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La 

arquitectura colonial es un estilo arquitectónico de una madre patria que se ha


incorporado a las construcciones de asentamientos o colonias. Los colonos
frecuentemente construían asentamientos que sintetizaban la arquitectura de sus países
de origen con las características de diseño de sus nuevas tierras, creando diseños
híbridos.1
Durante los diversos períodos coloniales —a diferencia de las ciudades europeas de la
época que eran una amalgama de estilos, paradigmas e ideales diferentes y muchas
veces opuestos— las ciudades respondieron a preceptos homogeneizadores y
ordenadores que expresaban cánones y principios que pretendían instaurar una forma de
vida y unos mecanismos ordenadores del espacio público y privado.
La fundación de las ciudades coloniales era en sí una ceremonia que mezclaba ritos
religiosos, protocolos militares, actos políticos y prácticas urbanísticas. El fundador, casi
siempre investido de rango militar y de autoridad real, reclamaba en nombre de Dios y del
Rey el derecho de dar vida a una nueva villa, consagrada a un santo o a una advocación,
que podía depender del lugar de su natalicio, de rendir tributo al rey o una autoridad
superior o que estaba relacionada con la fecha y el santoral.
En los imperios español y portugués, el fundador y los militares de rango que formaban
parte de la expedición, se daban a la tarea de trazar y distribuir los predios: Una cuadra
central vacía, que se constituía en plaza mayor y en sus cuatro costados se asignaban
predios a las instituciones representativas del orden y la jerarquía colonial.
En América, la arquitectura también fue un vehículo para la evangelización. Los
primeros conventos y las primeras iglesias, de estilo renacentista, tendrán aspecto
de fortaleza, debido al carácter de frontera de las Indias, como el convento de Acolmán o
el convento de Actopan, en México.
La organización regional generó redes de transporte entre los diversos centros
comerciales, políticos o administrativos. Por una parte, se fueron diseñando nuevas rutas
de comercio que abrirían brecha a nuevos caminos y, por otra, se recuperaron caminos de
las antiguas culturas.

Índice

 1Imperio español

o 1.1Ordenanzas de Felipe II

o 1.2Modelo de Carlos III

o 1.3Estructuras urbanas

o 1.4Barroco

 2Imperio portugués

 3En Estados Unidos

 4Legado

 5Referencias

 6Bibliografía
Imperio español[editar]
Véase también: Arte colonial hispanoamericano

Véase también: Arquitectura virreinal española

La Catedral Primada de América en Santo Domingo es la más antigua construido por europeos en


América.

Gracias al descubrimiento de América las ideas urbanísticas de herencia renacentista,


sumadas a los ideales vitruvianos, comienzan a materializarse con la colonización
española. La estructura urbana aplicaba las formas de disposición urbana de finales de
la reconquista española, que a su vez volvía a los ideales helenísticos.
A través de las Capitulaciones de Santa Fe de 1492, aceptada por los Reyes Católicos, se
establece la primera ley que regulaba la naturaleza de los nuevos asentamientos. En 1573,
se establecen las Leyes de Indias, consolidando la realidad que se comenzaba a apreciar,
consagrando el plan hipodámico. Estas leyes, entre otras cosas, tratan sobre la división de
la planta por plazas, calles, solares a regla y cordel. Las ciudades se construían y
organizaban según el modelo castellano, y la misma Ley sugería también que las casas
deberían presentar igual forma y lenguaje, para presentar unidad, armonía y gracia.
La plaza mayor como espacio común y ceremonial era la unidad generadora de la nueva
ciudad, en su marco se asentaban los edificios representativos de los poderes divinos y
humanos: la iglesia, el gobierno local y el poder del rey. De la plaza, manzana vacía dentro
de la retícula urbana, se desprendía el plan hipodámico que generaba la ciudad colonial.
La calle era el elemento conector entre la plaza fundacional y las demás manzanas o
cuadras que se subdividían generando los predios donde se construían los inmuebles de
carácter privado. La calle como tal era un elemento urbano público, limpio de cualquier
adorno que no fuera las fachadas de cada edificación. Y así se mantiene hasta hoy.
La ciudad colonial española fue el organismo administrativo básico de
los virreinatos españoles en América. Allí, la traza urbana de proviene del damero usado
por el campamento militar romano y tiene como componentes fundamentales y básicos la
plaza, la calle Y la casa. Dichas ciudades se pueden dividir en varias categorías: centros
de administración, puertos internacionales, puertos regionales, centros mineros, centros
indígenas, centros agrícolas, presidios, centros militares de frontera o centros religiosos
(misiones).
Arquitectura colonial en Tunja, Colombia.

En 1502 se decretó la organización urbana planteada a través de misiones de colonización


por Nicolás de Ovando, siendo el primer gobernador de Santo Domingo y de las misiones
colonizadoras de las Indias. En adelante, toda tierra que fuera explorada y que tuviera los
recursos adecuados para establecerse en ella, podría ser poblada, por capitulación o
por comisión. Una vez conquistado el territorio, podía fundarse una ciudad. El “modelo
ovandino” fue empleado por Hernán Cortés en Tenochtitlan, donde repartió tierras para los
indígenas. Alonso de Ojeda trazó la nueva ciudad a cordel sobre la destruida Tenochtitlan
(conservando el Templo Mayor) como un modelo del castrum romano.
El 13 de agosto de 1521 fue fundado la Ciudad de México, y el 18 de enero de 1535 se
fundó la Ciudad de los Reyes; ambas fueron las principales y más poderosas ciudades de
todo el continente americano durante la época colonial. Y además fueron el centro de
poder y capital de los virreinatos más importantes que hubo en América: Perú y Nueva
España.
Es así como se trazaron las ciudades de Santo Domingo, La Habana,
Veracruz, Campeche, Panamá, Cartagena de Indias, Santa Marta y San Juan. Sin
embargo, el único ejemplo del trazado original de una ciudad de las primeras décadas de
la conquista se puede apreciar en las ruinas de León Viejo, junto al lago de Managua,
en Nicaragua. La ciudad fue abandonada y trasladada a su actual emplazamiento antes de
concluir el siglo XVI.
A partir de 1535, Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España emprendió obras
urbanísticas como las de Ciudad de México, Puebla de los Ángeles, Valladolid
(hoy Morelia) y Antequera de Oaxaca (hoy Oaxaca de Juárez). Mendoza retomó las ideas
de Leon Battista Alberti que recomendaba buena iluminación, ventilación y espacios
abiertos. Con la puesta en práctica de estos preceptos, Mendoza cambió la disposición de
Ciudad de México-Tenochtitlan respecto a la distribución original dada por Cortés, dejando
como legado su Matrícula de Tributos en la cual se describen los planteamientos de
arquitectura y urbanismo.

Ordenanzas de Felipe II[editar]

Catedral de Comayagua en Honduras. Esta posee el reloj de engranajes mas antiguo de américa y
el segundo a nivel mundial.
Esta sección es un extracto de Ordenanzas de Felipe II § Composición.[editar]
Como se indica en el mismo título de las ordenanzas, estas buscaban regular los
descubrimientos, poblaciones y pacificaciones en los emplazamientos de provincias ya
consolidadas y de los futuros adelantamientos para fundar las nuevas poblaciones
en América.
Se componen las ordenanzas de 148 capítulos. De ellos se dedican los primeros 31 a los
descubrimientos, asignándose a las nuevas poblaciones desde el capítulo 32 al 137, y, por
último, los capítulos incluidos entre el 137 y 148 se dedican a regular las pacificaciones.
Son estas las que regulan elementos encontrados en todas las ciudades del continente,
como el trazado ortogonal (en damero) de la malla vial, la dimensión de las manzanas
urbanas, la manzana urbana vacía para ser usada como plaza municipal y la construcción
de la iglesia sobre el costado oriental de la misma. Esto último porque el rito católico
requiere que el altar se encuentre orientado hacia el este (el oriente, de ahí la palabra
orientación).

Estas y otras medidas se pusieron en práctica en algunas ciudades novohispanas, como


en la Nueva Veracruz diseñada por Bautista Antonelli en 1590, la propia Ciudad de
México, Valladolid, Guadalajara, San Luis Potosí, Puebla de los Ángeles, Oaxaca de
Juárez, y en otros territorios como en Santiago de Cuba y Santo Domingo, por nombrar
algunos de los modelos más regulares.

Modelo de Carlos III[editar]

Catedral de Zacatecas, México.

El rey Carlos III de España puso su empeño en modernizar las ciudades del Imperio


español según el modelo europeo. Una vez empezada esa labor en la propia
capital, Madrid, decretó un plan de reformas urbanas en el siglo XVIII para las Indias,
donde el fortalecimiento del urbanismo colonial se debe principalmente al comercio, tanto
de carácter local, como al internacional.
Este plan es destinado a asegurar que todo asentamiento quedara instituido conforme a
las reglas de la Corona Española, o sea que, a diferencia del plan de Felipe II, el
repartimiento de tierras ya no se planteaba por los conquistadores, sino por comisionados
reales nombrados por el Visitador. Si el reparto era para las misiones jesuitas, se haría de
acuerdo con los reverendos jesuitas.
Hoy en día los barrios coloniales de las antiguas urbes americanas son Patrimonio de la
Humanidad o como mínimo están protegidos por los respectivos Estados.
En Colombia hay barrios coloniales conservados en Cartagena de Indias, Villa de
Leyva, Bogotá, Tunja y Zipaquirá. Otros centros históricos conservados son los de Santo
Domingo (República Dominicana) o La Habana (Cuba).

Estructuras urbanas[editar]
Ilustración de la Mendoza colonial.

Se pueden definir distintas tipologías de ciudades nos sugiere Chueca Goitia:2

 Ciudades irregulares: aquellas fundadas sin previo plan, por lo general son
muy antiguas. Suelen tener accidentada geografía.
 Semi-regulares: aquellas adaptadas al orden cuadricular por las condiciones
geográficas.
 Regulares: aquellas definidas como urbanismo hispanoamericano.
Vivienda

Casa Moldes entre otros. construida en el siglo XVIII. Estilo colonial. Caseros 711. Salta.

Calle Potosí o Callejón de los huesos en Sucre.

La arquitectura simple y sin adornos, cuya características son:

 Nichos profundos para puertas y ventanas


 Tejas coloniales que venían a reemplazar la paja
 Molduras para los marcos de las puertas
 Utilización del hierro para rejas y/o barrotes para las ventanas
 Pisos de terracota
 Cargadero para ventanas y puertas
 Habitaciones altas, seguidas unas de otras.
 Desniveles entre el paso de un espacio a otro.
 Generalmente de un solo patio.
 Construidas en adobe, con escaleras, entrepiso, ventanas, puertas y techo de
madera.
La tipología de la Vivienda arequipeña se encuentra en las zonas del alto Perú, y su
influencia principal reside en las características del lugar. Debido a ser esta una zona
sísmica, se genera un tipo de vivienda que pueda soportar las catástrofes naturales. De
este modo se construye una vivienda con la particularidad de tener una cubierta
abovedada paralela a la calle, dándole menos posibilidades de derrumbe a la cubierta en
caso de sismo.
La vivienda boliviana se destaca por el uso de la madera del lugar, se alza una vivienda
con galerías laterales y una cubierta a dos aguas, que sirven como espacios protectores
de los vientos, lluvias y sol.
A fines del siglo XIX, se agrega a la tipologia el balcón corrido exterior con reja, y algunas
modificaciones más, marcando así la recta final de la arquitectura colonial y el comienzo
de la independiente.3
Catedral

La Catedral de Lima (Perú) durante la noche.

Artículo principal: Catedral colonial

Como edificio más importante en la ciudad colonial, la catedral o iglesia era el primero en
construirse y el más alto y grande de la villa. Se situaba o en la plaza mayor o en otra
plaza aparte dependiendo de la ciudad y su orografía.
Se construyeron catedrales de varios estilos
arquitectónicos: gótico, barroco, renacentista y neoclasicista entre otros. Al principio
llegaban los constructores desde la península, pero una vez extendidos y enseñados los
estilos por América, desarrollándose con variedades locales.
Actualmente, gran variedad de catedrales construidas durante la época colonial en
América son Patrimonio de la Humanidad dentro de los centros históricos y un gran
reclamo turístico de las ciudades hispanoamericanas. Un ejemplo son las catedrales de
la Ciudad de México, San Juan, La Habana, Santo Domingo, Lima o Cartagena de Indias,
incluidas dentro de los centros históricos y conjuntos monumentales.
Cabildo

Cabildo colonial en la ciudad de Salta, Argentina.


Artículo principal: Cabildo colonial
Los cabildos, órganos municipales originales del medioevo español y trasplantados a
América por los conquistadores, fueron una de las instituciones más importantes
del sistema colonial español, sobre todo en los primeros años de la conquista de América.
Constituyeron un mecanismo de representación de las elites locales frente a la burocracia
real.
El cabildo, arquitectónicamente, debía ser un edificio que destacase de los demás dentro
de la plaza mayor. Generalmente era un edificio de dimensiones grandes, dependiendo del
tamaño de la villa, que contenía la cárcel, los archivos, salas capitulares y estancias para
jueces y escribanos. Era común que contaran con recovas.

Fortificación
Artículo principal: Fortificaciones de España en América

Fortificaciones coloniales en Cartagena de Indias.

Para defender las ciudades coloniales, la Corona Española se planteó la necesidad de


su fortificación; ya fuese mediante un sistema para toda la ciudad o solo para ciudadelas.
La protección de estos complejos urbanos se planteó principalmente como un sistema
defensivo de los puertos comerciales y el litoral. La fortificación de las plazas
hispanoamericanas responde a varios motivos: por una parte, la defensa frente a los
ataques de los indígenas americanos y, mayormente, por la incidencia de otras potencias
europeas que llevaron a cabo diversas actividades ilícitas, como el contrabando,
la piratería y las actuaciones de los bucaneros. Esto fue promovido en los siglos XVI y XVII
por parte de ingleses, franceses y holandeses que, posteriormente, se convertirían
en corsarios.
En el siglo XVII se encontraban construidas o en proceso de construcción las primeras
fortificaciones de las principales ciudades, pero el espíritu de libertad de las colonias
motivó la demolición de algunas estructuras defensivas en el siglo XIX. Por lo cual, hoy en
día, algunos sistemas defensivos están incompletos.

Barroco[editar]
Interior de la Iglesia de Santa María Tonantzintla.

La arquitectura barroca en Hispanoamérica ocurre en los siglos XVII y XVIII, cuando la


dominación de las Indias llega a su apogeo. Tres son los impulsores del barroco en
América: la Corona, la burguesía y los jesuitas como representantes de la Iglesia.
En América el barroco encuentra su propio estilo, gracias a la fusión del nuevo estilo con el
sustrato indígena y la tradición mudéjar, como en el Barroco Andino. Hay variaciones
estilísticas reflejada en América, ya que no es lo mismo hablar del Barroco México,
Barroco en el Caribe, Barroco Iberoamericano, debido a las diferentes procedencias
regionales de los conquistadores y sus referencias culturales, a la realidad en sí misma
del nuevo mundo y al los diferentes roles que se fue asignado en el proceso de ocupación
del espacio.
Cada una de las obras cuenta con rasgos de identidad propias de cada uno de los pueblos
indígenas y en segundo lugar porque constituyen manifestaciones artísticas sociales y
culturales de primer orden, siendo estas las pioneras de una Arquitectura Barroca rica en
arte decorativo.4
El indígena es el arquitecto que edifica obras bajo los nuevos conceptos como: la
desnaturalización del muro portante reflejado en las columnas, la generación espacios
con cúpulas, el manejo de la incidencia de la luz con doble alturas, que fueron traídos por
los españoles en la conquista.
La catedral de México se convertirá en el paradigma de la arquitectura colonial. Francisco
Becerra levantará la catedral de Puebla según este modelo. A Becerra le debemos los
planes de las catedrales de Cuzco, Quito y Lima. Otro de los grandes arquitectos
mexicanos es Francisco Antonio de Guerrero y Torres: capilla del Pocito, en Puebla;
además construye numerosas casas señoriales para la burguesía mexicana: palacio de
Jaral de Berrio. Su decoración recuerda los motivos aztecas. En Puebla aparece una
escuela barroca de la que salieron la Capilla del Rosario (Puebla) y los santuarios
de Ocotlán en Tlaxcala, y de San Francisco de Acatepec, dos ejemplos del rococó
mexicano de autor desconocido.
El barroco en el virreinato del Perú está marcado por el terremoto de Lima de 1746. La
ciudad quedó destruida y de su reconstrucción surgieron edificios representativos del
barroco. Francisco Antonio Guerrero y Torres trabajó, también, en este virreinato:
catedrales de Lima, Cuzco y Quito. También trabaja en Lima el portugués Constantino de
Vasconcelos: convento de San Francisco.
En Colombia destaca Simón Schenherr, un jesuita de origen alemán: iglesias de los
jesuitas de Cartagena de Indias y Popayán. En Bolivia destaca la Catedral basílica de
Nuestra Señora de La Paz (Potosí). Y en Argentina hay que reseñar a Juan Kraus, jesuita
de origen alemán: Iglesia de San Ignacio (Buenos Aires), y Andrés Blanqui: catedral de
Córdoba.

Imperio portugués[editar]
Estos párrafos son un extracto de Arquitectura colonial de Brasil § Asentamientos
coloniales y urbanismo.[editar]

La actividad arquitectónica en el Brasil colonial se inicia a partir de la década de 1530,


cuando la colonización gana impulso con la creación de las Capitanías Hereditarias (1534)
y la fundación de las primeras villas, como Igaraçu y Olinda, fundadas por Duarte
Coelho cerca de 1535, y San Vicente fundada por Martim Afonso de Sousa en 1532. Más
tarde, en 1549, fue fundada la ciudad de Salvador por Tomé de Sousa como sede del
Gobierno General. El arquitecto traído por Tomé de Sousa, Luís Días, diseñó entonces la
capital de la colonia, incluyendo el palacio del gobernador, iglesias y las primeras calles,
plazas y casas, además de la indispensable fortificación alrededor del asentamiento.567
La parte más noble de la ciudad de Salvador, que incluía el palacio del gobernador,
residencias y la mayoría de las iglesias y conventos, fue construida sobre un terreno
elevado, a 70 metros sobre el nivel de la playa, mientras junto a la bahía fueron
construidas las infraestructuras dedicadas a las actividades comerciales. Otras ciudades
fundadas el siglo XVI, como Olinda (1535) y Río de Janeiro (1565), se caracterizan por
haber sido fundadas cerca del mar pero sobre elevaciones del terreno, dividiéndose el
asentamiento en una ciudad alta y una ciudad baja.
De manera general la ciudad alta abrigaba la parte habitacional y administrativa y la parte
baja las áreas comercial y portuaria, recordando la organización de las principales
ciudades portuguesas, como Lisboa, Oporto y Coímbra, de origen en la Antigüedad y
época medieval. Esa disposición obedeció a consideraciones de defensa, una vez que los
primeros tiempos los asentamientos coloniales corrían constante riesgo de ataques de
indígenas y europeos de otras naciones. De hecho, casi todas las primeros poblados
fundados por los portugueses contaban con muros, empalizadas, baluartes y puertas que
controlaban el acceso al interior.8
El urbanismo colonial en Brasil se caracterizó frecuentemente por la adaptación del
trazado de las calles, plazas y murallas al relieve del terreno y posición de edificios
importantes, como conventos e iglesias. A pesar de no seguir el rígido patrón de tablero de
ajedrez de las fundaciones españolas en el Nuevo Mundo, actualmente se considera que
muchas ciudades coloniales, comenzando por Salvador, tuvieron sus calles trazadas con
relativa regularidad.910Durante el periodo de la Unión Ibérica (1580-1640), las ciudades
fundadas en Brasil tuvieron mayor regularidad, como es el caso de Felipeia de Paraíba
(actual João Persona), fundada en 1585, y San Luís del Maranhão, trazada en 1615
por Francisco Frías de Mezquita, siendo que la tendencia a la regularidad de los trazados
de centros urbanos aumentó a lo largo del siglo XVII.8
Se destacan también las grandes obras urbanísticas realizadas en Recife durante el
gobierno del Conde João Maurício de Nassau (1637-1643), que con el aterramiento y
construcción de puentes, canales y fuertes transformó el antiguo puerto de Olinda en
ciudad.
Un aspecto determinante en el urbanismo colonial era la implantación de iglesias y
conventos. Frecuentemente la construcción de edificios religiosos iba acompañada por la
creación de un atrio o una plaza junto al edificio, así como una malla de calles de acceso,
organizando el espacio urbano. En Salvador, por ejemplo, la construcción del Colegio de
los Jesuitas el siglo XVI, fuera de los muros de la ciudad, dio origen a una plaza -
el Terreiro de Jesus - e hizo del área un polo de expansión de la ciudad.
Otro ejemplo notable de espacio urbano colonial es el Patio de São Pedro, surgido a partir
de la construcción de la Concatedral de San Pedro de los Clérigos del Recife (tras 1728).
En Río de Janeiro, la principal calle colonial, la Calle Derecha (actual Calle Primero de
Marzo), surgió como conexión entre el Morro del Castillo, donde había sido fundada la
ciudad, y el Monasterio de San Benito, localizado sobre el morro de mismo nombre. Otro
aspecto importante era la implantación de monumentos religiosos en lugares altos, a veces
precedidos por escaleras, lo que creaba paisajes cenográficos de fuerte carácter barroco.
En Río, por ejemplo, muchos monasterios e iglesias fueron construidos sobre morros, con
sus fachadas vueltas hacia el mar, ofreciendo un magnífico escenario a los viajeros que se
adentraban en la Bahía de la Guanabara.
La relación privilegiada entre topografía e iglesias también es marcada en las ciudades
mineras, especialmente Ouro Preto y en el Santuario de Congonhas. En esta última la
iglesia de peregrinación se encuentra en lo alto de un morro, precedido por un conjunto de
capillas como la vía sacra y una escalera decorada con estatuas de profetas.
El siglo XVIII, reformas realizadas por el gobierno de Marqués de Pombal, ligadas en parte
a la necesidad de ocupar los límites con la América española, llevaron a una mayor
presencia de ingenieros militares en la colonia y a la fundación de varias villas planeadas,
en las cuales estaban previstos los lugares para los edificios administrativos, iglesias y
símbolos del poder público. Así, a lo largo del siglo XVIII, muchas villas fueron creadas con
urbanismo planificado en los actuales estados del Río Grande del Sur, Mato
Grueso, Goiás, Roraima, Amazonas y otros. Además de eso, en algunos lugares se
adoptaron patrones comunes de fachadas para edificios con el objetivo de crear un
conjunto urbano armónico, como se observa en la ciudad baja de Salvador a mediados del
siglo XVIII.8
En Minas Generales, donde el Ciclo del Oro favoreció el rápido crecimiento de villas en
terrenos accidentados sin ninguna planificación, también hubo algunas importantes
intervenciones urbanísticas. El trazado de la ciudad de Mariana, localizada en un terreno
relativamente plano, fue reformado para que tuviera más regularidad en 1745 por José
Fernandes Pinto Alpoim. En la misma época, varias casas fueron demolidas en el centro
de Ouro Preto para la creación de una monumental plaza, la actual Plaza Tiradentes,
donde fueron implantados la Casa de la Cámara y el Palacio de los
Gobernadores. Mejoras urbanísticas fueron más frecuentes a medida que avanzó la
colonización. En Salvador, grandes vertederos  en el siglo XVIII permitieron el desarrollo
de la ciudad baja, antes restringida a un estrecho espacio de tierra. En Río de Janeiro,
lagunas y pantanos fueron secados para permitir la expansión y mejorar la salubridad de la
ciudad.
También en Río fue construida tal vez la mayor obra de infraestructura realizada en el
Brasil colonial: el Acueducto de la Carioca, inaugurado definitivamente en 1750. El
acueducto traía agua del río de mismo nombre al centro de la ciudad, alimentando varias
fuentes, algunas de los cuales aun existen. Uno de ellos se localizaba en el Ancho del
Paço (actual Plaza XV), urbanizado al inicio de los años 1740 por José Fernandes Pinto
Alpoim a la imagen de la Plaza de la Ribeira de Lisboa. El muelle de la plaza ganaría más
tarde una monumental fuente proyectada por Valentim da Fonseca e Silva y terminado en
1789.
Río de Janeiro, capital de la colonia desde 1767, fue el principal foco de intervenciones
urbanísticas entre los siglos XVIII y XIX. El más importante fue la creación del Paseo
Público entre 1789 y 1793. El dibujo del parque, realizado según un proyecto del Maestro
Valentim, incluyó alamedas geométricas arboladas, fuentes y estatuas. Para construir el
parque fue necesaria una gran intervención urbanística, con la destrucción de un morro y
el aterramiento de una laguna. Más tarde, con la llegada de la Familia Real Portuguesa en
1808,  Río ganó aún el Jardín Botánico, el primero en Brasil colonia.

En Estados Unidos[editar]
Estos párrafos son un extracto de Arquitectura colonial de Estados Unidos.[editar]

La arquitectura colonial de Estados Unidos engloba varios estilos de diseño en


construcciones asociados con el periodo colonial de los Estados Unidos, incluyendo el
primer periodo inglés (medievo tardío), estilo colonial francés, colonial español, holandés,
colonial alemán y colonial georgiano.11 Estos estilos son identificados en casas, iglesias y
edificios gubernamentales en el periodo de 1600 a 1850.

Legado

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