Irónicamente, quienes tienen a Acuario en el Ascendente (el punto de conciencia de sí)
obtienen un sentido más claro de su propia identidad, peculiar y única, al retroceder un paso para tener una visión objetiva e impersonal de la vida. Contemplar los acontecimientos, las personas, las circunstancias -e incluso contemplarse- desde la perspectiva el desapego les permite tener una imagen más global o completa del plan de las cosas. Una mejor percepción «del grupo», sumada a un elevado sentido del contexto social dentro del cual funcionan, sustituye el marco de referencia puramente personal o subjetivo. Tal como lo vimos al hablar de la casa Undécima, Acuario está regido conjuntamente por Saturno y por Urano. El lado saturnino de Acuario Ascendente puede orientarse hacia un grupo que destaque su propio sentimiento de identidad o de importancia. Simultáneamente se dan preocupaciones referentes a si pertenece al grupo «adecuado», si estará haciendo «lo que corresponde», etc. El lado más uraniano del Ascendente Acuario, sin embargo, puede sentir que es inapropiado regir la vida solamente por el aumento o el reforzamiento del poder o de la seguridad personal. Es necesario tener en cuenta algo más amplio que el yo individual. Sobre esta base, y más que ningún otro signo Ascendente, Acuario puede estar de acuerdo con lo que el nativo o nativa siente que representará un apoyo o una mejora para el funcionamiento del todo. El signo de Acuario ha sido asociado con el mito de prometeo. Convencido de que la humanidad podía mejorar su condición, Prometeo robó el fuego de los dioses para dárselo al hombre. De modo similar, la mejor manera en que Acuario en ascenso puede enfrentar la vida es con un sentimiento de esperanza y con la visión de un futuro nuevo: una creencia en que las circunstancias se podrían mejorar con la aplicación de las teorías o los conceptos adecuados. Pero, así como la actitud desafiante de Prometeo fue castigada por los poderes establecidos, también algunos modernos Prometeos pueden ser condenados, maltratados e incluso enviados a prisión por teorías o acciones que transgreden o ponen en peligro la autoridad existente. Y sin embargo, es parte de de la naturaleza de la vida el que las viejas estructuras y los antiguos paradigmas, cuando han sobrevivido a la utilidad que tenían, cedan el paso a ideas y modelos nuevos. Con frecuencia, el Ascendente Acuario sintoniza con las últimas tendencias y con las ideas más nuevas que hay en el aire. Por lo común, los ideales asociados con este signo Ascendente son igualitarios: fraternidad, hermandad, solidaridad, justicia, igualdad e imparcialidad para todos. Para defender estos fines, el Ascendente Acuario puede asumir la causa de aquellos sectores de la sociedad que el sistema vigente oprime o condena. (Se cree que Abraham Lincoln, que supuestamente nació al salir el Sol, tenía Ascendente Acuario.) En ocasiones, la visión de estos nativos es demasiado idealista y subestima la fuerza de las gentes de naturaleza más voraz, realista y ambiciosa. De modo similar, quienes tienen este signo como Ascendente suelen sentirse incómodos con las emociones irracionales y egocéntricas que encuentran en sí mismos o en los otros, y que entran en conflicto con sus teorías nobles y utópicas. Inmanuel Kant, el filósofo alemán que escribió sobre ética y estética, tenía Acuario en la casa Uno. El místico y filósofo Krishnamurti, con toda su claridad de visión, había nacido con Acuario en Ascenso y con Urano en la casa Nueve, la de la comprensión superior. Leo en el Descendente es la sombra de Acuario en el Ascendente. Es posible que por debajo de la fría objetividad y de los ideales igualitarios de Acuario estén al acecho las urgencias de reconocimiento y de poder personal Leo. Quienes tienen Acuario en el Ascendente, con todo su amor a la igualdad y a la libertad, se sienten con frecuencia atraídos por las personas prestigiosas e influyentes. Puede haber, incluso, una tendencia a valerse de los otros como medios para ganar fuerza, poder e importancia (Leo en la Séptima). Aún con toda su falta de egocentrismo, pueden pasarse horas amargados si alguien los hace quedar como tontos en una fiesta. (lo más probable es que la otra persona sienta que le «hacen el vacío» durante días enteros.) Los sentimientos de Leo son apasionados e intensos, y este signo se vale de su propio sentimiento de sí mismo, de su honor y su prestigio como marco principal de referencia. Para evitar posibles contraataques de Leo, ya sea desde adentro o desde afuera, la persona con Ascendente Acuario hará bien en no denigrar abiertamente la forma que tiene Leo de encarar la vida. Con acuario existe el peligro de que las necesidades de funcionamiento eficaz del sistema cobren precedencia sobre la peculiaridad, la condición humana y la individualidad creativa de aquellos que deben encajar en él. Llevado a un extremo, el sueño de Acuario podría, demasiado fácilmente, convertirse en la pesadilla de Orwell.