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Señor Juez:
I. PERSONERIA:
Que conforme Acta Poder otorgada ante la Cámara Nacional del Trabajo que se acompaña al
presente, me ha sido conferido poder a fin de representar judicialmente a la Sra. ELEONORA
MIRTHA GUTIERREZ, DNI 26.868.298, empleada de comercio, argentina, casada, con domicilio
real en Av. Belgrano 1539, primer piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
II. OBJETO:
Que vengo a iniciar formal demanda por despido indirecto contra ZINNI Y ASOCIADOS
ASESORES DE SEGUROS S.A, con domicilio en la calle Moldes No 583, piso 8o “C” Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, por la suma de $ 56.285,52 o lo que en más o en menos resulte de la
prueba a producirse en autos, con más sus intereses y costas. Ello, en virtud de las consideraciones
de hecho y derecho que a continuación se exponen.
III. HECHOS:
Todas estas razones fueron expuestas por la accionante al expresar su disconformidad por la medida
adoptada.
El art. 103 LCT estipula que la remuneración no podrá ser inferior al salario mínimo vital y móvil.
No es ocioso recordar que la reducción de sueldo representa una causal de despido indirecto:
“En el caso, la actora se dio por despedida porque se le redujo su sueldo habitual y frente a la
negativa de la ampleadora de volver a la situación anterior, se consideró gravemente injuriada. La
Sala actuante, luego de recibir abundante prueba dio crédito a la actora y consideró que habiendo
mediado un uso abusivo del ius variandi, la trabajadora tuvo razón para colocarse en situación de
despido. Por ello, mandó a pagar las diferencias reclamadas y las indemnizaciones derivadas del
despido. Tales actuaciones no debieron ser ignoradas por la a quo a la hora de decidir, porque dan
cuenta de la correcta actuación de la empleada. En consecuencia, en este caso, la situación de
despido indirecto debe asimilarse totalmente a la del despido directo por cuanto la conducta ilícita
del empleador la motivó.”[2]
“Las normas laborales son de orden público, vale decir que son inderogables e indisponibles por las
partes y ello comprende sin duda el nivel salarial del trabajador, por lo cual si se mantuvieron
inalterables las condiciones de trabajo en cuanto a horario de labor así como las tareas a cumplir, no
existe ninguna razón legítima que justifique la reducción salarial dispuesta (conf. art. 12 de la
L.C.T.)…………El supuesto compromiso de no despedir a la accionante no puede considerarse una
contraprestación por la rebaja salarial, pues en caso de que la accionada violara tal compromiso,
ninguna sanción adicional se preveía, con lo que la empleadora quedaba sujeta a las mismas normas
que si no hubiera suscripto tal acuerdo (en sentido análogo, SD N° 78.965 del 26.5.99, en autos
“Groba, María Andrea c/ Instituto Independencia S.R.L. s/ despido”, del registro de esta Sala).”[3]
Frente al justo reclamo de la actora de su derecho constitucional a una retribución justa, consagrado
en el art. 14 BIS de nuestra Carta Magna, la empresa comenzó a negarle a la Sra. Gutiérrez el
desarrollo de su trabajo habitual, no permitiéndole continuar con su puesto en el sector cobranzas,
confinándola a la atención del conmutador en la recepción, puesto de trabajo que no requería la
especialidad y capacitación laboral que posee la actora. En sentido contrario, se derivó a la actora a
la realización de una tarea de menor jerarquía para la que se encontraba sobrecapacitada en un
notorio intento de vulnerar su dignidad y autoestima a efectos de provocar su renuncia y evitar de
esta manera afrontar el elevado costo de una indemnización correspondiente a una trabajadora con
diez años de antigüedad en la empresa.
Asimismo a fin de disuadir a mi mandante de ejercer sus derechos, el Contador Enrique Pereira
Iraola le advirtió que de no renunciar sería destinada en forma permanente a la recepción, para la
atención del conmutador; sosteniendo que para dicha tarea, la remuneración consignada en su
recibo de haberes resultaba acorde. Siguiendo esa lógica el mencionado Contador resaltó que nada
tendría que adecuar en los recibos de sueldo, y tampoco tendría que abonarle diferencia salarial
alguna, en una indubitable manipulación y ejercicio abusivo del ius variandi.
El art. 1071 C.C. se refiere, por un lado, a los fines que la ley tuvo en miras al reconocer los
derechos y por otro lado, el exceso de lo que imponen la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. En materia de contratos hay, además una línea de coherencia con el art. 1198 C.C.
según el cuál “los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe” (principio que
también se expresa en la L.C.T., art. 63).[7]
El ejercicio abusivo del derecho condena toda desviación de derecho en cuánto a su función. Se
parte de la idea de que cada derecho se atribuye a una función, deducida de su espíritu, y de que los
derechos subjetivos no se confieren abstractamente, para usarlos discrecionalmente (ad nutum), sino
que tienen su razón de ser, su misión a cumplir.[8] “Cada uno de ellos esta animado de un cierto
espíritu que no incumbe a su titular desconocer o alterar, cuando lo ejercemos, debemos ajustarnos a
este espíritu y mantenernos en la línea de la institución; sin esto, desviaremos el derecho de su
destinación, abusaremos de él….”[9]
El empleador no otorgó certificado de servicios en plazo legal tornando aplicable la multa del art.
80 LCT. Tampoco acompañó dicho certificado en la Audiencia celebrada en el S.E.C.L.O en 8 de
mayo de 2009 en atención a que no compareció a la misma.
En virtud de lo expuesto, mi mandante se ha visto obligada a recurrir a la justicia a fin de hacer
valer sus derechos.
IV. LIQUIDACION:
TOTAL………………………………………$ 56.285,52
V. PRUEBA:
Confesional:
Documental:
CD 71008014 9.
CD 71008015 9.
CD 75266829 8.
CD 70982374-5.
Informativa:
Solicito se libre oficio a la empresa de seguridad VIGILANTE S.A. a fin de que acompañe planillas
horarias de ingresos y egresos de los últimos dos años llevadas por el guardia Guillermo Banchi,
quién prestara servicios en el octavo piso de la calle Moldes No 583, dónde se encuentra ubicada la
empresa ZINNI Y ASOCIADOS ASESORES DE SEGUROS S.A
Pericial contable:
Se designe perito contador único de oficio para que informe de modo detallado y preciso:
1. Si los libros contables son llevados en legal forma.
2. Enumere de manera pormenorizada los distintos elementos que componen la documentación
registrable de la sociedad demandada, determinando fecha y folio del primer y último asiento de
cada uno e indicando además si los mismos están rubricados y en caso afirmativo, fecha y ante que
autoridades y si los asientos se encuentran al día.
3. Si el sistema registral del demandado cuenta con al totalidad de los libros necesarios conforme la
importancia y naturaleza de sus actividades (art. 44 Código de Comercio) que exterioricen con
claridad los actos de gestión, situación patrimonial y financiera de la empresa (Diario, Inventario y
Balances, Cajas, Bancos, IVA Compra y Ventas, Actas de Directorio, Asambleas, Registro de
Accionistas-art. 43, 44 C. Com, art. 73, 213, 238 LSC.
4. Si los libros presentan foliatura corrida.
5. Si los Inventarios y Balances se encuentran firmados (art. 49 C. Com.)
6. Si la demandada cumplió con los requisitos de registro del actor (art. 7 y 18 inc. a) de la Ley
Nacional de Empleo, arts. 52 y 142 LCT), declaraciones y pagos periódicos ante los organismos de
la Seguridad Social (ANSES, Obra social, organismos provisionales), Seguro de vida obligatorio,
ART, etc.
7. Detalle las sumas abonadas al actor indicando concepto y fecha de pago.
8. Si las facturas, recibos y demás comprobantes de gastos acompañados como prueba documental
del actor se encuentran registrados en los libros de los demandados.
9. Todo otro dato que considere relevante para dilucidar el presente.
10. Practique liquidación de los rubros reclamados.
Me reservo la facultad de ampliar prueba en la oportunidad procesal prevista en el art. 71 LO.
VI. DERECHO:
Fundo mi derecho en los artículos 9, 63, 66, 78, 80, 103, 119, 132 bis, 231 245 LCT, art. 10, 11 b),
15 Ley 24.013, CCT 130/75, doctrina y jurisprudencia aplicables al caso.
IX. AUTORIZACIONES.
Que autorizo a tomar vista de las actuaciones, extraer copias, dejar nota, realizar desgloses,
diligenciar cédulas, oficios y testimonios y efectuar todo tipo de acto impulsorio de los presentes
obrados a los alumnos pertenecientes a la Comisión 1055 que a continuación se detallan: Sres.
Cristian Hernán Fernández y/o Juan Manuel Falabella y/o Sergio Javier Sanchez y/o Srta. Luciana
Rojas y/o quiénes ellos designen.
X. PETITORIO.
Por las razones precedentemente invocadas, solicito a V.S.:
· Tenga a mi mandante por presentada, parte y por constituido el domicilio.
· Se tenga presente la prueba ofrecida.
· Se tengan presentes las autorizaciones conferidas.
· Se corra traslado de la presente demanda por el plazo y bajo apercibimiento de ley.
· Oportunamente se haga lugar a la demanda en todas sus partes, con costas.
Proveer de conformidad,
SERA JUSTICIA
prestadora médica deberá abonar $100.000 más intereses en concepto de indemnización. ¿Qué es
el acoso moral y cómo prevenirlo? El análisis de abogados especialistas.
Se trató de una enfermera con más de 10 años de servicio que en los últimos tiempos recibía
constantes malos tratos de parte de sus superiores, con quienes aparentemente había competido por
los cargos de dirección.
Así, el Tribunal, en un fallo dividido, revocó la sentencia de primera instancia y por mayoría
consideró que el dictamen pericial psicológico era contundente y avalaba el reclamo de la
trabajadora.
El camarista que votó por la negativa, doctor Julio Vilela no consideró probado el componente
subjetivo, perverso e intencional que permite definir lo que en jurisprudencia, medicina y sociología
del trabajo se identificó bajo la denominación de “mobbing” y en consecuencia propuso confirmar
la sentencia de primera instancia en cuanto había rechazado la demanda por carencias de orden
probatorio.
Para Mariano Martín Páez, socio en Asistencia Legal a Víctimas de Violencia Laboral y abogado
patrocinante de la empleada, lo novedoso de este pronunciamiento, es que los integrantes de la
mayoría, doctora Gabriela Vázquez y doctora Gloria Pasten de Ishihara, consideraron que el
dictamen pericial no sólo ilustraba sobre las condiciones actuales de salud de la trabajadora,
sino que también era un reflejo directo de la larga lucha sostenida entre ésta y sus oponentes
circunstancialmente ganadoras de puestos laborales por encima del suyo.
En la sentencia de la causa “Bravo María Rosa c/ Galeno Argentina S.A. s/ despido”, las camaristas
destacaron esta forma de hostigamiento como uno de los casos típicos que se presentan
normalmente como motores del acoso laboral, “el temor a que una trabajadora le haga
“sombra” a otra y la rivalidad como palanca para tratar de deshacerse de alguien que molesta en
la carrera laboral”, agregó Páez.
Si a lo anteriormente expresado se suma la ratificación de lo expresado en la demanda por una
compañera de trabajo, esto constituye materia suficiente como para cambiar el curso impreso en la
primera instancia a la causa validando asimismo las condiciones de vulnerabilidad de la trabajadora
atento sus circunstancias personales, que conducen a valorar asimismo el vigente principio “in
dubio pro operario”.
“Este fallo además de reafirmar la tendencia a la erradicación de las malas artes patronales en
cuanto a las condiciones de trabajo de su personal, alerta asimismo sobre la posibilidad de que sea
sancionada la empresa que no advierte la desaprensión con que a veces se ejerce el poder
delegado en trabajadores de dirección, y cómo incide el mismo en la salud del personal”,
concluyó Páez.
Los jueces condenaron a la empresa a abonar $96.022,38, más la tasa de interés activa fijada por
el Banco de la Nación Argentina para el otorgamiento de préstamos.
“Esta causa encuadra perfectamente en un caso de mobbing o acoso moral, ya que la trabajadora
sufrió maltratos continuos de parte de quien le daba las órdenes de trabajo, afectando a la
misma física y psicológicamente, causándole un daño moral irreparable”, indicó Andrea Mac
Donald, jefa de Trabajos Prácticos de las cátedras Análisis económico y financiero y de Elementos
de derecho laboral y seguridad social de la UBA.
Para Juan Minghini, socio del Estudio Minghini-Alegría, existe una tendencia cada vez más firme
en la Justicia Nacional del Trabajo en aceptar y dar amparo a los reclamos por mobbing.
“La misma aumentó en forma considerable desde los últimos cinco años a la fecha, donde se
avistaban los primeros reclamos, con cierto temor, o baja expectativa en su procedencia”, explicó el
abogado.
En esa línea, el letrado agregó que la actual composición de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación influyó -al menos de manera indirecta- en permitir un reconocimiento más amplio en
materia laboral, admitiendo reclamos que antes no eran receptados favorablemente.
“Dentro de esta tesis, sin duda alguna, es que debemos considerar a los reclamos por mobbing”,
sostuvo.
Más allá de lo que los autores determinaron o definieron por el concepto amplio de mobbing,
Minghini sostuvo que lo cierto que es como todo hecho, requiere su correspondiente prueba, y
que debe ser demostrado para su reconocimiento judicial.
“El empleado debe poner en conocimiento inmediato a su empleador si sufre una acción continua,
menoscabante, vejatoria del espíritu y de la tranquilidad psíquica y moral a la que es sometido y
teniendo en consideración las acciones o medidas que adopte la Empresa para eliminar o finalizar el
perjuicio, importa la responsabilidad que deba eventualmente asumir”, concluyó Minghini.
¿Qué es el Mobbing?
El mobbing o acoso moral es una de las figuras de relevancia en el derecho laboral. Si bien todavía
no ha sido legislada en nuestro país, es reconocida por las salas laborales de la CNAT.
“Es importante tener en cuenta que el mobbing llamado también acoso moral o violencia laboral es
un fenómeno que comienza a desarrollarse lentamente en forma progresiva y que tiene su
duración en el transcurso del tiempo, provocando en la víctima un desgaste psicofísico
importante e irreparable”, expresó Mac Donald.
Para la abogada, quien además es autora del libro “Mobbing: Acoso moral en el derecho del
trabajo”, dicha situación puede tener como punto de partida la existencia de conflictos
insignificantes, pero que sirven como posibles estrategias tendientes a dar comienzo a lo que
comúnmente denominamos como acoso moral o acoso laboral.
“La empleada sufrió un pleno hostigamiento que conforma la serie de maltratos constantes
que hace que la víctima sufra un desgaste emocional y que la conducen a un tratamiento
psicológico”, agregó Mac Donald.
Las pruebas aportadas en el caso acreditan plenamente que la enfermera sufrió mobbing a través de
las pruebas testimóniales y la pericial médica que le diagnosticaron un “trastorno mixto ansioso-
depresivo de moderada a severa intensidad”.
Asimismo se le recomendó un tratamiento psicoterapéutico con una sesión individual por semana
durante dos años más el suministro de psicofármacos.