(1-2).
Terborgh, J. y C. P. Van Schaik. 1997. “Minimizing species loss: The imperative of protection”. En: R. Kramer, C. P. Van Schaik y J. Johnson
(eds.). Last Stands: Protected areas and the defense of tropical biodiversity. Oxford Univ. Press. pp.15-35.
The REDD Desk. 2012. “REDD in Peru”. En: REDD Countries Database. Washington, DC: The World Bank. (http://www.theredddesk/
countries/peru).
Thomsen, J. B., C. Mitchell, R. Piland y J. R. Donnaway. 2001. “Monitoring impact of hydrocarbon exploration in sensitive terrestrial
ecosystems: perspectives from Block 78 in Peru”. En: I. A. Bowles y G. T. Prickett (eds.). Footprints in the jungle. New York: Oxford
University Press.
Tollefson, J. 2011. “Fighting for the forest: The roadless warrior”. Nature/News Feature 30 Nov. 2011.
Tosi, J. Jr. 1960. Zonas de Vida Natural en el Perú. Lima: IICA/OEA. 270 p.
Tuomisto, H., K. Ruakolainene, R. Kalliola, A. Linna, W. Danjoy y Z. Rodríguez. 1995. Dissecting Amazonian biodiversity. Science 269:
63-66 (7 de Julio 1995).
UNALM. 1973. Informe de avance del estudio de factibilidad de aprovechamiento del huasaí en la zona de Tamshiyacu, río Itaya (Iquitos).
Lima: Departamento de Manejo Forestal, Universidad Nacional Agraria La Molina. 61p.
UNEP. 1989. Integrated resources management in Africa. Nairobi: United Nations Environment Program. 72p.
UNODC/DEVIDA. 2011. Perú. Monitoreo de cultivos de coca. Lima: Oficina de las NNUU contra las Drogas y el Delito/Comisión Nacional
para el Desarrollo y Vida sin Drogas. 86p.
Universidad Autónoma de Madrid (UAM)/Ministerio del Ambiente de España (MMA). 2005. Guía práctica para la valorización
económica de los bienes y servicios ambientales de los ecosistemas. Madrid, España.
United Nations University (UNU)/Oxford Brookes University (OBU). 2005. The Strategic Environmental Assessment Open Educational
Resource. Oxford.
Urquiza, J. D. y R. Tello. 2011. Retrospectiva y prospectiva de la deforestación en el sector Bellavista-Mazán, Loreto, Perú. Iquitos: Universidad
Nacional de la Amazonía Peruana, Facultad de Ciencias Forestales. 15p.
Urrunaga, J. M., A. Johnson, I. Dhaynee y F. Mullig. 2012. The Laundering Machine: How Fraud and Corruption in Peru’s Concession System
are destroying the future of its forests. Washington, DC: Environmental Investigation Agency. 72p. (eia-global.org/).
USDT. 1994. Environmental advantages of inland barge transportation. Washington, DC: US Department of Transportation.
Vargas, L. y R. Cuba. 2009. Diagnóstico de la Gerencia Regional de Desarrollo Económico del Gobierno Regional de Piura. Consultoría para
la formulación de propuestas de mejoras. Informe Final. Lima: Grupo Propuesta Ciudadana.
Vásquez, P. 2010. “Hydrocarbons in the Amazon: Awakening old inequalities”. Washington, DC: United States Institute of Peace.
PeaceBrief 19 (April 16, 2010): 1-4.
Vásquez, R. y Gentry, A. 1989. “Use and misuse of forest-harvested fruits in the Iquitos area”. Conservation Biology 3(4): 350–361.
Vereau, V. 2006. Abasteciendo de Agua a la Amazonía Peruana. Lima: Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Programa
Agua para Todos. 20p.
Vergara, W., A. Deeb, I. Leino, A. Kitolt y M. Escobar. 2011. Assessment of the impacts of climate change on mountain hidrology. World
Bank Study, Washington, DC: The World Bank. 157p.
Villachica, H. 1994. “Investigación y desarrollo de sistemas sustentables para frutales nativos amazónicos: el caso pijuayo”. En:
Biodiversidad y desarrollo sostenible de la Amazonía en una economía de mercado (Memoria Seminario-Taller, Pucallpa 11-15
octubre 1994). pp. 109-137.
Villachica H. 1996. Frutales y hortalizas promisorias de la Amazonía. Lima: Tratado de Cooperación Amazónica. 367p.
Villanueva, J. 2005. Análisis de las necesidades de financiamiento del SINANPE 2005-2014. Lima: PROFONANPE.
Vorösmarty, C. J., P. B. McIntyre, M. O. Gessner, D. Dudgeon, A. Prusevich, P. Green, S. Glidden, S. E. Bunn, C. A. Sullivan, C. Reidy Liermann
y P. M. Davies. 2010. “Global threats to human water security and river biodiversity”. Nature 467, 555-561 (30 September 2010).
Voss, R. S. y L. H. Emmons. 1996. “Mammalian diversity in Neotropical lowland rainforests: a preliminary assessment”. American Museum
of Natural History Bulletin 230: 1-115.
Vriesendorp, C., N. Pitman, J. I. Rojas M., B. A. Pawlak, L. Rivera, L. Calixto M., M. Vela C., P. Fasabi R. (eds.). 2006. Perú: Matsés. Rapid
Biological Inventories Report 16. Chicago, Illinois: The Field Museum. 116p.
Vriesendorp, A. C., T. S. Schulenberg, W. S. Alverson, D. K. Moskovits (eds.). 2006. Perú: Sierra del Divisor. Rapid Biological Inventories
Report 17. Chicago: The Field Museum. 104p.
Vriesendorp, A. C., J. A. Álvarez, N. Barbagelata, W. S. Alverson y D. K. Moskovits (eds.). 2007. Perú: Nanay-Mazán-Arabela. Rapid
Biological Inventories Report 18. Chicago: The Field Museum. 74p.
Yepes F., D. del Castillo, E. Honorio, T. Baker y J. Chung. 2006. Monitoreo de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en suelos de la
Amazonia peruana. Iquitos: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP). 2p.
Wasserman, J. C., S. Hacon y M. A. Wasserman. 2001. “O ciclo do mercurio no ambiente amazónico”. Mundo & Vida 2(1/2): 46-53.
Wertz-Kanounnikoff, Sh., M. Kongphan-Apirak y S. Wunder. 2008. Reducing forest emissions in the Amazon Basin: A review of drivers of
land-use change and how payments for environmental services (PES) schemes can affect them. Center for International Forestry
Research (CIFOR). Working Paper N° 40. Bogor: CIFOR. 26p.
Wiley, H. 1999. Birds of lowland Loreto, Peru. Biology Department. University of North Carolina. (www.unc.edu/~rhwiley/loreto/
loretointro.html)
Wohl, E., A. Barros, N. Brunsell, N. A. Chappell, M. Coe, Th. Giambelluca, S. Goldsmith, R. Harmon, J. M. H. Hendrick, J. Juvik, J. McDonnell
y F. Ogden. 2012. “The hydrology of the humid tropics”. Nature Climate Change Vol 2(9)/Advance on Line Publication (www.
nature.com/natureclimatechange). 8p.
World Agroforestry Center. 2006. World agroforestry in the future. D. Garrity, A.Okono, M. Grayson y S. Parrott (eds. ). Nairobi: World
Agroforestry Center, 196p.
World Bank. 1991. Environmental Assessment Sourcebook. World Bank Technical Paper. Washington, DC. Vol. I, II y III.
Zarin, D. J. 2012. “Carbon from tropical deforestation”. Science (June 22, 2012). Vol. 336: 1518-1519.
www.sciencemag.org
Zimmermann, R. C. 1982. Environmental impact of forestry. FAO Conservation Guide N° 7. Rome: FAO. 85p.
Zimmerman, B. L. y C. F. Kormos. 2012. “Prospects for sustainable logging in Tropical Forests”. American Institute of Biological Sciences.
BioScience 62(5):479-487. (www.bioone.org/doi/full/10.1525/bio.2012.62.5.9)
®
SPDA
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental