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FORO 2

COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS


CASO 12.428
EMPLEADOS DE LA FÁBRICA DE FUEGOS EN SANTO ANTÔNIO DE JESUS Y SUS
FAMILIARES
BRASIL
2 de marzo de 2018
El caso se relaciona con la responsabilidad internacional del Estado por la violación del derecho a la
vida de 64 personas y a la integridad personal de 6 personas, como consecuencia de la explosión de
una fábrica de fuegos el 11 de diciembre de 1998, de las cuales 22 eran niños y niñas entre 11 y 17
años de edad. La Comisión determinó que el Estado: i) sabía que en la fábrica se realizaban
actividades industriales peligrosas y, por ello, debía inspeccionar y fiscalizar conforme a la
legislación interna y sus obligaciones internacionales; y que ii) derivado de ese deber, debía conocer
que en la fábrica existía una de las peores formas de trabajo infantil y que se estaban cometiendo
graves irregularidades que implicaban un alto riesgo e inminente peligro para la vida, integridad
personal y salud de todos trabajadores.
Consideraciones de la corte:
129. Así, la Comisión considera que el análisis de un caso concreto a la luz del artículo 26 de la
Convención Americana debe ser efectuado en dos niveles. En un primer momento, es necesario
establecer si el derecho del que se trata el caso se deriva “de las normas económicas, sociales y
sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización de Estados
Americanos”, tal como remite el texto del artículo 26. Es decir, el artículo 26 de la CADH es el que
atribuye a la Carta de la OEA como fuente directa de derechos, asignando carácter de derechos
humanos a las disposiciones que sobre la materia pueden desprenderse de dicho tratado. Dado que
el objeto de la Carta de la OEA no fue individualizar derechos sino constituir un organismo
internacional, es necesario recurrir a textos auxiliares para identificar los derechos que se
desprenden de las disposiciones de dicho instrumento.
130. Una vez establecido ello, corresponde determinar si el Estado en cuestión incumplió la
obligación de “lograr progresivamente” la plena efectividad de tal derecho, o aquellas obligaciones
generales de respetar y de garantizar el mismo. En este segundo nivel de análisis, es preciso tomar
en consideración la naturaleza y alcance de las obligaciones exigibles al Estado bajo los artículos
1.1, 2 y 26 de la Convención, así como los contenidos del derecho de que se trate, como se
efectuará más adelante.
135. En relación con los componentes exigibles e inmediatos de la obligación de dar pasos o
adoptar medidas, el Comité DESC ha indicado, por ejemplo, que la adopción de medidas por sí
misma no se encuentra limitada o condicionada a otras consideraciones; por ello, si bien el logro de
la realización efectiva de los derechos podrá ser paulatino, la adopción de medidas o providencias
para tales efectos deben ser deliberadas, concretas y orientadas lo más claramente posible a su
cumplimiento. El Estado además tiene obligaciones básicas que deben satisfacer niveles esenciales
de tales derechos, las cuales no están sujetas al desarrollo progresivo sino que son de carácter
inmediato.
Fallo:
1. Reparar integralmente las violaciones de derechos humanos declaradas en el Informe de
Admisibilidad y Fondo Nº 25/18, tanto en el aspecto material como inmaterial. El Estado deberá
adoptar medidas de compensación económica y satisfacción del daño moral.
2. Disponer las medidas de atención en salud física y mental necesarias a las víctimas
sobrevivientes de la explosión. Asimismo, disponer las medidas de salud mental necesarias a los
familiares directos de las víctimas de la explosión. Estas medidas deben implementarse en caso de
ser voluntad de las víctimas y de manera concertada con ellas y sus representantes.
3. Investigar de manera diligente, efectiva y dentro de un plazo razonable, con el objeto de
esclarecer los hechos en forma completa, identificar todas las posibles responsabilidades e imponer
las sanciones que correspondan respecto de las violaciones de derechos humanos declaradas en el
Informe de Admisibilidad y Fondo Nº 25/18. Esta medida deberá incluir tanto las investigaciones
penales como administrativas que correspondan, no sólo respecto de personas vinculadas con la
Fábrica de Fuegos, sino con las autoridades estatales que incumplieron sus deberes de inspección y
fiscalización, en los términos expresados en el Informe de Admisibilidad y Fondo Nº 25/18.
FORO 2
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
OPINIÓN CONSULTIVA OC-23/17
DE 15 DE NOVIEMBRE DE 2017
SOLICITADA POR LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
MEDIO AMBIENTE Y DERECHOS HUMANOS
2. El 14 de marzo de 2016 la República de Colombia (en adelante “Colombia” o el “Estado
solicitante”), con fundamento en el artículo 64.11 de la Convención Americana y de conformidad
con lo establecido en el artículo 70.1 y 70.22 del Reglamento, presentó una solicitud de Opinión
Consultiva sobre las obligaciones de los Estados en relación con el medio ambiente en el marco de
la protección y garantía de los derechos a la vida y a la integridad personal (en adelante “la
solicitud” o “la consulta”) a fin de que el Tribunal determine “de qué forma se debe interpretar el
Pacto de San José cuando existe el riesgo de que la construcción y el uso de las nuevas grandes
obras de infraestructura afecten de forma grave el medio ambiente marino en la Región del Gran
Caribe y, en consecuencia, el hábitat humano esencial para el pleno goce y ejercicio de los derechos
de los habitantes de las costas y/o islas de un Estado parte del Pacto, a la luz de las normas
ambientales consagradas en tratados y en el derecho internacional consuetudinario aplicable entre
los Estados respectivos”. Asimismo, el Estado solicitante busca que la Corte determine “cómo se
debe interpretar el Pacto de San José en relación con otros tratados en materia ambiental que buscan
proteger zonas específicas, como es el caso del Convenio para la Protección y el Desarrollo del
Medio Marino en la Región del Gran Caribe, con relación a la construcción de grandes obras de
infraestructura en Estados parte de estos tratados y las respectivas obligaciones internacionales en
materia de prevención, precaución, mitigación del daño y de cooperación entre los Estados que se
pueden ver afectados”.
Consideraciones de la corte:
32. Este Tribunal nota que Colombia planteó su solicitud de opinión consultiva haciendo referencia
al “medio ambiente marino en la Región del Gran Caribe”, solicitando, de manera general, que la
Corte interprete “cómo se debe interpretar el Pacto de San José en relación con otros tratados en
materia ambiental que buscan proteger zonas específicas, como es el caso del Convenio para la
Protección y el Desarrollo del Medio Marino en la Región del Gran Caribe” (en adelante “el
Convenio de Cartagena”)39 (supra párr. 1). Asimismo, la primera pregunta planteada por Colombia
fue formulada en los siguientes términos:
I. ¿De acuerdo con lo estipulado en el artículo 1.1 del Pacto de San José, debería considerarse que una
persona, aunque no se encuentre en el territorio de un Estado parte, está sujeta a la jurisdicción de dicho
Estado en el caso específico en el que, de forma acumulativa, se cumplan las cuatro condiciones que a
continuación se enuncian?

1. que la persona resida o se encuentre en una zona delimitada y protegida por un régimen convencional de
protección del medio ambiente del que dicho Estado sea parte;

34. Al respecto, la Corte reitera que no se encuentra limitada por los términos literales de las
consultas que se le plantean para el ejercicio de su función consultiva (supra párr. 27). En este
sentido, entiende que la primera pregunta planteada por el Estado solicitante busca que este
Tribunal interprete el alcance del artículo 1.1 de la Convención en relación la zona de aplicación del
Convenio de Cartagena. Actualmente, dicho convenio tiene 25 Estados Partes, 22 de los cuales son
miembros de la OEA y 10 de los cuales son parte de la Convención Americana.
35. Esta Corte ha indicado que, en aras del interés general que revisten sus opiniones consultivas,
no procede limitar el alcance de las mismas a unos Estados específicos. Las cuestiones planteadas
en la solicitud trascienden el interés de los Estados parte del Convenio de Cartagena y son de
importancia para todos los Estados del planeta. Por tanto, este Tribunal considera que no
corresponde limitar su respuesta al ámbito de aplicación del Convenio de Cartagena.
Fallo:
LA CORTE, DECIDE
por unanimidad, que:
1. Es competente para emitir la presente Opinión Consultiva.
Y ES DE OPINIÓN
por unanimidad, que:
2. El concepto de jurisdicción del artículo 1.1 de la Convención Americana abarca toda situación en
la que un Estado ejerza autoridad o control efectivo sobre las personas, sea dentro o fuera de su
territorio, de conformidad con los párrafos 72 a 81 de esta Opinión.
3. Para determinar las circunstancias que revelan el ejercicio de la jurisdicción por parte de un
Estado, es necesario examinar las circunstancias fácticas y jurídicas particulares de cada caso
concreto y no basta la ubicación de esa persona en una zona geográfica determinada como la zona
de aplicación de un tratado para la protección ambiental, de conformidad con los párrafos 83 a 94
de esta Opinión.
5. Con el propósito de respetar y garantizar los derechos a la vida e integridad de las personas bajo
su jurisdicción, los Estados tienen la obligación de prevenir daños ambientales significativos, dentro
o fuera de su territorio, para lo cual deben regular, supervisar y fiscalizar las actividades bajo su
jurisdicción que puedan producir un daño significativo al medio ambiente.
Redactada en español, en San José, Costa Rica, el 15 de noviembre de 2017.
https://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_23_esp.pdf

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