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Enseñanza del concepto “Derechos Humanos” en el marco de la educación secundaria en

México
Jesús Armando Juárez Nieto

En el actual plan de estudios dentro de la educación secundaria en México (la cual comprende,
aproximadamente, entre los 12 y 15 años de edad del estudiante) se plantea una formación en
materia cívica y ética que pretende, entre otras cosas:

“[contribuir] a la formación de ciudadanos interesados en los asuntos del lugar, país y mundo en que
viven; capaces de colaborar y organizarse con otros para realizar acciones de beneficio común; que
valoran la convivencia, la cultura política y la forma de gobierno democrática; y que emplean
mecanismos y procesos democráticos para la deliberación, toma de decisiones y elección de
representantes y autoridades”1

Asignatura que, dentro de sus ejes principales, plantea la necesidad de la enseñanza del concepto
Derechos Humanos, lo cual: “demanda un acercamiento a la historia nacional y mundial para
conocer los distintos movimientos sociales que demandaron a los gobernantes su reconocimiento,
así como el acercamiento a los gobiernos democráticos del siglo XXI que a partir de las leyes
garantizan su ejercicio. 2”. Aunque esto podría parecer un contenido común en el marco del discurso
político actual, podemos problematizarlo si reflexionamos acerca de la noción de Derechos
Humanos que se sostiene implícitamente en este planteamiento y su lejanía con una idea de justicia
social transformativa3 ya que, además del contenido en materia de Derechos Humanos,
encontramos organizadores curriculares como: “La libertad como valor y derecho humano
fundamental”, “Cultura de paz”, “Identidad personal y cuidado de sí”, entre otras que, lejos de
parecer acordes con el contexto de movilizaciones sociales y lucha política en México, parecen
apelar a un sentido político de negociación y compromiso en lugar de uno de antagonismo político y
verdadera crítica a los Estados democráticos modernos que, en la mayoría de las ocasiones, lejos de
pretender una transformación profunda de las estructuras sociales que derivan en violaciones
sistemáticas a los Derechos Humanos, simplemente gestionan el descontento social hacia políticas
que desempoderan a los actores políticos4.

Por estas razones, como primer planteamiento de la problemática, podríamos plantear como
propuesta el explorar los contenidos en materia de Derechos Humanos en la currícula de la
educación secundaria mexicana con miras a construir una secuencia pedagógica que apele a la
construcción de ciudadanos verdaderamente críticos que entiendan los Derechos Humanos no como
una prerrogativa del Estado, sino un mecanismo de exigencia y rendición de cuentas.

1
Secretaría de Educación Púbica, 2021, Disponible en: https://www.planyprogramasdestudio.sep.gob.mx/secu-intro-fce[1].html
2
Ídem.
3
En este sentido, seguimos a Sebastián Pla y pensamos en justicia social transformativa como: “la capacidad de cada estrategia
[educativa] de ofrecer la posibilidad de reparar la subordinación de estatus mediante la deconstrucción de las oposiciones simbólicas que
subyacen a los patrones de valor institucionalizados en la actualidad”. Plá, S. (2016). Currículo, historia y justicia social. Estudio
comparativo en América Latina. Revista Colombiana de Educación, (71), 58.
4
Estévez, A. (2019). Los Derechos Humanos en la sociología política contemporánea: una gramática en disputa. En Los Derechos
Humanos en las Ciencias Sociales. México: Flacso. P.157

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