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Escuelas de Pensamiento Económico
Escuelas de Pensamiento Económico
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Fisiocracia
La fisiocracia o fisiocratismo era una escuela de pensamiento económico del
siglo XVIII fundada por François Quesnay en Francia. Afirmaba la existencia de
una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico
estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida
en la expresión «laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar pasar).
El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir "gobierno de
la naturaleza", al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar
en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de
que sólo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto
obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así
un excedente económico. Los fisiócratas denominaron de estériles a las
actividades como la manufactura o el comercio donde la producción solo sería
suficiente para reponer los insumos utilizados.
Fisiócratas conocidos
Richard Cantillon
François Quesnay
Jean-Claude Marie Vicent de Gournay
Victor Riquetti
Pierre Samuel du Pont de Nemours
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Mercantilismo
Se puede entender al mercantilismo como un conjunto de ideas económicas
que se desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad del XVIII en
Europa y tuvieron gran influencia en las políticas económicas de los nacientes
Estados nación. Por otro lado se puede denominar mercantilismo también al
proceso histórico de nacimiento y consolidación de los Estados Nación
europeos.
Introducción
El mercantilismo es un conjunto de ideas económicas que considera que la
prosperidad de una nación o estado depende del capital que pueda tener, y
que el volumen global de comercio mundial es inalterable. El capital, que está
representado por los metales preciosos que el estado tiene en su poder, se
incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras
naciones (o, lo que es lo mismo, que las exportaciones sean superiores a las
importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una
nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política
proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y
desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de
aranceles. La política económica basada en estas ideas a veces recibe el
nombre de sistema mercantilista.
Los pensadores mercantilistas preconizan el desarrollo económico por medio
del enriquecimiento de las naciones gracias al comercio exterior, lo que permite
encontrar salida a los excedentes de la producción. El Estado desarrolla un
papel primordial en el desarrollo de la riqueza nacional, al adoptar políticas
proteccionistas, y en particular estableciendo barreras arancelarias y medidas
de apoyo a la exportación.
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significa mercancía. Fue utilizada inicialmente sólo por los críticos a esta teoría,
tales como Mirabeau y Smith, pero pronto fue adoptada por los historiadores.
La época mercantilista
El concepto de mercantilismo se define a partir de los grandes descubrimientos
geográficos, consecuencia de la apertura de las rutas comerciales marítimas
por los portugueses entre el siglo XV y 1500 (fecha del descubrimiento de
Brasil) y la consolidada corriente inagotable del metal precioso (oro y plata
principalmente) llevado desde los territorios nuevos a Europa, en particular
después del establecimiento de los virreinatos de Nueva España y de Perú, por
los castellanos.
Los españoles del siglo XVII, llegaron a considerar al mercantilismo como el
sentido mismo de la riqueza mediante la teoría del enriquecimiento de las
naciones a través de la acumulación de metal precioso. El oro y la plata
constituyen el objetivo del comerciante y por lo tanto se pueden considerar
como el impulso al intercambio de mercancías. El oro y la plata por sí mismos
no generaron los acontecimientos económicos de la época, sino que
conjuntamente con otras causas fueron moldeando la economía europea de
esos tiempos. Algunas de estas causas fueron: los grandes descubrimientos
geográficos, el Renacimiento, la Reforma religiosa, la aparición del estado
moderno y el régimen colonial, o sea la primera globalización o el "primer
sistema-mundo", según la expresión de Fernand Braudel.
Íntimamente conectado a la emergencia del Estado-nación moderno y basado
en la existencia del binomio "metrópoli – colonias", el mercantilismo asumió
formas nacionales, de las cuales pueden citarse, en orden cronológico:
Portugal, España, Inglaterra, Holanda, Francia, Dinamarca y Suecia durante
los siglos XVI, XVII y XVIII. En esta época, el mercantilismo evoluciona de tal
manera que genera un estudio apropiado y se traduce como un actividad
económica, a tal grado que se habla de políticas económicas y normas
económicas. Al mercantilismo se le empieza a conocer con otras
denominaciones, las mismas que dan sentido a su concepto, estas son:
sistema mercantil, sistema restrictivo, sistema comercial, Colbertismo en
Francia y Cameralismo en Alemania.
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Derivado de la expansión militar europea y del incipiente desarrollo
manufacturero, como complemento de la producción clásica de la agricultura,
el mercantilismo incrementó notablemente el comercio internacional. Los
mercantilistas fueron los primeros en identificar la importancia monetaria y
política del éste.
El mercantilismo se desarrolló en una época en la que la economía europea
estaba en transición del feudalismo al capitalismo. Las monarquías feudales
medievales estaban siendo reemplazados por las nuevas naciones estado
centralizadas, en forma de monarquías absolutas o (en Inglaterra y Holanda)
parlamentarias. Los cambios tecnológicos en la navegación y el crecimiento de
los núcleos urbanos también contribuyeron decisivamente al rápido incremento
del comercio internacional.16 El mercantilismo se enfocaba en cómo este
comercio podía ayudar mejor a los estados.
Las ideas mercantilistas
El pensamiento mercantilista se puede sintetizar a través de las nueve reglas
de Von Hornick20
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8. Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el
excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida
necesaria, a cambio de oro y plata.
9. Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan
existen de modo suficiente y adecuado en el país.
Sin embargo, la política económica interna que defiende el mercantilismo
estaba todavía más fragmentada que la internacional. Mientras que Adam
Smith presentaba un mercantilismo que apoyaba el control estricto de la
economía, muchos mercantilistas no se identificaban con tales ideas. Durante
los comienzos de la era moderna estaba a la orden del día el uso de las
patentes reales y la imposición gubernamental de monopolios. Algunos
mercantilistas los apoyaban, pero otros veían la corrupción e ineficiencia de
esos sistemas.
. Economía clásica
La economía clásica es una escuela de pensamiento económico cuyos
principales exponentes son Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus y
John Stuart Mill. Es considerada por muchos como la primera escuela moderna
de economía y en ocasiones se ha expandido para incluir a autores como
William Petty, Johann Heinrich von Thünen o Karl Marx.
La publicación del libro de Adam Smith titulado Una investigación sobre la
naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (generalmente conocido
como La riqueza de las naciones) en 1776 se considera normalmente como el
comienzo de la economía clásica. La escuela estuvo activa hasta mediados del
siglo XIX y fue sucedida por la escuela neoclásica, que comenzó en el Reino
Unido alrededor de 1870.
Los economistas clásicos intentaron y en parte lograron explicar el crecimiento
y el desarrollo económico. Crearon sus "dinámicas de crecimiento" en una
época en la que el capitalismo se encontraba en pleno auge tras salir de una
sociedad feudal y en la que la revolución industrial provocaba enormes
cambios sociales. Estos cambios también provocaron la cuestión de si se
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podría organizar una sociedad alrededor de un sistema en la que cada
individuo buscara simplemente su propia ganancia (económica).
Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis
previo que se centraba en los intereses personales del gobernante y un interés
basado en las clases sociales. El fisiócrata François Quesnay y Adam Smith,
por ejemplo, identificaron la riqueza de la nación con el producto nacional
bruto, en lugar de con la tesorería del rey o del estado. Smith veía este
producto nacional como el trabajo aplicado a la tierra y al capital. Una vez que
la tierra y el capital son apropiados por los individuos, el producto nacional se
divde entre trabajadores, terratenientes y capitalistas, en la forma de salario,
renta e interés.
Tendió a enfatizar los beneficios del libre comercio, un análisis organizado
alrededor del precio natural de los bienes, y la teoría del valor como costo de
producción o la teoría del valor del trabajo.
Fue desplazado en gran parte por escuelas marginalistas de pensamiento (tal
como la escuela austríaca) que según su perspectiva el valor derivaba de la
utilidad marginal que los consumidores encontraron en un bien antes que en el
costo de las entradas que componían el producto. Considerando la adhesión
de muchos economistas clásicos al mercado libre, la escuela de economía más
grande que todavía adhiere a las formas clásicas es la escuela marxista.
Keynesianismo
Economía Keynesiana, o Keynesianismo, teoría económica basada en las
ideas de John Maynard Keynes, tal y como plasmó en su libro Teoría general
sobre el empleo, el interés y el dinero, publicado en 1936 como respuesta a la
Gran Depresión en los años 1930. El interés final de Keynes fue poder dotar a
unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la
economía en las épocas de crisis. Este control se ejercía mediante el gasto
presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. El motivo
económico para actuar de esta manera parte, sobre todo, del efecto
multiplicador que se produce ante un incremento en la Demanda Agregada.
Keynes postuló la ecuación del consumo, C=Co+cYd, donde C es el consumo
total, Co es el consumo autónomo(Es aquel consumo que no depende del
ingreso), c es la propensión marginal a consumir (La PmgC es la variación del
consumo cuando el ingreso disponible varía en una unidad), e Yd (Yd=Yt-
T+TR, donde Yt es el ingreso total, T son los impuestos y TR son las
transferencias) es el ingreso disponible.
Keynes refutaba la teoría clásica en la que la economía automáticamente
tiende al pleno empleo, se regula por sí sola. Keynes postuló, con acierto, que
el equilibrio al que tiende la libre interacción entre los diversos factores
económicos no conlleva al pleno empleo de los medios de producción.Una baja
del empleo o de los salarios puede llevar a una baja en la demanda, y por lo
tanto en una baja en la producción, llevando a su vez a más desempleo, por lo
que la economía establece un punto de equilibrio nuevo donde convive
perfectamente con una alta tasa de paro.
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Para contrarrestar esta espiral negativa, Keynes proponía que en momentos de
estancamiento económico, el estado tiene la obligación de estimular la
demanda con mayores expensas económicas. Muchos Estados europeos
basaban sus políticas económicas en su teoría en el periodo postguerra, hasta
que en los años 70 la crisis del petróleo hizo que se volviese insostenible para
los Estados.
Dentro de la coyuntura histórica, económica y política, el keynesianismo -y sus
proyectos consecuentes como el Estado de Bienestar y el desarrollismo- dio a
los dirigentes mundiales la oportunidad de salvar el capitalismo que se hallaba
sin base ideológica que lo justificara luego del fracaso del liberalismo y el libre
comercio capitalista en las crisis de los años veinte, razón por la cual, fue
aplicado de una u otra manera en gran parte de los Estados occidentales
desde el final de la segunda guerra mundial hasta el resurgimiento del
liberalismo en los años 70.
Si bien las influencias económicas de Keynes y varios de sus partidarios son
variadas, la idea del keynesianismo es salvar al capitalismo o mantenerlo
estable, limitándolo y compensando sus carencias mediante la inversión social.
Marxismo
El Marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la
obra de Karl Marx, filósofo, economista, periodista y revolucionario del siglo XIX
y de su amigo Friedrich Engels. Marx y Engels se basaron en la filosofía de
Hegel y de Feuerbach, ambos alemanes, la economía política de Adam Smith,
la economía ricardiana y el socialismo francés del siglo XIX para desarrollar
una crítica de la sociedad que es tanto científica como revolucionaria. Esta
crítica alcanzó su expresión más sistemática en su obra más importante, El
capital: crítica de la economía política. Además de las raíces mencionadas,
algunos pensadores marxistas del siglo XX, como Louis Althusser, Toni Negri o
Miguel Abensour han señalado en la obra de Marx, el desarrollo de temas
presentes en la obra de Maquiavelo o Spinoza.
Desde la muerte de Marx en 1883, varios grupos del mundo entero han
apelado al marxismo como base intelectual de sus políticas, que pueden ser
radicalmente distintas y opuestas. Una de las mayores divisiones ocurrió entre
los socialdemócratas, que alegaban que la transición al socialismo puede
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ocurrir dentro de un sistema pluripartidista y capitalista, y los comunistas, que
alegaban que la transición a una sociedad socialista requería una revolución.
La socialdemocracia resultó en la formación del Partido Laborista y del Partido
Socialdemócrata de Alemania, entre otros partidos; en tanto que el comunismo
resultó en la formación de varios partidos comunistas; en 1918 en Rusia, previo
a la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, dimanan 2
partidos del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia: el Partido Comunista,
formación comunista, y el Partido Social Demócrata de Rusia, de tendencia
socialdemócrata. Aún sigue habiendo muchos movimientos revolucionarios y
partidos políticos en todo el mundo, desde el final de la Unión Soviética,
aunque el internacionalismo obrero ha sufrido una grave crisis. Aunque hay
partidos socialdemócratas en el poder en varias naciones de Occidente, hace
mucho que se distanciaron de sus lazos históricos con Marx y sus ideas. En la
actualidad en Laos, Vietnam, Cuba, la República Popular China y Moldavia hay
en el poder gobiernos que dicen ser marxistas.
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de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en
contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es
más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad
dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en
trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la
base económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la
inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas
transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios
materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que
pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las
formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a
palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia
de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no
podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos
juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia,
sino que , por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las
contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las
fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna
formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las
fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas
y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones
materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia
sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre
únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se
encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o,
por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su
realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas
épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo
de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las
relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del
proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un
antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las
condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas
productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al
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mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este
antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la
prehistoria de la sociedad humana."
En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el
estudio de la economía era vital para conocer el devenir social. Fue Marx
quien se dedicó principalmente al estudio de la economía política una vez
que se mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más conocidos
de su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para
explicar la realidad económica y para superar críticamente sus errores.
Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones
sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el
siglo XX esta disciplina se dividió en dos.
Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que
el origen de la riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista
era el plustrabajo no retribuido a los trabajadores en sus salarios. Aunque
ya había escrito algunos textos sobre economía política (Trabajo
asalariado y capital de 1849, Contribución a la Crítica de la Economía
Política de 1859, Salario, precio y ganancia de 1865) su obra cumbre al
respecto es El Capital.
El capital ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya
primera edición es de 1867) estaba terminado a la muerte de Marx. En
este primer volumen, y particularmente su primer capítulo (Transformación
de la mercancía en dinero), se encuentra el núcleo del análisis marxista del
modo de producción capitalista. Marx empieza desde la "célula" de la
economía moderna, la mercancía. Empieza por describirla como unidad
dialéctica de valor de uso y valor de cambio. A partir del análisis del valor
de cambio, Marx expone su teoría del valor, donde encontramos que el
valor de las mercancías depende del tiempo de trabajo socialmente
necesario para producirlas. El valor de cambio, esto es, la proporción en
que una mercancía se intercambia con otra, no es más que la forma en
que aparece el valor de las mercancías, el tiempo de trabajo humano
abstracto que tienen en común. Luego Marx nos va guiando a través de las
distintas formas de valor, desde el trueque directo y ocasional hasta el
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comercio frecuente de mercancías y la determinación de una mercancía
como equivalente de todas las demás (dinero).
Así como un biólogo utiliza el microscopio para analizar un organismo,
Marx utiliza la abstracción para llegar a la esencia de los fenómenos y
hallar las leyes fundamentales de su movimiento. Luego desanda ese
camino, incorporando paulatinamente nuevo estrato sobre nuevo estrato
de determinación concreta y proyectando los efectos de dicho estrato en
un intento por llegar, finalmente, a una explicación integral de las
relaciones concretas de la sociedad capitalista cotidiana. En el estilo y la
redacción tiene un peso extraordinario la herencia de Hegel.
La crítica de Marx a Smith, Ricardo y el resto de los economistas
burgueses residen en que su análisis económico es ahistórico (y por lo
tanto, necesariamente idealista), ya que toman a la mercancía, el dinero, el
comercio y el capital como propiedades naturales innatas de la sociedad
humana, y no como relaciones sociales productos de un devenir histórico
y, por lo tanto, transitorias. Junto con la teoría del valor, la ley general de la
acumulación capitalista, y la ley de la baja tendencial de la tasa de
ganancia, son otros elementos importantes de la economía marxista.
Análisis de clases
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases
sociales, de las que toman en consideración principalmente dos:
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burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes emplean la
mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser
pequeños propietarios, campesinos terratenientes o comerciantes.
Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división
en clases habría terminado y la estructura económica sería producto
de «la asociación de los productores libres», y el producto social se
distribuiría según el criterio «de cada cual según su capacidad; para
cada cual según sus necesidades».
Algunos pensadores socialistas opinaban que la clase trabajadora
debía apropiarse del Estado capitalista existente y convertirlo en un
Estado revolucionario obrero que implantaría las estructuras
democráticas necesarias para luego marchitarse. Cabe mencionar que
Lenin en su obra El Estado y la Revolución explica que el estado
burgués debe ser destruído para luego instaurar un Estado
revolucionario y que sería este estado quien se extinguiría conforme
desaparezcan las contradicciones de clase (El Estado y la
Revolución). Por otro lado, otros pensadores socialistas como Mijaíl
Bakunin y Piotr Kropotkin, compartiendo la idea de la lucha de clases,
afirmaron que el Estado o cualquier forma de autoridad y
centralización de poder, per se, era el problema (político-económico),
y que destruirlo debía ser el objetivo de toda actividad revolucionaria.
Esta dictomía frente al Estado marcó la división definitiva entre
marxistas y anarquistas.
Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos
académicos han afirmado fundamentarse en principios marxistas.
Ejemplos particularmente importantes son los movimientos
socialdemócratas de la Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la
Unión Soviética y otros países del bloque oriental, Mao, Fidel Castro,
Ernesto "Che" Guevara, Santucho y otros revolucionarios en países
agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado nuevas ideas a
Marx y, por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que resulta
difícil especificar el núcleo de éste. Actualmente las transformaciones
socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en una línea
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llamada posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto
Laclau y Chantal Mouffe.
Se acostumbra hablar de teoría marxista cuando se hace referencia a
la aplicación de planteamientos marxistas a diversas cuestiones no
estrictamente económicas o políticas, como la religión, el arte, la
relación entre sexos o razas, etc., sin necesidad de asumir la totalidad
de las ideas marxistas.
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En 1991, la Unión Soviética se disolvió y el nuevo Estado ruso ya no
se identificó con el marxismo. Otras naciones del mundo siguieron el
mismo camino. Actualmente el socialismo científico ha dejado de ser
una fuerza política prominente en la política mundial.
Religión
El marxismo ha sido tradicionalmente opuesto a todas las religiones.
Marx escribió al respecto que la religión es el opio del pueblo. La
fundamentación filosófica del rechazo de la religión ha sido
desarrollada por el materialismo dialéctico de autores como Engels y
Lenin.
En cualquier caso, ha habido diversos teóricos autodenominados
marxistas que consideran que ser marxista y religioso es compatible.
Dentro de ellos se puede señalar al irlandés James Connolly, a
diversos autores dentro de la teología de la liberación (como Camilo
Torres). Pero la critica teorica hacía cualquier religión se basa en que
ésta es concebida como el resultado de la producción de la super
estructura de la sociedad, es decir, de la fabricación de ideas
ideológicas que se hace una sociedad sobre sus propios modos de
producción ecónomicos. Así, la religion siempre es una concepción de
ideas políticas que tienden a re-afrimar la estructura ecónomica
existente. Los textos marxistas donde se puede encontrar información
sobre la concepción marxista de la religión son: La ideología alemana
de Carlos Marx y Federico Engels y La Filosofía como arma de la
revolución de Louis Althusser.
Neoliberalismo
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equilibrio y el crecimiento económicos1. Sus partidarios lo suelen definir como
una actualización de los principios del liberalismo decimonónico.
El llamado neoliberalismo es en buena medida fruto del trabajo teórico de la
Escuela monetarista como Milton Friedman que ha finales de los años 70
buscaron una respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis
de 1973. En efecto, la aplicación de los preceptos keynesianos, no sólo no
creaba empleo sino que además desató una epidemia inflacionaria mundial
(estanflación) y creó unos déficits presupuestarios insostenibles. La crítica de
estos autores tenía tres vertientes: discutían el uso del aumento de la masa
monetaria como instrumento para crear demanda agregada recomendando
mantener fija dicha magnitud; desaconsejaban el uso de la politica fiscal,
especialmente el uso del constante déficit presupuestario, poniendo en duda el
multiplicador keynesiano; y recomendaban una reducción en los gastos del
Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada.
Estas tres innovaciones teóricas se basaban lejanamente en los trabajos de la
Escuela Austríaca, como los de Friedrich Hayek, Ludwig von Mises y Carl
Menger. Representaban en definitiva una rehabilitación de la Economía clásica
y en los ámbitos académicos fueron llamados neoclásicos. La mayor parte de
los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin al fanatismo
keynesiano que había guiado la mayoría de escuelas de pensamiento
económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración
Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales. En el
Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público
que si bien tuvo consecuencias negativas en el terreno social, reactivó la
economía y dio una gran dinamismo al sector productivo. En los Estados
Unidos, similares medidas chocó con el aparato político y la vocación militarista
del entorno de Reagan por lo que solo se logró crear un déficit enorme (las
iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las de control del
gasto social o del gasto militar que eran las principales partidas).
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países
en desarrollo, nació una división entre los economistas partidarios de la nueva
doctrina. Algunos volvieron a una versión del keynesianismo que incorporaba
la aversión al déficit y a la fabricación de dinero pero no al concepto de
intervención pública en la economía (Consenso de Washington) mientras otros
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opinaron que la reducción del Estado debía ser aún más drástica hasta limitarlo
a lo completamente imprescindible. Estos últimos son los que pueden ser
llamados más propiamente neoliberales o ultraliberales mientras que los
primeros son simplemente liberales. Sin embargo, la izquierda y los
altermundistas suelen usar el término como insulto contra cualquier posición
que o ponga limites a la intervención de los Estados en la economía o que
amplíe el poder de las empresas privadas multinacionales. En América Latina
por ejemplo es común identificar el término neoliberal con las recomendaciones
del Consenso de Washington aunque a nivel académico se considere erróneo.
En resumen, el término neoliberal no define una teoría económica concreta, y
se usa más para refererirse al sistema o la institucionalización del liberalismo
economico librecambrista en el comercio mundial, tampoco el neoliberalismo
es una filosofía política unificada y se habla más bien de "neoliberalismo",
algunos sectores usan el termino neoliberalismo con frecuencia como etiqueta
ideológica peyorativa que son detractores de las corrientes economicas
liberales o el sistema economico actual. Por su parte, los propios liberales
rechazan el neoliberalismo como una una etiqueta falaz creada por algunos
sectores de izquierda y de centro (e incluso de derecha) para descalificar
sumariamente a sus adversarios políticos, mientras prefieren definirse a sí
mismos como "liberales clásicos", aunque este termino nunca se ha usado en
ciencia política y economica sino simplemente "liberalismo", otro termino para
calificar el neoliberalismo y que se está usando de forma crecientemente es el
"ultraliberalismo" haciendo incapie en la creciente radicalidad que se han
tornado los sistemas liberal o neoliberal a finales de siglo XX y principios del
XXI.
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Las pesquisas realizadas sobre el tema 2 revelan que la palabra fue usado por
primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales,
entre los que se cuentan:
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Entre los rasgos esenciales del neoliberalismo incluyen la garantía legal de
la libre competencia y la convicción de que al libre mercado deben
agregarse otras consideraciones sociales. Esto parecía hacer al
neoliberalismo un sinónimo de la Economía Social de Mercado, visión
negada por los partidarios de esta escuela, como se señala en el inciso
siguiente.
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ahora está claro que este "goteo" no llegó; que no hubo un correlato
distributivo y de cohesión de la base social.Ó
En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del
término liberal, no se puede hablar de una definición universalmente aceptada,
uniforme en el espacio y constante en el tiempo, sino sólo de usos del término
neoliberalismo en diferentes contextos.
Definición
Características invocadas de un sistema de políticas neoliberales son:
En política económica internacional: el énfasis en la libre circulación de los
capitales (ya que el libre comercio es común a todas las teorías liberales).
La neutralidad de esta sección está en duda. Por favor, véase la página de
discusión de este artículo
Quienes apoyan la posición neoliberal argumentan que el libre flujo de las
inversiones resultante favorece a los países pobres, que reciben aportes de
capital de los países ricos. Los críticos, por el contrario, sostienen que esto
multiplica dramáticamente el impacto de las crisis de confianza, como
atestiguan[cita requerida] los desastrosos resultados de la seguidilla de debacles
financieras de escala más o menos global cuyo más notable componente fue
conocido como Efecto Tequila.
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estadounidense. En Latinoamérica se suele identificar a las políticas
neoliberales con las establecidas en el llamado Consenso de Washington,
término acuñado en 1989 por el economista John Williamson para referirse al
tipo de políticas fiscales y monetarias recomendadas para los países en
desarrollo por los organismos con sede en Washington (Banco Mundial, FMI y
Tesoro estadounidense, entre otros). El auge de las políticas neoliberales se
produjo durante el gobierno de la Primer Ministro británica Margaret Thatcher,
políticas luego imitadas por el presidente estadounidense Ronald Reagan.
El término neoliberalismo es cuestionado por muchos economistas por no
corresponder a ninguna escuela bien definida, ni siquiera a un modo especial
de describir o interpretar las actividades económicas (aunque probablemente sí
de explicarlas). Se trata de un término más bien político o ideológico,
frecuentemente usado por los medios de comunicación y algunos intelectuales,
que debería ser reemplazado por políticas neoliberales. La mayoría de los que
desde el progresismo son calificados como neoliberales, se consideran a sí
mismos simplemente liberales.
Etimológicamente, el término significa nuevos liberales y nace de la necesidad
de diferenciar el liberalismo económico previo a la Segunda Guerra Mundial, de
los surgidos durante la Guerra Fría. Algunos autores identifican al
neoliberalismo con el liberalismo austríaco, que en realidad es sólo una de las
escuelas liberales de nuevo cuño a las que alude el prefijo neo. La bonanza
económica estadounidense de la posguerra, permitió que el liberalismo
recuperara prestigio.
A continuación se dan las principales características que definen y diferencian
las políticas neoliberales de las tradicionales.
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para que la mano invisible pueda gobernar en interés de todos. El
neoliberalismo, en cambio, iría más allá. Las leyes de los países deben
plegarse al mercado, y no al revés. El poder político no debe, según ellos,
tener influencia alguna en las relaciones económicas entre los agentes,
aunque ello vaya en detrimento del propio país[cita requerida] que lo permite a
corto plazo, puesto que a largo plazo se conseguirá un incremento del
bienestar de toda la sociedad. Así pues, a diferencia del liberalismo el
neoliberalismo rechaza de plano cualquier política intervencionista que
regule en lo más mínimo a las transacciones y aboga por
internacionalismo, muy diferente al anterior liberalismo con resabios
nacionalistas. Por lo tanto el neoliberalismo se opone a cualquier medida
proteccionista. Propugna que el interés particular de cada individuo y su
competición con sus vecinos hará que la sociedad se mueva sola hacia el
interés común de esta. llksfjdsjf
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