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¿Qué Es El Programa Erasmus. Movilidad Internacional de Estudiantes y Docentes
¿Qué Es El Programa Erasmus. Movilidad Internacional de Estudiantes y Docentes
25 AÑOS DE ÉXITO
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Contenido
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2. «Improving the participation in the Erasmus Programme»
3. La importancia de las barreras financieras
4. Otros factores que afectan a la participación en Erasmus
10. Los países receptores. El índice de elegibilidad
11. Las áreas de estudio de los estudiantes Erasmus
12. Erasmus como motor de mejora de la calidad del sistema de educación superior
1. Conclusiones derivadas de la revisión de la literatura existente
2. Conclusiones derivadas de la encuesta
13. La movilidad internacional de los estudiantes. La internacionalización
14. Los Erasmus españoles
1. La motivación personal
2. El conocimiento y la popularidad de Erasmus
3. Los aspectos financieros
4. Condiciones para ser un Erasmus
5. La compatibilidad entre los sistemas educativos
15. Erasmus y las universidades españolas
1. Evolución de la movilidad de estudiantes en los últimos diez años: 2001-2002 a
2010-2011
2. La magnitud del crecimiento
3. El porcentaje de alumnado Erasmus en relación con el total del alumnado
4. El porcentaje de alumnos Erasmus en relación con el total de egresados
5. El porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) en relación al total de
alumnos matriculados
6. El porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) en relación al total de
alumnos egresados
7. Conclusiones
16. La elección de la institución de acogida
17. Erasmus en las enseñanzas artísticas superiores
1. La movilidad de estudiantes para estudios
2. Movilidad de estudiantes para prácticas
3. Movilidad de profesores para impartir docencia
4. Movilidad de personal para formación
18. Erasmus en la Formación Profesional de grado superior
1. Movilidad de estudiantes
2. Movilidad del personal
19. El decálogo del becario Erasmus
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1. Espíritu emprendedor
2. Mente abierta
3. Competencia lingüística
4. Elegir bien la institución
5. Organizar bien la estancia
6. Integrarse en el país
7. Aprovechar la estancia
8. Construir Europa
9. Disfrutar
10. Repetir con una estancia para prácticas
20. Diez medidas para mejorar la participación en el programa Erasmus
1. Incrementar la cuantía de las becas
2. Distribuir mejor la cuantía de las becas
3. Premiar la demanda
4. Estimular el aprendizaje de lenguas en la educación secundaria y en la superior
5. Que el estudiar un año fuera sea obligatorio
6. Estimular el número de programas en una lengua extranjera
7. Mejorar la información sobre el programa
8. Mejorar los servicios a los estudiantes
9. Incrementar la compatibilidad entre cursos y programas
10. Incrementar la calidad de la movilidad
21. El futuro de Erasmus: «Erasmus para todos»
1. Movilidad individual
2. Cooperación para la innovación y las buenas prácticas
3. Apoyo a las políticas de reformas
4. Iniciativa Jean Monnet
Bibliografía
Créditos
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Para mis hijas, Lina, Aida y Clara, y mis nietos, Sofía, Diego, Marco,
Lucía, Amelia, Leila y Mateo, que me dan luz y alegría cada día.
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PRÓLOGO
1
Por Manuel Marín
Visto con la perspectiva que dan estos 25 años de existencia, Erasmus ha sido y sigue
siendo una de las iniciativas europeas que más han contribuido a la creación de una
Europa de los ciudadanos, sin fronteras, donde la movilidad es un hecho
extraordinariamente positivo que han vivido de forma personal casi tres millones de
jóvenes, entre ellos 356.000 españoles.
Creo que nadie de los que participamos en el nacimiento de Erasmus éramos
conscientes de la repercusión que el programa iba a tener en el futuro y mucho menos
imaginarnos su capacidad para transformar el sistema europeo de educación superior y
calar con tanta profundidad en la sociedad de nuestros días.
Hace veinticinco años, los programas de educación europeos eran prácticamente
inexistentes: tan sólo había empezado, el 24 de julio de 1986, el llamado COMETT, un
programa de cooperación universidad-empresa cuyo objetivo era «reforzar la formación
en las tecnologías avanzadas y desarrollar recursos humanos altamente cualificados que
permitan mantener un alto nivel competitivo en la industria europea». Nada que ver con
los numerosos y relativamente importantes programas europeos que actualmente existen
en el ámbito de la educación.
Hace pues un cuarto de siglo, para algunos países como Dinamarca, Francia,
Alemania o Reino Unido resultaba impensable que desde Bruselas se pudiese ni tan
siquiera opinar sobre cuestiones que afectaban a la educación. Este era un campo de
exclusiva responsabilidad de los Estados Miembros y algunos de ellos eran
especialmente reticentes a aceptar cualquier tipo de «intromisión». El principio de
subsidiariedad —que siempre ha sido respetado por la Comisión Europea—; la
necesidad de eliminar barreras en lo relativo a los títulos y diplomas profesionales para
promover la movilidad de las personas entre países; la existencia de problemas comunes
en el campo educativo que podían resolverse mejor coordinadamente entre todos, y el
éxito indudable de programas como Erasmus han ido superando esas reticencias y
permitido avanzar en nuevos programas educativos dentro de la Unión Europea.
La aprobación del programa Erasmus es el mejor ejemplo para comprender las
dificultades con que nos encontrábamos en la Comisión Europea para sacar adelante
programas de carácter educativo.
Erasmus nació de un serio conflicto con los Estados Miembros, particularmente de
alguno de ellos, tal como les voy a relatar.
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Una vez más la historia se explica, en gran parte, por las circunstancias que la rodean,
y hubo, desde luego, «circunstancias».
Utilizando el sistema de señales no escrito en los Tratados Comunitarios, dos
capitales nos comunicaron que no aprobarían nunca un programa de estas características.
Las razones eran radicalmente diferentes. Una apelaba a la profunda identidad
nacional de un sistema educativo que era básico mantener ya que expresaba los valores
republicanos de la Ilustración. Otra, de una manera más directa, aseguraba que no quería
que la burocracia comunitaria metiera las narices en sus grandes universidades.
El presumible veto de estos dos grandes países hacía muy difícil el tránsito por el
Consejo de Ministros. Aun así decidimos presentarlo. Y ocurrió algo que nos sorprendió.
Fue admitido a trámite. No hubo veto.
Comenzó el trabajo en el Grupo del Consejo, pasó luego al COREPER, a los
embajadores, y con un texto aceptable que respetaba lo sustancial de la propuesta de la
Comisión Europea llegamos a la reunión del Consejo de Ministros.
El día se presentaba feliz y en el mundo universitario había una cierta expectación por
el resultado.
Pero llegaron las «circunstancias».
Una técnica habitual en las negociaciones comunitarias es aceptar tus argumentos,
felicitarte efusivamente y prometerte una posición constructiva para, en el último
momento, vaciar de contenido la propuesta. Es lo que, en castizo, llamaríamos «la
envolvente».
En la reunión del Consejo de Ministros los parabienes y efusivas felicitaciones hacia
la Comisión fueron continuos y casi encendidos. Y, efectivamente, ya entrada la noche y
para ganar tiempo y no perdernos en discursos repetitivos, la Presidencia del Consejo de
Ministros presentó la propuesta de compromiso que dejaba al programa Erasmus en los
huesos: no había movilidad de estudiantes; no había cooperación entre universidades; no
había autonomía de las universidades para constituir sus redes y, como es fácil suponer,
sería un programa sin presupuesto. Lo que entonces se llamaba «un programa
demostrativo». Me permití protestar con energía.
Ni que decir tiene que los ministros negaron con rotundidad haber preparado «la
envolvente»… porque un ministro no hace estas cosas.
Ni que decir tiene que la habían preparado a conciencia y con gran profesionalidad.
En verdad, no tenía ningún sentido aprobar aquellas conclusiones preparadas por la
Presidencia del Consejo y decidí pedir unos momentos para reflexionar.
Inmediatamente llamé a Jacques Delors y le informé de lo ocurrido.
Se nos caía uno de los programas más emblemáticos de la Europa de los Ciudadanos.
En esas condiciones, le manifesté, lo mejor era retirarlo poniendo de manifiesto la falta
de colaboración de los ministros de Educación.
La respuesta fue rotunda. «Retíralo. Los Estados Miembros tienen que comprender
que esta Comisión no va a aceptar cualquier cosa».
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Volví a la sala del Consejo y les anuncié que la Comisión retiraba el programa.
«¿Cómo que se retira el programa?» «Se retira porque ustedes, señores ministros, no lo
quieren aprobar. Tendrán que explicarse ante sus Universidades, ante sus estudiantes y
ante la opinión pública».
Esa firme posición permitió que, unos meses después, se volviera a presentar el
programa ante los ministros de Educación y se aprobara en unas condiciones que, si bien
no eran idóneas, al menos sí eran razonables.
Hoy ya nadie discute la conveniencia y el interés de este tipo de programas y la
necesidad de trabajar coordinadamente en la resolución de los problemas educativos a
nivel europeo. De hecho, se han puesto en marcha mecanismos de cooperación reforzada
en este campo y se han planteado objetivos comunes para el conjunto de los países. Lo
que hoy en día se ve negativamente a nivel europeo es justamente lo contrario, el no
cumplir con los compromisos acordados en común o el no llevar a la práctica las
medidas aprobadas por todos.
Esta aceptación de la importancia de cooperar en el campo de la educación se ha ido
consolidando a partir del Consejo de Lisboa de 2000, en el que se estableció que la
educación era la base de la sociedad del conocimiento que necesitamos para que
«Europa tenga la economía más competitiva del mundo». Es cierto que, una vez más, es
la economía la que manda en la construcción europea, pero esta vez ha servido para
potenciar la educación.
Obviamente, si hablamos de futuro debemos ponerle todos los interrogantes que en
estos tiempos de crisis rodean a la propia construcción europea. Actualmente se está
discutiendo el nuevo programa de educación: «Erasmus para todos», para sustituir al
Programa de Aprendizaje Permanente (PAP), que finaliza en diciembre 2013. Los
problemas, sobre todo los presupuestarios, son grandes pero no tengo la menor duda de
que se aprobará, que potenciará aún más la movilidad de estudiantes y profesores de
todos los niveles.
Igual que hace 25 años era imposible imaginar el desarrollo que ha tenido Erasmus,
hoy, y pensando en los próximos 25, ¿puede imaginarse alguien un espacio europeo de
educación superior sin movilidad transnacional, sin programas como Erasmus? Estoy
convencido, y así lo afirmo, que es imposible.
Aprovechemos pues la celebración de este vigésimo quinto aniversario. Erasmus es la
historia de un éxito. Por ello, consigamos que la movilidad de los estudiantes
universitarios sea la norma y no la excepción; que hacer un período de estudios en una
universidad de otro país sea parte obligatoria del currículo de cualquier grado
universitario; que todo universitario pueda estudiar, al menos un semestre completo, en
otra universidad de cualquiera de los 27 Estados Miembros. La educación, nunca está de
más recordarlo, es el futuro de Europa.
MANUEL MARÍN
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11 Uno de los grandes artífices de la incorporación de España a las Comunidades Europeas en 1985, Manuel
Marín fue, desde el 1 de enero de 1986, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario encargado de Asuntos
Sociales, Educación y Empleo, cargo desde el que creó e impulsó el Programa «Erasmus». Antes de pasar a la
empresa privada, fue nada menos que presidente del Congreso de los Diputados entre 2004 y 2007.
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PRESENTACIÓN
Después de estos años de contacto directo y muy cercano con la realidad del
programa Erasmus, de conocer a muchos de sus protagonistas, tanto estudiantes como
profesores o gestores de las universidades y de otras instituciones de Educación
Superior, de oír tantas historias de éxito, tantas vidas personales que han cambiado
radicalmente por «culpa» de Erasmus, de comprobar tanto trabajo realizado desde las
instituciones para convertir esta «idea» en un clamoroso éxito y de estar convencido de
que el éxito de este programa se debe al esfuerzo y la tenacidad de tanta gente, me he
sentido obligado a escribir sobre ello, a defender esa labor de tantas personas y, sobre
todo, a dar las gracias a todos los que a lo largo de estos años han participado en esta
maravillosa labor.
Me he sentido tantas veces reconfortado al comprobar cómo estudiantes de diferente
procedencia y condición mejoraban su formación personal y profesional después de una
estancia Erasmus, y estoy tan orgulloso de haber puesto mi granito de arena en la
consecución de este éxito, que me parece de obligado cumplimiento el escribir este libro
y poder dedicárselo a todos los que con su trabajo lo han hecho posible.
Ese es pues un primer objetivo del libro: poner sobre el papel la magnitud del éxito,
que muchas veces no valoramos suficientemente, y exponer las razones que han
permitido que se produzca.
Y si Erasmus es un éxito, aún lo es más el papel que España desempeña en él. Como
tendremos ocasión de repetir muchas veces a lo largo de este libro, España es el primer
país emisor y receptor de estudiantes Erasmus. Probablemente las personas que
estamos en contacto con Erasmus nos hemos acostumbrado a escuchar esa afirmación,
pero si la analizamos con un poco de detenimiento es bastante raro que se haya
producido. Somos el quinto país de Europa en número de estudiantes universitarios y,
por tanto, deberíamos ser el quinto también en estudiantes Erasmus. Sin embargo, no es
así, y no lo es porque el país —es decir, todos, estudiantes, profesores, gestores,
instituciones de educación superior, familias, administraciones— ha valorado muy
positivamente el programa para nuestros jóvenes y ha hecho un extraordinario esfuerzo
para que pueda participar en él el mayor número de personas posible. Eso nos ha
permitido colocarnos en la cabeza y ser un modelo para el resto de los países.
Debemos ser conscientes de ello y valorarlo en su justa medida. Además de valorarlo,
debemos también analizarlo y buscar las razones del éxito y las posibles mejoras, que las
hay. A ello dedicaremos una parte del libro.
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Y como no todas las instituciones de educación superior han hecho su trabajo de la
misma manera, vamos a analizar, aplicando un modelo matemático sencillo pero eficaz,
qué instituciones han cumplido mejor la tarea de desarrollar el programa Erasmus, y de
esta manera facilitar a sus estudiantes mayores y mejores posibilidades de realizar
estancias en el extranjero.
Queremos también analizar la repercusión que el programa Erasmus ha tenido en la
modernización y mejora de nuestro sistema de educación superior, en qué ha consistido
esa posible mejora, qué sectores son los que más han cambiado y qué podemos esperar
en el futuro de la ampliación del programa.
Vamos a dedicar un apartado a analizar el éxito de otras instituciones de educación
superior europeas en relación a Erasmus, centrándonos especialmente en las de los
países a los que nuestros estudiantes van con mayor frecuencia, que son Italia, Alemania,
Francia y Reino Unido. Esperamos que este análisis les sirva a nuestros jóvenes para
elegir la institución de acogida con mayor criterio.
Queremos también dedicar un espacio en este libro a analizar el esfuerzo que han
venido haciendo los centros de Formación Profesional de grado superior y los de
enseñanzas artísticas superiores para incorporarse al programa. Sus condiciones no han
sido nada fáciles y, a pesar de ello, han conseguido importantes éxitos.
En definitiva, además de suministrar toda la información necesaria para conocer
Erasmus en profundidad, queremos que este libro sea útil para los protagonistas del
programa:
Por último, espero que la experiencia acumulada tras muchos años de contacto con
Erasmus, en diferentes situaciones, y que he tratado de transmitir en este libro, sirva a los
posibles lectores para fortalecer el buen nombre que ya tiene, para mejorar su
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funcionamiento futuro y para rendir homenaje a tantas personas que con su trabajo y su
experiencia han convertido una «idea» en el más potente instrumento de construcción
europea, de formación de ciudadanos que creen y viven Europa.
Vivimos tiempos difíciles, y lo van a seguir siendo en el próximo futuro; tiempos de
recortes en educación, también en la partida que el Ministerio de Educación dedica al
programa Erasmus —que ha sido recortada en un 75%—, pero ello no puede ni debe
frenar su desarrollo. En situaciones más difíciles, en lo que respecta a las becas Erasmus,
el programa se ha ido consolidando y avanzando. Así será en el próximo futuro, aunque
algunos traten de restarle importancia.
Quiero acabar esta presentación reproduciendo una de los muchos comentarios de un
estudiante Erasmus. «Erasmus es mucho más que una experiencia académica. Para mí
es un camino para ver el mundo con nuevos ojos, sentir y descubrir nuevas emociones y
aprender lo que no está escrito en los libros de texto».
¡Que así sea siempre y que vivan esta experiencia cada vez más estudiantes!
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LA HISTORIA
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profesional en su artículo 128.
Sin embargo, una vez que los ministros se reúnen lo hacen para tratar temas
universitarios: la creación del Instituto Universitario de Florencia y la equivalencia de
Diplomas y períodos de estudio, lo cual va a ser una preocupación permanente durante
los años siguientes.
La conclusión más importante de esa reunión de ministros será la creación de un
grupo de trabajo —que posteriormente se convertirá en el Comité de Educación de la
Unión Europea—, al que se le encarga que prepare un Programa de acción en el ámbito
de la educación.
Este Comité de Educación, que se configura formalmente en octubre de 1974, y que
está formado por altos funcionarios de los Ministerios de Educación de cada país, va a
desempeñar un papel crucial en el futuro de la cooperación educativa europea.
Es en febrero de 1976 cuando se aprueba el primer Programa de acción en el ámbito
de la educación. Adopta la forma de un proyecto de resolución y, por tanto, carece de
carácter vinculante.
En dicho Programa de acción ya aparecen la mayor parte de los temas que a lo largo
de los años, y hasta nuestros días, van a ser motivo de cooperación educativa europea:
Este primer programa educativo puso en marcha una serie de importantes iniciativas
que servirán para sentar las bases de la cooperación universitaria en el futuro:
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Dinamarca, que se niega a que exista política comunitaria en asuntos como la educación
y la sanidad, proponiendo que estos temas se aborden desde la cooperación
intergubernamental. Estas actitudes conducen a que, desde la Comisión, los temas
educativos se acerquen a los del empleo, pasando a formar parte de la Dirección General
de Empleo y Asuntos Sociales en 1981.
Los años siguientes serán de avance lento, con reuniones anuales del Consejo de
Ministros en las que se aprueban resoluciones sobre «la transición de los jóvenes a la
vida activa» o algunas «conclusiones sobre la educación superior».
Estas modestas iniciativas que van estableciendo las bases de lo que debería ser el
espacio europeo de educación superior reciben un espaldarazo de los tribunales
comunitarios con la sentencia Gravier, en febrero de 1985, por la que se reconoce que la
educación superior es formación profesional y, por tanto, competencia comunitaria a
través del artículo 128.
Esta decisión de la justicia comunitaria aplaca los recelos de algunos Estados a
aceptar decisiones de Bruselas en materia de educación superior y abre las puertas a la
aprobación del programa Erasmus en junio de 1987.
La aprobación de Erasmus no fue tarea fácil, como ya hemos comentado. La
Comisión presentó la propuesta en diciembre de 1985, con un presupuesto de 175
millones de euros, y se aprobó año y medio después con un presupuesto recortado de 85
millones de euros.
Estamos hablando de hace 25 años y, en ese momento, las reticencias y recelos de
países como Reino Unido, Dinamarca, Francia y Alemania a que desde Bruselas se
adoptaran decisiones sobre su sistema educativo eran tremendas. La cooperación en
materia de educación estaba en sus inicios, no había base legal en los Tratados para
actuar en educación, las decisiones debían estar siempre consensuadas y había algunos
países que se negaban a actuar coordinadamente en este campo. Y eso que el principio
de subsidiariedad ha sido siempre respetado en el ámbito de la educación.
Un año después de la presentación por parte de la Comisión del programa Erasmus,
las dificultades para su aprobación eran grandes. Los problemas principales radicaban en
el presupuesto y en la base legal sobre la que aprobar el programa. Alemania, Francia y
Reino Unido eran los países más reticentes, y en una reunión de ministros, convocada
excepcionalmente por la presidencia británica, se propone una reducción drástica del
presupuesto (reducirlo a 50 millones de ecus) y la exclusión de las becas a la movilidad
de los estudiantes y profesores. Manuel Marín, a la sazón Vicepresidente de la Comisión
y comisario a cargo de la educación, decide retirar el proyecto manifestando que «el
proyecto que está sobre la mesa de los ministros no se corresponde ni con los objetivos
ni con el método propuesto». Para el Comisario Marín, reducir el programa a la puesta
en marcha de una red universitaria europea es «como comprar un libro de cocina para
aplacar el hambre».
Este bloqueo obliga al presidente de la Comisión, Jacques Delors, ferviente defensor
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del proyecto, a llevarlo al Consejo Europeo, donde, con el apoyo del presidente François
Mitterrand, consigue que los jefes de Estado o de gobierno expresen su voluntad de
alcanzar un acuerdo que permita la puesta en marcha del programa en breve plazo. En
base a este compromiso político al más alto nivel, la Comisión decide presentar su
proposición el 9 de diciembre de 1986. En el Consejo de Ministros del 14 de mayo se
aprueba un presupuesto de 85 millones para tres años, con la posibilidad de revisión por
parte del Parlamento europeo a los dos años, y se alcanza el acuerdo sobre la base
jurídica del programa, que además de referirse al artículo 128 lo hará al 235, que era una
de las exigencias de los países más reticentes. Finalmente, el programa se aprueba
formalmente en el Consejo de Ministros del 15 de junio de 1987. Se inicia, a partir de
ese momento, con la participación de 11 estados miembros: Bélgica, Dinamarca,
Alemania, Grecia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Portugal, España y Reino Unido.
En 1988 se incorpora Luxemburgo, el país que faltaba.
El programa Erasmus se renueva posteriormente para el período 1990-1994 con un
presupuesto de 192 millones de ecus. Desde su aprobación en 1987, Erasmus nació con
voluntad de proseguir en el tiempo y, de hecho, la decisión por la cual se crea el
programa no precisa su duración.
En 1992 se incorporan al programa los países de la AELC (Austria, Finlandia, Suecia,
Islandia, Noruega y Suiza). En 1994 se une Liechtenstein.
En 1995 la Decisión 819/1995/CEE crea el programa Socrátes, del que Erasmus pasa
a formar parte. En 1996 se inician los Cursos intensivos de lengua (EILC) y al año
siguiente los intercambios de profesores.
En 1998 se incorporan al programa seis países de Europa Central y Oriental: Chipre,
República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Al año siguiente se unen
otros cinco países de la misma zona: Bulgaria, Eslovenia, Estonia, Letonia y Lituania.
En el año 2000 se incorpora Malta.
El 24 de marzo de 2000 se aprueba la Decisión 253/2000/CEE por la que se aprueba
Socrátes II (2000-2005).
En 2002 se alcanza la cifra de un millón de estudiante Erasmus.
En 2004 se incorpora Turquía al programa.
En julio de 2004, el programa Erasmus recibe el Premio «Príncipe de Asturias», en la
modalidad de «cooperación internacional». El jurado lo describe como «uno de los
proyectos de cooperación internacional más importantes de la historia de la humanidad».
Actualmente, Erasmus, que ha ampliado sus acciones con la movilidad de estudiantes
para realizar prácticas y la movilidad del profesorado y personal de administración para
obtener formación, es parte del Programa de Aprendizaje Permanente (2007-13),
aprobado en 2006.
En 2009 se alcanzó la cifra de dos millones de estudiantes Erasmus y en 2011 Suiza
volvió a incorporarse al programa, siendo en este momento 32 los países participantes.
Cuatro son las grandes líneas de actuación sobre las que descansa el programa
17
Erasmus:
En todas ellas los éxitos del programa Erasmus son espectaculares. Por poner un
ejemplo, el sistema de transferencia de créditos académicos (ECTS) es la base sobre la
que se ha construido el «Proceso Bolonia», que tan profundamente está transformando el
Espacio Europeo de Educación Superior.
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EL PROGRAMA ERASMUS. SUS ACCIONES
La construcción del Espacio Europeo de Educación Superior es, por tanto, uno de los
objetivos del Programa.
Sus objetivos operativos son:
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movilidad de profesores, también con dos modalidades: el impartir enseñanzas o la
formación. Por último, la realización de programas intensivos y el apoyo a la movilidad,
tanto a la organización como a la formación lingüística.
• De 3 a 12 meses de duración.
• El estudiante debe estar matriculado, al menos, en segundo curso.
• Tiene que existir un acuerdo entre el centro emisor y el de acogida que regule esta
movilidad.
• Es obligatorio el reconocimiento académico de los estudios realizados.
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empresa u organización de otro país participante, y tiene por finalidad contribuir a que
las personas se adapten a las exigencias del mercado laboral a escala comunitaria,
adquieran aptitudes específicas y mejoren su comprensión del entorno económico y
social del país en cuestión, al mismo tiempo que adquieren experiencia laboral. Estas
prácticas pueden ir acompañadas, en caso necesario, de cursos de preparación o de
cursos de actualización en la lengua de acogida o de trabajo.
Podrán participar los estudiantes de instituciones de educación superior que posean
una Carta Universitaria Erasmus ampliada.
Las organizaciones de acogida para las prácticas de estudiantes pueden ser empresas,
centros de formación, centros de investigación y otras organizaciones.
Las características de las prácticas de estudiantes son:
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• Animar a las instituciones de Educación Superior a que amplíen y enriquezcan la
variedad y el contenido de los cursos que ofertan.
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varias maneras: breves comisiones de servicios, observación de profesionales,
visitas de estudios, etc.
5. ORGANIZACIÓN DE LA MOVILIDAD
6. PROGRAMAS INTENSIVOS
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docentes en un entorno académico internacional.
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(finés y sueco), Grecia (griego), Hungría (húngaro), Islandia (islandés), Italia (italiano),
Letonia (letón), Lituania (lituano), Malta (maltés), Países Bajos (holandés), Noruega
(noruego), Polonia (polaco), Portugal (portugués), Rumanía (rumano), Eslovaquia
(eslovaco), Eslovenia (esloveno), España (euskera, gallego, catalán o valenciano), Suecia
(sueco), Suiza (italiano) y Turquía (turco).
8. VISITAS PREPARATORIAS
Las visitas preparatorias permiten que los potenciales socios se reúnan para:
9. SEMINARIOS DE CONTACTO
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Proyectos multilaterales de cooperación.
Redes temáticas.
Medidas de acompañamiento.
Las redes temáticas son consorcios con una participación numerosa (una media de
60 socios) de todos los países de la UE.
Los socios pueden ser universidades, empresas, asociaciones profesionales, etc., y la
actividad de la red se centra en algún área académica, al objeto de desarrollar nuevas
competencias y metodologías de aprendizaje.
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Por último, Erasmus subvenciona, a través de las medidas de acompañamiento,
proyectos destinados a potenciar los objetivos y resultados de Erasmus, así como a
informar, difundir y explotar los resultados.
Las medidas de acompañamiento, como el resto de los proyectos, tienen una duración
de tres años.
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3
¿EN QUÉ CONSISTE SER UN ERASMUS?
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El 69,7% de los estudiantes que participaron en la acción de movilidad para estudios
eran de primer ciclo (grado), el 28,8% lo eran de segundo ciclo (masters), el 0,9% lo
eran de tercer ciclo (doctorado) y el 0,6% lo eran de ciclos superiores de Formación
Profesional.
El 60,9% de los estudiantes Erasmus para estudios eran mujeres y la media de edad
era de 22,6 años.
En lo que respecta al destino de estos estudiantes, España sigue siendo el destino
preferido (30.580, 16% del total), seguida por Francia (23.173, 12,2% del total) y
Alemania (19.119, 10% del total).
Estos estudiantes Erasmus para estudios pertenecen, fundamentalmente, a las áreas de
Ciencias Sociales y Jurídicas y Económicas, 34,6%; en segundo lugar Humanidades y
Artes, 31,5%, y en tercer lugar Ingenierías y Arquitectura, 12,6%.
La media de la duración de los estudios de los estudiantes Erasmus en otro país es de
6,4 meses. En el caso de España esa duración media es de 8 meses, con lo cual la
inmensa mayoría de las estancias son de curso completo.
La beca que reciben estos estudiantes tiene un importe medio de 232 euros, aunque
difiere mucho según los países.
El número de créditos que esperan obtener en su estancia en el exterior es, como
media, de 32 ECTS. En el caso español esa media aumenta hasta los 44 créditos.
La fotografía «modal» que podemos obtener de estos datos nos dice que el estudiante
Erasmus que se desplaza para estudiar es:
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El 26,6% de los estudiantes Erasmus que hicieron prácticas en empresas pertenecen al
área de Ciencias Sociales y Jurídicas y Económicas, el 17,1% a Humanidades y Artes y
el 15,4% a Ciencias Agrícolas y Veterinaria.
La duración media de los períodos de prácticas en empresas es inferior a la de
estudios, estableciéndose en 4,3 meses. La mayoría de los desplazamientos (el 40%)
tiene una duración de 13 semanas, y sólo el 7,14% de los desplazamientos Erasmus para
la realización de prácticas en empresas tienen una duración inferior a tres meses.
El número de créditos que esperan obtener los estudiantes en estos períodos de
prácticas es de 18,6 como media.
La cuantía de la beca para las estancias en empresas es superior a la de estudios,
siendo de media de 366 euros. En España la media es de 319,6 euros.
También la movilidad para la realización de prácticas en empresas nos permite
obtener una fotografía del estudiante Erasmus tipo:
Existen dos barreras obvias, además de otras que estudiaremos más adelante, que
dificultan la participación de los estudiantes en el programa Erasmus: el esfuerzo
económico que supone vivir en otro país durante un tiempo y el conocimiento de
idiomas; ambas dificultades tienen bastante que ver con la procedencia social del
estudiante. Por este motivo, con frecuencia se ha tachado al programa de «elitista» y se
ha solicitado desde diferentes ámbitos sociales la ampliación de las becas. Dada la
importancia de este tema, a la hora de definir el perfil del estudiante Erasmus vamos a
tratar de aportar alguna luz a esta discusión.
Para ello, vamos a utilizar los datos que nos proporciona el excelente trabajo de
Manuel Souto Otero y Andrew McCoshan, «Survey of the Socio-Economic Background
of Erasmus Students», publicado por la Comisión Europea en agosto de 2006.
Estimamos que desde esa fecha hasta nuestros días no se han producido cambios
esenciales que resten valor a los resultados de este estudio.
El estudio es consecuencia de un encargo de la Dirección General de Educación y
Cultura de la Comisión Europea a ECOTEC, con el objetivo de comparar y poner al día
los resultados de una encuesta similar encargada por la Comisión en 1998. En este caso,
la cohorte de estudiantes corresponde al curso 2004-2005.
La metodología utilizada consistió en una encuesta on-line que se puso a disposición
30
de todos los estudiantes Erasmus de ese curso. Se recibieron 15.513 respuestas válidas
de 30 países, una muestra muy amplia que permite márgenes de error muy pequeños. La
encuesta proporcionaba datos sobre cuatro temas: perfil del encuestado, su opinión sobre
el período Erasmus, su procedencia social y su situación financiera.
Aunque todos los datos que ofrece esta encuesta son extraordinariamente interesantes
por su riqueza y fiabilidad, vamos a ocuparnos en este apartado exclusivamente de los
relativos a la procedencia social de los estudiantes. Estas son las conclusiones más
significativas del estudio:
• El 29% de los estudiantes tienen padres que trabajan ambos como ejecutivos,
profesionales o técnicos; otro 23% tiene al padre trabajando en uno de esos grupos
profesionales y el 9% tiene a la madre con una de esas profesiones. En total, casi
las dos terceras partes (61%) de los estudiantes Erasmus tiene a uno de sus padres
trabajando en esas posiciones. Este porcentaje es bastante más alto que el que
encontramos en la población en general, donde no se llega al 40% de trabajadores
mayores de 45 años que ocupen estos trabajos.
• Alrededor del 58% de los estudiantes tienen al menos uno de los padres con estudios
universitarios (el 35% tienen a ambos padres, otro 13% tiene sólo al padre y otro
10% adicional sólo a la madre).
• Dadas estas características, no es extraño que nos encontremos con que los
estudiantes informen que la renta de sus padres está en torno o por encima de la
media de renta de su país. Casi la mitad (48%) considera que la renta de sus padres
se corresponde con la media de su país, casi un tercio (31%) considera que la renta
familiar está por encima de la media de su país y un 6% considera que está
sensiblemente por encima de la media. Tan sólo un 14% de los estudiantes
consideran que la renta de sus padres está por debajo o muy por debajo de la media
de su país.
• España se encuentra en la zona intermedia en lo referente a la procedencia social de
sus estudiantes. En ningún caso está en los sectores socialmente más elevados.
• El estudio también revela que, en la medida en que las becas son más altas, la
participación de estudiantes de sectores menos favorecidos es mayor.
• Se trata de un estudiante cuyos padres, uno o los dos, trabajan como ejecutivos,
profesionales o técnicos.
• Alguno de los padres, o los dos, tienen estudios universitarios.
• La renta familiar está en la media nacional o por encima de ella.
Algunos de los datos que nos muestra esta fotografía, como los relativos a la
31
procedencia social del estudiante Erasmus, son un reflejo de las dificultades que se
presentan a un amplio sector del estudiantado para participar en el programa, y requieren
una reflexión sobre cómo mejorarlo para ampliar la igualdad de oportunidades.
32
4
¿ERASMUS U ORGASMUS?
• Por un lado, los que defendemos Erasmus como el programa más importante de la
Unión Europea, tremendamente positivo para los estudiantes, pues les permite
adquirir competencias académicas y profesionales de gran utilidad para su futuro y,
en consecuencia, defensores de que el programa se amplíe y se extienda a la
mayoría de los jóvenes estudiantes.
• Por otro lado, los que mantienen que el programa no tiene utilidad, ya que
académicamente empobrece a los estudiantes, pues les hace perder un año debido a
que la juerga es su actividad predominante.
33
universitario, que han querido resistirse —y lo siguen haciendo— a los cambios, y la
crítica a Erasmus ha sido y sigue siendo una manera directa de manifestar esa oposición.
Si a esto le añadimos la poca seriedad, en general, de los medios de comunicación
cuando hablan de educación, tenemos la tormenta perfecta para trivializar el papel de
Erasmus. Siempre es más fácil, y vende más, hablar de lo lúdico, de los «orgasmus», que
de los datos, muchos e incuestionables, que confirman el gran valor que el programa
tiene para la formación personal, académica y profesional de los jóvenes europeos.
Películas como Una casa de locos («L’auberge espagnol»), donde se contaba la
historia divertida de un grupo de estudiantes Erasmus en Barcelona, o alguna mala
novela sobre el tema, han ayudado a generar esta opinión.
También el boca a boca de los estudiantes que han participado en Erasmus ha
ayudado a generar esta versión, pues es mucho más fácil y normal recordar y contar lo
divertido, que lógicamente hay mucho cuando se tienen veinte años. ¿No es normal oír a
cualquiera que la etapa universitaria fue la más divertida de su vida? Da igual que se
desarrolle en Granada que en Berlín.
Quiero traer aquí, de nuevo, la autorizada opinión de Manuel Marín, que en el acto de
su nombramiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada decía al
respecto: «Al programa Erasmus se le ha atacado desde la política, desde la prensa,
desde la propia academia, desde el cine, como favorecedor del turismo universitario
propicio a la juerga y al bajo rendimiento académico.
No estoy de acuerdo con esta crítica generalizada. Tampoco negaré que los becarios
Erasmus sean inmunes al botellón. Exactamente igual que los estudiantes universitarios
que no son becarios.
La juerga y la excesiva ingesta de alcohol por nuestros jóvenes, por nuestros
estudiantes, es un problema general que no depende de la naturaleza de una beca. Me
parece un estereotipo desafortunado la historia del «Auberge espagnol» trasplantado al
hecho que España sea el principal receptor de becas Erasmus.
Quiero recordar que un componente fundamental del programa Erasmus es conocer
y vivir otra realidad distinta a la de tu país de origen. Así se entiende mejor la
complejidad de la integración europea, su riqueza y su diversidad.
Es una forma de ampliar tu visión del mundo, aceptar más fácilmente al otro, ser más
tolerantes. Poner de manifiesto lo mejor de los valores europeos es parte fundamental
del programa.»
Siempre que a lo largo de mi vida profesional he oído esta versión del orgasmus me
he hecho una pregunta, que me parece oportuno plantear aquí. El año en que empezó
Erasmus, 1987, salieron 300 estudiantes españoles, mientras que este último curso
escolar han salido más de 36.000. En estos 25 años de existencia del programa el número
de estudiantes españoles ha ido creciendo año a año. Me pregunto: ¿es razonable pensar
que estos cientos de miles de familias, cuya mayoría se ha sacrificado económicamente
para que su hijo o hija participe en Erasmus, lo ha hecho para que se pasen un año de
34
juerga?¿Es que no sabían que Erasmus era perder un año, divertirse y poco más?¿No es
más razonable pensar que lo han hecho porque están convencidos de que es positivo para
sus hijos y que el sacrificio vale la pena porque están invirtiendo en su futuro?
Y pensando en los propios estudiantes, ¿es lógico suponer que van a tirar un año de
su vida por la borda, simplemente para divertirse? ¿No es este un argumento peyorativo
para el estudiantado?
Todo esto es más fácil de entender si pensamos en ese sector del profesorado que se
ha opuesto al proceso de Bolonia, que en defensa de intereses puramente corporativos
nos ha llevado a una adaptación a Bolonia que nos va a crear muchas dificultades en el
futuro próximo, que sigue defendiendo la clase magistral, los contenidos que imparte
como lo más importante que se puede hacer en esta vida. Desde una posición así no es
posible entender ni comprender el papel que Erasmus está jugando como motor de la
transformación de la universidad española. Y como no se quiere que ésta se transforme,
pues hay que criticar todo lo que vaya en esa dirección.
Por suerte, aunque esta opinión siga teniendo eco en los medios, cada vez son menos
los profesores que la defienden, y hoy en día Erasmus es aceptado por la mayoría del
profesorado como un programa beneficioso para los estudiantes y para la propia
universidad.
Aunque no comparto esta posición conservadora, puedo entender las razones
personales que animan a cierto sector del profesorado a defenderla. Lo que me parece
inadmisible es que sea defendida y compartida por el propio Ministro de Educación, José
Ignacio Wert. Hace unos meses, el ministro realizó unas declaraciones bastante
desafortunadas sobre Erasmus, defendiendo su escaso interés basándose en el hecho de
que el primer país al que van los estudiantes españoles es Italia y, palabras del ministro,
«ya sabemos la calidad de las universidades italianas». Es cierto que Italia es el país al
que más estudiantes españoles van, pero la causa principal no es porque quieran
divertirse, sino que al no saber idiomas elijen el país en que les resulta más fácil
desenvolverse. ¿Es que todas las universidades italianas son malas? Aun así, algo más
del 80% de los estudiantes españoles no van a Italia, sino a otros países, principalmente
Francia, Alemania y Reino Unido.
También suele usarse como argumento contrario a la importancia de Erasmus el
hecho de que España sea el país que más estudiantes recibe. El argumento subliminal
existente es que si vienen a España es únicamente para divertirse. Es verdad que vivir un
año en España es más agradable que hacerlo en Polonia, por ejemplo. Pero esa no es la
razón principal ni la única por la que vienen los estudiantes a nuestro país. Las
universidades españolas tienen un nivel aceptable, el español es —después del inglés—
el idioma europeo más hablado en el mundo, y nuestras universidades han hecho, en
general, un excelente trabajo en Erasmus (no hay que olvidar que para venir a España se
necesita que la universidad de origen tenga un acuerdo con una universidad española y
que estos acuerdos son recíprocos).
35
Que España sea el país que más estudiantes recibe, y también el que más manda, es
fruto del buen trabajo de las universidades españolas y de la inmensa mayoría de su
profesorado, algo de lo que debemos estar orgullosos; desde luego, es inadmisible que se
utilice como argumento negativo respecto a Erasmus.
Más de un profesor me ha comentado en ocasiones, hablando sobre este tema, y como
argumento contrario a la importancia de Erasmus, que «los estudiantes eligen los cursos
más fáciles cuando se van a realizar la estancia Erasmus», y yo siempre les contesto que
es lo normal; ¿debemos esperar que un joven que sale por primera vez probablemente de
su casa, que va a un país que seguramente no conoce, que tendrá que estudiar en una
lengua que, a lo mejor, no domina suficientemente, va a elegir los cursos más difíciles?
Dejemos que los jóvenes lo sigan siendo, que actúen como tales, que traten de
divertirse como corresponde a su edad, pero veamos también que son responsables, que
cumplen con sus obligaciones y que, como estamos viendo en este libro, aprovechan su
estancia Erasmus para adquirir una serie de habilidades «blandas» que van a ser muy
importantes para su futuro, además de aprobar los créditos que les corresponde para no
perder el curso.
En estos tiempos de profunda crisis económica, con más del 50% de paro entre los
jóvenes, oímos frecuentemente que tenemos la generación mejor formada y nos
lamentamos de que una buena parte de ella, más de 40.000 jóvenes este último año, ha
emigrado a otros países. Si analizamos con algo de detalle esa corriente migratoria nos
encontraremos con un alto porcentaje de antiguos Erasmus, porque el programa les ha
preparado mejor para enfrentarse a esta crisis. No es que defienda esta salida de nuestros
jóvenes, pero sí defiendo que Erasmus les está ayudando a no estar en el paro o con
empleos basura.
36
5
EL ÉXITO EN CIFRAS
37
2010-2011, el incremento respecto al año anterior fue del 8,5%.
En 2002 se alcanzó la cifra de un millón de estudiantes que participaron en el
programa Erasmus, los dos millones en el curso 2008-2009, y se pretende alcanzar los 3
millones durante el próximo curso 2012-2013.
A pesar de este continuo incremento del número de estudiantes que participan en el
programa, todavía suponen un porcentaje mínimo del 0,96% del total de los estudiantes
europeos de Educación Superior. Teniendo en cuenta que la duración de los estudios
superiores está entre los 4 y 5 años, podemos estimar en un 4,5% el porcentaje de
estudiantes de Educación Superior que, en algún momento de sus estudios, participan en
el programa. Cifra que, a pesar del éxito obtenido, es muy baja.
El porcentaje de estudiantes Erasmus sobre el total de estudiantes de Educación
Superior varia de unos países a otros, siendo España, con 1,94%, uno de los países con
mayor porcentaje. Si aplicamos la proporción anterior, duración de los estudios
superiores entre 4 y 5 años, el porcentaje de estudiantes que participa en algún momento
en el programa Erasmus se eleva al 8,68%.
Para medir el peso que el programa Erasmus tiene en relación al total de estudiantes,
parece más razonable establecer la proporción en relación al número de graduados de
educación superior del año correspondiente —el curso 2010-2011 en nuestro caso—, lo
que eleva el porcentaje al 4,51%, a nivel europeo. En el caso español el porcentaje se
eleva al 10,7%, alcanzando el objetivo del 10% que se planteaba el programa Erasmus.
Nuestro país es el que más estudiantes Erasmus envía, 36.183 en 2010-11, casi un
16% del total; 31.427 salieron para estudiar y el resto para realizar prácticas en
empresas. Sobrepasó a Francia, que había sido el país que más estudiantes enviaba en los
últimos años. Francia se mantiene en el segundo puesto, con 31.747 estudiantes, seguida
de Alemania, con 30.274 estudiantes.
En lo que respecta a los estudiantes que salen, el 67,4% lo son de grado, el 27,5% de
masters, el 1,2% de doctorado y el 4% están matriculados en cursos de formación
profesional de ciclo corto.
El número de estudiantes Erasmus creció en todos los países, con excepción de
Luxemburgo. En cinco países (Alemania, Italia, Hungría, Austria y Polonia) el
crecimiento fue inferior al 5%. La mayoría de países, entre ellos España, crecieron por
encima del 7%.
La media de edad de los estudiantes Erasmus, durante el curso 2010-2011, fue de
22,5 años.
El país de destino
38
En lo que respecta al destino de los estudiantes Erasmus, España sigue siendo el país
más popular, ya que es el que más estudiantes recibe, 37.432, el 16,2% del total; 29.328
vinieron a estudiar y el resto a trabajar en empresas españolas. Francia, con 27.722
estudiantes (12%), y Alemania, con 24.763 estudiantes (10,7%), fueron los siguientes
países más populares. Durante este curso 2010-2011 casi todos los países, a excepción
de Grecia, experimentaron un crecimiento en el número de estudiantes recibidos.
La lengua más aprendida por los estudiantes es el inglés (36.816), seguido por el
español (26.934) y el francés (23.847).
Resulta interesante analizar cómo responden los diferentes países al balance entre
estudiantes enviados y estudiantes recibidos. El desequilibrio es muy acusado en Suecia
(que recibe tres estudiantes por cada uno que envía), así como en Dinamarca, Noruega,
Irlanda y Reino Unido, todos ellos países anglófonos o donde los estudios se realizan en
lengua inglesa. Catorce países reciben más estudiantes de los que envían, mientras que
hay 17 países que envían más estudiantes de los que reciben. Letonia, Rumanía y
Bulgaria envían tres veces más estudiantes que los que reciben. El mejor balance se
produce en Eslovenia (3% más estudiantes recibidos que enviados), España (3,3%) y
Holanda (6,5%).
39
La participación de las instituciones de educación superior
Fue en 1997 cuando se introdujo en Erasmus este tipo de movilidad. Desde entonces
el número de profesores que participan ha crecido continuamente. Se ha pasado desde las
7.797 movilidades del curso 1997-1998 a las 31.620 del curso 2010-2011. Esto
representa un crecimiento del 305% en un período de catorce años. Un total de 282.992
movilidades se han producido desde 1997.
Durante el curso 2010-2011 Polonia fue el país con más movilidades, 3.375 (10.7%),
seguido de España, con 3.270 (10.3%), y Alemania, con 3.004 (9,5%). Seis de los 32
países participantes experimentaron un decrecimiento o estancamiento en el número de
movilidades de profesores para impartir docencia (Estonia, Francia, Irlanda, Italia,
Chipre y Suecia); sin embargo, la mayoría de los países crecieron. El crecimiento más
importante correspondió, en 2010-2011, a Croacia (169%), Letonia (34,3%) y Grecia
(33,1%).
Analizando los datos de un curso escolar, no parece que exista correlación entre la
movilidad de los estudiantes para realizar estudios y la de los profesores para impartir
docencia. En la gran mayoría de países (22) ambas movilidades crecieron. En ninguno
decrecieron ambas. En nueve países (Estonia, Francia, Irlanda, Italia, Chipre,
Luxemburgo, Hungría, Polonia y Suecia) la movilidad de los estudiantes y de los
profesores creció en direcciones opuestas.
Si comparamos el número de movilidades de profesores para impartir docencia con el
número total de profesores en la Educación Superior, resulta que una media del 2,53%
del profesorado participó el curso 2010-2011 en el programa Erasmus. República Checa
(11,2%), Letonia (11,1%) y Lituania (10,4%) son los que tienen porcentualmente una
mayor participación, mientras que en Luxemburgo (0,4%), Croacia (0,5%) y Alemania
40
(1,4%) la participación es la más baja.
El país de destino
Alemania fue el país de destino más popular para la movilidad de profesores durante
el curso 2010-2011, con 3.059 movilidades (9,7%), seguido por España, con 3.017
movilidades (9,5%), e Italia, con 2.859 (9%). Sólo tres países experimentaron una
disminución del número de movilidades durante ese curso: Malta (–12,1%), Noruega (–
5,5%) y Suecia (–3,6%).
El idioma en que el profesorado enseña con mayor frecuencia es el inglés, seguido del
francés, alemán y español.
Los profesores de Humanidades y Artes son los que más se mueven, suponiendo el
30,5% de todas las movilidades. Les siguen los profesores de Ciencias Sociales,
Empresariales y Derecho, con el 22,6%, y los de Ingenierías, Arquitectura y
Construcción, con el 13,7%. El profesorado con menor movilidad es el de Salud y
Bienestar, Agricultura y Veterinaria y Servicios. Esta distribución de las áreas de
docencia se ha mantenido prácticamente igual a lo largo de los años y se corresponde, en
gran medida, con la movilidad de los estudiantes para estudio.
La duración media de las estancias del profesorado para impartir docencia se ha ido
acortando a lo largo de los años. Durante el curso 2010-2011 fue de 5,6 días, frente a los
6,9 días en 2000-2001. La media de horas de enseñanza por estancia fue de 8,5.
La distribución de la duración de la estancia se conforma así: el mayor número de
movilidades son de cinco días (11.303 movilidades, que representan el 35,7% del total),
4.101 movilidades son de cuatro días y 3.444 de tres días. El 86% de las estancias para
impartir docencia son de siete días o menos.
Esta duración media varía considerablemente de un país a otro, entre los 10,7 días de
41
Islandia a los 3,4 de Austria. La duración media en España es 5,8 días.
Este tipo de movilidad se inició en el curso 2007-2008, con la puesta en marcha del
Programa de Aprendizaje Permanente. La acción permite al profesorado y al personal no
docente de las instituciones de Educación Superior realizar estancias de una a seis
semanas en una empresa u otro tipo de organización de otro país.
Esta acción ha tenido una gran acogida entre el personal, de forma que, de las 42.817
estancias de movilidad, 11.197 lo fueron para formación, lo que representa un 28% de
incremento respecto al curso anterior.
Polonia, con 1.834, fue el país con más movilidades (16,94 del total), seguida de
España, con 1.234 (11%), y Finlandia, con 782 (7%). Los países donde esta acción ha
tenido menos recorrido han sido Luxemburgo, Liechtenstein e Islandia.
El país de destino
España es el país más popular, pues recibe 1.287 visitas (11,5% del total), seguido de
Alemania, con 1.136 visitas (10,1%), y Reino Unido, con 1.121 (10%).
Trece países envían más personal del que reciben: Bulgaria, República Checa,
Estonia, Finlandia, Hungría, Liechtenstein, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía,
Eslovenia, Eslovaquia y Turquía. El resto reciben más personal que el que envían.
Grecia, con 1,4% de más enviados, y España, con 4,1% de más recibidos, son los países
más equilibrados respecto a los flujos del personal para formación.
Formación en empresas
42
El personal de la instituciones de educación superior que hicieron formación en
empresas fue 2.727, lo que supone un incremento del 48,6% respecto al año anterior;
este tipo de movilidad representa el 24,3% del total de las movilidades del personal para
formación.
El país más popular para esta formación fue el Reino Unido (420, 15,4%), seguido de
Alemania (359, 13,2%) y Francia (260, 9,5%).
La mayoría de las movilidades del personal para formación corresponden al
profesorado, 40%, el 24% es personal administrativo y el 20% corresponde al personal
de las oficinas internacionales.
El tipo de formación realizada fue directamente de formación, 45,3%, observación in
situ 24,9%, talleres 17,7% y otros tipos 12,1%.
Duración de la formación
Cuantía de la beca
La cantidad media recibida es de 708 euros, aunque varía según los países, desde los
244 € de la República Checa a los 1.467 € de Turquía.
43
6
EL ÉXITO DE ESPAÑA
44
inmensa mayoría (765) son centros que imparten ciclos de formación profesional de
grado superior, 91 son centros de enseñanzas artísticas superiores y profesionales y 79
son universidades. A lo largo de estos últimos años se ha producido un gran incremento
de la formación profesional de grado superior y de las enseñanzas artísticas y
profesionales, manteniéndose prácticamente igual el número de instituciones
universitarias.
El grado de participación de las instituciones con EUC en el programa fue del
63,74%, 596 instituciones. El porcentaje más alto de participación se dio en las
universidades, más del 90%, seguido de las instituciones que imparten enseñanzas
artísticas superiores y profesionales, con un 75% de participación, y, por último, las
instituciones de Formación Profesional, con un 60%. Estos datos de participación son un
reflejo de la diferente realidad que el programa Erasmus tiene en cada tipo de institución,
apreciándose las mayores dificultades que tienen los centros de enseñanzas artísticas
superiores y los de Formación Profesional a la hora de contar con infraestructuras que
faciliten la participación en el programa.
45
Las movilidades de estudiantes para estudios preveían, como media, el
reconocimiento de 44,2 créditos, uno de los más altos a nivel europeo.
Del total de instituciones con Carta Erasmus participaron en la movilidad de
estudiantes para estudios únicamente 128, lo que supuso el 6% de las instituciones
europeas participantes.
La cuantía media mensual de la ayuda fue de 120 €, procedentes de la Unión
Europea. La cuantía media asciende hasta los 292 € si añadimos la aportación del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Este ministerio concedió una ayuda
adicional de 376 € a los estudiantes que eran becarios.
En lo que respecta a las movilidades para estudio recibidas en España, su número
total fue de 30.580, lo que nos permitió ser, por décimo año consecutivo, el país que más
estudiantes Erasmus recibe. Sin embargo, este año, por primera vez, hemos enviado más
estudiantes de los que hemos recibido.
Los estudiantes recibidos procedían principalmente de Italia (22,7%), Francia
(18,2%) y Alemania (16,3%)
46
Sanidad y bienestar (11,31%) y Servicios (11,27%).
La mayor parte de las movilidades de estudiantes para prácticas se realizaron en
empresas pequeñas (51,30%), seguidas de empresas medianas (26,77%) y grandes
(21,93%).
La cuantía media mensual de la ayuda para movilidad para prácticas, procedente de
fondos europeos, fue de 320 euros. Si añadimos la aportación complementaria realizada
por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la media alcanza los 495 €. El
ministerio concedió una ayuda adicional de 376 €/mes a los becarios. Esta aportación
complementaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte supuso un 57%
adicional a los fondos europeos; si añadimos el resto de aportaciones complementarias
de otras entidades nacionales, la aportación complementaria alcanza el 93%.
El número total de movilidades de estudiantes para prácticas recibidos en España fue
6.852, lo que supone un incremento del 13% respecto al año anterior. Este curso 2010-
2011 España pasa, por primera vez, a ocupar el segundo puesto —detrás de Reino Unido
— de países receptores de movilidades para prácticas. Estas movilidades procedían
principalmente de Francia (18,8%), Alemania (14,3%) y Reino Unido (13,7%).
47
La cuantía media de la ayuda para movilidad de personal para docencia, procedente
de fondos europeos, fue de 594 € por movilidad. Si consideramos las aportaciones
complementarias, la cantidad aumenta un 33%.
El número total de personal para docencia recibido fue de 3.017, un 12% más que el
curso anterior. Con este dato España se convierte en el segundo país que más
movilidades de personal para docencia recibe, por detrás de Alemania (3.059) y
seguida de Italia (2.859).
Esta acción se introdujo por primera vez en Erasmus en 2007-2008, con el inicio del
PAP. Desde entonces, más de 3.000 personas han realizado esta movilidad, un 10% del
total de las movilidades europeas. El número total de movilidades de personal para
formación en 2010-2011 fue de 1.234, lo que supone un incremento del 40% respecto al
año anterior. Este dato permite que España, por segundo año consecutivo, sea el
segundo país que más movilidades de personal para formación realiza.
Los países hacia los que hubo mayor movilidad fueron Italia (255), Francia (132),
Alemania (125) y Reino Unido (125).
Las movilidades de personal para la formación se distribuyen entre el personal
docente (40,03%), el personal de la Administración (39,22%) y el personal de las
Oficinas de Relaciones Internacionales (13,78%).
El tipo de actividad realizada es mayoritariamente la formación (62,64%), seguido
del aprendizaje mediante la observación in situ (22,45%) y los talleres y seminarios
(8,91%).
La duración media es de 5,4 días, inferior a la media europea; la movilidad en las
enseñanzas artísticas tiene mayor duración (6,3 días) y es menor en la formación
profesional (4,9 días).
En lo que respecta a la antigüedad, el personal que más movilidades realizó fue
aquél con menos de 10 años de antigüedad (43,84%), y el que menos el de más de 20
años de antigüedad (19,77%).
La mayor parte de las movilidades de formación se realizó en empresas pequeñas
(46,44%), realizándose el resto en empresas medianas (24,27%) y grandes (29,29%).
La cuantía media de la ayuda para movilidad de personal para formación
procedente de fondos europeos fue de 631€. Las aportaciones complementarias a esa
cuantía representan un 33%.
El número de movilidades de personal para formación recibidas fue de 1.287, lo
que supone un incremento del 39% respecto al año anterior. Por primera vez, España es
el país que más movilidades de personal para formación recibe. Dichas movilidades
procedían de Polonia (18,6%), Italia (9,8%), Alemania (8,7%) y Francia (7%).
La fotografía del éxito del programa Erasmus en España sería la siguiente:
48
• 356.000 estudiantes de instituciones españolas de Educación Superior han
participado en el programa Erasmus. Es el 14,17% del total de los estudiantes
Erasmus.
• España es el país que más estudiantes Erasmus envía, concretamente 36.183 en el
curso 2010-2011, 16% del total.
• El 10,7% de los estudiantes españoles de Educación Superior participan en el
programa Erasmus.
• España es el país europeo que más estudiantes Erasmus recibe: 37.432 en el curso
2010-2011.
• 30.000 miembros del personal de las instituciones de Educación Superior españolas
se han beneficiado del programa Erasmus, lo que supone un 9% del total de
participantes.
• 4.488 profesores y personal de administración de las instituciones españolas de
Educación Superior han participado en el curso 2010-2011 en el programa, más del
10% del total europeo.
• España es el segundo país que más personal envía dentro del programa Erasmus.
• España es el país que más movilidades de personal recibe, un 10% del total.
49
7
LAS RAZONES DEL ÉXITO
Consideraciones globales
50
El 87% de los estudiantes Erasmus consideran globalmente su estancia en otro país
como positiva o muy positiva; sólo el 2% la considera pobre o muy pobre. Más del 60%
de los estudiantes españoles consideran su estancia como muy buena, al igual que pasa
con los estudiantes de Francia, Grecia, Italia, Irlanda, Portugal, Rumanía o Reino Unido.
Por encima del 40% de los estudiantes informan que su período Erasmus ha
modificado sus actitudes y aspiraciones profesionales (el 27% considera que se han
modificado en cierta medida y sólo un 30% considera que se han modificado poco,
parcialmente o nada).
Más del 50% considera que su estancia Erasmus ha influido en gran medida en su
educación general (por encima del 30% considera que ha influido en cierta medida y un
15% que ha influido muy poco, parcialmente o nada).
La encuesta confirma que los cambios son más fuertes en el terreno de los valores
personales: alrededor del 55% de los estudiantes mencionan cambios importantes en esta
área, el 25% de cierta importancia y el 20% de ninguna o poca.
Los estudiantes informan de un impacto significativo en su comprensión de otras
culturas o etnias (importante objetivo de la Unión Europea), con un 75% que reconoce
importantes mejoras en este campo y un 20% que reconoce ciertas mejoras.
51
Una cuarta parte de los estudiantes contestan que les llevará más tiempo terminar sus
estudios de grado debido a la estancia Erasmus. La adaptación al nuevo sistema, pero
sobre todo el reconocimiento de los créditos realizados, es uno de los problemas que, aún
veinticinco años después, siguen dificultando el desarrollo del programa.
El 77% de los estudiantes considera buena o muy buena las infraestructuras de TIC y
bibliotecas de la universidad de acogida, y sólo un 7% las considera pobres o muy
pobres.
En lo que respecta al alojamiento, la consideración general es positiva. El 60% lo
considera bueno o muy bueno, 25% normal y 13% malo o muy malo.
En mayo del 2011 Eurobarometer publicó el informe «Youth on the move», realizado
por encargo de la Comisión Europea. Uno de los objetivos básicos de esta encuesta de
Flash Eurobarometer era investigar la posición de los jóvenes europeos (entre 15 y 35
años) ante la movilidad con fines de estudio o de trabajo. Para ello, elaboró una muestra
representativa de los jóvenes de los 32 países que participan en Erasmus. En total se
realizaron 30.312 entrevistas, a finales de enero de 2011. Sus resultados, en lo que tiene
que ver con la movilidad con fines de estudio o de prácticas en empresas, es de gran
interés para entender las razones del éxito de Erasmus.
Para empezar conviene señalar que uno de cada siete (14%) de los jóvenes que
participaron en el estudio habían estado o estaban en el extranjero con fines de estudio o
de formación. En el caso de España, el porcentaje era del 19%.
Fijándonos exclusivamente en estos jóvenes que se habían desplazado a otro país, el
43% lo hicieron como parte de sus estudios superiores, otro 43% como parte de sus
estudios secundarios, el 33% como parte de sus estudios de formación profesional, el
26% para realizar prácticas en una empresa como parte de sus estudios superiores y el
21% para realizar prácticas en una empresa como parte de sus estudios de Formación
Profesional. Como se ve por las cifras manejadas, una parte importante de estos jóvenes
se desplazaron con fines de estudio y también para hacer prácticas en empresas, algo que
viene siendo bastante habitual en los jóvenes que deciden salir al exterior.
Las cifras, en el caso de España, eran del 45% para estudios superiores, el 33% para
estudios secundarios, el 20% para estudios de Formación Profesional, el 21% para
realizar prácticas como parte de los estudios superiores y el 14% para realizar prácticas
como parte de la Formación Profesional. Comprobamos con estas cifras las
peculiaridades de nuestro país en este campo: estamos por encima de la media en la
52
movilidad de los estudiantes universitarios, muy por debajo de la media (10 puntos) en
lo que respecta a los estudiantes de secundaria y un poco por debajo de la media (5 y 7
puntos respectivamente) en lo relativo a la movilidad para prácticas. Este menor
porcentaje de estudiantes que realizan prácticas está motivado por dos importantes
deficiencias: la ausencia de períodos de prácticas en el currículo de una buena parte
de los grados universitarios y el desconocimiento de idiomas de los estudiantes de
formación profesional.
En lo que respecta a los beneficios obtenidos por la estancia en el exterior con
motivo de estudios o formación, los resultados de la encuesta son los siguientes:
53
Mejora del conocimiento de otras culturas. El 40% de los encuestados lo
colocan como el primer o segundo efecto de su estancia en el exterior.
Adquisición de habilidades sociales «blandas»: adaptarse a nuevas
situaciones, relaciones interpersonales. El 40% coloca estos efectos en primer o
segundo lugar.
A continuación, pero con una importancia menor, se colocan otros efectos como:
Tenemos aquí una lista, con mayor o menor grado de importancia, de las razones que
han convertido al programa Erasmus en un éxito. Tienen que ver con competencias
básicas, como el conocimiento de idiomas, con competencias personales, con valores y
también con competencias académicas y profesionales. Todas ellas tienen una
característica especial: se obtienen precisamente por vivir una experiencia académica o
laboral en un país distinto, y eso es lo que proporciona el programa Erasmus.
54
8
ERASMUS, ¿UN AÑO ACADÉMICO
PERDIDO?
Desde hace varios años, y coincidiendo con el inicio de la crisis económica, tanto la
Unión Europea como la OCDE —en sus foros relacionados con la educación— vienen
trabajando en el análisis de los nuevos empleos que surgirán y las competencias que van
a requerir: «New skills for new jobs».
Partiendo del desfase actualmente existente entre las habilidades y competencias con
las que salen formados nuestros universitarios y las que realmente requiere el mercado
de trabajo, los expertos educativos y las autoridades de los países trabajan en la
necesidad de reformar nuestro sistema educativo, cuyos aspectos esenciales
corresponden a una época anterior, para que se adapte mejor a los nuevos tiempos.
En una comunicación de la Comisión Europea sobre este tema se dice: «Entre 2006 y
2020 la proporción de trabajos que requieran un alto nivel de formación se
incrementará del 25,1% al 31,3% del total; los trabajos que requieran un nivel medio de
formación pasarán del 48,3% al 50,1%, y los trabajos que requieran un nivel bajo de
formación representarán sólo el 18,5%.»
En el sector servicios, que es donde se acumulará el mayor porcentaje de empleos,
«existe una clara tendencia hacia la ampliación de las competencias requeridas, a todos
los niveles, sobre todo ligado a las tareas no rutinarias. Por ejemplo, los profesionales
de las TIC tienen que desarrollar habilidades en marketing o gestión; los trabajadores
de servicios tienen que desarrollar competencias digitales y de orientación a los
consumidores. En muchos sectores, intensos en conocimiento, son necesarias tanto
competencias científicas como de gestión. En trabajo social o en educación se requieren
competencias suplementarias para mejorar la calidad de los servicios.
Esto refleja el crecimiento de la demanda de trabajadores con competencias clave
transversales, como resolución de problemas, capacidad de análisis, habilidades
comunicativas y de autogestión, competencia lingüística y, en general, habilidades no
rutinarias».
Uno de los grandes problemas de nuestro sistema de formación, a todos los niveles,
es su falta de adecuación a las necesidades del mundo laboral. La globalización de la
55
economía, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, internet, las
redes sociales…, nuestro mundo ha cambiado tan deprisa, que la educación —por
naturaleza lenta y conservadora— está desfasada y necesita una readaptación a la nueva
realidad. Ello no significa que haya que modificar todo o que haya que olvidar el
carácter formativo y los valores que la educación debe siempre aportar.
Pero lo cierto es que la universidad, por referirnos a un sector educativo concreto, no
puede seguir valorando lo «académico» con los criterios del pasado, en los que
únicamente contaban los conocimientos y, en muchos casos, tal como le gustaba al
profesor de turno que se aprendieran. Esto está cambiando y Erasmus es uno de sus
motores. Por eso, recibe muchas veces esas críticas demoledoras: «Erasmus es perder un
año», ya que todavía quedan defensores de su chiringuito, como si de los «últimos de
Filipinas se tratara».
La OCDE, en un documento titulado «Better skills, better jobs, better lives»,
publicado en 2012, en el que hace un exhaustivo estudio del tema del que estamos
hablando, tiene un apartado en el que hace algunas sugerencias sobre el «rediseño de los
currículos para el siglo XXI», que por su interés voy a resumir:
Estas no son más que algunas ideas sobre un tema que genera mucha discusión, pero
que está en manos de todos los expertos educativos que trabajan en la línea de mejorar la
calidad de los sistemas educativos, por la vía de adaptarlos a las necesidades y a los
cambios que el siglo XXI ha producido.
56
El programa Erasmus ha estado, desde su inicio, en el centro de estos cambios. En
otro capítulo damos un repaso a los cambios que ha generado en nuestro sistema
universitario. Es por ello que tienen poca consistencia las valoraciones —que a veces se
hacen— sobre la eficacia del programa en relación con la formación de los estudiantes
en base a criterios absolutamente obsoletos.
Los propios estudiantes Erasmus son los mejores jueces para valorar su experiencia, y
los resultados son espectaculares: más del noventa por cien considera su estancia como
positiva o muy positiva. Ellos viven en el siglo XXI, mientras que algunos de sus
profesores (cada vez menos) parece que no han salido del XIX.
57
9
LAS DIFICULTADES PARA SER UN
ERASMUS
Hemos visto en un capítulo anterior las razones más importantes que, en opinión de
los propios estudiantes, han hecho del programa Erasmus un éxito. Pero no todos son
facilidades, pues también existen dificultades importantes que impiden participar en el
programa y que hacen que éste siga siendo aún una acción minoritaria.
El conocer estas barreras a la participación es fundamental para poder adoptar
medidas que potencien el desarrollo del programa —objetivo principal de la Comisión
Europea y del Parlamento Europeo—, sobre todo en estos momentos de crisis y de
dificultades económicas.
Para analizar estas barreras vamos a utilizar dos estudios: uno es el ya conocido
«Youth on the move» de la Comisión Europea, y el otro es un estudio encargado por el
Parlamento Europeo y lleva por título «Improving the participation in Erasmus».
Esta misma encuesta, «Youth on the move», de la que hemos hablado en un capítulo
anterior, tiene un apartado dedicado a aquellos jóvenes que nunca se han desplazado a
otro país. Cuando se les pregunta por las razones por las que no se han desplazado, estas
son las respuestas:
• No está interesado en salir fuera. El 28% considera esta razón como la más
importante y un 10% la coloca en segundo lugar.
• Falta de financiación/es muy caro estar fuera. El 20% considera esta razón como
la más importante y un 13% la coloca en segundo lugar.
• Compromisos familiares. Los porcentajes son 13% y 12% respectivamente.
• Falta de información/orientación sobre las posibilidades de movilidad. El 6% la
considera en primer lugar y el 8% en segundo.
• Insuficiente conocimiento de lenguas. Los porcentajes son 5 y 8%,
58
respectivamente.
• Desconfianza sobre el reconocimiento de los estudios/formación. Los porcentajes
son 2 y 2%.
• Desconfianza hacia la calidad de los estudios/formación a recibir. Los
porcentajes son 1 y 2%.
• Dificultad para transferir los créditos y/o becas concedidos. Los porcentajes son
1 y 2%.
59
Resumiendo, en nuestro país los factores que más influyen como freno a la movilidad
son: la escasa financiación (44%), la falta de interés en salir al exterior (41%), la falta de
información (20%) y la escasa formación en idiomas (16%).
Una vez más las respuestas a la encuesta demuestran claramente que las
preocupaciones financieras son muy relevantes para los estudiantes, pues el 56%
considera demasiado costoso estudiar fuera. Se considera la barrera más importante para
participar, seguida de las razones familiares (46%) y la escasa competencia lingüística
(41%).
Ante la pregunta «¿Por qué no ha considerado participar en el programa Erasmus?, y
dada una lista de más de veinte respuestas calificadas desde 1 = nada relevante hasta 5 =
muy relevante, los resultados fueron los siguientes:
Entre 2,5 y 3:
60
— Falta de competencia lingüística.
— Tengo dudas sobre el sistema educativo de otro país.
— Tengo dudas sobre los beneficios del programa Erasmus.
— Tengo dudas sobre la calidad de la educación en otros países.
— Dificultades para encontrar una institución adecuada.
— Falta de integración entre los currículos.
— Temo dificultades para el reconocimiento de los créditos.
— Estudiar fuera retrasará mi graduación.
— Falta de apoyo para la instalación en otro país.
Entre 2 y 2,5
61
programa Erasmus en España están muy por encima de la media europea.
Tendremos ocasión de analizar este tema con más detalle cuando veamos la
situación específica de este tema en nuestro país. Esta situación ha cambiado
radicalmente este curso, con los recortes establecidos por el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte en las becas Erasmus (hasta un 75%).
Entre los estudiantes que consideraban participar en el programa Erasmus pero que
por alguna razón decidieron no hacerlo, las dificultades financieras no aparecen en
primer lugar, pero forman parte de las tres más relevantes, junto con los problemas
personales y la posibilidad de que se retrase su graduación.
La encuesta resalta que muchos estudiantes tienen amigos que no han podido
participar en Erasmus por problemas financieros, concretamente el 80% en el caso de
españoles y portugueses y tan sólo el 20% en Suecia y Noruega.
El bajo nivel de la beca Erasmus es otro de los grandes problemas en España (69%) y
Polonia (68%), mientras no lo es en Suecia (19%) y Finlandia (19%).
El estudio del Parlamento Europeo aborda un tema de gran interés: la relación entre la
percepción de las dificultades financieras y la participación en Erasmus.
Reproducimos un cuadro que aparece en este estudio y que nos parece relevante:
Dificultades financieras
Nivel de participación
Alta Media Baja
Bajo BG GR PL RO SK DK SE UK
Medio HU IT SI EE IE LV NL
Alto BE PT ES MT FR DE LT CZ AU FI
No parece que exista una relación clara entre ambas variables. Los países donde la
percepción de las dificultades financieras es más baja, Dinamarca, Suecia y Reino
Unido, la participación también es baja, a excepción de Finlandia y Austria. Y países
donde la percepción de las dificultades financieras es alta, como España o Portugal, la
participación también lo es. Si bien las barreras financieras se encuentran entre los
factores principales que limitan la participación, parece que su efecto debe ser matizado
por la existencia de otros factores determinantes, como el deseo de participar. Debemos
tener en cuenta que la participación en Erasmus no depende sólo de las dificultades
62
económicas, sino también de los posibles beneficios.
Es un dato contrastado que una alta proporción de los estudiantes Erasmus provienen
de familias con rentas altas. Debemos tener en cuenta que la proporción de estudiantes
procedentes de familias con rentas bajas siempre es menor entre los estudiantes
universitarios, pero, aun así, es un hecho que entre los estudiantes Erasmus esta
proporción es aún menor. Resulta interesante comprobar que esta desproporción es
diferente según los países y sigue criterios que podrían parecer contradictorios: la
participación en Erasmus es más equitativa en los países relativamente pobres y donde la
percepción de las dificultades financieras es alta. En cambio, en los países en los que las
barreras financieras se perciben como poco importantes, la distribución es más
inequitativa. Esta contradicción se explica por el papel que juegan las expectativas de
beneficios personales. Normalmente, la percepción de escasa importancia de las barreras
financieras va unida a las expectativas de escasos beneficios personales en el mercado
laboral.
Esto no quiere decir que la procedencia social de los estudiantes sea un factor
irrelevante. Lo que refleja este estudio es que los estudiantes que proceden de grupos
socio-económicos más bajos tienen más dificultades para justificar el coste de un
programa de estudios fuera, en la medida en que no se asocie con beneficios directos
futuros en el mercado laboral.
Las estancias Erasmus suelen ser relativamente más caras para los estudiantes de
origen social más bajo, debido a que estos estudiantes suelen elegir para realizar sus
estudios universidades próximas a su domicilio que les permitan seguir viviendo con sus
padres. Marcharse fuera e independizarse incrementa mucho más los costes, en relación
a los estudiantes que ya se habían independizado previamente a la estancia Erasmus.
Esta situación es muy acusada en el caso de España.
Otro problema respecto a la participación en Erasmus es la representación por
regiones. Aunque no se tienen datos estadísticos completos por regiones, los que se
conocen reflejan una escasa participación de estudiantes de zonas rurales.
63
La portabilidad de las becas es otro aspecto importante. Se supone que debe ser
posible, pero en aquellos casos en que se plantea un problema, o se supone que se puede
plantear, la participación en Erasmus se ve mermada.
Las becas a la movilidad, como las que se han ofertado en España desde 2006, son
especialmente positivas para favorecer la participación. La brutal reducción de estas
becas que el Ministerio de Educación proporcionaba a todos los estudiantes Erasmus
puede repercutir negativamente en la participación de nuestros estudiantes en el
programa este curso 2012-2013.
Puesto que los problemas financieros son uno de los factores principales que
dificultan la movilidad es interesante profundizar en este tema. Esto es lo que hacen
Souto Otero y McCoshan en su estudio ya citado sobre la procedencia socioeconómica
de los estudiantes Erasmus.
El estudio señala que la situación financiera de los estudiantes es significativamente
diferente entre los que vivían en casa y los que no antes de iniciar el período Erasmus.
Las cifras globales son que el 38% vivía en casa (cifra que es bastante más alta en
España).
En base a la encuesta realizada, concluye el estudio que para los estudiantes que
viven en casa durante sus estudios las becas Erasmus cubren el 50% de sus gastos
adicionales. Este desequilibrio es mayor en algunos países, entre ellos España. En
cambio, para los estudiantes que viven fuera de casa durante sus estudios la beca
Erasmus cubre la diferencia de gastos.
La encuesta también analiza cómo los estudiantes ven su propia situación financiera
durante el período de su estancia Erasmus. El 37% de los estudiantes considera su
situación financiera durante ese período como buena o muy buena, el 44% la
considera normal y el 19% la considera mala o muy mala. Paradójicamente, la
proporción de estudiantes Erasmus que señalan algún tipo de dificultad financiera es
mayor entre los que disfrutan de una beca (66%) que entre los no becados (63%). No
resulta tan paradójico si tenemos en cuenta que el nivel de renta de las familias de los
estudiantes Erasmus sin beca es sensiblemente más alto que el de los estudiantes
becados. En el caso de España, más del 30% de los estudiantes considera su situación
financiera durante la estancia Erasmus mala o muy mala. Asimismo, los estudiantes
españoles, junto con los húngaros, son los que informan sobre la insuficiencia de las
becas en proporciones más altas.
Si fijamos la atención en los problemas financieros a los que se enfrentan los
estudiantes, la encuesta señala que el 55% de los encuestados considera que la
contribución financiera de la beca es insuficiente para cubrir la movilidad. Este es, sin
64
duda, el problema financiero más frecuente según la encuesta. Otros problemas
financieros tales como «la dificultad para mantener la beca o préstamo», «la insuficiente
aportación de los padres» o la «imposibilidad de continuar con un trabajo remunerado»
son respaldados por el 15% o menos de los estudiantes en cada caso.
El coste de vida en el país de acogida influye notablemente en los problemas
financieros experimentados por los estudiantes Erasmus. Más del 60% de los estudiantes
que van a Dinamarca, Islandia, Italia, Noruega y Reino Unido indican que la cuantía de
la beca es insuficiente. Por el contrario, el 40% o más de los estudiantes que van a países
como Bulgaria, Hungría, Polonia o Rumanía indican que no han tenido problemas
financieros durante su estancia Erasmus.
También influye el que los estudiantes vivieran o no en su casa familiar durante sus
estudios en su país. Eso ocurre con los estudiantes españoles, que en gran medida viven
en casa durante sus estudios, y que consideran la beca como insuficiente en más del 90%
de los casos. Más de un 20% de los estudiantes desplazados a Dinamarca, Alemania,
Islandia, Irlanda, Países Bajos, Noruega y Reino Unido informan sobre problemas
debidos a la dificultad de mantener sus trabajos pagados durante su estancia Erasmus.
Los estudiantes procedentes de Finlandia, Noruega, Suecia y Reino Unido —países con
un alto nivel de vida— son los que reflejan menos problemas de carácter financiero.
Por otro lado, existe una clara relación entre la situación económica de los padres y la
situación financiera de los estudiantes durante su período Erasmus. Los estudiantes que
proceden de familias con renta baja suponen la inmensa mayoría de los que opinan que
su situación financiera durante su período Erasmus es mala o muy mala (con un
incremento en su representación en esa categoría de un 168% más que el que representan
en la muestra). En el otro sentido, los estudiantes procedentes de familias con rentas altas
suponen un alto porcentaje de los que consideran que su situación financiera es muy
buena (con un incremento del 176% de su representación en esa categoría en relación al
porcentaje que representan en la muestra). En concordancia con estos datos, el estatus de
renta de los padres afecta a la apreciación de los estudiantes sobre si la beca es suficiente
o no, con más del 60% de los estudiantes cuyos padres tienen rentas iguales o inferiores
a la media que opinan que la beca es insuficiente, mientras sólo el 40% de los
estudiantes procedentes de familias con rentas altas opinan lo mismo.
Aunque para los estudiantes que han participado en el programa Erasmus las
relaciones personales son un obstáculo menor, no es así para aquellos que no han
considerado estudiar fuera. Para estos estudiantes, las razones familiares o las relaciones
personales son una barrera importante (46%). Sólo los problemas económicos superan
65
ligeramente este porcentaje. También en este tema las diferencias entre países son
grandes: del 36% de los británicos al 56% de los suecos.
La falta de competencia lingüística es otro factor que no consideran importante los
estudiantes Erasmus y sí, en cambio, los que no lo han sido (41%). En general, es el
cuarto factor de dificultad para la participación en Erasmus. En España y Reino Unido
esa cifra supera el 60%.
La encuesta señala que la incertidumbre sobre los beneficios del programa no se
encuentra entre las dificultades importantes, aunque sí lo es para los estudiantes no-
Erasmus (34%).
En general, los factores relacionados con la motivación personal o con otras
cuestiones personales no parece que supongan barreras importantes para la participación
en Erasmus, sobre todo si los comparamos con los problemas financieros. La barrera
menos importante para los estudiantes Erasmus y no-Erasmus son los compromisos
laborales en su país de origen.
66
10
LOS PAÍSES RECEPTORES. EL ÍNDICE DE
ELEGIBILIDAD
67
grandes (Reino Unido, Francia, Alemania, España e Italia), que por su tamaño son los
que más estudiantes reciben, en los cursos 1988-1989, 1992-1993 y 1996-1997. Nosotros
hemos estudiado el mismo tema en los cursos 2004-2005 y 2009-2010. Esto nos va a
permitir estudiar la evolución del interés de los estudiantes por unos países u otros y,
específicamente, comprobar los cambios que se han producido y analizar el papel
preponderante que desempeña España.
Estos son los resultados a los que llegó el profesor Valle:
Índice de elegibilidad
España 0 0 0 0 4 4/4 = 1
Italia 0 0 0 0 0 0
Este cuadro marca, con claridad, la tendencia en esos primeros diez años de vida de
Erasmus: Reino Unido es el destino preferido; Francia es el segundo país —aunque con
tendencia decreciente—; España empieza a crecer en el curso 1996-1997, convirtiéndose
en el tercer país preferente; Alemania, que era tercero, pasa a ser cuarto, e Italia se
mantiene siempre en el quinto lugar.
Nosotros hemos aplicado este modelo a los 31 países que participan en Erasmus en
los cursos 2004-2005 y 2009-2010, y éstos son los resultados:
Índice de elegibilidad
2004-2005 2009-2010
68
España 41 41/30 = 1,36 48,5 48,5/30 = 1,61
Si realizamos este mismo análisis, pero limitándonos a los flujos entre los cinco
países «grandes», tal como hizo el profesor Valle en su libro, podremos comprobar la
magnitud del cambio producido en los flujos, y especialmente en el caso de España.
Índice de elegibilidad
2004-2005 2009-2010
69
el contrario, ha pasado del 0 o el 1 en los primeros años al 2,6 (1,61 si tenemos en cuenta
a los 32 países), convirtiéndose en el primer país receptor. Francia, que ocupaba el
segundo lugar, lo mantiene a lo largo de los años.
Es interesante analizar, en el caso de España, la gran diferencia en el índice de
elegibilidad según lo estudiemos para los cinco grandes países —2,6— o para los 32 que
participan en Erasmus —1,61—. Dos datos muy significativos:
70
Unas universidades muy activas en el programa Erasmus y muy sensibilizadas
respecto a la importancia de su internacionalización, que han trabajado mucho y
bien en apoyar a los estudiantes extranjeros y hacer fácil y cómoda su estancia en
nuestro país.
Un país con un alto nivel de calidad de vida, con una extraordinaria oferta cultural,
que es muy apreciada por los estudiantes que vienen y por todos los millones de
visitantes que tenemos cada año.
Estas condiciones, pero sobre todo el excelente trabajo de nuestras universidades, han
convertido a España en un centro de atracción para los estudiantes europeos y están
«internacionalizando» nuestros centros de educación superior, mejorando su calidad.
El factor socio-cultural
Románico/mediterráneo Chipre, Francia, Grecia, Italia, Malta, Portugal, Rumanía, España 7,920 mill.
La popularidad de los países viene afectada por el tamaño del grupo (no es extraño
que el grupo mediterráneo sea el más popular), entre otras cosas porque dispone de más
71
instituciones que pueden recibir a estudiantes.
Es por ello que para conocer los flujos mejor se introduce este índice:
Por ejemplo, el 15,7% de los estudiantes de los países mediterráneos van a Reino
Unido o Irlanda, mientras que los estudiantes de estos dos países representan el 13,5%
del total de la UE. Luego su índice de distribución es 15,7/13,5 = 1,16.
Origen Destino
Reino Unido, Irlanda (UKI) SCA ROM BEN GER SLA BAL UKI
72
• Peso > 1: la proporción de estudiantes que se reciben sobrepasa la proporción
relativa del grupo, indicando una fuerte preferencia por ese grupo de países.
• Peso alrededor de 1: no existe una especial preferencia, ya que la atracción viene
determinada por el volumen de estudiantes del grupo de países de acogida.
• Peso < 1: el grupo de acogida no es atractivo para el grupo que envía.
1. El más atractivo es, sin duda, el de los países escandinavos: es el primer grupo de
elección para todos, excepto para ellos mismos, teniendo índices superiores a 1 en
todos los casos.
2. Los países del Benelux son los segundos más atractivos, con índices superiores a 1
en todos los casos.
3. El grupo de países mediterráneos ocupa el tercer lugar. Resulta interesante resaltar
que, a pesar de que España es el primer país de acogida de estudiantes Erasmus y
que Italia también acoge a un número importante, desde el punto de vista relativo,
que viene marcado por este índice, el grupo es el tercero. Reino Unido e Italia son
los principales suministradores de alumnos. Y el índice es inferior a 1 en el caso de
los países eslavos (0,84), escandinavos (0,86) y bálticos (0,64).
4. Todos los índices de los países eslavos son muy inferiores a 1. Son, en
consecuencia, los países que menos Erasmus reciben.
Estos datos confirman la hipótesis de que, tanto a nivel individual como institucional,
las decisiones que adoptan los estudiantes respecto al país al que desean dirigirse no sólo
están afectadas por el factor económico, sino también por elementos socioculturales.
73
11
LAS ÁREAS DE ESTUDIO DE LOS
ESTUDIANTES ERASMUS
Una de las críticas que habitualmente se hace al programa Erasmus, desde ciertos
ámbitos académicos, es la de su relativa falta de valor académico. Se afirma que sólo
participan en el programa estudiantes de áreas «menos serias», como Filologías y
Humanidades, y que normalmente no participan los estudiantes más brillantes. Siempre
hay algo de razón en este tipo de críticas, sobre todo en la segunda, pero vamos a
intentar analizar los datos de los que disponemos para comprobar hasta qué punto estas
críticas son reales o están magnificadas.
Para ello, vamos a elaborar un cuadro de las áreas de estudio de los estudiantes
Erasmus, tanto a nivel global, como específicamente en España. Su análisis nos ayudará
a entender la situación.
El cuadro de la página siguiente nos ofrece los datos sobre las áreas de estudio
elegidas por los estudiantes Erasmus durante el curso 2006-2007. En él podemos
observar las áreas que mueven mayor número de estudiantes a nivel europeo:
Empresariales: 20,36%.
Lenguas y Filologías: 14,94%.
Ciencias Sociales: 11,80%.
Ingenierías-Tecnología: 10,80%.
Derecho: 6,58%.
Ciencias médicas: 5,72%.
74
Unión Europea España
Áreas
Total % Total %
75
menos acusado en España. Ese descenso se invierte en un aumento significativo de las
áreas científicas y técnicas.
Al objeto de poder profundizar en este análisis, que nos parece de gran interés para
poner en valor la importancia del programa Erasmus en España y romper con algunos de
los comentarios que aún se siguen oyendo en determinados ambientes pretendidamente
«muy académicos», vamos a comparar estos porcentajes de participación con los que
corresponden a la universidad española, y comprobar si existe alguna desviación
significativa en la movilidad de estudiantes Erasmus y las áreas de conocimiento a la que
pertenecen.
Para ello vamos a recuperar la clasificación de las áreas que establece el Consejo de
Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) en su informe bianual sobre la
situación de las universidades españolas.
Vamos a agrupar de esta manera (quizá no completamente correcta, pero válida para
el objetivo que nos proponemos) las áreas:
Estos son los cinco grupos en que estructura las áreas de conocimiento el estudio de
la CRUE, y hemos adjudicado a cada grupo los que les correspondían según la
clasificación de la Unión Europea. El apartado «Otras áreas», cuyo porcentaje es
pequeño, lo hemos repartido entre estos cinco grupos.
Vamos a elaborar un cuadro que incluya los datos de los estudiantes Erasmus
europeos, los de los estudiantes Erasmus españoles y los correspondientes a los
estudiantes españoles (curso 2008-2009).
76
Técnicas 14,67% 21,71% 26,63%
77
cinco puntos a favor de las ciencias experimentales.
En lo que respecta a las Ciencias médicas, los porcentajes de participación son
similares: 9,62% de los estudiantes españoles están matriculados en las carreras de
ciencias médicas y un 7,67% de los estudiantes Erasmus españoles pertenecen a
esta área.
Podemos, pues, concluir con que la participación española en Erasmus tiene un perfil
similar al de la población universitaria, con una mayor participación de los alumnos de
Ciencias Sociales y Jurídicas y de Ciencias Experimentales. No es, por tanto, correcta
la afirmación de que «predominan en los alumnos Erasmus españoles los
pertenecientes a las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales».
78
12
ERASMUS COMO MOTOR DE MEJORA DE
LA CALIDAD DEL SISTEMA DE EDUCACIÓN
SUPERIOR
79
significado para la transformación del sistema de Educación Superior a nivel europeo
permitió obtener las conclusiones siguientes:
• A nivel individual, los estudiantes Erasmus son más propensos a tener carreras
internacionales. El programa ha manifestado un efecto sobre las actitudes
relacionadas con la carrera profesional, los valores personales, las habilidades
interpersonales y la confianza en sí mismos.
Aunque la contribución del programa en los aspectos académicos se enfatiza poco,
el cincuenta por ciento de los estudiantes reconoce efectos positivos sobre su
progreso académico, y especialmente en lo relativo a las destrezas en lenguas
extranjeras.
La movilidad del profesorado y del personal de las instituciones de Educación
Superior tiene efectos positivos en las actividades de enseñanza y, en particular, en
la cooperación en investigación y en general en las competencias académicas.
• A nivel institucional, Erasmus ha tenido un efecto considerable. Dicho efecto se
puede identificar principalmente en dos áreas: la internacionalización, y la
enseñanza e investigación.
Desde su inicio, Erasmus ha tenido un impacto positivo en el establecimiento de
oficinas internacionales y centros de enseñanza de lenguas en las universidades. Ha
incrementado la conciencia de las actividades europeas e internacionales y ha
impulsado la cooperación internacional. El programa ha animado a las
universidades a desarrollar políticas de internacionalización.
En el terreno de la enseñanza y la investigación, el efecto de Erasmus es más
indirecto. Se han producido mejoras en los campos de la elaboración de currículos
y de la práctica docente, pero hay que reconocer que, dejando a un lado la
influencia en el campo de la internacionalización, los efectos en otros campos han
sido muy reducidos y difíciles de medir empíricamente.
• A nivel de las políticas nacionales e internacionales, el efecto es bastante claro,
aunque difícil de medir. Erasmus ha tenido un impacto considerable en el proceso
de Bolonia, tanto en el establecimiento de la agenda como en las infraestructuras y
el contenido. Las líneas de acción de la declaración de Bolonia están fuertemente
apoyadas en las experiencias Erasmus (sistema de créditos ECTS, suplemento al
diploma, reforzamiento de la calidad, grados conjuntos…). El Marco Europeo de
las Cualificaciones (EQF) está ligado a Erasmus, así como el Registro Europeo de
mantenimiento de la Calidad.
80
departamentos.
A pesar de la diversidad de las instituciones encuestadas, en cuanto a tamaño,
disciplinas que imparten, grados que conceden o estatus legal, en lo relativo al impacto
de Erasmus sólo aparecen diferencias en relación con el tamaño y la pertenencia a un
país de nuevo ingreso o no.
La encuesta trataba de medir el efecto Erasmus en cinco campos: «mejora de los
servicios a los estudiantes», «enseñanza-aprendizaje», «mejora de la calidad-
profesionalismo», «movilidad, redes y cooperación» y «perfil institucional».
Estas son las conclusiones más relevantes:
• Más del 70% de los coordinadores centrales de Erasmus, y hasta el 64% de los
coordinadores de departamentos, están de acuerdo en que el programa ha
producido grandes progresos en los servicios a los estudiantes. A nivel general, se
puede afirmar que se ha producido un importante avance en todas las actividades e
infraestructuras que están relacionadas con la organización de la movilidad. En
relación con esto, se ha producido una mejora en la visibilidad y atractivo nacional
e internacional de las instituciones Erasmus.
• Un gran número de coordinadores afirman que una serie de actividades, que han
permitido mejorar la calidad de la enseñanza, así como mejorar el perfil
institucional, no se habrían desarrollado si Erasmus no existiera: por ejemplo, la
introducción de grados conjuntos, la internacionalización de ciertos contenidos
curriculares, los programas en lengua inglesa o la internacionalización de los
procesos de enseñanza-aprendizaje.
• En esta misma línea se considera a Erasmus como el desencadenante de decisiones
que han favorecido la mejora de la calidad del proceso de enseñanza: promover las
destrezas «blandas» de los estudiantes, introducir como requisito obligatorio el
aprendizaje de idiomas, revisar determinados currículos o modernizar las
infraestructuras para el proceso de aprendizaje.
• En general, las instituciones grandes reconocen mayor impacto de Erasmus que las
pequeñas o medianas. Sin embargo, estas últimas reconocen el impacto en la
preocupación por la calidad, el desarrollo de redes y de la cooperación, y los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
• Las instituciones de Educación Superior de los nuevos miembros de la Unión
Europea reconocen el factor desencadenante de Erasmus a la hora de iniciar y
apoyar los procesos de mejora de la calidad.
• La gran mayoría de los coordinadores centrales informan que ellos transfieren las
experiencias que adquieren a través de Erasmus a su trabajo diario. Para ello,
organizan seminarios con los participantes en el programa, y analizan y recogen
todo tipo de datos e información que les sea útil para mejorar su trabajo.
• Las expectativas de los coordinadores Erasmus relativas al impacto futuro del
81
programa sobre sus instituciones es extremadamente positiva y consideran que
crecerá en los próximos años.
82
13
LA MOVILIDAD INTERNACIONAL DE LOS
ESTUDIANTES. LA
INTERNACIONALIZACIÓN
83
La ausencia de definiciones claras y la diversidad de situaciones de movilidad
convierten en una tarea muy difícil la obtención de estadísticas fiables sobre este tema.
Dentro de la literatura que he tenido ocasión de manejar, me ha parecido la más
precisa el estudio ya citado y publicado por la Dirección General de Políticas Internas
del Parlamento Europeo, «Improving the participation in the Erasmus Programme»,
publicado en julio de 2010 y en el que participó el profesor de Wit. Utilizaré como
fuente de los datos que manejo en este capítulo el mencionado estudio.
La movilidad internacional de estudiantes en el seno de la Unión Europea ha crecido
notablemente en los últimos años. Desde 1998, el número de estudiantes que estudian en
otro Estado miembro cada año ha crecido por encima de los 200.000. Desde el acceso de
los diez nuevos miembros en 2004, la movilidad internacional de estudiantes a lo largo
de la Unión Europea se incrementó en casi 100.000. Mientras en 2004 salían a estudiar a
otro país de la UE 390.500 estudiantes, en 2007 el número se había incrementado hasta
487.900. Resumiendo, el porcentaje de estudiantes que estudian en otro país de la UE, en
relación al total de estudiantes, ha crecido del 2,2% en 2004 al 2,8% en 2007.
En lo que respecta a España, el avance de la estadística de estudiantes universitarios
para el curso 2010-2011 que nos ofrece el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte,
nos proporciona los siguientes datos:
Número total de estudiantes extranjeros matriculados en 1º y 2º ciclo y Grado
Total
47.627 41.170 1.526 4.931
extranjeros
84
la cifra de estudiantes extranjeros matriculados en nuestras universidades es muy
pequeña y contrasta enormemente con el dato de que España es el primer país receptor
de estudiantes Erasmus. Tenemos capacidad y atractivo para que vengan numerosos
estudiantes europeos a realizar un período de estudio en nuestro país y, en cambio,
nuestras universidades son poco atractivas para conseguir que vengan alumnos
extranjeros a estudiar un grado completo. En el trabajo de internacionalización de las
universidades españolas queda mucho por hacer.
Todos los elementos favorables que nos han convertido en el primer país receptor de
estudiantes Erasmus siguen siendo válidos para atraer a estudiantes que hagan un grado
completo en nuestras universidades. Lo que necesitamos es una política especialmente
dirigida a conseguir ese fin. Varias universidades españolas han avanzado mucho en este
terreno, especialmente algunas universidades privadas.
En lo que respecta a la participación de los estudiantes españoles en la movilidad
internacional, las cifras son bastante desalentadoras. De los 23.500 estudiantes españoles
que salieron fuera a realizar estudios durante el curso 2007-2008, 22.696 eran Erasmus,
es decir, el 97%. Es, sin duda, la cifra más alta de toda la Unión Europea. Por poner
algunos ejemplos, en Francia sólo el 45% de los estudiantes franceses que salen fuera
son Erasmus, en Alemania el 34% y en los Países Bajos el 36%; incluso en Italia
representan sólo el 47%. A nivel europeo el porcentaje de estudiantes Erasmus en
relación con el total de los estudiantes que salen fuera es del 31%.
Estos datos merecen una reflexión, que yo resumiría en los siguientes apartados:
85
incorporación a la vida laboral se convierte en prioritaria.
86
14
LOS ERASMUS ESPAÑOLES
1. LA MOTIVACIÓN PERSONAL
87
lenguas o de arquitectura, un período Erasmus resulta especialmente interesante,
mientras que para los estudiantes de Derecho el interés es menor.
También es bastante decisiva la opinión de los amigos a la hora de participar en
Erasmus.
La decisión de participar en Erasmus tiene que ver más con el deseo de vivir
experiencias vitales nuevas y aprender una lengua que con preocupaciones relacionadas
con el empleo. Sin embargo, cierto número de estudiantes consideran que Erasmus les
puede proporcionar beneficios en el mercado de trabajo. Este punto de vista no es
uniformemente compartido, pues una parte de los estudiantes opina que los empresarios
españoles no valoran las prácticas Erasmus pero que sí lo hacen los empresarios
extranjeros. El aprendizaje de idiomas es la motivación más fuerte para estudiar fuera,
pero a la vez la falta de competencia linguística es una barrera para la participación.
Estos criterios son un reflejo de la estructura social y académica de la universidad
española. El paso por la universidad es un período vital para los jóvenes, en el que,
además de adquirir conocimientos académicos, adquieren también experiencia vital,
modos de comportamiento, amigos, relaciones o habilidades sociales, y todo ello
interviene a la hora de tomar decisiones.
Ello explica que las decisiones no vengan determinadas exclusivamente por lo
académico o lo profesional, aunque eso no quiere decir que una vez adoptada la decisión
el estudiante no busque la universidad donde más va a aprender, donde mejor va a
desarrollar sus capacidades y aproveche de la mejor manera posible —desde el punto de
vista académico, pero también vital— su estancia en el extranjero.
Debemos distinguir entre las motivaciones para salir fuera, que pueden ser muy
variadas, y los resultados que esa estancia Erasmus produce en los estudiantes de mejora
de la competencia lingüística, del nivel académico y de las posibilidades de empleo. Esto
está atestiguado por numerosos estudios y es, en definitiva, lo que ha convertido a
Erasmus en el programa más popular de la Unión Europea.
88
que en general la información que se tiene del programa es buena.
Sí queda avanzar en fórmulas más imaginativas para animar a los estudiantes a
participar, como buenas páginas webs, utilización de las redes sociales como Facebook o
Twitter, grupos de antiguos Erasmus…
También es muy importante para el éxito del programa la elección adecuada del
centro al que se decide ir o que éste tenga un buen servicio de acogida. La excelente
calidad de los servicios estudiantiles con que se encuentran los estudiantes Erasmus en
su institución de acogida son un importante argumento para favorecer la participación en
Erasmus. Aunque estos servicios suelen ser buenos, algunos estudiantes plantean la
necesidad de establecer unas normas mínimas que todas las instituciones deberían
cumplir. Es necesario eliminar las diferencias que ahora existen entre unas instituciones
u otras, de manera que todas ofrezcan un mínimo de servicios necesarios para que el
programa sea un éxito.
89
El sistema de adjudicación consiste en una beca mensual igualitaria para todos los
Erasmus, cuyo valor depende de la cantidad de estudiantes que salen cada año, y una
aportación mensual específica (de cuantía mayor que la genérica) para los estudiantes
Erasmus que son becarios en el sistema español.
En este terreno financiero los principales problemas han tenido que ver con la
incertidumbre sobre la cuantía de la beca y con el hecho de que se realiza el pago muy
tarde. Como la beca Erasmus varía de año en año, no es posible conocer con antelación
lo que te va a corresponder. Además, en España una parte importante de esta beca
proviene de la cofinanciación del gobierno y/o de las comunidades autónomas que
también se revisa anualmente, lo que impide que el estudiante sepa con anterioridad la
cantidad exacta que va a recibir. El estudiante sólo recibe información en base a lo
ocurrido en años anteriores, y puede ser muy distinta según a qué fuentes de financiación
acuda y en la comunidad autónoma en la que viva.
El grado de cofinanciación en España para la movilidad Erasmus para estudios ha
sido muy alto, hasta el curso 2010-2011. El gobierno ha incrementado notablemente su
contribución en los últimos años, según puede observarse en el cuadro adjunto, siendo
bastante más importante que la del resto de países de la Unión Europea. Las becas
ofrecidas por los gobiernos autonómicos son también importantes, según los casos, y
sobrepasan en ocasiones las becas europeas. Asimismo, algunas instituciones financieras
españolas aportan cantidades considerables para la financiación de los estudiantes
Erasmus. Las ayudas concedidas por el Ministerio de Educación son mayores para los
estudiantes becarios (con menos ingresos), y algo similar ocurre con las concedidas por
las comunidades autónomas.
Préstamos — — —
90
Este cuadro refleja el importante esfuerzo realizado por el gobierno, las autonomías,
las instituciones universitarias y los bancos para apoyar la participación de los
estudiantes españoles en Erasmus. Si en el año 1998-1999 la financiación global del
programa apenas doblaba la aportación europea, actualmente la multiplica por cuatro.
Sólo la aportación del gobierno es ya sensiblemente superior a la de la Comisión
Europea.
Este esfuerzo ha permitido que:
Sin embargo, existen problemas importantes que ensombrecen este panorama. Por un
lado, la información sobre la consecución de las becas concedidas por el gobierno, y
sobre todo por las comunidades autónomas y otras instituciones, no es transparente, por
lo que muchos estudiantes desconocen estas posibilidades; aun conociéndolas, en
muchas ocasiones no tienen seguridad sobre su posible concesión antes de adoptar la
decisión de moverse. Por otro lado, los pagos de estas becas, en la mayoría de los casos,
se hacen tarde —por cuestiones burocráticas—, lo que exige a los estudiantes disponer
de fondos propios para iniciar su estancia —muchas veces durante varios meses—, algo
que muchos estudiantes no pueden permitirse. Se dan casos en que han tenido que pedir
un préstamo para afrontar esos primeros meses, préstamo que luego les ha sido muy
difícil reembolsar.
Resulta descorazonador comprobar que, habiendo dinero suficiente, al menos hasta el
curso 2010-2011, los problemas se produzcan por falta de transparencia en la
información y por deficiencias en la gestión de los fondos. Por ejemplo, los fondos
procedentes del Ministerio de Educación siempre se aprueban una vez iniciado el curso
escolar.
Otro problema que se plantea, máxime en estos tiempos de crisis económica, es qué
va a ocurrir si estos fondos disminuyen drásticamente —como ha ocurrido este curso
2012-2013 (se han reducido aproximadamente en un 75%).
El Organismo Autónomo Programas Educativos Europeos (OAPEE) tendrá que
adoptar una de estas decisiones:
91
Mantener la participación actual en base a disminuir notablemente la cuantía de las
becas, lo que significa volver a la situación de hace unos años en que Erasmus era
un programa para los hijos de las familias con rentas altas, que podían soportar los
gastos que una estancia en el exterior conlleva.
Siempre cabe una opción intermedia, en un primer momento. Pero en una
perspectiva a medio plazo de recortes en educación, como la que parece que se
avecina, no quedará más remedio que optar por uno de los dos modelos anteriores.
92
institución de educación superior, que deben ponerse de acuerdo para agilizar los
trámites. Me consta, por experiencia personal, que es posible que las universidades
tengan el dinero europeo a principios de curso y que el Ministerio también haya
gestionado su crédito para ese momento. Es cuestión de obligarse a que ello ocurra.
Los estudiantes no deben ser los que paguen nuestro mal funcionamiento. Y, en
último caso, se debe poner una fecha límite para que el becario reciba su beca,
fecha que nunca puede ser posterior a noviembre para el primer pago. El estudiante
que sale fuera tiene derecho a saber cuándo va a recibir su beca para así poder
organizarse.
• Por último, es necesario que el estudiante que quiere salir fuera tenga una
información lo más precisa posible, antes de tomar la decisión, sobre la cuantía que
va a recibir. Es difícil decidir cuando no sabes si vas a poder afrontar la nueva
situación porque no conoces la cuantía de la beca que vas a obtener. Sé que existen
problemas para facilitar esta información, pues la cuantía depende, entre otras
cosas, del número de estudiantes que van a salir ese año. Pero el problema se puede
resolver haciendo una aproximación ajustada y estableciendo un mínimo, tanto de
la beca europea como de la del ministerio, que sea conocido por todos los posibles
demandantes. Ese mínimo sería una cantidad que el becario tendría asegurada, de
modo que pudiera hacer sus planes futuros en base a ella.
La primera condición a la que se enfrentan los posibles estudiantes Erasmus son los
criterios de selección. La opinión de los estudiantes es que la dificultad para conseguir
una beca Erasmus varía mucho según la universidad y la disciplina que se estudia.
Tampoco son homogéneos los criterios de selección, que deberían ser, según ellos, y por
este orden, expediente académico, competencia lingüística y entrevista personal. En el
caso de algunas instituciones con mucha demanda se están adoptando estrategias para
reducir el número de solicitantes, en base a aumentar los requisitos por encima de los
requeridos por la Comisión Europea. Esto debería ser vigilado por el OAPEE para que
no ocurra, y que los criterios sean los mismos para todos.
Los estudiantes prefieren acudir a instituciones que tienen acuerdos con la suya de
origen, pues eso garantiza el reconocimiento de los estudios cursados, que es uno de los
problemas importantes del programa. Por ello, es muy conveniente que los acuerdos
entre instituciones sean eficaces, leales y cooperativos, pues ello redunda en el buen
funcionamiento del programa.
A veces, como pasa con una buena parte de las instituciones del este de Europa, las
instituciones de acogida no ofrecen facilidades para conocer lo que ofrecen, bien porque
no lo explicitan en sus páginas webs o no lo exponen en inglés. Esta es una de las
93
razones de la escasa presencia de estudiantes españoles en países del este de Europa,
unido al hecho de que al haberse incorporado más tarde al programa tienen menos
acuerdos con las instituciones españolas.
Aunque la mayoría de los estudiantes reconocen que Erasmus no es un programa
burocrático, algunos critican el alto nivel de burocracia al que se tienen que enfrentar los
estudiantes, sobre todo cuando el coordinador no se muestra muy activo. En este sentido,
sugieren que se valore mejor la figura de los profesores-coordinadores Erasmus,
liberándoles de docencia para que puedan realizar su función en mejores condiciones.
En lo que respecta a las prácticas, los estudiantes reconocen menos tarea burocrática,
mientras que son los empresarios los que se quejan de esta labor. Una mayor utilización
de las TIC mejoraría y facilitaría el proceso.
Los coordinadores auguran un gran potencial a la movilidad para prácticas, aunque,
de momento, su número es insuficiente. El problema radica, por un lado, en el bajo
número de becas disponibles, y por otro, en el desconocimiento que los empresarios aún
tienen del programa. La mejora en ambas direcciones permitirá un amplio desarrollo de
esta acción.
Son muchos los temas a discutir que incluye este apartado: el reconocimiento de los
estudios realizados, la calidad de las estancias Erasmus, el impacto del proceso de
Bolonia, las cuestiones derivadas de los diferentes calendarios escolares en los países
participantes y la diversidad legislativa en lo referente a la regulación de las prácticas en
empresas.
El reconocimiento de los estudios realizados sigue siendo uno de los problemas que
frenan la participación de muchos estudiantes. En algunos grados e instituciones no se
reconocen los estudios realizados, o se hace en una pequeña proporción, debido a la falta
de flexibilidad de los estamentos académicos. También se produce el fenómeno
contrario: la consecución de los créditos de forma especialmente fácil. Se produce cierta
falta de control sobre la calidad académica de la estancia Erasmus. Esto es también
percibido como un problema que frena la participación de muchos estudiantes. También
es verdad que algunos estudiantes se acercan a Erasmus con esa perspectiva, la de pasar
un año tranquilo y relajado en el extranjero. Una medida que sería interesante para
mejorar la calidad de la estancia consistiría en ligar la concesión de la beca a los
resultados académicos, de manera que quien haya ido «a pasar un año de veraneo» se
vea obligado a devolver la beca concedida.
Los estudiantes no creen que Bolonia vaya a hacer más fácil el reconocimiento de los
estudios realizados, ya que la diversidad continua, y podríamos decir que la realidad, les
está dando la razón. Anteriormente el sistema español de cinco años de estudio tenía
94
similitudes con los grados en otros países, mientras que ahora, al existir grados de 3 y 4
años (la diferencia entre ambos es de un 25%), las dificultades pueden ser aún mayores.
En lo que respecta a los masters, los problemas también han aumentado:
anteriormente los estudiantes españoles de quinto curso podían participar en países
cuyos grados fueran también de cinco años o incluso en cursos de masters; actualmente,
con masters de un año, año y medio o dos años la movilidad será más difícil. No es
creíble pensar en que estudiantes de masters de un año de duración se desplacen a otro
país y pierdan una parte importante de sus estudios en la universidad de origen. La
situación se complica aún más debido a que los acuerdos interuniversitarios para masters
deben ser firmados por los directores de éstos y que los estudiantes tienen que solicitar la
participación el año anterior, es decir, antes de que se hayan matriculado del master que
quieren realizar.
Otro problema que surge es la incompatibilidad entre los calendarios académicos. Los
estudiantes españoles que realizan el Erasmus en países nórdicos, por ejemplo, se quejan
de que el comienzo de curso coincide con vacaciones en España, de manera que no
pueden contar con la ayuda del coordinador. También la diferencia de calendarios,
duración de los estudios, inicio y final de curso o períodos lectivos diferentes producen
ansiedad en algunos estudiantes e impiden que aprovechen adecuadamente su estancia
Erasmus.
También genera problemas la existencia de diferentes legislaciones en los países
europeos sobre las prácticas en empresas. Este hecho frena, en muchos casos, la
participación de empresas que no quieren verse envueltas en complejidades legales.
Cierta homogeneización legal en este campo sería muy útil para el desarrollo del
programa.
95
15
ERASMUS Y LAS UNIVERSIDADES
ESPAÑOLAS
La reflexión que sobre el programa Erasmus deben hacer todos los actores que en él
participan, con vistas a su mejora, requiere también un análisis más específico que
atienda a la evolución de cada institución que participa en el programa.
Vamos a desarrollar este análisis de las universidades españolas desde la perspectiva
de la movilidad de estudiantes.
• Si ha crecido todos los años o todos menos el curso 2006-2007, en que se decreció a
nivel global: 3 puntos.
• Si ha crecido siete u ocho años: 2 puntos.
• Si ha crecido cinco o seis años: 1 punto.
• Si ha crecido menos de cinco años, 0 puntos.
Sólo hay tres instituciones que han crecido todos los años:
96
Como el año 2006-2007 fue de ligero retroceso a nivel general, tiene interés añadir a
esta lista las universidades que crecieron todos los cursos, pero no 2006-2007.
Resulta interesante añadir a esta lista las universidades que han crecido durante ocho
de los nueve años en que estamos realizando este estudio:
Terminamos este apartado añadiendo las instituciones que han crecido 5 ó 6 años de
los analizados. Empezaremos con las que han crecido seis años:
97
Universidad de León: 1 punto
Universidad Autónoma de Madrid: 1 punto
Universidad Alfonso X el Sabio: 1 punto
Universidad de Mondragón: 1 punto
Universidad de Murcia: 1 punto
Universidad Católica S. Antonio de Murcia: 1 punto
Universidad de Oviedo: 1 punto
Universidad de las Islas Baleares: 1 punto
Universidad Pública de Navarra: 1 punto
Universidad Pontificia de Salamanca: 1 punto
Universidad de Santiago: 1 punto
Universidad de Sevilla: 1 punto
Universidad de Valencia: 1 punto
Universidad Politécnica de Valencia: 1 punto
Universidad de Vic: 1 punto
Por último, vamos a indicar las instituciones que han crecido cinco de los nueve años,
y que consiguen también un punto:
En el lado contrario, con 0 puntos, podemos señalar aquellas universidades que han
aumentado el número de estudiantes que envían tan sólo en tres o cuatro ocasiones de las
nueve posibles, de modo que podemos decir que su crecimiento ha sido débil o
estacionario:
Universidad de Deusto.
Universidad de La Rioja.
Universidad SEK.
Universidad de Alicante.
Universidad Autónoma de Barcelona.
Universidad Ramón Llull.
Universidad de La Laguna.
Universidad CEU Cardenal Herrera Oria.
98
Universidad de Zaragoza.
Tendríamos así una lista de nueve universidades que, a lo largo de estos diez cursos,
han decrecido en más ocasiones que crecido.
99
Universidad de Granada: 1 punto (164%)
Universidad de Mondragón: 1 punto (163%)
Universidad de Córdoba: 1 punto (162%)
Universidad de Castilla-La Mancha: 1 punto (152%)
Universidad de Cádiz: 1 punto (129%)
Universidad de Las Palmas de G. Canaria: 1 punto (129%)
Universidad de Málaga: 1 punto (127%)
Universidad de Sevilla: 1 punto (125%)
Universidad Rovira i Virgili: 1 punto (109%)
Universidad de Santiago de Compostela: 1 punto (103%)
Universidad Católica S. Antonio de Murcia: 1 punto (92%)
Universidad CEU San Pablo: 1 punto (91%)
Universidad Politécnica de Madrid: 1 punto (85%)
Universidad de las Islas Baleares: 1 punto (85%)
Merece destacarse también el dato de las universidades que han tenido crecimiento
negativo, o han crecido muy por debajo de la media, durante estos nueve cursos
académicos.
Tenemos en esta lista las trece universidades que peor comportamiento han tenido en
relación con el crecimiento del número de alumnos Erasmus que salen a hacer estudios
en otra universidad durante estos últimos diez años.
100
3. EL PORCENTAJE DE ALUMNADO ERASMUS EN RELACIÓN CON
EL TOTAL DEL ALUMNADO
101
Universidad de León: 1 punto (2,69%)
Universidad de Zaragoza: 1 punto (2,64%)
Universidad de Cantabria: 1 punto (2,53%)
Universidad de Extremadura: 1 punto (2,43%)
Universidad de Las Palmas de G. Canaria: 1 punto (2,37%)
Universidad Politécnica de Madrid: 1 punto (2,36%)
Universidad de Valencia: 1 punto (2,36%)
Universidad Europea M. de Cervantes: 1 punto (2,36%)
Universidad de Sevilla: 1 punto (2,32%)
Universidad Pública de Navarra: 1 punto (2,31%)
Universidad de Jaén: 1 punto (2,22%)
Universidad CEU San Pablo: 1 punto (2,22%)
Estas cinco universidades son las que peor comportamiento tienen en cuanto a la
relación entre los alumnos Erasmus que tienen y el número de alumnos totales. Es
interesante señalar que las cinco son universidades privadas.
102
manera que la media fue de 15,01%.
Vamos a utilizar un criterio similar al anterior para clasificar el comportamiento de
las universidades en este aspecto:
103
Universidad Antonio Nebrija de Madrid: 1 punto (15,16%)
Una correcta gestión del programa Erasmus tiene que ver, no sólo con los alumnos
que cada institución consigue enviar, sino también con los que recibe, pues se trata de
una relación bilateral. Por ello, es interesante añadir al estudio que estamos haciendo la
gestión de los alumnos que se reciben, lo que nos permitirá tener una visión más ajustada
del trabajo que, sobre Erasmus, realiza cada institución.
Al igual que hemos hecho anteriormente, estudiaremos los porcentajes en función del
total de alumnos matriculados en la institución y del total de egresados. Los datos,
nuevamente, se refieren al curso 2009-2010.
En dicho curso el total de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) fue de 56.776 y el
de matriculados en las universidades españolas 1.244.894, lo que supone un porcentaje
del 4,56%.
Para clasificar a las universidades en este aspecto de su gestión utilizaremos un
criterio similar a los anteriores:
104
• Si el porcentaje es mayor que 8:3 puntos.
105
6. EL PORCENTAJE DE ALUMNOS ERASMUS (ENVIADOS Y
RECIBIDOS) EN RELACIÓN AL TOTAL DE ALUMNOS EGRESADOS
106
Universidad CEU San Pablo: 1 punto (33,47%)
Universidad Politécnica de Madrid: 1 punto (32,19%)
Universidad de Cantabria: 1 punto (31,88%)
Universidad Autónoma de Barcelona: 1 punto (31,23%)
7. CONCLUSIONES
La combinación de los dos criterios de análisis utilizados hasta ahora para medir la
eficacia de la movilidad realizada por las instituciones —desarrollo a lo largo de los
últimos diez años y magnitud del crecimiento— nos proporciona la lista de las
universidades que han tenido un crecimiento positivo y constante a lo largo de estos
años, lo que significa, sin ninguna duda, que han desarrollado un proceso de mejora de la
gestión de Erasmus. Para elaborar esta lista vamos a utilizar una sencilla fórmula
matemática, que consiste en la suma de las puntuaciones de los dos criterios, que estará
entre 0 y 6.
107
Universidades más eficientes:
Incluiremos en este apartado todas las instituciones que han obtenido cero puntos con
la aplicación de los dos criterios señalados anteriormente:
1. Universidad de Alicante.
2. Universidad de Deusto.
3. Universidad de La Rioja.
4. Universidad de Zaragoza.
Los otros cuatro criterios que hemos utilizado para medir la calidad de la gestión del
programa Erasmus han sido:
108
• Porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) respecto al total de alumnos
matriculados.
• Porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) respecto al total de alumnos
egresados.
Estos criterios no tienen que ver con el comportamiento histórico, sino con la
situación actual en el curso 2009-2010, que es el último del que tenemos datos
completos.
La combinación de los cuatro criterios, con un algoritmo idéntico al anterior, de suma
de los valores en cada criterio, nos va a permitir clasificar a las instituciones en relación
a su eficacia actual en la gestión de Erasmus.
El resultado es el siguiente, en base a un máximo de 12 puntos:
Tenemos así la lista de las 14 universidades que destacan por su buena gestión del
programa Erasmus en el curso 2009-2010.
La gestión del resto de universidades está por debajo de la media —cinco o menos
puntos—. Como hemos hecho en anteriores análisis, vamos a señalar las universidades
que peor comportamiento han tenido en relación al programa Erasmus en este curso
2009-2010. Esta es la lista de instituciones con 0 puntos en este apartado:
Universidad de Alcalá.
Universidad Católica de Ávila.
Universidad de Barcelona.
Universidad Ramón Llull.
109
Universidad Internacional de Cataluña.
Universidad Abat Oliva CEU.
Universidad del País Vasco.
Universidad de Burgos.
Universidad de Castilla-La Mancha.
Universidad de Girona.
Universidad de Lleida.
Universidad de La Rioja.
Universidad Complutense de Madrid.
Universidad Alfonso X el Sabio.
Universidad Rey Juan Carlos.
Universidad Francisco de Vitoria.
Universidad Camilo José Cela.
Universidad de Málaga.
Universidad de Murcia.
Universidad Católica San Antonio de Murcia.
Universidad de Oviedo.
Universidad de las Islas Baleares.
Universidad Pontificia de Salamanca.
Universidad de Santiago.
Universidad SEK.
Universidad Rovira i Virgili.
Universidad de la Laguna.
Universidad CEU Cardenal Herrera Oria.
Universidad Católica de Valencia.
Universidad de Vic.
Por último, vamos a unificar los dos criterios principales analizados: el histórico (en
base a dos criterios) y el actual (en base a cuatro criterios). Como en anteriores
ocasiones, vamos a sumar los dígitos concedidos a cada criterio, con un máximo de 18
puntos. Esta lista nos permitirá conocer las universidades que mejor han gestionado el
programa Erasmus, tanto históricamente como en el momento actual, así como en
relación a alumnos enviados y recibidos.
La lista es la siguiente:
110
• Universidad Pablo de Olavide: 17 puntos
• Universidad de Huelva: 15 puntos
• Universidad de Granada: 13 puntos
• Universidad Pontificia de Comillas: 13 puntos
• Universidad de Córdoba: 11 puntos
• Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: 11 puntos
• Universidad Antonio de Nebrija: 11 puntos
• Universidad de Almería: 10 puntos
• Universidad Politécnica de Cataluña: 10 puntos
• Universidad de Deusto: 10 puntos
• Universidad de Valladolid: 10 puntos
• Universidad Politécnica de Valencia: 9 puntos
Esta es, pues, la lista de las doce mejores universidades españolas respecto a la
gestión del programa Erasmus. Nueve de ellas son públicas y tres privadas.
111
16
LA ELECCIÓN DE LA INSTITUCIÓN DE
ACOGIDA
La elección del centro de acogida es una de las tareas más difíciles, y a la vez más
importantes, que el estudiante Erasmus tiene que realizar. El gran número de factores
que condicionan esta elección la complican aún más, dejando muy estrecho margen a la
decisión del estudiante. Por ello es muy relevante para el éxito de la estancia Erasmus
conocer los factores que la condicionan, para poder tomar las decisiones correctas en el
momento oportuno.
Los criterios con los que se debe abordar ese proceso de elección son básicamente los
siguientes:
112
encontrar a la hora de adoptar la decisión. Por ello es importante conocer de antemano
estos condicionantes, para así poder valorar su impacto.
113
La Comisión Europea publica cada año estadísticas sobre el programa Erasmus, entre
ellas listas de las cien, a veces quinientas, universidades europeas que más alumnos
reciben. El número de alumnos que recibe una institución no viene determinado sólo por
la calidad de los estudios que imparte, pero sí puede ser un criterio a tener en cuenta a la
hora de decidir la institución de acogida. Una institución que recibe muchos alumnos
debe tener sus razones para conseguirlo. Por ello, hemos estudiado estas listas durante
los cursos 2008-2009, 2009-2010 y 2010-2011, y las hemos agrupado por países,
indicando el puesto que ocupaba cada año:
Alemania:
Universidad de Colonia — — 91
Austria:
Universidad de Viena 18 16 16
Bélgica:
Universidad de Gante 34 45 49
Universidad de Lieja 98 87 65
114
Universidad Católica de Lovaina (valona) 99 100 94
Dinamarca:
Universidad de Copenhague 13 11 8
Aarhus Universitet 23 37 27
Syddansk Univ. 51 48 48
Eslovenia:
Universidad de Ljubliana 27 23 18
Finlandia:
Helsingin Yliopisto 30 35 32
Francia:
Universidad de Estrasburgo — 30 38
Universidad Paris-Sorbonne 36 40 45
Universidad Paris-Nanterre 56 66 97
Grecia:
Irlanda:
Italia:
Univ. di Bologna 5 5 4
115
Univ. «La Sapienza». Roma 10 10 9
Politecnico di Milano 29 26 30
Malta:
Universidad de Malta — 77 80
Noruega:
Univ. de Oslo 52 47 50
Univ. de Bergen 57 68 68
Países Bajos:
Universidad de Maastricht 47 53 52
Universidad de Utrecht 44 50 59
Universidad de Ámsterdam 77 84 82
Polonia:
Univ. Jagiellonski 83 55 53
Universidad de Varsovia 76 75 56
116
Portugal
Universidad do Porto 38 29 33
Universidad do Coimbra 31 33 34
Universidad do Lisboa 85 59 60
República Checa:
Reino Unido:
Univ. of Nottingham 80 71 63
Univ. of Glasgow 58 64 64
Univ. of Sheffield 50 60 86
Univ. of Aberdeen 65 86 87
Cardiff Univ. 82 97 89
Univ. of Manchester 97 94 96
Suecia:
Linkopings Univ. 21 17 19
Lunds Univ. 16 20 22
Uppsala Univ. 28 22 25
Goteborg Univ. 45 41 44
Stockholms Univ. 54 46 46
Umea Univ. 87 82 88
Växjo Univ. — 99 —
117
Estas son las 100 instituciones europeas (no españolas) a las que más estudiantes
Erasmus acuden. Teniendo en cuenta que los países a los que van con más frecuencia
nuestros estudiantes Erasmus son Italia (7.077), Francia (4.074), Reino Unido (3.003) y
Alemania (3.216), vamos a ampliar la lista de las instituciones de estos países que más
estudiantes reciben hasta las 200 primeras de la lista. Nos referiremos al curso 2008-
2009, que es el último del que se tiene esa información. En la lista adjunta indicamos el
lugar que ocupan (entre el 100 y el 200) en esta clasificación.
Italia:
Univ. degli studi di Roma «Tor Vergata» : 140
Univ. degli studi di Milano: 141
Univ. degli studi di Trieste: 147
Univ. Cattolica del Sacro Cuore. Milano: 154
Univ. degli studi di Verona: 170
Univ. degli studi di Trento: 175
Univ. degli studi di Bari: 179
Univ. degli studi di Pavia: 198
Francia:
Univ. De Bourgogne. Dijon: 112
Univ. de Nantes: 123
Univ. de Aix-Provence. Marsella: 126
Univ. Paris-Diderot. París 7: 128
Univ. de Nice-Sophia Antipolis: 130
Univ. París Descartes: 131
Univ. Robert Schuman. Strasbourg III: 132
Univ. Lumiere. Lyon 2: 134
Univ. Paul Valery. Montpellier III: 148
Univ. París: 12. Val de Marne: 153
Univ. Sorbonne-Nouvelle. Paris 3: 155
Univ. de Toulouse Le Mirail: 156
Univ. de París 8. Vincennes-St. Denis: 157
Univ. Montpellier I: 184
Univ. Louis Pasteur. Strasbourg I: 193
Univ. Joseph Fourier. Grenoble 1: 197
Univ. Michel de Montaigne. Bordeaux 3: 199
Reino Unido:
Univ. College. Londres: 117
Univ. of Leeds: 120
Univ. of Edimburg: 121
118
Univ. of Strathclyde: 143
Univ. of Bristol: 144
The Manchester Metropolitan Univ.: 161
Newcastle Univ.: 162
Coventry Univ.: 167
Cranfield Univ.: 174
Univ. of the West of Scotland: 183
Univ. of Portsmouth: 186
Univ. of Leicester: 188
Univ. of Southampton: 189
The Nottingham Trent Univ.: 194
Alemania:
Johannes Gutenberg. Univ. de Main: 111
Rheinisch-Westfalische Technische. Aachen: 125
Eberhard Karls Univ. Tuebingen: 127
Georg-August-Univ. Goettingen: 158
Univ. de Stuttgart: 159
Rheinische Friedrich-Wilhelms-Univ. Bonn: 176
119
17
ERASMUS EN LAS ENSEÑANZAS
ARTÍSTICAS SUPERIORES
120
europeos y también la dificultad específica que algunas de estas enseñanzas plantea —
pensemos en la música—, la participación en el programa, como veremos a
continuación, ha sido limitada.
• EASD de Valencia: 45
• ESM de Cataluña: 20
• EASD de La Rioja: 16
• CSM de Vigo: 14
• Institut del Teatre: 12
• EASD de Castellón: 12
• RCSM Victoria Eugenia: 12
• Escuela de Arte 4: 11
• CSM Manuel Castillo: 11
• CSM de Salamanca: 10
• CSM Joaquín Rodrigo: 10
121
País de destino
• EASD de Vitoria: 18
• EASD Llotja: 15
• EASD de Salamanca: 14
La duración media de estas estancias para prácticas se reduce a 2,75 meses en el caso
122
de las enseñanzas artísticas, por debajo de la media, que se acerca a los cuatro meses.
Tipos de empresas
El 76% de los estudiantes realizaron sus prácticas en pequeñas empresas, con menos
de 50 trabajadores, el 23% en empresas medianas y tan sólo un 1% en grandes empresas.
123
4. MOVILIDAD DE PERSONAL PARA FORMACIÓN
• CSM de Vigo: 18
• EASD de Las Palmas: 10
• CSM Canarias: 6
• E. S. Cerámica: 6
124
18
ERASMUS EN LA FORMACIÓN
PROFESIONAL DE GRADO SUPERIOR
1. MOVILIDAD DE ESTUDIANTES
125
criterio: haber enviado alumnos los cuatro años del PAP, indicando su cantidad, y que en
el último curso hayan enviado más de 20 estudiantes. Esta es la lista:
Total 2010/11
126
La movilidad del personal para impartir docencia es prácticamente inexistente. Tan
sólo cinco profesores se desplazaron durante el curso 2010-2011. El profesorado tiene
los mismos problemas que el alumnado para desplazarse para estudios.
Algo mejor está la situación a la hora de recibir profesores extranjeros en nuestros
centros. Durante el curso 2009-2010 se recibió a 28 profesores.
Hay que tener en cuenta que el profesorado de la Formación Profesional puede
moverse a otros países europeos a través del programa Leonardo da Vinci, y esa es la vía
más común para la realización de contactos entre centros.
En lo que respecta al personal que se desplaza para recibir formación, los
beneficiarios fueron 158 en el curso 2010-2011, el 12,8% del total. De éstos, el 20% fue
a Italia, el 15% a Alemania y Francia respectivamente, y el 13% a Reino Unido. El 78%
del personal recibió la formación en empresas y el 22% en instituciones de Educación
Superior. De ese 78% que recibió la formación en empresas, el 49% eran empresas
pequeñas, el 23% medianas y el 6% grandes. Asistieron a cursos de formación el 71%
del personal, el 23% realizó observaciones in situ del trabajo de otros profesionales y el
resto asistió a otros tipos de formación.
127
19
EL DECÁLOGO DEL BECARIO ERASMUS
1. ESPÍRITU EMPRENDEDOR
128
2. MENTE ABIERTA
Siempre me han llamado la atención esas personas que cuando salen de vacaciones a
otro país se pasan la mayor parte del tiempo señalando que «se come mejor en su
ciudad», «mi pueblo es mucho más bonito», «esto no tiene comparación con la playa de
mi zona»… A este tipo de personas les suelo recomendar que no viajen al extranjero, ya
que están mucho mejor en su pueblo.
Salir a una estancia Erasmus requiere una mente abierta, capaz de apreciar todo lo
que ofrece —a veces no siempre agradable—, de valorar las nuevas experiencias y el
conocimiento de nueva gente, estando abiertos a nuevas culturas, nuevas costumbres,
incluso nuevas y diferentes formas de actuar. Cuando uno sale a vivir a otro país se va a
encontrar con todo esto, y la manera de afrontarlo no es ni puede ser compararlo
continuamente con nuestros propios criterios, sino estar abiertos mentalmente para
entender sus razones y comprender sus actitudes. Sólo así podremos disfrutar de la
experiencia y ser capaces de aprender de los demás y ampliar nuestra capacidad de
comprensión de la vida y su diversidad.
3. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
129
La decisión de participar en el programa viene precedida de dar respuesta adecuada a
la siguientes preguntas: ¿cuándo ir?, ¿adónde ir?, ¿para hacer qué?
¿Cuándo? No se puede realizar la estancia en primer curso y, en general, no es
conveniente en el último. Por tanto, si pensamos en un grado de cuatro años, deberíamos
ir en segundo o tercero. Debemos decidir en qué curso nos interesa más, y ahí
intervendrán no sólo factores académicos sino también personales.
¿Adónde? Debemos hacer una detallada investigación antes de tomar una decisión,
acudiendo a todas las fuentes de información: páginas webs, informes sobre las
instituciones europeas de educación superior, amigos y conocidos, profesores… Es
fundamental no equivocarse y utilizar, en consecuencia, criterios fundamentalmente
académicos a la hora de valorar dónde ir.
¿Para hacer qué? Hay que asegurarse de que los programas de los créditos que se
quieren hacer se corresponden lo mejor posible con los currículos de la institución de
origen y de que no se va a tener problemas a la hora de las equivalencias. Para ello, es
necesario hablar con todos los profesores, contando con su apoyo y su consejo.
El objetivo principal de la estancia es académico y, por tanto, hay que resolver cuanto
antes las condiciones que permitan dedicarse al estudio. Hoy en día, la inmensa mayoría
de las instituciones europeas de educación superior tienen oficinas de apoyo a los
estudiantes Erasmus que reciben y facilitan la instalación en el país. Se debe contactar
cuanto antes con estas oficinas —también con amigos que hayan estado o estén en el
país, si se tienen—, de forma que los problemas de instalación queden resueltos lo antes
posible. Es conveniente, si se puede, llegar al país unos días antes de que empiece al
curso escolar para realizar estas gestiones.
6. INTEGRARSE EN EL PAÍS
130
7. APROVECHAR LA ESTANCIA
8. CONSTRUIR EUROPA
Hemos señalado en varias ocasiones a lo largo de este libro que Erasmus es,
probablemente, la iniciativa europea que más ha contribuido a generar dimensión
europea y a construir Europa, desde la perspectiva de los ciudadanos.
Cada estudiante Erasmus es un embajador de la construcción europea, y con su
presencia está participando activamente en esa construcción. Y ese es un valor que todos
deben conocer y defender.
Uno de los objetivos del programa Erasmus es, precisamente, fortalecer la dimensión
europea, lo cual ha conseguido plenamente. Cada estudiante Erasmus es un paso que se
da en la construcción de Europa, y eso, hoy en día —en que dicha construcción está en
peligro—, es un valor que hay que señalar.
9. DISFRUTAR
En el decálogo de los estudiantes Erasmus, uno de los «mandamientos» tiene que ser
el disfrutar, como corresponde a un joven que está viviendo una experiencia especial. No
es el único, como algunos detractores del programa pretenden hacernos creer con su
131
insistencia en la parte lúdica de los estudiantes Erasmus, pero sí que tiene que formar
parte de la estancia. Disfrutar la estancia ayudará a hacerla más fácil, favorecerá su
aprovechamiento y generará recuerdos imborrables como los que muestran la inmensa
mayoría de los estudiantes Erasmus cuando se les pregunta por esa etapa de su vida.
Más del 60% de los estudiantes Erasmus españoles consideran su experiencia como
muy buena, y si añadimos los que la consideran buena se alcanza más del 90%.
132
20
DIEZ MEDIDAS PARA MEJORAR LA
PARTICIPACIÓN EN EL PROGRAMA
ERASMUS
133
Con una universidad en la que las tasas académicas han subido más de un 50% como
media, en la que se ha rebajado la cantidad dedicada a becas y en la que ya venía
produciéndose una disminución del número de estudiantes, resulta difícil vaticinar un
incremento del número de estudiantes Erasmus. Esperemos que la sensatez y la cordura
se instalen en el sector y el daño no sea irreparable.
Los criterios con los que se distribuye el montante total de fondos Erasmus entre los
países, y luego dentro de cada país, son manifiestamente mejorables. No se tiene
suficientemente en cuenta la carestía de la vida en cada país a la hora de determinar la
cuantía de las becas, de forma que los países «más caros» se ven discriminados y los
estudiantes de sectores económicamente más débiles no pueden ir.
Se produce una enorme diversidad entre lo que reciben los estudiantes de diferentes
países por su beca Erasmus a nivel europeo: mientras unos reciben escasamente 200
euros, otros sobrepasan los 500. Debería marcarse un mínimo y un máximo en el reparto
de estas becas.
No se aplican criterios de discriminación positiva hacia los estudiantes más
desfavorecidos económicamente, lo que resta equidad al programa. Deberían aplicarse
este tipo de criterios de forma que fuese posible aumentar la cuantía de la beca a aquellos
estudiantes que lo necesiten.
La aplicación de estos criterios abriría las puertas a estudiantes que ahora no se
plantean participar en el programa por motivos económicos.
3. PREMIAR LA DEMANDA
134
participación de los estudiantes en el programa. Tal como va la negociación, parece
difícil la consecución de este objetivo. Esperemos que los negociadores españoles tengan
éxito.
Cada vez son más las voces que en el mundo de la educación superior proponen que
sea obligatorio, para todos los grados, la realización de un año de estudios (o al menos
un semestre) en otro país de la Unión Europea. Dicho de otra manera, que la movilidad
estudiantil deje de ser una posibilidad para convertirse en una obligación.
135
Este objetivo no parece fácil de cumplir, al menos en el corto plazo, pero debemos ir
caminando hacia él. Los acuerdos entre universidades deben permitir que sus estudiantes
puedan pasar un curso en la otra. La puesta en marcha de grados conjuntos o el acuerdo
sobre los currículos son medidas que acercan ese objetivo.
Uno de los grandes éxitos del programa ha sido que en todas las universidades se han
creado servicios de apoyo al estudiante que son extremadamente útiles.
136
Tenemos que ampliarlos y mejorarlos, tanto en la institución de origen como en la de
acogida. Facilitar la instalación del estudiante, el alojamiento y la acogida es
fundamental para que la estancia sea un éxito y para que los estudiantes se animen a
participar, al comprobar que el proceso de incorporación es fácil y asequible.
Quizá sea ésta la medida más eficaz para aumentar la participación de los estudiantes
en el programa. Para ello es necesario que la estancias en otra universidad formen parte
del currículo, y que sobre ellas se tenga el mismo control y seguimiento que sobre los
estudios realizados en la propia universidad. En definitiva, avanzar hacia un modelo de
Espacio de Educación Superior mucho más interconectado, donde la
internacionalización sea un factor más, donde los currículos se elaboren conjuntamente,
se trasvasen las buenas prácticas de una universidad a otra y la movilidad no sea una
excepción, sino la norma.
137
21
EL FUTURO DE ERASMUS: «ERASMUS
PARA TODOS»
El Programa de Aprendizaje Permanente (PAP), del cual forma parte Erasmus, tiene
vigencia hasta finales del año 2013. En el Comité de Educación de la Unión Europea, y a
nivel de ministros, se viene trabajando desde hace tiempo en un programa que sustituya
al PAP, que recoja todas las experiencias que su gestión ha generado, y cuya puesta en
práctica sea más sencilla y manejable. Dicho nuevo programa ya tiene nombre:
«Erasmus para todos», y su discusión está muy avanzada. Se prevé su aprobación para
el primer semestre de este año, y su lanzamiento a partir de enero de 2014.
El éxito obtenido por la marca Erasmus ha llevado a la Comisión Europea a agrupar
todos los programas que desarrolla en los campos de la educación, la formación y la
juventud bajo ese epígrafe. Erasmus servirá de modelo para todos, no sólo en cuanto al
nombre, sino también en lo relativo a la gestión y organización.
La propuesta de programa que se está discutiendo a nivel europeo tiene como punto
de partida la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al
Comité Económico y Social europeo y al Comité de las Regiones, de 23 de noviembre
de 2011. En dicha Comunicación se establecen las bases, objetivos y acciones que
conforman el nuevo programa, y cuyas líneas fundamentales vamos a resumir a
continuación.
«Erasmus para todos» es un programa único para Educación, Formación, Juventud y
Deportes para el período 2014-2020 y recoge las prioridades establecidas en la estrategia
Europa 2020, así como sus principales objetivos.
Según señala la Comunicación de la Comisión: «la educación y la formación son
ahora más importantes que nunca para favorecer la innovación, la productividad y el
crecimiento, especialmente en el contexto de la actual crisis económica y financiera, en
la que el potencial del capital humano europeo permanece infrautilizado».
El valor añadido del programa consistirá en «ayudar a los ciudadanos a adquirir más
y mejores competencias, mejorar la calidad de la enseñanza en las instituciones
educativas en Europa y fuera de ella, apoyar a los Estados miembros y a los países
socios que no pertenecen a la Unión Europea a modernizar sus sistemas de educación y
138
formación y hacerlos más innovadores, así como promover la participación de los
jóvenes».
El nuevo programa pretende superar la complejidad de los múltiples programas y
acciones actuales para conseguir un único programa más simple y más eficiente, que
permita un mejor balance entre armonización y flexibilidad.
«Erasmus para todos» pretende:
Movilidad individual.
Cooperación para la innovación y las buenas prácticas.
Apoyo a las políticas de reformas.
Apoyar los grados conjuntos de alta calidad y ampliar las becas a estudiantes y
staff.
Gestionar la movilidad internacional con un sistema similar al actual Erasmus.
Adjudicar los fondos en base a las prioridades temáticas y geográficas de la acción
exterior de la Unión Europea.
Hacer más eficientes las medidas para la modernización de los sistemas de
Educación Superior y reforzar la cooperación con los demás países, especialmente
los vecinos.
1. MOVILIDAD INDIVIDUAL
Movilidad individual para estudiar en una institución socia, para enseñar, para
adquirir experiencia laboral en una empresa, para hacer voluntariado o para participar en
139
un programa de intercambio. La movilidad individual constituye el elemento central del
nuevo programa, con un énfasis potente en la movilidad de los estudiantes de Educación
Superior.
La propuesta de presupuesto que plantea la Comisión —que supone un incremento
del 70% respecto a los programas actuales (propuesta que, de momento, está en
cuestión)—, permitirá la movilidad de cerca de cinco millones de personas durante los
siete años de duración del programa. Se pretende pasar de las 400.000 movilidades
actuales a las 700.000 al inicio del programa y a las 900.000 en sus años finales. Se
estima que la movilidad internacional, de y hacia terceros países, alcanzará los 135.000
personas en los siete años.
La calidad de la movilidad será el criterio principal para la adjudicación de los
fondos.
Cuatro serán las actividades principales que se desarrollarán:
140
Los proyectos de cooperación internacional son esenciales para promover la
transparencia, la apertura y la excelencia, y para facilitar el intercambio de buenas
prácticas entre instituciones. Para desarrollarlo, el programa se va a centrar en cuatro
actividades claves:
141
El Programa reforzará el apoyo a las actividades que ayuden a potenciar la agenda de
la Unión Europea para la educación, la formación y la juventud.
Este programa, que se inició en 1989, está presente en 62 países, y alrededor de 740
universidades imparten cursos Jean Monnet como parte de su currículo.
Este programa seguirá teniendo un espacio específico dentro de «Erasmus para
todos».
Está previsto, si el Programa se aprueba tal como lo presenta la Comisión, que el
presupuesto para 2014-2020 se incremente en un 70%. Este incremento, unido a una
reducción de los costes, consecuencia de las mejoras en la gestión, permitirá alcanzar los
objetivos ambiciosos que se propone.
El presupuesto se repartirá de la manera siguiente: 63% para la movilidad individual,
25% para la cooperación para la innovación y las buenas prácticas, 4% para el apoyo a
las políticas de reformas, 3% para los gastos de gestión de las Agencias nacionales, 2%
para gastos administrativos, 2% para Jean Monnet y 1% para deportes.
Esta distribución del presupuesto permitirá que de dedique en torno a los 1.100-1.150
millones de euros a la movilidad Erasmus en la Educación Superior, lo que supone un
incremento respecto al programa actual del 85%-95%.
Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que el futuro de Erasmus es muy
prometedor, y que los 25 años de éxito, que se han cumplido este año, se continuarán en
los próximos veinticinco.
142
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144
Edición en formato digital: abril de 2013
Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro electrónico, su transmisión, su descarga, su
descompilación, su tratamiento informático, su almacenamiento o introducción en cualquier sistema de repositorio
y recuperación, en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, conocido o por inventar,
sin el permiso expreso escrito de los titulares del Copyright.
Conversión a formato digital: REGA
www.edicionespiramide.es
145
Índice
Prólogo, por Manuel Marín 7
Presentación 11
1. La historia 14
2. El programa Erasmus. Sus acciones 19
1. Movilidad individual con fines de estudio 20
2. Prácticas de estudiantes en empresas 20
3. Movilidad del personal docente de las instituciones de educación superior
21
para impartir enseñanza
4. Formación de personal docente y demás personal de instituciones de
22
educación superior y empresas
5. Organización de la movilidad 23
6. Programas intensivos 23
7. Cursos intensivos de lenguas 24
8. Visitas preparatorias 25
9. Seminarios de contacto 25
3. ¿En qué consiste ser un Erasmus? 28
1. Movilidad para estudios 28
2. Movilidad para prácticas en empresas 29
3. La procedencia social de los estudiantes Erasmus 30
4. ¿Erasmus u Orgasmus? 33
5. El éxito en cifras 37
1. La movilidad de los estudiantes 37
2. La movilidad del profesorado para impartir docencia 40
3. La movilidad del personal para formación 42
6. El éxito de España 44
7. Las razones del éxito 50
1. «Survey of the socio-economic background of Erasmus students» 50
2. «Youth on the move» 52
8. Erasmus, ¿un año académico perdido? 55
9. Las dificultades para ser un Erasmus 58
1. Youth on the move 58
2. «Improving the participation in the Erasmus Programme» 60
146
3. La importancia de las barreras financieras 64
4. Otros factores que afectan a la participación en Erasmus 65
10. Los países receptores. El índice de elegibilidad 67
11. Las áreas de estudio de los estudiantes Erasmus 74
12. Erasmus como motor de mejora de la calidad del sistema de
79
educación superior
1. Conclusiones derivadas de la revisión de la literatura existente 79
2. Conclusiones derivadas de la encuesta 80
13. La movilidad internacional de los estudiantes. La
83
internacionalización
14. Los Erasmus españoles 87
1. La motivación personal 87
2. El conocimiento y la popularidad de Erasmus 88
3. Los aspectos financieros 89
4. Condiciones para ser un Erasmus 93
5. La compatibilidad entre los sistemas educativos 94
15. Erasmus y las universidades españolas 96
1. Evolución de la movilidad de estudiantes en los últimos diez años: 2001-2002
96
a 2010-2011
2. La magnitud del crecimiento 99
3. El porcentaje de alumnado Erasmus en relación con el total del alumnado 101
4. El porcentaje de alumnos Erasmus en relación con el total de egresados 102
5. El porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) en relación al total
104
de alumnos matriculados
6. El porcentaje de alumnos Erasmus (enviados y recibidos) en relación al total
106
de alumnos egresados
7. Conclusiones 107
16. La elección de la institución de acogida 112
17. Erasmus en las enseñanzas artísticas superiores 120
1. La movilidad de estudiantes para estudios 121
2. Movilidad de estudiantes para prácticas 122
3. Movilidad de profesores para impartir docencia 123
4. Movilidad de personal para formación 124
18. Erasmus en la Formación Profesional de grado superior 125
1. Movilidad de estudiantes 125
147
2. Movilidad del personal 126
19. El decálogo del becario Erasmus 128
1. Espíritu emprendedor 128
2. Mente abierta 129
3. Competencia lingüística 129
4. Elegir bien la institución 129
5. Organizar bien la estancia 130
6. Integrarse en el país 130
7. Aprovechar la estancia 131
8. Construir Europa 131
9. Disfrutar 131
10. Repetir con una estancia para prácticas 132
20. Diez medidas para mejorar la participación en el programa
133
Erasmus
1. Incrementar la cuantía de las becas 133
2. Distribuir mejor la cuantía de las becas 134
3. Premiar la demanda 134
4. Estimular el aprendizaje de lenguas en la educación secundaria y en la
135
superior
5. Que el estudiar un año fuera sea obligatorio 135
6. Estimular el número de programas en una lengua extranjera 136
7. Mejorar la información sobre el programa 136
8. Mejorar los servicios a los estudiantes 136
9. Incrementar la compatibilidad entre cursos y programas 137
10. Incrementar la calidad de la movilidad 137
21. El futuro de Erasmus: «Erasmus para todos» 138
1. Movilidad individual 139
2. Cooperación para la innovación y las buenas prácticas 140
3. Apoyo a las políticas de reformas 141
4. Iniciativa Jean Monnet 142
Bibliografía 143
Créditos 145
148