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PUEBLOS ORIGINARIOS Y TURISMO EN LA PROVINCIA

DEL CHACO: CONSTRUCCIÓN DE “LO INDÍGENA” Y


MERCANTILIZACIÓN DE LA CULTURA

Silvia GÓMEZ1

Resumen
Los pueblos originarios de la provincia del Chaco, históricamente so-
metidos a políticas socioeconómicas excluyentes en el marco de rela-
ciones interétnicas desiguales y discriminatorias, son requeridos o refe-
renciados por las variantes de turismo aventura, turismo ecológico y
turismo cultural promovidas por el Estado provincial. En este artículo
describiremos la visibilización de los pueblos originarios en la imagen
de destino promovida en el marketing turístico oficial y exploraremos
algunos elementos del proceso de mercantilización de su cultura en el
marco de las actividades turísticas.
Palabras clave: Pueblos originarios; turismo; relaciones interétnicas;
mercantilización de la cultura; Chaco.

Abstract
Original people in the province of Chaco, which have historically been
subjected to exclusionary socio-economic policies in the context of
unequal and discriminatory interethnic relationships, are required or
referenced by the variants of adventure tourism, eco-tourism and cul-
tural tourism promoted by the provincial government. In this article we
will describe the visibility of original people in the destination image
promoted in the official tourism marketing and explore some elements
of the commoditization of culture in the context of tourism.
Key words: Original people; tourism; interethnic relationships; cultural
commoditization; Chaco.

1 Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

Gómez, S. (2013), “Pueblos originarios y turismo en la provincia del Chaco: construc-


ción de “lo indígena” y mercantilización de la cultura”, Cuadernos de Antropología, No. 9:
105-125. Enero-Junio. ISSN: 0328-9478 (impreso). ISSN: 2314-2383 (digital).

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Pueblos originarios y turismo en la provincia del Chaco… S. GÓMEZ

Introducción

Este artículo se desprende de un trabajo colectivo de investigación


que abordó la problemática de las relaciones interétnicas en el marco de
las actividades turísticas en las provincias de Chaco y Formosa entre los
años 2006-2007. El objetivo general de dicha investigación consistió en
la descripción y comparación de algunos de los procesos socio-
económicos y culturales que se estaban produciendo con relación a la
implementación de las actividades turísticas poniendo atención tanto en
el papel que jugaba el Estado mediante la ejecución de políticas de tu-
rismo así como también, en las respuestas y estrategias que desarrolla-
ban algunas de las comunidades indígenas de la provincia.
Las propuestas turísticas oficiales en la provincia del Chaco entre los
años 2006-2007 giraban en torno de las variantes del ecoturismo, del
turismo aventura y del turismo cultural. Su crecimiento como un área
importante del Estado provincial era evidente, estimulado en gran me-
dida por el aumento del turismo interno y externo producido a partir
del fin de la convertibilidad en el año 2001. La elección por parte del
Estado de promover un turismo de tipo “blando” se fundamentaba en
las supuestas ventajas para el desarrollo socio-económico que traería
aparejadas. En la actualidad es posible constatar que dicha fundamenta-
ción se continúa sosteniendo. Efectivamente, bajo el programa “Chaco
Explora 2015” (Ley Provincial Nº 6638, 2010) y bajo el eslogan “Chaco.
El secreto de Argentina” se continúa promoviendo el ecoturismo, turismo
aventura y el turismo cultural.
En la provincia del Chaco habita una cantidad significativa de po-
blación indígena integrada por las etnías qom, wichí y mocoví. Esta
población ha sido históricamente excluida socio-política y culturalmente.
De esta manera, paradójicamente, los pueblos originarios de la provin-
cia del Chaco, que han sido sometidos a políticas socioeconómicas
excluyentes en el marco de relaciones interétnicas desiguales, son reque-
ridos o referenciados por estas variantes del turismo.
Cuando hablamos de relaciones interétnicas adherimos al enfoque
de los diversos autores que destacan la necesidad del abordaje histórico
de las interacciones socio-étnicas en la construcción de las etnicidades
dentro del proceso más inclusivo de la constitución del Estado–Nación
(Bechis, 1992; Trinchero, 2000; Bari, 2002), considerando también la
situación de los grupos étnicos en las relaciones sociales de producción

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y reproducción sociocultural (Trinchero, 2000). Este enfoque nos per-


mite realizar un análisis más complejo de los vínculos existentes entre
turismo y pueblos indígenas en la provincia del Chaco ya que podemos
concebir a las actividades turísticas dentro de un contexto en el cual se
desarrollan las relaciones interétnicas, en las que intervienen el Estado,
las comunidades indígenas y otros actores sociales. Es decir, en un con-
texto social más amplio, que contempla tanto los procesos históricos de
la construcción del Estado como los conflictos y contradicciones que se
producen actualmente entre y al interior de los grupos étnicos.
En este sentido sostenemos que las diferentes propuestas turísticas
oficiales en la provincia del Chaco se desenvuelven replanteando y re-
produciendo las históricas relaciones interétnicas desarrolladas en la
región que ubicaron a las poblaciones indígenas en una situación de
desigualdad social y de explotación económica. Más específicamente
sostenemos que el turismo, como una forma de industria capitalista, en
la que intervienen diversos actores siendo uno de los principales el
Estado en sus distintos niveles a través de la planificación e implemen-
tación de políticas para el área, estimula la construcción de particulares
formas de concepción y visibilización de “lo indígena” tanto en las
promociones y actividades turísticas como en las activaciones patrimo-
niales para el turismo.
En el presente trabajo nos centraremos en la exploración de dos
procesos que intervienen en la elaboración de una particular visibiliza-
ción de los pueblos indígenas en el turismo: la construcción de la ima-
gen de destino turístico propuesto por el marketing oficial y la mercan-
tilización de algunos elementos de la cultura de los pueblos originarios.
Para ello, realizaremos un contrapunto entre las propuestas turísticas
estatales de los años 2006-2007 con las del actual programa de turismo
provincial “Chaco. El secreto de Argentina” basándonos en la folletería y en
las páginas oficiales de turismo así como en los registros del trabajo de
campo realizado en la provincia.

Antropología y turismo

Los aportes de la antropología al estudio del turismo se han centra-


do principalmente en el análisis de las “comunidades anfitrionas” o
“receptoras” en torno a los cambios socioculturales que ocurren en los
asentamientos elegidos como destinos turísticos (Santana, 1997). Nos

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interesan los trabajos antropológicos sobre el turismo que se han abo-


cado a la cuestión étnica, entre los que es posible hallar una abundante
cantidad de estudios de caso, en particular, relativos a los impactos
culturales del turismo en los pequeños grupos étnicos (Santana, 1997;
Otamendi, 2006). En nuestro país diversos investigadores han realizado
importantes aportes sobre esta cuestión abordándola desde la concep-
tualización antes descripta de las relaciones interétnicas. En términos
generales, para nuestro análisis adoptamos el enfoque utilizado para el
estudio de algunas comunidades mapuche en la Patagonia argentina, en
el que se establecen vínculos entre los procesos y las características que
adquiere el desarrollo de la explotación turística y las particularidades
históricas y actuales de las relaciones interétnicas en la región que les
ocupa analizar (Balazote, 2003; Impemba y Maragliano, 2005; Valverde,
2006; García y Valverde, 2006). Asimismo, retomamos el enfoque plan-
teado por los antropólogos García y Valverde (2006) y Valverde (2006)
para el estudio del turismo en relación con las comunidades mapuche
en la provincia de Neuquén en el que, aplicando conceptos bourdiea-
nos, observan a la actividad turística como un “campo” de fuerzas y de
luchas entre diferentes actores.
En primer lugar, dicho enfoque sobre el turismo resulta pertinente
ya que permite comprender la influencia no sólo económica sino tam-
bién simbólica del Estado en el “campo turístico” (Valverde, 2006)
dado que “(...) cumple un rol fundamental en la producción y articulación de los
instrumentos de representación de la realidad social en tanto impone en las prácticas
categorías de percepción, ya que al realizarse como institución concentra las diferentes
especies de capital y ejerce su dominio sobre los campos correspondientes” (García y
Valverde, 2006: 3). Esta influencia del Estado en el “campo turístico” –
que remite al proceso de concentración de las diferentes especies de
capital, entre ellas, al capital simbólico (Bourdieu, 1996) – se realiza en
la puesta en práctica de una política provincial para el turismo y las
categorías de percepción en las que se fundamenta se hacen visibles y se
efectivizan en las estrategias del marketing turístico1. En este sentido,
uno de los puntos de nuestro análisis sobre las relaciones interétnicas
en el contexto del turismo es la propuesta estatal tanto desde un enfo-
que general de la política de turismo provincial, dentro del cual se inser-
tan los elementos de las estrategias del marketing (folletos, páginas en
Internet, revistas, libros), como desde los discursos sostenidos en la

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práctica por los diversos actores (funcionarios, guías de turismo, turis-


tas).
En segundo lugar, como también describen los antropólogos García
y Valverde (2006), el empleo del concepto de “campo turístico” nos
permite reconocer los diversos intereses de los agentes involucrados así
como las distintas estrategias que éstos utilizan para mantener o modifi-
car la estructura de distribución del capital en juego. Además, posibilita
entender el carácter dinámico e histórico de las relaciones de fuerza así
como las conexiones que pueden establecerse entre el “campo turísti-
co” con otros campos como el político (Valverde, 2006).
El proceso de mercantilización de la cultura o de “mercantilización
cultural” (Greenwood, 1992) de los pueblos originarios en el contexto
del turismo, ha sido analizado por diversos autores como “(...) el uso de
los rasgos y artefactos culturales para el temporal consumo turístico” (Santana,
2002: 13-14). Específicamente la construcción y los usos de la cultura
indígena como producto comercializable en el contexto de la actividad
turística ha sido estudiada en nuestro país para el caso de los mapuche
(García y Valverde, 2006) Asimismo, la antropología ha señalado que el
proceso de mercantilización de la cultura está asociado a los procesos
de patrimonialización. Enfatizando los impactos de la industria turística
en los procesos de patrimonialización, diversos autores han sostenido
que el turismo puede ser una vía para la conservación y protección de
recursos patrimoniales. Desde posturas más críticas se ha reflexionado
sobre los impactos que implica el uso turístico del patrimonio, donde el
ente patrimonial es adaptado, escenificado y espectacularizado según
los requerimientos comerciales del mercado (Prats, 1997; Santana,
1997).

Pueblos originarios y políticas de turismo en la provincia del


Chaco

La región del Chaco hacia fines del siglo XIX, junto con las de La
Pampa y la Patagonia, formó parte de un proceso de militarización
orientado por los intereses de una facción de la burguesía argentina que
requería del dominio sobre ciertos territorios (Iñigo Carrera, 1984). Las
campañas militares al Chaco, “(...) forman parte del proceso de creación de
condiciones para el dominio del capital industrial y del proceso de delimitación de la
burguesía argentina” (Iñigo Carrera, 1984: 10). La denominada “conquista

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del desierto” no sólo negó la presencia de los pueblos indígenas en la


región sino que también justificó su realización mediante la militariza-
ción y la ejecución de lo que actualmente se caracteriza como “genocidio
republicano” ya que detrás de los discursos civilizatorios de la campaña se
ocultaba que “(...) poblar significaba, contradictoriamente, matar” (Bartolomé,
2003: 3). En el contexto de conformación del Estado-Nación las pobla-
ciones indígenas de la región del Chaco fueron controladas militarmen-
te y disciplinadas a los fines de conformar una mano de obra barata
(Trinchero, 2000). La conquista despojó a los grupos indígenas de la
posibilidad de mantener su modo de subsistencia mediante la caza-
recolección y los obligó a “(...) vender su fuerza de trabajo para poder obtener
sus medios de vida por el salario” (Bartolomé., 2003: 13). En consonancia
con esta historización, Miguel Bartolomé reconoce que hacia fines del
siglo XIX, “(...) consumada la conquista de ambos “desiertos” y arrinconados sus
habitantes en reducciones fronterizas o transformados en obreros rurales, la empresa
‘civilizatoria’ argentina dio un paso más hacia adelante; después de despoblar
era necesario poblar” (Bartolomé, 2003: 5). Este cambio sustancial se basó
en que luego de la “conquista” se fundaron colonias con inmigrantes
europeos y la mayoría de las tierras se destinaron a la ganadería, el obra-
je y la producción de azúcar.
En la actualidad, habitan en la provincia del Chaco miembros de las
etnías qom, wichí y mocoví. Según los resultados del censo nacional del
año 2001 (INDEC, 2001) la provincia del Chaco, junto con otras pro-
vincias del noreste argentino, poseía el mayor porcentaje de población
con las necesidades básicas insatisfechas (NBI) del país. Asimismo, los
pueblos originarios eran los que se encontraban ocupando los sectores
más castigados de la población ya que Chaco tenía uno de los porcenta-
jes más altos del país de hogares con integrantes indígenas con NBI.
Aunque los resultados sobre NBI del censo nacional 2010 no están
publicados, algunos datos como el nivel de alfabetismo, el combustible
utilizado para cocinar y el hacinamiento, indicarían que la situación
socio-económica de los pueblos originarios chaqueños no ha variado de
manera significativa (INDEC, 2010).
En nuestra investigación consideramos que el turismo es una forma
de industria capitalista y que su actual expansión, a nivel mundial y
nacional, responde a los intereses de diversos actores siendo el Estado
uno de los principales. A partir de la década de 1980 comienzan a con-
solidarse variantes alternativas del turismo como el turismo rural, el

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ecoturismo, el turismo aventura y el turismo cultural. Es posible reco-


nocer que determinadas variantes del turismo han sido propuestas a los
países del tercer mundo como una alternativa de desarrollo que provee
beneficios ambientales, socioeconómicos y culturales tanto a escala
local como nacional (Daltabuit Godás, 1999). En este contexto, el eco-
turismo y el turismo cultural emergen como factores de desarrollo so-
cio-económico a los que se les agrega la característica, extensamente
criticada (Pleumaron 1999a; 1999b), de tener un menor efecto negativo
en el medio ambiente natural y en la cultura local que el turismo masi-
vo. En nuestro país, el Estado intervino mediante la planificación e
implementación de políticas orientadas hacia dicha actividad con tales
variantes del denominado turismo “blando” “(…) atendiendo en este reco-
rrido a los principios de sustentabilidad y competitividad” (PFETS, 2005: 14).
Según la clasificación de la Secretaría de Turismo de la Nación, la pro-
vincia del Chaco se encuentra en la región “Litoral” junto a las provin-
cias de Formosa, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe.
La descripción de la situación social y económica de la provincia nos
permite contextualizar el reconocimiento del turismo como una activi-
dad económica con cierta relevancia por parte del Estado. Es posible
constatar que la actividad turística es declarada de interés en la provin-
cia del Chaco en el año 1993 (Ley Provincial Nº 3915, 1993). Sin em-
bargo, el impulso de la actividad en la provincia puede relacionarse con
el fin de la convertibilidad y el avance del denominado turismo interno
hacia principios del año 2002. Durante ese año se define, en el ámbito
de la planificación política oficial, la elección de las variantes turísticas
que actualmente se desarrollan en la provincia. Los fundamentos de
esta política, desde el discurso oficial, coinciden con la vigente concep-
tualización de turismo como “factor de desarrollo”, en tanto generador
de empleo, así como de “la cultura” como elemento clave de la activi-
dad turística. Actualmente, las actividades están reguladas por el Institu-
to de Turismo que funciona como un ente autárquico dentro de la es-
tructura estatal provincial y se creó un programa específico para el área:
“Chaco Explora 2015: Plan Estratégico de Turismo Sustentable del
Chaco”.
En términos generales, la oferta turística de la provincia del Chaco,
desde hace aproximadamente una década, se desarrolla en torno de las
variantes de turismo cultural, ecoturismo (en el que también se encua-
dra el turismo rural) y turismo aventura. El eslogan publicitario del año

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2006 era: “Chaco. Todas las emociones”; actualmente es, “Chaco. El secreto de
Argentina”. A grandes rasgos, el nuevo programa establece tres polos
turísticos: el “Litoral Chaqueño”, “Centro Chaqueño” y “El Impene-
trable Chaqueño”. Asimismo, en el sitio oficial de turismo del gobierno
de la provincia, pueden distinguirse las diferentes modalidades turísticas
bajo cuatro categorías: “Natural” (en la cual aparecen las variantes de
“Ecoturismo”, “Avistaje de aves”, “Parques y reservas”, “Turismo
rural” y “Turismo científico”); “Activo” (que engloba al “Turismo
aventura”, “Golf”, “Turismo bienestar”, “Pesca deportiva”, “Turismo
Urbano”, “Sol y Playa”); “Reuniones” (con las actividades de “Turismo
de reuniones” y “Entretenimientos”) y finalmente, “Auténtico” (en la
que figuran las propuestas de “Fiestas populares”, “Carnavales”, “Gas-
tronomía”, “Artesanías”, “Turismo comunitario” y “Bienal de escultu-
ras”). La existencia de esta última categoría es significativa para nuestra
exploración ya que en ella, desde la perspectiva de la estrategia de mar-
keting, se resalta la presencia de las comunidades indígenas en la pro-
vincia. Veamos con cuáles características.

Imagen de destino y construcción de “lo indígena”: ¿nuevos rótu-


los, viejas relaciones?

La forma en que son presentadas las comunidades indígenas en los


contextos turísticos, es decir, la “escenificación” de “lo indígena’ varía
según múltiples factores que incluyen las características del lugar, la
configuración que adquieren en cada caso las poblaciones indígenas, los
sectores sociales con que se relacionan, las políticas de Estado, etc., los
cuales se asocian con las relaciones interétnicas establecidas durante el
proceso de formación del Estado – Nación (Valverde, 2006: 15).
En el marco teórico consideramos que el Estado juega un papel im-
portante en la configuración de las distintas categorías de percepción y
de representación de las comunidades indígenas en el “campo turístico”
mediante la implementación de las estrategias de marketing así como
por la acción de los distintos agentes que participan en estas activida-
des. En adelante nos interesa realizar un análisis de estos elementos con
los que se arma la oferta turística así como de la visión que se construye
acerca de las distintas etnías que habitan en la provincia.
La antropología ha abordado diversas problemáticas del turismo en-
tre ellas, los procesos vinculados a la “construcción de la imagen de

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destino” (Santana, 1994; Rodríguez Regueira y Sentís Maté, 2001). El


carácter de construido que adquiere el destino se vincula a que, en el
contexto del turismo, diversos elementos de la cultura receptora son
recreados y puestos en función de una supuesta mirada del turista que
buscaría reconocer los estilos de vida “tradicionales” y lo “auténtico” de
la población que visita (Santana, 2002).
Para caracterizar la construcción actual del destino turístico de la
provincia nos apoyamos en un conjunto de documentos constituidos
por la folletería de promoción turística, por los sitios de Internet oficia-
les y en las entrevistas a algunos funcionarios provinciales ligados al
turismo.
Desde una mirada comparativa, observamos que la actual política de
turismo provincial sostiene las mismas propuestas turísticas bajo nuevas
denominaciones. De modo que la distribución espacial de las activida-
des turísticas del proyecto vigente termina por oficializar la incipiente
organización sostenida por la política anterior. Esto es, la división entre
la zona de “El Impenetrable” como epicentro del turismo aventura y
del ecoturismo, por un lado, y la zona del actualmente denominado
“Litoral chaqueño” – compuesta fundamentalmente por la ciudad capi-
tal de Resistencia – por el otro, la cual concentra las actividades de tu-
rismo cultural y el novedoso “turismo de reuniones” que busca perfilar
a la provincia como un centro de eventos nacionales e internacionales.
En la página oficial del Instituto de Turismo, “El Impenetrable” es
presentado como “(…) marcado por la naturaleza en estado puro se propone
como un espacio natural de referencia ecoturística internacional, con servicios turísti-
cos de calidad, caracterizándose como un océano verde y misterioso donde la natura-
leza se encuentra con las culturas originarias”. Podemos fácilmente reconocer
que esta caracterización de la zona no dista demasiado de la sostenida
en la página oficial en el año 2006: “Chaco presenta una exuberante vegetación
poco alterada, salpicada de esteros, lagunas, y caudalosos ríos, Nuestros parques,
reservas y El Impenetrable chaqueño, te esperan para disfrutar de la naturaleza
virgen de nuestro suelo”.
La actual propuesta de actividades turísticas en la provincia del Cha-
co recupera la necesidad de generar una oferta con aquellos elementos
que son considerados significativos para la “mirada del turista”. En este
sentido, no sólo ocupa un lugar relevante la “naturaleza” en la cons-
trucción de una propuesta turística particular para la provincia sino
también, las comunidades indígenas. Así lo afirmaba un funcionario del

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área: “(...) es otra cosa que tenemos que aprender... que uno de nuestros atractivos es
el aborigen. Gente que viene de afuera y pregunta en silencio ¿A dónde están?
¿Cómo son? ¿Qué comen? ¿Qué hacen? Ese es nuestro atractivo (…) Porque cuan-
do vienen, viene acá la gente, los turistas, te dicen: ¿Hay indios? Quieren verlos”.
Según Santana, en las variantes de turismo aventura y ecoturismo, la
idea de “naturaleza” y de medio ambiente se basa en el concepto de
paisaje reproducible, es decir, un conjunto de productos consumibles ya
sea por su espectacularidad, exotismo diferencial o por el mero presti-
gio de mostrar que “se estuvo allí” (Santana, 2002). Es precisamente
esta idea de la naturaleza y su “exotismo diferencial” el que prima en las
publicidades de ecoturismo y turismo aventura de la provincia del Cha-
co. La página oficial del gobierno chaqueño muestra un vídeo con fra-
ses tales como: “Una experiencia inigualable” o “Transita sus senderos y disfru-
ta de diversas sensaciones que te llevarán a apreciar el Chaco más “vivo” que pueda
experimentarse”, ilustrados con imágenes de animales, camionetas cuarto
por cuatro y vegetación exuberante. Las actividades propuestas se
orientan al consumo de la naturaleza mediante la realización de activi-
dades que van desde su observación (avistaje de aves, los safaris fo-
tográficos, excursiones, senderismo, etc.) hasta la pesca y la caza “depor-
tivas” en un contexto protección del medioambiente. En este sentido,
coincidimos con lo afirmado por el antropólogo Alejandro Balazote
para el análisis del turismo en San Martín de los Andes: “La naturaleza es
pues apropiada y modificada en función de la producción y circulación de mercancías
e incorporada a la lógica del mercado. Pero esta incorporación es oscurecida bajo
formas que exaltan su preservación y por un discurso conservacionista” (Balazote,
2003: 6).
De manera particular, actualmente, la planificación turística provin-
cial oficial ya no presenta la propuesta de turismo étnico sino una de-
nominada “Turismo comunitario” dentro de la mencionada categoría
“Chaco Auténtico”. En el sitio oficial mencionado se lo describe breve-
mente:

Descubre el lugar que eligió la geografía para mostrarte sus


PUEBLOS ORIGINARIOS. Tradiciones, lenguas, mi-
tos, artesanías, gastronomía, música y creencia, convergen en
la experiencia a vivir junto a los pueblos originarios: mocoví,
toba y wichí. Estas etnias conforman un acervo de vital rele-
vancia en cuanto al patrimonio intangible del Chaco. Misión

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Nueva Pompeya y El Sauzalito te esperan todo el año en el


corazón del Impenetrable para vivenciar estas experiencias
únicas (http://www.chaco.travel, 2013).

Esta presentación es acompañada por imágenes del coro toba “Che-


laalapí”, de artesanos y de supuestos turistas guiados en un paisaje bos-
coso por una persona que pertenecería a alguna comunidad indígena.
Sin embargo, la página carece de alguna información referida a la parti-
cipación de los pueblos originarios en estas actividades.
A partir de estos discursos podemos observar que las comunidades
indígenas continúan apareciendo visibilizadas preferentemente en el
contexto de las actividades de ecoturismo y de turismo aventura en “El
Impenetrable”.
Esta visibilización tiene como consecuencia efectos particulares en
las representaciones sobre “lo indígena”. En primer lugar, oculta un
proceso relevante: el de la migración interna de los pueblos indígenas a
los centros urbanos. Cuando consideramos los datos censales confir-
mamos que un porcentaje alto de la población indígena qom y mocoví
habita en zonas urbanas. Según la Encuesta Complementaria de Pue-
blos Indígenas (ECPI) 2004-2005, en la región muestral constituida por
las provincias de Chaco, Formosa y Santa Fe, la población de origen
toba asentada en ámbitos urbanos era del 57% del total de población
de dicha etnía en la mencionada región; mientras que la población ur-
bana de origen mocoví ascendía al 69.3% del total en dicha muestra
(INDEC, 2004-2005).
En segundo lugar, esta actividad turística promueve una particular
conceptualización caracterizada por una visión esencializada de las co-
munidades indígenas construida a través de los diversos discursos del
marketing turístico. Cuando las comunidades son ubicadas en el con-
texto de una naturaleza caracterizada como “virgen”, “en estado puro” y se
le propone al turista “descubrir el lugar que eligió la geografía para mostrarte a
sus pueblos originarios”, el efecto de sentido es la identificación de los
indígenas con este entorno, es decir, de las comunidades como un ele-
mento pasivo del paisaje (que, por cierto, “los ha elegido”).
Además, esta visibilización de los indígenas se sostiene en otra pecu-
liaridad de las propuestas del ecoturismo y del turismo aventura desde
el marketing: la posibilidad de “vivenciar” a las comunidades de la misma
forma en que se observa y experimenta a la naturaleza. Al respecto, el

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antropólogo Santana afirma que los destinos turísticos son “(...) adapta-
dos para un uso repetitivo, rápido, ameno y sencillo, preparados para la mirada, no
para la lectura (...) el consumidor debe satisfacer su necesidad “cultural” de conocer
lo distante” (2002: 1).
En consonancia con esta “escenificación” de las comunidades indí-
genas, pasibles de ser “experimentadas” y “descubiertas” como parte de
la naturaleza exótica, se refuerza un sentido de ahistoricidad de los pue-
blos originarios. Se propone conocer su “acervo” o acercarse a “Las co-
munidades Tobas, Wichís y Mocovíes, etnías que habitaron y habitan el territorio
chaqueño lo asombrarán con la Magia de una cultura milenaria” (Folleto turísti-
co, 2006). Toda esta información contrasta con la total ausencia de
datos acerca de la composición étnica y su distribución en la provincia,
pero sobre todo, de los actuales problemas sociales y económicos de las
comunidades indígenas que son visitadas, lo que conlleva a la construc-
ción de una mirada estática de su cultura. Así, despojada de todos los
datos que permiten reconocer la situación de marginalidad social y
económica de las poblaciones indígenas, consideramos que esta pro-
puesta turística contribuye a ocultar, como expresan los antropólogos
García y Valverde para referirse particularmente a la conceptualización
de los mapuche en el marketing turístico de Neuquén (2006: 15), una de
las actuales contradicciones de las relaciones interétnicas en la provincia
del Chaco: el conflicto de clase.
Por otra parte, los pueblos originarios son particularmente visibili-
zados en el marketing turístico oficial mediante la producción artesanal.
En el sitio oficial de turismo, las “Artesanías” también aparecen men-
cionadas como un elemento de la categoría de “Chaco Auténtico”. En
este ítem se le propone al turista: “Descubre el lugar en donde las texturas de
la naturaleza se unen a las manos artesanas”. Como desarrollaremos más
detalladamente en el siguiente apartado, consideramos que esta signifi-
cación de “lo indígena” asociado con su producción artesanal en las
propuestas turísticas se vincula con el proceso de mercantilización de la
cultura de los pueblos originarios. Aquí nos interesa explorar la relación
entre la construcción de “lo indígena” en la elaboración de la imagen de
destino y la producción artesanal a través de un caso que permite reco-
nocer los supuestos sobre los cuales se construye una determinada sig-
nificación de “lo indígena”.
Este proceso adquiere características particulares en la ciudad de Re-
sistencia. Esta ciudad es presentada desde el marketing como el epicen-

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tro del turismo cultural. En la ciudad de Resistencia, además de la parti-


cipación de algunos artesanos indígenas en determinadas ferias “oficia-
les” (Plaza “25 de mayo de 1810” y “Paseo de artistas y artesanos”)
existe una importante cantidad de artesanos nucleados en la cooperativa
“Albaloopí” ubicada en el “Barrio Toba” así como una significativa
cantidad de artesanos “particulares” que asentaron sus puestos a los
costados de la ruta de ingreso a la ciudad. Sin embargo, dicha coopera-
tiva, instituida desde hace más de cuarenta años, es escasamente difun-
dida en el marketing turístico oficial. Este hecho, entraría en contradic-
ción, al menos a nivel discursivo, con la importancia que la política de
turismo le asigna a la producción artesanal indígena. Consideramos que
en esta situación influye, además de otros factores estructurales, la ca-
racterización ahistórica de “lo indígena” construida en la imagen de
destino turístico establecida por el marketing.
El “Barrio Toba” es uno de los grandes espacios urbanos periféricos
de la ciudad de Resistencia en el que vive, en condiciones precarias y de
hacinamiento, una importante cantidad de miembros de la etnía qom.
Sus inicios se encuentran en década de los años 1950, con las migracio-
nes rural-urbanas de las etnías qom y wichí. En nuestro trabajo de cam-
po pudimos reconstruir una particular caracterización del “Barrio To-
ba” a partir de las intervenciones de algunos funcionarios del área de
turismo: “(...) es peligroso, si van no lleven nada encima”. “Es mejor que vayan de
mañana (...) es peligroso”. “Lo peor que vos como promotor le podés decir [a un
turista] es: ´Andate al barrio toba´!” Sin dudas, esta conceptualización del
“Barrio Toba” forma parte de un proceso de “estigmatización étnica”
(Trinchero, 2000) que lo vincula, en este caso, con “lo delictivo” y se
sustenta en el total desconocimiento de los procesos históricos por los
cuales se encuentran en tal situación socio-económica de exclusión. En
consonancia con anteriores dichos, pudimos observar que esta estigma-
tización de los toba de Resistencia no sólo se construye desde “la peli-
grosidad” sino también desde la ausencia de supuestos y esperados
modos de vida asignados como propios de los indígenas. En este senti-
do una funcionaria de turismo de la provincia, señaló: “(...) pero en el
barrio toba están más naturalizados, más integrados a la sociedad”. Considera-
mos que esta construcción esencialista de los indígenas conduce a la
estigmatización de las poblaciones toba urbanas y, en el marco específi-
co del turismo, ello se traduce en su total invisibilización en las pro-
puestas oficiales.

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Pueblos originarios y turismo en la provincia del Chaco… S. GÓMEZ

En términos generales podemos afirmar que las diversas formas en


que son visibilizados los indígenas en el contexto del turismo, ya sea:
como “artesanos” o identificados con la “naturaleza virgen” o estigmatiza-
dos como “peligrosos”, tienen por efecto el ocultamiento de las actuales
contradicciones de las relaciones interétnicas en la provincia del Chaco.
En ninguno de los documentos citados es posible hallar alguna infor-
mación acerca de las condiciones materiales de vida de las comunida-
des, de los artesanos y artesanas ni de los procesos por los cuales y en
los cuales llevan a cabo sus producciones artesanales. Dicha ausencia de
información invisibiliza la situación de desigualdad económica y de
exclusión social en los que viven los indígenas de la provincia.

Procesos mercantilización de la cultura de los pueblos origina-


rios chaqueños en el turismo

En consonancia con lo analizado consideramos que la presencia de


“lo indígena” en la propuesta turística oficial de la provincia además de
ser “escenificada”, en función de la construcción de una determinada
imagen de destino, es comercializada en tanto es presentada como un
producto vendible en el mercado.
En este sentido, exploramos el proceso vivido por el coro toba
“Chelaalapí” (Bandada de Zorzales)2. Creado en el año 1962 en la es-
cuela del “Barrio Toba” de Resistencia, lugar en el que habitan todos
sus integrantes, tiene publicados varios CD´s grabados con canciones
en el idioma qom y en castellano, ejecutadas con instrumentos tradicio-
nales y realiza giras en el país y el exterior.
La visión del coro como “producto cultural” inserto en una concep-
ción ligada a la “mercantilización” de la cultura indígena para el turismo
puede observarse en las siguientes afirmaciones realizadas por una fun-
cionaria del área: “Tengo preparado el coro. El coro cantando, porque el coro es
marketing cultural (...) El turista necesariamente tiene que llevar algo. Y si yo te
cuento cuál es mi collar del sol, cuál es el collar de la, el, el, por ejemplo, el collar del
poder ¿Cuál es el collar de la protección? Te voy contando todo eso a través de la
música. Todo marketing”.
Desde el punto de vista de la promoción turística, el coro toba con-
tendría una de las principales características que deben presentar los
“productos culturales” como lo es su “autenticidad” (Santana, 2003).
En consonancia con esta visión, una funcionaria del centro cultural,

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Cuadernos de Antropología | Núm. 9 | 2013

haciendo referencia al coro, afirmaba: “Porque este coro es la manifestación


musical más genuina que tenemos. Hace 44 años que el coro canta ininterrumpida-
mente y dentro de su grupo hay valores, valores antropológicos muy destacados”.
Como “producto cultural” las actividades del coro forman parte de
un proceso de “escenificación” de la cultura indígena para el turismo
cuyos elementos señala Santana: “la exageración en la escenificación de la
cultura, que trata de mostrar todos sus componentes pretendidamente étnicos en un
lapso temporalmente corto (...) y a la adaptación fácil y constante tanto a los distin-
tos grupos de turistas como a las evoluciones del mercado -gustos específicos sobre
colores o texturas, motivos, partes concretas de la elaboración de un determinado
producto, etc.” (Santana, 1997: 97).
Otro caso de mercantilización de la cultura indígena para el turismo
es el “N’viké” o “violín toba”, único elemento cultural perteneciente a un
pueblo indígena incluido formalmente en la lista del “Patrimonio Cultu-
ral del Chaco”. Los relatos que acompañan a su presentación connotan
nuevamente la existencia de una mirada esencializada de los indígenas,
como podía leerse en la descripción que figuraba en la página de la
Subsecretaría de Cultura provincial (2006): “Algunos pueden decir, en una
lectura muy superficial, que simplemente se trata de un “violín de lata”. Pero lo
cierto es que su historia se hunde en las míticas raíces del Qom – Toba -, en las
míticas raíces del hombre chaqueño. Por eso el N’viké constituye hoy parte del Pa-
trimonio Cultural del Chaco”.
Santana afirma que el uso turístico de los recursos que conocemos
como patrimonio cultural se destaca por la selección y combinación de
sus elementos con el objetivo de conseguir un producto fácilmente acep-
table en el mercado (Santana, 2003). De esta manera, podemos entender
cómo este instrumento musical se constituye en un producto artesanal
vendible en el mercado turístico. Efectivamente, el “N´viké” aparece
miniaturizado para ser vendido como un “souvenir” siendo esta conver-
sión coherente con la lógica de “mercantilización” de la cultura indígena
en el turismo.
Podemos afirmar que los usos de “lo indígena” y la “mercantiliza-
ción” de su cultura en el contexto del turismo oficial encuentran su justi-
ficación en la promoción del patrimonio cultural. Así lo expresa un fun-
cionario del “Centro Cultural Leopoldo Marechal”: “Tiene que ver con la
nueva impronta del turismo, del turismo como empresa, del turismo como inversión,
con los bienes tangibles, intangibles (...) Hay que hacer entender, que cada vez que se

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Pueblos originarios y turismo en la provincia del Chaco… S. GÓMEZ

llevan un producto artesanal étnico se están llevando la venta de lo que es la cultura y


la cultura es la identidad”.
En este sentido, dicho proceso de “mercantilización” de la cultura
indígena se reconoce principalmente en las características que adquiere
la producción y comercialización de las artesanías. En consonancia
con ello, la representación visual de los miembros de las etnías indíge-
nas chaqueñas en el marketing turístico, se encuentra mayoritariamen-
te constituido por imágenes de artesanos y de artesanías, y se expresa
en el sitio oficial actual: “En todos los pueblos las artesanías están ligadas a
las tradiciones más remotas y constituyen parte del patrimonio cultural”. “Descu-
bra las artesanías con técnicas antiguas realizadas por aborígenes chaqueños (...)
Durante todo el año y en cada rincón de la provincia puede ver y comprar sus
productos”.
Esta concepción de las artesanías como patrimonio cultural, vincu-
ladas a la identidad provincial, bajo la tutela del Estado se hace visible
en la cuestión de la “autenticidad” y de la “autenticación” de los pro-
ductos. En este sentido, la forma en que las artesanías son presentadas
para su comercialización por el Estado se encuentra investida por una
“puesta en valor” basada en los principios de la protección y promo-
ción del patrimonio cultural. Es decir, las artesanías indígenas son in-
cluidas, desde el nivel discursivo, dentro del patrimonio cultural cha-
queño siendo el “Centro Cultural Leopoldo Marechal” la institución
estatal dedicada a ejercer tales principios.
En síntesis, el Estado provincial fundamenta su intervención en los
procesos de producción y comercialización en una ambigua, pero única,
valoración de las artesanías: la de formar parte del patrimonio cultural
de la provincia y, al mismo tiempo, la de constituirse en mercancías
vendibles en el mercado turístico. Ambos elementos de valoración de
las artesanías indígenas se sintetizan en el proceso de “autenticación” de
las producciones artesanales mediante la cual el Estado justifica su in-
tervención. En este proceso subyace la lógica de que las artesanías indí-
genas son vendibles porque son “auténticas”. Sin embargo, esta “auten-
ticidad” y esta “autenticación” de la producción artesanal merecen al
menos dos observaciones. La primera es que, mientras a nivel discursi-
vo se sostiene una visión estática de las artesanías indígenas como pa-
trimonio cultural, en la práctica de la comercialización, el Estado se
maneja con los mismos criterios de “autenticación” requeridos para el
mercado turístico. Es decir, la “autenticidad” se construye mediante la

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Cuadernos de Antropología | Núm. 9 | 2013

conjunción de la presencia de ciertos elementos étnicos estereotipados


(como el material, el tema, el relato que lo acompaña, etc.) con otras
características como el tamaño y el precio que precisamente, las hacen
vendibles. Esto explicaría la contradicción por la cual el Estado promo-
ciona la venta de artesanías como si fueran reliquias del pasado pero
exige la elaboración de una matera en hoja de palma o de una lechuza
porta-sahumerio por parte de los artesanos. Por otra parte, podríamos
afirmar que la “autenticación” oficial de las artesanías indígenas, en
realidad, consiste en garantizar que han sido realizadas por artesanos
indígenas mediante lo cual el Estado no sólo legitima su intervención
sino que también se convierte en un importante comprador mayorista y
comercializador de tal producción en el mercado turístico.
Por último, si bien reconocemos que el Estado provincial no es la
única institución involucrada en la promoción de la elaboración y co-
mercialización de las artesanías indígenas para el turismo, consideramos
que su papel es notable dada la intervención que ejerce en la articula-
ción de la producción y la venta para este particular mercado.

Palabras finales

Las actividades turísticas en la provincia del Chaco se orientan ma-


yoritariamente al ecoturismo y al turismo aventura en la denominada
región de “El Impenetrable” y, al turismo cultural en la ciudad de Resis-
tencia. La participación del Estado en esta actividad es importante y
activa, fundamentándose en una visión del turismo como una actividad
económica de alta rentabilidad ligada a una baja inversión inicial y a la
utilización de la “naturaleza” como principal atractivo. En el contexto
de las actividades ecoturísticas, con su particular construcción de la
imagen del destino en torno a una exaltada caracterización del medio
ambiente como “puro”, es posible observar que las comunidades indí-
genas, sobre todo las etnías qom y wichí, son requeridas e incluidas
como parte del paquete de ofertas.
En primer lugar y en términos generales, observamos que las cons-
trucciones de “lo indígena” realizadas en el marketing turístico del Es-
tado provincial tienen por efecto la visibilización de las comunidades
originarias como estáticas reliquias de un pasado ancestral y, en este
sentido, son “escenificadas” como elementos pasivos del promociona-
do paisaje de “naturaleza virgen”. Asimismo, describimos que esta parti-

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Pueblos originarios y turismo en la provincia del Chaco… S. GÓMEZ

cular representación de “lo indígena” en las actividades turísticas se


construye en torno a ciertas ocultamientos que remiten a las históricas y
actuales contradicciones de las relaciones interétnicas en la provincia.
En este sentido, examinamos que las promociones turísticas, al aparecer
despojadas de toda la información que se refiera a las actuales condi-
ciones de vida de las poblaciones indígenas, también contribuyen a
solapar el conflicto de clase existente.
Debemos recordar que las características que adquieren los procesos
de “escenificación” de las comunidades indígenas en el marketing turís-
tico, la “mercantilización” de su cultura para el turismo y la inclusión de
los pueblos originarios en las actividades turísticas mediante la produc-
ción de mercancías como las artesanías, reflejan y reproducen algunas
particularidades vinculadas a las formas que adoptan las relaciones in-
terétnicas en la provincia. La política de turismo del Estado provincial
chaqueño, como un actor principal en el desarrollo de tales actividades,
genera los condicionamientos o las reglas de juego a partir de las cuales
las comunidades originarias de la provincia en general encuentran la
posibilidad de insertarse en las actividades turísticas mediante la utiliza-
ción de ciertas estrategias. En este sentido, queda por indagar si esta
visibilización / invisibilización de “lo indígena” responde también a un
nulo o escaso nivel de participación de las comunidades originarias en
los procesos de decisión, creación y puesta en práctica de las actividades
turísticas.

Agradecimientos

A mis compañeras de carrera, viajes y tesis Lucila Arancibia y Móni-


ca Aurand.

Notas

1Entendemos al marketing como una institución propia del posmoder-


nismo cuya producción y reproducción de significados e imágenes para
representar la realidad a partir de la fragmentación de sentidos es deli-
beradamente organizada y, por lo tanto, es necesario tener control de
ella para poder participar del proceso de creación de valor (García y
Valverde, 2006).

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Cuadernos de Antropología | Núm. 9 | 2013

2 Cabe señalar que reconocemos la importancia que este coro tiene para
la difusión y valorización de la cultura qom y sabemos del empeño de
sus integrantes en la realización de su arte. El análisis tiene por objeto
mostrar los elementos que se ponen en juego para que éste termine por
convertirse en un “producto” por y para la lógica mercantil del turismo.

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Recibido: 23 de marzo de 2013.


Aceptado: 13 de mayo de 2013.

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