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Estimados alumnos: estuve largas horas pensando si esto era algo apropiado o no, siempre se

cuelan las creencias que nos hacen ver desajustados en algún punto según la situación. Y por
otro lado me surgía cierto convencimiento de que no voy a compartir nada que en algún
rincón de cada quien no resuene, porque hoy si algo nos atraviesa a todos es una dimensión
presente en la clínica, el sufrimiento.

El dilema del sufrimiento: no se puede escapar aunque la cultura haya creado millones de
mensajes de que si…lo que tristemente y erróneamente nos lleva a pensar que si no logramos
ser felices, competentes o eficaces se debe a un defecto propio. Estamos inmersos en la
cultura del “Usted puede si se lo propone” “Como ser rico en un año” “12 pasos para ser
exitoso”, “Invierta en esto y se acabaran sus problemas”. Solo algunas frases que seguramente
más de alguno leyó o escucho. Las terapias alternativas, los programas de salud ofrecen
también una maquinaria de “resuelva de una vez” “Juventud garantizada”. Y si bien, no es algo
malo o bueno en sí mismo probar, o rejuvenecer aunque sea unos meses, lo que nos genera
más sufrimiento es sin duda alguna, la idea de que no deberíamos sufrir. Algo de esto nos
enseña amablemente ACT (Terapia de aceptación y compromiso).

Ayer fue un día difícil personalmente y al terminar el día me había quedado la sensación de
qué poco podemos hacer algunas veces, quizás es lo único, suficiente, lo único que está al
alcance…y sin embargo resulta tan poco. Al final del día, coseche la sensación de frustración
por no poder decirle a alguien que puedo ayudarlo a resolver como ver a su hijo si alguien del
otro lado no quiere, no poder hacer nada con el miedo de padres que impiden a su hijo un
poco de vida, a una colega que llorando nos contaba que otra vez una criatura de solo 18 años
volvía a intentar suicidarse, el padre de una amiga que debía operarse urgente y le dio positivo
covid….de una hermana que con covid embarazada…..y una lista de cosas interminables para
hacer. Y entonces una catarata de mensajes de “profesora espero pueda entender” con miles
de situaciones todas entendibles. Y entonces pensaba que detrás de cada uno hay una historia
en este contexto que cuenta algo de todo esto.

Tenemos preocupaciones, las nuestras y las de los que nos rodean. Miedos, nuestros y algunos
de los que queremos o acompañamos. Miedos de enfermar, miedo de perder, miedo del
esfuerzo y que el esfuerzo después ser más esfuerzo o no vea resultados, miedo del hasta
cuándo. Preocupaciones y de todo tipo…el paisaje marca también de lugares, de tiempo,
económicas.

Todos debemos compartir la anécdota de mover la compu por la casa buscando un lugar para
estudiar, para la clase…de los ojos cansados por leer desde allí. De no querer prender la
cámara porque lo único que nos pasa por momentos es vernos la cara que tenemos (y eso que
ahora zoom nos aportó un embellecedor: la cultura respondiendo a los problemas otras vez!).
De haber comprado zapatillas para empezar algún deporte y haberlas guardado nuevamente
por las restricciones, empezar quizás a conocer a alguien y verlo truncado…posponer planes,
reprogramar planes por segunda vez, en fin compartimos un poco de todo. Surfeamos en una
ola por momentos para evitar no ponernos mal, y también ocurre que por momentos no es
claro con que otras herramientas podemos aumentar el bienestar. El mensaje predominante
“debe aguantar un poco más”…¿La respuesta no es clara cierto? Y asusta un poco, aunque
algunos transgredan un poquito para también surfear el malestar.

Anhelo los momentos de la mesa de la sala de casa Peuser llena de alumnos (y palomas)
preguntando en horario de consulta, que aunque creía quedarme 40´, nunca llegaba a tiempo
a casa. De hacer 40 pasos y resolver en alumnos una situación de alguien, de hacer 15 y
conseguir el certificado de asistencia. De abrazar a alguien que se vuelve colega o poder decirle
a alguien que falta un poquito para llegar a la meta. De tomar mates con mis compañeros
mientras planificamos algo y si, hasta extraño esos pasillos horrorosamente llenos de
pancartas (y lo digo con amor).

Y sí, cambiaron las formas de comunicarnos, de resolver, de rendir, de cursar y hasta de dar un
teórico…sobre todo si SOS medio fóbico a la pantalla y a exponerte (un poco mi caso lo
admito). Todos hacemos el esfuerzo (algunos más, algunos menos), de ver cómo es esto de
seguir en carrera sin colapsar o abandonar un poco la partida. Estamos asistiendo a modos que
son difíciles de sostener para algunos, no solo por los medios, sino porque para algunos lo
social no es una pavada.

Es interesante para pensar todo esto un concepto que descubrí hace poco: la
AUOTOCOMPASION. Hayes lo cita en su libro y merece la pena porque abre una perspectiva
amorosa con uno mismo, una que no nos enseñan a tener. 1) Ser empático con el propio
sufrimiento 2) aceptar los fallos y el sufrimiento como parte de la vida y 3) conciencia de las
vivencias dolorosas. Si además incluyéramos ser un poco compasivos con los demás, volvemos
a poner la empatía, la aceptación como formas super validas de acompañar.

Castells decía que el trabajo era mucho más que el trabajo (porque nos integra a una red, de
oportunidades sociales, económicas, de salud), por lo que no podía considerarse que el
desempleo era solamente la falta de trabajo. Creo que análogamente esto es así: la NO
presencialidad es mucho más que solamente no asistir a clases.

Soy consciente de que hay muchas necesidades y todas son importantes. Algunas pueden
resolverse, otras no, algunas no tanto. Alguien amablemente título su mail “llamado a la
solidaridad”, y digo amablemente porque es difícil si esta entre tus valores, no querer
responder a ello y porque sin duda ¡¡Es un muy buen modo de pedir!! . Ayer me contaban que
en algún momento, en algún espacio, alguien dijo que las cosas en la Facultad estaban mal por
nuestra responsabilidad (parece que de alumnos y docentes). Y pensaba luego de todo lo que
conté, que la complejidad se tiende a reducir con la ilusión de que si es A o B el problema, la
solución quizás esta cercana. Y estoy convencida que pocos o casi nadie sabe muy bien qué
hacer con todo esto que va pasando también (por ejemplo clases a las que asisten solo 3
alumnos). Creo que la palabra SOLIDARIDAD ofrece aquí una perspectiva colaborativa.

Muchos hacemos lo mejor que podemos, seguramente hay mucho más que podríamos hacer.
Ser solidario es ser consciente de que en este momento si hay algo que compartimos es un
poco de todo ello que mencione. Todos tenemos algo de miedo, nadamos un poco en la
incertidumbre, intentamos, a veces resolvemos y a veces colapsamos y nos volvemos a
levantar. Con apoyo, acompañando. Es un tiempo de invitación a reciclarnos, a innovarnos, a
colaborarnos, a ser amables también. Y es muy grato cuando se siente así. Soy testigo de un
mail de alumnos un SABADO por la noche avisando que cerraron lista, de un mail de secretaria
un DOMINGO para ver cómo van las mesas, de pedidos de arreglar la situación de un alumno
al que no pudieron pasarle una nota, de la insistencia del centro por resolver urgencias de
compañeros. Hay compromiso también. Hay colaboración también. Hay humanidad. Y
entonces vale la pena por los que están. Falta practicar y cultivar la empatía…la compasión.
VERNOS en un sentido no literal, sino de ver que hay otro ahí.

Yo quiero agradecerles porque están haciendo un esfuerzo y se va notando. Nosotros


decidimos que la mejor manera de que ESTEN y estar con ustedes era la asistencia obligatoria.
Los resultados de 2020 nos ofrecieron la certeza de que así es mejor, aun atendamos a
situaciones especiales en que esto no pudiera ser, ofreciendo otro plan. El vector que nos une
es el aprendizaje, y eso es siempre con otro. En el vacío de la intersubjetividad esto se ve
empobrecido.

Pido disculpas si vamos a destiempo, si atrasamos, si no podemos atender a todos los pedidos.
Solo que sepan que aquí estamos. A veces el foco se va traslado a resolver problemas y se va
dejando de lado lo que hace valioso el encuentro posible entre nosotros.

Les propongo que para reciclar un poco la falta de encuentro, para enriquecer el aprendizaje
y poder seguir pensando como el contexto nos atraviesa como seres humanos, nos
reunamos algún teórico a pensar la clínica. A pensar el sufrimiento humano, pero también
las fortalezas, la complejidad, la capacidad de sobrellevar la adversidad. Poder poner las
situaciones en el contexto, a mirar la humanidad compartida.

Tambien a usar el foro general. A compartir un tema y abrir un debate. Acompañarnos de


otro modo que no sea cumplir!! Sigamos aprendiendo, como podamos, cuando podamos, si
podemos también. Gracias, muchas gracias por seguir!

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