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La inflacion en la decada 1,985 - 1,995 en elPeru.

Concepto de Inflacion.

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios en la economía, y


por ello es una enfermedad muy peligrosa, pues al desbocarse y convertirse en
hiperinflación puede ser fatal, al punto de destruir una sociedad.
Desde el punto de vista financiero es la subida o bajada de los precios de los
productos o servicios. Tiene una importancia vital para el inversor pues lo primero
que este debe de conseguir es vencer la inflación para que de este modo su dinero
no se deprecie. La inflación afecta a los tipos de interés y a la marcha de las
monedas respecto de otras.

Causas y consecuencias.
La inflación es un fenómeno monetario que se genera por un incremento de la
emisión de dinero por parte del Banco Central en la economía, y este incremento no
corresponde proporcionalmente con el crecimiento de la producción.

La principal consecuencia es la perdida del “valor real” del dinero, con lo que los
que menos tienen, se ven mas perjudicados pues su dinero pierde valor, y por ende
les alcanza para acceder a una menor cuantía de productos y/o servicios.

Características.

En la década en estudio, podemos apreciar dos etapas claramente diferenciadas en


función de las políticas económicas tomadas por el gobierno de turno. Así, mientras
en el gobierno del Dr. Alan García, experimentamos una de las dos grandes
hiperinflaciones (la primera se dio durante la guerra del pacifico, entre 1879 y
1883), durante el primer periodo del Ing. Alberto Fujimori, esta fue controlada y
esto llevo a la estabilidad de la economía con los consecuentes beneficios para todos
los peruanos.

En el primer caso, una política económica populista a ultranza llevo a una quiebra
económica mucho mas severa que en la primera hiperinflación. No existió un agresor
externo. Basto la política económica de Alan García para llevarnos al desastre
económico mas grande de nuestra historia. Durante este periodo, la caída de la
producción fue de 8%, el Producto Bruto Interno (PBI) per capita llego a 720 dólares,
cifra inferior a la de 1960. las empresas estatales perdieron 1,653 millones de
dólares y la población peruana se empobreció a niveles sin precedentes. El índice de
pobreza critica se incremento en 41%, afectando a 13 millones de peruanos.
En el sector externo, el volumen de las exportaciones se estanco y las reservas
internacionales (RI) llegaron a menos (-) 300 millones de dólares. La emisión se
incremento en un millón por ciento, la devaluación en 1.6 millones por ciento y la
inflación acumulada fue del orden del 2.2 millones por ciento.

En julio de 1990 es elegido presidente el Ing. Alberto Fujimori, el cual en corto


tiempo, decide aplicar un programa de ajustes para controlar la hiperinflación, pero
este esquema fracasa nuevamente, incrementándose para finales de ese año al
orden del 7 mil por ciento. En febrero del ’91, se aplican cuatro reformas
estructurales: las reformas macroeconómicas, la liberación de los mercados (de
bienes y servicios, dinero y laboral), la reforma de la estructura de la propiedad
(mediante la privatización de los activos del Estado) y la Reforma del estado con el
objeto de reducir su tamaño y funciones. Después de 22 meses las primeras
muestran resultados positivos, pues para el año ’92 la inflación se redujo al 57%
anual, las RIN se incrementaron a 2 mil millones de dólares, la emisión monetaria
creció a tasas menores que la inflación, sin embargo el crecimiento del PBI durante
1991-92 fue nulo. En los dos años y medio siguientes la inflación logro ser
controlada, llegando en 1995 al 10%, y el crecimiento económico se empezó a
desarrollar, para beneplácito de todos los peruanos.

A continuación presentamos la información macroeconómica correspondiente a Perú.

INFLACION
Año 1980 1981 1982 1983 1984
Tasa % 60.8 72.7 72.9 125.1 111.5

Año 1985 1986 1987 1988 1989


Tasa % 158.3 62.9 114.5 1,722.3 2,775.3

Año 1990 1991 1992 1993 1994


Tasa % 7,649.6 139.2 56.7 39.5 15.4
Año 1995 1996 1997 1998 1999
Tasa % 10.2 11.8 6.5 6.0 3.7

Año 2000 2001 2002 2003


Tasa % 3.7 -0.1 1.5 2.6

La gestió n econó mica de Alan García: 1985-1990


Saturday, 20 de May de 2006Tuesday, 19 de September de 2006 site admin

A pocos días de la segunda vuelta, las críticas hacia el candidato Alan García se
centran, sobre todo, en el manejo económico de su gobierno anterior. Tomando
como base una investigación del periodista británico John Crabtree, ofrecemos
aquí un repaso de la gestión económica de Alan García.

28 de julio de 1985: Alan García asume la presidencia del Perú con apenas 36
años de edad. Ha ganado en primer vuelta, obteniendo el 53 % de votos válidos
(presione acá para ver los detalles). Pero no solo eso. Su partido, el APRA, tiene
mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados (presione
acá para detalles).

La herencia de Belaúnde

Por otro lado, García y el APRA tienen dos problemas serios por enfrentar: La
agrupación terrorista Sendero Luminoso había ido ganando terreno desde su
primera incursión, en 1980.

Además, el gobierno de Belaúnde dejó al país en una profunda crisis económica.


Las inversiones habían caído de 21,2 % del Producto Bruto Interno (PBI), en 1982,
a 12,2 % en 1985. En 1982, la economía peruana no creció y, en 1983, el
crecimiento fue negativo: -12,2 %. Si, en 1980, el ingreso per cápita era de 1,232
dólares por peruano, en 1985 llegaba tan sólo a 1,050 dólares (págs. 54-55). El
desastre económico del gobierno de Belaúnde se debió, principalmente, a una
caída de precios de productos que Perú exportaba (cobre, plata, plomo, café).

Desde 1982, el gobierno de Belaúnde se había sometido a un “programa de


ajuste” del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el FMI, el principal
problema del Perú era el déficit fiscal. El déficit se debía a que el Perú gastaba
más en lo que importaba que lo que ganaba con sus exportaciones. La relación
entre importaciones y exportaciones se llama “balanza comercial” (hoy por hoy,
con el alto precio del cobre y otras exportaciones, el Perú tiene una balanza
comercial “positiva”).

Para contrarrestar el déficit fiscal, el FMI obligó al gobierno de Belaúnde a reducir


el presupuesto del Estado, a incrementar las tarifas públicas y a devaluar la
moneda nacional, el sol (pág. 51). La devaluación frena las importaciones: Cuanto
menos vale la moneda, más hay que gastar para importar un producto x.

Las medidas del FMI, llamadas ortodoxas, ocasionaron una fuerte recesión
(contracción de la demanda) que repercutió en el bolsillo de los ciudadanos. Ya
hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente: 14,8 % para ser
exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobreció aún más a los
ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó empobreciendo
también al Estado: El ciudadano que es pobre consume menos y cuanto menos
consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde entró en
mora con el pago de la deuda externa (pág. 53).

El programa heterodoxo (1985-1987)

El 28 de julio de 1985, Alan García tuvo dos opciones: Continuar con el programa
ortodoxo del FMI o probar una receta distinta, heterodoxa. En vista de la debacle
de los úlitmos años, se esperaba un cambio de curso. Pero éste terminó siendo
tan radical como aquel propuesto por la izquierda. En efecto, los lineamientos
principales de García correspondían a los planteamientos económicos de
Izquierda Unida (pág. 61).

En su discurso a la nación, García atacó al FMI. De ahora en adelante, anunció


García, el pago de la deuda externa se limitaría al valor equivalente al 10 % de las
exportaciones peruanas.

Pero, además de introducir una nueva moneda (el inti reemplazó al devaluado
sol), la principal medida económica consistió en la congelación de precios básicos,
sueldos y la tasa de cambio relativa al dólar. Por ejemplo, el precio de la gasolina
se elevó, de golpe, en 25 % para luego congelarlo a ese nivel. La idea era
anticipar la inflación venidera y, a largo plazo, darle al consumidor más poder
adquisitivo.

Evitando de esta manera el alza de precios, los consumidores tienen más dinero
para gastar en otras cosas y, por ende, contribuyen a la reactivación económica
en otros sectores. La estrategia sigue siendo aplicada hoy en día. Un ejemplo es
Argentina que, en su afán por bajar la inflación (que bordeó los 12 % en el 2005) y
reactivar la economía, ha pactado precios fijos con los suministradores de
productos básicos (la carne es el ejemplo más conocido).
Según escribe Crabtree, la posición heterodoxa de García se basaba en dos
convicciones relacionas entre sí: (1) Para poder pagar la deuda sería necesario
reactivar la economía. En esta línea, la reducción de importaciones sugerida por el
FMI sería contraproducente, pues la producción industrial peruana depende, en
gran medida, de máquinas y materias primas importadas. El pago de la deuda
externa también sería contraproducente, pues implica la exportación de capitales
necesarios para la reactivación económica:

Debido a que la renegociación de la deuda dependía de la aceptación de políticas


impuestas por el FMI, y debido a que estas políticas solían ser recesionarias, la
única alternativa era no negociar sino limitar el pago de estas deudas. Lo que se
ahorraba en el pago de la deuda se aprovecharía para financiar importaciones
(pág. 59).

La segunda convicción (2): Mientras que el FMI pensaba que la inflación en el


Perú se debía a un exceso de demanda estimulado por un Estado que gastaba
por encima de sus posibilidades, Alan García y su equipo de economistas
consideraban que había suficiente potencial dentro de la economía peruana para
aumentar la oferta de forma significativa. En otras palabras: El FMI pensaba que el
Estado intentaba cubrir el déficit fiscal emitiendo dinero más allá de la oferta y así
generaba inflación.

¿Cómo se origina la inflación? Un ejemplo

Recurramos a un ejemplo simple para entender mejor el problema de la inflación:


Rosa tiene 100 naranjas y Javier 100 manzanas. A Rosa le provoca comer una
manzana mientras que Javier prefiere comer una naranja. Para ambos, lo más
simple sería recurrir al trueque e intercambiar una manzana por una naranja.

Pero también pueden inventar una moneda, por ejemplo, en forma de una piedra.
Para fijar un número, supongamos que tanto Rosa como Javier reciben 100
piedras cada uno. Rosa le vende una naranja a Javier a cambio de una piedra.
Luego, Rosa le compra una manzana a Javier a cambio, también, de una piedra.
La piedra tiene, pues, el mismo valor que una naranja o una manzana. El precio
de una naranja es de una piedra. El precio de la manzana también.

Supongamos, ahora, que Rosa decide organizar una fiesta para muchos amigos y
hacer una gran torta de manzana. Para ello necesita diez manzanas. Pero como
prefiere no gastar las 100 piedritas que le quedan, sale al bosque y recolecta diez
piedritas adicionales. Acto seguido, compra las diez manzanas a cambio de diez
piedritas. Entre Rosa y Javier siguen habiendo 100 naranjas y 100 manzanas
(consideremos que tanto Rosa como Javier aún no se comieron sus frutas). Pero
ahora, el dinero que circula entre los dos ya no son 200 piedritas, sino 210.
Dado que el dinero sólo tiene valor si hay algo que comprar y que, en nuestro
ejemplo, lo único que se puede comprar son 100 naranjas y 100 manzanas
(teniendo todas el mismo valor), el precio de cada manzana y de cada naranja
sube, de una piedrita, a una piedrita y cinco céntimos (1,05 x 200 = 210).

Por esa misma razón, el Estado que aumenta la circulación de dinero sin que haya
un aumento de oferta origina que los precios suban y que, por ello, el valor del
dinero baje.

Reactivando la economía

Volvamos a 1985: Alan García creía que la inflación no se debía a una falta de
oferta, sino más bien a que el Estado se había visto obligado a subir el precio de
bienes y servicios básicos (en especial el de la gasolina) para pagar la deuda:

La existencia de un gran exceso de capacidad instalada en la industria peruana


era en sí indicativo de que la demanda no era el problema. El Perú había sufrido
en 1983 la peor recesión que se recordara, pero la inflación, en vez de caer, se
había acelerado (pág. 59).

A través de la reactivación de la economía nacional se esperaba salir de círculo


vicioso heredado por Belaúnde y entrar a un círculo virtuoso: A más crecimiento
económico, más recaudaciones tributarias. A más recaudaciones tributarias, más
posibilidades de cubrir el déficit fiscal.

El Perú no estaba solo con este experimento heterodoxo. Casi al mismo tiempo,
Argentina había implementado el Plan Austral, parecido en mucho aspectos al
modelo peruano. Pero Argentina, a diferencia de Perú y Brasil con su Plan
Cruzado de 1986, sí consultó previamente al FMI.

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