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Aparato Fonador

Prof. Felipe Piñango


Todo sobre el aparato fonador

Nariz
• Como tantos otros animales, el ser humano es capaz
de emitir sonidos a través de la interacción de varios
órganos fisiológicos que participan, además, en otras
funciones primarias como la respiración o la
deglución.

• El aparato fonador es ese complejo sistema por el


que el aire se transforma en sonido y los sonidos en
emociones.
Qué es y cómo funciona el aparato
fonador
• Hablar o cantar son ejercicios de articulación
en el que intervienen varios componentes. Ya
hemos comentado que la materia prima de
todo este proceso es el aire. Ahora bien, en
su transformación hacia un sonido capaz de
comunicar directa (las palabras) o
indirectamente (las melodías) hay todo un
proceso en cadena que requiere de la puesta
en marcha de estos cuatro mecanismos:
1. Mecanismo respiratorio
• La voz humana es, en esencia, aire. Por eso los
órganos primarios para la consecución de cualquier
sonido son exactamente los mismos que utilizas para
respirar: diafragma, pulmones, músculos
intercostales y abdominales, bronquios y tráquea.

• Desde el punto de vista técnico, estos órganos se


denominan cavidades infraglóticas en tanto que se
ubican en una zona de la anatomía humana que se
encuentra por debajo de la glotis, limitando con el
sistema de fonación.
El proceso de respiración se ejecuta en dos fases:

• Inspiración: cuando tomamos aire los músculos


intercostales y el diafragma se contraen tirando
de los pulmones hacia abajo y haciendo que la
caja torácica aumente de volumen para que
pueda entrar una mayor cantidad de aire.

• Espiración: durante la espiración los músculos


intercostales se relajan, las costillas caen hacia
abajo y el diafragma, también relajado, provoca
que la capacidad de la caja torácica disminuya al
tiempo que el aire sale de los pulmones.
2. Mecanismo de fonación
• La cavidad laríngea o glótea, formada por la laringe y las cuerdas vocales,
es el lugar en el que físicamente se produce el sonido. Es una zona clave
del aparato fonador ya que, por un lado permite la entrada y salida de aire
en los pulmones, y por otro determina las características particulares de la
voz de una persona. Es aquí donde se encuentran las cuerdas vocales y,
por lo tanto, el lugar en el que se dibujan matices tan importantes como el
tono o la intensidad del sonido.

• La laringe está formada por una serie de cartílagos (cricoides, tiroides y


aritenoides) que varían de tamaño en función de la edad y el sexo de la
persona. Este factor tiene consecuencias en el tamaño de las cuerdas
vocales: cuanto mayor sea la laringe, mayores serán las cuerdas vocales y,
en consecuencia, se producirán sonidos más graves. Precisamente por
este motivo, la voz de los niños es más aguda: su laringe es más pequeña y
también lo son sus cuerdas vocales.
• Aparte de los cartílagos, las cuerdas vocales y la laringe, en
este punto en el que la espiración hace que el aire se
transforme en un sonido, intervienen numerosos músculos.
De manera muy simplificada, lo que sucede es que el aire
procedente de los pulmones asciende hacia la glotis, que en
ese momento se encuentra cerrada. El aumento de presión en
la zona subglótica provoca la apertura de las cuerdas
vocales que a través de movimientos de contracción permiten
pasar una mayor o menor cantidad de ese aire, lo que
determina que el sonido resultante sea más grave o más
agudo.
3. Mecanismo de resonancia
• Hasta este punto lo único que habremos logrado
producir será un sonido básico. Una
transformación elemental de ese aire al que
todavía le hará falta un tratamiento especial para
transformarse en la voz o la melodía de una
canción.

• Es en esta zona del aparato vocal en la que se


produce el mecanismo de resonancia, o lo que es
lo mismo, la amplificación, el control y
la modulación del soplo fonatorio.
En este proceso intervienen tres partes de la anatomía facial:

• Cavidad nasal: es una cavidad rígida y no puede cambiar de


tamaño. En el proceso de fonación su función más destacada
es la de permitir la entrada de aire hacia los pulmones.

• Cavidad oral: los sonidos chocan contra las paredes de la boca


y esta, en tanto que puede cambiar de tamaño con facilidad,
es la que se encarga de su modulación.

• Faringe: la faringe se encarga de distribuir el aire que llega


desde la laringe. Es además un tubo muy particular puesto
que tiene la capacidad de modificar su tamaño y con ello
determinar el timbre de la voz.
4. Mecanismo articulador
• Y por último, pero no menos importantes, están los órganos
articuladores de la cavidad supraglótica, de forma menos
técnica, el paladar, la lengua, los dientes, los labios… En
definitiva, todo lo que compone lo que en anatomía se conoce
como cavidad bucal.

• Es en esta parte del aparato fonador donde los sonidos


adquieren sus últimos matices, donde el aire se transforma en
palabras y las palabras en emociones. La lengua, ese
elemento tan versátil y motriz, es el que, junto a los labios,
participa en la producción de todos los fonemas necesarios
para la comunicación humana.

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