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1277-Texto Del Artículo-4580-1-10-20101006
1277-Texto Del Artículo-4580-1-10-20101006
la economía política
de la constitución de 1991*
homero cuevas1
mauricio pérez salazar2
* Los autores agradecen los comentarios de Fernando Hinestrosa y Laura Palacio Arciniegas y el apoyo
estadístico de Ernesto Cárdenas y Santiago Correa.
1. Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia
2. Decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia
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3. Véase Pérez, M., 1999, “La Genealogía del Liberalismo: Una Lectura Económica del Segundo Tratado
sobre el Gobierno Civil de John Locke”, en Revista de Economía Institucional, Universidad Externado de
Colombia, Bogotá.
4. Un poco antes de la publicación de la Riqueza de las naciones de Smith, Beccaria era profesor de econo-
mía pública en Milán. Sus apuntes de clase, publicados de manera póstuma en 1804, son un aporte a la
economía pública comparable en calidad, aunque no en magnitud, al del escocés.
5. Véase Moreno de Angel, P., 1989, Santander, Planeta, Bogotá.
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6. Es esta la misma distinción hecha por Douglass North entre reglas formales e informales. Un tratamien-
to más formal, y un análisis detallado con base empírica de los valores de los colombianos y su actitud
ambivalente de los colombianos hacia las normas se puede hallar, respectivamente, en González, J., 2000,
“La Ilegalidad, los Metaordenamientos y las Metapreferencias”, en Revista de Economía Institucional, No. 2,
Universidad Externado de Colombia, y Cuéllar, M., 2000, Colombia: un Proyecto Inconcluso, Universidad
Externado de Colombia, Bogotá.
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La segunda dimensión es la determi- colectivas tiene como base el temor del uso
nación expresa de esos fines. La Constitu- arbitrario y abusivo del poder por quienes
ción de 1991 es detallada, hasta ampulosa, lo ejercen. Este argumento se erige sobre
en este aspecto. Buena parte de sus tres- la noción de que siempre hay un poten-
cientos ochenta artículos se dedican al cial conflicto de intereses para los gober-
tema. Aunque una medida cuantitativa es nantes, que lleva a la posibilidad de que
apenas una aproximación imperfecta, vale prefieran el bien propio al general. Para
la pena señalar que los primeros dos títu- evitarlo, hay que contrarrestar ambición
los de la Constitución, que comprenden con ambición, y evitar la concentración
noventa y cinco artículos, se consagran a de autoridad . Tal fue el eje de la propues-
señalar fines de la organización política. ta constitucional de John Locke en su Se-
Muchos de los títulos posteriores también gundo Tratado sobre el Gobierno, escrito a
incluyen disposiciones sobre la finalidad finales del siglo XVII. En el siglo XX, Karl
de la acción pública. Pero quizá, en razón Loewenstein formularía esa posición así:
de su jerarquía lógica, son de mayor im-
portancia el Artículo 1, que define el nues- El Estado constitucional se basa en la distri-
tro como un “Estado Social de Derecho”, bución del poder. La distribución del poder existe
y el Artículo 2, que formula los fines esen- cuando varios e independientes detentadores del
ciales del Estado. El resto del texto consti- poder u órganos estatales participan en la forma-
tucional debe interpretarse a la luz de ellos. ción de la voluntad estatal. La funciones que les
Por supuesto, ninguna constitución han sido asignadas están sometidas a un respectivo
se limita de manera exclusiva al ámbito control a través de los otros detentadores del po-
de medios o de fines. El punto es otro: la der; como está distribuido, el ejercicio del poder
tendencia reciente en América Latina ha político está necesariamente controlado7.
sido la de hacer mayor énfasis sobre los
últimos. La constitución brasileña, casi Esta concepción combina la preocu-
contemporánea con la colombiana, es más pación anglosajona por los “checks and
larga en un 50% que la colombiana y tie- balances” y la separación de poderes, con
ne estructura similar. La racionalidad sub- aquella proveniente de la filosofía alema-
yacente de estas dos dimensiones na por crear un Estado de Derecho (Re-
constitucionales es distinta, y vale la pena chtstaat), resumida así por Friedrich
analizar cada una de ellas. Hayek: “el concepto del Rechtstaat... es el
La necesidad de reglas claras de pro- resultado directo del viejo ideal del impe-
cedimiento para la toma de decisiones rio de la ley, donde una elaborada estruc-
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8. Hayek, F., 1978, The Constitution of Liberty, University of Chicago Press, Chicago, traducción de los autores.
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han sido modificadas o echadas atrás por valor neto patrimonial de muchas fami-
la Corte.12 Y el razonamiento de ésta se lias de clase media, debido a al conjun-
ha basado en una presunta vulneración ción de mayores tasas efectivas de los
por las normas impugnadas de los fines créditos denominados en UPAC y el des-
establecidos en la Constitución. ¿Es eso plome de los precios de la finca raíz. Por su
conveniente? magnitud y alcance, podría haberse espe-
Vale la pena mencionar algunos ar- rado que se produjera un agitado debate
gumentos de uno y otro lado. A favor de político y que se formularan propuestas de
la potestad del Congreso de interpretar el solución tanto de las autoridades como del
mandato constitucional, puede señalarse equipo económico del Gobierno y la Junta
el hecho de que este debe responder pe- Directiva del Banco de la República.
riódicamente ante los electores, y que el Pero no fue así. Y por lo tanto, para
mismo proceso del debate legislativo faci- bien o para mal, la Corte Constitucional
lita la participación de todos los interesa- vino a llenar un vacío de política publica
dos en una decisión. Es más democrática con sus fallos. Aunque uno pueda criticar
la aprobación de leyes que la de los fallos sus consecuencias distributivas o sus defi-
de la Corte Constitucional. Sin embargo, ciencias desde el punto de vista de la téc-
es pertinente volver a la distinción entre nica financiera, el hecho es que en
reglas formales e informales. No cabe duda Colombia se dio lo que ha sido observado
de que el constituyente quiso propiciar el en las democracias del primer mundo: la
cambio en las costumbres políticas tradi- judicialización de la política. Se ha roto la
cionales, sin que esa meta se lograra. Eso ilusión de que lo jurídico y lo político son
deslegitima en alguna medida al Congre- esferas completamemente independientes.
so y fortalece la autoridad moral y políti-
ca de la Corte. Por otra parte, como lo ha 4. LA ASIMETRÍA
señalado César González Muñoz, una de DE LOS INSTRUMENTOS
las fallas de nuestro sistema político es la Y EL CONTRASTE INSTITUCIONAL
ausencia de debate sobre algunos temas
esenciales de la agenda pública. El entorno económico para la Constitu-
Un buen ejemplo es la controvertida ción de 1991 exhibe un contraste entre
serie de fallos de la Corte Constitucional los éxitos de la estabilización monetaria y
sobre la financiación de vivienda. Su an- la desestabilización del resto de las varia-
tecedente es la pérdida de buena parte del bles macroeconómicas, con evidentes fra-
12. Para un análisis de caso de la legislación laboral, véase Guataquí, J. y Fajardo, L., 2000, “La Corte
Constitucional y la flexibilidad del mercado laboral”, en Revista de Economía Institucional, No. 3, Universi-
dad Externado de Colombia.
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13. Para un ejemplo especialmente desafortunado de este género de literatura, véase Kugler, M. y Rosenthal,
H., 2000, Checks and Balances: an Assessment of the Institutional Separation of Political Powers in Colombia,
Documentos de Trabajo de Fedesarrollo, policopiado, Bogotá.
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14. Berlin, I., 1988, “Dos conceptos de libertad”, en Cuatro Ensayos sobre la Libertad, Alianza,
Madrid, pág. 198.
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porcione a las otras ramas del gobierno y Pérez, M., 1999, “La Genealogía del Liberalismo:
a los particulares reglas de juego que faci- Una Lectura Económica del Segundo Tratado
liten la construcción de una sociedad más sobre el Gobierno Civil de John Locke”, en
justa y con mayores posibilidades de de- Revista de Economía Institucional, Universidad
sarrollo económico y social. Externado de Colombia, Bogotá.
Sen, A., 2000, Desarrollo y Libertad, Planeta, Bogotá.
BIBLIOGRAFÍA