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La Al};gustia

EL SEMINARIO
EL SEMINARIO DEJACQUESLACAN
E ]ACQUES LACAN
("tlnUos public-.tdo! por Edilo,lrW P.-idós)

l.Jbro l· Lo. esai_ rknicol do: FrM


Librv z· El ~ en b lC'DrÚ ck Frrud Y .:.n la ItaUca
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EDITOR ASOCIADO
JUAN GRANICA
EL SEMINARIO
TRADUCCIÓN DE
ENRIC BERENGUER DEJACQUESLACAN
ÚNICA EDICIÓN
AUTORIZADA
LIBRO 10

LA ANGUSTIA
1962-1963

\~t~\ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \ \
'00032829'
K.02 L129s
• ·llIcan: JacquPS 1901.198'
.. TEXTO ESTABLECIDO POR
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" .J'-_ JACQUES-ALAIN MILLER

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.. 4 -"'111
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EDITORIAL PAIDÓS
BUENOS AIRES - BARCELONA
Diseño de la Colección
Carlos Rolando· The Design Workshop MÉXICO
Título del original
LA Sérninaire de JacqU#Jl Lacan, Livre X
L 'AlIIJois..~ ÍNDICE

e ÉdiLions du Seuil. París. 2004


Traducción de Enrie Berenl."Uer

CorTeCCión de Gabriela Ubaldini

Motivo de cubierta M. C. Esther. MO/'bius Strip JI


INTRODUCCiÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSllA

150.195 Lacan. Jacques


L.AC El seminano !le Jacques Lacan ! libro 10 : la l. La angustia en la red de los significantes 11
angustia.· 1" ed. 3' retmp.- Buenos Aires : Patd6s.
2007.
n. La angustia. signo del deseo 2S
368 p. ; 22x16 tm.- (El seminatio !le Jacques III. Del cosmos aJ UnheimlichJceit 39
Lacan) IV. Más allá de la angustia de castraciÓD
Tt1KIucCi6n de: Enrie Berenguer
V. Lo que engaña
ISBN 978-950-12·3978-2 VI. Lo que no engaña
--, 1. PsicoanlIIisis 1. Enrie Berenguet. trad. 11. Titulo
.fACUlTU lE pi ,:OLGGlJ.

.,. ~
Inv,¡ntario

28 29
- l· edición castella1llJ. 2006
3" reimpruión. 2007
REVISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO

VII. No sin tenerlo



97
a-r.... ~ &c. _«he». Qulftdan nproellrutmCe prohib.da, ain l. autonzeclÓn eJlC:rlt,a VID. La causa del deseo i1j
do .... \isalarft doI t'O/I1TÍ6l&l. bajo lu ..aeioon M\abloadA. en 1.. leyel. la ,.,procI"- parcial o Iotal
do _ obra pw cuaIquior _ o id ... iHllO. iDcluidoe la ~",I.fIa Ycl tnlAmlOAto Infonnabco. 127
o 2006 de todas tu ediciones en castellano, XI. Puntuaciones soble el deseo
Editorial PaidÓ5 SAICF
Defensa 599. Buenos Aires LA ANGUSTIA
e-mail: dil.usion@areapaidos.com.ar ENTRE GOCE Y DESEO
www.paidosargentina.com.ar

171'
Queda hecho el depósito que ptm'lene la Ley n.m l85
lm¡»'\'80 fll la Argentina. Printed in AtgenLina 199
21S
lmprellO Il<l Grafka MPS.
SAna..,. .1 EllLero 338, Lanús. en """,t.iembre de 2007
Tirada, 3000 'tiempla"",
LAs CINCO fORMAS DEL OBJETO a

ISBN: 978-950-12-397S.2 XVI. Los párpados de Suda 231


7
XVII. La boca y el ojo 249
XVlll. La voz de Yahvé 263
XIX. El falo evanescente 277
XX. Lo que entra por la oreja 289
XXI. El grifo de Piaget 301
XXI. De lo anal al ideal 317
xxm. De un círculo imposible de reducir al punto 335
XXIV. Del a a los nombres del padre 351

Nota 367

INTRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA
DE LA ANGUSTIA

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LAANGUSTlA
EN LA RED DE LOS SIGNIFICANTES

El desro del Otro


Hacia una orografta dI' la angusria
SuiedJuJ. prtocupaciÓII. upera
Inhibición. impedimento. embaraw
Inhibidón. emoción. tllrbadón

Voy a hablarles este año de la angustia.


Alguien que no está en absoluto alejado de mí en nuestro círculo me
dejó .~rcibir sin embargo el otro día alguna sorpresa por el hecho de que
yo ehglera este tema. que no le parecía que diera para tanto. Debo decir que
no me costará probarle lo contrario. En la masa de lo que se nos plantea
sobre este tema a modo de preguntas. me será preciso elegir. y con severi-
dad. Por eso trataré desde hoy de poner a ustedes manos a la obra.
Pero ya esta sorpresa me pareció conservar la huella de no sé qué inge-
nuidad nunca extinguida. consistente en creer que cada año escojo así corno
así un tema que a mí me parecería interesante para seguir el juego de algún
camelo. No. La angustia es muy precisamente el punto de encuentro don-
de les espera todo lo relacionado con mi discurso anterior. Verán ustedes
cómo ahora podrán articularse entre sí cierto número de términos que an-
tes habrían podido no parecerles suficientemente conjugados. Verán uste-
des. así lo creo. cómo. al anudarse más estrechamente en el terreno de la
angustia. cada uno de ellos ocupará mejor su lugar.
Diré. aún mejor. porque pudo hacérseme manifiesto en lo que se dijo en
ocasión de la reciente reunión llamada pro\'Íncial de nuestra Sociedad. que
algo había ocupado efectivamente su lugar en la mente de ustedes en lo
referente a aquella estructura tan esencial llamada el fantasma. Verán uste-
des que la estructura de la angustia no está Jejos de ella, por la razón de que
es ciertamente la misma.

/J
¡,'TRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGU~71A
LA ANGUSTIA EN LA
1 RED DE Ws SIGNIFICANTES
Además. su forma. quizá.. nunca la ha .
us puse en esta pizarra algunos pequeños significantes-puntos de re- angustia. Quizás no sea por
Por otra pane mi
yan VIsto como la de una pera de
azar que debamos evocarla aquí
ferencia. como ayuda-memoria. No es grande. una pizarra. y quizás no es- , entras que la pequeña rfi' .
tén todos los que yo hubiera querido. pero también conviene no abusar de el año pasado un papel tan' supe ICle topológica a la que di
Imponante. la del e
los esquematismos. algunos de ustedes ciertas forma" d r ross·cap. pudo sugerirles a
así como de las capas del cónex ~dr~p legue de los haces embriológicos,

,
Fonnan dos grupos. A la izquierda. éste. que completaré.


·I
blateral
.
y anudada de intercom ' .
menCIOnado a este respecto el pI
b l'
. na le, a pesar de la d'
.
umcaclones onentada..
l
exo so aro No pretendo po
rar es aqUl sus secretos. aun cuando esta cu .

ISpoSICI n a la vez
. d 1
propIa e grafo, ha
~ r supuesto, 11-
.
quizás tan externa como se cree y m í nosa pequena analogía no sea
· ' erec a ser recordada al co' de
un d IScurso sobre la angustia. mlcnzo
Como lo l.·onfirma hasta cieno punto la reflexión con I .
ducido mi discurso. la de uno de mis alleoado a ~ue he Intro-
. e S en nuestra SOCIedad la an
gul' stla yno ~arece ser aquello que los asfixia. quiero decir como psi~oana~
Istas. Sin embargo decir q d berí
. . ue e a no sería excesivo. Está, en efec-
to, en l.a lógIca de las cosas. es decir. de la relación que tienen ustedes con
su pacIente. Sentir la anguMia que el sujeto puede soponar los pone en
todo momento a prueba. Hay que suponer pues que. al menos para aqueo
A la derecha. este grafo. a propósito del cual me excuso por impor- lIos ~e entre ustedes que están formados en la técnica. la cosa ha acaba.
tunarlos desde hace tanto tiempo. pero que con todo es necesario. ya que do SIendo re.gulada por usted~s mismos. de una forma que no se percibe.
su valor como referencia les parecerá. así lo creo. cada vez más eficaz. hay que deCIrlo. Pero el analIsta que entrel en su práctica. no está exclui-
do de sentir. gracias a Dios. aunque presente muy buenas disposiciones
para ser un psicoanalista. en sus primeras relaciones con el enfermo en el
diván alguna angustia.
Quedaría por tratar en este sentido el problema de la comunicación
d~ la angustia. Esta angustia que ustedes saben. al parecer. regular lan
Gt e bIen en ustedes. ¿es la misma que la del paciente? ¿Por qué no? Dejo
~ (,to-) >--._-"""'< abierta la pregunta de momento. quizás no por mucho tiempo. Vale la
pena plantearla de entrada. aunque será preciso recurrir a nuestras arti·
culaciones esenciales para darle una respuesta válida. y por lo tanto es-
perar hasta haber seguido p{)f un tiempo los primeros rodeos que voy a
proponerles. .
Éstos no están completamente fuera de toda previsión para quiefle1> son
mis oyenles. En efecto. si ustedes lo recucrdan. en (x:asión de oua serie de
Jornadas llamadas provinciales. que estuvieron lejos de haberme dado tan-
ta satisfacción. creí necesario. a modo de paréntesis en mi discurso del año
pasado. proyC1:tar por adelantado una fórmula indicándole$ la relacíón
esencial de la angustia con el deseo del Otro.
1(1\)

/2
/fI,7RODUCCU)N .•\ LA ESTRUcrURA DE LA ANGUSTIA

POMa qwenes no estaban allí, recordaré la fábula. el apólogo, la imagen di-


- LA ANGUSTIA EN LA RED DE WS SIGNIFICANTES
\~nida que erigí ante ustedes por un instante. Revistiendo yo mismo ante Uste- En el juego de la dialéctica que anuda '
des la máscara animal l..'On que se cubre el brujo de la gruta llamada de los Tres pas es donde veremos introduci . I f ~ estrechamente estas dos eta-
Hem13nos. me imaginé frente a otro animal, éste de verdad, que supuse gigan- en sí misma su resorte es lo rse a unc~ón de la angustia. No es que sea
, , que nos penmt .
te en aquella ocasión. una mantis religiosa. Como yo mismo no sabía qué más- momentos de su aparición A ' I e onentarnos en función de los
. SI pues, a cuestión que he planteado
cara lIe\aba. pueden imaginarse fácilmente que tenía alguna razón pard no es- de su relación de analistas con la angustia. d . ' acerca
tar tranquilo ante la posibilidad de que. debido a algún azar, aquella máscara ¿a quién ponen ustedes a salvo? Al otro sin ~J~ en suspenso .~sta otra -
mismos Est d • u a. pero tamblen a ustedes
fuese impropia. induciendo en mi partenaire algún error sobre mi identidad. . os os poner a salm, no porque se recubran debe . d .
La cosa quedaba acentuada por lo siguiente, que añadí. yo no veía mi propia
queden confundidos. Ésta es incluso una de las metas m~s eJarque
drán al final del discurso de este año. que se es propon-
imagen en el espejo enigmático del globo ocular del insecto.
Esta metáfora conserva hoy todo su valor. Justifica que haya puesto en , De momen~o. me conformo con introducir una indicación de método
sObr~ las ens~nanzas que ,deberemos extraer de nuestra investigación so-
el centro de los significantes en esta pizarra la pregunta que hace tiempo
bre la anguSlJa. Ver en que puntos privilegiados emerge nos pennitir.i mo-
introduje como la bisagra entre los dos pisos del grafo. en la medida en que
delar una verdadera orografía de la angustia, lo cual nos conducirá direc-
éstos estructuran aquella relación del sujeto con el significante que. según ta~ent.e a un punto destacado que no es sino el de las relaciones ténnino
creo, debe ser la clave de lo que introduce sobre la subjetividad la doctrina a termmo, ~ue constituye la tentativa estructural. más que condensada.
freudiana. Che \'uoi? ¿Qué quieres? Fuercen un poco más el mecanismo. que ~e quendo que sea para ustedes. mediante este grafo. la guía de nues-
hagan entrar más la llave y tienen ustedes ¿Qué me quiere?, con la ambi- tro dJ!>curso.
güedad que el francés permite respecto al me, entre el complemento indi- Si ustedes saben. pues, arreglárselas con la anguslJa, tratar de ver cómo
recto o directo. No es sólo ¿Qué pide. él, a mí? sino también una interro- Y,a nos permitirá avanzar. Y. por otra parte, yo mismo no puedo presentarla
gación suspendida que concierne directamente al yo. no ¿Cómo me quie- sm ordenarla de algún modo. Qui7.ás esto sea un escoUo. No debo arreglar-
rt'? sino ¿Qué quiere en lo concerniente a este lugar del yo? la demasiado deprisa. Esto tampoco significa. en modo alguno, que me-
La pregunta se mantiene en suspenso entre los dos pisos. y precisamente diante algún juego psicodramático mi objetivo deba ser arrojarlos a la an-
entre las dos vías de retorno que designan en cada uno el efecto característico. gustia - con el juego de palabras que ya hice sobre el je del jeler.'
Todos saben que la proyección del yo (je) en una introducción a la an-
La distancia entre ella", que es tan esencial construir, y que estará en el princi-
gustia es desde hace algún tiempo la ambición de una filosofía llamada
pio de todo aquello en lo que vamos a adentramos. hace al mismo tiempo
existcncialista. No faltan las referencias. desde Kierkegaard hasta Gabriel
homólogas y distintas la relación con el deseo y la identificación narcisista
MarceL Chestov Berdiaev y algunos otros. No todos ocupan el mismo lu-
gar ni son igualmente utilizables. Pero si quiero decir al comienzo de este
discurso que esta filosofía - en la medida en que, empezando por su pa-
trón, nombrado en primer lugar, ha~ta aquellos cuyos nombres he expues-
to después, acusa indiscutiblemente cierta degradación -. me parece ver-
la marcada por alguna prisa y por cieno desasosiego, diría yo, respecto a
la referencia a la que se encomienda en la misma época el movimiento del
pensamiento, o sea la referencia a la hi:;toria. fu debido a un desasosiego.
en el sentido etimológico del ténnino, respecto a dicha referencia. como
nace y se precipita la retlexión existenciaJista.

J. ¡"fU = amJJ&f.j~ <S yo. IN. del T.I

/5

14
INTRODUCCiÓN A L4 ESTRUCTURA DE U ANGUSTIA

El caballo del pensamiento. diría yo tomando prestado a Juanito el ob-


- LA ANGUSTIA EN LA RED DE LOS SIGNIFICANTES
jeto de su fobia. que por un tiempo se imagina ser el que arrastra el carro do a mi expectativa, tal como después de todo o
de la historia. de pronto se encabrita. se vuelve loco. se cae y se entrega al tiempo aquí a la de ust d . E' ' . . y acabo de responder a
. e es. j, s este mOVImIento '.
gr.m Kra\\'a/lmachen en el que Juanito encuentra una de las imágenes de suscitar la angustia? N h . en SI mismo COmo para
. o e Interrogado a aquel de .
su querido temor. Es lo que yo llamo un movimiento de prisa. en el mal no lo creo. En cuanto a mí a f . qUIen se trata, pero
t' . ' e Olla. puedo responder que esa expecta-
sentido del ténnino. el del desasosiego. Y por esta razón. ciertamente. está Iva - muy capaz Sin em?argo de hacer que recaiga sobre mi cierto so
lejos de ser lo que más nos interesa en el linaje de pensamiento que he- . no, es. creo p~er deCirlo por experiencia. una dimensión ue!': sí
mos señalado hace un instante - como todo el mundo. por otra parte _ misma h.a~a surgir la angustia. Incluso diría lo contrario. q
con el ténnino existencialismo. Esta, ultima referencia, tan próxima que puede parecerles problemática.
Por otra parte, puede advertirse que el último en llegar - y quizás no he quendo ~acerla para indicarles de qué modo pienso comprometerlos en
sea de los menos grandes - , el Sr. Sartre. se dedica expresamente a poner lo ~~e e~ mi pregunta deMie el. comienzo - ¿a qué distancia poner la an-
gustia para hablarles de ella. sm meterla enseguida en el arm' . de
de nuevo a este caballo no sólo sobre sus patas. sino en las parihuelas de la . 1 ano. sm -
historia. Precisamente en función de esto el Sr. Sartre se ocupó mucho de Jar a tamP<>':0 en un. estado vago? Pues bien. a fe mia. a la distancia que es
la b~ena. q~~ero dectr.la que no nos pone dema.~jado cerca de nadie. a la dis-
la función de la seriedad. se hizo muchas preguntas sobre ella.
tancia familiar que les evocaba precisamente al tomar estas última, reteren-
Hay también alguien a quien no he introducido en la serie y de quien
cias. ~a de ruj interlocutor que me trae in extremis su escrito, y la relativa a
diría. ya que me limito a abordar el fondo de un cuadro tocándolo de entra- mí Ollsmo, que debo arriesgarme aquí a mi discuP.iO wbre la angustia.
da. que en referencia a él los filósofos que nos observan. en el punto al que Vamos a tratar de tomar esa angustia bajo el brazo. No por ello va a ser
estamos llegando. pueden decirse - ¿están los analistas a la altura de lo la cosa más indiscreta. Ello nos pondrá \erdaderamente a la distancia opa-
que nosotros hacemos con la angustia? Está Heidegger. Con mi calambur ca. créanme. que nos separa de quienes nos son más cercanos.
sobre la palabrajeter. de quien más cerca me encontraba era de él y de su Entonces. entre esta preocupación, esta seriedad y esta espera. ¿creerán
desamparo original. ustedes que es así como he querido circunscribirla. atraparla? Pues bien.
El ser para la muerte. para llamarlo por su nombre. que es la vía de ac- desengáñense. No hay que buscarla ahí en medio. Si he trazado en medio
ceso por la que Heidegger, en su discurso avezado. nos conduce a su inte- de estos tres términos un pequeño círculo con sus flechas separdda..~. es para
rrogación enigmática sobre el ser del ente. no pasa verdaderamente por la decirles que si ahí es donde la buscan pronto verán que el pájaro alzó el
angustia. La referencia vivida de la interrogación heideggeriana. él la nom- vuelo. si es que alguna vez allí estuvo.
bró. ella es fundamental. es de todos, es del on, de la omnitud de la
cotidianeidad humana. es la preocupaci6n. Por supuesto, a este título. no
podría. como la preocupación misma. sernos ajena.
2
Ya que he llamado aquí a dos testigos. Sartre y Heidegger. no me privare
de llamar a un tercero. pues no lo creo indigno de representar a quienes aquí
!Oe encuenuan. para observar también lo que él va a decir, y soy yo mismo.
Inhibición. slntoma y angustia. tal es el título. el eslogan. con el que a
Me autorizan a ello los testimonios que he obtenido, incluso en las un analista le viene a la memoria y con el que queda marcado lo último que
hora.. más recientes. de lo que llamaré la espera. Pero no sólo está la de Freud articuló sobre el tema de la angustia.
ustede¡.. de la que hablo en este caso. También ocurre que ayer por la No voy a entrar en este texto. porque hoy estoy deddido, como lo ven
noche me llegó un trabajo que le había dicho a uno de ustedes que espe- uSledes desde el comienzo, a trahajar sin red. y no hay lema en el que la
raba tener antes de empezar aquí mi discurso. Le había pedido tener ese red del discurso fr~udiano esté más cerca de damos una falsa seguridad.
texto, incluso que me orientara a propósito de una pregunta que él mis- Cuando entremos en eSle texto. verán pn.'Cisamente lo que hay que ver a
mo me había planteado. Aunque todavía no he podido tener conoci- propc.Ssito de la angustia. a saber, que no hay red. Tmtándose de la angus-
miento de ~l, el hecho de que me lo hayan traído a tiempo ha respondi-
Ji
16
INTRODUCCIÓN A V\ ESTRUCTURA. DE LA ANGUSTIA

tia. cada eslatx'n. por así decir. no tiene otro sentido que el de dejar el va-
- LA ANGUSTIA EN LA RED DE LOS SIGNIFICANTES

d\.l donde está la angustia. luego una nociÓn extremadamente preciosa 1m l' ..
.. '. . pica, en e.ecto. la rela-
En el discurso de Inhibición. si"toll/a y cl1I¡¿us/ia, se habla. gracias a clon de una dImenSIón con algo que viene a I'nt rf . I
.. '. e enr a y que. en aque-
Di<,1S. de todo menos de la angustia. ¿Significa esto que no se pueda hablar llo que nos IOteresa. ImpIde. no la función térml'no d .. .
.' , , . . . e re.erencla. no el
Ik ella? Tr.lbajar sin red evoca al funámbulo. Me limito a tomar a modo de mO\ilmlento. que se ha vuelto dIficil sino ciertament I ' H .
. • e a sUJeto. e aqul
cuenta el título, Inhibición. síflloma. angustia. Salta al entendimiento, si me algo que nos aproxima a lo que buscamos a saber l b '
. . . . • o que OCurre aJo el
pemuten la expresión. que estos tres términos no están en el mismo nivel. nombre de angustia. Pongo. pues impedimento en la . . I
.
que SIn/onlll. . misma co umna
Resultan heteróclitos, por eso los he escrito en tres líneas escalonadas. Para
que la cosa funcione. para poder entenderlos como una serie, en verdad es Les indico enseguida que la trampa en cuestión es la captura narcisis-
preciso verlos como los he puesto aquí, en diagonal. lo cual implica relle- ta. Luego nos veremos llevados a anicularlo mucho más. pero aquí ya no
nar los blancos. se ~ncuentr~n ~sted~s e~ los elementos básicos. si acaso recuerdan lo que
No vaya demorarme en demostrarles lo que salta a la vista. la dife- arltculé en u,lt~mo termlOo sobre el límite muy preciso que introduce la
capt~ra narCISIsta en cuanto a lo que puede investirse en el objeto. en la
rencia entre la estructura de estos tres términos, ninguno de los cuales
medIda en que el falo, por su parte. permanece investido autoeró-
tiene en absoluto, si queremos situarlos. los mismos términos como contex-
ti~amente. La fractura que de ello resulta en la imagen especular será pro-
to o entorno.
pIamente lo que da su soporte y su material a esta aniculaci6n significante
Así. la inhibición está en la dimensión del movimiento. en el sentido que, en el otro plano, simbólico. se llama castración. El impedimento que
más amplio del término, No entraré en el texto, pero ustedes recuerdan de sobreviene está vinculado a este círculo por el cual, con el mismo movi-
todos modos lo suficiente como para ver que Freud. a propósito de la inhi- miento con el que el sujeto avanza hacia el goce. es decir. hacia lo que
bición. no puede hablar de otra cosa más que de la locomoción. El movi- está más lejos de él, se encuentra con esa fractura íntima, tan cercana. al
miento existe. al menos metafóricanlente. en toda función. aunque no sea haberse dejado atrapar por el camino en su propia imagen. la imagen es-
locomotriz. pecular. Es ésta la trampa.
En la inhibición. de lo que se trJ.ta es de la detención del movimiento. Aquí todavía nos encontramos en el plano del síntoma. Tratemos de ir
¿Significa esto que la palabra inhibición deba sugerimos tan solo detención? más lejos, Si llevamos más lejos la interrogación por el sentido de la pala-
Les resultaría fácil objetarme el frenado. ¿Por qué no? Se lo concedo. bra inhibición, ¿qué término podemos introducir en la tc=n:era columna?
Construiremos pues una matriz que nos permita distinguir las dimensio- Tras la inhibiciÓn y el impedimento. el tercer término que les propongo.
nes en juego en una noción que nos es tan familiar. No veo por qué no po- siempre en el sentido de devolverlos al suelo de lo vivido, a la !oericdad irri-
dríamos poDer en el eje horizontal la noción de dificultad. y en el otro eje soria de la cuestión. es el bello término de embara¿o.
de coordenadas. la de movimiento. Esto nos permitirá ver más claro, por- Nos será tanto más precioso, cuanto que hoy la etimología me está col-
mando. queda claro que el viento sopla a mi favor. El embarazo es exacta-
que también nos permitirá volver a bajar al suelo, el suelo de lo que no está
mente el sujeto S revestido con la barra, $, porque imbaricare alude de la
velado por la palabra experta. la noción. incluso el concepto con el que uno
forma más directa a la barr.1, btJra. en cuanto tal. Ésta es ciertamente la
r,e las arregla.
imagen de la vivencia más directa del embarazo. Cuando uno ya no, sabe
¿Por qué no recurrir a la palabra impedir? De esto se trata. ciertamente.
qué hacer con uno mismo, busca detrás de qué esconderse. Se trata. cIerta-
Nue!.tro~ ~ujetos están inhibidos cuando nos hablan de sus inhibiciones, Y
mente. de la experiencia de la barra. Si no estoy maJ informado: en muc~
noSOlro~ mismo&. cuando hablarnos de ellas en congresos cienúficos, pero
dialeclos esta barra toma más de una fonna. Pero no es necesano recumr a
cada día. ciertamente. están impedidos. Estar impedido es un síntoma. Es- los dialectos. ¿No hay algún español aquf? Da igual. porq~ me afirman ~ue
tar inhibid() el> un l>íntoma metido en el museo.
en español la embarazada designa a la mujer encinta. lo cual es otra tor-
Ver la etimología no implica ninguna superstición, me sirvo de ella ma. bien significativa. de la barra puesta en su lugar.
cuando me sirve. Impedil'ure quiere decir caer en la trampa. y es desde
/9
18
I.VTRODl'CC/O{\' .-\ LA t.::i//wtJ UKA 01:. LA ANGUSTIA
-
H~ aqul. pues. lo qu~ se rdiere a la dimensión de la dilicultad. La prim _
LA ANGUSTIA EN LA RED DE LOS SIGNIFICANTES
e
ra tila tkmzontal. que empieza por la inhibición y sigue con el imPCdiment Estos señores me dicen. pues-' que
.
~-ulmina en esa ¡onna ligera de la angusua que se llama embarazo.
o. , , el' sentl'ml'ento l'mgulstlco,
,,", segun ,
ellos se expresan. eqUIpara este termmo con la palabra )'U sta. que es 1a pa-
En la otra dimensión. la del movimiento, ¿cuáles son los términos que labra conmover. Pero desengáñese
, . de eso nada , Etl'molo"gl'camen te. como
\ eremos dibujarse verticalmente tras el término inhibición? por.~tra ~art~ para, qUIenquiera que sepa servirse de las palabras. la tur-
En primer lugar, la emoción. bacJOn [em0/1 no tiene nada que ver con la emoción lémotionj. En cual-
Me perdonarán ustedes que siga tiándome de una etimología que hasta quier cas~, s,epan que el tér~in~ e.~mayer ya atesta el siglo XIII _ que.
ahora me ha sido tan propicia. La emoción se refiere etimológicamente al con antenondad a él, esmms e meluso esmoi-esmais. si quieren ustedel.
movimiento. sólo que aquí le daremos el primer empujoncito introducien- saberlo, no se impusieron. para expresarme como los autores. hasta el
do el sentido goldsteiniano del arrojar fuera. ex, fuera de la línea del movi-
XVI -, que esmayer tiene el sentido de perturbar, atemorizar. y también
perturbarse - que esmayer aún se usa a \"eces en cienos dialectos y nos
miento - es el movimiento que se desagrega. es la reacción que se llama
conduce hasta el lalÍn popular exmagare. que significa hacer perder el
calaStrótica. Era útil que les indicara dónde poner esto, pues, al tiD y al poder, la fuerza - que este lalfn popular está ligado al injeno de una raíz
cabo. algunos nos han dicho que la angustia era esto, la reacción catastró- germánica occidental que. reconstituida, da magan. Por otra pane no hay
fica. No deja de tener relación, por supuesto. pero ¿qué no iba a estar rela- necesidad de reconstituirla. porque existe bajo esta misma forma en alto
cionado con la angustia? Se trata precisamente de saber dónde está verda- alemán y en gótico. Por poco germanófonos que sean ustedes. pueden
deramente la angustia. El hecho de que hayan podido. por ejemplo. y sin relacionarlo con el m¡igen alemán. En inglés. está ellO mayo En italiano,
escrupuloso recurrir a la mhma referencia a la reacción catastrófica para ¿existe smagare?
designar la crisis histérica, o también, en otros casos, la cólera. demuestra No de esa forma. Esto significaría. de creer a Bloch y Von Wanburg.
que en cualquier caso no puede ser suficiente para distinguir la angustia. ni desanin",rst? Subsiste, pues. una duda, Como aquí no hay ningún ponu-
para señalar dónde está. gués. no tendría incon\"eniente en admitir lo que, no yo, sino Bloch y von
Demos el paso siguiente. Nos mantenemos todavía a una distancia Wanburg. plantean al proponer esmagar, que querría decir aplastar, Lo
respetuosa de la angustia. porque nos encontramos aquí. a una distan- tomo hasta nueva orden como algo que luego tendrá un gran inlerés. Les
cia de dos casillas. En la dimensión del movimiento. ¿hay algo que ahorro el provenzal.
Sea como sea. con toda seguridad. la traducción que ha sido admitida
responda más precisamente al nivel de la angustia? Voy a llamarlo con
de rriebregung por émoi pulsion1lel es del todo impropia. y preci~nte
un nombre que reservo desde hace tiempo para el interés de ustedes.
por la distancia que hay entre la emoción y la turbación. La turbacIón es
como una exquisitez. Quizás haya hecho alguna alusión fugitiva, pero trastorno. caída de potencia. la Regung es estimulación. lIamad~ al des~r­
sólo los oídos particularmente prensile,s han podido retenerlo. Es la den, incluso al motín. Me protegeré así con esta investigación eumológlcll
palabra turbación.~ para decirles que. hasta una época determinada. la misma ~nás ~ meno~ q~e
Aquí la etimología me favorece de una manera fabulosa. Me colma. Por en Bloch v \"on Wanburg se llama el triunfo de la turbaCIón. enleUI!' tu .0
eso no dudaré en abusar de ella todavía más, una vez que les haya dicho precisam~nte el sentido de emoción. y sólo adquirió el sentido de mO\1-
primero todo lo que me aporta. Les indico expresamente que se remitan a miento popular a pan ir del siglo XVII. .
los articulos de los Srs. Bloch y von Wartburg. y me disculpo si ello resulta Todo esto debería hacerles percibir claramente que ,los mallc~s
redundante respecto de lo que ahora les diré. tanto más cuanto que lo que lingüísticos. incluso las versiones aqui mencionadas. nos sl!'\'en dcg~a
vaya decirles es su cita textual. Tomo lo que me conviene de allí donde lo para definir . el tercer l ugar. en eI sentido
. con la turbación ' de lo que: slgm-
.
encuentro. le moleste a quien le moleste. . '
fiea la inhibición en la venienle del movlOuento. tal como en
, , la vemen-
, t"
te de la dificultad. hemos deslgnado la re crenela e orrespondlcnte con elJ
embarazo. La turbaCIón , es el traslorno. eI Iras,(() rnarse
. en cuanto tal. e
"2 Emm IS, del TI
2/
20
1;\7RODUCCIÓN ¡\ L-\ ESTRUCTURA DE U ANGUSTIA
LA ANGUSTIA EN lA RED DE LOS SIGNIFICANTES
He aquí. pues.. lo ljue se rdiere a I~ d~~e~~ión ~e la dificul~ad. La prime-
ra fila horizontal. que empieza por la mhiblclon y sIgue con el Impedimento. Estos senores me ~icen, pue~, q~e el sentimiento lingüístico, según
~:u1nuna en esa fonna ligera de la angustia que se llama embarazo. ellos se expresan, equIpara e~l~ ternuno con la palabra justa. que es la pa-
En la otrJ dimensión. la del movimiento. ¿cuáles son los ténninos que labra conmover. Pero desenganese. de eso nada. Etimológicamente. como
por otra parte para quienquiera que sepa servirse de las palabras, la lur-
veremos dibujarse verticalmente tras el término inhibición?
bación lémoi] no tiene nada que ver con la emoción limotíon). En cual-
En primer lugar. la enloción.
quier caso, sepan que el término esmayer ya atesta el siglo XIII _ que,
Me perdonarán ustedes que siga tián~ome de una eti.mol~g~a que hasta
con anterioridad a él, esmais e incluso esmo;'esmais, si quieren ustedes
abonl me ha sido tan propicia. La emoción se refiere eumologlcamente al
saberlo, no se impusieron. para expresarme como los autores, hasta el
mO\imiento. sólo que aquí le daremos el primer empujoncito introducien- XVI - , que esmayer tiene el sentido de perturbar, atemorizar, y lambién
00 el sentido goldsteiniano del arrojar fuera, ex, fuera de la línea del movi- perturbarse - que esmayer aún se usa a veces en ciertos dialectm y nos
miento - es el movimiento que se desagrega. es la reacción que se llama conduce hasta el latín popular exmagare, que significa hacer perder el
catastrófica. Era útil que les indicara dónde poner esto, pues, al fin y al poder, la fuerLa - que este latín popular está ligado al injerto de una raíz
cabo. algunos nos han dicho que la angustia era esto, la reacción catastró- germánica occidental que, reconstituida, da maKan. Por otra parte no hay
fica. No deja de tener relación. por supuesto, pero ¿qué no iba a estar rela- necesidad de reconstituirla, porque existe bajo esta misma forma en alto
cionado con la angustia? Se trata precisamente de saber dónde está verda- alemán y en gótico. Por poco germanófonos que sean ustedes. pueden
deramente la angustia. El hecho de que hayan podido, por ejemplo, y sin relacionarlo con el mogel/ alemán. En inglés. está ellO mayo En italiano,
escrúpulos. recurrir a la misma referencia a la reacción catastrófica para ¿existe smagare?
designar la crisis histérica. o también, en otros casos, la cólera, demuestra No de esa fonna. Esto significaría. de creer a Bloch y Yon Wartburg.
que en cualquier caso no puede ser suficiente para distinguir la angustia, ni desanimarse. Subsiste, pues, una duda. Como aquí no hay ningún portu·
para señalar dónde está. gués, no tendría inconveniente en admitir lo que, no yo, sino Bloch y von
Demos el paso siguiente. Nos mantenemos todavía a una distancia Wartburg. plantean al proponer esmagar. que que~a decir a~/as/~r. Lo
respetuosa de la angustia, porque nos encontramos aquí, a una distan- tomo hasta nueva orden como algo que luego tendrá un gran mteres. Les
cia de dos casillas. En la dimensión del movimiento, ¿hay algo que ahorro el provenzal. . 3d.da
Sea como sea, con toda seguridad, la traducción qu~ ha sido. null
responda más precisamente al nivel de la angustia? Voy a llamarlo con . , puls/Onnt.'
. I es diodo'
de Triebre8ung por emm e ti . , y preclsamenle
mpropla .'.
un nombre que reservo desde hace tiempo para el interés de ustedes, . I ' ó la turbación La lurbal.:lón es
como una exquisitez. Quizás haya hecho alguna alusión fugitiva, pero po r la distancia que hay entre a emocl n y .
. . I '6 llamada al dcsor-
trastorno caída de potencia, la Regung es estJmu aCI n. . 16' .
sólo los oídos particularmente prensiles han podido retenerlo. Es la . , . . ' , ,tigaciÓD ellmo gu.:a
den, incluso al motín. Me protegeré ast con esta m\~s nos ue
palabra turbación.1 . é . delerminada.la mlSJ11lI más o me q
Aquí la etimología me fa\'orece de una manera fabulosa. Me colma. Por para deCirles que, hasta una poca . de la lurbación. I1lU'u~ tU\'O
en Bloch y von Wartburg se llama elmunfo d "ó el sentido de movi-
eso no dudaré en abusar de ella todavía más, una vez que les haya dicho . d e emocl'ón ,_.v sólo a qutn
precisamente el sentIdo
pmnero todo lo que me aporta. Les indico expresamente que se remitan a
miento popular a partir del siglo XVII... laramente que lo~ matices
los artículos de los So;. Bloch y von Wartburg, y me disculpo si ello resulta
Todo esto debería hacerles perCibir c. das nos sÍCYen de gula
redundante ~pecto de lo que ahora les diré, tanto más cuanto que lo que . .. . e ' aquí mem:lona , .,
lingüístiCOS, mcluso las "eeslon s
.'
1 nudo Ik lo que ~lgnJ-
voy a decirle" es su cita textual. Tomo lo que me conviene de allf donde lo para definir con la turbación el tercer lugar,.en e ~I ColDO en la vertien·
encuentro, le moleste a quien le moleste. . ... . d 1 moo,.lmlento. la '
fica la mhlblclón en la vertIente e . o...... spondknte con d
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. 1
embarazo. La turbación es e Ira!' lomo . e tras' .....
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21
INTRODUCCll)¡V A LA E,\TRUCTURA DE LA ANGUSTIA
LA ANGUSTIA EN LA RED DE WS SIGNIFICANTES
trolStornarse Dlás prot:undo en la dimensión del movimiento. El embarazo
es el má:ümo de la dificultad alcanzada. estoy menos interesado en los afectos que en cualquier otracosa. Es absur-
h
¿~ significa eso que hayamos alcanzado la angustia? La" casillas de do. AI~una ~ez e t~atado de decir lo que el afecto no es. No es el ser dado
('sta pcq~ña tabla están ahí para mostrarles que. precisamente. no lo pre- en, su mme<hatez. á.ni tampoco el sujeto en una forma bruta N
. . . o es en mn-.
~odemos. gun caso protop tICO. MIS observaCiones ocasionales sobre el af .
.fi y. ecto no slg-
ni Ican o~~ cosa. precisamente por este motivo el afecto tiene una estre-
cha relaclon ~e estructura con lo que es un sujeto. incluso tradicionalmen-
te. Espero aruculárselo de una forma indeleble la próxima vez.
'Tu) .-.lh·~uJ,c&· Por el c~n~ario. lo que he dicho del afecto es que no está reprimido. Esto
~ llo..l.·~~ E~~(L)~.r E,~ Freud lo dice Igual que yo. Está desarrumado. va a la deriva. Lo encontra-
rl\~t
- -
- mos desplazado. loco. invertido. metabolizado. pero no está reprimido. Lo
que está reprimido son los significantes que lo amarran.
-
_,..,..,J
C,,"'~ . r'1~~
i
)( La relación del afecto con el significante exigiría todo un año de teona
de los afectos. Ya dejé ver en una ocasión cómo lo entiendo. Se lo dije a
1
~
, propósito de la cólera.
E ~d' ;< La cólera. les dije. es lo que ocurre en los sujetos cuando las c1avijitas

\ no entran en los agujeritos. ¿Qué significa esto? Cuando en el plano del


Otro. del significante. o sea, siempre, más o menos. el de la fe. de la buena
fe. no se juega el juego. Pues bien. eso es lo que suscita la cólera.
Para dejarlos con algo de qué ocuparse. les haré una simple observación.
Hemos Uenado con emoción y turbadón estas dos casillas en el sentido ¿Dónde trata mejor Aristóteles de las pasiones? Creo. de todas formas. que
,'ertical. y con impedimento y embarazo estas dos en el sentido horizontal. algunos lo saben. Es en el libro 11 de su Retórica.
Pero ésta se encuentra vacía. y ésta de aquí. Lo mejor que hay sobre las pasiones está atrapado en la red' de la retó-
¿Cómo rellenarlas? Es un tema que tiene el mayor interés en cuanto al rica. No es por casualidad. Los significantes de la pizarra. eso es la red. Por
manejo de la angu~tia. Por un tiempo. se lo dejaré como adivinanza. eso, ciertamente. les hablé de red a propósito de los primeros puntos de
referencia lingüísticos que traté de darles.
No he tomado la vía dogmática de hacer preceder de una teoóa general
de los afectos lo que voy a decirles de la angustia. ¿Por qué? Porque aquí
no somos psicólogos, somos psicoanalistas. . .
3 Yo no les desarrollo una psico-logÚl, un discun;o sobre esa reahdad irreal
que se llama la psique. sino sobre una praxis que merece un nomb~. erowlog:
Se trata del deseo. Y el afecto por el que nos vemos llevados. ~i.zás. a hac
Hecho ya este pequeño preámbulo para la tríada freudiana de la inhibi- surgir todo lo que este discurso comporta a utulo de con.~uencli\, no gmcraI
ción. el síntoma y la angustia. he aquí el terreno ya desbrozado para hablar sino universal, sobre la tcoóa de los afectos. es la angusua
de ella doctrinal mente.
Tras haberla llevado. mediante estas evocaciones. al nivel mismo de la Es sobre el filo de la angustia donde debemos mantc:nernos. Ysobre este
experiencia. tratemos de situarla en un marco conceptual. filo espero llevarlos más lejos la próxima vez.
La angustia, ¿qué es? Hemos descartado que sea una emoción. Pan¡ in- J4 DF. NOvn;.'dDRE Df. 1962
troducirla. diré que e~ un afecto.
Como quaenes siguen 10!l movimientos de afinidad o de aversión de mi 4. En (1'IlIICé.~. I~ fi'e,./~ riuuu. IN. del T.'
dHcuno!te dejan atrapar a menudo por las apariencias. sin duda creen que
23
11

LA ANGUSTIA, SIGNO DEL DESEO

Un idt!al de simplicidad
Ht!gt!1 y Lacan
lAs cinco f6rmuWs dt!l lÚseo dt!l Otro
LA división y su resto
Tt! dt!seo, aunque no lo sepa

,. En el momento de lI~viir un poco más adelante mi discurso sobre la an-


,. gustia. puedo legítimamente plantcar ante ustedes la pregunta de lo que es
- , aquí una enseñanza.
Dado que en esta sala somos en principio, digamos que la mayoría.
analistas, y que la experiencia analítica es supuestamente mi referencia
esencial cuando me dirijo a la audiencia que ustedes conforman, la idea que
podemos hacemos de la enseñanza dcbe acusar ciertamente algún efecto
del hecho de que el analista. no podemos olvidarlo, es. por así decir. un
interpretante.
. ,.
El analista juega. en efecto, con ese tiempo tan esencial que ya he des-
tacado para ustedes en varias ocasiones, a partir de diversos sujetos del ,'er-
bo - él no sabía, yo no sabía, Así pues. dejaremos indeterminado este
. . sujeto. concentrándolo en un no se sabía.

-...,..,,''''
, _........... 'L... _ _ '
,.
Respecto a este 110 se sabía, se supone que el analista sabe algo, ¿Por
qué no a~mitir incluso que sabe un montón? Pero lo que sabe. ¿pu~ en-
señarlo?No es ésta la cuestión. o al menos sería prematura. Hasla cIerto
punto, la sola existencia de un lugar como éste, y del papel que en él de-
sempeño desde hace cierto tiempo. es una forma de dirimir la cuesti6n
- bien o mal -, pero de dirimirla.
No. la cuestión es. lo que sabe. ¿qué es enseñarlo?

25
INTRODUCC/()N A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA
LA ANGUSTIA. SIGNO DEL DESEO
l
un momento he llamado interpretante. sino que me es preciso pasar a una
posición comunicante más amplia. y comprometenne en el terreno del hil-
cer comprender. para lo cual apelaré en ustedes a una experiencia que va
¿Qué es enseñar. cuando lo que se trata de enseñar. se trata precisamen-
mucho más allá de la estricta experiencia analítica.
te de enseñarlO'. no sólo a quien no sabe. sino a quien no puede saber? y
Es importante recordar esto. porque el hacer comprender es verdadera-
hay que admitir que. hasta cierto punto. aquí estamos todos bajo la misma
mente. desde siempre. el escollo en psicología. en el senúdo más amplio. No
enseña. tratándose de lo que se trata.
es tanto que se deba poner el acento en el tema que. en cierto momento, pa-
Fíjense ustedes en las consecuencias. por así decirlo. de esta base tan reció la gran originalidad de una obra como la de Blondel sobre la concien-
inestable. cia mórbida - a saber. hay límites de la comprensión. no nos imaginemos
Si no fuem por esto. una enseñanza analítica. este mismo Seminario. po- que comprendemos lo vivido auténúco o real de los enterrnos. Pero no es la
dría concebirse como la prolongación de lo que ocurre por ejemplo en un cuestión de este límite lo que nos importa. En el momento de hablarles de la
control. donde lo que se aportaría seria aquello que ustedes saben. y yo in- angustia. ésta es una de la cuestiones que dejamos en suspenso.
ter..endría tan solo para aportar algo análogo a la interpretación, o sea. En efecto. la cuestión es. antes bien. explicar a qué titulo podemos hablar
aquella adición mediante la cual surge algo que da sentido a lo que creen de la angustia cuando subsumimos bajo esta misma níbrica experiencias tan
ustedes saber y hace surgir en un relámpago lo que es posible captar más diversas como -la angustia en la que podemos introducimos a consecuen-
allá de los límites del saber. cia de cierta meditación guiada por Kierkegaard -la angustia para-normal.
Ciertamente en la medida en que se constituye un saber en un trabajo o incluso francamente patológica. que puede apoderarse de nosotros. como
de elaboración. que llamaremos comunitario más que colectivo. del análi- sujetos nosotros mismos de una experiencia más o menos psicopatológi-
sis entre quienes lo experimentan, los analistas. resulta concebible un tra- camente situable - la angustia de la que nos ocupamos con nuestros
bajo de recopilación que justifique el lugar que puede ocupar una enseñan- neuróticos. material comente de nuestra ex.periencia - y también la angus-
za como la que aquí se hace. Si ustedes quieren. es porque hay - secretada tia que podemos describir y localizar en el origen de una experien~a ~
periférica para nosotros. la del perverso por ejemplo. incluso la del PSII,:ótiCO.
por la experiencia analítica - toda una literatura que se llama teoría analí-
Si bien esta homología se encuentra justificada por un paren,tesco de
tica. por lo que me veo obligado. a menudo a mí pesar. a darle aquí tanto
estructura, sólo puede estarlO a expensas de la comprensión ongma!. ~ue
lugar. y ella es la que requiere que haga algo que vaya más allá de la reco- ,
sin embargo aumemará necesanamente. con eI pe l'Igro de hac'emos' olvl(hlr
pilación. que vaya. a través de esta recopilación de la leoría analítica. en la
que dicha comprensión no es la de algo \·ivido. sino la de un resorte. y de
dirección de acercamos a aquello que constituye su fuente, o sea. la ex pe- , mir las' experiem: 1as a las que
presumir excesIvamente de que pode' mos a~u,
neOCla.
se refiere. en particular las del perverso Y el pSICótiCO. ,
Aquí se presenta una ambigüedad. que no se debe tan solo a que aquí se ~ 'bl ad rtJr' • qUIenqUIera que fuese que
En esta perspectiva. es prelen e ve a
mezclan con nosotros algunos no analistas. Esto no supone grandes incon-
no debe creer demasiado en aquello que puede compren~er. el I
\'enientes, puesto que también los analistas llegan aquf con posiciones. pos- , ' portancla los emen O~
Aquí es ciertamente donde adqUIeren su 1m . '..1_ •
turas. expectativas, que no son forzosamente analíticas. Están ya suficien- 'De roVIstos al máximo "" c.:on-
significantes que introduzco para ustede.'i.!op' edi;m-
temente condicionados por el hecho de que en la teoría que se hace en el fi por h'Icerlos aparecer. m
tenido comprensible. tal como me es uerzo ~ 'on el que tratO de
análisis se introducen. en una cantidad mucho mayor de lo que parece a pri-
te su notación en la relación estructural. son d 'ó o c.: a en"aiiosa. 1t /a
mera vi!'>ta. referencia'i de toda clase. que se pueden calificar de extra-ana- , e la ctJmprens l n no se b
mantener el nivel necesano para q u . I <I·gnl"-Icalivo.~ en los
lítica.s. psicologizante!>. por ejemplo. • ' dl\,('rsamen e ~ 1
vez que deio locaJizables los tenrunos , . andO!iC b':Ita
Por el solo hecho de ocuparme de esta materia - materia de mi audien- J b arse especJrumenlC ¡;u.
que nos adentramos. Esto debe su ray " 10 de dliSifkaci6n. La
cia. materia de mi objeto de enseñanza - me veré llevado a referinne a esta de un afecto. ya que no me he negado 11 este e eroen
experiencia común gracias a la cual se establece toda comunicación ensc- angustia es un af~IO.
Dodde. E"to significa que no puedo permanecer en la pura posición que hace
27
--------

1,\TRODl'CCIl)N .4 L4 ESTRUCTURA DE L4. ANGUSTIA


LA ANGUSTIA, SIGNO DEL DESEO
[)(osde t"l punto dt" vista dd ~nseñante. el abordaje de un tema como éste
ría psicoanalíti~a del afecto. es verdaderamente ejemplar por el balance al
~ propone siguiendo distintas vías. que se podrían definir sumariamente.
que llega. propI~ente desl:orazo~ador. sin que por otra parte la pluma del
o sea. detallando su suma. bajo tres rúbricas.
autor trate de dISimularlo. AnunCIar un artículo con este titulo podría ha-
Ha) en primer lugar la vía del catálogo. En lo concerniente al afecto.
cemos esper~. después de todo. que de él surja algo nuevo. original. sobre
con~iste en agotar. no sólo lo que quiere decir. sino lo que se ha querido
lo que el analIsta puede pensar acerca del afecto. El sorprendente resulta.
decir al constituir dicha categoría. Esta vía lleva a adoptar la postura de en- do es que el autor se limita a establecer el catálogo de las acepciones en las
señar al sujeto de la enseñanza. según su modalidad más amplia. y aquí nos que este término ha sido empleado en el interior de la teoría analítica es-
pennitiría conectar lo que se enseña en el interior del análisis con lo que se trictamente. para perl:atarse al fin de que dichas acepciones son irreduc-
nos aporta desde afuera. ¡.Por qué no'? Nos han llegado aportes muy am- tibles las unas a las otras.
plios. y yo estoy muy lejos de neganne. ya se lo he dicho. a insertar la an- La primera es la del afecto concebido sustancialmente como la descar-
-
2ustia en el catálo2o de los afectos. así como en las diversas teorías del
~

afecto que se han producido.


ga de la pulsión. La segunda pretendería ir más lejos que el teltto freudia-
no. para hacer del afecto la connotación de una tensión en sus diferentes
Para tomar las cosas en una especie de punto medio del corte. hay en fases. de ordinario contlictivas.la connotación de la variación de la tensión.
Santo Tomás de Aquino. parel llamarlo por su nombre. cosas buenísimas so- En el tercer tiempo. el afecto es definido. dentro de la referencia propia-
bre una división del afecto. que él no inventó. entre lo concupiscible y lo mente tópica de la teoría freudiana. como señal. en el plano del t'KO. de un
irascible. La extensa discusión. que precede de acuerdo con la fórmula del peligro venido de otro lugar. Lo importante es que el autor constata que en-
~bate escolástico. proposición-objeción-respuesta. mediante la cual pone tre los autores que se han sumado más recientemente a la discusión analíti-
en la balanza la cuestión de cuál de las dos categorías es primera respecto ca subsisten todavía reivindicaciones divergentes relativas a la primacía de
a la otra. y cómo decide. y por qué. que a pesar de ciertao¡ apariencias y cier- cada uno de estos tres sentidos. de manera que ahí no se resuelve nada. Que
tas referencias. lo irascible se inserta siempre en algún lugar en la cadena el autor en cuestión no pueda decirnos más al respecto es. de toda$ fonnas.
de lo concupiscible. que es pues respecto a él primero - esto no carecerá señal de que el método llamado del catálogo está por fuerza marcado. al
de utilidad pam nosotros. puesto que. en verdad. tal teoría sería para noso- fin y al cabo, por cierta profunda aporía. que conduce a callejones sin sali·
tros muy admisible si en última instancia no dependiera por completo de da. incluso a una infecundidad muy especial.
la suposición de un Soberano Bien al que. como ustedes saben. tenemos ya Hay otro método. Me excuSO por extendernlC tanto tiempo h~y en la
muchas objeciones que hacer. Veremos lo que podemos conservar de esta cuestión del método. pero tiene un gran interés preliminar. relallv~ a la
teoría. lo que ilumina para nosotros. Les ruego que se remitan aLlí. cuando oportunidad de lo que aquí hacemos. y no faltan razones pard que la mIrO-
. . Lo Ilamart Nlrd hacerlo
corresponda les daré las referencias. En ella podemos encontrar, sin duda. duzca. como verán. en relacIón con la anguslla. . y--
entrar en consonancia con el ténnino precedente. el método del análogo.
mucha materia pard alimentar nuestra propia reflexión. mucha más. para-
Éste nos llevaría a discernir niveles- Una obra. a la que ~Y no "oy a
dójicamente. que en las elaboraciones modernas. recientes - lJamemos a . d ., de esta eS""'CIC. en la que
referirme más presenta una tentat1\'a e reumon . -!'.
la... co..a., por su nombre. siglo XIX -. de una psicología que pretendió ser ,• . ',. b' da biológIcamente. 1ue!!o
más experimental. y ciertamente no con todo el derecho. se ve. en capltulos separados. la angustia conee I .
1 al menle tal como lo e.'(pre~an.
. Sin .embargo. esta vía tiene el inconveniente de empujamos hacia la cIa- sociológicamente. luego cultura1/y. cu lue . lar ",,~id()nes
. I o si bastara con CC\C ... -
lilfic3Cl(m de los afectos. Ahom bien. la experiencia nos demuestra que si puesto que la obra es mg esa - com. '. al más
. d Ddlentes para hacer go
analógicas en niveles supuestamente m epe '.
'iC abunda de~lado en esta dirección. en nuestro campo no se hace más . ' 6 ' una suerte de uJX),
que llegar a eVidentes callejones sin salida. aunque el acento recaiga cen-
tralmente en esa pane de nuestra experiencia que hace un momento distin-
Se sabe a qué condUl:e un método tal. :m
que elttraer, no ya una c1asllicacJ n SIDO o~duce a lo que se llama una
adentramos. la antro-
antropología, De toda.~ las vías en las qu~ ~ a~~yor nLimero de pec-
guí como teo~a. Tenemos un muy bello testimonio al respecto en un artí-
culo de .DaVId Rapaport que encontrarán ustedes en el tomo 34 del pología es a nuestro ml~o de ver la q~ ~=tec!«I¡Clsmo que exhiba.
supuestos de lo más arru:sgados. Se~ ,u .
/rrtunlJlumal Joumal tercera an d 1953
. p e e . Este texto. que ensaya una teo-

28
INTRODUCCiÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA
ú\ ANGUSTIA. SIGNO DEL DESEO
~Il)(!Jante m¿tod,l l'onduct! siempre y necesariamente a un núcleo central
qUt! es el junguismo. o al menos lo que llamamos así en nuestro vocabula- El rasgo unario está antes que el sujeto. En el principio era el verbo sig-
rio familiar. sin hacer de ello el índice de alguien que habría ocupado una nifica En el principio es el rasgo Imario. Todo lo que es enseñable debe
posición tan eminente. Respecto a la cuestión de la ansiedad. esta temática conservar el estigma de este initium ultrasimple. Es lo único capaz de jus-
tificar para nosotros el ideal de simplicidad.
~ encuentra muy lejos de lo que está en juego en la experiencia.
Simplex. singularidad del rasgo. eso es lo que nosotros hacemos en-
La experiencia nos conduce. por el contrario. a la tercera vía, que pon-
trar en lo real. lo quiera lo real o no. Una cosa es segura. que entra. y que
dré bajo el índice dt! la función de la llave. La llave es algo que abre y que,
ya ha entrado ahí antes de nosotros. Por esa vía, todos esos sujetos que
par.! abrir. funciona. La llave es la forma de acuerdo con la cual opera o no
dialogan desde hace. ciertamente, algunos siglos, tienen que arreglárse-
opera la función significante como tal. las como pueden con esta condición - que precisamente entre ellos y lo
Que yo la anuncie. la distinga y ose introducirla como aquello a lo que real está el campo del significante. porque ya fue con este aparato del
podemos encomendamos. no está marcado en absoluto por la presunción. rasgo unario como se constituyeron como sujetos. ¿Cómo iba a sorpren-
La razón que lo legitima y que será. creo yo. una referencia suficiente- dernos reencontrar su marca en lo que es nuestro campo, si nuestro cam-
mente convincente. especialmente para aquellos de ustedes que son docen- po es el del sujeto?
tes de profesión. es que la dimensión de la llave es connatural a toda ense- A veces en el análisis hay algo que es anterior a todo lo que podemos
ñanza. analiúca o no. elaborar o comprender. Lo llamaré la presencia del Otro, con mayúscula.
En efecto. diré - por mucho que a algunos les sorprenda que lo diga No hay autoanálisis. ni siquiera cuando se imagina que lo hay. El Otro está
yo mismo respecto a lo que enseño - que no hay enseñanza que no se re- allí. En esta vía y en esta misma perspectiva se sitúa la indicación que ya
fiera a lo que llamaré un ideal de simplicidad. les he dado en relación con algo que va mucho más lejos. o sea. la angustia
He empezado indicándoles a este respecto cierta relación a la que hasta
ahora no he hecho más que darle una imagen. La última vez les recordé esta
imagen. con el dibujo evocado una vez más de mi presencia. muy mode~~a
2 y llena de embarazo, frente a la mantis religiosa gigante. Pero ya les dije
algo más al precisar que ello estaba relacionado con el deseo del Otro.
A este Otro. antes de saber qué significa mi relación con su deseo euan-
do estoy en la angustia. lo sitúo de entrada en. A mayuscu' 1 a. Para acercar-
Procediendo por la vía de ir a los textos sobre el afecto. acabamos de ver
que. respecto a lo que pensamos nosotros. los analistas. no hay quien se aclare me a su deseo. retomaré las vías que ya he abIerto.
Les he dicho ya que el deseo del hombre es el deseo del Otro.
Hay ahí algo profundamente insatisfactorio y que constituye una obje-
Pido disculpas por no poder retomar lo que articulé a e5te respectullcn
ción suficiente. En efecto. es exigible, al título que sea, que satisfagamos . . . ., ue ese texto me e-
las últimas Jornadas provmclales, y por eso JIlSlstO en q . ~_~I; .
cierto ideal de reducción simple. . e ueda ser difundido. Se trollaba del i1J\dl.ISIS
¿Qué quiere decir esto'? ¿Por qué? ¿Por qué. desde el tiempo en que se gue. por fin. \Olacto, para qu p dI' lido objenvo
gramatical de lo quiere decir eso, el deseo del Otro. Y .es se~ an·o tienc=n
hace l.'leocia - ya que estas reflexiones se apoyan en algo muy distinto, y . d hasta ahora en nu . cmlD .
de este genitivo. Los que han esta o .
en cam~s ~u~ho más.vas!oS que el. de nuestra experiencia - se exige la
con todo. los elementos suficientes para SItuarlo. bao \le me habían
ma~or slmphCldad IX!sl~le. i.P~r que lo real sería simple? ¿Qué puede per- . '1 'l' al COnllenzo un breve tra JO q
l1llurnos suponerlo siquiera un mstante? MenCIone a u Urna vez: • ul refiere ala puesla en sus-
Pues bien. nada - salvo ese initium subjetivo que enfaticé aquí duran- remitido aquella misma manana. Aquel
penso de lo que podemos llamar la rnz
ar::
dioa~ctica en el plano I!'strUc-
l este debate. entrar en sus
te ~ la ~ parte de mi ~nseñanza del año pasado. o sea. que no hay . . , Lé . StraUSS Para ae arar
turahsta donde se Sltus VI- ., de . ,., analítico su autor
~~n concebIble ~ un sUjeto en cuanto tal sino a partir de la introduc- - desde el punto VI~... •
meandros, desenredar su macana podido decir del fantasma como so-
ción pnmera de un slghlf¡cante. y del significante más simple. el que se se refiere. por supuesto, a lo que yo he
llama el ra.\go unano.
JI
30
/;\¡TRODUCClON A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA
LA ANGUSTIA. SIGNO DEL DESEO
Pl'r1< del deseo. Pero. para mi gusto. no subraya lo suficiente lo que digo
..:uando hablo dd deseo del hombre como deseo del Otro. Lo demuestra el tant~ qu.e es también el lugar donde se instituye como tal el Otro de la dife-
hel:bo de que cree poder confonnarse con recordar que ésa es una fórmula rencIa smgular del que les hablaba al principio.
hegeliana. . ¿Introduciré ahora las fórmulas que he inserito? No pretendo. ni mucho
Sin duda. si hay alg.uien que no ha despreciado lo que nos aportó la ~~nos. que és~ ~es libren inmediatamente su picardía. Les ruego hoy tam-
Fenomenología del EspírilU. ése soy yo. Pero si hay un punto donde es im- bIen. como la uluma vez, que las trascriban. Para eso escribo este año co-
portante señalar el progreso. por emplear este ténnino - me gustaría más sas en la pizarra. Luego verán ustedes su funcionamiento.
aún decir el salto que damos respecto a Hegel- es sin duda el concerniente
Fórmula n° 1
a la función del deseo.
d(a): dIAl <a
En vista del campo que tengo que cubrir este año. no puedo retomar con
ustedes el texto hegeliano paso a paso. como lo hace ese artículo. que es- En el sentido hegeliano. el deseo de deseo es deseo de UD deseo que res-
pero sea publicado. porque pone de manifiesto un conocimiento del todo ponde a la llamada del sujeto. Es deseo de un deseante. A este deseante que
sensible de lo que dice Hegel a este respecto. Ni siquiera voy a retomar el es el Otro, ¿para qué lo necesita el sujeto? Está indicado de la fonna más
pasaje. en efecto original. que el autor recordó muy acertadamente en esta articulada en Hegel que tiene necesidad del Otro para que lo reconozca.
ocasión. Pero dada la idea que el conjunto de mi auditorio ha podido ha- para recibir de él el reconocimiento. ¿Qué significa esto? Que el Otro ins-
cerse de la referencia hegeliana. diré enseguida. para hacerles palpar de qué tituirá algo, designado por a, que es de 10 que se trata en el plano de aque-
se trata. que en Hegel. en lo referente a la dependencia de mi deseo respec- Llo que desea. Ahí está todo el obstáculo. Al exigir ser reconocido. alli don-
to del deseante que es el Otro. con lo que me enfrento. de la fonna más de soy reconocido. no soy reconocido sino como objeto. Obtengo lo que
segura y más articulada, es con el Otro como conciencia. El Otro es aquel deseo, soy objeto, y no puedo soportarme como objeto, puesto que dicho
que me \'c. objeto que soy es en su e~encia una conciencia. una Selbst·bewusslsL>in. No
En qué concierne esto a mi deseo, ustedes ya lo entreven suficientemen- puedo soportarme reconocido en el mundo. el único modo de reconoci-
te. y lo retomaré enseguida. De momento, planteo oposiciones globales. miento que puedo obtener. Es preciso pues. a toda costa. decidir entre nues-
tras dos conciencias. Ya no hay más mediación que la de la violencia. Tal
En Hegel, el Otro es aquel que me ....e. y esto da inicio a, por sí solo. la
lucha, de acuerdo con las bases con las que Hegel inaugura la Fenomeno- es la suerte del deseo en Hegel.
logía del esprritu. en el plano de lo que llama el puro prestigio. y es en este
Fórmula n° 2
plano donde mi deseo se ve concernido. Para Lacan - porque Lacan es J(a) < ira): d( J.I
analista - el Otro está allí como inconciencia constituida en cuanto tal. El
Otro concierne a mi deseo en la medida de lo que le falta. Es en el plano de En el sentido lacaniano, o anaHtico. el deseo de deseo e.; el .de~ dd
lo que le falta sin que él lo J>epa donde estoy concernido del modo que más Otro de una forma mucho más abierta por principio a una medJ3CJon. Al
se impone. porque para mí no hay otra vía para encontrar lo que me falla
menos eso parece de entrada. .
en cuanto objeto de mi deseo. Por eso para mí no sólo no hay acceso a mi Vean que la fórmula que pongo en la pizarra \'3 bastante leJo~ en el sen-
de!lCO. s~ tam~ sustentación posible de mi deseo que tenga referencia tido de que contraría lo que pueden ~perar. En efe~to. h.e esento la rela:
a un objeto, cualquIera que sea. salvo acoplándolo, anudándolo con esto, '6 d Id del Otro dftX). con la Imagen soporte de este deseo. que D<
CI n e eseo , '. . b' üedad res-
el $. que expresa la necesaria dependencia del sujeto respecto al Otro en dudo en escribir i( aJ. precisamente porque ello m~u;;e un~ aro Ig :ular:
cuanto tal.
pecto a la notaCión i(m) con la que habitualmente deSIgno la IIllagen espec. .
E.....e Otro es. ~~ su~uesto. el que a lo largo de los años creo haberlos 1"' ... ~'
1 (JUdVla no
. 1 . puede pecular
sabemo~ cuándo. cÓmo Y por qu é este
ita) ser la una-
es
entrenado para disungUlrlo a cada mOmento del Olro. mi semeiante Es el "'"ro
gen especu lar• t ' - ' sl'n duda es

una imagen. No es a Imagen e<¡ . .
Otro como lu gar del' 'fi' J •
S1gnt Icante. E!\ mI semejante entre otros. pero sólo en
33
1,\7RODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

Jd orden de la imagen, es aquí el fantasma. No dudo. en esta ocasión, en


- LA ANGUSTIA. SIGNO DEL DESEO
I'\!'\:ubrirlo con la notación de la imagen especular. Digo, pues, que este
3
deseo es ~seo en tanto que su imagen-soporte es el equivalente del deseo
dd Otro. Por esta razón los dos puntos que estaban aquí se encuentran ahora
ahí. Este Otro está connotado ahí como A tachado porque es el Otro en el Antes de dejarlos hoy, quiero tan solo indicar algunas observaciones.
punto donde se caracteriza como falta. Co~o ustedes ven:.hay algo que aparece igual en la fórmula de Hegel y
Están las otras dos fórmulas. No hay más que dos. porque las que están en la mla. Por paradÓJICO que esto pueda parecer. el primer término es un
englobadas en un corchete no son sino dos formas de escribir la misma. en objeto a. Es un objeto a el que desea.
un sentido. luego en el sentido palindrómico. No sé si hoy voy a tener tiem- Si hay algo en común entre el concepto hegeliano del deseo y el que pro-
muevo aquí ante ustedes. es esto. En un momento que es precisamente el
po de llegar a su traducción.
punto de impacto inaceptable en el proceso de la Selbst-bewusstsein según
Hegel. el sujeto, siendo este objeto. queda irremediablemente marcado por
Fórmula n° 3 la finitud. Este objeto afectado por el deseo que les presento tiene cierta-
d(x): d(A) < x mente. a este respecto, algo en común con la teoría hegeliana. salvo que
nuestro nivel analítico no e:uge la transparencia del St'lbst-bewusstSf'ln. Es
Fórmula n04 una dificultad, sin duda. pero no es como para hacemos retroceder, ni para
introducimos en la lucha a muerte con el Otro.
d(O) < O: dUA.)
Debido a la existencia del inconsciente. nosotros podemos ser ese (lb-
d( a): O > d(o)
jeto afectado por el deseo. Incluso es en tanto que marcada de este modo
por la finitud que nuestra falta. la nuestra. como sujeto del inconsciente.
Sepan de5de ahora. sin embargo, que la primera está hecha para evi- puede ser deseo, deseo fmito. En apariencia es indefinido. porque la falta.
denciar que la angustia es lo que da la verdad de la fórmula hegeliana. al participar siempre de cierto vacfo. puede llenarse de distintas mane-
Ésta es, en efecto, parcial y falsa. incluso en falso. Ya les he indicado ras, aunque sepamos muy bien. porque somos analistas. que no la llena-
muchas veces la perversión resultante - y llega muy lejos, hasta el do- mos de cien maneras. Veremos por qué y cuáles son estas maneras.
minio político - de todo este punto de partida de la Fenomenología del Desde esta perspectiva. la dimensión clásica, moralista. no tanto teológi~a.
de la infinitud del deseo debe ciertamente ser reducida. En efecto. esta
Espíritu. demasiado centrado en lo imaginario. Queda muy bien decir
pseudo-infinitud no depende sino de una cosa, que ciena parte de la teoría
que la servidumbre del esclavo está preñada de todo el porvenir hasta el
del significante felizmente nos permite imaginar - no es otra ~ue. la ~I
saber absoluto, pero, políticamente. significa que hasta el fin de los
número entero. Esa falsa infinitud está ligada a la clase ~ meton~ta que.
tiempos el esclavo seguirá siendo esclavo. De vez en cuando es preciso con relación a la definición del número entero. se llama la recurreocta. E.~ I.a
decir inconveniencias. ley que acentuamos fuertemente el año pasado a propósito del ~no repetiti-
E~ Kierkegaard quien aporta la verdad de la fórmula hegeliana. La vo. Pero lo que nos demuestra nuestra experiencia - Yyo lo articularé para
próxIma vez comentaré. creo, lo que significa aquí la fórmula 3. ustedes en los diversos campos que se proponen. en particular y de forma dis-
La fórmul~ 4 - vaya, ahora que lo pienso. lo que se debe leer aquí no tintiva el neurótico, el perverso. también el psicótico - es que. e~ Uno al
es la. letra o. S100 cero - no es la verdad de Hegel. sino la verdad de la an- 'ltl'mo análisis la sucesión de los elementos slgruficantes
que se red uce en U '.
gustIa. ~e, por su parte, sólo se puede captar remitiéndose a la fómlUla 2, en tanto que distintos no agota la funCIón del Otro. .. .
que concIerne al deseo en tanto que psicoanalítico. E... lo que expreso aquí en la forma de estas dos. co~umnas. en las ,.uaJes
se puede escribir la oper,¡ción de la división. Al pnnclplo em:uenuan us~­
des A, el Otro originario como lugar del signi.flCantc. Y S. ~.' s~J~to lodavla
no-existente. que debe situarse como detenmnado por el sl~rullcante.

15
14
IJlrTRODUCClÓN ..\ LA E..\TRVcrVRA DE LA ANGUSTIA
- LA ANGUSTIA. SIGNO DEL DESEO

No crean que Hegel no advirtió esta consecuencia de su doctn' H


't . do . na. ay
un~ no.U a precIosa . n~ .mdica que es por ahí por donde habría podido
ha<;er pasar tod~ su dlalectlca. También dice que si no tomó esa vía es por_
que no le parecIó que fuese lo ba~tante seria. Cuánta razón tiene. E"peri-
menten esta fórmula, ya me darán noticias sobre su éxito
~ay, s.in embargo. otra fórmula que. si bien no demue~tra mejor su efi-
caCIa, qUIzás ~a tan solo porque no es articulable. Pero esto no significa
q.ue no est~ artl~ulada. Es Yo te deseo. aunque no lo sepa. Alli donde con-
sIgue. por martlculable que sea, hacerse oír, ésta, se lo aseguro. es irresisti-
Primer t'squema de la división ble.
¿y por qué? No voy a dejarlos con la adivinanza.
Supongamos que sea decible. ¿Qué es lo que con eUa digo? Le digo al
otro que, deseándolo, sin duda sin saberlo, siempre sin saberlo. lo tomo
Con respecto al Otro. el sujeto que depende de él se inscribe como un como el objeto para mí mismo desconocido de mi deseo. Es decir, en nues-
cociente. E.'itá marcado por el rasgo unario del significante en el campo del tra propia concepción del deseo, te identifico. a ti. a quien hablo. con el
Oro. No por eso. por así decir. deja al Otro hecho rodajas. Hay. en el sentido objeto que a ti mismo te falta. Tomando prestado este circuito obligado para
de la dhisión. un resto. un residuo. Ese resto. ese Otro último. ese irracional. alcanzar el objeto de mi deseo. realizo precisamente para el otro lo que él
esa prueba y única garantía. a fm de cuentas. de la alteridad del Otro. es el a. busca. Si, inocentemente o no. tomo este desvío. el otro en cuanto tal, aquí
Por eso los dos ténninos $ y a, el sujeto marcado por la barra del objeto - obsérvenlo - de mi amor. caerá forzosamente en mis redes.
sinificante y el a minúscula. objeto. residuo de la puesta en condición, si
Los dejo con esta receta y les digo hasta la próxima.
puedo exprcsanne así. del Otro. están del mismo lado. el lado objetivo de
la barra. Están ambos del lado del Otro. puesto que el fanta'ima. apoyo de 21 DE NOVIEMBRE DE 1962
mi deseo. está en su totalidad del lado del Otro. Lo que ahora está de mi
lado es lo que me constituye corno inconsciente, a saber. A. el Otro en la
medida en que yo no lo alcanzo. i'
i. Voy a llevarlos más lejos? No, porque me falta tiempo. Pero no quiero
dejarlos en un punto tan cerrado en cuanto a la secuencia dialéctica que aquí
se insertará.
¿~uál es el próximo paso que ésta requiere? Como verán. tendré que
e"phcarles lo que comprometo en el asunto. a saber. en la subsistencia del
f~..ma. Enseguida mostr.ué cuál es el sentido de lo que tendré que pro-
d~. re;ord~le!i algo que les será de cierta utilidad para lo que. por
OlO\, maS Ier. mteresa - no soy yo quien lo dice. es Freud _ a saber, la
experiencia del amor. •
El punto donde nos encontramos de la teoría del deseo en su relación con
el Ocro les apona a ustedes. en efecto. la clave de lo siguiente que contr.l-
ruunentc a la ~ . • •
. peranza que podría darles la perspectIva heoeliana. el modo
de la conqul!¡ta del otro
.' . no es aque I - dema..¡iado a menudoe-
adoptado. des-
pa.:iadamrme, por uno de k)!t partenaires - del Te amo. aunqllt' tú no quieras.
37
IJI

DEL COSMOS AL UNHEIMUCHKEIT

Lo especular}' el significante
Del mundo a la esceT/Q del mUlldo
HamJet )' la escena dentro de la esulfIl
Serenidad de L!vi-5trauss
CualquÚ!r cosa en el blanco di!! falo

Como us~edes verán. siempre me gusta aferrarme a algo de actualidad


en nuestro dIálogo.
En su~a. no hay sino lo que es actual. Por eso es tan difícil vivir en el
mundo. digamos. de la reflexión. Es que. en verdad. en él no ocurre gran
cosa.
~ veces ocurre. de este modo. que me tomo la molestia de ver si por
algun lado asoma algún pequeño signo de interrogación. Pocas veces ob-
teng~ mi recompensa. Por eso. cuando sucede que me plantean preguntas.
y senas. no pueden ustedes reprocharme que me aproveche.

Prosigo mi diálogo con la persona a quien ya he mencionado dos veces


en mis Seminarios anteriores.
A propósito de la fonna en que puntué la última vez la diferencia de
concepción que hay entre la articulación hegeliana del deseo Y la mía. me
apremian.
Me apremian para que diga más sobre todo aquello que se designa tex-
tualmente como una superación que debe realizarse en mi propio discurso.
Quisieran una articulación más precisa entre el estadio del espejo - es de-
cir. como lo expresa el discurso de Roma. la imagen especular - y el
significante. Parece que queda ahí algún hiato. no sin que mi interlocuror

39
1,\7RODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

$11!percate ,.le que el empleo de la palabm hiato. corte o escisión es aquí.


- DEL COSMOS AL UNHElMLlCHKEIT

qwzi." nada más y nada menos, la respuesta espe~ada. dispuestos a escuchar un discurso que entonces. era muy nuevo. gente SI- .
Baj\.' esta forma. sin embargo. la respuesta podna parecer que no es más tuada en lo que se llama políticamente la extrema iz.quierda. comunistas
que una dusión. o elisión. Por eso hoy tratare de responderle. para llamarlos ~r su nombre. dieron muestras de reacl:ionar en particular
en aquella ocasIón <~n-al'
Lo haré de tanto mejor gana. cuanto que en este punto nos encontramos ' .de un modo cuyo .' estilo debo .- . . que
ar con un lennmo
en la vía de lo que he de describirles este año. La angustia, en efecto. nos es de uso comente. aunque debenamos detenemos un instante antes de ade-
permitirá ,oIver a pasar por la articulación que así se me requiere. Digo vol- lantar su
. empleo.
. pues es un témuno . que ha acabado sl'endo muy Injusto
. .
"cr a pasar. porque quienes me han seguido durante estos últimos años. in- con qUienes lo Invocaban en el ongen. un ténnino que ha acabado tornan-
.:luso los que. sin hahcr sido muy punto asiduos. han leído lo que escribo, do un sentido despreciativo, pero que yo lo empleo en el sentido corté· _
el término farisaismo. s
\'a tienen elementos más que suficientes para llenar ese hiato y hacer fun-
En aquella ocasión. en el pequeño va~o de agua que es nuestro medio
~ionar ese corte como lo verán ustedes con lo que ahora empezaré recor-
psiquiátrico. el farisaísmo comunista cumplió plenamente la función de
dándoles. aquello a lo que lo hemos visto dedicarse. al men03 en nuestra genenlción,
No creo que nunca haya habido dos tiempos en lo que yo he enseñado, en la actualidad aquí en Francia. o sea, a asegurar la pennanencia de aque-
un tiempo centrado en el estadio del espejo y en lo imaginario y luego, más lla suma de hábitos. buenos o malos. en los que cierto orden establecido en-
tarde. en ese momento de nuestra historia que se sitúa con el discurso de cuentra su confort y su seguridad.
Roma - el descubrimiento que yo habría hecho, de golpe, del significante. En suma. no puedo sino dar tesúmonio de que es a esas reser\'a~ tan
Ruego a quienes se interesan en la cuestión que así me plantean que se re- especiales de los comunistas a lo que debo el haber comprendido entonces
mitan a un texto que ya no es de muy fácil acceso. ¡xro que se encuentra que mi discurso tardaría todavía mucho tiempo en hacerse entender. De ahí
en toda.., las buenas bibliotecas psiquiátricas. Dicho texto. publicado en el silencio en cuestión. y lo aplicado que: estuve consagrándome tan solo a
L 'Evollltíon psychiatriqlle y que se titula "Acerca de la causalidad psíqui- hacer penetrar dicho discurso en el medio que por su experiencia sería el
ca". es un discurso que nos hace remontarnos a 1946, si mal no recuerdo. más apto para entenderlo. a saber, el medio analítico. Les ahorro las aven-
justo después de la guerra. Lo que allí verán les demostrará que no es de turas de lo que vino después.
Pero si esto puede hacerles releer Acerca de la cal/salidad psiquica.
ahom que trenzo íntimamente el interjuego de los dos registros.
verán ustedes, sobre todo después de lo que hoy les habré dicho. que ya
Sí aquel texto fue seguido. digamos. de un largo silencio por mi parte. entonces existía la trama en la que se inscribe cada una de la\ dos pen,·
DO hay que sorprenderse demasiado. Luego hubo que recorrer un camino
pectivas que distingue no sin razón mi interlocutor. Esta~ perspecti\'as
para abrir cierto número de oídos a este discurso. No crean que en el mo- están indkadas aquí por estas dos línea~ coloreadas. la vertical en azul.
mento en que pronuncié estas palabras sobre la causalidad psíquica. resul- marcada con el signo I de lo imaginario. la hori7.0ntal en rojo. con la S de
tara tan fácil encontrar los oídos para escucharlas. Ya que fue en Bonneval lo simbólico.
donde fueron pronunciadas. y como una cita más reciente en este mismo La articulación del sujeto con el otro con minúscula y la articulación del
lugar pudo poner de manifiesto para algunos el camino recorrido, sepan sujeto con el Otro con mayúscula DO apuntan a separar. Habría ~ás de una
ustede!> que Ia.<¡ reacciones a aquellas primeras palabras fueron bastante fonna de recordárselo. pero se lo voy a recordar a ustedes vohlendo a pa-
chocantes. sar por cierto número de momentos que ya han sido señalados como esen-
El término que mejor la.>; caracterizaría es el de ambivalencia. término ciales en mi discurso.
púdico 'i que emplearnos en el medio analítico. pero sería decir poco. Dado Lo que ven ustedes aquí esbOlJldo en la pi7..aIrJ.. donde situ:wrnos los ele-
.. no es. !'IDO
.' un esque n'"....va publ.·cado en mI "ObservacIón
q~ me hu~an en este pumo, y me devuelven a esa época en la que cierto mentos en cuestJOn, .
numero de ustedes ya estaban lo suficientemente formados como para re- sobre el infonne de Daniel Lag3l.'hc". En eMe dibujo se articulan ~no.~ que
cordar\o.- momento de posguerra animado por no sé qué movimiento de tienen la más estrecha relación con nucstmtema. o sea. la funcIón de la de-
pen dene"la. Lo'~, r~lomo del tex.to de esa "Oberv3ción". pero tambIén del
renovacIón que de él se podía esperar - no puedo evitar recordar de pron-
to que aquello!\ que ~in lugar dudas. individualmente. no eran los menos
./J
INfRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE Ut. ANGU.STlA

di:.(UC'Sll anterior que desplegué aquí el segundo año de mi Seminario. 1'Obre


- DEL COSMOS AL UNHEIMLlCHKEIT

lo qU(' e-ntolll.'CS llamaba. respectivamente. yo ideal e Ideal del yo. desde la entrada en juego de la función del inconsciente a panlresue.
- diño
- -.A
Recordemos. pues. cómo la relación especular ocupa su lugar y de qué este té rmmo se mtr(l\Juce_como esencial. Pues bien . creo que se trata. en
modo dt>pt'nde del hecho de que el sujeto se constituye en el lugar del Otro efec~o. de un m(Kio constlluyente de lo que es, digamos. nuestra razón,
\' su marca se constituye en la relación con el significante. En cuanto a esta razón. huscaremos e! camino para dir.cernir sus estruc-
• En la pequeña imagen ejemplar. de donde parte la demostración del turas. Diré que el primer tiempo es - hay el mundo. Lo digo sin má~. para
estadio del espejo. aquel momento de júbilo cn que el niño. captándose en hacerles entender lo que tengo que decirles. pero será preciso volver a este
punto. porque todavía no sabemos qué significa_
la experiencia inaugural del reconocimiento en el espejo, se asume como
Este mundo tal como es. he aquí lo que concierne a la razón ana1itica.
totalidad que funciona en cuanto tal en su imagen especular. ¿acaso no he
aquella a la que e! discurso de Claude Lévi-Strau~s tiende a otorgar la pri-
recordado siempre el movimiento que hace el niño? Este movimiento es tan
macía. Con esta primacía. le concede también una homogeneidad a fin de
ñttuente. yo diría constante. que cada cual puede recordarlo. A saber. se cuentas singular. que es ciertamente lo que choca y preocupa a los más lú-
vuelve hacia quien lo sostiene. que se encuentra ahí detrás. Si nos esforza- cidos de entre ustedes. Estos no pueden dejar de discernir lo que ello com-
mos por asumir el contenido de la experiencia del niño y por reconstruir el porta de retomo a lo que se podría llamar un materialismo primario, en la
sentido de ese momento. diremos que. con ese movimiento de mutación de medida en que. en el límite de este discurso, el juego de la estrul1unl. el de
la cabeza que se vuelve hacia el adulto como para apelar a su asentimiento la combinatoria tan poderosamente articulada por el discurso de Claude
y luego de nuevo hacia la imagen. parece pedir a quien lo sostiene - y que Lévi-Strauss, no haría otra cosa más que coincidir con la esrructura misma
representa aquí al Otro con mayúscula - que ratifique el valor de esta del cerebro. por ejemplo, incluso con la de la materia. representando. de
lInagen. acuerdo con la forma llamada materialista de! siglo XVIlI. tan solo su du-
No hay aquí. desde luego, sino un índice. teniendo en cuenta el vínculo plicado. ni siquiera su doble. Sé muy bien que esto es sólo una perspe':ú\'a
inaugural entre la relación con el Otro y el advenimiento de la función de llevada al límite, pero es válido captarla puesto que está expre~amente
la imagen especular. indicada aquí como ira). articulada.
Ahora bien. la dimensión de la escena. en su división respecto del lu-
¿Pero tenemos que limitarnos a esto?
gar. mundano o no, cósmico o no, donde se encuentra el espectador. está
Si le pedí a mi interlocutor un trabajo. fue por las dudas que lo asalta-
ahí ciertamente para ilustrar ante nuestros ojos la distinción radical entre
ban a propósito de lo que planteó Claude Lévi-Strauss en su libro que mar- el mundo y aquel lugar donde las cosas, aun la.~ cosa.~ del mundo. acuden a
ca la actualidad, El pensamiento salvaje, a propósito del cual verán uste- decirse. Todas las cosas del mundo entran en escena de acuerdo con las le-
des su estrecha relación con lo que tenemos que decir este año. yes del significante. leyes que no podemos de ningún modo considerar en
Si. en efecto, tenemos que abordar lo que está en juego en dicha obra. principio homogéneas a las del mundo. .
es para l>eñalar la clase de progreso que constituye el uso de la razón Es demasiado evidente que la existencia del diSCurso. donde e.~~am~.
~coanalítica. en la medida en que ésta responde a la hiancia ante la cual -
como !iu)etos. - 1-leados. es muy anlen'or al ad'·-eru·miento
Imp • de la .CienCia.
más de uno entre ustedes permanece por ahora detenido. la misma que Por admirablemente insrructivo que sea el esfuerzo de Claude-LtVl StraUSS
aaude Lévi-Strauf>s indica a lo largo de su desarrollo mediante la oposi- por homogeneizar el discurso que él llama de la magia con el diSCurso de
ción entre lo que llama razón analítica y la razón dialéctica. la ciencia. ru- por un .mstante podría dar Iu..aar a la ilusión de creer
. que no
hay ahí una diferenCia.. mcluso
. un corte - yen.seguida de:;tal.:are
_ lo que te-
_ En referencia a esta oposición. quisiera aportarles la siguiente observa-
.
nemos que decir al respecto. El estucíLO en cues úón es, a deCir verdad. ma-
ción a título de introducción al camino que debo hacer hoy.
Recuerden lo que extraje de aquel trabajo inaugural en el pensamiento ravilloso por su sesgo desesperado. I ha
- la escena a a que -
de ~reud que comtituye ÚJ illterpreladón de los sueños. cuando destaqué Así primer tiempo. el mundo. Segundo uempo. __
lo 51gulcnte, que Freud introduce allí de enlrdda el inconsciente como un cemos •que suba este mundo. La e~ena-•
e.s la dimensión de la hlstona.
lugar que llama eine anderer SchauplalZ. otra escena. Desde un principio.
43
I,\TRODL'CCIÓN A L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA
- DEL COSMOS AL UNHEIMUCHKElT
La historia tiene siempre un carácter de puesta en escena. Claude Lévi-
StrJUSS I~) muestra perfectamente. en especial en el capítulo donde le res-
2
ponde a kan-Paul Sartre. y donde .:rit~~a el últin~o ~esarroIIo PO: él insti-
tuido para lIc\'ar a cabo aquella operaclOn que la ultima vez Hame volver a
Ya que hablamos de la escena. sabemos qué función desempeña el tea-
poner a la historiü sobre sus parihuelas. Lévi-Strauss recuerda que el jue-
tro en el funcionamiento de los mitos que nos han dado. a nosotros.
go histórico tiene un alcance limitado. que el tiempo de la historia se dis-
analistas. materia para pensar.
tinl!Uc! del tiempo cósmico. y que las propia:> fechas adquieren de golpe en
Los conduciré de nuevo a Hamlet. y a un punto crucial que ya ha les ha
la dimensión de la historia otro valor. llámense 2 de diciembre o 18 planteado preguntas a numerosos autores. OUo Rank, en particular. escri-
brumarío. No se trata del mismo calendario que aquel cuyas páginas arran- bió a este respecto un artículo en todo punto admirable en vista del momen-
can ustedes todos los días. Lo demuestra el hecho de que esas fechas tie- to precoz en que fue escrito. y particulannente por cómo llama la atención
nen para ustedes otro sentido. Pueden ser evocadas nuevamente en cual- sobre la función de la escena dentro de la escena.
quier otro día del calendario para significar que ellas le aportan su marca. En Hmlllet. ¿qué ~s lo que Hamlet. el personaje de la escena. hace sur-
su característica. su estilo de diferencia o de repetición. gir en la escena con los comediantes? Es. sin duda. la mouse-trap. la rato-
Un ~'ez que la escena prevalece, lo que ocurre es que el mundo entero nera con la que. nos dice. atrapará la conciencia del rey. Pero además ahí
se sube a ella. y que con Descartes se puede decir Sobre la escena de/mun- pasan cosas bien extrañas. y en particular la siguiente. que en la época en
do. yo O\'an;:o, como él hace. larmtlls, el/mascarado. que les hablé tan extensamente de Hamlet no había querido introducirles.
A partir de ahí. se puede plantear la cuestión de saber lo que el mundo, porque nos hubiera orientado hacia una literatura que es. en el fondo. más
lo que hemos llamado el mundo al comienzo. de forma del lodo inocente, hamlética que psicoanalítica, y ustedes saben que de ésa hay como pard em-
le debe a lo que le viene de vuelta de dicha escena. Todo lo que hemos lla- papelar estas paredes.
mado el mundo a lo largo de la historia deja residuos superpuestos, que se Cuando se imita la escena a modo de prólogo. antes de que los actores
acumulan sin preocuparse en absoluto por las contradicciones. Aquello que empiecen sus discursos. ello no parece alterar mucho al rey. aun cuando en
la cultura nos vehicula como el mundo es un amontonamiento. un depósi- su presencia se hace la pantomima de los presuntos gestos de su cnmen,
to de restos de mundos que se han ido sucediendo y que no por ser incom- Por el contrario. si hay algo bicn extraño es el verdadero desbordarruen~o.
patibles dejan de hacer buenas migas. demasiado. en el interior de cada uno la crisis de agitación que se apodera de Hamlet a partir del mome,nlo cruCial
de nosotros. en que aparece en escena el personaje llamado Lueianus. o Luclano. y lle-
va a cabo su crimen. tanto contra el personaje que representa al rey -, rey
. El campo particular de nuestra experiencia nos permite medir cuánto se
Impone esta estructura. Nosotros conocemo!> su profundidad. especialmen-
de comedia. aunque en su discurso se haya afinnado como el y de L'lerla :e
dimensión _ como contra el personaje que representa a su con yu8 e.
te en la expenencia del neurótico obsesivo. a propósito del cual el propio d
Todos los autores que se han deteru'do en es'ta e,seena han observa o que
Fre~ ~e lIempo observó hasta qué punto esos modos cósmicos podían uien se traUtba de atrapar.
la vestimenta del tal Luciano no era Ia de1rey a q " _
~x.lst\r c:n él de un modo que no plantea aparentemente la menor obje- . 1 P Ira ~ se \Odlea que este per
sino exactamente la del propio Ham el. or o p . _
CIón., manIfestando al mismo tiempo la más perfecta heterogeneidad desde No está pues con él en una re
sonaje no es el hernIano del rey de comedia . . _,' do el
el pnmer ex.amen: ~n suma. ya que hemos hecho referencia a la escena. no . . I d - qUIen una vez rC<üIW
lación homóloga a la relaCión de usurpa or , I adre de
hay n~ ~ leglUmo que el cuestionamiento de lo que es el mundo de lo . d I 'na Geruudls - con e p
cósmICo en lo real Aquello co 1 , . crimen. se encuentra en posesIón e a rel di' ' •'ón homóloga a la
. .' n () que creemos enfrentarnos en cuanto Hamlet. Luciano e~ el sobrino del rey de come a, poSI!:1
mundo. ,,00 son SImplemente restos acumulados, provenientes de la esce-
na cuando 'le encontraba, por así decir. de gira?
del propio Hanlkl respeclo al usurpador. pu. s a fin de cuentas.
lar en la escena es ....
E.~te breve repaso no . t od .' Lo que Hamlet hace represen , . '6 c.'te rvocwnaje. cuyo de-
en 'ue~U n ¡.;..~ ,.._. ,
- I iiaI¿.' . s 10 r UClrá ahora a un tercer tiempo. que ya anta-
no ~ o;e " 10m que enloncel> tU\"lera e l'tIempo suficiente para destacarlo. él mismo lIevan~o a cabo e1 ~~men, t; ad
del·ght'SI. dd fantasm¡l de su
seo no puede alllmarse a reahz.ar la \olunl

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44
J.\7RODUCCIOS :\ L-\ ESTRUCTURA DE L4 ANGUSTIA

~ - por la.<¡ rUllIk"!' qu~ lrd.té de articular ante us~edes - . intenta dar
- DEL COSMOS AL UNHEIMLlCHKEIT

,,~rpo a algo. que pa.-.a Pl1r su Imagen especular. su Imagen puesta en la a la clase de gloria simple que merece, simplemente. por haber estado
S.llw.óún. no de llevar a ~abo su venganlél. sino de asumir, en primer lugar, vivo entre nosotroS. La identificación con el objeto del duelo. Freud la
designó en sus formas negativas. pero no oh'idemos que también tiene su
d crink"n que ~ tratará de vengar.
fase positiva.
Ahora bien. ¿qué es lo que vemos? Que es insuficiente. Por mucho que
La entrada en Hamlet de lo que llamé el furor del alma femenina es lo
HamIet caiga preso. tras esta especie de efecto de linterna mágica. de lo que
que le da la fuerza para convertirse en aquel sonámbulo que todo lo acep-
verdaderamente se puede caliticar - en razón de sus palabras. de su esti-
ta. hasta -lo he indicado suficientemente - ser en el combate quien jue-
lo. incluso de la forma ordinaria en que los actores animan este momento ga la partida de su enemigo. el propio rey. contra su imagen especular.
- de una \'erdadera pequeña crisis de agitaci6n maniaca. cuando. un ins- Laertes. A partir de ese momento. las cosa'i se arreglarán por sí solas. sin
tante después. se encuentr.¡ con que tiene a su enemigo a su alcance. sólo que en definitiva él haga nada más que lo que no se debe hacer. hasta que
sabe artÍl'ular lo que cualquier oyente puede percibir como una escapada. hace lo que a él le toca hacer. A saber. será herido de muerte antes de malar
Se e~onde tras un pretexto. a saber. que atraPl) a su enemigo en un mo- al rey.
mento demasiado santo - el rey está rezando - como para decidirse. gol- Aquí podemos medir la distancia que hay entre dos dao;es de identiti-
peándolo en ese instante. a hacerlo acceder directamente al cielo. caciones imaginarias. Está la identiticación con ira). la imagen especular
No me entretendré en tmducir todo lo que esto significa. porque nece- tal como la encontramos en la escena dentro de la escena. y está la identi-
~ito ir más lejos. Aparte de ese eco. les había mostrado todo el alcance de ficación más misteriosa. cuyo enigma empieza a desarrollarse aquí, con el
una identificación de Hamlet cuya naturaleza es c:ompletunente distinta. Es objeto del deseo en cuanto tal, a. designado en cuanto tal en la articu!;lción
lo que llamé la identificación con Ofeha. En efecto. en el segundo momento shakespeariana sin la menor ambigüedad. pues es en tanto objeto del de-
HamJet es arrebatado por el alma furiosa que. como podemos inferir legí- seo como Hamlet ha sido ignorado hasta un determinado momento. Y es
timamente. es la de la víctima. la suicidada. manifiestamente ofrecida en reintegrado a la escena por la vía de la identiiicación. _ .
sacrificio a los manes de su padre. pues ella si cede y sucumbe es a conse- En la medida en que. en cuanto objeto, acaba desapareCiendo. se I~PO­
cuencia del asesinato de su padre. ne la dimensión retroactiva que es la del imperfecto, con la fonna ambigua
en que éste se emplea en francés y que le da su fuerza a la ~anera .en que
Esto remite a las creencias de siempre sobre las consecuencias de cier-
repito ante ustedes aquel Él no sabía. Esto significa al mismo /lempo.
to~ modos de fallecimiento. cuando las ceremonias funerarias no pueden
Ue"arse a cabo plenamente. La venganza que clama Ofelia cuando se re-
En el último .momento. no ha bro- sa" I'do. y Un poco más t iba a. saber. .
No sin razón désir. en francé.s. viene de desitlerium. Hay re~onoCI~~cntol
\'~Ia lo ~ue fue para él su padre. ese objeto ignorado. desconocido. no ha f Por esta \"la se sJlua e
Sido .~fech'a en IO m ... /..c; nummo.
,. "vemos cómo en ese punto interviene aJ retroactivo del objeto que se encontra b a a h . . d
. 1 tremo de su deSUDO, e su
retorno de Hamlet. lo que consutuye e punto ex. . ' ión bamJética.
desnudo ~uella identificación con el objeto que Freud nos designa como
el mecanIsmO fundamenta! de Ia f uncton .. del duelo. Es la definición impla- función de Harnlet. si puedo expresarme a~r. ~ su cul,:: la escena den-
, Aquí es donde lo que he llamado cltercer ltempo, .. 'ó
(.;able que Freud supo dar del. d i'
ue o. esa especie de reverso que señaló en el . d' . ir nuestra mtcrroeact n.
Uamo comagroido a! d'fu lo .. . tro de la escena. nos muestra dónde (.;onVlene mg ho' po- por.
1 n . ese londo de reproches que supone el hecho d . d sde hace muc tJem •
.
de que. de la realidad de aquel a ' h' . Esta interrogación - lo saben uste es e~últi les ángulos _ ~:oncier-
dar la pena que dejó. qUIen se a perdido. sólo se qUiera recor- q es la misma que renuevo siempre desde
ue P nos dice
. b' t deldcseo. Todocuanw
Qué crueldad tan chocante y d . ne al estatuto del objeto en tanto qu~ o ~e o de la magía y del mito tiene ~u
timidad de aqu 11 _~... • muy a ecuada para recordamos la leg¡- Claude Lévi-Str.luSS acerca de la tunclón de 1 relación con ese obje-
e os "",uOS de cel b ' ó .
pr;i(;ucar. C()le<;tivas tod" . . e racl. n más pnmitivos que algunas valor. a condición de que sepamos que se lrIIEtu ~t .. tuto lo admilO. toda·
· dd deseo sIC es .. •
que el difunhJ haya e . a~~a ~"enen Vivas. ¿Por qué no regocijarse de b
to 'Iue tiene el estatuto de o 1 eto .' . trllta de 1!.1ccr avanZ3I
..... ~_ ,X1SU U. A no!>()tros nos parece que los campesinos
.
vía no está establecido. . ~"'ente lo .que se
y es Cien... "
•" ..~ con !iw. banquetes una i · .b . . de 1a anousua.
hdad hacen algo muy d" nsen~l IlIdad perjudicial. cuando en rea- este año por la vía del lIbord8Je e
ISllOtO. celebran el advenimiento de aquel que fue
47
46
INTRODUCCIÓN A U ESTRUCTURA DE U ANGUSTIA DEL COSMOS AL UNHEIMLlCHKEIT
--~--
Con\'iene. con todo. no confundir este objeto del deseo con el objeto
~finido por la epistemología, El advenimiento del objeto de nuestra cien. 180"
cia está muy específicamente definido por cierto descubrimiento de la efi. E.<tpejo
cacia ~ la operación significante en cuanto tal. Esto significa que lo pro-
A
pio ~ nuestra ciencia. digo de la ciencia que existe ~esde hace dos siglos
entre nosotros, deja abierta la pregunta por lo que acabo de llamar lo cós.
mico del objeto, No es seguro que haya un cosmos, porque nuestra ciencia
a\'anza en la medida, precisamente. en que ha renunciado a preservar toda
presuposición cósmica O cosmicizante,
Este punto de referencia sigue siendo, sin embargo. tan esencial. que no
puede dejar de sorprendemos que al restituir en El pensamiento salvaje, de ¡'(a) - 180°
una forma moderna, la permanencia. la perpetuidad. la eternidad de lo cós- • 1

mico de la re<llidad del objeto. Claude Lévi-Strauss no aporte a todo el mun-


do la seguridad. la serenidad. el apaciguamiento epicúreo que debería re·
sultar, La cuestión entonces es saber si son únicamente los psicoanalistas Esquema completo
quienes no están contentos. o si es todo el mundo, Ahora bien. yo presu-
mo, aunque todavía no tengo pruebas, que debe de ser todo el mundo, Se
trata de dar razón de ello, s ti A (. <pI

¿Por qué no se pone uno contento al ver de pronto el totemismo vacia-


do de su contenido, que llamaría. para hacerme entender, pasional? ¿Por ;(0) ~(n ....... . . . . . .(J ¡'(a)

qué no no pone contentos desde la era neolítica - porque no podemos


remontarnos más lejos - el mundo esté tan en orden que todo lo que hay
en la superficie de ese orden sean ondas insignificantes? En otros términos, (. <p)
¿por qué queremos preservar tanto la dimensión de la angustia? Tiene que
haber una buena razón para ello,
Esquema simplificcldo
Entre el retomo a un cosrnismo tranquilizador y el mantenimiento de un
patetismo hi,stórico que ya no tenemos muy en cuenta, aunque conserve
toda su fune,lón, hay un s~ndero. una vía de paso, Hay que abrirla, precisa- de . ~ 'nano wbre el deliCO, a saber. que
mente. mediante el estudio de la función de la angustia, siguiente, que destaqué al final IDJ mi "uada en el inlcriÓ!' de la dia·
la función del invesúmiento especular está sU .
léctica del narcisismo tal como Freud la introduJO, , fu~U11 dt
. pecular e.~ un tiempo .
El investirniento de la Imagen e~ l' mecfda en que llene un Iínu-
3 la relación imaginaria.. Es fu~~enl~ en aria j~en especular, Ha)' un
le. No lodo el invesunuenlo hbídlOal pasa po, • dicOO rcstu es el
·do b 'ales C()ffi:cblr por que ,
resto, Espero haber consegw a, lornarlo la pró~lma vez.
He aquí por qué me veo 11 ado , . ~
En ~SIC punlO voy •",,,Iido I pn' .
eje en toda esta dlalécoca. hac~. cuál es e
menle la re'.,h'lón I ev a recordarles cómo se anuda precisa- , de I basta ahora he: r--
El ..... especu
' ar COn la rel ael'6n con el Otro con mayuscula,
' para mostrarles, ma~ . ~ que ·dad del faJo.
aparato que urdl en el arti I al vilegio de esta funCión baJo la modali
que no vO)' a reproduc· I ¡ cu o que les pedí que se remitieran, ya
tr o aqu por enlero, está destinado a recordamos lo 49

4X
/Y/Rood t}()R A C\ f8/kUi ) l/kA bE LA ANGUSTiA

E~to signitica que, en todo lo que es localización imaginaria, el falo


- DEL COSMOS AL UNHEIMLICHKEIT

I't\.'t'ra entooces bajo la fOffila de una falta. En la medida en que se re~~a.­ del sujeto, con la sola condición de que lo limitemos al hecho de que ha-
JqUI. en ifol. lo que llamé la imagen real. imagen del cuerpo que funci Iza bla. En cuanto empieza a hablar. el rasgo unario entra en juego. El hecho
. '" . ona
en lo matenal del sUjeto como propiamente Imagmarla. osea libidinalizada de poder decir 1 y I Y 1 más. y I más. constiluye la identificación prima-
el jalo 3pare~-e en menos. como un blanco. A pesar de que el falo es sin dUd~ ria. Siempre se tiene que partir de un l. Como lo ilustra el esquema del ar-
llil3 reserva operJtoria, no sólo no está representado en el plano de lo ima- tículo en ~uestión. es a partir de ahí que se inscribe la posibilidad del reco-
ginario, sino que está circllilscrito y, por decirlo como corresponde, cona- nocimiento en cuanto tal de la unidad llamada i(a).
do de la imagen especular. Este j(a) está dado en la experiencia especular, pero. tal como les he di-
cho. ésta es autenliticada por el Otro. Sin volver a darles todos los elemen-
Para añadir un eslabón a esta dialéctica, el año pasado traté de anicular
tos de la pequeña experiencia de física recreativa que me sirvió para ilus-
esto en tomo a una figura tomada del dominio ambiguo de la topología. que
trárselo. les diré que, en el plano de i'(a), que es la imagen virtual de una
reduce al extremo los datos de lo imaginario, y que opera en una especie
imagen real. no aparece nada. He escrito arriba (-\p), porque tendremos que
de trans-espacio, del que todo hace pensar a fin de cuentas que está hecho llevarlo hasta ahí la próxima vez. Este menos-phi no es más visible, más
de la pura articulación significante, al tiempo que deja a nuestro alcance al- sensible, más presentilicable allí que aquí, bajo ;(a), porque no ha entrado
gunos elementos intuitivos, como, por ejemplo. los que soporta la imagen
en lo imaginario.
estrafalaria y sin embargo bien expresiva del cmss-cap. El destino inicial. el tiempo inaugural del deseo. que tendrán ustedes que
Manipulé ante ustedes esta superficie durante más de un mes para ha- esperar a que se lo articule la próxima vez. re!>ide en la relación que 1«:.\ plan-
cerles concebir de qué modo puede el corte instituir allí dos piezas diferen- teé como la correspondiente al fantasma. ($ O a), que se lee - S tachada.
t~. una que puede tener una imagen especular, y otra que. literalmente, no losange, con su sentido que pronto sabremos leer de otro n~, a mínúscula.
la tiene. Se trataba de la relación entre menos phi y la constitución del a Si el sujeto pudiera estar realmente. y no por ¡ntennedlo del Otro. en el
~nú.scula Por un lado. la reserva inasible imaginaciamcme, aunque esté lugar designado 1, tendría relación con lo que se trata d.e atrapar en el cue-
hgada a un órgano - gracias a Dios, perfectanlente asible todavía. ese ins- llo de la imagen especular original. i(a), a saber. el, objeto de ~1l d~seo. a.
trumento que de todas formas. de vez en cuando. deberá entrar en acción Estos dos pilares. i(a) y a, son el soporte de la función del deseo. SI el de-
. . .. . d h bre es en la medl-
paca la. satisfacción del deseo, el falo, Por otra parte. el a. que es ese resto. seo existe y sostiene al hombre en sU eXistencia e om ' , '
ese reSiduo. ese objeto cuyo estatuto escapa al estatuto del obieto derivado da en que la relación ($ Oa) es accesl.ble med'lan t e algún rodeo '.en que L ler-
dela' . 'ó' . aria que constlluve el fan-
J
Imagen especular. es decIr, a las leyes de la estética trascendental. Su tos artilicios nos dan acceso a la re laCI n Imagm ~. J
'bl d moJo efeclJvo Lo que e
estatuto es tan difícil de articular que se constituyó en la puerta de entrada tasma, Pero esto no es en absoluto pOSI e ~ un ' a l ' '(a)' de lo que
á e la Imagen \'u1u ,r ,
de todas las confusiones en la teoría analítica, hombre tiene frente a él nunca es m s qu _-' c-Ia ilusión del
. '( ) De esto que pruuu .. .
Cuando Fr~ud habla del objeto a propósito de la angustia se trata siem- yo representaba en mI esquema con 1 a . ~ I ~ nna de una imagen
: : de este objeto a, cuya'i características constituyentes tan solo hemos es- espejo esférico a la izquierda ~n estado de ~ ~~: ¿n.:ha, ~in nada en el
~Y que estamos poniendo en el centro de la actualidad. La ambigiie- real. el hombre sólo tiene la Imagen VlrtU , J f ta 'ma. no es visible c!n
d I deseo en e an s
dad 'e debe a que no podemo" . . cuello del Horero. El a. soporte e , d ' d seo

do
.
o'
S s100 Imag1Oarlo en el registro especular. Se
trata precisamente de instituir a ' '. . . .
qUJ otro modo de Imag10anzaclón SI pue- En otro lugar. más acá de eSUllma!! . '
1:
lo que constituye para el hombre la Irn~~e~ :u~er~, está la presencia
e"" el iniriu'" del de-
expresarme asl, en el que se defi b' ' 'Ista pero qu .. "
hacer' --,_. ma este o ~eto, Es lo que llegaremos a del a, demasiado cercana a él pata ser , .'. Pero cuanto más se acerca
~I u!-t~s llenen la bondad de se . .
En este artfculo d I 1 ,gulrme, es deCIr, paso a paso. seo. De ahí ex trae la imagen i"f a) su prestigio. e .,' el obil!tO de su de-
ra" De un S I ' . e que es hablo. ¿de dónde hada yo partir la diaIécti- o lo que cree qu .. ~
•• ' J

- , • e sUjeto como posibl 1 ' el hombre t'uanto ma~ ro<ka. acaflCla 'ad "'000 lo que 1\aI..-.e por
• . ,Ira. extra,"1 o. l' ,,,_
hablar de él ~i '>e habI , e . e sUJeto, porque por fuerza hay que seo de hecho más alejado se encuen· lo que en el objeto uo;
a. y cuyo modelo nos lo aporta la concepción clásica • da cada vez más cuerpo 3 '...... 'uantll
esta vía para aarcarse. 1 C.. ~n!O ma!> !o,-:e Y<:
·
dicho deseo, representa la Irnag
en esnI"CU
. r-
aro ......
r""l).l <ll!rllf~ tanll) cortado como
\eparado IN. delT.1
51
50
l\7RODVCCIÓN ti LA ESTRUCTURA DE LA. ANGUSTIA

mas quiere. en el objeto de s~ deseo. pres,er\'ar. mantener, pro~eger el lado


-
mtal:1O de ese florero primordial que es la imagen especular. mas se adentra IV
ffi aquella vía que a menudo se llama impropiamente la vía de la perfec-
Ción de la reladón de objeto. y más engañado está, MÁS ALLÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACiÓN
He aquí que estamos en posición de ,responder ahora a la pregunta
- ¿cuándo surge la angustia? La angustia surge cuando un mecanismo
b:k,'C' apara:er algo en e/lugar que llamaré. para hacerme entender, natural,
a saber. el lugar (-IP), que corresponde, en el lado derecho. al lugar que OCu-
pa. en el lado izquierdo. el a del objeto del deseo. Digo alifO - entiendan El objeto m fonna de pie:.a separada
cualquier cosa. El objeto lroffmanUmo
Desde ahora hasta la próxima vez. les ruego que se tomen la molestia El ohjeto a postizo
de releer. con esta introducción que les hago, el artículo de Freud sobre lo El objero-demanda
El objeto que no falta
UnMimlichkeil. Es un articulo que nunca he oído comentar. y a propósito
del cual nadie parece haberse percatado siquiera de que es el eslabón in-
dispensable para abordar la cuestión de la angustia, Así como abordé el in-
Vuelvo a ponerles pues en la pizarra el esquema con el que me interné
consciente mediante el Wirz, abordaré este año la angustia mediante lo
con ustedes la última vez en la articulación de lo que es nuestro tema.
UnMimJichkei"
Mediante la angustia. mediante su fenómeno. pero también mediante ~I
Lo unheimlich es lo que surge en el lugar donde debería estar el menos-
lugar que les enseñaré a designar como ~ro~io de e~l~ se trata de profundI-
phi. De donde todo parte. en efecto. es de la ca<;tración imaginaria, porque
zar en la función del objeto en la expenencla analltu.:a,
DO hay imagen de la falta y con razón. Cuando algo surge ahí. lo que ocu-
Brevemente. quiero señalarles que pronto aparecerá el ~exto que me he
rre. si puedo expresanne así. es que la falta viene a faltar, tomado la molestia de redactar de una comunicación que hIce hace, má.~ de
Esto podrá parecerles una agudeza. un concetto, muy propio de mi esti- dos años, el 21 de septiembre de 1960. en una reunión ~egehana, en
lo. del que todo el mundo sabe que gongoriza, Pues bien. me importa un Royaumont. El tema que elegí tratar era el sigu~ente: Sub\l~rs/,ón ~d :j~:~~
bledo. Tan solo les haré observar que pueden producirse muchas cosas que v dialéctica del deseo en el inconsciente frelldUlno, Se lo mdlco, q ~
van ~ la direcdón de la anomalía. y que no es esto lo que nos angustia, . a están familiarizados con mI, ensenanza.
- porque allf encontraran. me , '6 pa
Y
Pero Si de pronto falta toda nonna, o sea, lo que constituye a la anomalía , l t te a los tiempos de (,,'onstrul:C1 n Y
rece. la mayor satisfaCCión en o re eren 11 d el grafo Este le~lo
como aquello que es la falta si de pronto eso no falta. en ese momento es • , 1 tr todos hemos ama o ",
el funclonarruento de o que en e 'rá b" las (I!raS inler\'enClO-
cuando empieza la angustia. Traten de aplicar esto a muchas cosa<;, inclul lam len C tro en el 173 dc'1
verá pues la luz en un volumen. que,
, aJí ' publicado por un en •
Los autori ' nes, no todas ellas pSlcoan !.Jcas. d ditar todos los U".lbajos de
, ' 20 ya mismo a retomar la lectura de lo que dice Freud en su Boulevard Saínt Germain, que se encarga e e
ultuno gran artículo sobre la angustia. Inhibióón. síntO"Ul y an!(usria, La
cla"e que les entre l ' :....< Royaumont. I medida en que subversión del
, ' g~ es perrrutu d ver el verdadero sentido que hay que dar. , ' h
SI este anuncIo es oy o portuno • es en fua 'ó del obíeto en la que .....
_1.
0-
baJo su pluma, al lennino pérdida del objeto, sUJ' eto y dialéctica del deseo enm arcan la nCI nt J

En er.t.e punto lo retomaré 1 ó' á ' profundamen e, ,


daden· a pr xuna vez. cuando espero poder darle su ra tendremos que adentramos m s , nes vienen aquí como nOVI-
ver ) !oenudo a nuestra investigación de este año. No creo que encuentre en absoluto en, q~I,e ~ eOIl 13 que fue acogido
cíos la reacción - debo deClr '1o. muJv anupaUcad DUe\'O en cue~1J'6 n muy
, , 'h para poner e '. 1
28 DE NOVIF.MBRF. DI: 1962 en Royaumont este trabaJO. hec ~ d 1 blieto del deseo en part!t;U ar,
profundamente la funclon '. de l ob'clO
J' e o J

53
52
/;\TRODUCC/{)N .-\ L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

P:Ira mi St~ esta reacción pnwino de filósofos a quienes creía más h _


- MÁS AUÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN

c~ a k\ inhabitual. Su impresión. que no puedo calificar de otro modo e En este lugar. ¡'(a). en el Otro. en el lugar del Otro, se perfila una ima-
. 1 hi . f 1 d . d
L"OOl4..' eUos mismos O Cleron. ue a e una especIe e pesadilla. inc)u
que gen tan solo reflejada de nosotros mismos. Está autentificada por el Olro.
de una elucubración cargada de de cierto diabolismo. Sin embargo. todo ~ pero es ya problemática. incluso falaz.
la .:-xpcriencia que llamare moderna - con las modificaciones profundas Esta imagen se caracteriza por una falta - o sea. lo que en ella se evo-
q~ conllc\'a en la aprehensión del objeto eso que no soy el primero en ca.
ca no puede aparecer ahí. Dicha imagen orienta y polariza el deseo. tiene
para él una función de captación. En ella el deseo está, no sólo velado. sino
lificar.:omo la era de la técnica - ¿no debería acaso sugerir la idea de que
puesto esencialmente en relación con una ausencia.
un discurso sobre el objeto debe pasar obligatoriamente por relaciones com- Esta ausencia es también la posibilidad de una aparición regida por una
plejas. que sólo nos permiten el acceso a través de profundos zigzags? presencia que está en otra parte. Tal presencia la gobierna de cerca. pero lo
Tomemos por ejemplo ese módulo de objeto que se llama la pieza se. hace desde donde es inaprensible para el sujeto. Como les indiqué. la presen-
parada. tan característico de lo que nos aporta la ex.periencia, la experien- cia en cuestión es la del a. el objeto en la función que cumple en el fantasma.
cia más externa, no la analítica. ¿No es acaso algo que merece nuestra En este lugar de la falta en el que algo puede aparecer. puse la última
atención. algo que aporta una dimensión nueva a toda interrogación vez. y entre paréntesis. el signo (-q¡). Les indica a ustedes que aquí se per-
noética sobre nuestra relación con el objeto? Ya que. al fin y al cabo, ¿qué fila una relación con la reserva libidinal. o sea, con algo que no se proyec-
es una pieza separada? ¿Cuál es su subsistencia fuera de su empleo even- ta, no se inviste en el plano de la imagen especular - es irreductible a ella,
~ en relación con cierto modelo? Éste puede estar hoy en función. pero por la razón de que permanece profundamente investido en el propio cuer-
bien puede mañana quedar anticuado, no renovarse. corno dicen - a con- po _ del narcisismo primario. de lo que llaman autoerotismo. de un goce
autista. Es en suma un alimento que permanece ahí para animar. dado el
secuencia de lo cual. ¿en qué se convierte la pieza separada? ¿Qué senti-
do tiene? ca,<¡o. lo que intervenga como instrumento en la relación con el otro. el otro
constituido a partir de la imagen de mi semejante, el otro que perfilará su
¿~or qué este perfil de cierta relación enigmática con el objeto no iba a forma y sus normas. la imagen del cuerpo en su función seductora. sobre
set"\'ll1lOS hoy como introducción para retornar este esquema?
aquel que es el partenaire sexual.
~ esque.ma no e!; una complicación vana. No tenemos por qué sor- Como les indiqué la última vez. lo que de pronto puede hacerse n~tar
prendemo~. ru ponemos rígidos ante él. .
en el lugar deSIgnado aqUl. con (-q¡) es Ia angu su'a,la an"ustia
e
de castCllCión..
. t'ón en la que nos adentraremos
en su relación con el Otro. He aqu í la cues I
hoy. Como ustedes ven. voy directo al punto nada!. . b la
. . al que sabemos so re es-
Todo aquello. absolutamente nuevO y onglO • .. .
. . Id tenemos que artlcular. noso-
I tructura del sujeto y la dlalécttca de eSCO ~u:., Por la 'vía de la e1óperiencia
tros analistas . por qué vía lo hemos aprendid . ') n. ... el últi-
• , (, d'. F d a este respecto. "l ....
del neurótico. Ahora bien, ¿qué nos Ice reu . . su punto de Uegada.
Q
mo término al que él llegó al elaborar esta expene~cla. ~stia de ca~traCi6n.
A (- 'PI su tope. el término para él imposibl~ d~ su~rar. ~~I~:: superar? ¿~ sig-

/(0) es_ ..... - ...... _-- --_._--_ ... _-~ ;'(0)


. Qué significa esto? ¿Es este termtnO l~po51
(, . lé '. analítica en la angustia
ni tlca esta detención de la dta cuca
¿No ven ustedes ya. s61 o en e I u. so del esquema
. s
. .I:u1~
. d '¡rlos? Esta v.3 p
. de castraCión?
u· mo que empleo. esbozar-
de una mejor .anl- '
se la vía por la que pretendo con uc.. Freud designó como el tope
culación de aquel hecho de la expenencla qu~ d" castración. La Ilpertura
con el que tropieza el ne urouco e
. n la angustia.., . 1
aquí......rrnite artlCU ar que
. ue les demuestro ,--
que les propongo. la dialécUe8 q .
Esquenul simplificado
55
/l't7RODUCC/()N .-\ L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTiA

00 ~ en absoluto la angustia de c~~traciÓn en sí misma lo que constitUYe el


- MÁS ALL4. DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN

ca1kión ~D salida final del neurOllco. 2


En ef~t(l. la fonna de la castmción. o sea. ola castración en su estructura
trna~inari3. \'3 está dada aquí. en (-Ip). en el nivel de la fractura que se pro.
1;
dlA'; ante proximidad de la imagen libidinal del semejante. en un mo. La angustia. tomémosla en su definición a minima. como señalo Como
nxntl' ~ cierto dramatismo imaginario o De ahí la importancia de los acci. Fn:ud la produjo al ténnino del progreso de su pen~amiento, esta deflni.
dmt~ de la escena que por esta razón se llama traumática. La fractura ima. ción no es lo que se suele creer.
ginaria presenta toda clase de variaciones y de anomalías posibles. lo cua) No resulta ni de un abandono de sus primeras posiciones. que hacían
de ella el fruto de un metabolismo energético. ni de una nueva conquis-
indica ya por sí solo que algo en el material es utilizable para otra función
ta, pues en el momento en que Freud hacía de la angustia la transfor-
que. ella sí. da su pleno sentido al ténnino castración.
mación de la libido, se encuentra ya la indicación de que podía funcio-
Aquello ante lo que el neurótico recula no es la castración. sino que hace nar como señal. Me resultará fácil mostrárselo de paso remitiéndonos
de su castración Jo que le faIta al Otro. Hace de su castración algo positivo. al texto. pero tengo demasiadas cosas que plantear ante ustedes eoste ~o
3 saber, la garantía de la función del Otro. ese Otro que se le escapa en la como para estancamos demasiado tiempo en el plano de la expheaclOn
mnisión indefinida de las significaciones. ese Otro donde el sujeto no se del texto.
\"e ~ino como destino. pero destino sin término. destino que se pierde en el La angustia. les dije. está ligada a todo lo que puede surgir en el ol~gar I-q».
océano de las historias. Ahora bien. ¿qué son las historias - sino una in· Nos lo asegura un fenómeno al que se le ha prestado una a~enclO~ dema-
mensa fiCción'? ¿Qué puede asegurar una relación del sujeto con este uni- siado escasa. por lo que no se ha llegado a dar u~a formulaCIón satIsfacto-
\oerso de las significaciones. sino que en algún lugar haya goce? Esto sólo ria unitaria. de todas las funciones de la angustIa en el campo de nuestra
~ asegurarlo por medio de un significante. y por fuer.la este signi- ex~riencia. Este fenómeno es el de lo UnheímJichkeit. o
ficante falta. En este lugar faltante. el sujeto es llamado a hacer su aporta- La última vez les rogué que se remiúeran ustedes mismos al texto de
ción mediante UD signo, el de su propia castración. Freud porque no tengo tiempo para deletrearlo nuevamente en su presen·

cia. Muchos. lo sé, lo hicieron ensegUl°da, se lo a~rcl dezco: Hasta con .o una
Consagrar su castración a la garantía del Otro. Ante esto se detiene el o I o' II . a la Vista es la lInportam:la que
neurótico. Se detiene por una razón en cierto modo interna al análisis y que lectura superficial, lo pnmero que es sa ara ", todas
o . )' oOf tI° 'o Si esto no saltara a la \Ista por
resulta de lo siguiente. que es el analista quien lo conduce hasta esa cita. da Freud allí al análISIS mgu s e . o'fi . l redominio que otor.
. I b taria para justl Icar
, e. pd F ud
La castración no es. a fin de cuentas, nada más que el momento de la inter- Partes. este texto por SI so o as
o 'fi
o
t n mI comentarlo e re o
pretación de la ca.-;tracióno go a las funciones del slgm IC~ e e undo lu ar cuando lean la explo-
Lo que les llamará la atención en seg d o trodgu ~ su estudio. e~ que la
Quizás be ldo más deprisa en mi discurso de esta mañana de lo que era ., o . I e Freu m e.. . .
ración de los dlcclonanos con a qu o r h Lo que es Unheim. es lo que
mi i~teDción. Pero ya ven usteder. aquí la indicación de que tal vez haya una definición de lo unheimlich es que es helm le o
posible vía de paso, pero esta posibilidad no podremos explorarla sin vol·
se encuentra en el punto del Heim. . Es ~'SIO Como se hace mu)O
\:er an-á\. hasta ese lugar donde la castrdción imaginaria funciona para coos- l o amos por que. . ....
Freud no se ocupa de exp IC o . él no se detiene más en
trtutr. hablando con propiedad. de pleno derecho. lo que se llama el com- . dO. nanos. que es asJ..
o •
evidente , con sólo leer los u:CIOo Puo><
ue avanzar "o, bien . para peflllllllC
plejo de castración.
ese punto está como yo hoy. tIene q d Ola clanodad de nuestrO l. en-
Es. en el pl~ del Cucl>lÍonamiento del complejo de castración donde o. .. en ard," e
cer dentro de nuestra con\'encl~n. y o . I IU 17aT designado la u IImll
01
nucwa ellploración concreta de la angustia nos pennitirá estudiar el paso guaie para lo que vendrá a contlfiUaclón. a es eombree
_ es esto lo que se
poo.¡blc - tanto _J:._ °bl
o 1Il4'> POSl e cuanto que ya ha sido atravesado en muchas vez como el me/los·phl, lo 11-aro aremos. por su n
, o

~aYO~o El estudio de la fenomenología de la angustia nos permitirá de- llama el Heimo o ún sentido en la expcnetlCla
o humana
o

:
CU" cómo y por qué.
Digamos si esta palabra llene alg l . se t"rmino cflsa todas Ia.<¡ re!.(\
, b Den e a e. "
que ahí está la casa del hom reo

57
INTRODllCCJ().v ..t LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

na.n.:ia., '1UC" 4uieran . incluidas las astrológil:as. El hombre encuentra su e


- MÁS ALLÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN

en WJ punto SilUado en t'1 Otro. más allá de la imagen de la que estarn~: que él me exilia de mi subjetiv.idad, resolviendo por sí mismo todos los
hcdk~. . nificantes a los que ésta se Vincula.
E.~ lugar n-presenta la ausenda en la que nos encontramos. SUPOniendo slg Por supuesto. ello no ocurre todos los días. y quizás sólo ocurra en los
,"OIJ)(l a vn"l!'S 0\.'\lJTe'. que ella se revele como lo que es - o sea. que se revel~ cuentos de Hoffmann. En Los elixires del diablo es del todo claro. En c~
la pre.encia en Olra parte que constituye a este lugar como ausencia - enton_ una de las vueltas de esa larga y tan lonuosa verdad. s.e venfica la pern-
nencía de la observación de Freud cuando da a entender que aquí uno se
'-'"eS ella manda en el juego. se apoder.¡ de la imagen que la soporta. y la ima-
pierde un poco. En efecto. este perderse fonna parte de la función del la-
~D t's~u1ar se COD\;erte en la imagen del doble. con lo que ésta aporta
be nn. lo que es lo que se trata de animar. Pero. si se sigue cada una de sus
de extrañeza radical. Por emplear términos que adquieren su significación • . é d
vueltas. queda claro que el sujeto sólo accede a su deseo susUtuy n ose a
por opo~~ a los ténninos hegelianos - hace que aparezcamos como ob- uno de sus propios dobles. .. .
jelO. al re\'e1arnos la no autonomía del sujeto. No en vano Freud insiste en la dimenSIón esencial que.da el ~ampo de
Los textos hoffmanianos. como lo muestran todos Jos ejemplos que en la ficción a nuestrd experiencia de lo unheimlich. En l~ realidad. es~ ~s de-
ellos halló Freud. se encuentran en el corazón de una experiencia semejante. masiado fugitiva. La ficción la demuestra mucho mejor. ~a pr~uce mclu-
En la atroz historia de El hombre de arena, se ve cómo el sujeto rebota . efecto de una fonna más estable porque está mejor artIculada. Es
so como " ! r O . • que nos
de una captura a otm ante esa forma de imagen que materializa. hablando una especie de punto ideal.. pero cuan precIoso para noso s, ya
con propiedad. el esquema ultrarreducido que les he dado aquí. La muñeca nnite ver la función del fantasma. ,
que el héroe del cuento espía tras la ventana del brujo, que urde a su alre-
~
pe Este electo mayor, de ficcl'ón articulado hasta la machaconena
. en una
Lo lixires del diablo. pero situable tambIén en tanta.~ otras. es
dedor no sé qué operación mágica. es propiamente esta imagen. i'(aJ, en la obra como s e . . lanece en estado de
és'te e I que • en la corriente eficaz de la eXistencia, ~rn .
operación de completarla con aquello que, en la forma DÚsma del cuento. é ' I f tasma 5mo como en p3l1e sos-
o;c distingue de ella. a saber, el ojo. El ojo del que se trata no puede ser sino fantasma. Considerándolo así. ¿.qu es e.an . ~~mo' todos los anhelos,
el del héroe - el tema de que le quieren arrebatar este ojo aporta el hilo pechábamos. ein WU1lsch. un anhelo. e 1~c1.uso. d" e la fónnula
I h llonsllcament.e. !na qu
explicativo de todo el cuento. bastante ingenuo? Para expresar o uluci~ desde esta perspectiva _ que
del fantasma, 1> deseo de a. puede trad d . te ese objeto que soy, con la
Resulta 5ignificati ..·o de no sé qué embarazo - sin duda ligado al hecho el Otro se desvanezca. se quede pasma o. an '
de que era la primera vez que el arado entraba en esta línea de la revelación salvedad de que yo me veo. d modo apodíctico an-
de la e\tructura subjetiva -. que Freud nos dé esta referencia desordenada- . . . I tear la cosa e un
Para iluminar mI linterna y P an d'ré se all ida que las dos fases
~te. Dice algo así - Lean Los elixires del diablo. no puedo decirles hasta tes de mostrarles cómo funCIOna
. la cosa. les I en e-
' , ' and de forma diterente este!
que punto es completo. basta qué punto se encuentmn allí todas las fonnas . 1~ 1o he escnto Sltu o . ,
- cuyas relaCIOnes de .p con e . , exiva del A como espejO - corres-
~bles del mecanismo, ha"ta qué pUnto se explicitan todas las incidencias último término respecto de la f~I~~ redil I s lénninos del fantasma en d
en las que puede producirse la reacción de lo IInheimlich. Manifiestamente. ponden exactamente a Ia rep artlclon e o.
DO se adentra má.\. como desbordado por el Car'dCter en efecto lujuriante de perverso y en el neurótico.
esta hfcve DOvela.
A
No ~ tan fácil """"urarse u . 1

80'-.....
......... b
ro"'"
SODa!. ptel.ente!i. me he eneo trado
".
.
n
n eJemp aro aunque. gracia'i a una de las per-
.
proVisto de uno. por lo que le doy las
muy uul disponer de más de un e'e l. a
A

$
s I oS
En eSle n"n'~ H . . 1 mp aro
dc.~ . ....... s !ioImpIemente lo que ustedes saben
r-'''' e/m no s.e n-o"ftlfie·ta " 1'/1 1'1 neurótico
SIempre, que el deseo ~ re l. El fanws l7UJ
d po_ .
~u. 'l.1JI0 tarnblén que nu de
. a Como deseo del Otro • aquí deseo en
ve d' El fallttlSnUl t!n el perverso
paado..l-..... 'r_' .. l.. seo, Iría yo. enlr'd en el antro donde es es-
..... :>oUC ....... kl eternidad b·· l' f .
aJo a orma del objeto que soy, en tanto
59
I.\TRODUCCIÓ.\' A L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

-
En el pen·eN). las l'osas están. por así decir. en su sitio. El a se encuen_
MÁS ALLÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN

tra alli lk'OOe el sujeto no puede "erlo. y. el S tachado está en su lugar, Por en que es un a postizo. E~ta función. se la ilustré a ustedes hace tiempo con
~l puede d«irse que. por su parte. el sUjeto perverso. aun permaneciendo el sueño de la bella carnicera.
ulI:onxiente del modo en que esto funciona. se ofrece lealmente al goce del A la bella carnicera le gusta el caviar. por supuesto. sólo que no lo quie-
Otro, porque eso podría contentar demasiado al bruto de su marido. que es ca-
&'110 qut' nunca lo hubiéramos sabido de no ser por el neurótico, para ;~z de comérselo con t~o el resto. eso no lo detendrá, Ahora bien. lo que
quien el fantasma no tiene en absoluto el mismo funcionamiento. Es el neu- le interesa a la bella carnicera no es absol~to, por su~ue~t~. alimentar a s~
arido con caviar. porque como les he dicho él le anadlra todo un menu.
rótico quien. al mismo tiempo. nos re\'e1a el fantasma en su estructura de-
bido a lo que con él hace. pero tanlbién porque lo que hace nos embauca,
~iene buen apetito el carnicero. Lo único que le interesa a la bella carnice-
ra es que su marido tenga ganas de la pequeña nada que ella mantiene en
como t'mbauca a todo el mundo.
En efecto. como les explicaré a continuación. el neurótico se sirve del reserva. d h' .' h
Esta fórmula del todo clara cuando se trata e Istencas - por ~y con-
fantasma con fines particulares. Lo que se ha creído percibir como perver- ' e·n I ní - se aplica a todos los neuróticos. El objeto, a que funciona en
f len b"
sión Ikbajo de la neurosis. algo de lo que les he hablado muchas veces, es , f ntasma y que les sirve de defensa contra su angusUa. es tam len. ~on-
~implemente esto que les estoy explicando. a saber, que el fantasma del ;~ ~odas la~ apariencias, el cebo con el que retienen al Otro. Y. gracias a
~un)tico está situado todo él en el lugar del Otro. Es el apoyo que toma el Dios. a esto debemos el psicoanálisis. "
neurótico en este fantasma lo que. cuando nos encontramos con él. se pre- Hay una tal Ana O. que sabía un mo~t6n :oobre la maDlob~. del Juego
senta como perversión. histérico. Ella presentó toda su pequeña hlstona. (od~s sus fantasmas, a los
Lo!. neuróticos tienen fantasmas perversos. y los analistas se rompen la - .B Freud que se sintieron como pececllos en el agua. Freud.
senores reuer y . ' . , "U del hecho de
.'abeza desde hace mucho tiempo preguntándose lo que esto significa. Se en la página 271 de los Studiell über Hystenf'. se mara~ ~ a od I e
, . de todo no hubiera en ella la menor defensa. a ba t o o qu
'e muy bien. de todas formas. que no es lo mismo que la perversión. que que. a p e s a r , d' que lo soltara todo.
no funciona de la misma forma - y se engendra una gran confusión, y se tenía tal cual. No había necesidad de su ar tJn~armParaagcnerosa del funcia-
. F d' ncontraha ante una 10
multiplican los interroganter.. y se preguntan por ejemplo si una perversión EVIdentemente. reu se e ,( des saben. a Breucr se le
. é' r esta razón como us e
es ciertamente una per\'ersión. Esta pregunta no hace más que redoblar la namiento hlst nco, y po .' ro tragó también la pequeña
él I fonrndable ce ,se
primera ¿para qué puede servirle al neurótico el fantasma perverso? atragantó. porque • con e , L e o va no ,'olvió a acercarse.
A panir de lo que acabo de exponer ante ustedes acerca de la función nada. y le llevó un tiempo regurglt~rla, ~o!o'a1 mismo tkmpo era inleli-
del fanta.'\ma.1o que hay que empezar diciendo es que. en efecto, algo del Felizmente, Freud era un neurótico, y. ngustía frenle a su deseo. que
. . de su propia a .
orden del a aparece en un lugar que se encuentra encima de la imagen i '(a) gente y valiente, pu d o.servme o ridículu a aquella imposible buena
se encontraba en el ongen de su apeg uc se llamaba Sra. Freud. Pudo ser-
que le~ desi~ en la pizarra. lugar del Heim que es el lugar de aparición
de la angustIa. E~te fantasma del que se sirve el neurótico y que organiza
mujer que. por otra parte. lo enterró Y 1a antalla radiogr.rli ca de su fideh-
virse de ella para proyectar el casa en P er allí siJl parpadear un solo
en el momento de usarl,o. lo llamativo es que es lo que más le sirve para .
dad a tal objeto tantasm '. y pudo reconoc·
á tICO, , . de forma clara que ,..A na O.
defenderse de la angu!>tla. para recubrirla. , '. od so hasta admlllr 'poco
instante. para que servla t ~ e,' d P~ro e\'identcmente el era un . I
8to "Ólo puede concebirse, naturalmente. partiendo de los presupues- apuntaba perfeclamen t e hacia el, Freu .A 10 ciertamente. I~ debemos e
lo'! que he !enido que plantear de entrada llevándolos al extremo. Como más duro de pelar que e l otro, Breuer. es, l OlecanisOl O del an ál'ISlS y
en un
illte lodo dl~r\O nuevo ._-" .' . , , de1 fantasma. en e
f " . """él preciso que lo JUzguen en el momento en que haber entrado. a traves
\C orma.. apr~tando!.1 cubre el funcionamiento de la experiencia. Creo que uso ral:ional de la transferencia, ;,...; dar el siguiente paso. y rectlno,
no I~ cabrá ninguna duda. . l e nOS pennll u "
ntre eI neuroU' eo Jv los demas.
,
Esto
, es. igualmente o . qu'
&ole objeto Q que el neurlÍt" h . cer lo que constituye el hmlle e
. - ' . por e!l() Cien'
con....."a . ) leo se ace ser en su fantasma no le pega nt
...... n E " arnt:nte. con su fantac;ma el neurótico nunca hace
.... a e~, ~'COfl"lgue defende I de I . , .
. ro a angustia JU~lamente en la medida
6J
I.\TRODUCC/().!V A L4 ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

3
- MÁS ALlÁ DE LA ANGUSTIA DE CASTRACI6N

una falsa comprenloibilidad grosera. la dialéctica frustración-agresión-re-


gresión. En la medida en que dejan sin respuesta \a demanda. ¿qué !.e pro-
duce'? La agresión de la que les hablan. ¿dónde la han visto ustedes produ-
Ahor.l ha) que dar otro salto. les ruego que lo adviertan. porque, como
cirse. salvo fuera del análisis. en prácticar.llamada~ de psicoterapia de gru-
ha ocurrido con los otros. luego tendremos que justificarlo.
po. de las que hemos oído hablar en algún lugar? No se produce ninguna
¡ Qué es lo que funciona efectivamente en el neurótico en el lugar. para agresión. Por el contrario. la dimensión de la agresividad entra en ju~~o
él desplazado. del objeto a? ¿Qué realidad hay tras el uso falaz del objeto para cuestionar aquello a lo que por su naturaleza apunta. o !.ea. la relaclon
en el fantasma dd neurótico? Esto se explica suficientemente por el hecho con la imagen especular. En la medida en que el sujeto agota sus iras co~-
Ik que ha podido trasladar al Otro la función del a. Esta realidad tiene un tra e.sta 'Imagen •.se produce aquella., sucesión
. ' de las demandas que va hacia,
nombre muy simple - es la demanda. una demanda cada vez más ongmal. históncamente hablando. y entonces
El verdadero objeto que busca el neurótico es una demanda que quiere que se se modula la regresión en cuanto tal. " .
le demande. Quiere que le supliquen. Lo único que no quiere es pagar el precio. Ahora llegamos a un punto que nunca se ha e~p~cado- est~ tam~
Esto es una experiencia común. de la cual los analistas - sin duda lo bas- d n modo satisfactorio hasta ahora. ¿Por que. SI el SUjeto es mtroduCl-
- e u t' mpo que por fuerza debemos situar históricamente como pro-
tante poco esclarecidos en este punto por las explicaciones de Freud como do en un le .
para DO sentirse obligados a volver a la pendiente resbaladiza del moralismo esivo ello ocurre por la vía regresIva? .
gr Hay ·quienes. frente a la paradoja de saber que es remontando hasta I~
- dedujeron un fantasma siempre presente en lao¡ predicaciones moralístico-
oral como se aísla la relación fálica. han trd~do de ha<;~OS ~r: i~ecual es
religiosas más antiguas. el de la oblatividad. Como no quiere dar nada. lo cual .' 'reciso rehacer el mismo camino en r.enU 10\ e ' . ,
evidentemente tiene alguna relación con el hecho de que su dificultad es del regresIón era P . ex riencía Nunca r.e ha visto un análisiS. por
orden del recibir. entonces. si quisiera dar algo, todo marcharía. absolutamente contrariO a la
logrado que se lo suponga en e p~oceso.
re 'de la regresión volver a pa.'iaf por
. se tratara' de una reconsllUC-
Pero los que hacen bellos discursos y nos dicen que la madurez genital
es el lugar del don. no se dan cuenta de que si hay algo que se le debeóa las etapa~ ~ontrarias. tal co~o :.~: =~: :~ ~ue se agotan. llegan hasta el
ción genetlca. Por el contrariO. d 1 demanda hasta la demanda de
tinal. hasta el fondo. todas la~:o~:la;iÓ~ de c;llitración.
enseñar al neur6tico a dar, es eso que él no se imagina, es nada - es preci-
samente su angustia. cero. vemos aparecer en el fon. o a. como relación en el limite del.:{C\:u-
He aquí algo que nos devuelve a nuestro punto de partida de hoy. que La castración se encuentra IDscnta do ven la medida en que. el
Aparece ahí cuan •J
designa ese tope que se alcanza en la angustia de castración. lo regresivo de la deman da.
El neurótico no dará su angustia. Como verán ustedes. acabaremos sa- registro de la demanda está ago,adoió icamente. Pero como hoy no puedo
biendo algo más al respecto, vamos a saber por qué. Esto es tan cierto. es Se lrata de comprender esto,tOPO g. . con una observación que. al
tan claramente de esto de lo que se trata. que todo el proceso. toda la cade- llevar las cosas mucho más leJOS. lennmartl'né mi último discu~. lIe\'ará
con la que tenn " ulente. lal
na del análisis consiste en lo siguiente - que dé al menos su equivalente. converger con aquella otra. podrá facilitarles el paso Sl~ odeos
porque empIeza dando un poco su síntoma. Por esta razÓn un análisis. como su reflexión en una direCCIón que ste punto me entretendré en r .
. ' l Tampoco en e
lo decía freud. empieza por una puesta en forma de los síntomas. Nos es- como acabo de mdlcar o .. , tiéndome en ella de \Ieno. e decimos..
forzamos. Dios mío. por hacerlos caer en su propia trampa. No puede n
inútiles. abordaré la cuestaO me na Freud O(lS dice. () ~rec enume-
3(.1u~ de otro modo en ningún ca..o. Él nos hace una oferta que. en suma. En Inhibición. sínf(Jm~ ? an~usal an~e la pérdida de un obJel°I' Yacimien-
que la angustia . es l'a re acclon-sen '.... con e n'rdída del
produce en blnitUC
el> falaz - pue!> bien. la aceptamos. En consecuencia. entramos en el jue-
go alH donde él apela a la demanda. Quiere que le pidan algo. Como no le ra - pérdida del medio uterin~u~:~~idcrada CI)m<) ob~~ - :n,ó. AIlI)ra
piden nada. empieza a modular f.U!, propiar. demandas. que van a ocupar el lo - pérdida posible de l~ ~a bje;o _ pérdida del an . ~;rta ~3 que es
lOf

lugar del Heim. Ésta es la primera entmda en el análisis. pe ne _ pérdida del amor e o . ' 'IntrOdUClrlos en un:\ el
'1 'ma vez pafa
De pa.'>O. les diré que ~alvo lo que se articula casi por sí mismo en este bien. ¿qué les dije la u ti
I
e.,;quema. no veo cómo ~ ha podido justificar ha.<¡ta ahora. a no ser mediante M
J
¡r;?
INTRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA
-------
esendal ~3pta(? Que la angu~tia no es la señal de una falta. sino de al o
MÁS AW DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN

q~ es preciso concebir en un nivel redoblado ~o~o I~ carencia del apo~o Uno es el goce del Otro. El segundo es I~ dem~da del Otro. El tercero,
q~ a~"\I1a la falta. Pues bien. retomen con esta mdlcaclón la lista de Freud sólo ha podido ser escuchado por los oldos mas finos. es aquella clase
dued o que se manifiesta en la interpretación. cuya forma más ejemplar
que yo he atrapado al vuelo. por así decir. . .
¿No saben ustedes que no es la nostalgIa del seno materno lo que en.
een~;ática es la incidencia del analista en la cura.
y E la que hace que desde hace mucho tiempo les plantee esta pregunta
2I!ndr.l la angustia. sino su inminencia? Lo que provoca la angustia es lo
que nos anuncia. nos pennite entrever. que volvemos al regazo. No es. con. -ens la economía del deseo. ¿qué. representa
.., aquella clase privilegiada de
deseo que llamo el deseo del analista.
tnuiamente a lo que se dice. el ritmo ni la alternancia de la presencia-au_
sencia de la madre. Lo demuestra el hecho de que el niño se complace en 5 DE DICIEMBRE DE 1962
renovar este juego de presencia-ausencia. La posibilidad de la ausencia es
eso. la seguridad de la presencia. Lo más angustiante que hay para el niño
se produce. precisamente. cuando la relación sobre la cual él se instituye.
la de la falta que produce deseo. es perturbada. y ésta es perturbada al máxi-
mo cuando no hay posibilidad de falta. cuando tiene a la madre siempre en-
cima. en especial limpiándole el culo. modelo de la demanda. de la deman-
da que no puede desfallecer.
En un plano más elevado. en el tiempo siguiente. el de la presunta pér-
dida del pene, ;.de qué se trata? ¿Qué vemos al comienzo de la fobia de
Juanito'? Se hace énfasis - lo cual no está bien centrado - en el hecho
de que. según dicen. la angustia estaría ligada a la interdicción por la
madre de las prácticas masturbatorias. vivida por el niño como presencia
del deseo de la madre ejerciéndose respecto a él. Pero ¿qué nos enseña
aquí la experiencia sobre la angustia en su relación con el objeto del de- ~.· ...r--
seo. sino que la interdicción es tentación? No se trata de pérdida del ob-
jeto. sino de la presencia de lo siguiente - los objetos. eso es algo que
DO falta.

Pasemos a la próxima etapa. la del amor del superyó. con todo lo que se
.' .
. ......:tiI
supone que comporta en la vía Uamada del fracaso. ¿Qué significa esto. sino . ~ ..: 111
que lo temido es el éxito? Siempre se trata del eso no falta.
.. . ,.. .::~
Hoy los.dejaré en este punto. destinado a disipar y a darle la vuelta a
una confUSIón que desean,... por entero en la dificultad de identificar el
objeto ~I deseo. ~e sea difícil de identificar no implica que no esté ahí. ...• -~
~ ahl. Ysu funCión es decisiva. -- ....
En 10 que a la angu!>tia se refiere. consideren que lo que hoy les he di-
cho no es IDdavía máli que acceM> preliminar. El modo preciso de situarla. .... .\
en el que entrar~ a partir de la próxima vez, debe situarse entre los tres
~ que vieron U\lede... dibuJarM: en mi discurso de boyo
65
v
LO QUE ENGAÑA

Pavlo,·. Goldst~in y la d~mtlnda d~1


Otro
Jones y ~I goc~ del Otro
lAs hu~11as d~1 suj~to
Los cOTUS de la pulsión
Pascal y la e~ri~ncia del vado

. Hemo~ ~isto. hemos leído y seguiremos leyendo, que un segmento del


pSI~oanálisls. el que aquí proseguimos. tiene un carácter más filosófico que
algun otro. el cual trataría de ajustarse a una experiencia más concreta. más
cienúfica. más experimental. poco importa qué palabra se emplee.
No es culpa mía. como se suele decir. si el psicoanálisis cuestiona en el
plano teórico el deseo de conocer. y si. en su discurso. se sitúa así él mis-
mo en un más acá anterior al momento del conocimiento. Ello por sí solo
justificaría tal cuestionamiento. que da cierto tinte filosófico a nuestro dis-
curso.
Por otra parte. en esto fui precedido por el inventor del análisis. quien
se situaba ciertamente, que yo sepa. en el plano de una experiencia directa.
la de los enfermos mentales. especialmente los que han sido llamados. con
mayor rigor desde Freud. los neuróticos.
Ello no sería motivo para permanecer más tiempo del ronveniente en
un cuestionamiento epistemológico. si el lugar del deseo. la fOnDa en que
-..""....
. ~Io\
.
'. -, dicho lugar se produce, no se DOS presentificara en lodo momento en nues·
• tra posición terapéutica a través de un problema. el más concreto de lodos.
que es el de no dejamos llevar por una vía falsa. nO responder. abi de una
uoos
forma errada, al menos respecto a ciertO objetivo que persegu Y que
no es tan claro.
Recuerdo haber provocado la indignación de aquella . .nflclase de colegas
.óo de bucIJOl;
que saben. llegado el caso. parapetarSC tras 00 se que 1 acl 3Ddo di'
sentimientos destinados a tranquilizar vaya.a saberse ~ qUIén. c~gún:­
que en el análisis la curación venia por añadidura. Se \10 en dio

67
1.'\TRODUCCUjN A L-\ ESTRUCTURA DE U ANGUSTIA

-
~n ¡Xl( aquel que está a nues,tr~) car~ll y que .sufre. cuando yo hablaba des,
~ un punIl\ de \ Ista llletoJolo~ICO. Es m~y .clello qu~ Ilucstru justificación
U) QUE ENGAÑA
/

aSl ~..omo nues~) de~r. es mejorar la poSIcIón del sUJeto. Pcro yo Sosteng~
q~ nada es mas n\l'llante. en el l'ampo en que nos cllnmtramos. que el con.
~'epto de curación. Hay cieno tipo de interrogación que. enll () \in nu.6n ,,.. ~ft 11¡¡ mi. l..
a e .I"or-
Un análisis que acaba con la entrada dd paciente () de la paciente en la dajc ohjetiv~) () cxpe~imental del problema de Ut angustia.
Orden Tercera. aunque el sujeto se em:uentrc mejor en lo referente a sus sín. No ¡xxlrl~m~s .evllar perdemos ("n este eampl.l SI no le~ hublcra dado a
tomas. ¿es una curación si. con la fuerla que le da cierta elección, cierto ustedes al pnnclplo las Iílle~s de mira .. los puntos de apoyo. que no pode,
orden que ha reconquistado. enuncia las reservas más expresas sobre las mos abandonar y que pemlllcn garantl7.ar y ufilmf nue~tru objetivo. y ad.
\"fa.~. perversas según él. por las que lo hemos hecho pasar para hacerlo en. vertir aquello que lo condiciona de la forma má.~ radical. L.a última vel mI
discur'\o acaM circunscribiéndolos. por así decir, con tres pUllt()~ de refe.
trar en el reino de los cielos? Puede ocurrir.
rencia que me limité a introducir. tres puntos en los que la dimensión del
Por eso no creo apartanne ni por un momento de nuestra experiencia si Otro sigue siendo dominante.
mi discurso recuerda que en su interior se pueden plantear todas J¡L~ pre. Son. a saber. la demanda del Otro. el goce del Otro y, bajo ulla Inmw
guntas. y que es preciso que mantengamos la posibilidad de cierto hilo que Illodalízada, que por otra pane pcnn:lIlece como signo de inlemJgadón. cl
nos ganmlÍce al menos que no hacemos trampa con lo que es nuestro pro. deseo del Otro. en la medida en que es el deseo que corresponde al ¡m;I1i~la
pio instrumento. es decir, el plano de la verdad. en cuanto interviene como ténnino en la experiencia.
Ello requiere una exploración que no sólo debe ser seria. sino incluso. No vamo!> .. hacer lo que reprochamos a t\Jdn~ los demás. o sea. elidil al
hasta cierto punto. exhaustiva. incluso enciclopédica. En lo referente a un analista del texto de la experiencüI que illterrof,!:mlos_ La anl!ustia (uya f6r·
lema como la angustia. no es fácil. ciertamente. reunir en un discurso como mul¡¡ debemos aportar es una angustia que /los responde. UIllI angu~¡ja que
d mio lo que debe ser funcional para los analistas, Lo que no hay que olvi· provocamos. una angustia con la que. llegado el caso.tenenllllo una relación
dar en ningún momento es que el lugar que hemos designado en este peque- detemlÍnante.
Do esquema como el de la angustia. ocupado actualmente por d (- <p). cons- En esta dimcnsi6n del Otro. n()sotro~ elll'()nlr.uno~ nuc:,lro lugur. nut"tw
útuye un cieno "acio. Todo lo que se puede manifestar en este lugar nos des- lugar eficaz. en la medida en que sabemos no rncn(l!ICahurla. Me gusuuía 4ue:
pudienlll percibirlo no eSlá aU'iCntc de n¡n~una de las fOrmll\ b:'.IO hl\ cua·
orienta. por así decir. en cuanto a la función estructurante de dicho vacío.
les se ha inl~'l1tado circunscribir hasta hoy el fenómeno de 1;1 angmlm.
Esta topología sólo tendrá valor si pueden ustedes encontrar los índices
En el punto de ejercicio mental para el qut' los he rumIado y ..l quc qUI·
que ella les da.. confmnados por cualquier abordaje que se plantee del fe· . por f ' 1 . parccerá vano el ~nfll\l~. vano
zás los he acoslumbrado hu~n. Uc."r/.él es ...
nómeno de la angustia, por cualquier estudio serio. sean cuales sean sus pre· el éxito. falso el triunfo. que lIlgunOli ven al alcance de la mano ¡uurJlc.l-um"n·
~upuestos. Aunque a nosotros nos parezcan demasiado estrechos y con si- . ""'1(,11 efln I! 1
tar "ue por e,· emplo Com(l dIcen. y.al'con t ran° (l de In IIUt'
.. ,., ~
derem,)S que es preciso resÍluarlos en el interior de la experiencia radical .,' . . • .' •. o t'Tl fin... las IIt'Uru·
pensamiento analítICO aunque: fuese lo contntn , I
que es nuestra experiencia, de todas formas, en cierto plano. algo se ha apre- . . l. l . . . . en 111 mesa experimenta .
SIS se realj¡mn en el ammal. en el ,llIdrat0l10. . . I
hendIdo correctamente. Aunque allí el fenómeno de la angustia aparezca . 1 - <luieron hao destacado a guna
Esas neurosis que Pavlu\" y qUlt'ne~ (l SI.. . . n.
como limitado: distorsionado. insuficiente respecto a nuestra experiencia. ,. . é Ido se condiCIona cIerto re e
vez. ¿qué nos enseñan'! N,)S du::ell de qu n~. l· ~i., Ulla C'\ullIullll·WII.
al ~nos ~\"Iene saber pur qué es así. Y no siempre es así. jo del animal. A 11011 reacción llamada natura se e W I m'enle del ,odo c.li~,
Cual~Ulera que sea el nivel en el que haya sido formulada hasta el pre- .. . d un r<:"I\lro ~upue" 11
un" excltacl(m. que l(lrma parte e l ' " L ' M! 1144"(' que L'Ot1\ eIJan
.

~te la Interrogación acerca de la angustia. tenemos que sacar de ello al- lintu del que eSlá impl ¡Lado en In reac\.·lón. due¡':lI~t~njénd(l-,( 1I~1 tf(l(.tQ~
gun prO\'e<:ho. . . lndu:lUnSl ll~, "" ~
de algún modo dicha~ reacclunC'~ ~, . .".. \nl."~ .. nwC'~lnlll() en
Mi propó~ito de hoyes indicarlo. a falt¡¡ de poder establecer la suma de de cnntraned..d. Lo que hemllh ¡;O/I!oC~'
, Ulal! l;orlUlL 1I ..... '.
.•_ último cap:tl de- rC'\·
todo lo que <oe ha aponado hallta ahora a elite respecto lo cual exigiría todo
. mle V(Jhtrue~ ....
las respucf,tl1l> del Ur~¡UII ...nl), nos pcn
un afIO de -.emmario. •
6\1
INTRODUCCU)N A I..A ESTRU(TURA IJE LA ANGUSTIA

noQd('r d(' dos f(lnnas opuestas al mi!omo liempo, engendrando d


t-'- '.1 1 ".1 . l '
-
e Clle
nk~l. p',r a ... í decir. una especIe ue perp eJluau orgámca. ;¡b<¡olulamente de acuerdll. Pur eso. cieniunente . t"do mi... ~ I uerl.(/. . dur:mle
. . .
Para ir más lejos. ~iremos induM~ que se nos oc u,",:e. la idea de que eo algún lIempll. CIIO\ISUÓ en dcmc"tr"IIc:~ a u\tedC:lI la amplllud de: un 1/I\'c:I
~icrtO!\ casos conseguImos un agotamIento de las POSlhlltdades de rc~pue!l­ comparable en nOS4Jtru ... ~uJct()~.l:n e.. te \uJelo que \llffi(l\.1á1 1:00000l apren.
la. un desorden más fundamental engendrado por su dewiación.que afee_ dem()~ a manejarlo y a delermmarlo. hay t:l1tlblén lodo un Qmpo !l<mdc:.
la de forma más rddical al campo ordinario de las reacciones implicada, de aquello que nos con"lituye. !lO ,abe,"()!> nad".
traducción obJeth'a de lo que podrá interpretarse desde ulla perspectiva má.~ El Selb.f/:b~wu.\·.w,f('in. que I~s eno;ei'\é a llamar el \Ujeto \Upue\\JJ \aher.
general como definido por ciertos modos de reacción que se llamarán in~­ el. UJla !>UprJ';ICIÓtl engañ<l'ia.I:l8e1b.,t.hn-.·lLw.'i4'III. u:mMde:radlJ cun.'Illtuli1(0
del sujeto cognoM;cnte. es una ilu"iún. una fuente de eTfnr. puc\to que la dJ.
tintivos. Má!l recientemente se ha teorizado, en otras áreas culturales. lo 'fue
mensión de sujeto supue!ito tram,parenle cn su prllP10 iI(.\tJ de: conocimaenlo
se ha calificado con elténnino.flrl'ss. Se alcalll.a un punto en que la deman- sólo empie:t.<l a panir de la entrada en juego de un objeto C'lpCX:lflcadlJ que: e\
da que ~ hace a la función desemhoca en un déficít que l>upera a la propia el que trala de circunscribir el estadio del e\pcjo. o '>ea,la Ima)!~1 del cuc:rpo
función. lo cual llega a afectar al aparato en fonna tal que lo modilica má\ propio. en laOlo que, frente a ella. el ..uJeto tiene el -.enlumenl" JubtlwJ de:
allá del registro de la respuesta funcíonal. para desemhocar finalmente en estar ante un objelo que lo torna al !>ujelo tran\parente pat"d ,¡ 1111 \1110 IJI
las huellas duraderas que engendra. en el déficit lesiona!. extcn!;ión a loda claliC de conlll.:imienlo de ehla IJu~i!Ín de la C(IO(;IClJI;la c:\Iá
En este abanico de la interrogación experimental. sería sin duda impur- molivada por el hecho de que el objeto del C(JOoc:imienh> CM' c<mwuido.
lante indicar dónde se manifiesta algo que recuerde la fonna que llaman modelado. a imagen de la relación con la imagcn C'>JlCI.:ular. POI ettJ precl~'
angu'itiada que podemos encontrar en reacciones neur6tica... Hay "in em· mente e.. tc objeto dd conocimiento c!'> in\uflc:iente.
bargo algo que parece quedar siempre elidido en una fonna semejante de Aunque no existiera el p,>icuanálisi,> igualmente lo ~ilbri¡¡mtl' purque
plantear el problema de la experiencia. E.., ciertamente imposible reprochár- hay momento), de aparici6n del objeto que r\!J' arrojan a una dimcml6n muy
selo al relalor de esas experiencias. porque la elisión es constitutiva de la distinta. que !oC da en la experiencia y que mc:rece \Ct" anlilda cornu prlnu·
experiencia mi ..ma. pero todo aquel que quiera comparar esta experiencia tiva en la experiencia. b la dimcn~ión de 1" elltralÍn.
É!>ta no puede en modo all;!uno caplM-.e corno ltlgo frenle: a lo <:ua! el
con la nue'itra. que se lleva a cabo con un sujeto hablante. no puede dejar
sujeto permanece Iran .. parcnle a su conodmienlo. Anle C'I(J nuc,;o. el ~U¡te
de tenerlo en cuenta. Se trata de lo siguiente. Por primitivo que sea. cCln
to literalmenle vacila. y tudu en la relación \Upuc\lilInenIC pfllnofdl.ld del
fellJ'CCto al organismo de un sujeto hablante, el organismo animal interro-
sujeto con cualquier efecto de cunOClnllenlO C\ puc\lo en CUC)IJ(m.
gado~. que está muy lejos de l>eT primitivo en las experiencias pavlovianas.
Este !>urgimiento en el campo del ohrctll de algo dc:M:oOllndn ClIpm'
porque <.e llevan a cabo con perros - , la dimensión del Otro e~tá presente mentado en cuanto taJo de un:1 c\t1UtIUl"d(;lOn .' _.1 'uble no pl"Ull~~ UJ1!I
III~U~. .
en la experiencia. . ., . __ •• 1 . . ue e:\ ,,1'11} que \C da en la e.t·
cuestIón ulllcamenle a lo, p~¡c;o¡uuul~Ia.\. ya q . '"
Hace mucho que lo advierto. Al intervenir en una de nuestras se!>ione~ periencia. Sea como o;ca. el> prccl'iO tralal ~ J_ rae "''' qué 1m niño. IIc·
CliP I\; y - '
cient{flc~ _3 pr0p6t;ilo de algunm. fenómenus que se nos exp()nían acer~ nen miedo de la o!iCuri<bd. Se comprue..a mI
.. al ,nll) lIempo que 00 ,Iern-
de la creación de la neur~if> experimental. hice notar 3 quien nos com UOl - L
prc lienen miedo de la oM:und3d ... nlnfK;e1o.
. hacen ....1'nIOfl/a. 1.A:" que K"
r- . .,Jo- her •
Cab-6 ~u~ In\'e\ttgacioncl; que w propia presencia. en la experiencia. como . h" lCorb,~()bre 1... (c340m C
llaman c:xpefllncntadorc~ ~ JXlIlcn a ac.:er . hay pensaUIIC1).
peN)floOljC humano. manipulador de cierto número de COlSas alrededor del dada. ance~tral. pnmcmJial. de un peo~anllcnlO ~ }'a que: ewocturildu de
ammal. debía ~r tenida en cuenta en cierto momento de la experiencia. Si .
lO, parece que \Ic:mpre d ba con~rv'lI
l>e e • .' c,te Itnruno
. _ .. 1 Y COD!lt1U,,~1 t: /n-
~ ,¡¡he cómo '>C: comporta un peno rc~pecto a aquel que se llama o nO se un modo dl~linto que el pco..aJOIen J . . JI lógICO ra.: Itn .... · •
• ........ 11 "'.ucllot
Ilarrl.a \u amo .... ~ ...- ..•. . ' E C't1C: punl .. c,pe, .......·· ....
.... -."" que en kJUll\ los cat;()lI para un perro la dlmen ...'60 ventan. Ahí e\ donde ha¡;en filo\(' f .iJ· .0 : el mN1l0 tem:o
. :.c~ulr el dialogo. en
del Oun cuenta. Pero aunque no fuese un perro aunque fucl>C un saltamon- con qUienes a!gu. na vez debemno~ pro. ., \1· -t.onlCl\. por RUe'·
te-> o una_,;u}ouiJ' "*1' l' d . ,1_ ( • ~'Il.I/I .t-amm ...-
.... iI. ¡¡ Imen'l"n ud )tro e,lá prc¡;ente. no en que e\te dlálo¡zCJ llene 'Iue: M!f JU/ - • • Ido menos
Á
e IllpoCtticll.
Me dirin U\ledell que: un ,allamonte\ o una ';¡tnuuiJ'uela organismo pa- Ira parte. dar cucnla de 111 c:xpcrICIICI'. de un ffil
~ IC1)tc de L1l ex . . e- • •.
pet1eOCta. no -.ahe nada de e!o.ta dimensión del Otro. bWY
71
..,,,
INTRODUCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

H~ aqui una respuesta concebible. voy a dársela. Consiste en par(


- LO QUE ENGAÑA

la \.~nstitución dd objeto .
cOlre laH' vo d e un pnmer
.
modo de abordaie IrI de surgimiento de la falta bajo. u~a forma positiva lo que es fuente de angustia
.' PI . , ,e re·
conocimi~nto de nuestra propIa to~a. antea que dIcho reconocimiento - sólo q~e. segunda c.ondlclón, e~ este caso tampoco se debe omitir que
~s en sí mismo limitado. porque deja escapar algo de aquel investimiento el sujeto tIene frente a el a Goldstem o a determinada persona de su labora-
de existir como cuerpo • ~l'No torio. que lo somete a una prueba. a un test organizado. Así. el campo de la
Primiu\'o de nuestro ser resultante del hecho .
falta se produce bajo el efecto de una demanda.
es acaso una respuesta. no sólo razonable SInO controlable, decir que es este
resto. este residuo no imaginado del cuerpo. lo que. mediante algún rodeo Estos términos. cuando sabes dónde y cuándo buscarlos. los encuentra.~
indefectiblemente. si es preciso.
que sabemos designar, viene a manifestarse en el lugar previsto para la falo
Para saltar a un orden muy distinto. evocaré la experiencia que es más
ta.. v de tal forma que. al no ser especular. resulta imposible situarlo? En
general. no reconstituida. ni ancestral. ni arrojada a una oscuridad de las
ef~to. una dimensión de la angustia es la falta de ciertos puntos de refe. épocas antiguas de las que supuestamente habríamos escapado. aunque es
rencJa. testimonio de una necesidad que nos une a esa." épocas. experiencia siem-
En este punto no estaremos en desacuerdo con la forma en que aborda pre actual y de la que. curiosamente. hablamos con muy poca frecuencia
este fenómeno un Kurt Goldstein. Cuando nos habla de la angustia, lo hace _ la experiencia de la pesadilla.
con mucha pertinencia. Toda la fenomenología de los fenómenos lesionales Uno se pregunta por qué los analistas. desde hace algún Iiempo. se in-
en los que persigue las huella~ de esta experiencia que nos interesa. ¿cómo teresan tan poco por ella. Lo introduzco aquí porque será preciso. de todas
se articula. sino mediante la observación preliminar de que el organismo formas. que nos detengamos en ello por un tiempo. Les diré por qué. y
funciona como totalidad en todos sus efectos relacionales? No hay uno solo dónde encontrar el material en cuestión. porque hayal respecto una litera·
de nuestros músculos que no esté implicado en una inclinación de nuestra tura ya constituida - y de las más notables - a la que conviene que se
cabeza. Toda reacción a una situación implica la totalidad de la respuesta remitan ustedes. Estoy pensando. por olvidada que esté. en la obra de Jones
organísmica. Si lo seguimos en esto. vemos surgir dos términos estrecha- sobre la pesadilla. libro de una riqueza incomparable, .. .
mente enlazados uno con otro. la reacción catastrófica y. en el interior de Les recuerdo su fenomenología fundamental. No se me ocumna DI por
~1I campo fenomenal. la localización de los fenómenos de angustia en cuan-
un momento eludir su dimensión principal -la angustia de 1;1 pe~diUa es
to tales. experimentada, hablando con propiedad. como la anguslia del goce del
Les ruego que se remitan a los textos de los análisis goldsteinianos. muy Otro.
Lo correlativo de la pesadilla es el íncubo o el súcubo. aquel ser que le
accesibles. puesto que se han traducido al francés. para ver allí. al mismo
oprime el pecho con todo su peso opaco de goce extraniero , . que le aplasla .
tiempo. cuántas de sus formulaciones se acercan a las nuestra<¡ y cuánta cla· . l .t pero también en la pesadilla
baJ'o su goce. Lo pnmero que se ve en e mIo. .
ridad obtendrían si se apoyaran en ella<; más expresamente. Lo verán uste- 1 mbién un ser que mlerro-
des si !;iguen el texto con la clave que les aporto. vivida. es que aquel ser que pesa por su goce es ~. d lIad' de la nf'I'-
. 11 dIn1ensJón esarro aI't ...--
no
Tomemos. por ejemplo. la diferencia que hay entre la reacción de des- ga. e incluso que se manIfiesta en aque a .
. inten'cnclón en e mIO.
orden y la reacción de angustia.
gunta que se llama el enigma. La Esfinge. cuya ti ->_ pesadíll a v
lo olviden. precede a todo el drama deEl.....d'N) es una Igura"". -
Mediante la reacción de desorden. el sujeto responde a su inoperancia.
al mismo tiempo una figura interrogador~. rdial de lo que he llamado la
al ~cbo de e..tar ante una situación insuperable. sin duda a causa de su dé-
Esta pregunta aporta la forma más pnmo 11 hahiIualmente llama-
fiCIL .E!. ~a forma de reaccionar que no es del todo ajena a un sujeto nO
dimensión de la demanda. mientras que aq~e o q~ndjdan1enre instinlual.
deficrtanQ ante una ~i~ión de Hilj1osígkeit. de peligro insuperable. mos demanda. en el sentido de una eXigen\Ola prc
p~ que la reacclon de angustia se produzca. siempre se precisan dos no es sino una forma reducida. . na vel má.\ la relación
condlClones. que están presentes en los caws evocados. La primera es que d .do' a Inlerrogar u .
Henos aquí de nuevo con IICI s b,;eLÍ\'a. eD el senudo co-
los ~hos ~ficitarios sean lo bastante limitados como para el sujeto pue- entre una experiencia que r uede ser
llamada rre- su J
. forma más cerrada. en torma

da clr~u~l>CnblrlOf> en la prueba a la que se halla sometido. y que. debido a rriente delténnino sujeto. y la pregunta en su
e\le limite. la laguna aparezca en cuanto tal en el campo objetivo. Es este
73
7
1.\TRODUCnÓN A L4 ESTRUCTURA DE ú\ ANGUSTIA

~ un slgniticant~ que se prop<'ne a sí mismo como opaco, lo cual es la po_


- LO QUE ENGAÑA

sidón del emgma. guro. porque no es más que significante. y así la historia es artificio. Tie.
Esto les permite a ustedes ponenne de nuevo entre mi espada y mi ne razón el ~bsesivo. ha captado algo. quiere ir al origen. a la etapa ante-
. dfi" pro. rior. la del signo.
pia pared. para que. al recumr a e lOlClones que ya les he propuesto, yo
las tenga que someter a la prueba de su uso. Ahora voy a tratar de hacerles recorrer el camino en sentido contrario.
Si he partido hoy de nuestros animales de laboratorio no es sin motivo.
Después de todo. podóamos abrirles las puertas y ver qué hacen ellos con
la huella.
No es una propiedad únicamente del hombre la de borrar las huellas.
2
operar con las hueHas. Yernos que algunos animales borran sus huellas.
Yernos incluso wmportarnientos complejos que consisten en enterrar cier-
to número de huellas. por ejemplo deyecciones - es algo bien conocido
El significante. como les dije en cierto momento decisivo. es una hue. en los gatos.
lla. pero una huella borrada. El significante. les dije en otro momento deci- Una parte del comportamiento animal consiste en estructurar un cierto
s1'·O. se distingue del signo en el hecho de que el signo es lo que representa campo de su Umwelt, de su enlomo. mediante huellas que lo puntúan y le
algo para alguien. mientras que el significante es lo que representa a un definen límites. Es lo que Haman la constitución del territorio. Los hipopó-
~ujeto para un ser significante. tamos lo hacen con sus deyecciones, y también con el producto de ciertas
Vamos a poner esto a prueba olrel vez respecto a lo que está en juego. glándulas que en eHos son. si mi recuerdo es bueno. perianales. El ciervo
De lo que se trata es de nuestra relación angustiada con cierto objeto se va a frotar sus astas contra la corteza de ciertos árboles. lo cual Uene el
perdido. pero que seguramente no está perdido para todo el mundo. Les valor de una localización de huellas. No puedo ex.tenderme aquí en la infi-
mostraré dónde se lo reencuentra, pues no basta con olvidar algo para que nita variedad de lo que una zoología desarrollada puede enseñarles e~ este
no continúe estando allí. sólo es que ya no sabemos reconocerlo. Para
punto. Lo que me importa es lo que tengo que decirles sobre el borrarruento
reencontrarlo, convendría volver al tema de la huella. de las huellas.
El animal. les digo. borra sus huellas y hace falsas huellas. Per:' al ha-
Para animar en ustedes el interés por esta investigación, voy a darles en-
o;eguida dos flashes sobre el tema de nuestra experiencia más común.
cerlo. ¿está haciendo significantes? Hay algo que el animal no hace
hace huellas falsas o sea, huellas tales que se crea que son falsas. c
uan:
son las huellas de s~ verdadero paso. Dejar huellas fal~ente fal~ es un
Hay una correlación evidente entre lo que trato de esbozarles y la
fenomenología del síntoma histérico. en el sentido más amplio. pues no ol- . . I h mano S100 e~enclalmeDU:
comportamiento. no diré esenCia mente u .. . Cuan.
videmos que 110 sólo hay pequeñas histerias, también están las grandes. d '11" te Ahí se presenuf1C3 UD 5UJClO.
~ 1M anestesia!>. están las parálisis. hay escotomas. hay estrechamientos significante. Ahí es don e esta e 1011 . r una falsa huella. enton-
do una huella se ha trazado para que se la to~ PObe que hay un sujelo
del cam~ ,·isual. La angustia no aparece en la histeria. y ello exactamente
ces sabemos que hay un sujeto hablante. ahí Sil mos
en la medida en que estas falta.,> son desconocidas.
Hay algo que no se suele percibir, que no ponen ustedes mucho en jue- como causa. . ete más que éste. Luego.
La propia noción de la causa no tiene otro sopo . 'ginaJ es la cau·
go.y que ~m embargo explica toda una parte del comportamiento del ob- nosotros tratamoS de extenderla al universo. pero la c~usa:erse lOmar por

=:
se'''·o. En ~u forma tan part"ICU l'ar d e tratar el !llgmficante.

....
CIV~!>,,·O por una vi
. . a saber. de
::~ ~acarle brillo. borrarlo, triturarlo. hacerlo migas. com-
como Lady Macbeth con la maldita huella de sangre. el
. rd
sa de una huella que se presenta co
mo vacía. que qUiere
. decir indisolublemente. que
una falsa huella. ¿Qué significa ~sto? Qu.:~ell~ breVemenle la forma
el sujeto allí donde nace, se dmge a lo q .. ~rniento pO tiene. en
• " d d d l Otro Esle COmpol .... ·~
:Lid
...
• . a '>m sa J a pero acerca de cuyo objetivo no cabe
____...a... opera prect\affiente en I 'd de .' más radical de la racional. a e : . rmrse en el lugar del
I . . . fi e senIl o volver a encontrar el signo baJO 'ble smO d de lOse .
efecto. ningún otro alcance poSI. . no tiellC!n el nusmo on-
~ 'I~gnhl Ica~lte. UnXi".,elU'hell machen. lomar no advenida la inscripción Otro. en una cadena de significantes que llenen o
lA l\tona Eso ocurrió de
aque 11 a rorma. pero no es seguro. No es se-
75
7.
INTRODUCC/6N A L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

gen. pen) que constituyen el único termino de referencia posibl


huella l'oovertida en significante. e Para la
- LO QUE ENGAÑA

de que se ha de~c~nocido la parte profunda de falsedad que hay en la de-


Ven ustedes. pues. en este punto. que lo que alimenta en el or' manda del neurotlco.
emergencia del significante es la pretensión de que el Otro, el Otro :::t
~a
sepa. E....te 11 ni) sabía hunde sus raíces en un no debe saber. El signific~te°
La existencia de la angustia está vinculada al hecho de que toda deman-
da. aunque sea la más arcaica. siempre tiene algo de engañoso respecto a
lo que preserva el lugar del deseo, E~to explica también el lado angustiantc
sin duda. revela al sujeto. pero borrando su huella. .
de lo que. a esta falsa demanda. le da una respuesta que la colma.
Lo vi ponerse de manitiesto, no hace tanto tiempo. en el discurso de uno
tl A
de mis pacientes. a quien su madre no lo había dejado ni a sol ni a sombra
$ hasta determinada edad - ¿puede haber una forma mejor de decirlo'! Ella
no había dado a su demanda sino una falsa respuesta. una respuesta verda-
Esquema de la huella borrada deramente errada. puesto que, si bien la demanda está ciertamente estruc-
turada por el significante. no debe ser tomada al pie de letra. Lo que el niño
le pide a su madre está destinado a estructurar para él la relación presen-
Hay pues, de entrada, un a, el objeto de la caza, y un A. en el intervalo cia-ausencia que demuestra el juego original del Fort·Da, que es un primer
de los cuales el sujeto S surge con el nacimiento del significante. pero como ejercicio de dominio. Hay siempre un cieno vacío que presen'ar, que no
tachado: como no-sabido. Toda la orientación ulterior del sujeto se hasa en tiene nada que ver con el contenido. ni positivo ni negativo, de la deman-
da. Es de su colmamiento total de donde surge la perturbación en la que se
la necesidad ~ una reconquista respecto a este no-sabido original. Aquí \'en
uste~s sUrgIr la re~ación verdaderamente radical. concerniente al ser que manifiesta la angustia.
Nuestra álgebra nos apona aquí un instrumento muy oponuno para apre-
debera ser reconqUistado, por parte de este sujeto, que se encuentra entre
ciar bien sus consecuencias. La demanda acude indebidamenle al lugar de
el a y ,la primera aparición del sujeto como no sabido, lo cual significa in-
lo que es escamoteado, a, el objeto.
consciente. ~nbe""'USSlt', La palabra se justifica por la tradición filosófica,
que confundió el be"l'.'lLSst de la conciencia con el saber absoluto. Esto no
puede ~a-"~ a nosotros, en la medida en que sabemos que este saber y
la conciencIa no se confunden. 3
~reud deja abierta la cuestión de saber de dónde puede provenir la exis-
tencta del c~po definido como el de la conciencia. Yo puedo reivindicar
que el estadio del espejOo ' tcomo
aestá l articulado,
· , . l de t' nado a convenir algo
., aporta ahí un comienzo . Qué es un álgebra sino algo muy slmp e. s I de
de soI uClon. aunque sé en q é' . ·f . . . (, . t sin lener que l'omprenr-
..~~~ ... _ ' . u IDsatls acclon puede dejar a ciertos espíntus complicado en algo manejable mecánlcamen ~ iu' as Basta
, .... u-..uS
"",en más .
en la meditación cart' e
eSlana. reo que nosotros podremos dar un
.
lo? Es mucho mejor así. sIempre me o
l han dicho en malem e .
ida
r->'"
llamado de este
la
año. .que .
les
'
haga'cap tar donde
' .
se encuentra. de este sistema con que el álgebra esté correctamente constru. J S ta-
. . 1'6 ($00> qucdebe ec~-
f'IlOS ....1·~.. ...~ncllencla. el origen real. el objeto original pues no estare- Les he enseñado a eSI,:nbtr la pu SI n ' . hablar de este corte.
"'" ",ec •...." en o referent la f . ' , I d da Vol\'eremos a
ciencia hasta que . e a re utaclón de las perspectivas de la con- chado. corte de D mayusCU a. eman. , na' -'-a al res .......IO /1aI;e un
d hacen;e ele Iu<: r-
aÍ'dable e"""";fi adosepamos. por fin. que ella misma se aferra a un objeto Oe todas formas - han empeza o a . ulso del cazador. pero la far-
, -r-' IC en la estructura. momento -lo que se !rata de cortar es el I~P 1 e"plil' por qué es en
Hace un momento les he indi . . . .b 1 pUISlón va e~ ,. a
léctica Si han .-guld d cado la posICIón de la neurosis en esta dla- ma en que les he enseñad<> a escn Ir a . :. . Ello es :I.'ii t'Illa me·
.- o ullte es el .' d . 'do de" 'tas las publones. , l
rmtc a la emergencia "'-l' :fi De('\' 10 e lo que está en juego en lo refe- los neuróUcos donde han 51 sen .onna pn'vileglada en e
..c_ u¡; slgm lC"dllte podrán 'b' . $") ~nta de una l'
dlda en que el fantasma ( va se p
WCl'~ re'lbaladjza (}()~ oc • perCI Ir enseguida a qué pen-
w.
T~ trampas en las erc:Of> .en cua~to a ~o que OCUrre en la neurosis. neurótico como ($ OD).
que caldo la dlalécuca analítica resultan de esto,
77
/J\,TRODUCCION .-\ LA ESTRUCTURA DE lA ANGUSTIA

En otros términos. e"S una trampa .de: la estructura fantasmática en el neu-


- LO QUE ENGAÑA

róti\.,,\)lo que ~nnitll) d.ar aquel ~nmer. paso Uamado pulsión. Freud. sin su primera fenomenología. que es la de un dummy, quiero decir. algo que
runguna da..<;e de vacIlación. la designó siempre como Trieb. La palabra tie- se presenta dotado de un carácter artificial. Esto es. ciertamente. lo que
pennitc que sea reemplazado por no importa qué biberón. que funciona
~ una hisloria en el pensamiento filosófico alemán. y es ahsolutamente irn-
exactamente de la misma forma en la economía de la pulsión oral.
posible confundirla con el término instinto. Re:sulta que. incluso en la Slan-
Las referencias biológicas. las referencias a la necesidad. son algo esen-
dlJrr1 Edirion. recientemente encontré - y. si mal no recuerdo. en el texto
cial. por supuesto. no se trata de rechazarlas. pero a condición de darse
Inhibición. sinwma y an!(lIstia - traducido todavía como insrinctllal need cuenta de que la diferencia estructural más primitiva introduce allí de he-
algo que se llama Bedüifni... en el texto alemán. Sustituir simplemente. si cho rupturas. cortes, introduce enseguida la dialéctica significante. ¿Hay
~ quiere. Bedüifnis por need sería una buena traducción del alemán al in- algo que no pueda penetrar una concepción que llamaré la más natural que
glés. ¿Por qué añadir ese insrincTlIal que no se encuentra en absoluto en el
existe?
texto. y que basta para falsear todo el sentido de la frase? Una pulsión no La dimensión del significante no es otra, si ustedes quieren. que aque-
tiene nada que ver con un instinto. lla en la que queda capturado un animal cuando persigue a su objeto. de tal
No tengo nada que objetar a la definición de algo que se pueda llamar fonna que la persecución de dicho objeto lo conduce a otro campo ~I! hue-
instinto. ni siquiera al uso habitual del término, como por ejemplo llamar llas. donde la persecución en sí misma pierde su valor introductono ~a
in~tintos a las necesidades que tienen los seres vivos de alimentarse. Pero convertirse en su propio fin. El fantasma. el $ con respcc~o al a.. adquiere
la pulsiÓD oral es otra cosa. Concierne a la erogeneidad de la boca. lo cual aquí valor significante por la entrada ~el ~ujeto. en esta dimenSión qu~ lo
nos conduce enseguida al siguiente problema - ¿por qué se trata única- devuelve a la cadena indefinida de las slgmficaclones que se llama destlDO.
mente de la boca? ¿Por qué no también de la secreción gástrica. ya que hace Puede uno escapar indefinidamente. pero lo que se trat~ de reencontrar
un momento hablábamos de los perros de Pavlov? E incluso. si 10 exami- es precisamente el punto de partida - ¿cómo entró el SUjeto en este asufilO
namos má.\ de cerca. ¿por qué se trata más especialmente de los labios tan del significante? I do
vale la pena reconocer la estructura que es y
solo hasta cierta edad. y por qué. transcurrido ese tiempo. se añade lo que Está pues muy claro que .' ál" Tenemos ya
Homero llama el recinto de los dientes? de la pulsi6n en los primeros objetos aislados por el a~ ISI~. I dernan.
I. . nado Má~ tarde. al lOvertlfse a
De hecho. desde el primer abordaje analítico del instinto. encontramos el que acabo de nombrar. e seno co dr' . os e<- obieto que se llama
d de la ma e. tenem, "'" J
esa línea de fractura esencial de la dialéctica instaurada por esta referencia da a la madre como d eman ~ . .vile io el de este objelo. salvo que
al otro en e...pejo. esdbalo. No se ve cu~ ,podna ser su pn ue gse ¡lama erógena. Hay que en-
Cref haberles traído. pero no lo he encontrado entre mis papeles. la fra- él también tiene relaclon con una zona q . e .U'ón está separada por
., t aso la zona en cu s
5e de Hegel en la Fenomenología del Espíritu, que les trderé la próxima vez •• tender bien que. tambl.en en es e c. • al ue desemboca Yque es mucho
~ se dice formalmente que lenguaje es trabajo. que es así como el su- 'un límite de todo el sistema funCional q.. ué el ano. sino por su
. nes excretoras. "por q . " Es
.teto hace pa.'i3f su interior al exterior. La frase. tal como está, deja muy cla- más vasto. De entre las f unCIO 'b . a cortar un objeto. te
ro que !oC trata de un ¡mide·out. como se dice en inglés. Es verdaderamente función detennmada. de es'fínter. que contri. uye al con todo lo que é·te s
. cento al objeto an • don
la metáfor.s del guante dado vuelta. Pero si añadí a esta referencia la idea corte es el que da su vaIor, su a · dicen en tanto que .
. lemente. como .
de una pérdida. es en la medida en que hay algo que no sufre esta inver- puede llegar a representar, no Slmp
.' Ik~
Sión: en cada etapa queda un residuo que no es invertible. ni tampoco sino en tanto que identidad. di nombre de la relación
~Ignlficable. en el regi!>tro aniculado. La función que eventualmente se le. o en r __ está jU~1jficada por
. yer slJ)(I anteaye dd anaIiza-
No 001i sorprenderá que estas formas del objeto nos aparezcan bajo la jeto en la teoría anaHuca - no a · ---A..lo del mundo ~.
fCJmla que llaman parcial. Este hecho nos ha llamado lo ba.o;tante la aten- . . er en ello un 0"""" . _. in progn:M-
lo que estoy diCIendo. pero v .. ·tiria la reS(ltU... I~
CJÓO com.... para que la" nombre"""'"· ~"f ~ . . . d maduraclon pernil r,w' ~Io todo. No.
~ ",.. un." ~'i • en su lonna seccIonada. Por eJem- do. en el que un proceso e I 1o auténtica. es 1, ~
pila~ • ~I~ tlO!. vemos llevado!. a hacer intervenir el obieto com:lativo de va de una reaccl'6n supu e s'Iamente 10 a
p11 "'VIl oral . hablarnos del pe7.vn
.... materno. Con todo. no
' debemos omitIr
.
79
1.<1
¡,'TRODUCClÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

tan solo ~ lr.lta de un desecho que designa lo único que es impon


sea. el lugar de un vaclo.
.
-
ante. o VI
Ahi irán situándose. ya se lo mostraré a ustedes. otros objetos mucho LO QUE NO ENGAÑA
más interesante~. Por Olrd parte ya los conocen. pero no saben !>ituarlos. Por
hoy. consideren reservado el lugar de este vacio.
Como. por otra parte, algo en nuestro proyecto no dejará de evocar la
~ría existencial. incluso existencialista, de la angustia. tienen razón en
pensar que no es casualidad si aquel que puede ser c~nside~ado u~o de los Un rasgo precioso de Ftrrnct.i
padres. al menos en la época moderna, de la perspectIva eXIstencial. se in- La angustia está enmarcada
teresó en el vacío La angustia. no sin objdo
De la angustia a la acción
M~ refiero a Pascal. que nadie sabe por qué nos fascina tanto. ya que. si
Demandas del Dios de los judíos
hemos de creer a los teóricos de las ciencias, metió la pata. Al menos la
metió en el cálculo infinitesimal. que al parecer le faltaba muy poco para
descubrir. Creo más bien que le importaba un bledo, porque había algo que
le interesaba más, y por eso todavía nos toca. incluso a quienes somos ab- Así pues. lo que e\.oco aquí para ustedes no es metafísica. Es más bien
solutamente incrédulos. Como buen jansenista que era, Pascal se interesa- un lavad~ de .cerebro. h bía nnitido emplearlo hace algunos años. an-
ba por el deseo. 'j por esta razón, !'le lo digo a ustedes como una confiden- Este tenruno, y~ me a . pe . Lo ue releOOo es. gr4Cia.~ a un mé-
cia. Ue\'ó a cabo las experiencias del Puy de Dome acerca del vacío. tes de que la actualulad lo fa\orec:~ra. a~ec:ado lo que se presenta en su
g
El vacío es algo que ya no nos interesa en absoluto desde el punto de todo. enseñarles a reconocer e~ e .u ; lo que pretendo h&.'Cr sólo se como
experiencia. Por su?ue~to. la e IC3Cla e
vista teórico. Ew ya casi no tiene sentido para nosotros. Nosotros sabemos
que. en el vacío, pueden producirse todavía huecos, llenos, paquetes de Prueba en la expenencla.'d b' lar la presencia .
en
nu' enseñanl3 de algu-
A veces se me ha podi o o ~e é d lodo la le"itimidad de la co-
ondas y todo lo que ustedes quieran. Pero para Pascal, que la ~aturaleza . ál" Despu r. e . t
nos a quienes tengo en an lSlS. ' . una eo la que se me oye Y
tenga o no horror al vacio era capital, porque esto significaba el horror de · 'onnugo - .
existencia de estas dos re laCJone~ ~ I deJ'ulgarse desde el in/enor.
todos los sabios de su tiempo ante el deseo. Hasta entonces. si no la natu- o mi _ s6 o pue por
otra en la que se hacen Olf por . te facilitar a cada uno. 'i
raleza, al menos todo el pensamiento había tenido horror de que pudiera - ede efecllvamen , . .eoto de
Lo que aquí les enseno, ¡,pu .' . I acceso al recODOCJJJU 1
haber. en algún lugar. vacío. lo tanto también a quien trabaja conml~~. de da un límite donde el conteo
He aquí lo que se propone a nuestra atención. Queda por saber si tam- .
su propio carruno? A este res'pecto. hay sin u .
I ' o ver que qUienes ,..-'
nnrriCIp3D de
bién nosotro!., de vez en cuando. cedemos a este horror. . no es un ma slgn ,
externo se detlene, pero r lo menoS. a leer mejor. ,rec<II)(lCer
estas dos posiciones aprend.en. ~. ertamente. mostrarles que sé ha en 1m
12 DE DICIEMBRE DE 1962 1
Lavado de cerebro. he dicho. anaI " aJao disúntO de lo qlK }' ntl<"
. es' . IZO ". 1 ts ~Jf "'[-
en lo que dicen aquellos a qUleo _.."""ole para cUos. o .
. . ntrol lo ve, ,,",'~' n los libroS·
libros es ofrecenne a ese ~o . h fC\:tivamen1c e , omo uno.
I
~beo reconocer en Ios I ro.
'b s lo que . ay eante un ~qu"uv -"" Signo e anMj~~.
, pI audlmlC . lellEo en
Por eso no puedo más que a de alguien a qUIen _ ....... pe~ar al
reciente que me fue dado por boCa de un rJSgo quC se I"'"'~~. muy
No se I~ escapó. eo efecto. el aJc~.:.e..lucci6n~~CC"len
. cuyau ....
vuelo en un libro de FerencZl.
tarde.
81
1m
I.\TRODUCCIÓN A L-\ ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

1
- -
LO QUE NO ENGAÑA

eSO tan precioso que aquí se nos aporta como material. se muestra
mente

. ....
'IS" y en cierto modo U\,rrosa.
l ' no d'Ice I
E n aeman, d '19uaI-
o emuestra
Imprec .•
sino simplemente nach Art der H)'sterie. o sea. a la manera dI! o
me/l te•.
El útulo original de la obra es Versuch eiller Gl'llitaltheorie, o sea, In-
segútl la modalidad de.
\'f'stigadón. con toda ex.actitud, de una teona de la gellita/idlld. y no de los ¿Qué significa esto para algui~n que ha aprend~do. ya sea aq~í o en otro
(In'(c'nes de la ,'ida sexual. que es como la traducción lo ha diluido. . a escuchar. sino que la vagma entra en funCión en la relación gerutal
lug ar, . ' l l .
·E.,..te libro seguramente. por un lado. produce alguna inquietud, Para mediante un mecanismo estnctamente eqUlva ente a cua qUler otro meca-
qwenes saben escuchar. hace tiempo indiqué en él lo que en algún caso nismo histérico? .
puede participar del delirio. Pero. al ser portador de una enonne experien- ¿ y por que sorprendemos? Nuestro esquema del ~ugar vacl~ en la fun-
cia.. de todas formas. con todos sus rodeos. pennite extraer más de un ras- ción del deseo les permite al menos situar la paradOja en cuesllón. que se
go para nosotros precioso. define del siguiente modo. .
Estoy seguro de que a éste. el propio autor no le da todo el énfasis que El lugar, la casa del goce. se encuentra normal~nte: ya que lo ~sta n~­
merece, dado que su designio. en su investigación, es alcanzar una noción .1 te situado en un órgano que tanto la expenencla como la lD\'esU-
tura men .' .
<kmasiado annonizante. demasiado totalizante de su objeto, a saber, la rea- ación anatomo-flsiológica les enseñan de la forma más certera qu: ~~ m-
lización genital. ~nsible. en el sentido de que ni siquiera puede despen:u-.a la senSIbilidad
He aquí en qué términos se expresa de paso. El desarrollo de la sexua- cillo hecho de que no está inervado. El lugar ultimo del goce ge-
por e l se n .' l pueden \'erter
lidad genital. cuyas grandes líneas acabamos de esquemlltiz.ar en el Mm- nital es un lugar - esto no es un mlsteno - en ~ que se cual-
bl? - se trata del varón - , sufre etl la mujer lo que se traduce como u"a diluvios de agua hirviendo. hasta una temperatura,mso~~~i::a
interrwpción bastante inesperada. traducción del todo impropia. pues se qUl'er otra mucosa ' sin provocar reacciones l !\ensonales mm
'
'
antes que entrar en e
1
trata en alemán de eine ziemlid/ un\'ermittelte UlIlerbrechung. lo cual quie- Es del todo pertinente situar taJes corre aClOnes . del to de \le-
d " ón el cual hana pun
re decir una interrupción en la mayoría de casos casi sin mediación. Esto mito diacrónico de una supuesta ma ura~ól , al en la función genital. el
. ,'ó de la tuncl n sexU
..ignifica que no forma parte de lo que Ferenczi califica de amjimixia, y gada. o sea. de la cu ImmaCl n . 110 que hasta entonces se
que a fin de cuentas no es sino una de las fonnas naturalizadas de lo que lugar de convergencia y de sínteSIS de t~o aquRe ocer la necesidad del
. parciales econ
llamamos tesis-antítesis-síntesis, o sea. el progreso dialéctico, por así ha podido presentar como ten d enclas . . ue la propia na-
. al d I deseo Yconstatar q
decir. ténnino que, a pesar de no estar valorizado en el espíritu de lugar vacío en un punto funclon e . I gar su punto funcional
Fereoezi_ anima efectivamente toda su construcción, Si la interrupción es turaleza. la fisiología. no ha encontrado en otrO '~que han hecho ¡magi-
'be d I peso de esas paradOJ inal
llamada unvermittelte es porque es lateral respecto.a este proceso. y no 01- más favorable, nos ~l ra :" . aIrededordel supuesto goce \'38 • Y~
\idemos que se trata de encontrar la síntesis de la armonía genital. Hay que nar tantas construcciones mlUcas por supuestO. no es que no
. ,. á clara - aunque. .
entender. pues. que esta interrupción está más bien en un callejón sin sali- sitúa así en una poslclon ro s
da, o sea. fuera de lo!> progresos de la mediación. podamos indicar nada más allá .de' esto. !rO Congreso de Arosterdal1l
on a nues ~ ...
Esta in~pción, dice Ferenczi. se caracteriza por el desplazamimto Quienes de entre ustedes aslsuer se dijeron muChas c~ ,
de la erogeneídad del c/(lOris. pene femenino. a la cavidad vaginal, En este sobre la sexualidad femenina recor~ que :UUculadaS y silua~. a fal-
, 'cfecuvarnentc ellos traba-
~n\o no ~emás que acentuar lo que nos dice Freud. La experiencia una- meritorias, sin quc pudieran ser , 'ué en la apertura de aqu io-
uí Y sin embargo. cuán~n
q
Ut/Ca. nos Incll~ . .nn embal'1(O. a supona que. en la mujer. no sólo la vagi- ta dd registro estructural que yo IDdi
. . Ir' to de darles aq . .u;¡ndo se '-VUV""'
lID nflO ta~Jl!n O/ras partes del cuerpo pueden genitalizarse. como lo jos y cuyas a.rtlculaclOnes a .., en la piz¡¡rTll. ~ ....... dar
demUi'stra Igualmente la histeria, en particular el pez6n V su región cir- so resulla para nosotros 53 he rlo que es"" ropósito de ug 11 ar que. se "" ....
cundan te. - s
todas las paradojas en las que se entra alP ('scala de las neuroM .
~1r1a llamar a '
Como ~stedes !!aben. en la histeria hay todavía mucha.'i olras zonas que . .
a la histena en lo que se I]VUA'
~án unpbcada!o . Por otra parte . Ia tr'ad UCCI'ú>no a falta de seguir efecttva-
.
/.\TRODUCC/<)N A L-\ ESTRUCTURA DE L4. ANGUSTIA

En razón de. las analogías ~vi~entes con el mec~ismo histérico. cuYo


- -
LO QUE NO ENGAÑA

otro modo no vería. Lo que quiero decir con esto es que la primera
ekmcnlo pnnclpal yo les he mdlc~do. se suele consld.emr a la histeria la que de l '
cosa a plantear sobre la es~ctura de a angusUa - ~ que ustedes descui-
~W'OMS más 3\·anzada. al ser la mas cercana a la culmmación genital. Se- dan siempre en Ia.c; observacl?n~s. porque están fasc1D~oS por el conteru-
gún e~la conce¡X:lón diacrónica., tenemo~ que ponerla al término de la ma- do del espejo y olvidan su~ .lImltes - .• es que la angusUa está. en~arcada.
dur'al.-iÓD mfantil. pero también en su punto de partida. puesto que la clini- Quienes escucharon mi intervenciÓn en las Jornadas provlIlClales con-
~3 oos muestrJ que en la escala neurótica. debemos considerarla. por el "'s al fantasma - intervención cuyo texto todavía espero que me re-
sa~ad -
oontrano. ~:omo la más primaria. pues sobre ella se edifican las construc_ itan tras dos meses Yuna semana - pueden recordar la metáfora que em-
o

cio~s de la neurosis obsesiva. Por otra parte. las relaciones de la histeria mi . la de un cuadro que viene a situarse en el marco de una ventana. Téc-
p ee. . . I
ron la psicosis. con la esquizofrenia. son evidentes. y han sido destacadas. nica absurda. sin duda. SI se trata de ver mejor lo que hay en e cuadro. pero
Lo único que puede permitimos - aparte de tlotar al capricho de I~ ne- no se trata de esto. Cualquiera que sea el encanto de lo que está pintado en
~idade~ del C3."ú a exponer - no poner a la histeria ya sea al final. ya sea la tela. se trata de no ver lo que se ve por la ventana. .
al principio. de las supuestas fases evolutivas. es ponerla de entrada en rela- A veces sucede que se ve aparecer en ~ueños. y de un modo no am~l-
ción con lo que prevalece. a saber. la estructura sincrónica y constituyente na forma pura. esquemática. del fantasma. Tal es el caso en el sueno
~U "óad-
del deseo en cuanto tal. donde lo que yo designo como el lugar del blanco, el de la observación del Hombre de los Lobos. Si este sueño de repeucI n
lugar del vacío. desempeña siempre una función esencial. Que esta función quiere toda su importancia Y Freud lo elig.e como cen~, es porque es el
sea puesta en evidencia en la estructura acabada de la relación genital es a la fanta.<;ma puro develado en su estructura. SI esta obr.erva.clón uene ~ no-
\'cz la confirmación de lo bien fundado de nuestro método y el comienzo de
sotroS un carácter inagotado e inagotable. es porque ~ trata ese~lal~n~
te de cabo a rabo. de la relación del fantasma con lo real. Ahord bien. (,~ue
una "isión más clara. desbrozada. de los fenómenos de lo genital. • . . °b' I d ténninos están mdica-
Sin duda hay algún obstáculo para que lo veamos directamente, puesto vemos en este sueño? La hlancla su lIa - os os .-
dos _ de una ventana. El fantasma se ve más allá de un cnstal. y por una
que para Uegar a ello tenemos que pasar por una vía algo desviada. la de la
anguloUa. He aquí por qué estarnos en ello. ventana que se abre El fantasma está enmarcado.
.' . allá.' rán allí la esUUCtura que
En cuanto a lo que ven ustedes mas reco~ ..."_~ la de un
. d ' . ema Hay siempre dos "",,<L>.
es la que ven en el espejo e rru esqu. e_""",,-,M En este:
I de a1 0 0 que está "'-'}""_.
soporte más o menos desarroII ado Y a e . brir cualquier
sueño. son los lobos en las rama~ deI i1J " " •
.(~I No tengo mas que a
I por así decir. de
2 . . fré' para encontrar o.
recopilación de dibUJOS de esqulzo rucos al n árbol con algo en la cima
o

a montones. A veces encontrar.in también gu tó Jean Bobon en el úl-


. . 1 dI' f nne que presen
E.\te mome~to en que se acaba.. con el año. una primera fase de nuestro dis- Tomo mi pnmer eJcmp o e ID o de la expresión.
timo Congreso de Anvers sobre ~ fenó~en~Qué hay en el extremo de las
~ e$ propICiO para lo que subrayo - que hay una es1ructur"d de la angustia.
Vean este dibujo de una esqulzofréDlca. /, - el n51"d qU(! dcloCm-
La abordé para ustedes con ayuda de esa forma taquigráfica que está en 'ó I ue desempena y..,'- _II~ de
la ¡marra desde el comienzo de mi. d'lscurso. y de las aristas viva.'i que apor- ramas? Para el sujeto en cuesU n. o ~obos son significanteS. Má.~ .......
. peñan los lobos para el hombre de los 'd'u seI.-reto./o SOTW umprr
ta. que deben considerarse co t ld 't la fórmula e s . soy \'!J-
!.Oda-v{a be":'do I n. ( o su carácter e!Opedfico. Sin embargo. las ramas del árbol. ella ha escn o . ....vlido decir. Slntlprr . .
no IDS1StJ o suficiente en un pUnto. unca habla r - I ~ ltalla-
E~te trazo es el espejOo v··t .. _ vista. Es lo que hasta entonces n hacerles \"er<I~C:.t."lD (l ~ ~
. _,,_ h . ' . IS o U<; canto. Ahora bien. un espejo no se ex- tao Todavía es preciso que me det~nga para es sólo un partu:1PIO pa:.. •de
Ue•...., asta ellnfimto llene lím't S· .
que e~ extraído C\te ~ • 1 es. I !>e remUen ustedes al artículo del . es ambiguO. No· . 'vo la (uo.:: 1ón
no como en franc é s, ",sta· .do. subjetivO y obJcU • . . la que
C~JO. 81c espejo penn;:ma ..ver'dJI que doy cuenta de estos Ifmites del también la 1';sla. con sus dos senU s.· dil.'(' la visla del palsaJC.
1"10 le C\ t"WorCl'nl·1..1 di al ~UJelo ver un punto situado en el espacio que 'ista. 1.:Omo se
la vista y el hecho de ser una \ '. . al
..... -r,h71C rectamente p . elB posl .
ml~mo. o a mi CIJO en el e . . ero yo no me veo for.wsamente a mi se toma como objeto en un a talJ
speJo. aunque el espejo me ayuda a percibir algo
1¡'-TRODUCClÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

lo único que quiero destacar hoy, es que lo horrible, lo oscuro, lo in- - LO QUE NO ENGAÑA

, . o - por una vez. el término en francés (hOtel-. este hué!'>-


qUl~tante. tl"ldO aquello con lo que traducimos. como podemos, en francés. lo indica elle~1O corriente. es ya alguien bien trabajado por la espera.
d I1la2lStraJ unheimlich del alemán. se presenta a través de ventanillas, Es pedo en su sentido a 1 ue ha virado a lo hostil. que es por donde he empe-
e~ado como se sitúa el campo de la angustia, Aquí vuelven Ustedes a Este huéspt.-d es Yb °lq .pe....d. Este huésped. en el sentido corriente. no es
di' urso so re a es "
zado est~ se
eD~:ontrMSe con aquello con lo que he introducido mi comentario, a saber, " "' .... An
'1 h'ab'tante
1 de la casa, es lo hostil domesticado. apaclé UAUV •

la rt'lación de la escena con el mundo, lo heimilch. no es e H . lo que es Geheimnis. nunca pac;a por los rodeos. las
"d Lo que es eml, . h ' /. h nos
Súbitamente, de golpe - siempre encontrarán ustedes este ténnino en adlmU o, . l ' ocimiento. Ha permanecido un e/m /e . me
. 1 s tamices de recon ., 'lado
el momento de entrada en el fenómeno de lo ullheimlich, Siempre encon- redes. o , h' b'tante menos inhabitual que IOhabl ,
tranin la escena que se plantea en su dimensión propia. y que pennite que inhabituable que madi 1 1" I,'ch en el marco lo que constituye el feoóme-
. 'ento e o le/m oh'
surja aquello que, en el mundo, no puede decirse, , Es el surguUl , fal~o decir que la angustia carece de ~eto.
ti y por eso es .;o h
no de la angu~ a.'

'Qué esperamos cada vez que se levanta el telón, SinO ese breve momen- . clase de objeto distinto del objeto cuya apre en-
tode angustia? Ése que pronto se apaga, pero que nunca falta en aqu~lIa La angustia llene ot~a da r la rejilla del corte. del surco. del ras-
sión está preparada y estructura , POpre cerrando el labio. o los labios. del
dimensión por la que. cuando vamos al teatro. hacemos algo más que Ir a . d 1 so que opera slem _,,_,
sentar nuestras posaderas en el sillón pagado a un precio más o menos caro, go unano, e es e " rten entonces en cartas cell .......... re-
orte de los significantes. que se con\ le
el momento de los tres golpes y del telón que se alza. Sin este tiempo c d a otras hueUas.
mitidas en sobre cerra o d red de huellas. en la que el paso
introductorio, que pronto se elide, de la angustia, nada puede adquirir el va- ,- h en~lm~o~ ,
Los sigmhcantes ac , '1 .' nifica que el significante en-
lor de lo que se detenninará a continuación como trágico o cómico. s poSible Lo eua slg " .
de un ciclo al otro es pue ., h bla cuya caractenstlca esen-
,'<quello que no puede, decía yo, Tampoco en este caso aportan todas las gen dr a un m undo "el mundo del sUjeto _ que a . ,
lenguas los mismos recursos, No se trata de k6nllen - por supuesto. pue- cial es que en él es poSible enganar. eto sin el cual la presenCia del
den dectrse muchas cosas. materialmente hablando - sino de dürfen. de La angustia, es es'te corte - este corte n 1 real es Impensa
. ble _ " es
.' ' u surco en o • . .
un poder que trdduce mal el permitido o 110 permitido, pues esta palabra se significante. su funclona~lento. ~e~ lo que ahora entenderán ustedes ~
relaciona Con una dimensión más original. Incluso es porque man darf este corte que se abre y deja apar . ' lo que expresa tan bien el ténn ti
meht. no se puede. por lo que nUl1I kann. de todas formas se podrá, Aquí "
j'or lo inesperado. la vlslla. 1a noticia
d 'rse simplemente como el prescn,,- "-1
actúa el fOl7.aJ1liento, la dimensión de disparador, que constituye la acción "
presentimiento, que no " . debe enten e .
1pre-sentimiento, lo que está an~s uo;

dramática propiamente hablando, \lll' ento de algo. sino tamblen como e .0_

Todo el tiempo que le dediquemos a IOlí matices de este encuadramien- nacimiento de un senti~lento. ' ed tomar cualquier orientaCI'ó~:,~q~- de la an-
to de la angustia es poco. ¿Me dirán ustedes que la fuerzo en el sentido s:
A partir de la angusua p~ e ésta es la verdadera sustaOl;¡a
de reducirla a la espera, a la preparación, a un estado de alerta, a una re- perábarnos. a fin de cuentas ~a lo fuera de duda. lo entre la an-
puesta que es ya de defen!;a frente a lo que va a suceder? Esto, sí. es la gustia - , es ese lo que no i'lIgtln :encias, Aunque c,l vineu del obsesi~o.
E,....,·Grtung. la constitución de lo hostil en cuanto tal. el primer recurso No se dejen \levar por las ap~e o llamado amblvalenle mislll3 cosa.
máI; allá de la Hilflosi1(keit. Si hien la espera puede. en efecto, servir en- gustia y la duda. la hesitación, el JU ~'ble DO por ello son la '
tre otro!. medios, para enmarcar la angustia. no es indispensable. No hay ,
Pueda parecerles clímcame nte aprecia. d la duda. .
t' es la causa e :-":carles que SI la
ninguna necesidad de la espera, el marco siempre está ahí. Pero la angus- , d d' la ang us la debeTt lJlUI ,
ua c!> otra cosa, La angustia no es la u a. rá la última. que· hensiÓD c:ÓIJca. es
No es la primera vez. Yno ~ s dos siglos de apre .' luIy una dimen-
Hay angustia. cuando surge en este marco lo que ya estaba ahí, mucho función de la causalidad subslstetrntr~\Í donde la re(UI6an,~I ... erdadero pesO.
má.... ten:a. en la casa. Heim. Es el huésped, me dirán ustedes. En cierto ciertamente porque no se encuen . es n.en 111 dire~'Ó n de III
b ""ar la verdadera fuOCI
'len1K1lI, .. r, ~ supuesto, este huésped desconocido que aparece de forma sión en la que tenem· os que. du.~1 función de causa. . '
Inopinada llene que ver, enteramente, con lo que se encuentra en lo ' t
el sentido de la sub giS e OCia e a
lUlheintlu·h. pero de!i.ignarlo a!\r es insuficiente. Puesto que. como muy bien apertura de la angustia.
INTRODVCCIÓN A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

La dU?a los es~uerzos que i~\'ierte, tod~ ello no es sino para comb .
la angusua. y precisamente mediante enganos. Es que se trata de . atir
- -
LO QUE NO ENGAÑA

ha de menos en la turbación.! esmayer. que es esen~ial­


.
que. en la angustia. es certeza homble. eVllar 1o bara1.0 Y lo que d~ la evocación del poder que no aparece. la expenen-
te como les lJe. ,
men. I falta a uno en la necesidad.
cia de lo que e d s términos es esencial para nuestro tema. porque
1 ' 'ulo de estos o stá de más
E VIDe b'" dad Si aquello con lo que nos enfrentarnos e •
subraya su am Igfuale Si llega a faltamos. ¿por qué decir que en otro lugar
3 entonces no nos ta,
sa embarazo? , má l' 'eras
nos cau 'd do de no ceder aquí a las ilUSIOnes s lsonJ, '
TengamOs C~I a a enfrentamos con el problema de la angusua. reco-
Pienso que en este punto ustedes me pueden detener para recordarme Ahora que "a~os od uellos que han hablado desde un punto de
q ué qUIeren t os aq , " ne
que más de una vez he planteado, de formas aforísticas. que toda activi- no2.C~OS ,_ • ' Pardiez! Lo que luve que plantear al pnnclplo c~~ -
dad humana se desarrolla en la certeza. o incluso. que engendra certeza. ' clentlftco, I 1't ción de un mun do . el s'lgn'lflcanle
vista ' corno poslblbdad
cesario para la co~s 1 u e se revela que no es vano, Se ve mejor cuando se
o bien. de una forma general. que la referencia de la certeza es esencial-
mente la acción. de engaño. es aqUl dond. ti Y lo que se ve. ¿qué es? Que abordarla
trata precisament~ de la ~g~~caa~ostrar que es una inmensa engañifa"
Pues bien. sí. seguro. y ello es precisamente lo que me permite introdu- científicamente sIempre Imp II lo que se extiende la COnqUista
cir ahora que es quizás de la angustia de donde la acción toma prestada su No se dan cuenta de que todo aque o a trae que es un inmenso enga-
certeza. . d iempre amos
de nuestro discurso se re uce s , 1 nsamiento consiste siempre en
Actuar es arrancarle a la angustia su certeza. Actuar es operar un trans- ño, Dominar el fenómeno medlante::o e~gañOso. implica poder repro-
ferencia de angustia. mostrar cómo se puede hacer ~e ~~ te' Un significante de qué? El su-
y como resulta que estamos al final del Uimestre. me permito plantear ducirlo. o sea. hacer de é,l un slg~1 IC: c'u~ntas, No es nada que deba sor-
lo siguiente. un poco deprisa. para completar. o casi completar. los blancos J'eto al reproducirlo. falSifica el hb~ti° t s la huella del sujeto en el cur-
• .' 1sigm Ican e e , la an-
que babía dejado en el cuadro de mi primer Seminario. ordenado a partir Prendemos. SI es cierto qu~ e poder continuar este Juego con
so del mundo. Sólo que. SI creemos 'dad saldremos perdle , orlo• porque la an-
de los términos freudianos. inhibición. síntoma y angustia. con impedimen- , 'bien con toda segun '
lO. embarazo, emoción y turbación. ¿Qué hay en los lugares vacíos? Hay guslla. pues, • • a a este juego. I nwmcnto d~
el pasaje al acto y el acting OUI. gustia. precisamente. eseap debemos precavemos e~ e de más Y
Así pues. es de esto de lo ~ued mbarazo con el significante, no fue-
"ti ta relaCión e e S pan que SI
Inhibición Impedimento captar qué slgm IC~ es de enos. Voy a ilustrarlO: ,~ ropero con eso
Emoción
Embarazo de falta con el sigmficant~ mI de ello, Pero el análisIs!
Síntoma " o podría hab ar
Turbación
Pasaje al acto ca por el an'á1 lSIS n . I el falo, '6 7i.Odos los~-
Acting out od po r ejemp o I ecuacl n .
Angustia en el primer rec~. Aristóteles. plantea. ~ nle que ha se~-
Juanito. tan .lógICO co~o Supongo que me diriJ~a f;anito. y que tam-
Cuadro de la angustia res animados tIenen UII fa o: o del análisis del caso e asado sobre la pro-
do mi análisis del coment~ idado de acentuar el añO~ licne otrO senudo
bién recuerdan lo que tuv~ ~u universal. a saber. q~e sible. Es imposible
Hoy. no tengo tiempo de decirles por qué. Por este motivo he dicho que . 'ó llamada aflfffi3h'i3
poSICI n .' de lo real. 3 P
artir de lo unpo
me l1D\ltaba a casi completar este cuadro. De todos modos los haré avan- más que el de defimclón V~ C#I{I. 1,11'01
ZM por elite camino haciéndoles notar. en estrecha relación con nuestro erde eD espalIcll,
tema de e..ta mañoon" 1- opo "6 . , . , , ~ pe
'entre 1/110/ y tS1lflJI""
' , -.... a 1IICI n ya Implicada. incluso explicada. en nu l. La rttación eumológlu
pnmera tntrod ió de
ucc n elllOs términos. entre lo que hay de má.<; en el em- del T.l

88
INTRODUCCJON A LA ESTRUCTURA DE LA ANGUSTIA

que un ser no tenga falo. Como ven ustedes. la lógica tiene por lo t
. .."
t~l()n cseoclalmente precana de condenar lo real a tropezar eternan¡
anto esa
- da d que" len
LO QUE NO ENGAÑA

" e de Qahill. asamblea. Qoheleth es a la vez una fonoa abs-


, .. nína la virtud aglutinante .
propiamente d'IC ha. 1a & e1eSla, ' SI'
coo lo imposible. No tenemos otra fonna de aprehenderlo más qUe a ente acta y .eme, ,
Van- tr 'eren más que el EcleSIastés.
ustedes ~UI . en~ña este libro que he llamado libro sagrado y el más pro-
zand4.l de tropiezo en tropiezo.
Ejemplo. Hay seres ,,'ivos. mamá por ejemplo. que no tienen falo, En- . Que nos . é ., E 1
(, filó f tropieza cuando lee en él no sé qu eco eplcureo. sto o
to",,~s es que no hay ser ,,'ivo - angustia. fano? El I so o , El" Sé
he 1 .'do Eplcure , ' o - hablemos de ello' a propósito
. del , e eSUlStes.
, muy
Hay que dar el paso siguiente. Lo más cómodo es decir que, incluso aque- ,el. hace mucho tiempo que Epicuro deJÓ de tranquilizamos. tal
llos que no lo tienen, lo tienen. Por eso, ciertamente, nos aferrarnos en COn- ~Ien q~;/~omo ustedes saben. su designio. Pero decir qu~ el Eclesi~tés
junto a esta solución. Los seres vivos que no tienen falo lo tendrán. contra como
hava teDl'do por un solo instante la oportunidad , ..de producllllos elrrusmo
toda e\'idencia Si son seres vivos es porque van a tener un falo - que noso- , 'ertamente no haberlo abierto siquiera.
tros. psicólogos. llamaremos. irreal, y que será simplemente el falo efecto. eso es,~ que goce-textual. La Biblia es. sea como sea. la palabra de
significante. Así. de tropiezo en tropiezo. progresa. no me atrevo a decir el , Dios .m~ p~ . es la alabra de Dios. creo que ya han observado uste-
oooocimiento pc!ro sí. segur.unente. la comprensión. DIOS. ~:~~~~~~~~:luta :ue existe entre el Dios de los judíos Y Dios ~I ~
De paw, no puedo resistirme al placer de compartir con ustedes un des- des la A "
e la histona ..
cnsuana creyó encontrar respecto
- al DIOS de los
cubrimiento. un hallazgo. que el azar, el buen azar, lo que llaman el azar y Platón. unqu _, asión psicótica en el Dios de Platón. ya es hora de acor-
que lo es tan poco. me ha pennitido hacer por ustedes, apenas este fin de judíos su pequena e~ I Dios motor universal de Aristóteles, el
semana en un diccionario de s/ang. darse de la difer~ncla que hay. e:~~te de Platón. y el Dios de los judíos.
Dios soberano bien, concepcló bl Dl'os que te pide algo y que. en el
¡Por Dios. me ha costado tiempo, pero qué bella es la lengua inglesa!
que es un lOS cono , . el que se ha a. un
. daderamente el colmo.
¿Alguien sabe aquí que. ya en el siglo XV, el s/ang hizo el hallaz- . d Goza - esto es \-er
EclesJastés. te or ena 1a angusúa tiene una fuente. un
go maravilloso de reemplazar a veces I undersland you perfecl/y Gozar a la orden es algo que. si es que odos podemos sentirlo. AGoza,
por 1 underSlumble you perfeclly? Lo escribo, porque quizás la fonetiza- , d al . modoalú-t .
origen. debe de e~tar e gun '~ro naturalmente. no por eSO go-LO
ción no les haya pennitido captar el matiz. Este IInderslumble intraducible sólo le puedo responder una cosa. OIRO, pe. la que se activa pard noSO-
al francés incorpora alunderstand. que significa comprendo, el sllImb/e. I 1 de presencia en
con tanta facilidad. Tal es a c ase di~e expresamente que él es lo que es.
que quiere decir precisamente tropiezo. Comprender es siempre aden- tros el Dios que habla. aquel que nOS , 1 ance en el campo de sUS deman-
trarse dando tumbos en el malentendido. Pam adentrarme. mienuao¡ esté a ~ a e "tro tema. porque es el roo-
La psicología ~lásica enseña que la trama de la experiencia se compone das. plantearé. porque est m y
. á u pfÓxuno a nues
" ón reciente _, que entre ,
las de-
de lo real y ~ l? ureal. y que los hombres están atormentados por lo irreal ,
mento- tienen raz n. nO
ó es una obsef\ acl
'd rivilegiado. las hay muy
preclsas.I
en lo real',Sl asl fuera. sería del todo vano esperar desembarazarse de ello. mandas de Dios a su pueblo elegl o, P que! Dios no necesi~ba te~ró a
~ ~ I'aZOn de que la conquista freudiana. por su parte, nos enseña que lo Para precisar sus ténmnos, P
, acece que a . __ .I~ l/'CUm"SI D.
. lar hay una Han....... e ___ .1
mquletantc es que. en lo irreal, lo que los atormenta es lo real. , " o - en partJ cu l>..o~isa hl demauua.
Presciencia de rru Semman 1modo d~ uso. .-."'-
S~eocupaclón. Sorge, nos dice el liIósofo Heidegger. Por supuesto, Nos ordena gozar y. a em . d ás entra en e
m:saperci-
pero aquí que hemos avanzado mucho. ¿Es esto la última palabra? An- des ni a mi les ha po&d~ que supo-
~ ~ a~~.
deslinda el objeto. .
de hablar, de ponerse a trabajar. la preocupación está supues- Por eso. me parece. ni a usle rdi 'o embrollo. la co OSI
ta. c.Qué 1¡lgll1fic~ esto? ¿No se ve que alú estamos ya en el plano de un arte , elexUUo nan
bido desde hace tlel~~
upacl~n7
<ka} la preocl El hombre es. evidentemente un gran productor de
go que e CODClerne y qu 11 ' •
1 . stración, 'relación 1;00 el
ne referir la circunCISIón a ~ c.~ 60 analógica, porque I~e.necausa. ~u repre-
filefO !.abcrlo por un Ii b e .se ama preocupa(.·lón ' Pero en tal ca<¡o , pre- Por supuesto. hay una re aC,1 la circunciSIón es su
. , P ro decir que
, ro santo, que es al mismo tiempo el libro más objeto de la angusua. e
profanador que ClI.l!tte. llamado Eclesiastés.
f.m t{tulo e., la traducción' 11
ténnino Q{J~k-th ha x .gne~~, evada a cabo por los Setenta. del 2, Jouis! )'oiU.<. IN. del T.I
, pa. térrmno uruco empleado en esta única oportuni-
9/
9f)
1.\TRODUCC/Ü\' A L.A ESTRUCTURA. DE LA ANGUSTIA

scotlJlte, d ao.á.logo <k Jo que lIrunamos la castración y su CompleJ'o


. - • es co.
metl"r UD gJ\l~ro .emlr. no saltr del sllltoma, o sea. de la ~onfusión que en
- -
LO QUE NO ENGAÑA

ás directamente que Freud. ya que vengo detrás de él: interrogo


Per? ~ CI ~'Iwi? Dicho de otra manera. ¿cuál es la relación del de-
un sujeto dn:uocldado puede establecerse en lo concerniente a su marca
~oo algo que quizás esté en juego en su neurosis en lo relativo al COmplej~
a su DIOS - ~Iep gunta siempre elidida por la tradición filosófica.
'on la ley. r e . I .t d I
pero
de casrracion. seO c ud respon d'ó 1 _ Y ustedes
• viven de ello. aunque. como . e res o e
que Fre
d todavla , no se han dado cuenta. Respuesta - es la nusma cosa. "
Nada menos castrador que la circuncisión. Cuando se hace bien, no po.. mun O,q ue yo les. e, nsen"o . aquello a lo que los conduce 'lo que les.enseno. y
demos negar que el resultado es más bien elegante, sobre todo al lado de Lo
. l t xto enmascarado bajo el mito de Edipo. es que esos ter·
aquellol> sexos masculinos de la Magna Grecia que los anticuarios, Con el que ya esta en ~. e I'ntearse en una relación de anútesis. el deseo y la ley,
. s. que parecen p a 1 l C
pretexto de que soy analista. me traen de a montones y a domicilio. Mi se. mmo . ' l a misma barrera que nos cierra e acceso a a osa,
~'Rtaria se los devuelve y los veo marcharse por el patio cargados COn una no son S100 una y do' me adentro en el camino de la ley. Por eso Freud
maleta llena de esos sexos, en los que debo decir que la fimosis siempre se \hle,~s. nolens •. dese: la' ley con el inaprehensible deseo del padr.e. Pero
xcntúa de una fonna particularmente repugnante. Hay. de todos modos. en relaCiona el ongen d u descubrimiento y toda la investigación
I d ce a uste es s o "

la práL"tica de la circuncisión algo saludable desde el punto de vista estético. adonde os con u ·d ..t lo que hay de verdadero tras este engano.
. . no perder e VIS a ..t_ I
analíuca. es a . b' tos mientras desee no sé nada U<: o que
Por otra parte. la mayoría de quienes siguen repitiendo en este punto las
Me normalicen o no rrus ~d~ ap~ece un objeto. entre todos los demá.\.
coofusiones que subsisten en los escritos analíticos captaron. de todas fonnas. deseo Y luego. de vez en cua. ah'
hace tiempo. que se trataba también de reducir de forma significante la amo o • é qué se encuentra l. .
que en verdad no s por : d I e he aprendido que cubre nu angus.
bigüedad dd tipo sexual. Soy la henda y el cuchillo. dice en algún lugar Por un lado, está aquel obJet0:riu hizo falta que me lo explicaran.
Baudelaire. Pues bien. ¿por qué considerar como la situación normal ser al tia. el objeto de mi fobia. y no n~g ~: tenía en la cabeza. salvo decir si
mismo tiempo el dardo y la \'aina? La práctica ritual de la circuncisión no puede porque hasta entonc~s yo no sabia~~a~o. está aquel objeto dd que en ver-
sino engendrar una repartición saludable en cuanto a la división de los roles. ustedes tienen o no tienen. Por otr é l que deseo _ Yyo, que no detesto
Estas obser.aciones. corno ustedes ya deben advertir. no son laterales. La dad no puedo justificar por qué es se e, más los zapatitos?
. ue me gustan aun
dmmcisión ya no puede parecerles un capricho ritual. porque se ajusta a lo a las chicas. ¿como es q l otro la pastora.
que les enseño a considerar en la demanda. o sea. la circunscripción del ob- Por un lado está el lobo. por e
jeto y la función del corte. Lo que el Dios pide como ofrenda de esta zona " r zando estas primera.~ cbarIa:; .sobre la
delimitada aísla el objeto tras haberlo circunscrito. El hecho de que después Voy a dejarlos en este punto. tina 1 . J.
de esto quienes se reconocen en este signo tradicional no vean menguar su . usúante de DIOS. a
angustia. ntender de Ja orden ang 1 I dell.-en.
rrlación con la angustia. quizás todo lo contrario. es una cuestión. Hay otra cosa qu~ hay qu~ e omento que degí para hace~.o.: Les doy
Uno de ~uellos a quienes nos referimos _ y dada mi asistencia esto caza de Diana. de qUien. en e m la Cosa de la búsqueda freu lan .
. di' ueera .
DO es no ~Ignar a nadie - me llamó un día. en una nota privada. el últi. tenario de Freud. les Je q
. tre para e
I a1alí del lobo.
mo de I~ caballeros .cristianos. Tranquilícense, S i puede ocurrir que me en. cita para el próximo tnmes . EM8IlE DE 1962
tretenga con algu",B l~vestigación jugando. para hablar con propiedad. con 19 DE DK1
~ cálculo de los slgmfic.antes. mi gematría1 no se perderá en su cómputo.
na' del me hará
Sunca ' .confundir. SI' . me permiten • mi veiiga
ustedes ~ con la linter-
conocullIento. Más bien. SI esta linterna demuestra ser una linterna
!oOrda. me hará n:cOOOCer allí SI' ee ""lO" 'ISO . ..
• ., r' - - . • ffil veJiga,

1 f;hnm,~ 1:'11. del T.J


4. "I'rmd,. tkf v'~n.1 n .... , d la _. .
z...
- _ r~
w. por otra. IN. delT.1 r. n/U~f. Cltpre~lÓQ qUIl denota confusión confun-

93
92
REVISIÓN
DEL ESTATUTO DEL OBJETO


" ,
.
HI~."¡- •
I I

..."'''''- • .
~

~::
VII
-
NO SIN TENERLO

Fúica
Lingü(stica
Sociologla
Fisiologla
Topologla
l.

En la trigésimo segunda de sus lecciones introductorias al psicoanáli-


sis. que encontrarán ustedes en la serie llamada de las Nuevas confe"ncias
sobre el psicoanálisis. tal como se retradujo su título al francés. Freud pre-
cisa que se tmta de introducir algo que no tiene en absoluto. dice. el carác-
ler de una pum especulación.
.- Nos lo han traducido al francés ininteligible que podrán usledes juzgar.
Pero no puede tratarse verdaderamente sino de concepciones. Punto. En
efecto, se trata de encontrar las ideas abstractas, justas. que. ap/icaJas Q
la nulteria bruta de la obsen'ación. aportarán orden y claridad. Evidente-
mente. siempre es un fastidio confiar algo tan precioso como la traducción
de Freud a las damas de la antecámara .
.' No hay punto en el texto alemán a1ü donde se lo he señalado. y no hay

r
.!í
-
ningún enigma en la frase. Sondem es hande/t sich wirklích Un! Auffas-
sIlngen. Se trata • wirklich • realmente. efectivamente - Yno I'erdaderamen-
te - de concepciones. o sea. con ello quiero decir representaciones.
. .Rjh
V.orstellungen. abstractas correctas. se trata de emzu,.. ".n.

de traerlas a la
ob-
luz y aplicarlas a la Rohstoff der Beobachtllng. la matcna bruta ~ la. el
servación. lo cual pennite extraer de allí Ordnung und Durr.hsichngkell.
orden y la transnarencia.
1""- • 1 .slllO en el que noso-
Este esfuerzo. este programa. es cJertamen~ e IUI
Iros nos esforzamos aquí desde hace algunos anos.

97
"C;flo>lUN DEL EStA/UTO DEL OBJETO

1 - -
NO SIN TENERLO

, '. ' de 10 que prescinde de la objetividad. y es llamado sub-


No hablare aqUl de la ciencia _ hablo de nuestra ciencia en general -
. . 1 En el campo
JeUV( . d. e desde Kant le han ocum·do, a este ob·~eto. al gunas des-
Resulta que hemos precisado. en nuestro camino de la angustia l . ben uste es q u · .. ._.
. . . e esta- ya ~ odas debida... a la importanCia exceSiva que se ha quendo dar a \:Ief-
tuto de lo que de entrada he deSignado con la letra CJ. grac¡~<;. t .. n particular. a las pertenecientes al campo de la estética tras-
La ven ustedes aquí coronando el perfil del florero que simboliza laS eVldencSl~<¡~' ~ ne por evidente la separación de la dimensión del espacio
nosotros el continente. .. de Ia I·b·d
narCIsista E' par-.¡
I I o. ste puede ser puesto en rel _ . dental. 1 se ue ., . . 'ti bó
cen d I del tiemp<>. la elaboraclon del objeto clentí lCO <H:a trape-
clón con la imagen del cuerpo propio, ¡'(a), por intermedio del espejo d:1 res·pecto e1 a traduce muy impropiamente como una cnsls . . de 1a razón
~~o~se .
Otro. A. Entre ambos se produce esta oscilación comunicante que Freud de- l.aD H bo hacer todo un esfuerlO para percatarse de que. en cierto
. nlífica. u que . ,. .
signa como la reversibilidad entre la libido del cuerpo propio y la del obje- c~e I de la física. los dos registros. espacial y temporal. no podían segUir slen-
to. En la oscilación económica de esta libido reversible entre ;(a) y ¡'(a), Olve .d dos v.• riables independientes. lo cual. hecho sorpren~ente. pa-
do conSI era . ..... . I bl E .
hay algo que no es que se le escape. sino que interviene allí con una inci- . l' . do a algunos espíritus problemas lOSO u es. stos. slo
rece haberles P ante a . damos
dencia cuyo modo de perturbación es precisamente lo que estudiamos este . parecen dignos de que nos detengamos en ellos SI nos
año. La manifestación más llamativa de este objeto a. la señal de su inter- emb~g~~ ~~e es precisamente al estatuto del objeto a lo que trdla de se rec;
vención. es la angustia. c~en a el fin de devolverle a lo simbólico el lugar exacto que le correspo
mr con . . . hacer una extrapo-
Ello no significa que este objeto sea sólo el reverso de la angustia. pero n la constitución y la traducción de la ex.pen~~Ia. 510
e . . . I mbóhco
sólo inten·iene. sólo funciona en correlación con la angustia. lación aventurada de lo Imagmano en o SI . . es irrealizado en
La angustia. nos enseñó Freud. desempeña en relación con algo la fun- En verdad. el tiempo en cuestión. en el OIvel el nu·eqmUCpo que en la intui-
ción de señal. Yo digo que es una señal en relación con lo que ocurre res!Je'- . . d que ver con e •
una cuarta dimenSión. no tiene na a . d. .to ¡·nfranqueable de lo
lO de la relación del sujeto con el objeto el en toda su generalidad. El sujeto ción, parece plantearse como una .
.
. especie e ¡mpac
I h h d ue aquello e tiempo
dI· que a lodos no~ se .
sólo puede entrar en esta relación por la vacilación de un cierto fading, la de- real. InqUietarse por e cc o e q .d· no pueda tradUCIrse
·d d na eVI enela-
signada por su notación mediante una S tachada. La angustia es la señal de manifiesta - y que es consl era. o u . d d· nte es, simplemenle. 'o-
. d· vanable ID epen le
~ momentos de esta relación. Es lo que nos esfor.lélremos por mostrar en lo simbólico me lante una . d·fi lIad como usledes sa-
. d La \lUsma t leu •
mejor hoy_ precisando lo que entendemos por este objeto a. meter un error categonal de entra a. .
, . d I f' ·ca con el cuerpo. h
E.ste objeto. lo designamos con una letra. Tal notación algébrica tiene su ben existe en cierto limite e a ISI , . 1) a lo que (kbe 3-
• . .tro terreno. En cuan ( .
función_ Es como un hilo destinado a pennitimos reconocer la identidad del AqUI nos encontramOS en nues I eXnI'nenc¡a.lenemoS
. . t 10 correcto a a 1- . . _
objeto en la.... diversas incidencias en las que se nos manifiesta. La notación eerse al conllenzo para dar su esta u . . l. t . e in~lItuye que Dln
nenela p an ea ...
algébrica tiene precisamente la fmalidad de damos una localización pura de algo que decir En efecto. nuestra expe Dun'hsichligUII- lemu no
. ..... transparencia. ninguna ' . ' a la concieoc l8
la identidad. ya que hemos planteado que la localización mediante una pala- guna mIUlCIOn. mnguna ' I intuicIón"" .
. ..mplemente en a I 'oosututt
bra ~ siempre metafórica. es decir, sólo podría dejar la función del propio de Freud. que se funde pura YS I . ede por lo tan o ~ .
•. J • váhda Yno pu !JI sunplc:
puede ser considerada onglDa • ni . • cen . dental. y ello por .
SIgnificante fuera de la significación inducida por su introducción. La pala- . una .téuca traS . ·amente eu
bra blU'no. si engendrd la ~ignificaci6n de 10 bueno, no es buena por sí mis- el punto de partida de mng es . . _..1~ estar ex.hall-"t1~ . d
. d de nmg un muuv . ·onSl:\CuI C. ~
ma. ru m~ho menos. puesto que engendra al mismo tiempo el mal. razón de que el sUjeto no r ue e . d prirniti\·umente 1m; .. ' ución la
. .
Ia conCienCia. puesto qu . e es de entra Y ...$ antenor
a..d . a <11~
.:cm,ut
.
Del Dllsmo modo. designar esta a minúscula con el término objeto es . d hemos cons l e.·
hace¡- u~ uso ~taf6rico ~ dicha palabra, porque está tomada de la rel~­
bldo a lo siguiente, que e . l &k ves"-ómO
Clón <i1Ijeto-obJeto. a partir de la cual el término objeto se constituye. Sm incidencia del significante. ._.t~ del SI. gol·ficante el! lo .ceal lSy e~-orno ..... -nlC una

El problema ~ el de ~a e~~·""'esto uc: nos e~~~t~ alatklS·~ ¿~


,

duda, es ótdecuada para designar la funciÓn general de la objetividad. pero


de \o que oo!oOtro!> tenemos que hablar haciendo uso delténnino a es pre- de eso nace el sUJeto. i.Slgru~l~ de qción de SlpWíClID
(I-.amente de un objeto externo a toda definici(m posible de la objetividad.
especie de descenso del elipm tu • apan 11
98
------.
••
REl'ISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO

~st~ empezarían por sí solos a producir sus agujeros en lo real y u


medio ~iria un agujero que seria el sujeto? Me parece que cuaoo:. e ahí en
.- NO SIN TENERLO
-al modo de un pequeño memento - ¿y por qué no éste entre otros? - no
·
1.'0 la división real-i~ginario-sirn~lico n~e me atri~uye tal propó~~~­
I
eS sin ob~eto. .
Tal es exactamente la fónnula de la que debe suspenderse la relacIón de
se ~ de saber. precisamente. que le penrute a este sIgnificante encarnarse y 1 angustia con un objeto.
~. Se \o pennite. de entrada. lo que tenemos aquí para presentificamos los ~ a Este objeto no es, estrictamente hablando, el objet~ de la angustia. Ya
a los otros. nues~ cuerpo. S~lo que este c~erpo tampoco debe tomarse pura utilicé este no sin cuando I~s presenté lafónnula relativa a la relación del
simplemente baJO las categonas de la estébca trascendental. Este cuerpo no y 'eto con el falo: él no deja de tenerlo.
ronstituible a la manera en que Descartes lo instituye en el campo de la exte~ SUJ . ' 'fi
Esta relación de no ser SID tener no Slgru Ica que se sepa de qu é ob'~eto se
sión. Tampoco nos es dado de fonna pura y simple en nuestro espejo. trata. Cuando digo Vive no sin recursos, actúa no sin astucia. ello significa
Incluso en la experiencia del espejo. puede llegar un momento en que que. al menos para mí. sus recursos son ~sc~: su astucia ~o es .co~ún.
la imagen que creemos tener allí se modifique. Si esta imagen especular que Por otra parte. incluso en el plano lInguístlco. el ténruno Sin. sIne en
tenemos frente a nosotros. que es nuestra estatura. nuestro rostro. nuestro lalÍn. es profundamente correlativo de la aposición de haud. Se dice non
haud sine. no sin. Es cierto tipo de vínculo condicional que vincula el ser
par de ojos. deja surgir la dimensión de nuestra propia mirada. el valor de
con el tener en una especie de alternancia. No es ahí sin tenerlo. pero en
la imagen empieza a cambiar - sobre todo si hay un momento en que esta
otra parte - ahí donde está. eso no se ve.
mirada que aparece en el espejo comienza a no miramos ya a nosotros mis- . No es esto lo que nos demuestra la función sociológica del falo. a con-
mos. Initium. aura. aurora de un sentimiento de extrañeza que es la puerta dición de tomarlo en el nivel mayúsculo. «P. donde encama la función más
que se abre a la angustia. alienante del sujeto en el intercambio? En el intercambio social. el sujeto
Este paso de la imagen especular al doble que se me escapa, he aquí el macho circula. reducido a ser portador del falo. Esto es lo qu~ hace de la
punto donde ocurre algo cuya generalidad, cuya presencia en todo el cam- castración algo necesario en una sociedad socializada. donde sm du~ hay
po fenoménico nos permite mostrar la articulación que damos a la función interdicciones. pero también y ante todo preferencias. como nos lo hizo 3d-
del Q. Esta función va mucho más allá de lo que aparece en ese momento vertir Claude Lévi-Strauss. El verdadero secreto. la verdad de. todo lo que
extraño. que aquí he querido situar simplemente por su carácter. al mismo él hace girar en la estructura en tomo del intercambio de las mujeTeS es que.
tiempo el más notorio y el más discreto en su intensidad. debajo del intercambio de las mujeres. hay falos que van.3 llenarlas. Es pre-
. que no se vea que es el falo Io que es tá en J'uego. SI se ve, angustIa
CISO
¿Cómo se efectúa tal transformación del objeto. que convierte un obje-
. d í Está claro que. COD esta
to situable. localizable. intercambiable. en esa especie de objeto privado. Aquí podría hacer más de un cambiO e v a.. '00 Pues
incomunicable y. sin embargo. dominante que es nuestro correlato en el fan- referencia. nos encontramos enseguida en el complejO de castracl .
tasma~ ¿Dónde se sitúa exactamente el momento de esta mudanza, tranS- bien. por Dios, ¿por qué no dedicamos a él?
formación, revelaci6n~ Ciertos caminos. ciertos rodeos que he ido prepa-
rando para ustedes a lo largo de los años precedentes. permiten designar
este lugar y. más todavÍa, explicar lo que en él ocurre. El pequeño esque- 2
ma que les he puesto en la pizarra les da algunas de esas richtigen Vors tel-
llllJgen. repre<>entaciones correctas, que permiten hacer de la llamada siem- -jón (kl caro-
te ustedes. la castr3'
pre más o menos opaca, oscura. a la intuición y a la experiencia. algo Corno lo he recordado muchas veces an sabe lodo el mundo lo sospc-
dJ4rchsicMgbar. transparente - dicho de otra manera reconstituir para no- pIejo no es una castración. Todo el mundo lo • u'ene todo sU inletéS.
oott~ 1 estéti ' . . n eso Pero
a ca trascendental que conviene a nuestra experiencIa. cha y. curiosamente. nadie se deuene e .
Que la anguSt ino
a ·tIene objeto
. es algo generalmente admitido. Esto, que
se ~trae. 00 del discurso de Freud, !>ino de una parte de sus discursoS. es
propiamente lo que yo r-""':'-: . . 'deraf
.... U1ICO con mJ discurso. Pueden pues conSI
Indudab4e que. como he tenido el cuidado de escribirles aquí en la pizarra
101
RE\"ISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO

E.<;la imagen. este fantasma: ¿d~~de ~ituarlo e~tre imaginario y simbóli.


- NO SIN TENERLO

e tos Está. de entrada. el plano de la primera identificación con la ima-


I.'ti? ¿Qué ocurre ahí? ¡.Es la eVIr.!Clon. bien conocida entre las prácticas más
feroces de la guetT.l'? Seguramente se acerca más a esto que a la fabricación n: : es~cular. descon~~~iento original del sujeto en su to.talidad. Luego
~stá la referencia tr~sltlvlsta que se establece ,en s~ relacl6~ con el.otro
de eunucos. Está la mutilación del pene. por supuesto. evocada por las ame.
. ginari o • su semejante. Es lo que hace que su Idenudad se dlsunga slem-
nazas tanta.<;filática!o del padre o de la madre según la.. época\¡ del psicoanáli. Ima mal de la identidad del otro. De ahí la introducción de la mediación de
-;is. Si hac~s esto. le lo van a cortar. Este acento del corte ha de tener toda su ~: objeto común. o~jeto de competició~. cuyo estatuto corresponde a la
imponancia para que se pueda considerar castración la práctica de la circun.
I'ón de pertenem:ta - es tuyo o es nuo.
"'-¡sión. a la que la última vez hice referencias. por así decir. profilácticas. nocEn el campo de la pertenencIa.' hay
d e. ob'ietos - I~ que se pue-
dos clases
La incidencia psíquica de la circuncisión está lejos de ser equívoca. No den compartir. y los que no. Los que.no.los veo Circular. aun asl. en este do-
so)' el único que lo ha advertido. Uno de los últimos trabajos consagrddos a minio del compartir con los otros objetos. cuyo es~uto se: ha"" en,teramente
este tema. el artículo sin duda notahle de Nünberg sobre la circuncisión en en la competencia. función ambigua que es al nus~o tiempo nvall<1ad y
sus relaciones con la bisexualidad. es muy adecuado par.! recordamos lo que n obietos contables. objetos de intercambiO. Pero hay otros.
acuerdo. So J , d b'd I
numerosos autores habían introducido antes que él. que la circuncisión tiene Si he puesto por delante el falo. es porque es el más Ilustre. e loa a
como objetivo tanto reforL.ar. aislándolo. el término de la masculinidad en el .. ro hay también equivalentes de este falo. de entre los cuales
~~I®.pe ~H
hombre. corno provocar los efectos llamados del complejo de castración. al ustedes ya conocen aquellos que lo preceden. el escibalo y el ,n. ay pe:
menos en su incidencia angustiante. Es precisamente este común denomina· ,
otros que '. •
qUlzas conOlcan menos " aunque sean pertectamente
, VISibles
do
en
dor del corte lo que permite llevar al campo de la castración la operación la literatura analítica y nosotros trataremos de deSIgnarlos. Cuan bestos
circuocidanle.la Beschneidung del prepucio. el arel. para decirlo en hebreo. objetos entran libre~ente en este campo donde no tienen nada que ac~.
. . m arte cuando aparecen allí y se vuelven recOOOCI-
. No hay acaso en este término del corte algo con lo que dar un paso más el de aquello q~e se co _ p • "1 'dad de su estatuto. Son. en efecto.
" - .
soOCe la función de la angustia de ca"tración? Voy a cortártela. dice la mama
caliticada de castrddol".l. Sí. y después. ¿adónde irá el Wiwimacher. como dice
:~:'t~ :~:~~:;e~~sl:;:!:t~~!:¡;;e~statuto del ~bjeto común. comuni-
•d é se trata en el objeto a.
Juanito? Pues bien. si se admite que se cumpla esta amenaza desde siempre cable. socializado. He aqUl e qu . mas su "atálooo quizás ex-
b ·e t 'onfecClOnare . ~ .,. •
presentificada en nuestra experiencia. estará en el campo operatorio del ob- Nombraremos estos o 1 os. ¡; -1 faltan dos. El conJun-
I ..Ya he nombrado tres. so o
jeto común. intercambiable. estará allí. entre las manos de la madre que lo haustivo. esperé mos~ la pérdida. de Verlust, qU,e Fr~ud de-
habrá conado. Yesto será ciertamente lo extraño de la situación. to corresponde a las CinCO formas de , 1 mOlnento S pnDClpalCS de

signa en Inhibición. smtnma _ ( <- V mouslla como os
Sucede a menudo que nuestros sujetos tengan sueños en los que tienen el
la aparición de la señal. ,ero tomar la otra ~ía. en el
objeto en la mano. ya sea que alguna gangrena lo haya separado. ya sea que 'te punto. qUl
Antes de adentrarme más en e~ nto para hacer una obs8Va-
algún partenaire. en el sueño. se haya ocupado de reali7.ar la operación co~­ . t hace un mome .
te. ya sea por algún accidente cualquiel".l. E."tos sueños. diversamente mauza-
cruce en el que me vieron op ar edes esclarecedores. ,
ción cuyos pormenores serán ~ara ust 'nv~tigación científica al dei:1f q~
dos de extrañeza y de angustia. tienen un carácter especialmente inquietante,
Ya he señalado una carenCia en la ~ stión fisiológica de la sexu~
Este pa.'iO súbito del objeto a lo que se podría Uamar su Zuhandenheit. como no habíamos hecho dar un solo paso a a c~~ .. falla en lo referente a la un-
diña Heidegger. su mancjabilidad en el sentido de los objetos comunes. de dad femenina. Podemos acus amos. de la rrus ..... .
lO!. utensilios. se encuentran designados en la observación de Juanito por f norma n-
potencia masculina. b' locaIjzable en !tus a.~S tí .....
un ~ueño. el del instalador de los grifos. que los desenroscará. los revisará. 1 roceso. len 'UUt)(l.~ ~ ¡n.. "'
hará p3lkU' 10 eingewllr.,ell. lo que estaba o no bien enraizado en el cuerpo. Después de todo. e~ e p . ulación. siempre nos e~ .roer IU8 M
vas. de la parte mascuhna de la co~ I'b"""" de fi§iología en pn ..._
al registro de lo amovible. Este vuelco fenomenológico nos pennite desig- 'ualqulcr I ,,",,v • _ .. ",os con una , ..
do 1I lo que se encuentra en e . asIDO. Nos CllnJQ",-'" II hOmolo-
nar aquello que opone dos tipos de objetos. sobre la erección y luego sobre el 01] mo si fuera IIc~ptabk I
Cuando empecé a enunciar la función fundamental del estadio del es- ferencia al circuito esumu- 1o-respuest3. \,"0
pejo en la inr.tituciÓll general del campo del objeto. pasé por diversos mO-
103
RE\'/S/ÓN DEL ESTATUTO DEL OB11:.70 NO SIN TENERW

gia de la de~-arga orgá~mica con la parte motriz de ese circuito en Un pro-


-
\."eSO de acción cualqUIera. Por supuesto. nosotros no estamos en eso .
s u
A
(- 'P)
I

mucho menos.. ni Freud. El planteó el problema de saber por qué. en el pla-
~..er sexual. d circuito no es. como en otros casos. el más corto para volver
• ni

i(a) ~~
[S j'(a)

al ni..·el del mínimo de excitación. sino que hay un Vorlusl. un placer preti-
nunar_ tal como lo traducen. que consiste precisamente en elevar todo lo
posible ese nivel mínimo. ¿ Y por qué interviene el orgasmo a partir del
momento - ¿cuál? - en que se interrumpe la elevación del nivel. vincu-
lada normalmente al juego. preparatorio?
lA elección de objeto
¿Hemos dado de algún modo un esquema de lo que interviene? Si se
quiere aportar una representación fisiológica. ¿hemos distinguido. aislado.
designado. el mecanismo del circuito de inervación - Freud diría las
:\bfuhrinnervalionen - que es el soporte de la puesta en juego de la des- La atracCI·ón que reviste al obJ· eto con el x/amour.
. . el brillo ~.al
deseable.
el color - así es como se designa en chino la sexuahdad - ~re ~rencI .
carga? Ciertamente. hay que considerarlo distinto de lo que funcionaba 1objeto se tome estimulante en el plano de la eXCitaCión. Este
ankS. pues lo que funcionaba antes era. precisamente. que ese proceso no
llegara a la descarga. Era un ejercicio de la función del placer que tendía a
~~~;r~::erencial se sitúa del lado de j'(a) en el nivel de señal ~e pu~
ser igualmente el de la angustia. ¿Cómo? ~ediante la e~nelUoc~I~;: ~a
confinar con su propio límite. o sea. a detenerse antes de alcanzar cierto ni-
investimiento erógeno original que hay aqUl en a. presen e y
vel de ele..-ación del estímulo. antes del surgimiento del dolor.
Entonces. ¿de dónde viene elfeed-back? A nadie se le ocurre decírnos- vez. d· . inativo en la elección del
lo. Pues bien. sea como sea. es seguro que. de algún modo, en él debe in- O bien. lo que funciona co~o ele~nt~:::;ado del espejo. en el pta-
ter\·enir la función del Otro. objeto de amor se produce aq~l. en e yo. jmchriinkung. un estreehamien-
no del encuadramiento del objeto por una E ' . del yo una limitación
No soy yo quien debiera decirlo, sino aquellos para quienes lo que constituye . F d a un mecaOlsmo. .
to directamente refendo por reu _. rlO tipo de objeto precisa-
una función genital nonnal está ligado a la oblatividad. Por otrd parte. a este del campo del interés libidinal que excluye ele
respet..1O. siempre estoy esperando que nos confíen de qué modo interviene la ., la madre
mente en función de su relaclon con . de la eadena que em-
función del don en cuanto tal.lúc el nunc. en el momento en que uno copula. . án los dos exuemos -
Estos dos mecamsmos .est en .' a linea diagonal ya he se.~-
Como ustedes saben. es en las perturbaciones de la vida amorosa don- ua . cU Y
Pieza en inhibición y termIDa en angusmienzo de es
.te 30-0 Entre la inbibi-
.
de reside una parle importante de la experiencia analítica. y una parte i.m- é
lado en el cuadro que les present a co . d canismos diferente~. Y
portante de nuestra.. especulaciones concierne a lo que se llama la elecCIón . y la angusua.
cI6n . corres pon dedistingulf
· . os todome el espectrO UlI'-'_1a 1JllI-
del objeto de amor_ En este campo. la referencia al objeto primordial, la concebir cómo pueden uno Y otro I·nterveOlr en
madre. es considerada capital. y su incidencia una criba. Para algunos. de nifestación sexual. . I yo aquello que. en nuestr.l expe-
ello re!>-ultará que sólo podrán funcionar para el orgasmo con ciertos pro- Cuando digo en todo el espeCtro. IDC u
cedimientos. mien~ que. para otros. será con partenaires elegidos en o~ rienda se llama la transferenCIa. . ~ 'l· a al heclJo de que.
en nues-
.
registro. La relación con la prostituta. lo sabemos por nuestros análiSIS. . hada te.crern.: 1 traJl.~(erencla.
~ fue
s: 1: por:: uno
Recientemente he oído que se bf un montón sobre a
engrana casi directamente con la referencia a la madre. mientras que, en Ira Sociedad. éramos gente. que transferencia. ~ más
otro!; C3$05. las degradacione!> de la Liebesleben están ligadas a una elección Ahora bien. tras algún trabajO sobf\ sociedad ~1() cODO h..-e ~
lOmada en oposición a1lénnino materno, que se apoya en la mujer en la me- escrito antes de la fundación de nuel~~é'a C3bo cOD ustC(!e~ a¡'
más ade-
dida en que é!>1a se convierte en soporte. es el equivalente. del objeto fálico. que se le haya consagrado. es ~I que f~ que era. sltl duda. 3
PIJe.¡ bien. ¿cómo fie produce todo esto? El esquema que reproduje una años. Dije no poca.'i cosas. baJO una
vez en la piZéaTa no~ permite aportar una respuesta.
105
1M
RE\'/S/()N DEL ESTATUTO DEL OBJETO NO SIN TENERLO

~uada. ('s d«ir. pan~ialmente velada. Es cierto que aquel trabajo les habia
- -
ud llama unen . .
dliche indefinido. ilimitado. y no infinito. Si se in~tituye
. d' al'zad'
a¡x~ado a ustedes una distinción tan genial como la de la oposición entre Fre I'nute. es en l'a medida en que algo ha SIdo. no Iría no an I o. smo
De\.-esidad de re~tición y repetición de la ne(.·esidad. prueba de que el re- este I . forma únicamente parcial. y yo puedo por lo menos plan-
velado de una . bl
~lrrso al juego de palabras para desigmrr las cosas - por otra parte no Ca- re .t·ón de saber cómo es analIZa e.
e la cues I . .
rente de interes - no es mi privilegio. teannNo crean que en este punto aporto algo que deba ser conSiderado coro-
e los límites de los esquemas ya trazados por nue~tra ex-
Creo que la referencia a la transferencia. si se limita únicamente a los I l'unente fuera d . . 1
pe., . p &erirme ahora a trabajos recientes. conOCidos en e cam-
efectos de reproducción y de repetición. es demasiado estrecha. y merece- encla. ara re1' " 'ó de
penfrancés un an . al'lsta
. • durante años, los que duro la compoSICI .n su.
ría ser extendida. A fuerza de insistir en el elemento histórico. en la repeti-
po .' • muy especialmente sus análisis de neurosis obseSIVas. gl-
ción de lo vivido. se corre el riesgo de dejar de lado toda una dimensión no libro. hiZO que. 1 vI'dl'a del pene No pocas veces los he comentado con
menos importante. la dimensión sincrónica, precisamente la propia de an en tomo a a en .
rar . a criticarlos Y para mostrar sus tropiezos. con lo que enton~es
aquello que está incluido. latente. en la posición del analista. a través de la ustedes parestro alcance. que ahora fonnularé de una manera más p~lsa.
cual la función del objeto parcial ocupará el espacio que la determina. esta~a a ~u . detalladamente sus observaciones. vemos que este autor cu-
E~ lo que. hablando de la transferencia. si lo recuerdan ustedes. designé SI se een ue desi no como el de la interpretación que debe hacerse de
con la metáfora. creo que lo bastante clara. de la mano tendida hacia el leño. bre el c~mpo, ~ . g 'vel del Otro con mayúscula con el fantasma de
En el momento en que va a alcanzar el leño. el leño se inflama, y en la llama la funCIón fall.ca en el ~I al ne del analista. Indicación muy da-
aparece otra mano tendida hacia la primera. Es lo que designé igualmente. felación, refendo e~pe~lalmente pe t advertido. y déjenme decirles que
estudiando El Banquete de Platón. mediante la función llamada del ágalma ra El problema habla SIdo correctamen e 1 .toy de~o\lando ante
. . ' d ' respecto a o que es .
en el discurso de Alcibíades. Me parece que la insuficiente referencia que se no es por casualidad. qUiero eClr odeo insuficiente. Cenlrar un
hace a la dimensión sincrónica de la función del objeto parcial en la relación ustedes. Pero no es más que un rodeo. y un :ustivo e'n relación con lo que
analítica de transferencia explica la negligencia en un dominio que no me sor- análisis en este fantasma n.o pued~ s~r e~ ~n fantasma sintomático dd
está en juego. pues en realidad COinCIde con
prende que sea dejado en la sombm. a saber. el campo de lo que se puede lla-
mar el resultado ¡x>St-analitico. en el que se distribuye cierto número de co- obsesivo. . 'tiré a una referencia vcrdade-
Para precisar lo que qUlcro. . del'lf me reml .enlo nocturno. b'I~
jeras de la función sexual. . a saber el compol1aJlU ,"
ramente ejemplar en la hteratura. ~ traS conseguir su propia creccwn
La función del análisis como espado o campo del objeto parcial es preci-
conocido. del hombre de las ratas cuand. al fantasma imaginado de ~u
samente aquello ante lo cual Freud nos dejó detenidos en su artículo Análisis ' . abre 1a pue rt'a de .su rellano
ante el espeJo. . da de este espectrO. e1e.sta• do ac-
terminable e interminable. Si se parte de la idea de que el límite de Freud. padre muerto. para presentar. an le .la mira· alizar 10 que está en JU . C"ll
e
que se encuentra a lo largo de todas sus observaciones. tiende a la no percep- · 1 ocumera a uno an "~ulado
tual de su miembro. SI se e .' ón del analista - laIl \ ~
ción de lo que debía ser propiamente analizado en la relación sincrónica del tan solo en el plano del fantasma de felaebl 1 !'<-oiea del ;lt:etcllnuCJ)l<>. en
analizado con el analista respecto a la función del objeto parcial. se verá que por el autor en cuestión a 1o que ti llama f Ia a ~undamenlal
C'-
de Ia es·trUclUf3
.' '1
tal es el resorte mismo del fracaso de su intervención t-'On Dora. así como con 'd da un aC or l' . ocumna.
la cual la distancia es cons! era .. l' sicosis _. ¿que
la joven del c:a..o de homosexualidad femenina. y por eso Freud nos designa . . laclOn con a p. . ' ad¡)pW en
obsesiva. en parucular en su re. . '1"'" se le anUllana.t . ,,,,uí
en la angustia de castración lo que él llama el limite del análisis. Es que él .. TÍ al sUJeto. IDe de rt.~~13 K.,
d I Otro NIO d modo P ~~" allá.
U-'"
Creo que sólo se le penml1 a
~ .. ~.
seguía !tiendo para su analizado el lugar de ese objeto parcial. esta relación fantasmatl\;3 e r- ediría )'0 lIe\"ándl1l1
, . - 1 pa",,1 I un n<lLll
r--
Freud ~ di« que el análisi .. deja al hombre y a la mujer con las ganas. constituido por la muerte. ese 0«0, relación. . I~s ""nnitc
al uno en el campo del complejo de castración. a la otr.l con el Pelli.meid. Pero ......... nle 1a l' ..rJk·tJ¡;3 ~ r
que contempla fantasma'l'I,a .. ~ . uell(ls .uva t"~.
bte DO es un Ifmite al)l,oluto. Es el límite donde se detiene el análisis fmito d' . ido 11 aq •
E..,.te último punto sólo "a tn~,
con Freud. en cuanto que 6ste sigue todavía el paraleli~¡mo indefinidamente .
ponc.r estas obse~'acllllles en .su SIUO.
apro.\imado que l:ar'dCtcro.a ¡¡ la al,rntOla. He aquí el principio del análisis que
107
UlII
NO SIN TENERW
DEL ESTATUTO DEL OBJETO
- - Acuérdense uste El
des de que hace tiempo que les hablo del guante. así
peroza. sue
-no de un caso de Ella Sharpe que comenté re-
corno de la ca mayor parte en tomo a este modelo.
3 cienternente gira en ~~ento con 10 que les enseñé a conocer de la banda de
liagan este expe . turón Y tras abrulo. se lo vuelve a abrochar
. S· se toma este c m , .
Moeblus. I . Ita mitad de carnino. consiguen ustedes con mu-
., d le dar media vue a
Terminaré con las dos imágenes que he puesto en la pizarra.
cha aCl,t .
haCl~n .~. dad una banda de Moebius.
t 2. 4 'A CI.'!'pi , . : 1

El desdoblamiento del borde ' ..

La primera representa un florero con su cuello. He puesto ha~ia ustedes


el agujero del cuello, para indicarles claramente que lo que ~e Importa es
el borde. La segunda es la transformación que puede prodUCirse respecto a
dicho borde.
A partir de ahí apreciarán la oportunidad de mi larga insistencia d~l año
pasado en consideraciones topológicas sobre la función de la identifica-
ción en el plano del deseo. o sea. el tercer tipo designado por Freud en sU
artículo sobre la identificación. aquel cuyo ejemplo principal encuentra El cinturón Ila banda de Moebius
en la histeria. aras aparentes a la
He aquí la incidencia y el alcance de estas consideraciones topológicas. asaría de una de las e la banda de
Les dije que si los tuve tanto tiempo con el cross-cap. fue para ~ar­ Una honniga que se PasearaIP -'- Dicho de otra m~ ...... sola
sar e bor U{;. "-+¡cle ~ ...-
nA

les la posibilidad de concebir intuitivamente la distinción entre el objeto otra sin necesidad de atrave la cara. y a uoa su.,..:~", ....8 a sí mi!-
. rficie de una so será IU"O ...~
a y el objeto construido a partir de la relación especular. el objeto común. Moebius es una supe S· lo haced. siempre .
Para ir deprisa - ¿qué hace que una imagen especular sea distinta de aque- cara no se le puede dar vuelta. "magen especular. _1 Ia.~ ullil parte mt-
llo que repre1iCnta'? Que la derecha se convierte en izquierda y a la inversa. ma. Es lo que yo
Uamo no tener I
.' en el cross-cap• e
unndO uc
¡uS
la de cerr~ .
so-
Confiemos en la idea de que por lo general dar crédito a los dichos de Freud. Por otra parte. les dije que. . condio::ión máS q-AM una banda de
incluso los ~ aforistioos. nos sale a cuenta. El yo es una superficie. dice. la
. orte stn otJ".l .-....ficie. qul;U"
diante una sección. un c '. ado de la su.,....··
proyección de una !iuperficie. Es pues en términos topológicos de pura super- bre sí tras incluir el punto agujere
ficie romo debe plantearse el problema. Con respecto a aqueUo que redobl~ la Moebius.
imagen Cl!pecular es eXíII..."'tamente el paso del guante derecho al guante izqUler-
do. \o que en una superficie simple puede conseguirse dando vuelta el guante. 109

108
REl'/S/ON DEL ESTATUTO DEL OBJETO

FigllTll /
E..w superficie cerraru, que tiene una li-
-l NO SIN TENERW

Esta parte residual. aquí está. La he construido para ustedes. la hago cir-
cular. Tiene su pequeño interés: porque, permítanme que se lo diga. esto es
nea ~ aUlo-inte~ción es considerada
el a. Se lo doy como una hostJa. porque luego se servirán de él. El a mi-
topológicamente equivalente al plano núscula está hecho así.
Está hecho así cuando se ha ~roduc~~o el corte. cualquiera que sea. ya
proyecth·o. sea el corte del cordón. el de la CITCUnCISlón y aún algunos otros que debe·
remos designar. Queda. tras el corte, algo comparable a la banda de
Moebius. que no tiene imagen especular.
Vean ahora lo que quiero decirles retomando e1llorero.
Primer tiempo. elllorero tiene su imagen especular. que es el yo ideal.
constitutivo de todo el mundo del objeto común .
••
Añadan a bajo la forma de un cross-cap. Luego separen. en este cross-
Figuro 2 cap. el pequeño objeto a que he puesto entre sus manos. Queda, adjuntada
la superficie obtenida retirando el fondo a ira), una superficie que se une como la banda de Moebius.Apartirde este
de la superficie precedente es el cross- I momento. todo el florero se convierte en una banda de Moebius. puesto que
cap, ~ ---'-- una hormiga que se pasea por el exterior entra sin ninguna dificultad en su
interior.
La imagen especular se convierte en la imagen extraña e invasora del do-
ble. Es lo que ocurre poco a poco al final de la vida de Maupassant. cuando
empieza a dejar de verse en el espejo. o a percibir en la habitación algo. un
fanla<¡ma. que le da la espalda y del que sabe inmediatamente que no deja de
Figllra 3 tener cierta relación con él. y cuando el fantasma se vuelve. ve que es él.
Si ~ corta el . . He aquí de qué se trata en la entrada de a en el mundo de lo real. al que
. cross-cap siguiendo su lí-
nea de autotnterse<:ct'ó n. resulta una su-
n.orh •
no hace otra cosa más que volver. '
t-u,Cle ~
a la que se puede dar 1a lorma Les puede parecer extraño corno hipótesis que haya algo parecido a. esto.
un disco . de Observen lo siguiente. sin embargo. Pongámonos fuera del campo ViSUal.
en
su
ctrcular. con un agujero circular
centro cuyos . cierren los ojos por un instante Y recorran a tientas el borde
• de
(ene ~orero
estemas que
le . puntos dlametrdlmen· transformado. Pero es un florero como el. otro. di
opuestos se Identifican por pares. . I _;se.....n rano no I o lleDe
sin embaf:g .
el
un aguJero. ya que sólo hay un borde. SI o'b""'~..' de hace un moIl\Cn/O. e1

I d
aspecto de tener dos. como les muestra e I U)O
1
del borde transformado. {do saben I
Esta ambigüedad entre el uno Yel dos, los que han I~ 'ó u~r;:o'en el i

Figllra 4 que es una ambigüedad común relacionada.l.:"n la a~CI


:1
campo de la aparición onírica. Yno sólo o~~. ;X~~í6n es ~er
:lU donde apa- ,
I\
,•
E&ta~ ,
~sepucdern'>f"";~I:
ba'¡JO la fonna tt-...-, __ -' .•
.""""....u.ar
O
rente mente no hay falo real. su modo ordmafi ,pan
-'''''''ll.lIaaa ocho interior.
bajo la forma de dos falos.
Ya es bastante por hoy.

El CfOS.w;aP Y .tu.\' 'rQlISI(~""'n~'

l/O
'J' ••• ..... Iones
• 1/1
VlU

LA CAUSA DEL DESEO

El obj~to tktrós tkl tks~o


lA itUlIliJicación sádica con ~I objno
f~tich~
lA id~ntificaci6n masoquista con el
obj~ro común
El amor real prrsellle en la rransferr1l-
cia
El dejar caer tk ÚJjoven homosexual

Quisiera llegar a decirles hoy cierto número de cosas sobre lo que les
he enseñado a designar mediante el objeto a, hacia el cual les orienta el afo-
rismo que propuse la última vez respecto a la angustia que es no sin objeto.
El objeto a se sitúa este año en el centro de nuestro discurso. Si se ins-
cribe en el marco de un Seminario que he titulado de la angustia. es porque
es esencialmente por este sesgo como es posible hablar de él. lo cual signi-
fica también que la angustia es su única traducción subjetiva.
Sin embargo. el a que aparece aquí. hace tiempo que fue introducido.
Fue anunciado dentro de la fórmula del fantasma como soporte del deseo.
<$ Oa), $ deseo de a.

i
.
'111.
•....- • l
a~· ...

.:a
_.61
~~~ .... .,
. Como . primer punto haré una .precISIón.
. .
·ene
ImposIble de conquistar por sí mIsmos a qUJ
. rwnenle no les resulta
quescleme hall eSCUcbado• aun-
que subrayarla hoy no resulta inútil. .. SIJ(gido de una paspcctiV4
Lo que se !rala de precisar C(JIlCic:nJe al espeJL~ se refieIe a JaC(XIS-
que se puede llamar subjetivista. en la rnrdida ~dl
ClI Jo ~ del ~
astSCllIa
tinx.ión de nueslnlexpaicncia. pone rodosuéuf

IJJ
RE\'lSIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO LA CAUSA DEL DESEO

Esla linea de elabonlción. qu~ la tradición filosófica moderna llevó


- - dad topoló gl'ca estructural que exige la función del
. objeto es
punto nlás ~xtremo. en. el ent~m(l de Husserl. al d~limitar la función d: ~~ parte. la nove 'bl n las formulaciones de Freud, y especialmente en
rfectamente senSI e e .
intcncionalidad. nos deja caut1voS de un malentendido acerca de lo que con- pe • das con la pulslón. . ' .
las relaCiona d erificarlo en un texto, los renuto a la tngéslmo se-
,~ne llamar objeto del deseo. Nos enseñan. en efecto, que no hay ningu . '1 'l' La
.. al na S·1 qu ¡eren uste es v ,. .
. de Introducción al psicoanallSls. que cite a u Urna vez:
~is. ningún pensamiento. que no se di nJa a go. Es el único punto. pa_
gunda leCCión t an ustedes allí entre el ZieJ, la meta de la pulslón,
rece. que le pennite al idealismo reencontrar su camino hacia lo real. Pero . .ón que encuen r . .
disuncI . d' ·t·nta de lo que se ofrece de entntda al pensamIento
el objeto del deseo. ¿puede ser concebido de esta forma? ¿Son así las co- b 'ekr es bien IS I I
YsU O '.J ·ta meta y ese • ob,ieto estarían en el mismo lugar. Freud emp ea
sas en lo referente al deseo? J •
- q~e ~s im actantes, el primero de los cuales es eingeschoben - el
Para ese nivel de nuestros oídos que existe en cada quien y que necesita s
lérmmo muy. Pahí d tro pasa a algún lugar. Es la misma palabra que
de la intuición. diré - ¡.acaso el objeto del deseo está delante? Éste es el · t se desliza en. . . 11'
o.b:le o h ' b
ara la Verse le un , g el desplazamiento.
. Lo que se mdlca a I es que
espejismo en cuestión. Esterilizaba todo lo que, en el análisis, pretendió SlfVe.p su función esencial, algo que se escapa en el plano de nues-
avanzar en el sentido de lo que llaman la relación de objeto, y ya he pasado el objeto es. en
por muchos caminos para rectificarlo. Lo que voy a plantear ahora es una tra aprehensión. te plano existe una oposición expresa entre dos tér-
nueva forma de acentuar esta rectificación. . Por otra parte. ene:~emo. exterior, e in/zeres, interior. Se precisa que.el
No lo haré de una manera tan desarrollada como convendría, sin duda. miDOS - ausseres. . a arte que la saOs-
objeto debe situarse ausseres. en. el exten.or, y. porttr !uda ~ que aJean-
Reservaré esa formulación para algún trabajo que les llegará por otra vía. n
facción de la tendencia sólo consigue .real1zarse : a .m del cuerpo, donde
Creo que para la mayoría de los oídos alcanzará con escuchar alguna.,; de las el mtenor
za aIgo que se debe considerar en. el mneres.
"
fonnulaciones generales que me bastará con acentuar en relación al punto encuentra su Befriedigung, su satlsfacclOn.
que acabo de introducir.
Ya saben ustedes hasta qué punto, en el progreso de la epistemología. a x
el áislanúento de la noción de causa ha producido dificultades. Sólo me-
diante una sucesión de reducciones que acabaron reduciéndola a una de las
funciones más tenues y más equívocas. la noción de causa ha podido sub-
sistir en el desarrollo de nuestnt física.
Está claro. por otra parte, que cualquiera que sea la reducción a que se la
someta. la función mental, por así decir. de esta noción no puede ser elimina-
da. ni reducida a una especie de sombra metafísica. Que es un recurso a la in- El .yo .Y el no-yo
tuición lo que la hace subsistir, es decir muy poco. Lo que yo sostengo es que
toda crítica de la razón pura. bajo la luz de nuestra ciencia. será posible par- . . sentado permite for11lul ar de ; ; :
tiendo del reexamen que podríamos llevar a cabo de la experiencia analítica. La función topológica que les he pre ste enigma. Es la noc 'de
. od cir para resolver e. . . en (1 lII1~
Para fijar nuestro punto de mira. diré que el objeto a no debe situarse clara lo que conviene mtr u . ' '6n que se SltUll • JóI
. . lenonzacl . ular. en J.
en nada que sea análogo a la intencionalidad de una noesis. En la un exterior antes de una cierta ID ha' o la form3 espt'c .
mleDl:ionatidad del deseo. que debe distinguirse de aquélla. este objeto debe que el sUJo eto. en el lugar del Otro. se capteel yo~ y el DO yo. . 'Áft N'J1c:"
. . 'ón entre ·onZ8Cl..... t·-
roncebirr.c: Como la causa del deseo. Para retomar mi metáfora de hace un cual introduce para 61 la distlOcI '0( a toda in~ t_ ....." más
de lob'eto anlen e ~ la ¡.JI'''-
momento. el objeto está detrás del deseo. A este exterior, lugar ~ ~o inmcdi ;¡t¡UJ1Cnl hOY wy 11 abs-
. De este objeto Q e.'i de donde surge la dimensión cuya elusión en la teo- nece la noción de causa. Voy a ¡J~~. ya que por l)U'3: ; dad VO)' It ~-
na del sujeto ha CODl¡lituido la insuficiencia de toda esa coordinación cuyo simple para que la escuc~ sus. 01 iJ~trarlo. no por (:' J

centro se manifiesta como teoría del conocimiento, gnoseología. Por otra tenerme de hacer metafíSIca. Para

114
DEL ESTATUTO DEL OBJETO LA CAUSA DEL DESEO

\irme del feúdle en cuanto tal. pues en él se devela la dimensión del o .


to como causa del deseo.
-
bJ~-
- .d' con una observación desúnada a desplazar. incluso a
uI a
ilustrarlo enseg . s trillados donde suelen dejar las funciones llamadas
er los canu no .
conmo~ o del masoquismo. como si sólo se tratara del registro e una
d
¿Qué es lo que se desea'? No es el. zapatito. ni . el seno • ni ning una otra del sadlsm y 'ó .nmanente y de su reversibilidad. Al adentrarnos en su
~-os.a en la que encarnen ustedes el fetIche. El fetiche causa el deseo. El de- resl
seo. por su parte. va a agarrarse donde puede. No es en absoluto nece . espeCI··edeagb' t' nia surgirán rasgos de diferencia. de los cuales e1esencl'al
trUctura su ~e IV •
que sea ella quien lleve el zapaúto. el zapatito puede estar en sus alred:: :: el que voy a señalar ahora.
res. Ni siquiera es necesario que sea ella la ponadora del seno. el seno pue- d S
de estar en la cabeza. Pero todo el mundo sabe que, para el fetichista. es
preciso que el feúche esté ahí. El fetiche es la condición en la que se sos-
tiene su deseo. --- .. _-
Indicare de paso ese término. que creo que es poco utilizado en alemán
y que las vagas traducciones que tenemos en francés dejan escapar por
completo. Es, en lo que respecta la angustia. la relación que Freud indica a $
mediante la palabr.l Libidohallshalr. Nos encontramos aquí con un térmi-
no que está entre Aushalrllng. que indicaría algo del orden de la interrup- El deseo sádico
ción o del levantamiento. e Inhalt. que sería el contenido. No es ni lo uno
He aquí un esquema donde encontrarán ust~des de Duevo l~ d~5U:C~:
ni lo otro. Es el sostén de la libido. Por decirlo de una vez. esta relación con

Des que organiza el grafo en una fórmula ~bre~la:: ;lol~~~~~ ~ é:U~~ del
el objeto de la que les hablo hoy permite llevar a cabo la síntesis entre la
función de señal de la angustia y su relación. en cualquier caso. con algo
nemos a la derecha el lado del Otro. a la IzqUler . el'interior de
que podemos llamar. en el sostenimiento de la libido. una interrupción. . .' d i ' t que hay que revisar en
Suponiendo que me haya hecho entender lo suficiente con la referencia je todavía IOconslltUldo. e sUJe o ed .' 'dir con la fór-
. . dial hemos que no pu e co\DC1
al fetiche en cuanto a la diferencia máxima que separa las dos perspectivas nuestra expenencla, e cu 5a . toda relación con el
. . .
mula tradICional del sUJeto. a sa . her ser exhausbvo en
posibles sobre el objeto como objeto del deseo. y en cuanto a las razones
que me hacen poner a en una precesión esencial. quiero hacerles compren- objeto. . .. sólo es articulable a
der ya adónde nos conducirá nuestra investigación.
~l deseo sá~c~. con ~od~ lo. que tiene ::~ucir en el suje~.. el
partIr de la esquIcia. la diSOCIaCión. que ap. .bl -'_ lolerar - el1l1lll1e
. I"t algo ImpoSI e U<i '
otro. imponiéndole hasta Cierto lffil e ." manda, entre SU eJtlS-
· na diVISIón. una
exac.to en q~e aparece en el sUjeto u uede sufrir en su cuerpo· . ..._
tencla de sUjeto y lo que soporta. lo que P busca en la intencIón sadi
2 No es tanto el sufrimiento del otro lo que se . la, $ O. En las fórmu-
. . é sta pequeña slg . cero
ca como su angustia. Lo mdiqu con ~ leerlo nocso. JajeU3. ~ .
las de mi segwxla lección de ~ aro. ~ 'i~ COID~ sujeto en rrJaáÓD CtJfI 1,
. En el, lugar mismo donde su hábito mental les indica que busquen al su- La angustia del otro, su existenCia e~nc ex""rtO en hacer \'Ibraf. y "
~. alh ~. a pesar de ustedes. se perfila el sujeto cuando. por ejem- 1d sádico es UD Y- al su esUUC-
esa angustia. he aquí lo que e. ese<>. . . anteriores. en seD al ondi,:iÓII
p • Freud indica la fuente de la tendencia. allí donde en el discurso se en- narlOS
por eso no dudé. en uno de ffilS Scmt Kant articul ócOrtlO la' 1Jab/1If
~tra lo que artiCUlan como siendo ustedes _ en suma allí donde dicen tura como propiamente homóloga a 1.0 qU:e una vol unwd ~t~uarse una
~~~~ .
. .' . propiamente hablando. donde en el plano' .
del inconSCiente. del ejercicio de una r~n ,pura ~~:C~1O dQDCk pu~;;:::de este resu-
liC sItúa a. .
En este plano tú eres Q: e1ob'~eto. y todos sabemos que es esto lo \DIO-
. con ~piedad, donde .sltua el um~e :~ulP<> por la I:Irev
Ierable '1 no ~~. relacIón con un puro bien moral.
• para el diSCurso. que después de todo lo traiciona. Voy a
/17
1/6
W'l'iSfi)N DEL EST.4.Tl iTO DEL OBJETO

meno Quienes a.... istiemn a aquel Seminario lo recuerdan. Los demás v .


. I
publicado lkntro de no mucho tiempo o que pude retomar de él en u
. eran
- -.
oq Ulsm o es po
L4 CAUSA DEL DESEO

rque el superyó es muy cruel. Nosotros conocemos. por


. I' ' del
n mas od I distinciones que es precIso hacer en e mtenor ma-
f~ill a La. fi/oso(íd en e/locador, que era el texto en torno al cual hab{ pre·
. . a Or- suP.
uesto t as as '

.
I asoquismo eró geno. el masoqUismo ememno. e maso-
f . I
uls mo - e m
ganiz.adl.) esta compardclón. ~ . 1 Pero la sola enunciación de esta clas!'tiIcaclon ., ya d '
a cIerta
El elemento nuevo que .qu.iero aportar es el siguie?te. característico del qUlsm~ ?,ora . , tienen un vaso. la fe cristiana y la baja de Wall Street.
. reslon - aqUl . .'
deSC!O sádico. En el cumplimIento de su acto. de su nto - porque se trata Imp· d. .ea como sea. un poco con las ganas. SI el terrmno maso-
Es.'to. nos ep. s . d • 1 ró
propiamente del tipo de acción humana en el que encontramos todas las es- de He ar a tener algún sentido. conven na encontrar e una l' r-
tructuraS del rito - . 10 que el agente del deseo sádico no sabe es lo que qUl smo pue g poco más unitaria. Diciendo que el superyó es la causa
la que fuera un , '·6 . t·
blhca. y 10 que busca es hacerse aparecer a sí mismo - ¿para quién? ya mu ., os apartaríamos demasiado de esta mtUlcI n satis ac-
d I masoqUIsmo no n . -é ho
que en todos los ca....os. esta revelación sólo puede permanecer Oscura para e . '. ' h bría que tener en cuenta todavía lo que les ensen y
tona - solo que · a os pues que el superyó partICipa " d 1 f ·6 de
él mismo - como puro objeto. fetiche negro. A eso se resume. en último b la causa. D Igam. • .• e a uncl . nh
término. la manifestación del deseo sádico. en tanto que aquel que es su so re b.eto en cuanto causa, tal como la introduje hoy. Inc1ul-o podna a-
agente se dirige a una realización. est~ o ~trar en la serie de los objetos que deberé desplegar ~te uSledes.
cer o e , bl Pero si no he hecho de entrada este catálogo. es para
Por otra parte. si recuerdan ustedes la figura de Sade. advertirán que no Son enumera es. . . 13.\
. d . la cabeza y vayan a creer que ahl se encuentran
e~ casualidad si 10 que queda de él tras una especie de transubstanciación que no pIerdan uste es . se han sentido ustedes en su terreno en
lograda a lo largo de las épocas. tras la elaboración imaginaria de genera- . as con las que siempre .
mIsmas cos . . . N . rto Si bien pueden ustedes creer que
ciones. es precisamente la forma que Man Ray encontró más adecuada para lo que al análISIS se refiere. o es cle . d i ' íbalo saben pertectamente
.ó di' materno o 13.'\ e escl ..
alumbrarlo cuando hubo que hacer su retrato imaginario. a saber. una for- conocen la funcl n e seno I I·ente al falo Ycuan-
'ritu en o concern .
ma petrificada. qué oscuridad pe~anece ~~ su espl iatamente después _ \'oy a confiár-
Muy distinta es la posición del masoquista. para quien esta encarnación do se trata del objeto que \ lene mmed. .d d I.... ún alimento. es el ojo en
r dar a su cunOSI a a fo '
de sí mismo como objeto es el fin declarado - ya sea que se haga perro selo de todos m odos. po . ede. da Por eSO conviene aprolll-
. 'aben ust s na .
bajo la mesa. o mercancía, ítem del que se habla en un contrato entre otros cuanto tal-. entonces ya no s .. , es el ohielo sin el cual no
, razon porque SI J

objetos destinados al mercado. En suma. lo que busca es su identificación


marse a él con prudenCIa. Y con " S mos pues prudeotes.
, b' to pehgroso. ea • .
hay angustia. es cIertamente un o ~e
oon el objeto común. el objeto de intercambio. Sigue siéndole imposible
captarse como aquello que es. en tanto que. como todos. es un o.
puesto que falta. . ' ara mí la ocasión de bacef vlsib!e
En lo inmediato. esta prudenCIa ~~a P .. 'ote que llamÓ la alenctOO
En Cuanto a saber por qué esto le interesa tal reconocimiento. que per- . . '. diJe lo slgUII~ ,
en qué sentido. dos lecCIOnes atraso I an la misma cosa.
maJlC'«; de todas formas imposible. es lo que su análisis podrá revelar. Pero . I deseo Yla ey en . les es
de uno de mIs oyentes - que e · 1'''"ntido de que su objeto
incluso ante!. de poder comprender sus conjunciones particulares, hay cier- , cosa en e "" SnI'ClO
El deseo y la ley son la mIsma d' .'cndo que son. el uno re r-:\
tas conjuncion~ ,estructurales que es preciso establecer aquí.
común. No basta pues con reconforta;-:e ol~~mo el den:cho ~ ~~ re\'éS j ~"i'~
, EI:'tiend,an bien q.ue no he dicho. sin más. que el masoquista alcance sU al otro como los dos lados de la mura a: . __ 1 que pelUllUó que e '
Identificación de objeto. Como en el sádico. esta identificación sólo apare- , . - I d S' el milO ,enUiIJ hilL'"e que se
sería tener en poco la dlflcu la. I á1'd lo es tan solo pOrque
ce en una escena. Pero, incluso en esta escena. el sádico no se ve. sólo ve . ha es \' 1 o.
coanálisis se pusiera en marc ' n c:I de.
el reMO. Hay también algo que el masoquista no ve, y nosotros veremos en- . . , _ en el onge . . .
'ieguída qué C1i. Sienta que es así. .. _ da más que esto. . ' Ut relaclon
El mito de Edipo no slgmhca na a sola y rlll sma cosa, I lJ1II,a d
Esto me penrute
" . algunas fórmulas. la pnmera
mtroduclr . de las cua'1es dre la ley o;on UII , in de la ey
seo como deseo del pa Y h' a que sólo la (une" , ..L<[lIICO a 111
~ que reconocerse como b· e de ~-- art' u- t an estrec I adre e.~ 1...
o 1 to ""'!>CO, en el sentido en que yo lo IC de la ley con el deseo e, s · cuantO uo;._~ ",~p"" nnr a ro . . ._ .... ..Ia. ya
lo, ~ .,Ictnpre masoquista. .,-' Impone 1lC"""
camino del deseo. El deseo. en bíbc que la ley
E.~ fórmula tiene l· é d Y ~"to que la pro
_L • e lnter s e hacerles palpable la dificultad. Es mu función de la ley. Es en t ....
...ímodo \ef\;lr;c de otro .... - , .h Y
I,~queno gUiñol y decir. por ejemplo. que SI a
/19
/IR
REnS/()N DEL ESTATUTO DEL OBJETO

que. después d~ todo. la madre no es ~n sí e~ objeto más deseable. Si to<!


se organiza en tomo al deseo de la madre. SI se debe preferir que la . o
- LA. CAUSA DEL DESEO

. Qué es el objeto a en el plan~ de lo qu~ SUbS iste dc~mEo cueb~ y que


" en parte. por así deCIr. su propIa vo Iunta. ste o Jeto a es
" .- 11 . mUjer
se~ d.i~tinta de la madre. ¿que slgmhca e o. SIDO que un imperativo se in. nos sUI~traeca de la que habla Freud. la reserva última irreductible de la
tn'ldu~'e en la estructu~a m~sm.a del deseo? Para decirlo todo, se desea a la aquel a ro ,. l' I d
.' . os contornos es tan patetlco ver Itera mente puntua os en sus
ooien. El mito del Edlpo slgmfica que el deseo del padre es lo que hace la bbldo. l:uy . . 1 'ó d h .
. d vez que da con ella. y no voy a termmar nu eeel n e oy sm
textos ca a . 'ó
kv. . I . dónde conviene que vayan ustedes a renovar esta conVICCI n.
deelf es '? E é' 1 podó
. l.En qué consiste el valor del masoquismo desde esta perspectiva? Es el Este a minúscula. ¿en qué lugar e~ta. ¿ n qu ruve a ser reco-
único mérito del masoquista. Cuando el deseo y la ley se encuentran jun. .'d .' 110 fuera posible? Les he dicho hace un momento que recono-
n()(;1 o. Sl e . . . PI'
tos. lo que el masoquista pretende hacer manifiesto - y. añado, en su pe. obj' eto del propiO deseo es sIempre masoqUIsta. ero e ma-
cerse como od
queña escena. porque nunca hay que olvidar esta dimensión - es que el . .ta 610 lo hace en la escena. y van a ver ustedes lo que se pr uce
SoqUIS s . I
deseo del Otro hace la ley. ede permanecer en la escena. No sIempre estamos en a
cuan d o ya no pu . . 1d . '
escena se extienda muy lejOS, meluso hasta e om1mo
Enseguida vemos uno de los efectos que esto tiene. Es que el propio escena. aunq ue la d
masoquista aparece en la función que yo llamaría de deyecto. I Es nuestro . tros sueños. Cuando no estamos en la escena. cuan o permane-
de nues . d" tramos
, aca' y tratamoS de leer en el Otro e que va. no encon
objeto a. pero bajo la apariencia de lo deyectado. echado a los perros. a los cemos mas .
despojos. a la basura. al desecho del objeto común. a falta de poder poner· allí. en x, más que la falta. " ..
lo en alguna otra parte. El objeto está en efecto vinculado a su falta necesana alh donde el ~~t
to se constituye en el lugar del Otro. es decir. tan lejos como sea 1>,0; ~
Es uno de los aspectos con que puede aparecer el a tal como se ilustra
ás allá incluso de lo que puede aparecer en el retomo de lo rePdnnll I ..
en la perversión. Esta forma de reconocerlo en el masoquismo no agota de m . . l' ·'·t no podemos eclt o ID-
ningún modo lo que sólo podemos circunscribir rodeándolo, a saber. la fun· Urverdriing""g, lo irreductIble de o meogm o~ d de se estruCtura v
ción del a. cognoscible puesto que hablamos de ello -~ I es ;~odUje ante ustede's
se sitúa lo que, en nuestro análisis de la tranS ereOC1a.
El efecto central de esta identidad que conjuga el deseo del padre con la
leyes el complejo de castración. La ley nació de la muda o de la mutación con el término aga/ma. . 'en cuanto tal. se institu-
En la medida en que se apunta a estc,lugar ~ aCI~ ando se trata de la tranS-
misteriosa del deseo del padre después de que se le hubo dado muerte. y la . ." descuidada Ycon razono cu
consecuencia de ello es. tanto en la historia del pensamiento analítico como ye la dlmenslOn siempre • t .a1iza en la imagen. un
ferencia. Este lugar. circunscrito por algo que se.m~.eó~ de la imagen cspecu-
en lo que podemos concebir como la conexión más segura. el complejo de hi .a. donde la conslltucl
castración. Por e...a ya han visto ustedes aparecer en mis esquemas la nota· borde. una abertura. una ~CI ar redilecto de la angustia. .
lar muestra su límite - ahl está ellug P . d r ejemplo. en OCasl~
ción (-q;) en el lugar mismo en que a falta. cs
Este fenómeno de borde, lo encuentran uSle . :an.:ando ellírnil~ del
Así. primer punto. les he hablado del objeto como causa del deseo. Pun- ntana que se abre. ,-__Lo SIC
nes privilegiadas. en aque II.a ~e ilamo la escena. EstelJ\n ..... e.
to dos, les he dicho que reconocerse como el objeto del propio deseo es
mundo ilusorio del reconoclnuento. el que al menos dos \'eces - en
slemp": ~~ista. les he indicado a este respecto lo que se perfilaba encuadre esta hiancia. se ilustra en este esq~e~a O Que éste es el lugar
como Clena 1ncldencia del supery6, y he subrayado una particularidad de , . pequeno signo, . -al de
el borde del espejo y tambIén en este . rdar sicmpre como sen
lo que se produce en el lugar de este objeto a bajo la forma de (-¡p). de la angustia. es algo que deben ustedes recO . .
Ueo,,"""'"
e-'~". pues. a nuestro tercer punto, que concierne a las poSt'b'l'd
I I a- lo que se debe buscar en medio. . que se 1\'!00itan. lo deja I
des ~ctura)es de la manifestación del objeto a como falta. Si desde hace Do al que les ruego senIl! Para
El texto de Freud sobre fa. 1 r la doble cara que~· . .....ro
algún uempo les presentiflco el esquema del espejo. es para que puedan da vez que ee. po . ·uficlCIlCIll.\. I~ ,.
concebir esto. uno más estupefacto ca 1 . debilidades. las Ul.~ .. ~sta .~,¡.
.• l ' destacar son as pe revela '14' '1 .....
1os noVIcIOs o pnmero a de Iropieza con ~1J 10. ramos 1f3l3I'.
la profundidad que alcanza allí don . po que nosotros IOlen
punto gir.tba ciertamente en tomO al ¡;aJll
l. ~}~I: ~mo tn.~ 81· .. ·- ,~. . ... ~I T I
..,.... """ a ''''jec/ltm (deyecCión) y ajna (arrojar). (N. "" .
121
120
Rl:.TISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO
ú\ CA USA DEL DESEO
A quienes e~ucharon mi discurso sobre El Banqllete. el texto d Do- - od ,lo soporta por su Dama, se confonna con los favores más
- ¡Xli' supues10. coO\"ieneque primero se familiaricen con él_ pu t ra
d caballero que 1 (ustanciosos. prefiere incluso no recibir más que éstos.
rordarles la dimen~ión siempre eludida cuando se trata de la trans-eer e~_
ínfimos. ~enos 1 . el obieto de su amor de lo que se podría llamar la re-
5

no es Simplemente lo que reproduce11y eneJa . \O mas seá'a .eja


' .
a saber que la transferenCia
• . . ,
.'
repite e.uan J .
brestima dicho objeto de errunente IgOl a .
. d"d d
una si~'ión. una acción. una actitud. un trau~al1smo ~tiguo. Siempre compe .
nsa. m s so ..
pu' blico no puede dejar de ltnponerle el hec o e que
h d
hay otra coordenada. que he destacado a PropÓSIto de la Intervención ana- e ando el rumor . . I al
u d ' bien amada es efectivamente de las mas dudosas. a ex -
titica de Sócrates. a saber. en panicular. en los casos que evoco. un amor la conducta e suse \e . relO .. rzada por el objetivo suplementario de salvarla.
. 'n amorosa
¡:n~nt~ en lo real. No podemos comprender nada de la transferencia si no tacIO . dmirablemente destacado por Freud. .
sabemos que es también la consecuencia de este amor. de este amor pre- Todo ello es a d' d ' modo es conducida la muchacha en cuestión a
Y .. ben uste es e que . d
sente. y los analistas deben recordarlo a lo largo del análisis. Este amor está asa'ulta Esta. re l'ac I'ón tenía lugar a sabiendas de toda la eluda . , • con un o-
presente de diversas fonnas. pero al menos hay que pedirles que lo recuer- su cons '" d I F ud se percató enseguida que consutula una pe I
dm cuando está ahí. visible. En función de este amor. digamos. real. se ins- estilo de ., desaho
d" .daea aqlue gUlen. re de.'su fam'llia • y pronto se ve que se trata de su I
'1 '

titu~'e lo que es la cuestión central de la transferencia. la que se plantea el vocaClon m g l . . entro La j'oven. acompañada de su
La lación finaliza con un encu . '1 padre
!

sujeto a propósito del óRCllma. a saber. lo que le falta. pues es con esta falta padre. re I 'dre que va camino de f,U despacho. E
bien amada. se. ~ru~a, co~ ~a ':e irritación. Entonces la escena se desarrolla
I ,

con lo que ama. I

le lanza una mirada carga d . uien esta aventura no es SID duda


No sin motivo. desde siempre. les repito machaconamente que el amor muy deprisa. La persona ama a. para: que manifiestamente empieza a
es dar lo que no se tiene. Es incluso el principio del complejo de castración. más que una d ·IverSI··o'n bastante oscura. d'fi' Itades le djce a la JO\'en .
Para tener el falo. para poder usarlo. es preciso. precisamente, no serlo. . ese a grandes I leu •
estar harta y no qUIere expone . Id' ahl' que dejO e de mandar-
d "ado que o eJen . .
Cuando uno vuelve a las condiciones en las que parece que lo es - que la cosa ya ha du;ado em,~sl 1 I~s talone~. Entonces. la chiea se arroJá
puesto que se lo es. en el caso de un hombre no hay duda. y en el caso de le flores todos los días y de pisar e
una mujer ya volveremos a decir de qué modo se ve llevada a serlo -. pues inmediatamente de un puente. I b minuciosamente los mapas de
bien. stempre es muy peligroso. Hubo un tiempo en que ~o ellp ora ; Juanito. pero hoy no llegaré a
Viena para dar su pleno sentido al caSO e algo comparable a lo que
,M robablemente es - foso al
decirles qué lugar es. uy P d P eire o sea. un pequeno
pueden ver todavía junto al Boule~ar de e: pe~ueño ferrocarril que ya no
n
3 fondo del cual se encuentran !OS ral es 'a. niederkom mt• se deja ~ae~·do <k
funciona. Ahí es donde la chica se an~~n el parto para agotar el sen~ación
No basta con recordar la analogía 'al en wda súbita puesta enl·re u'ene
esta palabra. El " medakommen es esenCI" razón el SUjeto . me lancÓ ICO ,,_ . n-
Básteme con pedirles. antes de dejarlos. que relean atentamente el texto "\ 'omo a. No sID . fui urante. UO;~O
enteramente consagrado por Freud a sus relaciones con su paciente llamada del sujeto c~n lo ,que e es c . da a cabo con una rapidez g n lanto que ou~
la jO'im homosexual. Les recuerdo que el análisis pone de manifiesto que es tal propensión. Siempre lleva En efecto. la \'entana. el ue SIgnifica
, la ventana. , dica o q .
esencialmente a raíz de una decepción enigmática relativa al nacimiento en certante, a arrojarse por el mundo. nos 1/1 " n iumfu¡1len-
recuerda el límite entre la esce~a y relorna a aquella exdusió o t':n que se
la familia de un hermanito que se orientó hacia la homosexualidad. en forma
tal acto - de algún modo. el SUJet°roduce en el momento alilnJsl~' .~'¡"mll~
de un amor de~trativo por una mujer de dudosa reputación. respecto a la , El 'alto se P s an s~. .,..--
. to que sólo OOSlllJQ. 'nronl~h~ lo que
~ se conduce. ~ dice Freud. de un modo esencialmente viril. tal en la que se Siente. s
E... ~ tan habituados a hablar de eso sin saber. que no nos darnOS cumple. en lo abso Iuto de un sUJe de la ley . ... <::'·10 es r-r .
' bauera de Les"".....s
concebir. la conJuncl , '6 n del deseo Y de la pareja , de la ca
'-ucnla de qlJC: ui pretende acentuar lo que traté de presentificar ante uste· d I encuentfO ¡Jre
~ acerca de la función del amor corté.... Lo hace con un estilo. con una ocurre en el momento e
y su objeto karemntano. "
í de"ir con el p;t .
por as ~.
~ ICOCld de la analogia, absolutamente admirable. Ella se comporta como el
12J
REHSIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO LA CAUSA DEL DESEO

No basta con decir que el padre lanzó una mirada furiosa para co - -
La segunda es
l' 'onfrontación del deseo y la ley. Aquí, se trata
a~
ncuentro . · , d 1 deseo del padre, en base al cu se cons y
al tru e toda
~r CÓIIl\) pudo prod uClrse ' e 1pasaje
'1 a acto, H ay,th'1 algo que se deriva
mpren·
de ~ la confrontaCión e " presentifica en la mirada del padre. Esto es
fondo mismo de la relación. de la estructura en CUanto tal, ¿De qué se tr ~ SU conducta. con I~ ~eYd~~~i~vamente identificada con a y, al mismo ,tiem-
ta'? Digimoslo en términos breves. los creo suficientemente preparad;s lo que la hace senttrSl~' d' fuera de la escena. y esto, sólo puede reahzarlo
romo para que lo entiendan, echazada . expu sa a.
La hija. cuya decepción respecto al padre por el nacimiento de su her. po. r 1de'}'arse caer. .' 'ó od t
el dejar caer. e , ' ara indicarles hacia en que drreccI n va loes o.
mano menor había sido el punto de inflexi{)n en su vida, se había dedica- Hoy me falta ttempo P l' 'élebre notación de Freud sobre el duelo
od s modos que a c d, , 'da
do. pues. a hacer de su castración de mujer lo que hace el caballero con su Digamos. de t~. i
b'eto como aquello contra lo cual va tngl
Dama. o sea. ofrecerle precisamente el sacrificio de sus prerrogativas viri- _ la identificación ,con e o, J nta el duelo _ no es suficiente. Llevamos
les. lo cual. por inversión de dicho sacrificio, hacía de ella el sopone de de qUien expenme d'd el
una venganza ' f ' de devaluación en la me I a en que
, entamos sus e ectos I ha
aquello que falta en el campo del Otro, o sea. la garantía suprema de que la luto Yexpenm I d elo era. sin nosotros saberlo. e que se -
leyes ciertamente el deseo del padre. de que se está seguro de ello. que hay ob)' eto por el que hacemos e u . tración Cuando ésta nos retoma.
'd porte de nuestra c a s · 'al
una gloria del padre. un falo absoluto, <1>, bía convertl o en so I dida en que nos vemos esenc! -
Sin duda. resentimiento y venganza son decisivos en la relación de nos vemos como 1o q ue somos. en a me , ,
ición de castraclon. í
esta hija con su padre, Su resentimiento y su venganza son esta ley, este mente devueltos a esa pos , me ur e. y que sólo puedo darles aqu
falo supremo, La <t> mayúscula. he aquí dónde la pongo, Ya que fui de- Ya ven ustedes que el t~e~po h g , punto es de esto de lo que se
una indicación, Dos cosas tndlcan asta que
cepcionada en mi apego a ti. mi padre. y que no pude ser, yo. tu mujer
sumisa ni tu objeto. Ella será mi Dama y yo seré. por mi parte, quien sos- trata, ' t i e n e Freud es de que, por espectacular '
De entrada. la sensaCión que á!l'SI'S todo le pasa. por así
tenga. quien cree la relación idealizada con aquello que de mí misma fue , t haga en su an '• nd
que sea el avance que la paclen e d to El lugar que cocrespo e
rechazado. aquello que de mi ser de mujer es insuficiencia, No olvidemos.
decir. como el agua por las pluma~ e un ~:ec;amente mediante todas I~
en efecto. que la muchacha ha abandonado la cultura de su narcisismo. al a en el espejo del Otro, él lo deSigna pe 10 de los elementos de mi
sus cuidados. su coquetería. su belleza, para convertirse en el caballero d' pone por su pues . trOpie-
coordenadas posibles, No IS " , claramente, Me detengo, .
~noidor de la Dama,
Todo esto. toda esta escena. es lo que se presenta ante la mirada del padre
topol~gía. pero es i~~sible declr~:;; en la hipnosis, Aho~ bie~¿:~
zo dice con algo Similar a lo que 1 J'o del Otro. es ~apaz ,
en aquel simple encuentro en el puente. Y esta escena. que había conseguido •• , ? El 'eto en e espe ,w
.• " es decir.
ocurre en la hipnosIs, SUj. - florero puntea . I
el completo asentimiento del sujeto. pierde sin embargo todo su valor por la , n el pequeno N "11 razón e
todo lo que se encuentra ah l. e blema con eSO. o SI '_
5
desaprobación que percibe en aquella mirada, Es por eso por lo que se pro- todo lo que es especularil.able. no hay ~roda del hipllotizador SO? 10 ::::.
duce entonces lo que podríamos llamar, refiriéndonos al primer cuadro que 'al 'omo la mIra 1 h' pDOSIS es r'-
espejo. el tapón de costo . asl ~, . ' que no se ,'e en a I .. ~ la causa
\es presenté sobre las coordenadas de la angustia. el supremo embarazo, ' " La UOlca ~osa , dor 3 SlI""r.
trumentos de la h Ipnosl S , , da del hipno uza . ~cuenóa~
Luego viene la emoción, Remítanse a ese cuadro, verán sus coordena- cisamente el propio tapón o la ~lIra , se revela en las con
das exactas, La emoción la invade por la súbita imposibilidad en que se en- d la hipnOSIS no
de la hipnosis. La causa e . basa cs3 duda
cuentra de hacer frente a la escena que le hace su amiga, de la hipnosis., ' del obsesi\'O, ¿ y e~ qu!se klllguen tan'
Aquí. me dirijo a alguien que me pidió que adelantara un poco lo ,que La otra referenCia es la duda álisis de obseM'oiO,S ~iOa ,'crdlJ<h:'-
puedo tener que decir sobre la dislÍnción entre el actíng out y el pasaje al radical que hace también que los 3D d~ obsesh'o es ~I~.t en que se <:co-
acto, Tendremos que volver a ocupamos de ello, pero por lo pronto pode- to tiem'po y tan lindamente? Una cura al,' -.. AO. en lu fJJ<'ul" ,,' '1 que F~ud
fn05 revelar que Ia.'i dos condiciones esenciales de lo que se llama. hablan-
, el 3D z<IU I tlsC,IH" , h' _
ra luna de miel entre el analista Y mantiene e () ..... o:uC'nla la:> IS
.,0

do con propiedad. pasaje al acto ~ cumplen en este ca...,o, , .. ...,'" en la que,,", . 'dable. •. ~
tra en esa clase de dlscw"'" bre es 1OJ1lll
La primera e.'1la identificación abwluta del sujeto con el a al que se re- sen-al a muy b'len - a.saber. ese hom I

duce, EtO~ cienamcnte lo que le sucede a la muchacha en el momento del


¡Z5
RE\'/S/ON DEL ESTATUTO DEL OBJETO

ton~ más bella.... del mundo. el problema es que no me lo acabo de cree


- - IX
Si estu es cenlr.ll. es porque se encuentra aquí. en x. r.
En el caso de la joven homosexual. de lo que se t~ata es de cierta pro. PASAJE AL ACTO
y ACTlNG OUT
IIICXión del falo. en cuanto tal. al lugar de a. Es preCisamente esto lo que
debe esclarecemos en lo referente al desenlace de la cura.
Dejarse caer y subir a la escena
Siento escnipulos al abordarlo. porque es un texto tan maravillosamen_
te esclara-edor que no tengo necesidad de mencionar sus otras propieda_
des. Les ruego. al meno!>. que no confundan con uno de esos estribillos a
los que luego nos han habituado, eso con lo que aquel hombre. que enton-
ces está llevando a cabo un descubrimiento. concluye su texto - o sea. la La yoización
distinción entre los elementos constitucionales y los históricos de la deter- El corre natal
minación de la homosexualidad. poco impona cuáles. Distinguiendo en El goce del síntoma
cuanto tal la Objektwahl. la elección de objeto, mostrando que comporta lAs mentiras del inconscimre
mecanismos originales. aísla el objeto en cuanto tal como el campo propio lA pasión de Frelld
del análisis. Todo gira. en efecto. en tomo a la relación del sujeto con a.
la paradoja de este análisis confina con lo que les indiqué la última vez
coroo el punto donde Freud nos lega la cuestión de saber cómo operar al , hablando de lo que les designo como a mi-
Hoy vamos a contlDUar
ni\'el del complejo de castración. Esta paradoja está designada mediante
algo que se inscribe en la observación y que me sorprende que no sea el núscula, . " • nelsu'eto,yelloconelfinde,man-
Empezaré recordando su relaCión I;~ d d J deriva por mi propia ex-
objeto más común de la sorpresa entre los analistas. a saber. que este aná- , d I ' la onortuntda e una , . I
tener nuestro eje y no ar es t-- , acentuar hoyes su ~lacl6D ¡;on e
lisis lennina en lo siguiente - Freud lo deja. 2 licación, Sin embargo. lo que vamos a
En lo referente a Dora - ya hablaremos de esto - ahora podemos ar- P
Otro con mayúscula. 'r del Otro. y es en la rel~1'6"- dd
ticular mejor lo que ocurrió. Todo ello está lejos. muy lejos. de ser una tor- El aislamiento de (1 se produce a partt resto Por eSO he reprodUCido este
pela. y se puede decir que si bien Dora no fue analizada hasta el final. Freud se constituye como '
sujeto con el O!rO que, t de la división,
vio claro hasta el final, Pero con la joven - que es un caso donde la fun- esquema. que es homólogo al apara o
ción de a es tan prevale me que llegó a pasar a ese real. un pasaje al acto.
cuya relación simbólica él comprende. sin embargo. tan bien - Freud se
A s
da por vencido, No voy a llegar a nada. se dice, y se la pasa a una colega
femenina. Es él quien loma la iniciativa de dejarla.
$ f.
a O
Los dejaré con este término para que hagan sus reflexiones,
. Como uste~s pueden ver. lo que me preocupa es una referencia esen-
.. ,
,

~ ~':
cial en la manipulación analítica de la transferencia. de lo dMsiáfl
Segunóo esquenUJ
uc en nuesU1l
dial6cli ·
16 DE ENERO DE 1963 , tO en lan lO q. Es el sujeto 111·
SUJ e
Arriba de todo a la derecha. ell fu nci6n del signifi.:,:¡nhll!'do' nnr sU p;u1e.
artida en a .efO t.'IC a . ,--
ca, tiene su punto de p 'h' dialéctica. El SU). l'IU)'e en el lugar
, de die a . ~ ....(lfl.<; J
potético en el ongen xperic:nCJ3. "" '1
,. sUjeto
umeo . al que ac~.
._A... nuestra e
2. lA /aJ.l~, lombt-r 'r'~
nno al ,.... . "-rlc
U"".. 11 nI<'"" lm/ln<-n lau~n cr, supra. IN. del T' I 127
RE\'ISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO
PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT
-
H
;1

Otro COlll(l marca del significante, Inversamente. toda la existencia d I - , d I de homosexualidad femenina salta por encima de
quNa sus~ndida de una garantía que falta. de ahí el Otro tachado e Otro
uJer e caso _
La m que la separa del canal por donde pasa el pequeno
ña barrera
}>em de esta operación hay un resto, es el a, . la peque , bt áneo Dora pasa al acto en el momento del emba-
v ía semlS U err ' ' K M'
tC3n ue Ia p o la
n frase-trampa
e · , la trampa torp{slma del Sr, '. I
raZ O en q d mI' La bofetada que ella le da entonces no pue-
, r no es na a para ' I
mUJe d ás que la más perfecta ambigüedad - ¿es al Sr, K, I
de e xpresar na a , m I l
. . , No es ciertamente la bofetada a que nos o I
1 I S a K a qUIen ama, , I

oa a r ' ' t e bofetada es uno de aquellos SIgnos, de aquellos


dirá. Pero se::;t:I:S en el destino, que podemos ver resurgir de gene-
momentos c '6 con su valor de cambio de agujas en un desuno,
.' 'n en generact n. I
La última vez. a partir del caso de homosexualidad femenina. ejemplo raclO n dl'rección a evadirse de la escena. Es o que nos I
El jeto se mueve e , " 'd éll ,1,
00 único. puesto que se perfilaba detrás del de Dora, he hecho surgir ante ,su nocer el pasaJ'e al acto en su valor propIo. y distlD~tr ~o
ustedes una característica estructural de la relación del sujeto con el a, pe-rmIte recO , ' I verán ustedes, a saber. e aclmg ou '
I ' I

A esta posibilidad esencial, a esta relación que se puede llamar uni- que es muy dlstmto, ya o. 1 bien manifiesto? ¿Alguien discutiría este
-¿Habré de darles otro eJemp fO. ..,. A qué llamamos fuga en el sujeto.
versal puesto que a todos los niveles la reencontrarán ustedes en lo que . I lo que llaman una uga, (. ,
al a respecta - y tal es su connotación más característica, puesto que rotu o para • , '6
enos en poSICI n I . 'oíantt'l que allí se lanza. SIDO 8
siempre puesto mas o m 'da .ti hacia el mundo puro donde el su-
está ligada precisamente a la función de resto - , la llamé. con un tér-
esa salida de escena. esa partl errao~: ulsado. rechazado. por doquier?
jeto sale a buscar. a reencontrar. al de ~ por supuesto. vuelve. lo cual
mino tomado del vocabulario de Freud a propósito del pasaje al acto que g
le plantea su caso de homosexualidad femenina, el dejar caer, el mo se sue le clr y" ,
Se hace mala sangre. co aires La partida es. clertamen-
niederkommen lassen. puede ser una oportunidad para él de darse .
Ahora bien. recordarán ustedes. sin duda. que terminé con la observa- te el paso de la escena al mundo, , ras fases de este discur-
ción de que. extrañamente, fue un dejar caer igual que éste lo que había , , ' I t ara en las pnme .
Por eso era tan ~ul qu~ ~ a~ e ncial de estos dos registroS - por
marcado la respuesta del propio Freud a una dificultad ejemplar del caso, so sobre la angustia la dlstlDclón ese I recipita Y por otra parte.
En todo lo que Freud nos ha testimoniado sobre su acción. sobre su con' , I donde lo rea se P , , '
una parte, el mundo, el ugar , to tiene que consutUlrse.
i hombre como sUJe porta-
ducta, sobre su experiencia. este dejar caer es único y al mismo tiempo en la escena del Otro, donde e b pero nO puede ser su
dor de la pala ra, t es es'
su texto es tan manifiesto, hasta provocador, que para algunos se vuelve ocupar su lugar como port a 'd' a que se presc:n e.
. e por más ven IC
casi invisible al leerlo, dor sino en una estructura qu , ,
'ó ' 1 anunCIO que
Es,te c!~ja~ cau es el correlato esencial del pasaje al acto, Aún es n~­ tructura de ficc} n, 'ó de la angusua, es es
cesano precIsar de!>de qué lado es visto, este dejar caer. Es visto, preCI- Antes de ir más lejos en la, funcl n nque de entrada pueda paree _
samente. del lado del sujeto. Si ustedes quieren referirse a la fórmula les hablaré en seguida del aCII~g ~~~ ~~ la angustia, por otra p::~":n
del fantasma., ~I pasaje al acto está del lado del sujeto en tant~ qu.~ ést_e ser más bien del orden de la eVltac.:~de parecerles. sin duda'tltanr"en que
aparece borrado al máximo por la barra. El momento del pasaje al actO tenderme ahora sobre este tema pu odeo en exceso? Pero o se <'acIón
á ' no es un r una !Dlecroe-
~:' de';ayor embarazo del sujeto, c()!1 el añadido comportamental de rodeo - y un rodeo m s,,,
, , e volver a en
con tramOs con
, 10 esencI",
'_' A s.a¡,er.
moc n como desorden del movimiento Es entonces cuando, desde aquí no hacemos mas q~ ñalado al princiPiO COD o de caDlunll:acióD
allf donde ~ _.' ' ' que mi discurso ya habla se , y el Otro. un mod do COD propie·
, ....... uentra __ a saber, desde el lugar de la escena en la que. , ' tre el sUjeto , ' hAblan
como ~ujetO fundamentalmente histnrizado puede únicamente mantener- SI la angustIa no es, en
s pregull
M<'ftOS SI no es.
.... -
\C en su estatuto de s J' t " • a tan absoluto que podem· o
Ésta u e o =- se precIpita y bascula fuera de la escen '
el la CStructurd misma del pasaje al acto, dad. común a ambos,
129
Rl:T1SIl)N DEL ESTATUTO DEL OBJETO PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT

Ad,O(l1itt a ~ste respel.'lo que debemos tener en Cuenta el h h


. o' ecodel
anttUl>tla (n alguno!". anmlales. Este es uno de los aspectos que nos 1 a
- -.
laoIdenl1
°ti 'ación que se encuentra esencialmente al principio del duelo.
m lo O IC¿Cómo a. objeto de la identl°tilcaCI°ón. es tamb'é O
I na. obJeto de1
por

más dificultades. pero que debemo~ preservar y que ningún discu P alllea eje ~ E la medida en que arranca metafóricamente al amante. para em-
la angustia puede desconocer. Dejo aquí. para volver a enContrarla áSO~e
CSO amor oI término
n o . I del estatuto bOl
medieval y tradlclona. aJo e cu al se presen-
~. una peq~ña marca. una piedm blanca. ¿Cómo podemos estar~aSI~. ple~ ~e amable. erómenos. para convertirlo en eraslés. sujeto de la falta
o o o l? Ah b O 1 n se·
euros
~
de un senunuento en un amma. ora len. a angustia es el u' o
OJeo
tao
_ eaque 11( por) lo que .se constituye propiamente enoel amor. Es lo que le
• o

senumlento del que no podemos dudar que se encuentre en el animal. E


cir el instrumento del amor. en la medIda en que se ama. que


da. por aí de s· .
Contr.unllS allí. bajo una forola exterior. aquel carácter que he indicado q: se es amante. con lo que no s~ Ueneo o o
comporta la angustia. de ser lo que no engaña. Si a se llama (l en nuestro diSCUrso. DO es tan solo por es~ funcIón de I~n-
0d d al 'brica de la letra que predicamos el otro día. SIDO. para deCIrlo.
IJ a ge I o 1
. 0u· amente porque es lo que ya no se llene. Por eso este a que en e
humons c • o °ti o

Oene se lo puede reencontrar por vía regreSIva en la ldeno 1-


amor ya no se U .' o

.ón en forma de identificación con el ser. Por eso Freud califica exacta-
-
')
caCI.
mente con e
l té ...... ;no regresión el ~so del amor a la identificación. Pero. en
1111' r- o l'
.·ó permanece como lo que es. mstrumento. Es eon o que se
esta regresl n. a . .
es que se puede tener o no, por al,t declf.
Una vez planteado el gráfico de lo que espero recorrer hoy, empiezo ha-
ciendo algunas observaciones para refrescar la memoria.
El último pensamiento de Freud nos indica que la angustia es señal en
x
el yo.
Si esta señal se encuentra en el yo, debe estar en algún lugar del yo ideal.
a 4" ,
I
, I
,
A

Creo haber esbozado suticientemente para ustedes que debe estar en x en

JJ
c1esquema.
Esta señal es un fenómeno de borde en el campo imaginario del yo. El
término borde el\ legítimo. pues se apoya en la afinnación del propio Freud
según la cual el yo es una superficie. incluso. añade. la proyección de una lA jma~en Tl'al rodea IO.f objetos a
liu~cie. lo ra'Ordé en su momento. Digamos. pues. que es un color. tér-
I1\mo cuyo empleo metafórico justificaré más adelante. Este color se pro'
.' uando emerge como i(o). con lo que
duce en el borde de la superficie especular, j'(a), inversión ella misma. en Es con la imagen real. constitUIda: c. 'd d d los objetos a. aquí repre-
tanto que especular. de la superficie real. ira). se atrapa o no en este cuello la multlphel oa le peJoo cóncavO del fondo.
El ~ ideal es la función mediante la cual el yo es constituido por la ~rie 110 "raetaS a es _.. ~.-n_
sentados por las flores re al es. y e e- trUctura del e6rtex. fuJ1Uo>l''':-
de "U~ Identificaciones con ciertos objetos, aquellos a propósito de los cua- símbolo de algo que debe encon trarse en la l'S de su cuerpo. y con Io.~ dl~·
o .
le~
o Freud o o . Rn
. delilaca .. Das I eh und das Eo~. un problema que lo deja . pe rple-, o . d I h bre con la Imagl'n,
to de cierta relaCión e om ".1 .. .-.Y\ on-
on los ~azos "" c.... ·r- o
v
'bl d dich(l cuerpo. e r :ko de cOlI~U·
JO. la ambIgüedad entre la identificación y el amor. No nos sorprendera. Untos objetos consUtul es e
• o

O( 1) tieOC 111 oca~l\I"


nto en que, l
pIJe... que. pOI" nuestra parte. sólo podamos aoordarla ayudándonos con fór- ginal captados. o no. en eI mome
mula, que ponen b . o o' 0_
dlW o a prue a el estatuto nusmo de nuestra propIa subJeUvl tuirse.
en el diliCUf"Q - emiénda La am-
b;g.. dad de I
o

se, en eI dOIscurso docto o ensenante.


- '
oL ~ a que ~ trata designa la relación que desde hace tiempo he ,'
UI:\tacm ante U'ltcdc I I t c~ qu'on "'<1 pluso 11'10 del T.)
.
Uno de I(" puntos
o o

1;. a re acIón entre el ser y el tener.


o

.
I

. de re f ercncla.
que se de!itacan en la obra de Freud• es 131

. ...
,
i\L • IlION DEL ESTATUTO DEL OBJETO

- -
PASAJE AL ACTO Y ACfING OUT
i

d be aparecer. Esto es el a. el resto aborrecido del Otro. ¿A qué se debe


no el ovimiento de la reflexión y los caniles de la experiencia hayan tie-
qude e ~s analistas. Rank en primer lugar y Freud !>iguiéndole en este punto.
, o ontrar
va a el origen de la angustla ' I pre-espec ular y pre-auJoeró-
. en elD1ve
a. enedel nacimiento. donde a nad'le en e 1concierto
. an'aliUco. se Ie ha ocum- .
~:ohablar de la constitución de un. yo? Ahí es_tá sin d~da la prueba de que.
si bien es posible definir la angusua como senal, fenomeno de borde. en el
~o cuando el yo está constituido, esto seguranlente no es exhaustivo.
Lo encontramos de nuevo muy c1aramen~e en fenómenos que se hallan
tre los más conocidos que acompañan a la angustia. los designados como
~~nómenos de despersonalización. Son precisamente los, fenómenos más
contrarios a la estructura del yo en cuanto tal. Esto suscita para nosotros
cuestión que no podremos evitar, la de situar auténticamente la
una . ,.' 1 d'
despersonalización, en la medida en que baJO esta rubnca, SI se ven ~s 1-
vergencias de los autores, se agrup~ los fe~~menos de una forma cierta-
mente ambigua desde el punto de vista 3Oahtlco. .
Es conocido el lugar que la despersonalización ha ocupado en CI~
observaciones propia.c; de uno o varios autores de la escuela francesa a ,qUie-
Antes del estadio del espejo, lo que será i(a) se encuentra en el desorden nes ya he tenido que referinne. Les resultará fácil reconocer las relaCIOnes
de los a minúscula que todavía no es cuestión de tenerlos o no tenerlos. Éste que existen entre estas observaciones y lo que desarrollo ~uf, y presullu-
es el verdadero sentido. el sentido más profundo a darle al término blemente los esbozos que he hecho previamente no son ajenos a ell~. U.
autoerotismo -le falta a uno el sí mismo, por así decir. por completo. No es noción de distancia es, en efecto. caSI. patente en este e""uerna
.... • donde, slem-
el mundo exterior lo que le falta a uno, como se suele decir impropiamente. pre he señalado la distancia que era necesaria con respecto al espejO parl a
sino uno mismo. .' {' la dimenSIón especu ar
darle al sujeto aquel aleJarruento de s mismo que ,
Aquí se inscribe la posibilidad de este fantasma del cuerpo despedaza· le ofrece. De ello no se debiera concluir que un acercarse. cual
" d 1 d'ficultades que enge a a
q
ndr
~~ u,e7
do que algunos de ustedes han encontrado en los esquizofrénicos. Por otra sea. sea capaz de damos la soluclOn e as I '
parte. esto no nos permite decidir el detenninismo de este fantasma. Ypor cesidad de dicha distancia. . ue en la piicosis Jos ob-
e.<;o he señalado el mérito de una investigación reciente sobre las coorde· , En otros ténninos, lo que h~y que declf. no es q el ? Es la e~tructura
nadas de dicho determinismo. Esta investigación no pretendía en absoluto
agotar el tema. pero connotaba uno de sus rasgos observando estrictamen·
Jetos sean invasores. ¡,Qué pehgro repr:esenta r;a :::
misma de esos objetos lo que los ha~e I~~dec~ : io que pueden ustcde.~
la yoil..ación,

te. y n~ más. lo que la madre del esquizofrénico articula de aquello ~ue Es lo que traté de hacerles captar ~lnlendO ue: esto ,'3 má.~ le-
. . t po1601C3S - - pero creo q .
había SIdo para ella su hijo en el momento en que se encontraba en sU \'len- 11 amar metáforas. SI qUieren o e' 'b'I'dad de una lorma nll
. , 'oducen la pOSI I I
tre - nada más que UD cuerpo inversamente cómodo o molesto, o sea. la JOs - en la medida en que estas ¡ntr de dichos objel05. , .
subjetivaci6n de a como puro real. . especularizable en la estructura de algunos ,r.;ooali1.aci60 emPlea
bvio que la despe . , ~.nIl)
Permanezcamos todavía un momento en este estado antes del surgi- Fenomenológicamente. ~e o I ,TodoS sabc:Il M..''tol que ¡-O"
miento de la imagen í( a) - antes de la distinción entre todos los a minús- Con el no fl."Conocimiento de la ¡magen especu ~ec.~ .-1lI e:~ ni no rtt.-olloCe!!¡e
, . 'on qué . u ... ~ .-.:a de
cula y esta imagen real con respecto a la cual ellos serán el resto que se tie- este hecho es palpable en la e1lOICa. y ~ el ¡.otO e~z.a a ~ 1"'-
__ ""
en el espejo, o cualquier cosa ilI ....oga. e
·uando uJ ~Ur .J..J h«ho no
mlt' da cucnlll UCI
ne o no se tiene - para hacer la siguiente observación. . , o . . e$U1 f6ml ¡¡ .,--
Freud ~ dice que la angustia es un fenómeno de borde. una señal que: la vacilación despersonahzante ..... ro
~ produce en el límite del yo cuando éste se ve amenazado por algo que
03
RI:.T/SIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT

~J3 ~ ser Ulsuticient~. Si lo que se ve en el espejo es angustio


_1 ~.. proponer!'e al reconocUlllento
" ' ..... ' ,
-
ante. es I'\tv
- L forma en que
el niño habita originalmente en la madre es en todo
SJef .ugo que ro....... del Otro. I~' no a I 'ón del huevo con el cuerpo de madre en los mamíferos.
Basta ~on referirse a aquel momento que señalé como caract ',' la re aCI
coJllO . d . saben. hay todo un aspecto en el que es, con respecto al
"
la, ex~nencla ,Jo-l' d'" d
uc espejo v para Igmáuca e la constitución del y 'd
ertstico de e mo uste es , . .
" 01 eal e
o de la madre, cuerpo extraño, cuerpo paraslto. cuerpo IOcrw.tado
el e5pa~lo del Otro - aquel momento en que el niño vuelve la cabe' . n cue~ al' -es arteriovenosas de su corion en el órgano especializado
el mo·.. imiento f~li~ que ~es he descrito. hacia. ese Otro. ese testi:;~:
di ante r ~ .
me 'b'rlo el útero con cuya mucosa se encuentra en una cierta
ara recI 1 , ' . .
e~ adulto que esta ahí de tras de él. para comunicarle con su sonrisa ' P . . 'n El corte que nos mteresa, el que aporta su marca a cierto
las manifestaciones de su júbilo. digamos. algo que lo hace comuni~,con
¡ntnncaclo . .' .
, de fenómenos reconOCibles chDlcamente y que por lo tanto no
' , que se establece con la imagenarse numero . . '6
con 1a .unagen especu 1aro S'] 1a relaClOn e. emos eludir, es un corte que. gracias a DI~~, para nuestra concepcl n.
pecular es tal que el sujeto está demasiado atrapado en la imagen para q;e pod
es mue o
'h ma's satisfactorio que el corte del DIño que nace en el momento
este 1DO\'imiento sea posible, es que la relación dual pura lo desposee de su en que cae al mundo. . .
relación con el Otro con mayúscula. 'C rte respecto a qué? A las envolturas embnonanas.
t. o . 'b d b.
Por otra parte. el sentimiento de desposesión fue perfectamente señala. No tengo más que remitirlos a ustedes a cualqUier 11 raco e em n~-
do por los clínicos en la psicosis. En ella la especularización es extraña, logía de menos de cien años de antigüedad par~ que puedan captar en el
odd, como dicen los ingleses. impar. fuera de simetria. Es El Horla 2 de que. para tener una noción completa de este conjunto pre-especular que es
Maupassant. el fuera del espacio. en la medida en que el espacio es la di· el ti. es preciso que consideren las envolturas como elemento. del cue~ del
mensión de lo que se puede superponer. niño. La diferenciación de las envolturas se produce a par.u r del hue~o, y
En el punto en que nos hallamos. detengámonos en lo que significa la verán ustedes de qué formas tan curiosas - confío lo sufiCiente en ustedes
separación ligada a la angustia del nacimiento. Subsiste ahí alguna impre· tras nuestros trabajos del año pasado en tomo al cross·cap. En los e~ue-
.f, t todas las vaneda-
cisión, que engendra toda clase de confusiones. Me falta tiempo para ha- mas que ilustran las envolturas. podrán ver maru es arse . 1
cer aJgo más que indicarlo, y volveré a ocuparme de ello, pero sepan. sin des de la relación del interior con el exterior, el celoma externo en e que
. ,'d d 'ótica - a su vez. en-
embargo. que conviene plantear grandes reservas en lo referente a la flota el feto envuelto en su anUllOS. la ca\' I a amDl . .
, . . cara haCIa el extenor
estnK.'tUraCión del fenómeno de la angustia en este lugar del nacimiento. vuelta por una hoja ectodémuca - que presenta su
Les bastará con remitirse aJ texto de Freud. En el plano de la angustia en continuidad con el endoblasto. 1 ' !re lo
atente la ana ogla en
del nacimiento. dice. se constituye toda una constelación de movimientos En suma. verán ustedes hasta qu é punto es p . _
rte del embn6n. Y la separa
principalmente vasomotores y respiratorios, constelación real que será que es separado de estas envolturas con e I co . . 'u'd Si lue-
. má . n el que he mSIS o.
transportada a la angustia en su función de señaJ. aJ modo en que se cons- ción, en el cross-cap. de cierto a emg tlCO ,e. ue ya la habri intrO-
go volvemos a encontramos con esta analogl . e~ q a
tituye el acceso histérico. reproducción a su vez de movimientos hereda-
ducido hoy lo suficiente para hacérnoslo más fáct!. uncié ~ lo que
dM para la expresión de ciertos momentos emocionales. Esto es ciertamen-
te del lOdo inconcebible. Es imposible situar aJ comienzo una relación tan . ~os queda por hacer hoy, ~ lo tan~~. aqueUo. q~
Indica el acting-out de la relación esencial del a nun
:lf'I
el A mayú.'iC\Ila.
compleja de la angustia con el yo. Si luego podrá servirle como señal al yo.
ello ~ sólo por intennedio de la relación de ira) con el a, y precisamente
con lo que tenemos que encontrar en él como estructuraJ. o sea, el corte.
, Pero entonces. la separación característica aJ principio, la que nos per- 3
mrte abordar y concebir la relaci6n. no es la separación respecto de la ma-
dre. El corte de que se trata no es entre el niño y la madre. • Se
, al plI-'i3je al .1<;1". 1'nn'~nra
:- _
Todo lo que es acting 0/11 debe opon."::, aisIl!ifo: ,
Jl
Con ciertas caractensticas que nOS pcOU ,- '
1'111''
2 .Ht.ria"~. homoff>nico de Han liJ I/uera allá), IN. del T.I

/34
135 ¡
RE\'ISIÓN DEL ESTATUTO DEL 0811:70
PASAJE AL AL/V r AlTING OUT
La reladón profunda. necesaria. del Clcting 011( Con el
·11 I . ....1 l',ahles·'
qu~) .evar os, en cieno mllUO de la.mano, sin dejarlos caer. . uClnde
. - - ." 'Ies de conformar, porque el hijo en cuestión no tiene nada que ver
d.tac l . . , .
una necesidad maternal. Por eso quena por lo menos IIldlcarles que.
Ad\"lcnan ustedes en sus ohserval'lones clínicas h'lsta '. qu é pUnt con
conlrariamenlc a tO~(l ese d es.l'~í'.amlento
. d I'
e pensanllento ~n~ftieo. con-
!ler c,ln la mano para no dejar caer es del todo esencial en c 'Ien . o SClSle.
. . o IJpo de .. ne ponl'r la relaCión del IlIno con la madre en una pOSlcum de algún
laclones del sUJeto. Cuando den con algo así. pueden estar ab I
so utamenl
re· modo latcral respecto a l
\le "
a comente . I de Ia elucidación del de-
pnnclpa
seguros de que es un (l para el sujeto. Esto produce uniones de u . e
J'd II / , ' n IJpo mu" s~o inconsciente.
e:'(tenul o. que no . . por e o son . mas comodas . de manejO nr.Y'I
, (IU e por Olru• En lo que podemos captar al menos por su incidencia económica. hay
parte el a e~ cuestIón puede ser para el sUjeto el superyó más incómodo. ~n la relación nonnal de la madre con el niño algo pleno. redondo. cerra-
Hay un tipO de madre que llamamos madre fálic¡t., ténnino que no careo do. algo lan completo como en la fase de gestación. hasta tal punto que
ce de p~lpiedad. pero .que emple.amos sin saber en absoluto lo que quere. necesitamos cuidados del todo especiales para hacerla entrar en nuestra
mos decir. Les aconsejo prudencia antes de aplicar esta etiqueta. Pero si se concepción. y para ver cómo se aplica su incidencia a la relación de cone
ocup~ de ~guien que le.s dice que cuanto más precioso es un objeto para t:ntre j(a) Y el. Después de todo, nos basta con nuestra experiencia de la
ella. mexplicablemente llene la atroz tentación de no retener a este objeto transferencia para ver en qué momento del análisis nuestras analizadas
quedan encinta y para qué les sirve eso - es siempre el escudo de un re-
en una caída. esperando no sé qué de milagroso en esa especie de catástro-
tomo al más profundo narcisismo. Pero dejemos eso.
fe. y que el niño más amado es precisamente aquel que un día. inexplica.
Este niño, ella quiso tenerlo cienamente en tanto que otra cosa distinta,
blemente, dejó caer. entonces podrán identificar lo que conviene llamaren y por otr.! pane esta cosa no se le escapa. gracias a Dios, a Freud. Quería
e....te caso una madre fálica. Sin duda. hay otras modalidades, nosotros de- ese niño en tanto que falo, o sea. tal como la doctrina lo enunda de hl for-
cimos que éste es la que nos parece menos engañosa. En la tragedia griega. ma más desarrollada en Freud. como sustituto. a.fat:. de algo que cae de
y C1.to no le pasó desapercibido a la perspicacia de Giraudoux. el reproche lleno en nuestra dialéctica del corte y de la falta. del (a) como cnida. como
más profundo de Electra para con Clitemnestra es que un día ésta la dejó faltante.
deslizarse de sur. brazos. Es lo que le permite. tras fracasar en la realización de su deseo. rcali·
Entremos ahora en el (Jct;ng out. zario al mismo tiempo de otra y de la misma maner.!. c()mo t'~lSlls. S~ hace
. En.el caso de homosexualidad femenina, mientras que la tentativa de amal/te. En otros términos, se exige en aquello que ella no llene . el hsJ':i:
SUICidiO es un pasaje al acto, toda la aventura con la dama de dudosa repu- para mostrar bien que lo tiene. lo da. Es. en efecto. una fontla dd lodo .
.
mostratlva. Se eompona respecto a Ia [).ama. nos. d'I"e
~
Freud . como 1111 ca-
,
tación elevada a la función de objeto supremo es un oc(;ng out. Mientras
que la bofetada de Dora es un pasaJ' e al acto todo su comportamiento pa· ballero que la sirve. como un hombre. como aquel que puede dark en sa-
radó" '
~I.eo ~on la pareja de los K., que Freud descubre crificio 10 que tiene. su falo. Y
enseguida con tanta . I d I mostrar o d""'" em(l~u ....
pcr..plcacla, es un actinX ollt. Entonces. combinemos los dos témunos.. e e strar<.e: como lltnl - - }.
'
El act;n ....ne1 mente a Igo, en la conducta del sUJeto.
. "o out es. eu.'al . que.se el. del deseo. para aislar un deseo cuya esencIa
. es roo.
. dc .
este rOlXk). "1
En e tJ('(mI(
.
muestra. El acento demo\traúvo de todo aCling U/lt •. su orientación hacia't:l sm embargo. mostrándose como otro. deslgnar.;e , d'"'' drnlra .:n
. ti arse ¡;'OOlll vcr ,IU, se .1
Otro, de,be ser destac~o. . oUl dIremos. pues. que el deseo. para a Iml . Ilam·lCiaml1S
. .' d d' de un /n<K!tl que .
una vfa en la que sü!o lo consIgue. stO u a.. ' la \crdad JI(' ('~
En el caso.de homo!iexualidad femenina, Freud insiste en ello. la con- . buJo aqul quC'
d\.K.'\a de la chica 'iC e- ... ·be ¡¡tngular si no supiénamos ya por nucstn1 1('.1 d .u.......l() cvn la cual
r~ulta tal bl' .' ......1 ante 1os oJos
. d 1 sa
de todos. Cuanto más esean a o'. . ' I "Snnulll e:lL (:1 u
de la naturaleza del deseo. SI recordamos a Il nck"nl n~JI()~
pu .Icldad, mA... se acentúa su conducta. Y lo que se muestra. se '. lado nos ~"rprc
muestra esencialmente .. be • el deseo no es articulable aunque eSlé !1CIl¡;U ' .• d un ('s!ll/:l(in más'-
. como d"l!OtlOto de lo que es. Lo que es. nadie. lo ~a .
e I lenl'lmeno ante el cual nos cnc()Jltranl~.
Lc~ he u8 tl .
..' -toque la últlnta va
pero que ~ distinto. nadie lo duda . l d con c,IC O"Je
Lo·· que está articulado objetivamente. artlCII a (l
d Ie!\. Freud lo d'Ice de to d' as fomlas, es <lue ella habría quen'do llamé objeto causa del deSffi.
u n h 'JO e padre . Pero' .
SI ustedC!i !Se conforman ..enn eso, es que nO son
/37
IU,
RE\'IS10N DEL ESTATUTO DEL OBJETO
PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT
El (U:lillg (1111 es esencialmente. la demostración • la mostracló
\'e~ (lI!ro no \'CIada en SI. Sólo está velada para nosotro.
. . -
n. ~In duda
- do Bueno. pongamos pues los puntos sobre las ít!s. Como ustedes
lerprela . . '
. 1 d'd s.\:omosuJ ~ saben el síntoma no p~ede ser I.nterpretado dIrectamente, se necesita la
tM:tlllg out. en a me I a en que eso habla, en la medida en elOSjel
1......
uia.~ ,·c
rdad ' S' I . . .
. I no. por e contrano, es vIsIble al má'{imo.r~.la que eso nM"'-' nsferencia. o sea. la IntrodUCCIón del Otro.
. d' d . .. . . y por ese mis"':-- Ira Quizá todavía no lo captan uste.des b'len. y me d'Icen ~ Bien. sí, esto es
mou,·o. en un etemuna o regIstro es InVISIble. al mostrar su causa- ._._~.
cíal de lo que es mostrJdo es aquel resto. su caída. lo que cae en .' ~)ese':. lo que está diciendo ~sted del actmg out.. - No. no forma parte esencial
. $ .O .- d ,. este asUnto de la naturaleza del sIDtoma que deba ser mterpretado. No llama a la inter-
En tre e 1sUjeto • aquI tnhca o, por asl deCIr, en su estru t '.
pretación como lo hace el acting out, contrariamente a lo que podrían uste-
•. . IO JI • . ti . . cura de tic·
\;Ion. y e tro. r'I-. no autenh Icable. nunca del todo autentificabl I
ue des creer.
surge es este resto. a. es la libra de carne. Lo cual significa que see. o qd Hay que decir. por otra parte. que el acting out llama a la interpretación.
. pue en
tomar todos los préstamos que se qUIera para tapar los agujeros del de pero la cuestión es. ciertamente, saber si ésta es posible. Lesmo~u:aré que
como los de la melancolía - ahí está el judío que sabe un momón sObr~~i sí,pero plantea dudas. tanto en la práctiCa como en la teoría analiti\:as.
balance de las cuentas y que. al final demanda la libra de carne• creo q~ Tratándose del.síntoma. está claro que la interpretación es posible. pero
ustedes saben lo que estoy CItando. Éste es el rasgo que siempre encuen- con· una d~terminada condición añadida. ¡·saber. que la transferencia esté
tran ustedes en lo que es acting oul. establecida. En su naturaleza, el síntoma no es como el acting out. que lla-
Recuerden lo que resulta que escribí en mi informe sobre La dirección ma a la interpretación, puesto que -- demasiado a menudo se lo olvida-
ck la cura. acerca de la observación de Emst Kris a propósito del caso de lo que el análisis descubre en el síntoma es que el síntoma no es llamada al
plagi,2: Kris. como ha tomado una determinada vía que quizás deberemos Otro. no es lo que muestra al Otro. El síntoma. en su naturaleza. es goce.
ño lo olviden. goce revestido. sin duda. IIntergeblieóene Befriedigllng. no
nombrar. quiere reducir a su paciente con los medios de la verdad. le mues-
loSñecesita a ustedes como el acting out. se basta a sí mismo. Es del orden
tra de la forma más irrefutable que no es plagiario - ha leído su libro. su
de lo que les enseñé a distinguir del deseo como goce. es decir. que este úl-
libro es bello y claramente original. Por el contrario. son los otros quienes timo se dirige hacia la Cosa. una vez atravesada la barrera del bien - refe-
le han copiado. El sujeto no lo puede discutir. Pero le importa un rábano. rencia a mi Seminario sobre la ética - . o sea. del principio del placer. y
Cuando sale. ¿qué hará? Como ustedes saben - creo que hay. de todas for- por eso dicho goce puede traducirse como un Un/ust - para quienes toda-
mas. algunas personas. una mayoría. que leen de vez en cuando lo que es- vía no lo hayan oído. este término alemán significa displacer. .
cribo - . se "a a comer sesos frescos. Todo esto. no soy yo quien lo inventa. y no soy yo quien lo articula. está
No estoy recordándoles el mecanismo del caso. Les enseño a reconocer dicho en sus propios términos en Freud.
un actill/: ou~ y. lo que esto quiere decir. o sea. lo que yo que les designo Volvamos al acting out. b' les-
corno el a mmuscula o la libra de carne. ·t' • d' l' UI por su parte pues len. es e
A d herenCIa el smtoma e actmg o '. . . " sidad de
Con los sesos frescos. el paciente simplemente le da una señal a Kris. bozo de la transferen<:ia. Es la transferenCIa salyuJe. No h.~~ neceo "-la
. . haya translerencla. rd'O
~ lo que usted dice es cieno. sólo que ~eja intocado el probl~l1)~ ~~ análIsis. como ustedes se lo figuran. para que. . .' .ilisis es la
- J.o~ l'>Cso!i..~.escos. Para mostrárselo bien, al salir de aquí iré a comerlos transferencia sin análisis. es el acfin.r: 011/. El aClln~ oUI SID aDS(' phulleao
y ~ 10. Contaré en la pr6xima sesión. t.!ansferencia. De ello resulla que una de las cuesu(l~es
. bre 1aorgamzacl
'·'6n d·e 1a Iransle
t' ren"I'a n.\r ello'enueo
:Su Handlung.
ln"I\tO. en esta... cuestOlone!'. es '
-'__ .
ImpreSCIndible ir despacio. Me d:...<n
11 ....
us- so ".~!'- . uede dome~tk.1l'.
teuc;:, - en. fin • soy yo qUien . hace las preguntac; y da las respuestas. podrfan su manejo _ es saber cómo la transferenCIa salvaje StóP ·poner el caba-
A __ '
~Inne SI no lo he de ta do . .ui- . al' I cercado e mo
nal . s ca sufiCIentemente - . qué tiene eso de onC'· como se hace entrar el elefante s vaJe en e · .
• e'ie aclmj! OUI y CIia d '
. emostraclón de aquel deseo (, ignorado? El Sin . 11>' 1\0 a dar vueltas en el picadero. bl ..Lo la tnJnsfcce oóa.
macli ParecIdo El . . - I
Esta es una de las fonnas de p anle
ar el pro eOla <RO
.. "¡j forma de ~a~r
.

Ua como d· .' llctlllg 0111 es un síntoma. El síntoma también. se nlUes- -. d uc es la UOl'


IMmto de lo q
ue e!!. Lo demuestra el hecho •de que debe ser in- Sería muy útil plantearlo por este la o. porq .
Cómo actuar con ella en el acting 0111.
J FmN' ~'m [N del T ,

ItR 1
AL ~ ¡s/n", DEL I:.'STATUTO
DEL OBJETo
.-\ las ~rsonas que uesde ilhora se inte . PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT
ñalo la existencia. en el Pn-choaf/alw .r~sen por el acting OUI 1
Ph~ llis Greenacre. Gl'neral Prohlems ;if~ ,?uarlerly. del arti~u~Sse. 0111 en sesión, Además, también se les dice a los pacientes que no tomen
1\ uel volumen 19 de 19';0 así qu' . ellll8 Out. Está en el n' o de decisiones esenciales para su existencia durante el análisis. Es un hecho
. • •. e no es ,"hallahle E Ulllero que. allí dond.e tenemos influencia, ~xiste cierta relación con lo que se pue-
mteresante en muchos aspectos. pero tambié .', ,s un artículo bie
un recuerdo. n es pilra mf eVOCador d: de llamar pehgro. ya sea para el sUJeto. ya sea pilfa el analista.
¿Por qué se hace todo esto?
~~ en la época. una decena de años atrás. en la ue ' ' Esencialmente - pilfa ilus~rar lo q~e digo - porque somos médi¡;os y
la "¡SIta de algunos inspectores Phyll' G q hablamos recibido porque somos buenos. Como dIce algUIen que ya no recuerdo, uno no quie-
' IS rcenacre que f
ellos. me proporcionó la ocasi6n de observar un be'II . ~rmaba parte de re que el paciente que viene a ponerse en nuestras manos se haga pupa. y
la masturbaci6n frenética a la que se ent 6 ti o oC,tmg 0/11, a saber. lo más fuerte de todo es que a veces lo conseguimos. Que se hable del
- reg rente a mI de
quena pescadora de mejillones. netsuké japonés u . , : u~a una pe. acting 0111 es, con todo. señal de que se impiden muchos de ellos. ¿E.~ de
y a la que todavía le quedan marcas me refi . q e estab~ en mi posesión esto de lo que habla la Sra. Greenacre cuando dice que hay que dejar que
tamb' é' .•
I n que su VIsita me proporcionó la <)C 'ó d
ero a este objeto Deb< d .
. ) eCIf se establezca más sólidamente una verdadera transferencia?
da . aSI n e una conversa '6 Quisiera hacerles advertir en este punto cierto a.o;pecto del análisis que
agr.i. ble. mucho mejor que la que tuve Con la Sra. Lam I de G; CI ~ muy
est"" o, por su parte escandida d' P OOt, la cual no se suele ver. su aspecto de seguro de accidente, seguro de enfermedad.
casi la hací~ Ileg~ al techo ~b~ . Iversos pasaje~ al acto, como saltos que Es muy curioso. de todas formas, hasta qué punto - al menos desde el roo-
E aJo, hay que deCIrlo - de mi despacho mento en que un analista ha adquirido lo que llaman expt!riencia. o sea. todo
ser\"an~ontramos, pue~. en el ilrtÍCulo General Prohlems 01 Actillg' 0/11 o~ aquello que. en su propia actitud. a menudo ignora - Ia.~ enfennedades de
Clones muy pertinentes aun 1 ¡;0rt.1 duración son raras durante los análisis. hasta qué punto en un análisis
_ gan h' . que - o verán ustedes. quienes lo lean
traz an mue o SI se esclarece . n con 1as l'Ineas ongmales
. . que trato de que dura cierto tiempo, los resfriados. las gripes, todo e!.o desaparece. e
ar ante u~tedes. La cuesf ' " be ' . incluso las eofennedades más prolongadas. Si hubiera má~ análisis en la
Ha\, tres nc) 'b'l'd' d : - .. Ion es sa r como actuar trente aJ acting aUl.
h'b',; - r' -SI I I a e~ , dice ella , Se I de'IIlterpretar se lo puede --pro·
o pue - sociedad. todo iría mejor. Pienso que tanto la !>eguridad social como los se-
~~~e ~ede_ ~eforzar el yo. ' guros de vida deberfan tener en cuenta la proporción de análisis en la po-
En cuanto a interpret f - II blación para modificar sus tarifas.
. ar 0, e a no se hace muchas ilusiones. Está muy,
Inversamente, cuando ocurre el accidente - no me refiero !>olamcnlC' al
pecuenr°tamuloY bien esboamujer, Phyllis Greenacre. Interpretarlo teniendo en
que aca d d . , aClirlK oul - es atribuido muy regularmente al análisis lalllO por el paóenrC'
aunque <610 f e eClrles, está condenado a tener pocos efectoS. Como por su entorno. Es cargado en la cuenta del análisis como por ~umle.
~ uese p o r - .--
exarninen la e . d que está hecho para eso. el acting out, cuando l..a, TIenen mzón. es un acting OUI. por lo lanto se dirige al Otro. Y~ SI está en
sabe perfect~--
osa e cerCa la m
,ayona 'de 1as veces advertirán que el SUjeto .
análisis se dirige al analista. Si él ha ocupado este lugar. peor panl el. :nene de:
. ....'tente que lo que ha l' 1
Interpretación d . ce en e actmg out es para ofrecerse a a todos modos la respcmsabilidad que corresponde al lugar q~ él acep!l> ocupar.
e ustedes Pero b d . ro doclr cu;¡n-
lo que interpretan . d . --
. '. Uste es lo
ueno. no .es el sentido, sea cual sea, e
-- -- .. Estas cuestiones son quizá.'i para adilfarles lo que les qUle
\lel. al meno" si no !>e añad que. cuenta •.sjnQ.I!Ir.~sto: Entonces, por esta do hablo del deseo del analista y cuando me pregunto por éL ,.
Es m.uy interesante dedic e algo: esto es un cal,lej6~ s.in sal!da. Pero no voy a preguntarme qué hizo que se decantara hacia un re ~~
. . . ., de cómo donlC~~iI
ProhIbirlo. natuC'.ll ar un tiempo a escandIr las hIpóteSIs. InJento del yo - tercera de las hipóte~ls - la cuesu~ . nada
'do decir que 11<> es ,(lSi/
dice - de loda . t meote. hace sonreír, hasta a la propia autora, quien mos la lC'.msferencia. puesto que ya me han 01 .' ",... me be
. . ello a Jo que s¡em.--
jeto, nada de AcStl'nOgrma,<¡, h&e pueden hacer muchas cosas pero decirle al su- Simple. TamJXlCo voy a detenenne par.! dcclr aqu ._-.n cs;¡ \'Ú1 /IoKt'
... out e' ' " I n ' • ·
opuesto, nl)rque como lo reconocen l os miS . . 'f11(IS que 1..... _ " ..
. .• ~ ..:ruOS que
otra parte. Sea corno.' aqw ....0 bien difícil. A nadie se le ocurre, por
bi . . &ea. lOe observa . .-- . hí- r:..
mucho Ola... de un decemo - más cltacta.n1en C.
. I h/K.·e lanlllS uo;~
de coadll'-'1I;1I SUjetCl
.

ClOnes perjudicial . a este respecto que sIempre hay pro


lo es en el análi '. D . ". ahora ya se empieza a hablar menoS de ello -. sdr.i1l1
que ~ I:tee, Se hac SIS. e hecho. se prohibe mucho más U'- . . . .da uPII htc:roIUfjS.
en muchas COsas . , eVI'de ntemente. pilfa evitarlos aclmg .

,
a la Idenllficación. Es10 se reconoce en \(
,
'. NI
un
REVISiÓN DEL /:''STATUTO DEL OBJETO PASAJE AL ACTO" Y ACTING OUT

No se trata de una identificación con la imagen como fl' - - linda. se trata de una disputa en tomo al inconsciente.
en el.~. sino con el yo del ~alista. con el resultado q~: s:~~~el y~ ideal prólllm ". " pre merece confianza. d"Ice. Ye1d"ISCUrsO d e I sueño es
" a vez es muY
" nSClente slem . d' .
la cnS1S verdaderamente mamaca que nos describió com I d ~ahnl - El meo . l'
que e lOco
nsc'lente resulta de un deseo que viene el mconSClente
.
an.:ilisis caracterizado de este modo. o a el hn de un otra cosa . al mismo tiempo. llegando incluso a formularlo. que por lo
Esta crisis. ¿qué representa, precisamente? La insurrección del - pero admite d ) o que se expresa a través de d"Ichas mentIras.
to es. el. eseo .
. le dice que esos sueños son mentirosos. Ante lo que se-
de
permanece absolutamente ¡ntocado. a. que tan
Ella misma " . . á.
. ante el problema de toda menura smtom tlca - vean uste-
tiene Freud . esa mentira en el mno . - - . el de lo que e lsUjeto
" qUiere de'Clr al
de~ lo que es l . d
. " y 1 xtraño es que Freud tira la toalla. ante este agarrotrumento e
mentir. oe
4 todos los engranajes. No se interesa po~ lo que los hace a~arrotarse. o sea.
ueño resto lo que detiene todo y que. SIn embargo. es lo
el desec ho. e I peq . •
que aquí surge como pregunta. .
Volvamos a Freud y a la observación del caso de homosexualidad fe- S' saber qué es lo que le produce ese embarazo. Freud está conmoVl-
mmo él mismo lo pone de manifiesto. sin duda. ante esta amenaza a la
menina. donde tenemos toda clase de indicaciones del todo admirables. do.co
Al mismo tiempo que dice que nada indica en este caso que se produz- fidelidad del inconsciente. y entonces. pasa al acto. .
Es el punto donde Freud se niega a ver en la verdad. que es su pasión. la
ca lo que se llama transferencia, señala que tampoco se trata de detenerse
estructura de ficción que está en su origen.
ni un instante en la hipótesis de que no hay transferencia, Ahí se muestra
no sé que punta ciega en su posición. porque esto es claramente descono-
Es el punto acerca del cual no ha meditado suficienteme~te. ése que. y:.
hablando del fantasma. había destacado ante ustedes en un discurso recle -
cer lo que ocurre con la relación de transferencia. e incluso lo encontramos . perfect~nte ad-
expre~ente formulado en el discurso del propio Freud sobre el caso.
te a saber la paradoia de Epiménides. E 1yo miento es
• • J Id el momen-
misible. en la medida en que aquello que nlÍente es e eseo. en. ló" .
Esta paciente - la cosa está articulada así - le mentía en sueños. Así . t a esa anulaCión gll;a
es como Freud caracteriza el caso. El precioso ágalma de este discurso so- lo en que • afirmándose como tal. entrega al sUJe o d' ión del vo mlt'nf()·
en la que se detiene el filósofo cuando ve la contra lec . al
bre la homosexualidad femenina es que Freud se queda pasmado ante este escapa es. lo sabemos. go
Pero • después de todo' lo que a Freu d se Ie v de
._k.
hecho - él también hace las preguntas y da las respuestas - . Así. pues. . eció para él en eswu
¡el inconsciente puede mentir! que falta en su discurso. Es lo que siempre perman . nto de Freud
En efecto. los sueños de esta paciente indican cada día mayores progre- pre~unta _ ¿qué quiere una mujer? Ahí es ~~de e!:;:.7~~eminidad.
sos hacia el sexo al que ella está destinada. pero Freud no se lo cree ni por
tropieza con algo que podemos llamar. provIsIOnal
. .
.:"""".uando digo
anto tal rnenUJ v·_ LO
No me hagan deCir que la mUjer es en cu . nllrll cmplCllf
u~ mome~to, y con razón. porque la enferma que le cuenta sus sueños le de ese esttlo que es. r--
que la feminidad se sustrae. y que algo hay l cual Freud ~1U\'O a
dice ~. mismo tiempo - Pues sí. seguro. eso me permitirá casarme Y me
los términos del I-Ching. dulzura que ftuy.e t alg~::'~~s de los /lCcllOS. el
pemutirá. al ~smo tiempo y mucho mejor. ocuparme de las mujeres.
punto de morir asfixiado I.:uando
. (\esCubnó. POC ."m.....
.....'ambiaball. - SUS
, Así. ~Ila mtSma le dice que miente. Y por otra parte. Freud no lo duda. De .
paseo nocturno que su prometJda. el JOlsmo
día en que se
. 'J1}O inSiputlCaDlt.
ahí ~lsamente la apariencia de que está ausente cualquier relación de tran S- '1 . dad . .._.• 1_·...10 con Cler10 po __ ..L. ,. No-
u tunas promesa<; habia o sm ~u "" . no he cOC)SuJ~ JD •
Lo llamo un insignificante. ya no me acuerdo ble~~\'erdeS ,;011 el pon~'
ferencta. Entonces a Freud se le plantea lo siguiente _ Pero. entonces. este
1DC000sclente que tenemos la costumbre de considerar como lo más profun-
do. la verdad verdadera, puede engañamos. Y todo su debate se centra en este
grafía, o es cualquier otra cosa. es uno de ~
• . .enen mngu.~·
r:., " - k o 1:1 rnuJ~"
"
como ~Icen. ao;egura~ - o sea. no u. ue ella ~ lo di&óI I~' Ah. fu<:
Zutrauen. la confianza en el inconsciente. -¿Podemos mantenerla? dice. Ahl está el punto ciego. Freu~ qUiere q la (·hi"Ulry-Jl·'t~pm.~
Lo afIrma en ~n~ frase muy característica. porque es tan elíptica Yco n- Pues bien. ella lo hizo - la talkmK curr y
~ que Casi llene el carácter de un tropiezo verbal del que hablo en
un buen deshollinamiento.
rru Informe de Roma. Les leeré la frase. no la he traído hoy. la traeré la

'.J. ,
Rn JS[(jjJDEL ESTATUTO
DEL OBJETO
Durante cierto tiempo. allí no se abum' l' -
la .
tos.. eron. o Importan
. en trusrna chimenea. Sólo que. al salir de ah.f te era estar ju
x
tión - ya la conocen ustedes. la recordé al fimal d • se plantea una cueJl.
tomada del T e uno d ' s-
I almud - tras salir juntos de una 'h' e OUs artículos DE UNA FALTA IRREDUCTlBLEAL SIGNIFICANTE
se lavará? e lmenea, ¿cuál de los do'
Si. les aconsejo que relean este artículo y no s61 s
el que escribí sobre ú., Cosafreudiana ~ Cosa t" °da~uél. sino también
...1_" • reu lana pu d
us.tedes \KSlgnada allí. me atrevo a decir con un . • e en verla
Es O· • acento caracterí ti
. a lana a quien designo como la que muestra la h'd s co. Topología diferencial th los agujeros
nuaclón. de esa Cosa. Ul a. o la conti- Una falta que el símbolo no suple
La Cosa freudiana es lo que Freud dejó caer - pero ella conti' . El objeto en ÚJ transferencia
~~uerte. y es la que todavía se lleva toda la caza. que somos tod~u~: Margaret Ullle y su R mayúscuÚJ
lnterpretación-cone
Esta búsqueda. la continuaremos la próxima vez.
La angustia. nos enseñan desde siempre. es un temor sin objeto.
23 DE ENERO 1963 Canción, podríamos decir ya. en la que se enunció otro discurso - canción
que. por científica que sea. se parece a la del niño que se tranquiliza - ya que
la verdad que yo enuncio para ustedes, la formulo así - no carece de objelO.
1..0 cual no significa que dicho objeto sea accesible por la misma vía que
todos los demás. Ya he subrayado que sería otra forma más de desembara-
zarse de la angustia decir que un discurso homólogo o semejante a cual-
quier otra parte del discurso científico pueda simbolizar tal objeto. poner-
nos respecto a él en esa relación del símbolo de la que volveremos a ocu-
pamos. Si la angustia sostiene esta relación de no carecer de objeto. es a
condición de reservarse que ello no supone decir. como en algún orto caso.
de qué objeto se trata - ni siquiera poder decirlo.
Dicho de otra manera, la angustia nos introduce. con el acento de la
máxima comunicabilidad. a una función que es. para nuestro campo. radi-
cal - la función de la falta.

.' -.
tal en la constitución <k lod.1
La relación con la falta es tan fundamen . . I~ de SUS logros en
•• . h'
lóglca. que puede decirse que la 1510na. de la lógICa eJ; ... .'
'"~IO licIO falhdo. SI

.. . -, .
~,
'.'
enmascararla. por lo que eslá cmp~n
damos a este lénnino su sentido poslhVO.
lada con un ~­

•••
RE\'ISIÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO CALTA IRREDUCTIBLE AL SIGNIFICANTE
DE UNA rn
PI.)r eso ciertamente me ven ustedes volver siempre
n ......... ~· '¡._I ló "
.'
por algun canu'
- - •
Siempre
se
, od' n la vía del pensamiento lo que nosotros lIama-
mtr uce e
di
. , l' l' 'ó
os metafóricos -la planificaclOn. a Imp lcaCI n
esas ...... """"Jas ~ a gu:a destmadas a sugerirles las puert d llQ a mbres vers , . al
-.¡.. ' l as e entrad ¡nOs con no '. 1 mente _ pero que se refiere ciertamente a go. a
doU\K" se nos lffipone y as vías por las que cierto estilo se d a POr ura Y slmp e ' ,
, . ,"-II'd or ena para del P1ano P 19o que constituye fundamentalmente el soporte 10-
II11UJnOS. este acto ldUl o. lograrlo. o sea, no faltar a la falta pero I plano como a . I rfi '
Por eso mismo pensé en introducir una vez más mi disc~rso h
saber. 3 d l' ' perficie. Ahora bien. la relaCIón con a supe ICle es
, '. atural e a sU ' al
ruante un apólogo. °Y me· tUlU~o n á mpleJ' a como se lo mostré a ustedes senCillamente
. fi 'lamente rn s c o ' .' ás .
In 101. '11 toro Esta superficie es en apanencla de las m . sun-
No es más que eso. y no pueden ustedes basarse en ninguna anal ' . oduclr el am o o .' .
IOtr . • . • pero si la elaboramos para poder refenmos a ella, y a con-
para encontrar allí con qué soportar alguna situación de esa fah pogla les de Imagmar. . . h podid . d
"1' b
este a pól ogo es Utl . Sin em argo. para abrir de nuevo la dimensión _
a. ero p.: d .derarla como lo que es, una SuperfiCie, an o uste es
" res- dlcI6n e conSI ' se diversifica extrañamente la funcI'6 n d I '
e aguJero.
od d
pecto e a cual t o ISCUrso de la propia literatura analítica los lleva for-
d I constatar que a111
zosamente a reencontrar un camino trillado. en los intervalos. yo diría. de
éste en el que, cada ocho días. yo los atrapo -la dimensión de que algo pue- círculo irreductible
da cerrarse en nuestra experiencia, y de que toda hiancia con la que se preten-
diera designar dicha falta seria también algo que tal discurso podría colmar. otro círculo irreductible
Así pues. pequeño apólogo. el primero que se me ocurrió. habría otros,
lo que quiero es ir deprisa.
Ya les dije en otro tiempo. en suma. que no hay falta en lo real. que :.....-_ circulo reductible
la falta sólo puede captarse por medio de lo simbólico. Es en el nivel
de la biblioteca donde se puede decir - Aquí. el volumen lal falla en
su lugar_ Este lugar es un lugar designado por la introducción previa de
lo simbólico en lo real. Por este motivo. la falta de la que hablo aquí, el
Los dos tipos de agujeros en el lOro
símbolo la colma fácilmente, designa el lugar, designa la ausencia.
presentifica lo que no está ahí. ue entenderlo.
Les haré observar una vez más cÓmo haY q . acabar ¡;'olm,c-~hse,
Pero observen este volumen. que compré esta semana y que me inspiró ¡wuv.
Se trata de saber cómo puede llenarse un agujero y. I SI' bien cuál-
este pequeño apólogo. . to de un etrCU o.
Esto es representable como el estrechanuen basta no ser sino
En la primera página lleva la indicación - Los cualro grabados de 101
quier círculo dibujado sobre el plano puede estrecharse, que ocum:: en la
a cunl fallan, , • el: no es esto o
un punto, límite evanescente. y desaparee , .. _I...S ¡xJdrlan~ ope-
¿Significa esto que aquí interviene la función de la doble negación? , los con los CIJiU"" _Ir
superficie del toro. Sobre ella. hay Clre.u, s d~ otr1I fonn8 nues trO .... -
"Que si el volumen llega a faltar en su lugar, la falta de los cuatro grabados
rar de este modo pero basta con que dlbuJemo ~. que no con/l~\'all
quedará s.uprimida y los grabados volverán al volumen? , , HayestnJcru.-
culo para que no pueda reducu"Se a cero.
Salta 3 la vista que no es a<;{ en absoluto.
el colmamiento del agujero,
~te apólogo puede parecerles un poco simplón. sin embargo es toda la
_...A
de otrO JlIVUO. • _<d'io.
Si dibujo. es para no expresarme .~ a USlcDes e.lllJlo.,..---
cuesuón de la lógica cuando se la transpone en los término!. intuitivos que o se lo mOS U " Nuncll /Il!Y UJ}
La esencia del cross-cap. tal corn s distinlOs de cm;ulo, dibU)en
el e:"I.uema eulmano da a propósito de la inclusión de la falta. "Cuál es la es que no nos proporciona los dos upo . que S('3 el c;()I1e que
po!'K16n de la familia dentro del género del individuo dentro de la espe- , • le cualquiera
círculo con reducCI6n puntuorme.
cie? ~ el interior de un círculo planific~do. ¿qué es el agujero? ustedes en su superl'icie.
Sl le, ruee hacer tanta topología el año pasado, era ciertamenle para su'
genrlell que la funci(m del agujero no es unívoca,
,,,7 I

1M
.~fT/Slá¡:.' DEL ESTATUTO
DEL OBJETO

---- ...
"' ,\
--- -
DE UNA FALTA IRREDUCTIBLE AL SIGNIFICANTE

. 'ente - que la relación con el Otro, donde se sitúa toda posibilidad de


lo SIgt1l d l di rln~ • .
simbOlización y de lugar e scurso, va a ~. con un VICIO de estructura.
, El paso más que h~y que dar e.s concebir ~ue en este punto tocamos
I
¡
aquello que hace propiamente posible la relación con el Otro, o sea. con
aquello de donde surge que haya signifi~an.te.
-.... Este punto de donde surge que haya slgmficante es el que. en cierto sen-
I • -. • •
údo, no puede ser significado. Es lo que llamo el punto falta de significante.
' . • ',~ L'
~

Hace poco escuché a alguien, que no me entiende nada mal, preguntar-


Ya sea que la dibujemos de una fo h ' me si de este modo no me estoy refiendo sencillamente a lo que es en cier-
loro, participa de los dos tipos de círcu~a ~mologa al corte que, sobre el to modo la materia imaginaria de todo significante. la fonna de la palabm
vilegiado que les mostré el - d • o bien pasando por el punto 'Y pri. o la del carácter chino. si ustedes quieren, o sea. lo que hay de irreductible
3lgo que. aparenteme~te ~o pas~ o, en el cross-cap siempre tendrán en el hecho de que el significante tenga un soporte intuitivo, como los otros.
quede al final _ .nd • podra ~educlrse a la superficie mínima. no sin que
como todo el resto. Pues bien, precisamente. no.
baliza. no . con I epend~ncla de la variedad del corte. algo que se siro.
como una redUCCión co é ' . . Por supuesto. es lo que se nos ofrece. es la tentación, pero en lo concer-
tibie. ésta o aquélla. l ' nc ntnca. smo baJo una forma irreduc· niente a esta falta no se trata de eso. Para que les resulte patente, me referi-
DO podemos no d' f que. son a ITlISma - la llamada ocho interior - que
ré a definiciones que ya les he dado y que tienen que servir.
Por l I erenClar de la puntificación concéntrica. Les he dicho que no falta nada que no sea del orden simbólico. Pero la
eso e cross-cap fue . , "
posibilidad de '. ~a nosotros una vla distinta para abordar la privación. por su parte, es algo real.
la fal un .tipo Irreducllble de falta. Eso de lo que aquí hablamos, por ejemplo, es algo real. Aquello a cuyo
ta es radtcal radical l '. .
!.al como se nos maní' en a constitución misma de la subjetividad, alrededor gira mi discurso cuando trato de representificar aore ustede~ ese
ría enunc;~..t fiesta por la vía de la experiencia analítica. Me gusta· punto decisivo que. sin embargo, siempre olvidamos. no sólo en. nue,~
.... ,0 con esta f6rrn l'
accede al saber hayal o ~ a - en cuanto eso se sabe, en cuanto algo leoría sino en nuestra práctica de la eltperiencia analítica. es una ~n\·~lon.
dido. es concebirlo c g perdido. y la fonna más segura de abordar eso pero que se manifiesta tanto en la teoría como en la práctica. E.~ta p'"\:acIO~ es
He aquí. de un ~mo un pedazo de cuerpo. re'aI , en cuanto tal puede ser reducuia. . pero ¿ b3.,. ·ta para supnnurla. con
. ?
,..~
-r-
nos da la f"J"""'"-... general Yopaco, y en su carácter irreductible la vetWd
--r'" .......:ta analiti ,. .
aprehenderla científicamente si es que conseguimos hacer lal cosa· an3
refiel:ión poghle sobre . ca. y que esta mtroduce en COIl.'ieCucocia en toda Es perfectamente concebible, y nos basta con trabajar la lileralUr8 -
~ PUnlo. hay qlJlec~er forma concebible de nuestra condición. lítica para ver lo que ocurre. Enseguida les daré una.mue;::. delll11t'rTW-
~wr tratemos de ev·;.~-' :irlo. es lo bastante insoportable como n.'lrd que ~in
.....o. El beche'
He tomado el primer número que ha crudo en mIS m .•~s .......'ertll1.'
" ,..._. I. IJ oda art s enconlrarD<ls 'v ... ···'
d e\!uerzo mimll) de evitar! ) ~Iene. Sl~ duda. dos caras, a saber. que en lOna oumul. y práclicamente en I s P e. ' 1 o de R - f)(l
. .edad. de' ,U:llng ()Il • ".1
qaae. a medida que /lO!. o no hacemos SIDO trdZ.élr aún más su contorno. Y en cueMlón. ya sea que se hable de la ansl , ~pue~lll lotal uo.
doirSo. en función de la pr-;:r.camos a ~l. siempre tenemos la tentación de olvi· soy el único que usa letr'ds . - The Tolal Res¡wnst'" a ue lleva esle t{luJo
"\-.. - o«ra ,,~ _ q:u'w:,~ra que representa esa falta De ello se de- ana ti sta en la situación analítica. La autora de' arti~·u () qque en el ""~l!un<l~
eslll
e Iormento de nuestra eltperiencia resulla de es alguien con quien volvemos a enco!ltr.lfIlOS• pu

... "
RE\"ISJÓN DEL ESTATUTO DEL OBJETO IRREDUCTIBLE AL SIGNIFICANTE

a¡k, de mi Seminario ya hablé de la llamada Margaret LittJe E


,
mos. mu\ cemrudo en su artículo. el problema de saber d<Índe se ' .
, .. • porque mam, t-lestamente ésta ' se des l'Iza a medida
-
, ncontrare_
, que lasitúa la
-
Esta
,
VE UNA FALTA

- pie7.a faItante es en este


pequena
describiéndo a
I de esta 10rma
&'
. ca<;o el a. ¿Queda resuelto el a<;UD-I
paradigmática? En absoluto. porque es e
' . 'tl'tuye toda la realidad del mundo por don
de
prwai.:/on. 10 f Ita lo que cons . d 'bl
. ,~~ hecho de que, aecto EI peque ño ocho interior es ciertamenteNlITe uctJ e.
trata de acercarse mas al problema que le plantea cieno tipo de pacient
se pasea e1 lOS _ falta que el símbolo no suple. o es una au-
~ 00 es la redlk.."Ción de la privación. su simbolización. su articulaci6n,e~
. .
, de otra manera. es una .
que va a suprimir la falla. E.~o es algo que de entrdda es preciso meterse en I Dicho .' bolo pueda remediar. .,"
sencia que el Slm 1-' , n ni una denegación. Anulaclon y denegaclon
~ aunque sólo sea parJ comprender lo que significa este modo de apar¡~ . es una anu aclO • . I ea!
Tampoco, ,tul'd d lo que el símbolo permite introduc/C en o r .
ci<.ÍD de la falta en la experiencia analítica que se llanta castración. La privación ~ as constl as e · hIel
son ,orm ' ' . A I Ydenegar es tratar de des acer o que en
es al20 ~. mientras que la falla, por su parte. es simbólica. E.<;tá claro que una a saber. la ausenCia. ~u lar . en y del vicio de estructura original. es de-
mu';';" no tiene pene. pero. si no simboliz.;m ustedes el pene (.."Omo el elemento significante nos aparta el o~g 'ficante su funció~ de signo, aquello por lo
~ial que se ha de tener o no tener. ella no sabrá nada de esta privación. . de alcanzar en e slgm '6 t
Clr. tratar . , el obsesivo Anulación y denegacI n apun ano
La castración, les dije, es simbólica. Es decir. se relaciona con cieno que se esfuerL.a. se extenua. ' e'1I0 lo atrapan puesto que. como lo
fenómeno de falta. Surge durante el análisis en la medida en que la rela- nto de falta pero no por • 'd 1
pues. a este pu . . . : d blar la función del significante aphcán o.a
ción con el Otro. que por otra pane no ha esperado al análisis para consti- explica Freud. se hml~an a re oo más di o que eso no está ahí. má~ lo esta.
tuirse. es aquí fundamental. En esta simbolización - o sea. en la relación a ella misma. Ahora bIen. cuant a u;lIa con la que se extenúa L~dy
con el Otro en la medida en que el sujeto tiene que constituirse en el dis- La mancha de sangre, ya sea q I término inteleclUllI. es Im-
curso analítico - una de las formas posibles de la aparición de la falta es Macbeth o la que designa Lautréam;; c~n ~ficante es precisamente la de
el (-q¡). el soporte imaginario de la castración. Pero ésta no es más que una posible de borrar. pues la naturaleza e sl;n más se intenta borrarla. para
de las traducciones posibles de la falta original. del vicio de estructura ins- esforzarse por borrar una huella ..Y ~ua~ oh lIa como significante. Así.
crito en el ser en el mundo del sujeto de quien nos ocupamos. En estas con- volver a encontrar la huella. más mSlste a u~ I al se manifiesta el o
diciones. ¿no es normal preguntarse por qué la experiencia analítica podría en lo concerniente a la re IaCI'ó n con aquello baJO o cu una ' problemática ,
en cuanto causa del deseo, siempre , nos enfrentamos a
ser llevada hasta ese punto y no más allá? El término que Freud nos da
·
am bIgua. ,., . uestro esquema. que sle. mpre delx:
como último. el complejo de castración en el hombre y el Penisneid en la
En efecto. cuando lo mscnblmos en n d parecer el a en la rela-
mujer. puede ser cuestionado. No necesariamente es el último. renovarse hay dos modalidades con las que pu~ e a nte por la función de
Por esta razón, ciertamente. es un camino de abordaje esencial de nuesa:a '
ción con el .
Otro. SI podemos reun irlas es precIsame . -al de
. rodUl.c.a. es la sen
experiencia concebir en su estructura original la función de la falta, y es precl'
la angustia. pues la angustia., se prodUlca donde tra se PfOnDa de mlerprc:
. w lo
so ,'oIvcc ahí muchas veces para no dejarla escapar. Así pues. otra fábu~a., esto - al menos en la medida en que no hayo
El insecto que se pasea por la superficie de la banda de Moebius. SI uene que se nos dice en la lileratUC'4 analíti<;a.
la le¡nes.entación de lo que es una superficie. puede creer en todo momento
que hay una carel que no ha explorado. aquella que siempre se encuen~ en
el re,,~ de la cara por la que se pasea. Puede creer en dicho. reverso. nuen- JI
tra\ que 00 lo hay. como ustedes saben. Él sin saberlo. explora Ia um ' 'ca cara a
(7
que hay. )' sin embargo. a cada instante. hay cienamente un reverso. , I "
.-
UJ que le falta para advenir que ha pasado al reverso es la pequena
-pw I '
'-.-/
za que un dfu materialicé. construí. para ponérsela a ustedes en la mano. la
que les dibuja c!'.ta forma de cortar el cms.~-cap. Esta pequeña pieza faltan le
e) UDa e~pecie de cortocircuito que lo llevaría por el camino más corto al

reveno del punto donde se encontrdba un instante antes.


/5/
RéTISION DEL ESTATUTO DEL OBJETO DE UNA fALTA IRREDUCTIBLE AL SIGNIFICANTE

A propósito de la angustia. el discurso analítico se div'd l - - '1 noS manifiesta. sea de la naturaleza que sea. Como
caras. Obsenen hasta qué punto resulta extraño ponerlas e y ~resenta dos ',.,..1:to
tinto reSr-- a lo que e h una de mIs .pacientes
' . ./era segura dt'
- S/.estu\
. una JUnto , o hace muc o , tá
Por una parte. refieren la angustIa a lo real. y nos dicen qu . I a otra. me decl a .n sl"erencia. La función del no es /7U/S que en no es n s
'n/el/mente tron ~. 'h'
sa priru;~pal. ~a m~s radical. I~ r~spuesta al peligro más origin:~sal~::fen.
.,
qlle es 11 ' . 1 reverso de su funclon en no hay mas que acer as/o
~{erenCla es e ntá
rabIe HlljkJS/gke/t. el desvahmlento absoluto en el momento d . upe_ que "an ../. I bo se conjuga pero no como ustedes creen, como no s
. e entrar al forma de ver. • . .
mundo. Por otra parte. sostienen que luego es retomada por el Esta, I f ona que vemos surgir en un diSCUrso espontaneo.
.:;~I d
seü.u l' . fi . , I yo como
e pe IgroS m lDltamente mas eves. a propósito de los cuales I di " q/le renW ~~ de lo que nos hablan es de la carga. el fardo que lleva el héroe
curso analítico a menudo carga las tintas evocando lo que llama lase s- ~or otro '.' un''a en tener que interiorizar este a, incluirlo en él como oh-
. ame· analista. que conSIS .. d ah' . , toda
naZAS dd Ich Y del Es. Jones. en este punto. demuestra un tacto y una me-
. mal pero en todo ca<;ü como objeto mtemo. y e I surgma
. to bueno o o, 1 . al undo
sura que I~s falta. a nuestros colegas. y habla simplemente en algún lugar .JC .' d ediante la cual debe restaurar el acceso de sUjeto m .
la creauVlda In . I P
de un Imned des/re. un deseo enterrado. para preguntarse - ¿después de Las dos cosas son ciertas, aunque no la" ponen la una Junto a a otra. ero
todo. tan peligroso es el retomo de un deseo enterrado? ¿Está justificado ' lo las confunden. Yal confundirlas no se dice nada claro en 10 con-
al no hacer , 'al 1 . e tomo al a
poner en juego una señal tan fundamental como sería la angustia. si nos ve- . iente al manejo de la relación transferencI' . a que g~a n .
mos obligados. para explicarla. a recurrir al peligro vital más absoluto'? cen;,ero esto es lo que explica suficientement~ I~ observa~lón que les he he-
Volvemos a encontrar la misma paradoja un poco más adelante. pues no cho sobre lo que distingue en la clínica la poSICión del sUjeto respecto a a y
hay discurso analítico que, tra'> haber hecho de la angustia elwerpo úhi- la constitución misma de su deseo.. . t del perverso o e ps.
d I .;cóu·co,
(00 de toda defensa. no nos hable de defensa contra la angustia. Así. este
Pard decir las cosas sumanamente. SI se tra a ' ¡" do
. tit e de tal manera que a está Sltua
instrumento tan útil para advertimos del peligro. resulta que es de él de lo la relación del fanta"ma ($ Oa) se lOS uy ~'al e efecto lene-
.ar la relación tranSlerel1C1 , o •
que deberíamos defendemos. Y resulta que. mediante esta defensa contra en i( ti). En este caso. para maneJ . I a de un cuerpo extra-
la angustia se explican toda clase de reacciones, de construcciones. de for- mos que incluir t!n nosotros el ti en cuesuón. a a mane~ ue el objeto
ño de una incorpordCión en la que nosotros somos eall pa~lentquee,Y3[)(QlS habla
maciones en el campo de la psicopatología. ¿No hay ahí alguna paradoja. . .. no SUjeto .
que exige formular las cosas de otro modo? - o sea, que la defensa no es en tanto causa de su falta le es ahsolutamente a~ l medida en que
. I ,'ción es diferente, en a
En el caso de la neuroSIS, a poSI" algo que es un
contra la angustia. sino contra aquello cuya señal es la angustia. . l' eni'(a) En.\"surge
De lo que se trata en realidad. no es de defensa contra la angustia, es de algo de su fantasma aparece en a Imag '. l' 'zable Yno puede apa-
1a no es especu an .,
a y que sólo lo parece - ya que e . Sólo esl" ¡nouva
cierta falta. con la salvedad de que sabemos que hay, de esta falta. estruc- • . . Es sólo un sustllutO. . ".1
recer aquí, por así deCir. en persona. . ad I análisis clásicO.... a
turas diferentes y definibles en cuanto tales. La falta del borde simple. la . de t"oda,autencld' en e
el profundo cuestionamlento
de la relación con la imagen narcisista, no es la misma que la del borde
transferencia. de la uans1erencia. Siempre re-
redoblado. rela(.:ionado con el corte que se lleva más lejos en el cross-cap Pero ello no significa que ahi esté la cau.~ tá. nnr SU partc:. en esce-
y que concierne al a en cuanto tal. en la medida que es con éste que debe- . , 'ula. que no es t- - . ella nlll"'J
nemos que vémoslas con este a mmu~ . cada instllJlte Sublf 8 t--
mos vémosla en cieno nivel del manejo de la transferencia. na, pero que no hace otra cosa más que pedll' a iéndose en la e.~ au~
Aquí ~ verá. me parece, mejor que en ninguna otra parle, que la falta . . I
mtroducir su diSCUrso en aque que s.,.
'i<"ue sosten /~ ..vtl,t',üa. "
diciendO /Ja.f/(l (le '~~"
del manejo no es el manejo de la falta. sólo sea para introducir el desorden. un Jaleo,modo e. . un poco rnejOl' ,.,.,.
~ vez que un discurso llega lo bastante lejos en lo referente ~ I.a re~ .
Igualmente Bas/a de come la.
d' aunque de e!'te
"ucle declfse se
hace mala :IIlDL-"'-
. r nvt'j¡¡.<!
laclón que nosotros tenemos. como Otro. con quien tent!mos en anáhsls"S A II o col110 !o C'XICrrnma
¿Por qué se mete ese ya. . cosa más que "1 .....¡naJo a
plantea la cueslión de lo que debe ser nuestra relación con este (J. ConvIe- O lUlO Olí.!' . h biefll ex e. ,..
- cuando después de todo n ' 'e que SI u
ne \ituarro. y siempre van a encontrarse con él. También en este caso ha)' . . en t menos gra V
Es tanto mejor. y clertam e I 111/. dtl T-J
una hW1Cla manifie,ta entre dos caras del discurso analítico, . . no reai. ~ que
al I tt 'a"/Jil q" iJ I
Por un lado. I10S hablan de la ellperiencia analítica como de un cuesU.o- l. Expresión que invi~rtt \3 u.u I

naJmeillO profundo y permanente que remitiría siempre al sujeto a algo dis-


/5J
DEL OBJET< VE UNA FALTA IRREDUCTIBLE AL SIGNIFICANTE

~.Jl~ los_ gnegt\.".


' . COm\l no ha ext· . O -
n~\\.'S pard la deshonra.) si ~ ~n~:Il~:do..a tod~s los griegoS,
deas había reavivado el sentimiento de duc\o que tenía por la muerte
¡,roa reciente de sU mad ' d'Ice él • no hab'la podoIdo aSlsur
., al éxito
1llUIldI.\ ~ q~ es porque Minerya lo ~a h:~ .~namfestación ridfc~~Y menos
- t re. qUIen.
que representaba para su h"IJO verse promovl'do de esta forma a una posi-
muy
La ~llmedía es menos fácil de e .', ~hlzado. En suma. no haa. todo el
mas al xor~lzar Como too ydrama. ción momentánea de estrella.
A Marg Little. que tomó a este paciente tras ese análisis anterior. le
1C'\:~nte continuar. Se vuelve a em que ocurre en escena pu~be, es
_ egrc. y aun después del exorcismo lo' ' o el mundo sa aret
impresionó que el analista. en su interpretación. se hubiera limitado a in-
ma~ho cabrio. con la verdadera histori'pezar c.o~ la .canción de los .e pero terpretar lo que ocurría en su propio inconsciente. el del analista. o !;Ca. que
lO.en el origen del <l<seo. Por eso. en ~~~;;:;,:~n
Juego <1<"', el '::!' efectivamente estaba muy pesaroso por el éxito de su paciente.
De lo que se trata, sin embargo. es de algo muy distinto. A saber. que no
lrilo:ía~ ""~
gedia hace reterencia al macho cabrio y . 1 á'· propiO nombre de la Ir
,.oo. p"".""" pane. al final <1< una Uro. 'uyo lugar "taba basta con hablar de duelo. ni siquiera de la repetición del duelo en la que
estaba entonces el sujeto. el que dos años más tarde hacía por su analista.
i~\'ers~~~
El macho cabno que salta por el es\.:en . sino de percatarse de lo que está en juego en la función del propio duelo y
(lUl del que hablo es el movimiento :" el acting Oll(. El aClinK
:"" modert>.,. 3 saber. que los aclores bajen al a q~el~O
3 lo que aspiro cl
por lo tanto. al mismo tiempo, de \levar un poco más lejos lo que Freud dice
, espectadores suban a escena y digan lo que t
lO e butacas - es que
del duelo como identificación con el objeto perdido. No es ésta una defini-

He aquí por qué. por así decir. convoco que ahor~enen dec~. ción suficiente del duelo.
Sólo estamos de duelo por alguien de quien podemos decimos Yo ero
da entre otros. tal como les diJ'e 1 __l a Margaret Llttle. elegi-
. , • a mouo en que un d SIl falta. Estamos de duelo por personas a quienes hemos tratado bien o mal
OJOs e lDtroducir un cuchillo cntr I " o pue e vendarse los
la adi\'inación. e as pagmas de un libro para practicar y respecto a quienes no sabíamos que cumplíamos la función de estar en el
lugar de su falta. Lo que damos en el amor es esencialmente lo que no tc-
nemos. y cuando lo que no tenemos nos vuelve hay, sin duda. regresión Y
al mismo tiempo revelación de aquello en lo que faltamos a la persona para
representar dicha falta. Pero aquí, debido al carácter irreductible del des-
3 conocimiento acerca de la falta. tal desconocimiento simplemt'nte se invier-
te. o sea que la función que desempeñábamos de ser su falta ahora creemos
poder traducirla como que hemos estado en falta con esa persona - cuan-
do precisamente por eso le éramos preciosos e indispensables. a
"~('~fidad~s
Margaret de
Link
5 en
" 'su artícul o so
. b re La Tl'spuesta IOtal del analista a las
He aquí lo que les pediría que situaran. si quieren dedic.vsc. ello. eo el
lumen 38. Prosi~u::~~t~. de mayo-agosto de 1957, parte IIl-IV del vo-
~
nuevo artículo de Margaret Lin\e. que constituye una fase ultenorde.su re-
mi ~minario. cuando ISCur~ en el que me detuve en cierto momento de l1exión. considerablemente profundizada - no mejorada. porque J)lCJOfadn
Quiene~ se enoontra::: ~CUIO todavía no había aparecido. . ., d la contrilUUllsfereoct3.
"'P' ' ' 'JP!'i.wli\i1o de cierto di.'iCUN) I rec~erdan las observaciones que había hecho a
no lo está. c100 .1c
L a autora no adelanta ninguna defim
~~efIle.
C OIO . estar
~ angustia habl.ao&-de angustlado en ella. y de sus tentativas de domi.n1U'
1

~~~Im.
cuestión siempre tan problemática. y hasta ciertotado pU 1
,
l1COCl.a . del problema, uu c(mtratrans~eretlCla.
. No me detuve en la primera apa- agradecidos, porque si lo hubiera hecho hubiera , I es "" a, lodo
IaI de¡..11....1.' .. ' o .... ¡I
Ud' n 14. un anallsta'be o !lea. los ef~'tOs. de una mterpretación
. inexacta. en el error. Sólo quiere considerar lu respuesta lisIa
II cOl11O cos:L'... de su pro-
hrtxJdCa.H. una emi 'órecl a uno . de sus
' pacientes.
. que acaba de hacer un O
-Ianto
. . el hecho de que está ahí en cuanl ana·demás del . I~U" de ¡¡1St'. L'(lI1lt.'
I.h
ti
an ..rl:<.la __ "'emo!o 51 ~ n de radiO ,liO . bre un tema que .IOteresa al propiO . plO Inconsciente que se le pueden escapar. 8 • I anilisis v qut' al n 10
l' el ()U'I:1. ~ rrn:UC -
HuM',., U.fl~d r1U4) bu'n ma.<. () menos en q' ue medIO . pudo ocurrir esto. Le dice - tooo ser VIVIente.
.. .
expenmenta seo
.
umle. nlOS durante e '.
se~w_a-
f.t'mllf tk ho be~ o/,"did ayer. lo v~o. muy d eprmlwo
,. hoy. st!K/lramente por e/ Y' cabo _ no. lo. dice así. pero denllnS:1btIlLll"" "'~s C\,n ~Ie
e!'O .' ...... 1 E'~ 1"--
al
1 u,1.C1'on que pa.\at do-.o. por haber pisod() mI. terrellO.
tra en una posIcIón de entera resl"- .
de un n UC~O .amver~rio
' ai\os para que e 1!;u.Jelo
.. de . se percatara. a proPÓSIIO
.
, que la razón de su tristeza se debía a que el /55
RH'/S/()N DEL ESTATUTO DEL OBJETO FALTA IRREDUCTIBLE AL
DE UNA ,

Tr.lttlJ de ~u posidón de .Ulalista como pretende exponemos ho


lo q~ ella concibe ~"Omo la respuesta del analista.
nestam
ente
- qu. esar a lo largo d,
,
e a partir de cterto m :
o
ento la transferencia debe ser dre~ada, enJu~a-
tooO
el análisis, Ninguna de esa" mte.rpretaclo-
" das que sean roza ni por un IOstante la
da Sin c· . , por sutiles Yvana. . •
De eUo resulta que llega a tomar posiciones completamente Contr ' . e elabora.
, 't-lca que sean liüsaS a Ias tiormulaClones
' ana~_ neS qU , t fi'
defensa de su ~uJe ~. bondad de hacerme el favor, en una fecha que IJare-
",_1
lo \.'ua! 00 Slgm - clásicas Le'
pertnaneCer tuera . di' '1
e Juego, es precIso que e an al'Isla se Suponga, .al pri
lOS de'_
Si alguien uene la sic ión detallada de este ca'iO, cosa que yo no, pue-
pio, metido en él ha<;tl el cuello, se considere efectivamente responsabl~1 de entrar en la expo decirles verán ponerse de mamfies-
tengo otras cosas que ' ,
por ejemplo. no se niegue a testimoniar si. en relación a lo ocurrido en el anr: IOOS.
do hacer porqu,e l' bservaciones que les estoy haCIendo.
lisis, es llamado ante un uibunal de justicia para responder de su sujeto. 10 la pertine~cl~ de as ~)ela a moverse, nos dice ella. a partir del momento
No digo que ésta no sea una actitud sostenible. Digo que situar en el in. El análiSIS solo em~1 11 n la cara tumefacta por el llanto que le
' , paciente ega co h '
terior de esta perspectiva la función del analista es de una originalidad que en que, un d la. su " ue había abandonado mue o lIem-
1 uerte - en un pals q . .
se presta a problemas. El analista puede. en alguna ocasión. verse conmi- ha provocado a m ' b la Alemania de entonces. la AlemanIa nazI
nado a justificar todos sus sentimientos, no sólo en el propio tribunal del po atrás con sus padres, a,sa er'd" .
, e solo se IsungUla,
'de entre quienes habían velado
. '
analista. algo que todo el mundo admitirá. sino incluso ante el sujeto. El - de una persona qu , , de sus padres, pero una amIga con qUIen
peso de todos lor. sentimientos que puede experimentar el analista respec- p<)r su infancia. por ser una arrud.g~ . d'e las que había tenido con sus pa-
, l" nes muy IstlOtas d'
lo de determinado sujeto comprometido con él en la empresa analítica pue- había teDido re aclO " hecho un duelo semejante por na le.
de ser. no sólo invocado. sino promovido. en algo que no será una inter- dres. Es un hecho que nunca hab~a dente 'cuál es la reacción de
,. te estallIdo sorpren . (.
pretación. sino una confesión. Ello implica entrar en una vía cuya primera Ante esta reacclon. es " hace También en este
, d ' t rpretar como siempre, '.
introducción en el análisis por parte de Ferenczi fue objeto de las má~ ex- nuestra analIsta? La e 10 e , ál t' nciona lnterpretaclone~
. .' nes para ver cu u I b-
caso varia sus IOterpretaclO ' • . 'd' d de venganza contra e o
trema.<; reservas entre los analistas clásicos. • t d elo es una nece:;1 a . de t~"r-
clásicas. a saber, que es e u , al' 't como una lorma u ....
Nuestra autora divide en tres a los pacientes de quienes se ocupa. Como d 'IOge
. u zás a la an IS a. . .. d
'cto
J • o que este duelo se q I . para hacerle. a tr'd\es e
parece admitir que se ocupa del más amplio abanico de casos. tenemos por . . hes que tiene ..
le a ella, la anahsta. todos los rc,proe.. adendo el duelo. Nada fUO(:IOoa.
un lado las psicosis. En este caso, se ve obligada a admitir desligarse de una la pantalla de la persona por qUIen esta h. do la analista le confiesa al
parte de sus responsabilidades mediante otros soportes, aunque sólo fuese Alguna cosita empieí'..a a desencadenarse cU~e da pena. y entonces nUC S -
alguna... veces. para la necesaria hospitalización, En las neurosis. nos die,e . d ' da y que verla asl . t' rnienlO. lo
sUJ' eto que ya no enuen e na al lo V'IVO de un sen I
que la mayor parte de las responsabilidades de las que también nos desh- . '. lo re '1 yel 0(-
Ira analista deduce que es lo poSIU~O: ~ autord elige el esU o , o
garnm.. es para ponerlas sobre las espaldas del sujeto, prueba de lucidez no- que ha devuelto al análisis su movlmle~tdOe'cir que lo que af~ta ,,1 sUJ~~ I~
table. Entre ésta y la anterior. define una tercera clase, la de las neurosis de 11 'ue podamos .Ó '00 la :lJ13 IS
den de su desarro ,o para ,~ hablando. a la relaCI n (; aniJie~llllo
carácter o personalidad reactiva, lo que Alexander describe como nt'lImtic le permite transfenr, propiamente dI) es que SI! pone de °fli ,
characters, En suma, es todo aquello a cuyo alrededor se elaboran tentall- , o en ese ue l • • r una all11.
reacción que estaba en Jueg . 'en eIlII podla r.e h bíól cn 1:1
va... c1a.\ificatoria." bien problemáticas. cuando en realidad no se trata de un~ siguiente - hah,fa una pen:on
a para qU I , 1 que a
o 'rcibir a la paclen e el Ha1l 1e de :sJgo
dase de sUJetos, sino de una zona donde prevalece lo que yo defino aqul La intervencIón le habla ~ech '7 nOS eoContran10l; en'(i e,le injerto.
como acring (JUl.
analista lo que se llama ang uslla , A~ la falla, Esta in:;e~1 ~;mcnill<lC<l~
De er.o se trata. en efecto, en el caso que ella nos desarrolla. Es el caso que designa en el análisis el lu~ar e nt"rnú 1e a CS~ ~U~()I 1<\ ~n 1'xJ;¡ ~u
de un sujeto femenino que ha acudido a la analista porque lleva a cabO esta acodadura. abre una di ID, eoslón que r-
podCs hal~ rI (1 eO ll/lSO u
actO$ que han Sido clasificados en el cuadro de la cleptomanía, Durante larse como una falta. nuen '
. tras que no , ~i lo que.' .,c (1{)S,
UD año no hace la menor alusión a esos robos. A lo largo de una parte p~o­ relación con los padres. de que pUCUO' rrW .;¡:nlll.tll'~(O pt.>-
_A4 JlaJI)Il!Sc 1Il

longada del análisi~. se ve sometida al fuego intenso de las interpretaclo- Si la interpretación - en caSO _1 ¡,Iall<.'o. nO eS CO
oc" actuales de transferencia más repetidas en el sentido que actualmen- describe en la observaCl'ón - da~n ..
te: >e \;(>n~idera. De acuerdo con la vía adoptada. se considera, en efecto. J5í

JSt')
DEL EST.·\1VTO DEL 0/1lt7o FALTA IRREDUCTIBLE AL
VE UNA
- , " e se relatan nos mue!)tran sobre todo que no
SltI\U, Aunqu~ es deno que el sujeto abre los braws y suelt. - 1 'hlslonas qu .
'raba, Pero a.o; , , ><io algo que hubiera podido. , de,sde eI pun" t
" •. a que e~ta '
tt"rpretaclón ha dado en el blancu, Es porque introduce pi In· ad (lll de nmg un mI , " , d' t
, 1 " d >r una vía ..ntI1'a representar l' padre. Escena bien slgmficatlva - uran e
L.,
ln\'oIWllana o que esta en Juego. y eoc estarlo siempre en el anál' , I"~ f ' e faltar e a su , 'ból'
e \'i~ta que ues . 11' lleva un bastoncito de madera. bien slm ICO
¡;ual ~a el punto en que se encuentre. aunque sea en su término '\ ISI~. \ea
.. be . d
aseo con s'upadre. e a I 'ubnlya. De forma. al b"
parecer. astan te I'no-
. ., •• sa r,la un P
,
1 lpla enferma o s . h'
lunelon del cone.
del pene. 'f a pfl, al' I agua sin el menor comentano. Esta Isto-
Lo que nos pernlitirá advenirlo son lo!> virajes que vendrán a Conti ' 1 adre le lira el pItO a • '..
óón y que serán decisivos par" el análisis. Hay dos momentos, nUa· eenle • e P Lo d()mi"80'~ de Ville d Aua}. ,
ría nO es como en.~ a incidencia es la máo; cercana en el determl-
El primer momento. La analista. annándose de valor. en nombre de la En cuanto a la Ola re:~uy d h' cer de esta hija nada más que una pro-
idwlogia. de la ,·ida. de lo real. de todo lo que ustedes quieran. hace de , bos nunca pu o a , ,
nismo de 1os ro '. , ble 'Incluso un instrumento. a veces JOS-
, d \l' mIsma. un mue. ' b'
todas forn13s la intervención más singular respecto de esta perspectiva que longaclón e. e a ,,: de chantaje. pero. en ningún c~. algo que ~~ le-
llamaré sentimentaL Un buen día. cuando el sujeto le insiste con toda" su~ trUmento de amenaza '11 'ó causal respecto a su propio deseo. Es elerta-
historias de dinero con su madre, la analista le habla en estos términos _ 'd t ner una re aCI n ,,' ál
ra pOdl o e, " 'eseo _ r supuesto. ella no sabe cu - po-
Est'U(·h~. tennine cnn eso. porque. litnalnlf'llte. fin puedo seRuir escllchan- mente para mdlcar que s~ d ' .' ón r::e cada vez que la madre se acerca.
do. h(u:~ que mt' tluenlltl, No se lo doy como un modelo de técnica. les pido dría ser tomado en conslder~cld • ~ón donde puede tener algún efecto. el
que kan una observación y que sigan los problemas que se le plantean a cuando entra en el campo de In UCCI bo que como todo~ los robos
regularmente a un ro. .' M
una analista tan experimentada como llena de ardiente autenticidad. sujeto se entrega muy . t US mue5tm IIn objeto que
de cleptómano. quiere decir simplemen. e -0'-' Uf' en 'algún III1(ar hay otro
La segunda vez se trata dc ligeras modificaciones que han tenido lugar
qllitado por la fuerza o mediante astllClas. P 'dq,adl) qlle lo dejen por un
en el consultorio de la analista. en lo que ella llama su decoraci6n - de I merecer(a 51!r conSI e · al '
objeto. el m{o, e ~ qlte, " , amiento del e!>tar solo. es de gun
in.Hante aislarse, Esta función del ~lsl d i ' ~gustia Úl ~'ida. dice en al-
acuerdo con lo que es la media de la decoración entre nuestros colegas. debe
de ~r bello, Nuestra Margaret Little ya está aburrida de las observaciones modo un pobre correlato de la f~ncI~n, e a ~iISO~ I~ exültlll'ia ~J un po-
de sus pacientes - Está bien. está mal, este marrón es asqueroso. este gún lugar alguien que no es analista. EI1~nne ' .
~~rd~ es admirable ~- • y resulta que nuestra paciente insiste al final de la der ininterrumpido de acti\'os separaClone,f, onfundirán ustede~ esla
jornada. y además en términos todavía un poco más agresivos que los de- ' 'urso de hoy no e ,,,.
Me parece que luego de I d ISC ' b Ia.~ frustraCJOne~. 071'
más, La analista le dice textualmente - Oiga, me da exactame/lte iKllOllo observación con la que se hace habitualmente, SC')'~~ra el lugar de la (alla,
q/U u.~ted pueda pensar al respecto, Como la primera vez, la paciente se trata de otra cosa. Se trata de I 11m
r 'te dondeOse 'ón IDS...
conlinua Y vana a·
, d sobrt'

queda perpleja. pasmada. tras lo cual sale de su silencio con gritos de entu- Nuestro discurso contJOuar, á e'on una re eXI , ' e n cpla elí' mea los pun',
. '., en la.'> que apafCe .~ .... httn los
!;ia.o;mo - Lo que acaba de hacer usted es formidahle, etcétera. , las formas diversas. metoOlmlca.,>. d" de cuestionar .... ..
d mos eJar ' ~IIU'"-
w ahorro los progresos de este análisis. Lo que quisiera designar aqul tos focales de esta falta, Pero no po e . 'te respec:11l son lan I~ .
lines del análisis. Las poSlclon " e's tomadas "
a es I punlo r-n qu( OH' c:lKOfl-_
'>Implemente a propósito de un caso seleccionado. en una parte del campo , qUiSIera. c:n e Ia.~ del U'llta
, ',' del vas, cargadas de enseñanl.as. que tal S7..a.'Z ~rc Ia.~ me donde se
partIcularmente favorable a esta problemática. es que el factor deCISIVO
progreso de la cura está relacionado con la introducción de la funci(1D del tramos. que se retome el arlk,ulO ~ ":svehoanol)'fiC Tream/t';: al rni!illl<-'
c:or'k, La primera interpretación consistió en decirle _ Me produce /L~ted miento analítico. 011 tire Thl ? if .. dada.~ en su regla Y q <k (kJin~
o
U1I efect() soporífero. f7U' adonnece. La segunda vez. literalmente. la po~e Plantea que las metiLo; del anáhsl!> estan 'd.l.-t' _n o [lO. sólo pUC .'- w'
ár' dI it\. 1...... (fiLO ~"'" '
en \U ~itio ~ Pit"L~t! 111 que le plazca de lu decoració" de mi cO/lsultorlO, tiempo. ellin último de todo ~n IMS, un puntO de: \·j~UI (1(0 I
mediante la iniciación del p:lclcntc en .j¡¡jiz,!ld.t, No
f7U' Importa /In bledo, Y e.o; entonces cuando algo decisivo se moviliza en la
. ular Y~pec. '/"
re!.a:ión tran~fc:rencial que aquí está en juego. , propios movimient<>,s, s1J1 duda muY slng ,'> Vi~.l __ ¿(}ut' 1,'
' ~aI
E,\1o pemUle -.en' ar que uno de sus problemas era que ella nun~'3 hahla , Es ésta una posIcIón extrema. u'- poJt1fl1/ .1 (¡('t'{ltiJ '
1
, dIgo - ¿ E,~ Isla Ulld dejim c1Ótl q
podl'lo hacer el menor e"bozo de hCntimiento de duelo por U/1 padre: a qUIen
/59

/58
L ESTATUTO DEL OBJETo

qlU' plWd, ~nst'ñam()s t'slll deJinición? Ya han 'd


. . ~ .'
aqul par.. sa~~r que SI hay aJgo que he cuestionado
· . •
01 o Ustedes 1
h
muc as vece
-
o sUficiente
- XI

~nte e1punto de Vista científico. en tanto que su ob' '. . s es cierta_ PUNTUACIONES SOBRE EL DESEO
.1... 1 -_1 ~etl~o es Slem
Ul:"rM a huta como colmable. en el extremo opuesto d 1 pre cOllsi_
.. . 1 e a problemáf
una expenencl3 que me uye el hecho de tener en cuenta la fal Ica de
De todos modos, resulta útil situar este punto de vista ta~ncuanlotaJ.
lo pone en relación con el artículo más antiguo de ot;a ,soal' re todo si se
an Ista Barb
LoW, so bre lo que e II a llama los Entschiidigungen, las com .' . ara De la contratransferencio al deseo del
.., d l aJ' H' pensaclones d
la. postclon e an Ista. veran ustedes cómo alJí se present e analista
., del aJo a una concep- El desl!o como volwrtad de goce
clon an Ista completamente opuesta a la del artista. De lo
· d' de que se trata El deseo, de la lucha al amor
en e l. an áliSIS. nos Ice, es algo .del todo comparable - no es esta' una
anal_lsta .~enos not~ble por la. fIrmeza de sus concepciones _ a la
subhmaclOn que preside la creacIón artística. El artículo está en alemán
la Inrernotionale Zeitschrift del vigésimo año. Aunque es difícil de encoe~ Bueno, aquí estoy de vuelta de las vacaci~nes de invierno.
traro lo tengo a disposición de quien tenga la bondad de encargarse de él~ La mayor parte de mis reflexiones ha segu~do estando. como de costum-
bre. al servicio de ustedes. aunque no exclusl\'amente. . . .
El 20 de febrero. día de mi regreso. puesto que voy a ausentarme, dos Aparte de que este año me fueron bien, lo cual no siempre s~cede. las
..' al que se me ocumó al final
personas que están aquí y a quienes acabo de interrogar. ¿podrían ocupar- vacaciones de mVlerno me Impactaron por go
se de los tres artículos de los que acabo de hablar, repartiéndose los pape- ue me hizo pensar de nuevo en un problema que ellas parecen encamar
Yq ..' . I roblema contem-
les como les parezca, añadiéndose quizás un tercero para el tercer artícu- perfectamente, como una matenallzaClón muy vI.va - e p
lo? ¿Podrían comprometerse a no dejar demasiado tiempo vacía esta tribu- poráneo de la función del campo de concentración. '00
Las vacaciones de invierno son una especie de campo de conc:~~c~
na. y a retomarla por mí si no me encuentro aquí. o conmigo entre la asis- do sabe se CODvel ID" C
para la veiez acomodada. que como todo e I mun . . . . . ';"'a
tencia si vuelvo? J • sir.! clv¡h1..8C1ón. en \ ~
Creo haber obtenido de ellos - se trata, respectivamente, de Granoff y
vez más en un problema a medida que av~ce nue
de cómo avanza la media de edad con el !lempo. . 'p y de su
de Perner - su consentimiento. Les doy cita. pues, para escucharlos, el 20 de l 'ampo de l'oncentrae lO

de febrero. o sea exactamente dentro de tres semanas. (Lacan no estará de Esto me recordó que del probl ema ¡; ha entendido
o,,"
· . h sta ahora no .....
función en esta época de nuestra hIstona a. do por la era de
vuelta hasta el27 defebrero). I t· ente enmascara
nada de nada. al quedar comp e am . r la guelT".1, y por IiI
30 DE ENERO DE 1963 morali zaCI'ón creuruzante
. . .
mme d¡'atamente po:.teno . a dIo - ....'¡;O - ,. f i-
'de
I a absurda de que se
podría aca bar ense . e-.... llda con b
aqu más come nlan'(I!i.
riéndome a los campos de concentraCI'ó n. No voy .' a acer .... lapar el a.~unIO su
. ue lucieron"" ''''óeJ
sobre los diversos viajantes de comerciO q otra una que rect 1
especialidad. en primera linea de los cuales se enc,ucvo a i:l1ll1tlra de su ~-
é punlO es ti '1 serta'
Premio Nobel. Ya se ha visto hasta qu t6 de 10m:1/" patrlC (l •
mismo del absurdo en el momento en que se tra _....
'ciO de uSI"",,!\-
mente sobre una cuestión acto. al I i ·I·em....... al Slen'l var lo
. ~s re e a. s r - 1I ""111 rep(l
Paralelamente a estas re fleXIO. lS lIñ(l~. Y e (l r-' . Ilue~
. . d hace algul]( . mtL~ e.-cocJll
nu SeflÚnano sobre la ética e lado aJl( ct)(tlO
bien fundado de lo que creo haber arUcu
/6/
INI
ES SOBRE EL DESI:.U
J,'I,7RODUCCJÓN A lA ESTRUCTURA DE LA ANG PUNTUACIO N
U~7/A
, duros pueden dejar de entender que.
de nuestro maestro Freud. algo que creo haber destacado de U " -
'1- oídos mas '
. na IOOUadj ti de cuentas. 01 as d toS autores en lo referente a la contratrans-
na de la verdad que está en Juego, a saber. que toda moral debe b '. g- Ad~~cullad del abor~aje e ~sobstáculo es el problema del deseo del
en $U principio y en su proveniencia. del lado de lo real Todavía uscarse. la
en 1" lo que constlluye e 'el apoyo de una elaboración com-
. ' . es preciso fercncla. d lobalm ente , S10
saber que se entiende por esto. ' g
Que la moral deba. sin duda. buscarse del lado de lo real. y más
anal IS, la ' Considcra a'hemos h 'ho toda intervención de este orden, por
ee • ,'
spe ble a la que aquI . . . nla años de elaboración anahtlea. parece
cialmente en política. no es incitarlos a buscarla en el Mercado Com:un, . para e resulte tras sese
:oQrprendente qu fundo impudor, .
Ahora voy a devolver, no s61o 1a palabra. sino incluso la presidenci
participar de un pro en "uestión trátese de Szasz o de la propia
más exactamente la posición de chaimum, a quien la ocupó la última~: Ninguno de o.
i s autores
"
..... •
de Margarel Linle - y ensegUl
'da di é
r en
'tese mas aun. , d
Granoff. Ya que hizo una introducción general a las tres partes, será preci: Barbara Low, o tra . • d i ' estión en las prodigiosas confidencias e
, I avance e a l:U • ~ 'ó
so que dé al menos una breve respuesta a la Sra, Aulagnier. que acabará hoy qué conslstc e " t de todos ellos con la conleSI n muy
tora mas reclcn e •
el ciclo de lo que se inició el otro día con el artículo de Margaret Little, LucY Tower. l a au '" _ puedc evitar situar las cosas en el
(Siguen las inten'enciones) profunda que hace de su expenencla
El artículo de Barbara Low es ciertamente con mucho el más extraordi. plano del d~seo. ntratransferencia apunta a grandes rasgos a la participa-
nario y el más notable de los tres, Me ha parecido ver cierta señal de eva- El ténnlOo eo ".' I 'oro romiso del analista. a pro-
sión en el hecho de que Granoff nos haya remitido a una fonna más mo- ción del analista. Pero mas ese~cI~ es :n ~sos~extos las vacilaciones más
derna de intervención con el artículo de Lucy Tower, Por otra parte. le es- pósito del cual ustedes ven pr,o, uedlfsle , ien hasta la más completa
extremas. desde la responsablhda a cien por c
tO)' bastante agradecido. puesto que así ya está introducido. dicho artículo.
algo que yo mismo no habría hecho este año. pero ahora ya no lo podemos retirada, - 1 r vez primera. pero
El último artículo. el de Lucy Tower, sena a. no ~ den de cosas es
evitar. Estoy igualmente muy agradecido a Perrier por habenne enviado '. I do lo que en este or
por primera vez de un m od o artlCU a • - 'ambio que
ayer un breve resumen de lo que él aportó. Voy a darme tiempo. y quizás \la llama un pequeno c
mucho mi<¡ sugerente, a saber. Io que e . . tratransferencia
mejor información. para referirme a los puntos de detalle que tendré que , ta Nos dice - es con
puede sobrevenir del lado del an al IS . 'be en el análisis
destacar. , . ' e de lo que reCI
lodo aquello que el pSlcoanahsta repnm
como significante. ansferenda. que po-
No se trata de una definición exacta de contratr 1 que está en juc-
.6n hace que o
dría darse muy simplemente. Esta a fiIrmacl 'ó de la contratranS-
1 , P t parte la cuestt n ., t:
go pIerda todo su alcance. or o ra la significaClon ~u
ferencia no es verdaderamente el problema. porque J' lean. La únl~'1I
, .. que nos la p .\0 1d
adqUIere se debe al estado de confuslOn en eciS.1J1lC'n~. e e-
Creo que. a grandes rasgos. ya saben bastante sobre lo que deseaba apor- , , de escapar es. pr '
Mgmficación a la que ningún autor pue , '
" uJeo'
tar con la referencia a estos artículos. centrados todos ellos en la contra- seo del analista. .~ "-suelta sino que ro Sl~ .......
transferenda. lema que no pretendo poder precisar ahora como merece. sI, la cuestión de dicho deseo no sólo no esu"~ lo siguiente ,
-
ha.,UI ", ...
, ha
. I mente pOf 'Ufl'.'8 se
Sólo lo evoqué en la perspectiva de lo que tengo que decirles sobre ~a an- ra ha empezado a ser resuelta. es slmp e , Serninano. n
, ente en e!'te
gu.~ más exactamente sobre la función que debe desempeñar la referen- ra en la teoría analítica. salvo prc~lsam s el deseo, Il u.~-

cia a la angustia en la secuencia general de mi enseñanza. puesto exactamente en su lugar lo que el .. por oua parte. ~"""-¿
, esa meno..
s10 duda. hacerlo no es una crnpr .' l> hacerlo de Ull!l lo'>' -"/.:s vel, ¡;< ...-. -
E....te di!!CU1'SO sobre la angustia no puede mantenerse alejado por más ~lI. LUt'-
tiempo de un abordaje más preciso de algo que aparece en mi discurso de tedes COnstatar que nunca he prelcndld , '.< ... ~......:lLl'¡" ~11'
_ . disunclLOn .~t'."· ntlé'\o,
UD modo cada vez más insi!>lente desde hace algún tiempo. a saber. el pro- ensenándoles a situar el deseo en sU . lJ"{KluJc IIlgv
d Ie añO· 111
blema del de.o;eo del analista. go. en Particular al comieoz() e c..'

/62
1.\TRODllCC/ON A LA ESTRUCTURA PUNTUACIONES SOBRE EL DESEO
DE LA ANGUSTIA
_ erecto que tiene necesidad de pasar por la pro-
1:k)~lo primefll par.! ver su respuesta. sus reacciones ' . ueslfa. en l'
- . , ', I;Omo se su 1
que no han taltado. - a saber. la Identidad del deseo'
-
El neurótico nos m, i • " , •
ara sostener su deseo, Más que mngun otro sUJe-
' con 1a Iey e e decir. . 'nslÍtuÓón de la ey P l' e este hecho ejemplar - que sólo puede de-
Es bastante cunoso que una evidencia como ésta in' '. . pl3 I " pone de re leV ' , ..
. ' scnta en los p , el neuró\J co d dar su estatuto a su deseo más que como IOsa-
ros pasos de la doctnna analítica, sólo haya podido" nme_ 10, '1' ley. No pue e .
.. , ser Introducid .sear segun a o imposl'ble.
felOtr\.lduclda. con tales precauciones. Por eso vuelvo hoy al mismo a. o h" ' .
tisfecho o com 'I'fico las cosas al hablarles tan solo de la lsten-
par.t mostrar algunos de sus aspectos. así como sus implicaciones. pUnto . .. que me Slmp 1 1 od'
Es Cle ..O , deJ' o fuera del campo algo con o que t aVla
¡vo porque aSI 1 al
ca y el obses. aber la neurosis de angustia. acerca de a cu
q ué hacer. a s . ' .
no sabemos
- 'on lo que emo,
h s iniciado espero hacerles dar el paso necesano.
. . .
esle ano. c . f d ahl' de donde partió Freud, y que SI su muerte nos
2 .' d mos que ue e . .,
Noo1\1 e ' d haberle deJ'ado el tiempo sufiCiente como para
privÓ de algo es e no

Ello no sólo es cierto en la doctrina analítica. donde esto es el cuerpo


relo;arl~ad(¡jicO que pueda parecerles. el sujeto de la angustia nos devuel-
central del edificio. Está claro que lo que constituye la sustancia de la ley or p I plano crucial que llamaré el mito de la ley moral. ,o sea. que
es el deseo por la madre. y que. inversamente. lo que nomlativiza el deseo ;~;:'i~ón sana de la ley moral debería buscarse en el senlldo de una
ffilSmo, aquello que lo sitúa como deseo. es la ley llamada de interdicción autonomía del sujeto. . . d 1 teorías
dd incesto. La acentuación cada vez mayor. a lo largo de la hlstona e : ta
Tomemos las cosas por el sesgo que define esta palabra. que tiene un éticas de la noción de autonomía. muestra suficientemente de dqud se. tra~
, d er es esa ver a pnm",u
sentido pre~ntificado en la época que vivimos. el erotismo. a saber, de una defensa. Lo que se trata e reconoc '
Corno se sabe. su manifestación edipica. si no sadiana. es la más ejem· y evidente de que la ley moral es heterónoma. al tan-
pIar. El deseo se presenta como voluntad de goce. sea cual sea el lado por
. d 110 que yo llamo lo re' . en
Por eso insisto en que provIene e aque . rdiendo
. ' O Freud nos dIce. o sea. e j
el que se manifieste. ya sea del lado sadiano - no he dicho sádico - o del toque interviene. cuando mtervlene. com ., 'ón Lo que
, ' t enClon la represl '
lado que llaman masoquismo. al sujeto y detenninando. por su propia m erv. ' , ' de la función
Incluso en la perversión. donde el deseo se presenta como lo que hace recibe este nombre sólo adquiere su pleno senlldo a/~Ir e en una pri-
la ley. o sea. como una subversión de la ley, de hecho es. ciertamente, el sincrónica que he articulado ante ustedes al hablarles e ~ qu .
~ de una ley. Si hay algo que ahora sabemos del perverso es que lo mero aproximación. se llama simplemente borrar I~" hu~ ó:'poCQue corrn.1
que aparece desde el exterior como satisfacción sin freno es defensa: Y Evidentemente, no es más que una pom . era aproxlm ac1 .
. 'de la aporía de e.~Ie
pue~ta en ejercicio de una ley en tanto que frena. suspende. detiene al sUJe- lodo el munoo sabe las huellas no se borran, Y aqul reslresoh'erla. precisa-
to en su camino al goce. La voluntad de goce en el perverso es, como. en asunto, Esta aporía no lo es para ustedes, porque ~a t No se tf;I/3 del
, l'mlte ., de sígmfi can e. .. ..... de
cualquier otro. una ,'oluntad que fracasa. que encuentra su propIO I , . mente. se elaboró ante ustedes la nOCIOn . 'ficante al cslauv
'H1 propio freno. en el ejercicio mismo del deseo. Como lo subrayó mu: ble~
.
borrarmento . I mo del slgnJ ' r~lé
de las huellas, smo oe reto . ifican/ c. eS lo que 10 o
una de la" personas que hablaron hoya petición núa. el perverso no.s~bed I huella, La abolición del paso de la huella al slgn é u:sis de la huell~. \J
servicio de qué goce ejerce su actividad. En ningún ca.c¡o es al servICIO e d , ' l a entre par n . es lo qUC
estacar para ustedes mediante una pues El sigllllican/e _.
suyo. , b . de la huella. I hueU.-.). ...
su rayado, una tachadura. una marca . al sujetO;l:l , siPO
E-.to es lo que pennite situar qué está en juego en el neurótico. El neu: ·aJ al
s ta con la intervención dc lo rc' .
Lo real renulC'
.
, . sUJC'I&>
tVlrqut: /10 ¡la) ' h LJ(' ~
rótico fue el caminn ejemplar que nos condujo al descubrimiento: quea.~~ , , '6 del sUJeto. ,.... fi ,'c:' .... q
llUsmo tiempo. produce la abohel, n . ·cante:. Uo ,~jgni l,aO ¡; ,
un pa~ deciSIVO en moral. de la verdadera naturaleza del deseo, Esle P por el significante, por el paso al slgnl.fi
deci~ivo ~Io ~ franqueó a partir del momento en que. aqu •
f dirigimOS
de presenta al sujeto para otro significante,
~ atención hacia lo que estoy articulando expresamente ante uste s.

164
I.VIRODUITION A L4 ESTRUCTURA DE LA
ANGUSTIA PUNTUACIONES SOBRE EL DESEO
· .'
El resorte de lo que aquí está en juego no d be .
d . , . ~
\ a., siempre emaslado facII de la historia y del
. ."
e captarse I
--
en a pers",,"·
recuerdo El l' "'"'-ti-
-
. la ética. no hay peligro interno. puesto que aquella envoltura que
nO sobre to neurológico no tiene
. . . a1 ser una so la superfiICle,
. y eI
ser una cosa muy matenal. demasiado natural com . o Vldo paree mtenor.
~el~~
-. I
tUIl\:lOn3 so o. cuando es la cosa más misteriosa del
o para que n
o se crea que
e . '1' como Aujbau. como estructura, como 1o que se Interpone
. entre
· . ahí
rta esta .
. .
para eXistir. Por eso trato de introducirlos
mundo pues I
'. a IneIllQ.. .sistema. . ' se sltua
.ón y conCienCia. . , en otra, d " ón, como O tro en cuanto
Imeosl
_. _1 _..l' " • a una dlmensió percepcll significante. El ano - pas ad' o IOtrod'uJe entonces la angusua . como
\·el~. touan3 no tan smcromca como la otra. n tr-dIlS- lugar de , 10tro.
'''estación
l
la man l ' • especifica del deseo de
Tomemos al masoquista. el masoca. como dicen al are .
1:. • , . ' P cero . Qué representa el deseo del Otro en tanto que sobreViene por este ro-
· E s l o que resu It a mas emgmahco poner en suspenso di
' d" be .
El . me diran uste es, SI que sa que es el Otro qUien goza S',e a
..
perversloQ
.
d ;1 Es ahí donde la señal adquiere todo su valor. Si bien se produce en un
. _ h" . ena. pues, el I:gar que pod~mos llamar topológicamente el yo. co~cieme. ciertamente.
pef\erso que .. a \'1sto la luz de su verdad. Sería una excepcl'o' n respecto ~ a alguien distmto. Aunque el yo se~ el lugar. de la s~nal, no es para el yo
todo lo. que diJe hasta ahora. que el perverso no sabe que goza . Por supues- para quien se da la seña~. Es muy eVidente. SI se enCiende en el yo, es para
to. es siempre. el Otro - y el masoca lo sabría. Pues bien. lo que se le esca- que el sujeto sea advertido de algo, a saber, de un deseo, o sea. de una de-
pa al masoquista. y que lo pone en la misma situación que todos los per- manda que no concierne a ninguna necesidad. que no concierne a nada más
\"e~. es que cree, por supuesto, que lo que busca es el goce del Otro. y que a mi propio ser. es decir que me pone en cuestión_ Digamos que me
precisamente porque lo cree no es esto lo que busca. Lo que se le escapa. anula. En principio, no se dirige a mí en cuanto presente. se dirige a mí. si
aunque sea una verdad sensible. que se arrastra por todas partes al alcance ustedes quieren. como esperado y, mucho más todavía, como perdido. So-
de todo el mundo, pero que aun así nunca es percibida en su verdadero ni- licita mi pérdida para que el Otro se encuentre en ella. Es esto la angustia.
vel de función, es que busca la angustia del Otro. El deseo del Otro no me reconoce. Hegel lo cree así, lo cual lo hace todo
Esto no significa que trate de molestarlo. A falta de comprender qué fácil, porque si me reconoce. como nunca me reconoce suficientemente. no
significa buscar la angustia del Otro. las cosas se reducen. mediante una tengo más que recurrir a la violencia. En realidad. ni me reconoce ni me
especie de sentido común. a este plano grosero, incluso estúpido. A falta desconoce. Sería demasiado fácil. siempre podría salir mediante la lucha y
de ver la verdad que hay detrás de esto, se deja de lado este caparazón. la violencia. Él cuestiona. me interroga en la raíz misma de mi propio de-
dentro del cual hay algo más profundo. que se formula tal como acabo de seo como a. como causa de dicho deseo, y no como objeto. Y como es a
decirles. eso a lo que apunta. en una relación temporal de antecedencia. no puedo
Por eso es preciso que volvamos a la teoría de la angustia. hacer nada para romper esa captura. salvo comprometerme en ella
Esta dimensión temporal es la angustia. esta dimensión temporal es la
del análisis. Si quedo capturado en la eficacia del análisis. es p(l~U~ el
deseo del analista suscita en mí la dimensión de la espera. Me ~a b~~
·, d rru' un obreto Lu [C¡a-
que me tomara por éste o por aquél. que hIClera e J ' eti-
3
CI'ó n hegehana. con el otro es aquí muy cómoda. po rque entonces. enI ~'r.>
. traS que contra I VUM
ce
too tengo todas las resistencias para oponerme. mJen . SlIbcr
.
dimensi6n. buena parte de la resistenCIa res a. bal Sólo que e~ ~ISO .
¡,Qué aporta de nuevo la dimensión introducida en la enseñanza de d I lucha. sino
qué es el deseo, Su función no está úDicmente en el pIanO e a n .J plano
Lacan en relación a la angustia? '
allI donde Hegel. y por buenas razones. no qUISO
. buscarlo - e ~
Freud. al ténnino de su elaboración habla de la angustia-señal que se
produce en el yo y concierne a un pelig'ro interno. Es un signo. que repte- .I~ ~~~~~
. Cuanto más pienso en ello, cuanto más ~o habl~~ el attículo dr lUCY
'>eDla algo para alguien. o sea, el peligro interno para el yo. • sldero ilustrar las cosas de las que hablo. Sll~D u ......s _ p"" hablar
. E.mpleoe!.1a ~tructura dándole su pleno sentido. suprimiendo esta,nos . d b cDO~ boro"''''
1iower, verán la historia de amor de os u . 111 b;I de btJt!lIlI-<;IIlUr,¡,..
~n de pehgro mterno. Como les dije. _ paradójicamente para loS ol.dO ando l'C ha 11
dt:\traidos - c .... ~ ... ~
U<UIUV ren
'sé Ia lopologra del E1IIY.'Ilrf al darles 011. •Semlna- como se hablaba después de la guerra. cu

!ó7
lNTRODUCCU}N A LA ESTRUCTURA D~ JJ\ ANGUSnA

res ~D cieno medio. En un casú. el sujeto la situó en el plano del


. " ó• y e 11 a d'Ice por que.
-
amor.. En
e 1 otro \.:aso. no lo oonslgul ' Lo
"mdlco para ind
. UCtrnos
a hacer algunas retlexlOnes sobre el hecho de que. si hay algunas pe
. . rsonas
que han dkho sobre la supuesta contratransferencla algo sensato son' .
. • Unt-
~.amente mUJeres.

Me dirán ustedes - Michael Balint. Pero escribió su al1ículo con Ali


. B b ~.
Ella Sharp. Margaret Llttle. ar ara Low. Lucy Tower. Son mujeres en una
mayoría aplastante quienes han osado hablar del asunto y han dicho cosas
interesantes. El porqué se esclarecerá por completo si lo tomamos desde el
ángulo del que hablo. o sea. la función del deseo en el amor. Están ustedes
maduros para entender esto. que por otra pal1e es una verdad bien conoci-
da desde siempre. pero a la que no siempre se le ha dado su lugar - en la
medida en que el deseo interviene en el amor y es lo que esencialmente se
pone en juego en él. el deseo no concierne al objeto amado.
Mientras esta verdad primera. a cuyo alrededor únicamente puede girar LA ANGUSTIA
una dialéctica válida del amor. la rebajen ustedes a la categoría de un acci-
dente. de una Emiedrigung de la vida amorosa. de un Edipo que se queda
ENTRE GOCE Y DESEO
entrampado. pues bien. no comprenderán absolutamente nada de la fonna
en que conviene plantear la cuestión sobre lo que puede ser el deseo del
analista - es que es preciso partir de la experiencia del amor. como lo hice
el año de mi Seminario sobre la transferencia para situar la topología don-
de esta transferencia puede inscribirse.

Sin duda. mi discurso adquiere. debido a que voy a terminarlo ahora. un


aspecto interrumpido. Lo que he presentado en último ténnino como f6nnu-
la puede quedar tan solo como una pausa. encabezamiento de capítulo o con-
clusión. como a ustedes les parezca. Después de todo. es licito que lo tomen
como piedra de escándalo o, si les place, como una banalidad.
Es en este punto donde quiero que relomemos. la próxima vez. la con-
tinuación de este discurso, para situar exactamente la función indicativa de
la angustia y aquello a lo que ésta nos permitirá luego acceder.

27 DE I-'EBRERO DE 1963

IfaR
- XII

LAANGUSTlA. SEÑAL DE LO REAL

Los pavorrs tk ChLjuv


La mamo y el objeto caduco
Agata y ÚlCÚl
La pen'er.rión y la angustia tkl Otro
De la det~scencia Q la castración

Vamos a seguir avanzando, pues, en nuestra aproximación a la angus-


tia, esa angustia que les hago entender como algo que es. en sí mismo. del
orden de la aproximación.
Ya están ustedes suficientemente advertidos por lo que aquí produzco
para saber que la angustia no es lo que la gente cree.
Sin embargo, cuando luego relean los textos principales soln la cues-
tión de la angustia, podrán ver que lo que yo les habré enseñado está lejos
de estar ausente en ellos, simplemente Se encuentra velado. enmascarado
por fórmulas que son modos de abordaje quizás demasiado llenos de pre-
cauciones, revestidos, por así decir, de su caparazón.
Los mejores autores dejan sin embargo traslucir eso que yo be destaCa-
do. que la angustia no es objekllos. no es sin objeto.

. Ergiin:J1118 :;lIT AJrg.$1.


En Hemmung. Symplom und Ang.rt. apéndice B. f~ en la que. ~
Ca."'Ple~nlo sobrr la angustia. pueden u~ leer I~Obfrb/oSigilíl. ~
gUlendo I.a tradición, Freud evoca la lndetcrrninadÓII. el iIftkUlo pan Jecit
la angustIa. No tendré necesi~d ~ re~:()cdatfes todod;aI1a por ,alJJJ. PdO
que esta característica de ser 5111 obJelO po ~~ es~~
vean la frase anterior. El mismo Freud dice que la an
Arrgst Vor etwas. angustia ante algo.

•.. •
/7/
L-\ MI/GU~7IA ENTRE GOCE Y DESEO LA ANGUSTIA. SEÑAL DE LO REAL

- . b uesto que conoce el lugar. que no se puede aece-


,.Pl.ldcfll\.)S ~.-onfllnnamos con esta fónnula? P -
. . . 1" . or SUpuesto elevado,, al que sa d ve una misteriosa. .
e, p '
mexphcable II ama que nada 1e
mol' que lf nla..' eJos. decIr algo más acerca de e .t. . ' que no. Tene. . gu roo o.
con I '~"I , al ' s a estructura C der de nln n . l 'n efecto de reflejo. Hace un breve repaso de lo que
a que mU\.~uJe· slIuar la causa del deseo d trá d ,Ontrasla . tribUir a a gu ' ,
n:l"-') ,',-1' t .., E' . . s permite a. l' "I'stencia de dicho fenómeno y. tras exclUir cualqUier
t·_- a\X." a.n e. sle es qUlzas uno de los resort .. s d e l probl ema. . (,'CóIllo
e el deseo \
S . ..,
I puede ro olivar aonocida
e ... de repente se apodera de él algo que, al leer el
ca ~\.)mo sea. subrayemos c!;lfamente que en este p t '. de causa c · .
. l di' . un o nos ene cIase d de ningún modo llamarse angustia. y que nos traducen
~ con a tra clon ante un tema casi literario un 1, . .' onlra·
.1 .' 1".. .1 • ugar comun - el . te.'xto nO pue e
I término espanto. Se trata de algo que no es d e l ord en d e Ia
do ) a anguslla. IUUOS los autores que se refieren a la tl' 'rmaclón nue·. .
m~~e
().'
semán . . del miedo. No tiene miedo de algo que lo amenace. SIIlO
ca de las palabras . las oponen por lo menos al comienzo .
. • aunque . algunos
ti· angustia. sJOO acterística es que remite . a lo desconocido
. de aquello que
1.1_
uego 1as aproximan. o reducen la una a la otra lo cual no oc ' de aIgocuy a car ,
l'" . .' urre en el caso
uc os mejores. Se Ilende a acentuar la OpOSICión entre el mied l se manifie!\ta. . '
. f _.. d . . o y a angus· Segundo ejemplo. Un día. ve pasar po~ el honzonte una especie de va-
y e·t
gón que le da la impresión de ser un vagon fantasm~. porque nada puede
tia en. unclOn del e la poSIcIón de cada uno respecto al obieto J •
'.
s o es SigUI·
tilcallvo
.error ' que cometen cuando se ven llevados' a acentu arq~eI
licar su movimiento. Este vagón pasa a toda velOCidad. tomando la cur-
nuedo. por su parte. tiene un objeto. ex P ' . ? Adó
,'a de la vía que en ese momento hay frente a él. ¿De donde \'le.n~. i. . ~-
~quí babri~ peligro objetivo. Gefahr, peligrosidad. GefiihrdulI8. si-
de va? Esta aparición. separada, en apariencia. de todo determinismo VISI-
tuación de peltgro. entrada del sujeto en el peligro. Detengámonos en
ble. he aquí lo que provoca en él. por un instante, el desorden de un venia-
esto. ¿Qué es un peligro? Llegan a decir que el miedo e!l por su natum·
dero pánico, que es claramente del orden del miedo. Tampoc~ en este caso
lez~ adecuado. corresponde. entsprechelld. al objeto del que parte el
hay amenaza. falta la caraclerí!\lÍca de la angustia. en el sentido de que. el
pehgro. sujeto no se siente acorralado. ni está implicado. ni afectado en lo más ID-
El artículo de Goldc;tein sobre el problema de la angustia en el que va-
mos a det~rnos es muy significativo. a este respe<.'to. de una pluma que timo de sí.
El tercer ejemplo es el de un perro de ra7.a cuya presencia resulla ¡nex-
se deja arrastrar. en un autor que. sin embargo. supo ver en nuestro tema . . d l perro
plicable a esa hora y en ese lugar. Le hace pensar en e 1 mlsteno e
características muy valiosas. Insiste en el carácter orientado del miedo. .' 'b . , o algo que es del or-
de Fausto. El miedo, ciertamente. se di uJa aqUl com
como si todo él consistiera en la localización del objeto. en una organiza- den de lo desconocido. Él no sabe bajo qué forma lo aborda el diablo, No
ción de la respuesta. de la oposición. en la Enr!(ege1lstellen. de lo que es . . d ' de otra cosa. algo
es de un objeto. no es del perro de 10 que llene mle o. es
UnrK'elt y todo aquello que. en el sujeto. debe enfrentársele.
que está detrás del perro. .
edo
dri a priori
Creo haber subrdyado ya lo que se encuentra a este respecto en algo que Se insiste en el hecho de que los
no llega a ser una novela corta. sino un apunte. una impresión de Chéjov . efectos del d m2 ten . an
MÍ n la huuJa. E~(a e
r-
un. carácter de adecuación. es deCir, .desenca en a de que. en no y-
l he 'ho no-
q,uc fue traducida con el título El horror. He pedido que me averigüen el SlS queda suficientemente en entredicho por e c. . lú/lidll(35.
utulo en ruso. en vano. porque de un modo inexplicable este texto. perfec- . d'. nte accIones In
cos casos. el miedo paraliza. se mamfiesta me l a . J desc()l)Cier-
tameDte situado con su año en la traducción francesa. ninguno de mis oyen- . . . . . I sUJclO en e
mduso plenamente desorgaOlzantes. o arrOja a ' . d' nre la cual la
tes rusófonos ha podido encontrarlo en la.. ediciones de Chéjov. pese a que
f rellcla me la
to menos adaptado a la respuesta. Así, Ia re e arte
!sIguen un orden cronológico. Es desconcertante. y no puedo decir que no . .. . d d be buscarse en otra P . _..Lo " .. ..
an gustla se dlstlllgue del m1t:: o e " o antc U$/tvd .. ....
me haya decepcionado. ' . 'uando soslen¡; n\'t:r-
T lencn ustedes razón si pIensan que. ¡; d 'uSar ,:on urnl ,
Se trata de I~ terrores que experimentó él. Chéjov, Un día. con un la angustia no es sin objeto. no es sólo por desco·eloe Jqut' vell!1(1 J("~
.'6 I é 100 ob1 • .,-/.,ut' nC"
JOven que conduce su trineo. su dro.fchka. avanza por un llano y. al po- SI n. una paradoia. Por supuesto. e I rm 1" di..¡1I/l10~
~ . ( un :Iccn . /:1.,JlbUP
.
r::~r'IC el !\OI. cuando el sol se oculta tras el horiztmte. ve a lo lejoS un II ando desde
. hace mucho tiempo. Irene . aqu
o del ml.Cdo ... E,t;J /(lrTllU
<:ampanario que parece SJO embargo lo bastante próximo como para nc en los autores que hablan del ohJel
poder apreciar 1O<i detalles. Entonces. en un ventanuco. en un piso mUY
17J
172
U ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO V. ANGUSTIA, SEÑAL DE LO REAL

una re~ación subjelivada. Marca una etapa a Partir de la cual


zar mas h o y . '
Es fácil encontrar enseguida el sopone del vor etwas de F
deseo avan.
- - A
a
S
f.
$
ello articula de lodas las formas posibles en su artículo Es l reud. POrque I
o G h o o . o que éllJam
el peligro. ~fa ro Gefcihrdung. lDlemo. el que viene de adentr v a
o.laselo Tercer esquema de la dÍl';sión
be dicho. se trata de no confonnamos con esta noción de peligr Le
indiC'ado ha• ce un momento su carácter problemático cuando seo.tr t sdhe
o

pe ti gro ex tenor. ¿Qué es 1o que ad "lene


o ' . a a oel
al SUjeto de que es un peligro - d 10tuar el proceso de la subjetivación. en la medida
'do mIsmo. s100 Ia angustta.O?EI' SIDo he ensena o a s o od o
e I mIe o •

senlldo que puede tener el térmi Ya IesI .eto uene


o que co nsU'tul'rse
. en el lugar del Otro baJO los m os
peligro interno está ligado a la función de una estructura que se debe co: en que e SUJ o 0fi te y a panir de lo que está dado en ese tesoro del
o .os del Slgru lcan • d . o t
servar, Es del orden de lo que llamamos defensa. En el propio ténnino de- pnntan o o 0d l Otro tan esencial para todo a verumlen o
. °fi' le ya constltul o en e •
fensa. la función del peligro está en sí misma implicada, pero no por ello slgru Ican tod lo que podemos concebir del Umwelt nalu-
de J vida humana como o . .
queda esclarecida. al ~llesoro del significante donde tiene que sItuarse e~~m ya al S~J~Oj
Tratemos. pues. de seguir paso a paso la estructura. y de señalar dónde r . . el mitl'cO todavía nO existe. Sólo eXIsllrá a pansr e
que en este mv . o t
Sig~;~::~ :~~ ~~ :;j::~~~~ !:.:c~:ar;:~~~ ~~~:~i~~:::~::~:;~
pretendemos situar el rasgo de señal en el que Freud se detuvo por ser el
más adecuado para indicamos. a nosotros analistas. el uso que podemos
hacer de la función de la angustia. en A _ . cuántas veces? Suponiendo que esta operaclOn se haya pr I .
Sólo la noción de real. en la función opaca que es aquella de la que (, .' 1A e opuesta marcado por a m-
surge
do . . entonces una diferenCIa entre e -r I s o ductlble
'. del sUJ/:. Io. Es
les bablo paraoponerIe la del significante. nos permite orientarnos. Po- lerrogación. y el A-dado. algo que es el resto. o Irre 'ó total de adveni-
demos decir ya que este etwas ante el cual la angustia opera como se- a. El a es lo que permanece irreductible en la operacI .no fun .060
o ah' donde adquirirá su (l.
ñal es del orden de lo irreductible de lo real. Fue en este sentido que osé miento del sUjeto al lugar del Otro. y I e~ ote corno aquello que re-
formular ante ustedes que la angustia. de todas las señales. es la que no La relación de este a con S - el a preclsam: S lo que completa la
engaña_ presenta al S en su real irreductible -, este a so reoe :: ir no tiene común
De lo real. pues. del modo irreductible bajo el cual dicho real se pre- operación de la división. ya que en efecto A. por as c :6n cerrar de to-
· os por convenCI .
senta en la experiencia. de eso es la angustia señal. Tal es el hilo conduc- denominador entre el a y el S. S1 querem • 1 ~"radorel res/o
? Ponemos en e nu ..",
tor al que les he pedido que se aferren para ver a dónde nos conduce. dos modos la operación ¿qué hacemos. bre S
. .. . IQ ui"alente a a so .
y en el denommador el dlVlsor. E f es eq

2
av'" tll cslt'
ti'
. de la opc'.f'.Jd ÓD ~u tJC
:-Wo. el
E.<¡te Peal. su lugar puede inscribirse con ayuda del signo de la barra. en En tanto que es la caída. por así dcc:~ian(e la analogía de: ~~~. f"If
la operación que aritméticamente se lJama división. resto reconocemos estructuralmente. por una parte ~ e sUa CJl ul1
objeto perdido. Con esto,nos enfrentalJl(ls., ""'o ello CJl/o llIlg u. d ~'o
otra parte en la angustia. N9. s en
o frenlamos ....
n
al o/1lCnto e ..
.. ue lo 'ClllO-' en
lUl"
momento lógicamente anlenor m

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174
..\NGUSTIA ENTRE GOCE Y DE LA ANGUSTIA. SEÑAL DE LO REAL
SEO

A
a
S
x
anglulia
- - I
Ahí está a c
fenórnllno
'Iave
,'. egura para lo que podrán encontrar ~iempre en el
ma.'i s
't' sea cual sea el modo de abordaje con el que se
de la ang us la.
deseo les presente. . rovocativa que sea, por así decir. la estrechez del
o>xpreslva.
Por .. . d .'
por P
como aquel que la angustia " ' b e d'
clreunscn ,a vlenan
ue les eSlgn o . .
La angustia entre x y deseo lugar q . . se encuentra ahí como fuera de los hmltes. no es por
sta Imagen. SI .. . ' Es
que e '.' o d' mi elección. No es una eleeclon excentrica. co-
ningún preclOSlsm e
. le encontrarla. . . al
men I u'ler exposición por ejemplo la que está ahora ablena •
Para ~onnotar los tres pisos de la operación de la división di Vayan a cua q ,. .'
. .. . . remos que . I useo de Artes Decorativas. Yencontraran dos Zurbarán. uno
aqUl hay al pnnclplO una x que sólo podemos nombrar retroactl' '" ~@enem .
. • amente. p _11' l otro de Nantes, que les presentan. uno a LUCIa. el otro a
que es. propiamente hablando, el acceso al Otro. el punto de mira esencial de Montpc ler. e . . .'
. I . COll S'us oio~ en un plato. la otra con su par de senos. maTU-
en el que el sujeto debe situarse. Aquí tenemos el nivel de la angustia. cons- Agata. a una 'J . '
res lo cual significa testigOS. .
titutivo de la aparición de la función a. Y donde aparece el ~ como sujeto "La angustia no es que esos ojos hayan sido exur.rados. esos senos aIT"~-
del deseo es en el tercer término. .ad ' Vale la pcna subrayar que esas imágenes cnsuana<¡ no son especlal-
Para dar vida a la abstracción. sin duda extrema. que acabo de articular. ~e~t: mal toleradas. aunque algunos hagan muecas de disgusto frente a
vo)' a devolverles a la evidencia de la imagen. y ello tanto más legítima- nes que no son siempre las mejores. Stendhal. hablando de San
e~II por razo , . se
mente cuanto que de imagen se trata - eso irreductible del a es del orden Stefano il Rlltondo de Roma. em:uentra repugnantes la" Imag~nes que
de la imagen. . d da . án I b tante desproVIStas de arte
I!ncuentran en las paredes. Sm u • est o as ·..·dad
Aquel que poseyó el objeto del deseo y de la ley. aquel que gozó de su como para que uno se vea introducido a su significación con ~ Vlvacl :
rbarán presentándonos esos
madre. Edipo. para llamarlo por su nombre. da este paso más. ve lo que ha Pero las personas encantadoras que nos t rZu ae· ed
. ello que en este caso po e
hecho. Usteder. saben lo que entonces ocurre. ¿Cómo decir lo que es del objetos en un plato, no nos presentan SIno aqu EstaS
. , . d II I bieto de nuestro deseo.
orden de lo indecible. y cuya imagen. sin embargo. quiero hacer surgir? Ve conslJtulf - y no nos pnvamos e e o - e o J • .1- no-
. . . odo n lo que ;¡ la mayona (JI;
lo que ha hecho. y a consecuencia de ello luego verá - ésta es la palabra Imágenes no nos introducen de mngun m . e
con la que tropiezo - , un instante después. sus propios ojos, hinchados por sotros se refiere, en el orden de la angustia. el SUleto . SI! em:'0nu~. '''''''''d impli-
e
su humor vítreo. en el suelo - confuso montón de porquerías. porque. al Para 'lue esto. se produzca• \:onvendria "q u , ¡sta. por eJc:rnp ' 1 )( . No
cado allí más personaJrnente, que fuerJ sádl(:o o m~oqu . '}fl](l sádl-
haber arrancado sus ojos de sus órbitas. evidentemente ha perdido la ,·ista. , f . . que deslgnanlOS '1
y sin embargo. no deja de verlos. de verlos en cuanto tales. como el objeto me refiero a algUien que pueda tener antasmas wsta . • .I~derO sádi~o.,
un ver....
cos o masoquistas sino a un vcrda de ro ma soq . .·t.... L'(II)fdi'
causa. por fin develado tras la concupiscencia última. la más extrema - , . aJ ~nws~u-'
cuya condición esencial. su situación lunda~nt, . b'de a la necesid3d de
no culpable. sino fuera de los límites - , la de haber querido saber. " . s suceSIVas'de.I ,.;A.n de lo qUC vw· ",n'l!'
nar, construir mediante e1ImmaclOne. ,
La tradición dice incluso que es a partir de este momento cuando se , I de su poSI~'
llegar más leios en lo que se refiere al P ano al ....AhJ'O_pert,que
convierte verdaderamente en vidente. En Colona. ve todo lo lejos que se J , .' _J:" h< 19éneo neulV"~ , '/iC!-
nos dan como Erlebms - tennmo 11 ....0; 1Ill( ""'nstitlJve!JI c~pea .
pueC • ver. tan lejos hacia delante. que ve el futuro destino de Atenas. . . más allá y qUC '"" • :...oIlCfS y
no es Sino la imagen de algo que esta : . ::o encuc:ntr.l su ~I~ ~ ~
¿Cuál es el momento de la angustia? ¿Es acaso lo posible de ese ges~o dad de la posición perversa. en la cual el nc:uron~ mos. TOIfL'lnos. PU('~', ~
con el que Edipo se arranca los ojos. los sacrifica. los ofrece en pago por a 00 eltanuna.re ,o¡jdic;t (I1n&S"
su punto de apoyo para fines que IUCe- . es la poslÓlSn • . ~"'"'
c~gu~.a con la. que se cumplió su destino? ¿Es esto la angustia? ¿Es la ~ decir qué podemos presumir acerca de lo q~. ~ .....~ inlC~ \ e
.1_ Luda YAgata ,,....--
"Ibi!idad que tle.ne el hombre de mutilarse? No. es propiamente I? ~ue ue •
qUlsta. Lo que en las imágenes..,; uc: /lUr-Car!¡l.
(;!o,fuerzo en de .. tgnarles mediante esta imagen. es la imposible vIsIón q us'U'a Pero hay q
meDIe. la clave está en la ang .
te amenaza. de tus propios ojos por el suelo.
177
GOCE r DESEO
LA ANGUSTIA. SEÑAL DE LO REAL -
, / nos es(;ondida, Lo está incluso tan poco,
El masoquista. como les dije la última vez .. cuáJ es ' , - - us'ua esta me , di"
(, . su P<)S\Clón') , E el sádico. la ang ' l fanta"ma, que hace de la anguslla e a IiIC-
le ~nma..~'ara su fantasma de ser el objeto de un goce del Otro? _. ¡,QUé
n'lá en primer pl~~;n ~610 que esto es precisamente lo que debe sus-
s.u pmpla voluntad de goce, porque después de todo el mas ' qUe es que e:. 'ondición elllgl a.
. . . oqulsta no tirn a una e
cUC'ntr.l torZO~lente su pareja. como nos It) recuerda un apólo en- ti nza IO
"lar nuestra descon, l~. ~n el Otro? Está muy claro que, para él. e, tro
nstico que ya hemos citado, ¿Qué enmascara esta posición de !~.hurn(). d ,Qué busca el sadl(;o I t me como objeto no debiéramos deCir que
, . él ' ponerse en 1a f unción
. de la piltrafa hum~et() -
SlDl) equipararse Intsmo.
eJ(i~te. Ypor el h~cho. ~~ó~u~n~a~ura o incluso pregenital., El Otro es abso-
aquel pobre desecho de cuerpo separado que nos presentan aquella:!
hay ahí no sé que, rela ' 1'ert'tmente lo que quise artIcular cuando les
I yeso es c ,
Por eso digo que el goce del Otro al que ~punta es, fantasmático, Lo que ~ IUlarnente .ese~cla , la ética al vincular a Sade con Kant, y mostran es
. dol
bUliCa es. en el Otro. la respuesta a esa calda esenCial del sujeto en su mise. di rni Senunan o sO,bre . '1 del Otro por parte de Sade llega hasta el
ria tinal. y dicha respuesta es la angustia. . amIento esenCia I al ue
que el cuesuon . l' dad las exigencias de la ey mor ,q
. 1 r y no por casua I , . 1& ar
¿Dónde está el Otro en cuestión? Por eso. ciertamente, se ha introduci- punto de Slmu a , l' eferencia al Otro en cuanto ta lorma p -
do en este círculo el tercer término, siempre presente en el goce perlierso. tán ahí para mostrarnOS que a r
es I punta
La profunda ambigüedad en la que se sitúa una relación aparentemente te de aquello a o que a E: t punto donde los textos. aquellos que
, I e busca? s en es e -
dual. volvemos a encontrarla aquí. Podríamos dedr. en efecto - como lo ¿Que es o qu . " ' n su valor indicado por la extraneza
uene
ponen suficientemente de relieve toda clase de aspectos de la historia - dan Pie a una crítica sufiCIente, od . de'stacan que desentonan res-
'rt reos que se. .
que esta angustia. que es a lo que apunta ciegamente el masoquista. puesto de ciertos momentos. d e cle o~ . J l' tle incluso en Las ciento
, I Le deJO buscar en 11 le , .
que su fantasma se la oculta. no es menos realmente lo que podríamos lIa· pecto al hilo genera, s . donde los personajes. tan ocu-
mar la angustia de Dios. ,'einle jomadas de Sodoma: al.gunos ta:¿:"s su avidez de tormentos. entran
. Es necesario acaso que apele al mito cristiano más fundamental para pados en saciar sobre sus vlclimas e eg . arlo en esas palabras. extra-
, I 'urioso trance expres I
dar(.cuerpo a lo que estoy planteando? Toda la aventura cristiana se entabla en ese extraño, slDgU ar y ( ; . . a uf _ He hecho gritar a tor-
ñas. en efecto, que me es precIso articular q
a partir de una tentativa central encarnada por un hombre cuyas palabras
deben ser vueltas a escuchar todas ellas, ya que es él quien lIe\'a las cosas rurador, me he cargado al tonto., I surco de lo imaginable, Su c:¡rácter
No \'a de suyo que este ra'\go siga e. l ' nota su estatuto de trO-
hasta el último término de una angustia cuyo ciclo sólo se cierra \'erdade- , . o que o con. .
ratnente en aquel para quien se instauró el sacrificio. o sea el Padre, privilegiado. el momento de entuslas~ t del capítulo, es suficlentemen-
. no llene , . teólogo .se le ha feo supremo exhibido en el punto culmlOan e de algún modo el rever.;(!
Dios alma. Esto es muy eVI'ente.
da ' nmgun . ' lo que se busca es .J • ..-L. "ud-
te indicativo de lo sIgUIente - , . aire de guante u;wv al
ocurrido todavía atribuírsela. Sin embargo, el cambio radical de la perspec-
del sujeto, lo cual adquiere su significacl.ón poderle~íctima Se trata dd paM>'
tiva de la relación con Dios empezó con un drama. una pasión. en la ~u~ . femenina a, s al mismo uempo que
ta que es destacado por la esencia
alguien se hizo el alma de Dios, El lugar del alma debe situarse en el D1ve ás >culto Obsef\ croo -_ ....., dd tod<'
. ,. t del alma-con exterior de aquello que está m ( ' t nlomento sigue ~JCl"'" 'n'lI
Q de residuo. de obieto caído. No hay concepción Vlvaen e · odo que es e . angu.- .
~ fu' en nues- el propio texto indica de al gun m el rasgo de su pCOpla " .~ ......
todo el cortejo dramático en el que esta noción aparece y nClona '1 de ,
impenetrable para el sUJeto. Yle en~
scar3'
de un modO CliP IC
r alJVO :W>N~ ~
Ira era y cultura - que no esté acompanada. - de Ia ~lorma más. esenCIa
. . ue rtan los textos cid fanta~nlll -
El poco de luz que nos apo , . _ rque se ap~ .l1 al qU<: se
la imagen de la caída. Todo 10 que articula Kierkegaard no hace mas q
la relación .,'erdaderamente sádica ~. I carácler InstrU~nl 1~JP<'1!o'O'
remitirse a estos grandes puntos de referencia estructurales, I más di- a ~a..,.,.· e aJ<'uP ~
sugiere de todas fonnas un cosa. ~ le oculta. salvO en " .
Ob<>erven ustedes que he empezado por el masoquista, Era e, ahí reduce la función del agenle. lo cu Dtl'~' DII)$
. nado cCll I~
ffcil. pero también el que evita las confusiones. porque a partir d: cer adónde apunta de su aCCl.ón• trdolljO rd;¡('l(l dJII' un f'J-...., C11
-.e puede entender mejor lo que es el sádico - y la trampa que es ~ so-
de él tan ~Io la invenión. el reverso. la posición invertida del Ola ti-
Su operación tiene el carácter :ee;:de,
6.~le na P~ _}'
~I~ 1411 d,·
, 1men te . en sen está por todas partes en el texto IJ' d sin que se pt'f
qUl. .. ta. a meno!> que se proceda. como se hace habltua referencia al Ser supremo en ma .1
do contrarIO.
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178
~~-----------LA--A-N-G-'U-S-T-M-.-S-·E~Ñ~A~L~D~E~L~O~R~E~A~L---------
U ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO
ro par.l él ,,'~lnli.l ~ara aquel que habla - que es de Dios d e ' - -- . sta dimensión está hecha. verdaderamente,
, . OVlparos - e, . , dr
Hll\:e un gran estuerLO y se agota hasta errar su ob' t' qUien se rrata. Vivlparos u Todos los animales son vlvlparos. porque engen an
. . ~e IVo para re r
"liJe. gra,"la~ a DIOS. nunca mejor dicho. Sade nos evita t~n a Izar lo n.ra enredar las cohsas. un ser viviente. Ytodos son ovíparos. porque no hay
r- los que ay . , 'd h
truir. ya que lo articula como tal. () sea - realizar el goce ~eqU~ recons_ huevOS en h an vivipareado en el tnlenor e un uevo.
Creo que les he nli.)strado aquí el juego de ocultación d' DIOS. vivíparos que no, ay dar toda su importancia a un hecho verdaderamente
.. .:...1: J' me lanle el CUal . por que no 1 h
en e I s.swco y en e masoquista. angustia y obieto se ven II d . pero. l. I he dicho del seno? - a saber. que. para os uevos que
análogo. a lo q~e es de vida intrauterina. hay un elemento irreductible a la
. J eva os a ocu
el pnmer plano. un término a expensas del otro. par
. n cierto tiempo , ., h al dh'd
En estas estructuras se denuncia el vínculo radical de la ' llene ue se llama placenta. AqUl tamblen ay go a en o.
, ," angustia con el .. ión del huevO q
di nS .' 'h
objeto en talllo que cae, Su funcJOn esencial es ser el resto del s . t . od es tanto el mño qUien le chupa a la madre su le(; e. es
. . uJe o. resto para deCirlo t o. no di'
como re'al . le es la existencia de la placenta lo que le a a a POSI-
el seno l gu almen • , d .da .ó
.Sin duda. esto nos incita a poner más énfasis en el estatuto real de tales . d'l . - en el interior del cuerpo de la madre su caracter e aru el n
objetos.
clón e mno 'C ed
" "eces manitiesta en el plano de la patologla. omo Usl es
parasltana. a • . . d
ven. pretendo destacar el privilegio de elementos que podemos calificar e
amboceptores.
¿De qué lado está el seno? ¿,Dellado del que ch~pa. o ~~llado del que
3 es chupado? Hay una ambigüedad. de la que la teona anahtlca ha hablado
a veces a propósito del seno y de la madre. subrayando, IX:'r supuesto. que
no son lo mismo. Calificar al seno de objeto parci~. ¿e~ deCirlo todo~
do digo amboceptor. destaco que es tan necesano articular la relaCión
cu:;
Pasando a este capítulo siguiente. no puedo dejar de observar hasta qué
punto el estatuto real de los objetos. que nosotros ya habíamos advertido. sujeto materno con el seno como la relación del lactante con el seno. El
ha sido dejado de lado o mal definido por gente que. sin embargo. afirma corte no pasa en los dos casos por el mismo lugar. .- J
tener puntos de vista biológicos. Hay dos cones tan distantes que dejan desechos diferentes. Para el ~. e
h 'nea.u ti •.con-
Es el momento de percatarse de cieno número de ra~gos que tienen su re- corte del cordón deja separadas las envolturas. que son omoge ' .
. p. 1 madre el cone se Sltua
lieve y que quisiera introducirles como puedo. empujando mi arado. Porque Unuas respecto a su ectodermo y su endodermo. ara a . Uama
en ftn. ya que los tenemos ahí. por ejemplo en la bandeja de Santa Ágata. ¿no en el nivel de la caída de la placenta. Incluso es por esta razón que ~ Ias _l_
•. . . de . peñando su función. La "'...
e!. acaso una oponunidad (YdC"d reflexionar sobre lo que dice desde hace tiem- caducas. Ahí esta la cadUCIdad del objeto a. . sem .' balgO. k es
po? - o sea.. que la angustia aparece en la separación. En efecto. lo vemos per- da, la niederfallen. es típica de la aproximacIón a un a.que. slfl em
fectamente. son objetos separables. No son separables por casualidad. como la más esencial al sujeto que cualquier otra parte de sí ml~mod nde se ~
pala de un saltamonte~. Son separdbles porque tienen ya anatómicamente esa Este barrido apresurado de las líneas ' 'ones 1m°prudeft'''$
. de separaCión. .......sino
caJ'3l.1eristica de ser algo adosado. porque están ahí enganchados. esa caída no apunta a llevarlos ensegUIda a reVISI I e esta inlcf1'(Jgll-
E.o;le carácter tan particular de algunas partes anatómicas especifica un para hacerles navegar directamente hacia el nivel en e qu .
~'tor de la escala animal. llanlado de los mamíferos. Es bastante curioso ción se ~~eve. el de la castración. . ' . no podemos pn"gU/lI~
que DO se haya advertido el carál·ter significante. hablando con propiedad. Tamblcn aquí se trata de un órgano, C.Acas<>'d hoy ante U$IL«S. 'I./l
de e~e rasgo. Parece que hay cosas más estructurales que las mamas para aqui. por analogía con la imagen que he prod uCJ Q ft""" en un lug9 di~'
. debe SICU .... ~ ...-10
deM~nar a este grupo animal. que presenta muchos otros rasgos de homo- tenemos ya la indicación de que la ang usua he /lamll!ltl el li"~
·
t!Dto '6 . decir. lo que
geneidad con los que podría ser designado. Sin duda no fue un error elegIr que la amenaza de castraCI n. es . ¡tole
~ rasgo. pero en este caso se ve bicn que el espfritu de objetivaci(Sn no POsible'? b' ¡"gia. .:,./l un" ,~tr~}(l
boCa con JO .tJJda> ,J '~'r
~Ja de \'et"'§e influido por el predominio psicol6gico de cienas significa- Hay quienes siempre se IlerutD Ia ne 00 csllÍ I1m l
CIoneS en I~ que llO1> encontr-.unos más comprometidos.
ligereza en el abordaje del fenómeno. Un pe

IIU
ISO
USTIA ENTRE GOCE Y DESEO LA ANGUSTIA. SEÑAL DE LO

de lo manifiesto. Hay montones de insectos d' . - .' . lrUcturalmente el deseo de la dimensión del goce.
~ L... . 1 . " 1" ersamente re nnrque de nO .
distIngUIr es .
l' ón de saber si hay par.l cada pareja I'ó
una re aCI n
eS(aral.'-'Jo a a cucaracha. que tienen aguijones. El u ". pugnantes. del lantea la cues I O I tod
ga muy lejos en el animal. No quisiera darles hoy u ~uIIJon. es algo que lIe-
y-'
Ysi nO se P I deseo en particular el deseo del tro. y e goce. o
. na ecclón de uál - entre e • . d
compar.ld a. 1es ruego que se remitan a los autor . anatomía - YC á ondenado a la oscunda . .
es. ya se los Iré' d'
oportunanlcnte. pero en muchos tasos. el aguijO ón es u n !nstrument
. In Icando
el asunt~ est c d t nemos la línea divisoria. Y esto solo ya es un mJla-
\'e para enganchar. °lque sir- . a Freu . e 'ión ultraprecoz que tuvO Freud de su caracter
•GraCI as . esen-
Gracias a la percepc . l' d I
No sabemos nada de los goces amorosos del escarab' l
gro. . .1 f 'ión de la castración. Está íntimamente Iga a a os ras-
'ndi . b aJo o a cucarach cia!. tenem?S a, udn¡;co La caducidad la caracteriza esencialmente. Sólo a
Nada I ca. SIn em argo. que estén privados de ellos G . a. del objeto ca u . h h
. al" . .. . oce y conJunció goS b'eto caduco podemos ver lo que significa que se aya a-
sex.u . {-nenen sIempre la ~ás ~strecha relaclOn? Es bastante probable. n
partir de es~~ ~ ~ parcial. De hecho, voy a decírselo enseguida. el objeto
no importa. Nuestra expenencla. como hombres podemos pr' . pero
. .' . ' • . . esumlr que es blad? de o :le ~ vención del neurótico. Es un fantasma. Es el neurótico
1a de los manuteros. . que mas se nos parecen. Al ' . s'I extende-
nusmo tiempo parCial es una In . .
mos esto a los Insecto~ y ummos.e1 goce con el aguijón. estamos tomando uien hace de él un ohJeto parCial. . .,
q En cuanto al orgasmo. hay una relación esencia~ con I~ funCIon que
la cosa como algo obVIO. Ahora bien. todo indica que. cuando el instrume .
. . 'omo la caída de lo más real del sujeto. QUIenes llenen aquí una
lo copulatorio es un aguijón. una garra. un objeto para enganchar. es en t: de fiIOllDO S ¡; .' I ' de
. 'a de anall'sta . no han encontrado testlmomos de el o en mas
dos los casos un objeto que no es ni tumescente ni detumescible. y expenencl . (, "do
una ocasión? ¿Cuántas veces les habrán dicho. que un sUjeto ha tem . no
digo por fuerLa su primer. pero uno de sus pnmeros orgasmos ..e~ el mo-
El hecho de que en nosotros. para limitarnos a nosotros. el goce del or-
gasmo coincida con la puesta fuera de combate. fuera de juego. del instru· • mento en que debía entregar a toda prisa la hoja de una (omposlclón o de
mento por la detumescencia. merece que lo consideremos como algo dis-
un dibujo que era preciso tenninar rápidamente? y luego. ¿qué es lo que se
tinto de un f'dSgO pertenenciente a la Wesenheit. la esencialidad del orga- . ,. l te esperado de uno. Hayalgo
recoge? Su obra. aquello que era esenCia men. .
nismo. término de Goldstein. Cuando uno lo piensa. esta coincidencia no . e, d' c gen las hOJas. En este roo-
que Uene que serle arrancado. ¡:;.:, cuan o se re o .
tiene nada de riguroso y no fonna parte. por así decir. de la naturaleza de mento eyacula. Eyacula en el momento cumbre de la angustIa. . .
las cosas del hombre. No~ hablan de la famosa erotización de la angustia. ¿No es preCISO pn-
De hecho. la primera intuición de Freud lo lleva a situar una cierta
mero saber qué relaciones tiene la angustia con eros?
fuente de la angustia en el coi tus interruptus, donde, por la propia natu·
raleza de las operaciones en curso. el instrumento queda al descubierto en . I d' de las vertienes respec-
Trataremos de iniciar la próxima vez e estu 10
su función y repentinamente decae - en la medida en que, supuestamen· tivas de la angustia del lado del goce Y del lado dd deseo.
te. el orgasmo significa una satisfacción común. Hay ahí cuestiones que 6 DE M."taO DI! 1963
dejo en suspenso. digo simplemente que la angustia es promovida ~r
as
Freud en su función esencial. precisamente allí donde el clímax org -
mico queda separado de la puesta en ejercicio del instrumento. El sujeto
us
~uede llegar a la eyaculación. pero es una eyaculación afuera. Yla ang -
tla es provocada por la puesta fuera de juego del instrumento en el goce·
La subjetividad se focaliza en la caída del falo.
bta caída existe también en el orgasmo que se realiza nonualmente. La
det~encia en la copulación merece nuestra atención porque poneo sea de
relieve una de las dimensiones de la castración. El hecho de que el fal .
JÑd significativo en la vivencia humana por su posibilidad de ser objeto
caído que por §u presencia _ he aquí lo que designa la posibilidad ~llu­
gar de la castración en la historia del deseo. Es esencial ponerlo de relieve.
/83

, .. IR'
. ...

-
I

"

XIJI
•••
AFORISMOS SOBRE EL AMOR
--.
...._

-. • • J f';

~"'.~"'Io'. __ .1 • •
• ...... ,11.
_~ .... ,-' Lo negación en ruso
El deseo y el profesor
E/ ~ujelo del goce
a 110 es UII sig/lijicllllle
El hombTr y la mujer

CTra:~11
y crpaX<l maJa rW1II1\1I
11 ÓOl<X:I.yroó OJl He ""IIlUC.',
"CÓOCI. ÓOlOC... yru Off (le "PI MÜT

......
..
..;,

Ha habido varios q:le han tenido a bien tender a mi queja de la üllima


vez, o sea. la de n::> haber podido conocer ellénnino ruso correspondiente
al tílulo de ese relato de Chéiov
P' :.J ,
del que tuve conocimienfO grJcias ru •Sr.
lene Kaufmann. Éste. aunque no es ruso, me ha traido hoy ellérmmo
exacto, que le pedí a SmimotT que, como rus6fono. tuviera la bondnd de
comentar rápidamente.
Apenas si oso articular estos vocablos. de cuya fonologi/1 no dispongo,
.-. " -' Se tr-.lta, en el título de crpaxII que es el plural de crpaA, BslI1 pil/¡,lJlIJ.
COm " . _... I :l/lIlUWa. el
o todas aquella.. relacionadas con el temor, el mll~u(J. a. - 'ÓII Es
terror, la congoja, nos plantean problemas muy dif{ci~ de '~;: ~Il'
u~ POCo, se me ocurre ahora. como los colores, cuya cO~"OII/lC ttder. ,¡J
Clde h n.,t~'·lckl C(·/TIpn!
entre una lengua y otra. Sea como sea. me a r- - I ese
través de los debates con los rusófol)OS aquí prescll'C:S, q~ oq léfld'::ll~·
_'tinté

la '1 ' " l l l u / o . !lO pr('


bl u luna vez era correcto, o sea. que ChéjOV, en su
ar de la ¡.ngustia.

/aJ
;r~------------A-F-_O-R-IS-M-O-~SS~O~B~R~E'EMLrATMnwo~R~-------
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

. En Ieste punto,
.. deseo aponar un testimonio . La U'1 tI. ma vez
cJemp o pam Ilumanar lateralmente la inversión
'
me vah de es1e
ustedes. o sea. plantear. como por olra parte ya h qbu~ qhuerfa prOducir a~te
- -- 1

" a la echo co . odo bastante notable. cuando pensaba en lo que


dad • que la angustia no es Sin de objeto. Introducir la . .n .antenoo_ añana de un m
Esta m . " d ronto me he puesto a record ar i
e 'tIempo en que uno
,. I l' . cuestIón dlel e d
sena Igua mente eglllmo sostener que el miedo no tie
., , p'
b' n o que
ne o ~eto teni' . iba a prodU~lr aqul ' e Pntre los más inteligentes - siempre los hay de esta
to Interes para mI. ero es eVIdente que esto no agota Ia cuestIón . de aI Cler- . ahzante~ d e e d i l I
. de miS an b' 'ns1'stentemente la pregunta - ¿ Qué pue e evor o
son Ios mIedos. o pavores. o congojas, designados e l ' oque me plantea al. ed'
. todas estaS molestias para contarles eso? Esto suc la
Chéjov. Es oportun.o que les indique a propósito d~ e~~oeJe:p~~s de
dase-
a US red o tomar.~e ,., 1 '1 I d
_ • ~ •dos en que la lingütstlca. mcluso e ca cu o e pro a l-
b b'
Kaufmann se ocupara de plantear una articulación precisa e q b .Ierre en aquelloS anos ~ . •
. d n un tra aJo ul
tenor centra o en estos pavores chejovianos. - . d s tenían aqul clerto lugar.
hda e. 'd" no era un camino equivocado. para introducir el deseo del
Antes de empezar. haré que se beneficien todavía de un peq - h Me IJe que -
·é d b'd al ueno allaz- que es tá la cuestión del deseo del ensenante.
go. tam b I n e I o Sr. Kaufmann. analista. r e dar c or' .
No voy a darles aquí la solución. Ycon razón. pero al expenmentar un
esbozo de culpabilidad. en el plano de lo que se pu~de llamar la tem~ra hu-
Él ha encontrado el término más común para decir yo tel M,quees
60 tOfJ:. A este respecto, se entretuvo buscando en ruso la función de la
. do pI'enSo en las tranquilidades que arrumo resulta llamatJvo que
negacIón llamada expletiva, que tanto he destacado. La encontrarán en fran- mana. cuan . ari - do
oponga de buen grado la excusa d~ ~?e. por ejemplo. ~o.~st a ensenanv'_
cés en la frase je crains ql' 'il ne vie1l11e, que dicen ustedes cuando lo que
si DO se hubiera producido la eSCISlon de 1953. No ~s cIerto .. E~ fin. e ~
temen es que venga. Este neo no basta con calificarlo de discordancial por
dentemente, me hubiera gustado consagranne a trabajOS más h~IUtados. D~
el hecho de que marca la discordancia existente entre mi temor, pues temo
c1uso más intermitentes. pero en cuanto al fondo de la cuestIón. esto
que venga. y mi esperanza. pues espero que no venga. Por mi parte. no en-
cuentro aquí nada menos que la huella significante de lo que llamo el suje- cambia nada. " d I enseñante
Que a alguien se le pueda plantear la cuesuón del deseo e .. b' ¿.
to de la enunciación. distinto del sujeto del enunciado. ,;..<. . plantea. Es taDl Io;n
o se
Pues bien. lo que vemos. al parecer. gracias al ruso. es que deberíamos es señal, como diría Perogrullo. de que la cues'W . od e a fin de cuentas. a Ia
concederle todavía más especitididad. y esto va cienamcntc en la dirección señal de que hay una enseñanza. y esto nos tntrbl uc. na no se plantea. es q
¡re
d I
del valor que le doy a este /le expletivo. o sea, que es el sujeto de la enun- curiosa observación de que. allí . don e e pro ell respuesta a es.l .. prcg un-
ciación en cuanto tal lo que representa y no simplemente su sentimiento. hay un profesor. El profesor eXIste cada vez que a : lt1luoienfO,
" . . su aspecto o en sU l:omJX
Si he entendido bien a Smimoff, la discordancia en ruso es indicada por una ta está . por aSI deCir. escnta. esenta e n · ., en el plano de
. . . . t ue podemos SI uar
matiz esencial. El yro6 seria ya en sí mismo un que l/e. pero además está en aquella especie de condlclonamlen o. qal que se pu ede c., "pul'Wlf.. ven-
lo que llamamos preconsciente. es declr. g o · <~ llamaD SUlo
marcado por otro matiz, pues el que que distingue a este )'T06 del que sim- . . luso de Jo que "'""
ga de donde venga. de las institUCIOnes o me
ple del yru presente en la segunda frase, matiza el verbo con una especie
de aspecto condicional. de tal manera que la marca de la discordancia está inclinaciones. . d ti e entonces c()ll1<l ¡¡qud
No es inútil percatarse de que el profesor se e In h""C un ~.(lC1~ Cfl
y~ en la letra ó. La negación es pues todavía más expletiva en ruso de$de el que enseña sobre las enseñanzas. DIcho. conOCJ
. de trB manera. .....
o 'd4·-_,'ue
:ti
se rraUl «k. J!<'
SImple punto de vista del significado. .. "Iá.~
las enseñanzas. Si esta verdad fu~s.e meJor. fe-s ores JXlfIer un poc.~ en
Ello no impide que funcione tanto en ruso como en francés. dejandO análogo al collage _ • ello pernll urfa a losn pro ..... ) qU<: /1.1 adqwn
pues abierta la cuestión de su interpretación, que acabo de decir cómo yo el sc-n ¡1<" _.~~ I~
de ane en el asunto, del que el ,C()lI~g~ •. co su coll:lge ~";Llf"'.'';;;· :algu~
la resuelvo. la obra de arte • nos. muestra la V13. SIodhiclCf3I1
menos tem-.-.-Io· V' .••- - ~reodri4-..,¡Ja¡e. () StIio
y ahora. ¿cómo vaya entrar en materia? nosdequetodoencajard.deunm o ..... _1",~lIP'mUl(' _ ~rl\/Lptlf
. result""O ... '1-- . _ ..... /11-'11."
OPOrtunidad de alcanzar •el nuSf1lO .-1
al"'~
el \1 vr"" 18 ... ......-,lfl1AIl
. ..."
O
eVOCar la falta que constlluye tou
/,.:7

1M
AFORISMOS SOBRE EL AMOR
LA .·\NGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

supuesto cuando es una obra lograda. y por est' " 1 1 '


' . a
pues. e I efecto propiO de lo que es precisamente u
. ' .
\Ia eganan
~
na ensenanza
Digo esto para situarlo. mcluso para rendir homen . .'
al
-
a· l:éUlzar
.
-- -
A
S
. aje a qUIenes q .
tornarse la molestIa de ver. mediante su presencia lo qu' í Uleren
• e <lqu se en - . _ I
h dejado indeterminado a este sujeto en
par.! agradecérselo. . sena. y
En SU primera ~sl:l,ón. e~ e~ fin de mi discurso les permitió re:ono-
Ahora. puesto que a veces me enfrento a oyentes que sól "
· .. h . o "Ienen aquí anlO a sU denoounaclOn. ~ n este plano mítico. previo a todo el Juego
d e tonna
-
mtennltente. me are por un instante el profesor d
1 . .
. .
e mi propia :~r cómo podría ser nom~r~o°d:l g~e. en la medida en que este término
ensenanza y es recordaré el punto pnnclpal de lo que aporté la últi
. d d I d' , ma vez ~d la operación. Es el sUJe. te por razones de las que hablaremos
Paruen o, pues. ~ a lstlnC~Ón en.tre la angustia y el miedo. intenté:
o
e 'd pero preclsamen , . al
ng a algún sentl o, . 'n modo aislarlo como sUJeto, s vo
al menos como un pnmer paso. invertIr la oposición. actualmente admi- te d lante no podemos de mngu .
más a e ,
tida por todo el mundo, en la que se detuvo la última elaboración de di- míÚcamente.
cha distinción.
A. Goce
Este movimiento no va. ciertamente, en el sentido de la transición
Angustia
entre ambos. Si bien quedan huellas de esto en Freud. sólo por error se le a
puede atribuir la idea de una reducción de la primera al segundo. A pesar Deseo
$
de que en alguna frase pueda surgir de nuevo el ténnino objektlos. él dice
claramente que la angustia es AIIgst I'or etwas, angustia ante algo. No es. La angustia entre goce Ydeseo
ciertamente. para reducirla a ser otra forma del miedo. puesto que subra-
ya la distinción esencial de la proveniencia de aquello que provoca la an- ., '. . s a los que corresponden I~s treS
gustia y el miedo. Lo que dije de paso sobre el miedo debe ser pues consi- La última vez descnbl aqUllos treS pl~O. I goce la angusua y d
. S pectlvamente, e · fu
derado como un rechazo a cualquier acentuación que aísle el miedo al tiempos de esta operacIón. on, res . . t s isos para mostrarles la n-
entgegenslehen - lo que se pone delante - del miedo como respuesta. deseo Hoy voy a avanzar en estos dlstlO o . p ntre el goce y el deseo·
. . . d' de la angustia e . . le de
enlgegen_ ción. no mediadora SinO me la. d 'te momento Importan
.
. Cómo podnamos segUlr co
. mentan o es
.' les pido lOmen
dando
En la angustia. por el contrario. el sujeto se ve oprimido. concernido, (, d" d lo SigUIente. que ~ al {)fr<1
mteresado. en lo más íntimo de sí mismo. En el plano fenomenológico te- nuestra exposición. salvo IClen o · I oce nO conocen. .
. t 'nninos- que e g
su pleno sentido a los diversos e
nemos ya un esboro. Recordé a este propósito la estrecha relación ~e I.a
angu¡;tia con el aparato de lo que llamamos defensa, y, en esta vía. he. mdl,- SIDO por mediO de este resto, a .
• • 7o

adviene al final *~~~ ..o_A... ...


. . fenor lo que tá '",nl!""",,, ... .
Lo que aparece en el pISO 10 • . tanto que eS 1...... '.1
cado de nuevo que es ciertamente por el lado de lo real - en una pnmera be el sUjeto en J soporte ....
ción. es el sujeto tachado. a sa r. . s que constituyen e :'6 con a.
aproximación - donde debemos buscar en la angustia aquello que no en- dios ténmno de poste l P
el fantasma. donde es uno e . ada relación o J ,ar.1C1cr
gaña. I Q determ ln 'da pOI' e
deseo. El fantasma. es f' en una _.' ntemenle defin. Il,iuo.: j oo,.'·.
E.o;to no significa que lo real agote la noción de aquello a lo que apun: . . ·tá sUtll;·IC!
relación cuya pohvalencla es . di unción. v, ;;Ulf
_-"" la co ,
W
~ión C'Jl
la angustia. A qué apunta la angustia en lo real, aquello en relación a lo cu .' tantO sy .00 de esla ''1~'- . un
compuesto del losange, que es ~ es el 1¿rtt1l haY ping ;!
se pre~nta como señal, es lo que traté de mostrarles mediante el cuadro. SI que es tanto lo mayor como lo ~eno~ctiblC:. es un resto:,~:{ornl~' rJlÚl\"~
puedo expresarme así. de la división significante del sujeto. Ésta les
senta la x de un sujeto primitivo que se dirige a su advenimiento como, A
r;:: fonna de división. porque a es jrred .• .Justrilf10 ffledtl &\I.'l(lll,)C1'l
I forma ue I cabO la
forma de operar con él. En es a .' se Jlc:\·ara a .
. sentar que. SI Jl d ~.
jeto, de acuerdo con la figura de una división del sujeto S respecto a¿a mállcas. sólo puede repre aria IfflpliCadO e
del Otro. ya que como el sujeto tiene que realizarse es por la vía del !fO. la relación de a con S lo que esl
J/W

IR,I!.
SOBRE EL AMOR
L4 .4NGUSTM ENTRE GOCE Y D A FORIS MOS
- ESEO
~.Qu¿ significa esto? Para esbozar la traducción d I .
_,1.- .. 1......
.
'
ID\"",), ~'Wla sugenr que a adopla la función d
'"
e o que de SI
áf ' gnode
e met ora del . este
-
En e
l corazón, afumo yo. ~e
ueda cu
t::n:
l x riencia del deseo. se encuentra lo
satisfecho. lo que queda aJ final
ando el deseo es, d g l f: al finaJ que es siempre el resul-
. pre un fa so m • ,
g()~'e. E1'10 solo eSlana bien SI a fuera a~imilable '. SUjeto del que q final que es Slem " ,articulé suficientemente. a propo-
' a un slgnlficant Ah
blen. se trata precIsamente de lo que resiste a toda as'l ' l ' del deseo., equivOCación. La ultuna .. e~d 'ere el falo en estado abatido.
e: Of",i
' .- . nu aCión a la fu . do de una . I valor que a qUl
de I slgmtu:ante. y por eso precisamente simboliza lo q nCIÓn l~ o de la detumescenc.ta, e laro como el agua. hasta como el agua clara.
- -fi ue, en la esfera d I II
slgru Icante. se presenta siempre como perdido, como lo u " e SE .! elemento sincróOl~O. c. 'ah' para recordarnos que, esencialmente. el
1a .' , - . ., . q e se pIerde COn se . on petroOlO, está I
~lgruhcantIzaclon, Pero precIsamente este desecho. esta c 'd' para deCirlo c . su relación con el deseo. ., .'
, l" fi ' ., al a, esto qUe
resIste a a slgm lcanUzaClOn, es lo que acaba constituyendo el f d 'elO cae del SUjeto en 'd he 'iquí una dimenslon que con\ lene
. un amen- ob~ . té en esa cal a, ' .
~o en cuanto tal del sUjeto deseante -, no ya el sujeto del goce. sino el su. Que el objeto es _ al que deseo conductrlos hoy y que, con
Jeto en tanto que se encuentl'a en la Vla de su búsqueda, que no es búsque, acentuar para dar ~,se pe;u:~7e~~~over aparecer la última vez en mi discur-
da de su goce. Pero en la medida en que quiere hacer entrar dicho goce en poc o de atenClo n , Y p . é 'trar bajo qué fonoa se encarna
. un ir del momento en que mtent mos
el lugar del Otro como lugar del significante el sujeto se precipita, se anti. so. a part ,porte del deseo.
cipa como descante. Si aquí hay precipitación. anticipación. no es en el el objeto a del fanta~ma. so . de los ojos a partir de Zurbarán. de
Cuando les hable de los se~ols y 'ón que estos objetos a se presen-
sentido de que este paso suponga un salto. que vaya más deprisa que sus , . les \lamo a atencI é
propias etapa-;. sino en el sentido de que aborda, más acá de su realización, Lucía Yde Agata, (,no .... ? Esos senos yesos ojos que les mostr
laran ahí bajo una forma poSI~I\ a. . di' nas santas. o en el amargo suelo
la hiancia entre el deseo y el goce. Es ahí donde se sitúa la angustia,
en la bandeja con que los s~stIene::;:en ~on ~n signo distinto del que les
Tanto es a~f, que el tiempo de la angustia no está ausente en la constitu-
por el que da sus pasos E~PO. ap, cíficado por el hecho de ~ue en
mostré enseguida a propÓSitO del falo. es~ 'de con la detumescencIa. 510
ción del deseo. aunque esté elidido. aunque no sea perceptible en lo con-
creto. Aquellos a quienes tengo necesidad de sugerirles una autoridad para . al el goce cotnCI . roo
cierto nivel del orden a01m , . d Ia We5i'lIheit del orgam s
que confíen en que no cometo ningún error, recordarán en este sentido el ni nada liga o a t n'la fundón de a con el
que haya ahí nada necesario. . ' o S· I fajo se presen ae . roo
primer análisis del fantasma. que realiza Freud en el análisis de Ein Kind en el sentido goldstelOlan . l e · I ,'ó humana. no sólo ",o
wird geschlagen. análisis que no sólo es estructural. sino dinámico. Freud f' n la copu aCI n
signo menos. es porque. unclona ,e o su negativo.
habla precisamente. también él. de un segundo tiempo. siempre elidido en instrumento del deseo. ~100 tambu~n.com castración respeCI~ de Jc~ que ~
la constitución del fantao¡ma. tan elidido que ni siquiera el análisis puede Es esencial diferenCiar la angustIa d~ " e Freud deSIgna wJ1lO I
reconstruirlo. Ello no significa que el tiempo de la angustia sea siempre tan , 1 fi al de un análiSIS. Yqu No es en
mantiene en el SUjeto a 10 e se puede superar. ,
inaccesible. En muchos registros es fenomenológicamente situable. '6 E" s un punto qu ' do c~ ma-
amenaza de castraCI n, sle e , susrV>lldido. cuan d I
. , . t pennanezca, '1'-'. <CX(). e
La angustia es. pues, término intermedio entre el goce Yel deseo. en la ab~oluto necesano que el SUJe o do es del orro· . s
. 6n y cuan Jímlre. e:
medida en que es una vez franqueada la angustia. fundado en el tiempo de cho, de la amenaza de castraCl, . franquear este punlO .1;"""" ."íD.
dnamos . 'd.. U1'''~'
la angustia_ como el deseo se constituye. Penis"eid. Para saber eÓmo po d n una determina ",' (un'
á l"' lleva o e maJ'\.1 ¡u
preciso saber por qué el an I~IS. J e lo negaÚVO que 'Ul1:O pll'l-
. . I da por e qu h mano res
conduce a este callejón SIO sa t '6 en el ser u _,~ ji ('o-
. d I copulaCI n a-blc \bh C'~ ..- ' ,
cionamiento fisiológiCO e a f::""o irreduc · ",I.~.¡".J&j&II-
. ti de una ",... L_~/O ~I)aI>"'" -
2 movido en el sujeto bajO la orma " inlpll{1¡ll1le W""·...:xJismo~ y;tl m;t-
contramos con este proble~ Y consl~n\l):- rel¡¡ll\·tl> ;ti - ~ .....-.c:-
Luego aporté la articulaCión de <k P 'u(tÚ _c;JPlud!"~ d"~'
,> • alc:s les re~ . _J. ~JJIJ. u ""l/"
- de ' . . d '1 trae algo que había soqUI'Sml) . cuyos a..<¡peclOS escnClI (lO.;en u'... .l.) ;¡ [(XI" ,-~ f'lIr' n
, La lleCu~la mi discurso estaba destma a a I us . cuando , ck /4\ ~'(.,......
'.Ido advertIdo hace tiempo. pero de lo que no sabemos S:lcar p-.undo ....,. servar, pues les pcnnile dar su p e e J .atk1 ocwal
. de cas u .. pt'n ~
5e trata para nosotros de comprender a qué responde el compkJo . . que se ha dicho a este re.s~ (
'.J<...
C,V -uL. .
.. , que "'""'lUJere en nuestro d'ISCUrso de an°al'ISta.'i un vaIor muy disunto.
' /91
U ..WGUSTJ.4 ENTRE GOCE Y DESEO AFORISMOS SOBRE EL AMOR

S3 Y wnbién par.! mi alegría. una lecturd reciente me ha mostrado que un


:01" Uevó las cosas muy lejos en lo referente al masoquismo. lo más cerca
con un término expresivo tomado del texto de los fanta<¡mas sadianos. que
ahora no voy a recordarles.
posible del punto a donde trataré de lIevarlo~ este año de~e el punto de vista , I
Termino con un breve recordatorio volviendo a Jo que dije del a, de este
que es el nuesb'O. De todas forma-; este aruc.ulo. cuyo tl~lo les daré. sigue objeto. acentuando un carácter manifiesto en él y que conocemos bien.
si<ndo. al igual que los otros. estnctamente incomprensIble. porque la evi- aunque no nos diéramos cuenta de su importancia. Me refiero a la anato-
~ia que voy a enunciar inmediatamente está en él como elidida. mía. a propósito de la cual Freud se equivoca cuando dice sin otra preci-
Se ha conseguido no poner el acento sobre aquello que más chocante le sión que es el destino.
resulta a primera vista a nuestro fmalismo. o sea. el hecho de que la fun- La limitación a la que está sometido en el hombre el destino del deseo
dón del dolor interviene en el ma<¡oquismo. Se ha conseguido comprender se origina en la conjunción de cierta anatomía. la que traté de caracteri-
que no es esto lo esencial. En la experiencia analítica. gracia.. a Dios. se ha zarles la última vez mediante la existencia de lo que llamé las caducas.
logrado percibir que allí se apunta al Otro. que las maniobras masoquistas que sólo existen en e! nivel manúfero de los organismos. con lo que es
en la transferencia se sitúan en un plano que no carece de relación con el efectivamente el destino. a saber. la Ananki por la que el goce debe con-
Otro. Muchos autores no pasan de ahí. y caen en un illsight cuyo carácter frontarse con el significante. El deseo está condenado a reencontrar el ob-
superficial salta a la vista. por manejables que hayan revelado ser ciertos jeto en una cierta función que se localiza y precipita en las caducas y todo
casos al no llegar más allá de este nivel. No se puede decir que la función lo que puede servir como esas caducas. Este ténnino nos servirá para ex-
del narcisismo. por ejemplo. que destacó un autor a quien no le falta cierto plorar mejor los momentos de corte en que puede esperarse la angustia.
talento expositi\'O. Ludwig Heidelberg. pueda resultamos suficiente. confirmar que es ahí ciertamente donde emerge y dar un catálogo exhaus-
Sin haberles hecho penetrar en absoluto todavía en la estructura del fun- tivo de esas fronteras.
cionamiento masoquista. quise destacar la última vez. para que esa luz ilu- Terminé con un ejemplo clínico de los más conocidos. que ilustra la
minara los detalles del cuadro de un modo muy distinto. lo que no se ve de estrecha conexión. mucho menos accidental de lo que se cree. entre el or-
la meta del masoquista. Dicen - el ma'iOQuista apunta al goce del Otro. gasmo y la angustia. en la medida en que tanto el primero como la segunda
Como les he mostrado. esta idea esconde que de hecho. en último término. I ,
pueden ser definidos en base a una situación ejemplar. I~ de la e~pe~ del
se dirige a la angustia del Otro. Esto es lo que permitirá desbaratar la ma-
, Otro. La hoja. en blanco o no. que debe entregar el cafl(:hda~o es un cjelD-
~ ... el su,ieto por un 105tante. el a.
niobra. Del lado del sádico. observación análoga. Lo patente es que el sá- I plo sobrecogedor de lo que pue.......
e ser p... a ., .
dico busca la angustia del Otro. Lo que aquí se enmascara de este modo es
el goce del Otro.
Nos encontrarnos pues. entre sadismo y mao;oquismo. en presencia de
J
lo que se presenta como una alternancia. Lo que en cada uno de ellos está
en el segundo nivel. velado, oculto. aparece en el otro como meta. Hay
ocultación <k la angu~lia en el primer caso. del objeto a en el otro. No por
Depués de este repaso. vamos a mllar ~e a ... an7.ar un pocol~' Lo h::
ello se trata de un proceso inverso. de una inversión. El sadismo no e~ el í que quizás no sea. ya lo he dIcho, exactamente a que por
rev~ del masoquismo. No es una pareja reversible. La estructura es más por una v a . decir con esto.
compleja. Aunque hoy sólo aísle dos términos. pueden ustedes presumir. mismo habría decidido. Ya ver~.lo qu~ q:~ice la obs~rvación de hasta
A propósito de la conlTatrans,erencla. . modidnd Si se
qué punto la$ mujeres parecen mo,,·e~.::s ~~~;s~!: ~:Sumo. ~rque
de acuerdo con muchos de mis esquemas esenciales. que se trata de una
función de cuatro términos, una función cuadrádica. El paso de uno a otro
mu even máo; cómodamente en sus rá'
escn
que no vcan - o ITICJor
. dl'ch<)
.
se lleva a cabo mediante una rotación de un cuarto de vuelta. y no por una tampoco se mueven mal en la p cuca. aun . de restncción men-
llmetrla o inverlii6n. no articulen. pues ¿por qué no conL'ederles un poqUitO .
La última vez les indiqué que lo que se oculta tra... la búsqueda de la tal? _ su mecanismo de un modo del todo claro.
~gu~... del Otro en el sadismo es la bÚMjueda del objeto a. 1..0 califiqué
/93
/92
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

Se tr.lta. evidentemente. de abordar en este punto algo que es del orden


de la relación del deseo con el goce. Si nos remitimos a estos trabajos, p~_
rece que la mujer comprende muy, muy bien qué es el deseo del analista.
¿Como · es eso.')
Pard captarlo. tenemos que retomar las cosas en el punto en que las dejé
en este cuadro. diciéndoles que la angustia hace de médium entre el deseo
y el goce. Voy a aportar algunas fónnulas. en las que dejo que cada cual se
Sitúe de acuerdo con su experiencia. pues serán aforísticas - es fácil com-
prender por qué.
Acerca de un tema siempre tan delicado como el de las relaciones entre
el hombre y la mujer. articular todo aquello que puede hacer licita, justifi- 1
, ..i, .
cada. la permanencia de un malentendido obligado sólo puede tener el efec-
to degradante de pennitir, a cada uno de mis oyentes, diluir sus dificulta-
des personales. que se encuentran mucho más acá de aquello a lo que apun-
to, en la seguridad de que este malentendido es estructural. Sin embargo.
-- •
'-
si ustedes saben escuchanne. hablar de malentendido no equivale en abso-
luto a hablar de fracaso necesario. Si lo real siempre se da por supuesto. no
se ....e por qué motivo el goce más eficaz no podría alcanzarse por las pro-
,
,
l

I
pias vías del malentendido.
Lo único que distingue al aforismo del desarrollo doctrinal es que re-
nuncia al orden preconcebido. De estos aforismos. plantearé aquí algunas v./ '~ , -' .

fonnas. Elegiré pues. de entrada. el siguiente. que quizás les diga algo de
UD modo que dé menos lugar a una risita burlona - Sólo el amor permite
al goce condescender al deseo.
Plantearemos también algunos otros. que se deducen de nuestro peque-
ño cuadro, donde se muestra que el a. en cuanto tal. y ninguna otra cosa, es
el acceso, no al goce, sino al Otro. Es todo lo que queda de él a partir del
momento en que el sujeto quiere hacer su entrada en ese Otro.
Esto sirve para disipar eD última instancia el espectro. que todo lo en-
venena desde el año 1927. de la oblatividad. inventado por el gramático
Pichon. Dios sabe el mérito que le reconozco en gramática. pero es de la-
mentar que un análisis, por así decir. inexistente lo haya dejado enteramente .
! .. I
...,

a merced. en la exposición de la teoría psicoanalítica. de las ideas que te- /)"
., ,
nía previamente y que ti{) eran sino las ideas maurrassianas.
Cuando S vuelve a salir de este acceso al Otro. éste es el inconsciente,
o &ea. el Otro tachado. Como les decía hace un momento. sólo le queda ~ /(•.,,"'0 ump" ,·;.tl<l"
l>ibujl' ,1.. /~l/tJ
bacer de A algo cuya función metafórica importa menos que la relación de (1w'fl'Mlción ti, kun B,lbel/l. UtjQl.
caída en que él mismo se encontrará respecto a este a. Así pues, desear al
. Otro. A mayúscula. nunca es más que desear a.

/94
Francisco de Zurbarán. Santa Lucia.
MllUode &.llux-Ar/s, Charrr~s.
e FOfO RMNIIA/(iA'.,ki.
Fruncv.~'(} J~ Zurbtmín. Santa Águta.
MUSt!(1 Fui/re. Mtln,/~IIi ..r.
e FlIItllAumsIGiraud"nJBridgeman.

AFORISMOS SOBRE EL AMOR

Tanto para tratar del amor como para tratar de la sublimación. hay que
recordar lo que los moralistas de antes de Freud - me refiero a los de la
buena tradición, y especialmente de la tradición francesa. la que pasa por
el hombre del placer. cuya escansión les recordé - ya articularon plena-
mente, y uno de cuyos logros es conveniente que no consideremos supera-
do - que el amor es la sublimación del deseo.
De ello resulta que no podemos en absoluto servimos del amor como pri-
mer ni como último término, por muy primordial que se presente en nuestra
., teorización. El amor es un hecho cultural. No se trata únicamente de ¿ Cuán-
I
• ta gente no hllbiera amado jamás si no hubieran oído hablar de anwr?, COfOO
lo articuló muy bien La Rochefoucauld. es que no podría haber amor en ab-
soluto si no hubiera cultura. Esto debe incitamos a situar de otra manera los
arcos de aquello que tenemos que decir acerca de la conjunción del hombre
con la mujer. en el punto en que el propio Freud lo dice. al destacar que este
rodeo hubiera podido producirse de un modo diferente.
Continúo en mi vía aforística. Proponerme como deseante, trono es pro-
ponerme como falta de a, y por esta vía abro la puerta al goce de mi ser.
) El carácter aporético de esta posición por fuera tiene que bacérseles
manifiesto, pero hay algunos pasos más que dar. Creo que ustedes ya han
captado. porque se lo digo desde hace tiempo, que si es en el lugar del emn
donde estoy y donde abro la puerta al goce de mi ser. está claro que la de-
clinación más al alcance de esta empresa es que yo sea apreciado como
erómelws, amable. Esto es algo que. sin fatuidad, no deja de ocurrir, pero
aquí ya se lee que algo anda errado en el asunt~. . .
Esto ya no es un aforismo. sino un comentano. He c~ldo que debl~ ha-
cerlo por dos motivos. En primer lugar porque he comeudo una especIe de
pequeño lapsus de doble negación. lo cual debió ad\'erti~ de algo, y. en

-
·~.

segundo lugar. porque he creído entrever el milagro de la IncomprensIón
brillar en algunos rostros.
Continúo. Toda exigencia de a en la vía de esa empresa del encuentro
con la mujer - ya que he adoplaOO la perspectiva androcénuica - no p:
de sino desencadenar la angustia del Otro. preci~nte porque no h.'go
E.I Gran Bu..w./cmplo 7;JdO/·}i. Num. }"pón
f.') Michel Go/in.
él más que a. porque mi deseo lo a(:a. por así declf. Es cleftamente por e.'iO
por lo que el amor-sublimación ~rmite al goce condescender al deseo.
Aquí mi pequeño circuito de afonsmos se muerde la cola. .
'Qué nobles propósitos! Ya ven ustedes que no temo al ndículo. Esto
I . ' d
tiene para ustedes CIerto éd' .
alre e pr )(;3. y C
uando se avanza
. •
por este terreno
. p de todas forma,,> qwslera que se toma-
no se deja de correr tal nesgo. ero .
ran su tiempo antes de reÚ'1ie. Se lo agradeceré. y vuelvo a empezar.

/95
lA. ANGUS11A ENJ'RE GOCE Y DESEO AFORISMOS SOBRE EL AMOR

Hoy súlo volwré a empezar un ~reve i~stallle. pero déjcnme dar toda- Un pc!ne. que yo sepa. salvo en .eI hipospadias. no se limita a los cuerpos
\ia alguntlS pcqueñt.Is pasos. Esta misma vla que acaho de recorrer con un cavernosos. Esto es un parénteSIS.
10000l q~ les suena un poco h~mic(l. podel1ll~s ~omarla en la dirección opues- El hecho de no tener nada que desear en el camino del goce no solucio-
la. y enlOnccs \'eremo~ sur~lr algo que qUilas les parezca ~e .~n lono me- na en abl'ooluto para ellas la cuestión del deseo. precisamenle en la medida
IlllS conquistador y que conlanrumi. una vez má.... la no reverslhllldad de este en que la función del a desempeña en las mujeres todo su papel. lanto como
~"Ofrido. en nosotros. Pero esto. de lodos modo!>, les simplifica mucho la cuestión
En la vía que condesciende a mi deseo, lo que el Olro quiere, lo que del deseo - no nos lo simplifica a nosotros en presencia de su dc!teO. Pero
quiere aunque no sepa en absoluto que ~(l quiere, es. sin embargo Ilecesa- en fin. interesarse en el objeto como objeto de nuestro deseo I~ plantea mu-
riamenl\!' mi angustia. No bast;1 con deCir que la mUjer supera la suya por chas menos complicaciones.
ame)r. Eso hay que verlo.
Proc\!'diendo por la vía que hoy he elegido. dejo de lado - será para la Es tarde. Dejo la... cosas en el punto adonde he podido lIe\'arlll~. Este
pró:üma vez - cómo se definen los parten aires al comienzo. El orden de punlo e.'l lo suficientcmente tentador como para que muchos de mis oyen-
la... cosas en el que nos desplazamos siempre implica que vayamos toman- les deseen conocer la continuación.
do las cosas por el camino y a veces, incluso, a la llegada. porque no pode- Para :lpclnarle!> algunas de sus premisa'!, les diré que. si puede dar~e un
mns tomarlas en el punto de partida. tílulo a lo que enunciaré la próx.ima vez. sería algo así como - Dr 1<l.f ""
Sea como sea. si la mujer suscita mi angustia. es en la medida en que ladones de la mujer. como Ps;coQfUJliJta. con la posiáón d~ Don Juan.
quiere mi goce. o sea, gozar de mí. Esto. por la muy simple razón, inscrita
desde hace tiempo en nuestrd leoría. de que no hay deseo realizable que no J3 DE MARZO 01' 1963
implique la castración. En la medida en que se trata de goce, o sea. que ella
va a por mi ser. la mujer s6lo puede alcanzarlo casu....índome.
Que esto no lleve a la parte masculina de mi auditorio a ninguna resig-
nación en cuanto a los efectos siempre manitiestos de lal verdad primera
en lo que llaman. con un ténnino clasificatorio. la vida conyugal. La defi-
nición de una verdad primera no tiene absolutamente nada que ver con sus
incidencias accidentales. No por ello deja de ser derto que se clarifican
mucho las cosas si se la articula adecuadamente.
Abor4 bien. articularla como lo acabo de hacer. aunque ello coincida con
la experiencia más manifiesta. roza el peligro de que se vea aquello que en
el lenguaje corriente se llama una fatalidad. lo cual signilicaría que está cs-
crito. No porque lo diga debe pensarse que está escrito. Estas fomlas con-
!>lsle11 precisamente en entrar en detalles, o sea. en decir por qué. j
En relación con lo que constituye la clave de la función del objelo del de-
\OO. lo que salta a la vi~ta es que a la mujer no le falta nada. Sería un error con-
\iderar que el P~ni.fIl~id e.~ un último témlirK.l. Ya les ¡mundé que eSlo sería la
originahdad de lÓ que tr..ito de plantear este año aute ustedes sobre este punto. ...
El hecho es que en elite punto ella no tiene nada que desear. Quizás tra-
taré de articular ¡matómicamente por qué. La analogía clítoris-llCne está le-
jos de tener algún fundamento. Un clíloris no e~ simplemente un pc!n\!' más
pequeño. e~ una parte del pene. que corresponde a los cuerpos cavernosos.
197
XIV

LA MUJER. MÁS VERDADERA Y MÁS REAL

1iresias ugado
El agujuo. el vacIé>, t!llarro
A la mujer no le falta lUIda
Don Juan, sueño femenino
Luc)' Tower y su deseo

Para situarles la angu~tia•. anuncié que tenía que volver al campo cen-
tral ya trdZéldo en el SernlDano sobre la ética como el campo del goce.
Hoy daremos el pa.'iQ de tratar de articular por qué.

Cierto número de abordajes. en particular el que llevé a cabo el año del


Seminario que acabo de citar. ya les enseñaron que, por míticarnente que
tuviéramos que situar ese punto. debemos concebir el goce como profun-
damente independiente de la articulación del deseo.
El deseo. en efecto, se constituye má..¡ acá de la zona que separa goce y
deseo. y que constituye la falla donde se produce la angustia. Esto 00 sig-
nifica que el deseo no concierna al Otro implicado en el goce. que es el Otro
real. Es nonnativo. diría, que el deseo. la ley que constituye el deseo COlJl()
deseo. no llegue a concernir a este Otro en su centro. Sólo lo concierne
excéntricamente y de un modo lateral- Q minúscuIa. sustituto de A ma-
yúscula. O sea, lodos los Emiedrigungen.las degradaciones de la vida amo-
rosa indicada.~. puntuadas por Freud. son los efectos de esta estructura fun-
damental. que es irreductible. Ahí está la hiancia que 00 pretendemos en-
rnascarar. si. por otra parte. pensamos que complejo de castración y
Penisneid. que en ella florecen. no son en sí mismos los úIIimos términos
para designarla.

/99
L-\ A.NGUSTlA ENTRE GOCE Y DESEO
L4 MUJER. MÁS VERDI\DERA y MÁS REAL
La mujer demuestra ser superior en el dominio del goce. porque su
gran peligro. si es llamado a testimoniar ante Júpiter y Juno sobre la cues-
vin.:ulo .:on d nudo del deseo es mucho más laxo. La falla. el signo nt('nos
tión del goce es porque había sido mujer durante siete años. Y entonces.
~'On el que está marcada la función fálica para el hombre. y que hace que
¿qué dice? Que dirá la verdad. sean cuales sean las consecuencias. Corro-
su vínculo con el objeto deba pasar por la negativación del falo y el com-
boro. dice. lo que dicho ptlr Júpiter. El goce de la~ mujeres es mayor que el
plejo de castración - el estatuto dd (- 'f'~ en el centro del de~eo del hom- del hombre.
bre - . he aquí algo que no es pam la mUjer un nudo necesano.
¿Lo es un cuarto. o un décimo? Hay también versiones más preci~as.
Lo cual no significa que eUa carezca de relación con el deseo del Otro. Por
pero ptlCO importa la proporción. S610 depende. en suma. de la limitación
el l.'OntrJrio. con lo que se enfrenta es precisamente con el deseo del Otro en
que le impone aJ hombre su relación con el deseo. que inscribe el objeto en
cuanto tal. y ello tanto más cuanto que. en esta confrontación. el objeto fálico
la columna de lo negativo. Es lo que designo como (-IP). Mientras que el
sólo inte("\'iene para la mujer en segundo lugar yen la medida en que desem-
profeta del s,¡ber absoluto enseña a este hombre que él hor.lda su agUjero
peña un papel en el dese;;.l del Otro. Esto supone una gran simplificación.
en lo real, lo que en Hegel se llama la negatividad, yo digo otra c(}~. a sa-
Esta relación simplificada con el deseo del Otro es lo que pennite a la ber. que el agujero empieza en su bajo vientre. al meno~ si queremos
mujer. cuando se dedica a nuestm noble profesión. estar respecto a dicho remontamos a la fuente de lo que en él constituye el estatuto del deseo.
deseo en una relación que nos parece mucho más libre. sin perjuicio de cada Sartre. en este punto, post-hegeliano. no deja de deslizarnos. con lo que
particularidad que ella pueda representar en una relación. si puedo decirlo llamaré su maravilloso taJento para llevamos por el mal camino. una ima-
así. esencial. Esto es maniliesto cada vez que aborda el campo confusamen- gen que ustedes conocen muy bien. Es la de ¡Iquel niñito. que él pinta como
te designado como el de la contratransferencia. Si tiene esta mayor liber- un burgués nato - naturalmente. por aquello de darle un poco de vilfu al
tad. es porque ella depende menos esencialmente. lI'esentlich. de la relación asunto - y que. cuando hunde el dedo en la arena de la playa está imitan-
con el Otro que. en particular en lo que se refiere al goce. do. según él y a nuestra intención. el acro que seria el acto funuilITII:ntal.
Aquí. tras haber encarnado para ustedes el otro día el {/ en la caída de Puede ejercerse una i!lisión bien merecida cOnlrd lo que aquí constitu-
los ojos de Edipo. por fuerza tengo que recordarles a Tircsias cegado. ye una nueva fonlla del Jwmbreáto den/m del /romhrt. que ahora encama-
Tiresias. que debería ser el patrono de los psicoanalistas. Tiresias el vi- mos en el personaje de este niño sin damo~ cuenta de quc mem.:e tlldil~ Ial>
dente. fue cegado por la diosa ~uprerna. Juno. la celosa, que de esta fonna objeciones filosóficas que se le hicieron al mencionado hombrecito. Penl
se vengaba de que la hubiera ofendido en circunstancias que Ovidio nO$ en tino no ba\ta con la i!lisión. Esta figura que nos prest'nta S~ III1.~a. hace
explica muy bien en el libro tercero de las Metamorfosis. del verso 316 al resonar algo en el inconsciente. ¿Qué'! Pues hien. por Dio~. nada más y
\'erso 338. Le!> ruego que se remitan a este texto que. en una nota de TIerra nada menos que el deseo de que IOdo el cuerpíl sea tragado por el seno.de
Baldía. T.S. Eliot califica como de gran interés antropológico. la madre Tierra. cuyo sentido denuncia Freud como es de/1ldo cuando dice
Júpiter. un día en que por una vez tiene una relación relajada con su textualmente. al tinal de uno de los capitulos de Ht'flllnlln¡!. S\'mpIQm u"d
esposa. le dijo en broma que sin duda la voluptuosidad que ustedes, las m~­ Aflgst. que el retomo al seno mateIl10CS un fantasma de impotente. Por eSt!o
jeres. experimentan - es él quien habla - es mucho mayor que la expcn- ciertamente. el pupilo que Sartre se dedica a incubar en e<;t~ h(lmb~. y iI
mentada por el hombre. Entonces va y consulta a Tiresias. así, en broma. quien incita mediante toda su obrd a compartir de su CluSlencra la pesade!..
pue~ lo~ dioses no siempre miden las consecuencias de sus actos. Pero. a se dejar,¡ !iCf el falo. con acento en el ser. .
Pueden ustedes ver el falo en cuestión encarnándolo en una Imagen que
propmito. dijo él. ¿dónde tengo la cabeul? Tiresias fue mujer por siete años.
está al alcance de su búsqueda. la que s~ encuentra cx·ult.a en I/l.~ \'aJ\'a~ de
Cada siete años. la panadera mudaba la piel, cantaba Guillau~e
a~uell()s animalitos llanlados navajas. Estos, de Vel en cuando. ~ JXIU('na
Apollinaire. y Tiresias cambiaba de sexo. no por simple periodicidad. stnO
sacam;s la lengua en la sopera donde hemo~ colocado ~a ,n~c a. qu\:;~
debido a un accidente. Tra.. haber tenido la imprudencia de molestar a dos lleva a cabo como la de los cspárragll!-. con un lar))o cortapluma.' ~un ..
s.erpiente~ acopladas. las de nuestro caduceo. se encontró convertido en ie alambre que !iC introduce en el fondo de la are.na. No sé SI t( ~ usle-
mujer. Luego. al repetir el atentado. recuperó su primera posición. Sea cual P
des han visto c6mo ~a1en eS& 1ellguas de la's navajas. en oprstolllno:.. pero
sea el 'iCntldo de e!\ta'ó serpientes que uno no puede separar sin correr tan
201
lOO
.....
U .4NGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO
LA MUJER. MAS VERDADERA Y MAs REAL
~i no han tenido esta experiencia. es un espectáculo único que tienen que
de otra manera, cuando estar medio lleno es para un tarro lo oúsmo que e~1ar
ofrecerse. relacionado de fonna evidente con el fantasma en el que Sartre
medio vacío. Ello su¡xme que un tarro es algo que no pierde todas partes.
insiste en UI náusea. el de ver semejantes lenguas clavarse bruscamente en En todas las culturas, se puede estar seguro de que una civilización está
una muralla u otm superficie. todo ello inscrito en la temática de la expul- ya completa e instalada cuando se encuentran las primeras ceránúcas. A
sión de la imagen del mundo a una insondable facticidad.
veces contemplo en oú casa de campo una bellísima colección que tengo
Pues bien. ¿y luego? - podemos preguntarnos. Como se trata. al fin y al de vasijas. Manifiestamente. para aquella gente, en su época. de acuerdo
cabo. de exorcizar el cosmos tras haber socavado los ténninos fundamenta- con el testimonio de mucha... otras culturas. ésos eran sus principales bie-
les de la teología - considerando aquí la cosmología como de la oúsma ne·s. Aunque no podamos leer lo que está magníficamente, lujosamente
naturaleza - yo diría que este curioso uso de las lenguas no me parece la pintado en sus pareces, aunque no podamos traducirlo a un lenguaje arti-
buena vía. Pero mucho más que creer. como hace un momento. que está esen- culado de ritos y de mitos. algo sabemos - que en esta va~ija está todo.
cialmente duplicado. wesenf/ich - y hubiera querido sonorizar la palabra Con la vasija basta. la relación del hombre con el objeto y con el deseo está
para ustedes en muchas otras lenguas todavía - . me encuentro aquí ante cier- ahí toda entera. como algo sensible y que sobrevive.
to babelisrno. que acabará convirtiéndose. si me buscan Ia.~ cosquilla.... en uno Esto es lo que legitima aquel famoso tarro de mostaza que en su día hizo
de los puntos clave de aquello de lo que tengo que defendenne. rechinar los dientes de mis colegas durante más de un año, hasta tal punto
Sea como sea. esta referencia les indica por qué mi propia experiencia que yo, siempre gentil. acabé por devolverlo al estante de los potes de pa-
no es la misma. en cuanto a lo que uno ve. cuando es pequeño, en la playa, gamento. 1 y sin embargo, sabía CÓmo usarlo. Me servía de ejemplo porque.
o sea. cuando no puede hacer un agujero sin que surja agua. Pues bien. lo en la mesa - es notable - el tarro de mostaza siempre está vacío. como
confieso. es una irritación lo que también surge. pero en mí. ante la marcha lo saben ustedes por experiencia.
oblicua del cangrejo, siempre dispuesto a ocultar su intención de pellizcar- Sólo hay mostaza cuando se sube a la nariz.
nos los dedos. Es muy hábil. un cangrejo. Pueden darle carlas para que las Contrariamente de lo que se cree, no soy en absoluto tacaño en cuanto
baraje, lo cual es mucho menos difícil que abrir un mejillón. cosa que el al uso de los tarros. Lo digo porque recientemente se nos planteó un pro-
cangrejo hace todos los días - pues bien. aunque s610 haya dos cartas. blema de este orden. Piera Aulagnier. que es de espíritu firme. como saben
siempre tratará de mezclarlas. serlo las mujeres. aunque es esto lo que le hará daño. sabe muy bien que es
Así. dicen. por ejemplo. que lo real siempre está lleno. Queda bien. sue- lícito poner la etiqueta Confitllra de grosellas sobre eltarr(l que conUene
na con un airecillo que da crédido al asunto. un airecillo de aquí. el de un ruibarbo. Basta con saber a quién se quiere purgar por este medIO y espe-
lacanismo de buena ley. ¿Quién puede hablar así de lo real. sino yo? El rar, para recoger lo que se quería del sujeto. _
problema es que yo nunca he dicho eso. En lo real pululan los agujeros. has- De todos modos. cuando les traigo aquí esas batenas de laJTOS tan pre-
ta se puede hacer en él el vacío. Lo que yo digo es muy distinto, es que a lo ciosos no crean que es sin haber convertido muchos de ellos al desgua.:~.
,
Yo también . daba
en oús buenos tlempos. ' ., t . en que la <K;-
diSCUfliOS en c:ro~
real no le falta nada.
Añadí que. si se hacen tarros, incluso todos iguales. seguro que son di- ción, el pen~amiento. la palabra. cin:ulaban de tal modo que apestaban a
ferentes. Incluso es una enonnidad que, bajo el nombre de principio de in- simetría. Pues bien. todo acabó en la ba.~ura. _. '
. d' 10 arn'ba en la columna que conUene el atllng
dividuación. esto haga sudar tinta al pensamiento clásico. Vean en qué pun- Cuando pongo In/pe In/en ..'
'ba y en la de al lado, que contiene el pasaje al acto: SI
to se encuentran todav!a. Están en el mismo nivel de Bertraml Rus~ll, mo- OUI. en/ be/razo am . b ó y muy bIen
vilizando el tiempo y el espacio enteros para sostener la distinción entre los usted quiere. Piera. distingu~r ~I c~ de actmg OUl quet~ : : ; Iransf('mr-
observado si quiere usted dlstmguirlo (;ofiolo q~ u.s -erett
individuos. Reconozcan que es una bobada. . . .
..L l ' al por supuesto. es una idea dIstinta, suya.. que m
ela i1cf/Uwu - o I,;U •
Mi historia de tarros continúa. El tiempo siguiente es que su identidad. o
~ lo lIu!>tituible entre los tarros. es el vacío en tomo al cual está hecho un
tarro. y el tercero. que la acción humana empelÓ cuando este vacío fu~ ta- 1_ Por" ro/k: perwna ck ta que resulla dificil ck~nlhanlzB,r!:e· IN. det T)
chado. (Ydf'd llenarse con lo que constituirá el vacío del tarru de al lado, dIchO
203
202
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO LA MUJER. MÁS VERDADERA Y MÁS REAL

ser discutida - . sea como sea. a lo que se remitirá es a mi cuadro, porque He aquí una mujer que un día me dice que su marido. cuyas insisten-
in\'oca en e~ texto el emharazo en el que se había encontrado su sujeto. cias son. por así decir. fundantes en su matrimonio, la desatiende durante
Dado que este ténnino no se emplea demasiado fuera de aquí. es aquí don- demasiado tiempo como para que ella no se dé cuenta. En vista de la fonna
de habrá tomado nota de él. en que siempre acoge lo que siente de parte de él como una torpeza. esto
Como es manifiesto en la observación. al enfermo se le impidió que más bien la aliviaría. Entonces suelta una frase que de todas formas voy a
asistiera a la salida de su retoño por las puertas maternas, y fue la lurba- extraer de su monólogo. contando con que DO van a precipitarse ustedes a
ción por sentirse impotente para superar un nuevo impedimento de este saborear una ironía que me atribuirían de un modo del todo injusto. Se
orden lo que lo precipitó a provocar la angustia de los agentes del orden expresa así - Poco impona que me desee. con tal de que no desee a otras.
reivindicando por escrito el derecho del padre a lo que llamaré hylofagia. No llegaré a decir que es una posición común y regular. Esto sólo se
para precisar la noción representada por la imagen de la devoración de puede valorar partiendo de la secuencia de la constelación tal y como se
Saturno, Este señor. en efecto. se presenta en la comisaría para decir que desarrollará en las asociaciones que constituyen su monólogo.
nada en la ley le impide comerse a su bebé. que acaba de morir. Por el con- Así pues. habla de su propio estado. Habla de ello - una golondrina
trario. es c1ardmente el embarazo donde lo sumerje la calma que mantiene no hace verano - con una singular precisión. que pone perfectamente de
en este caso el comisario. que no nació ayer. y el choque de la turbación manifiesto que la tusmescencia no es privilegio del hombre. Esta mujer.
que quería provocar. lo que le hace pasar al acto. a actos que son como para cuya sexualidad es normal. cuenta lo que se produce en ella si. estando por
meterlo entre rejas. ejemplo al volante. se pone alerta ante algún automóvil que la hace decir
Entonces. no reconocer, cuando manifiestamente lo comprende. que yo para sí algo como ¡Dios mío, 1111 coche! Pues bien. inexplicablemente. en-
no podía encontrar una observación mejor para explicar lo que usted sabe, tonces se percata de una hinchazón vaginal. Esto es l() que le llama la aten-
lo que comprende muy bien. que ha puellto el dedo en la llaga. es un poco ción ese día, y advierte que. en ciertos periodos, el fenómeno se produce
traicionar!;e a usted misma, en respuesta a la aparición en su campo de un objeto cualquiera. del lodo
Esto. que por supuesto no se le puede reprochar a nadie cuando se trata ajeno en apariencia al campo sexual. Este estado, que no le resulta desagra-
de manejar las cosas tal cual se presentan. frescas y recién salidas. me au- dable. dice, que es más bien algo incómodo. cede por s( mismo.
toriza de todos modos a recordar que nú trabajo. el mío. sólo tiene interes Entonces - y me fastidia seguir con lo que voy a decirle. dice ella. eslO
si se emplea como es debido. o sea. no como por lo general se ha tomado no tiene ninguna relación. por supuesto -. me dice que ~ada una de sus
el hábito, el mal hábito. de hacerlo en la enseñanza - esto no va dirigido a iniciativas está dedicada a mí. su analista. No p/Ndo d~('Ir con,(agrOiÚlS.
usted, Piera - respecto a nociones que se agrupan en una especie de amon- añade. eso significaría hacerlo con UIU1 dett'mlin:zda finali~ad. fH'ro /w.
cualquier objeto me obli¡:a a im'ocarlo como testigo, m slqUI~rQ par~ oh-
tonamiento. sólo a modo de relleno.
tener de lo que veo su aprohación. no. simplemente lo mirado. y dICIendo
Este recordatorio era para indicarles lo que les da algo de derecho a velar . dI· f que t'fla mirada me aVud(1 Q
esto vo)' 1111 poco demasta o eJos. d'I,~amll.. .
por lo que les aporto y que he elegido para ustedes con tanto cuidado -
retomo mi discurso. hacer que cacla cosa adquiera /In St'nfldo, . '1 de
Entonces evocación irónica de su encuentro. en una époc8,J~\'eDl
, 'd d I útulo• . de Ia o bra de SIeve P~<·seU! Viwre un gran
muy cooocl(lo <L>. • •
su VI a. e . I de su VIda? Esta
atoor . Conoció esta referenl:la en algún otro /DOmen o. '
re u'n~a la hace remitirse al comienzo de su vida malnmoDlaJ, luego se
2 p g _. al]/' Y habla de lo que fue su primer amor. aquel que no se
remonla ma.\ a .. nlO separada pero
olvida. Se trataba de un eSludianle de qUIen se..~o ~ l pleno ~ntido
. . do na correspon..... ocla. en e '
con quien continuó manleruen l u 'b' ' ..:_.. erd en verdad. la cilO. un
Lo que ahora quiero decir en cuanto a la relación de la mujer con el g~e
de la palabrd. Y I odo o
1 que elJa e esen la.
"
un.... .. II que vo deseaba ser
y el de<;c:o. voy a tratar de hacérselo percihir, también yo. con una de ml~ tejido de mentiras, CredOO /1/10 o hilo un per.mMJe, ( .
obsen-aciones.
205

--. 204
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO LA MUJER. MAs \'ERDADERA y MAs REAL

panz il sin serlo en modo alguno. Fue. me temo. ulla empresa purtlmellle quiero conservar mi ojos, dice incluso que la mujer está más abierta a la
non-Iesca. y que proseguí cOllla mayor obstinación hasta elll·olvenne. dice angustia que el hombre. ¿Hay que creerlo? En verdad. lo que nos importa
~lIa. m UIUI especie de capullo. Y añad\!o muy graciosamente - Sahe us- es captar el vínculo de la mujer con las posibilidades infinitas o. más bien,
t~J. le costó mucho recuperarse. indeterminadas del deseo en el campo que se extiende a !lU alrededor.
Entonct:'~. vuelve a lo que hace (.~onmigo. Es todo lo contrario lo que Ella se tienta tentando al Otro, algo en lo que el mito también nos servi-
aqu( me esfuer:.o por ser. Me esfuerzo por ser tiempre verdadera con us- rá. Como lo muestra el complemento del mito de hace un momento, la fa-
ted. Cuando estoy con usted no escribo lino IIm·ela. Ltl escribo cumuJo no mosa historia de la manzana. cualquier cosa le sirve para tentarlo. cualquier
estO\' con usted. Vuelve a hablar sobre el ir tejiendo. siempre hilo a hilo, objeto. aunque para ella sea superfluo, porque. después de todo, esta man-
esa dedicatoria de cada gesto que no es por fuerza un gesto que supuesta- zana. ¿para qué la quiere? Para nada más de lo que la quiere un pez. Pero
mente me (.·omplazca. ni siquiera que sea acorde conmigo. No crean que resulta que con esta manzana ya es suficiente para que ella. el pececito.
fonaba su talento. Lo que ella quisiera. después de todo. no es tanto que haga picar al pescador de caña. Es el deseo del Otro lo que le interesa.
yo la mire. sino que mi mirada sustituya a la suya propia. ú> que reclamo Para destacarlo un poco más. diría que el deseo es cosa mercantil. que
es su ayuda. La mirada. la mía, es insuficiente para captar todo lo que hay hay una cotización del deseo que se hace subir y bajar culturalmente. y que
que absorber del exterior. No se trata de miramle hacer, se trata de hacer del precio que se da al deseo en el mercado dependen a cada momento la
por mí. forma y el nivel del amor. El amor. en la medida en que él mismo es un
Pongo fin a esta lectura. de la que me queda todavía una página larga. "alor, como muy bien dicen los filósofos, está hecho de la ideali.laCión del
Sólo quiero extraer una única palabra de mal gusto que se le escapa - deseo. Digo la idealización. I~)rque no era como de un deseo enfermo como
Estoy. dice. teledirigida. Esto no expresa ninguna metáfora. no hay nin- nuestra paciente de hace un momento hablaba del deseo de su marido. Que
gún sentimiento de influencia, créanme. Sólo traigo esta fórmula porque le importe. eso es el amor. Que no le importe tanto que él lo manifieste. eso
ustedes han podido leerla en los periódicos a propósito de aquel hombre no es obligatorio, pero forma parte del orden de las cosas.
de izquierdas que. después de haberse hecho arrollar en un falso atenta- A propósito del goce de la mujer. que merece ciertamente concentrar. en
do. creyó debemos dar el ejemplo inmortal de que, en la política. la iz- él toda clase de cuidados por parte de su pareja. y que ella sabe muy bIen
quierda siempre está. en efecto, teleguiada por la derecha. Por otra parte obtener. la experiencia nos enseña que la impotencia del partenaire puede
es precisamente así como puede establecerse una relación estrechamente ser muy bien aceptada. así como sus fallas técnicas. porque la ~os.a se pone
paritaria entre ambas partes. de manifiesto igualmente en ocasión del fiasco. como no! lo hiZO obSC'rv:u-
Entonces, ¿adónde nos lleva todo esto? A la vasija. La vasija femenina. Stendhal. En caso de que esta impotencia sea duradera, SI se ve en 31 800
.
caso que un mUJ'er se procura. tras cIerto .
uempo. al gu na a)'uda consldera-
.
¿está vacía, está llena? Qué importa. si se basta a sí misma. aunque sea para udor fUI'"
.
da más eficaz. al parecer es más bIen por una especIe . de p . ,-- que
consumirse umtamenre. como se expresa mi paciente. No le falta nada. En
no se dioa que eso le es negado. por el mouvo que SC'a.
ella la presencia del objeto está. por así decir, por añadidura. ¿Por qué? • t' '1 . sobre el masoqUlS-
SI' ustedes recuerdan mi~ fórmulas de la u IJm3 vez. .
Porque ~'ta presencia no está vinculada a la falta del objeto causa del de- . . .. sea eIIlllLO¡(lI;¡tll~-
mo. destinadas. como verán. a devolver al masoqwSJTlO. ya . 'dad de otrO
SCQ, al (-19) con la que está ligada en el hombre.
mo del perverso. el masoquismo moral o el fcmenm~ ~u ~~ acerca de
La angustia del hombre está ligada a la posibilidad de no poder. De ahí modo inaprehensible. si recuerdan ustedes lo que he ~13C
el m.ito. tan masculino. que hace de la mujer el equivalente de una de ~us
cosullas. Le han quitado esa costilla. no se sabe cuál, y por otra parte no le la ocultación. por el g~e del Otro
:e -.::1
g;~~::~:::~:'~~erán
Otro - . de una angus~ que trata I . :quiere un senudo muy distinto.
'b do 31

falta ninguna. Pero está claro que en el mito de la costilla se trat" precisa- ustedes que el masoquIsmo .emenlno a
mente de ~ objeto perdido. La mujer. para el hombre, es un objeto hecho
con cso. bastante irónico. y otro alcance. i" se capta que e~ preciso plantear
Dicho alcance SI.~lo es posIble atrapaJ O.SI rdftt~<ma masculmo.
La angu~tia existe también en la mujer. Kierkegaard. que debía de" tener . . ' l '
en 5U pnIKlplO que e ma.o;oq •uismo femenmo es un , ... ......,
algo de la naturaleza de 1ire~ia.'i. probablemente mM, que yo, porque yo
107
206
LA ANGUSTJ.4 ENTRE GOCE Y DESEO LA MUJER. MÁS VERDADERA Y MÁS REAL

S~gundll punlo. En ~ste fantasma. y en r~lación a la estructura maso- Hecha esta observación. que e!> conclusiva. entranlOs en el ejemplo que.
qui~a imaginada en la mujer. es por procuración CO~lO el ho~bre hace que en suma. me encuentro en posición de hacerles aprovechar. gracias al fa-
su I!oce se sostenga mediante algo que es su propia angustia. Es lo que vor que todos le debemos a Granoff por haberlo introducido aquí.
m:~bn.' el objeto. En el hombre. el objeto es la condición del deseo. El goce
depende de esta cuestión. Ahora bien. el deseo. por su parte. no hace más
que cubrir la angustia. Ven ustedes. pues. el margen que le queda por reco-
rrer pard estar al akance del goce. . 3
Para la mujer. el deseo del Olro es el mediO para que su goce lenga un
objeto. si puedo ex.presamle así. conveniente. Su angustia no es sino anle Para comprender lo que Lucy Tower nos dice en su artículo acerca de
el deseo del Otro. del que ella no sabe bien. a fin de cuentas, qué es lo los dos varones que estu\'ieron en sus manos, no creo poder encontrar me-
que cubre. Para ir más lejos con mis fórmulas. diré que en el reino del jor preámbulo. se lo he dicho. que la imagen de Don Juan.
hombre siempre está presente algo de impostura. En el de la mujer. si hay He vuelto a trabajar muchas veces para ustedes sobre esta cuestión en
algo que corresponda a esto. es la mascarada, como ya dijimos en su estos tiempos. No puedo hacerles recorrer sus dédalos. Lean aquel libro
momento en referencia a un artículo de Joan Riviere. pero es l:ompleta- execrable de Rank titulado Die DOII lllan Gesla/I. Es un embrollo, pero si
mente distinto. ustedes disponen del hilo que voy a darles. esto les parecerá mucho más
En conjunto. la mujer es mucho más real y mucho más verdadera que claro. Don Juan es un sueño femenino.
el hombre. porque sabe lo que vale la vara para medir aquello con lo que se Lo que haría falta alguna vez es un hombre que fuese perfectamente
enfrenl3 en el deseo. porque pasa por allí con la mayor tranquilidad. y por- igual a sí mismo. como la mujer puede vanagloriarse de serlo en cicna for-
que siente. por así decir. cierto desprecio por su equivocación. 2 lujo que el ma respecto al hombre. Don Juan es un hombre a quien no le fallaría nada.
hombre no se puede permitir. No puede despreciar la equivocación del de- Esto es perfectamente sensible en ese término al que tendré que vol\'er a
seo. porque su cualidad de hombre consiste en preciar. propósito de la estructura generdl del masoquismo. Casi parece un canJelo
Dejar que la mujer vea su deseo. evidentemente. es a veces angustiante. !>ubrayar la relaci6n de Don Juan con la imagen del pad~e en laOlo que no
¡,Por qué? Les ruego. de paso. que observen la distinción de la dimensión castrado. Quizás lo sea señalar que se trata de una purd Imagen femenma.
del dejar ver respecto del par del voyeurismo y el ex.hibicionismo. No sólo Esta relación se lee pcrfeclamenle en lo que usledes pue,den encontr~ en
está el mostrar 'j el ver. está. para la mujer. el dejar ver. cuyo peligro proce- el dédalo y en algún rincón en Rank. Si conseguimos re'acwnar:'o con '1er1~
. . yd
estado de los tnltos i 'ntos. Do n Juan ......
e os .... n1'>"sentaria
_. . nos dice - y aqUl
de. como mucho. de la mascarada. Lo que en el caso de la mujer hay para
dejar ver. es que hay, por supuel>lo. Si no hay gran cosa. es angustiante, pero su olfato lo guía _. a aquel que. en épocas pa~adas. e~ cafXIl. de dar e : :
es siempre lo que hay. mientras que para el hombre dejar ver su deseo es sin por ello perder la suya. La famosa práctica del der~~ho~; m~ d' t J'C',

. , d . -aben es mlll~·a. ue slIcer o e


esencialmente dejar vcr lo que no hay. como la existenCia. que como uste es s •. ,
' en ('slO Pero Don Juan <:~ una
Así. vean u!>ledes. nu crean que esta situación. cuya demostración pue- desOorador de la primera noche. se bas arían :. . co-
.' . Id e su efe(.·lo IIldu<;o en qUienes no
de parecerle~ bastante compleja. deba considerarse tan desesperada. Si se- bella hlsl<ma. que funCIOna y.pn uc, .~ . ntes del canlll moz.ar.
gur.unente no les presenta la cosa como fácil. ¿pueden ustedes ignorar el nocen todas sus genlilezas. SIIl duda. no ;:,t~;:d~ F(~"ro que en Don
tiano. y hay que encontrarlas más bien en s
acceso al goce que procura para el hombre?
De todas rOrtDru. todo esto es muy manejable si de ello sólo se espera Gitwollni. . rca de Don Juan es que la
La huella sensible de lo que les pl~leo ~N da para ~I. pero 11 ros-
felIcidad.
e:
compleja relación del hombre ~(~n ~Iob/::~ de :n Juan está ligado a 13
la de aceptar su Im~stura rddlca!, ~ hf g. empre en el lugar de otro. E.~.
aceptaci<Ín de dicha lmposlura. El es a Si
por así decir. el objelo absoluto.
2. MjpfT~ dr tU mlpriM!. IN. <lel T.I

208
L4. ~\NGUST/A ENTRE GOCE Y DESEO LA MUJER. MÁS VERDADERA Y MÁS REAL

Obserwn que no se dice en absoluto que él inspire deseo. Si se desliza cosas en toda su inocencia y su frescura. Pero el primero se manifiesta de
en la cama de las mujeres. está ahí no se sabe cómo. Incluso se puede decir una fOnTIa que no se distingue tanto de la del otro.
que él mismo tampoco lo tiene. Está en relación con algo frente a lo cual Ambo~ la fatigan con su fonna de mascullar. con su forma de detenerse
debe cumplir con cierta función. L1ámenlo odore di femmina y nos llevará a media frase. su cin:llmstantiality. lo cual significa que todo lo cuentan.
lejos. Pero el deseo tiene tan poco que ver en el asunto que. cuando pasa el con su fonna de repetir. con sus minucias. En fin. sea como sea. ella es
odon? di femmina. es capaz de no darse cuenta de que es Doña Elvira. o sea. analista. Y lo que observa en el primero es su tendencia a atacarla en su
aquella de quien está harto. quien acaba de atravesar la escena. potencia de analista. En cuanto al segundo. más que de destruirla como
Hay que decirlo. no es un personaje angustiante para la mujer. Cuando frustf'<mte, se trata de ir a obtener de ella un objeto. Sobre este particular se
sucede que una mujer siente que es verdaderamente el objeto en el centro hace a sí misma la observación de que quizás sea porque el segundo es más
de un deseo. pues bien, créanme. de esto es de lo que en verdad huye. narcisista. En verdad. como pueden advertirlo quienes tengan algo de cul-
Ahora vamos a entrar. si podemos. en la historia de Lucy Tower. tura. esto no concuerda con las otras referencias que podemos tener acerca
del narcisismo. Por otra parte. no es tanto el narcisismo lo que aqui está en
Tiene dos hombres. quiero decir en análisis. Como ella dice. manten-
juego respecto de ella. sino lo que se llama la vertiente anacütica. como la
drá siempre con ellos relaciones humanamente muy satisfactorias. No me
propia analista lo verá a continuación.
hagan ustedes decir que el asunto es simple, ni que ellos no tengan todas
Por largo. por fastidioso que sea el camino recorrido tanto con uno como
las de ganar. Ambos son neurosis de angustia. Al menos es el diagnóstico
con el otro sin que nada ponga de manifiesto la eficacia del análisis de transo
con el que ella. se queda luego de examinar todo detenidamente. Estos dos ferencia. aun así, de todo eso. nos dice. subiste en ella algo que DO tIene
hombres tuvieron. como es debido. algunas dificultades con sus madres. y nada de profundamente desagradable. y las respuestas cODtratranS~eren­
con susfemale siblings, lo cual significa hermanas. pero situadas en una dales que percibe como las suyas propias no supe~ en abM>luto. dice. el
equivalencia con los hennanos. Ahora se relacionan con mujeres bien ele- IíllÚte de lo razonable. más allá de las cuales se hubIera expuesto ~ extra-
gidas. se nos dice. para ejercer cierto número de tendencias agresivas y viarse toda analista femenina que. con tales personajes. no estuvIera en
otra... y para protegerse de una tendencia. por Dios. analíticamente indis- guardia. Ella lo está. y muy especialmente.. .
cutible. hacia el otro sexo. En el caso de estos dos hombres. dice ella. yo Muy especialmente. tmtándose de su primer pacIente. p~~ atencIón a
estaba peifectamente al tanto de lo que ocurría con sus mujeres. yen par- lo que ocurre en su mUJer. . Vela por esta u'Iu· ma de' un modo qUIzá.~ _un .poco
ticular que eran excesivamente sumisos. poco hostiles y en cierto sentido más preciso. Cuando se entera de que la esposa ti~ne un ~queno ~2~n~
. tá I que teJ1ll8 que esta mUjer u.;nva
excesivamente devotious. y que ambas mujeres. nos dice. porque se pone te psicosomático se dIce que no es ma.
. '..
. b' fi 'acj'
al f hay una angustH¡ J(~n IJ a.
directamente a examinar las cosas con prismáticos, que ambas mujeres es- ra un poco hacia la pSICOSIS. pero que. I~ . . uaI P mucho que
taban frustradas por la falta de una suficientemente non-inhibiled Luego. no piensa más en ello y I~ sltUaclón'~~:I/: en ~o:~uenda. cl
. 1 rre en la trans,ereUCla y ..... u · •
masculine assertiveness. de UIUl forma suficientemente no inhibida de {lftr- analIce todo o. que ocu. uede hacer en su análisis de ~~ confllclOS
morse COIOO hombres. En otros términos, no se las dan de hombres lo sufi- uso que el pacIente. el pnmero. p , ~, . teJlCión y las rompensacioDeS
. obtener de su analIsta maS a .
cienle. Aqui entrarnos en el meollo de la cuestión. ella se fonna su propia con su mUJer. p a r a . dee lao¡ cosas siguen SIII avanT.llf. .
idea del asunto. de lo que nunca encontrO en su ma • . . to y hará 8Yanzar Ia.\ COsal- ?
· denará el mO\'lrruen
. Qué es lo que deJ;eJlC3 al' r el que se: da cuenliJ de
En (:uanto a ella. por supuesto. sin saber que en todo esto corre el riesgo (, . t' De ella la an ISla. po
Un sueño. nos dIce. que le . .... n tan mal con esa esposa.
de entramparse. se siente muy protective. un poco excesivamente protectil'e. gur o que la." cosas ~ a y8 ,
que quizás no sea tan se. . 11 la a:nalista. exce~ivamente bIen.
aunqu~ de un modo diferente, nos dice. En el caso del primer hombre, pro- En el sueño. esta mUjer la a\;og~ a e 3. .v u'e"" ninguna inlención de
tege ~n poco demasiado a su mujer. En el segundo caso. un poco demasia- 1 f poSIbles que ...,1 .... .
le muestra de t~. as .onna\io '10 cual hasta ahora fonnaba parte de los
do a el. Lo que la tranquiliza es que ella se siente mucho más atraída por el torpedear el anáhsl~ de su mno. . "_1 lodo dispuesta a adoptar. res-
.,egundo. y ello porque el primero tiene. de lodas formas, algunos .
presupueslos de t asun o. I Y que ella esta ""
pJychmexual problemJ no tan atrayentes. De todas fonnas hay que leer las
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L-\ ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO ú\ MUJER. MÁS VERDADERA Y MÁS REAL
-
pt!'I.·to a la analista de su marido. u~a actitud que llamaremos. para traducir sferencia a partir del momento en que su propio deseo se vio implica-
la alluó~fera del sueño. cooperalJva. Esto le pone a la analista la mosca tran
d _ como ella misma destaca con parucu . Iar val ' - y en una funclon
enlia .,
~trás de la oreja. Comprende que hay algo que es preciso revisar por com- ~ la que se encuentra en posición de rivalidad tercera con personajes de
pkto en su l'Oncepción de su paciente. que en verdad ese tipo trata de hacer :u historia. Entonces. soporta las consecuencias de este deseo, hasta tal
en su vida de pareja todo lo necesario para que su mujer se sienta mejor. di- punto que experimenta lo que los analistas engloban bajo el nombre de
cho de otra manerJ. que el deseo de este buen hombre no va tan a la deriva, carn'-over. que significa prórroga y designa el fenómeno en que los efec-
que el muchacho se toma en serio a pesar de todo. que hay alguna forma de tos de la contratransferencia son más manifiestos. Es cuando sigues pen-
~1Cuparse de él. En otros términos. es capaz de jugar el juego. de tomarse por sando en un paciente mientras te encuentras con otro.
un hombre. algo cuya dignidad hasta ahor.! le había sido negada. Sin embargo. nos dice. cuando casi había llegado al final de mis fuer-
Cuando hace este descubrimiento, cuando vuelve a centrar su relación zas. todo desaparece de la forma más divertida. amusingly, y repentina. Al
con el deseo de su paciente, cuando se percata de que hasta ahora ha des- irse de vacaciones en ocasión de una de sus pausas anuales. se percata de
conocido dónde se situaban las cosas. puede llevar a cabo verdaderamente que no le queda nada de este asunto. Eso ~o le interesa en ab~lu.to. Se e~­
con él una revisión de todo lo que hasta ese momento. en ella, se ha desa- cuentra verdaderamente en la posición mítica del Don Juan mas libre y ete-
rrollado en el engaño. Se descubre que las propias reivindicaciones de reo cuando sale de la alcoba donde acaba de hacer de las suyas.
transferencia han sido una impostura y, a partir de este momento. nos dice. Una vez producidos esta escisión y este despegue. ella recupera su efica-
1000 cambia. cia. su adaptación al caso y. si puedo expresarme así. la implacable. de~nudez
Pero todo cambia. ¿cómo y en qué sentido? de su mirada. Le había sido preciso lOmar la medida de su relación con el
Hay que leerla para comprender que es a partir de ese momento que el deseo y percatarse de que éste. por complejo que podamos suponerlo - ya
análisis se le hace particularmente duro de soportar. Todo tiene lugar. dice. que ella indica claramente que también tiene sus proble~as - .• nunca es. al
en medio de una tempestad de movimientos depresivos y de rabia desnu- fin y al cabo, algo con lo que uno pueda mantener las distanCIas.
da. como si el paciente me pusiera a prueba a mí. la analista. pedazo a pe-
dazo. Si. por algún instante de inatención, nos dice. alguno de esos pedad- En este punto continuaré la próxima vez.
tos DO huhiera sonado verdadero. si alguno hubiera sido de imitación. sen- 20 DF. MAR10 ()6 1963
tía que mi paciente se habria hecho pedazos todo él. Aunque no lo ve todo.
sin embargo sabe nombrar de qué se trata - es. dice. sadismo fálico verti-
do a un lenguaje oral.
¿Qué no!; llama la atención aquí? Dos cosas.
En primer lugar. los propios ténninos empleados continuan lo que les
he designado como propio de la naturaleza del sadismo. o sea. que la hús-
queda sádica apunta al objeto y, en el objeto, al pequeño fragmento faltante.
Una vez que ha sido reconocida la verdad de su deseo. es ciertamente de
una bú.<;<¡ueda del objeto de 10 que se trata en la forma de comportarse el
paciente. cuyas anomalías señaladas como poco atrayentes son ciertamen-
te de orden sádico .
.En !iCg~ndo lugar. situarse en la línea por la que pasa la búsqueda del
objeto sádICO no el; en absoluto ser masoquista. Nuestra Luey Tower no se
rqlfOC~ de nada semejante. y nosotros tampoco tenemos ninguna necesi-
dad de Imputár<;elo. Simplemente. atrae sobre sí una tomlenta. y por parte
de un personaje con quien sólo se puso verdaderamente en relad6n en la
213
212
..0=----- --

xv
UN ASUNTO DE MACHO

Luc)' Tower y la comedia ed{pica


Lo que falta. un a.mnto de macho
ú) que /Jaman ridiculommre la --.;..<...
~nn.""",
Una vasija sin interior. ni exterior
Lo cirruncisibn. una in.ftirución

Entonces, vayamos directamente al meollo del a~unto.


. Voy a plantearles una pregunta colectiva. Quienes, debido a las vaca-
c I(~nes escolares, no puedan asistir a nuestra cita el próximo miércoles que
le\ anten la mano.
Bien. Entonces, no habrá seminario el próximo miércoles ru' el' .
te d I ' • slgulen-
. e a semana llamada de Ramos. ni el siguiente. de la semana llamada
de Pascua. Así. seguiremos e1 miércoles de la semana llamada de Quasi-
modo, o sea. el 24 de abril.

Retomo las cosas por nuestra Lucy Tower,a quien tomé como ejemplo.
desde cierto ángulo. de lo que llamaré las facilidades de la posición teme-
nina en cuanto a la relación con el deseo.
Ellérmjno facilidades tiene aquí un alcance ambiguo. Digamos que una
menor implicación en las dificultades del deseo le permitió J"aU)lllIf en la
posición psicoanaJítica. si no de un modo más sano. al menos con más li-
bertad. en su articulo sobre la CODD'atr.msferencia.
Debido a lo que ella llamó aquí. bastante sanamente. su coalralr.ln.o;(erencia
y que yo llamaré su autocrítica inlema se dio cuenta de que babía descuidzdo
algo de lo que se podría llamar la justa apreciación o \.-enlrlll1lienlo del deseo
de su paciente. EIJa no nos aporta propiamente lo que le dijo en aquellllOfDClJ-

215
L-\ .-\NGUST/A ENTRE GOCE r DESEO UN ASUNTO DE MACHO

Ill. nos rlil-e tan solo que tomó en consideración una vez más las e '
- . so y de un modo que para ella es al/lusinJfl)' sudden. tan sor-
, 'al d I ' . xIgen, stan a un pa, . • . ' d
(ias tmnsterenct' es e aque paclcnte. pero esta vez poniéndole las. cosas e · .1 omo divertido en su caracter repenttno, se percata de que. es-
Prenucnte c . . ' R
en su punto. . d I · ... l) la cosa no dura tanto tras la finalIzacIón de las sesIOnes. e-
pué~ e llU ,
Ahora bien. al hacerlo. por fuerza le dio la impresión de que era .se nSI-' so la y piensa en otra cosa. . .'
ble a aquello mismo que acababa de descubrir - a saber. que él se DeU _ p P é? Sabe !nU\! bien que por mucho que él busque. nunca ha SIdo
. d ' que es mas 'casero
de lo que resulta en su círcu- pa
¿ or qu , J , • ,
ba mucho mas e su mUJer. . '6 .1 "ue .'ncontrase Se trata precisamente de esto. que él se de cuen-
cuestl n ue ., ~ . . "
lo conyugal y que elJa no lo había sospechado - . y el paciente no pudo ta de que nO hay nada que encontrar, porque lo que ~s el,~bJeto de ~a, bus'
sino trJducir esta rectificación. al parecer. en los siguientes términos - su queda para el homhre, para el deseo macho. sólo le lonCleme. por así de-
deseo. el del paciente. está mucho menos desprovisto de influencia sobre cir. a él. I
su analista de lo que él creía. y no está excluido que sea capaz. hasta cierto Tal es el objeto de mi lección de hoy. Lo que busca es (-Ijl). o que a
punto, de someter a su deseo a esa mujer, su analista - en inglés. lO !iIOOp. 11' le falta - pero esto es una cuestión de macho. ,
doblegarse. Slze sroops lo conquer, título de una comedia de Shcridan. Esto e ap 'parte ella sabe muy bien - déjenme decirlo y no se entusla~-
or su • . I
es. al menos. lo que Lucy Tower nos refiere en sus propios términos. tene- men ustedes _ que no le falta nada. O mejor dich~. qu~ la lonna en que a
mos que confiar en ella. falta interviene en el desarrollo femenino no esta artlculadu en el pl~
Ella destaca igualmente que ni por un instante es cuestión de que esto donde la busca el deseo del hombre. cuando se trata pr(~planJen~e para él
se produzca. A este respecto, está de sobra en guardia. lo ware off, no es un d la búsqueda sádica que acentué de entrada aquí este ano. consIstente en
bebé - ¿y cuándo lo es una mujer? Pero la cuestión no es ésta. Mediante h:cer que surja aquello que en la pareja debe estar en el lugar supuesto de
esa rectificación. que le parece una concesión. una apertura que se le ofre- la falta. EU '. I muy bien en
ce. en verdad el deseo del analizado es puesto de nuevo en su sitio. Ahora De esto es de lo que él tiene que hacer su duelo. a ~~u a h ' 1
. . .' . . tr l'l' 'o del duelo, Eluene que a~er e
bien. el problema es que dicho lugar. él nunca ha podido encontrarlo. Esto el texto lo que hICIeron Juntos. es ese .,a aJ l' medida en que la pmpia
es. su neurosis de angustia. duelo de querer encontrar en ,su pareJ~ -,~n 'a~rdema~ladoquéhace-
. ., mo una parela femeOlna. Sin s . al
Lo que entonces encuentra ella en el paciente, lo dijimos la última vez. analista se sltua co ' . ' ,. damenlal del hombre. l'
su propm 'fal ta (- q;. ) l'a 'astración pnmana. un • b' 16g"
' la de Ia.\ partICU-
,
es que se desata su furor. Quizás no estaría mal que volviera a tratar sobre l,;,
tede' el ruvel de su f31Z 10 Ita.
ello un poquito. como se la designé a us s en l ' 'ó '11 -te nivel de la esCala animal,
de la copu OCI n e •., Q ,
Esto la somete a presión. Es scrutiniz.ed. escrutada. escrutinizada. como laridades del instrumento 000 irá bien. nos dice Lucy Tower. ¿ ue
~ dice en inglés. lo cual le hace sentir que no puede pernlitirse la menor Una vez que haga este duelo. I .t buen hombre. que num'a
, ._ ' po<! elnOS entrar con es e di'
desviación, Soy puesta a prueba. dice ella. trocito a trocito, y si pareciera slgmhca esto. SinO quc r 'tl'rán ustedes llamar la come a
'1 lo que Ole penOl .
por un instante que no soy capaz de responder. pues bien. es mi pacienl e ha alcanzado este O/vc . en f' 1""" Il"jen h/::.o wdlJ ".f¡J.
reímo~ - /lt' PI 1'''
quien ~ haría mil pedazos. edípica? podrcmos em~zar n sd' h . II·cmpo. 3cuérden.o;c de Jones y
I ' hemos de e acc: ' .'ó roo-
¿Qué significa esto, sino que. habiendo buscado el deseo del hombre. De esO se: trata, o sa . . l' :cnda en la mtervelKl n .
. kommen, la ~()mp al l' ,m¡edla
lo que encuentra en él corno respuesta no es la búsqueda de su deseo. el de la mortllisches EIIlgegen d I ley Vamos a J'('presentar ,1 L' .
ralo Si c:~lá castrado. es a causa ~ ~Ó~llS. resulw l·onocldo. e:;lá MlUa-
el~ es la bú.~ueda de a. del objeto, el verdadero objeto? Aquello que está
la le~·. Ahí nos enconu'rullOS maS str buc:n hombre Illmll los canu-
en juego en el deseo. que no es el Otro. sino ese resto. el a, Es lo que ella de J • el deseo de nue, {) I mili del
do En suma. hc aquI que ' , do una ve7, má., que a no
suan
mi!itrulllama tener nuü mnsoquisl/lo de lo que crefa. '. d por la ley, dcmo
~ dIgo esto porque lo escribe así. Por supuesto. se equivoca. Ella no nOS bien traza os 'sma cosa. .,
dcseo Y la ley son una sola y rru: dar el pa.~ ~igUlenle.
e ..tá hecha en absoluto para entrar en el diálogo masoquista, Su relación con .. He dado a entender lo suficleOhlC parhbal 00 de la diferem:ia entre lo que
el Otro, el Otro paciente. el Otro macho _ que ella yerra hasla tal punto. (. no es !>ufiClenle.
' r qpo u e no . e a, ....a) .'racias a c~le due IQ.
C('IfOO van a Ver - . lo demuel.tra suficientemente.
Ah . " se ha Iranquea... co
había antes y la ctap¡1 que.
y aguanta hastante bien. aunque resulte agotador. Simplemente. cuan-
do ~ acercan la!'. vacaciones. ya no puede más. FeJi1.rnente. las vacaciones 217

216
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO UN ASUNTO DE MACHO

Pues bll~n. lo que había antes I!ra pmpiamente la falta. ' Él estaba agobia_ de ser más' fuerte , más deseable, que la madre
trata, . '
- porque en!>eguida se
do por la carga. por el peso de su (- IP)· Era desmedidomenle pecador _ da cuenta de que el tiempo está de s.u lado - . SIOO de tener el objeto. ~
acuérden...e del uso que hice en su momento de este pasaje de San Pablo. a insatisfacción que está en Juego en la estructurd del deseo es. SI
pro fu nd . , "
Doy. pues. el siguiente paso. puedo expresarme así, precastral1va. SI n:sulta que ella se IOteresa propla-
ente en la castración (- IP), es en la medida en que entra en los problemas
;e1 hombre, Es secundario. E... deulero-fálica. corno lo articuló Joocr. con
mucha pertinencia.
2 He aquí alrededor de qué gird toda la oscuridad del debate. a fin de cuen-
tas nunca resuelto. !'oobre el famoso falicismo de la mujer. debate en el que
todos los autores están igualmente en lo cierto. a falta de saber dónde se
encuentra verdaderamente la articulación. No pretendo que u. ¡ledc~ la c(~n­
La mujer no tiene ninguna dificultad ni. hasta cierto punto. corre riesgo
serven. presente e inmediatamente silua.ble. en sus. mentes. pero ten go.lO:
alguno buscando lo que es el deseo del hombre.
tención de conducirlos a1li por los sufiCientes carrnnos como para que a1h
Con todo. en esta oca"ión. no puedo sino recordarles el pasaje célebre. que
donde esto ocurre ustedes acaben sabiendo y sepan dónde sc da un ~tll
cité bace tiempo, del texto atribuido a Salomón. Se lo doy en latín. que es
cuando se teoriza. .
corno tiene todo su sabor - Tria sullt difficilia mihi. dice el rey de la sabidu- En la mujer, es inicialmente lo que ella no 1It'tu! lo que con~utuye al
ría. el quartum penillls ignoro. hay cuatro cosa" sobre las que nada puedo principio el objeto de su deseo. mientras que. en el ca.\() del humhre. es lo
decir. porque no queda de eUa... huella alguna, viam aquilat, in cae lo, del sur- "ue él no es y en qué punto desfallece. .
co del águila en el cielo, de la serpiente en la tierra. del navío en el mar. y .. '. 1 . he! hecho avanzar por la "ía del fanta.\nJa de Don Juan,
Por este motl'iO es . nde al
"¡am "in in adult'scenlula. y de la huella del hombre en la muchacha. Nin- Si el fantasma de Don Juan es un fantasma fememDO. e~ porque rcspo
guna huella. anhelo d~ la mujer de una imagen que de\empene ~u fUlnc~~~: ~~~~~
Se trata, aquí. del deseo y no de lo que ocurre cuando es el objeto en h nbre que lo tenga u l'wu .....
fantasmática - que haya uno. un, Uf '. . rdltd __ lodaH3
cuanto tallo que se sitúa en primer plano. Esto deja pues de lado los efec- , '. . descoO()Clmlento endente de la fea ' . .
de la expeneocla. es un edn 'nlcrlll. l.o que implu.:a ~'Isa-
tos sobre la adulescentula de muchas cosas, empezando por el exhibicio- más. que lo tenga sIempre. quc no ~ufan:rna e.\ que nmguna mujer puede
nismo y. detrás de esto. la escena primitiva. Se trata de otra cosa. mente la posición de DIl~.J~a1en~ lo ue ~llicne en común ((mili mU¡eJ. a
Entonces. ¿cómo hay que tomar las cosas para concebir lo que ocurre arreb¡¡társelo. he aquí lo eSCOCI _. 1 . 'lmllado porque: no lo lIenc.
en la mujer. respecto a lo que sospechamos. o sea, que tiene su vía de acce- quien. por supuesto. nu puede ser e ~edel de~ell masculino e~ que e:.c ob-
so a la falta? Lo (.Jue la mujer ve en el homenaJ .1. • . _ \C con\'iertll en PIUPle'
'-s en lIueslr()~ IcrmIOO~ .
Nos machacan bastante los oídos con la historia del Penisneid. Aquí es jeto seamos pru den... . á lo que .n:ahcl de pl3nlellf. un
donde considero necesario acentuar la diferencia. dad suya E~to no significa nada ni ~ qued'd de O~jri) tal c~ el objeto
Por supuesto, para ella también hay constitución del objeto a del deseo.
rn~ de ~ue no se pierda. El miemhro ~r 'EOte mll~l f'u~d;lIl1ental de la
la' lodia de 13 mUJer. -, d
Resulta que la" mujeres hablan. Habrá quien lo lamente, pero es un hecho, de la bÚMjueda Y de ¡;us b la mujer es suliC/enlcrm-nlc e~uca'
dialéclica sexual entre el hum re 'l. . rt 111 expcrienda p~l¡;olót!I'" de
Ella. por lo tanto. también quiere el objeto, e incluso un objeto tal como el Nlr toda una tradid{m, Y. por otr3 pa e· . "'fa C'n 1m es.:rilO~ de: Paul
que ella no tiene. Esto es ciertamente lo que Freud nos explicó, su reivin- do ,.. .d e tiene e~ta pa lal> b ~
la mujer. en el ~enll o q u . Illpre pien!Oll que un !¡(lm re .
Bourget. noS dice q~e una ~~= I~Og::nliza que hay un hombre que 00
dicación del pene seguirá vinculada hasta el tinal a la relación con la ma-
dre. ~ sea, con la demanda. En la mujer. el objeto a f>e constituye en dcpen- extravía con otra mUJer. Don
deOC13 re~pecto a la demanda. Ella sabe muy bien que. en el Edipo, no se se pierde en ningún caSO. {)rma~ pnvjh:giada~. lÍpiea.~. de reloOlver ~I
Hay evidentemente otra\ e '1 Q para la mujer. hay otro fanla.\rna. SI
difícil problema de la relación clln e
1. fau". IN del T.l 219

218
L-\ ANGUSTIA E/l/TRI:: GOCE }' DESEO UN ASUNTO DE MACHO

u!'t~s quieren. pero no le surge naturalmente. no lo ha inventad II


- 'p'ldamente por la .'1amma de la unión del vientre con sur. dos
' . o e a. lo que pasaba ra
encuentra rrtldy-made. Para que despIerte su mterés. es preciso que ella .1 '0010 en un momento de vértigo ante lo que ve.
mus os. c . -'fi bl má'
tenga CII~na clase de estómago. El niño. por su parte. pobre idiota. mlfa el ~queno gn Ito ~ro e li-
E!'toy considerando. dentro del orden de lo normal. aquella clase d · vagamente sobre si ahí hay algo extrano. Luego. tendra que apren-
co. D uda . ' . d"
dura f~micadora cuyo más nohle ejemplo nos lo proporciona Santa Ter ~ der. a su propia costa. que eso que tiene ahí n? eXIste. qUIero ecu en com-
sa de A\ ila. Otro acceso. éste más imaginario, nos lo proporciona el ti~ aración con lo que tiene papá. c?n lo q~e ~Ie~n los hermanos ~ayores.
de la enamorada de los curas. Un paso más y tenemos a la erotómana. La ~tc. Ya conocen ustedes toda la pnmera dlal~ctlca .de la companlclón. ~­
diferencia está en función del nivel donde colapasa el delieo del hombre ués aprenderá que no sólo es que eso no eXiste. smo que eso no qUiere .sa-
ron lo que él representa. más o menos imaginario. como enteramente con- ~r nada. o más exactamente. que eso hace lo que le .da la gana. ~or decirlO
fundido con el a. od tendrá que aprender paso a paso. en su expenencla mdlVldual. a ta-
He mencionado a Santa Teresa de Á vila. tamhién hubiera podido hablar ~h;io del mapa de su narcisismo. precisamente para que pueda empezar a
de la bienaventurada Marguerite Maríe Alacoque. que tiene la ventaja de servir de algo. . . . .
No digo que sea tan sencillo. sena msensato atnbullmel~. po~que. por
permitimos reconocer la propia forma del a en el Sagrado Corazón. En
, ueslO naturalmente. también está el hecho de que. por aS! decIr. cuanto
cuanto a la enanlorada de los curas. no podemos decir. lisa y llanamente.
:Xs se h~nde la cosa. más vuelve a la superficie. E.~te juego es. a fin de c.uen-
crudamente. que baste con la castración institucionalizada para establecer- "1 . .' del apego homosexual o sea - Juego a que qUIen pIerde
lo. pero de todos modos. en esta dirección. plantearemos que el a en cuan- taso e pnnclplO ..
to tal. perfectamente aislado. es puesto en primer plano y que se le propo- garw. . rito a darles una indicación. pero que se acerca a lo que
ne como el objeto elegido de su deseo. En lo que se refiere a la erotómana. Con esto m~ ~ . . fundamental de lo que llaman
les han podido mdlcar. acerca de I~ estructura el vínculo homosexual. es la
no es preciso que el trabajo esté preparado. lo hace ella misma. ridículamente perversIón. A cada mstante, cn . me esta castración. El ob-
Nos encontrarnos pues. de nuevo. en el prohlema anterior. o sea. qué po- . . e"o El homol>Cxual a~u .
castración lo que esta en JU "". . . l edi"~ en que merde.
demos articular de la relación del hombre con esos diversos a tal como se . 1( 'P) Y ~I gana es en a ID U<I ,.. '1 .
jeto del Juego es e - . ' ., . onstituyó un problema la u u-
proponen. o se imponen. y de los que se dispone más o menos. como aquello Voy a ilustrar lo que. para mI sorpresa. c
que da su estatuto último al objeto del deseo en su relación con la castración. ma vez cuando les recordé el tarro de mostazat' me diJ'u _ E.ffaho hien
Les pediré que vuelvan por un instante a mi estadio del espejo. articularmente aten o. ' ...1
Uno de mil> oyentes. P i n o nos ofl'nd(tJm(ls denliJSUJUo.
En otra época. pasaban una película hecha en Inglaterra. en una escuela aquel tarro de mosta:.a. al men~St~:;'~~a cuestión dd conlttnido. lo l/e·
especializada. esforzándose por hacer coincidir la genética psicoanalitica pero resulttl que ahora usted :m
con lo que podía proporcionar la observación del niño. El valor de este do- IUI hasta la mitad. ¿y con qué, .
cumento era tanto mayor cuanto que aquellas imágenes se habfan tomado Vamos. pues. . . ' ma ue define al Homo fa«r. Mletl-
sin la menor idea preconcebida. Habían cubierto tooo el campo de lo que EI- <p es el vacío de la vasIJa. la nus ~ el hom~~. !dn duda. el
• . . ' rdiahnenlc una h ! J · . fun<Jarnen-
se puede observar de la confrontación del pequeño baby con el espejo. lo tras que la mUjer es pruno lado en la especIe humana. uene chic
cual confirmaba plenamente. por otra parte, los datos iniciales y finales que alfarero. Incluso ya sólo por estedi ~ el hilo e~ para la agUja Ct~ ~
yo había aportado. 10 aquel estribillo - como ~s ce 'Iende ser nalural. No es JllJl .
Recuerdo que e!>ta película fue una de las últimas cosas que se presen- para el muchacho. R.eferen<:la qu~r apariencia de la ~asija. y.e\1(ic:nle~~
taron en la Sociedad Psicoanalítica de París antes de que nos separáramos. mujer se presenla. sm duda. con . al HQftfO ¡abe, en cUC:SUÓIl. el altarero·
La separación e~taba mu) próxima. y quizás por ello fue vista con no de- es esto lo que engana al ~~entJlre'conlener el objeto tic: su ~ D-
'I' .maoina que esta va.'ilj3 puede . c'itá inscrito en nuestr.t expene
masiada atención. Pero yo mantenía toda mi presencia de espíritu. y toda- E. se 1 " . . adónde nos lIe\'a C!'to. " I digo toda apa-
"fa rttuerdo aquella imagen sobrecogedora que presentaba a la niruta frente Pero vean bIen .' lo .:ual ~13 a lo qUC' es
. l "'-mos deletreado paso a paso.
al espeJO. Si hay algo que concrete la referencia a lo no especularizable que cia. o.'"
destaqué el año pa..,ado. c:> ciertamente el gesto de aquella niña. su mano 111

220
V\ ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO
UN ASUNTO DE MACHO

rienda de dedu~ción o de reconstrucción. La cosa fue advetida .


. .
-
• SIO duda. rar se a ello. de un modo. cienamente. algo confuso. a falta de toda
partiendo del lugar correcto en la.. prenusas. pero fue advertida mu h
. . . c o antes . 1 .ón d'laléctica, pero en fin. habla esbozado e fenomeno
a consag ' 1 ' que cal'fi
I 1-
artlCU aCI . '
de \."()mpren~r q~ slgmfi~aba. La presencIa fanta<;mática del falo en el fon- caba como R(mdbevonuRunR. elección preferenCIal en el campo fenomé-
\k-, de la vasIJa. qUIero decIr del falo de otro hombre. es un objeto cotidi' . anall'tl' co en cuanto a los fenómenos de borde.
de nuestra experiencia analítica. No tengo necesidad de volver una vez ~ mcO . ed ndo
El borde de la va.<;ija de la castracIón es un bo~e lotalme~te r o .
a Salomón para decirles que dicha presencia es enterdJTIente fanta<imáti:. ue no tiene ninguno de los complejOS refinamientos en los
mUy f r anco • q .' C' il
Por supues~o. hay cosas que están en la ~asjja, y ~uy interesantes para que los introduje a ustedes con la banda de Moeblus. Sm embargo. es ac
el deseo. por ejemplo el huevo. Pero en fin. este provIene del interior. y nos introducirlos. Basta con hacer ~ue se ~nan dos punto~ opuestos del borde
demuestra que si hay vasija es para complicar un poco el esquema. El hue- de la vasija. invirtiendo a medIo c~mIDo las superficIes. de tal fo~ q~e
vo puede sacar alguna ventaja de los encuentros preparados por el malen- como en la cinta de Moeblus. y nos encontramos ante una \aslj3
se u nan . 1 ex
tendido fundamental. quiero decir que no resulta inútil que se encuentre allí que permite pasar con la may~r comodidad de la cara mtema a a cara -
con el espermatozoide. Pero, después de todo. la partenogénesis futura no tema. sin tener que franquear Jamás el borde.
está excluida. Mientras tanto. la inseminación puede adoptar formas muy
distinta... Por otra parte es en la trastienda donde se encuentra la vasija ver-
daderamente interesante. el útero. Es interesante objetivamente. lo es tam-
bién psíquicamente. al máximo - quiero decir que, en cuanto la materni-
dad está presente. bao;ta ampliamente para captar todo el interés de la mu-
jer. En el momento del embarazo. como todo el mundo sabe, todas esas his-
torias del deseo del hombre pasan a ser ligeramente redund.1ntes.
Entonces. vayamos a nuestra vasija del otro día. nuestra humilde vasija
de las primeras cerámicas. e identifiquémosla con (- ¡p). Es la vasija de la Estmctura de las jarra.{ a (la botella de Klein)
ca<;lraCión.
En una pequeña vasija vecina.. déjenme poner por un instante, para la
... las J' arras a y ahí es don-
demostración. lo que para el hombre puede constituirse como a minúscu- . produce en Ia.<; otras vaslJltas. •
Esto es Io que se
la. el objeto del deseo. de empieza la angustia. uede bastar para reproducir. Lo que
Es~ dos vasijas están ahí para un apólogo. destinado a destacar que a, Tal metáfora. por supuesto,.~o P .. al tl'ene la mayor relaCIón con
el objeto del deseo. sólo tiene sentido para el hombre cuando ha sido verti- . 1 \"aslJlta ongm ..'
hay que explicarles. que a la lenda sexual. el surgmUenl O m-
do de nuevo en el vacío de la castración primordial. Io q ue está en juego en E cuanto a po 'e de imáaenes - chinas.
1 ue toda una sen e-
El primer nudo del deseo macho con la castración sólo puede producir- termitente de su fuerza. s o q fácil mostrarles. de una erolO-pr?pe-
se a partir del narcisismo secundario. o sea. en el momento en que a se se- japonesas y otras - que sed: una erótica. hace fácilmente acces~bl~.
para. cae de ira), la imagen narcisista. Hay un fenómeno que es el fenóme- déutica. incluso propiamente d nuestra CU\!Ul"d gran cantidad de Ima-
no constitutivo de lo que se puede llamar el borde. Como les dije el año pa- ría difícil encontrar en
TampocO se: -'-o.

sado a propósito de mi análisis topológico. no hay nada más estructurante genes de este upo.
.
. . "ase nos permite captar de ..qué mv..."
que la forma de la vasija. la forma de su borde. el cone mediante el cual se No es e....to lo angusuante. El traS 't .. "" .. dentro de la "asIJa de me-
el hecho de !tI u... .- I tanto me-
aísla como vasija. el a adquiere su vaIor por ¡ nos-o La vasija está por o "
En un tiempo lejano, se esbozaba la posibilidad de una verdadera lógi- nos-phi y por el hec~ de ser. aq~~,;¿: Ilen~ Pero. corno les dije 13 uIU:
ca rehecha de acuerdo con el campo psicoanalítico. Está por hacerse. aun- dio vacía al mismo ue':'tr~~~a'\C lo esencial. sino el de la ItlIJIsfigUI1lC
que ya Ie..'\ he: dado moL.. de una muestra _ de lógica pequeña y grande - , vez, no es el fenómeno
dIgo lógica 'J no dialéctica. Alguien como lrore Hermann había empezado 2Z3

222
L·\ ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

de la \'¡lSija, Si la vasija se toma entonces anguslianle, es porque el .


'h
-
. 'd o por Ia castración original, a vIene
UN ASUNTO DE MACHO

3
a rellenar a medIas el ueco conSlJtul
Todavía es preciso añadir que este a viene de otra pane. y que sól
constituye por mediación del deseo del Otro, Ahí es donde vol\'e o se No sé. Stcin. en qué punto se encuentra usted del comentario que lleva
, 1 &' b' d Ib mos a
encontrar la ~guslJa. y a ,o~a~, Igu~ ~. or~e d~ la otr~ \'asija que. a cabo sobre Tótem y tlIbú, pero esto podría llevarlo a arurdar también
tal como esta hecho. no perrmte dlstmgUlr nI mtenor nI extenor, Moisés)' el monoteísmo. ,
La angustia. pues. se constituye y toma su lugar en una relación que'
' , se Creo que no podrá evitarlo. y entonces se quedará wrpre~dldo por la
instituye más allá del vado de un pnmer lJempo, si puedo expresarme asi. forma en que se escamotea por completo el, pr~bl~ma. SIII ,erobar~o
de la castración, Por eso el sujeto sólo tiene un deseo en lo que a esta caso estnIcturante como pocos. de saber si algo en la InstitucIón mosaIca r~fleJ.a
tración primera se refiere - volver a ella, el complejo cultural inaugural. y qué función tU\'O a este respecto la InSU-
Tras la intenupción que tendremos. les hablaré eXlensamente del ma- tución de la circuncisión, .
soquismo. hoy no hablaré de él. Si quieren ustedes prepararse para escu- En todo caso. por fuerza tendrá usted que comparar la ablaCIón del pre-
charme hablar a este respecto. les doy ahora mismo - es un lapsus por mi pucio con este extraño objeto retorcido que un día le puse entre la~ mano!>.
parte no haberlo hecho antes - la indicación de un artículo, precioso entre matena , l'IZado. para que viera cómo se estructura ew una vez realIzado en
todos porque se alimenta de la experiencia más substancial. cuyo autor es forma de un trocito de cartón, Se trataba del resultado del corte c~ntral.~el
alguien de quien puedo decir que estoy desolado por el hecho de que las cross-cap. en la medida en que aisla algo que se define como enc~ac~6n
circunstancias me hayan privado de su colaboración, Se trata del articulo de Io no especu. lan'zable Es lo que puede ,tener que ver con la constItución
de Grundberger. Esqllisse ti 'une théorie ps)'cho-dynamique du masnchisme. de la autonomía de la a minúscula del objeto del ~eseo, . I
en el número de abril-junio de 1954, n° 2, del tomo XVIII de la Rel'ue u • algo parecido a un orden pueda introdUCIrse en el a~uJe~~. en e
Q lO , ' d', l s lo que la circuncISIón en-
frant¡aise de ps}'chanal.'I'se, Que yo sepa. no creo que se le haya dado a este fallo constitutivo de la castraCIÓn pnmor la. e I .o._ •• __ de la cir-
, ' d al bra Todas as l·()OrUCnau.u
artículo el destino que merece, aunque se publicara en Londres con los fas- cama. en el sentido propIO e esta P, a ' f ': de los pn'mordiales ac·
'6 'tual mcluso ro u~a, .
tos de la Fundación del Instituto de Psicoanálisis, A qué se debe este olvi- cuncisión. la con tiIguracl n n " da ' ' bo mueslran que tiene la rela-
do. es algo que no trataré de dilucidar, cesas iniciáticos en los que es II~\ ,a ,a c3 l' h,ieto del deseo,
, . I ormatl\'lzaclón de o J -
Verán ustedes indicado en este artículo - sólo lo invoco para mostr'dJ'- clón más eVIdente con a n memos a una ley que a una
I~ enseguida el valor del material que en él podemos obtener - de qué El circunciso es consagmdo - consa~d I u Por otra parte. aquí nos
. IO Y por eso se tr'dta e .
modo el recurso a lo imaginario de la castración. a un quisiera que me los cierta relaCión con e IrO. d rtar el fuego de la .fun[¡ghl.
al que preten o apo , "
conaran. puede aparecer como una salida apaciguadora. saludable. para la encontramos en e I pun to, .
n un A que e~ta 11 1,
h' el Dios de la trnuICIl1n
angustia del masoquista, acerca de lo que se sostiene e .
Encuentro aquí sólo una indicación del tiempo primordial de la castra- judeocristiana, ed.io tan judaico ,,'Croo el del P.~iCN-
so
Causa enonne ... . rnrcsa que. en un m _.....: ... ~ u=
. mil \'cces rcCOIIIU,"'" "--de
ción. en tanto que el sujeto vuelve a él. en tanto que pasa a formar parte de 'do 't rrogados tell.t~ cien , b'
su mira, Ciertamente. no es éste un fenómeno que apone en absoluto la úl- nálisis. no hayan SI ,rt'lII e . parle _
de la Refonna. por a!á dcclf. Y a.'itU
tima palabra sobre esta estructUf'd compleja. y por otra pane ya he dado las los Padres

de la IgleSIa hasta los ,e:> '000 de la ContrJl1'C'fOfTll3,
, decIr el pen .. _...L-
sufiCientes indicaciones como para que sepan que. en cuanto a los víncu- el siglo XVIlI. con ,esto qmero . I XVII del ~ncsis se retíere al "" .... u:r
Lo que se nos dIce en el capltu o.' 'ó l Inedida en que forma pam
los de la angustia con el ma'>oquismo. apunto a un punto del todo distinto a d 1 'ircunclsl n en a l ' ,
fundamental de la ley ,c a e la. Este capítulo h~'e ~emont~. al ~ns-
prop{><;ito de la turbación momentánea del sujeto. ,
del pacto que Yahvé hace en la zar. S' duda a la ,tillca clI.cgttlca este
He aquí algo que nos devuelve a lo que destaqué al final de uno de miS
titucilln de la circuncisión a Abrahamal' IronUY se~sihlemente postenor a la
Úlh~ ~minarios ~pecto a la circuncisión, d'do sacerdot . '
pasaje le parece un aña l ,
215

224
U .4NGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

tradil:ión jehovátil.:a y elohística. o sea. los dos textos'


primitivos de I~q~
- UN ASUNTO DI:: MACHO

. .
se \."Ompont"n los hbros de la ley. felizmente. tenemos testimonios más directos de la circuncisión de los
Tenemos. sin embargo. en el capítulo egipcios. Tenemos dos testimonios que llamaré iconográficos - ustedes
. XXXIV el famoso . episod'mq~
no carece de humor. sobre el rapto de Dma. hennana de Simeón y de Le . me dirán que no es mucho.
hija de Jacob. Se trata. para el hombre de Siquem que la rapta. de ohtene VII. Uno es del Imperio Antiguo. está en Saggarah. en la tumba del médi-
de sus hennanos. Simeón y Levf exigen que se circuncide - No pOden: ~ co Ank.hmahor. Se dice que es un médico porque las paredes de la tumba
•. '. os están cubiertas de figuras de operaciones. Una de estas paredes n(J~ mues-
entrega: nuestra hennana a u~ .I~cucunclso. sen amos deshonmdos. Aquí
tra dos figuras de la circuncisión, de las cuales les he representado la de
hay. eVidentemente, superposlclon de ambos textos. En efecto, no se sabe
la izquierda. No sé si he conseguido hacer legible mi dibujo, que se limi-
si es uno solo el que se hace circuncidar. o todos los siquemitas a un tiem-
ta a destacar las líneas tal como se presentan. He aquí el niño que está
po. Desde luego. esta proposición de alianza no podía hacerse únicamente
siendo circuncidado. He aquí el órgano. Un niño que hay detrás lo sostie-
a título de dos familias. sino de dos razas. Todos los siquemitas se hacen
ne en sus manos. porque es necesario. Un personaje que es un sacerdote.
circuncidar. Resultado, quedan inválidos durante tres días y los otros apro-
acerca de cuya calilicación no voy a extenderme hoy. está aquí. Con la
vechan para degollarlos. mano izquierda sostiene el órgano. con la otra este objeto oblongo que es
Es uno de esos episodios encantadores que no le entraban en la caheza
un cuchillo de piedra.
al Sr. Voltaire. y que le hicieron hablar tan mal de este libro admirable en Este cuchillo de piedra. lo encontramos también en otro texto que hasta
cuanto a la revelación de lo que se llama propiamente el significante. ahora ha resultado completamente enigmático. un texto hfblico que dice
Con todo. es como para hacemos pensar que la ley de la circuncisión que tras el episodio de la zar/.3 ardiente. cuando Moisés se entera de que
no se remonta sólo hasta Moisés. Me limito a destacar los problemas que a han desaparecido todos aquellos que. en Egipto. recordaban el asesinato de
este respecto se plantean. un egipcio. por él perpetrado. puede volver. Vuelve. pero durante el lI'IIyec-
Ya que se trata de Moisés. y Moisés es reconocido en nuestra esfera too cuando se detiene - de antiguo se traduce en I/nll p{lSada. pero de-
como egipcio. no sería completamente inútil plantearnos qué ocurre wn las jémoslo _ Yahvé lo ataca para matarlo. E... todo lo que se dice. Entonces
relaciones entre la circuncisión judaica y la circuncisión de los egipcios. su mujer. Séfora. circuncida a su hijo. que es un niño pequeño. y. tocando
Esto me sirve de disculpa para prolongar todavía entre cinco y siete minu- con su prepucio a Moisés. que por su pane no est,i circunci<bdu. lo p~­
tos lo que tengo que decirles hoy, para que no se les pierda lo que he escri- va misteriosamente mediante esta operación. mediante este contacto. !kl
to en la pizarra. ataque de Yahvé. quien entonces ce~a en ,;u ataque.. .
Cierto número de autores de la Antigüedad hablan de la circuncisión de los Se dice que Séfora circuncida a su hijo con un cuchillo de plC~dr.... Volve-
. -"'0... más tanlc nnnlUC' tam-
egipcios.. En particular. el viejo Heródoto. que sin duda a veces chochea pero mos a encontrar este cuchillo cuarenUl y Uln tos iUl • • ~, .. ., .

que resulta muy valioso. no deja la menor duda en cuanto a que en su época. o bién está todo el episodio de las ordaHa.~ impue~1a.~ a los ~glpclt),\. ~¡¡,~ ~II::
la as cuando en el momento de entrar en la lIerra de Cana.'ÍlI. Josue m:: .
sea una época muy baja pard Egipto. los egipcios en conjunto practicaban la p g. • . 'h'JJ d piedrd y cin'unci<b a todlls lo que aqUl
circuncisión. Lo destaca tanto que incluso articula que a quienes lodos los esta orden - Toma tu ,ut: loe . . han .: ..1-.
· d C .. -""- Se rrata de qUlellC's ILlCJUU
scmi~ de Siria Yde Palestina deben esta costumbre es a los egipcios. Se ha están. que van a entrar en la uerrd e cu ...... •· .•.• •
durante los años del desierto. durante los cuales no han SIdo 'IrcU/}I;IJo~
~ mucho al respe<:to y, despué.<; de todo. no eslarnos obligados a creerle. . b é . d de enciJ1lll de \'\JC:\ll'3 cólhea - cu
Yah\'é añade - Ahora ha r retira o .
También lo plantea. extrañamente. a propósito de los colquidianos. de quienes. did« el de~precio de los cglpclOS.
se trlIduce por levantaffil. suspen J - I " ó .•- utih7..vlos
afi~ serian una colonia egipcia. pero dejémoslo. . . lrque tenga a IOtencl 11 U<:
Les recuerdo estos textos. no p< . I deseo o la neccSI-
Griego como es y en su época. sin duda. no puede ver en ello más que todos. sino con el fin de suscitar en ustcdes al menos e .
una medida de higiene. Destaca que los egipcios siempre prefieren el he-
dad de remitirse a ellos. I h'II() de Pl·cdr.t Indica. por lo
cho de ~1ar limpios, karharoi. al de tener una bella apariencia. En esto. d ten"o en e cut: I .
Por el Olomento. me e "'. . .' ó t' ene un urigen muy antiguo.
Heródoto. COn1(l buen griego. no nos disimula que circuncidarse es siem- menos. que la ceremonia de la ClrcunclSl n I
pre. de Itldo!. modos. desfigurarfle un poco.
227
226
LA ANGUSTIA ENTRE GOCE Y DESEO

E!'tll lo confirma el descubrimiento - por parte de Eliot Smith. cerca de


Luxor si mal no recuerdo. pmbablemente .
en Naga-ed-Deir - de do s Ca-
. .
dá"eres que lk'van la huella de la ctrcunclslón y que corresponden al _
nodo prehistónco. . o sea. no estan. mODll'fiIcados de acuerdo con las formpe
-
que permiten datarlo~ en la ~stona. . P as
or SI. solo, e1 cuchillo de piedra asig-
naría a esta ceremoma un ongen que por lo menos se remontaría a la era
neolítica.
Por otra parte, para que no quepa ninguna duda. tres letras egipcias. estas
tres. que son respectivamente una S, una B y una T, SeBeTh. nos indican
expresamente que se trata de la circuncisión. El signo que está marcado
aquí es un hápa.,<. sólo se lo encuentra .~quí. Parecería que es una forma
borrada. gastada. del determinativo del falo. que encontramos mucho más
claramente inscrito en otra..; inscripciones.
Otra forma de designar la circuncisión figura en esta línea. que se lee
FaHeT. F,la víbora cornuda. La H aspirada que es también el signo que está
aquí. la placenta. Aquí. la T, que es la misma que ven ahí. Aquí, un LA S CINCO FORMAS
determinativo que es el determinativo de la ropa - les ruego que tomen DEL OBJETO a minúscula
nota porque volveré a referirme a esto - no se pronuncia.
Aquí. otra F. que designa el. PaN significa prepucio. Con la N. una N
que es la preposición de, esto significa antes de que yo haya sido separado
de mi prepucio. Po significa ser separado de su prepucio. Esto tiene igual-
mente toda su importancia. porque la circuncisión no tiene que ser tomada
simplemente como una operación. por así decir. totalitaria. Un signo, el ser
separado de algo. está propiamente articulado en una inscripción egipcia.
En vista del valor. el peso que se da en estas inscripciones. si puede de-
cirse así, a la más mínima palabra. el hecho de que se mantenga al prepu-
cio como ob~to de la operación. al igual que aquel que la ha sufrido. es un
matiz que les ruego adviertan. Volvemos a encontrarlo en el texto de Jere-
mías. tan enigmático y tan ininterpretado hasta ahora como el que les he
mencionado hace un momento. en particular el de la circuncisión de su hijo
por parte de Séfora.

Crw haber esbozado lo suficiente la función de la circuncisión - no sólo


en su'! coordenadas de fiesta. de iniciación, de introducción a una consagra- j
ción especial. sino en su estructura de referencia a la castración a partir de I
sus relacione!> con la estructuración del objeto del deseo _ como para poder
avanzar ~ con ustedes el día en que les be dado nuestra próxima cita.

27 DE MARZO PE 1963
XVI

LOS PÁRPADOS DE BUDA

lA causa, s(ncopa d~1 objno


lA c~n~(fJ €k Úl an~uslia
ÚJS jud(os y la /unción a d~1 ".flO
.
, •
.~
El masoquismo criJliano
¿ Homb" o muj~r?

~~ dejé con una afirmación que ponía en cuestión la funciÓD de la cir-


cu~clslón. e.n la economía del deseo. la del objeto en el sentido en que el
pSicoanálisIs lo funda como objeto del deseo.
E.~a lección terminó con UD pasaje de Jeremías, parágrafos 24 y 25 del
capítulo IX. que desde siempre ha planteado algunas dificultades a los tra-
ductores. porque el texto hebreo se traduciría - Castigaré a todo circun.
ciso en su prepucio. Término paradójico al que los traductores. incluso uno
de los últimos y uno de los mejores. Édouard Dhorme. han tratado de darle
la vuelta con la fórmula - Obraré con severidad contra todo circlUtCUo
al modo del itu:ircunciso.
Sólo recuerdo aquí este punto para indicarles que se trata. ciertamen.
te. de cierta relación permanente con un objeto perdido en cuanto tal. Este
objeto a en tanto que cortado presentifica una relación esencial con la se-
paración en cuanto taJo El pasaje cilado no es único en la Biblia, pero i1u·
mina con su paradoja extrema qué está en juego cada vez que allf se em·
plean los términos circunciso e incircunciso. Se trata de algo que no está.
ni mucho menos, localizado en ese pequeño pedazo de carne que eS ob-
jeto del rito. Incircunciso de labios. incircunciso de cordlón lodas esas
expresiones que son numerosas a lo largo de este texto. que son en él casi
comunes y corrientes. destacan que la separación esencial respedo de una
cierta parte del cuerpo. cierto apéndice. se convierte en simbólica de Ullll
relación fundamental con el cuerpo propio para el sujeto en ¡¡delante
¡; alienado.
l' Hoy retomaré las cosas con más amplitud. desde más arriba. desde más
t lejos .

-~
231
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula LOS PÁRPADOS DE BUDA

Como algunos saben. vuelvo de un viaje que me ha aportado al "U Incluso Kant. Kant sobre todo, sigue repleto de causalidad, permanece
. Io esencia
experiencias. y laIllblén . 1- e~ todo caso. Ia proximidad. la visión.
e- nas
pendiente de la justificación -. que h~ta ahora ningún a p'riori ~ conse-
el encuentro con algunas de esas obras Sin las cuales el estudio m¡is atento de guido reducir - de esta funCión, esenCial de toda nuestra VivenCia mental,
los tex.tos. de la letra. de la doctrina. en particular en este caso la del budis- la función de la causa. En todas partes, la causa demuestra ser irrefutable.
mo. no puede sino permanecer como algo seco. incompleto. sin vida. irreductible. casi inasible para la crítica.
Voy a reseñarles lo que fue este acercamiento para mí mismo, y vere- ¿Cuál es esta función? ¿Cómo podemos justificar su subsistencia con-
mos cómo se puede incluir en lo que es este año nuestra cuestión funda- tra toda tentativa de reducirla? Ca"i puede decirse que esa tentativa consti-
mental. en la medida en que la dialéctica sobre la angustia se desplaza ha- tuye el movimiento sostenido de todo el progreso crítico de la filosofía
cia la cuestión del deseo. occidental - movimiento nunca concluido.
Pues bien. si dicha causa demuestra ser tan irreductible. es en la medi-
da en que se superpone. es idéntica en su función a lo que aquí les enseño
este año a circunscribir y a manejar como aquella parte de nosotros mis-
mos. aquella parte de nuestra came. que permanece necesariamente atra-
pada en la máquina formal, algo sin lo cual el formalismo lógico no seria
para nosotros absolutamente nada
El deseo es. en efecto. el fondo esencial. la meta. el punto de mira. tam- Este formalismo no hace más que requerimos y damos los marcos de
bién la práctica de todo lo que aquí se anuncia. en esta enseñanza. acerca del nuestro pensamiento y de nuestra estética trascendental, nos atrapa por al-
gún lado. Nosotros le damos. no lan solo la materia. no tan solo nuestro ser
mensaje freudiano. Hay algo nuevo y absolutamente esencial que pao;a por
de pensamiento, sino el pedazo carnal arrdllcado de nosotros mls~. E.~
este mensaje, y es la vía por la que este mensaje avanza. ¿Quién de entre us-
este pedazo lo que circula en el formalismo I.ógi.co tal como se constlluz:
tedes - bien habrá alguno. o algunos. espero - puede dar cuenta de ello? mediante nuestro trabajo referido al uso del slgruficantc..La parte de DO
En el punto en que nos hallamos. o sea, retomando nuestro impulso tras tros mismos que está atrapada en la máquina y que es Irrecuperable por
una larga interrupción. necesitamos motivar nuevamente aquello de lo que siempre jamá.... Objeto perdido en los distintos niveles de la expenen~la cor-
nos ocuparnos este año. o sea. el lugar sutil, el lugar que tratamos de cir- poral donde se produce su cone. él es el soporte. el substr.lto autc!nul.-o. de
cunscribir y de definir. aquel lugar nunca advertido hasta ahom en todo lo
toda función de la causa. . fun-
que podemos llamar su irradiación ultrasubjetiva. el lugar central de la fun- Esa parte corporal di! nosotros mismos es. escoclalmc:nle y por ~u .
ción pura del deseo. por así decir -lugar en el que les demuestro cómo se .• rpo y que nosotrOS ~omos
ción, parcial. Conviene recordar que es c~e del descocn cuanlOCuet-
forma a. el objeto de los objetos. objetales, lo cual significa que sólo somos obJetos de ._. ~pos creadores de
Nuestro vocabulario ha promovido para este objeto el término de .al . mJar puesto que uno IV~ e
pos. Punto esencI a re¡;( . ' . . a! ún suslilulO. El deseo sigue sien-
objetalidad como opuesto al de objetividad. Para condensar esta oposición la negación es apelar a alg? dlstlDto'~1 ~ ~ deseo del cuerpo del Olro.
en fórmulas rápidas. diremos que la objetividad es el término último del do siempre en úhimo lérmlfiO deseo cue . .
pensamiento científico occidental, el correlato de una razón pura. que. a fin y únicamente deseo de su cuerpo. .< 1 que qUltffl y fJO(ÚJ má.f. Con

de cuenta.'i. se traduce en - se resume mediante. se articula en - un for- . d .. nos - Es lu cora:."n . v · .


Ctertanlente. ec~ de irilual. la C:!oCncia de tu ser. o bteD
malilltnO lógico. Si me siguen ustedes en mi enseñanza de los últimos cin- esto. se pretende designar n~ sé ~u~ ~ .;"mpre la verdad. Este cora-
. 11 ','e trdlCIO/l3. ¡;omo s...· . .
co o !leis aiIo1;, !\aben que la objetalidad es otra cosa. Para darles el relieve tu amor. Pero aquI e enguaJ h n... I~ en la metáfora que JUsu-
. I .. daffiO:i que no ay ....... .
de su punto crucial y forjar una fórmula equilibrada con respecto a la pre- 11m sólo es metáfo~ SI o '1 . ' ramática de opolter el St'nrido pro~o
cedente. diré que la objetalidad es el correlato de un patllOS de cone. Pero fique el hábito prOpiO de los hb:J.;': mucha.<o cosa,. metaforizar cosas dis-
~_".f... . del al figurado. El corazón puede s~ las lenguas. Para lo~ semlW. por e~mplo.
p... a""Jlcamente. es ahí donde este formalismo, en el sentido antiguO
t"-" .. . d ItI
~ ... une•• COIDC1de con su efecto. Tal efecto, desconocido en la Critica e
tintas según las cultura<¡ Ysegun .
ra....ón pura. da cuenta. sin embargo, de dicho formalismo. 2.U
LAS CINCO FORMMi DEL OBJETO a mi"úscula
ws
el \."orazon ('s el órgano de la inteligencia misma. Pero hacia donde qu'
. . E ó
-
lero
pARPADOS DE BUDA

Nosotro!'. analistas. sabemos lo que e~to quiere decir, La ellperiencia de


a~r su atención no es haCla estos matIces. n esta ti nnula. como en cuaJ-
la histérica es para nosotros suficientemente significativa como para que
quier otra metáfom de órgano. el corazón debe ser tomado al pie de la letra
sepamo~ que esta comparación, donde se deja entrever que el brazo puede
Funciona como parte del cuerpo. por así decir. como tripa, ¿Por qué un~
ser olvidado. ni más ni menos, como un brazo mecánico. no es una metá-
met.áfora así ha subsistido tanto tiempo? Sabemos en qué lugares sigue viva, fO,d forLada, Por eso me tranquilizo en cuanto a la pertenencia de este bra-
particularmente bajo la fonna ~el culto del Sagrado Corazón, zo con la función del detenninismo, Hasta cuando olvido su funcionamien-
Este pequeño volumen de Edouard Dhonne nos recuerda hasta qué pun- to. me importa mucho saber que funciona de un modo automático. y me
to el empleo metafórico de los nombres de partes del cuerpo es fundamen_ importa que, en un nivel inferior. toda clase de reflejos tónicos o volunta-
ta! para cualquier comprensión de la literatura viva del hebreo y del acadio. rios. toda clase de condicionamientos. me aseguren que no se escapará.
donde. cosa curiosa. no existe la expresión todas las partes del cuerpo. Les aunque por mi parte haya algún momento de descuido,
recomiendo este libro. se puede encontrar porque acaba de ser reeditado por La causa surge pues siempre en correlación con el hecho de que algo es
Gallimard, Allí todas las partes del cuerpo pasan a sus funciones metafó- sometido a la consideración del conocimiento. Ahora bien. es precisamen-
ricas. singularmente el órgano sexual. y en especial el órgano sexual mas- te el deseo lo que anima la función del conocimiento. Cada vez que es in-
culino, Los textos que evocaba hace un momento sobre la circuncisión. el vocada. y en su registro más tradicional. la causa es la sombra.. o la contra-
órgano sexual y el prepucio. extrañamente. se omiten y ni siquiera figuran partida. de lo que es punto ciego en la función del conocimiento. ~to. no
en el índice. esperamos a Freud para recordarlo. ¿Será necesario que evoque a Nlel1.SChe
El uso metafórico. siempre vivo. de esa parte del cuerpo para expresar y a otros antes que él. que han puesto en tela de juicio que haya deseo haJo
lo que. en el deseo. va más allá de la apariencia. ¿cómo explicarlo. sino la función de conocer? - es lo que pretende Platón. lo cual le hace ~er
porque la causa ya está alojada en la tripa y figurada en la falta"? Hay una en la función central. original. creadora.. del Soberano Bien - es Jo que pre-
obsesión por la tripa causal, tende Aristóteles. lo cual le hace creer en aquel singular primer motor que
Por otra parte. roda la discusión mítica sobre las funciones de la ocupará el lugar del "011," anaxagórico. aunque éste no puede ser un motor
,
sordo y cIego a lo que e'1" nusmo sos,t'lene. a saber. todo el .cosmos. . E~tos
causalidad se refiere siempre a una experiencia corporal - desde las posi-
cueslÍonamientos ponen siempre. • tJ'ón Io que el conocuruenlo se cree
en eues
ciones más clásicas hasta aquellas más o menos modernizadas. por ejem-
plo la de un Maine de Biran. obligado a urdir como causa última. .._
d ? A un cuesllonamlento senil
Éste trata de hacemos perceptible. mediante el sentido del esfuerLO. el Esta clase de crítica. ¿a qu é con uce. .' . .. I co-
equilibrio sutil en tomo al cual se juega la posición de lo que está detenni- mental de lo que parece más despojado ~I~ senllnu)n~~uOe'n8c;~~bc:¡p' ~nra a
. . d 'ficado en sus u ti mas el.,.." .
nado y lo que es libre, ¿Qué voy a plantear yo para que resulte sensible lo nOClmlento elabora. o Y pun I . S· I . ora 'I·On..< los in,linl~ la.'
. ológICO on as a.'\pl (; ..... ~.
crear un mito de ongen pSIC ' _ "'--do un po.~ más y sere-
que está en juego en el orden de la causa? A fin de cuentas, si presto alen- . - r . sólo estard1l u.u.
neceSidades - anadan re ¡glOsas. . { d I razón de- la St'hM'I¡ntlUrl
~~'. .
ción a la función de mi bra1.O - pero mi brazo en la medida en que lo aísl o: d' los extra\" os e a .
considerándolo en cuanto tal como intennediario entre mi voluntad y nu mos responsables de to os d boca implícilllmenle en el fa-
kantiana. con todo lo que de ella esem
acto - es en la medida en que por un instante queda aislado y requiere a
nalÍsmo, xlamos conformarnos? ¿No podc-mos
toda costa que lo recupere de algún modo, Tengo que modificar de inme- . Es ésta una crítiea con la que ¡:x . I I más o--A-~nle más allá
diato c:1 hecho de que, si bien es instrumento. sin embargo no es libre. Ten- L tá . "O artICU ar o ~'Ao' .
llevar más lejos lo que es, en.Jue"· ' dura? Apenas hace: (a1la decir
go que precaverme. por así decir. contra el hecho. no ya de su amputación. de lo psicológico que se IDscnbc: en 1a e.shlTU mos
~no de su no-control - contra el hecho de que otro pudiera apoderarse de I e nosotros ace: '
que esto es exactamente .o qu· 'era ser satisfecho. sino de una
. 10 que requl .' .
él. de que yo pueda convertinne en el brazo derecho o el brazo izquierdo No se trala de un senllml~n,. Ó del sujeto con el significante necesita
de otro - o. simplemente, contra el hecho de que pueda olvidármelo en el necesidad estructural. UI re aCI n . el funcionamiento del fan-
metro. como un vulgar paraguas. como aquellos corsés que. al parecer. to- 'ó
la estructuraCI n e d I deseo en el fantasma. Y
davfa !le encontr.lban allí hace algunos años. en abundancia,
235
L·\.\' CINCO FORMAS DEL OBJETO a mimís('u/c/ LOS PÁRPADOS DE BUDA

ta."Illa il~plica una síncopa temporalmente definibl~ de la función del a 2


que.' por tuerza Se.' borra y desaparece en una determmada fase del fu . '
.
namiento 1antasmatlco. .. Esta CljlUIISIS
,1"" de la.i d nCIO-
a eMlparici6n del objeto en
tanhl que ~ste eslnlCtura cierto nivel del fantasma, es algo cuyo rcfl . ¿De qué naturaleza es este \.·onocimiento que hay ya en el fantasma?
tenemos en la función de la causa. Cada vez que nos encontramos ante e:Jt~ No es más que esto - el hombre que habla. el sujeto en tanto que ha-
funcionamiento último de la causa, irreductible incluso a la critica, lene- bla. está ya implicado por esta palabra en su cuerpo. La raíz del conoci-
mos que buscar su fundamento y su raíz en este objeto oculto en tanto que miento es este compromiso en el cuerpo.
sincopado. No se trata. sin embargo. de la clase de compromiso que la fenome-
Un objeto oculto está en el origen de la fe otorgada al primer motor nología contemporánea trató de subrayar de una forma fecunda y sugesti-
de Aristóteles, que hace un momento he considerado sordo y ciego a va recordándonos que la totalidad de la función y de la presencia corpora-
aquello que lo causa. La certeza que acompaña a lo que llamaré la prue- les - estructura del organismo de Goldstein. estructura del comportamien-
to de Merleau-Ponty - está comprometida en toda percepción. Esta vía.
ba esencialista. que no s610 está en San Anselmo. porque la encontra.
cargada de toda una cosecha de hechos. nos ofrece algo que desde siemp~
rán ustedes igualmente en Descartes. basada en la perfección objetiva
nos ha parecido bien deseable. la solución del dualismo del espíritu y del
de la idea para fundar en ella [a existencia de esta última. esa certeza,
cuerpo. Ella hace del cuerpo. tomado en el plano funcional. una especie de
tan discutible y siempre sujeta a la irrisión. precaria e irrisoria a la vez. doble. de reverso. de todas las funciones del espíritu. No por ello debemos
si se mantiene a pesar de toda la crítica. si siempre nos vemos llevados. estar satisfechos. porque de todas formas algo se escamotea allí.
por el camino que sea. a volver a ella, es porque es la sombra de otra Las reacciones filosóficas. de naturaleza fideísta. que la fenomenología
certeza. y esta certeza ya la he llamado aquí por su nombre, es la de la contemporánea ha podido producir en quienes sirven a la caUl>a materialis-
angustia. ta. no carecen, seguramente, de motivación. en la medida en que. tal como
La angu!>tia. [es he dicho que el> preciso definirla como aquello que no en- está articulado. incluso dejado al margen de la experiencia en la explor.t-
gaña. precisamente en [a medida en que todo objeto se le escapa. La certeza ción inaugur¡¡da por la fenomenología contemporánea. el cuerpo se COD-
de la angu~tia está fundada, no es ambigua. La certeza ligada al re~urso a la vierte en algo irreductible a los mecanismos matenales. Tra.~ much()~ SIglo!.
causa primera no es más que la sombm de esta certeza fundamental. Es su en que se hizo del alma un cuerpo espiritualiza~, la fenomenología con-
Car.K.1er de sombra lo que le da su costado esencialmente precario. Este costa- tempor.lllea nos hace del cuerpo un alma ~nfJX)relzad¡¡. ..,,~
. I ue ha ~ que reconducir J.:¡ UUI'
do, en verdad, sólo se supera mediante la articulaci6n afirmativa que carac- Lo que nos interesa en la cuesu6n - y a o q
.• "'"",
..
partlCIpand<' en su
_._1 .1.....
IU\dII.-..
léctica de la causa - no el> en'absoIutoe ~-"r' I
~riza a lo que he llamado argumento esencialista, pero esto no convence. por- .
. ..
. lo se nect:gJnn lo.. I '/Ol'o SJIl('
que dicha certeza. si la buscamo~ en su verdadero fundamento. ~ revela No se trata de que ad\' uumos que pam v~r no 50 • I bañe o 0<.1 en U/l.I
. d' r' lilas S('!!UO nuestrd pie se
como lo que es. un desplazamiento. ulla certeza segunda respecto de la cer- que nuestras reacciones son IS l · . . GoId'ilrin. a qUIen no
detenninada allmSsferd de color, como ~.Io hiZ(l DOlar _ ..... de ha:hos el
teza de la angustia. . . rI' :lamenle \'áhch~. No ~ es/e ......... .
¿Qué implica esto? Seguramente. el cuestionamiento más radical que le faJt.ab~ ell~ncnclas pe. el: oción de la fundón del ~uerpo, ~I/lI.1 el ~'tlf11-
que está unpbc~ld(l en nUt.~trd l1lt'la cadena deol significante .1."011 k>da.~ sus 1.'On-
Jamá... '>e haya aniculado en nue~tra filosofía occidental de la función del pmllÚso del IK,mhre que habla en . fundaInmW ese punlO eso;ogl-
conocimiento. . ....·usión en lo SUl'eSIVO, • ..,_
~uenc¡a.~. y su r~pc:.~

==/1
'.. .. fundación del deseO. par.! cXclrlo IlJUl.',
E."ta critica sólo puede empezar a hacer~ de la forma má1> radical si nos ¡kl de una irntdiocll'in uhrdSubJeuva. ~. ¡tiria ellp/icarlo lodo medtan~
percatamol> de que ya en el fantasma hay conocimiento. No se ~ dd cuerpo c()n~ algo~~ YdellllMmftlt, sino que en
una especle de esbozo de la aml< .so en la di~'tIca slgrulkante.
.. debido a ('\Ie compronu
el cuerpo hay hlempre. 'ficado algo inerte. que es la libra de carne·
algo separado. algo saco I .
237
Lo\S CINCO FORMAS DEL OBJETO el minúscula LOS PÁRPADOS DE BUDA

No (XxJemos sinl~ sorprendemos una vez más. en e~te punto. ante el i


- .' d 1 to esa función irreductible que sobrevive a la prueba del en-
creíble genio que gUIó a aquel q~e l1am~l~s Shakespeare. cuando fj'ó:-
J
Clon e res .
cuentro con el sl . '
I h b'
'gnificante puro - éste es el punto adonde os a la con-
la figura del mercader de Vene(,'la la temalIca de la libra de carne V. n 'd ,. 1te'rmino de mi última conferenCIa. con el pasaje de Jeremías
. lene ducl o ya a
mu~ ~ien para recordamos que la ley de la deuda y del don - este hecho l'lobre la circuncisión. .
SOCIal total. como lo expresó. luego. Marct:l Mauss. aunque cienamente También les indiqué cuál era la solución cristiana - debe~a deCir la ate-
era ésta una dimensión que ~udiera pa~ar de~apercibida en los albores d~ nuaclOn . , c'rl' .stiana - para esta relación irreductible con. el objeto .del cune.
siglo XVII - no le debe su mlpon~nCIa a mngún elemento que podamos Es. na
'da más y nada menos. el milagro que caractenza a la salICla maso-
. t puesto que el cristiano ha aprendIdo. . a través de 1a d'la 1"ectlca de l.a
considemr como tercero. en el sentIdo de un tercero exterior - intercam_
qUls a. h' 'd" di
bio de las mujeres o de los bienes. como lo recuerda Lévi-Strauss en SUs Redención. a identificarse idealmente con Aquel. que se 11.0 I enUco a -
Estructllras ('Iemelltales -. sino que lo que está en juego en el pacto no cho objeto. al desecho dejado por l.a venga~za dlvma. .' ,
puede ser y no es más que la libra de carne. que debe ser tomada. como dice En la medida en que esta solUCIón ha SIdo VIVida. orquestada. adorna-
el texto de El Mercader. de muy cerca del corazón. . d' he podido hace no más de cuarenta y ocho horas. lener una
da. poellza a . ' ' . 1
Indudablemente. si Shakespeare. animando con esta temática una de sus 'ez más un encuentro. cómico a más no poder. con el occIdental que \ ue -
:e de Oriente y que considera que allí no tienen corazón. son uno~ a.~tuI0~.
piezas más candentes. se la atribuye a aquel mercader que es Shylock y que
hipócritas. negociantes. incluso estafadores - se entregan. DJOs miO, a toda
es un judío - llevado por una especie de adivinación que no es nada más
que el reflejo de algo que siempre se insinúa y nunca se aborda en toda su clase de pequeñas artimañas. . . d
El occidental que me hablaba era un hombre de una Ilu~lr.tcl.ón me In~
profundidad - . no lo hace porque sí. Es que. en efecto, ninguna historia " e él mismo se consideraba una estrella de magOltud algo ~upc
escrita. ningún libro sagrado. ninguna biblia. para decirlo con todas la.~ le- na. aunqu . . J' porque al\{ la.~ fa-
'or
n . ' Crel'a que si había sido bien reCibIdo en apon. era das al'
tras, más que la Biblia hebraica. sabe hacemos vivir la zona sagrada donde ha I na' . con' gUlen
se evoca la hora de la verdad. que anuncia el encuentro con el lado impla- milias se beneticíaban de d.emoslrar que~s~~tu~~a ~~~sa.~ cosa.\, me diJO.
que casi había sido un prerruo Goncou~. e 'te punto ""'n\UfO c:l nombre
cable de la relación con Dios, con esa maldad divina que hace que siempre . .rían en rru - en es .--
que. ¡x)r supuesto. no ocum 'tal pues como IOdo c:l murado
sea con nuestra carne con lo que debemos saldar la deuda. . di amo' Camargue na ,
de su pro·.-incJa - . g s. . S gente mucho má.\ franca.
Este dominio que apenas he ro7..ado para ustedes. hay que llamarlo por sabe vamos con el corazón en la mano. somo
su nombre. El nombre que lo designa. y que constituye para nosotros lo nunca hay esas maniobr~ o~licuas. .' e cree lener más co!'U(Ín que
más valioso de los distintos textos bíblicos que he evocado. es correlati- Tal es la ilusión del ensllano, que lile~lpr .' duda. parece má.\ dara
vo de lo que se llama el sentimiento antisemita. respecto del cual tantos . ' . nor qué? La COSOS. SI1l .
los demás. y esto, DIOS mio. t.r" . . ' roo que es 111 tentallva
el fondo del masoqulS. , .
analistas han creído que debían interrogarse, no sin éxito algunas veces, si se percalan ustedes de que . rtl'da en la angusUl1 ck Dlo.~. se
. . . d l Otro aqul con ve . h
para detcnrunar sus fuentes. Éstas deben buscarse. precisamente. en esa d.." provocar la angusua .e' , . oda naturaleza. Lo que e~ta 1-
n una segu .
zona !\agrada. y yo diría casi prohibida. articulada allf mejor que en nin- ha convertido para el cnsuano e. ·pod.mos percibirlo en la e:tpcnen-
. ' d"(I de ambiguo. "
guna otra parte. y no s6lo articulada sino viva, siempre presente en la vida rv,,~resía llene de lu IC y . '< pe.....
...... rl>.1 .
,._- . d la ¡X1SIClon . tI Ibc
de ese pueblo en la medida en que subsiste por sí mismo en la función cia anaJitica il prOpóSito e á' ' ale menoS que aquello que pece .
. ' . vale m s o v . • no e<; la ml~-
que, a propósito del a, ya he articulado con un nombre _ el nombre del Esta hlpocresla. 1" • zón 'uando Siente:' qu.
resto. 'ont~ la hipocre~ía oriental'? Tle~c ra .~ y en este punlo e~ donde va-
l; E el Orienlal no está cnsUilm .
¿Qué es el resto? Es lo que sobrevive a la prueba de la división del ma. s que
mOS a lratar de adenlr,lfllOs.
campo del Otro por la presencia del sujeto. En cieno pasaje bíblico. este
rC<;lO e~lá fonnalmentc metaforizado con la imagen del troncO del árbol
COrtado. del cual. en su función viviente. surge el nuevo tronco, en el
nomhre del !egundo hijo de !safas. Sear- Yasub. Hay un resto que retorna
en el shont que encontramos también en cierto pasaje de Isaías. La fun- 2.JQ

238
l..-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a mimísclIlu LOS PÁRPADOS DE BUDA

3
- - ' perial durante varios siglos. antes del siglo X, Manipúlenla.~ con pre-
~d 1m ' tres,~.otos,
'6 porque pienso recuperar ensegUl' d a estas
caUCI n. " I ",
Entramos en el budismo. Como ustedes s~~n. su ob~etlvo. os pnnclplos
No \0)' a hacer aquí de Keyserling explicándoles la psiCOlogía oriental 'l re 'urso dogmático como de la practIca ascética que con ellos se
tanto de ~ ,
En primer lugar. no hay psicología oriental. Gracias a Dios. hoy día ~ dacionar. pueden resumirse en esta fórmula que nos mteresa en el
puede r ' s crucI'al- el deseo es ilusión. ¿Qué slgm , 'tiIca esto.? II uSlon'. no pue-
\a directo a Japón por el Polo Norte. lo cual tiene la ventaja de hacemos punto m'a. . '
sentir que muy bien podría considerarse una península de Europa. Lo es. uí más que referencia al registro de la verdad. La verdad de la que
de ser aq " la
en efecto. se lo aseguro, y un día verán ust~es aparecer. se lo predigo. a t no puede ser una verdad última, porque queda por precIsar. Junto a
setraa "de' '
algún Robert Musil japonés. que nos mostrará en qué estamos. y hasta qué '\ 'ón la función del ser. Decir que el deseo es IlUSIón es Ctr que no llene
1 USI • . h 'do
punto esa relación del cristiano con el corazón se encuentra todavía viva o soporte. que no desemboca en nada, ni apunta a nada. Ah~ bIen. ya an 01
si está fosilizada. ustedes hablar hastante. aunque sólo sea en Freud. del. NIrvana. para ~ber
No es ahí adonde quiero llevarlos hoy. Quiero tomar un atajo. utilizar identifica con una pura reducción a la nada. El uso de la negacIón.
que no se ' . al ' ~
una experiencia. estilizar un encuentro. que fue el mío. para acercarme a que es comente en el len. por ejemplo. mediante ~I recurs:o SIgIlO nwll. •
no da lug:tr a engaño. Se trata de una negación bIen particular. un no lener,
algo perteneciente al campo de lo que todavía puede pennanecer vivo de
las prácticas budistas, y en particuhtr las del len, lo cual. por sí solo. bastaria para ponemos en guardia: '
Aquello de lo que se trata. al menos en la etapa mtermedla de I~ rela-
Hacen bien en pensar que no será en un raid tan breve como les podré
ci<ln con el Nirvana. está siempre articulado. de una forma exte~dlda en
aportar algo al respecto. Les diré quizás. al término de lo que ahora vamos a
recorrer, una frase recogida simplemente del abad de uno de los conventos
toda formulación de la verdad búdica. en el o;enti~o ~e un no dual~:::.
ha un ob'eto de tu deseo. no es nada más que tu mismo. No ~s .~
s;
de Kamakura. a quien me pennitió acceder. Sin que por mi parte yo se lo so- y 1 . . al del budismo. Tan wan as/. es a ti nusffiO a qUIen
otra parte. un rasgo ongm
licitara. me aportó una frase que no me parece fuera de lugar en relación a lo ,. 'to en el Vedanta,
reconoces en el otro. ya esta lOscnod al na historia v una crítil'a del
que estamos tratando de definir aquí acerca de la relación del sujeto con el Como es imposible hacer en m o' gu.no u 0< po' r la ~ía más corta. a
significante, Pero esto es más bien un campo que debe reservarse para el fu- 'quí para aproxlmarn ».
budismo. sólo lo recue rdo a " d 1 pen'enda _ muy par1kuJar.
turo. Los encuentros de los que hablaba hace un momento eran más modes- tro ' uU h7.able e a ex
aquello que es para ooso. s . relación con esa estatua,
tos. más accesibles. más fáciles de insertar en esos viajes relámpago a los que como verán - que yo mismo tu\e en por pro!!reso.~, tiende a
, b 'd' lal Y como por clap3l>.
nos limita el tipo de vida que Uevarnos. Son encuentros con obras de arte, La experiencia u Ica. . '. ' ~"uce por sus cam,"()S de:
la VI ve qUIen se Iflu " ...
Puede parecerles sorprendente que califique de este modo estatuas cuya establecerse para aqueI que, • . d da esto es infrecuente: -. supo-
función es religiosa y que en principio no fueron hechas con el fin de re- un modo propiament~ ascé~co fun~i~~ d~1 espejo. Por otra p3l1e, ~sw me-
presentar obras de arte. Lo son. sin embargo. indiscutiblemente. en su in- ne una referencia emlOente a la . debido a lo que ya conoc 1a al res-
tención y en su origen. siempre se sintió que lo eran y así eran recibidas. táfora es hahitual. Hace much? tJem~. , espeJ'o sin superficie donde no
, de rOlS textos, ese: . ' 1 f' st' a la
independientemente de tal función. No está. pues. fuera de lugar que tome- peCIO. mencioné. en uno . o la etapa si usledes qUieren. a 3.
se retll!ja nada. Tal era el ténnID -' reciso al que entonces apuntaba, LQ
mos esta vía de acceso para recibir de ellas algo que nos conduzca. no diré . dí~ referirme. para el hn p . l' ~_,' psíquica. EsLl rda-
a su mensaje, sino a lo que pueden representar de una determinada relación que pre ten u '1
-<_ ustedes en mi artícu o so
ore la caUsa IUlIU ,
, logía una rcfCf\'!flCllI tan
del sujeto humano con el deseo. encontral..... ' . para loda gnoseo '1
ción en espejo con el objeto es b'én resulta fácil incumr en e ('fTOf
H.e hecho a toda prisa, con la intención de preservar una integridad que 'n y de tan fácil acceso. que talO I S fac' 1'1 que las cosa.~ de afuera
comu h ué punlO e nos
conSI<Jero muy importante. un pequeño montaje de tres fotos de una sola de la proyección. Sabemos a~:¡. e incluso su forma, e incluw que se
estatua. de entre las mál> bella.<; que se puedan ver en esta zona en la que d 'can el color de nuestra
abundan. todas ellas del siglo X. Ésta se encuentra en el monasterio de mU- a qUI~ '1 forma de un doble,
aproximen baJO a
jen:lo. el convento de Todai-ji, en Nara. el lugar donde se ejerció ht autori-
241

240
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula LOS PÁRPADOS DE BVDA

Pero si introducimos el objeto a como esencial en la relación co l


- ESle trabajo le tomó cien años al escultor mencionado y a su escuela. Van a
Ikseo. el asunto d(!1 dualismo y del no dualismo adquiere un relieve ~ue ver ustedes el efecto que produce. ver e.~ ~e frente. y luego. cuando avan-
distinto. Si lo más yo mismo que hay e~tá en el exterior. no tanto porque y~
zas Lapor el pasillo, en visión perspectiva l' ,
oblicua.
. , al go tan cl aro como
lo haya proyectado como porque ha SIdo separado de mí. las vía~ que to- oposición monoteísmo/po Itelsmo no es quJ.ZaS
mare para su recuperación ofrecen una variedad muy diferente. ustedes se lo representan habitualmen~e, porque las mil y una estatuas que
Para dar a la función del espejo en esta dialéctica del reconocimiento un allí son todas idénticamente el rrusmo Buda. Por otra parte. por dere-
hay d h .
~ntido que no sea del orden de un jU(!go de manos. del escamoteo, de la cho propio. cada uno de ustedes es un Buda - po~ erec o propIO. porque.
magia. conviene hacer algunas observaciones. la primera de las cuales, que por razones particulares, pueden haber SIdo arrOjados al mundo con algo
no debe ser tomada en el sentido idealista. es que el ojo es ya un espejo. que cojea Y que les obstaculizará el acceso de un modo más o menos
El ojo, llegaría a decir yo. organiza el mundo como espacio. Refleja irreductible. .
aquello que. en el espejo, es retlejo, pero al ojo más penetrante le resulta Con todo. el Uno subjetivo, en su multiplicidad y variabilidad infiDltas.
"isible el reflejo del mundo del que él mismo es portador en ese ojo que ve demostró aquí ser idéntico al Uno último. en el acceso consu~ al.no-
en el espejo. Para decirlo todo, no hacen falta dos espejos opuestos para que dualismo. al más allá de toda variación patética y de todo c~blo c~srruco.
se creen ya hasta el infinito los reflejos del palacio de los espejos. En cuan- Si tenemos que interesamos en ello no es tanto como fenomeno. SIDO por
to hay el ojo y un espejo. se produce un despliegue infinito de imágenes lo que nos permite entender de las relaciones que demuestra por ~as ~onse­
entre-reflejadas. cuencias que ha tenido. histórica y estructuralmente. en los pensarOlcntos
Esta observación no es una simple cuestión de ingeniosidad. sino que de los hombres.
nos pennite volver al punto privilegiado que está en el origen. y que eS el Debo aportarles algunas precisiones, ...,.
La primera es que. gracia." a efectos de mulUphcaclón IOsentos en la
mismo que aquel donde se anuda la dificultad original de la aritmética. el
multiplicidad de los brazos, de las insignias Yde alguna.~ ea~zas q~e co-
fundamento del Uno y del cero.
ronan la cabeza central. hay aquí en realidad treinta y tres rrul tresclentOl-
La imagen que se produce en el ojo. aquella que pueden ver ustedes en
la pupila. exige al principio un correlato que. a su vez. no sea una imagen. treinta y tres seres I'd"enUcos. Esto no es. más que . un detalle.
, l i d ' Buda.
h bl' d en térmmosab~o uIOS. e lOS
La segunda es que no es. a 3D ~ . B d {"'n'a Buda del [llelo
Si la superficie del espejo no está ahí en absoluto para soportar el mundo. . . . . depnsa. un Casl- u a. =
no es que no haya nada que retleje este mundo. no es que el mundo se des- Es un Bodhlsattva. o sea. ~ara I f . ro lo está, v bajo es[a forma mulriph-
vanezca con la ausencia del sujeto. es propiamente que no se refleja nada. si precisanlente. no estuVIera ahí. pe . más que lu imngen
. • . ., 'h . b '0 Estas estatua.~ no son .
Esto significa que antes del espacio hay un Uno que contiene la multiplici- cada que eXIglo mue o tra 3J. . . . . . Es un Buda que lodllvla no ha
. 'ahí ahí para usleues. . .
dad en cuanto tal, que es anterior al despliegue del espacio en cuanto tal - del trabajO que da eslar. 'ó de la humanidad. debIdo sJD duda
consegwdo . de' smlere.sarse de la .salvacl .n aba hace un momenlo. Por eSO. .
espacio que nunca es más que un espacio elegido en el que sólo pueden ca- ' los que menclon •-
a uno de aquellos obstác.:U • • • le esta suntuosa asamblea. L-"
ber cosas yuxtapue.stas mientras haya lugar. Que este lugar sea indefinido. · ,... c se proslt'rnar.m an . .,..."n
si son ustedes. bu.dIS....,. . ue se ha tomado la molestra. en tan b ' - '
o infinito. no cambia en nada la cuestión. deben reconocmuenlo a la umdad q I La iconografía enumera en qué
Para que entiendan lo que quiero decir en cuanto a este Uno que no es número. de estar al alcance par;! SQCom-t os.
mja sino polle. todos en plural. les mostraré simplemente lo que pueden ver 'asoS los
c 'socorrerán. -'<-serilo Al'olnkiteJh,·arcl.
u· . n se l1ama en ".... . Sula
ustedes en Karnakura. Se trata de Buda. obra de un escultor cuyo nombre El Bodhisaltva en cues 11. . sobre lodo en nuc-o¡(J'(l~ días. en
es muy conocido. de finales del siglo XII, representado materialmente por nombre está excesivameo~e extendido. ' .
una el>tatua de tres metros de alto. y materialmente representado por miles esfera mundana que practica ~l yoga. e he hecho circular entre u...tedes.C!j
de otra.. estatuas. rimera imagen de la estalUa .qu de que me mleresar.l en el J3-
La P . . rsona'e. Antes l' ."....
. tar hislóncO de este pe . , dec ....... ~ v que exp IC... -
Esto ~uce ciena impresión, tanto más cuanto que uno desfila ante ell~ una aya . mara los cammo a UiJU'~' •
s
por un pasIllo ba.~tante estrecho. y mil estatua" ocupan lugar, sobre todo SI ponés. la suerte hIZO que 10
t~ ellas son de talla humana. perfectamente hechas e individuaIi7.adas. 24}

242
L-\S CINCO FORl"IAS DEL OBJETO a minúscula LOS PÁRPADOS DE BUDA

,,"on mi buen maestro Demié\'ille. en los años en que el psicoanál" .


- - ' vino que por su parte se alimentaba en lo esencial de toda una
..' l'
~jaba mas tiempo hbre. aquel Ibro llamado El loto de la verdadera I
ISIS me el mun d o di ' . d S
variación del deseo. y estaba como puntuada por ella. La Santlda . con
que fue escrito en chino por Kamarajiva p;rra traducir un texto sánsc/t'v· .' "ula casi la más central en el acceso a la Belleza. se encuentra en-
. o ",lcn?s e I momento h'1stó" 10. mayUSc , . ' . . 'd .
Este texto es mas ~co en que se produce el . d' en una fonna femenma de la dlvlDldad que se ha llegado a I entl-
avatar. la metamorfosIs smgul'lr que voy a pedirles que recuerden. a sa- carDa
ficar ena el origen nada más y nada menos que con la reapartCI . 'ón de Ia ShakfI
ber. que Avalokiteshvara. aquel que escucha el llanto del mundo, se trans- india. principio femenino del mundo, con el alma ~el mundo.
forma - a partir de la época de Kamiirajiva. que me parece en parte el Esto es algo en lo que debemos detenernos un Instante.
responsable de que esto ocurra - en una divinidad femenina. No sé si esta estatua cuyas fotos les he hecho llegar ha conseguido esta-
Se llama - creo que ustedes ya están un poco en sintonía - K wan yin. blecer en ustedes la vibración. la comunicación a la que. se lo aseguro, en
o también K wan ze yin. Este nombre tiene el mismo sentido que el nom- su presencia uno puede ser sensible. Yo lo he sido y no fui el ú~co.
bre de Avalokiteshvara. que es la que considera . la que va. la que se pone El azar hizo que, acompañado de mi guía - uno de esos Japoneses
de acuerdo. Esto es Kwan. Es la palabra de la que les hablaba hace un mo- para quienes ni Maupassant. ni Mérimée tienen secretos. ni nada de nues-
mento. Es su gemido o su llanto. El ze a veces puede borrarse. tra literatura. no entro en detalles. también Valéry, por otra ~arte en todo
Kwan yin es una divinidad femenina. En China esto es así sin ninguna el mundo sólo se oye hablar de Valéry, el éxito del Mallarme de los nue-
ambigüedad . aparece siempre bajo una forma femenina. y en lo que quiero vos ricos es una de las cosas que causan más consternación en ~uestra
que se fijen un instante es en esta transfonnación. En Japún, las mismas pa- época. pero recuperemos nuestra serenidad - entrara en el pequeno hall
labras se leen Kwan nOIl o KwtJlI ze 11011 .. según se inserte o no el carácter de esta estatua. y encontrara ahí arrodillado a un hombre de e~tre trel~ta
del mundo. y treinta y cinco años. algo así como un empleado muy hU~11IIde. quuá
No todas las formas de Kwall 11011 son femeninas. yo diría incluso que un artesano, verdaderamente muy gastado ya por la eXIstenCIa. Estab~~
la mayoría no lo son. Ya que tienen ante ustedes la imagen de las estatuas rodillas frente a esta estatua. y manifiestamente estaba rezando, lo ¡;
'par Pero tra..~ haber reza-
no es algo en lo que estemos tenta d ()!. de p..... ICI .
orf'

de este templo. donde la misma santidad o divinidad - término que debe h


do se acercó mucho a la estatua. pues nada impide tocarla. a la derec "a.
ser dejado en suspenso - está representada bajo una forma múltiple. pue- ,. d b' La .ró así dur.mte un tiempo que vo no sa-
d~n advertir que los personajes están provistos de pequeños bigotes e inti- a la izquierda y por e aJo. mI ' . d d . t' 'mpo se ~~uperpu­
rutas barbas apenas esbozadas. Tienen ahí, pues. una forma masculina. lo bria determinar, no vi el final. pues a deCIr \er a eS\~:da efusiva de un
so al de mi propia mirada. Era verdaderamente una m . no de ~n h~mbre
cual corresponde . en efecto. a la estructura canónica de lo que representan d' nario cuanto que se trata ba.
esas estatuas. con el número de cabezas y de brazos convenientes. carácter tanto más extraor I rta asi no puede serlo. ~ino de al-
vulgar. pues un hombre que se com po . _ modo a esta forma de <."0-
En la primera estatua cuyas representaciones les he hecho circular, se . edestinado de nmg un . I ad
trdta exactamente del mismo ser. Esta estatua responde a la fonna especi- guien que no parecla pr. . evidenh: que ~oportaba. resU I (1
munión artística. salvo por el fardo tan
fi~ como una Nyo i Rin. Kwan 1I0n, o Kwan le 11011. Nyo i Rin significa. de sus trabajos. sobre sus elipaldas. . ."'.~~Io baJo otra forTlLl.
allguaJ que su correspondiente sánscrito, como la rueda de los deseos. '[3 aprehenSión. voy a UOU"" . L.. I
El otro apartado de es h '·sto
I esa expreSión a....~O u-
He aquí. pues. lo que se nos presenta. . ... ~. l' \'Ilua su rostro. an \ . . _....
Han Visto usteuooS a es , . . posible leer en ella SI e~ t......
R~ncontramos por doquier a las divinidades prebúdicas asimiladas a tamente impactante por
el hecho de que es 1m
I.
.'
. r Entonces yo no !>(Ibl:! \:Iue e
ra
I~ dIferentes niveles de esta jerarquía. que se articulan, por lo tanto. como para ustedes o pennan ece
toda en e mteno.
ro hacia tiempo que babía 01",1
'.... hablar
niveles: etapas, formas de acceso a la realización última de la Belleza, o sea . una Nyo i Rin. una Kwa~ le non. ~to de esta..'i estltua.'i. a,'ií como de otra5
la mtellgen' 'l' d . de la Kwan yin. Pregunle. a propaso r~J
Cta u lima el carácter radicalmente ilusorio de todo deseo. Sm
~mhargo. en el interior mismo de esta multiplicidad convergente hacia un - E11 fin • , .es 1m hombre. o 'tila mu}t de. lo que se de,~""'lIó
rodeos _.~
en torno a esl4
c~tro que e!> en esencia un centro de ninguna parte. verán ustedes resur- Les ahorro los debates. los . J' póD. les repilo. puestO que los
gtr. de la fonna más encamada. lo que podría tener de más vivo. de más pregunta. que tiene todo su :.enudo en a
real • má" annnado • lOa,
. humano, más patético. en una relación primera con
"015

244
LAS CINCO FORMAS DEL OBJéTO a minúscula LOS PÁRPADOS DE BUDA

Kwan le no están hechos todos de una fOfila unívoca. y entonces lo


- - . emanda de la madre. Hay, en el estadio de la casu:ación fálica. el me-
l'eC\.)gí tiene algo de encuesta, en fin. algo así como el infonue Kinsey~ de la d i . troducción de la negatividad en cuanto al mstrumento del de-
tU\'e la certeza de que. para este muchacho cultivado. merimenia nos-falo.1amomento
ID
en que surge el deseo sexual como tal en e1campo de I
• . d roo. seo ' en
Pe 1proceso no se detiene en estas tres etapas, ya que en su l'llrute
.
maupassantesco, aSI como para un gran numero e sus camaradas a qu' _ Otro. eroe
DCS hice interrogar. la cuestión de saber, ante una estatua de esta clase I:
i
debemos reencontrar la estructura del a ~omo separado. . .
es macho o hembra. no se había planteado nunca. ' . az6n les hablé hoy de un espeJo, no el del estadio del espeJo. de
No~r ·dad· ~
Creo que hay aquí un hecho que es decisivo en otro sentido para abor- la experiencia narcisista. de la imagen del cuerpo en su totali , SIno
dar lo que podremos llamar la variedad de soluciones al problema del ob- . la medida en que es ese campo del Otro donde debe aparecer por
espejO en . d· al
jeto. Por todo lo que acabo de contarles de mi primer abordaje de este ob- . SI' no el a por lo menos su lugar - en suma. el resorte ra IC
pnmera vez. ' .
jeto, creo haberles mostrado lo suficiente hasta qué punto es un objeto para que hace pasar del nivel de la castr~ción al espeji~mo del objeto del de~o.
el deseo. . Cuál es la función de la castraCión en este objeto, esta estatua. del ~po
Si necesitan todavía más detalles, podrán advertir que no hay abertura má~ turbador. por ser al mismo tiempo nuestra imagen y otra cosa, mIen-
del ojo en esta estatua. Ahora bien, la.. estatuas búdicas tienen siempre ojos, tras que, en el contexto de una cultura determinada. ap~ como ~g? que
no puede decirse que cerrados, ni semicerrados, pues ésta es una posición no tiene relación con el sexo? He aquí el hecho extrano y caractensUco al
del ojo que sólo se obtiene mediante un aprendizaje, o sea, un párpado ba- que les he llevado hoy.
jado que sólo deja pasar un hilo del blanco del ojo y un borde de la pupila. 8 DE MAYO DE 1963
Todas la<¡ estatuas de Buda están realizadas de este modo. Esta estatua, por
su parte, no tiene nada semejante. A la altura del ojo tiene, simplemente,
una especie de cresta aguda, que hace que, con el reflejo de la madera. siem-
pre parezca que debajo hay un ojo. Pero en la madera no hay nada. Exami-
né bastante la madera. pedí infonuación, y la solución que obtuve - sin
que yo mismo pueda decidir hasta qué punto hay que creer en ella. me la
dio alguien muy especializado, muy serio, el profesor Kando, por decir su
nombre - es que la hendidura del ojo en esta estatua desapareció a lo lar-
go de los siglos. debido al masaje al que la sometieron más o menos
cotidianamente las monjas del convento. cuyo tesoro más preciado es esta
estatua. creyendo enjugar la" lágrimas de este rostro del recurso divino por
e.xcelencia.
Por otra. parte, la estatua entera es tratada por las manos de las religio-
~ de la rrusma forma que este bOrde del ojo. Su lustre es algo increíble,
algo de lo que la foto no puede darles sino un vago reflejo - reflejo de lo
que es en ella la irradiación invertida de algo que no se puede ignorar que
es como un larg~ ~e~eo. puesto en el curso de los siglos por aquellas
redu!oas en esta dIVinidad de sexo psicológicamente indeterminable.

Lo avaro~do de la hora no me pennite llevar más lejos mi discurso. Lo


que~es he dICho hoy nos permitirá ilustrar el pasaje al que hemos llegado.
ay. en el estadQ oral, ciena relación de la demanda con el deseo vela-
do de la madre. Hay, en el estado anal. la enu·ada en juego. para el deseO.

246
XVII

LA BOCA Y EL OJO


- . ..
~
Los labios. los dientes, la lengua
El lactante, pardsito
Punto de angustia y punto de deseo
Angustia y orgasmo
A"ulación escópicQ de la castración

•La list~ de los objetos en la teoría freudiana. objeto oral. objeto anal.
.. objeto fáhc~ - ya saben ustedes que pongo en duda que el objeto genital
sea homogeneo a éstos - debe ser completada.
En e.fect~..: el objeto defmido en su función por su lugar como a. el obje-
I "
to que tunclona como resto de la dialéctica entre el sujeto y el Otro. eslJi
t~avía por definirse en otros niveles en el campo del deseo. Todo se lo in-
dica a uSled;s en lo que he esbozado en mi enseñanza, y más especialmen-
te en la de este año.
Por ejemplo. aunque de un modo aproximado. ya lo he indicado lo su-
ficiente como para que perciban que el deseo vinculado a la imagen es fun-
ción de cierto corte sobrevenido en el C3II1po del ojo. O también otra cO$ll,
y que va más lejos de lo que ya conocemos - lo que hasta ahora se mos-
traba como algo enigmático en forma de Cierto imperativo llamado cate-
górico. en el que encontramos de nuevo el carácter de certeza fundamental
ya advertido por la filosofía tradicional y articulado por Kanl blljo la for-
ma de la conciencia moroJ. Abordarlo desde la perspectiva del ti nos pc'r-
mite situarlo en su lugar.
Si he apiado por proceder este año a partir de la angu~tia, ~ porque este
camino revivifica todlla dialéctica del deseo. y es I.!I único que DOS permi-
le introducir una nueva claridad en cuanto 1I la función del objeto respeclO
al deseo.
Mi lección de la úlrima vez quiso prescntificarles cómo 1000 un campo
de la experiencia humana que se propone como algo que constituye ~a
especie de salvación. la ex.periencia búdica, llegó a planlcar como su pon-
cipio que el deseo es ilusión.
....... 249
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula LA. BOCA Y EL OJO
-
(.Qué significa esto? Es f~~il sonreír ante la rapidez de la aserción todo a he abordado lo que debe reabrir para nosotros la eues-
por otra parte , Y 'aJ'
es liada. Por otr.l parte y~. diJe que no es de esto de lo que se trata en el 'ón de esta reducción a la pulsión oral. TaJ como funCIOna en la aclU 1-
budismo. Pero SI la a~ercJOn de que el dese~ no .es más que ilusión puede U d es sino un modo metafórico de abordar lo que ocurre en el plano
&.00' to fálico eludiendo el obstáculo creado por el hecho de que Freu d
lamttién tener un sentIdo para nuestra expenencla, se trata de saber cómo
de I o b1c 'lÓ nunca del comp1eJo
, .' " ' d
puede introducirse tal sentido y. para decirlo todo. dónde está el engaño. IV en último termmo el funcionamiento e
no resO " '
El deseo. yo les enseño a vincularlo a la función del cone. y a ponerlo castrac'1'0'n . La reducción oraJ lo vela. y permite hablar de el SIO tropezar con
en una determinada relación con la función del resto, que sostiene y anima b táculo. Pero si bien es justo hablar de metáfora. tenemos que encon-
el o s . . 'ó n de por que• raro n aqu f
el deseo. tal como aprendemos a situarlo en la función analítica del objeto trar en el mismo plano de la pulslón oral'la mdlcaCl
parcial. Otra cosa distinta es la falta a la que está vinculada la satisfacción. es tan solo metáfora. .
La distancia. la no coincidencia de esta faJta con la función del deseo Por eso ya traté de retomar una vez la función del corte del obJet~ rela-
en acto. estructurado por el fantasma y por la vacilación del sujeto en su tiva al nivel de la pulsión oral. la disyunción entre el I~ga.r de la satJsfac-
rc:Jación con el objeto parcial. ahí está lo que crea la angustia. y la angustia ción y el de la angustia. Ahora se trata de dar el pa~o sl~ulente. al que los
es lo único que apunta a la verdad de dicha falta. Por eso en cada etapa de llevé la última vez, es decir. situar el punto de con~unclón en~ el a fun-
la estructuración del deseo. si queremos comprender de qué se trata en la cionando como (- !.p). o sea el complejo de castración. y el n~vel que .Ila-
función del deseo. debemos situar lo que llamaré el punto de angustia. maremos visual o espacial. según el lado que que~arnos conSiderar. nivel
Esto nos hará volver sobre nuestros pasos - en un movimiento dirigido por donde podemos ver mejor qué significa el engaño del de~.
toda nuestra experiencia. pues todo ocurre como si. tras dar Freud con un obs- Para conseguirlo. lo cual es nuestro objetivo ~oY. en pnmer lu~~ te~­
táculo. el del complejo de castración. la teoría analítica hubiera conocido una mos que ir más atras y volver al análisis de la pulslón oral para precisar bIen

'" ~ I'~
suene de reflujo. un retomo que la devolvía a la búsqueda del funcionamiento dónde está . en este nivel. el corte. . é vinieron a concen .._re» v-
más radical de la pulsión en el plano oral. Ahora bien. este obstáculo. yo plan- El lactante y el seno. he aquí en tomo a ,q~ . en d las pnmeras
teo que es sólo aparente y que nunca hasta ahora ha sido franqueado. das las nubes de 1;\ dramaturgia del análiSIS. el ong 'ócn' la (uente de
Lo que voy a decirles hoy quizás nos permitirá concluir con algunas . fI 'ó incluso de su retencl .
pulsiones agresivas. de su re eXI n. __ l ' el desarroUo )¡oidinaJ
afmnaciones sobre lo que significa el tope al que llega Freud en el com- . I más fundamenuu. en .
todo aquello que cOJea. en o , .' no olvidar que se funda en
plejo de castrdción. . t temática com lene
del sUJeto. Al retomar es a .. .'. biológica del sujeto ~n el oc-
,
uo acto onglO ' . . al esencial para la sUbslsten¡;la
.
.~ o seu. la succll~n. . En
deo de los mamucros. . ' . '6 ') Aparenlemenl~. los ,¡¡hlos. -
, Que• es lo que f une.'Iooa en la SU'CI 'n.s e no.\ reveló ~'(lmo esen-
(, I funcionamu:nto que J h'
1 con tramos aquí de nuevo e .dad la función de un borde. ~ ~I a 10
cía) en la estructura de la e~ge";ll ~rde que sea ella mhma la eJ)I:~d'
nos presente la imagen nusma e . ara h¡¡¡;emos pel\:lbir qUC' pIsa-
.. -í decir de un curte. es ,;Qmo P
Es un hecho singular que el psicoanálisis. que inaugural mente percibió Cl0n. por as ' ,<
. ula¡;-lUn
la fUDCJón nodaI de lo que es propiamente sexual en la formación del de- mos un terreno segurc.~· I
dislinlO. el de a;trt.lc
No olvidemoS que en un plano mU YI I<IS más ligadoS al conc.los
seo, se haya visto llevado a lo largo de su evolución histórica a buscar cada á~ fundamenta es.' _ 1 mlÍs
\'ez ~ás en la pulsión oral el origen de todos los accidentes. anomalfas. significante. los fonemas m ~ .... lo "uc se refiere a su SWC
.( '. . del .anema. .... .. --' ocuparme
hlaJlCla,<¡. que pueden producirse en la estructuración del deseo.
elementOS consonlJnUcos . I de Jos labios. Volve." a
an esencialmente a Dlve
~~ q~e es cronológicamente original no es decirlo todo. todavía es basal. se mod ul
~ISO Ju!ttlficar que sea estructuralmente original. y que a ella deba cemí-
tU'5e a fin de cuentas la etiología de todos los tropiezos de los que noS ocu-
pamos. 251

250
lA.S CINCO FORlt,'I:\S DEL OBJI:..TO a mimísclIlCl LA BOCA Y EL OJO

4uizás. si .tenemos tiempo. de lo que ya he i~di~ado varias veces sobre las


- - . ' I ncia de la placenta, e incluso de una placenta del todo
palabr~<¡ fundamentales y su aparente espeCIfiCIdad. Mama y papa son ar- mi er,' i
'f os es la elO s e ....
se llama corio-alentoidea. medianle la cual. en lelUa una a~
f
ticulaCiOnes labIales. aunque se pueda poner en duda que su repartición espeCial. a qule , el huevo en su posición intrauterina se presenta en una
_ ., I sea de su desarro lo. . d
espedhl'a, general. SI no uDlversa . '. , 'ara<;itaria respecto al orgall1smo de la ma re.
relación senllp , d I ' fr . se
Por otra parte. que en los ritos de iniciación el labio sea algo que pued . I s resulta suoerente que en el conjunto e os mam .eros .
' e Para noSO ro. . e , E 1
ser simbólicamente perforado o expuesto. tnturado de mil formas. nos da ,. d ' órdenes el de los monotremas Y el de los marsupIales, n os
dlsttng an os • , '1'
una indicación de que nos encontramos ciertamente en un campo vivo. y . , 1 . h v dos tipos de placenta. corio-alentoidea Y cono-vlle lOa.
marsupla es a. I 1.
reconocido desde hace mucho tiempo en las praxis humanas. . a detenemos en esle matiz. Creo que de os monotremas es
pe ro no vamos , ~ d 11' pe
¿Es esto todo? Detrás del labio queda todavía lo que Homero llama el ueda a ustedes la imagen. desde la infancia. baJO la .onna e aque _os -
recinto de los diemes, y la mordedura. q _ animales que. en Le Petir Larousse, se apiñan en un reb~o y se
La existencia de una dentición llamada de leche. esa mordedura vir- qu~~o:n en la puerta de una nueva arca de Noé. Ha~ do~ por es~,e. a ve·
tual implicada que hacemos intervenir en la temática agresiva de la ag p . . lo T'lenen ustedes la imagen del ormlomnco. también la de
ces uno tan so . '. ro en
pulsión oral. con el aislamiento fantasmático de la extremidad del seno el ti ) e uidna. Estos monotremas son mamheroS. pe ,
- he aquí en tomo a qué hemos hecho girar la posibilidad del fantasma 101Iq~ee~I~::::o a~qu~ situado en el útero, no liene mnguna rdaclón
e o " ,. o Sin embargo. la mama ya eXIste,
del pezón como aislado. que se presenta ya a modo de un objeto no sólo lacentana con el orgamsmo matem . 1 Se p~"nta
P , . I t' -' riginal de a mama.
parcial. sino seccionado. Es así como se introduce en los primeros fan- Aq uí se
<
ve mejor cual es a Unl;l(,n o . ",,-
. bIT'
. . - su madre. Tenemo!> que conce .
tasmas la función del despedazamiento en tanto que inaugural, con la que como algo intermediO entre el retono y . ,'smo materno donde
hasta ahora nos hemos conformado. ¿Signitica ello que podamos manteo por 10 tanto. que es entre la mama Yel propIo orgaru,
ner esta posición? reside el corte. nivel del organismo ,'iviente la
Ya en el Seminario que di el 6 de marzo. acentué de qué modo toda la Aquí. antes de que apa,rezca en ~~~n olongarse más allá de la fun-
. pr
dialéctica llamada del destete. de la separación respecto del seno. debía Placenta . y veamos la relaCIón de nu nn,"A su desarrollo - en
de odo I bagaje que pe ....
retomarse en función de sus resonancias. sus repercusiones naturales. de ción del h~e\'~ - c~ado '~ued: de aliffi('nto en la que elni~ se ,uni~ a
todo lo que. en nuestra experiencia. nos ha permitido ampliarla hasta la una expenenc,a comun de busq , \ación que llamé pamsllana. lunclón
separación primordial. o sea. la del nacimiento. Con razÓn hemOl' recono- sus padres. lenemO~.
· claramente una re
ór ano amboceptor que ~ a
ambigua en la que mtefVlene es~. ~ 1 '-o con la mama t ) má\ pnmlll\ a
11--- .,,
I ~MY\"

cido en nuestra experiencia que hay analogía entre el destete oral y el des-
Dicho de otro modo. la relaclon e ;n nnile afimmr que es homól~¡¡
tete del nacimiento. Si ponemos aquí un poco más de fisiología. esta expe- . apan'ción de la placenta. lo que n pe l' ota forma una umdad ~~lD
riencia es muy adecuada para esclarecemos. que la. A'í 'omo la pace adbc
a su relación con la placenta., ~ ¡; " a mama e~t¡j en CIerto moJo _._1'
En el nacimiento. les he dicho, el corte está en un lugar distinto de don- . ·~tanJuntos...... . e~trUClW"'-
el niño, el niño y 1"mama e E 11 que le pennitc fum,'IOnaf ' . '
de lo ponemos, No está condicionado por la agresión contra el cuerpo ma- rilla. implantada sobre la m~'d~~~e pelr ser algo dc lo cual ~I nlll0 e~a
terno. E~ interior a la unidad individual primordial tal como se presenta en • n el nivel del 11. que o;e de 'u propill existencIa. .,
~I ~imiento, El corte se produce entre aquello que va a convertirse en e~ mente e modo inlemo a la espera . l ' lo de la puISl.)D oral
separado de un encia que resulta de: vIDe u
tn~lvlduo arrojado al mundo exterior y sus envolturas, que son partes de SI " rán ustedes la consecu
ve . . 1 te lIamamo~
miSmo, .en tanto que son elementos del huevo. homogéneos a lo que se ha con este objeto ambocdeePltOfp'ulsión oral? Es lo que hablhl~ ~o~I(l he
prodUCido en el desarrollo ovular, como prolongación directa de sU .e ál es el objeto
(, u '
a
'drc' Dónde está en ~te nI
'vello que l)(:e u .
á! allá de e~la e_tcru que
ectodenno y de su endodermo, La separación se hace en el interior de la 1 seno de la ma . (, c. tá ...rPCi~ente m , _..... En el
umdad que es la del huevo. e . unto de angu~t.a? t:.-" t .. -- , ustia está en la Ill4U'e,
llamado el ~ . 1 mama, El punto de ang· [" a del ag.ntamientO
Lo que trato de acentuar aquí es la especificidad de la organización lla- reúne al OIno ¡;on a fal' .• _ \a madre es la an~U!i I
'1' de la la uo;
mada marnffera en la e!itructura organísmica. niño. la angus la
Lo e!\pecífico del desarrollo del huevo para la casi totalidad de los ma- 253

252
LAS CINCO FORMAS DEL OBJE.TO a mi"úscula LA BOCA Y EL OJO

~ho. El lugar del punto de angustia no se confunde con el lugar d d


- Hay pue~ en 1a
, organización manúfera dos puntos onginales a distin-
o.
~slablece la relación con el objeto del deseo. 00 e se .
. E!;ta por un
lado la mama en cuanto tal. La relaclOn con la mama
, .' d I
Esto queda singulannente iluslrctdo por aquellos animales que he hecho gUlr., ' . ' lructurante para la subsistencia y el sosterumlento e a
gutrá Siento Id'
es I b'
aparecer ~omo representantes del orden de los monotremas. Todo oc se.. o La mama se convertirá ulteriormente en e o Jeto
laclo con e ese. , d
como si esta organización biológica hubiera sido fabricada por algún cu~ re , n ". Por otra parte. está.. en otro lugar, el punto de angustIa. on-
fantasmatlco. o'de I .
·
do r prensor. para manl'1'estamos Ia verdad ' oral con ese objet
era relaCIón rea , t ti'ene relación con su falta. Este punto no comCI con a mama.
pri"'ilegiado que es la manla. o
de el sUJe o
alg ún modo deportado al Otro. porque está.. en 1a madre.
Se encuentra. de • ,
En efecto. lo sepan ustedes o no, el pequeño ornitorrinco habita cieno o ndido de la existencia de su orgaOlsmo.
tiempo fuera de la cloaca tras su nacimiento. en un lugar situado en el vien- susr:e aquí lo que nos está permitido est,ruct~rar. de una fo~a más
tre de la madre. llamado incubatorium. Se encuentra todavía. en este mo- articulada por la sola consideración de la fislologla. Esta ~os muestra q~e
tnc!nto. en las en\'olturas de una especie de huevo duro. de donde sale con
a es un objeto separado. no del organismo de la madre. smo del Orgl~d Sd-
el • . , con 1a ma d re eS di' .SI'lota de esa tota
. - La relaclOn , I a
la ayuda de un diente llamado de eclosión. además de algo que se sitúa en mo d e 1 nlno. tal y sc aisla La
su labio superior y se llama carúncula. Estos órganos. que le permiten al organísmica de la que el a. ign?rado e~ cuanto • se separa , 'allád ",
, . on la madre. la relaCión de talta con la madre. ~ sil a ma~
feto salir del huevo, no son específicos de él. Existen desde antes de la apa- ~~~~~~:rcdonde se ha jugado la distinción del objeto parcial en tanto que
rición de los mamíferos. en los reptiles. Las serpientes sólo tienen el dien-
te llamado de eclosión. mientras que otras variedades. las tortugas y los co- funciona en la relación d~~ deseo. ,. le'a todavía. Yhay que tener en
codrilos. sólo tienen la carúncula. Por supu~sto. I.a relaclOn e~,más ¡;~::uc~ión. ademá'i de l\lS labios. de
Lo importante es lo siguiente. Parece que la mama de la madre del
cuenta la eXlstenCla. en la fum;lón de A í fue visto ya hace mucho tiem-
ese órgano enigmático que es la lengua. s
ornitorrinco necesita la estimulación de la punta annada que presenta el N) _ acuérdense de la fábula de .E.wpo., partir del n¡,,'e1 oral. lo que.
hocico de su pequeño para desencadenar su función. Durante unos ocho r' 't hacer Intervemr. a
La lengua nos perm l e o. ' doble hoOlolugía con
días. el pequeño ornitorrinco se empeña a fondo en este desencadenamien- . a állSlS ahmenta una
en la subyacencl3 de nuestro n" '. Por una parte. la lengua descOl-
to. que parece mucho más dependiente de su presencia y de su actividad . 'l' nerular dlSlmetrla. . nar por aspirac1 06 n. sos. IADi .
la función fá \Ica y su:; e- al de funClO . ,
peña en la succión el pape I ~sen~~ de llamada le pe~te a la f~ncl6n SC'~
o• •

que de un funcionamiento autónomo del organismo de la madre. Por otra


parte nos da. curiosamente. la imagen de una relación de algún modo in- miento de un vacío. cuya potencl. la lmacen. baJo una pnmel1l for
cde aportamOS t ('ItI3IIC-
"'ertida respecto a la de la protuberancia mamaria. Las mamas de ornito- efectiva. Por otra parte. ~u.. d('/ secreto de la succión. que pe o~
rrinco son un hueco. El pico del pequeño se inserta en ellas. Les dibujo los ma de \a salida de lo Olas \Dumo l ~ do de todo aquello que podAmo
elementos glandulares. los lóbulos productores de leche y este hocico ar- cerá en el estado de fantas~: e~~ca:' a saber. la re\'ersión (kl ~~:;;;
mado que se aloja - todavía no está endurecido en fornla de pico, como articular en tomO a la cune.l: de lo que se encuentra en lo más pro
'bolidad de una eversl n
más tarde ocurrirá. \a poSI l . ura el fan-
del secreto del i~teno:~ ..tia esté má.~ allá del lugar "'lUde ~ea;Smanifiesl"
Que el punto .e a:o~ el ohjelO parcial. es lo que se ponJl3I1«c slcmpIT
taSma en su rel:""~I: de ese fantasma tan gráfil."O y q~::ieJ1¡J Itl\)()ll de la
en esta prolon~a~1 acente en el crédito que d~S
3
S A 0 gen del';lInlplriSlllO.
más o menos ~u y _A expresa rnrdlante 3 una _~A- el niño es
a fantasma que ,.., '6 'on la 11"""~'
Angustia relación ora1 . eI el mooo de su relac. n... f mpo ~uspendi·
' bien es cierto que. en aJ1I' ~mo está durante un le . ' e"
SI que su org, . 131 vampiro - .
un pequeño ,,:unPlro... ~ '. sin embargo. lam~(l es
o

El punto de angustia .' '6n para~ltana.


do en poSICI
255

2,'i4
lA'I CINCO FORMAS DEL OBJl:.70 a minúscllla LA BOCA Y EL OJO

dr. que ~n ningún momento irá a buscar con sus dientes en la madre 1 f
- uy bien cómo justificar en cuanto a la fase fálica. Conviene. sin
a ¡Ola-
, y eal'l~nte d e su a l'lmento, S'10 em b argo. JX?r mítica que sea. la uen- sabíamo,S m .. á
te \'Iva embargo. señalar que en e~ p.lano or~ se produce algo que nos perrrutlJ'
g~n del vampiro nos revela. por el aura de angustia que la rodea. la vcrdad . ntamo s en toda la dlalectlca ultenor.
de la relal'ión oral con la madre, Más allá de la realidad del funcionami oneAcabo de enunciarles, en efecto. Ia repartlcI .. _~ y
. 'ón topo1"oglca de1~v
to organí!-mico. se esboza y se perfil .. una dimensión que da al mensajee~­ de la angustia. El punto de angustia está en el Otro. en el cuerpo de .Ia ~-
acento más profundo. el de una posibilidad de la falta. realizada más a~~ funcionamiento del deseo - o sea del fantru.ma. de la vacilaCión
d re. El . al J .
de lo que la angustia esconde en sí de temores virtuales por el agotamient; que une estrechamente al sujeto con el ~, aq~ello mediante lo cu e sUJe-
del seno. Cuestiona la función de la madre. La relación con la madre, en la e halla suspendido de ese a resto. IdentIficado con él - permanece
medida que se perfila en la imagen del vampirismo - he aquí lo que nos t~ s
siempre e ll'dl'do . oculto , subyacente
. a toda relación
, del sujeto con un obJe-
~rmite distinguir el punto de angustia del punto de deseo. En el nivel de lO cualquiera. Y tenemos que detectarlo allí.. .
la pulsión onu. el punto de angustia está en el Otro. es esto lo que experi- Lo ven ustedes aquí en la pizarra. He aquí el OI"el S del sUJeto. que. ~n
mentamos. , . uema del florero reflejado en el espejo del Otro. se encuentra mas
mi esq I . I lano de
Freud nos dice - la anatomía es el destino. Como ustedes saben. he d I 'o He aquí dónde se encuentran las re aClones en e P
ac á e es peJ . . . I 1 'ampo
llegado a alzanne en determinados momentos contra esta fórmula por 10 la pulsión oral. El corte. como les dije. es un térmmo eseOCla en e \;
que puede tener de incompleta. Se convierte en verdadera si damos altér- 'eto El deseo funciona en el interior de un mundo que. aun estllJldo
d e I sju ' . I . . d lo que que-
mino anatomía su sentido estricto y, por así decir. etimológico, que pone d'. rso lleva la marca de su primera clausura en e mtenor e
IS~. '. . ;rtua! de la envoltura del huevo. Volvemlls a encontrar-
de relieve la ana-Iomía. la función del corte. Todo lo que conocemos de la da, ImagmartO o v.. , ' . ..
anatomía está ligado. en efecto. a la disección. El destino. o sea. la relación
del hombre con esa función llamada deseo. sólo se anima plenamente en la nos. ~~~
(.
::rrirá
- la noción freudlana de autoerotlsmo.
con esto en el nivel donde s~ prod~ce edelclomple~de::
" . a verdadera m"erslón punto
.

medida en que es concebible el despedazamiento del cuerpo propio. ese tración? Entonces aSlshmos a un
corte que es el lugar de los momentos electivos de su funcionamiento. y del lugar de la angustia. ..... . duda \(Idavfa jm~rfl!'Cto. pero
d de un muu<l stn
La separtición fundamental - no separación. sino partición en el inte- Si algo se ha PIantea o. . la ardua hecha ""SO a pa...o desde
· duna conquls . ,.-
rior - . be aquí lo que está inscrito desde el origen. y desde el nivel de la cargado de todo el re lleve e . I reveló en la estruCtura. es
· ' to freudiano que o 'ó
pulsión oral. en aquello que será la estructuración del deseo. el origen del deseu bnnuen l 'í 'uJo con c1objeto en la relacl n
.. o sea que e \ nI; ..J 1
¿Qué tiene de sorprendente. entonces. que hayamos ido al nivel oral para ciertamente la l;astra\..-lOn, . . . '6 d I óroaDO En este DI\C • e
, If' te la pnvacI n e .. , ' ..
encontrar alguna imagen más accesible para lo que siempre ha permaneci- fálica contiene Imp cltamen S' h biera Otro - Y poco Importa
. 'mplicado, 100 U . ' . • , _ no
do para nosotros como paradoja - ¿y por qué? - en el funcionaoúento Otro está eVidentemente I adr de la interdiCl..1ón ongm.....
ligado a la copulación. a saber. que también ahí prevalece la imagen de un que lo llamemos madre ca'itradora o p e .
corte, de una separación? habría castraCI'6n. .Ó con el funcillnanuenUl . """,131000
~"I·- .
La rc lación escndal de la cas~cI Dé. <k todo. de acuerdo C(ln la I.~-
a nos ha iDcitado a intentar aquI ~d~e:~ie~amente que en este nt vel.. "ID
Y . Freud que nos le.. \; es cOIl CII~rta
dil;ación del propiO . ' m'-argo con lo que nos topamo~ I.,";dad de
2 que nada 1o JUS t'l fique.
.
SIn e'" algo que re~lde . en w_ ..n~ part lCU ;...

roca biológica - actlcularla co~o nÍ\'el blológi~-O humano· . ._


., del órl>ano copulatono en el . '.Ies en otra.~ r.una.\ aD1
la f unclOn., . en otroS nth • más
Como ya sc lo he hecho o~rvar. e uC'de llamarse de la fonoa ti a-
Este corte, lo llamamos impropiamente castración. pues lo que funcio- . 1 órgano copul atuno • lo qu P n ..ancho. un órgaJl<l de J
na e.\ una imagen de eviración. Olales. e (¡' 1órgano macho. es u ..
No e~ car.ualidad. sin duda. ni sin duda está mal pensado. que hayamOS suman.amente anal l!.Zlca e
Ido a buscar en los fantasmas más antiguos la justificación de lo que no 257

256
L-tS CINCO FORMAS DEL OBJl:.TO a milllíst'ultl lA BOCA Y EL OJO

ción. Es esencial no creer que un determinado avatar del runcion .


- · 'I'ón como dirección del lugar de la certeza. El orgasmo. de todas la~
ub Icac • . .
. I d d· h ó l· l ' amiento
partu:u ar e. IC o ¡-gano ~opu alono en as org~mzaciones animales lla- angustias. es la única que alcanza realmente su tennmaclón. , .
madas supenores. el mecamsmo de la tumescencJa y en particular de la de- por esta misma razón. el orgasmo no se alcanza tan comunmente. SI
tumescencia. sea de por sí esencial en el orgasmo. bien podemos indicar su función eventual e~ el sexo en ~I que sólo hay
Desde luego. no trataremos de concebir qué puede ser el orgasmo en realidad fálica en forma de una sombra. t~blén ~n este mismo sexo el or-
relaciones copulatorias estructumdas de otro modo. Por otra parte ya ha asmo permanece para nosotros más emgmátlco. más cerrado. nunca
bastantes espectáculos naturales impresionantes. Basta con pasearse por I~ guténticamente situado quizás hasta ahora en su esencia última.
noche junto a un estanque para ver volar. estrechamente anudadas. dos li- a . Qué nos indica este paralelo. esta simetría. esta re\'ersión establecida
bélulas. y este solo espectáculo puede decir bastante sobre lo que podemos ent~e el punto de angustia y el punto de deseo. sino que en ninguno de los
concebir como un largo orgasmo. un largorgClsmo. si me permiten ustedes dos casos coinciden? y es aquí. sin duda. donde debemos ver la fuente del
crear una palabra. Por otra parte. no sin razón evoqué la imagen fantasmá- enigma que nos legó la experiencia freudiana.. ..
tica del vampiro. que no es soñado por la imaginación humana sino como En la medida en que la situación del deseo - VIrtualmente Imphcada
un modo de fusión o de sustracción primera en el origen mismo de la vida, en nuestra experiencia. y que. por así decir. la trama por entero ~ no está
donde el sujeto agresor puede encontrar la fuente de su goce. Sin duda. la sin embargo verdaderamente articulada en Freud. el fi~ del ~állsls da alO
un tope. y tropieza con el signo implicado en la relactón fálica. el (ep). en
existencia misma del mecanismo de la detumescencia en la copulación de
tanto que funciona estructuralmente como (- ~). lo ~ual hace que !OC tome
los organismos más análogos al organismo humano basta ya de por si para
esta forma como el correlato esencial de la sallsfacclón.
marcar el vínculo del orgasmo con lo que se presenta. claramente. como la
Si al final del análisi!i freudiano. el paciente macho ~ hembra ~s re-
primera imagen. el esbozo. del corte. la separación. el doblegamiento.
clam~ el falo que le debemos. ello es en función de una InsufiCIencia pur
afánisis. la desaparición de la función del órgano. nuestra parte a la hora de distinguir la relación del deseo I.:on el objeto y la
Si tomamos las cosas por este lado. reconoceremos que. en esta escansión.
falta constitutiva de la satisfacción. . .. t p....C;¡
el punto de angustia se encuentra en una posición estrictamente inversa res- . é" P se dinge siempre a u rol ... ' .
pecto a donde se encontraba en el nivel de la pulsión oral. Lo homólogo del El deseo es ilusono: ¿J?Or qu . orq~~n del sujeto con el Otro y que lo
ac
un resto. un resto conslltUldo por la rel . d . ber d<lndC puede: encon-
punto de angustia oral es el orgasmo mismo como experiencia subjetiva. . . d " b· erta la cueSII ó n e sa
SUStitUIrá. Pero esto eJa a l . , ralo IOdo"'xlc:rnso. e~ ca-
Esto es lo que nos permite justificar aquello que la clínica nos muestra · 'fal nt'nnanente mngun l. • ..
trarse la certeza. Nmgun· ~."-. . dialéctica de la relación del ~ujet(l
con mucha frecuencia. o sea. la equivalencia fundamental entre el orgas- . la función estrUCluran le
mo y al menos ciertas formas de la angustia. la posibilidad de la produc-
Paz de cerrar con nada apal.:lguador
· 'os
la
acercamos a
con el Otro. y con lo real. S I aqUl n. . d tenemos aquí. cúnfe~ nues-
ción de un orgao;mo en la cima de una situación angustiante. la eventual del señuelo. ¿significa esto que debamos _~A ',-qUl·etmlladl\lino.:iónenlre
erotización. nos dicen por todas partes. de una situación .mgustiante que se tra l·mnqtencla
y"
. nuestro li'nute
. ..
y eI fpunto dOl/U\." .....
·00" Yo creo qu~~ "'1
.I
~s a~f c.-n a"so ulO.
m .. ,
busca en cuanto tal. el análisis finito y el anáhsls mde InI • I el nen'io más S(1;relo de
. I se I)CU ta en
E...to también justitica algo de lo que tenemos testimonio humano uni- Aquí es donde interviene .0 qu~ . .Jel esladio <kl c:~pejo. y que nos
versal. renovado por el de Freud. Vale la pena. después de todo. advertir . balO la loooa u . punlo de
lo que plameé hace uempo '. .sma relación. deseo. obJelo y _
que alguien del nivel de Freud osa atestar que a tin de cuentas no hay ma- obliga a tratar de ordenar. en la mi f mtruducidt1 en 1" úluma lec
\'0 objeto a que ue
yor satisfacción para el ser humano que el orgasmo. Si esta satisfacción angustia - o sea. ese nue
supera todo lo que le puede ser dado sentir al hombre como para atribuirle ción. el ojo.
una función de primacía y de prelación, si la función del orgasmo puede
alcanzar tal eminencia. ¿no es porque. en el fondo del orgao;mo realizado.
se encuentra lo que llamé la certeza ligada a la angustia? - en la medida
en que el orgasmu e!> la realización misma de lo que la angustia indica como 259

258
L1S CINCO FORMAS DEL OBJETO II minúscula

3 - Olcno~
U\ IJ()C~\ y tL OJO

naturJlel>. a saber, las aparienl'ia!.lIamadas milJlélic:t~, 'I1It" ~e muni.


fiestan en la escala animill exactamente en el mi~mo punto donde apaIC1:C
el ojo. En lof, insectus - a propósito de lo~ cuales puede \orprendernm,
Por supuesto. este objeto parcial no es nuevo en el análisis.
por qué no, que tengan un par de ojos como los nucstros \em()~ ~urgir
Sólo tendré que evocar el artículo del autor más clásico. el más "
"d I 1.1" I S L: ' Ulll\er. la existcncia de unll dohle mancha cuyo efecto ('~ fascinar al otro, predador
s'al mente ~d mltl o ~n e ,~na I~~S. e r. I~ell\chel. sobre las relaciones de la o no. Y los fisiólogos. ya sean c\'oluci<lIIislao¡ o no, 'ie rompen la caOc/..a
escoptofíha con la IdentlÍlcacton, y las homologías que él descubrirá , preguntándnse qué puede cllndicionar su apam'16n.
. . l j' ,• 1 S' b entre
esta f unclOn y a unclon ora. 10 em argo, todo lo que se ha dicho sob Este elemento de fascinaci6n en la fun~'ión de la minlda. donde Illda ~uh­
este tema puede parecer. con razon, . .IIlSU fí'
IClente. re
si~tencia suhjetiva p:trcce perderse. ah~orber~. salir del munl.kl, e~ ell \í mi~·
El origen del ojo no nos remite sólo a los mamíferos. ni siquiera a lo~ mo enigmático. /-le aquí, sin emhargu. el pUnlO de Irmwación que n()~ per-
vertebrados. ni siquiera a los cordados. El ojo aparece en la escala animal mite cuestionar lo que no), revela la función del dl.'sco en el campu \'isual.
desde el nivel de organismos que no tienen nada en común con no~otros, Por otra parte llama la atención c.¡ue enloda., las tentati\':I~ de aprehen-
Como ya he tenido que señalarlo, existe tanto en la mantis religiosa como der. de razonar y dc loglcilar el mislerio del ojo clln eIlill de du(idar e\U1
en el pulpo. Aparece allí de una forma extraordinariamente diferenciada. forma de captura capital del dcseo humano. se rnalllhe)te el lanl .. Mlla del
con una apariencia anatómica parecida, en lo esencial. a la del ojo del que tercer ojo, No tengo necesIdad de decirles '1ue. I."n la\ imá¡¡ene\ del Huda
nosotros somos portadores. que mencioné la última vez. el tercer ojo está ,ielllpre indll:ado de iLlgún
El ojo se presenta con una particularidad que tenemos que advertir de modo.
Estc tcrcer ojo es promulgado, prnmo\'ldl). aJ1iculado. en la Ola\ IInll-
entnlda. a saber, la de ser un órgano siempre doble. Funciona en general
gua tradición mágico-religi(lsa. i{csurge induso r.o ()e~¡u1e', qUII:o. cosa
dependiendo de un quiasma. o sea. está ligado al nudo entrecruzado que curiosa. sólo encuentra ~u subslrato en un lirganll rcgrc\l\o. rudi/llCfltal1o,
vincula las dos partes simétricas del cuerpo. La relación del ojo con una el de la epífisb. PUl.'dc decirse quit.á~ que. en UII punlU de 1<1 eM:aliJ anllna!.
simetría al menos aparente - pues ningún organismo es del todo simétri- aparece y se realiza algo que IIcvarla la huella de ulla ill,IUgU;1 el1K',!e.~Ja
co - debe ser tenida en cuenta eminentemente por nuestra parte. de este aparato llamado tercer ojo. pem que aquí 110 es 111:1\ tille enl¡ullaI.l' n,
Mis reflexiones de la última vez señalaron la función radical del espe' porque no tenemos ningún teslIIllllnio al IC\peclo. fÓsil () de ,,1m IIpo,
jismo, que está incluida desde el primer momento en el funcionamiento del En este nuevo campo de relacllíll cun el deseo. lo que ,"r~e ("1110
ojo. El hecho de que el ojo sea espejo implica ya de algún modo su estru~­ , . 1a del fan l'.I~'Ina e~, ,¡tJoHl
correlato del 11I11I11USCU ,,"""
~ "'''111''' IIl1nw .un pun0
"IlC 1"""",

tura. El fundamento. por así decir. cst¿tico tfilscendental de un espacIo to cero. cuyo de~pliegue en todo el ,'ampo de la Vlsllln c\ Iut"f1le (>lU a lI~l'I~
constituido debe ceder su lugar a otro. Hablamos de la estructura lIasc~n­
, '
tros de una especIe ;lpaclguanuc:'nlo, 4 ue l e , '
r en' oc,de siempre .sU Irlll.hll.~h", ·'-1 Je.
, < H' I í una W,""n\/II/1 del ,1c~gJrT" tIC
dental del espacio como de un dato irreductible de la aprehensión estél1~a en el término contclllplacu,n, 41Y a I (rác/l !--"
(;"mo unu ,Onln,1 \ltlO, __
_ nn'
seo _ . <u'pen~i¡)n ciertarnente f á
r' III I . 1i.l1I r .• _ l: I
del mundo. mientras que esta estructura sólo excluye una cosa - el oJo '. ,,~, I ' .u U~ ~','"n.... IC s C
1 . . ara deo,cnmi.lsc.lraI c:' rnl\ten q , , ..
mismo. lo que es. su función. Se trata de encontrar las huellas de esta fun- dl~puesta a lep eg ane P . . ti ' .LI ~n la mi'lIIa ",Clildll
, h' r '11 p'lreee ,'on II~ Im(l~ " " ,~
ción excluida. Ya en la fenomenología de la visión se indica suficientemen- punto cero, la Imil~en U( IC ' . C"an de la fa ....·j/l¡w;lIln de lalllir,,'
te como homóloga de la función del a. en que: Ilt~ párpadus t'Olnrnados n"~ prc'oC .... 1(1 VISI"rc t<Xl¡¡
, l' 'lIdie"n h,,1;¡ fi1l""1 c, .... en ' .
Sólo podemos proceder aquí por puntuaciones. indicaciones, observa- dó! ..1 m"mOllempo que IK~ .. / l' Vlt~ Pacu det:lr/" hKII). e~l;¡ Ii~u'
ella vuc!la hacia lo in\'I,ihlt'. ~ nI" ve .'.. " \u'i""/ICk. anula en
done", (ji! e:nlt>nlllt"lIle H ~II (;tI!!!) ; .. -

Todos aquello!>. especialmente los místicos. que se aferrdron a lo que ra toma el puntu tiI! angu~ .. ,l J-f ,"'lI( 1" IIUC qUI~ I/ldkdrle~ Ii!
,
apanencla e ml\ Ienll. de la C41,UlIl.'Il
. 1
, ' n, l' e - - ."
udW 10\ t"~II,1!aclt\n que Ice

podria llamar el realismo del deseo. y para quienes toda tentativa de alcan- • ' , ,., ' ~ I Ib<.crv ¡}(:U,11)("o y '1m a peq .
zar lo esencial debe superar aquello que atrapa en una apariencia que nun- ultImó! ver con mI. . l' '" tk t>o.a, JI~urlls.
sohre la apaIc/l~ illllbiglJ('dlJd pM':O O~I' a .
ca e~ concebida sino como apariencia visual. nos han puesto ya sohre la
pj~ta de algo cuyo te!.timonio se eocuentra t3mhién en loda c1a<;e de fenó- ZM

2N1
LAS CINCO FORMAS D/:.'L OBJETO a minúscula

¿Signitka esto que exista. de algún modo. la posibilidad d


· oé . I . e confiar en
- XVIII
un campo apo l Ineo. n hco. contemp altvo. donde el deseo pu d
'ó d e a SOste.
nerse en una anu laCI n e su punto central. en una identificación d
LA VOZ DE YAHVÉ
e1 punto cero.?COD segun'dad no. puesto que queda precisamente el eaCOn
· e l Untco
to cero entre anl bo s oJos. ,. I de'mquietud que permane puno
ugar
nuestra relación con el mundo cuando dicho mundo es espacial. ESI~e en
impide encontrar en la fórmula del deseo-ilusión el último término d:~s
. . a
expenencla.
Reik y el uso del simbolo
Aquí. el punto de deseo y el punto de angustia coinciden. pero no se El sonido del shofar
confunden. y dejan abierto incluso aquel sin embargo donde se relanza eter. Que Dios lo recuerde
namente la dialéctica de nuestra aprehensión del mundo. aquel sin embar- Función del lunar
go que vemos resurgir siempre e.n nuestros pacientes y que he estado bus- Lo q~ nos miro
cando un poco cómo se dice en hebreo - eso los divertirá.
El punto de deseo y el punto de angustia aquí coinciden. y sin emhlzrgo el
deseo. que se reduce aquí a la nulificación de su objeto central. no es sin este En términos generales. para dar una orientación sumaria a alguien que
otro objeto al que la angustia lJarna. No sin objeto. No sin motivo les di la llegara por azar en medio de este discurso, diría que estamos completando
fónnula de la articulación de la identificación con el deseo en este no sin. la gama de las relaciones de objeto.
En efecto. nos hemos encontrado en la necesidad. debido a la e;tperien-
Más allá de este no sin objeto se plantea para nosotros la cuestión de cia de la angustia, de añadir al objeto oral, al objeto anal yal objeto fáJico
saber dónde se puede franquear la barrera. el callejón sin salida, del com- _ cada uno generador y correlativo de un tipo de angustia - otros dos
plejo de castración. pisos del objeto. llevándolos. pues, hasla cinco.
Lo abordaremos la próxima vez. Desde hace dos de nuestros encuentros. estoy en el piso del ojo. Hoy
voy a situanne en él de nuevo para hacerlos pasar al piSO · que ahora se !rala
de abordar. el del oído. Seri bsurdo
15 1963 Como les dije, ésta es una presentaCión a grandes rasgos. a I ha
DE MAYO DE .<"':A~ y oscurecedor De bec • se
creer que es así. salvo de un modo exot"".....,· .' I .. ~~
. d' uáI es la funCiÓn de uc"",," Y
trata en cada uno de los ruveles e situar C '. . sobre 10-
ninguno de ellos se puede separar de las r~pe(CUslOnes que : : la funda-
dos los demás. Los une una íntima soltd~~ que se: e~ advenimientO
ción del sujeto en el Otro por ~a vía del ~~~I:te. ~am3 que pcnn,'UIC-
de un resto a cuyo a1rededo~ glf3 ~I ru:amaaIú la ::;~stia para permitimos
cena opaco para nosotros SI no estuViera
revelar su sentido. . _ .., .•~s en las que al8 UDOS pue-
Esto nos conduce a men udo a ex\; 'unlones auu h -" ,....L.".
de mi C1JS('IianZ3. ~,.
den ver no sé que encanto compro
bada ,,~o'
'.'
:o __ "':An
·cencia. Un día setD sun......... •a
me si les digo que no me adenttO en ello SUI cru;díaZlI que les doy. No me ~
estudio el método según el cual procedo en ri El día que se buSqIIe ~ pnn-
rresponde a mí scm,,..,.,nente
b--
deletrearles su gor'_ftcmisibles y rodaYÍ3!1e ha-
.' . que scanu ........ -
cipio en los textos que puedan ~"UbsísUf.
AS DEL OBJETO a minúscula

gan entender. de lo que aquí les aporto. se verá que e l ' - LA VOZ DE YAHVÉ
. del' • n o esencial este
no se dis·ungue· objeto abordado. .. método
Este método se deriva de una necesidad . La verd'ad d elevada significación. una fuente de confusión. una profunda falta de base.
. e ipSlcoanáli
' . cuya forma más sensible y más manifiesta se encuentra en lo que llamaré
menos en parte. sólo es accesIble a la experiencia del psico al' SIS. al
.. . d an Ista El p . el uso puramente analógico del símbolo.
ClplO mIsmo e UDa enseñanza pública parte de la idea d . .' nn-
. . e que, SiD emb El sllOfar en cuestión. es preciso en primer lugar que aclare de qué se
go. es. comulllcable
..
en otro lugar. Dicho esto. nada está res l
.. . ue too ya que l
ar-
trata. pues no estoy nada seguro de que todos sepan lo que designa Es un
expenencla pSlcoanahuca debe a su vez ser orientada. a falt. d l a objeto. Yme servirá de eje para substantificar ante ustedes lo que entiendo
.' S ,. . . a e o cual se
extra\ la. e extravla SI se parclahza. y, como no hemos deJ'ad d - de la función del a en este piso. el último. donde nos permite revelar la
. '. . _ ..' o e senalar
desde el comienzo de esta ensenanza. se parclahza en diversos pu t d función de sustentación que vincula al deseo con la angustia en lo que es
.. al' . . n os el
IDOv1ffi1ento an° IltcO. en especIal en lo que. lejos de ser una profundización su anudamiento último. Comprenderán ustedes por qué, más que nombrar
o un complemento aportado a las indicaciones de la última doctrina d enseguida cuál es el a en este nivel - va más allá que la ocultación de la
Freud en la exploración de los resortes y el estatuto del yo, lejos de ser un: angustia en el deseo vinculado al Otro -lo abordo mediante la manipula-
continuación de su trabajo. es propiamente una desviación, una reducción. ción de un objeto, un objeto ritual.
una verdadera aberración del campo de la experiencia. sin duda forlada por ¿Qué es este shofar? Un cuerno. Es un cuerno en el que se sopla y que
una especie de espesarniento que se produjo en el campo de la primera ex- deja oír un sonido. A quienes no lo hayan oído. sólo puedo decirles que
ploración analitica. la cual se había caracterizado por el estilo de ilumina- acudan a la sinagoga a un ritual de las fiestas judías. las que siguen al Año
ción. por la clase de brillo que sigue acompañando a los primeros decenios Nuevo. llamado Rosh Hashanah. y que acaban el día del Gmn Perdón. Yom
de la difusión de la enseñanza freudiana y a la forma de las investigaciones Kippur. para regalarse la audición de los sonidos. repetidos tres veces. del
de la primera generación. shofar.
Hoy voy a hacer intervenir a uno de ellos. todavía vivo. creo. Theodor Este cuerno es generalmente. pero no siempre. un cuerno de carnero.
Reik. y precisamente, de entre sus numerosas e inmensas contribuciones en alemán Widderhom. en hebreo Qlluell ha .robel. En el artículo de Reik
hay reproducidos tres ejemplares. particularmente valiosos y célebres.
técnicas y clínicas. algunos de sus trabajos impropiamente calificados de
pertenecientes, respectivamente. a las sinago~as de Lond.res y ~e
psicoanálisis aplicado. los que hizo acerca del ritual.
Amsterdam. Su perfil general es más o menos semejante. Se prest'llta cla-
Se trata aquí. especialmente. del artículo publicado en ¡mago. hacia el
último año - no lo he traído. me olvidé - , consagrado a algo cuyo nom- sÍl:amente así.
bre ven ustedes escrito en la pizarra en letras hebraicas. el shofar _"t~.

Este estudio de Reik es lan fulgurante. tiene tal brillo. tal fecundidad.
que se puede decir que el estilo, las promesas. las características de la éPO-
ca en la que se inscribe se vieron. de pronto. extinguidos.
No hubo nnguna estimación equivalente a lo que se produjo en este.~­
riodo. y conviene preguntarse por las razones de esta misma interruPCloD.
Sin embargo. si leen ustedes este articulo. verán manifestarse en él en
grado máximo. a pesar del elogio que puedo hacer de su penetración YsU
265
264
L4.S CINCO FORMAS DEL OBJETO ._
mmuscula
-
(l
lA VOZ DE YAHVÉ
&te de: aquí más bien nos hace pensar qué es.
cos que le pernliten a una fonna de estudio aportarse a sí misma sus peo-
. L\)~ autores judí~s que se interesaron en este objeto y catalo
diversas formas. senaJan que una de ellas está hecha con 1, garon SUs pios límites. No nos basta con que el shofar y la voz por él Mlportada pue-
- S' d d ' . e cuerno de U dan ser presentados como analogías de la función fálica. ¿Por qué no. en
ma~ h\l cab no. In u a. un objeto que tIene este aspecto d be n
'¡'d d 1 ¡ e ,Con la ma efecto? Pero cómo Yen qué nivel. ahí empieza la cuestión. Es ahí también
yor proba bI ¡ a ,ser e resu tado de la fabricación. de la al! .'6 -
.- ., . cracl n. de la donde la cosa se detiene, En un cieno límite. este manejo intuitivo.
red occlon - qUIen sabe. es un objeto. de una longitud considerabl e. más analógico. del símbolo deja al interpretador desprovisto de todo criterio. y
grande que la que \es presento en la pIzarra - , de la instrumcntalizació entonces todo se encabalga. caemos en una mezcla que no tiene nombre.
de un cuerno de macho cabrio. n
Les indicaré algunos puntos. para que se hagan una idea.
Quienes se hayan regalado o se regalen esta experiencia darán testimo- El cuerno de camero es ciertamente indicativo de la I.-orrelación. y por
nio. creo. del carácter - digamos. para permanecer dentro de límites qué no decir también del conflicto. con toda la estructura socialtotémica
. d 1" f que
no sean d. ema.li¡a o. lOCOS - pro undamente conmovedor. inquietante, de en la que está inmersa toda la aventura histórica de Israel. ¿Pero cómo es
esos somdos. Con Independencia de la atmósfera de recogimiento. de fe que ninguna barrera retiene a Reik en su análisis. ni le impide identificar al
incluso de arrepentimiento. en la que se manifiestan y resuenan. surge un~ final al propio Yahvé con el Becerro de Oro?
emoción nada habitual por las vías misteriosas del afecto propiamente au- Moisés. cuando desciende del Sinaí. radiante de la sublimidad del am<Jr
ricular que no pueden dejar de conmover, en un grado verdaderamente in- del Padre. ya lo ha matado, y la prueba de ello es que se convierte en aquel
sólito. a todos aqueUos que se ponen al alcance de oírlos. ser verdader.tmente airado que destruirá el Becerro de Oro Yse lo dará a
Leyendo este estudio. uno se sorprende por fuerza de la pertinencía. la comer en fonna de polvo a todos los hebreos. Reconocerán ustedes aquí la
sutileza. la profundidad caracteristicas de la época a la que pertenece. por dimensión de la comida totémica. Lo más extraño e~ que. como las necesi-
las reflexiones de las que está repleto. No sólo está lleno de ellas. sino que dades de la demostración pasan forzosamente por la identificación de
verdaderamente da la impresión de que se producen en torno a no sé qué Yahvé. no con un becerro. sino con un lOro. el becerro en cuestión o¡efá pues
centro de intuición. de olfato. Desde entonces, sin duda cierta macha- necesariamente el representante de una divinidad-hijo junto a una di\~ni.
conería. también el desgaste del método. nos han hastiado con lo que surge dad-padre. Sólo nos hablan de Becerro para confundir las huella!> y deJar-
de estos primeros trabajos. Pero en comparación con todo lo que se podía nos en la ignorancia de que también había un toro. A~f pues. pue..~IO que
llevar a cabo en aquella época en materia de trabajos eruditos - puedo ase- Moisés es el hijo asesino del Padre. ¿qué es lo que Moisés quie~ deMnur
I d <.nlazanuelll<l5. en-
gurarselo. confíen en mí, ya saben ustedes que todo los que les aporto aquí con el Becerro? Mediante la sucesión de todos es os e... .
. brúiula can,., de onen-
~ alimenta a menudo. por mi parte. de investigaciones llevadas aparente-
cadenada de tal modo que carecemos de cua IqUler. I~
. . . . la ¡k MOJ!>é~. Todo 'ir
mente hasta los límite!> de lo superfluo - . el modo en que Reik interroga tamos. resultará. pues. que es su propIa insIgnia. .
los textos bíblicos donde el shofar es designado como correlativo de las cir- consume en una autodestrucción general. I eitr:U1 a qut (:.\.
cunstancias mayoreli de la revelación aportada a Israel, tenía un alcance S610 les doy aquí cierto número de pUDIOS. queál~~' m~n Ssu exceso. En
. d ~ rma de an ISIS L •

muy distinto. Mientras que Reik parte de una posición que. en principio al tremo puede llegar una determma a o _r que lo tenllUDO:- en
, ué parece mere<:....
menos. repudia todo vínculo tradicional, incluso adopta una postura casi ra- cuanto a nosotros. "amos a \er '1
dical de critica. por no decir de escepticismo, uno no puede sino sorpren- cuenta en función de lo que buscamos. ban<IOIlM los principlo~ que ti-
der..c al ver hasta qué punto profundiza. más que todos los comentaristas Nuestra investigación nos impone no a f d...... 1r de una Sociedad de
'·noe!lex(O un .....
en apariencia más respetuosos. más piadosos, más cuidadosos de preser- gura" en cierto texlo que no es SI enrucnUO aqui en Jl4~I-
. . . l' Ó noria que me . '. __ ~I;"
SIcoanálISIS. la oúa, que es a r4l n ... · ." 'pula que el p;ICQUl ...... SI~
var lo esencial de un mensaje. Va directo a lo que parece ser la verdad del P , E...u- texlO e",J .
ción de impartirles esta enseñanza·entre' las 'JeDCIa.~ . . .~tic"ndo\ ~u ré<:ruca
advenimiento hi~tórico reseñado por estos pasajes bíblicos que yo evoco
constantemente. sólo puede ~ituarse correc~nte supconc y cfecttW.
al Cltamen de lo que en verdad ~
No re!iulta menos llamativo ver hasta qué punto desemboca al final e~l
una inextricable confusión. sin duda a falta de alguno de esos apoyos león' 267
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a
minúscula
LA VOZ DE YAHrÉ
Este texto. tengo derecho a recordar que he te 'd -
, l' m o que defend I
Im¡Xlfler o. mlt:ntras que algunos que se dejaron arrastro h. er o e detalles un criterio. si ~o de j~rarquía. al menos de ord~n de prioridad. Sea
.• . all' "
dau no velan I quuas más que palabras vacías Este text ' ar asta esta Soc'
le· como sea. tenemos la ImpresIón de que su demostracIón aciena en algún
, . , . O me parece f
damentaJ. pues en lo que esta tecmca supone y en verdad e~' Un· punto, "
ectua es donde
se enl.:uentm nuestro punto de apoyo. a cuyo alrededor debe h ' Volvamos a los textos bíblicos. A los del Exodo se añaden los pasajes
. mos acer gl
rar todo ord enamlento. aunque éste sea estructural de lo que t - de Samuel. el segundo libro del capítulo VI. y del primer libro de las Cró-
- I S· , , , . ' -'
d esp egar. I Ignoramos que se trata en nuestra tecmea de Ull • '. enemos que nicas. capítulo xm.
que mencionan la función del shofar cada vez que se
.... .. • . maneJo. de trata de renovar la alianza con Dios, en cualquier nuevo debate. ya sea pe'
una mte " •• erencla. mduso. en el hn11te. de una rectificación del de seo. pero
que deja enteramente abIerta y en suspenso la noción del deseo y , riódico o histórico,
., requIere Estos textos mencionan también otras oportunidades en las que el ins-
su perpetua puesta en cuestlon. por fuerza nos extraviaremos en la red infi.
trumento es empleado. Están. en primer lugar. los usos que se perpetúan
nita del significante. o bien recaeremos en las vías más ordinarias de :
en las fiestas anuales. en tanto que se refieren a la repetición y a la reme-
psicología tradicional. a
moración de la Alianza. Hay también ocasiones tan excepcionales como la
Esto sucede con lo que Reik descubre a lo largo de este estudio y de lo ceremonia llamada de la Excomunión. a la que. como saben. el 27 de julio
que no puede sacar ningún partido. a falta de saber dónde poner el resultado. de 1656, fue sometido Spinoza. Fue excluido de la comunidad hebraica si-
Para volver a recorrer su análisis de los textos bíblicos. sólo les enume- guiendo las formas más completas. que conllevaban. junt~ a la fónnula de
ro aquellos que pretenden remitirse a un acontecimiento histórico revela- maldición pronunciada por el gran sacerdote. la re~onancla de.1 shofar.
dor. Son. en primer lugar. Éxodo. capítulos XIX y XX. respectivamente Bajo esta luz. complementada con la comparaCIón de !as diversas oca-
versículos 16 a 19, y capítulo XX. versículo 18. siones en que se nos menciona al shofar y éste entra efectlvamente e~ fun-
Primer.! referencia. Se menciona el sonido del shofar en el diálogo atro· . h t' nos diee Reik - Cierta-
ción. se pone de marufiesto que este s o ar es - ,
nador entre Moisés y el Señor. que se desarrolla de un modo muy enigmá- mente la voz de Yahvé. la del propio Dios.
tico en medio de una especie de gran tumulto. una verdadera tempestad de
ruidos.
Una parte de este versículo indica igualmente que. aunque está severa-
mente prohibido. no sólo a todo hombre sino a todo ser vivo. acercarse al 2
círculo rodeado de rayos y relámpagos donde se produce este diálogo. el
pueblo podrá subir cuando oiga la voz del shofar. Punto tan contradictorio , fónnula no parece tan sUSCt'~ble
y enigmático. que en la traducción tuercen el sentido y dicen que podrán Sin duda. en una lectura rápll:Ja. ,esta adqul'ere para nOS(ltrll~ un-
' , entraS que
subir algunos. ¿Quiénes? La cuestión permanece oscura. de ser explotada para el an ál ISIS. nll : ' formando,
, I e aquI los e5toy lo.

El shofar es expresamente mencionado de nuevo en la continuación del portancia en la perspectlva en a qu " n'teó" má;; o menos ,,,en
. ' traducIr ~'leJ10 c ilI f-
diálogo. porque se dice que el pueblo, supuestamente reunido alrededor de No es lo mismo. en etectO. ID .' su pt.wedad Y ~'0fI e I
' hos cntenOli. en . 1/1." es
situado. que el hecho de que,dle oc se ll¡un.1 una (orma~lOn. q
este acontecimiento central. percibe el sonido del shofar.
Para justificar su análisis. Reik no encuentra nada mejor. para caracte· ciencia que comportan: const~IUYr;;/~sq írilU en su poder, medida
en primer lugar una retonn aclón P r fuerta la ateRClón. en 13 l
A nosotroS. e.~ta fónnul nos lIam?'m plela la rdnción del, su ~-onu':.
rizarla a una exploración analítica. que decir que consiste en buscar la ver- a J elO
dad en los detalles, Esta característica no es falsa. ni errada. pero es sólo 'b' ello que..... nfflf)IUCI ón." ,--
en que nos hace perct Ir aqu , una primera al"~r
un criterio externo. la seguridad que se encuentra en un estilo. no en el di~­ a llamar. en
significante en lo que se podrí :s al Ulen a quien
cemirnlenlo l..'TÍtico consistente en saber qué detalle se debe considerar. Sm
saje al acto. , uierdo de esla a.wnble~ o ~onrad
duda. sabemos ckr.de siempre que el detalle que nos guía es el que parece Tengo aquí. en el extremo ¡zq ~ere~'a. nUCsUO .U1l1g
escapar a los designios del autor y permanece opaco. cerrado. respecto a la . 'arle t=SUI rel
no puede dejar de mleres
intención de su predicación. pero no es menos necesario encontmr entre loS
269

26H
L-\S CINCO FORMAS DEL VBll:.TO u minúscula ú\ VOZ DE YAlIVÉ

de qUIen diré en esta oportunidad qué satisfacción me produjo


- ' valer a lo que otros pasajes del texto bíblico llaman el brami-
análisis de Tótem y tabú lo llevaba a hablar de lo que él ~er que. su lo hace eqUI
. ifi . d' I
sIgo Icantes pnmor la es. que no puede separar de lo que élllan .
en omIna do de Dios.
. . la Igual- Lo interesante de este objeto es que nos presenta la voz bajo una forma
mente acto. a saber. lo que ocurre cuando el slgmficante no está únl' . . lar en la que. en cierto modo. ella es potencialmente separable. Esto
. . c~~
eJemp rmitirá suscitar cIerto.,
te artlculado - lo cual n~ supone mas que su ligazón. su coherencia en
pe numero d '
e cuestIOnes que no se sue Ien plan-
~'adena cO,n I~)s otros - SInO que. es erniti~o y v~al!zado. Por mi pane. nos 'De qué voz se trata? No vayamos dema~la 'do d ' "veremos cuál
epnsa
mantendré rrus reservas sobre la mtroducclón aquI. sm más comentario . 'donos en Ia topograf'la de Ia re I'ó
tear. (, entído y su lugar onentan acl n con e I
es su s
del ténnino acto. Por el momento sólo quiero destacar que esto nos sitú~ Otro con mayúscula. . " .
ante cierta forma. no del acto. sino del objeto a. La función del shofar entra en acción en cIertos momentos pen~cos que
Lo que constituye el soporte del a debe distinguirse bien de la . resentan a primera vista como renovaciones del pacto de la Alianza. El
se p no articula sus principios de base. los mandarn'lentos. S'In. em bargo. es.
fonemización. La lingüística nos ha habituado a percibir que no hay más shofar
que sistema de oposiciones. con las posibilidades que esto introduce de presentado de forma muy manifiesta com~ do~ de una_ ~unci6n de re~­
sustituciones y de desplazamiento. de metáforas y de metonimias. Este sis- moración de dicho pacto. incluso en la artlculació~~~ca q~ se ~ a
tema se sostiene en cualquier material capaz de organizarse en oposicio- ropo' sito de él. Esta función - ZakAor. recordar. .'. - se mscnbe .'-ambien
P ·
nes distintivas entre sí. Cuando algo de este sistema pasa a una emisión. se en el nombre comente del momento en que .IDten:l'ene ".
- momento ,
Intenne-

trata de una dimensión nueva. aislada. de una dimensión en sí. la dimen- dio de las tres emisiones solemnes del shofar. al térnuno de los días de.a:
sión propiamente vocal. no del Rosh Haslumuh - . llamado Zikknrrm. mientras que la elssbopec~_
. ;¡da forma de hacer sonar e. 141 es
trémolo característico de una deternun . . f el ZilllVfl(lt. es
¿En qué se sumerge corporalmente la posibilidad de esta dimensión
emisible? Aquí es donde comprenderán ustedes. si todavía no lo han adivi- Ilanlada Zi/&.aron lero ah, Digamos que el somdo delloho arb:"'n"R es
· 'do S' d dacstaremem.Gü'M .....-...
_n>_
nado. que adquiere todo su valor la introducción de este objeto ejemplar que la remembran7.a ligada a este som . ID U ' . . _ .••Mntes la
d' la en los IDstanles plc\"(;u\' .
he tomado esta vez en el shofar. branza de aquello sobre lo que se m~ l. de Abraham en que Dios detiene
Tienen ustedes razón en pensar que no es el único ejemplo que hubie- Aquedtlh. el momento preciso del sacnficlo " Isaac por el carnero que
· .
su mano. ya consmuente. para. . , susu' lUir a la Vlcuma.. .
ra podido utilizar - porque está a su alcance. porque se encuentra. si ver-
daderamente es lo que nos dicen que es. en un punto de donde surge una ustedes conocen. o creen conocer. . del pacto e,;té lodo él incluido
¿Significa esto que el momento mlsm~d<Hlel shafar. sonidodc:lsbo{ar
tradición que es la nuestra. porque uno de nuestros ancestros en la enun-
en el sonido del shofar? Recuerdo dd.SO~ tiene ese recuerdO? ¿Po{ qut
ciación analítica se ocupó de él y lo puso de relieve. Pero también está la
como lo que sostiene el recuerd~ - (,qUl. ~ de pasar cierto uempo de
tuba. la trompeta. otros instrumentos. porque no es necesario que sea un . same n1e a¡;aban
pensar que son los fieles. SI precl "
instrumento de viento. aunque no puede ser cualquier instrumento. En la recogimiento en lOmo a este recuerdo: e nos conduce al tefTWOeD
tradición abisinia.. es el tambor. Si hubiera seguido relatándoles mi viaje · . rtanela. porqu . F -ud la fun-
La cuestión llene mucha ln1po en el esplnlU de re ' . .
al Japón. hubiera mencionado el lugar. en el teatro japonés en su forma . más fulgurante. . aulOmáLJca)
el que se dibUJÓ en su fonn~ repetición, i..es ünICaJIlC'nlt de la ~Iffia
~ característica_ la del No. de cierto tipo de redobles. que desempe~an ción de repetición. La funCión de al oeceS3flO c~ _."Ie dI-
por .. u forma y por su estilo. con relación al nudo del interés. una fun~lón .
está exclUSivamente aslXla.
.', da al retomo. _~ Jf)(n.-
dlRlensiórl? Me' ,--- ........ uC'flC' aJ-
muy particular. de precipitación y de ligazón. También hubiera podido. · tiene lllnl . . e~ qUC ~
del significanle? ¿O blen ....... ex ..../ÍeIKJlI. lóI· . .t.... de 1.1 qut
refiriéndome al campo etnográfico. recordarles - como hace Reik -la . 'ón en nue:ou~ r l . ' IcJT(1g/IC1UI'
contrar est<t otra dl~ensl. da el ~Iido de ... I,n ud en qu~ ~
función del bullroarn. intrumento muy cercano él lo que es una peonza. ún
g . sentido Esta dImenSión nos d..rirIo 1odo • ¿3'IJ.W aq ~_...b no es el
aunque estén hechos de forma muy distinta. que en las ceremonias de . I OtrO Para .. ~ ~ ~ ,1CU<"~'
es portador el lugar de . erdo. de hacer q .
ciertas tribus australianas hace surgir cierto tipo de ronquido que el nom- ·"..rt3l"
este caso se trata de de ~ .. -
d recu
hre del instrumento compara nada menos que con el mugido de un bu~Y· propio Dios?
El e ..tudlO de Reik lo compara con el sonido del shofar, porque también !7/
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a mmuscula
" LA VOZ DE YAHVÉ

A e~e punto
, nos condul:c.
_ _ no diré este instrumento t
an '
slmple_ - sólo separado. sino siempre elidido. en otro lugar que allí donde sopor-
10 que. en \ ~rdad. lodo~ sentImos por lo meno", un profund b PUe~- la el deseo. Y sin embargo en re1aClon
no " profunda con e'1 , Este carácter elusivo
, I - , oem antzoa
1a e'lstenl."la~' a IUlll.:lÓn de un aparato semejante - . sino el hecho nle
~ I:ruce en nuestm camino,
De lo que se t&.lta ahora para nosotros es de saber dónde se' ,
de que :0. es en ningún otro lugar más manifiesto que en el n¡\'el de la funciÓII del
Por eso el soporte más satisfactorio de la función del deseo. a saber el
fantasma.. está siempre marcado por un parentesco con los modelos \'is\1a-
_'- ' " ,"sena este
u""Jeto ~n tanto que separado. a que dominIO podemos enlazarlo _ les en los que funciona comúnmente y que. por así decir. dan el tono de
la oposil:ión interior-exterior. I."uya insuticiencia perciben ustedes
, . _ , "
nOb,eo
. muy leo nuestra vida de~eante,
aqUI. !-IOO en la referencIa al Otro y a los estadIOS de la emergencia d 1 Sin embargo. en el espacio - en este sin ~mbargo reside todo el alcan-
. 'ó ' l' Ye a ce de la observación - no hay_ en apariencia. nada separado. El espacio e!>
tn~taurdCI ~ progresIva. pard e sUJeto. de ese campo de enigmas que es el
Otro del sUJeto. ¡.En qué momento pued~ intervenir un objeto de este tipo homogéneo, cuando pensamos en términos de espacio. incluso este cuer-
en 'Su a.'i~cto por lin develado bajo su fonna separable? . po. el nuestro. del que surge su función, No es idealismo, No es ~~ue el
,',De qué objeto se trata? De lo que se llama la voz. espacio sea una función del espíritu. Ahí no hay nada que pueda JusufICar
La conocemos bien. creemos conocerla bien. con la excusa de que co- ningún berkeleísmo. El espacio no es una idea, Tiene una ciena relación.
nocemos sus desechos. sus hojas muertas. en las voces extraviadas de la no con el espíritu. sino con el ojo, El espado está colgado de este cue~,
psico!o.is. y su carácter parasitario. en fonna de impemtivos interrumpidos En cuanto pensamos el espacio. en cierto modo tenemos que neu~­
zar el cuerpo localizándolo. Piensen ustedes en la fonna en l~ que el fl51CO
del superyó,
se refiere en la pizarra a la función de un cuerpo en el espacIo. Vn c~rpo
Aquf es donde tenemos que localizar el lugar de este objeto nuevo que.
es cualquier cosa y no es nada. es un punto, Pero es de t~os m~ go
con razón o sin ella. por una necesidad de exposición. he creído que debía , ' I ' la:' dimenslone~ del
que se localiza en el espaCIO medIante a go ajeno a s .
pre~ntar1es en primer lugar bajo una fonna manejable, si no ejemplar,
espacio _ a riesgo de que se produzcan lal'o cuestiones insolubles del pro-
Para orientamos. tenemos que situar lo nuevo que introduce respecto al , ' d I ' a1es \'a han e\~'Uchado us-
piso articulado anterionnente, que concernía a la [unción del ojo en la es- blema de la individuaCión. a propóSito e as cu" .-" -
tedes. en más de una ocasión, la expresión de rru IrTISJon. ,
tructurd del deseo. " o a1~0 que ~ presenla como
De entrada todo lo que se revela en la nueva dimensión parece estar enmas- Un cuerpo en el espacio es. como mmrrn ., ~ , 'bl N \ \'(W "
, ' a l ' , d 1 paclO es \I1so~leru e. ., I
carado en el piso anterior. al que necesitamos volver un instante para que re- Impenetrable. Dcterrnmado re Ismo e es, USO de: 13 ,uno ~ .'(in U<" ,I~ "'t'--
~n.""jo
"alte más lo nuevo que aporta el nivel donde surge la forma de a llamada VOl, reproducirles sus antinomia-;, pc.-ro el,~roPlo al " I uem"" n.:.:t:;ana e
, d' d' , 'bl unl1I onne mls!1l( r'
sugiere esta umda 10 lVISI e Yp ' no es lo lJue !oc: U:una
, 1 'ual por supuesto.
insoslenible. llamada a~omo - e ¡;, • na~ <k atómi,,'ü en el Sc:ntido en
en física con este témuno. que no llene
3 que no es. en absoluto indivisible,
, sal
" \'0 uc' ,-,
nnnga .. ,t11 resi~leUl.1.1liJli-
u' su ,'- .> ,
, ...
1 ..
El espacio carece de mterés q , al " l.Ü>'(lntlDuo. v..a. I _
, 61 'tIC USl' re ~ e~ , 'Que
ma a la seCCIón, puesto qLl\: s o 111' ,J~ punlO~ ¡¡ la \I~l, /,
, ,,' de eslar en ""., '1 _..... Ift
umdad que en el mternene no pul.' d ,~íaJ. el punlo. 50 o ".... -
Vol\'amo:r. al nivel del ojo. que es también el del espacio, " 'la unida esr-- , . , ' s f l (¡,
q UIere deCir para nosotros que es .. '~ en OIntzun ca'O '
El e:r.pacio en cueliti6n no es el espacio que interrogamos bajo la fonna , ' 1 ? Quo:' no pu.. u. ,criC)' c¡tCI'
ser reconocida COIDO mallenab e, d'
' 'lO" lele ' ndo" .• Me apresuro
, ;¡ h;aC 1, '''''''1lI
de una categoría de la estética trascendental - aunque la referencia al apor- lit ",Ir ,,1 , .....
'Qué significa lo que Ies e~ ~ ' •., s¡"nlfi.:-a q . r' ,lo
te de Kant en e~e terrenu flOr. re.\ulta. si no muy útil. al meno!> muy cómoda (, . e 'a han 01.... , l : ' No plJedo \er
de nuevo en las redes de lo qu ) .~e ~ res ", l
--- ..ino el e"POCio. en lo que éste nos presenta de característico en su rela- , " ' en el QtrQ. ¡; ,
i(a), mi imagen. nu presen¡;13 'd JAI estadio d<:1 e~peJo,
n(1f\ ~Im el dc'oCO. . I senil (1 ..
que allí pierdo, He aqul e .
La ba.-.e de la fundón del deseo es. en un estilo y una forma que se tie-
nen que preCl!o.ar cad. vez. e!tte ohjelo central a, en la medida en que está. 173

'7"
! A,\ (IVt ~d PORMAS DEL OIJJ/~7V (,
minúsclllu I.A VOl DE YAIIV/~

El esqul!ma \k la pizatT.l está destinado a fundar la I'u ,'.


ne Ion del yo '
- - Ésta es lamoién la vin~d del tatuaje, No es Ilt',esario que les rt:cu~rlk
y del Ideal del yo. y a mostr,arles cómo, funciona la relación ueI su' Ideal , "'Io',rahle: de LévI-Strauss cuando no), ev(x:a el dc~r\l:adenarmen·
d Otnl cuando e-n e-lIa dununa la relaCión especular• Il'lnl'ld' Jeto con c:I pasaje .tu ,
, , a en esta · I d seo de los colonos sedientos cuando llegó," :. 111 mna c.lcl Paraná
SiÓll espejo del Otro con mayúscula, ' OCa- 10 de e, , '
~speran aquellas mUjeres enteramenle cuhlerta., de un lutna"nl
donde 1o,S ~, , , ' ,
La im~en en su fornla i( el). imagen especular. es el objeto car" " ' b ')' ell I(IS que se IInhncml las lumlas y c\llores más vanad()~,
' j i ' E' á d actensll· de d I UJI!>o ' ', , , , ,
eo de1estadlO l e espeJo. ~erce m s e una seducción que n() está' . En el otf(l extremo. c\'ocarfa la apariCiÓn, (Xlr asl deCir cKta rnellcI6n
, , " , , unlca-
ml!nte vlIlculada a la estructura de cada sUJeto, SinO tamhién a la fu "6 u la emergencia de las forma), e:~tá marca~a para mI pnr un estilo rná~
.J'_I •. r::,' d nCI n
~ \.'()n~lIl11ento. I:".sta Imagl!n e,s ~erra a, está clausurada. es gestáltica. o creaCIO . nl'sta
' qlle evolucillllist:t ' -, del propiO aparalo \'I~ual. . que. ell la...
sea. esta man:ada por el predomllllo dc una tmena fonna. lo cual es como " '., de los lamelihnmquim•• empiel..a con la mancha plgmenlllna, pnme·
IranJas , "(Í n ,loO ulll'lrganu dllerenclado ," ' uc ,•. _,
par.i ponernos en guardia contra las trampas que conlleva estu funcilÍn de ra upancl 1 .... en el s~'ntld(l ,
una senM.'.,'1' I IlI3u" ya
la &stCllt. en la medida en que se funda en la experiencia característica de pcoplame, nle VI' ,sU'll, 'Y. "'lr 1'"
supuesto '.
mIda más eleuo lJue
, , , '" ,
ulla maocha,. A la
ese campo. la de la buena fonna. el de hace un momento, ¿le añadiré la chmblta. pnmcm advrrtt'ncla de

Par.i re\'elar lo que tiene de apariencia el carácter satisfactorio de la for- ~s ~ligr()s orgánicos l"Ilando se llega a los dncuenla? ,'
ma en cuanto tal. incluso de la idea en tanto enraizada en el eidos visual. e 'r ) (l asf es como el desco visual (~mnascar.t a veces la IIngusua de lo
para ver cómo se desgarra lo que esto tiene de ilusorio, basta con introdu- que í~ ~ah:l escnciahnente al deseo, Es lo ljue le illlp!lfle ~ue nu~'a p.~~
captar a un ser vivo (.·ualquiera en el canl(X1 puro de la scnal Visual Illlt! 'l,
cir una mancha en el campo visual para ver a qué se agarra vcrdaderamen-
COI110 aquello que la ctología llama un dummy. ,\lIlU Illuñeca. una aIPan~~ra,
te el extremo del deseo. Si me permiten ustedes el Uso equívoco de un tér- 'C puede apl'l' IrnU\"I 1.'11
El objeto a es lo quc falta. es no cspccu1al. no s • ladlI
mino corriente. para dar un soporte a lo que quiero hacerles entcnder. diré " ' 11' ' d 1 '¡ego conwla Imascn re' r c:
que basta con una mancha para desempeñar la función del lunar,l h imagen Les indiqué el OJO l ,lIlcn e c /'11' • el OJO
" ,. 'm' dd de~ t'.~(JJlI() I~U, l',
irrclllediabl~mente Ix:ulta al nusmo tle P< mro'l(nlr E.\Il'
LUDarel' y tejidos de belleza - pemúlanme proseguir con el equfvoco- , 1 'in al Otro c"mll lo lJue es I '"
muestran el lugar del a. reducido aquf al punto cero cuya función evocaba del propiO voyeur se e mUCl-i a, , UC!iU'¡ ~'IVI , '1", '(n •""11131M ....,
11.a¡;ll> !"'udlllljUC
.
es cicrtanlentc, lo que le pemule a II • , l' IO d &!'nel\.\ J los ¡JIVI'
la última vez., Más que la fonna que él mancilla, es el lunar el que me mira, • ' . ' . s rfeetanK'nlc 11111 t'
. , es su sO(XJl1e. baJO fonnas diversa,. pe ,
Es porque me mira por lo que me alr'dc tan paradójicamente. alguna... vec~s I~
deudos y a las reservas, b',1nl 'an' as que .,."oblema, " .... """..cIlI.1 "JI t', •
con más razón que la mirada de mi partmCl;re, pues esta mirada me' refleja 1 ti . l Y la angu ... lJ;I "" 1" - I
La relación rccíproca enlfC c ese( *nnl:ls"uraJ;¡. h!!lIdlll il'
'1. en la medida en que me refleja, no es más que mi reflcjo. vaho imagina- d' 'almrnlt' , '•
nivel específico bajo una fomla fa 1( .• I dc-'lCt1 Ahor.1IrllCnll l \ '1Ul"
rio. No es preciso que el cristalino esté opacado por la catarala para cegar la estruc lura uC . ..~ IJ"dUI"I'
funciones más engañusaS de ' 'ó.. tinl" que hoY'" m
la visión - cegarla al menos en lo que a la castración se refiere. siempre ' rla la fun¡;1 n ul\ f
oponerlc la apenura ljuc le apo lICcidcnlJlI, del ~hH :JI -'-
elidida en el plano del deseo cuando éste se proyecta en la imagen, , ,'n embargo no ~"""I\ n;~ ....
"O 111""i'mle el ¡u;ceson(l. SI nM1t: -,~ 10'\ I'fI .... •· ,..
¿Qué es lo que nos mira? El blanco del ojo del ciego. por ejemplo, O, por u "u , '" la 11 111." 1-' "" IIIII{IC'
Nuestra tntdición más e!cmcnt¡ " 'Xl lÍ1/11!liCIJ en 1:'1(' L'¡UO. ,
lomar Otf'd imagen. que espero que recuenlen ustedes. aunque sea un cco de , .' . '1' lllnl dlflX:II~ll ' t>tc ('11 \JI dI .... Uf.\oI .
rreud. nos eXige dlstmgUlr es a rl,) .... i~lJ!lIdo muy. n _ ..' .n" IIn'
L ......

otro año - piensen en el vividor de La dolce vira, en el último momento , S' p!'r.,....... .u' '/1'"-'''-
najeuré a nue~tro anugo tel,~.Jx ' fi",nn ul l1. puc~ IJI rJ" ucn ,¡,lt'f7I/.lln (tt
fantasmático del film. cuando aVaJ17..a como saltando de una sombra a otr'J S,, d clt',\'~o, d'Ice - Y yo ~uSl.·n " '
I sU
d ,kiffI dl,/d f1Il"
/11' /(11/'11' ,f{(
J¡:/IYUl/k't111r.
.

por el bosque de pinos en el que se ve su peml, ha"ta desembocar en la ~Ia­ liante -, fiu.>ra pnl1lonlial• .\IJ~r(1 l :'.'rúll7llA1 rlll'l k 1rr.7.0 I l4rI'l, ",JA
, ml:lf/IJ. (,1M" I _ Jt' II \"
ya. donde ve el ojo int::ne de la cosa marilUl que los pe~cadores están haCien- muJu f!1I ,'IU'gCl (kl d "nnli'lI ( '1 ~""r.. 111:1~ l.. rJI"'.~ .... rulll lit 111
. d de a m... ~ nulllO ~ r--
do emerger. He aquí por lo que: SOJ1lO), má.. mirados, y que muestra de qué El orig~n. nos dice frCU .... r lJ.o,CJ!ur¡¡J.1 C~I(.-, n41e<:C padc<CI
, . , nor n(l ha.'" . 11I jlr~ JIl<l. , .. -
modo la angUl~tiá emerge en la visión en el lugar del deseo gobemado por a, la cadena se deshace, Yt.. >(I(/a ,'(lnlO en . '(11('111(.', uOO
•. ' I nlll en IJI It rttJllloW<)\ 1111
cadena , el ilnállSIS. a.'611 allle IIH'uIII ' ('/1 c;kl':
.
c~ta ((lnna de dlslx:r Sl '
l. Gral" tk bt-UUI/: t\lllM; Iileralm('nlc, grano ok hellc1JI, IN, del '1',1

274
~ '-.' ... "''- v rtN\M.-\.' VI:/. OBJEto '.
a mmuscula
de preguntarse qué es lo que hace que todavía conserv . ,
.
es e 1 asesmato del padre y todo lo que éste impone.
e su coheren .
-
cla_,
- XIX
De ~'uenlo con lo que nos atrevemos a esperar no sea más
en la. \....
U\.)(a
de Rei k
. es ' de toro acogotado 10 que too.
su mugIdo que metáfora EL FALO EVANESCENTE
e'ha en e1,'d soru o del'sholar.
i:' ,
Digamos. má... simplemente. que es aVla
l h sehescu-.
gm . ' en elnuto
, al'm~l1to ' d i'
e asesmato del padre el que constituyee el ec o on-
'd de U f " d be punto de De la angustia de castración al orgasmo
partJ a aque o cuya unclon e m~s cap~ar en adelante en la econollÚa
~l deseo, a saber. que se prohíbe como Imposible de transgredir lo que cons.
muye. en su fonna má., fundamental. el deseo original. Sin embargo. esto
secundario respecto a una dimensión que tenemos que abordar aquí. la rel:
ción con aquel objeto esencial que desempeña la función de a. la voz. y la~ P~dagogÚl dI' la castraci6n
nuevas dimensiones que aporta su función en la relación del deseo con la an- El Roce en el fantasma
gustia. lA defecación del homblt de los lobos
Por esta vía recuperarán su valor las funciones de deseo. objeto. angus- Siemprt demasiado prontO
tia. en todos los pisos. hasta el piso del origen. Los callt'jones sin salido tkl tkyO

Para no dejar de anticipar sus preguntas y quizás también para decir a


. . b as recientemente publicadas sobre
quienes las han planteado que no olvido los surcos que debo trazar en este Leyendo en estos tiempos ciertas o r , he \'isto llevado a
campo para que me quede completo. advierto que. como ustedes lo han po- . n el pensamIento. me .
las relaciones del lenguaje co. 'od edo cuestionar a cada ms-
dido observar. no be mencionado, al menos desde que retomé mis charla~ representificarme algo que. despues de t o'raI Pu del ángulo desde el que
de este año, el objeto anal. ni el estadio_ . be llugar y la natu eza " .
!ante por mí nusmo. a sa r. e de todas formas. no puede ser SlllO UD
Es que. por otra parte. es propiamente impensable. salvo reconsiderando trato de atacar aquí algo - algo que. 'ó ,1_ ustedes.
. d I omprenSI nUlO'
por entero la función del deseo a partir de este punto. que. siendo enuncia- límite obligado. necesano, e a c d' les?
do aquí en último lugar. es el más original. el objeto de la voz. De otro modo. ¿qué tendría yo que celr .
Lo retomaré la próxima vez.

22 DE MAYO DE 1%3 l
. UDII
objeth'O IIJlII
. '(1
, senla en su pn/lCapt ia ~ apoya p<II'
El obstáculo en cuestIón no ¡>re. ......50 de una caenc \ÍÓII ¡k ~s
. d do que rodo pro". - D la exlCtl·
dificultad particular.. a • jea de sus conceplO5 y e , Ptn' lo que poc-
igual en la recU ficacI ÓD fas 'mero que en lo segund<'.l)3/IlIUuco. lJI'"fC"
conquistas. incluso más en lo ~ reJietv ¡¡J c.1DJPO psI'
.' b táculo ¡¡qua. me de llJI
de constitUIr un o s . u/os <.!n el paso..
ce una reflexión parucular. '6 corno los t~...-nic;UlCl al slslCana
f" '1 SOh1CI n . ~ Cl'l~--
Esto no es de tan áCI ' lf ejemplO dd~!< lUId ~ par;!
sistema conceptual a otro. ':ostilU~ unot dificu
. ..
emstelmano. Pa'~ que f\() e
,-,v

177
276
L-\S CJ.'VCO FORMAS DEL OBJETO a milllÍ.\'c:ula EL FAl.O EVANESCENTE

sufidentemente desam.llladas y abiert:ls a las matemáticas. Se iO)


- - . vías Se puede acceder allí sin ninguna dificultad por poco que se
.\., 'd l ' " . pone bas-
tante r.....'l anll!'nte que as ecuacIones emstelntanas se apoyan en aqu 11'
nor q u e · , _ ,
· ' - l c a a la generacl6n a la que se le habrán ensenado las cosas en pn-
las p~~-dian. la... incluyen y lao; si~lÍa~1 como casos particulares. de ~od~ q~: perlene '
'nstancia ~
de esta fonna. o con esta .onna l'lzaCI'6n, Los conceptos que
mera I " , ,
la" l~sue\\'en por entero. Esto no slgrufica que no pueda haber ahí un mo q . n parecido extremadamente comphcados en una elapa anlenor de Ja.~
hahna " , ,
,J..
to \K' ••
resistenCia. como la l'
listona'1 o d emuestm. pero es breve. men-
matemátic01.~ les n:sulta~ m~ne,(.hatame~te ~cceslbles a mentes muy Jóvenes,
En el análisis. en la técnica analítica. en la medida en que en ella esta- No hay necesidad de nmgun mtennedJano.
m\\s implicados - ya sea más. ya sea menos. interesarse un poco en el aná- Indudablemente. en la edad escolar no es así en absoluto. Todo el in-
lisis es ya estar un !X)CO implicado-. debemos em.:ontrar en la elaboración . , de la pedagogía escolar es captar este punto crucial. y hacer avan-
teres . .., bl
de los conceptos el mismo obstáculo reconocido como constitutivo de los zar lo que se llaman las capaCidades mentales ~el mno medlanle pro e·
limites de la ex¡xriencia analítica. o sea. la angustia de castración. mas que las supemn ligeramente. Ayudando al milo a alx~rd~ estos proble-
Si escucho lo que retoma a diversas distancias de mi voz - y no siem- mas. digo ayudándolo solamente. se hace ~go que no solo llene ~n efecto
pre para responder a lo que yo he dicho. pero ciertamente en respuesta. de prematuración. un efecto de apresurarruenlo sohre la madur.lc~~n meno
respuesta que proviene de detenninada zona - , es como si. en detennina- ,'n() que en determinados periodos que se han llamado sensltJ\'OS .
la I. SI. , d de
dos momentos. se endurecieran ciertas posiciones técnicas. estrictamente quienes saben algo al respecto p.ue~c !\cguirme ~rfect,amen~~ ,por on _
correlativas en esta materia. el análisis, de lo que puedo llamar limitado- avanzo. pues lo importante es mI discurso y no mI!> referencIas. qu~ ~e
DeS de la comprensión. Es igualmente como si. para superar estos límites.
den no conocer - . pennite obtener verdaderos efectos de apert~rn. I,ndu-
so de desencadenamiento. Determinadas actividades d~ aprehensIón llenen
yo hubiera elegido la vía definida por una escuela pedagl'lgica que ha teni-
do su propia fonna de plantear el problema de la relación de la enseñanza en ciertos dominios efectos de fecundidad muy especIales. , 1
. uc se puede cunsegulr en e
escolar con la maduración del pensamiento del niño. y como si yo adhirie- Esto es exactamente lo que me: pare¡;e q ·Ii '.I,.A del
. . í D b'do a la espca 1~'luau
ra a ella. dominio por el que avanzamos Juntos aqu. e I vendría que los pe_
campo implicado. se trata en todo caso de algo que con
Adhiero. en efecto. a una fonna pedagógica de proceder. que ahora voy
a articular y definir. Si se observa de cerca el debate pedagógico. las escue- dagogos advirtiesen. 'd , 'de.1'uto....
l ' trabajOS s "uyo !eStimo-
.~ w
las están lejos de ponerse de acuerdo en lo que a ello se refiere. como po-
Ya hay esbozos en este senu o en os ' t ue no llenen nm¡!un.'l
, .
010 es tanto más tnteresan e en
t t er en cuenta cu.w oq Me rerien) a I&l'
drán constatarlo aquellos de ustedes que están más necesitados que los . .' s uc:den aportanJos. ,'
noci6n de :lquello que sus eltpcnenwll P, oooccr nada del ¡UlÁlt·
demás de interesarse en los procedimientos pedagógicos. en y no qUIeren rec I bJ'
experimentadores que no conoc . f)()lfdo {omlu/aI (Iue ~ (1 )
Para una escuela - designémosla por ejemplo mediante las tcoóas de
siso El hecho de que cierto pedagogo h~Y'dl l' el "lid de la puhcrtDd n]('lt"'
Steiner. aunque buena parte de ustedes nunca hayan abierto los trabajos de 'a partir e a u , 'ramo~
verdadero acceso a los concept os '. miradn. que lJI(ue '
este psicólogo universalmente reconocido - todo es dirigido por una ma- b' é nuestrJ propio! IIIJl1e·
cena que dirigiéramos ahí lam I n , d e el rnomC'nlO en "II~ C' I
duración aut6noma de la inteligencia.. lo único que se hace es seguir la edad '1 h 11' s scnsihles e qu lo JUrnrcs 111-
nuestra nariz. Hay mI UC, a., " t A~I C(lOe!!p!tl. y que. ~. de c¡>l7j'
escolar. ParJ otra. digamos la de Piaget. hay una hiancia. una falla. entre '. ooanuell u w;; 1(1'fTI1I1ll'
7,a verdaderamente e I f uou "de puro ¡¡Z¡II, cun e . . urdcJUU'
aquello que el pensamiento infantil el; capaz de fonnar y 10 que se le puede
man en este caso. por una h()mllnIl11ln~o lim;11' C(1",plt',(UI1I·I~Ulhjc..'Cr'
aportar por la vía científica. Si ustedes lo examinan en detalle. esto es. en . sotroS moml' . Itl que: 1(',~I ".~ de: 1,
pieJO empleado ptlr no, .. . ~ de un \'I/I(.'U
ambos cal>OS. reducir la efIcacia de la enseñanza a cero. se de un modo muy distinto. en fUOCII; COIOO ~' lo dctifll'.)' a
Abora bien. la enseñanza existe. '6 ,'~I ob'cto d. I
se entre la maduracJ n "" J
Si muchas inteligencias en el área científica pueden desconocerlo, es
pubertad.
porque una vez que se accede al campo científico. lo que es propiamente
del orden de la en5eñanZ4t - en el sentido que voy a precisar· - se puede
e;on'liderar eJidible. Cuando se franquea una delenninada etapa de la com-
preflliión matemática, una vez hecho. hecho está. y ya no es preciso buscar

?7J1.
L~S CINCO FORMAS DEL OBJETO Cl EL FALO EVANESCENTE
minúscula

2 - - 'dad de la forma fantaseada de l~ escen~ primiúva es siempre cierta ambi-


11" d d especto a dicha presencia. ¿Cuantas veces se puede leer que. pre-
g~e a r , no se lo ve en su sitio? A veces, incluso. lo esencial del efecto
CIsamentc.
t'co de la escena se debe a las formas en que desaparece. se esC3-
La posición de a en el momento de su paso por lo que sin bol' traUm,á Así
fónnula del (- <1'), he aquí una de las metas de nuestra exp' li~a 'ótzodcon la
1
me bastaría con mencionar ,
e I modo de apancl . 'ón de e~ta esce-
motea, .• , ' -
año. CI n e este
na pnl
, n'ltl'va en su forma ejemplar. con la angustia que la acompana. en la
.
El momento caracterizado por la notación (- IP >, que es la a ' ' historia del hombre de los lobos. ,
'ó '1 d ' . nguslta de Hemos oído decir en algún lugar que había algo ObseSI~O. ~ parecer. ~n
castracl n. so o pue e series valtdamente transmitido. únicam t
'bl 'd' en e será que volviéramos aquí a lo~ ejemplos origin~es d.el descubnnue~.to freudia-
asuml e para sus 01 os. medIante un abordaje que aquí no sería más que no, Esos ejemplos son mas que soportes. mcluso más que metáforas. nos
un rodeo.
hacen palpar la sustancia misma de aquello de lo que nos Oi:upam~s. .
Al no poder ser presentiticada esta angustia en cuanto tal, sino única- En la revelación de lo que se le aparece al homb~ de los lobos ,por la
mente situada por una vía concéntrica. me vieron ustedes la última vez hiancia del marco - preligurando lo que he conv~rtldo en una fU~lón -
oscilar entre el estadio oral y algo que es la voz. a la que le di como soporte.' de la ventana abierta. y que es identilicable en su torma con la fu~cI~n del
su evocación bajo una fonna separada. materializada en un objeto. el shofar. fantasma en su modalidad más angustiante. ¿dónde está lo esencl~, Ma-
E"te objeto. me pennitirán ustedes que lo deje hoy por un momento de lado niliestamente. lo esencial allí no es saber dónde está el falo. Está. &1 pue~
para volver al punto central que evoco al hablar de la castración. 'd . ' '1 e yo podría llamar la catatorua
decirlo así por todas partes. I enUco a o qu ,
¿Cuál es verdaderamente la relación de la angustia con la castración? de la imag~n del árbol y de los lobos encaran13dos que -, enc~entren aqNul
, , " miran al sUjeto fijamente. o
No basta con que sepamos que es vivida en cuanto tal en cierta fase lla- el eco de lo que les articule la ultima vez - 'd d I 'ola de
rnada lenninal - lo es. o no lo es - del análisis para que sepamos ver- hay necesidad de buscarlo en el pelaje c,inco vec,eós rdepellla ,oma~e~ ~que él
. . , ' a11' I opla reflexl n e 1 ~ •
daderamente qué es. los cmco ammales, Esta I en a pr ' 1 t31OW'a dd suje-
, o es mas que a ca
Para decir enseguida las cosas tal como se articularán en el paso siguien- mismo sostiene con una catatoma que n . fascinación. baslJl
'e panhzado por esa
te. diré que la función del falo como imaginario funciona por todas partes, too el niño pasmado ante 1o que"" la 'cena lo mira y que al
en todos los niveles que he caracterizado mediante cierta relación del suje- tal punto que es concebible que aquello que e~ 1:\raspoSición del eslll-
to con el a. El falo actúa por doquier con una función mediadora. salvo allí estar resulta invisible por todas partes no sc~ sJO° do aquí en e~ árbOl. el
. rpo transl orma
donde se lo espera. en particular la fase fálica. Esta carencia del falo. pre- do de detención de su propiO cue. un título célebre.
sente en todo otro lugar y situable. a menudo para nuestra gran sorpresa. árbol cubierto de lobos. diríamos. evocando n ~'n de,! NIlo \'j\'idt"l que
mejante a u ".,.,,,.- 3-
este desvanecimiento de la función fálica en este nivel donde se espera que Que se trata en este caso de a1go se , dudable, Este goce - r
'e me.' parece In '¡¡do lid
el falo funcione. es el principio de la angustia de castración. De ahí la no- hemos definido como el de I goc . el horror del gQ!.'C lj,!nOf r
tación (-¡p) que denota esta carencia. por así decir. positiva. No haberlo ,for- riente del que Freud llama en ~trO~u:~quier posibilidad de Sll~~;
mulado nunca de esta fonna impidió que se extrajeran las correspondien- hombre de las ratas. goce que surc:fi ad(l bajo eslll forma erC(.~· ulll lodo
tes consecuencias.
.
parte del sUjeto - est á ahí pre~enl1 ' IC ,,"e lo haCe "él lo. lo c~
'6 e.sta captura 't-
Para volverlos sensibles a la verdad de esta fórmula. tomaré diversas vías. ya no es más que ereccl n en .... ')S de t"[;!
·ti ' "o de lOS ()ICCf( do
como dando vuel~ alrededor. Y ya que la última vez les recordé la estructu- cntero. lo arbon Ica. I desarrollo sinlll mJu ¡:; eOlcDtll S{tl., b.1 ~I
Entonces ()Curre algo en e . Ol'o de que este el F ud no ~ so.s'
ra propia del campo visual. la sustentación y la ocultación al mismo tiem~ rt' el tesumo , ' " ue ha':C re __ 1 I
del objeto a en dicho campo. no puedo sino volver a ese punto. al ser alh escena. Freud nos II¡>O a "al "ue el análi >qen/ tl ha-,ta el tí~ e
Sl
SI .. ue SI ,ue-
recon,>trul'do• pero 1'5 tan e.'sencl •.,
Este elenlC n10 ... .A . .
,~_, en e~le c;¡.........
donde: ~ produce el primer encuentro con la presencia fálica. y de una fom la
:'
, 'réraJ11OS sCnUII'~
tendría si no lo adlmlJ . '1 ' ,jet<> ~ ni)S~'
que ~mos que es traumática. Es lo que se llama la escena primaria. , .....,,10 por e ~UJ •-
único que no es mtep p-
Todos !!aben que. aunque el fajo está en ella presente es visible. bajo la
]8/
forma del funcionamiento del pene. lo llamativo en la evocación de la rea-
!.U LJ(\(í J I-VKU.\S Of:r OBJETO '.
a nllnl/scl/la EL FALO EVANESCENTE
llo que Freud articulará más tarde respecto de la constru 'ó -
8 le I . . CCI n en Cuan - d 'tI' sfactorio el orgasmo. Si podemos comprender la fun-
...te e mento es a respuesta del sUjeto a la escena traumática . to tal. d tener esa . . .
pue e .as mo Y más en particular la satisfaCCIón que conlleva. es
\kf~ación. medIante una .' delorg •
Clon 'ede en la perspectiva en que se confirma que la angus-
La primer.l vez. o casi. al menos la primera vez que Freud . por algo que su.c
. .. del b" mencIona I . es sin objeto. .
apanclon o ~eto excremenclal en un momento crítico lo art". I a tia no, podía limitarme a decir esto y ser comprendJ(lo. pero me Uegó
'60 I . ICU a en una
fUIlCI a a que no podemos dar otro nombre sino el que hem . '
. . . os creldo creldi~ue s al menos de cierta perplejidad. cuyos términos fueron oh-
1ecO gamo .
deber artIcular más tarde como caractenstlco del estadio genital o ~ ~ un intercambio entre dos personas que creo haber formado partI~U-
. 'd d Es d .... : . sea. la
o bl aUvt a. 'un on. nos wce. Como todos saben. Freud destacó d sde Jeto d b' porlo que resulta más sorprendente que se hayan podido
larmente len. o que entendía yo ahí por salls . f aCCl'6n. ¿Se tra13 pues.
un principio el carácter de regalo de las ocasiones en que el niño suelt: in- reguntar acerca de l .., al
tempesti\'umente algo de su co~tenido inte~tinal. Pennitanme ustedes que, P . del oce? ¿Sería un retomo a aquel absoluto lffisono que ~unos
de paso. llame a estas oportumdades - s10 más comentarios. si ustedes de~lan. . gar en la fusión supuesta de 10 genital? Y luego se refenan al
qUIeren S ltU'
an ustia _ pongan en este punto toda la amblguCU4 que qute-
. .. -~~d .
recuerdan mis orientaciones - ocasiones de pasaje al acto.
En el texto del hombre de los lobos. las cosas van incluso más lejos, punto ~e ;. ya no hay angustia si el orgasmo la recubre. En cuanto al
rano A ora len. . . tertza por la ausencia del objeto a bajo la for-
dando su verdadero sentido a lo que nosotros hemos sepultado bajo una unto de deseo. que se carac . "
"'aga presunción moralizante al hablar de oblatividad. Freud, por su parte. p ) . ué hay de esta relación en la mUJer.
ma del (-IP , (,q . b luto que la satisfacción del orga.mlO se
habla a este respecto de sacrificio. Como había leído lo suyo. por ejemplo Respuesta. No he dicho en a so 1 S . an'o sobre la ética sobre el
. 1 definí en e emm, '.
había leído a Robertson Smith. cuando hablaba de sacrificio no hablaba en identifique con o que ~o .' ó. subrayar el poco de satisfaCCIón.
el aire. a partir de una vaga analogía moral. Si Freud habla de sacrificio a lugar del goce. Parece meluso Ir Oleo" . Por qué iba ser lo rnismo. Y
propósito de la aparición en el campo del objeto excremencial, esto bien aunque sea suficiente. que aporta. el orgasmo. ~e aquel otro poco ofrecido
debe de significar algo. po r qué iba a producirse en el mIsmo punto q . ') es aloo que conviene
rada a la mUJer. '" e'
Aquí es donde retomaremos las cosas. en el plano. si ustedes quieren. por la copulación. aunque sea. 1og •
del acto nonnal. que se califica. con o sin razón. de maduro. articular de la fonna.más preCisa. la satisfacción del orgasrno es corno
No hasta con deCir vagamente que el a lastanúento de la demanda Oaj~
parable a lo que llamé. en el plano oral' P la distinción entrt la nec~
l oral
la satisfacción de la necesidad. En el P ano. .:"'~ que fuera de allí DO,drJII
'á '1 d sostener. Ollenu- '6 S medull1te
sidad y la demanda es t Cl e: . r dónde se sitúa la polsl D. l. k, qUC
3
de plantearnos el problema de sa~ I equívOCO en el pl:lDOor:tI ~"" /UD-
'bl roduclr e . . DO lent...... ·
algún arti fido. es poSI e P demanda en la pul su,lfI. ude pare-
tiene de original la fundación die la "enita!. Precisamcnl~ ~~í·l:sc",uaI. no
En mi penúltimo Seminario. creí poder articular el orgasmo como eqUl- en el P.ano . . o el IOsUfI
g ún derecho a hacerlo
t' .
rná.~ UV •
,·atente a la angustia.
.
a! mstm to pnl1ll
parte. n l11 ~'tIJI'II .
ciera que nos enfrentamoS á ue en ni~una oItlI no/" 111 rtla4'1Ó/1
Lo situ~ en el campo interior al sujeto, mientras que dejé provisional- . ~ 'mos ro s q JA D) o sea. " ...
ffiC'T\te la castración con esta única marca, (-IP). Es muy evidente que no se
podemos dejar de cclen .& r la fórmula ('!'v •
de \a pulsi6n como sosteOl po , ., "
podría separar de él el signo de la intervención del Otro. característica que del deseo con la demanda. ¡....e) genital. Ya qUién, 1411 ~-tO 11111 e~'
\lempre le fue atribuida. desde el principio, bajo la modalidad de las ame- ¿Qué se dem~da ~n el :mana es algo ~~¡jn que. aIIlL' la eu~
naLaS de castración. Que \a copulaCión IOterhho de e"peri('n~'l~ 1~c:JDOS nt"~.sl~ dar
He hecho la observación a este respecto de que haciendo equivaler . 'dual es un hec rthC\e. n
tencia ¡ndlVl .' dvertir ya ~u ,.~VC'rtir 111
el orgasmo y la angustia iba en la dirección de lo que anterjorn~e?te .
dencl3. se aca
• ba por no a ._.1" .......-,1;tU
a algO a,·an/..ilU'" ro-'
babf" dicho de la angu!itia como punto de referencia. señal. de la unlCll rodeo por una biología y
relación que no ~ngaña. y que podíamos encontrar allí la razón de lo que ]83

282
EL FALO EvANESCEN1E
:..H 21NCO FORMAS DEL OBJErO a mimíscltla
Ik la apariciÓn de la bi-sexualidad. de dos sexos. con I .-
- , nlo como qu
ieran Dios o genio de la especie - creo haber im-
. .
- . - .~_. 1 . d' . a emergencia d I Llame _. t en mis discursos que esto no no!> conduce a mnguna
luneton uc a muerte 10 l\'ldual. Pero en nn. siempre se h b' ea . d 1 suhclen e .' . d
a la present" d plica o o ,'. S trata de un real. de lo que mantiene aquello que Freu
lca de 1a VI'da de tener
En c:'ste acto. lo que debemos llamar la supervivencia de la' .
e~pecle Con u
~ o, altura metaflS .. e.' de Nirvana como la propiedad .
. l' n su pnnclplO
ta se anudo\ pues c:'slre<:hamente con algo que no puede dejO ar d' l' ~ n~ arUcu o e , " para alcanzar la muerte, por formas que reproduzcan
Ias .,.p-wa
... 1 b ' l' . e Imp Icar SI
ras tIenen a gun sentido. lo que hemos situado en último térm: que volver a dP~~' la fonna individual la ocasión de surgir mediante la
uellas que leron a .
romo la pub.ión de muel1e. 100 aq. .' ón de dos células sex.uales.
~espués de todo. ¿por qué negarnos ~ ver lo que es inmediatamente conJuncl . fi sto'} . Qué significa respecto de lo que ocurre con el
'Q é sigOl Ica e . l. .
(, U . . ma este resultado, o lo que llamo este tan buen re-
Sc!nslble c:'n hechos que conocemos muy hlen. y que están significado~ en · t S100 que. en su . . .I
ob~e o. l' de fonna tan satisfactoria durante un I:leno CIC o au-
los usos más corrientes de la lengua'? Lo que demandamos - todavía no d sólo se rea Iza . . h d
su Ita, ~, , debe ser definido. Yprecisamente debido al hec o e que
he dicho a quién. pero en fin. como es preciso demandarle algo a alguien. tomaUco. que aun. . d sostenerse mucho tiempo en la vía de la Ha-
resulta que es a nuestra pareja - y quizás no sea tan seguro que sea a ella. , nunca es capaz e. . I é
el organo fi del goce Y respecto a alcanzar e I r-
.) R 'pecto a este 10 •
hay que \'erlo en un segundo tiempo - . lo que demandamos. ¿qué es? Es mada del goce. es 1- llamada del Otro puede de-
, á'. al que se apunta en a .
satisfacer una demanda que tiene cierta relación con la muerte. No llega mino. que sena tr g~C°txlCe tor cede siempre prematuramente. En, el roo-
muy lejos. lo que demandamos - es la pequeña muel1e - . pero en fin. está cirse que el6rgano ,am Pa ser el objeto 5al:rificial. por así decir. pues
claro que la pedimos y que la pulsión allí está íntimamente relacionada con mento en que pudna lIeg~ , ha desaparecido de la escena desde hace
la demanda de hacer el amor. Lo que demandamos es morir. incluso morir- bien. digamos qu~ por lo com~n tr po ya !>Ólo está ahí para la pareja como
tiempo. Ya no es smo un pequeno a .
nos de risa - no sin razón indico siempre que el amor participa de lo que un testimonio. un recuerdo. de ternura. '6 DI'"00 de otra manera. sblo
llamo un sentimiento cómico. En todo caso, es ahí donde debe residir el re- 1 .o de castraCI n. .. ../.
De esto se trata en e1comp eJ. I cuestionamiento del ""seo
poso posterior al orgasmo. Si lo que se satisface es esta demanda de muer- . d - - en la medida en que e '. deposita
se convierte en un rama .nada direCCión. la que .
te. pues bien. se satisface. por Dios, a buen precio, porque uno sobrevive. • . 1 d n una deternu
es planteado e Impu sa o e . . I
La "entaja de esta concepción es que permite dar cuenta de la aparición
de la angustia en cierto número de formas de obtener el orgasmo. La an-
toda su confianza en la c~nsu~acl~~~~:~~6~ genital pel\. a~donos
Si abandonamos este Ideal e ~ te engañoso. no hay 1ll0gU/13 raz
de!
gustia aparece - Freud lo captó por primera vez en el coi tus intaruptllS
- en la medida en que el orgasmo se separa del campo de la demanda al
que tiene de estructuralmente feh:::~ón no nos manifiesl~ e~;=
ara que la angustia ligada a a ca.
¡ se
bieto simbólico. y por 1>
ce:
otra
P fl .ble con su o . "el EsIO. por
Otro. Aparece, por así decir. en ese margen de pérdida de significación. per~
J
rrelación mucho más eXI los obieto~ de olro na ' . f1re udiana.
d' tinta con . J 'de la tC4lJ13
de este modo sigue designando aquello a lo que se apunta de una determi- una apertura del todo IS . pre en las premlsa.~ )ación qllt' no ~
nada relación con el Otro. parte. está implicado desde SIC~ estrUCluraóón. en.u~~;acJ¡¡ oarural.
O
No estoy diciendo. precisamente. que la angustia de castración sea una que pone el deseo. en. cuanl I mente o
a s a'tural cOO la pafCJa l •• lit lodJIs for-
. . ra recor..... ·
angustia de muerte. Es una angustia relacionada con el campo donde,l.a en absoluto pura y slmp ~ d ué !'e trata. qUIste . por así deCIr. cn~
muerte se anuda estrechamente con la renovación de la vida. Que el analt- Para que perciban mejor .e q de cnrrada sal\'a"e~ que h~s hllbia ¡¡de-
"is la haya localizado en este punto de la castración permite comprender mas. qué ocurre c~n las r.e1a~::~~. de acuerd~ :.~ del ()trO. una ' :
muy bien que sea interpretable. de un modo equivalente, como aquello que el hombre y la mUjer. J)es~óu 'de la angustia con c 'uentrJ aole un lICIO .l.)
lautado acerca de I:\ re lal:l . n uC vérsela~. 00 .se e~ -fci Ilc~llf (' e
I 4/TI10I''''
unOt'
Freud nos plantea como su última concepción. o sea. la señal de una. ame- , .luién tiene: q . dondc la )"-" Illdo e11O
naza conlCa el e!t1atulo del yo (je) defendido, La angustia de castraCiÓn se jer no sabe con.... 1 unl0 hasta ho el ;Ifll\lf coro<' de eUo un
sin cierta inquietud sobre eporr Ojos. ha btC ·er no b:l obleDI!kl
reLaciona con el má~ allá de este yo (je) defendido. en e~ punlo de lIaJna~ i hombre. ue la IOUj
deseo. Cuando e sannad. j result31.J
da de un goce que supera nuestrrn. límites. en la medida en que el OtrO aqul o. s
y se encuentra de.
es proptamente evocado en el regÍ!ttro de ese real por el que se transmite Y 285
~ liOSlÍCnc cierta forma de vida.

184
, \ ";\ 'V\:) OEL OBJETO el EL FALO EVANESCENi'E
minúscula
pro\ e~:ho" sensible. lo cual. como ustedes' .saben •.
es nluy canee b"Ibl - - . uede decir que el goce del hombre y el de la mujer no se conju-
\.'aso est3 lo qu~ ella ha ganado - que ahora está del todo "' "e. en lodo SI se p. ente es porque el hombre no llevará nunca hasta ese punto
" . d
to a 1as mtenclones e su pareja. ' 1I anqulla en c
uan, rgám cam .
gan o d u deseo. En la medida en que el deseo del hombre fracasa,
Eo aquel mismo capítulo de La tierra ba[dra donde T S El" el extremO e sllevada por así decir normalmente. a la idea de tener el6r-
· . " . . 101 hace ha
bl ar a TIJreSlas, a qUIen crel que debla referirme cierto día para· f Ia mUJ'erseve '
I h bre como si fuera un verdadero amboceptor. y esto es lo que
- ano de om • . 1
" "1 ". , Con TOntar g I f lo Al no realizar el falo. salvo en su evanescencia. e encuen-
con nuestr.l expenencla a vIeja teona de la superioridad de la . se llama e a . . dI'
mUjer cnel os se convierte en el lugar comun e a angusua.
plano del goce. encontramos estos versos cuya ironía siempre m trO de los d ese • d ál"' nd'do
. . e parece Lo ue la mujer le demanda al analista al fmal e un an ISIS co . UL'
que de_be ocup~ un lugar en ~u~stro d~s~u~so. Cuando el joven pisaverde.
,qF d e~ sin duda un pene. Penisneid. pero para hacerlo mejor que
pcqueno chupatmtas de.agencla mmoblhana. da por terminada su pequeña "
segun
. reu H " al o,hay' muchas cosas. hay rrul cosast iJITn3D todo
que con
aventura con la secretana - cuyo contexto nos describen extensamente _ el hombre. ay g, . P "sneid si
Sin el análisis, ¿de qué modo puede la mUjer su~rar su em ,
T. S. Eliot se expresa así: esto. . pre implícito? Lo conocemos muy bien. es la forma más
lo suponemos slem . al de del hombre el
. . "a de seducción entre los sexos - es ofrecer seo
",hen ¡o\'ely woman stoops to foil)' ami paces abO/a her room aga;n afoTle
She smoothes her hair witll alltommie IIalld and purs the record
~~~~~e la reivindicación fálica. el objeto n~ detum~~ente!~d:;:
. hacer de sus atributos femenmos los signos a
su deseo. o sea, '
Ion rhe gramopllOTle.
tencia del hombre.. 'debía poner de relieve -les ruego
Es lo que ya en otro tiempo crel q.ue al subrayar siolliendo a Joan
When IOl'ely woman stoops to foil)', esto no se traduce. es una canción . . S . 'os antlguoS- , e-- "
que se remitan a mis e~man lama la mascarada femenina. Sun-
del Vicario de Wakefield. Digamos. Cuando una bella ",IIjer se abandona l
Riviere, la función propia de lo que ella 'goce. Si de algún modo la
a la locura -SlOOpS no es tampoco se abandona. es se rebaja -paraaca- plemente, allí la mujer debe tener en r~ :..amiento de esta reivindica-
bar encontrándose sola, surca la habitaci6n alisándose Jos cabellos con dejO amos en este camino. decretamo~: re a aO"r.lvio sino en rehén de lo
" o no dlOa en des é ' - • . Ao.
U1Ul mano automática. y cambia el disco. Esto, como respuesta a la pregun· ción fálica, que se conVierte, Y ",""o el fracaso del vu O "
a. que lome a su e-e- "131 en la
la que se planteaban entre ellos mis alumnos sobre lo relativo a la cuesúón que se le demanda. en sum ta la rea1il.ación geDl • .
del deseo de la mujer. Tales son las vías por las qu~ se presen _..Ari"amos llamar los ¡;alle;o-
.rmIDO a lo que 1-""". .
El deseo de la mujer está igualmente gobernado por la cuestión, tam- medida en que ésta po ndri a te . ca la abertura de la angu.~ua.
bién para ella. de su goce. Que del goce ella esté no s610 mucho más cerca nes sin salida del deseo. si no estuVle , "z
ucido. la pr6xuna ~e
que el hombre. sino doblemente gobernada, es lo que la teoría analíúca nos d ode hoy 10.1\ be cond tIC en 1:1 me-
dice desde siempre. Que el lugar de este goce está vinculado al carácter Partiendo de este punto a. o . analítica nos muestra - q".,¡unción
xJ 1 peneoc la .' "ón en una e''''J
enigmáúco, insítuable. de su orgasmo, es lo que nuestros análisis han po- veremos lo que t( a a ex. o objeto de proplclacl onst"tuye 1
la C&\1t3.
dido llc\'ar 10 bastante lejos como para que podamos decir que este lugar dida en que es convocado corn ,...... " que falla. el faJo e '00 ckl sujeto con
t que se con fiu ,,- d' ck la rel acl "
es un punto lo ba<¡tante arcaico como para ser más anúguo que la actual en ;mpas.~e. Y pues o 'posible de elu If '60 de angu~llA.
ción misma como un punt~~:luj,le en cuanlO a su (upCl
compartimentación de la cloaca Esto ha sido perfectamente situado, en una
e 1 Otro. y corno un punto . 29 Of. MAyO ~ 1963
detenninada perspectiva analítica. por cierta analista, de sexo femenino.
Que el deseo. que no es en absoluto el goce, esté en ella naturalmente alli
donde debe encontrdfSe de acuerdo con la naturaleza. o sea. tu bario. es I~
que der.igna perfectamente el deseo de aquellas a quienes se llama histén-
caso El hecho de que debamos cla<¡ificar a estos sujetos como histéricos nO
cambia nada de lo siguiente - que el deseo así situado está en lo verdade-
ro. en lo verdadero orgánico. Z81

286
xx
LO QUE ENTRA POR LA OREJA

Elllloñosa potenda fálica


El monólogo del nillo
El camar6n dt IsaJcower
La incorporación de la V(1Z
Los dioses en la trampa dtl dtsto

Lo que les dije la última vez se cerró. creo que significativamente. COD
el silencio que respondió a mi discurso. pues nadie conservó la suficiente
sangre fría para coronarlo con un ligero aplauso.
O bien me equivoco. o DO sería excesi\'O ver en ello el resultado de Jo
que había anunciado expresamente al comenzar este discurso. o sea. qut
no era posible abordar de frente la angustia de la castración sin provocar
algunos de sus ecos.
Después de todo. no es una pretensión excesiva, pues lo qut les be di-
cho. en suma, no resulta muy esperanzador tratándose de la unión del hom-
bre y la mujer. problema que de todas formas siempre ha estado presente.
y con razón. entre las preocupaciones de los psicoanali5las. E.~pero que:
todavía lo esté. I
Jones dio muchas vueltas en lomo a este problema, encamado por .0 ~
, la igllOf"3llCUl po-
supuestamente implica la perspectiva faJoctntm:a. o ,sea., . ' del
. . I ho b . de la propia mUJer. respe"o
mlUva , no sólo por parte de ro re SIDO . Los IU(kos en parte Jiceu........ _......
lugar de la conjunción. a saber. la vagma. . " .... nnrmla
'6 J n esta \'{a mue.~1r.III ~ .. ...- •.,..-,
aunque no culminados. que recom one.~ e "1 J
d I famoso ¡;, ,os Cfl'v..... IIombrr •ti J1UIfrr.
en la invocación a la que recurre e
por otra parte tan ambiguo. 1 libro I eJel ~~. ~ no lo
Después de todo, este versículo 21 de
había meditado a partir dellexlO hebreo.
.

. ,
.... lo.

"
. ..
...

... ........ . . .
_

'
.
4 ••

_.... ..
,-
...

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I • ... • •

.---.. .. '....
, ~.­
...... L...... . -
1119
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula LO QUE ENTRA POR LA OREJA

I - repositivaciÓn del ~~i que suponen que opera en el campo psicoanalítico.


h aquí a qué ambIcIonan acceder.
S~a como sea. tratemos de sostener lo que diJ'e la úlu' e Que el falo no se encuentra allí donde se lo espera. allí donde se lo exi-
_ ' . ma~~,
pequeoo esquema fabncado a parttr del uso del círculo euleriano, lllJ o sea. en el plano de la mediación genital. esto es lo que explica que la
~~~ustia sea la verdad de. la sexualid~d. es decir. lo que apar~e cada vez
que su flujo se retira y d~Ja al descubIerto la arena. La castración es el pre-
cio de esta estructura, viene a ocupar el lugar de esa verdad. Pero. de he-
cho. éste es un juego ilusorio. No hay castración. porque en el lugar donde
debe producirse no hay objeto que castrar. Para ello ~ría preciso .que el falo
estuviera allí. ahora bien. sólo lo está para que no haya angusua. El falo.
H M allí donde es esperado como sexual. no aparece nunca sino como falta. Y
éste es su vínculo con la angustia.
Todo ello significa que el falo es llamado a funcionar como instrumen-
La falta e/e la mediación to de la potencia. Cuando hablamos de potencia e~ el análisis. lo hac~s
de una forma vacilante. porque siempre nos refenmos a la omrupotelKu\'
cuando no se trata de esto. La omnipotencia es ya un deshzarruenlD~ una
El campo cubierto por el hombre y por la mujer en lo que se podría lla- evasión respecto al punto donde toda potencia desfallece. A la pote~la no
mar. en el sentido bíblico. su conocimiento el uno del otro. sólo coincide se le de~anda que esté en todas partes, se le demanda que esté alh donde
. d d t3.llece allí donde es espe-
en lo siguiente - que la zona a la que son conducidos por sus deseos para está presente, preCIsamente porque. cuan o es I 'al tá
. ' .' 0"00 de otra manera. e 1, o es
que se alcancen. allí donde podrían coincidir efectivamente. se caracteriza rada empezamos a urdir la ommpotellCla. u.: , . ·'60 .
, d nd se encuentra en Sltuacl
por la falta de lo que sería su intersección, El falo es lo que, para cada uno. Presente. está
.presente
' en todas partes o e no . "
' s a r la Iluslún de la' rCIVI
'odi-
cuando es alcanzado, precisamente lo aliena del otro. He aqUl la vertiente que nos permite traspa, L.-la ~""U5Iia
'ó I medida en que CUUl.- - ...
Del bombre. en su deseo de omnipotencia fálica. la mujer puede ser con cación engendrada por la cas~acl , n. en a 'ilUliión tiende a In con-
toda seguridad el símbolo. y ello precisamente en la medida en que ya no presentificada por loda actualizaCión del goce. ~ e el progreso <k I~
, t de la poten¡:la. on
es la mujer. En cuanto a la mujer, queda muy claro siempre que lo que he- fusión del goce con los mstrUmen os , a1 0 0 JUe1'or que SU es-
, 'h na se conVIerte en .,. ¡

mos descubierto bajo el término Penisneid es que sólo puede tomar el falo instituciones. la ImpotencIa urna. fesiÓn. Entiendo pro/e-
lado de miseria fundamental. se conslltUyesden pro,p~Cesl'(ln de fe /uL,!i1 el
por lo que éste no es - ya sea, por el a, el objeto, ya sea por su pequeñísi- , al bra. de' e a ... /1.
sión en todos los senudos de la p a .1 d'.,nidad de l.·u3IqUI(1 pro-
~ «~). el de ella. que apenas le proporciona un goce aproximado de lo que ocu Ita traS a 1.,. , n ~u
ideal profesional. Todo lo que se , potencia. La impotencia. e .
lfna~ del goce del Otro, que puede sin duda compartir mediante una es- ,1 ' ...dI que es 1m _i._ e de: su
fesión es siempre esa ta la cen... ~Lor gOl.ar "_ qu
pecIe de fantasma mental. pero únicamente aberrando su propio goce, En al hombre a no ,"""- , .1/Í()S4
fónnula más general. con dena do' ,•• una potencia eD~ ,,
OU'O~ términos. si puede gozar de (¡p) es porque éste no se encuentra en su .n) es ~1f. ~ ~ ¡UUI.'U
0

relación con el soporte e d 1 ( +.... . o'

deriva de la ii(Cuel1\:la ..-


....

lugar. en el lugar de su goce. en el lugar donde su goce puede realizarse, Si les recuerdo que esla estrUctura se al.nIJ1O.\ ~hOs 1l01,,¡'¡es Quc c."1)Il"
Voy a darles una pequeña ilustración un poco animada, lateral pero ac- nducirlos hasUl .,.-
tual. de este hecho,
lé la última vez. es par:
d CO, o "
enlO
soci41 ell nues-
trolan la estrUctura asl artIculada, rincipio del Clml ' , uc Frcud
En un auditorio como éste, ¿cuánta.¡ veces no habremos visto - tanto. .J .', ada cOfllO P
'..I .. ObJ¡er\tJ11C.lS q
La homosexuabuau ~I u " 'del mach<>,·
que !le conviene en una constante de nuestra práctica _ a las mujeres que- , I pnv¡le~lO III n)CSWf duda , &te
tra leoría. la freudlan a• es e . "ó en este punl(l _..1 n la
n~ ~erJ;C p,!>jc~analizar c~rno su marido. y a menudo por el mismo o' i uOCII SUs<:1 '1 !oC prllUu<'"C c:
siempre 10 mdieó as • Y n '1 1311 10 que S(I o .
anall\ta. (.Qué "'Igmfica esto, smo que ambicionan compartir el deseo sU- • ' 11· SOCia. en
cimiento libldinal de aZO·
~nle coronado de su!> maridos? El menos-menos-phi, - (- 1$1), la 29/

290
.~~, l i,\li) fORMAS DEL 08Jé70"
.. lIIimísCllla
U) QUE ENTRA POR LA OREJA
nidad ~ los mal'hos, está vinculado a la vertient d f . -
e
Cl){responde muy especialmente al m'icho deb'd el racaso sexual qUe le La diferencia que hay entre el pensamiento dialéctico y nuestra expe.
·
P or e l conlrano, • loa a castra "
lo que se llama homosexu I·d. d f ' Clono riencia es que nosotros no creemos en la síntesis, Si hay una vfa de paliO
,' ' . . a I a emeni .
las una gran Importancia cultural. pero ningún v I d . n~ llene qui. allí donde la antinomia se cierra. es porque estaba ya anlcs de la constitu.
a or e lunclón .
~rque se apoya. por su parte. en el campo propio d i . sOCial. ción de la antinomia.
'd e a compete .
sexual • o sea. a 11 1 ondeo aparentemente. tendría me ,ncla
" .l . nos oportumdades d
tener ex,lto. SI os sUjetos que llevan ventaja en este campo f . . e
•. . l ' no ueran. pre·
Clsamente. os que no tienen el falo. La omnipotencia la "
. mayor VivacI- 2
dad del deseo. se produce en el plano del amor que llaman .
, .' _ . uramano. a
proposlto del cual creo haber senalado su afimdad más radical con I h _
mosexualidad femenina. a o Para que el objeto a en el que se encama el obstáculo con el que tropieza
El amor idealista presentifica la mediación del falo como (-Ip), El (q¡) el deseo en su acceso a la Cosa le abm paso. es necesario volver a su inicio.
es en ambos sexos lo que yo deseo, pero también lo que sólo puedo tener Si no hubiera nada que preparase este paso antes de la captura del de-
como (-\f). Este menos es lo que resulta ser el médium universal en el cam. seo en el espacio especular. no habría salida.
po de la conjunción sexual. No omitamos. en efecto. que la posibilidad de este propio ob~táculo está
Este menos. querido Reboul. no es en absoluto hegeliano. no es en ab- vinculada a un momento que anticipa y (;ondiciona lo que se pondrá de ma·
soluto recíproco. Constituye el campo del Otro como falta. y s610 accedo a nifiesto en el fracaso sexual para el hombre. E~te momento es el nusnlO en
que la puesta en juego de la tensión especular erotiza lan precozmente y tan
él en la medida en que tomo esta misma vía y me atengo a lo siguiente. al
hecho de que el juego del menos me hace desaparecer. No hago más que profundamente el campo del in.rix ht . . ' .. '.
Es conocido lo que se esboza en el anlmpouie a propóSIto del ~:lI'lI\:t.er
reconocenne en lo que Hegel percibió. por supuesto. pero él lo motiva sin conductor de este campo a partir de que la observación del mODO nos hA
este intervalo, a saber, en un a generalizado. la idea del menos en tanto que mostrado que no carece de lOte . l'Igencla. . uauo,l •• /
que puede hacer mlKha.~ co-
está en todas partes. o sea. en ninguna. . . d , ' quello que debe aJ.:anl.l11', Ayer
sas ""'ro con la condICión de que pue a ver a
El soporte del deseo no está hecho para la unión sexual. puesto que. • r- , ./ te punt~) no que el pnlTh1te
mencioné lo siguiente - que todo reSlue en es .
generalizado. ya no me especifica como hombre o mujer. sino como lo uno . .' } oc no puede hacer cntl'lll' !oU
sea más incapaz de hablar que nosotros. sJIIl '1
J lo otro. La función del campo descrito en este esquema como el de la palabra en ese campo operato~o. , da del hcdlO de que' para
unión sexual plantea para cada uno de los sexos la alternativa - o el Otro. No es ésta la única diferenCia. Hay otr<l. denva .'.> nan"MSmo. ('11 Ilt
. ' l·' en ,~on~cuen(!... ' '
o el falo. en el sentido de la exclusión. Este campo de aquí está vacío. Pero el ammal 110 hay estadio de espejO y. . , . ' .....j1 ~ustrltCl'i6n de 111
br lo refenmos a CI~.. ' .
si lo positivo. el o adquiere otro sentido, y significa ahora que el uno Yel medida en que. con este noJn e. no. d 1 r,'.hl cuy:! tilrlllll 1/1 d1
, 'ó el campo e In.·,. . J
otro son sustituibles en todo momento. ' t r á s de libido ubicua y de su InyeLcl n en ,. _.t. el fenómeno dc a
. . . ta Ii.,rma nos eSI,;¡)II''''
' . 1 _ .. ..,;. nurar de~c tlXlal; p:!r1
la VISión es¡x.-culanzada. Pero es o 01
Es por esta razón que he introducido el campo del oJo oculto de.
e ~ueOC1a """""....
lodo el universo esnaciaJ mediante una referencia a aquellos seres- IInág - ocultación del ojo. que en co~ , . rsalidad Jel . . er.
l'
ne!> en el encuentro con los cuales se pone en juego cierto recom o .
. d de sal· aquel que somos. situarlo baJO la unl\t: & t' lo que se 11.1l1la lo "nitran·
vación. en panicular el recorrido budista. Cuanto más Avalokiteshv;a ~n Se sabe que esto puede prod~r.iC· , ~~i"ulllfL'll Habilualmc ntc. kl
, '. 'laJIC\:I-' bien r- - que cnm:u-
. l' ..... preclsamcnh~
su completa ambigüedad sexual se presentifica como macho. m~~ a qUI::
lieh pero se precisan Clrt:un' ,
• , 1 f, rma e~p«lI al,,· , 'Qb1J1Uve la
que tiene de satisfaclono a o, " E oltOli ttnnino~. el "!JO I
re a...pecto femenino. Si esto los divierte. otro dia les presentaré 101áge~e~
.
. d panC1\ln, n h~'-'" ¡Jc:sc.'lIoctr.
cara la posi bihdad ~ esta a . -. ",..., tic:ndt' ¡¡....... '
de ~taluas o de pinturas tibetanas _ abundan - donde el rasgo que . ¡'J nnrqu e 51cnlr - deSCan1e.
relación fundamental desea e "'-, <k"st:ablCl hay un
de<ligno es patente. ede uc baJl) ~s,e
e en la relación con el Olnl. ti
Se lr.tta, hoy. de captar cómo la alternativa del deseo y del g.oc pu
encontrar una vía de paso.
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO "
a mlllllSClIla
LO QUE ENTRA POR LA OREJA
Retlexionen sobre el alcance de esta fórmula. que creo -
la mas general de lo que es el surgimiento de lo ""hei",I' 'hP<XI ' er dar como mensaje - y por lo tanto por insuficiente que sea - nunca es infonne.
• I( • Plensen q
entreDlan ustedes a lo deseable más apaciguador, a su forma más tran ue. s: puesto que el lenguaje existe en lo real. está en curso, en circulación. y
zador.l, la estatua divina que sólo es divina - ¡qué es más l ' l' qudl· muchas cosas a propósito de él. el S, en su interrogación supuestamente pri.
• . u un lt!lnl leh q
ver como se anlma. o sea, se muestra deseante? Ue mitiva. están ya regladas en este lenguaje.
Ahora bien. la hipótesis estructuran te que planteamos para la ge' . Ahonl bien. retomando mi frase de hace un momento, si defino tal como
neMsdel lo hago la relación de S con A, no es sólo por hipótesis. puesto que es una
<l es que nace en otra parte. y antes de esta captura que lo oculta. Esta h·pó.
tesis está basada en nuestra práctica. y es desde ella que la introduzco~
hipótesis que he dicho que está fundada en nuestra praxis, que he identifica-
do con dicha praxis, incluso en sus límites. Además. el hecho obsen'able -
O ~ien nuestra. praxis es defectuosa - entiendo defectuosa respecto a
¿y por qué tan mal observado? - continna el juego autónomo de la palabra
ella mIsma - o bIen supone que n~:stro campo es el campo del deseo, y tal como está supuesto en este esquema. Creo que aquí hay las suficientes
que el deseo se engendra en la relaclon de S con A. Esta relación, por fuer. madres no afectada.. de sordera como para saber que un niño muy pequeño.
La la reencontramos en nuestra praxis en la medida en que reproducimos en la edad en que la fase del espejo está lejos de haber dejado de operar.
sus ténninos. Lo que engendra nuestra praxis es este universo, simboli. monologa antes del sueño en cuanto posee algunas palabras. E1uempo me
zado en último término por la famosa división que nos guía desde hace impide hoy leerles una larga página donde se retranscribe un monólogo así.
un tiempo a través de los tres tiempos en los cuales el S, sujeto todavía Les prometo cierta saúsfacción cuando se la lea. cosa que haré sin falta
desconocido. tiene que constituirse en el Otro. y el ti surge como resto de la Felizmente. tms haber suplicado mi amigo Roman Jakobson duranle
operación. diez años a todas sus alumnas que pusieran un magnetófono en la enfer·
Les ad,·ertiré. de paso, que la alternativa o nuestra praxis es defectuosa mería. la cosa al fin tuvo lugar hace dos o tres años. gracias a Jo cual t~ne·
o supone esto no es excluyente. Nuestra práctica puede permitirse ser en mos por fin la publicación de uno de esos monólogos primordiales. SI I~
parte defectuosa respecto a sí misma y que haya un residuo. porque eso es hago esperar un poco, es porque resulta propICIO . .
para mostrar mucha~ otr.tS
precisamente lo que está previsto. Podemos pues presumir - gran presun· cosas aparte de lo que tengo que delinear hoy. .
El hecho de que tenga que mencionar de lejos alg~ refcrencl~~.I~~
ción - que arriesgamos muy poco si nos empeñamos en una formalización ., .I_r! n el cooocuruenlt) de us(~"
que se impone como necesaria. Pero es preciso decir que la relación de S saber muv blen que puede corresponlK' es e d'.'
• de f no e~ tener que esp=lf'
muestra por sí solo ha'\ta qué punto nuestro SI. . l1l'I'
con A supera en mucho en su complejidad - no obstante tan simple, inau· .6 o está m mucho menos lL'ICg
gural-lo que aquellos que nos legaron la definición del significante con- nos por un campo en el q~e su educac.I D n ndencia del gasto que se haya
da. se piense lo que se pIense y con ~ndepe
sideran su deber situar como principio del juego que organizan. a saber. la
llevado a cabo en cursos y conferenCIas. '1 ue Pi~"eI1l4Jllll el
noción de comunicación. recuerden aqul (1 q.... .
Sea como sea. puede que aIgunos. b'ljo esta c:!eno!Uinactón. qw'
La comunicación en cuanto tal no es lo que es primitivo, puesto qu~ en
el origen S no tiene nada que comunicar. por la razón de que todos los lOS'
lenguaje egocéntrico. Y lo que est~ ~n Jueg~ s;rte de malentendidos Esta
zás defendible, pero sin duda propICIa a 100onólog OS a los que ~ en(regll un
trurnentos de la comunicación están al otro lado. en el campo del Otro. Y expresión designa, en efeclo, la clase de ~ os ,amar.lda~ il reahlN una
de él tiene que recibirlos. Como lo he dicho desde siempre, de ello resulta niño en voz alta cuando se lo pone con gtUles un monólogo dJnBlOo ~
principalmente que es del Otro de quien el sujeto recibe su propio mens a· tarea en común. Lo que muy evi~lemc:nte
. . .......... dentrO de ~ . oomUlll'
je. La primera emergencia. la que se inscribe en la pizarra. no es más que cia sí mismo solo . e!U"""eo-'
, puede prod uc irse. '~Jn . . ' se ~1~3
'00 de efOCéntnCO. SI ..... -
. '6 la calificac l ~...k ruuecer
un i. Quién soy? inconsciente - puesto que es informulable - al que reS- dad. Esto no es una obJecl n a t>1:J de C!!ocenITÍSJ1I().......--:- ,-
ponde. antes de que se formule. un Tú eres. Es decir. el sujeto recibe ante su sentido. Ademá,<¡. puesto que se hi1....~ _.•f. tan a meoudo elidido.
. .1-1 enuncl/JUV C M " . ....;¡r COfIU,.:to
todo su propio menl>aje bajo una forma invertida. sorprendente que- el SUjeto U<' . locitarlO!' qUI~ JI t(l .....
E.<¡to es algo que digo desde hace tiempo. Hoy añado. si lo escuchan: que Les recuerdo esta referenCia para . ttJcO" del IOdo dlJl~ para
los te¡¡ICK PIlf!!"
él lo recibe, ante todo. bajo una forma interrumpida. Escucha. un pnmer nuevo con el fenómeno en
lugar. un Tú eres sin atributo. Sin embargo, por interrumpido que e<;té este 195

294
L4.S CINCO FORMAS DEL OBJETO a n,'mUSCII
- Ia
LO QUE ENTRA POR LA. OREJA
luro. pem sobre todo para que adviertan que el problema qu
. . e queda pla
-
teado es el de situar. respecto a esta mamfestación. qué es el n- No sabemos todo sobre el funcionamiento de nuestro oído, pero sabe-
· , . . d I
hlpnopomplco registra o por a umnos de Jakobson correspondo monólogo mos. no obstante, que el caracol es un resonador. Es un resonador comple-
. .
estadio muy antenor.
• lente a un jo. o compuesto si ustedes quieren. per~ ~n fin. un resonador. aunque ¡,ea
compuesto. se descompone en composICión de resonadores elementales.
De entrada.
_
les indicaré que el famoso grafo que les ha dado tant o 1a lata
Esto nos lleva en una dirección. la de decir que lo propio de la resonancia
durante anos recobra su valor . en lo referente_a estos prohlemas de ge' ~m. es que en ella el aparato predomina. El aparato resuena, y no resuena ante
)' de desarrollo. De cualqUier modo. el monologo del niño de quien les ha- cualquier cosa. Si ustedes quieren. para no complicar dema~iado las cosas.
blo nunca se produce cuando hay alguien más. La presencia de un herma- sólo resuena ante su nota. su frecuencia propia.
no o de otro bah)' en la habitación basta para que no se produzca. Muchas En la organización del aparato sensorial en cuestión. nuestro oído, te-
otras características indican que lo que ahí sucede, tan sorprendentemente nemos que vémoslas. concretamente. con un resonador que no es cualquie-
revelador de la precocidad de las tensiones designadas como primordiales ra. sino un resonador de la clase de los tubos. El retomo de la vibración.
en el inconsciente, es análogo en todos los puntos a la función del sueño. trasmitida siempre desde la ventana redonda. pasando por la rampa
Todo ocurre en la Otra escena, con el acento que di a este ténnino. timpánica. hasta la rampa vestibular. pareee estar netamente vinculado a la
¿No debiera guiarnos aquí la pequeña puerta - nunca es una mala en- distancia del espacio recorrido en un conducto cerrado, que opera pue~ al
trada - por la que los introduzco al problema. la constitución del a como modo de un tubo, sea cual sea. flauta u órgano. La cosa es, evidentemente.
resto? En todo caso. este fenómeno. si sus condiciones son ciertamente las complicada. pues este aparato no se parece en nada a ningún otro instru-
que les digo. sólo lo tenemos en el estado de resto, o sea. en la cinta del mento musical. Es un tubo que sería. por así decir. un tubo ,"'On teclas, en el
magnetófono. De otro modo. sólo nos queda como máximo su murmullo sentido de que. al parecer. es la célula puesta en posición de cuerda. pero
lejano. siempre próximo a interrumpirse con nuestra aparición. ¿No nos que no funciona como una cuerda. la que está implic~a en el pu~to de re-
tomo de la onda, y se encarga de connotar la resonancia en cuesuó~
incita esto. acaso, a considerar que de este modo se nos ofrece alguna vía
Me disculpo tanto más por este rodeo cuanlO que con toda segun 00
para captar que. en el cac¡o del sujeto en vías de constitución. debemos bus- . , • l' última palabra de I~
es yendo en esta direCCIón como enl;ontr'Memos a .
car el resto. ciertamente, en una voz separada de su soporte? , . d '1 alizar que algo en la IO(11\ll
cosas. Pero este repaso esta destlOa o a ac u ., .
Estén muy atentos. Aquí no hay que ir demasiado deprisa. ' esos datoS topológICOS poma-
orgánica nos parece estar emparentado t;on . . . . r la forma má~
rios. trans-espaciales. que nos han llevado a mtere~ ~ I que hemo.~
. .- d' 'readora de un ~ ac.o. a
elemental de la constllUCJOn crea a y e nMOut es uunbién
I '. de los tarros. ,,_...
encarnado apologéúcamente en a s ona l hi
3 un lubo y puede resonar. ' . o dejan de unpo~r~Homo
Dijimos que diez tarros de l todo se~eJanle: n lanlear la cue.~tión dt' !o3/.1ef
individualmente indiferentes. pero que se podí ~ lit {'sluvO SU'e~I\'amen-
Todo lo que el sujeto recibe del Otro a través del lenguaje, la ex.perien- . 1I . de otro. el vlJClO q '. I bien,
SI. cuando se pone uno en e ugar . . __ .-/... o no el IllIsmo. A )(lI':I
. -:i:I a roda
cia ordinaria es que lo recibe en fonna vocal. La ex.periencia de casos que te en el corazón de cada. uno de eUos .stOue t;
SI"'''''''
.' .~~ un.ltXlg.. -
___ h dellUbc.l acúSllI:O 'U'Y"'''- "'_" CI1 UD pa.'itJ
no son tan raros - aunque siempre se evocan casos fulgurantes como el el vaCÍo que está en el C{}/¡u,vn a.ljdad_quedcsem~a 10
: tan simple de defllllr -. o ~sus
de Helen Keller - muestra que hay vías distintas que las vocales para re- s detst1l
aquello que en él puede re <Jnar
cibir el lenguaje. El lenguaje no es vocalización. Vean ustedes a los sordos. . onido y que no ~~ l alrurll de una ~
ultenor de nuestro ree . flauta IUcada:l a S' bien (:Sta
Sin embargo. creo que podemos llegar a decir que lo que liga el lengua- I En efet."to. una . ibr:lCloo .• I
que se llama un sop o . . I~ posiblc.; 1:1 nu.o¡JJ\ól v. mbargO que el
je a una sonoridad es algo más que una relación accidental. Y quizás cree- abertums impone a todos los sop . una ley. ¡ndiCII SIP e
remos que avanzamos en la vía correcta si tratamos de articular las cosa.~
.. . modo de "er. _-A ·IÓn.
eXIg.encla no es. a nuestro al fuoció n de 1J~·t~
má'l de cerca califlcando esta sonoridad de instrumental. por ejemplo. Es
.
en cue!>1ión funCiona aq ui en UtlU re
un hecho que aquí la fisiología abre el camino.
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula LO QUE ENTRA POR LA OREJA

Pues bien. no cedamos a esta ilusión, Todo esto sólo tiene int .
-
"
","
met.uora. S'1 1a voz. en e 1 sentl'do en que nosotros la entendero
, ,
lmportan~Ja. es porque no resuena en mngun vacio espacial. La ro'
efes Como
'
os. llene
.
:0oducidos estos granos de arena desde el exterior. puesto que el camarón
los produce por sí mismo en ningún caso, el utrfculo se vuelve a cerrar.
he aquí que el animal tiene en su interior los pequeños cascabeles nece-
pie inmi. üón de la voz en lo que se llama lingüísticamente su funció~~~l~- ~ariOs para su equilibrio. que ha debido traer del exterior.
- se cree que ' • en e lmve
ésta se sltua ' 1d e i '
a simple toma de Contacto catica
, • uan- Reconozcan que la relación que esto tiene con la constitución del
do se trata ciertamente de otra cosa - resuena en un vacío que es el vacío superyó es lejana. Lo que me interesa. sin embargo. es que el Sr. lsakower
del Otro en cuanto tal, el ex nihilo propiamente dicho. La voz responde a no haya creído necesitar mejor comparación que la de referirse a la opero!-
lo que se dice. pero no puede responder de ello, Dicho de otra manera. paro! ción siguiente, que, de todos modos. se les ha podido ocurrir si han oído
que responda. debemos incorporar la voz como alteridad de lo que se dice, despertarse en ustedes ecos de fisiología. Esta operación, ejecutada por ex-
Por eso ciertamente y por ninguna otra cosa, separada de nosotros, nues- perimentadores malicio~os. ~onsiste en sustituir I,os gr~os ,de arena por
tra voz se nos manifiesta con un sonido ajeno. Corresponde a la estructura granos de hierro, para divertlTse luego con la dafma y UD Iman.
del Otro constituir cierto vacío, el vacío de su falta de garantía. La verdad Una voz, pues, no se asimila. sino que se incorpora. Esto es lo que pue-
entra en el mundo con el significante antes de cualquier control. Se experi- de darle una función para modelar nuestro vacío, Nos encontrarnos aquí de
menta. se retransmite únicamente mediante sus ecos en lo real. Ahora bien, nuevo con mi instrumento del otro día. el shofar de la sinagoga y su músi-
es en este vacío donde resuena la voz como distinta de las sonoridades, no ca. ¿Pero es ciertamente música esa quinta elemental. esa al,era~jóD de
modulada sino articulada. La voz en cuestión es la voz en tanto que impe- quinta que lo caracteriza? ¿No es esto más bi:n ~o que le da su sentI<kl a la
posibilidad de que por un instante pueda suSlIlUlr a la palabr.l. arrancando
rativa, en tanto que reclama obediencia o convicción. Se sitúa. no respecto • de todas sus annomas
poderosamente nuestro Oldo • a~'ostumbradas?
. ' Modela
a la música. sino respecto a la palabra.
el lugar de nuestra angustia, pero obser.·émoslo, sólo después de que el
A propósito de este bien conocido no reconocimiento de la voz grabada.
deseo del Otro ha adquirido foona de mandamiento. Por eso p~edt' ~m-
sería interesante ver la distancia que puede haber entre la experiencia del . emmente.
' Ia de darle a'1a angustia su resolUCIón. Jlamcse
peñar su funCIón
cantante y la del orador. Propongo a quienes quieran investigarlo en fomla
culpabilidad o perdón. mediante la introducción d~ ~~or~j sentido de
desinteresada que lo hagan. porque yo mismo no tengo tiempo de hacerlo.
Que el deseo sea falta. diremos ~ue es s~ fa~~:~~: un contenido
Creo que aquí es donde podemos palpar aquella forma de identificación
algo que hace falta. Cambien el senudo de e. ta y ~ aquí 1(1 que
que no pude abordar el año pasado, cuyo primer modelo. al menos, nos lo _ . en la articulación de qué?, dejémoslo en suspenso -, ,
proporciona la identificación de la voz. En determinados casos. en efecto. (, lación con la ang uslIIl ,
explica el nacimiento de la culpa y su re . .-ciso que 1(15 ~!re
no hablamos de la misma identificación que en los otros, a saber, hablamos hacer con ello. e~ t".-- ' H
Para saber lo que se pue de . ,', pI' sarJ(I un IXx:o, e
de Einverleibung, incorporación. Los psicoanalistas de la buena generación ,- pero ncCCSl o ' . I
hasta un campo que no es el de este ano.. el cJamOf de 1:1 ~u -
se habían dado cuenta, y hay un tal Isakower que escribió, en el año 20 de~ dicho que no sabía lo que. en e s
1 'Ilofar - dIgamos. en
brc la angustia. Si nUCS Inl
fÓlTllula
Intemational JOllrnaJ. un artículo muy notable cuyo único interés. a mi pabilidad - . se articula del Otro que cu ... J estar iroplic.'!&l.
....

modo de ver. reside en la necesidad que se imponía de dar una imagen 1 d 'co del Otro ..... '" ' .-.m I.:IS \.~
es adecuada. algo como e. es introducir algo que pr-r--
impactante de lo que tiene de diferente este tipo de identificación. Me doy todavía tres rrunulOS para
E...ta imagen, la va a buscar en algo singularmente alejado del fenóme- , , ' 1 próx.iJJ1O pac;()o '1 adr:l recipro-
q ue nos pernulmin dar nueslTC ... ""slCl 8 I'1 USuiU' .~''''o y a ~ I u....uo

no identificatorio en cuestión. Se interesa. en efecto, en el pequeño aJUmal Lo más favorablemente di ~t"-~' ¡uego
llamado dafnia. que no en absoluto un camarón. pero represéntenselo como '6 del sacn ficJo. -_••• lo qUt' e514 ~,
carnente. es la nOCI n · .... ·-"'" ~JI..... ~,( -lo. '-'JJ\.~
í han ID 1... UJUV """" en oIIV~
sensiblemente parecido a él. Sea como sea. este animal, que vive en aguas Muchos otros además de ro t- que el ~ri(jCIO pO ,~;_osl6n mu,
..J:-" b-vemen - UfIlI u ... ~ ,
~ina.<¡, tiene el curioso hábito, en un momento de sus metamorfosis. de en el sacrificio. Les UU<' . - se ~8an en
• _.1- ni al don. q~ .1.1 deseo
llenanc la concha Con menudos granos de arena, que introduce en un re- destinado a la olrenuu 1()trCI en la red .... . '
ducido aparato que tiene, llamado estato-acústico, dicho de otra manera. ,en distinta. siJK'l a la captura de
~u utrfculo. que no se beneficia de nuestro prodigioso caracol. Una veZ ID- 29'1
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO el '.
I1IIJ1Uscula

La cosa seria ya perceptible viendo a qué se reduce P' - XXI


.. ara nosotros
plano de la ellca Fonna parte de la ex.periencia Común . ~n el
'd . . que no VIVltno
nuestrd \"l a, seamos qUienes seamos. S10 ofrecer sin cesar a . s EL GRIFO DE PIAGET
, 'dad desconOCl'da e I sacn'fi'lCIO de alguna pequeña mutilacl' •
no se qué di
,"1m
, on, vál'Ida o.
no. que nos unponemos en el campo de nuestros deseos,
La subyacencias de la operación no son todas visibles. No hay duda de
que se trata de algo relacionado con a como polo de nuestro deseo P
. ' . ero lA calegorfa dt: la causa
lendr.lll que esper.u- a la próx.lma vez para que les muestre que hace falt
algo más. y en particular que ese a sea algo ya consagrado, lo cual no e: La puesla enforma del s{nromo
Cut:stión de L'/lmprrl/der
concebible sin retomar en su fonna original lo que está en juego en el sao
4.:rificio. Espero que en esa cita no tenga una gran cantidad de obsesivos. El agua y los deSt:os
Los dnco pisos de la constitución dt:1 a
Nosotros. sin duda, por nuestra parte. hemos perdido a nuestros dioses
en la gran feria civilizadora, pero se ve que por un tiempo bastante prolon.
gado en el origen de todos los pueblos tenían con ellos sus disputas COtnO
La angustia reside en la relación fundamental del sujeto con lo que bas-
con personas de lo real. No eran dioses omnipotentes, sino dioses potenles
dondequiera que estuviesen, Toda la cuestión era saber si estos dioses de· ta ahora he llamado el deseo del O~., . ubri-
El análisis siempre ha tenido y sigue teruendo como objeto el dese
miento de un deseo. Si este año me veo llevado a articular eSallolPofr ~'~ó'fan
seaban algo. El sacrificio consistía en hacer como si desearan igual que
nosotros. y si desean igual que nosotros. a tiene la misma estructura. Esto , '. I 'ón en la cu :1 U""I
de una definición. digamos, algébnca. artu:u adcl 'd de l. [unción
no significa que vayan a comerse lo que se les sacrifica, ni que eso pueda , d h' ' de Gap e resl UO, ..
aparece en una especie e lanCla, '" . I Pe twnbién
servirles para algo, lo importante es que lo desean, y yo aún diría más, que . 1 po alguna razón estructutll . ro
significante. ello es, admltan o, r , ' 1 fu la vía que loma-
eso no los angustia. lo he hecho, pincelada a pincelada. mediante cJcmp os.
Hay un ~-pecto que plantea un problema todavía no resuelto por nadie
ré hoy. laI la angustia apar~:e en fun·
de forma satisfactoria -las víctimas. siempre. debían ser inmaculadas, En todo advenimiento del a en cuanlO " I.,.¡ón con el desOO dtl
Ahora bien. acuérdense de lo que les dije de la mancha en el campo vi- . d I Otro pero ~u re -
ción de su relaCIón con el deseo e • "-Iante en ~u momcnlO
sual. Con la mancha aparece, o se prepara, la posibilidad de resurgimiento , l I fónnula que a~ -r>S de ¡t'\"dar efI e1
,sUJ'eto , (,. cuál es? Es sltuab e en , ad I deseo que Ira... ......•..
en el campo del deseo de lo que hay, detrás, oculto, o sea. en este caso. aquel diciéndoles que a no es el objeto c
ojo cuya relación con este campo debe ser necesariamente vaciada para que análisis. es su causa. , .-"ala la dc.,..ndénCilt de: lo<J¡¡ condins-
'al S' l angustia SCu. •.. - Uf"" -
el deseo pueda permanecer allí. con esa posibilidad ubicua, incluso vaga- Este rasgo es esencl' . 1 a " dehujelo se cllcU(ntra ~ ''Y'' J)c
bunda. que le permite escabullirse de la angustia, titución del sujeto respecto al A',el deseo. nSlilUCión Ilnu~cC«Dle c.lr:J~' ~.
, nedlo de la ¡;o ' .1l ......1 como au.....
Cuando se amansa a los dioses en la trampa del deseo. es esenCI'a1 no do de esta relación ,por Ullen d les cómo es (JI nn'sem::1 r- , "'"" ti,'1M !JI ,. __ I'U'-
.... ,
despertar su angustia, ahí el interés que uene re,,"OC ar rirnero~ dalOS de la 1II\1~~de: la causa.
del deseo se anuncia desde los P , velado. en lA función ,' .. MM- !i(
" oda más o meno!> , ~ dd cA11IPO ""'- '
El tiempo me obliga a terminar aquí. Ya verán ustedes como. por Ií~ca ca. Se anuncIa. de un ro " en los datos pruncro. IIJdo sínJllfll3. efI
que pueda parecerles esta última excursión, nos servirá de guía en realida- Esta función se puede sltuar ,,~""po del sínlOI1lll, Endi ..... u.~ón!:& 11llI'
, ac1'6 o sea e""'''l . r~<I C~D .. ...
des mucho má!. cotidianas de nuestra experiencia. inició la invesUg n, . m"re nOi '"Ie ..,....
de este no ·,. Itd~·
tanto que un element (1 . 111 hoY ante U$
5 DE JUNIO DE 1963 nifiesta. Voy a trlllaT de desplegar

)01

30(J
L'\S ( 'l.\t '{);"ORMAS DEL OBJETO (1
m¡mhclIla EL GRIFO DE PIACET
- tión? Es lo que podemos llamar lo no a~imilado del síntoma. no a.~imila-

Para que les .resulte sensible. pan iré de un síntoma q ue como


. do por el sujeto. . ..
. . ustede ' Para que el síntoma salga del estado de eOlgma lodavla IOformulado. el
ran tiene. y no S10 r.uón. esta función ejemplar. a saber el' ' s Ve- paso a dar no es que se formule. es que en el sujeto se perfile algo laI que le
'di . smtoma obsesiv
L es lO co ya de entrada que si lo anticipo es rl<lrque no' " . o.
, '< d I ' . f"' S permite entrar sugiera que hay IIna causa para eso.
en 1a Iocal IlaCllln e a tunclón de el en la medida en que se d i . Ésta es la dimensión originaL Aquí está tomada en la forma del fenó-
· . . . eve a como
algo que f unclOna. desde los datos iniciales del síntoma en la d' . meno.les mostraré dónde más se la puede encontrar. Tan solo por este lado
de la causa. ' . , Imenslón
se rompe la implicación del sujeto en su conduela. y esta ruptura es la
i,Qué nos presenta el obsesivo en la fonna patognomónica de su ._ complementación necesaria para que el síntoma sea abordable para noso-
"
Clon. ? r. l b " l 'ó .
LS a o seslon. o compu SI n. articulada en una motivación e '
poSI tros. Este signo no constituye tan solo un paso en lo que podria llamar la
.. . H n su
l enguaJe mlenor - a: esto o lo otro. Ver~fica que la puerta esté cerrada inteligencia de la situación. es algo más, que es esencial en la cura de la
o el grifo. de lo cual quizás nos ocuparemos enseguida. De no seguirla, ¿qué obsesión.
ocurre? El no seguimiento, por así decir. de esta línea. despierta la angus- Esto es imposible articularlo si no ponemos de manitieslo la relación
tia. Así. el propio fenómeno del síntoma nos indica que nos encontrarnos radical de la función de a, causa del deseo. con la dimensión m,,~t.a.I de la
en el plano más favorable para vincular la posición del a tanto con las rela- causa. Ya lo he indicado en los apartes de mi discurso. y lo he esento en un
ciones de angustia como con las relaciones de deseo. punto que podría volver a encontrar en ~I artíc~l? Kant con ~e, que se
publicó en el número de abril de la revista Critico. Sobre esto pretendo
La angustin aparece antes que el deseo. Históricamente. antes de la in-
vestigación freudiana. así como antes del análisis de nuestra praxis, el de- desplegar hoy lo principal de mi ~scu.rso. . . , . ' que la
Ya ven ustedes desde ahora el mteres que supone hac~r \eroslmil , ......
seo está oculto. y sabemos qué dificultades tenemos para desenmascararlo. 'ndi I mergeocl3. en 105 dalOS
dimensión de la causa es la ~nica que I ca a e. <kdo delx' irar lodo
(JO;

si es que lo conseguimos alguna vez. aire, r l_.g, (:-_


Aquí merece ser puesto de relieve aquel dato de nuestra experiencia que parll.da del análisis del obseSIVO. de aquel a a cuyo ' do a "lrdf en Cu.U O. ......
d la transferencia para bl
el .an ál'·'
IS15 e . no verse \) Iga !le " . ' se ~.
el cU'CUJlO
aparece desde las prirnerísimas observaciones de Freud y que. aunque no
lamente. un círculo no es lo rrusmo que na~!:~ y no soy yll quien lo ha
fue advertido en cuanto tal. constituye quizás el paso más esencial de nues- Pero hay un problema respecto del fi~ del an 'de traI1~ferellc:iJl, lA neu-
tro progreso en lo relativo a la neurosis obsesiva. Lo que Freud reconoció, . d ... ~ I ' ed 'uble neWOSlS' .. ,
enunciado - denva o uc a trr Ul I m'·<m.;I que ero dclecla,,,r
lo que nosotros núsmo~ podemos reconocer todos los días. es que el pro- .
rosis de transferenCIa en un an ¡SIS. (,
ál" 'esono es a ..
. 'salida. a \'~ conduce 1

ceder analítico no parte del enunciado del síntoma tal como acabo de des- al comienw? A veces la vemos en un c~le.lÓn~~n~Iil,ado con el iIllahSI4l.
s
cribírselo. o sea. de acuerdo con su fonna clásica definida desde siempre un pert'ecto estancamiento de las rd,ac"one 1 ¡¡odIa /l1.1Ili(tSIal~ de
~' la compulsión. con la lucha ansiosa que lo acompaña - , sino del reco- da dIstinto de o que
pero en suma. no hay en e1I a na adD. loda ella presente:. ,
• sal e cst.á I,;oncenln 111 DCIIIQSI'
nocimiento de que e.m fllndonll asf. análogo al comienzo.. vo (ju 'gmática. pues'" que rbrt
El sujeto tiene que darse cuenta de que eso funciona así. Este recono- Se entra en el análisis por UOiI puertaJ:8 e~1 n t"Il el CI1."" de un !II!( I.Hn "'a
r. ahí cada cu • au (j la 1J1UI"r:renc; I •
cimiento no es un efecto separado del funcionamiento de este síntoma. de transferencia esta para uien él ama. Ahí r~ ud< lIII unn~i.:·
no e5 epifenomenaJ. El síntoma sólo queda constituido cuando el sujeto como A1cibíades. Es a Agaló~l.a ~mos dema:oiado 11 men ;Olr: esquc:'
~ percata de ~l, porque sabemos por experiencia que hay formas de com- transferencia evidente. lo que ~.• " un nJtll,)( ~I, LI' ~~t ansl"r~/lci~
portamiento obsesivo en las que el sujeto no s6lo no ha advertido sus ob- rencia lateral - aunque esl~ amor.,.... _.1 lo "uc n(~~ re
lIeJlC en '" r
. ' sar de '.......0 .,
~iones. !liin" que no las ha constituido en cuanto tales. En este caso. el se entra en el análISIS a pe, al cio:uico del ¡nj.
_<tI ~n le) reft'ren~ ~-nch•. se
pOmc1' par.o del análisi~ - los pasajes de Freud en este sentidO son célc- q ue funciona como real, , o de Wrpl~ , ck rr;lO~I~'~ '
bre-. - es que el "intoma se constituya en su forma clásica. sin lo cual no Pero el verdadero J1)OUV ,de hl neurosl~
. . es cómo. en trandoenéla~sar
hay mndo de ~alir de él. porque no hay modo de hahlar de él. porque no liSIS
hay modo de: atrapar al srntoma por la!> orejas. ¿Qué es la orejó\ en cues- .W.~

JOZ
~.tr:r , ....... ~; l' U:\:I1.I,' PLJ_ OBJETO a "
nllnuscu/a EL GRIFO DE PIAGET
de obtener a la salida la neurosis de transferenc", -
que hay algunos malentendidos en lo referente ~~ ml~l~~' SIn duda es POr. ulacíón de algo a lo que todo nos conduce, que el espacio no es un ras-
cia. De otro modo no veríamos manifestarse la ~n; ISI.S de la transferen. mo de nuestra constitución subjetiva más allá del cual la cosa en sí encon-
oído satlslacclón que
e:\presar - que haber dado fomla a esta neu . , d a veces he ~raría. por así decir. un campo libre. sino que el espacio fonna parte de lo
• "1 '. , roslS e transfer .
e~ qUlZas a perfeccIOno pero es. con todo. un resultado E'. encla no real.
Ddo 1 d I ' . s "erdad En las formas topológicas que dibujé aquí ante ustedes el año pasado.
• un resu la o. que o deja a uno bastante perpl . . Es.. Con
.
s1, enuncIo
l
eJo, algunos ya 10 percibieron. La dimensión topológica. cuyo manejo simbó-
que la vía pasa por a. que es el único ob; t d
- al anál' .' d i ' Je o que ebe pronn... lico trasciende el espacio. evocó para muchos no pocas fonnas que nos
nerse ISIS e a transferenCia. ello no significa que tod I 1"'-
os os prohlema~ son presentificadas por los esquemas del desarrollo del embrión - for-
quede n resue 1tos de este modo. Esto deja abierto como verán tr mas singulares por su común y singular Geslall. que nos lleva mucho,
r.,' d' .. ' • o o proble-
ma.
. . eS precisamente
. me lante esta sustracclOn como puede surgir'
. l'a d'lmen. mucho más lejos que la buena forma. Con una indicación impresionista.
Slon esencial de un~ pregu?ta ~lanteada desde siempre. pero ciertamente no diré que esta forma que se reproduce por todas partes es sensible en la
resuelta. porque la msuficlencla de las respuestas es evidente a los ojos de clase de torsión a la que la organización de la vida parece obligarse para
todos cada vez que se plantea - la cuestión del deseo del analista. alojarse en el espacio real, . .
Dicho esto para mostrarles el interés de lo que ahora está en juego. he- La cosa está presente por todas partes en lo que les explique el año pa-
cho este recordatorio. volvamos al a. sado y también este año. En efecto, es precisamente en estos puntos de
El a es la causa. la causa del deseo. Les indiqué que no es una mala for- torsión donde se producen también los puntos de rup.tura cuyo ,alcance
ma de comprenderlo volver al enigma que nos plantea el funcionanuento trato de mostrarles en más de un caso en nuestra propia wpologla. la de
de la categoría de la causa. porque está muy claro que, cualquiera que sea S. A mayúscula y a minúscula. de un modo que sea más eficaz. ~. ,'er-
la crítica, el esfuerLO de reducción, fenomenológico o no, que le aplique- dadero más conforme al juego de las funciones de todo lo que,esta ~Ilua·
mos. esta categoría funciona. y no como una etapa únicanlente arcaica de do en l~ d~ctrina de Freud - sus vacilacio~es son ya.indicau'·lL' ~l~:~
nuestro desarrollo. Esta categoría, pretendo transferirla del dominio que lla- mismas de la necesidad de lo que estoy haCiendo ~q~~~1de n:f~rode I:I~
, l ' das con la amblgUt"U3 • en. .
maré. con Kant. la estética trascendental a lo que llanlaré, si tienen ustedes vacilaciones, por ejemplo. re aClona . To-
'd tinente yo Y mundo cxlCnOf.
la bondad de consentirlo, mi ética trascendental. relaciones yo y no yo, con te m o y c o n · si -Porqué?
' e no se recubren entre ' (,
Estoy avanzando por un terreno en el que me veo obligado a barrer tan das estas divisiones, salta a 1os oJos qu . . trnlllCn lalopologi' y
solo los laterales con un proyector. sin poder insistir. Convendría. diré por Para responder. es preciso haber captado d~ que se. ta wpología ~u".ietJ\:a
mi parte, que los filósofos hagan su trabajo y osen formular algo que per- haber encontrado otros puntos de referenCia en es
mita situar verdaderamente en su lugar la operación que les indico a ust~­ que exploramos, , ' ' " o ue a1g UD<lS. por lo OlCI!(\S• .:.)!l<'-
Acabo con esta mdicaclón. sablend q. _.L Es e~lIClal c:¡plar la
des cuando digo que extraigo la función de la causa del campo de la estéti- e me esUlO oyel/U<l, dimcn-
ca trascendental, la de Kant. Convendría que otros les indicaran que esto cen muy bien su alcance ahora qu , . to que espacio de UC" .
- I'da<!
naturale7.3 de la rea 1 d I
e, espaCIO cm
. tan .' l' _n<:liI
el piSO es.·OPI-'O ¡¡ 1""'-
no es más que una extracción enteramente pedagógica. porque hay muchas ,r ue adquIere en .' ó dc:1 muCO
otras cosas que conviene extraer todavía de esta estética trascendental, siones, para defirur la IOnDa q O sea. que /JI fUll' 1 n del
, 1 'omO fantasma . n la ~trlJCIU~
Aquí es preciso que les indique al menos lo que conseguí eludir la últi- del deseo en partlCU ar c té de defimr e . ,
. l t na que Ira C'I CSpaclO t~
ma vez con una pirueta cuando les hablaba del CanlpO escópico del deseo. _ entiéndanlo como a ven a .'- arco e~iste es porque
tMOfa SI este ro
No puedo pasarlo por alto. es preciso que explique aquí, en un mom~~to fantasma no es una me . rl:l en lo que ~ 13
en que vaya ir má" lejos, lo que estaba implicado en aquello que les dIJe a real. _ \flIlcrtlOS de 8Prcftcntlc ~ por cicM
pmpósito del espacio - que no es en absoluto una categoría a priori de la En lo que a la causa se retlen:' DIOS que' les baJI ~do I~ de fil"foOÍ~
maraña común de esOS ,"Onocunt~ A.sjonaJa C(lfI el RolD
intuición &Cnsible. una clase"" ""
1:.,... muy sorprendente que en el punto avanzado de la ciencia en el que hla-bla-bla a su paso por
no~ eocontramos nadie se haya decidido a acometer directamente la for- 305

304
• < ......... ocz. OBJETO '.
a mmusC'uLa
EL GRIFO DE PIAGE:.7
Ll historia de la crítica de la causa nos a -
'-'e sobre el origen de esta función Dicha cn~t' na muy. claramente Un índi de este hecho - que, primordialmente, el efecto le falla. Esto lo enconlra-
l ' . Ica conSiste e b .
a causa en maprehensible. que el propter hoc es sie~ n o servar qUe rán ustedes en toda la fenomenología de la causa. El gap entre la causa y el
nos un post hO<' - ¿y qué otra cosa podría ser para eqP~e Púa! r fuerza al me· ,. efecto. a medida que se va colmando - y es esto ciertamente lo que lla-
'bl h
preO!\I e propter oc? - , sin el cual. por otra pan' . "
UIVeraese'
Incom· man, desde otra perspectiva. el progreso de la ciencia -. hace que la fun-
. l e, 111 siquiera pode ción de la causa se desvanezca. quiero decir. allí donde es colmado.
empezar a arucu ar nada. sea lo que sea. Lo cual no im 'd mas
l" di pi e que esta críti Por otra parte. a medida que se va completando. la explicación de lo que
tenga su ,ecun dad. como se ve en la historia. Cuanto m' ." ,ca
l " as cnllcada ha Sido fuere acaha no dejando más que conexiones significantes. volatilizando
a causa. mas se le han unpuesto al pensamiento las exigencias d I
ede 11 d . '" . ' e o que se aquello que la animaba en su origen. y que te había empujado a buscar lo
pu. amar eternuntsmo. Cuanto menos aprehenslble resulta la causa que no comprendías, a saber. la hiancia efectiva. No hay causa que no im-
mas causado .parece tod~ - hasta el ténnino más extremo. el que se ha lla~ plique esta hiancia.
mado el senudo de la historia. Todo esto puede parecerles bien superfluo. Sin embargo. permite cap-
Al respecto. no puede decirse ninguna otra cosa más que todo está cau. ~. ,. tar lo que JIamaré la ingenuidad de ciertas investigaciones de psicólogos y.
sado, salvo que todo lo que ocurre procede siempre al principio de un baso I·~ ~ en particular. las de Piaget.
lante causado, en nombre del cual se reproduce en la historia un comienzo
que no osaría llamar absoluto, pero que sin duda era inesperado y que da
tanto trabajo. clásicamente. a aquellos profetas nachtraglich que son los ,
interpretadores profesionales del sentido de la historia. -
Entonces. esta función de la causa, digamos sin más cómo la conside-
ramos aquí. asado por cierta evoca-
Las vías por las que los conduzco esle año han P ,
c
Esta función. presente por doquier en nuestro pensamiento, nosotros la ción de lo que Piaget llama lenguaje egocéntric~, Como é ' mls: : ; :
considerarnos. diré en primer lugar. para que me entiendan. como la som- , d d . do diSCUrso IDfanlJ l ,_.e
ce su idea del egocentnsmo e etenruna h3bJan
bra proyectada. o mejor. la metáfora de aquella causa primordial que es el • ." ._ renden enlJl: ello.~. de que
SUposlclon de que los mnos no se eomp
a en cuanto anterior a toda esta fenomenología. el a que hemos definido Para sí mismos,. Él cree. haberlo demoslrado. "'~ir Quc
. . d ba'o de esto. no voy a ~
como el resto de la constitución del sujeto en el lugar del Otro en tanto que El mundo de SUpoSICiones que hay e ~ "'_""'¡s.V Es una su~i-
. 1 de eUas se pueO<' p"... .
tiene que constituirse como sujeto tachado. sea msondable. porque a mayor '.~ heCha par:! conlU'
'd 1 d uc la palabra I!~ ...
Si el síntoma es lo que nosotros decimos, o sea. implicable por entero ción excesivamente exteodJ a, a e q l que él mismo. SIO cm-
. ede captar e gap
en el proceso de la constitución del sujeto en la medida en que éste tiene mcar. No es verdad. Plaget no pu 'de Ir3bajo.~.
que hacerse en el lugar del Otro. la implicación de la causa form~ p~e bargo designa. y éste es lodo el inlerés . sUS .lm~ut1fr d,.1 "IM, que en
, d El ""nfll"untlo ) . ..~ Jlk) 1m
legítima del advenimiento sintomático. Esto significa que la causa Impb- Les suplico que se hagan e r - ' od rnnmenlOhlL~ q~ pu
. bl 11 stra en I o ..... , 'm(1 son
suma es un libro admIra e. u. . . ' beJT3llle en $U pnllCl" .. '
cada en la cue~ti6n del síntoma es, si ustedes quieren. una pregunta. pero . , su irucJatJ va, 3 aI1If31n1ClIU'. corno
de \a que el síntoma no es el efecto. Es su resultado. El efecto es el deseo. 1
hechos que Plaget rCl:oge en '. o de lo que él piensa. N. \.¡¡tl eo &:lila
demostrativos de algo muy dlStJnl s propias obsC(\·¡¡c.JOflC.'J
Pero es un efecto único y bien extraño, porque él es el que nos explicar~ o ulta que su
está lejos de ser un 10DIO. re~ . del
al menos nos hará es<:uchar. todas las dificultades que ha habido para vsn- . d' '6 ....r nIV q~ d leogu3)C
• misma IrecCI n., el ro"lertlo1 de sa,,... y_o o que [can esas
cular la relación común. que se impone al espíritu. entre la causa Yel efec- '11 Tomemos por ejemplo. P . mismo. LeS rucg . cada
. ' . 'almen!e pan! 51 . ~,_!'. veran có!DO i1
lO. E.... que el efecto primordial de esta causa. a, este efecto que se \lama su~lelo Cl\tá he<,'ho esenel ,._.I&~ con U~I"","' -"'ieDIO
ed d~menu.uu· , un pI¡UlI.......
de\CO. ~ un efecto que no tiene nada de efectuado. páginas, porque 00 pu o ' , se .1Ijllle~ 11
. uta se desb1.4 Y
En esta perspectiva. el deseo se sitúa. en efecto. como una falta de ef~­ momento el pensarme
\I}. Asf. ~i la causa se constituye como algo que supone efectos. es a parttr )(17

306
LA;) CINCO "ORMAS DEL OBJETO '.
a mmuscula
U. GRIFO DE P1AGEI
cuestión que es preclsameme el que vela el fenóm -
,:lar:unenle manifestado, Lo esencial del error es ceno. por otra Parte muy
, .' . reer que la p lah '
esencialmente como efecto comunicar. mientras qu l ti a fa llene
- e e e ecto di' e
h~ante es hacer surgir en el sujeto la dimensión del' 'fi e Slgni-
'. . slgm Icado ~ 1
retomar esto. SJ es preCISO. una vez más, ' o veré a
Bajo el nombre de socialización del lenguaie se dese 'be .
,• 1 ' , 'J , ,n aquI la rel
CtOD con e otro como la clave del vICaJe decisivo entre len' . a-
. guaje egocentri
\,'0 y lenguaje acabado en su función, Este punto decisivo n - n
. " o
de electo. de Impacto efectiVO. es designable como deseo de comu ' es un punto
~ . od 1 d • d" rucar, Por
vu .. parte. SI t

a a pe agogla e Plaget enge aquí sus aparatos •
y sus lan-
tasmas. es cIertamente porque este deseo resulta decepcionado y I
1esta que el runo'- , . a e mo-
solo parezca comprender a medias. pero añade que tam-
poco se comprenden entre sí. ¿Pero es ésta la cuestión?
Se ve muy bi~n en su texto que la cuestión no está ahí. Se ve por la for- Aquí úenen el esquema. si quieren controlarlo, Por otra parte. considera
ma en que él artIcula lo que llama la comprensión entre niños, que tiene que completarlo con la presencia de la cubeta.. que no inlervendrá
He aquí cómo procede. Empieza tomando una imagen que será el so- en absoluto en los siete puntos de la explicación que le da al niño, le Uama
porte de las explicaciones, Es el esquema de un grifo. Es algo más o me- mucho la atención que el niño repita muy bien todos los ténninos, Ni que
nos a'ií. decir úene que para él. Piaget. esto significa que el niño ha comprendido, No
digo que se equivoque. digo que ni siquiera se plantea la pregunla.
Luc:go se servirá de este niño como de un explicador para 01rO niño. al
que llamará. de un modo extraño. reproductor. Ahora bien. ti~ne que ~
vertir. no sin alguna sorpresa. que aquello que el niño le ha repelido 1M! bJell
a él. Piaget. en la prueba realizada. no es en abwluto I'd,l,' "nuco a Jo que le va
a repetir al segundo niño. Entonces Piaget obsen'a. muy ~-uadamen:;
"
que en sus expbcaclOnes el'd 1
I e o que
ha l:'onl,,""ndido
"or' - - sm petcaw~Jj '..-
. , , • uando da su.~ exp c:acl",,-.'
lo que esta observaCIón unpbcana. o seil. qu~ e, I ha compren-
el niño no explica. de hecho. nada de nada. SJ es CI~O qUC % baya c:om-
dido todo como dice Piaget. Por supuestO. no es CiertO que
prendido todo - como cualquiera. ue p'agel /lama el c3llJPCl
Junto a estos ejemplos. relacionado~ con lo qd 1 " hl'~(I(ÚIS
él llama e as .
de las explicaciones. eslá el cam~ que otra manera. i,~ro a qué UJIJId
Con las historias la cosa fUfIClona de , ' A A NiObt t$ un puro
• 'bit la hlstooa "'" , ha '
Piaget historias'? Su forma de transcn .... ahi hay un tnlUl. que ,
Ves este
Enlonce!' le dicen al niño. tantas veces como sea necesario - escándalo. porque no parece ..... Ah'
sc ~'ucnlJl "'". que _..,.joaa
'_~ cuand<1 st ........~ ,
tubito. está tapado, por eso el agua que está al/( no puede pasar Ycaer quizás una dimensión propIa , d I mIlO que se ""r'--
e ..~_~,.¡,., en UJI calduC..."A' emoJjen'
aqul. en lo que lÚlmaremo.t la salida. Etcétera, Lo explica. el nombre propio de Nlo 'bé oc al \J'llD.~IQlII_W
Yq. ... ... es simpkn~nt( {abtIJo!!O-.
'tan a este texto• .,-- -~ u ¡¡kaII<.-e. pero
te -les ruego que se re~ niñO algo que fI{I e~~ a sUJdor el
quizás se le está proporuendo al _AA .l'<fiCII del expensnen .
, ..I:~ un pro f un..... "'"
también algo que lD..... a
J{}9

308
• t I\( 'o rON.U \S DEL ()IJJ/:.-"()
./1
a II/in¡Í,fcl/[u EL GRIFO DE NAGE'f

P1a~et. respt"Clo a lo que son las funciones del IenguaJ'c SI' se


- . . ., . propone
- ', que rehace el trabajo por ~í mismo. Porque. ¿cómo define PiagC:1
nos d Icen . .~ ?
mu\). qU<' 1\1 sea. no esta hlstoneta vaga - Había Uf/a vez Uf/a l/w Un o> "omprenslón entre mnos .
.. • 1.. V' b . . {o('e
1 IIIJOS
.. y (oC('
1 I"Jas.
.. l In día se encontró el/a I/a- la t;lsa d ...... .
nrtw«. 10 t'. que lema
fIUUl'
L - I
'1U(' .((1'1(J tt'flla
. .
' U" hIJO
..'
. . \. mngul/tI
. 1"
liJa. N'/O h'e se burló (Ielllu l (In 1111
. ((/ por-
'1u<- est" S% te'flW un hIJo. Entollces. el hada Si' elljatló y la ató a IUIl/ me lo que el reproductor ha comprendido
u
fU" esl."·O llorando Jllrtlf/t(' die:. ("ios. Fina/me'flle. se com'irlió en mell , lo que el explicador ha comprendido
·, -
sus ldgnmas .fomwroll UII (/rn).\'o cuyas (I~uas
J •
lmuu'w cor,.nl.
Y
En realidad. no hay nada parecido a esto. salvo las olra'i dos hislOrias No sé si advierten u~tedes que sólo hay una cosa. de la que. no se habla
que propone Piaget. la del negrito que rompe su pastel a la ida y a la 'fUella nunca - lo que Piaget, por su parte. ha.:omprendldo: Es. Sin emhargo.
ha\.'e que se funda la pella de mantequilla. y la otra. peor todavía. de lo!. .' 1 porque no abandonamm. a los mnos al lenguaJe espontáneo pam
niños convertidos en cisnes. que pennanecen toda su vida separados de sus esenCia. l d
omprenden cuando uno hace una cosa en ugar e olro.
ver Io q ue C . . r
padres por este maletkio. pero que cuando vuelven no sólo encucntran a Ahora bien. lo que Piaget parece no h~her VIsto es q~c: su propIa exp l-
sus padres muertos. sino que recuperan su antigua ronna. aunque enveje- . . d de el punto de vista de cualqUIera. de cualqUIer Olro tercem. no
caclon. es ' . dI' _
cidos. Que yo sepa no hay un solo mito que deje que el envejecimiento nde en absolut o Si el tubito. que aqul está lapa o. se ro oca
se compre .' . . ' I
tranSl.:urra durante la transformación. Para decirlo de una vez. las historias ~racias a algo a lo que Piaget concede loda su ImportancIa. :e:an~:d:
inventadas por Piaget tienen en común con las de Binel que retlejan la pro- .. " d los dedos que giran el grifo - de tal forma que el g p..
operaclOn e ~ " O hay la menor preCISIón
funda maldad de toda posición pedagógica. correr. ¿signihca esto que corra! En este ~unlo n "6 saldrá nada
Les pido perdón por habenne dejado extraviar en este paréntesis. Al · .. be que SI no hay presl 11. no
en Piaget Por supuesto. él blen s a · .. I nlUf: !i( ""l/It'
menos habrán conquistado ustedes la dimensión. advertida por Piaget. de . él 'ree poder omlllr (1 po... . r
del grifo aunque se lo haga g¡r.lI. pero c .
la enleopía de la comprensión. que se degrada necesariamenle. El propio al mismo nivel que la supuesta mente del mño. ro ya \"I~rán. E1..c-ntido
Piaget constata. para su gran sorpresa. que hay un contraste enorme entre DéJ·enme seguir. Todo esto parece muy lon~o. ":.cula"¡oncs Sino de IJI
las explicaciones y las "historias". término que pongo entre comillas. Es . rge de mIS es,.- • .
q ue brota de toda esta aventura no su .. b r\'éldón que Ic~ ha!!!) >
muy probable que si las historias confinnan su teoría de la entropía y de la . . xl . odos. de c:sla o 5e
expenencla. Resulta, de t( os m dido ~)¡hau~t/\·amcllrc.
comprensión. ello sea precisamente porque no son historias. y si fueran his- que por mi parte no pretendo haber c(:re~fO como ClIUSa. la c~plj(lIl'1(¡"
torias. verdaderos mitos. probablemente no habría tal pérdida. . Una cosa es cierta. que tnllándo~ e gn. . brJ ahre uót'rru-l'lI PIlo
. . unfo. su m.uuo. ~, IJI)JI hucI·
En todo caso. les propongo un pequeño signo de esto. Cuando tiene no está bien dada dICIendo que un e-' 'el con oca.,¡ón de lU~ L.
.' . n que una ~ . LK' ~I k' l~tI1
que repetir la historia de Niobé. uno de los niños. en el punto en que está hecho para cerrar. Ba.~ta co l .... si6n. par:I.~.. tlCr q .( 1
Piaget nm. dice que la dama ha sido atada a una roca - nunca. en ningu- . d 'b a vol"er a p,~.
cuáll o l a . l < \/ que com ICI1" '1-- . .""" un ¡:m<
ga . no hayan sabIdo . . n inconveOlen c.,•.
no¡ de sus formas. el mito de Niobé ha articulado un tiempo semejante -, dejO ado ustedes abIerto lodo so 'Ión I .. J ... .u
. d o hay prc s · . ¡jc) t'.\P I~auvo
la IIan~mISJ"n
Á
hace ,>urgir la dimensión de una roca que tiene una mancha. restituyendo esté cerrado mcluso cuan o n ti nitltl
, I ue falla en UC\lamc: n''''
a!'>í el elemento que yo hice surgir ante ustedes en un seminario preceden- Ahora bien. ¿,qu~ es 11 q d 1 ra E~ I./ue . ~up I J,..... ~af¡<'ftll>.
Piaget el' 1I . liele.1 ¡&~
te como esencial en la víctima del sacrificio. el de no tener ninguna man- reproduclOr? Algo que r 1,'''0 lo que se re _ cm'''n.'<I. L~;¡
. t re ¡XI IU I'S ~ln ,...... -
reproductor ya no se ID e·sa I uc dio IllIp I~' ',wdlIócnIJ1lP«n
.
..:ha. Por !\upue~I(). me dirán. es fácil. se apoya usted en una falla auditiva.
en un calambur. Sr. pero ¿por qué preci~amcnte éste? Dejémo~lo. No es 1.. operación de los dedos Y100.,1 ~l~itido en p.u1t'. La ~..c:Jc:!> J~' c"pJrc;¡'
. . lo ha lfll\1""U ~I lre" ...... 0;/1 ro d
prueba_ por 'iUpueMO. sólo sugerencia. Piaget. el primer llIi\o se 1 s lL'iCgUI111./LK' . uc ~ U;ttI¡¡¡ /U
le Pero yo c. x.hn:lor.1./ . C(NI-' -
Vuelvo a mis propias explicaciones. y a la observación de Piaget ~n el sión le parece cnom· 1nt'olluC:lil1 rc:prt 1Cflf;l'I> cndo~
-.enlido de que. a pesar de que el explicador explica mal. aquel a quien se . 1\0 tercero. e 1'-" " ..nC: t'
Clones del peque . .afán cuenl.! de que ,-
l~ ex~lic.:a comprende mucho mejor de lo que el explicador. por la insufi-. texto en cuesuón. se d
CleOCla de !\u, uplicacioncs. parece haber comprl!'nclido. Por supueslo. aqul
.HI

3/{J
EL GRIFU DL I'JltGEJ

_ f .'one" debido a la suposición. nos dice - confe-


d~to del grito como algo que cierra y el resultado, o sea que .
- taS
sara realn-¡ente por e!> unel ".
ada es notablemente interesante en a entl'
1 acta
""'f, _• ...1 .• 11 l...' d
~...o se pucuc enar una cUu.;ta sm que se esborde. En suma el,
,gracias ' .a Un ~', de psicólogo~. de qlu~ ~ to salvo en el plano de la educación. En efec-
. ., . . surglmlen SIOO ale en e SUje •. ha II
lo de la dimenslon del gnfo como causa. - 'ue oo del lengu ~ nde Pero en cuanto a lo que 'ce e en-
eOj e- . . algo que se apre . . d l'
"Por qué se le escapa a Piaget tan certeramente el fenómeno que. se . pro- e\lenguaje. es l' di' zaie ha hecho falta la sugerencia e un lO-
to. d 1campo de apren ~, ,
d\K'e..~ Porque .desconoce por completo que lo que tiene de interesante para guaje fueí.! e. lar Jakobson . para empezar a mtcresarse en ello:
un lllOO un gnfo como causa. son los deseos que el grifo provoca en él güista. en partlCU .ó de que aquí el psicólogo se rinde. pues ciertamente
sea. que por ejemplo le da ganas de hacer pipí, como cada vez que uno e~t~ Nos da la impresl n_ 1 .t déficit de las investigaciones psicológicas.
como sena a es e .
t:n prest:nóa de agua. como si uno fuera un vaso comunicante respecto a es con humor . Al fi al de su prefacio, hace dos observaCIOnes que
. n absoluto. m . .
esa agua. Si he tornado esta metáfora para hablarles de la libido y de lo que pues bien. e " l titud del psicólogo es verdaderamente m.. e-
asta que punto a ac
ocurre entre el sujeto y su imagen especular. no es sin razón. Si el hombre muestran h .
tuviera alguna tendencia a olvidar que en presencia del agua él es como un terada. d olumen de alrededor de trescientas páginas y pesa
"aso comunicante, existe. en la infancia de la mayoría. la lavativa para re- Como se trata e~; vmonólogos de niños durante un mes y se ha hecho
cordárselo. mucho. se han rec~gl o l e .te ritmo. . cuánto va a costamOS una
una lista cronológica comp eta. a s 'ó (,
En un niño de la edad de aquellos que nos designa Piaget. lo que se pro- . .'. . nte" Primera observacl n. .
doce en presencia de un grifo es un tipo irresistible de acti"g out, consis- invesugaclOn semeja ; , fuerte Es muy interesante advertir todo lo
La segunda es todavla m a s , ' dice el psicólogo llamado
tente en llevar a cabo una operación que corre el riesgo de desmontarlo. De .- . 1 pero a mi me parece,
tal modo que el grifo se encuentra una vez más en su lugar de causa. esta que el mno arttcu a . . rí ber What oifthat he Icnows.
'11 1 único mteresante se asa
"ez en el plano de la relación fálica. En efecto. como lo muestra la historia Georges MI ero que o Ahoíd bien precisamen -
. - de lo que noS cuenta. '.
qué es lo que sabe . e l mno. . portante advertrr que
de Juanito. se introduce necesariamente el hecho de que el grifito es algo be lo que dice y es muy 1m
te, la cuestión es que no sa • brá 'abrá más tarde. o sea.
que puede tener relación con el fontanero. se puede destornillar. desmon- de todos modos lo dice. Ya dice lo que sa o no s
tar. reemplazar. etc_ En surna, el (- <p).
los elementos del complejo de Edipo.
Lo que quiero destacar no es que Piaget omita estos elementos de la
experiencia que. por otm parte. infonnado como está de las cosas analíti-
cas. él no ignora. sino que no ve qué tienen que ver las relaciones que no-
sotros llamamos complexuales con toda constitución original de esta fun- 3
ción de la causa que él pretende interrogar.
Volveremos a hablar del lenguaje del niño. ueño esquema
La última vez les indiqué que hay trabajos originales - sorpren- . I de todas formas. el pc~ he uí
Son las dos y diez. QUiero dar es. .'. En cinco ounutos. aq
dentemente no se han llevado a cabo antes - que en verdad nos permiten ente aJ Obsesl\'O. .
captar in Slalu nascendi el primer juego del significante en los monólogos
de lo que plantearé en lo relere . l 'ones provisonas. . '.L.,
en formu a C I ' • 'utUCJLIU
la cuestión tal como se presenta. arme asi. de la con~
hlpoopómpicos del niño muy. muy pequeño. en el límite de los dos años. Y . . edo ellpres decIr aborol.
Se trata de los cinco PiSOS, SI pu . lomo se lo voy 3 . n
~ en él. bajo una fonna fascinante. el propio complejo de Edipo ya ar- S defilllb es e so a ~,o ~
tt<:ubdo. aportando así la prueba experimental de la idea que siempre he de a en la relación de S con A. on 1 e he adt:lantado plll
. le por o qu
lo cual se impone suficlentemen
planteado ante ustedes. que el inconsciente es esencialmente efecto del
significante. las lecciones precedentes. .,
. ra operac1on .
Para tcmúnar con la posición de los psicólogos. les diré que la obra a la que Aquí ven ustedes la pnme
me: rd"tem \leva el prefacio de un psicólogo. a primera vista muy simpático. en ,
d .-.cntldo de que confiesa que nunca había sucedido que un psicólogo se inte-
L-tS CINCO FORMAS DEL OBJETO u minúscula EL GRIFO DE PlAGI:.T
- - . .
Terl:er pISO.
el falo. Aquí encontrarán ustedes toda la dialéctica que les
. ( f'ó "
_ d a reconocer en la funCIón de - 'P), uncI n uDlca respecto a
he ensena o . ti
,. tras funciones de a. en la medIda en que se de me por una falta.
todas 1as oun objeto. Dicha falta se mam.tilesta aqUI' en cuanto tal .• es cen tral
la fal la de ción J .
lo cual justifica ..1
que t(/Uo e1an áJ"ISIS encuentre su eje
. en la
en esta r ela • .
'dad Aquí la llamaremos goce en el Otro. La relaCIón de este goce
sexuaI I . . ' .
I Otro con la introduccIón delmstrumento faltante deSIgnado por (- 'P)
El segundo tiempo de la operación no está del t<>do fuera del alcance de en e relación inversa. Tal es lo que articulé en mis dos últimas lecciones
la comprensión de ustedes, a partir de la división que ya añadí como divi. es una . . d od b' 'ó 1 b
Y lo que constituye la base. el ~Je sólido e.t a u IcacI n o astante e 1-
fi
l>ión del Otro. Esto está lejos de la lransfOmlación del sujeto S en $, cuan. caz de lo que llamamos angusua de castracIón.
do pasa de la parte izquierda del primer esquema a la parte común del segun-
do, quedando por precisar. evidentemente. la función del círculo de Euler.
En el plano de la relación con el objeto oral no hay, digamos hoy para
ser claros, necesidad del otro - esta ambigüedad es rica. y ciertamente no
DOS negamos a utilizarla - sino necesidad en el Otro, en el nivel del Otro.
Es en función de la dependencia respecto del ser materno que se produce
la diS)l1OCión entre el sujeto y a. el seno. cuyo verdadero alcance sólo pue-
den ustedes percibir si ven que el seno forma parte del mundo interior del
sujeto y DO del cuerpo de la madre. En el piso escópico. que es propiamente el del fanta'ima. nos enfrenta-
mos a la potencia en el Otro. que es el espejismo del deseo humano .. En lo
que es la forma principal de toda posesión. la posesión contemp~~hva. el
sujeto está condenado a desconocer que sólo se trata de UD espejIsmo de
potencia. . úl .
Como ustedes ven. voy muy deprisa. ¿Qué hay en el qwnto Y hIDO
. ?
~so. ~
Diremos provisionalmente que ahí es donde debe emer~er. en una
. .1: en el eJemplo del que
ma pura el deseo en el Otro. Lo que nos Io IDUJca J
En el segundo piso, el del objeto anal. tienen ustedes la demanda en el . . I dominio aparente de la an-
hemos partido o sea el del obseSIVO, es e pre
~. Es la demanda educativa por excelencia. en la medida en que se rela- . ", .
gusua en su fenomenologla. El hecho estruct
oral del que sólo nos pen:ats-
áJ" ha lo que haga.
c~ona con el objeto anal. No hay fonna de captar cuál es la verdadera fun. mos nosotros es que. hasta cierto momento del an ISIS. ga rácticas al
CIÓO de este objeto anal si no perciben que es el resto en la demanda del . a l ' sus fanulsmas Ysus p
sea cual sea el refinamIento que caneen . 1deseo en el Otro.
O!ro. que aquf llamo, para que se me entienda bien. demanda en el Otro. d 11 es sIempre e
construirse. lo que el obsesivo capta e e os I edída del relomo
Verifiquen ustedes el alcance de esta fórmula. ~ en ~'~esenciaImente re-
el obseSIVO. es...
del deseo en el Otro - en tanto que. en . man<Jado y en particular
primido - que todo en su sinlOmatolog eslá co nt-v~ corDO .... ngs/.
ía
'6 d la causa se e .~"
M en los síntomas. donde la dimensl De... 6' "'/lO n...~ cubrir d de·
'é n elJen ro.. . r .....
La solución. la conocemos [aro bI n e ... su demanda. Ohser-
. ' es el recurso ..
seo del Otro. el obsesivo llene una V!a. bio ráftco. en lo que he llamado
ven a un obsesivo en su comportamIento g
L-tS CINCO FORMA~ DEL OBJETO a minúscula

!uK't' un nkll1l('nto sus tentativas de encontrar una vía de paso en lo referen_


- XXll

te al !kseo, Estas tentati,'us. aunque sean las más audaces, complicadas DE LO ANAL AL IDEAL
retinadas. lujuriantes. perversas en la consecución de su objetivo. est~
siempr(' man.·adas por una condena original. Siempre le es preciso
hacér.;clas autorizar, Es preciso que el Otro le demande eso.
Éste es el mecanismo de lo que se proouce en cierto momento decisivo
de todo análisili de obsesivo. En tooa la medida en que el anáJisis sostiene Constitución circular del objeto
una dimensión análoga a la de la demanda. algo subsiste hasta un punto El origen de la causa
muy A\'anzado - ¿es acaso superable? - de esa forma de escape del ob- Jones y la Inmaculada Concepción
sesivo. Ahora bien. vean ustedes cuáles son sus consecuencias. En tanto que Amar más allá del falo
la evitación del obsesivo es la cobertura del deseo en el Otro por la deman- El deseo de los dioses
da en el Otro. a. el objeto de su causa, se sitúa aHí donde la demanda domi-
na. o sea. en el estadio anal. donde a no es pura y simplemente el excre-
mento. puesto que es el excremento en cuanto demandado. '." que persigo este año ante ustedes de la función del objeto
Pero nunca se ha analizado nada. de la relación con el objeto anal en estas La d e timlclon , hi " último
coordenadas de aquí. que son las coordenadas verdaderas. para compren- a tiende, de acuerdo con l~ observ,aóci~~:~~;~en : e r~e::~braham
d'. a oponerse a la concepcl n a ,
der la fuente de lo que se puede llamar angustia anal. la que surge de un Isc~rso. . ' 1 el objeto y sus mutaciones a estad1os. ,
análisis de obsesi\'o proseguido ha<;ta aquí. lo cual nunca sucede, En un el pSlcoanahst~ - que vmcu a ~ .to por así decir. una constitución Ctr-
Esta definiCIón les propone, en e ee ,
punto que dehe ser situado como un punto terminal. la angustia aparece con
un carácter de predominio. como un núcleo irreductible. y es casi imposi- cular del objeto. , ', 1 b' t persiste como obje-
En todos los niveles de esta constltuclon. e o ~e o ' , re de
ble de dominar en algunos casos, . , é manifiesta. se trata slemp
to a. En las dIversas formas en que ste ~ I I onstituci6n del sujeto
una misma función, y de saber cómo se VIOCU a a a c
Es lo que tendremos que situar la próxima vez, y supone articular 10 que
~!óultade la relación con el objeto anal con la demanda que lo requiere. en el lugar del Otro y lo representa.
demanda que no tiene nada que ver con el modo de deseo detemlinado por fálica
esta causa,
fálica
anal
12 DE JlfN10 DF. 1963
superyó
oral
o

Las fomulS estcídicas del objel(l

diversos estadios dd
, traI respecto a los . d I está re-
En el estadio fálico. que es ¡;en l ' 'el 3 la funCión e' '
, 11 amos e ru\ •
objeto y que por convención am

.. ~
US G¡VCO FORMAS DEL OBJETO a mimücula DE LO ANAL AL IDEAL

pre~nlaJa por una falta. a saber. la ausencia del truo en tanto q ,


- - poder seguir pensando causa allí donde correría el riesgo de ser
ye la disyunción que une el deseo con el goce. ue cOnstilu_ que p~a necesitamos hacer que subsista un velo sobre el delt!rminismo es-
Esle estadio tiene aquí una posición extrema, El estadio 4 y el ' d' col~ha ~~s conexiones. a través de las wales actúa la causa. Es lo que ilus-
. . ' .. d esta t05 trec o, " d I ' &'
eSUl1_ por su parte. en una poslclon e relomo que los pone respecf . , l' última vez mediante el ejemplo e gnto.
en corre1al'lon" con e1estadi o 1 y e I estadIO . 2. Ivamente tre .~ quién vimos que se le revelaba la esencia de la función del grifo
Todos conocen - y este pequeño esquema sólo está destinado (, o causa. o sea, como concepto de grifo? Sólo al niño que flaqueaba en
. " are~ com , . o que prescm ' d'la de eIIa, y de qUien' nos
~Io -los vmculos del estadIO orell y de su objeto con las lOan'" '. I ue Piaget llama la comprenslOn,
. ,. d . hesta-
Clones pnmanas el superyo. Al recordarles su conexión evidente co ' d~¿ían que ignoraba en este caso. por no haberlo comprendido. el estrecho
.
tonna
del b' 1 ' .
o ~eto a que es a voz. les mdlqué que no podía haber con _
n esta
mecanismo que le habían representado en forma de un esquema con un
ción analítica válida del superyó que olvide que. en su fase más Profu~~ corte del grifo,
es una de las formas del objeto a. Por otra parte. la conexión del estadi~ La necesidad que vincula la subsistencia de la causa con una hiancia
anal con la escoptofilia fue indicada hace mucho tiempo. tiene su origen en esto, en que la causa en su forma primera es causa del
Po~ mucho que vayan unidas dos a dos las formas estádicas 1, 2 Y4. 5, deseo, o sea, de algo esencialmente no efectuado, Por eso, ciertamente. no
el conjunto de todas ellas está orientado siguiendo esta flecha ascendente. podemos en absoluto confundir el deseo anal con lo que las madres, así
luego descendente, La flecha expresa lo que hace que, en toda fase analíti- como los partidarios de la catarsis. llamarían en este caso el efecto. en el
ca de reconstitución .de los datos del deseo reprimido. en una regresión. sentido de ¿ Esto ha hecho algún efecto? El excremento no desempeña el
haya un lado progresIVO, y que, en todo acceso progresivo al estadio plan- papel del efecto de lo que nosotros situamos como el deseo anal, es la cau-
teado como superior en la propia forma en que está inscrito aquí en la pi_ sa de dicho deseo,
zarra. hay todo un lado regresivo. Si vamos a examinar este singular objeto, ello es. sin duda, por la iro-
Una vez recordadas estas indicaciones para que sigan presentes en su p<lrtancia de su función, que siempre nos reiteran, y especiaIme~te. como
mente durante mi discurso de hoy, ahora voy a seguir. ustedes saben, en el análisis del obsesivo. pero en verdad es también por el
hecho de que este objeto ilustra para nosotros una vez más có~o con,'iene
concebir lo siguiente - que el objeto a subsiste bajo modos diversos,
En efecto. a primera vista, lo anal se sitúa un poco aparte respecto a los
1 otros modos. ,
, 'ó ---'f¡
Todos estos hechos anatómicos, la consutUcl n 1I/411ll e ~ ra el funclona-
miento fálico del órgano copulatorio. la plasticidad de la lannge hum¡~
. ~ les dije la última vez. se trata de explicar la función. en la cons- , y otros (odavt3,
frente a la huella fonemática, ' de.sde el valor, antlelpatono .
Utuetón del deseo anal , de c'lerto o b'~eto que es, SI, ustedes qUIeren,
. . ,
de la Imagen especular hasta la prematuracI n neo'6 natal del sIstema nerviO-
la mIer-
da. para llamarlo por su nombre, ,,' nos tras otrOS. para mostrar-
so. que les recordé en estos u)tlmos uempos, u . '60 pue-
~ de todo. es privilegio del análisis en la historia del pensamien- , 'd
les cómo se conjugan con la funCIón e a - y ,
con su sola enunteraCl
I I del árlxll
lO haber hecho e~rger la fun 'ó d ' , displaclente
.' I ugar es t á disperso a o argo
en 1a economía del deseo.
el n etermlOante de este obteto
J •
den ver ustedes, hasta qué punto su , b' sólo ad' qweren n.':Irn
r-- C>
_t
de la'i determinaciones organísrDIcas -. pues leo., pan un lugar que
Les ,hice .
observar la úlr10la vez que, respecto al deseo el objeto
' a se hombre su valor de destino. como dice Freud, porque ()C~_Aianle la consti-
presenta !>Iempre en funció d ' • . . . ,'llas se estructuran rll~U
u~tedes...... ' I n e causa, y es poSiblemente para nosotros. SI se encuentra en un tablero cuyas casI 'do . aocia del suj~(O que
...... sIguen. e punto-raíz d de
de la causa.. La forma i '
1 bo '
on se e a ra en el sUjeto la funclOn
'. tución subjetivante. tal como ésta resulta de:;su ,;:~ndeJ insiGhl,
I _ • . ~ ~Ial de la causa e!> la causa de un deseo, habla sobre el sujeto que comprende. o sea. l'ch~' __"*' Sea cual sea la
..... causa, pat'd 'íuhsl!.tlf f' , 'te' en e un.......-·
\encía de una b' . ' en su unción mental. necesita siempre la exis- De este sujeto. conocemos los 1l~ s I h mbre respecto a las del
tanela entre ella y su efecto. Esta mancia es tan necesaria superioridad supuesta de las capacldadeS de o
L-lS C/l\'CO FOR,~/AS DEL ORlé/O (/ m¡",¡s('ula I>E 1.0 ANAL Al. 1/JJ;A1.

I:hlmpall\:~. d hechu d~ que llegue más lejos en la pmxis está lig¡¡do a la .


.' lo ucnl'n e-n ~"uent'l• P'11'a
• estar ustedes mismos sobre aviso dI.' lo que ..e.. in·
IAlffilnaocia sobre él del sujeto que hahla. Por el hel'ho de hablar, cree al. ffilnentc.• '¡"lI\to
SI.
• panl ellos como_ . para nosotros se encuenlra
. _ aJl{ la l1\,uufesla'
~antar ell:om:epto, o sea. ~ree poder captar lo re;~I.mcdial1te un signiticante '6 d' un lu<Yar del Otro. Es Otra cosa lo que p;e malllhesta en cuanto tal.
el n ( l ! ' 1 d d 1
que gobierna este real de acuerdo con su causnclon ínlima. Esto no signilica. Y con !'Uzon, q\~e haya a ~una parte on ~ ese ugar
,

El ~'ampo de la relación intersubjetiva. qu~ parece no plamear 1¡1010s del Otro dcba alojarse fuera del cspacul real. como lo recordé la ultIma vez.
problemas a. ~os psicólogos. nos planl~a algunos más a nosotros. Por poco
que pretendleramos dar I:uenta de la torma en que la función del signifi-
cante se inmiscuye originalmenle en esta relación. las diticultades son la-
les que nos conducen a una nueva crítica de la razón, y sería una necedad 2
propia de escolares, ver en ello una recesión cualquiera del movimiento
conquistador de dicha razón. Esta crítica. en efecto. situará de qué modo
la f".uón está ya tejida en el dinamismo más opaco en el sujeto. allí donde Ahora entraremos en la particularidad del caso en que el excremenlo
se moditica aquello que él experiment¡¡ como necesidad bajo las formas puede acabar funcionando c.n aquel punto .det.erminado ~)r la necc!>idad en
del deseo. siempre más o menos paradójicas en cuanto a su supuesta na- la que se encuentra el sUjeto de constituirse. en primer lugar. en el
turalidad. significante.
Así es como la nueva crítica de la razón de la que hablana revela, en lo La cuestión es importante. porque aquí. quizás más que en ninguna olla
que les he mostrado, ser la causa del deseo. Tener que añadir a esta revela- parte. reina una sumbra de confusión. .
ción que la noción de causa revela también ahí su origen. ¿es pagar un pre- Al tratar de lo ¡mal. se suele creer que nos acercamos más a la matena,
cio demasiado elevado? ¿Es es lO hacer psicologismo. con todas las consc- nunca mejor dicho. o a lo concreto. Se considera demostrado que nosotros
cuencias absurdas que comporta en cuanto a la legalidad de la ral-ón? No. sabemos tener en cucnta hasta los aspt.'Ctos más dcsagraduble~ de la VIda.
no es esto lo que hacemos. porque la subjetivación en cuestión no es psi- Se felicitan de que sea ahí y no en e1cmplreo . donde nosu . tros. buscamo\
. ' '. el
cológica. ni desarrollista. A estos accidentes del desarrollo que acabo de dominio de las causas. Resulta divertido caplar loda eSla lellláuca I:nla m·
enumerar. a las particularidades anatómicas de las que se trata en el hom- . • 1 d . . (' I .(.,J PiJ'P"r:~'
troduc~lI'ín de Jones a un artlCII () e sus "e ec t, •.• cuya IlX'tunl lero
bre. siempre se le añade el efecto de un significante cuya trascendencia es recomiendo muchísimo, porque vale oro. .
pues evidente respecto al mencionado desarrollo. El artículo en cuestión se titula Madotma s Conl'l'I'~i(/n ¡"rmIK" Edr.".
He dicb~ trascendencia. ¿ Y luego'? No tienen por qué alarmarse. Esta . L mallc n prole.. I/llIIC' (j e
la concepci6n de la Virgen a través dc 1a OTCJIl. 11 • ..,'.
tra.<;ce~nc1a no está aquí ni más ni menos marcada que en cualquier otra · " d ·1.'1 trasfondo de Ctllnpl.Il:CnL la
este galés no puede ser en absoluto e llI1una a = . l'
IOcuiencla de lo real, ese real que en biología llaman Umwelr con tal de . 1914 cuando ~ prnplO
con la que trata esle tema. El texto e~tá escnlO en . . d"
do~ucarto, Pero. precisamente. la existencia de la angustia en el animal . . _. . daderamentc lIumll18 lira:
Jones emerge de l'iUS prnncras ImpresJ(IIICS. ver d ... . '.
~~tJma perfectamente las imputaciones de espiritualismo que no pueden '(Í • I n IlI"unCl~ genll es O,,'iC"
para él. sobrc la prcvalencia de la funel 10 ana e C' " d' é de "ue
érscme ck mngún modo con el pretexto de que en esta oca<¡ión planteo . , , . . algunos añ()s eSPIl lo '1
vo!> que cayeron como SI nada cn sus manos,. E" o... IIL·IC}/ICS de
<oO.....

como tra.~nde~tc: la situación del signiticante. En efecto, en la anguslia , " . bcsl VIIS 'stas ...... '
heud se encontrara con sus propios Il s b·I·· d en I(~ dos nÚllle((l~
antmal !IC trata ciertamente de un más allá de dicho Umwelt. Debido a que .' I pu len o '.>'
Junes. las he id() n buscar a su lexto ongl~lI , , I bllcacI6n del arti'
algo. un 1elTelTlQ!o por ejemplo, o cualquier otro accidente meteórico. sa- 'Isamenle a a pu
del lahrbuch. 101110 V, que prect'den prel . '~nL ~\.'illnllks. "unque
cude este Umwelt hasta su!> raíccfI, el animal demue!tlra estar advertido 'dentC'Olcnlc s ....,,,
culo sobre la Madona. Son casos eVI
,~U4f'.do enloqtJe(;e.
nosotros mismos ha vamoS visto olros dc~rués. . 'da d tcma dk'lfll'
Aquí \e verifica una vez m/.~ que Ia angusha . es lo que JlO engaña. L(l , . d ' J es aborda cnsegul
:.kmUCJotra el hecho de ~.
En el art(culo sobre la Ma una,' on . .... r -ncmus hudlólo, de
11 fecund;tu llr , quC' e
quc:. :.1 ven ustedes a loe¡ animalc!. agitarse de este d(mos que es muy b()nito C!«l de 1!tOp c. .1. l' nnt'~fll .111C' IIn hily
modo en la" rc:gJone~ di nde
pued en pr'JUucl~e
_.1'
lale!; . '
Incidente!>. .
harán bien 1 ycnU:I, ('11 .1 1'''-' , '1
esto enlodas partes. en el mito, CII la l"
---_._--
, J

- --~.-
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJiTro IJ minúscula DE LO ANAL AL IDEAL

mas ~110 que el de~pertar del ser <:uando pasa el aliento del Ete..... (
.
-
- ... 1, pero
En comparación con los distintos accidentes que he evocado hace un
que él. JOlleli. sabe un poco más del asunto. Es cIerto que su ciencia esde el lugar anatómico de la mama hasta la pla~ticidad de la
. ti'" esto_ momen lo . d .
da\"ía reciente. pero en 111. est:l entusIasmado, ASI que nos mostrará de qué laringe humana. pasando por la imagen especular de la ca.~traci6n. ligada a
clase de \"iento se (fata. Se trata del viento anaL la conformación particular del órgano copulatorio en un plano más bien
Tal como nos lo dice Jones. la experiencia demuestra el interés _ 1 vado de la escala animal, el excremento se encuentra ahí desde el prin-
este punto supone que el interes es el interés viviente. el interés bioI6gi~: e.e.
ClplO, y lo vemos. ya en funcionamiento antes incluso de la diferenciación
- que el sujeto. tal como se descubre en el análisis. tiene por sus excre- de la boca y el ano. en el blastóporo,
mentos. por la mierda que produce. y que dicho interés está infinitamente Sin embargo. en la idea biológica. sin duda siempre insuficiente. que nos
más presente. es más evidente, más dominante, que la preocupación que hacemos de las relaciones del ser vivo con su medio. parece que el excre-
tendría muchas razones para tener por su respiración, la cual parece. según mento se caracteriza como algo expulsado y que. en consecuencia. se sitúa
dice Jones. no llamarle mucho la atención. ¿Por qué? Porque la respiración más bien en el tlujo de aquello de lo que el ser vivo tiende a desinteresarse.
es habitual, Lo que le interesa es lo que entra. ~ q~e sale. la estructura ~arece i~pli­
El argumento es débil. El argumento es débil en una disciplina en la yue car que no tienda a retenerlo. Parece mdlcado, en consecuencIa. a partir de
luego no se ha podido dejar de advertir la importancia del ahogo. de la di- estas consideraciones biológicas, preguntarse ex.actamente por qué vías
ficultad respiratoria. en el establecimiento original de la función de la an- acaba adquiriendo el excremento la importancia subjetÍ\'ada que tiene en
gustia. Decir que el sujeto viviente, incluso humano. no está advertido de el ser humano.
la importancia de esta función es un argumento inicial que sorprende. tan- En lo que se puede llamar la economía viviente, se puede constatar:, por
to más cuanto que ya por entonces se había descubierto algo muy adecua- supuesto, que el excremento sigue teniendo su importancia en el medio. A
do para destacar la posible relación de la función respiratoria con el mo- veces. en determinadas condiciones, lo satura hasta el punto de hacerlo
mento fecundo de la relación sexual. La respiración. bajo la forma del ja- incompatible con la vida, Otras veces, para otros organismos, adquiere una
deo paterno o materno. formaba parte, ciertamente. de la primera fenome- función de soporte en el medio exterior, Hay toda una ecollomIa de la fun-
nología de la escena traumática. hasta el punto de entrar en la esfera de lo ción del excremento, economía ¡ntra-viviente e inter-viviente.
que podía resultar de ella como teoría sexual infantil. Esto tampoco está ausente del campo humano. He eSI~dll buscando en
No digo que lo que Iones desarrolla luego deba ser refutado, porque de vano en mi biblioteca para mostrdrles aquí - se ha perdl~o. e~mC) el ex-
hecho la vía por la que se adentra encuentra mil correlatos que nos recuer- cremento _ un librito admirable, como muchos otros de nll anugo Aldous
dan su peninencia. en una multitud de dominios antropológicos. en toda Huxlev titulado Adonis l' el alfabeto. Bajo este título prometedor: encon-
clase de referencias de la literatura mitológica. Se encuentra. por ejemplo, •, " b l' . 'ión industrial de la
trarán ustedes un soberbiO artículo so re a organlzac .
la función de este soplo inferior hasta en los Upanisad. donde se precisa- . del excremento. a nlve
recuperacIón . lUfb . una Ciudad del Oestc
' 'U' e'0, en
anls
rla. con el término Apcma, que Brahma engendró en particular a la especie
amencano. h ,~ IU"II-
humana con el viento de su tra...ero. En verdad. si se remiten ustedes a este . d' l pues ocurre en mue os o .. "., e
Esto sólo uene un valor e cJemp o. _...1- t
artículo. verán que La extensión misma de estas referencias sobre el tema . N eden sospechar ustcud o-
res además de en la industrial Aménca. o pu . . n-
llega basta la d~fluencia. lo cual demuestra de por sí que no es en absoluto . , sól con ayuda de los eXl;remc
das las riquezas que pueden reconstitUirse o
convUl~nte. DI mucho menos.
Pero pard nosotros esto no es sino un estímulo más para preguntamos tos de una masa humana, ""clO lo "ue cier-
. f d I 'lf re"ordar a este re!>,....
Por otra parte, no esta uera e ug. .... ., tan de
por qué ~peña la función del el(cremento un papel tan privilegiado en
l .• '
.' . _ esas JI/Unllll rl'",f/(lns
to progreso de las relaCiones mterhumana..'i . 'JI abo dUfiUlIC di,
~ modahdad de la constitucIón subjetiva que calificamos de deseo anal. . . h' nr:ll.hdo evar a e •
cle o IIltervemr de forma más estructural •
f,<;!O ...610 se ", •• A. resolver ha" nd ' .
........,...; moda después de la.uluma g~eIT3 ~', él '" • a la fundón de excremcn-
de lII:uerdocon el e sp", de nucstm investigación, el motivo por el que e l cha guerra, al reduclC a masas humi1llas.ent.e~ . d un puebl(l. elegido
tn u
tos. La transformación de numerosOS InolVI uos e
Clf,cremento puede llegar a ocupar el lugar de Q.

J2J
322
L\S {'/NCv FORMAS DEL OBJETO a
minúscula DE LO ANAL AL IDEAL
precisamente por ser un pueblo elegido entre los d . -
' emas por m d' Todo esto parece indicar que mi pregunta inicial no el> tan importante. y
horna crematllno. en algo que al parecer se acab b " e 10 del
\f' 1
. m~ ~uropa en fonna de jaboncitos nos muestra t b'é
cuito económico. la perspectiva del hombre como
cir al excremento no está ausente.
al:
a a repartlend
o por la
I n que. en el cir-
que se puede redu-
que vemos muy bien de qué modo adquiere la caca con facilidad la fun-
ción de aquello que llamé. Dios mío, el ágalma, Que en este caso el ágalma
haya pasado al registro de lo nauseabundo. sería tan solo el efecto de la
disciplina de la que es parte integrante, Sin embargo, todo esto no les per-
Pero nosotros. analistas. nos atenemos a la cuestión de I a su b"~elJvaclón.
, mite a ustedes en absoluto dar cuenta satisfactoriamente de la amplitud de
los efectos vinculados a la reladón agalmática de la madre con el excre-
mento de su hijo. si no ponemos estos hechos en conexión con las otras
fonnas de a, El ágalma s610 es concebible en su relación con el falo. con
3 su ausencia. con la angustia fálica en cuanto tal.
En otros términos. si el a excremencial se ha puesto al alcance de nues-
tra atención, es en tanto que simboliza la castración.
¿Por qué vía entrel el excremento en la subjetivación? Yo sostengo que no podemos comprender nada de la fenomenología de
Pues bien. entra a través de la demanda del Otro. representada en esta la obsesión. tan fundamental para toda nuestra especulación. si no capta-
ocasión por la madre. Ello queda del todo claro en las referencias analíti- mos. de un modo mucho más íntimo. motivado y regular de lo que lo hace-
cas. o por lo menos así parece a primera vista. mos habitualmente. el vínculo del excremento no sólo con el (- \fi) del falo.
sino con las otra., fonnas del a. evocadas en la tabla en su clasificación.
Cuando encontramos esto. quedamos muy contentos - he aquí que nos
acercamos a datos observacionales. los de la educación de lo que se llama digamos. estádica.
Retomemos las cosas regresivamente. con la reserva que he planteado
aseo. que obliga al niño a retener. No es algo evidente. Conocemos las es-
de entrada - que esto regresivo tiene por fuerza un alopecto progresivo.
cenas familiares. fundamentales. de uso corriente. no tiene sentido criticar. En el plano del estadio oral. donde el objeto a es el seno. el pezón - como
ni refrenar. ni. por Dios. hacer tantas recomendaciones educativas. La edu- ustedes prefieran - de lo que se trata en el fondo es de lo siguiente. El suje-
cación de los padres. siempre a la orden del día. hace demasiados estragos to. que se constituye en el origen y alcanza su terminación tambié~ en.el
en todos estos dominios. mandamiento de la voz. no sabe y no puede saber hasta qué punto el ffilS-
Se le pide al niño que retenga. Se le exige que retenga demasiado tiem- mo es aquel ser adosado al pecho de la madre como bajo la forma del seno.
p?' que inicie la introducción del excremento en el dominio de la pertenen- tras haber sido el parásito que hundía sus vellosidades en la mucosa
cia al cuerpo. haciendo de él una parte del cuerpo. considerada. al menos uterina como placenta. No sabe. no puede saber que el seno. la placenta.
durante cierto tiempo. como algo que no se debe alienar. Luego. tras esto. es la realidad del límite de a respecto al Otro. Cre.e que a es el Otro. y
se le dice que lo suelte. siempre bajo demanda. La demanda tiene aquí tam- que cuando se ocupa de a a lo que se enfrenta es al Otro. al Otro con ma-
b~én un papel determinante. Esta parte que el sujeto siente de todas fonnas
yúscula. la madre. 'dad
clena aprehensión de perder. resulta entonces por un instante reconocida. Por el contrario. en el nivel anal tiene por primera vez .Ia OportU~1
Es elevada a un valor muy especial. es como mínimo valorizada. porque de reconocerse en un objeto. Pero aquí no "ayarnos demaSIado dep~sa.
aporta a la de~anda del Otro su satisfacción. aparte de que se acompaña Algo en este objeto gira. Se trata de la demanda de la ~adre. G,rra -
de todos l~ CUidados conocidos. No sólo el Otro la aprueba y le muestrJ Guárdalo. Dalo - Y. si lo do)'. ¿ adónde va? La importancl~i:=~~
~.ión, SIDO ~ añade toda., esas dimensiones suplementarias que no es de· de los dos tiempos de la demanda es algo que no tengo nece D'
, . . . al'ti a A los olrOS. lOS
mas¡~ necesano evocar - en Otros dominios esto es física recreativa - , el dar a qUienes tengan aqUl la menor expenencla an le. lo
olor. Incl~:~ limpieza del trasero. dotada. como todos saben. de efectos mío que se limitan a leer estO. verán lo que ocurre por poco que ~bran
• d h"l/ sea. la literatura
e:rógenos I Iscutibles. Ellos ~ hacen tanto más evidentes cuando sucede que en otro lugar llamé la ps)'cho-an~lytical. ung I • o
q~una madre sigue limpiándole a su hijo el trasero hasta la edad de doce analítica. Dunghill significa montonclto de mIerda.
os,,,,,,. E5to 5e ve l.O<klS los día.'!.
J25
324
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DE LO ANAL AL IDEAL

¿Pt.lf qué son tan importantes estos dos tiempos? Porque el montoncit
-
. o ue sólo se aplica al falo - . hace en el hombre de intennediario de las
en ~\JC'stión se obtiene a demanda. y es a drrurado - ¡Qué caca tan linda! ;e~ciones entre los sexos. La evacuación del resultado de la función anal.
~ro el segundo tiempo de esta demanda implica que sea, por así decir- en tanto que exigida. tendrá todo su alcance en el nivel fálico. como ima·
repudiada. porque esta linda caca, de todos modos. se le enseña al niño qu~ gen de la pérdida del falo. . ..
no dd~ mantener demasiadas relaciones con ella. salvo por la vía bien co- Todo esto. por supuesto. sólo sirve en el mtenor de lo que he dicho al
nocida. que el análisis reconoció igualmente. de las satisfacciones respecto anteriormente. Con sólo pensar que algunos pudieron estar ausen-
sublimatorias. Si se embadurna con ella - como se sabe. es con esto con tes y no lo oyeron. me siento en la obligación de r:ec~rdarles una vez más
lo que se hace - . se prefiere de todos modos indicarle que más vale hacer- lo esencial del tiempo (- 19). que es central en el Siguiente esquema.
lo con otra cosa. con los plastiquitos del psicoanalista de niños, o con unos
buenos colores. que huelen menos mal. En esta primera relación con la ,---
5 voz a de~o del Otro
demanda del Otro. nos encontramos. pues. con un reconocimiento ambi·
guo. Eso de ahí es al mismo tiempo él y no debe ser él. e incluso. más ade- 1--
lante. DO es suyo. 4 imagen potencia del Otro
Progresamos, las satisfacciones se van perfilando, y muy bien podría-
mos ver allí el origen de la ambivalencia obsesiva. Podríamos inscribirla
lIIIgusha (-.p) goa: del Otro
en una fórmula. la siguiente. (a O $). donde a es la causa de esta ambiva· 3 deseo
lencia. de este sí y no. Es DÚO. este síntoma. y sin embargo no es DÚO. Los
maJos pensamientos que tengo respecto a usted, el analista. evidentemente 2 huella demanda del Otro
yo se los indico. pero en fin. de todas fonnas no es cierto que yo lo consi-
dere a usted como una mierda. En suma, vemos dibujarse aquí todo un or- a deseo x del Otro
anguslla
den de causalidad. 1
Sea como sea. no podemos admitirlo enseguida como la causalidad del
deseo. pero en fin. es un resultado. como les decía la última vez hablando Cuadro (-19)
precisamente del síntoma. de un modo genef'dl. En este nivel.se dibuja una
estructura que parece damos inmediatamente la estructura del síntoma, en
su función de resultado. Sólo que. obsérvenlo. esta estructura basada en la Les ruego que retengan estas fórmulas. I oce del Otro. en
demanda deja fuera de su circuito lo que debe interesarnos si la teoría que Debido al (-19) el momento de avance del goce, de ~ '6 de la cas-
les expongo es correcta. a saber. el vínculo con el deseo. Se puede pensar. '. O porta la conStltuCI n
su movimiento haCia el goce del tro. com
pue.... que la introducción de otra dimensión. externa. ajena. la del deseo. y tración como prenda de su encuentro. 1deseo macho encuenlre su pro-
en ~pecial la del deseo sexual. hará pasar a un segundo plano. barrerá lo Dicho de otra manera. el hecho de qu~ el -areja femenina. e incluso el
que aquí tenemos de una cierta relación donde el sujeto se constituye como el goce e a p
Pia caída antes de la entrada en . plaste para retomar
un término loma-
dividido. ambivalente, en relación con la demanda del Otro. De hecho. no hecho de que el goce de la mUjer se a • la noslalgia fálica. ¡ro-
es así en absoluto. I dellaetante. en
do de la fenomenolog ía e seno Y
d . _..1_ ada. a DO amar al Otro
. .d diría que Casi COllu.,n
Sabemot. ya por qué el deseo sexual no lo barre. ni mucho menos. Es plica que la mujer se ve eXlgl ~ más allá de aquello que la detiene 3
que. por su misma duplicidad. el objeto podrá simbolizar maravillosamen- macho más que en un punto SitUadO
te, al meno!> mediante uno de sus tiempos. aqueUo de lo que se tratará en el . de'·...,.. que es el falo. .
ella también en cuanto --~. Es digámoslo bien, ya
amor
advenimiento del estadio fálico. a saber. el falo en tanto que su desapari- A este más allá se apun~a en el. . sfi~urado en lénninos·
ción. ~u afánisis - por emplear el término de Jones que él aplica al deseo transverberado por la castraCión. ya sea tran ~

327
326
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DE LO ANAL AL IDEAL

tenda. El Otro macho no es el Otro en tanto que se trataría de estar un·d 1


gico la función de representante del sujeto que tiene el objeto a como fru-
al Otro. El goce de la mujer está en ella misma. No se une con el Otro. o to anal.
Esta función central. Ilámenla obstáculo si ustedes quieren. pero no es . Vamos a conformarnos con esto? ¿Es esto todo lo que podemos extraer
en absoluto obstáculo. es el lugar de angustia de la caducidad del órgano co~o cuestionamiento de la función del a en su relación con un detenni-
en tanto que da cuenta. de forma distinta en cada lado. de lo que se pued~ nado tipo de deseo. el del obsesivo?
llamar la insaciabilidad del deseo. Hasta ahora no hemos justificado ninguna otra cosa más que el sujeto
Sólo gracias a este repaso vemos la necesidad de la'i simbolizaciones instalado en sus límites y, dentro de estos límites. más o menos dividido.
que con este fin se manifiestan tanto en la vertiente histérica como en la Estos límites se ven en la unión sexual. y en el hombre están singular-
\·ertiente obsesiva. Hoy estamos en la segunda de estas vertientes. mente reprimidos. Pero tampoco el acceso que le dan dichos límites a la
Debido a la propia estructura evocada. el hombre sólo está en la mujer función simbólica nos dice nada todavía de lo que está en juego y de lo que
por delegación de su presencia. bajo la forma de ese órgano caduco. órga- nosotros exigimos ahora. que es saber cómo este ocultamiento del objeto
no del que es fundamentalmente castrado en la relación sexual y por la re- motiva la función del deseo. La huellas de esto. nos las da la experiencia
lación sexual. Aquí es donde vamos a dar el siguiente paso. que es también el paso
Hablar aquí de don no es sino metáfora. Es demasiado evidente que el esencial.
macho no da nada. La mujer tampoco. Y sin embargo. el símbolo del don
es esencial en la relación con el Otro. El don es el acto supremo. se ha di-
cho. incluso el acto social total.
4
Nuestra experiencia nos ha hecho comprobar desde siempre que la
metáfora del don está tomada de la esfera anal. Desde siempre se ha visto
que el esclbalo, para empezar a hablar más educadamente. es en el niño el
Hasta ahora nada nos explica las relaciones tan particulares del obsesi-
regalo esencial. el don del amor. A este respecto se han advertido muchas
otras cosas todavía. incluso lo que se llama. tras la visita del ladrón. lafir- vo con su deseo.
Precisamente porque. incluso a este nivel, todo está simbolizado -~-
ma. bien conocida por todos los policías y los libros de medicina legal. Se
to el sujeto dividido como la unión imposible - . resulta todavía más sor-
trata de aquel hecho extraño de que el tipo que acaba de manejar en tu casa
prendente que una cosa no lo esté. el propio deseo. .
las tenazas pare!. abrir los cajones. siempre tiene en ese momento un cólico. Precisamente, dada la necesidad en que se encuentra el sUjeto de cul-
Por este lado vamos a desembocar enseguida otra vez en el nivel de los minar su posición como deseo. lo hará mediante la categoría ~ la pOleo-
condicionamientos mamíferos. . . fl·ó lar el sonn<1P narclsísllCO del
cla o sea. en el piSO 4. La re eXI n especu • . 1""- - 1
Es en el nivel de los mamíferos donde situamos. al menos por lo que • . . 1 d I Otro - ahí está el nncu o.
dominio de sí en su relaCión con el ugar e .
!WlbemO!> de etología animal. la función de la huella fecal. más exactamen- · I d o sería recorrer un canuDO
Ustedes
. ya 10 conocen • Y expllcar
_ o .e nuev
. al" dad de lo que nos reve13D
te, de las heces como huella. Y aquí. también. la huella está profundamen-
trillado. Por eso quiero señalar aqUl la ongm I I caso
te vinculada al lugar que el sujeto organísmico se asegura, su posesión 1 ·rión tomemos un ca.~. e
los hechos Para partir del meo11o de a eues. fu ·00 __ .1
en el mundo. el territorio y al mismo tiempo su seguridad para la unión .. .. nología de la nCI iUUU
n° 2 en el que se apoyaba Jones para su lenome .
sexual. Ahora hay publicaciones que han difundido suficientemente este . ·1 asas en la literatura.
fe~m~no por el que el hipopótamo. sin duda. o incluso. porque esto no en el obsesivo. Podría Citar otros mi c dado mil veces. Si bien
Este caso ilustra lo siguiente. que les he r~(.'Or ·--JApendenciade lo
se limita a los mamíferos. el petirrojo. se siente invencible en los límites . . f d I sUJ·eto obseSIVO. con 111\1<- •
~ su t~torio. pero una vez franqueado el límite. de pronto hay un vira-
ordmanamente los antasmas e .
o ejecutados, a veces s
·ucede• SlO
sofisticados que lleguen a ser. nunca so nd.· es que aplazan más o
:eJe y. cunosamente. se vuelve úmido. La relación de este límite con la
u ella fecal ha sido advertida hace mucho tiempo en los mamíferos, Y
bemO\ ver en ella. por fuerza. algo que prefigura en el trasfondo biol6-
embargo. que a través de toda clase d~ ~~ ~::su deseo. Mejor
menos indefinidamente la puesta en act •

329
328
L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DE LO ANAL AL IDEAL

e Apolo Apolo no está castrado, ni ante!> ni después. Des-


\·e\.'"es ocurre que los otroS franquean por él el espacio del obstáculo. Ocu- He h a bl ado d '. .
ede O tra cosa. Nos dicen que es Oafne qUien se transforma en
rre que un sujeto que se desarrolla. y muy pronto. como un magnffico ob- és Ie suc
sesivo. ~nenece a una familia de disolutos. El caso en cuestión es uno de
~u l' E. ahí donde nos ocultan algo. Nos lo ocultan - es muy sorpren-
arOO. s rque no nos lo ocultan. EII aure I• tras Ia translonnaclon. &: "
no es
éstos. po
dente - Apolo. Lo propio . d e I d'lOS es que. una vez satlslec
. &: ho. se translOf-
1:

Toc:la5 las hermanas - y son numerosas. la familia es numerosa. la ma- Dafneo es . 11·
I obieto de su deseo. aun SI para e o tiene que petn ICarse.
·fi En otros
dre.la lia.los distintos amantes de la madre e incluso creo. Dios me perdo- ma , en. e . un dios. J .
si es real. da aCI n con e I ob'~eto de su de-
aqU!. en su re I'ó
ne. de la abuela - pisotearon a ese jovencito en tomo a sus cinco años de temunos. . - '1
. l ' agen de su potencia. Su potencia está alh donde e se encuentra.
edad. No por ello es menos obsesivo. un obsesivo constituido. con deseos seo.Estoa 1mes cieno respecto de todos Ios d'loses. tam b·1é n de El o h·1m. de
del único tipo que puede llegar a constituir. en el registro de la potencia, o
Yahvé. que es uno de ellos. aunque su lugar sea muy panicular. Sólo ~ue
sea. deseos imposibles, en el sentido de que. haga lo que haga para reali- ·Intervino algo de otro origen. Esto, Ilamémoslo para la ocasión
zarlos. él no se encuentra allí. En este registro. el obsesivo nunca está al entonces . .. ' be .
_ es históricamente cieno. pero sm duda la verdad hu;tónca de lf un
término de la búsqueda de su satisfacc·ión.
'0 más allá - con el nombre de Platón. . '
La cuestión que les planteo. tan viva y brillante en esta observación POCPlatón sólo nos dijo cosas que siguen si~ndo muy manejables en ~llD­
como en muchas otras. la encontramos en este anÍculo bajo la forma. tam- terior de la ética del goce. ya que nos pennlt1erOn trazar la barrera que ~~~
bién \;\ida y brillante. de la imagen evocada de un pececito. Este ic:htus. titu e lo bello respecto al bien supremo. Sólo que. mezcla~ con el cnstla-
LX900 - que me encuentro entre la.. manos, por así decir. y con razón. lo niS~o naciente. esto produjo algo que se suele creer que se en~uen~ ahí
encontrarán ustedes por todas panes en el campo del obsesivo por poco que · y desde siempre en la Biblia. pero la cosa es discutible. y
desd e siempre. . . od'í tamos to-
sea de nuestra área cultural. y no conocemos ninguna otra - es el propio sin duda tendremos que retomarlo el año que vlen~. SI t a.. a es I al
Jesucristo. Se podría especular mucho sobre la especie de necesidad . .. I f' t del DIOS ommpotente. o cu
dos aquí. Esto que IOtervlOO es e an asma. . el Dios
blasfematoria - nunca hasta ahora. debo decirlo. bien justificada en cuan- significa el Dios potente en todas panes Yal ~Ismo tle~:~ se tiene :
to tal- que hace que un sujeto como éste. al igual que muchos otros obse- tente para todo, en conjunto. pues ~s a est~ ad~ ~~~cia de Dios, que se
sivos. no pueda entregarse a cienos actos más o menos atípicos en los que llegar. Si el mundo va como va,.es en raz D
se agota su búsqueda sexual sin fantasear con Cristo como asociado a ellos. ejerce a la vez en todos los. sentidos. i lenda con. por así decir. la
Aunque el hecho ha estado a la vista desde hace tiempo. creo que no se ha Ahora bien. la correlaCIón de esta omn po Se trata de lo que
dicho la última palabra al respecto. .. . " . ti· temente de qué se trata. .
omnlVldencla. nos mdlca sU IClen allá d 1 espejismo de la potencIa. Se
Si este fantasma es una blasfemia, es porque está claro que en esta opor- se dibuja en el campo que es~ más cW: del ideal, desdoblado entre.
tunidad el Cristo es un dios. En verdad. es un dios para mucha gente. para trata de esa proyección del sUjeto en el .pod I Y por otro lado. lo que
tanta gente, incluso. que es muy difícil desalojarlo de este lugar. aun con J elyolea-.
por un lado, el alter ego especu ar-
todas las manipulaciones. tanto de la crítica histórica como del psico- está má!"> allá - el Ideal del yo. . . I Ideal del yo adquiere la
logismo. Pero en fin. no es cualquier dios. Déjenme dudar de que a los Allí donde se trata de recubnr la angustIba. e '. busca Yencuentra el
donde el o seSIVO el
obsesivos del tiempo de Teofra~to. el de los Caracteres, les divirtiera ha- forma del Todopoderoso. Ahí ~s tituirse como deseo. o sea.
cer participar mentalmente a Apolo de !>us baje7.as. complemento de lo que necesita para cons b I cual va y viene. va sal-
b· é 1soporte so re e . de
Aquí adquiere su imponancia el esbozo de explicación que creí que fantasma ubicuo. que es tam I ~ e tiene que llevar más leJOS -
debía plantear de paso en su momento - que los dioses son un elemento tando. la multiplicidad - que siempre se
__ ~I; . uellos
de lo real. lo queramm o no, y aunque ya no tengamos con ellos ninguna sus deseos. . calientes del aUGuSIS. aq .
relación. Ello implica que. si todavía están aquí. es muy evidente que se pa- En lo que podría llamar los círculos mas nro'era inspiración. se ha plan-
. . l "miento de una P .
~ de incógnito. Pero lo que es seguro es que la relación del dios con el en los que sigue VIVO e mo" I . al' la debe o no ser ateo. y SI
ber SI el an 15
objeto de MI deseo es distinta de la nuestrcl. teado una pregunta. la de sa

331
JJO __ • J
L4.S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DE LO ANAL AL IDEAL

~IO. al final del análisis. puede considerar terminado su análisis si toda . ' do disculpas por esta pequeña digresión que - están ustedes en lo
, Es una cuestl'6n que hoy no voy a abordar todavía, Pero Vla PI .
I:I'ee en
.
olOS. . . 1 'd' • para
, rtO - es tan solo preparatona.
aproxlmanne a esta cuestlon. es 10 ICO que. con independencia de lo Cle Ya ven adónde noS ha llevado nuestro circuito de hoy. o sea. al vínculo
' en sus d'IC h os. SI' no h a SI'do extIrpado
' de su estructque profundo entre estos dos estadios. el 2 y el 4. que enmarcan la imposibili-
1es diga e1obsesl\'o
obsesh'a pueden persuadirse ustedes de que. en cuanto obsesivo. toda~r: dad fundamental. aquella que separa. en el plano se,llUal. ~I deseo y el goce.
cree en Dios. Quiero decir que cree en el Dios que todo el mundo. o ca:; Su modo de ir rodeando y encerrando. la base ImpoSIble que da el ob-
sostiene. en nuestra área cultural. lo cual significa el Dios en quien todo ei sesivo a su deseo. nos ha permitido. a lo largo de nuestro análisb de hoy.
mundo cree sin creer en él. o sea. aquel ojo universal puesto sobre todas ver cómo se va dibujando el hecho de que la relación del sujeto con un
nuestras acciones, objeto perdido del tipo más repugnante muestra un vinculo necesario con
Esta dimensión está ahí. tan firme en su marco como la ventana del fan- la producción idealista más elevada.
tasma de la que hablaba el otro día. Sin embargo. es igualmente necesario.
quiero decir. iocluso en el caso de los más firmes creyentes. que no crean Este circuito. sin embargo. todavía no se ha completado. Vemos bien de
en él. En primer lugar. porque si fueran tan creyentes. eso se vería. Si fue-
é modo el deseo pende de la estructura del objeto. todavía nos queda
ran tan creyentes. las consecuencias de esa creencia serían perceptibles. ~dicar lo que la tabla intennedia - que espero q~e todos hay~ copiado
pero eso es algo que pennanece estrictamente invisible en los hechos, -les indica como el próximo campo de nuestro discurso. es dectr.la rela-
Tal es la \'erdadera dimensión del ateísmo, Ateo sería aquel que habría ción del fantasma del obsesivo. establecido como estructura de su deseo.
conseguido eliminar el fantasma del Todopoderoso, con la angustia que la determina.
Pues bien. un señor que se llamaba Voltaire. muy entendido en temas 19 DE JlIKIO DE 1963
de revuelta antirreligiosa. se aferraba muy fuertemente a su deísmo. o sea.
a la existencia del Todopoderoso. Diderot lo encontraba incoherente. y
Voltain:. por su pane. considerdba por este motivo que Diderot estaba loco.
No es seguro que Diderot no fuese realmente ateo, y a mí su obra me pare-
ce demostrarlo. dada la forma en que hace jugar el inter-sujeto. en el Otro.
en sus principales diálogos. El sobrino de Rameau y Jacques el fatalista.
Sin embargo, sólo puede hacerlo dentro del estilo de la burla.
En efecto. la existencia del ateo. en su sentido verdadero. no es conce-
bible sino en ellúnite de una ascesis que vemos claramente que sólo puede ...
~

ser una ascesis psicoanaJítica. Me refiero al ateísmo concebido como la ne- ..


- .. ~

gación de la dimensión de una presencia de la omnipotencia en el fondo del


mundo. ~"-'
,Ello no significa que a la existencia del ateo no le corresponda nada his-
tóricamente: pero esto es de una naturaleza muy distinta. Su afinnación
apunta precisamente a la existencia de los dioses en cuanto reales. No la
niega. ni la afmna. apunta en esa dirección. El ateo de la tragedia El aleo
- me ~fiero a la tragedia isabelina que lleva este titulo - . el atco como
combatiente y ~mo revolucionario. no es quien niega a Dios en su función
~ onuupo1encta. es quien se afmna como alguien que no sirve a ningún
dial. y éste es ,el valor dramático esencial que aporta desde siempre su pa-
sión a I~ cuestión del ateísmo.
1

JJJ I
Jj2 ___ J
,

XXIII

DE UN ciRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

. --1 ,---'~

.-,"- D~I obj~o c~s;b~


Del d~s~o·fkf~nsa
---'- ,. --'
Del acto y fk las obras
, .. De las .fup/~ncias d~1 agujmJ fálico
... Amor y deseo ~n el obs~s;\IO

Para tratar de avanzar hoy en nuestro discurso. voy a retomar la consti.


~ _ ....... ' tución del deseo en el obsesivo y su relación con la angustia. Con este fin.
........L..-': .1"..:".. _' . r _
volveré primero al cuadro de doble entrada. la matriz que les di en mi pri.
'.
mera lección del Seminario de este año y que luego completé. Aquí repro-
duzco su forma. enmarcada en un trazo blanco e inscrita en rosa.
Este cuadro respondía a mi intención de separar y distribuir en pisos los
... ~. _.
..
tres términos a los que llegó Freud. inhibición. síntoma y angustia. que ins-
cribió en el título de su artículo. Alrededor de estos tres ténninos puntuali·
cé cierto número de momentos. definibles en los ténninos que ven ustedes
aquí. Si se relaciona cada término con su cabeza de columna arriba y su
cabeza de fila a la izquierda. se encuentrd una correlación que puede so-
meterse a interrogación y. puesta a prueba. demuesta ser algo que puede ser
desmentido o confirmado en su función estructural.
. . Por otra parte. estos términos les fueron dados en aquel momento de un
modo algo incompleto. y comportaban algunas suspensio~ eni~~~as.
Por ejemplo. a pesar de las referencias etimológicas que hIce. la ~stlllCIÓn
entre la emoción y la turbación podfa ser de todas formas maten a de ~na
interrogación que no les resultaba del todo posible resolver por sus proplOS
medios.
Lo que hoy aportaré. me parece que puede darles precisiones ~ue. sin
. -. duda. serán para la mayoría de ustedes. si no para todos. nuevas. tncJuso
• inesperadas.
J ••
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................
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.
.~.
335
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DE UN CiRCUW IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

1
- En consecuencia, aun estando ligada a la turbación, la angustia no de-
pende de ella. Por el contrario, la determina. La angustia se encuentra sus-
pendida entre, por un lado, la forma anterior, por a.<¡í decir, de la relación
Veamos. para empezar. esta turbación cuyo origen es bien distinto del con la causa, el ¿ Qué hay? que llegará a formularse como causa y, por otro
origen del término emoción. lado, la turbación. La causa que primitivamente la angustia, literalmente,
No es mex:iónfuera Imolion horsJ. movimiento fuera del campo adap- ha producido, la turbación no puede retenerla.
tado de la acción motriz. corno lo indica etimológicamente, con toda segu- Hay algo que lo ilustra de una forma abyecta y tanto más ~atisfactoria,
ridad. la emoción, y no les estoy diciendo que la etimología sea algo en lo algo que he puesto en el origen de mi e:v.plicación del obsesivo en la con-
que podamos confiar por entero. La etimología de la turbación debe bus- frontación angustiada del hombre de los lobos con su principal sueño re-
carse en otra parte. en un esmayer, que se refiere a una raíz germánica del petitivo, algo que surge como una mostración de su realidad última. Es algo
todo primitiva, el miJgen, magan. Se trata de algo que pone fuera. ¿Fuera que se produce, pero que jamás acude para él a la conciencia, de modo que
de qué? Del principio del poder. Hay, por lo tanto. enigma en tomo a un sólo puede ser reconstruido como un eslabón de toda la detenninación ul-
término que no carece de relación con la potencia. terior. Para llamarlo por su nombre y su producto, es la turbación anal.
Si se considera la forma que este término ha adquirido en francés, yo He aquí la primera forma en la que interviene en el obsesivo la emer-
diría incluso que es quizás algo del orden del fuera de mi, o del fuera de sí, gencia del objeto a, que está en el origen de todo aquello que se desarrolla-
Casi hay que referirse en este punto al calambur, el moi. 1 abordaje que tie- rá bajo la modalidad del efecto. El objeto a se encuentra aquí dado en un
ne su importancia. momento original, donde desempeña una determinada función en la que
Para ir enseguida al meollo del asunto. puedo decirles crudamente. brus- ahora trataremos de detenemos para precisar bien su valor, su alcance, así
camente. en el punto en que nos encontramos - y también porque la como sus primeras coordenadas. antes de que se añadan otras. Si a puede
fenomenología del obsesivo lo ilustra inmediatamente de una forma muy funcionar luego en la dialéctica del deseo que es la del obsesivo, es porque
sensible -, que la turbación en cuestión es. nada más y nada menos, que el en su producción original es esto. ..
a mismo, al menos en las correlaciones que tratamos de explorar. de desanu- Así, la turbación está coordinada con el momento de la apanclón del a,
dar. de crear hoy. o sea. las relaciones entre el deseo y la angustia. momento del develamiento traumático en que la angustia se revela como
A lo largo de todo el discurso de este año. les he enseñado a circunscribir lo que es, lo que no engaña. momento en que el campo del Otro, por as!
mejor la coyuntura de la angustia con su extraña ambigüedad. Esta elabo- decir. se hiende y se abre hasta el fondo. ¿Qué es este a? ¿Cuál es su fun-
ración nos permite formular lo que llama la atención en su fenomenología. ción respecto al sujeto? .
10 que nosotros podemos observar en ella y aquello a propósito de lo cual Si podemos captarla aquí, de algún modo. de una fo~a pura. es ~rcCI­
los autores cometen deslizamientos y errores - la angustia es sin causa, samente en la medida en que, en esta confrontación radical. traumáuca, el
.
sUjeto .'
cede a la Situación. p . re dA"ir aquí• en este mOIDCnto.
ero'(,que qUle.....
pero no sin objeto,
He aquí la distinción que introduzco. distinción en la que baso mis es- cede? ¿Cómo hay que entenderlo? dI' d
fuerzo~ por situar la angustia. No sólo no carece de objeto. sino que desig- No es que el sujeto vacile. ni que se doblegue. Acuérdense ~ a af\."Utu
. . di" t ante la ventana abierta rente
~ muy probablemente el objeto, por así decir. más profundo. el objeto úl- esquematizada por la fascmaclón e sUJe o lado
tImO, la Cosa. En este sentido les enseñé a decir que la angustia es lo que al árbol cubierto de lobos. En una situación que por su carácter coagu de
. .' t ' narticulable marca que
no engaña. En cuanto a su aspecto de sin causa, tan evidente en su fenóme- nos presenta su condición de pnrrutJvamen e l . • ~IR l1 da
. 1 ha prodUCido es o>.l6 que
no. se C!;Clarece mejor con la forma en que he tratado de situarles dónde todos modos él Uevará para SIempre. o que se .' <
. J"teraJrnente una ce~l!'O.
empieza la noción de causa. su verdadero sentido al cede del sUjeto - es l . .1_1 que
'bl cará 'ter t.an Impon ante uc G.
Este carácter de objeto cesa e es un ¡; .·ó ~r.¡ ,'er
.• _.1 d ' 'nne en una breve rcVllil n,..--
les pido que tengan la bonuau e segul
l. ÉIfIOi suena COIOO ~I moi (y yO). IN del T.) si todas las formas que hemos enumerado del a llevan su marca.

337
336
L-lS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula

demo~ wr que los puntos de fijación de la libido siempre se sitúan en tor-


- DE UN CÍRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

00 a uno de esos momentos que la naturaleza ofrece a la estructura e\' Este objeto que él llama transicional. se ve bien qué lo constituye en esta
en- función de objeto que yo llamo el objeto cesible. Es un trocito arrancado
tual d~ cesión ~ubjetiva.
de algo. lo más a menudo un pañal. y se ve bien el sostén que en él encuen-
El primer momento de la angustia. al que la experiencia analítica se fue
tra el sujeto. No se disuelve en él. sino que se conforta con él. Se conforta
a¡:ercando poco a poco en tomo al trauma del nacimiento. esta observación
allí en s~ funci~n de.1 t~.? original d~ sujeto en posición de caída respecto
()(lS pennite destacarlo mejor y articular lo que de entrada fue abordado de
a la confrontaCión slgmhcante. AqUl no hay investimiento del a. hay. por
un modo grosero como frustración. El momento más decisivo de la angustia así decir. investidura.
en cuestión. la angustia del destete. no es tanto que alguna vez el seno le fal-
El a es aquí el suplente del sujeto - y suplente en posición de prece-
te a la necesidad del sujeto. sino más bien que el niño cede el seno del que dente. Al sujeto mítico primitivo. que al principio tiene que constituirse en
pende como de una parte de si mismo. No olvidemos nunca lo que les he la confrontación significante. nunca lo captamos. y con razón. porque el a
representado. y que no he sido el único en percibir - me refiero a Bergler lo ha precedido. y en tanto que marcado él mismo por esta sustitución pri-
en particular. Durante el amamantamiento. el seno forma parte del individuo mitiva tiene que re-emerger secundariamente. más allá de su desaparición.
alimentado. éste se encuentra adherido a la madre. como les dije con una La función del objeto cesible como pedazo separable vehicula primiti-
expresión ilustrativa. vamente algo de la identidad del cuerpo. antecediendo en el cuerpo mism()
Que este seno pueda tomarlo o soltarlo - ahí es donde se produce ese en lo que respecta a la constitución del sujeto.
momento de sorpresa. el más primitivo. que a veces se puede captar en la Ya que he hablado de manifestaciones en la historia de la producción
expresión del recién nacido. en la que por primera vez aparece el reflejo humana que pueden tener para nosotros valor de confinnación o de reve-
- en relación a ese órgano que es mucho más que un objeto. que es el pro- lación. no puedo dejar de evocar inmediatamente. como el ténnino más
pio sujeto - de algo que presta su soporte. su raíz. a lo que en otro registro extremo de estas manifestaciones. los problemas que nos planteará. has-
se ha llamado el desamparo. ta lo más radical de la esencialidad del sujeto. la extensión inminente. pro-
¿Tenemos alguna otra forma de controlar esto. aparte del énfasis que bable. ya iniciada - más de lo que puede advertir la conciencia común.
pongo aquí. al igual que en todos los objetos a. en la posibilidad del reem- o aun la de los practicantes como nosotros - de los injertos de órganos.
plazo del objeto natural? El objeto natural puede ser reemplazado en este Ahora adquieren un ritmo galopante. sin duda sorprendente. y que puede
ca~ por un objeto mecánico. si puedo expresanne de esta forma para de- dejar al espíritu suspt'ndido en no sé qué pregunta - ¿hasta dónde debe-
signar el reemplazo posible de este objeto por cualquier otro objeto que se mos consentirlo?
pueda encontrar. Puede trdtarse de otro partenaire. la nodriza. que suponía La mina. la fuente de estas sorprendentes posibilidades. pennitirá qUI-
un problema tan importante pard el primer partidario de la educación natu- zás muy pronto mantener artificialmente a ciertos sujetos en un estado del
ral- vean el tema rousseaniano de la alimentación por parte de la madre. que no podremos decir ya si es la vida. si es la muerte. Como ustedes sa-
Aparte de esto. tenemo!> algo que. Dios mío. no siempre ha existido y que ben. los medios del ángstrom pemliten hacer subsistir en estado VI~O tejl"
debetJ)()!; al progreso de la cultura. el biberón. Es la posibilidad. en 10 que a dos de sujetos de los que todo indica que el funcionamiento d~ su sistema
este a se refiere. de dejarlo en reserva. en stock. en circulación en el co- nervioso central no puede llegar a restituirse - ondas cerebralel' planas.
mercio. y también de aislarlo en tubos estériles. midriasis. ausencia sin retomo de los reflejos. ¿Qué hacemos c:ando ~ a
Lo que llamo ~a c~si6n del objeto se traduce pues en la aparición. en la un sujeto en este estado a quien le tomamos prestado un órgano. ¿~o sIen-
cadena de la fab~caclón humana. de objetos ce si bIes que pueden ser equi- ten que emerge en lo real algo que es como para suscitar. en térrrunos del
•..a1ente$ a los objetos naturales. Si este recordatorio no está aquí fuera de todo nuevos. la cuestión de la esencialidad de la perwna Yde aquello con
lugar es porque. por esta vía. pretendo conectarlo directamente con la fun- lo que está vinculada? Respecto de todo esto. que a veces puede ser ~te-
.
ria para lo jUlÍdico. no dejaremos de soti'ellar a las' au toridades
. . doctnnales
.
Ción que durante mucho tiempo destaqué. la del objeto transicional. por re-
tomar este lénnino. apropla . d o o no. pero ya consagrado. con el que lo eU-. que aprecien hasta dónde puede llegar. esta vez en Ii! pf'3Ch a. la ~uest1ón
C

quetó su creador. el que lo advirtió. o sea. Winnicott. de saber si el sujeto es un alma o bien un cuerpo.

1_?9
338
L-tS CINCO FORMAS DEL OBJETO el millúscu/(J

Hov no ire más lejos en ~ste sentido. tanto más CUanto que esa'
-
-
s autOri
DE UN CíRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

daóes doctrin3ria.~ ya parecen haber aportado respuestas por demás' - ha adquirido el objeto esta función. Sin embargo. tenemos que captar
. d' . . Slngu. . .'. l' pre-
lares. cuya coherencIa respecto e cIertas posIcIOnes adoptadas h. cIsamente en que mtervlene e objeto en este nivel.
. . ' . . ace ya
tiempo con\'endría estudIar deterudamente. Por ejemplo la identl'fic 'ó No ol;idemos pon~r a prueba aquí la guía que nos da nuestra fórmula,
. ..' aCI n
de la per.;ona con algo I~ortal qu~ se ~~nommana alma se distingue radi- que el objeto a es, no hn, meta del deseo, sino su causa. Es causa del deseo
calmente. en el plano tnJsmo de la relaclOn. de una doctrina que articula e en tanto que el de~eo. es en sí mismo algo no efectivo, una especie de efec-
sus prácticas lo más contrario a la tradición platónica, a saber. que no po~ to basado. y con!>tltul~~ en la fu.nción de la falta. que sólo aparece como
dría haber otra resurrección más que la del cuerpo. efecto al.h d.onde se sltua la noclón de causa. o sea. sólo en el plano de la
Por otra part~. el dominio aquí evocado no está tan ligado al avance cadena slgmficante. a la que el deseo le apona aquella coherencia median-
te la cual el sujeto se constituye esencialmente como metonimia.
industrioso en sus posibilidades singulares. como para que no haya sido
Este deseo, ¿cómo vamos a calificarlo en el plano anal. donde captamos
emcado desde hace tiempo por la fabulación visionaria. S6lo tengo que
su incidencia en la constitución del sujeto? Es el deseo de retener. sin duda.
remitirlos una vez más a la función IInheim/ich de los ojos cuando !.on
¿pero es el hecho contingente. la facticidad de la educación del aseo. lo que
manipulados pam hacerlos pasar desde un ser vivo hasta su autómata. por
le da la función de retener? No. porque ésta le da al deseo su estructura fun-
el personaje - encarnado por Hoffmann y puesto por Freud en el centro damental.
de su artículo sobre lo unheimlich - de Copelius. Éste vacía las órbitas De lo que se trata en el deseo de retener es de una forma más general. y
para ir a buscar hasta su raíz lo que es objeto. en alguna parte. objeto capi- esto es lo que intentaremos captar.
tal. esencial por presentarse como el más allá - Yel más angusliante -
del deseo que constituye. a saber. el ojo mismo.
,
.,
Ya he dicho lo bastante al pasar sobre la función de la voz y por qué
nos parece - y nos lo parecerá. sin duda. cada vez más, con tanto per- 2
feccionamiento técnico - que también puede ser del orden de los obje-
tos cesibles. de aquellos objetos que pueden ser colocados en los estan-
tes de una bibliote~a en forma de discos o de cintas. No es indispensable En su relación polar con la angustia. el deseo hay que situarlo allí don-
evocar aqui algún episodio, viejo o nuevo, para saber qué relación singu- de lo he puesto yo anle ustedes en correpondencia en esta matriz antigua. o
lar puede tener esto con el surgimiento de determinada conyuntura de la sea. en el nivel de la inhibición, Por eso el deseo puede adquirir la función
angustia. de lo que se llama Ulla defensa.
Podelllili> añadir. simplemente, lo que connola - en el momento en que Vayamos pa~o a pa~ para ver cómo esto puede producirse.
esto surge por primera vez en áreas de la cultura que no tenemos ninguna ¿Qué es la inhibición? Para articular correctamente su función, no 110$
razón para llamar primitiva-; -la posibilidad de desprender del cuerpo la basta con tener experiencia analítica y manipularla en cuanto tal. Qué es la
imagen. quiero decir su imagen especular. la imagen del cuerpo. y reducir- inhibición sino la introducci(ín en una función - en su articulo. Freud toma
la al estado cesible. en forma de fotografía~, o incluso de dibujos - a sa- como ejemplo la función motriz. pero puede ser cualquiera -.Ia introduc-
ber. el choque, la repugnancia. incluso el horror que provoca en la sensibi- ción. ¿de qué? De un deseo distinto de aquel que la función satisface natu-
l~ el MJ.rglmlemo repentino de este objeto. y bajo una forma al mismo ralmente.
uernpo IOdefimdamente multiplicable y susceptible de extenderse por to- Esto. después de todo. lo sabemos. y no pretendo estar descubnendo
~ ~ - . con la negativa a dejar tomar esta imagen. de la que nadie nada. pero creo que articulándolo así introduZ4-'O una formulaCIón nueva.
sabe. Dios mIO, adónde irá a parar después. sin la cual se nos escaparían las deducciones resultantes.
. Igualmente es en la función de objeto cesible como el objeto anal inter- Las correlaciones indicadas por esta matriz oos invitan a reconocer el
~'Iene en la fundón del deseo. E!>la función se muestra aquí como la más lugar de la inhibición como el lugar donde. hablando con
natural. en ..urna. pero lo natural sólo se debe H que se puede explicar cómo deseo se ejerce, y donde caplamos una de lao¡ rafees de lo que

340 J4/
Lo\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula
-
~sig~ ~()~l.t~ Un·udranguflg. La ocultadón ,cstructural del deseo detrás
DE UN CiRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

Ik la mhl~\Clt'n es Il) que nos hace decir comunmente que si Fulano tie nuestro obsesivo tiene para nosotros el valor más ejemplar. Pexkmos palpar
el ~alambre Ikl escritor ~s porque erotiza la funcit'ln.de su mano. Crco q:: constantemente ese c~rácter cuyo a.~pecto enigmático sólo puede borrMlo la
costumbre - que en ellos deseos siempre se manifiestan en una dimensión
~ui t(.~l el mundo se onenta. Esto es lo que nos eXige hacer intervenir e
el mismo lugar tres ténninos. de los cuales ya les he nombrado los dos p~~
cuya función he llegado a calificar hace un momento de defensiva.
Lo he dicho de un modo un poco anticipado. porque' en qué la inc'd _
mef\)S. inhibición y deseo. y el tercero es el acto. . I 1 . h'b' . L I en
ela de deseo en a 111 I IClón merece ser llamada defensa? Únicamente en
Cuando se trolta de definir lo que es el acto. único correlato polar en el
tan~o que es.e efecto dd de~o indicado de esta fonna por la inhibición pue-
lugar de la angustia. lo único que podemos hacer es situarlo allí donde se de I~troduclrse ~n una acclon ya capturada por la inducción de otro deseo.
eocuentra en esta matriz. en el lugar de la inhibición. Este es también un hecho de experiencia común para nosotros. Pero de-
Ni para nosotros ni pard nadie es posible definir el acto como algo que jando de lado el hecho de que siempre nos encontrdmo~ con algo de este or-
OCurTe únicamente. por así decir. en el campo de lo real. en el sentido en den. observamos, ~o~ no dejar a nuestro obsesivo. que ahí está ya la p<)SIcióD
qU<! lo defme la motricidad. la respuesta motriz. Sin duda. siempre puede del deseo anal. defimda por el deseo de retener en cuanto centrado en tomo
quedar alguna participación de un efecto motor en este campo de lo real, a un objeto primordial al que le dará su valor. El deseo de retener sólo Iiene
pero se traduce allí de tal fonna que se manifiesta la incidencia de otro cam- sentido para nosotros en la economía de la libido. o sea. en sus vínculos con
po. No es sólo el campo de la estimulación sensorial. por ejemplo, como lo el deseo sexual.
articulan al no considerar más que el arco reflejo. y tampoco debe Aquí conviene recordar el i1ller urinas el Jaeces nascimur de San
articularse como el campo de la realización del sujeto. Agustín. Lo importante no es tanto que nazcamos entre la orina y las he-
Articular el acto en el campo de la realización subjetiva. eludiendo en ces, al menos para nosotros. analistas. sino que entre la orina y las heces es
a.
él la prioridad del es el mito personalista. El a inaugura el campo de la donde hacemos el amor. Antes meamos y luego cagamos. o a la inversa.
realización del sujeto y, en adelante. conserva allí su privilegio. de modo Ésta es una correlación más a la que concedemos muy poca atención en
que el sujeto en cuanto tal sólo se realiza en objetos que son de la misma la fenomenología que dejamos desplegarse (,"11 el análisis. Lo hemos visto
~rie que el a. ocupan el mismo lugar en esta matriz. Son siempre objetos a propósito de aquel elemento tan desapercibido como quizás inevocado en
cesibles. y son lo que desde hace mucho tiempo se llama las obras. con todo la historia del hombre de los lobos. su regalito primitivo. Por ew hay que
el M:ntido que tiene este término incluso en el campo de la teología moral. tener bien abiertos los oídos y situar. en los casos elllos que.' esto surge. la
Entonces. ¿qué ocurre en este otro campo del que hablo. y cuya incidencia. relación que vincula el acto sexual con algo que, por supue~to. no parece
cuya instancia, cuya insistencia en lo real connota una acción como acto? tener mucha importanciu. pero que la adquiere en ¡¡mto C~ indicati\·o de la
LC6mo vamos a definir el acto? ¿Sólo por su relación polar con la angustia. relación .\ la que me refiero, o sea, la producción hahitual del poquito de
por lo que allí se produce de superación de la angustia. si puedo expresanne así? mierda. cuya evacuación consecutiva no tiene. sin duda, la misma signifi-
Digamos. en .fónnulas qU<! sólo pueden aproximarse a lo que es un acto. cación en todos los sujetos. según se encuelllren en la \ertiente ohseslva o
que hablamos de acto cuando una acción tiene el carácter de una manifesta- en otra.
ción significante en la que se inscribe lo que se podría llamar el estado del
deseo. Un acto es una acción en la medida en que en él se manifiesta el de-
seo mismo que habria estado destinado a inhibirlo. Sólo si se funda la noción
de acto en su relación con la inhibición puede estar justificado que se llame
3
actm a c~, que:. en principio. tienen tan poca apariencia de estar relaciona-
da.\ con lo que se puede llamar un acto en el sentido pleno. ético. de la pala-
Retomemos nuestro camino en el punlll donde los dejé. .
bra - el acto sexual. por un lado. o. por otro. el acto testamentario.
¿Qué hay del punto al que lo!> dirijo abordo relativo. a la subyacetlCla
Pue<, bien. acerca de la relación del a con la constitución de un deseo. y
deseo al deseo? ¿ Y cómo concebir lo qU<!. en este .:anullO. no~
acerca de lo que 0(1\ revela de la relaciÓn del deseo con la función natural.
)J3
142
L4.S CINCO FORMAS DEL OBJETO u mimí.~cllla

elud~iÓD de su ~ntldo'! - nos conduce. ~uiero


-
decir. no simplemente
DE UN CiRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

Él no sabía que era esto, y por esta razón. en el punto donde no puetk
en ,umlO al he\;ho sino en cuanto a su necesidad. impedirse,' deja que las cosas pasen. o sea, esas idas y venidas del
tkl1Kl.\ interpretado el deseo como defensa. y hem~s dicho que de lo que
significante que ponen y borran alternativamente. Pero estos movimientos
~ deftende es de otro deseo. Ahora podremos a concebir que nos vemos con- van todos ellos por la misma vía. igualmente no sabida. la de reencontrar
duoJ,.~ basta ahí. si puedo expresanne así. de la forma más natural. por lo la huella primitiva. Lo que el sujeto obsesivo busca en aquello que he lla-
que lk\'a al obsesivo a introducirse en un movimiento de recurrencia del pro- mado su recurrencia - y ustedes ven por qué se ha elegido esta palabra -
\."eSO del deseo. mo\imiento mediante el cual tiende a reconquistar sus etapas. en el proceso del deseo es reencontrar. ciertamente. la causa auténtica de todo
Este 11lO\'imiento es engendrado por el esfuerlo implítico de subjetivaciÓD el proceso. y como dicha causa no es nada más que ese objeto último. ab-
que está ya en sus síntomas. en la medida en que hay síntomas. yecto e irrisorio. él sigue buscando el objeto. con sus tiempos de suspensión.
¿Qué significa la correlación doble. inscrita en la matriz. con el impe- sus falsos caminos. sus falsas pistas. sus derivaciones laterales. que hacen que
dimento'f ron la emoción? Es lo que nos designan los títulos que he pues- esta búsqueda dé vueltas indefinidamente. Todo esto. que se manifiesta en el
to aquí debajo. acting out, se manifiesta también en el síntoma fundamental de la duda. que
afecta para el sujeto el valor de todos los objetos sustitutivos.
Aquí. no poder, ¿es no poder qué? Impedirse. La compulsiÓD es aquí la de
la duda. Concierne a aquellos objetos dudosos gracias a los cuajes se aplaza el
no podn causa momento de acceso al objeto último. que sería el fm en el pleno sentido de la
palabra. o sea. la pérdida del sujeto en el camino en el qu~ está siempre abierto
a entrar por la vía del embarazo - el embarazo donde 10 mtroduce como talla
nos~r
cuestión de la causa, que es como entra en la transferenCIa.
. Acaso hemos circunscrito. o al menos nos hemos acercado a la cues-
angusua
tió~ de saber cómo interviene aquí la incidencia de otro deseo ~ue. respec-
a
to a un primer deseo. desempeñaría el papel de defensa? ~aOlti.estamente
no. todavía no. Sólo he trazado el camino del relorno al objeto pomero. con
su correlación de angustia. porque ahí es donde se encuentra. en efeet?, el
Reformulación del cuadro de la angustia moti vo del surgimiento creciente de la angustia a medida que el análiSIS de
• . h . . . . o por poco que se lleve
.... un obsesivo es llevado mas leJOS aCla su termm .
únicamente por este camino. . de' \le
Acabo de explicarles por qué aquí el deseo está en el lugar de la inhibi- , Queda pue... abierta la pregunta. no por lo que ~ quendo ea de ~
ción. En el lugar del impedimento. hay no poder. En efecto. el impedimen- creo que ya han podido ustedes entreverlo -. SIDO por qué es y .
to - era preci!W elegir un ténnino - , que viene de impedicare. hacer caer ..' . d fensa defensa conlJ'B un pnmer
proviene la mCldencla del deseo como e '. . __ ""
m la trampa. aquí no es redoblamiento de la inhibición. ¿De qué se trata? • ti . o para aleJar el desuno que lJl,GVV
deseo, defensa que actua lo su ¡Clente com 'bl ? Sólo pode_
De que el sujeto. ciertamente. está impedido de atenerse a su deseo de re-
tener. y e!> lo que ~ manifiesta en el obsesivo como compulsión. No puede
de traz.ar como el del retomo al objeto. ¿Cómo es es~o :s~ e~ momen-
mos concebirlo si damos al deseo. tal como ya lo he ce . ;
un
retcnene. lo• su posición central en el deseo sexual, que llaman gen~. . lor-
. . d ctUf3CIÓn propIa en
En el lugar de la emoción. está el "Osaber. La palabra emoción está En el hombre. este des~, en funCión e ~u e~~ o ue tie~ en su inle-
tomada de una psicología adaptativa de la reacción catastrófica. que no es no a la mediación de un objeto. se plantea com g q
la ouewa. También interviene aquí en un sentido muy distinto que en la de-
finlci6n clásica y habitual. La emoción en cuestión es la que ponen de re- •
laeve las experiencia:\ fundadas en la confrontación con la tarea. cuando el
wjekJ 00 ~ dónde re~ponder. Ahí confluye con nuestro no saber.

344
L-\S CINCO FORAfAS DEL OBJETO a minúscula
DE UN CiRCULO IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO
ri,)f la angul'tia. que se~a ~I deseo del goce. En ~l plano del deseo geni-
tal, la iunclón del (~. analogK';lIllen~e a s~ predomInio. :;u forma de impo_ entra e~ juego en la ex~riencia del niño la atracción que ejerce sobre él
contranamente a cualquIer otro pequeño animal, ese tipo fundamental d~
nerse en la e\.·onomla del deseo. se simboliza con el (- 'P) que aparece como
objeto. El no poder hacer algo con él, al igual que el no saber quedan' '
el residuo subjetivo en d nivel de la copulación. La cópula está por todas - .
sufiCientemente . d' d
In Ica os, y en su distinción.
' aqul
panes. pero sólo une faltando allí donde. precisamente. sería propiamente ¿Qué es el síntoma? Que el grifo pierde.
copulatoria. Este agujero central da su valor privilegiado a la angustia de
El pasaje al acto ~s abrirlo. pero abrirlo si~ ~aber lo que se hace. Se pro-
castración. único nivel donde la angustia se poduce en el lugar mismo de duce algo donde se libera una causa por mediOS que no tienen nada que ver
la falta del objeto. con ~~Ia, porque, como les .he hecho observar. el grifo sólo desempeña su
Precisamente a esto se debe en el obsesivo la entrada en juego de otro funclOn de causa en la medida en que todo lo que puede salir de él viene de
dc:~. Este otro deseo proporciona su base a la posición excéntrica que oU'a parte. Si aquello que puede ocurrir en el nivel de lo anal entra en juego
acabo de tratar de describirles. del deseo del obsesivo respecto al deseo y adqUiere su ~entldo. es porque eXlste la llamada del agujero fálico en el
genital. centro de lo genital.
El deseo del obsesivo, en efecto, no es concebible en su insistencia ni en En cuanto al acting out, si queremos situarlo respecto a la metáfora del
su mecanismo si no es por lo siguiente - se sitúa como suplencia de lo que grifo, no es el hecho de abrir el grifo, es simplemente la presencia o no del
es imposible de suplir en otra parte. es decir, su lugar. Para decirlo todo. el chorro. El acring oul es el chorro, es decir. lo que se produce siempre como
obsesivo, como todo neurótico. ya ha accedido al estadio fálico, pero dada la un hecho proveniente de un lugar distinto que la causa sobre la que se acaba
imposibilidad en que se encuentra de satisfacer en el nivel de este estadio. de actuar. Nuestra experiencia nos lo indica. Lo que provoca el acting out no
llega su objeto. el suyo, el a excremencial. el a causa del deseo de retener. Si es que nuestra interpretación. por ejemplo en el plano anal. sea falsa. sino que,
qui.-;iera verdaderamente conjugar su función con todo lo que he dicho de las allí donde incide. deja lugar a algo que viene de otra parte. En otros ténni-
relaciones del deseo con la inhibición, este a. lo llamaría más bien el tapón. nos. no hay que molestar desconsideradamente a la causa del deseo.
Respecto a esta función adquirirá ese objeto los valores que podría lla- Aquí se introduce por lo tanto - en este terreno donde se juega el des-
mar desarrollados. Y aquí es donde percibimos el origen de lo que podría tino del deseo del obsesivo. de sus síntomas y de sus sublimacionel; -la
llamar el fanta~ma analítico de la oblatividad. posibilidad de la entrada en función de algo que tomará su sentido del he-
Ya he dicho y repetiao que la oblatividad es un fantasma de obsesivo. cho de ser lo que rodea la hiancía central del deseo fálico. Es lo que ocurre
Todo el mundo, por supuesto, estaría encantado con que la unión genital en el nivel escópíco. Todo lo que acabamos de decir de la función del a
fuese un don - Yo me do)'. tú te das. nosotros l/OS damos. Desgraciada- como objeto del don analógico. destinado a retener al sujeto al borde del
menle. no hay huella de don en un acto genital, copulatorio. por muy lo- agujero castralivo, podemos trasponerlo a la imagen. La ilfu1gen ef>pecuJar
grado que lo puedan ustedes imaginar. Precisamente. no hay don sino allí entra en función análoga. porque está en posición correlativa respecto al
donde siempre se lo ha situado, en el nivel anal. En el nivel genital. algo se estadio fálico.
perfila. se alza. que detiene al sujeto en la realización de la hiancia, del agu- Y es aquí precisamente donde interviene en el sujeto obsesiv~ la ambi-
jero central. e i~pide aprehender aquello. sea lo que sea, que pueda fun- güedad de la función del amor, subrayada en todas las observaCIOnes.
Cionar como objeto del don, objeto destinado a satisfacer. . Qué es ese amor idealizado que encontramos tanto en el hombre de las
Como he hablado de tapón. pueden ustedes reconocer ahí la forma más rat~ como en el hombre de los lobos, y en toda observación algo avanza-
primitiva del grifo, introducido en la discusión de la función de la causa. Pues da del obsesivo? ¿Cuál es la solución de esle enigma? - enigma de la fun-
men. ¿~ podríamos ilustrar la función del objeto-tapón o grifo. con su ción atribuida al Otro. en este caso la mujer. que la convIerte. en e~ o~Jcto
consecuencIa, el deseo de cerrar? ¿Cómo podrían situarse ahí los distintos exaltado que, ciertamente. no nos han esperado, ni a ustedes ~ ~ nu. ni a la
elementos de nuestra matriz? enseñan7.a que aquí se da. para saber lo que representa subrepucianlellle de
La causa. La observación indica que la relación con la causa _ ¿ keseso?, negación de su deseo. En todo caso. las mujerc~, por su parte. no se
¿qué !iC puede hacer con un grifo? - es claramente el punto inicial donde ñan a este respecto.

347
J46
l.~S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula

i. Qu~ distinguiría a este tipo de amor de un amor erotomaníaco sí


- DE UN CÍRCUW IMPOSIBLE DE REDUCIR AL PUNTO

' d" ,no de lo fálico a lo escópico y de lo escópico a lo vociferado. eso no vuelve


fuera por lo que e lbs o eSlvo. compromete ~ SI mlsm? ~n el amor, y que nunca sobre sí mismo. salvo volviendo a pasar por su punto de partida.
nosotrOs debemos bu~c~? SI. ~omo Y,o les dlg~. es el ulumo objeto el que Este ejemplo es suficientemente demostrativo si se elabora, y se puede
puede re\'elar su anáhsls. medIante cIerto cammo de la recurrencia, a sa- trasponer a otras estructura..c¡, en particular la histérica.
ber. que se trata del e¡¡:cremento, ¿no está aquí para el obsesivo la fuente de En torno a estas estructuras daré la próxima vez su formulación
adivinación para encontrarse como objeto amable? conclusiva. lo que nos permitirá situar en último término la posición y la
Les ruego que traten de iluminar, con su linterna de bolsillo. qué hay de función de la angustia.
esto ~n la posición del obsesivo.
No es la duda lo que aquf prevalece, sino que el sujeto prefiere no mirar 26 DE JUNIO DE 1963
siquiera. Esta prudencia. siempre la encontrarán en él. Y sin embargo el
amor adquiere para él las formas de un vínculo exaltado. Es que aquello
que él considera que aman es una determinada imagen suya. Esta imagen,
se la da al otro. Se la da hasta tal punto que se imagina que el otro ya no
sabría de qué agarrarse si esta imagen llegara a faltarle. Es el fundamento
de lo que en otro lugar llamé la dimensión altruista de este am~r nútico,
fundado en una nútica oblatividad.
El mantenimiento de esta imagen de él es lo que hace que el obsesivo
.......
- ..
__ L' .......
~~

pe~ista en mantener toda una distancia respecto de sí mismo, que es. preci-
samente. lo más difícil de reducir en el análisis. Sin duda fue de ahí de donde
alguien. que tenía mucha experiencia con estos sujetos, pero no el aparato
para fonnularla. por razones que quedan por profundizar, extrajo la idea ilu-
soria de poner todo el énfasis en la noción de distancia. Pero la distancia en - ... -,.
-, "- ""- '

cuestión es esta distancia del sujeto consigo mismo, debido a la cual todo lo
que hace nunca es para él- cuando está sin análisis y abandonado a su so-
Jedad - tan solo es algo que percibe en última instancia como un juego, que
a fin de cuentas únicamente beneficia a aquel otro de quien bablo, esa ima-
gen de si mismo.
Por lo común. se destaca esta relación con la imagen a título de la di-
mensión narcisista en la que se desarrolla todo lo que es, en el obsesivo, no . .........
,.:.-
central. o sea sintomático, sino comportamental o vivido. Pero de lo que se
trata para él - Yesto le da su verdadera base - es de realizar al menos el
primer tiempo de lo siguiente - nunca le está permitido a su deseo mani-
fe5larSe en acto. Su deseo se sostiene recorriendo en círculo todas las posi-
bilidades que determinan lo imposible en el nivel fálico y genital. Cuando ..
digo que el obsesivo sostiene su deseo como imposible, quiero decir que
sostiene su deseo en el plano de las imposibilidades del deseo.
Si aquí se impone la imagen del agujero, y sí he insistido tanto tiempo en
esta refmmcía. es porque el círculo del deseo del obsesivo es precisamente )
uno de: esos drcul~ que nunca pueden reducirse a un punto. debido a su lu-
gar topológico en el toro. Es porque, de lo oral a lo anal. de lo anal a lo fálico,
349
348 "
.• t· • .
.. ' ~-

XXIV
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¡,. l.,.. . .
DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE

• 4 '•

., ,.,:....... ....-
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J~' -

~
E1mlaScartlnl~nro ~scópico tkl obj~to a
Elllacim;~nto como intrusión ihl Otro
S~parar v rtle~r
D",lo. manía. ~/ancol{Q
Úl voz. ~l padrt. ti nombrt. ~I amo,

Hoy con~luiré con lo que me había propuesto decirles este año acerca
de la anguslla.
~
, Marcaré. su límite y .s~ función. indicando de este modo cómo pretendo
.., que se prosIgan las poSIcIones que nos permitirán. sólo ella~. si es posible•
completar lo que se refiere a nuestro papel de analistas.

...
...... '-
~

.... ~ .....~
: '-_
1

La angustia. Freud. al término de su obra, la designó como señal. La


designó como una señal distinta del efecto de la situación traumática. y
articulada con lo que llama peligro. término que para ~J remite a la noción
- no elucidada. hay que decirlo - de peligro vital.
Lo que habré articulado este año de manera original para ustedes es una
precisión sobre lo que es este peligro. En conformidad con la indicación
freudiana. pero articulado con más precisión. digo que el peligro en cuestión
está ligado al carácter de cesión del momento constituth'o del objeto o.
Así pues. en este punto de nuestra elaboración. ¿de qué debe ser con-
siderada la angustia señal? También aquí articularemos de un modo dis-
tinto que Freud el momento en que se pone en juego la función de la
angustia.
Yo sitúo este momento como anterior a la cesión del objeto. al igual
la necesidad de su articulación obliga a Freud a situar algo más

]$/
\fUt' 1.1 'IIII"~·"III dt·l)t'h~,". 1:11 "'t~\'((I,1;1 "XllI'IIl'II\'W IIO)! 111111111.... 'Iu
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' - ~·II!·.II 1"'111 hoy 111/ Ilui ... ru :lh,\llIllIlIill d JlIIIII('r IIlvel, C'11II\'clllam.ldnllral \1/1
.tn):u'lla "l" fIIillll'"~sl!l '~IIMhlclllt'IIII' t:1I1II1I rl'llInollada 11 . . fllll/l ll "111111'1,._
rndll'ur .:1111 illllrlll" 'Iur H(Jí la illlvu~lla ya ólJlarr.c;e, .all'r.~ dr "MI;¡ IlIlIual ..
la ":"11 d lk"l'tI dt'1 ()I,-II. Yil t'1I e,l(' Jlnlll'~'- ilo.IIIIOIJt·. '""úl"" '1"(' lil IUlld(¡/I
L~IÓII ('11 l' 11:11110 lill tle lit ,1t'lIIalllla tlr.! ()Iru. SIIIj!ul;IIIllC:lllt'.r"¡llIIilllllt:"ll
..I11,:U'".1I1IC t1t'1,k\C'o tll.'l O'ro t'1I'a v/lll'ulnd,1 a 111 lIigll,cflk 1111 h~ 'lile' t: llilllle: Ii! ill1¡:II~11II ell",t: U11' CIIII la CIlIt'I jo!I!IICI:11II1\1I1I1 ('11 t'IIlIIIWkl d,~ iJ(fll-C'l
\,I\JCIII jJ \tly )'0 para ,ladu' d,"c(), , (IIII~ II(',-á d .. Ult'tu, 1'.0"11 1II,II111nlalllill C\ rl fl.rlllI
llllJUt' huy ..I(('nIUill('. c, eslo, Ullil'illllt'III"l'lll'I,"vd 'Jlll' "("siglll' l'nlll AhOli! hiell, la 11111(,611 drl'l.riltl ya la '111Jé hacr IIrllll"" III1II1Ir!l6C.IÓIl
plurra ~IIIIIII t'1 ,,'ua11l1 LIt' c.'IIIft' III~ dnl'u dt'lillihl(~!\ t:01ll1l cnrilC.·ll'risli, 1111 "aiV.lllal. ~illll 'l'nlllllal, t:l/fI 111 'luC dr.h'·I\III~ lllllMtJrf¡11 'Iu(, t:III1~liluy('
~'ll\ tic la ,'lIn,llIuoÓn lId ",¡jelo 1.'11 ,U rC'llldl'lIll'OIl d ( )Iro, l~1I 1.. lIIt'dida l'1I d L·"'U!.t'lIIl11illlllll elr- etl" ()lln, ('11 1.. Im'dlCló) "11 ~Iur t~l" ahau/,illllua nll\lO·
qUl' PUdl.'lIIl1\ a,tKu(¡u la 1:01110 ~~CII" ada ('11 10111011 la 111111:,(1/1 «(' 111 illlglI!!, lro~ 1'11 UII 11111111('11111 elaeln la fllOlIil cJ(, IIU""III próllmo, I.A!~ rUC'jCn 111.11' 1111
11iI'- se a/tll'ulil plcnólmClllt'., adquic,(' 'onlla ('1t'lIIplar, lit' 1.'0lllplt~la 1."11 \\1 ill.,!allle "ut' he Iajt'1l I'lIlu panullll" que "IIIIUI(¡IIIIIII/ el pUIII" ck Jll1111dlllk
pll'llItuJ :tl.judhl 'IImlill"pedlka IIlc(laalllc la L'ual el dc:.co hUlllall1l ello han, ('!>Ie pllIlI('r dedo (It' n',i(1/I que e/t el dt' la al\li!u~'IiI. flirt In que \f'f;t, 111 fI·
clún del 1It''>Co dd Olro. Ilal, ,1111" ""í ~e UIlO Sil pllnlu ti" lIelit"dil. l." ,hl('f('II,:ia r,\ que t:un ,,1111'1111 'Iue'
La an~u~lla, le, he dll.:hu, e:.l;) v,m:ulaLla n lo Kiguielllc 110 hé qué ~(' Ir ('~rilpa nll edén n,,¡; 11111. él lI.uhl puede' hdCt'r :11 n:~(lC'.(:11I Ahí ha ~I.h·
"bJelU 1.1 \0)' para el lIl'st'1I d,,1 Olro, IleUl ('slo, u hll dI' nlCIII¡III, stllo vale do al!l0' y ya IImla 111 vi'\I.·ula a ello
l'1l el III\'eI t'M:()pU;u. Aqui eS ¡(tlnlll' pucdo da, I~\ :t uslt"d~s la fáhula l'jelll' ¡,Soy al uso el pril1lt'1II ell dt'\lal'UI e~IH :lIlllu~I,a IJrllllJl;tl"·lodo.. "" ~II'
1,lar en 1.. que el Olro sería rudi';lIll11enlc un Otro, la 1II1I1IIiK rdiy,losiI de lores lo hall hedlo. lIal1 dCIiI:J(';ltlu M' ¡;;uádr.r ('11 UII" d('1111 rrlün{m drlt
de"('(1 \'''rUL elln In 4U(' 110 I11t' vint:ula lIingúlI lal'lor l'ollllín, Por t'I clln· IlIálica tI,,1 or~ulli~m(l, en C',lr C:I);(' humano, ~nl\ rl lTIunlk, dunde \'" ¡¡ \'¡-
IrUflII, clln el Olfll hum"'lo :1180 lile virll'ula, que ,~s lIIi l:uillJd,uJ lit" ~cr hU ViL i.(Jué (ltllklllo" 'olllar de la~ iIllJilll~ltll)('" III1i1llplell y I:IIIIIU"I\ tllIC 1111\
\t'mcJllllle, y de ello resulla que el ft'"lu ti, el del 110 -"ti l/'it' (/hj,,/{/ ,H/y dall ~lIll1e e~l" "/IIcflr!cru-ia, y <lur p0' lurl/a hilll de Il'tlCf alr"ll'" rlAlI,l.'"
IIJlgu~li¡lIlle. eli protullllullIenlt' dt"scllnoddo, l/ay desconocilllienlo de 111 cOllllaJat:lllrie,,'! iylltl"II\lI~ 'oell.lI, rOl ('jcml,lo. rurnn \'6111JII la lII,h, .., II'n
que: c\ el ti en III economía tlr 1111 deseo lI(' IWllIhre, y por CM) en elnivd lerclIl:i'i.lIll' tlt' lJue huy elllcl~I"llia, para la JlIIlPlil 'JIIIOIt~II(,~I\,lurljl lit' 1111
.' í 1 ÓI' ... llllllllrdlllllu
~é IJU~ lIIt'dlll al'UO"1 1"lJIlIllVII 'J1I1~ ~",r 11 111m .... "
.... no·, " 1'1
1Ii1llk1do cuarto, el dd dl'seu eSl.'úpicn, aquC'1 dondt~ la eSl' ut:lura dl'1 ./

dc!\Co eslá más plenalllt'lIle dC3aITollada en sU alal'II:tt:itlll lunJalllt"n- H'I u ,c1o 11I1I,"61icn tC'ndríll IcII,,:II'1/I cnll e~llI ¡¡I!UiI I"IIIIIIIYII
Para d :llIlInal quC' VIVC'. ell J 'l' 1\11 IIIr d'lO, (' 1ill'('IL'¡¡rnlllu I!rllnh'nllr ,'011
, ..1. e!\ tóllnblc!u, pilradójic:llnelllc:. 114uel donde ('1 "hi('IO ti lit' em:uen·
Ira máll> enllUl!lCltradll y, IJI.,r ellle hedlO, el "ujelo eslá lII:h pHllcgHJII t'1I ('1 cXlt'nor !>l' (lllldul't' 1'11 lu hlll1l411111, mlt'1I 1111\,/lur \111 IUII:II os elud:., 1'11
•. Ilanto a la UII&U~IIII
,
lIingúlI /1111111t'nlu del t'llIhll"lI I UII' .lona l'a \1, ¡¡"'IIUI! hUllIalla \111 c/lIhur
gil IlIdo IULJllc I>e 110" ",dlea I~n t'\,¡a e'I)(.~ u iI ,
. 1 ci( 11 a mrlludo CCloltnu 1jUl"
..... e ..llI, llenalllt'rllc ,lo que ha~e llt'~esiU ill '1Ut' vayamos a hIlM:;lr ellolra , , . tr'1 rllllll/ll fl /111 dC:\JlwI",lu
c!> la t"IlCl'ulul'I()1I ulluhlKU. drllrm()\ ..:1111\11 a ,
par1c 111 huella <11"1 tI en t'uunlu 111 l1Iomrnlo de "'1 l:oOhlllud6n, ti l' 1 1'11 t'I f,lIlIlnfl .te alll o \IJ(
En dello. '1 hlrll e, 1.'it'1111 'Iue pOI '~,cnúa d O'ro eslá IIje/llprc ahí CII dt' "C'nlid" IIIdu,,) COIIIO alllO que pUl' r 1'\ " . "uc
_' . . ., Ilumina PIlI Illta potl1e. ),11.,
111 I"'illl VII. Salln .•c aITil\lr;1. pe'" a \t'lt\ Irll 1..
~ plcllll reóahilild, 'i hlu, por IlIlanlll. en la 11 11:, lid" en qut' allIJuit're prc"t'n- e "'~, hlen qua' tr.< lIell
~Iil \UhJ~li\la, e~ .....·lI1pre \u'C:c:pllhlt' d~ 11 1111 11 ICM:tr'le pl,r 1I1&"l1a dI.' sus CII is·· u vec:l'~ ~C' rt'cunl' IIlu hlo}!tn(",\ 1r~ mJl,nr, , .
tih. 'lO crnhil/I!:II tlIlá ~ 11110 quC' c:I de""11 o(Jo 1111 prll,,' In:ionll 1I1I1It:~CSO l!tual "i(!lIlelllt'. I , un ,rr"II",~1I111 Y\11
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IIIrro ek PUII'OS eW(lpid(l~ dI' III'L'rl'umhlo ".\1;1 parc( 11", I
d:u' ~omo queda rnl'll \.'IitIU rn la illll'\IleuuiI onginal dd lal'lillll(' SóllJ C'II t I '1lor ('1I1f1' Iu_ 011' ,,\ 111 y.
d ..ctcuOllu nl\r.1. LOII la 1/l\:lckonrlól de Ii! dC::lIIll/ldu dd Olrll, ~ c1t'I>p'-C'IIJL' ('lIlrt' ",J I\Irdio c~'r.llllf y ('1 111('1 ICI /Il l . . . ' Ib\e
u con~l(krjll ,,\In lan II~IC'
.tIllO que, hilblll/ldll CUlIllfl/llIC'dóad. 011\ IlI;'lmÍ!c ill 11\ uJ¡u ,It- 1111 lIIudo Cllru· Iltl'llll l'olll.ill, 1kltll)l, .. Il~e. pllL" \ •

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L-\S CINCO FORMAS DEL OBJETO a minús('ula
DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE
tr.uleLa Ik este salto por el que algunos seres vivos salieron de su d'
. . . . '~m las cuales nuestra experiencia nos enseña a buscar enseguida sus correla-
pnnutlH"l)' pasaron al arre. ciones en el plano del Otro con mayúscula?
Ahi es preciso un t.Srgano que - les ruego que consulten ustedes los li- Para funcionar auténticamente como lo que se considera que es en la
bros <k embriología - por fuerLa sorprende por su carácter de neofonna_ teoría clásica. o sea. el objeto en juego en la ruptura del vínculo con el Otro.
lión arbitraria. por así decir. en el desarrollo. Irrumpe en el interior del or- a este objeto primero que llamamos el seno le falta su vínculo pleno con el
ganismo y moviliza toda la adaptación del sistema nervioso. al que le torna Otro. Por eso he destacado fuertemente que está vinculado de un modo más
mucho tiempo acomodarse a este aparato antes de que funcione verdade- cercano al sujeto neonatal. El seno no es del Otro. no es el vínculo del Otro
ramente como una buena bomba. Se puede decir que hay tanta extrañeza que hay que romper, es como mucho el primer signo de dicho vínculo. Por
en el salto que constituye la aparición de este órgano como la que hay en el eso tiene relación con la angustia. pero también por eso es la primera for-
hecho de que. en un momento de la historia. se haya visto a seres humanos ma del objeto transicional en el ))entido de Winnicott. la forma que hace
respirar en un pulmón de acero. o también en el hecho de que salgan a lo posible su función. Por otra parte. no es, en este nivel definido por el a. el
que se llama impropiamente el cosmos. con algo a su alrededor que no es, único objeto que se ofrece para desempeñarla.
esencialmente. distinto de lo que les evoco aquí como reserva de aire en Si. más tarde. otro objeto. el objeto anal. viene a desempeñar de fonna
cuanto a su función vital. más clara esta función en el momento en que el Otro mismo elabora la suya
La angustia fue elegida por Freud como señal de algo. Este algo. ¿no como demanda. podemos recordar la sabiduría de siempre de aquellas
debemos reconocer aquí su rasgo esencial, en la intrusión radical de algo mujeres que velan por la venida al mundo del animal humano. las coma-
tan Otro para el ser vivo humano como constituye ya para él el hecho de dronas. que desde siempre se quedaron asombradas ante ese singular y sig-
pasar a la atmósfera. de modo que al salir a ese mundo donde debe respi- niticativo objeto que era. con la aparición del niño. el meconio.
rar. de entrada. literalmente. se ahoga. se sofoca? Esto es lo que se ha lla- Como ya lo hice extensamente la última vez. no retomaré hoy la articula-
mado el trauma - no hay otro - . el trauma del nacimiento. que no es ción, mucho más característica. de la función del objeto a que nos pernute
separación respecto de la madre. sino aspiración en sí de un medio pro- concebir el objeto anal, en la medida en que éste resulta ser el primer soporte
fundamente Otro. de la subjetivación en la relación con el. Otro. quiero .decir<.'O~ aquello en
Por supuesto, no se pone claramente de manifiesto el vínculo de este lo cual. o aquello mediante lo cual, el sUjeto es requendo en pnmer lugar por
el Otro para que se manifieste como sujeto. sujeto de pleno derecho.
momento con lo que se puede llamar la separación del destete. Sin embar- . 'tiene que dar ya es lo que él es. - en. la
go. les ruego que reúnan los elementos de su experiencia. experiencia de En este nivel. lo que e1 sUjeto
medida en que eso que él es sólo puede entrar en el mundo como re:
analistas y de observadores del niño. sin dudar en reconstruir todo lo que
como irreductible respecto a aquello que se le impone de la marca sl.m
revela ser necesario para dar un sentido al ténnino destete. Digamos que la · 'al d pende aquello que po mor-
relación del destete con este primer momento no es una relación simple. una lica. De este objeto. en cuanto o b~elO caus . e rimera forma
dial mente identificará el deseo con el deseo de retener. LardP de I inhi-
relación de fenómenos que se recubren. sino más bien alguna relación de , 'uanto tal con el o en a
contemporaneidad. evolutiva del deseo se emparenta aSI en ¡; ~ nnado digo en
bición. Cuando el deseo aparece por primera vez como ~g'nall'dad' de de.
Esencialmente. no es cierto que el niño sea destetado. Él se desteta. Se '. I que su on I
el segundo nivel. se opone al acto mismo por e oda forma del
desprende del seno. juega. Tras la primera experiencia de cesión, cuyo ca- , . 'd I t dio precedente. La segu
rácter ya subjetivado ~e manifiesta sensiblemente mediante la aparición en seo se habla mtroducl o en e es a do al b,icto se Ola-
.ó d a que yo le y o, , .
deseo. la que esclarece la funcI n e caus I f oción anterior que
\U l'O$tro de los primeros signos que esbol.an. nada más y nada menos. la . . . que se vuelve contra a u
mfiesta en lo sigUiente - en .
mímica de la sorpresa. el niño juega a desprenderse del seno y a volver a
introduce el objeto a en cuanto taJo . d I ue depende la la prime-
lOmarlo. Si 00 hubiera ya aquí algo lo suficientemente activo como para que En efecto está claro que es ya del objeto e o q . .J~ .
podamos articularlo en el sentido de un deseo de destete. ¿cómo podríamos • h l borado como deseo =
C()f)Cehir siquiera lo~ hechos muy primitivos. muy primordiales en su apa-
ra fonna del deseo. la que emos e a .
lo el ob'elO está
.
ahi. por
NJr'
,.
uc:
Como lo recordé hace un mome. n J
naón, de \'e(;hazo del seoo, la.... fonnas primeras de la anorexia. acerca de
155
354
L-\S CINCO FOR,HAS DEL OBJI:.TO a minúscula
[)EL a A LOS NOMBRES DEL PADRE
ya d;td(l. ya pl\ldu,ddo. producido primitiva~lenle. ya presente como pro- de agresividad. Ya he escrito la fórmula que lo define en el punto don-
JU\.-ro de la angusua. Luego. c~mo algo ~tenor. es puesto a disPOSición de de igualamo !> a cero el momento - lo entiendo en el ~entido de esta
la fun':lón detennmada por la mlrOducclOn de la demanda. palabra en física - de,este deseo. Es la fórmula d(u): O> d(OI. que debe
lo que aquí está implicado no es. pues. ni el objeto en sí. ni el sujeto leerse - deseo de a. dIcho de otra manera. deseo en tanto que detenrunado
que se auronomiLarÍa en una vaga y confusa prioridad de rotalidad. Desde por el primer objeto característic~nte cesible. En este punto. se puede de-
el principio. inicialmente. se trata de un objeto elegido por su cualidad de cir que el sujeto se encuentra efectivamente confrontado con aquello que la
ser ~pecialmente cesible. de ser originalmente un objeto soltado -y se tra- fenomenología hegeliana traduce como la imposibilidad de la coe"isten-
ta de un sujeto por constituir en su función de ser representado por ll. fun- cia de las conciencias de sí. y que no es más que la imposibilidad par.! el
óón que seguirá siendo esencial hasta el final. sujeto de encontrar en sí mismo su causa en el plano del deseo,
Ahí es donde se encuentrd el nivel donde debemos apoyamos si de ver- Como deben ver ustedes. aquí se esboza ya algo que está coordinado con
dad queremos considerar lo que corresponde a nuestra función técnica. la función de causa de la noción de caUJa su;. fantasma en el que el pensa-
miento se conforta con la existencia. en algún lugar. de un ser a quien su
causa no le sería ajena. y al cual la especulación humana ~ vio de algún
modo obligada a recurrir como a una compensación. como la superación
2 arbitraria de esto propio de nuestra condición - que. la c~usa de su ~o;eo.
el ser humano está de entrada sometido a haberla prodUCIdo en medIO de
un peligro que él ignora. ' .
Ahora se trata de darse cuenta de que las posiciones respectivas de la an- Con esto está relacionado el tono supremo y magIstral con el que resue-
gustia y de lo que es a son intercambiables. Hay. por una parte. el punto de na y no cesa de resonar en el corazón de la Escritura sagrad~ a pesar de su
inserción primiti\·o del deseo. constituido por la conjunción en un mismo pa- aspecto bl as'fema tono.
' el l"""' •
el Todo es ,'anidad del EcleSIastés. Lo ques
rénleSis del (J Yde la D mayúscula de la demanda. y. por otra parte. la angustia. traducimos mediante la palabra vanidad es en hebreo esto., ruah.. cuyas.tre.
He aquí. pues. la angustia. .,,_ l...'" • que slg
letras radicales les escrhJ\>. . nI' ti,·u
~.
viento tambIén alIento. SI us-
b'
Sabemos que desde hace mucho tiempo ha sido dejada de lado. ha queda- 1 • 1 nos devuelve a un aro 1-
tedes quieren. nube. cosa que se borra - o eua,' 1 dt
do disimulada en lo que llamamos la relación ambivalente del ob!>Csivo. esa güedad que considero má~ legítimo evocar aqul, re~pectoóad °bequel~~_'
110 que Jones crey e re JUJVI
tener de abyecto el soplo. que todo aque
al
relación que simpliftcamOS. que abreviamos. que incluso eludimos. limitándola . Ena lemática de la
a no ser sino la de la agresividad. cuando se trata de otra cosa. Ese objeto que a prop<'isito de la concepción de la Madona po~ la oreja .. s . pre pre-
. d' anCla y su alcance. slem
el sujeto DO puede e\itar retener como el bien que lo hace valer. tampoco es vanidad es cIertamente la que a su reson .. al ~ nda de la que
Ob"a cosa. en él. más que el deyecto. la deyección. Son la~ dos caras por la-; que . ., h l'· de la lucha ortglD y ecu
sentes. a la defimclon ege lana 11 da de puro
. d 1 (,'1 la lucha a muerte ama
el objeto determina al sujeto mismo como compulsión y como duda. parte la Fennmt'llOlogta e esp" u , . "~'ir la lucha por
. d I ' mpreslón de querer ~
De tal oscilación entre esos dos puntos extremos depende el paso. mo- prestigio. lo cual. CIertamente, a al
mentáneo. posible. del sujeto por este punto cero. donde se encuentra. a fin nada. .
de cuenta!>. enteramente a merced del otro. aquí en el sentido dual del otro a la agresividad es introducir
Hacer gimr la curd de la obseSión en tom?d . 'onres¡¡ aunllue DO:;ea
con minúscula. t por asl e<:lf. ¡; " . . ~.,
en su principio - de forma paten e y. . al d del anali'óla. f-o;te
'6 d 1d . o del sUJeto' eseo ,
Por e'iO de!ode mi segunda lección les indiqué que la estructura de la deliberada - la SUbdUCCl n e ese l' . ' tema al a. se amcu-
. b' ti t: una relereOCla JO .
relación del de!;eO con el deseo del Otro. en el sentido que les enseño. se deseo. como lodo deseo. SI len en 1'de 1de la posici6n que el anabSUI
opone a la e!itructura donde éste se articula. se define, incluso se algebriza. nlJ Ica (;'one 1 a 'dad 'd
la en otra parte. Aquí. se 1'de·ti ' al al que el '
en la dialéctica hegeliana. ha obtenido o creído obtener respet:'to a la reah . 1 e
la dije que el punto donde estos dos deseos se superponen parcialmen- del paciente será obligado a someterse.
te C!i aquel rniuno que nQ1¡ pennite definir esa relaci6n como una relación
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I
_ .J
JS6
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO a mit,úscII1" DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE

Ahorol bien. el ti en cuestión. señalado como causa del deseo, no es esta con el deseo del OtrO. La singular observación de Kierkegaard, que la mu-
,'arudad ni este desecho. Aunque es ciertamente. ~n su f~nci6n, lo que yo jer está más an~ustiada q~e el ~ombre. e,s, creo yo, prof~ndamente acerta-
articulo, o sea. el objeto defimdo como un resto IITedutlblc a la simboli_ da, ¿Cómo sena esto poSIble SI, en elmvel central. fáhco, la angustia no
zación en el lugar del Otro. sin emhargo depende de este Otro. porque. de estuviera hecha precisamente de la relación con el deseo del Otro?
lo \."Ontrario. ¿cómo se articularia? El deseo. en tanto que es en su corazón deseo de de!>eo, o sea, len-
Si a es el resto único de la existencia en tanto que ella se hace valer, no tación, nos remite a esta angustia en su función más original. La an-
es pues. como se ha dicho, existencia en su facticidad. Esta facticidad. en gustia. en el plano de la castración, representa al Otro. si el encuentro
efecto. sólo se situaría mediante su referencia a una supuesta. mítica. ne- con el doblegamiento del aparato nos da aquí el objeto bajo la forma de
ct'sidad noélica. planteada ella misma como referencia primera. Pem no hay una carencia.
ninguna facticidad en el resto a. porque en él se enraíza el deseo que llega- ¿Tendré que recordar lo que, en la tradición analitica. confirma lo que
rá. más o menos. a culminar en la existencia. estoy articulando? ¿Quién nos da el primer ejemplo de la castración atraí-
La severidad más o menos lograda de su reducción. a saber, aquello que da. asumida. deseada en cuanto tal. sino Edipo?
lo hace irreductible. y en lo que cada cual puede reconocer el nivel exacto Edipo no es de entrada el padre. Es lo que quise decir hace tiempo al
hasta donde se ha alzado en el lugar del Otro. he aquí lo que se define en aquel observar irónicamente que Edipo no hubiera sabido que tenía un complejo
diálogo que se desarrolla en una escena. De ahí que el principio de dicho de Edipo. Edipo es aquel que quiere pasar auténticamente, y míticameote
deseo. tras alzarse. deba vol\'er a caer, mediante la prueba de lo que allí ha- también. al cuarto nivel. que tendré que abordar por su \'ía ejemplar, aquel
brá dejado. en una relación de tragedia. o de comedia lo más a menudo. que quiere violar la prohibición que afecta a la conjunción del D, aquí (-IP),
Se desarrolla. por supuesto, como un rol, pero no es el rol lo que cuen- y de la angustia. aquel que quiere ver lo que hay más allá de la satisfacción.
ta. lo sabemos todos por experiencia y por certezas interiores, sino lo que. ésta lograda, de su deseo. El pecado de Edipo es la cupído scit'ndi, él quie-
más allá de dicho rol, queda. Resto precario y expuesto. sin duda. pues. re saber. y esto se paga con el horror que he dc.'iCrito - lo que ve al fin son
como todo el mundo sabe hoy en día, yo soy para siempre el objeto cesible. sus propios ojos, a, arrojados al suelo. , '
el objeto de intercambio, y este objeto es el principio que me hace desear, L
. Significa esto que tal es la estructura del cuarto nivel, y que " ~Iempre,
que me bace deseante de una falta - falta que no es una falta de sujeto, deba estar presente en algún lugar este rito sangriento de cncegucclrnlenlo,
sino una falta hecha al goce que se sitúa en el Otro. No, tienen ojos para no ver. no es necesario que se los arranquen. ,
Por eso toda función de a no hace más que referirse a la hiancia central Por eso, ciertamente, el drama humano no es tragedia sino comedia.
que separa. en el plano sexual, el deseo del lugar del goce. y nos condena a La angustia es suficientemente repelt'da. desconOCI'da. en la solll c~nI"-
"'r-

que necesariamente para nosotros el goce no le esté, por su naturaleza, des- ción de la imagen especular i(a). Lo mejor que se puede anhelar e~ qu~ ~I
. ' , es necesario
refleje en los ojos del Otro -pero ID sIquiera .,
porque está e
tinado al deseo. El deseo no puede más que ir a su encuentro y, para encon-
trarlo, debe no sólo comprender sino franquear el fantasma mismo que lo espejo.
'>Ostiene y lo construye.
Esto. lo hemos descubierto como aquel tope que llamamos angustia de
castración. pero ¿por qué no deseo de castración? ya que en la falta central
3
que <;epara al deseo del goce. allí también está suspendido un deseo, cuya
amenaza ¡Y.tra cada uno no está hecha sino de su reconocimiento en el de-
seo del Otro. En ellfmile. el Otro. cualquiera que sea. parece ser en el fan- , . 1cuarto nivel ulili.umc:K1 n~SlfO
wma el c&1rador, el agente de la castración. Veamos ahora cuál es la arUculaclón de ,
. . 'b' '6
cuadro de referenCIa. tnhl lel n-osl'ntoma-angUSl\ol.
Sin duda. las posiciones !lOO aquí diferentes en el hombre y en la mujer,
He aquí cómo voy a describirla.
En el caso de la mujer, la posición es más confortable, porque la cosa ya
está hecha, E\to es también lo que vuelve mucho más especial su vínculo
359
.158
1.-tS CINCO FORMAS DEL OBJETO a minúscula DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE

Hegel. o sea. la incidencia simbólica, o bien la que nos da la angustia. úni-


deseo de [1() \'eI" impotencia concepto de angustia ca aprehensión última y en cuanto tal de toda realidad - y que hay que ele-
1
gir entre ambas -'! .
.Jcs,:QnocmucnlO omnipotencia SUICIdio El concepto de la angusua sólo surge pues en cuanto tal en el límite, y
S
de una meditación de la que nada nos indica que no tropiece muy pronto
duelo angustia
A Ideal con su tope. Pero lo único que nos importa es encontrar aquí la confinna-
ción de las verdades que ya hemos abordado por otros caminos.
El nivel escópico Vuelvo ahora. como he anunciado. a la función del duelo.
Al ténruno de su especulación sobre la angustia. Freud se pregunta en
qué todo aqueUo que ~a podido pl.an.tear ~obre las relaciones de la ~~a
En el lugar de la inhibición. está el deseo de no ver. En vista de la dis- con la pérdida del objeto puede disungulrse del duelo. Todo el codicIlo. el
posición de los fenómenos, apenas es necesario argumentarlo. porque se apéndice a Inhibición, síntoma y angustia indica el embarazo más e~tremo
cumple en todo. a la hora de definir cómo se puede comprender que estas dos funCIones a
El desconocimiento. como estructural en el nivel del no saber. está ahí. las que él da la misma referencia den lugar a manifestaciones tan diversas.
en la segunda linea. Creo que debo recordarles en este punto a qué nos llevó nuestra inte-
En la tercera. como turbación, el ideal. Es el Ideal del yo, o s~a, aquello rrogación acerca de Hamlet como personaje dramático eminente que mar-
del Otro que es más cómodo introyectar, como dicen. ca la emergencia. en los albores de la ética moderna. de la nueva relacIón
Si el término introyección se introduce aquí, no es en absoluto sin mo- del sujeto con su deseo. .
tivo. aunque les ruego que lo tomen con reservas. porque la ambigüedad Indiqué que es propiamente la ausencia de duelo en su m~ lo que ~
que permanece entre la introyección y la proyección nos indica suficiente- desvanecerse en él. disiparse. hundirse de la forma más !1lchcal. t~ Im~
mente que será preciso introducir otro nivel para dar su pleno sentido al pulso posible de un deseo. Mientras que. por otra parte, este pe~naJe nos
término introyección. es presentado de un modo tal que pennitió a un Salvador de Madari.ag~ por
En el corazón del cuarto nivel. en el lugar central del síntoma tal como . '1 .
eJ' emplo reconocer en él el esU o nusmo e
d los héroes del Ren3Curuenlo.
'.
se encama especialmente en el obsesivo. ya designé el fantasma de la om- • ede declf - . tengo ne-
Hamlet es un personaje del que lo menos que se pu . (..
nipotencia. Este fantasma es correlativo de la impotencia fundamental para ede ante demasIadas ,,"OSaS, Yque
cesidad de recordarlo? - es que no re troC . I
sostener el deseo de no ver. , . de h er es precIsamente:. e
no le tiembla el pulso. Lo uruco que no pue ac I dese<> falla.
Lo que pondremos en el lugar del acting out es la función del duelo. ya acto que está destinado a llevar a cabo. y ello porque e . e&~o
que voy a proponerles ahora mismo que reconozcan lo que en un año ante- . I Id al Hamlel evoca. en 1<.... .
El deseo falta porque se ha hundido e e. I uaI para nue¡;-
. dr f nle a un ser anle e e ,
rior les enseñé a ver en él de una estructura fundamental de la constitución
del deseo.
lo que era la reverencIa de su pa
tra sorpresa aquel rey supremo, el vIeJo H ·
e.n: amlel se doblegaba lileralllK'n-
asalla;" de eoa-
En el lugar del pasaje al acto, el fanta'ima de suicidio, cuyo carácter, así . . . rl de alfombra en su \' ,-
te para rendirle homenaje, para hace e Iase: de relación idolátrica que Ira-
como su autenticidad. deben cuestionarse esencialmente en la casuística. morado. ¿Qué hay más dudoso que la c ,. de un sentimiento dema-
Abajo a la derecha. sigue estando la angustia, aquí en tanto que enmas- zan las palabras de Hamlel? ¿No bay allí Slgno.'i .. _ . amor único. mili-
carada. . o ser del or""o un .
siado forzado. exaltado. como para n '1 del amor cortés? Ahora bicn.
En el lugar del embarazo, lo que llamaremos legítimamente el concep- co. de un amor emparentado coo el esO ode sus referencias propiamente
to de angu!>tia No sé si se dan cuenta del todo de la audacia que aporta cuando éste se manifiesta fuera del c~ se dirige a algo
Kierkegaard con este término. ¿Qué puede querer decir esto. salvo que la . do de toma eVidente que
cullurales y ntuales - ,.;0 el si"""'" ti<:
n se.t. s por eJ ,,'OOu' ....~.. eo--
mcadencia verdadera sobre lo real es. o bien la función del concepto según rt
to que la Dama - . el amor ca .,s e .

J6/
360
LAS CINCO FORMAS DEL OBJETO el m;mücula DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE

~"3J'elKla. ~ no se qué coartada. ante los difíciles caminos que implica el recuerda y articula con fuerza en la nota que cité, así como en el artículo
bien conocido sobre Duelo y melancolía. ¿Es preciso que les lea el pasaje
3\.·~"1.'SO a un allKlr \ erídico.
...\ la sobrevaloración peJr parte de su padre de la Gertrudis conyugal. tal en cuestión para que lo tengan presente? Tras defender la noción de rever-
C\.)!1lO ~ pre~enta esta actitud en los recuerdos de Hamlct, resulta patente SI
.ón de la libido presuntamente objeta! al yo propio del sujeto, Freud con-
que le corresponde dialéctica mente su pr~pia evasión animal de la fies a , en sus propios ténninos. que evidentemente en la melancolía este
Gertrudis materna. Cuando el Ideal es contradicho, cuando se hunde, el re- proceso no culmi~a. porque el objeto supera a la dirección del pn)Ceso. Es
sultado. constatémoslo. es que el poder del deseo desaparece en Hamlet. el objeto el que tnunfa.
Como se lo he mostrado a ustedes. este poder sólo será restaurado en él a En la melancolía se trata de algo distinto del mecanismo del retorno de
partir de la visión. en el exterior. de un duelo. uno de verdad. con el que la libido en el duelo. y, por este motivo, todo el proceso, toda la dialéctica.
entrol en competencia. el de Laertes por su hennana. que es el objeto ama- se edifica de otro modo. En cuanto al objeto, Freud nos dice que es preciso
do de Hamkt y del que se ha encontrado repentinamente separado por la _ ¿por qué en este caso? ahora lo dejo de lado - que el sujeto le dé expli-
carencia del deseo. caciones. Pero el hecho de que se trate de un objeto a. y de que éste, en el
¿Acaso esto no nos abre la puerta. no nos da la llave que nos pennite cuarto nivel, esté habitualmente enmascarado tras el ira) del narcisismo y
articular mejor que como lo hace Freud, aunque en la misma línea de su sea ignorado en su esencia. exige para el melancólico pasar. por así decir. a
investigación. qué significa eso. un duelo'? través de su propia imagen, y atacarla en primer lugar para poder alcanzar
Freud nos hace observar que el sujeto del duelo se enfrenta a una tarea dentro de ella el objeto a que la trasciende, cuyo gobierno se le escapa - y
que seria la de consumar una segunda vez la pérdida del objeto amado pro- cuya caída lo arrastrará en la precipitación-suicidio. co~ el automatismo,
H)Cada por el accidente del destino. Y sabe Dios cuánto insiste, con ralón, el mecanismo, el carácter necesario y profundamente alienado ~on el q~e.
en el aspecto detallado, minucioso, de la rememoración de todo lo que se como ustedes saben, se llevan a cabo los suicidios de melancólll."OS. y es-
ha vivido del vínculo con el objeto amado. tos no se llevan a cabo en un marco cualquiera. Si ocurre tan a menudu en
Por nuestra parte, el trabajo del duelo se nos revela. bajo una luz al mis- una ventana. o a través de una ventana. no es por azar. Es el recurso a una
mo tiempo idéntica y contraria, como un trabajo destinado a mantener y estructura que no es sino la del fantasma.
sostener todos esos vínculos de detalle, en efecto, con el fin de restaurar el . 1 aní melancolía de
Aquello que distingue lo que corresponde al CIC o m' a-
\'fnculo con el ve.rdadero objeto de la relación, el objeto enmascarado, el todo lo que corresponde al elc . lo 1'dea I de Ia re~erencia
1
1 al duelo y al Ik'sco.
, ,

objeto a - al que, a continuación, se le podrá dar un sustituto, que no ten- 'fi n ia de funCIón entre. por una
sólo podemos captarlo acentuan d o 1a d I ere e .' 1
drá mayor alcance, a fin de cuentas, que aquel que ocupó primero su lugar, 1 po r otra parte en el otrO ¡; le o,
parte, la relación de tl con ira) en e I due o. y. . . al· otra
Como me lo decía uno de entre nosotros. humorista, a propósito de la aven- , I ara el sUjeto que cu qwer
, "'" la referencia radical al a, más arraigan e, P ad' al' da en la relación
tura que se nos describe en el filme Hiroshinw mOl/ amour, es una historia relación. pero, también, profundamente Ignor a. lena .
muy adecuada para mostramos que cualquier alemán ¡rremplazable puede
encontrar inmediatamente un sustituto peñectarnente válido en el primer narcisista. . I o función de: a Jo que:
, . nseguuia que es a n
En la mama, precisemos e . , ' t En ella el sujeto no
Japonés que aparezca a la vuelta de la esquina. '1 I su desconoclmlen o.
está en juego, y no Slmp emen e . 'sibilidad al~una a \ e:-
El problema del duelo es el del mantenimiento, en el nivel escópico, de , d ' un , 1 'uallo entrega, 5111 po d
llene el lastre e mog a. o ¡; , f' 't Júdj¡;a de' la ca ('na
lO!> \'fnculos por los que el deseo está suspendido, no del objeto a, sino de ces de liberarse, a la pura metonimia, 10 1111 a Y .
i(aJ, por el que todo amor está narcisísticamente estructurado, en la medi-
signficante. .. pero eslO DOS pemutirj con-
da en que este ténnino implica la dimensión idealizada que he señalado. , 1 d"d que muchas CO~.
Esto con.~tuye la diferencia entre lo que ocurre en el duelo y lo que ocurre Sm duda. he e u loa "'jón de dejarlos.
, 1 d d le año tc:ngo JOten~
en la melancolia y la manía, c1uir en el mve on e, es '
. ,A ~~ q~ se di~tinga el objeto a del ira), no podemos concebir la
dúcreocla radic.u que hay entre la melancolfa y el duelo. que Freud nos
j6.l
362
/..ti CINCO FORMAS DEL OBJETO Q minúscula DEL a A LOS NOMBRES DEL PADRE

4 Ahora bien, el desconocimiento del a deja abierta una puerta. Lo sabe-


mos desde siempre. ni siquiera hay necesidad del análisis pard mostrárnos-
lo. porque creo habérselo podido indicar en un diálogo de Platón. El Ban-
El deseo en su carácter más alienado. más profundamente fantasmático quete. La única vía en la que el deseo puede libramos aquello en lo que
eS lo caractenstü:o del cuarto nivel. Si he esbozado la estructura del quin~ deberemos reconocemos como el objeto Q en tanto que. en su término. tér-
10. )' si tK indicado suficientemente que en este nivel el a se recorta en este mino sin duda nunca alcanzado. él es nuestra exi!>tencia más radical. sólo
c~so abiertamente alienado. como soporte del deseo del Otro. que ahora es se abre situando a. en cuanto taJo en el campo del Otro. Y no sólo es que
nombrado. podrán ustedes advertir que es también para decirles por qué deba ser en él situado. sino que es situado en él por cada uno de nosotros v
\'oy a deteru!rme este año en este término. por todos. Es. nada más y nada menos. la posibilidad de transferencia. •
En efecto. toda la dialéctica de lo que ocurre en el quinto nivel implica La interpretación que damos apunta siempre a la mayor o menor depen-
una articulación más detallada de lo que nunca se ha llevado a cabo con lo dencia de los deseos los unos respecto de los otros. pero esto no es enfren-
que a.:abo de deSignar como introyección - la cual implica en cuanto taJ tarse a la angustia. No hay superación de la angustia sino cuando el Otro se
la ~nsion auditiva. la cual implica también la función paterna. ha nombrado. No hay amor sino de un nombre. como cada cual lo sabe por
Si el año próximo todo ocurre de tal forma que pueda proseguir mi Se- experiencia. El momento en que el nombre de aquel o aquella a quien se
minario de acuerdo con el camino pre\;sto. voy a darles cita. no sólo en dirige nuestro amor es pronunciado. sabemos muy bien que es un umbral
tomo al Nombre. sino en tomo a los Nombres del Padre. Y elJo no sin que tiene la mayor importancia. . .
motivo. Esto no es más que una huella. huella de algo que va de la ellJ!>1encla
En el mito freudiano. el padre interviene de la forma más evidente- del a a su paso a la historia. Lo que hace de un psicoanálisis una aventura
mente mítica como aquel cuyo deseo sumerge. aplasta, se impone a to- única es la búsqueda del ágalma en el campo del Otro. .
dos los demás. ¿Acaso no hay ahí una contradicción obvia con el hecho Les he interrogado varias veces acerca de lo que connene que sea el
evidentemente dado por la experiencia. de que, por esta vía. es muy dis- deseo del analista para que el trabajo sea posible allí donde tratamos de Ue-
tinto lo que se produce. o sea. la normalización del deseo en las vías de var las cosas más allá del límite de la angustia.
la ley? Conviene. sin duda. que el analista sea alguien que. por poco que sea.
¿Es eso todo? La propia necesidad de mantener el mito junto a lo que por algún lado. algún borde. haya hecho ,'oh'er a entra.'" su deseo en este a
irreductible. lo suficiente como para ofrecer a la cuesuón del concepto de
DOS indica y DOS hace perceptible la experiencia. incluso en los hechos que
tantas veces sopesamos de la carencia de la función del padre. ¿acaso no la angustia una garantía real.
atrae nucstrd atención hacia algo distinto? - hacia lo siguiente, que en la
manifestación de su deseo. el padre. por su parte. sabe a qué a se refiere 3 Dli SlJUO DE 1963
dicho deseo.
Contrariamente a lo que enuncia el mito religioso. el padre no es causa
fui. SiDO sujeto que ha ido lo suficientemente lejos en la realización de su
deseo como para reintegrarlo a su causa. cualquiera que ésta sea. a lo que
hay de irreductible en la función del a. Esto es lo que nos permite articular.
.A
en el principio mismo de nuestra investigación. sin eludirlo en forma algu-
na. que no hay ningún sujeto humano que no deba situarse como un obje-
ro. un objeto finito. del que penden deseos finitos. los cuales sólo adquie-
ren el ~pecto de infinitizaJ'l;e en la medida en que. al evadirse los unos de
\0\ OU'O!. cada \'el más lejos de su centro. alejan al sujeto cada vez más de
cualqwer reali7.ación auténtica.
165
364
NOTA

• •
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El establecimiento
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del texto de Chte Seminario &e ha be oc fi1(;......,
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la
~ eXIstencIa e un ejemplar dllctilografiado cllcerv'ional I '·-an
• ......a;. en ".ecta
.J
• y-
envIaba cada una de 5UII lecciones a su hija Judith. entonces aU'lCnte de Pa~
ris. y añadía a la dactilografía anotaciones y correcciones manuscri~ que
he utilizado.


En el primer capítulo. se habrá advertido que lacan interpela a su audl·
torio para asegurarse de que La paJabrd smtlgare ellÍsta en italiano. y que la
~ ....
.".-.,
• •
.
respuesta que se le da lo lleva a concluir que persiste una duda. En el ejem-
plar dactilografiado dirigido a su hija con una dedicatoria fecháda e116 de
..·~II
noviembre de 1962. o sea. dos días despu~s. figura aJ margen esta preci-
. ',IN) ~.. .- J sión: «En este punto interpelo a Píe!"d - que me sugiere esUI duda - peTO
-. .. luego lo he ccmfirmado. smagare tiene ciertamente el sentido que le daD B.
Y W» .
....... '" ., Una anotación marginal identifica aJ aulor del trabaj() esperado por
.--.. Lacan: "Se trata de un trabajo de Green sobre El pm!iOmimlll sal"ajt ... La
recensión dcllibro de I~vi-Strauss por el Sr. André Green se publicó ulle-

..,.. . .
.

•••••
~

...
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~.....-. . . 1_
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.
riomlente en la revista Critiqut.
J.-A. M.

• • •

367
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- ..... -
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Tel.: 4331 2275
www.paidosargentina.com.ar
.....,... .. .
~ :,. ...
,1'_.


La .Angustia
--- -~-~~~~~~~---
Es un camlno de abolCi.lje o;<;enclal cons tnJl, para ponersela a ustedes
para nuestra cxpcn;onc.la. ooncl"b lr en 1" mano. la :¡ue les IndIca esta
en su estruc lur.:;, urtgUlall.,l fuoclon forma de cortar el ~ross ·cap. Esta
de la ralta, v es preciso volver ahi pt:<pefia pieza ta] IRnle i!'S una
muchas veces para no dejarla espl.'de de cortocircuIto que lo
escapar. AsI pues. otra fábula Ileo. .::.r.a por el camino más corto al
EIlnsecto que se pasea por l~ r('veTSO del punto dond~ se
supt:rflcte de la banda de Moeblus. "'E;.:10 er¡r.,nlraba ~m Instante antes.
si Uene la represe.ntaclÓn de 10 q:..lt' ESTABLECIDO E'Jla pe-queña pieza faltante. en este
es una superficie. puede creer en POR caso el el. ¿queda resuelto el asunto
todo momento que hay una cara JACgUU·ALA1N desr.ibiéndola de esta rorma
que no ha explorado. aquella qUl' "'.E..LI!:R pana ligmaUca? En ab50lulo.
siempre se encuentra en e-I reverso porque es el h edlo de que ralla lo
de la cara por la que se: pasea. que constituye toda la realIdad del
Pucdr (leer en dicho reverso. munuo por donde se pasea el
m&c!ntnls que no lo hay. como 'l!SectO. El pequeñO ocho interIOr es
u.tedes saben. Él ...In ,.ñ'b"ll;" cll":rtame.n t~ Irreductible. Dicho ck
apJora la (¡otea. cara quC' hay, Y sin otra manera. es una falta que' el
embargo a cada instante, hay sm.bol;) no suple. No es una
dertan¡¡¡ute un IU'tlao ausencia que el stmbolo pueda
1.0 que le falta para advertir tille ha reme<Jlar.
F"jdo 111 reveno -ta pequef'.a ¡'"
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