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Estructura y función familiar
Blanca Marcos Ortega
El médico de atención primaria que decide incorporar la
atención familiar a su práctica diaria debe plantearse, en pri-
mer lugar, la necesidad de conocer quiénes son las personas
que viven en el hogar y el tipo de relaciones que establecen
entre ellas.
Estudiar a los miembros que conforman la familia, el tipo
de vínculos que la une, quiénes habitan el hogar, es decir, su
estructura, supone una primera aproximación a la familia. Si
conocemos el armazón del grupo familiar va a ser más fácil
investigar las relaciones, los roles y las funciones, así como
comprender la importancia que desempeña en la salud/enfer-
medad de la familia y de cada uno de sus miembros.
La estructura familiar no es un fenómeno estático, sino un
proceso dinámico que varía según el momento histórico en
que se encuentre la familia, la etapa del ciclo vital por la que
transite o determinados acontecimientos vitales. Asimismo,
las familias evolucionan y cambian en la medida en que lo
hace la sociedad, y uno de los cambios sociales que más ha
influido en la estructura familiar ha sido el económico. Tam-
bién se han producido cambios en los valores y normas so-
ciales que han llegado a afectar a la estructura familiar; es el
caso del incremento en el número de madres solteras, el au-
mento de los divorcios o el retraso en la salida de los hijos
del hogar paterno.
El tipo de estructura familiar guarda una estrecha relación
con la función de la familia. La familia tiene funciones de
acuerdo con su tipología estructural, y es lógico pensar que
los roles, las actividades y las interacciones dependen de la
composición familiar y del espacio en donde habitan.
Tipos de estructura familiar
Es frecuente que las tipologías se construyan en función de
diferentes criterios. Así, por ejemplo, se utilizan el número
de miembros (familia nuclear o extensa), el tipo de matrimo-
nio (monogámica o poligámica), la autoridad (patriarcal,
matriarcal o igualitaria), la descendencia, la herencia o el
sistema de parentesco. Si cruzáramos todas estas variables,
los tipos de familia aumentarían considerablemente.
Cuando se trata de definir y caracterizar a la familia, las
dos estructuras tradicionales son la familia nuclear y la fami-
lia extensa.
La familia nuclear está constituida por dos adultos de se-
xo diferente que ejercen el papel de padres y un número va-
riable de hijos; por tanto, sólo conviven dos generaciones.
La familia extensa se constituye por una agrupación nu-
merosa de miembros en la que, junto con los padres e hijos,
se unen los abuelos, los tíos, los sobrinos, etc., abarcando
siempre a dos o más generaciones. El proceso de industriali-
zación y urbanización que supuso la revolución industrial
originó una profunda transformación en la composición de
la familia. El resultado fue la reducción progresiva del nú-
mero de miembros, hasta quedar delimitada por el matrimo-
nio y los hijos, situación que contrastaba con el modelo an-
terior de familia, donde convivían varias generaciones, pa-
rientes e incluso miembros no emparentados.
La familia monoparental, formada por el padre o la ma-
dre y los hijos, constituye otro tipo de estructura familiar
que surge como consecuencia del divorcio, el fallecimiento
o el abandono del hogar de uno de los cónyuges, o bien por
la existencia de padres solteros.
Frente a estos tres tipos de familia podemos encontrar
otras alternativas, como la cohabitación, que implica una
forma de vida similar a la de la pareja, el celibato y la vida
en comuna. Otros equivalentes familiares son los denomina-
dos grupos de amigos, que constituyen una situación muy
común entre personas jóvenes y solteras, las parejas homo-
sexuales, y también, las comunidades religiosas que viven
en un piso.
Hace unos años, Macklin presentó una tipología de for-
mas de vida familiar no tradicional en las que incluyó, junto
con las categorías ya conocidas de célibes voluntarios, coha-
bitación, comunas y relaciones homosexuales estables, las 4
siguientes: a) parejas que no desean tener hijos; b) familias
binucleares, propias de sociedades en las que el divorcio es
frecuente y donde, tras el desdoblamiento de la familiar nu-
clear, los esposos separados se reparten la custodia de los hi-
jos; c) familias adoptivas, en las que una persona viuda o se-
FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria 37
Volumen 14, Suplemento 1, 2007
TABLA 1. Algunos datos sobre la estructura familiar en España
Los españoles se casan cada vez con mayor edad. Así, la edad
media de entrada al matrimonio fue en 1995 fue de 27 años
para las mujeres y de 29 para los varones, y aumentó en 2002
a 28 años en las mujeres y 31 en los varones
Se aprecia un aumento de hogares de parejas sin hijos, que pasa
de 2 millones en 1995, a 2 millones ochocientos mil en 2002
Asistimos a un paulatino descenso en el tamaño del hogar,
de forma que el tamaño medio ha pasado de 3,21 en 1995
a 2,93 en 2002
El descenso de la fecundidad en los últimos años supone uno
de los hechos más relevantes en la evolución de la población
española
Los hogares unipersonales constituidos por persona mayores
de 65 años se ha ido elevando en estos años, pasando
de ochocientos treinta mil en 1995 a un millón ciento setenta mil
en 2002
La familia nuclear formada por la pareja y dos hijos,
que corresponde al tipo de familia conyugal moderna,
sigue siendo la más frecuente en nuestro país
El número de familias monoparentales ha aumentado en estos
años debido al incremento de la separación/divorcio, que ha
pasado de 82.588 separaciones/divorcios en 1995 a 116.278
en 2002.
El porcentaje de personas sin familia era en 1995 del 12,23%
y ha pasado al 14,53% en 2002.
parada y con hijos contrae un nuevo matrimonio, y d) padres
solteros con hijos.
Cambios en la estructura familiar
en España
En las últimas décadas se han producido en España cambios
importantes en la estructura de las familias pero, a pesar de
ello, se mantiene el modelo familiar mediterráneo caracteri-
zado por el predominio de la familia nuclear y de las unio-
nes de parejas sancionadas institucionalmente, así como por
la relativa homogeneización en los tipos de hogares, forma-
dos en su gran mayoría con lazos de parentesco.
En contraposición a este modelo está el nórdico, que pre-
senta una mayor variedad en la tipología de estructuras y ho-
gares. Por ello, no es de extrañar que los hogares sin lazo de
parentesco, unipersonales o con uniones de hecho sean pro-
porcionalmente superiores en comparación con el modelo
mediterráneo.
Los cambios que se han producido en nuestro país en lo
referente a nupcialidad, fecundidad, separación o divorcio,
que son variables que interviene en el proceso de formación-
disolución familiar, marcan también las diferencias en la ti-
pología de la familia y en las formas del hogar.
En la tabla 1 se recogen los aspectos y cambios más signi-
ficativos de la estructura familiar en España, según datos re-
cogidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística.
38 FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria
Un instrumento de abordaje de la
familia: la clasificación demográfica
de la familia
Como ya hemos mencionado con anterioridad, una de las
formas más sencillas de acercarnos al estudio de la familia
es conocer su estructura. En la práctica de la atención fami-
liar debemos ir acostumbrándonos a responder, de forma
uniforme y correcta, a estos interrogantes: ¿cuántos miem-
bros constituyen la familia?, ¿qué relación de parentesco las
une?, ¿cuántas personas viven en el hogar?
Reconocer a las familias según su estructura nos obliga a
utilizar una clasificación que incluya a todos los posibles tipos
de familia e, igualmente, debemos capacitarnos para recono-
cer las características diferenciales del subsistema fraternal.
Proponemos como herramienta de trabajo una clasifica-
ción basada en la familia nuclear y en los elementos que
constituyen el subsistema fraternal.
En 1991 ideamos una clasificación de la estructura fami-
liar basada en la familia nuclear y hace dos años estableci-
mos una nueva clasificación que, si bien tiene en cuenta los
aspectos básicos de la propuesta anterior, aporta nuevos e
importantes elementos referidos a las dos formas estructura-
les emergentes: la familia monoparental y la reconstituida.
Esta clasificación que proponemos como herramienta de
trabajo está constituida por seis tipos (extensa, nuclear, mo-
noparental, reconstituida, personas sin familia y equivalen-
tes familiares), subdividiendo a las familias nucleares y mo-
noparentales, según la proximidad geográfica de las familias
de origen con la de procreación y su ampliación con parien-
tes o agregados.
En las familias monoparentales y reconstituidas se valo-
ran otros aspectos estructurales.
Nuestra propuesta de clasificación estructural de la fami-
lia (tabla 2) es la siguiente:
1. Familia extensa. Es aquella en la que se mantiene el
vínculo generacional y en la que más de dos generaciones
conviven en un mismo hogar.
2. Familia nuclear. Es la formada por dos individuos, que
ejercen las funciones de padres, y sus hijos.
– Según la proximidad a la familia nuclear de los miembros
de las familias de origen se subdividen en: a) familia nuclear
con parientes próximos: se refiere a las familias que tiene en la
misma localidad, pero sin vivir en el mismo hogar, a algún
miembro de las familias de origen, fundamentalmente a los pa-
dres de uno o ambos cónyuges; b) familia nuclear sin parien-
tes próximos: se cataloga así a las familias que no tiene ningún
componente de las familias de origen en la misma localidad
– Familia nuclear ampliada. Reciben esta denominación
cuando en el hogar conviven otras personas y se subdivide

en: a) familia nuclear ampliada con parientes; el aumento
de personas en el hogar es de parientes (abuelos, padres, tí-
os, primos, etc.); b) familia nuclear ampliada con
agregados: viven en el hogar personas sin ningún vinculo
consanguíneo (amigos, servicio doméstico, huéspedes).
3. Familia monoparental. Es la constituida por uno solo
de los cónyuges y sus hijos
Como las familias nucleares, se pueden subdividir de la
siguiente manera:
– Según la proximidad a la familia monoparental de los
miembros de las familias de origen se subdividen en: a) fa-
milia monoparental con parientes próximos, y b) familia
monoparental sin pariente próximos.
– Familia monoparental ampliada: a) familia monopa-
rental ampliada con parientes, y b) familia monoparental
con agregados.
4. Familia reconstituida. Es la constituida por dos adul-
tos, en la que al menos uno de ellos trae un hijo habido de
una relación anterior. Se subdividen en cuatro categorías: a)
familia reconstituida con madrastra, cuando el padre que vi-
ve con sus hijos se une a otra mujer; b) familia reconstituida
con padrastro, cuando la madre con hijos se casa de nuevo;
c) familia reconstituida con padrastro y madrastra, cuando
la pareja aporta hijos de matrimonios previos, y d) familia
reconstituida con hijos comunes: se da esta circunstancia
cuando, en cualquiera de las categorías anteriores, la nueva
pareja tiene un hijo
5. Personas sin familia. Es la persona que vive sola. Se
incluye en este epígrafe no sólo al adulto soltero, sino tam-
bién al viudo o divorciado sin hijos y a los jóvenes que, por
necesidades de trabajo, viven solos.
6. Equivalentes familiares. Se incluyen en este aparatado
las familias que no se pueden incluir en los apartados ante-
riores.
Conviene aclarar la diferencia entre familia extensa y fa-
milia nuclear ampliada con parientes, ya que en ambas con-
viven en el mismo hogar tres o más generaciones. Su clasifi-
cación en una u otra tipología dependerá de quién es el due-
ño del hogar. Cuando la familia permanece en el mismo
hogar que los abuelos se clasificará como familia extensa,
cuando son los padres los que van vivir con los hijos se de-
nomina de familia nuclear ampliada con parientes.
Familia nuclear
Los estudios realizados en estos últimos años sobre la es-
tructura familiar en España confirman la prevalencia de la
familia nuclear, aunque hay un incremento de otras tipologí-
as familiares.
B. Marcos Ortega.– Estructura y función familiar
TABLA 2. Clasificación estructural de la familia (tipología
estructural familiar)
Familia extensa
Familia nuclear
Según la proximidad a la familia nuclear de los miembros
de las familias de origen se subdividen en:
Familia nuclear con parientes próximos
Familia nuclear sin parientes próximos
Familia nuclear ampliada
Familia nuclear ampliada con parientes
Familia nuclear ampliada con agregados
Familia monoparental
Según la proximidad a la familia monoparental
de los miembros de las familias de origen se sudividen en:
Familia monoparental con parientes próximos
Familia monoparental sin pariente próximos
Familia monoparental ampliada:
Familia monoparental ampliada con parientes
Familia monoparental con agregados
Familia reconstituida
Familia reconstituida con madrastra
Familia reconstituida con padrastro
Familia reconstituida con padrastro y madrastra
Familia reconstituida con hijos comunes
Personas sin familia
Equivalentes familiares
En las investigaciones de Del Campo y De la Revilla, el
porcentaje de familias nucleares es del 76 y el 77%. Según
Del Campo, la estructura de la familia que prevalece en Es-
paña es la misma que impera en las sociedades occidentales.
Posiblemente, este hecho esté favorecido porque la distribu-
ción del espacio de los hogares en las ciudades está pensada
para este tipo de familias. Por el contrario, De Miguel cree
que este predominio tiene su fundamento en la nueva distri-
bución laboral y en el desarrollo industrial.
La familia nuclear íntegra
La familia nuclear ha sido definida por Pastor como aquella
comunidad en la que predomina, exclusivamente, un princi-
pio de parentesco primario, en la que el núcleo familiar lo
constituyen marido, esposa y uno o más hijos.
Para Garrido es necesario distinguir la familia nuclear,
entendida como estructura, del «complejo de relaciones de
la familia nuclear». Este último estaría representado por las
relaciones entre padres, hijos y hermanos, lo que se conside-
ra como interacción de roles.
En general, por familia nuclear se entiende un grupo for-
mado por un hombre, una mujer y sus hijos socialmente re-
conocidos.
FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria 39
Volumen 14, Suplemento 1, 2007
TABLA 3. Subsistemas de la familia nuclear
Subsistema conyugal
Subsistema fraternal
Número de hijos
Orden de nacimiento
Diferencia de edad entre hermanos
Sexo de los hermanos
Es interesante destacar que estas familias, aunque habitan
y forman un núcleo pequeño, su estilo de vida y los contac-
tos que tienen con otros miembros de sus familias hacen re-
cordar el funcionamiento de las antiguas familias extensas.
Y es que, habitualmente, todos formamos parte de dos nú-
cleos familiares, el de la familia de origen, constituido por
nuestros padres, hermanos, tíos, sobrinos, y el de la familia
de procreación, que es la familia nuclear, conformada por la
mujer, el marido y los hijos.
Las relaciones de la familia nuclear
La familia nuclear debe adecuar su mapa relacional a los
cambios estructurales que tienen que ver con la etapa del ci-
clo vital familiar en que se encuentre. Así, cuando la familia
discurre por la etapa de «nido sin usar», las relaciones se
centran en la pareja, ya que el núcleo familiar queda limita-
do al holón o subsistema conyugal. Por el contrario, cuando
la familia crece con la llegada de los hijos, el mapa relacio-
nal se amplía por la presencia de los miembros del subsiste-
ma fraternal.
Por otra parte, la familia nuclear o de procreación deberá
reajustar sus relaciones con las familias de origen en todo
momento.
En la tabla 3 se exponen algunas características de los sub-
sistemas conyugal y fraternal que es necesario tener en cuen-
ta para poder comprender las relaciones de la familia nuclear.
El subsistema conyugal
La pareja no surge de la consanguinidad, como ocurre en la
familia, ni siquiera de las relaciones de proximidad o convi-
vencia, sino que en el inicio de la pareja está la vinculación
voluntariamente establecida entre dos individuos, tal como
señalan Garrido y Martínez.
Para Lazarus, el afecto conyugal sólo puede darse si ocu-
rren determinadas circunstancias, tales como bondad, consi-
deración, comunicación, ajuste armónico a los hábitos de ca-
da uno, consenso sobre temas importantes y respeto mutuo.
De la calidad de la relación de la pareja parece depender
el futuro de la familia nuclear. La pareja sana, según Bea-
vers, será la que tiene una distribución de poderes abierta, la
que muestra unas fronteras definidas, opera preferentemente
en el presente, respeta las elecciones individuales, es eficaz
en las negociaciones y comparte sentimientos positivos.
40 FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria
El subsistema fraternal
El subsistema fraternal o constelación fraterna esta constitui-
do por los hijos. Según De la Revilla, hay una serie de varia-
bles, como el número de hijos, el orden de nacimiento, etc.,
que deben tenerse muy en cuenta al estudiar las relaciones
de la familia nuclear y las interacciones entre sistemas.
Número de hijos. Cuando se estudia la familia nuclear es
importante tener en cuenta el número de hijos. Parece que
las familias numerosas tienen una mayor capacidad para
asumir los roles que corresponden al «holón de hermanos»,
permitiéndoles conectar socialmente con el grupo y, sobre
todo, con las agrupaciones extrafamiliares como la escuela,
las asociaciones, el trabajo, etc., lo que facilita la conviven-
cia, mejora la relación con el entorno y preserva la homeos-
tasis familiar.
Orden de nacimiento. Es importante conocer el lugar
que ocupan los componentes del holón de los hermanos.
Así, en el hijo mayor se centran las máximas expectativas de
los padres, de él se esperan siempre grandes cosas, por lo
que suele ser el más responsable y tradicional. A veces llega
a ocupar un importante papel en el subsistema parental, con
la misión de educar y controlar el desarrollo y crecimiento
de sus hermanos.
Por el contrario, el hijo menor suele sentirse más libre y
menos cargado de responsabilidad. Al ser durante mucho
tiempo mimado por el resto de la familia, se le disculpan las
faltas, tiene menor respeto por la autoridad y suele ser me-
nos convencional.
Los hijos centrales precisan luchar por buscarse un espa-
cio y un papel en la familia, mostrando características del hi-
jo menor o mayor, o bien, una mezcla de todas ellas.
Cuando se trata de un hijo único, éste se convierte en el
único centro de atención de sus padres y, aunque resulte pa-
radójico, suele ser más independiente, sociable y de una
condición más adulta que la correspondiente a su edad.
Otros, sin embargo, están más apegados a sus padres y no es
extraño que muestren ansiedad o rebeldía por el exceso de
atención y protección de sus padres.
La diferencia de edad entre los hermanos. A menor
diferencia de edad entre los hermanos, más experiencias de
vida compartida poseerán, tal como señalan McGoldrik y
Gerson. Por el contrario, cuanto mayor es la diferencia en
años, menos vivencias disfrutarán juntos. Cuando la dife-
rencia de edad supera los 6 años, prácticamente no existen
contactos y el comportamiento es similar al de los hijos
únicos, por lo que se les denomina hijos únicos funciona-
les.
En las familias donde hay marcadas diferencias de edad
entres los hermanos, los afines en edad tienden a agruparse
creando nuevos subsistemas del holón fraterno.

El sexo de los hermanos. El subsistema fraternal, como
hemos señalado anteriormente, tiene una notable influencia en
la socialización, la relación con sus afines, la socialización,
etc. Por ello, es lógico suponer que el sexo de los hijos condi-
cionará el estilo de vida y la conducta de sus componentes.
Es frecuente que los hermanos se agrupen de acuerdo con
su sexo y que un varón que tenga sólo hermanas en su sub-
sistema fraterno tenga menos dificultades en sus relaciones
con las mujeres, y viceversa.
Las relaciones entre los subsistemas
La dinámica general de la familia nuclear está condicionada
por la dinámica particular que adopte cada subsistema. En
las relaciones entre los subsistemas, los límites o fronteras
ejercen una decisiva influencia, ya que la comunicación de-
penderá de la flexibilidad/rigidez y la variabilidad/perma-
nencia de la delimitación intersistémica. La armonización
entre rigidez y flexibilidad permitirá que los componentes
de los holones tengan un proceso evolutivo normal.
Los límites rígidos dificultan la comunicación y el con-
tacto con otros subsistemas familiares y con el entorno so-
cial. Por el contrario, cuando las fronteras son muy flexibles,
queda bloqueado el sentido de pertenencia al holón corres-
pondiente, con la consiguiente pérdida de indentidad.
Conviene investigar las reglas, implícitas o explícitas, que
presiden las relaciones entre los miembros de cada subsistema
y analizar la dinámica de los distintos subsistemas para cono-
cer con detalle lo que acontece en el interior de una familia.
Los conflictos intersistémicos-subsistémicos que desenca-
denan daños a alguno de los componentes de la familia tie-
nen diversos orígenes. Unas veces pueden deberse a la falta
de claridad acerca de las funciones que deben cumplir los
miembros de cada subsistema. En otras ocasiones, la lucha
tiene como único objetivo diferenciar el propio subsistema
de los demás. Si el subsistema no ha sido respetado y dife-
renciado por los otros como algo peculiar y con característi-
cas propias, sus miembros se organizan en torno a diferentes
tipos de comportamiento con los que enfrentarse y luchar
con los demás.
En cada familia, del mismo modo que hay un reparto de
papeles entre sus miembros, también se produce una deter-
minada distribución de espacios. Por ello, conviene saber no
sólo lo que cada componente de la familia tiene que hacer,
sino también el terreno que cada cuál ha de ocupar.
El subsistema conyugal tiene a su disposición todo el ho-
gar, mientras no aparezcan los hijos, y sobre este espacio va
a estructurar sus relaciones. Cada subsistema necesita tener
su propio territorio con sus fronteras claramente estableci-
das. Es conveniente saber el espacio de que va a disponer el
holón conyugal y cómo lo va a compartir con los hijos. En
todo momento se hace preciso garantizar para la pareja un
espacio propio que permita compartir afectos, aspiraciones y
desarrollar la sexualidad. Cuando no se delimitan los territo-
B. Marcos Ortega.– Estructura y función familiar
rios, cuando nadie tiene un espacio para su intimidad, se ge-
neran conflictos entre los subsistemas.
Minuchin hablaba de familias con puertas abiertas o puer-
tas cerradas para explicar lo que sucede entre los subsiste-
mas, permitiendo o no la independencia de cada miembro de
los distintos subsistemas.
Tan importantes como los límites territoriales son los
confines vitales o emocionales, es decir, las relaciones afec-
tivas entre los miembros de cada sistema y los espacios
emocionales que necesitan para conseguir una relación satis-
factoria.
Los componentes del holón conyugal tienen el derecho y
la obligación de reservarse para sí un lugar para el desarrollo
de su propia identidad. Para conseguirlo, necesitan crear
unos límites precisos con el subsistema fraternal, de forma
que se establezca con claridad una separación entre los roles
marido/mujer y padre/madre.
Por otra parte, el mundo emocional de los miembros del
subsistema fraternal debe facilitar su desarrollo, permitiendo
una progresiva independencia y una correcta relación con
los pares y su entorno social.
Cuestiones prácticas
En el hogar de los Ramírez viven Ramón de 44 años, Ade-
laida de 40 años y sus hijos Elena de 16 años, Ramón de 14
años y Francisco de 11.
Constituyen una familia nuclear íntegra.
Ramón y Adelaida están casados desde hace 18 años, han
tenido algunos conflictos de pareja relacionados con el he-
cho de Adelaida dejó su trabajo al nacer el primer hijo y
con el nacimiento del ultimo, que fue un embarazo no desea-
do. Estos y otros problemas se han solucionado.
El subsistema conyugal tiene una función normal, con
una buena relación de la pareja.
Los 3 hijos del matrimonio tienen una edad similar, todos
estan en la adolescencia, dos son varones. La mayor de las
hijas ejerce ocasionalmente un rol parental por cesión, por
parte de los padres, de alguna toma de decisiones. Las rela-
ciones con los padres a veces son difíciles, especialmente
con la hija mayor, que se encuentra en la fase de adolescen-
cia media.
En el subsistema fraternal se produce un desplazamiento
de la hija mayor hacia el subsistema parental. La relación
entre subsistema es flexible y correcta.
La familia nuclear con o sin parientes
próximos. Las familias de origen
La clasificación demográfica de la familia basada en la fa-
milia nuclear incluye dos categorías: familiar nuclear con
parientes próximos o sin parientes próximos, según tenga o
no algún miembro de la familia de origen viviendo en la
misma ciudad.
FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria 41
Volumen 14, Suplemento 1, 2007
TABLA 4. Relaciones de la familia de origen y la de procreación
Transmisión de mitos y rituales
Aporte de apoyo social
Intervención en la función familiar
Las familias de origen son los referentes básicos de la fa-
milia nuclear (tabla 4), y cada miembro de la nueva pareja
aporta las reglas, normas y mitos de la familia de proceden-
cia. El primer compromiso a que se somete el holón conyu-
gal es el de confrontar reglas y rituales para depurarlos o
cambiarlos, incorporarlos o desecharlos, de forma que se
conforme un nuevo sistema de reglas que permita a la nueva
familia elaborar los mecanismos reguladores de los límites,
la homeostasis y la interacción.
Las relaciones de la familia de origen con las de procrea-
ción producen, a veces, graves alteraciones de la dinámica
familiar. El excesivo protagonismo de algún miembro de las
familias de origen puede generar serios conflictos en la de
procreación.
En otras ocasiones, especialmente cuando se han estable-
cido límites claros y bien definidos entre ambas familias, las
de origen se constituyen en uno de los recursos más impor-
tantes de la familia nuclear. El apoyo afectivo, instrumental,
confidencial o económico constituye un aporte importante
de las familias de origen, que puede resolver o contribuir a
superar situaciones difíciles o comprometidas de la familia
nuclear.
La transmisión de mitos y rituales desde las familias
de origen
La familia no inicia su andadura partiendo de cero, sino que
los cónyuges tienen un sistema de creencias y de expectati-
vas que se construyen y nutren a partir de la memoria colec-
tiva, los mitos, los rituales y las reglas procedentes de las fa-
milias de origen. Las familias de origen crean mitos y ritua-
les, o bien los reciben de generaciones anteriores, y tienen la
obligación de transmitirlos a sus descendientes, es decir, a
las familias de procreación.
TABLA 5. Tipos de mitos y rituales que transmite la familia
de origen a la de procreación
Mitos de armonía
Mitos de disculpa y redención
Mitos de salvación y protección
Rituales recurrentes
Rituales tradicionales
Ritos de interacciones familiares
42 FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria
Los mitos de las familias de origen
Para Ferreira, el mito estaría constituido por las creencias o
las opiniones bien sistematizadas y compartidas por todos
los miembros del sistema familiar respecto a sus roles mu-
tuos y la naturaleza de su relación. Una característica funda-
mental de todo mito es que, tras esas convicciones comparti-
das, se oculta un intento de negar la realidad. Se podría decir
que el mito es un mecanismo defensivo o una especie de
fuerza amortiguadora frente a los cambios o las alteraciones
imprevistas.
Lo que caracteriza al mito, según Ríos González sería:
– Da a cada miembro un rol que es aceptado por todos y
cuyo desafío se convierte en un verdadero tabú.
– Otorga atributos a cada uno de los miembros de la fa-
milia.
– Se convierte en una parte inseparable del contexto fami-
liar y se hace tan importante que forma parte de la imagen
interna de la familia.
– Tiene una clara función homeostática que permite man-
tener un equilibrio útil para la familia. Si se rompe el mito,
se rompe el equilibrio familiar.
– Sirve para oscurecer o negar una realidad que resulta
penosa para la familia y cuya aceptación sería muy dolorosa.
– Se transmite de generación en generación y para descu-
brirlos hay que rastrear en la vida de la familia que los esta-
bleció en su interior. Está claro que su descubrimiento ha de
hacerse a través de la localización de las reglas que presiden
la relación familiar y que permanecen ocultas o sumergidas
en la rutina de la familia.
Stierlin llega a clasificar a los mitos en tres grupos (tabla 5).
Mitos de armonía. Presenta un cuadro bucólico de una
felicidad familiar llena de armonía. Este tipo de mito se da
en familias aprisionadas por el descontento, los conflictos, la
depresión o el aburrimiento, y que al mismo tiempo intentan
hacer ver a los demás que son familias felices.
Mitos de disculpa y redención. Asumen el papel de ex-
piar las culpas de la familia en lugar de otros. Es un mito ex-
culpatorio que hace recaer sobre otras personas los proble-
mas y culpas familiares. Tiene la ventaja de que no necesita
una víctima presente y activa, ya que para construir y mante-
ner el mito es suficiente una persona ausente, incluso muer-
ta, sobre la que descargar todas las tensiones de los presen-
tes.
Mitos de salvación y protección. Sirven para ampliar los
mitos de disculpa, ya que se cree que después de toda repa-
ración viene la salvación y que después de la fatiga o el do-
lor llega un final esperado y beneficioso.
La base del mito está en la creencia de que todo sufri-
miento, así como cualquier injusticia que afecta a la familia,
puede borrarse por la intervención de una persona. Este sal-

vador mítico puede ser un pariente o un amigo capaz de so-
correr y liberar de sufrimientos y conflictos a todos los que
padecen por una circunstancia determinada.
Los rituales de las familias de origen
Los ritos son una serie de conductas estrictamente codifica-
das dentro de la familia que se repiten en el transcurso del
tiempo y de los cuales participan una parte o todos los
miembros de la familia (Andolfi y Angelo).
Parecen tener por objeto la transmisión a los participantes
de determinados valores o actitudes, que tienen lugar ante
determinadas situaciones o vivencias emocionales ligadas a
ellos. Pero, al mismo tiempo, se prestan como soporte a los
significados que cada miembro le atribuye, enriqueciéndolas
con nuevas aportaciones que contribuyen a las sucesivas
transformaciones familiares.
Los ritos familiares se ven influidos por las convenciones
y los valores culturales del entorno social y familiar, por lo
que parcialmente reproducen o complementan ritos sociales.
Pero sobre todo son portadores de creencias familiares habi-
tualmente no verbalizadas y que se transmiten mediante el
cumplimiento del ritual.
Es importante tener en cuenta que los ritos familiares tie-
nen una función de aprendizaje. Gracias a ellos, todos los
miembros de la familia aprenden a conocer a los otros y a
comportarse de forma adecuada frente a ellos, además de
aprender a descubrir sus puntos débiles.
Los ritos familiares se dividen en recurrenciales, tradicio-
nales e interacciones familiares.
El apoyo social aportado por las familias de origen
Las familias de origen ocupan un lugar muy importante en la
red social de la familia de procreación. Este apoyo se hace
más necesario en determinadas circunstancias como la enfer-
medad, el parto, la incorporación de la mader al trabajo, etc.,
y puede ser de tipo económico, confidencial, afectivo, etc.
Con el tiempo, esta corriente de apoyo social de las fami-
lias de origen a las familias de procreación se invierte. El
envejecimiento, el fallecimiento de uno de los padres o la
pérdida económica hace que sean los hijos quienes tengan
que acudir en ayuda de los padres. El apoyo que en estas
circunstancias tiene que aportar la familia de procreación
también puede ser generador de conflictos intergeneracio-
nales.
Las alteraciones de la función familiar generadas
en las familias de origen
Las familias de origen intervienen en el normal funciona-
miento de las familias de procreación. Aportan creencias, re-
glas, normas y valores, además de contribuir con distintas
dimensiones del apoyo social a su normal desenvolvimiento.
Pero las familias de origen son también fuente de conflic-
to, ya que alteran la dinámica de la familia de procreación y
B. Marcos Ortega.– Estructura y función familiar
son causa de disfunciones. La dificultad, e incluso la imposi-
bilidad de mantener límites precisos entre unas y otras facili-
ta «el desembarco» de algún miembro de las familias de ori-
gen en la familia nuclear, ocasionando alteraciones en su di-
námica.
Bergman analiza el origen de disfunciones en las familias
de procreación y destaca la frecuencia con que se ven impli-
cadas una o las dos familias de origen. Este autor plantea
tres supuestos. El primero lo denomina «solo se puede estar
casado con una persona a la vez». Hace referencia a que,
ante la demanda de ayuda de un paciente que forma parte de
una familia en la que todos sus miembros están vinculados a
sus respectivas familias de origen, alguno de la familia de
origen interviene de forma negativa en las relaciones de los
cónyuges. Esto significa que persiste el vínculo con la fami-
lia de origen y que por lo menos uno de ellos «esta todavía
casado con uno de sus progenitores». El segundo supuesto
se produce cuando ambos cónyuges están unidos o fusiona-
dos con sus respectivas familias de origen. El tercer supues-
to hace referencia a que las personas incapaces de vincularse
o de establecer relaciones estables con otros porque están
aún casadas con sus progenitores, preferentemente con las
madres. Ante un paciente que consulta por síntomas psíqui-
cos o psicosomáticos, Bergman cree que se debe sospechar
que su problema radica en que esta persona esta aislada y se
siente aislada porque continúa unida emocionalmente con
uno de sus padres o profundamente vinculada en el matri-
monio de ambos. En este contexto es frecuente descubrir
que el paciente ha sido abierta o encubiertamente el confi-
dente o compañero emocional de su madre.
Cuestiones prácticas
En la familia Ramírez, los padres y hermanos de Ramón vi-
ven en la misma ciudad que ellos, el padre de Adelaida fa-
lleció hace tres años, su madre y hermanos viven en otra
ciudad.
Los Ramírez son una familia nuclear con parientes próxi-
mos.
Ramón tiene una buena relación con sus padres y es algo
distante con sus hermanos. Adelaida tiene una excelente re-
lación con su suegro y distante con la suegra. Los padres de
Ramón no intervienen en la vida de su hijo.
Las familias de origen no generan conflictos con la fami-
lia de procreación.
Elena, la hija mayor de la familia Rodríguez, esta enfa-
dada, ha tenido que cambiar todos sus planes, esta tarde
no podrá ir con sus amigas al cine y no podrá reunirse con
Alberto para tomar una cerveza. Toda la familia tiene que
ir a casa de los abuelos, a celebrar el cumpleaños de la
abuela. Elena sabe que sus padres son inflexibles cuando
se trata de las onomásticas y cumpleaños de los abuelos y
tíos.
FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria 43
Volumen 14, Suplemento 1, 2007

Puntos clave
• Para trabajar con familias es necesario, en primer lugar, conocer su estructura, es decir, los miembros
que conforman la familia, que habitan en hogar y el tipo de vínculo que los une.
• En los últimos años se han apreciado los siguientes cambios en las familias españolas: las personas se casan
cada vez con mayor edad; se aprecia un descenso del tamaño el hogar; la proporción de familias extensas
es baja y se observa un incremento de las familias monoparentales y reconstituidas.
• La clasifiación demográfica de la familia es el primer paso para poder conocer problemas y
realizar intervenciones familiares.
• En la familia nuclear, el mecanismo utilizado para relacionarse tiene que ver con la composición
y las características de los subsistemas conyugales, y el fraternal.
• Las familias de origen representan un importante papel en el establecimiento y el mantenimiento
de las familias de procreación.
• Las familias de origen transmiten mitos y rituales y son, en muchas circunstancias, una importante fuente
de apoyo social, pero también puede ser origen de conflictos.
• La familia nuclear modifica su estructura cuando se incorporan nuevos elementos al hogar; habitualmente,
este incremento se realiza a partir de las propias familias de origen. Esta ampliación de la familia nuclear
conlleva, en ocasiones, cambios del mapa familiar y modificaciones de roles y funciones.
• A veces, el incremento de la familia nuclear se hace con personas sin ningún vínculo de consanguinidad
(agregados). Este cambio estructural también puede afectar a la función de la familia.

La familia Ramírez mantiene los ritos de interacciones fa-
miliares transmitidos por la familia de origen.
Ramón, el hijo de 14 años, lleva dos inviernos subiendo
a la sierra a esquiar. Los padres no quieren comprarle un
nuevo equipo de esquíes. La abuela decide correr con todos
los gastos.
La familia de origen ha asumido el papel de apoyo social
en su dimensión económica.
La familia nuclear ampliada
La familia nuclear modifica a veces su estructura al incorpo-
rar nuevos elementos al hogar. Este incremento lo hace, por
lo general, a partir de las propias familias de origen que, por
distintas circunstancias, se integran en el hogar y forman
parte de la familia nuclear. Otras veces, la ampliación de la
familia se debe a la llegada al hogar de otras personas a las
que no les unen vínculos de parentesco.
Familia nuclear ampliada con parientes
La incorporación de parientes a la familia nunca es neutral.
En ocasiones puede ser bienvenida por lo que supone de
ayuda tanto económica como estructural, pero en otros casos
resulta rechazada por el mayor trabajo o los cambios que in-
duce en las reglas o en el mapa familiar.
Conocer el motivo de la ampliación es importante para
entender los problemas que suelen surgir en la familia. No
es lo mismo la incorporación a la familia de un abuelo enfer-
mo que ha enviudado, lo que ocasiona un esfuerzo sobreaña-
dido, que la de una abuela, aún joven, que aporta muchos re-
cursos al hogar.
Cambio estructural y del mapa familiar. El nacimiento,
la salida de los hijos del hogar o el fallecimiento de uno de
sus miembros producen un aumento o una disminución de la
familia de forma natural. Sin embargo, la ampliación de la
familia nuclear por la llegada de parientes ocasiona una mo-
dificación estructural artificial.
La presencia de un nuevo miembro da lugar a un cambio
en el mapa familiar, sobre todo cuando el hogar es de dimen-
siones reducidas. La necesidad de encontrar un dormitorio pa-
ra la persona recién distribuida obliga a agrupar a los herma-
nos o a utilizar la misma habitación para la hija y la abuela.
Cambio de roles y funciones. Con la llegada de un nue-
vo miembro a la familia cambian los papeles y funciones de
todos, unas veces porque se incorporan tareas nuevas como
acompañar a pasear al abuelo, y otras por la realización de
actividades distintas.
Un nuevo miembro de la familia también puede realizar
roles sustituyendo a algún familiar. Por ejemplo, cuando la
abuela se ocupa de parte de las tareas domésticas.
Estos cambios de roles pueden ejercer un influjo positivo
en la familia o, por el contrario, ser punto de partida de dis-
funciones.
La interrelación y posible parentalización. La llegada
de un miembro de la familia de origen puede generar con-
flictos al intentar restablecer antiguas reglas, creando tensio-
nes entre lo antiguo y lo nuevo, el pasado y el presente.
Cuando se incorpora el abuelo/a a la familia nuclear, ésta
ocupará siempre un lugar en la parentalización de los hijos.
La mayoría de las veces enriquecerá con su memoria el
mundo emocional familiar, recordará tradiciones, mitos y ri-

44 FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria


tuales, facilitará la transmisión de creencias y conocimien-
tos, y, por último, imprimirá un sentimiento de identidad y
pertenencia.
La red y el apoyo social. La ampliación de la familia nu-
clear se acompaña a veces de un aumento de la red social in-
trafamiliar. El nuevo miembro de la familia aporta apoyo
instrumental, recursos financieros e incluso apoyo confiden-
cial o afectivo.
En otras ocasiones, el incremento de la familia da lugar a
una reducción de los recursos familiares, ya que el nuevo
miembro gasta parte de sus recursos obligando a la red so-
cial a aportar nuevas ayudas.
Familia nuclear ampliada con agregados
Es la familia nuclear que se amplía con la incorporación de
personas sin ningún vínculo de consanguinidad. La presen-
cia en el hogar de personas sin relación familiar puede de-
berse a distintos motivos: personas del servicio doméstico a
tiempo completo, compañero de uno de los hijos, huéspe-
des, etc.
Esta situación obliga a modificar el mapa del hogar, al re-
ducir los espacios para al convivencia y obligar a agrupar a
todos sus componentes en estancias más pequeñas. En un
mismo espacio deberán convivir personas que forman parte
de familias diferentes, con el consiguiente enfrentamiento de
normas, reglas y valores diferentes.
Esta conformación de la familia puede ser en cambio po-
sitivo porque permite intercambiar experiencias, facilita los
sistemas de comunicación y potencia las señas de identidad
familiar.
Bibliografía comentada
De la Revilla Negro E, Constan Rodríguez E, López de Hierro Ruiz JA,
Cardenas Viedma S. Valor del genograma en el estudio de la estructura
familiar y en la identificación de una nueva tipologia estructural. Scien-
tia. 2005;10:201-14.
En este artículo, los autores evalúan la capacidad que tiene el genograma
para identificar las distintas clases de estructura familia, y ponen de ma-
nifiesto que es una excelente técnica para el estudio de la nueva tipolo-
gía estructural familiar.
B. Marcos Ortega.– Estructura y función familiar
Garrido M. Estructura, relaciones y funciones de la familia. En: Espina A,
Pumar B, Garrido M, editores. Problemas familiares actuales y terapia
familiar. Valencia: Promolibro; 1995.
En una primera parte se exponen distintos tipos de estructura familiar
centrándose en la propuesta de Sussman de la familia occidental. Desta-
ca el estudio sobre la estructra de la familia española y sus aportaciones
a concepto de salud familiar, en el que se tienen en cuenta la estructura,
las funciones y las relaciones del sistema familiar.
Instituto Nacional de Estadística. Indicadores sociales de España, 2004.
Madrid: Instituto Nacional de Estadística; 2005.
Su lectura permite conocer los cambios que se han producido en nuestro
país en lo referente a nupcialidad, fecundidad, separación o divorcio, así
como sobre los tipos y tamaños del hogar, que son variables que inter-
vienen en la tipología de la familia y en las formas del hogar.
De la Revilla L, Campa F. Evaluación familiar de las personas mayores.
En: De la Revilla L, editores. Atención domiciliaria y atención familiar
en las personas mayores. Granada: Fundación para el Estudio de la
Atención a la Familia; 2003.
En este capítulo se presenta una nueva clasificación de la tipología es-
tructural familiar, en la que destaca la subdivisión de las familias mono-
parentales y las familias reconstituidas, modificaciones necesarias por el
crecimiento progresivo de estos dos tipos de estructura.
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