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MUJERES EMPRENDEDORAS: UNA GRAN POTENCIALIDAD EN EL

DESARROLLO ECONÓMICO DE BOLIVIA

Osvaldo Walter Gutiérrez Andrade1

Bolivia es la sexta economía con mayor nivel de emprendimiento a nivel mundial y el tercera en
importancia en la región, según el reporte de Global Entrepreneurship Monitor (GEM ) 2014.
En el GEM 2014, Bolivia presenta una Tasa de Actividad Emprendedora (TEA por sus siglas en
inglés) de 27,4% solo superado por Ecuador (32,6%) y Perú (28,8%). El índice del GEM evalúa
la actividad emprendedora de 73 países, que representan el 72,4 de la población y el 90% del
Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Entre los diez primeros países en el mundo con una
mayor TEA están los países africanos de Camerún, Uganda, Bostwana, Burkina Faso y Angola.
Otros cuatro países están en Latinoamérica: Ecuador, Perú, Bolivia y Chile; y uno en Asia-
Oceanía (Tailandia) 2.

En este contexto, una encuesta y reporte producido por MpD-EpC, de la Universidad Católica
Boliviana de La Paz, titulado “Mujeres y Emprendimiento en Bolivia, 2011: Áreas urbana y
periurbana,” revela la gran cantidad de mujeres bolivianas que se dedica a actividades
emprendedoras en las ciudades capitales de departamento del país, especialmente en el eje
central, la mayor parte por necesidad (subsistencia) antes que por oportunidad (independencia y
mejora de ingresos). La encuesta y reporte son parte del Global Entrepreneurship Monitor, pero
esta vez enfocada únicamente a mujeres (GEM Mujer).

Para el caso boliviano el reporte revela que 37,1% de una muestra representativa de 2.500
mujeres adultas, elegidas al azar en las áreas urbanas y periurbanas de todo el país, se encuentra
ejecutando algún emprendimiento (27% en etapa inicial y poco más de 10% con negocio
establecido mayor a 3,5 años). De las cuales 79% se encuentra en actividades de servicio al
consumidor (mayormente comercio al por menor) y poco más de 17% en actividades de
transformación productiva (manufacturas básicas). De las emprendedoras en etapa inicial,
aproximadamente 55% tiene alguna expectativa de crecimiento en términos de la necesidad de
emplear a una o más personas en los próximos cinco años. Tal vez su capacidad de generar
empleo es baja, pero su verdadera contribución a la economía está en que pueden generar algún
empleo a otros, además de auto emplearse y contribuir a la sostenibilidad de sus hogares.

Por otra parte, además de las restricciones ya conocidas de los emprendedores bolivianos en
cuanto a educación y necesidad de capacitación, capital inicial y acceso al crédito, y actividad
económica al que puede acceder, se suma para ellas la necesidad de equilibrar las necesidades
de su emprendimiento con sus responsabilidades de género en el hogar (cuidado de los niños y
quehaceres del hogar). El reporte señala que 43% de las emprendedoras en etapa inicial y 47%
de las con negocio establecido consideran que las responsabilidades del hogar afectan mucho al
funcionamiento del negocio y sus posibilidades de crecimiento.

El reporte revela que en promedio entre 40%-60% de las emprendedoras, que en su mayoría se
encuentran en un rango de 25 a 44 años de edad, no han completado primaria o secundaria. De
hecho el reporte GEM Mujer afirma que las mujeres que inician negocios en la actualidad
tienden a tener más educación que las que iniciaron negocios en el pasado. A pesar de ello, sin
1
Doctor en Ciencias Económicas. Docente de pregrado y posgrado Universidad Católica Boliviana y
Universidad Mayor de San Simón.
2
El Global Entrepreneuship Monitor (GEM por sus siglas en inglés) es una investigación internacional
promovida por el Babson College (Estados Unidos) y el London School of Business (Reino Unido), con
el objetivo de medir la actividad emprendedora en los países y observar su impacto en el crecimiento
económico y la prosperidad.
duda es muy importante que el esfuerzo público en esta tarea deba redoblarse porque, también
como el mismo reporte revela, cuanto más educada una mujer, el emprendimiento que realiza
tiende a ser por oportunidad y no sólo por necesidad.

Por otra parte, el Informe de Estabilidad Financiera de 2012 del BCB presenta estadísticas que
revelan que la inclusión financiera (acceso a productos y servicios financieros) ha estado
mejorando de manera continua. El reporte subraya que 52% de las emprendedoras en etapa
inicial y 42% de las con negocio establecido, han recurrido al sistema financiero para el inicio o
expansión de su negocio (mayormente banca comercial). A pesar de estos avances, queda aún la
necesidad de redoblar esfuerzos para seguir mejorando el acceso y la profundización financiera.
El reporte también indica que 35% de las emprendedoras iniciales y 37% de las establecidas
manifiestan que las condiciones de acceso no son adecuadas a sus posibilidades y/o
necesidades. La mayoría de ellas soluciona su problema recurriendo al capital familiar,
especialmente cuando se trata de su capital inicial. El reporte GEM Mujer revela que apenas
3,8% de las emprendedoras iniciales y 1,6% de las establecidas se dedican al negocio de
servicios a empresas.

Un reciente informe sobre Desarrollo Humano titulado “El nuevo rostro de Bolivia”, que fue
elaborado por el PNUD, refleja que el 74% de las mujeres del eje La Paz, Cochabamba y Santa
Cruz -tomando incluso las áreas metropolitanas- son emprendedoras por necesidad: y que el
restante, el 26%, emprende aprovechando una oportunidad. En este texto se define a "las
emprendedoras por necesidad” como aquellas mujeres que tienen trabajos por cuenta propia,
pero que no son profesionales o patronas y/o empleadoras que generan menos de cinco puestos
de trabajo. En los últimos 15 años, el nivel de emprendedurismo femenino por necesidad se
redujo del 87% al 74%. Según los datos actualizados a 2014, la región metropolitana de La Paz
es donde más casos se registran alcanzando el 80%, seguido por Cochabamba con el 74% y la
región metropolitana de Santa Cruz, con 71%, esto significa que las mujeres emprendedoras han
mejorado en este tiempo su nivel educativo y se han convertido en “emprendedoras por
oportunidad”. Una evaluación crítica respecto del informe del PNUD, estima que en el futuro,
las mujeres liderarán el emprendedurismo en Bolivia.

En Bolivia 37 de cada 100 mujeres se hallan realizando una actividad emprendedora, según el
estudio de Mujeres y Emprendimiento en Bolivia 2011. Sin embargo, a nivel mundial, la cifra
de mujeres emprendedoras continúa siendo muy baja y Bolivia no es la excepción, de acuerdo al
Reporte Nacional del Emprendimiento en Bolivia 2014, en el marco del GEM. En la
descripción del perfil del emprendedor por género, la actividad emprendedora TEA en Bolivia
destaca por tratarse de una actividad con mayor incidencia en la población masculina (30%),
aunque no existen diferencias considerables con relación a las mujeres (25%), dichas
proporciones se mantienen entre los propietarios de negocios establecidos, patrón que se
mantiene desde las investigaciones realizadas del GEM desde 2008. En cuanto al liderazgo de
nuevas empresas también la diferencia es en favor a género masculino 8,7% en relación al 6,5%
de mujeres propietarias.Por otra parte, también en Bolivia, la discontinuidad de los negocios es
mayor entre las mujeres que entre los hombres, con causas asociadas a razones personales y a la
rentabilidad del negocio. En el análisis por género, las mujeres son las que revelan porcentajes
más altos por necesidad, en comparación con los hombres.

Sobre la orientación innovadora en Bolivia, se tiene que el 68% de la TEA, declara que su
producto es innovador; es decir que su producto o su servicio es nuevo por lo menos para
algunos de sus consumidores. Tal porcentaje resulta mayor entre los emprendedores
propietarios de nuevos negocios, en comparación con los emprendedores nacientes. Desde una
perspectiva de género, las mujeres son las que tienen mayores percepciones de innovación del
producto respecto a los hombres. Sobre la orientación internacional de la actividad
emprendedora TEA en Bolivia, únicamente el 5% presenta una orientación hacia el mercado
externo. En ese contexto, el 90% de mujeres y de hombres adultos en actividad emprendedora
inicial señala que ni siquiera el 25% de su producción está orientada a consumidores
extranjeros. Tras haberse establecido que la oportunidad es la motivación dominante entre los
hombres y que la necesidad es predominantemente femenina, los mayores porcentajes de
hombres emprendedores por oportunidad se dan en los departamentos de Chuquisaca,
Cochabamba y La Paz, mientras que los mayores porcentajes de mujeres emprendedoras por
necesidad están en los departamentos de Oruro, Pando y Potosí.

Finalmente, es posible efectuar una reflexión en el sentido de que en Bolivia, existiría una muy
buena predisposición hacia el emprendimiento como opción para la generación de ingresos o
como carrera profesional por parte de las mujeres; sin embargo se alerta sobre la necesidad de
políticas focalizadas. Políticas de fomento al emprendimiento donde la actividad emprendedora
de las mujeres es mayor (Santa Cruz, El Alto, Cochabamba y La Paz): políticas referentes al
marco normativo y regulatorio o políticas de ciencia, tecnología e innovación y también
políticas. Políticas de incentivo para el emprendimiento en ciudades donde la actitud y la
actividad emprendedora es menor (Sucre, Tarija, Trinidad): acciones y programas de educación
para el emprendimiento o bien acciones que generen mayor sensibilidad para la consideración
del emprendimiento como opción.

También resulta interesante considerar la elaboración de estudios de caso por región y


programas de difusión para una mayor visibilidad de la mujer emprendedora que inspire a otras
mujeres en el camino del emprendimiento productivo y de calidad. Las políticas públicas en pro
del emprendimiento de la mujer, debe considerar factores relativos a: capacitación en temas de
emprendimiento, acceso a crédito, uso de tecnología, acceso a redes sociales y compartir
responsabilidades con el hogar y con los hijos. El tipo de capacitación que se precisa en el país
debe estar acorde con las necesidades y condiciones de la mujer emprendedora pero también
desde una perspectiva de mayor agregación de valor con énfasis en la transformación
productiva. Es imprescindible el desarrollo de nuevos productos financieros apropiados al perfil
de la mujer emprendedora y al fomento de emprendimientos productivos (agregación de valor)
con enfoque de género.

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