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Un sueño dulce

Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato
(v. 24).

Cuando mi amiga Floss se despierta por la noche, piensa en la letra del himno
Mi Jesús, te amo. Lo llama su canción de «mitad de la noche», porque la
ayuda a recordar las promesas de Dios y las muchas razones por las cuales lo
ama.
El sueño es una parte necesaria —pero a veces esquiva— de la vida. En
ocasiones, podemos sentir la voz del Espíritu Santo que nos trae a la mente
pecados no confesados. O empezamos a preocuparnos por nuestro trabajo,
relaciones, finanzas, salud o hijos. De inmediato, un futuro plenamente
distópico comienza a dar vueltas en nuestro cerebro. Suponemos que
dormitamos un poco, pero al mirar el reloj, vemos que solo han pasado unos
minutos.
En Proverbios 3:19-24, el rey Salomón señaló que podemos beneficiarnos del
sueño cuando abrazamos el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría de
Dios. Declaró: «Y serán vida a tu alma […]. Cuando te acuestes, no tendrás
temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato» (vv. 22, 24).
Tal vez todos necesitemos una canción, oración o versículo bíblico de «mitad
de la noche» como un susurro que nos ayude a dejar el torbellino de
pensamientos y concentrar por completo nuestra mente en Dios y su
carácter. Una conciencia limpia y un corazón agradecido por la fidelidad y el
amor de Dios pueden traernos un sueño dulce.
De:  Cindy Hess Kasper

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