Está en la página 1de 3

A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y X å, ä y ö

Quería decirle que la piscina, el jardín, la casa, la cancha de tenis, el


canto del paraíso, todo aquello sería siempre su lugar fantasma. En vez de
eso, señalé al piso de arriba, a las puertaventanas de su habitación. Tus
ojos están siempre allí, quise decirle, atrapados en las cortinas
transparentes, mirándolo todo desde mi habitación en la que ya nadie duerme.
Cuando hay un poco de brisa y se hinchan, las observo desde aquí o
me quedo de pie en el balcón y me sorprendo pensando que estás allí, atisbando
mi mundo desde el tuyo, diciendo, al igual que una de aquellas noches que te
encontré en las rocas, He sido feliz aquí. Te hayas a miles de kilómetros,
pero en cuanto miro estas ventanas pienso en un bañador, en una camiseta
colgada del tendal, unos brazos apoyados en la barandilla y de repente estás
ahí, encendiendo el primer cigarrillo del día, hace hoy veinte años. Mientras
aguante aquí la casa, éste será tu lugar fantasma y el mío también. Nos
quedamos allí unos instantes, en el lugar donde mi padre y yo habíamos
hablado en cierta ocasión sobre Oliver. Ahora nosotros hablábamos sobre mi
padre. Mañana, recordaré este momento y dejaré que el fantasma de sus
ausencias merodee durante las horas más crepusculares del día.
—Sé que él hubiese querido que algo así ocurriese, sobre todo en un día de
verano tan espléndido.
—Estoy seguro. ¿Dónde enterrasteis el resto de las cenizas?
—Por todos los sitios. En el río Hudson, en el Egeo, en el Mar Muerto. Pero
es
aquí donde vengo para estar con él.
No dijo nada. No había nada que decir.
—Vamos, te llevaré a San Giacomo antes de que cambies de opinión —dije
finalmente—. Aún tenemos tiempo antes de comer. ¿Te acuerdas de cómo se
va?
—Sí, me acuerdo.
—Sí, te acuerdas —repetí.
Me miró y sonrió. Eso me animo. Tal vez porque sabía que me estaba haciendo
burla. Veinte años fue ayer, y ayer era esta mañana, y esta mañana parece
estar a años luz.
—Soy como tú —dijo—. Me acuerdo de todo.
Me detuve un instante. Si te acuerdas de todo, quise decirle, y de verdad eres
como yo, entonces antes de que te vayas mañana, o cuando estés a punto de
cerrar la puerta del taxi, te hayas despedido de todos los demás y no quede
nada que decir en esta vida, entonces y sólo entonces, vuélvete hacia mí,
aunque sea en broma o como una última ocurrencia que hubiese significado
todo para mí cuando estábamos juntos y, al igual que hiciste en aquel
entonces, mírame a la cara, aguántame la mirada y llámame por tu nombre.
A b c d e f g h i j k l m n o p q r s t u v w x y
z

También podría gustarte