Está en la página 1de 4

Universidad Nacional de Colombia

Departamento de Geografía
Fundamentos de las ciencias sociales
Reseña #2- RONALD ALEJANDRO BARRETO BARRERA
Referencia bibliográfica: María Laura Silveira, revista de geografía norte grande; 54:9-
29(2013)

TITULO: TIEMPO Y ESPACIO EN GEOGRAFIA: DILEMAS Y REFLEXIONES.

Aquí la autora trata de comprender el tiempo y sus relaciones con el espacio, de donde
nace una pregunta que será el eje central para el desarrollo de este articulo; ¿Cómo
empirizar el tiempo, en su indisolubilidad con el espacio, para entenderlos como una
condición unitaria de existencia? , Proponiendo así una discusión, la cual es dividida en
cinco partes; nociones del tiempo y búsqueda de características universales, geografía
relación espacio y tiempo, evento y forma, empirización del tiempo, y finalmente la
geografía en el periodo de la globalización.

El texto comienza mostrando la evidente preocupación de algunos pensadores griegos a fin


de encontrar categorías universales para aprehender (capturar), explicar y medir el tiempo.
Dando origen a ideas como movimiento, permanencia, ritmo, medida, duración, etc.

Haciendo frente a estos conceptos podemos encontrar aproximaciones dialécticas de


grandes pensadores como por ejemplo; Parménides, en su célebre poema “sobre la
naturaleza”, donde expresaba su sentencia más conocida: el ser es y el no ser no es.
(Parménides, 1983). Platón, quien irá más allá al aseverar que: « es imposible pensar una
idea si no se comprende el conjunto relacional en el cual esta se escribe».

También podemos destacar la compleja obra de Aristóteles, quien aclara que no existe
tiempo donde no hay movimiento y, por consiguiente el tiempo es una medida o un número
para el movimiento.

Otra dialéctica relevante (y que a opinión personal me llama mucho la atención) es la de


San Agustín: si el pasado ya pasó y el futuro no llegó, solo existe el presente que no
puede permanecer como tal más que un instante.
Más tarde, la modernidad clásica hallara en las formulaciones de Descartes y Galileo una
visión matematizada del tiempo y una visión geométrica del espacio.
Asimismo el modelo de Newton concebía un espacio absoluto concomitante a un tiempo
absoluto.

Kant ha marcado el debate sobre el tiempo y espacio. En sus propias palabras Kant
(1984: 120): “El tiempo no es un concepto empírico derivado de experiencia alguna,
porque la simultaneidad o la sucesión no serían percibidas si la representación a priori del
tiempo no les sirviera de fundamento”.

La teoría de la relatividad significa un cambio radica en la concepción del tiempo en las


ciencias exactas. Se abandona el tiempo absoluto e idéntico para todos, de raíz
newtoniana, para llegar a la idea de un espacio cuatridimensional. Tiempo y espacio no
son absolutos, sino relativos. Para Einstein no hay tiempo cósmico para todo el universo,
sino que “cada trozo de materia tiene su propio tiempo local” (Russell, 1983:282).

En efecto ,las relaciones espacio-tiempo han sido un cuestión recurrente en geografía, a


veces con influencias más o menos marcadas de los debates filosóficos, como en la clara
impronta del pensamiento kantiano, otras veces revelando cierta impermeabilidad frente a
las nuevas ideas o a su profundidad ,como en los diversos existencialismos.

Podemos incluir las interpretaciones centradas en la relación hombre-medio, que


encuentran en la geografía de Vidal de la Blache y sus discípulos los trabajos más
destacados. En la segunda década del siglo XX Vidal de la Blache (1946) se refería al
“medio físico “en su capacidad de influenciar la vida humana, aunque reconocía al hombre
como un factor geográfico pues tenía la capacidad de modificar su propio entorno. Sin
embargo este método suponía una verdadera disección, al analizar cada variable en
particular, como sugerido por Descartes.

El medio físico gana el status de una identidad independiente, más o menos atemporal,
que es estudiada en sus particularidades y que ayuda a entender otra realidad como la
región. Donde podemos citar a Ratzel; la filosofía de la historia “encontraba en el territorio,
que siempre es idéntico a sí mismo, un fundamento inmutable de los acontecimientos
cambiantes de la historia” (Ratzel, 1988: 202).

Algo semejante podría decirse cuando Vidal de la Blache adopta la región mineralógica
por ser una realidad más estática, esto es también lo que lleva a pensar que la región es
una cosa en si y no un fenómeno. De allí que esto pueda ser visto como una abstracción.
Algo que aparece como empírico pero se torna abstracto.

No fue poco frecuente la acción de circunscribir el tiempo a un ramo de la disciplina, la


geografía histórica, como si esta fuese un desván donde amontonar un conjunto de
nociones incompletas y de difícil operacionalización. Esto no libro a la geografía del
irrecusable ejercicio de comprender que tiempo y espacio constituyen una condición
unitaria de existencia. Sin embargo, el enfoque de la relación entre dos cosas en sí, cuya
delimitación histórica y territorial seria definida en cada estudio, parece haberse impuesto
triunfalmente durante largos años.
No fue hasta el periodo de la globalización, productor de nuevos objetos, nexos y
metáforas, reinvirtió de algún modo, esa subordinación del tiempo.

Como Heidegger, diríamos que espacio y tiempo no son categorías separadas. Sobre un
espacio anterior se realizan los eventos presentes y lo que está tras el fenómeno
percibido es un proceso, un acontecer.

Por otro lado, haciendo referencia a la empirización del tiempo, lo más importante es
caracterizar las épocas y menos los marcos que las separan. En palabras de Marx: “se
trata de encontrar los grandes rasgos, las características generales, pues en la historia de
la sociedad ocurre como en la historia de la tierra, donde las épocas no se hallan
separadas las unas de las otras por fronteras abstractas y rigurosas” (Marx ,1867:302).

Antes de finalizar vale la pena citar a Sartre quien dice que: “ninguna existencia nos
revela completamente el periodo o la temporalidad del ser”. Y que “no hay un hombre que
no surja en el interior de un mundo de materialidades humanizadas, de instituciones
materializadas y que no se vea prescribir un porvenir general en el seno del movimiento
histórico”. (Sartre, 1979:304). También cabe resaltar la importancia de tratar al tiempo y
espacio como una unidad con el fin poder aprender la diversidad de sus manifestaciones.

También podría gustarte