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Como las instituciones educativas junto al ministerio de educación impactan en la

metodología educacional en contexto de pandemia

La educación en Chile ha tenido por varios años la misma manera de enseñanza, es decir, si bien se
pueden haber conseguido cambios concretos, la realidad es que en esencia sigue siendo
prácticamente igual. Esto también se ve reflejado con los cambios tecnológicos y es que “si se
piensa en dar un avance tecnológico, es aún más necesario poder mejorar los estándares educativos
existentes” (Oradini y Castillo, 2018, p.82), cosa que no ha sucedido ni con los últimos cambios
ocasionados por el coronavirus que obligó a gran parte del grupo estudiantil a adquirir nueva
tecnología como también tuvieron que adquirir los docentes. Pero las clases no se vieron
impregnadas de un cambio sustancial más bien siguieron siendo las mismas a pesar de que los
materiales de uso cambiasen. Las instituciones tanto humanistas como técnicas poseen trabas al
desarrollo de capital humano del país, también hay que tener en cuenta que “Si la oferta de
establecimientos educacionales gratuitos imparte principalmente educación técnico profesional,
entonces los alumnos podrían estar escogiendo esta modalidad independientemente de su vocación
o preferencia” (Arroyo y Pacheco, 2018, p.8). Lo que nos lleva a que no solo la oferta educacional
para muchos puede ser escasa, sino que también el hecho de que unas tengan gratuidad y otras no
delimita el actuar de los estudiantes, además “Pese a que la oferta privada ha permitido incrementar
la cobertura y satisfacer demandas sociales, dicho aumento no ha estado vinculado a los estándares
de calidad que corresponden a este nivel educativo” (Espinoza, 2017, p. 182). A lo anterior hemos
de sumarle que “El 42 por ciento de los profesores principiantes de educación secundaria de Chile
abandona la docencia en los primeros cinco años de servicio” (Poblete, Pardo y Vial, 2018, p.29), lo
que impacta en el desarrollo de determinados aprendizajes ocasionando vacíos educativos.

Volviendo al ámbito metodológico, se logra evidenciar como el ministerio de educación posee el


monopolio de lo que se va a enseñar y como esto se debe enseñar en gran medida, es decir, no solo
te definen que tipos de libros tu debes leer, sino que también si tu institución es legalmente aceptada
como tal. Al adentrarnos un poco más nos daremos cuenta que al salir de una institución humanista,
nuestra capacidad laboral relacionada a los temas que estudiamos es limitada, ya que si bien se
puede trabajar el sector terciario no ocupamos ni la mitad del conocimiento que adquirimos en la
institución. De hecho, casi todos los trabajos te piden tener mínimo cuarto medio cursado, pero la
realidad es que para barrer la calle poco te sirve haber tenido arte, física y/o tecnología como
asignatura. Lo mismo acontece en trabajos del mismo espectro terciario como lo es ser un cajero, a
este le sirven las matemáticas y el lenguaje, pero estudiar biología, física e historia no lo ayuda
sustancialmente.

Otro factor relevante es que “Muchos jóvenes llegan a educación secundaria rezagados en su
manejo de contenidos y desarrollo de habilidades, de la mano con una construcción de creencias
negativas sobre sus propias posibilidades futuras en educación” (Lizama, Gil Y Rahmer, 2018, p.
41). Lo anterior también se ve reflejado por la ineficiencia mencionada en el anterior párrafo,
sumado a la crisis pedagógica mundial de creer que una metodología le va a servir de la misma
manera a todos los estudiantes en su etapa inicial. Hay diferentes cosas que se pueden pensar para
facilitar el proceso de aprendizaje, pero lo que está claro que la administración pública juega un rol
determinante a la hora de enfrentarse a este monopolio educacional.

Objetivo general

Analizar la relación de los organismos educacionales con la metodología y los estudiantes.

Objetivos específicos

Comparar las instituciones públicas con las privadas, identificar que rol tiene el ministerio de
educación en el contexto educacional actual y establecer como debiese actuar un administrador
publico ante esta problemática.

Justificación

En chile hay 623 establecimientos de educación particular pagada, 4.403 municipales y 5.546
subvencionados, lo que demuestra una gran diferencia entre lo privado y lo público. Esto influye de
manera directa en los procesos y metodologías de aprendizaje de los estudiantes, produciéndose así
una desigualdad. Partiendo de esta diferencia el ministerio ha tomado diferentes medidas para
enfrentarse a la pandemia, la inserción del covid-19 en la humanidad ha incorporado nuevos
desafíos en materia social, y es que la suspensión de clases presenciales “ha afectado a más de 3.6
millones de estudiantes de acuerdo a datos del ministerio de educación (Mineduc) al 2019”
(Eyzaguirre, Salvatierra, Le Foulon, 2020, p. 115).

Referencias

Arrollo, C., y Pacheco, F. (2018). Los resultados de la educación técnica en Chile.


Barrientos-Oradini, N., y Araya-Castillo, L. (2018). Educación Superior en Chile. Revista Aletheia,
10(1), 78-107.

Diaz, O., Guajardo, D., y Fiegehen, L. (2017). Educación de adultos en Chile: Percepciones y
valoraciones de sus beneficiarios. Rev. Brasileira de Educação v.22 n. 71. 2017.
http://dx.doi.org/10.1590/S1413-24782017227176

Espinoza, O. (2017). Privatización de la educación superior en Chile: consecuencias y lecciones


aprendidas. EccoS-Rev.Client., São Paulo, n. 44, p. 175-202, set./dez,. 2017. doi:
10.5585/EccoS.n44.8070.

Eyzaguirre, S.; Le Foulon, C.; Y Salvatierra, V. (2020). Educación en tiempos de pandemia:


antecedentes y recomendaciones para la discusión en Chile. Estudios públicos, Nº.159, 111-180.
https://doi.org/10.38178/07183089/1430200722

Lizama, O., Gil, F., Rahmer, B. (2018). La experiencia de la inclusión e la educación superior en
Chile.

Zamora Poblete, G., Meza Pardo, M., y Cox Vial, P. (2018). Profesores principiantes de educación
secundaria en Chile. Pese a las dificultades, ¿qué los hace permanecer como docentes? Perfiles
educativos, 40(160), 29-46.
Autor: Martin Córdova.

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