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La maravilla de la creación

Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba


que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su
género… (v. 11).

Mientras Tim, un profesional especializado en el estudio de glaciares, caminaba por el


glaciar Root, en Alaska, se cruzó con algo que no había visto nunca: una gran cantidad de
pequeñas esferas de musgo. Después de rastrear durante años las brillantes esferas verdes,
Tim y sus colegas descubrieron que, a diferencia de los musgos en los árboles, los «ratones
glaciares» no están adheridos; y lo más sorprendente es que se mueven al unísono, como un
rebaño. Al principio, pensaron que los movía el viento o rodaban cuesta abajo, pero sus
investigaciones lo descartaron.

Aún no han descubierto exactamente cómo se mueven, y tales misterios resaltan la


creatividad de Dios. En su obra creadora, dispuso que la tierra produjera «hierba verde», en
forma de plantas y árboles (Génesis 1:11). Su diseño también incluyó los «ratones
glaciares».

Estos vegetales han encantado con su peluda presencia verde a los científicos desde su
descubrimiento en la década de 1950. Cuando Dios observó lo creado en la vegetación,
declaró «que era bueno» (v. 12). Estamos rodeados de diseños botánicos de Dios, que
demuestran su poder creador y nos invitan a adorarlo. Podemos deleitarnos en cada árbol y
planta que Él hizo… ¡porque son buenos!

De:  Kirsten Holmberg

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