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1. que la persona resida o se encuentre en una zona delimitada y protegida por un régimen convencional de
protección del medio ambiente del que dicho Estado sea parte;
34. Al respecto, la Corte reitera que no se encuentra limitada por los términos literales de las
consultas que se le plantean para el ejercicio de su función consultiva (supra párr. 27). En este
sentido, entiende que la primera pregunta planteada por el Estado solicitante busca que este
Tribunal interprete el alcance del artículo 1.1 de la Convención en relación la zona de aplicación del
Convenio de Cartagena. Actualmente, dicho convenio tiene 25 Estados Partes, 22 de los cuales son
miembros de la OEA y 10 de los cuales son parte de la Convención Americana.
35. Esta Corte ha indicado que, en aras del interés general que revisten sus opiniones consultivas,
no procede limitar el alcance de las mismas a unos Estados específicos. Las cuestiones planteadas
en la solicitud trascienden el interés de los Estados parte del Convenio de Cartagena y son de
importancia para todos los Estados del planeta. Por tanto, este Tribunal considera que no
corresponde limitar su respuesta al ámbito de aplicación del Convenio de Cartagena.
Fallo:
LA CORTE, DECIDE
por unanimidad, que:
1. Es competente para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN
por unanimidad, que:
2. El concepto de jurisdicción del artículo 1.1 de la Convención Americana abarca toda situación en
la que un Estado ejerza autoridad o control efectivo sobre las personas, sea dentro o fuera de su
territorio, de conformidad con los párrafos 72 a 81 de esta Opinión.
3. Para determinar las circunstancias que revelan el ejercicio de la jurisdicción por parte de un
Estado, es necesario examinar las circunstancias fácticas y jurídicas particulares de cada caso
concreto y no basta la ubicación de esa persona en una zona geográfica determinada como la zona
de aplicación de un tratado para la protección ambiental, de conformidad con los párrafos 83 a 94
de esta Opinión.
5. Con el propósito de respetar y garantizar los derechos a la vida e integridad de las personas bajo
su jurisdicción, los Estados tienen la obligación de prevenir daños ambientales significativos, dentro
o fuera de su territorio, para lo cual deben regular, supervisar y fiscalizar las actividades bajo su
jurisdicción que puedan producir un daño significativo al medio ambiente.
Redactada en español, en San José, Costa Rica, el 15 de noviembre de 2017.
https://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_23_esp.pdf