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LA REPRESIÓN SINDICAL

El SNTE, ha ejercido la función de contención y encuadramiento de la presión de los


trabajadores. Mostrando endurecimiento de las posiciones burocráticas, mediante la
manipulación e intimidación, como recurso de control hacia las bases que representa y
buscando marginar la oposición. Han usado hasta el límite sus instrumentos de poder,
para acallar voces discordantes. Tratan cuidadosamente de lograr la unanimidad
delegación por delegación para designar a sus delegados a diferentes congresos.
Atentos a apretar clavijas y asesinando lideres disidentes, pasando por la violencia de la
voluntad mayoritaria al no dar toma de nota en diferentes Secciones sindicales. Los
dirigentes traidores del SNTE les llaman disidentes y los persiguen de múltiples formas:
lo mismo negándoles derechos y beneficios que pactando represión con la llamada
“parte oficial” en forma de llamadas de atención, sobrecarga administrativa, poniendo a
los padres de familia en su contra, levantamiento de actas administrativas.

Ha sido también la represión de la han hecho mano mano de la fuerza pública y


golpeadores a sueldo para la disolución de manifestaciones. Recrudecen la ofensiva y
llegan a hacer demostraciones de fuerza en actos públicos. Este país nuestro tan amado
no se ha colapsado es por sus maestras y maestros. Trabajadores de la Educación que
desde su cotidianidad inculcan valores e imparten conocimientos para la vida, que aún
hoy son faro y luz en miles de comunidades, que son conciencia y acción en pos del
desarrollo comunitario. Esto nos explica porque el SNTE desempeña una función
estratégica para la gobernabilidad en el ámbito educativo: control sobre los
trabajadores, y por la actitud pragmática de sus dirigentes frente al Ejecutivo y los
partidos políticos.

El sindicato aprueba las propuestas presidenciales a cambio de consentir la


discrecionalidad en el gobierno sindical y conservar los espacios de poder en el sistema
educativo, apoya a los partidos que le garanticen posiciones de poder, pese a que
muchas políticas públicas a las que consienten signifiquen la traición y
desmantelamiento del contrato colectivo de trabajo, reprimiendo a sangre y fuego a las
voces que alertan y llaman a la conciencia y a la lucha por los derechos que cada día se
ven disminuidos.

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