Está en la página 1de 3

ANÁLISIS INTERNACIONAL

En el pico de la crisis:
Fukushima vs. Chernóbil
Por: Carlos Pardo

El día 26 de abril de 1986 una simulación de corte eléctrico se realizó en la


Planta Nuclear de Chernóbil, en la antigua Unión Soviética (hoy Ucrania).
El simulacro se convirtió en una pesadilla cuando la potencia de la planta
descendió rápidamente y de manera incontrolable, afectando a millones
de personas en toda Europa, dejando a una ciudad entera abandonada,
reportando billones de dólares de pérdida y causando un nivel de radiación
500 veces mayor que la originada por la bomba atómica de Hiroshima. Un
cuarto de siglo después, esta sigue siendo la tragedia nuclear más grande en
la historia de la humanidad. Pero hace solo 44 días, en Japón, un sismo de 8.9
grados en la escala de Richter puso en duda esa afirmación.

E
n la central nuclear Fukushima 1, donde se alojan 6 reactores que
alberga la ciudad de Fukushima Daiichi, el movimiento telúrico generó
un colapso eléctrico en la planta y detuvo la circulación del líquido
refrigerante encargado de evitar el alza de temperaturas dentro de los
reactores. Ambos accidentes alcanzaron el máximo nivel de accidentes
nucleares (grado 7) pero hay notables diferencias entre ambos. ¿Qué
separa a Fukushima de Chernóbil?

Antes de desvelar los detalles, el tema merece encarar el contexto en


el que ambos países se encontraban antes de las respectivas crisis. Por
el lado de Japón, el estado tiene una participación colaboradora con
los medios de comunicación y sus ciudadanos. La prensa tiene total
libertad de expresión y de acción, permitida de investigar y publicar
cualquier declaración, cifra o problemas con las respectivas pruebas.
En ningún momento el gobierno japonés intentó colocar trabas a los
medios de comunicación. En cambio, la Unión Soviética vivía bajo un
régimen totalitarista y dictatorial. No existía ni se discutía la libertad
de expresión, sus ciudadanos no podían cuestionar las cifras y datos
que daba su gobierno, y se vivía un aislamiento del mundo exterior
que trababa cualquier investigación a fondo y directa. Un medio
internacional y respetado como CNN o Reuters era incapaz de ingresar
ANÁLISIS INTERNACIONAL

al territorio soviético para estudiar las causas y consecuencias del


desastre, y mucho menos publicarlo.

La diferencia gravitante es el rol de tanto el gobierno japonés como el ruso-


ucraniano-bielorruso (antes soviético). Se tiene que trazar una marcada
línea en el papel del Estado y sus instituciones en ambos escenarios. En
Europa oriental, el gobierno soviético intentó encubrir el caso ahorcando
las investigaciones y controlando a los medios de comunicación de la
época. Durante dos días se mantuvo reserva respecto al incidente, solo
se empezó a brindar información frente a la presión del resto de países
europeos preocupados por los altos niveles de radiación. Cuando el suceso
fue imposible de ocultar, su atención se volvió hacia la manipulación de
cifras, desestimación de daños y destrucción de documentos. Aunque en
la práctica, 400.000 trabajadores fueron enviados para controlar la fuga
en la planta y crear el sarcófago que hoy en día cubre los reactores, nunca
se reveló una cifra similar ni un aproximado acertado de las personas
afectadas mortalmente por este desastre. El Informe del Fórum de
Chernóbil, realizado en el 2005 – ya post URSS - por instituciones como
la Organización Mundial de la Salud (OMS), el gobierno ruso, ucraniano
y bielorruso , calculó 9.000 personas afectadas por cáncer directamente
causado por el accidente nuclear. Sin embargo, un informe de Greenpeace
del 2006 estimó 270.000 casos, reflejando la distancia entre el discurso
oficial y el privado.

Por el lado asiático, su manejo mediático fue totalmente distinto.


Aunque en primer lugar intentaron restarle magnitud al evento
y cayeron en severas contradicciones, su reacción fue abierta y
controlada. No se abalanzaron a dar cifras, pero tampoco esperaron
demasiado en hacerlo. 4 horas después del terremoto, las autoridades
japonesas descartaron cualquier fuga nuclear debido a éste. Pero 12
horas después de este anuncio, el estado declaró una “emergencia
nuclear” en Fukushima y 5 días más tarde se reconoció una fuga
radioactiva, pero que no resultaba dañina para las personas a 30 km. a la
La diferencia gravitante es el rol redonda. Todos los civiles que podrían haber sido expuestos, ya habían
de tanto el gobierno japonés sido evacuados un día después del siniestro y se habían entregado
como el ruso-ucraniano- recomendaciones de no consumir alimentos ni beber agua de grifo.
Comunicacionalmente, esto refleja un manejo de información mucho
bielorruso (antes soviético). Se
más acertado, precavido y transparente que el expuesto por el rígido
tiene que trazar una marcada gobierno soviético. Además, las cifras expuestas por el gobierno nipón
línea en el papel del Estado eran notoriamente inferiores a las estudiadas en Chernóbil, incluso
y sus instituciones en ambos sustentadas por expertos internacionales en la materia y distanciando
escenarios. ambos casos en cuanto a su gravedad.
ANÁLISIS INTERNACIONAL

En líneas generales, la actuación del estado japonés ha sido notablemente


más efectiva que la realizada por sus pares soviéticos. Sin necesidad de
enviar casi medio millón de trabajadores (solo 180 operarios han sido
necesarios para controlar la refrigeración de la planta) y así evitar la
exposición en una mayor población, el país asiático ha salido airoso
de una crisis que ha hecho temblar al mundo. Y si consideramos que la
tragedia que enfrenta Japón no es únicamente esta, ya que el terremoto
y tsunami que lo afectaron han generado las pérdidas económicas más
altas en la historia de la humanidad, el mérito es mucho mayor. A pesar
de que la URSS enfrentaba una crisis aguda por el transcurso de la
Guerra Fría y su inminente disolución 3 años después, hay acciones
irresponsables e irrecuperables de su manejo de crisis y su posterior
aceptación de su magnitud.

Aunque aún faltan estudios a fondo que detecten la capacidad total


y final de al fuga radioactiva desatada en Fukushima Daiichi y sus
consecuencias, el panorama actual no parece colocar a éste en el
mismo nivel que Chernóbil. El impacto ambiental y económico que
aun hoy genera el desastre soviético se muestra inalcanzable para la
tragedia japonesa. El gobierno nipón ya aprobó un presupuesto de 48
mil millones de dólares para reconstruir al país del peor desastre natural
en los últimos 140 años de su historia. En 3 meses se espera reducir
los niveles de radiación en la planta nuclear y confían reponerse de esa
crisis en un total de 9 meses tras el terremoto y tsunami que afectaron la
central. Solo queda esperar que no haya un revés crítico en el sostenido
desarrollo y control que se ha logrado. El futuro parece prometedor para
Japón y el mundo en general, pero la Tierra ya nos ha enseñado una vez
más que nunca podemos cantar victoria.

Aunque aún faltan estudios a


fondo que detecten la capacidad
total y final de al fuga radioactiva
desatada en Fukushima Daiichi y
sus consecuencias, el panorama
actual no parece colocar a éste en
el mismo nivel que Chernóbil.

También podría gustarte