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La Inflacion en La Decada 80
La Inflacion en La Decada 80
Concepto de Inflacion.
Causas y consecuencias.
La inflación es un fenómeno monetario que se genera por un incremento de la
emisión de dinero por parte del Banco Central en la economía, y este incremento no
corresponde proporcionalmente con el crecimiento de la producción.
La principal consecuencia es la perdida del “valor real” del dinero, con lo que los
que menos tienen, se ven mas perjudicados pues su dinero pierde valor, y por ende
les alcanza para acceder a una menor cuantía de productos y/o servicios.
Características.
En el primer caso, una política económica populista a ultranza llevo a una quiebra
económica mucho mas severa que en la primera hiperinflación. No existió un agresor
externo. Basto la política económica de Alan García para llevarnos al desastre
económico mas grande de nuestra historia. Durante este periodo, la caída de la
producción fue de 8%, el Producto Bruto Interno (PBI) per capita llego a 720 dólares,
cifra inferior a la de 1960. las empresas estatales perdieron 1,653 millones de
dólares y la población peruana se empobreció a niveles sin precedentes. El índice de
pobreza critica se incremento en 41%, afectando a 13 millones de peruanos.
En el sector externo, el volumen de las exportaciones se estanco y las reservas
internacionales (RI) llegaron a menos (-) 300 millones de dólares. La emisión se
incremento en un millón por ciento, la devaluación en 1.6 millones por ciento y la
inflación acumulada fue del orden del 2.2 millones por ciento.
INFLACION
Año 1980 1981 1982 1983 1984
Tasa % 60.8 72.7 72.9 125.1 111.5
A pocos días de la segunda vuelta, las críticas hacia el candidato Alan García se
centran, sobre todo, en el manejo económico de su gobierno anterior. Tomando
como base una investigación del periodista británico John Crabtree, ofrecemos
aquí un repaso de la gestión económica de Alan García.
28 de julio de 1985: Alan García asume la presidencia del Perú con apenas 36
años de edad. Ha ganado en primer vuelta, obteniendo el 53 % de votos válidos
(presione acá para ver los detalles). Pero no solo eso. Su partido, el APRA, tiene
mayoría absoluta tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados (presione
acá para detalles).
La herencia de Belaúnde
Por otro lado, García y el APRA tienen dos problemas serios por enfrentar: La
agrupación terrorista Sendero Luminoso había ido ganando terreno desde su
primera incursión, en 1980.
Las medidas del FMI, llamadas ortodoxas, ocasionaron una fuerte recesión
(contracción de la demanda) que repercutió en el bolsillo de los ciudadanos. Ya
hemos visto que el ingreso per cápita cayó significativamente: 14,8 % para ser
exactos. El aumento de tarifas públicas e impuestos empobreció aún más a los
ciudadanos. Esto constituyó un círculo vicioso que terminó empobreciendo
también al Estado: El ciudadano que es pobre consume menos y cuanto menos
consume, menos impuestos paga. En 1984, el gobierno de Belaúnde entró en
mora con el pago de la deuda externa (pág. 53).
El 28 de julio de 1985, Alan García tuvo dos opciones: Continuar con el programa
ortodoxo del FMI o probar una receta distinta, heterodoxa. En vista de la debacle
de los úlitmos años, se esperaba un cambio de curso. Pero éste terminó siendo
tan radical como aquel propuesto por la izquierda. En efecto, los lineamientos
principales de García correspondían a los planteamientos económicos de
Izquierda Unida (pág. 61).
Pero, además de introducir una nueva moneda (el inti reemplazó al devaluado
sol), la principal medida económica consistió en la congelación de precios básicos,
sueldos y la tasa de cambio relativa al dólar. Por ejemplo, el precio de la gasolina
se elevó, de golpe, en 25 % para luego congelarlo a ese nivel. La idea era
anticipar la inflación venidera y, a largo plazo, darle al consumidor más poder
adquisitivo.
Evitando de esta manera el alza de precios, los consumidores tienen más dinero
para gastar en otras cosas y, por ende, contribuyen a la reactivación económica
en otros sectores. La estrategia sigue siendo aplicada hoy en día. Un ejemplo es
Argentina que, en su afán por bajar la inflación (que bordeó los 12 % en el 2005) y
reactivar la economía, ha pactado precios fijos con los suministradores de
productos básicos (la carne es el ejemplo más conocido).
Según escribe Crabtree, la posición heterodoxa de García se basaba en dos
convicciones relacionas entre sí: (1) Para poder pagar la deuda sería necesario
reactivar la economía. En esta línea, la reducción de importaciones sugerida por el
FMI sería contraproducente, pues la producción industrial peruana depende, en
gran medida, de máquinas y materias primas importadas. El pago de la deuda
externa también sería contraproducente, pues implica la exportación de capitales
necesarios para la reactivación económica:
Pero también pueden inventar una moneda, por ejemplo, en forma de una piedra.
Para fijar un número, supongamos que tanto Rosa como Javier reciben 100
piedras cada uno. Rosa le vende una naranja a Javier a cambio de una piedra.
Luego, Rosa le compra una manzana a Javier a cambio, también, de una piedra.
La piedra tiene, pues, el mismo valor que una naranja o una manzana. El precio
de una naranja es de una piedra. El precio de la manzana también.
Supongamos, ahora, que Rosa decide organizar una fiesta para muchos amigos y
hacer una gran torta de manzana. Para ello necesita diez manzanas. Pero como
prefiere no gastar las 100 piedritas que le quedan, sale al bosque y recolecta diez
piedritas adicionales. Acto seguido, compra las diez manzanas a cambio de diez
piedritas. Entre Rosa y Javier siguen habiendo 100 naranjas y 100 manzanas
(consideremos que tanto Rosa como Javier aún no se comieron sus frutas). Pero
ahora, el dinero que circula entre los dos ya no son 200 piedritas, sino 210.
Dado que el dinero sólo tiene valor si hay algo que comprar y que, en nuestro
ejemplo, lo único que se puede comprar son 100 naranjas y 100 manzanas
(teniendo todas el mismo valor), el precio de cada manzana y de cada naranja
sube, de una piedrita, a una piedrita y cinco céntimos (1,05 x 200 = 210).
Por esa misma razón, el Estado que aumenta la circulación de dinero sin que haya
un aumento de oferta origina que los precios suban y que, por ello, el valor del
dinero baje.
Reactivando la economía
Volvamos a 1985: Alan García creía que la inflación no se debía a una falta de
oferta, sino más bien a que el Estado se había visto obligado a subir el precio de
bienes y servicios básicos (en especial el de la gasolina) para pagar la deuda:
El Perú no estaba solo con este experimento heterodoxo. Casi al mismo tiempo,
Argentina había implementado el Plan Austral, parecido en mucho aspectos al
modelo peruano. Pero Argentina, a diferencia de Perú y Brasil con su Plan
Cruzado de 1986, sí consultó previamente al FMI.