Está en la página 1de 176

ENCICLOPEDIA

DE DOCTRINAS
BÍBLICAS
Dr. Herbert Lockyer

INDICE

0 Prólogo - Prefacio
1 Teología - La Doctrina de Dios
2 Cristología - La Doctrina de Cristo
3 Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo
4 Antropología - La Doctrina del Hombre
5 Hamartiologia - La Doctrina del Pecado
6 Soteriología - La Doctrina de la Salvación
7 Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia
8 Angelología - La Doctrina de los Ángeles
9 Escatología - La doctrina de las últimas cosas

Prólogo - Prefacio

Prólogo

Pablo distinguía entre las simplezas de la Palabra y sus más profundas verdades.
Cuando escribió a los corintios, él dijo: "os di a beber leche, y no vianda" (1 Cor.3:2).
Ciertamente, bebes recién nacidos en Cristo necesitan la sencilla leche de la Palabra. No
obstante, con el desarrollo espiritual, la carne de la Escritura será masticada.
Asombra considerar que la prevaleciente carnalidad entre personas religiosas podría
haber sido prevenida si ellos hubieran escuchado consistentemente una predicación
doctrinal en sus iglesias. Tememos que mucha de la predicación de nuestros días es no
solamente simple sino también superficial. Solo la superficie de la Biblia es considerada,
pero sus profundidades son ignoradas.

Cuan agradecidos al Señor estamos por Seminarios cristianos fundamentalistas y por


Institutos Bíblicos por toda la tierra, en los cuales muchos jóvenes son enseñados a
manejar las grandes doctrinas de la Palabra de Dios. La Escuela Bíblica Tennessee
Temple es una de las grandes escuelas de entrenamiento de este tipo, y es afortunada en
tener un maestro dotado como el Dr. Mark G. Cambron como su Rector. La monumental
obra del Dr. Mark G. Cambron, Doctrinas Bíblicas, revela cuánto él se ha sumergido en
las profundidades de la Palabra de Dios, y es capaz de presentar, de manera clara y
concisa, aquellas gloriosas doctrinas de las cuales Dios en Cristo es Autor, Materia y
Consumador.

Anhelamos para Doctrinas Bíblicas, una amplia circulación entre Pastores, estudiantes y
obreros cristianos a través de los diferentes países.

Dr. Herbert Lockyer, D.D., LL.D.

Prefacio

"Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a
aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados" (Rom.6:17). "Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra" (2 Tim.3:16, 17).

El clamor de la necesidad de la Iglesia hoy es por el conocimiento de la Palabra de Dios.


La Iglesia esta fría, indiferente al propósito para el cual Dios la ha dejado aquí, y ese
propósito es ganar a los perdidos para Cristo. Pero parece que algunos de los líderes
escogidos por Dios están cayendo en los diferentes "ismos" de hoy; la causa: la carencia
de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de Dios. Los hijos de Dios se deslizan
hacia el pecado; la causa: la carencia de conocimiento de las doctrinas de la Palabra de
Dios. Los cristianos deben alimentarse de la Palabra de Dios para entonces crecer.
Entonces la Palabra de Dios obrará sobre las vidas y las conductas de los cristianos. El
hecho de que los hombres no presten atención a la sana doctrina es una señal de los
tiempos, una señal de que Cristo regresará pronto. "Pero el Espíritu dice claramente que
en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios;" (1 Tim.4:1).

En todos los campos de servicio cristiano hay una gran demanda de pastores y ministros
que tracen bien la Palabra de Verdad. Si almas son salvadas, esas almas dependen de la
Palabra para crecer. La Verdad les formará, pero el error les deformará. Hay una vasta
diferencia entre una persona sosteniendo la Verdad y la Verdad sosteniendo a una
persona. Por tanto, mientras estudia las doctrinas de la Escritura, que el estudiante ore
a Dios no solo para saber las doctrinas, sino para que ellas lleguen a ser una realidad en
su alma y en su espíritu.

Capítulo 1

Teología - La Doctrina de Dios


Bosquejo del Capítulo 1 - Teología

I. Los Nombres y Títulos de Dios


A. Elohim.
B. Jehová.
C. Adonai
D. Las combinaciones con Jehová.
E. Las combinaciones con El.

II. La Existencia de Dios


A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teología.
B. Evidencias de la Existencia de Dios.

III. La Naturaleza de Dios.


A. Definiciones de Dios.
B. Espiritualidad de Dios.
C. Personalidad de Dios.
D. La Trinidad de Dios.
E. La Auto-existencia de Dios.
F. La infinitud de Dios.

IV. Los Atributos de Dios


A. Omnipotencia.
B. Omnisciencia.
C. Omni-sapiensa.
D. Omnipresencia.
E. Eternidad.
F. Inmutabilidad.
G. Amor.
H. Misericordia.
I. Gracia.
J. Fidelidad.
K. Santidad

V. La Paternidad de Dios.
A. Enseñanza del Antiguo Testamento.
B. Enseñanza del Nuevo Testamento.

Capitulo 1

Teología

La palabra “teología” viene de la palabra griega theos, la cual significa Dios. De modo que,
teología es la doctrina de Dios. Para comenzar el estudio de las muchas doctrinas de la
Biblia debemos comenzar con la fuente de todas las cosas: Dios! Debemos comenzar con
Dios. No hay nadie ni nada antes de El. Antes de que algo llegara a ser, El era: “En el
principio creo Dios…” (Gen. 1:1); “Dios, habiendo hablado muchas veces y de diversas
maneras (Heb.1:1); “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo
era Dios” (Juan 1:1).
Las primeras cosas que vamos a estudiar son

I. Los Nombres y Títulos de Dios

El Nombre de una persona, lugar, o cosa es eso por lo cual es conocida. Los Nombres de
Dios son aquellos por los cuales El es conocido. Ellos denotan su carácter. Si, los
Nombres del Señor son aquellos por los cuales El es conocido entre su pueblo; “Sálvame,
oh Dios, por tu Nombre” (Sal. 54: l); “En Ti confiarán los que conocen tu Nombre” (Sal. 9:
10).

En castellano, en la versión Reina-Valera1960, se distinguen los 3 Nombres primarios de


Dios claramente. Cuando leemos "Dios" sabemos que traduce la palabra hebrea
Elohim;la palabra “Jehová” se usa para Jehovah; y la palabra “Señor” para la palabra
Adonai. Cada una de estas 3 palabras, Elohim, Jehová y Adonai, describe el carácter de
Dios y de Sus acciones hacia la humanidad, distinguiendo entre el santo y el pecador.

A. Elohim.

La palabra Elohim, que es traducida “Dios,” aparece más de 2300 veces en la Escritura. Y
aunque no es un Nombre personal de Dios, es el titulo oficial de Dios, lo que El es,
Dios!,Elohim! La palabra Elohim no se usa solamente para Dios, sino también para
hombres (“Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo" (Sal. 82:6 con
Juan 10:34, 35), y para ídolos (“No te harás dioses de fundición" (Ex. 34:17). Es el titulo
de Dios, así como la palabra “presidente” es el titulo de un oficio. El Presidente es el
titulo oficial del más alto ejecutivo del gobierno del país. No es su nombre, sino su titulo.
De la misma manera, hay una variada clase de presidentes: de compañías, sociedades
misioneras, etc. El nombre oficial de Dios es Elohim, su oficio.

Elohim es un nombre plural. En nuestro idioma, entendemos que plural significa dos o
más, pero no es de igual manera en el idioma hebreo. Gramaticalmente tenemos 2
números en nuestro idioma: singular, que significa uno; y plural, que significa dos o más.
En el Hebreo, no obstante, tenemos 3 números: singular, que significa uno; dual, que
equivale a dos; y plural, que denota tres o más. Por tanto, Elohim es un plural, indica
tres o más. Génesis 1:1 declara: “En el principio creó Dios [tres o mas] los cielos y la
tierra.” Otra sugerencia de la Trinidad se encuentra en Génesis 1:26, 27: “Y dijo Dios
[Elohim], “hagamos al hombre a nuestra imagen.”

El significado literal de Elohim es El Poderoso, el Infinitamente Fuerte. Y en el primer


capitulo de Génesis, se describe a Elohim desplegando todo su poder con estas 10
palabras: creó, hizo, movió, dijo, vio, llamo, dividió, estableció, terminó y bendijo.

Ninguna criatura tiene poder sino aquella que lo ha recibido de Dios. El Poder pertenece
a Dios. El hombre tiene que trabajar por su poder en todas las facetas de la vida;
mientras que Dios solo tiene que hablar, y es hecho. Dios no solo crea, sino que también
sostienelo que El ha creado de la nada.

Elohim (Dios) también tiene poder para gobernar. Daniel apuntó esto, y Nabucodonosor
tuvo que experimentar que “el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él
quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres” (Dan. 4:17). Con orgullo
llenando su corazón, Nabucodonosor fue vapuleado con locura hasta que reconociese que
el Altísimo gobierna. Solo entonces su razón le fue devuelta, y llego a ser un firme
creyente de esa verdad.
Elohim (Dios) también tiene poder para juzgar, ya sea sobre hombres o naciones. Cuando
El golpea con fuerza, nadie puede resistirle.

El es la forma en singular de Elohim. Se encuentra 250 veces en la Escritura. Es usado


en los nombres propios de hombres, tales como Samuel (pedido a Dios) y Elías (Jehová es
mi Dios).

B. Jehová
Jehová es el Nombre personal de Dios. Es el Nombre que está sobre todo otro nombre. El
significado de la palabra es Redentor. Cada vez que se usa en la Escritura esta conectado
con liberación de parte de Dios: “Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat,
dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo
ayudó, y los apartó Dios de él; ” (2 Cron. 18:31).

Aunque el Nombre personal de Dios, Jehovah, se escribía, no obstante jamás se


pronunciaba. Los judíos consideraban ese nombre demasiado sagrado como para ser
pronunciado por labios humanos. Es posible que su pronunciación no sea la correcta
hoy en día, porque el idioma hebreo se escribe sin vocales. El nombre Jehovah, en el
Hebreo, se deletrea JHVH. Confiamos que lo pronunciamos correctamente, aunque
entendemos que se podría pronunciar Jeheve, o Jihivi, o Jahava, o de muchas otras
diferentes maneras. Cuando los escribas llegaban a este nombre Jehová para copiarlo,
se lavaban y limpiaban la pluma con la cual lo escribían. Aun en publico, cuando
lectores de las Sagradas Escrituras llegaban a esta palabra, no la pronunciaban,
temiendo que la tomaran en vano, y la sustituían por Elohim o por Adonai. Una razón
por la cual la palabra Jehovahfue suprimida fue para imprimir su solemnidad sobre las
mentes de la gente.

Cuando el Señor [Jehová] apareció a Moisés en la zarza ardiente, y lo envió para sacar a
los hijos de Israel desde Egipto y llevarlos a la tierra prometida, Moisés preguntó, “He aquí
que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a
vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y
respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO
SOY me envió a vosotros.” (Ex. 3:13, 14). Jehovah es el eterno YO SOY. No hay ni pasado
ni futuro para con Jehovah; El es el Eterno Presente, el Auto-Existente, Aquel que se da a
conocer de si mismo..

En Éxodo 20:2 leemos: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de
casa de servidumbre.” Había diferentes Elohims, pero había un solo Jehovah. Leemos en
la Palabra, el “Elohim de Israel”; pero nunca, el “Jehová de Israel”; porque no había otros
Jehovás. Cuando Elías y los profetas de Baal tuvieron una contienda, fue para
determinar cual era Elohim (Dios), Jehovah o Baal.

Si, Jehovah estaba siempre relacionado en una manera redentora con su pueblo, pero Su
relacionamiento con sus criaturas (eso incluye hombres no regenerados) era siempre
como Elohim. Lo mismo es hoy. Dios es Dios de todos los no salvos, pero El es Jehová,el
Padre de todos los que son salvos. El libro de Jonás ilustra esto. En capítulos 3 y 4 la
gente invoco a Elohim, pero Jonás clamó a Jehovah. Ellos estaban perdidos; Jonás era
salvo. Ellos llegaron a ser salvos, y hubieran podido, después de ser salvos, clamar a
DiosJehovah. Observen otras Escrituras al respecto: Jueces 7:14, 15; 2 Crónicas 19:6-9;
Génesis 7:16; 1 Samuel 17:46.

Tenemos además otro nombre de Dios, y ese es JAH. Lo hallamos unas 49 veces en el
texto bíblico. Algunos estudiosos bíblicos creen que JAH es una abreviatura de Jehová.
El significado es el mismo. “Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que
cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.” (Sal. 68:4). El
nombre JAH siempre esta vinculado a la alabanza, y aparece por primera vez en Éxodo
15:2.

Creemos que la palabra “Dios” (Elohim), que es plural en Génesis 1:1, definitivamente
sugiere que la Trinidad creó los cielos y la tierra. También encontramos que pensadores
modernistas interpretan esto de manera diferente. Ellos dicen que esta porción de la
Palabra debería leerse, “En el principio Dioses crearon los cielos y la tierra.” Y la razón
para esto, ellos dicen, es que Israel, al principio, creía en muchos dioses, y luego la
religión de ellos evolucionó hacia un monoteísmo. Esta forma de razonamiento ha
probado ser dificultosa para muchos estudiosos serios. ¿Hay alguna otra Escritura que la
refute? Absolutamente sí. Observe Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios,
Jehová uno es.” Ahora, coloque las correctas palabras de Elohim y Jehová en este pasaje
y verá que la Palabra plenamente revela la Trinidad de Génesis 1:1: “Oye, Israel,
JEHOVAH nuestro ELOHIM [tres o mas personas] es uno, JEHOVA.’ Por lo tanto, queda
claro que el hombre comenzó con la creencia en un Dios y luego “cambiaron la gloria del
Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. ” (Rom. 1:23).

C. Adonai.

El termino Adonai en realidad significa Maestro, Dueño; aquel que es propietario, aquel
que rige, aquel que bendice a los suyos. Por primera vez aparece en Génesis 15:1, 2:
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abrám en visión, diciendo: No temas,
Abrám; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abrám:
Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es
ese damasceno Eliezer?”

Adonai siempre puede ser traducido con la palabra “Señor”. Hay 2 diferentes formas de
esta palabra: Adon, que es singular, y Adonaí, que es plural.

Adonai es usado de 2 maneras en las Escrituras respecto a los hombres y sus relaciones
terrenales: como un señor de sus esclavos: “Entonces el criado puso su mano debajo del
muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio. Y el criado tomó diez camellos
de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase de regalos escogidos de su
señor…” (Gen. 24:9, l0); y como un esposo para su esposa: “como Sara obedecía a
Abraham, llamándole Señor [Adonai]…” (1 Pedro 3:6a). Ver también Génesis 18:12.

Un hebreo podía venderse a si mismo a otro hebreo, el cual llegaba a ser su señor. Pero
no podía venderse a si mismo para siempre; porque al año sabático, o al año del jubileo,
todos los esclavos debían ser liberados. Pero había también una manera por la cual un
esclavo podía llegar a ser esclavo para siempre, y eso era por elección: “Y si el siervo
dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo
llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará
la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.” (Ex. 21:5, 6). Pablo dijo que él era
siervo de Jesucristo, comprado por sangre y sujeto por amor! Cada vez que usted vea el
Nombre Señor Jesucristo, debe decir, “El es mi Señor.” “Vosotros me llamáis Maestro, y
Señor; y decís bien, porque lo soy” (Juan 13:13).

D. Las combinaciones con Jehová

1. Jehovah-jireh: “el Señor proveerá.” “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar,


Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.” (Gen.
22:14). Esta fue la ocasión cuando Abraham llevo a su hijo, su único, Isaac, al monte del
sacrificio. Isaac cargaba la Lena; Abraham llevaba el cuchillo y el fuego. Y su hijo le
pregunto acerca del sacrificio. A lo que el Padre Abraham le respondió, “Dios se proveerá
de cordero para el holocausto.” Y Dios así lo hizo! Antes que Abraham pudiese matar a
su propio hijo como sacrificio demandado por Dios, el ángel del SENOR detuvo su mano;
entonces su ojos vieron el cordero que Dios había provisto. Hace unos 2000 años atrás el
hijo de Dios cargo un madero, la Cruz; y el Padre preparo el fuego (lo cual habla de juicio),
y el cuchillo (lo cual nos habla de muerte), y Dios se proveyó a si mismo de un sacrificio
por nuestros pecados. Su Hijo, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Le ha dejado usted
ser su Jehovah jireh? Venga lo que venga, recuerde, El es Jehovah-jireh, “el
Señorproveerá.”
2. Jehova-Rapha: “El Señor que sana” Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e
hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos
sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque
yo soy Jehová tu sanador” (Ex. 15:26). El es Señor, El Médico. La manera en que se
utiliza este concepto no es, “Yo curaré tus enfermedades”; sino, “No pondré enfermedades
sobre ti.”

El mundo es llamado el “mundo enfermo”; Livingstone llamo a África la “herida abierta”; y


la razón para ello es la profunda herida del pecado! La palabra “sanar” es una palabra
interesante y significa reparar, enmendar, curar. Y hay cura perfecta en Jehova-
Rapha,pues dice: “por cuya herida fuisteis sanados.” (1 Pedro 2:24). Ver también Salmo
41:4.

3. Jehova-nissi: “El Señor nuestra Bandera, o Estandarte.” “Y Moisés edificó un altar, y


llamó su nombre Jehová-nisi;” (Ex.17:15). El Señor es nuestra Victoria. Cristo
crucificado es nuestra Bandera de Victoria!

4. Jehova-Qadash: “El Señor que Santifica.” “Y guardad mis estatutos, y ponedlos por
obra. Yo Jehová que os santifico.” (Lev. 20:8). Y Dios es el mismo Señor de Cristianos y
Hebreos: “y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo
primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la
ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10:9, 10). Ver
también Hebreos 10:14, y Éxodo 31:13.
5. Jehova-shalom: “El Señor nuestra Paz.” “Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo
llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas” (Jueces.
6:24). Hay una sola manera de tener paz segura hoy, y es a través del Señor Jesucristo.
El es nuestra Paz: “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando
la pared intermedia de separación,” (Ef. 2:14). Ver también Romanos 5:1.

6. Jehova-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra” “En sus días será salvo Judá, e Israel
habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia
nuestra” (Jer. 23:6). Israel será restaurado en la tierra de la promesa una vez mas, y
durante el Milenio, Jehová será llamado Jehová-Tsidkenu: “El Señor Justicia nuestra” El
Señor vino, el único Justo, y ellos le crucificaron. Pero un día vendrá por segunda vez, e
Israel proclamará al Señor Jesucristo como su propia Justicia. Jesucristo es la única
Justicia que alguien pueda proclamar.

7. Jehovah-Shammah: “El Señor está presente” “En derredor tendrá dieciocho mil cañas.
Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama” (Ez. 48:35). Cuando Israel
sea restaurada a la tierra prometida, y la tierra sea llena del conocimiento del Señor,
Jerusalén será llamada Jehová-Shammah: “el Señor está presente".

8. Jehová-Sabaoth: “El Señor de los Ejércitos" “Y todos los años aquel varón subía de su
ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo” (1 Sam. 1:
3a). Israel es el Ejército; el Señor es el Señor de los Ejércitos. Ver también Éxodo 12:41;
2 Reyes 6:14-23; Romanos 9:29; Santiago 5:4.

9. Jehová-Ra-ah: “El Señor es mi Pastor” “Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Sal.


23:1). Una vez una pequeña niña estaba mencionando este versículo, y esta es la manera
en que lo dijo: “El Señor es mi Pastor, por que habría de estar preocupada?” Ha usted
hallado esa fuente de fortaleza? Ha usted encontrado perfecta paz por seguir al Salvador
por donde sea que lo guíe? No molestarán los temores; no presionarán las tinieblas; la
pobreza no será capaz de destruir, Jesús es su Jehová-Ra-ah, su Pastor.
E. Las combinaciones con El
Así como están los nombres que son combinaciones con Jehová, están los nombres que
son combinaciones con El.

1. El Elyon: “El Dios Altísimo” “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios
Altísimo, sacó pan y vino" (Gen. 14:18). Elyon significa "El más Alto"; combinado con El,
llega a ser "El Dios Mas Alto". Ver también Deuteronomio 32:8; Daniel 4:34, 35.
Jesucristo es nuestro El Elyon: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”
(Mateo. 28:18b).

2. El Olam: “El Dios Eterno” “Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e


invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno” (Gen. 21:33). Si, Dios es el “Dios Eterno”,
“el Dios de todos los siglos y edades.”

3. El Shaddai: “El Dios Todopoderoso.” Su primera mención es en Génesis 17:1: “Era


Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el
Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” “El” significa El Fuerte.
Shaddaiviene de la palabra hebrea shad, que significa pecho de mujer, pecho materno.
Esto es ilustrado en Isaías 28:9. El Shaddai, por lo tanto, significa El Nutridor, El Dador
de Fortaleza, El Satisfacedor.

Uno de los más apreciados Nombres de Dios entre los estudiosos de la Biblia es este, El
Nutridor, El Dador de Fortaleza, El Satisfacedor, el Todo-Suficiente Dios, el Dios que es
Suficiente, El Dios que esta siempre disponible. “por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por
ellos” (Heb. 7:25). Por qué? Porque Jesucristo nuestro Señor es nuestro El Shaddai.

II. La Existencia de Dios

A. Falsos y Verdaderos Sistemas de Teología

1. Deismo. Este sistema reconoce que hay un Dios, pero niega que Dios sustente o
sostenga la creación. Para ellos, “Dios es el Creador, pero no el Sustentador."

2. Ateismo. Aquellos que sostienen esta llamada creencia, excluyen a Dios en toda
manera.

3. Escepticismo. Escépticos e infieles, están llenos de dudas y descreen de Dios,


especialmente del Dios de Revelación.
4. Agnosticismo. Esta escuela de pensamiento no niega a Dios, pero niega que Dios
pueda ser conocido.

5. Panteísmo. Para ellos, todo es Dios y Dios es todo. Cada cosa que vemos es Dios. Dios
está en todo. Dios y creación serian sinónimos.

6. Politeísmo. Esta es la creencia en muchos dioses. Habría varios dioses sobre nosotros;
y sobre ellos tendrían otros dioses, y así sucesivamente.

7. Triteísmo. Esta es la creencia en tres Dioses.

8. Dualismo. Esta es la creencia en dos Dioses; un Dios que es bueno, y un Dios que es
malo. Ellos son co-iguales en poder y persuasión.
9. Teísmo. Es la creencia en la existencia de un Dios personal. Disertar sobre esto seria
en vano, porque cada uno debe saber quién es Dios, cual es su nombre, a fin de confiar
en él.

10. Monoteísmo. Es la doctrina sobre la existencia de un solo Dios. Nosotros somos


monoteístas. Los judíos y los mahometanos también. Si eso es cierto, son ellos salvos?
No! “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.”
(Santiago 2:19). Creer que Dios es uno no es suficiente, sino “que si confesares con tu
boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo.” (Rom. 10:9).

B. Evidencias de la Existencia de Dios.

Cada estudiante debe asumir que la Biblia nunca trata de probar la existencia de Dios.
Asume que cada hombre sabe que hay un Dios, y declara que, “Dice el necio en su
corazón:
No hay Dios” (Salmo 14:1).

Hay muchas evidencias de la existencia de Dios, la primera es:

1. Por la razón. (Intelectual).


a. El argumento de la intuición. Algunas veces llamada “primeras-verdades”; es la
creencia que sabe que hay un Dios sin que nadie le revele tal hecho. Un niño sabe que
hay un Dios. Quien se lo ha dicho? Todas las razas en el mundo saben que hay un Dios,
pese a que ellos no estén adorando al único y verdadero Dios. No hay tal cosa como un
verdadero ateo. La evidencia de la existencia de Dios esta en el hombre, nace en él.
b. El Argumento Cosmológico. Este es el argumento de causa y efecto. Aquí esta el
mundo, entonces, como llego a ser? Hay una Causa o Poder detrás de todo. Debe haber
un Hacedor o Creador. Es fácil pensar que detrás de la creación está Dios, pero es
imposible pensar que hay detrás de Dios.
c. El Argumento Teleológico: Hay un perfecto diseño y orden en el universo. El copo de
nieve es un hermoso patrón que el hombre no pudo duplicar. ¿Por qué el hielo sube a la
superficie del agua y no se va al fondo cuando se congela? ¿Cómo es posible que
primavera, verano, otoño e invierno vengan en orden, y que haya sucedido por milenios?
¿Por qué el sol no está tan cerca de la tierra como para calcinarla ni tan lejos como para
que se congele? Debe haber un Diseñador detrás de la creación, y ese Diseñador es Dios!
d. El Argumento Antropológico: Este argumento se basa en las cualidades morales e
intelectuales del hombre. El hombre es el resultado directo de la creación de Dios, tal
como otras criaturas lo son, pese a que las otras criaturas no posean las cualidades
morales e intelectuales del hombre. ¿Por qué? El hombre tiene la capacidad de saber,
de razonar. Si el hombre no tomó estas cualidades de algún Otro, alguien mayor, un
creador, ¿de dónde las tomó?

2. Por la Historia. Ciertamente, la historia es Su Historia! La historia verifica el hecho de


que hay un Dios. La historia ha comprobado el hecho de la existencia de Dios contra
aquellos que habían repudiado su Ley. De modo que los cristianos nunca deberían
preocuparse de las condiciones del mundo. Dios está en Su Trono. Nada puede suceder,
sino por Su Voluntad. Alguien ha dicho, “la Profecía es el molde de la historia.” Dios
habla, y tiempo después, lo que el habló se cumple al pie de la letra. La Historia registra
solamente lo que Dios ha dicho que sucedería. La Historia comprueba que hay un Dios.

3. Por la Experiencia. Esta es una de las más grandes comprobaciones de la existencia de


Dios. Los hombres han sido transformados por el poder de Dios. No hay otra explicación
sino Dios! Oraciones han sido contestadas atestiguando la existencia de Dios.
4. Por la Escritura
a. Lo que la Biblia asume ser. La Biblia es el único libro que es inspirado de Dios. La
Biblia es el patrón para toda conducta correcta en el mundo. Si la Biblia no es la Palabra
de Dios, entonces no tenemos Dios; no podemos conocer nunca a Dios.
b. Revelación Cristológica. En Jesucristo, Dios vino a los hombres para decirnos como es
Dios. Si Jesús no es Dios, entonces no hay Dios. Dios nunca podría ser conocido. “A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es el Hijo de Dios, y El y Su vida comprueban la
existencia de Dios.
c. Declaración profética Dios anuncia por anticipado el futuro. Cualquiera que pueda
hacer esto es más que un hombre. El hombre no siempre puede hablar sobre el pasado,
mucho menos sobre el futuro. Cuando Cristo fue crucificado se cumplieron 25 profecías
distintas, profecías escritas con siglos de anticipación.

III. La Naturaleza de Dios.


A. Definiciones de Dios.

1. Definiciones Escriturales.
a. Dios es Espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad
es necesario que adoren.” (Juan 4:24).
b. Dios es Luz: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios
es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” (1 Juan 1:5).
c. Dios es Amor: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1
Juan 4:8).
d. Dios es Fuego Consumidor: “Porque nuestro Dios es Fuego consumidor” (Heb.
12:29).
2. Definiciones Teológicas.
a. El Catecismo de Westminster: “Dios es un Espíritu, Infinito, Eterno, e
Invariable en su Ser, Sabiduría, Poder, Santidad, Justicia, Bondad y Verdad.”
b. Dr. Strong: “Dios es el Espíritu Perfecto e Infinito. La fuente de todas las
cosas, El Sustento de todas las cosas, el Fin de todas las cosas.”
c. Andrew Fuller: “Dios es la primera causa y el último Fin de todas las cosas.”
d. Ebrards: “Dios es la Fuente eterna de todo lo que es temporal.”

B. Espiritualidad de Dios.

1. Su Esencia. El es un Ser espiritual (“Dios es Espíritu” — Juan 4:24), invisible (“es la


imagen del Dios Invisible” Col. 1:15a). Que es un Espíritu? Un Espíritu es un Ser sin
carne ni huesos. “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque
un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39). Dios no
puede ser visto por el ojo humano; Dios, en su pura Esencia, nunca ha sido visto. “A Dios
nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer.” (Juan 1:18).
2. Sus Manifestaciones. Mientras que Dios, en su verdadera Esencia, nunca ha sido
visto, el se ha mostrado a sí mismo; de diferentes maneras ha revelado su persona a los
hombres. En la Escritura pregunta, “¿A qué, pues, me haréis semejante o me
compararéis? dice el Santo.” (Is. 40:25). El hombre no puede conocer a Dios sino en la
forma en que Dios se haya revelado a si mismo. ¿Acaso no estamos contentos de que
Dios se haya revelado a si mismo en Su Hijo? Siendo Cristo la imagen de Dios, el
anticristo será una imitación.

Pareciera haber algunas contradicciones en la Palabra de Dios; en algunos lugares dice


que la gente vio a Dios: “hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a
su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor,
nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.” (Ex. 33:11); “Y subieron Moisés y Aarón,
Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel" (Ex. 24:9,
10). En otros lugares de la Palabra dice que es imposible ver a Dios: “Dijo más: No podrás
ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá.” (Ex. 33:20). La verdad es que, el
hombre nunca ha visto la cara de Dios en su verdadera esencia, sino que ha mirado su
rostro y ha hablado boca a boca con Dios cuando Dios se manifestó en alguna otra forma
sin ser su verdadera esencia. “Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras;
y verá la apariencia de Jehová.…” (Num. 12:8a).

Sabemos esto, que el Espíritu (El Espíritu Santo) puede manifestarse a si mismo en una
forma visible. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del
cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan 1:32). Fue en el bautismo del Señor
Jesús que Juan vio la forma, pero no el Espíritu. Entonces, el Espíritu se había
manifestado.

Dios se ha manifestado a si mismo en varias formas; entre las cuales están las siguientes:

a. En forma de criaturas. Con esta expresión no queremos decir que el Señor apareció en
la forma de animales, sino más bien en la forma de seres humanos. Génesis 3:8 y 12:7
ilustran esto plenamente: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al
aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre
los árboles del huerto.” (Gen. 3:8); “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu
descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.”
(Gen. 12:7). Ver también Génesis 16:7, 10, 13; Éxodo 24:9-11; Génesis 18:1-16; Jueces
13:22, 23; Génesis 32:24-30.

Dios también se manifestó a si mismo como el Ángel del Señor. “El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Sal. 34:7); “Además le dijo el
ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.” (Gen. 16:11). La mayoría de los estudiosos
de la Biblia creen que el Ángel de Jehová no es otro sino el Señor Jesucristo.

b. En formas materiales. El hombre no podría haber visto a Dios; por lo tanto, Dios se
manifestó a si mismo en formas desde las cuales el hablo. Una de esas formas fue la
zarza ardiente: “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y
dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.” (Ex. 3:4); Otra forma fue mediante la
columna de nubes y la columna de fuego: “Y Jehová iba delante de ellos de día en una
columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para
alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.” (Ex. 13:21).

c. En la Persona de Jesucristo. Otra vez decimos que nos regocijamos de que Dios no
elija hoy para revelarse a si mismo otro que no sea su Hijo Jesucristo. Dios no escoge hoy
manifestarse a sí mismo en una neblina, sino mas bien en forma humana: “En el
principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. ” Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:1, 14). Ver también 1 Timoteo 3:16; Hebreos
1:3.

C. Personalidad de Dios.

Dios es una Persona, alguien que posee auto-conciencia, auto-determinación, y poder.

Algunas personas tienen vagas ideas de Dios, como una fuerza, un poder, una influencia.
Pero es imposible tener comunión con una fuerza o con una influencia. Las palabras de
nuestro Señor estando en el jardín sugieren comunión con Dios: “Pero ahora voy a ti; y
hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.” (Juan 17:13).
Ver también Éxodo 3:14; 1 Corintios 2:11.

Nunca se debe confundir personalidad con visibilidad. Sustancia no tiene nada que ver
con espiritualidad. La personalidad de Dios puede ser apreciada mediante:

1. Sus Nombres “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los
hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Ex. 3:14). Las palabras “YO SOY EL QUE
SOY” sugieren personalidad.
2. Contrastes. Con esto queremos significar que las Escrituras contrastan al único Dios
sabio con los dioses de los paganos: “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera
en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo
y verdadero,” (1 Tes. 1:9). Ver también Jeremías 10:16; Hechos 14:15.
3. Sus Atributos. Lo que el hace, denota personalidad, como:
a. Dios se aflige. Solamente una persona se puede afligir o doler: “Y se arrepintió Jehová
de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.” (Gen. 6:6).
b. Dios se arrepiente. Leyendo el versículo citado anteriormente observamos que Dios se
arrepiente. 1 Samuel 15:29 dice: “Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se
arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.” En un pasaje de las
Escrituras dice que Dios se arrepiente, y en otro declara que no se arrepiente. ¿Cual es la
respuesta a esto? Cuando el hombre se arrepiente, se arrepiente de alguna obra moral;
cuando Dios se arrepiente, el se arrepiente de algún hecho judicial. La actitud de Dios
hacia el pecado nunca cambia. Tomemos el caso de Jonás y Nínive. Nínive se arrepintió;
cambió su mentalidad; y esto cambió su carácter. Dios, de todos modos, no cambia su
mente; el no cambia su actitud hacia el pecado. Pero a causa de que Ninive se había
arrepentido, no hubo necesidad de juicio contra el pecado. Su pecado había sido
confesado y perdonado.
c. Dios ama. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). “Yo
reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Apo. 3:19). Solo
una personalidad puede amar.
d. Dios odia. “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:” (Prov. 6:16).
e. Dios oye. “El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El que castiga
a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?” (Sal.
94:9, 10).
4. Sus hechos.
a. Dios crea. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gen. 1:1). Ver también
Isaías 45:18.
b. Dios provee. “Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. Les
das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se turban; Les
quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, Y
renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:27-30). Las necesidades materiales del mundo
entero son suplidas por Dios.
c. Dios promueve. Algunas personas, aparentemente, son impulsadas o promovidas por
otras. El mundo tiene una palabra para esto: suerte. Pero la correcta respuesta es el
Señor! Los reyes reciben el poder de parte suya; los pastores reciben sus cargos de parte
suya; el esposo recibe la esposa de parte suya. Todas las promociones son del Señor.
“Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es
el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.” (Sal. 75:6, 7).
d. Dios cuida. Dios tiene un corazón; solo una persona tiene un corazón. “Humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6, 7).

D. La Trinidad de Dios.
1. Trinidad en Personalidad. Mediante esto, por supuesto, queremos decir que Dios es
Tres en Uno. Hay algunos errores concernientes a la Trinidad; algunos han sido
provocados en ignorancia, y otros deliberadamente.

Nosotros sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios; si no fuese por ninguna otra razón,
lo es porque tenemos la Trinidad en ella. Si el hombre hubiera escrito la Biblia, hubiera
dejado la Trinidad afuera de sus paginas; porque la Trinidad es demasiado difícil de
entender. La mente del hombre no puede comprenderla. La única cosa que el hijo de
Dios puede hacer con ella es aceptarla por fe y pararse sobre lo que Dios dice acerca de
ella. Solo porque no podamos comprender todo acerca de ella no es señal de que no sea
verdad.

Hay un error que propone que hay tres individuos en la Deidad. Pero recuerda, Dios no
es una triada.

Otro error es que la Trinidad es una Persona, manifestándose a si mismo en tres. Eso
sería decir que hay tres esencias en una Persona, y que Jesucristo, el Padre y el Espíritu
Santo son solamente manifestaciones.

Aun hay otro error, y es el que niega la Trinidad, y consecuentemente hace del Hijo y del
Espíritu Santo criaturas de Dios, los cuales llegaron a existir después de Dios. En otras
palabras, aquellos que sostienen estas teorías erróneas declaran que hubo un tiempo
cuando el Hijo de Dios no existía. Ellos utilizan esta serie de razonamientos: “Un hijo no
puede ser tan viejo como su padre, un padre debe existir siempre antes que su hijo a fin
de engendrarle; Así que Dios el Padre es el Padre de Dios el Hijo; y por lo tanto, el Padre
debe haber existido antes que el Hijo en función de engendrarle.” A esto replicamos: “si
una persona declarase que es padre, y lo ha sido por 10 años, entonces nosotros sabemos
que ha tenido un hijo por 10 años. Un hombre no puede ser un padre sin haber tenido
un hijo. Así es, un hombre que es padre por 10 años ha tenido un hijo por 10 años. Así
también es en la Deidad, si Dios es el Padre Eterno, entonces debe tener un Hijo Eterno.

La doctrina de la Trinidad es una doctrina de pura revelación de parte de Dios. Y


recuerda, nosotros no adoramos tres Dioses, sino un Dios: el Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Es prácticamente imposible dar ejemplos sobre la Trinidad. Algunos han ofrecido el trébol
de 3 hojas como ejemplo; otros han sugerido el agua: liquida en su estado normal; vapor,
cuando es calentada; y sólido o hielo, cuando es congelada. Aun así, esto no es claro.
Porque Dios es Tres en Uno! Por lo tanto, proponemos que la mejor ilustración es el
hombre mismo: cuerpo, alma y espíritu. El no es tres personas, sino tres en uno. Y hay
tres cosas que son pertinentes a cada uno separadamente: alimento para el cuerpo,
música para el alma, y adoración para el espíritu, pero aun así, las 3 cosas apelan a un
solo hombre.

Los rayos del sol pueden ser utilizados como otra ilustración. Cuando los rayos del sol
caen sobre la tierra, están compuestos de 3 elementos: rayos de calor, que pueden
sentirse pero no ser vistos; rayos de luz, que pueden ser vistos pero no sentidos; y los
tipos de rayos, que no pueden ser vistos ni oídos, pero hacen sentir sus efectos sobre la
piel. Los tres juntos forman el brillo del sol. Sin uno de estos elementos no habría rayos
de sol; sin una de las partes del hombre, el hombre dejaría de ser; y sin una de las
personas de la Deidad, Dios no sería Dios!

a. Nombres en el Antiguo Testamento

(1) Nombres plurales “En el principio [Elohim] creó los cielos y la tierra” (Gn. 1:1).
Elohim es un nombre plural, que significa tres o más. Esto, por supuesto, sugiere la
Trinidad en la creación. Ver también Génesis 3:5; Éxodo 20:3; Deuteronomio 13:2, 3.
Muchas veces es traducido en singular y otras veces en plural.

(2) Pronombres plurales “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno denosotros,
sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol
de la vida, y coma, y viva para siempre…” (Gen. 3:22). Ver también Génesis 1:26; Isaías
6:8. Aquí tenemos a Dios hablando a Dios, eso es la Trinidad.

(3) Declaraciones Escriturales Las Escrituras declaran que Dios ungió a Dios, ¿y cómo
podría ser eso si Dios no fuese una Trinidad? “Tu trono, oh Dios, es eterno y para
siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la
maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus
compañeros.” (Salmos 45:6,7). Ver también Hebreos 1:8-12; y Salmos 110:1.

(4) Designaciones Escriturales En Génesis 1:1 Dios declara que El creó los cielos y la
tierra; y en versículo 2, el Espíritu Santo, aparece la tercera persona de la Trinidad: “El
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de la aguas.” (Ver también Job 24:13). Y elementos
de una personalidad son atribuidos en referencia al Espíritu Santo: “Saldrá una vara del
tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de
Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová." (Isaías 11:1, 2).

El Hijo, la segunda persona de la Trinidad también es presentada: “Yo publicaré el


decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. . . Honrad al Hijo, para
que no se enoje, y perezcáis en el camino…” (Salmos 2:7, 12a). El Ángel del Señor del
Antiguo Testamento no es otro que Jesucristo mismo, y en la siguiente porción de las
Escrituras se lo declara como separado de Dios el Padre y de Dios el Espíritu Santo: “Y la
halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que
está en el camino de Shur.” (Génesis 16:7).

Las siguientes Escrituras plenamente revelan la Trinidad de la Deidad: Génesis 18:1,2,33;


Isaías 48:16; 63:8-10.

(5) Expresiones triples. Donde las Escrituras expresan alabanza o bendición de la


Deidad, se declara una exclamación triple que apunta al hecho de que así como Dios es
tres en uno estas expresiones también deben ser tres: “Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre
ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Num. 6:24-26). “Y los cuatro seres vivientes tenían cada
uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche
de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que
ha de venir.” (Apoc. 4:8).

b. En el Nuevo Testamento.

(1) El Bautismo de Cristo. El Bautismo de Cristo es una de las mejores ilustraciones que
prueban la Trinidad: “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia.” (Mateo 3:16, 17). Aquí tenemos la voz del Padre desde el cielo, el Hijo
saliendo del agua, y el Espíritu Santo descendiendo como paloma.

(2) Formula Bautismal. La iglesia de Dios en Cristo Jesús siempre ha utilizado la formula
bautismal legada por su fundador, Jesucristo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:19, 20). Observe que la
Escritura no dice, “en los nombres de”; sino, “en el nombre de.” Uno en Tres; un
nombre,pero tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

(3) La Bendición Apostólica. La iglesia ha utilizado esta bendición (la cual fue primero
usada por el apóstol Pablo por inspiración del Espíritu Santo) por más de 19 siglos: “La
gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros. Amén” (II Cor. 13:14).

(4) Otra Escritura. El siguiente versículo plenamente revela el hecho de la Trinidad: “Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará
todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26).

2. La Unidad de su Ser: Indivisible e Invisible. Hay un solo Dios: “Por tanto, tú te has
engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme
a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.” (II Sam. 7:22); “¿Quién hizo y realizó esto?
¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con
los postreros.” (Isaías 41:4). Ver también Isaías 43:10, 11; 44:6; Deuteronomio 6:4.

Dios, Elohim, aunque es una unidad compuesta; eso es, el nombre, Dios (que es plural),
es usado siempre con un verbo en singular: “En el principio creó Dios los cielos y la
tierra.” (Gen. 1:1); “Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los dioses, él sabe, y hace
saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy.
(Josué. 22:22). Ver también Génesis 1:5, 8, 13; 33:20.

3. Un sumario de la Escritura

a. Tres son Reconocidos como Dios.

(1) El Padre es reconocido como Dios. “a todos los que estáis en Roma, amados
de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo.” (Rom. 1:7). Ver también Juan 6:27; I Pedro 1:2.

(2) El Hijo es reconocido como Dios “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el
siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” (Heb. 1:8); “enseñándonos que,
renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y
piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, ” (Tito 2:12, 13).

(3) El Espíritu Santo es reconocido como Dios. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué
llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de
la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por
qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. ” (Hechos 5:3,
4).

b. Tres en personas distintas.

(1) Padre e Hijo son personas distintas una de otra.


(a) Cristo distingue al Padre de si mismo. “Porque como el Padre tiene vida
en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio
autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.” (Juan 5:26, 27). Ver
también Juan 5:32.
(b) El Padre se distingue del Hijo Unigénito. Ver Juan 3:16.
(c) El Padre y el Hijo se distinguen como el Enviador y el Enviado. “Pero
cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la ley,” (Gal. 4:4). Ver también Juan 10:36.

(2) El Padre y el Hijo son personas distintas al Espíritu Santo.


(a) El Hijo se distingue a si mismo del Espíritu Santo y del Padre. “Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:16, 17).
(b) El Espíritu procede del Padre. “Pero cuando venga el Consolador, a
quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).
(c) El Espíritu es enviado por el Padre y por el Hijo. “Mas el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y
os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:26); “Pero cuando venga el
Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del
Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan 15:26).

c. Estas tres Personas son iguales.


(1) El Padre no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(2) El Hijo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
(3) El Espíritu Santo no es Dios como tal, porque Dios es Padre, Hijo y Espíritu
Santo.

E. La Auto-Existencia de Dios.

La Existencia de Dios es en sí mismo. Nosotros dependemos de El; El no depende de nada


ni nadie. Algo causó que nosotros llegáramos a ser; pero nada causó que El llegase a ser;
El siempre fue. Dios no existe porque se trajo a la existencia. Dios existe porque es su
naturaleza ser.

Nuestras vidas provienen de una fuente externa; y hubo un tiempo cuando nosotros
comenzamos. “Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el
Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí,
que el Padre me ha enviado.” (Juan 5:36). Nosotros no podemos hablar así.

F. La Infinidad de Dios

La naturaleza Divina no tiene límites. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y


su entendimiento es infinito.” (Salmo 147:5); “¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás?
Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la
tierra, Y más ancha que el mar.” (Job 11:7-9); “Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la
tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto
menos esta casa que yo he edificado? (I Reyes 8:27); “¡Oh profundidad de las riquezas
de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables
sus caminos! (Rom. 11:33). Ver también Isaías 66:1; Salmo 113:5, 6.

El mundo es un capullo de la inmensidad de su belleza.


El sol es un chispazo de la luz de su sabiduría.
El cielo es una burbuja en el mar de su poder.

IV. Los Atributos de Dios

Los Atributos de Dios son las cualidades esenciales de su perfecto ser.


A. La Omnipotencia de Dios.

Esto significa que Dios es Todo Poderoso, Todo Majestuoso: “Y oí como la voz de una gran
multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que
decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” (Apo. 19:6); “Y
mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es
posible.” (Mateo 19:26); “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gen. 18:14a).

Hay una sola cosa que puede limitar a Dios, y es su propia santa voluntad. Algunas
personas necias pueden proponer II Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece
fiel; El no puede negarse a sí mismo.” Algunas personas dicen, “Aquí hay algo que Dios
no puede hacer.” Pero eso no es una cuestión acerca de lo que Dios puede hacer, sino de
lo que Dios hará.

1. Dios tiene poder sobre la naturaleza. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los
cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las
aguas del mar; El pone en depósitos los abismos. Tema a Jehová toda la tierra; Teman
delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y
existió.” (Salmo 33:6-9); “Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré
temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;” (Hageo 2:6). Ver también Génesis
1:1-3; Nahum 1:3-6. El hombre tiene que tener herramientas para hacer cosas, Dios solo
tiene que hablar, y es hecho.

2. Dios tiene poder sobre los hombres. “Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y
perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro? ¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y
mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es
neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual
deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.” (Santiago 4:12-
15). Ver también Éxodo 4:11.

3. Dios tiene poder sobre los Ángeles. “Todos los habitantes de la tierra son considerados
como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la
tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Daniel 4:35).

4. Dios tiene poder sobre Satanás. En Job 1:12 y 2:6 notamos que Satanás está limitado
por Dios; “Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente
no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová. . . . Y Jehová dijo a
Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.” Y sabemos del fin de
Satanás por las siguientes Escrituras: “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo
vuestros pies." (Rom. 16:20a); “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo
y Satanás, y lo ató por mil años; ...Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de
fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y
noche por los siglos de los siglos.” (Apo. 20:2, 10). Ver también Lucas 22:31, 32.

5. Dios tiene poder sobre la muerte. Pablo oraba para que los efesios pudiesen conocer
“la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y
sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y
poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también
en el venidero;” (Ef. 1:19-21). Finalmente, la muerte será destruida: “Y la muerte y el
Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.” (Apo. 20:14).

B. La Omnisciencia de Dios.
Omnisciencia significa “todo conocimiento.” Dios es el “Todo-Conociente Dios”. El conoce
todo! “pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él
sabe todas las cosas. ” (I Juan 3:20).

1. Incluye todo el orden natural. Dios, el Creador, sabe todo lo concerniente a sus
criaturas.
a. Incluye su creación inanimada. “El cuenta el número de las estrellas; a todas ellas
llama por sus nombres.” (Salmo 147:4); “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno
es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio,
y su entendimiento no hay quien lo alcance.” (Is. 40:28).
b. Sobre su criaturas animales. “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni
uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.” (Mateo 10:29).
c. Sobre sus criaturas humanas. Dios tiene pleno conocimiento del hombre: “No os
hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis
necesidad, antes que vosotros le pidáis.” (Mat. 6:8). El conoce las necesidades del
hombre; el tiene conocimiento. El conoce los pensamientos de los hombres: “Tú has
conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos”
(Sal. 139:2). “Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.” (Sal.
94:11). Ver también I Crónicas 28:9 y Hebreos 4:13. Dios conoce el corazón del hombre:
“tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada
uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón
de todos los hijos de los hombres); (I Reyes 8:39). Ver también Salmo 44:21 y Hechos
1:24. Dios conoce las experiencias por las que hemos pasado: “Dijo luego Jehová: Bien he
visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus
exactores; pues he conocido sus angustias, ” (Ex. 3:7). ¡Cuan absurdo es que el hombre
trate de engañar a Dios!

2. Abarca todos los tiempos. “Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio,
dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; ” (Hechos 15:18). Y esto cubre
elpasado, el presente y el futuro. Dios puede ver el pasado, porque el nos ha hecho saber
aquellas cosas que han sucedido milenios atrás (Libro de Génesis); Dios conoce el
presente, el cual es un libro abierto para él: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta
en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel
a quien tenemos que dar cuenta.” (Heb. 4:13); y el futuro es conocido por él, así como el
pasado y el presente son conocidos. El conoce el final desde el principio: “ya destinado
desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por
amor de vosotros, ” (I Pedro 1:20). I Reyes 13:2 es también una maravillosa ilustración de
Dios conociendo el futuro: un bebe fue llamado trescientos años antes que naciese, le fue
dado su nombre, fue anunciado de qué familia vendría y las cosas que haría: “aquél
clamó contra el altar por Palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He
aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a
los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán
huesos de hombres.” Ver también Isaías 44:28; Jeremías 1:5; Galanas 1:15. 16; Éxodo
3:19; Daniel 2:8.

Con Dios conociendo el futuro, debemos ponernos a nosotros mismos en sus manos.

3. Incluye todas las posibilidades. Solo Dios conoce lo que hubiese sucedido si algo de lo
que ha sucedido no hubiese acontecido. “Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el
cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros
que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.” (Mat. 11:23). Ver
también I Samuel 23:12; Isaías 48:18.

C. La Omni-sapiencia de Dios.
Por esto queremos decir la “Toda-Sabiduría de Dios”; eso es, Dios tiene toda sabiduría.
Hay una vasta diferencia entre sabiduría y conocimiento. Conocimiento es lo que uno
sabe; sabiduría es el perfecto despliegue de ese conocimiento. Sabiduría incluye
discernimiento y juicio.

1. La elección del más elevado final. Todas las cosas son elegidas para el mejor final y la
gloria de Dios.

2. La mejor manera de asegurar ese fin. Aquí la sabiduría se afirma a si misma, no solo
escogiendo lo que llevará al mas alto fin, sino instrumentando las mejores formas para
asegurar dicho fin. “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de
Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Rom. 11:33). Ver
también Romanos 16:27; I Corintios 2:7; Efesios 1:8; 3:10; I Timoteo 1:17.

D. La Omnipresencia de Dios.

Hay muchas vagas ideas concernientes a la Omnipresencia de Dios. “Omnipresente”


simplemente significa "presente en todo lugar". Dios está presente en todo lugar. Dios
está en todo lugar, pero El no está en todo. La creencia de que El está en todo es
Panteísmo. Si Dios estuviera en todo, entonces lo que los hombres deberíamos hacer
sería inclinarnos ante una piedra, un árbol, una madera, o cualquier objeto, y estaríamos
adorando a Dios. Dios no esta en todo, sino que el esta presente en todo lugar. La mejor
ilustración para esto es un maestro delante de su clase. El maestro es omnipresente para
cada estudiante en esa clase; pero el no es omnipresente para los que están afuera, ni
tampoco para los que están en el aula de al lado. ¿Por qué? Porque las paredes y los
techos son barreras entre él y aquellos que están en otras partes del edificio. Pero Dios
trasciende toda barrera, espacio, materiales y todas las cosas.

De todos modos, nosotros creemos que hay ciertos lugares donde El se manifiesta a si
mismo, donde El esta localizado, y que desde esa localización El esta presente para todo
el universo. “Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este
lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona. (I
Reyes 8:30). Ver también Jeremías 23:24; Efesios 1:20; Apocalipsis 21:2.

Mientras que la morada de Dios está en el cielo, sabemos que El se ha manifestado en


otros lugares: en la tierra, cuando moró en la zarza ardiente (Ex. 3:4): “Viendo Jehová que
él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió:
Heme aquí.”; y en carne, en la encarnación de Jesucristo: “Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el
ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Fil. 2:5-8).

El Espíritu Santo está en todas partes, pero también está en los creyentes: “Y yo rogaré al
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. ” (Juan 14:16, 17). Además El
esta con los creyentes: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si
no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.” (Juan 16:7, 8).

Dios está con nosotros, no importa donde estemos; El es omnipresente; El está presente
en todo lugar!

E. La Eternidad de Dios.
Esto es una cosa que nunca ha sido comprendida por la mente humana: Dios no tuvo
principio y no tiene fin. El es el Eterno. El es el único que es. No hay pasado, y no hay
futuro en la eternidad. Dios es eterno; por tanto, no hay ni pasado ni futuro para con
Dios. “Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; Por generación de
generaciones son tus años. Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra
de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura
se envejecerán; Como un vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y
tus años no se acabarán.” (Sal. 102:24-27). Ver también Salmo 90:4.

Alguien puede preguntar, “¿Cuál es la diferencia entre Génesis 1:1 y Juan 1:1?” Génesis
1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Juan 1:1 dice: “En el principio
era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” ¿Son ambos “principios” el
mismo? Si así fuese, entonces el Verbo, Jesucristo, tendría un principio! Ambos pasajes
comienzan en el mismo punto, el principio; Génesis 1:1 comienza con el principio y mira
hacia adelante hacia eternidad; mientras que Juan 1:1 comienza con el principio y mira
hacia atrás en eternidad. Por lo tanto, el Verbo, la Palabra, el Señor Jesucristo, no tuvo
principio.

F. La Inmutabilidad de Dios.

En otras palabras, esto significa la “invariabilidad o inmutabilidad de Dios.” Su Ser,


actitudes y acciones son sin cambio ni variación; “Porque yo Jehová no cambio; por esto,
hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.” (Mal. 3:6); “Toda buena dádiva y todo don
perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación.” (Santiago 1:17); “Por lo cual, queriendo Dios mostrar más
abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso
juramento;” (Heb. 6:17).

Para una discusión acerca del arrepentimiento de Dios, ver capitulo I, III, C, 3, b,.

G. El amor de Dios.

1. Sus menciones. “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. . . Y
nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es
amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (I Juan 4:8-16).

Esta es la definición de Dios. Hay muchos adjetivos definiendo a Dios, pero un nombre
necesita un nombre. El amor de Dios nos llega por revelación. No viene por propio
conocimiento de alguien. Solo desde la Palabra de Dios nos llega el conocimiento de que
Dios es amor. Están aquellos que niegan la inspiración de las Escrituras, pero todavía
dicen que Dios es amor. Si las Escrituras no son la Palabra de Dios, ¿como sabemos que
Dios es amor? Uno puede buscar por el mundo y nunca va a encontrar un “Dios es
amor” entre los paganos. Ellos tienen sus dioses e ídolos, pero un Dios que “es amor” es
desconocido para ellos. La Biblia es la Palabra de Dios, y ella y solamente ella, nos dice
que “Dios es amor.”

2. Sus objetos de amor. Si Dios es amor, entonces ese amor debe estar dirigido a alguien.
Y así es, porque aprendemos de las Escrituras que los objetos de su amor son:
a. Su Hijo. Dios ama a su Hijo más de lo que cualquier hombre pudiese haber amado a
su propio hijo. “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien
tengo complacencia.” (Mat. 3:17). Ver también Mateo 17:5. El amor de Dios es un amor
perfecto y trasciende todo limite: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo
estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me
has amado desde antes de la fundación del mundo.” (Juan 17:24).
b. Los creyentes. Todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo son objetos del amor de
Dios. El manifiesta ese amor día tras día. “pues el Padre mismo os ama, porque vosotros
me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.” (Juan 16:27). Yo en ellos, y tú en
mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y
que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” (Juan 17:23).
c. Israel. Debemos tener cuidado de como hablamos de un judío. El es el objeto del amor
de Dios, así como nosotros los cristianos lo somos: “Jehová se manifestó a mí hace ya
mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi
misericordia.” (Jer. 31:3).
d. Los pecadores. Dios nunca cambia en lo concerniente a su actitud hacia el pecado.
Dios odia el pecado, pero ama el pecador. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su
gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Ef. 2:4, 5). “Porque Cristo, cuando aún
éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno
por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros.” (Rom. 5:6-8).

3. Las manifestaciones de su amor.


a. Al dar su Hijo por los pecadores. “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros,
en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.” (I Juan 4:9).
Ver también Juan 3:16; Romanos 5:6-8.

El hombre no puede mirar al Calvario y decir, “Dios no me ama.” Un querido hombre dijo
acerca del tiempo cuando su propio hijo estaba en los dolores de la muerte, que lo mas
difícil que tuvo que hacer fue llegar a decir, “Hágase tu voluntad. Si quieres a mi hijo, lo
puedes tener.” ¡Oh, entregar un hijo único! La humanidad da su hijos a Dios, pues El
puede cuidarlos mejor de lo que un hombre podría. ¡Pero Dios dio su Hijo Único para
pagar por los pecados de pecadores! Así es, nosotros podemos ver nuestros hijos en las
fauces de la muerte, pero Dios vio sufrir a su Hijo como ningún hombre nunca lo hizo. El
más querido hijo sobre la tierra es solo un extraño comparado con el amor de Dios hacia
Su Hijo. Dios apunta hacia el calvario y dice, “¡Vean a mi Hijo! ¿Véanlo burlado,
desfigurado y demolido?” Dios lo vio. Dios vio como los pecadores crucificaban su Hijo.
Dios los podría haber borrado de la faz de la tierra, pero no lo hizo. Los clavos que
atravesaban su Hijo atravesaban el corazón del Padre. Creo que nunca podremos
entenderlo. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado...” El Padre lo
entregó en manos de la Justicia, para pagar por nuestros pecados.
Cada asesino debería pagar con su vida por su crimen. Jesús fue entregado para pagar
por nuestros crímenes de pecado.

b. Al darnos Vida y Posición en Cristo. Solo a los creyentes es dada una sagrada
posición, en Cristo; allí es donde estamos, salvos, y sin condenación. “Amados, ahora
somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que
cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (I
Juan 3:2). “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef. 2:5,6).

c. Al darnos el privilegio de ser llamados hijos de Dios. “Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque
no le conoció a él.” (I Juan 3:1).
d. Al corregirnos con disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el
que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué
hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos.
Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y
viviremos?
Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero
éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Heb.
12: 6-11). Recuerda, el castigo del Señor es para nuestro beneficio, para nuestro
provecho. Necesitamos castigo; debe haberlo en la vida de un cristiano; y lo recibimos de
nuestro Padre que esta en los cielos.

e. Al recordarnos como hijos en todas las circunstancias de la vida. ¿Hay amor más
grande que el amor de un madre? La pregunta es hecha y es contestada en la Palabra de
Dios. Escuchen lo que Dios dice: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de
compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Es posible que una madre pueda alguna vez dejar
su hijo? La respuesta es, “Si, puede que lo haga.” En nuestros días tenemos informes de
abandono de niños de parte de sus padres. Es una vergüenza que en nuestros países
tengamos que tener leyes que comprometan a los padres a tener cuidado de sus hijos. De
todos modos, esa es la naturaleza de la carne; esa es la naturaleza adámica, la naturaleza
pecaminosa, naturaleza que conduce a padres a abandonar el fruto de sus vientres. Pero
leamos el resto del versículo en la Palabra de Dios: “Aunque olvide ella, yo nunca me
olvidaré de ti.” (Is. 49:15). ¡Hay Alguien que nunca abandonará a Sus hijos!

f. Al regocijarse ante el retorno de su hijo prodigo. Encontramos esa gran historia en


Lucas 15:11-24. Esta es la historia de un hijo, no un pecador. Un pecador no es un
hijo. Solamente un hijo es un hijo, y no puede dejar de serlo. Un hijo nació hijo para
siempre. Pero aquí tenemos un hijo que cayó tan bajo que el testimonio que debería haber
tenido estaba perdido. Recuerda, él era todavía un hijo, tanto cuando estaba comiendo
comida de cerdos como cuando estaba en casa del Padre. La relación estaba en pie
todavía, pero la comunión estaba quebrada. Tú puedes perder comunión, pero no puedes
perder el vínculo de hijo. Repetía en su mente lo que le iba a decir al padre al retornar,
pero no tuvo la oportunidad. El dijo, “he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy
digno de ser llamado tu hijo”; pero antes de que pudiese agregar, “hazme como uno de tus
jornaleros,” el Padre, abrazando a su hijo, clamó a sus siervos, “Sacad el mejor vestido, y
vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y
matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se
había perdido, y es hallado.” (Lucas 15:21-24).
Sepa el hijo prodigo que si nació de lo alto es un hijo de Dios. Déjenle decidir “levantarse
e ir” a su Padre. El Padre le espera con sus brazos abiertos listo para abrazar y besar a
su hijo arrepentido. “Levántate y vuelve!”

4. Las formas del amor de Dios.


a. En la bondad de Dios.
(1) Manifestada en la creación. “Y vio Dios . . . que era bueno.” Esto es característico del
primer capitulo de Génesis. Dios es bueno, y todas las cosas que creo y crea son buenas
para el hombre.
(2) Manifestada en Su cuidado por la Creación. “Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les
das su comida a su tiempo. Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente.”
(Sal. 145:15, 16).
(3) Manifestada en la placentera variedad de sus criaturas. ¿Por qué toda la belleza
natural, sino para ser disfrutada por los ojos humanos?
(4) Manifestada en el Don de Su Hijo. Esto prueba la bondad de Dios, demuestra que
Dios es bueno.
(5) Manifestada en la guía de pecadores al arrepentimiento. “¿O menosprecias las
riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te
guía al arrepentimiento?” (Rom. 2:4).
b. En el cuidado amoroso de Dios. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom.
8:32). Puesto que Dios nos ha dado su mas grande don, Su Hijo, podemos estar seguros
que juntamente con él nos dará todas las demás cosas. El Hijo es el Don, y las demás
“cosas” las suplirá para llenar de gozo nuestras almas.
c. En la Misericordia de Dios. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca,
sino que todos procedan al arrepentimiento.” (II Pedro 3:9). “Y pasando Jehová por
delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la
ira, y grande en misericordia y verdad” (Ex. 34:6). Ver también Números 14:18.
Cuantos de nosotros alabamos al Señor porque el Salvador nos dio “tiempo” para llegar a
confiar en El para nuestra salvación? Oh, la misericordia de Dios que fue manifestada
hacia nosotros, por ella fuimos habilitados para escuchar el Evangelio varias veces,
mientras hay millones que nunca lo escucharon ni siquiera una vez!
d. En la Paciencia de Dios. “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre
vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús” (Rom. 15:5). Aquí observamos que la
paciencia de Dios es un titulo divino, porque El es el Dios de la paciencia! Esto es
claramente manifestado en:
(1) Su trato con los pecadores: aquellos antes del diluvio. “los que en otro tiempo
desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,
mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas
por agua.” (I Pedro 3:20). El Señor demostró su paciencia por lo menos durante 100
años. Mientras preparaban el arca, el Evangelio era predicado y la gente era advertida.
Su paciencia fue colmada, y finalmente las aguas se llevaron los incrédulos. Será lo
mismo con la venida del Hijo del Hombre y Su revelación al fin de la tribulación. Todos
aquellos que no sean hallados en el Arca, Jesucristo, serán derruidos.
(2) Su trato con Israel. “Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo
no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos;
porque yo Jehová soy su Dios. Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando
los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.”
(Lev. 26:44, 45).
Israel hoy es impío, y con esto no queremos decir que Israel sea peor que cualquier otra
nación, sino simplemente que esta sin Dios. Jehová ha enviado profetas a ellos, pero
ellos los han apedreado. Dios envió aun a Su Hijo, y ellos le crucificaron. Ellos han sido
desparramados hasta los confines de la tierra por eso. Por todo esto, Dios ha mostrado Su
paciencia, y esa paciencia será recompensada, porque esa nación nacerá de nuevo en un
día, y todo Israel (vivos y dignos al tiempo del regreso de Jesucristo) será salva!
(3) Su trato con el mundo hoy. ¿Por qué Dios no arrasa con el mundo hoy? ¿Por qué les
es permitido a los hombres blasfemar al Dios del cielo y a Su Hijo Jesucristo? La
respuesta se halla en la paciencia de Dios.

H. La Misericordia de Dios.

1. Así se menciona. "Porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te


destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres.” (Deut. 4:31). “Misericordioso
y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. . . . Mas la
misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;” (Sal. 103:8, 17). “Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),” (Ef. 2: 4-5). Ver
también Salmos 130:7; 145:8; 136:1.
2. Así lo explicamos. Hay poca diferencia en el significado de misericordia y gracia.
Misericordia, generalmente hablando, es usada en el Antiguo Testamento, y gracia en el
Nuevo Testamento. La misericordia del Antiguo Testamento y el amor bondadoso del
Nuevo Testamento van juntos. Alguien ha dicho que la misericordia es mostrada al
desobediente, y el amor bondadoso es mostrado hacia el desobediente, pero ambos
significan gracia.
3. Así se manifiesta.
a. Perdonando al pecador. “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador;
mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.” (I Tim.
1:13).
b. Quitando toda culpa y cargo. “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras
iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de
los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está
lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” (Sal. 103:10-
12).
c. Librándonos de peligros. “Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;
Sálvame por tu misericordia.” (Sal. 6:4).
d. Salvando los objetos de su interés y preocupación. Lucas 10:30-37 registra la parábola
del Buen Samaritano. Luego de narrar esta parábola Jesús preguntó, “¿Quién, pues, de
estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” Y la
respuesta fue: “El que usó de misericordia con él.” No puede haber dudas de que
Jesucristo es el representado por aquel Buen Samaritano, y que El es el que salva, por Su
misericordia, los objetos de Su interés y preocupación.

I. La Gracia de Dios.

1. Así se menciona. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,
sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro
Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la
esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:5-7). "en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados según las riquezas de su gracia,” (Ef. 1:7). “Mas el Dios de toda
gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un
poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” (I Pedro 5:10).
Ver también I Corintios 6:1.

2. Así lo explicamos. Se ha dicho que la Gracia es algo que no se puede definir. La


Gracia siempre fluye hacia abajo. Nosotros debemos amar a nuestros pares, o a alguien
por encima de nuestros pares, o a veces a alguien por debajo de nuestros pares, pero
miremos la vasta diferencia que hay entre Dios y nosotros; no puede haber comparación.
La Gracia de Dios hacia nosotros es favor sin merito alguno de nuestra parte.

3. Así se manifiesta.
a. Como esa Gracia que justifica. Mas bien, la gracia declara justo al creyente: “por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, ” (Rom. 3:23,
24).
b. Como esa Gracia que nos adjudica Justicia. Esto significa que por un acto de la Gracia
de Dios, la Justicia de Dios es puesta a cuenta del pecador creyente, “Pero al que obra, no
se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en
aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Rom. 4: 4, 5).
c. Como esa Gracia que imparte Nueva Naturaleza. “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie
se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef. 2:8-10).
d. Como esa Gracia que Salva. ¿Por qué Dios debería salvarnos? La única respuesta
esGracia! “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios;” (Ef. 2:8).
e. Como esa Gracia que Instruye. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para
salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los
deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, ” (Tito 2: 11, 12).

J. La Fidelidad de Dios.

La infidelidad es el más grande pecado de estos días. Eso es verdad en cada ámbito de la
vida, en negocios, en la iglesia, o en cuestiones de estado. Pero tenemos un Dios que es
fiel en todo tiempo, bajo cualquier circunstancia. La Palabra sostiene la Fidelidad de
Dios de la manera siguiente:
1. En sus citas. Muchos pasajes escriturales proclaman la Fidelidad de Dios: “Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los
que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; ” (Deut. 7:9); “Fiel es
Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” (I
Cor. 1:9); “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios,
que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (I Cor. 10:13). Ver
también Deuteronomio 32:4; I Tesalonicenses 5:24; II Tesalonicenses 3:3; I Juan 1:9.

2. Explicación. El significado de “fidelidad” es permanecer, sostener, apoyar, aguantar.


Dios es nuestro apoyo; El es sobre quien podemos apoyarnos; cuando vacilamos, El es
nuestro firme apoyo, ¡en todo tiempo!

3. Manifestación. ¿Cómo Dios nos prueba su Fidelidad?


a. Guardando Sus Promesas. “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra
esperanza, porque fiel es el que prometió... porque os es necesaria la paciencia, para que
habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el
que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Heb. 10: 23, 36, 37). La promesa del hijo nacido
de madre virgen en Isaías 7:14 se cumplió en Lucas 1:26-38 y 2:7; la promesa de Dios a
Abraham en Génesis 15:13, que su simiente iría a Egipto y estaría allá por 400 anos, se
cumplió en Éxodo 12:41. Ver también: Deuteronomio 7:9; I Reyes 8:23, 24, 56.
b. Preservando su Pueblo. Observe Lamentaciones 3:22, 23 junto a Jeremías 51:5 que
cuando el pueblo llega a ser el pueblo de Dios, ellos son suyos para siempre. Eso es
porque Dios es Fiel: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque
nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.”
(Lam. 3:22, 23); “Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los
ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.” (Jer. 51:5).
También otras Escrituras sostienen la Fidelidad de Dios preservando Su pueblo: “De
modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel
Creador, y hagan el bien.” (I Pedro 4:19). Ver también Salmo 89:20-26; II Timoteo 2:13.
c. Disciplinando sus Hijos. Dios es fiel en aplicar las “disciplinas” que El ha prometido
para sus caprichosos hijos: “Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que
conforme a tu fidelidad me afligiste.” (Sal. 119:75). Es necesaria una corrección cuando
desobedecemos a nuestro Señor, y ciertamente siempre podemos contar con la
Fidelidadde Dios al respecto. “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el
que recibe por hijo.” (Heb. 12:6).
d. Perdonando nuestros Pecados. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (I Juan 1:9).
e. Respondiendo nuestras oraciones. ¿Cómo podremos saber que nuestras oraciones
serán respondidas? Dios nos manda a dirigirnos a El en oración sin cesar. ¿Cómo
podemos saber que eso redundará en algo bueno? Sabemos que Dios responde nuestras
oraciones, porque la Fidelidad de Dios garantiza que Sus oídos siempre estarán abiertos
al clamor de Sus hijos: “Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;Respóndeme por
tu verdad, por tu justicia.” (Sal. 143:1).

4. Aplicaciones.
a. Nos preservará de angustias.
b. Estará pendiente de nuestro murmullo.
c. Incrementará nuestra confianza en Dios.

K. La Santidad de Dios.

Aunque mencionamos la Santidad de Dios en último lugar en la lista de los atributos de


Dios, nunca olvidemos que no es el menor de todos. Consideremos lo siguiente:

1. Santidad natural. Este es llamado el atributo fundamental, y es un atributo por el


cual Dios quiere que Su pueblo lo recuerde. Algunos estudiosos bíblicos declaran que
este es el más importante de todos los atributos de Dios. Y sabemos porque ellos hacen
tal declaración. Es porque la Santidad es la mencionada mas a menudo en las
Escrituras. Dios es llamado Santo más veces en las Escrituras, y Su Santidad es
mencionada más que su poder. Santidad es ciertamente el “atributo de los atributos.”
Cuando no pensamos en la Santidad de Dios, pensamos livianamente del pecado.
Estamos viviendo en el día del compromiso, cuando las personas sostienen “puntos de
vista livianos.” Es difícil encontrar gente que considere su condición de perdidos y el
riesgo del infierno que tienen por delante. Ellos piensan livianamente de la salvación,
porque ellos tienen un punto de vista liviano de la santidad de Dios: “¿Quién como tú, oh
Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Ex. 15:11); “Porque yo soy
Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy
santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre
la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro
Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo.” (Lev. 11: 44, 45); “Por encima de él
había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían
sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” (Is. 6:2, 3); “Porque así dijo
el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la
altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Is. 57:15); “Y
ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los
que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” (Juan
17:11); “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día
de la redención.” (Ef. 4:30). Ver también Levítico 19:1, 2; Josué 24:19; Salmos 22:1-3;
99:5,9; I Pedro 1:15, 16.

2. Aspectos de Santidad. Hablamos de los aspectos de los cuales Su Santidad se


compone.
a. Pureza.
(1) Cita bíblica. “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y
no hay ningunas tinieblas en él.” (I Juan 1:5).
(2) Su explicación. En El esta la luz. En El no hay tinieblas en absoluto. La Luz es
siempre pura. No existe algo como luz sucia, ni nadie puede hacer luz sucia. Dios es
Luz, pura, libre de impurezas. Hay dos fases en la pureza: la pasiva, libre de toda
impureza; y la activa, algo puro en si. Dios en Su Santidad es puro: libre de todo lo que
contamina, y puro en esencia.
b. Rectitud. Ese es otro elemento de la Santidad.
(1) Cita bíblica. “El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son
rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” (Deut. 32:4).
“Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin embargo, alegaré mi causa
ante ti. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos, y tienen bien todos los que se
portan deslealmente?” (Jer. 12:1); “Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.” (Juan 17:25).
(2) Su explicación. La fórmula de la Justicia se encuentra en Ezequiel 18:5, 9: “Y el
hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia...” eso es, hacer cosas
rectas, de manera correcta, “éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor.” Dios es
siempre Justo y recto. El posee un carácter por el cual El hace todas las cosas de manera
recta. La Justicia siempre requiere que sea recto en carácter. Dios nunca pide algo que
no sea recto. Y Dios nunca manda aquello que nos hará hacer algo malo.
c. Justicia.
(1) Cita bíblica. “Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará
a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza.” (Zof. 3:5). Ver
también Deuteronomio 32:4.
(2) Su explicación. Las palabras hebreas y griegas para Justicia significan lo mismo.
Justicia es la demanda legislativa de Dios, la demanda de su Santidad. Justicia es
Santidad judicial, tal acto judicial de Dios que demanda la penalidad para aquellos que
no se hayan ajustado a los rectos mandamientos de Dios. La Justicia, la santidad
judicial, gobierna a aquellos que son juzgados, y eso trae la ejecución de aquellos que no
han cumplido las leyes de Dios. La Justicia es el medio Ejecutor de aquellos que violaron
los santos mandamientos de Dios. La justicia de los hombres es a veces errónea, pero la
justicia de Dios es siempre recta, verdadera santidad!
d. Verdad de Dios.
(1) Cita bíblica. “Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi
salvación; En ti he esperado todo el día. . . . Todas las sendas de Jehová son misericordia
y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.” (Sal. 25:5, 10); “Dios no es hombre,
para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará?” (Num. 23:19); “en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no
miente, prometió desde antes del principio de los siglos,” (Tito 1:2). Ver también las
siguientes Escrituras: Deuteronomio 32:4; Salmos 31:5; 86:15.
(2) Su explicación. Lo que Dios ha revelado al hombre en su Palabra es verdad eterna.
Dios nunca se contradice a si mismo. Una porción de su Palabra nunca contradice otra.
¿Acaso no nos alegra que la Palabra de Dios no se envuelve en las teorías muertas del
pasado? ¡Ciertamente! No desmayemos porque la Biblia no concuerde con algunas
teorías modernas de estos días concernientes a la creación, al hombre, etc. El hombre
no sabe nada aparte de la Palabra de Dios. Algo aparte de la revelación de Dios es mera
suposición.

3. Manifestaciones de la Santidad de Dios.


a. Por Sus Obras. Todo lo que Dios ha creado y hecho es perfecto, santo. Dios no creó el
pecado. Dios no creó la naturaleza pecaminosa la cual está en el hombre inconverso.
Dios creó al hombre, quien luego pecó. El hombre, por pecar, ha pasado a todos los
hombres esa perversa naturaleza, esa naturaleza adánica, o como la llamamos
nosotros,esa naturaleza “pecaminosa”. Si, Dios creó a un hombre que era capaz de pecar.
Si hubiera creado un hombre que no hubiera podido pecar, entonces habría hecho una
máquina en vez de un ser con libre voluntad. Si Dios hubiera creado un hombre que no
pudiese pecar y aun así no fuese una máquina, el hombre no sólo sería como Dios, sino
que además sería Dios mismo. Dios no creó un Dios. El hombre es inferior a Dios. Dios
no puede pecar; esa es Su Naturaleza. El hombre sería Dios si no pudiese haber pecado.
b. Por Sus Leyes. Todas las leyes son rectas, son verdad. No hay ni siquiera un simple
error en el conjunto de las Leyes de Dios. Esas Leyes de Dios manifiestan la Santidad de
Dios.
c. Por su odio al pecado. Conoce usted una razón de por qué los cristianos son hoy
tolerantes hacia los pecados de otros cristianos, o hacia los pecados de los inconversos?
Es porque ellos no odian el pecado como Dios lo odia. A menudo decimos que Dios odia
el pecado, pero que él no odia al pecador. Eso no es enteramente cierto. “Los
insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.”
(Sal. 5:5). Esto puede llegar a ser una revelación para algunos de nosotros. Dios
aborrece al pecador a causa de su pecado, y no por causa de si mismo. Dios aborrece al
pecador, pero también lo ama, porque Dios sabe que el hombre puede llegar a ejercer
santidad, aun pese a haber sido arruinado por el pecado. ¿Por qué Dios inculpa al
pecador? ¡Por causa de los pecados del pecador! Dios odia el pecado, no importa donde
sea encontrado, ya sea en la vida de un pecador no regenerado, ¡o en la vida de un
creyente! La actitud y la conducta de Dios hacia el pecado revelan la santidad de Dios.
d. Por su amor a la rectitud. Dios ama la rectitud tanto como odia el pecado: “tú oirás
desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando al impío y haciendo recaer
su proceder sobre su cabeza, y justificando al justo para darle conforme a su justicia.” (I
Reyes 8:32); “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el
Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.... Porque Dios no es injusto
para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre,
habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (Heb. 1:9; 6:10).
e. Por Su Justificación para el pecador creyente. Si el hombre ostentara sus “derechos,”
el estaría en el infierno; pero es la misericordia y la gracia de Dios que le ofrecen el plan
de salvación, el cual si lo recibe, declara al pecador creyente como justificado ante Dios:
“a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica
al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:25, 26).
f. Por Su Cuidado de Sus Santos, “Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.” (Sal. 103:6). “Mucho me han angustiado
desde mi juventud, Puede decir ahora Israel; Mucho me han angustiado desde mi
juventud; Mas no prevalecieron contra mí. Sobre mis espaldas araron los aradores;
Hicieron largos surcos. Jehová es justo; Cortó las coyundas de los impíos.” (Sal. 129:1-4).
Ver también las siguientes Escrituras: Salmos 98:1-3; 145:15-19; II Timoteo 1:6-9.
g. Por Su Cruz. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Sal. 22:1).
Podemos captar solo un vistazo de la cruz leyendo el versículo citado y los restantes
textos del Salmo 22. Este Salmo es, por supuesto, profético, y anunciaba unos 10 siglos
antes como Cristo sufriría y moriría en la Cruz del Calvario. La muerte de Cristo es una
perfecta manifestación de la santidad de Dios. Alguien, sin duda, preguntará cómo puede
ser esto. Sabemos que Dios odia el pecado; por lo tanto, cuando su Hijo fue hecho
“pecado por nosotros, pese a no haber conocido pecado,” la actitud de Dios hacia el
pecado no varió. Dios odiaba el pecado como siempre lo hizo, aun cuando su Hijo fue
hecho pecado por nosotros. Ni su propio Hijo le hizo cambiar su punto de vista en
absoluto. Jesús, por lo tanto, a causa del pecado llego a ser desamparado por el Padre.
Jesús nunca llegó a ser un pecador, sino que él fue hecho pecado. Y como Dios odia el
pecado (“Jehová quiso quebrantarlo, Is. 53: l0a), Dios abandonó Su Hijo, porque Dios
siempre abandona el pecado. La Santidad de Dios no cambia.

V. La Paternidad de Dios

Dios es llamado el Padre a causa de la asociación con él. Popularmente el término


"Padre" es propio del cristianismo. No hay tal cosa como Dios siendo un Padre en el
paganismo, esto solo puede ser hallado en el cristianismo. Hoy existen muchas falacias
concernientes a la Paternidad de Dio s. La enseñanza de la Paternidad de Dios y la
hermandad de los hombres no es nada más que Universalismo, que enseña que nadie
será enviado al infierno. Los Universalistas razonan que Dios no enviará a ninguno de
sus hijos al infierno, y eso es cierto, pero no todos los hombres son hijos de Dios. Las
Escrituras que los universalistas usan para predicar que Dios es el Padre de toda la
humanidad es Efesios 4:6: “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos,
y en todos.” Pero esto se refiere, en este contexto, a todos los cristianos, todos los
creyentes, no a los inconversos ni a los no regenerados.

A. En la enseñanza del Antiguo Testamento.

“Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh
Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre... Ahora pues,
Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de
tus manos somos todos nosotros.” (Is. 63:16; 64:8).

Dios es mencionado en el Antiguo Testamento como un Padre, pero no como Padre de un


individuo. Más bien se lo considera como el Padre de la nación de Israel. No podemos
encontrar en el Antiguo Testamento un texto que hable de Dios como Padre de un
pecador renacido.

B. En la enseñanza del Nuevo Testamento.

El Señor Jesús es el único que presenta a Dios como Padre de individuos. El es el


primero en reconocer que Dios es el Padre de cada cristiano por separado. Las siguientes
Escrituras presentan ese concepto: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre
nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.” (Juan 1:14); “Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban
matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre
hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto los judíos aun más procuraban matarle,
porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su
propio Padre, haciéndose igual a Dios.” (Juan 5:16-18); “Mi Padre que me las dio, es
mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno
somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les
respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me
apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino
por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.” (Juan 10:29-33); “Entonces
quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo
alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.” (Juan 11:41).

1. Dios es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. La expresión que usamos, “La


Paternidad de Dios,” no significa que Dios vivió por un tiempo y luego engendró al Hijo.
Recuerda que Dios es el Padre Eterno, y para ser eterno Padre, el debe tener un Hijo
Eterno. El término “Hijo” en la Escritura no siempre significa hijo por generación;
también puede significar un hijo por relación. Observemos algunas Escrituras en el
Antiguo Testamento: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen
concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Is. 7:14); y: “Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su
nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Is. 9:6). Note
en Is.7:14 que el hijo es nacido; en Is.9:6 el Hijo es dado. Si, el niño en Belén fue nacido,
pero esa vida fue el Hijo que había sido por siempre. El bebe tuvo un principio; el Hijo
no tuvo principio. El ha existido siempre, desde la Eternidad, con el Padre. De modo
que, Cristo es el Hijo, no por generación (o por nacimiento), sino por relacionamiento. El
está relacionado con el Padre y con el Espíritu Santo; juntos se relacionan uno con el
otro, y juntos componen la Deidad; Dios nunca podría ser Dios sin que todos los
miembros de la Deidad estuviesen presentes desde la Eternidad y a través de la
Eternidad.

En función de que Dios se hiciera carne, debía nacer como cualquier otro hombre; y se
manifestó a si mismo como el Hijo que fue concebido por el poder del Espíritu Santo:
“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo
de Dios.” (Lucas 1:35); “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,” (Gal. 4:4).
a. El Padre reconoció a Jesús como su Único Hijo. “Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17); Y vino una voz
desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.” (Lucas 9:35).
b. El Hijo reconoció al Padre como su Único Padre. “Todas las cosas me fueron
entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno,
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” (Mat. 11:27); “Yo, pues, os asigno
un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,” (Lucas 22:29); “Estas cosas habló Jesús, y
levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que
también tu Hijo te glorifique a ti;” (Juan 17:1).
c. Los hombres reconocieran a Jesús como el Hijo único de Dios. “Respondiendo Simón
Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16); “Respondiendo
Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente....Respondió Natanael y le
dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.” (Juan 1:34, 49).
d. Demonios reconocieron a Jesús como Hijo de Dios. “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes
con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de
tiempo?” (Mat. 8:29).

2. Dios es el Padre de los creyentes en el Señor Jesucristo. “un Dios y Padre de todos, el
cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Ef. 4:6).

Queda claro enfáticamente en las Escrituras que Dios no es el Padre de toda la


humanidad. El es solamente el Padre de los hijos nacidos de nuevo de Dios. Todos los
seres humanos son criaturas de Dios, pero no todos son hijos de Dios. El hombre es una
criatura de Dios por creación; y llega a ser un hijo por regeneración: “Gracia y paz os sean
multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. . . por medio de las
cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el
mundo a causa de la concupiscencia;” (II Pedro 1:2, 4).

No puede haber relación como hijos de Dios sin el nuevo nacimiento espiritual. Un hijo
tiene, siempre, la naturaleza de su Padre. El hombre, que es nacido de Adán, tiene la
naturaleza de Adán, la cual es corrupta, pervertida, pecaminosa. Y el Padre de la
naturaleza pecaminosa de Adán es Satanás. De modo que, la naturaleza de nuestro
padre Adán es la misma naturaleza del padre de Adán (Satanás); por lo tanto, nuestra
naturaleza es la misma de Satanás. Todos los pecadores no regenerados tienen a Satanás
como su padre: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,
porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso,
y padre de mentira.” (Juan 8:44). Resumiéndolo, si Satanás es el padre de los no salvos
por el nacimiento natural, debemos llegar a tener un nacimiento sobrenatural para que
Dios llegue a ser nuestro Padre!

Dios no tiene comunión con alguien que es de Adán, porque lo heredado de Adán es de
condición y naturaleza pecaminosa. Dios solo tiene que ver con Su Hijo. El mundo está
dividido en 2 grupos; de hecho, solamente hay 2 hombres que Dios reconoce: Adán y
Cristo; por eso, los pecadores están divididos por su identidad con estos 2 hombres. Los
todavía no salvos están identificados con Adán; los salvos están identificados con Cristo.
Todos los hombres están identificados por el nacimiento natural con Adán; los hombres
nacidos de nuevo están identificados por el nuevo nacimiento sobrenatural en Cristo.

Los hombres no salvos pueden llamar a Dios solo “Dios.” Lo hombres no salvos no
pueden llamar a Dios “Padre.” Solamente los hijos de Dios pueden llamar a Dios “Padre.”
Cuando el Señor Jesús estaba colgando del madero de la cruz, El clamo, “Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” Notemos que Cristo no clamó, “Padre mío, Padre
mío” sino “Dios mío, Dios mío.” ¿Por qué? ¿Por qué no le llamó a Dios “Padre”? Porque
El estaba tomando el lugar del pecador en la muerte de cruz, estaba muriendo el Justo
por los injustos. Y como El estaba tomando el lugar de los pecadores (un pecador no
puede llamar a Dios “Padre,” sino solamente “Dios”), El solo pudo llamarle a Dios, “Dios.”
¿Donde estamos ahora nosotros? ¿Donde esta usted? ¿En Adán o en Cristo? “Porque
así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor.
15:22).

Capítulo 2

Cristología - La Doctrina de Cristo

CRISTOLOGIA

I. Nombres y títulos de Cristo


A. Jesús.
B. Cristo.
C. Mesías.
D. Señor.
E. Jesucristo.
F. Cristo Jesús.
G. El Señor Jesucristo.
H. Yo soy.
I. El Hijo de Dios.
J. El Hijo del Hombre.
K. El Hijo de Abraham.
L. El Hijo de David.
M. El Hijo del Altísimo.
N. El Segundo hombre.
O. El postrer Adán.
P. El Verbo.
Q. Emanuel.
R. Salvador.
S. Rabbi.
T. Rabboni.
U. Maestro.

II. La Encarnación de Cristo.


A. El hecho de la Encarnación.
B. La manera de la Encarnación.
C. Las objeciones a la Encarnación.
D. LOs objetivos de la Encarnación.
E. La perpetuidad de la Encarnación.
F. Las pruebas de la Encarnación.
III. Las 2 naturalezas de Cristo.
A. La humanidad de Cristo.
B. La Deidad de Cristo.
C. La unidad de las 2 naturalezas en Una Persona.
D. Los errores concernientes a las 2 naturalezas.

IV. La muerte de Cristo.


A. El hecho de la muerte de Cristo.
B. La forma de la muerte de Cristo.
C. Las teorías no escriturales concernientes a la muerte de Cristo.
D. Los nombres escriturales de la muerte de Cristo.
E. Los objetivos de la muerte de Cristo.
F. La extensión de la muerte de Cristo.
G. Los resultados de la muerte de Cristo.

V. La Resurrección de Cristo.
A. La importancia de la resurrección de Cristo.
B. El significado de la resurrección de Cristo.
C. Las teorías no escriturales concernientes a la resurrección de Cristo.
D. Las pruebas de la resurrección de Cristo.
E. El resultado de la resurrección de Cristo.

VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo.


A. El significado de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
B. El mensaje de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
C. La naturaleza de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
D. La necesidad de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
E. El propósito de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.
F. Los resultados de la ascensión y el entronamiento de Jesucristo.

Capitulo 2

CRISTOLOGIA

Cristología, fundamentalmente, es la doctrina de Cristo. Bendito es aquel que le conoce


como Señor y Salvador.

A veces se nos advierte que podemos predicar demasiado de Cristo, y de esa manera no
enfatizar lo suficiente las doctrinas de Dios Padre y del Espíritu Santo. Entonces digamos
que nunca predicaremos demasiado de Jesucristo. Y es mas, no hay tal cosa como celos
en la Deidad. Por las Escrituras podemos ver que Dios nos hace enfatizar a Cristo mas
de lo que nosotros lo hacemos: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el
principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;”
(Col. 1:18).

I. Nombres y títulos de Cristo

Nosotros creemos en la inspiración verbal de las Escrituras. Eso es, creemos que cada
simple palabra en los manuscritos es la directa palabra escogida por Dios con la cual nos
comunica su voluntad. Creyendo confiadamente, le adjudicamos mucha importancia a
los títulos y nombres del Señor Jesucristo. Veamos entonces algunos de sus Nombres:

A. Jesús.

El nombre Jesús se encuentra en los 4 Evangelios 612 veces, y en el resto del Nuevo
Testamento 71 veces. El Nombre Cristo se encuentra en los 4 Evangelios solamente 56
veces, mientras que en el resto del Nuevo Testamento el Nombre Cristo se encuentra 256
veces.
El nombre Jesús predomina antes de su muerte, sepultura y resurrección, mientras que
Cristo predomina después.

Jesús es el nombre personal del Señor. Es su nombre terrenal, el nombre que le pusieron
al nacer, el nombre con que vivió y murió. Es el nombre de su humillación; de su
sufrimiento; de su tristeza. Es el nombre de aquel que se humilló a si mismo. El nombre
Jesús, en aquellos días del Señor, era bastante común, varios deben haberse llamado de
esa manera. Jesús es la forma griega del nombre hebreo Josué, y ambos significan
“Jehová nuestro Salvador.” Este nombre, Jesús, era el que fue clavado sobre el en la
cruz.

Otra vez enfatizamos el hecho de que el nombre Jesús es prominente en los Evangelios,
mientras que el nombre Cristo es mencionado más en las Epístolas. El nombre Jesús fue
más prominente antes de que la salvación fuese hecha y completada, mientras que el
nombre Cristo es prominente después de que la obra de salvación fue terminada. Un
cristiano no es una persona que cree en Jesús, el mundo entero cree que hay un Jesús,
sino que un cristiano es alguien que cree en el Señor Jesucristo. ¡El es Señor! Con este
conocimiento, que una persona es salva si confiesa que Jesús es el Senor (Rom. 10:9), y
cree que Dios le levantó de los muertos (y sabemos por I Corintios 15:1-3 que el Evangelio
es la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo como sustituto por los
pecadores), Entendemos que hay muy poco “Evangelio” en los 4 Evangelios. Los 4
Evangelios dan muy poca doctrina de salvación para pecadores; solamente en los últimos
capítulos de cada Evangelio nos encontramos con la muerte, sepultura y resurrección de
Cristo. Entonces, en los 4 Evangelios el nombre Jesús es predominante.

Las Epístolas son los escritos que nos brindan claramente la doctrina de salvación por
gracia por medio de la fe en el sacrificio sustitutorio de Cristo. Las Epístolas están llenas
de la doctrina de salvación; y el énfasis es sobre el nombre Cristo y Señor! Antes del
Calvario se enfatiza el nombre Jesús; después del Calvario se enfatiza a Cristo: “Sepa,
pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” (Hechos 2:36); “y estando en la condición
de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil. 2:8-11).

Es interesante observar que cuando el estuvo en la tierra (antes de ser crucificado), nunca
le llamaron Jesús cara a cara. Siempre fue llamado Maestro, Señor, o Rabí por sus
seguidores: “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Juan
13:13); “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46).

La razón por la cual el nombre Jesús es mencionado mas en los Evangelios (612 veces) es
que los Evangelios enfatizan su humillación; la razón por la cual el nombre Cristo es
mencionado mas en los Hechos y Epístolas es que estos textos anuncian su exaltación!
Hay una razón por la que el nombre Jesús es mencionado en la Epístola a los Hebreos 8
veces: El Espíritu Santo nos hace saber que esa Persona era un hombre. La institución
de la Cena del Señor es una perfecta ilustración del énfasis sobre el nombre Jesús en los
Evangelios, y el titulo Cristo en las Epístolas: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y
bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” (Mat.
26:26); “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús,
la noche que fue entregado, tomó pan;” (I Cor. 11:23).
Los hombres del mundo, los demonios de Satanás, todos le mencionan como Jesús, pero
nunca como Señor. Ciencia Cristiana, Universalismo y Unitarianismo creen en un Jesús,
pero ellos afirman que no puede salvar, porque ellos dicen que no hay pecados de los
cuales ser salvos. Cada falso sistema de religión tiene al Señor Jesucristo como objeto de
su ataque. Cada falso sistema religioso argumenta contra el pecado; y haciendo de ese
modo, quitan la necesidad de un Salvador. Dicen que Jesús murió una muerte
innecesaria; y haciendo eso, El no sabia lo que estaba haciendo; haciendo eso, El no debe
haber sido el Hijo de Dios, porque Dios conoce todas las cosas. Puede usted ver que cada
ataque sobre el Hijo de Dios, Jesús nuestro Señor, ya sea en contra del valor de su
sangre, su resurrección, su sacrificio sustitutorio o su segunda venida, no es sino un
asalto contra la Deidad de Cristo.

Nosotros no tomamos nuestro nombre de Jesús, sino de Cristo: somos Cristianos. E


incluso sabemos que ese nombre cristianos fue primeramente dado a los creyentes por
aquellos que odiaban a Dios y a Cristo; sin embargo, estamos orgullosos de tomar su
querido nombre y cargar su vituperio.

Nunca, recuerde, nunca los inconversos le llamaron Señor, ellos le llamaron Jesús; y
nunca los creyentes le llamaron Jesús, con una sola excepción (y la excepción confirma la
regla): “Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús Nazareno, que fue
varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo
le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y
le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y
ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.” (Lucas 24:19-
21). Estas fueron palabras de discípulos decepcionados, todas sus esperanzas habían
sido arrasadas cuando Jesús fue crucificado. Ellos todavía no entendían las Escrituras,
ni recordaban las palabras del Señor que había dicho que se levantaría de entre los
muertos, y ellos le hablaron a El como de una causa perdida; y ellos, allí, le llamaron
Jesús. Si Cristo no ha resucitado de los muertos, sus esperanzas, y no solo la de ellos,
sino también las nuestras, habrían sido destruidas. “Mas ahora Cristo ha resucitado de
los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). ¡El es Cristo y
Señor! No meramente hombre, sino el Dios-hombre.

B. Cristo.

Ya hemos tratado algo acerca del nombre Cristo, pero vamos a agregar algunos detalles:

El nombre Cristo significa el Ungido. Este es el título oficial del Hijo de Dios. Cuando
escuchamos la palabra “ungido,” recuerden como, y bajo qué circunstancias, los hombres
fueron ungidos. Sabemos que hombres fueron ungidos como reyes, y profetas, y
sacerdotes: “Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre
su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.” (I Sam. 15:1); “A
Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola,
ungirás para que sea profeta en tu lugar.” (I Reyes 19:16) “Habló Jehová a Moisés,
diciendo: Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el
becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura. . . . Y
derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo.”
(Lev. 8:1, 2, 12).

1. Cristo fue ungido como Profeta. “Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro
Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las
cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del
pueblo.” (Hechos 3:22, 23).
2. Cristo fue ungido como Sacerdote. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que
traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino
uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Heb. 4:14, 15).

3. Cristo fue ungido como Rey. “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y
llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor
Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y
su reino no tendrá fin.” (Lucas 1:31-33).

En los Evangelios Cristo es presentado como Rey de Israel; en las Epístolas Cristo es
presentado como Cabeza de la iglesia.

C. Mesias.

“Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que
traducido es, el Cristo).” (Juan 1:41); “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías,
llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas.” (Juan 4:25).

Mesías es la palabra hebrea con el mismo significado que en griego Cristo, es decir “El
Ungido." El Antiguo Testamento está lleno de predicciones sobre el Mesías, mientras que
el Nuevo Testamento está lleno de cumplimientos en Cristo; el Antiguo Testamento fue
escrito en lenguaje hebreo, mientras que el Nuevo Testamento fue escrito en lengua
griega.

D. Señor.

Este es el titulo de Cristo correspondiente a su Deidad, a su autoridad. Los 3 nombres de


Dios, como encontramos en el Antiguo Testamento, están compuestos en un único
nombre, Señor. En el estudio de los nombres de Dios, vimos que la palabra “Dios” viene
de la palabra hebrea Elohim, mientras que palabra Señor viene de la palabra hebrea
Jehová, y el otro nombre que se traduce Señor viene del hebreo Adonai, y significa
Maestro.

En el Nuevo Testamento la palabra “Señor” viene de la palabra griega kurios, que significa
Señor, Dios, Maestro, Amo. Esta es equivalente al Adonai del Antiguo Testamento. Y
Cristo, el Señor, es nuestro Maestro y Amo: “Amos, haced lo que es justo y recto con
vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.” (Col. 4:1).

Además, el titulo “Señor” también incluye otro nombre de Dios, y ese es Jehová, y
nosotros sabemos eso por el uso que se le da en el Nuevo Testamento. El Nuevo
Testamento traduce “Señor,” cuando en el Antiguo Testamento la palabra es “Jehovah”:
“Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mat. 4:7). En este
versículo también vemos que Elohim (Dios) se adjudica al Señor, que es el Señor
Jesucristo.

En la doctrina de salvación debemos reconocer que Jesucristo es Jehová, Dios, y Maestro:


“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le
levantó de los muertos, serás salvo.” (Rom. 10:9).

Y si le identificamos como Señor (Jehová, Dios, Maestro), entonces le reconoceremos como


nuestro dueño, el que puede determinar nuestro andar en la vida, el único que tiene
derechos sobre nosotros y todo lo que poseemos. Tenemos una gran responsabilidad
para con el; Su Voluntad debe llegar a ser la Voluntad para nuestras vidas: “Por tanto, no
seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” (Ef. 5:17). Aun en el
matrimonio uno debería permanecer por voluntad del Señor: “La mujer casada está ligada
por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con
quien quiera, con tal que sea en el Señor.” (I Cor. 7:39). Esta palabras toman un
significado aun más profundo al comprender que un cristiano no solo debe casarse con
una cristiana, sino que lo debe hacer en acuerdo a la voluntad del Señor. Y después de
casados la voluntad del Señor debería ser obedecida: “Casadas, estad sujetas a vuestros
maridos, como conviene en el Señor.” (Col. 3:18).

Ningún hombre puede llamar a Jesús Señor, si no es por el Espíritu Santo, porque la
carne (la naturaleza carnal y pecaminosa) no reconoce a Cristo como Señor: “Porque por
un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean
esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (I Cor. 12:3).

E. Jesucristo.

Este es otro título del Señor, y es una combinación de su nombre personal (Jesús) con su
título oficial (Cristo). El énfasis de la palabra es que, Jesús, quien se humilló a si mismo,
ahora es exaltado.

F. Cristo Jesús.

El énfasis aquí es inverso, Cristo, el exaltado, una vez se humilló a si mismo; “Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma
de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí
mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz.” (Fil.2:5-8).

C. El Señor Jesucristo.

Este es el título más completo del Señor: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo.” (Ef. 1:3).

H. Yo soy.

Este es un titulo del Antiguo Testamento traído al Nuevo Testamento. Jehová apareció a
Moisés en la zarza ardiente y le mandó que le dijera a Faraón que dejase ir libres a los
hijos de Israel desde la esclavitud. “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de
Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me
preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO
SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.”
(Ex. 3:13, 14).

El Señor Jesús se llamó a si mismo el gran Yo Soy cuando estuvo en el jardín de


Getsemani. Mientras una multitud venía hacia él con antorchas y palos, el Senor se
adelanto a ellos y les pregunto, “¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno.
Jesús les dijo: Yo soy...” (Juan 18:4, 5). "Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron
a tierra.” (Juan 18:6). Otro texto de la Palabra enfatiza el hecho de que Cristo Jesús era
el gran Yo Soy. “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo
soy.” (Juan 8:58). “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,”
(Col. 2:9).

I. El Hijo de Dios
Este es el título de Gloria y Deidad personal del Señor. “Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo
cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). “Los
judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque
se hizo a sí mismo Hijo de Dios.” (Juan 19:7). Ver también Juan 5:18.

El Señor Jesús es el Hijo De Dios. Un cristiano es un hijo de Dios. El Señor Jesús es el


Hijo de Dios por relación y naturaleza; el cristiano es un hijo de Dios por regeneración y
adopción. El Señor Jesús ha sido el Hijo de Dios desde todo tiempo y eternidad; el
cristiano llegó a ser un hijo de Dios cuando confió en Cristo el Señor.

J. El Hijo del Hombre.

Este parece ser el título favorito del Señor para sí mismo, aquel por el cual El se llamaba
si mismo vez tras vez: “Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos
nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” (Lucas 9:58).

Este es el titulo milenial de Cristo. Toda vez que aparece, es usado en conexión con el
venidero Reino del Señor Jesucristo. Aun en el Antiguo Testamento se cumple lo mismo.
Alguien puede cuestionar esto diciendo que Ezequiel se adjudica el mismo título, el hijo
del hombre. De todos modos, cuando tiene que ver con el Mesías el Reino Milenial está
en contexto.
Este es título del Señor y no de los hombres. Yo soy un hijo de hombre, pero El es el Hijo
del hombre.

El título, el Hijo del Hombre, se halla 88 veces en el Nuevo Testamento: 1 en Hechos; 1 en


Hebreos; 2 en Apocalipsis; y 84 veces en los Evangelios; ninguna vez en las Epístolas.
Las epístolas son concernientes a la iglesia, y no al venidero Reino Milenial. Cristo es Rey
del Reino, y Cabeza de la Iglesia. Y como la Iglesia no es el Reino, por lo tanto, el titulo
milenial (el Hijo del Hombre) de Cristo no se halla en las epístolas a las iglesias.

K. El Hijo de Abraham.

El Evangelio de Mateo se presenta como “el libro de la generación de Jesucristo, hijo de


David, hijo de Abraham” (Mat. 1:1). “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas,
y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de
uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” (Gal. 3:16).

El Mesías (el Cristo) llegó a ser judío. Cristo era judío, era el Hijo de Abraham, y por eso
el Mesías!

L. El Hijo de David.

Este es el Titulo Real del Señor Jesús: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar
voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47).

M. Hijo del Altísimo.

Este es el titulo de Preeminencia: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el
Señor Dios le dará el trono de David su padre; ” (Lucas 1:32).

N. El Segundo Hombre.
“El Segundo Hombre” indica que hubo uno antes que el, solo uno, y ese hombre fue
Adán: “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es
del cielo.” (I Cor. 15:47).

O. Postrer Adán.

“Postrer Adán” indica que no hay otro que le siga. Hay solo 2 hombres ante los ojos de
Dios: Adán y Cristo. El mundo está dividido bajo estas 2 cabezas: Adán y Cristo. Todos
están en Adán por el nacimiento natural; solamente son de Cristo aquellos que han
experimentado el nuevo nacimiento.

“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer
Adán, espíritu vivificante.” (I Cor. 15:45).

P. El Verbo.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el
principio con Dios.” (Juan 1:1, 2).

Así como las palabras habladas revelan los invisibles pensamientos del hombre, del
mismo modo la visible (y viviente) Palabra (El Verbo) nos revela el Dios invisible.

Q. Emanuel.

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros.” (Mat. 1:23). Así como las Escrituras nos dicen,
significa “Dios con nosotros.” Recuerda, el Señor Jesús es Emanuel, Dios con nosotros;
El nunca nos dejará ni nos desamparará (Heb. 13:5, 6).

R. Salvador.

“que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”


(Lucas 2:11). No un ayudador, sino un Salvador!

S. Rabí.

Esto viene de una palabra hebrea que significa maestro. “Y volviéndose Jesús, y viendo
que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro),
¿dónde moras?” (Juan 1:38).

T. Raboni.

Este es el mismo concepto anterior “Rabí,” y significa Maestro, pero proviene de lengua
caldea. “Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir,
Maestro).” (Juan 20:16).

U. Maestro.

“Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro
con los publicanos y pecadores?” (Mat. 9:11). El significado aquí es “Instructor.” No
implica la idea de dueño, como en la palabra “Señor” (Adonai). El mundo hoy en día
reconoce que Jesús fue un gran instructor, pero no le reconoce como Señor. El Señor
Jesús no es meramente nuestro instructor: El es nuestro Dios, nuestro Jehová, nuestro
Señor!
II. La Encarnación de Cristo

Esta es una verdad cardinal del cristianismo. Es el principal fundamento sobre el cual
nuestra fe descansa. Sin la Encarnación, el cristianismo no podría mantenerse en pie.
No nos han revelado esto los hombres, sino que Dios mismo lo hizo, a través de la
revelación de su Palabra: “Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por
vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;
para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las
riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col. 2:1-
3).

La palabra “encarnación” proviene del latín; y cuando hablamos de la encarnación de


Cristo, el Hijo de Dios, implica que Dios se hizo hombre, se manifestó en carne humana.

A. El hecho de la Encarnación.

Dos de los Evangelios, Mateo y Lucas, registran detalles de este acontecimiento. Ambos
registros son distintos, pero ambos exponen hechos reales. Mateo, quien presenta a
Cristo como Rey a través de todo el libro, describe su nacimiento como: “el que ha nacido
rey de los judíos,” trazando su linaje a través de Salomón y David hasta Abraham.
Lucas, quien revela a Cristo como el hombre perfecto, enfatiza la humanidad (naturaleza
humana) de Jesús, presentando su linaje a través de María, pasando por Natán (otro hijo
de David), por David y Abraham, hasta llegar finalmente hasta el primer hombre, Adán.

1. La Virginidad de María. Tanto Mateo como Lucas destacan que ella era virgen. “El
nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que
se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.” (Mat. 1:18). “Al sexto mes
el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una
virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de
la virgen era María. . . Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco
varón” (Lucas 1:26, 27, 34).

2. Se descubre que sería madre antes de su casamiento con José. “para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.” (Lucas 2:5).
Ver también Mateo 1:18-20.

3. La Paternidad divina. Si José no era el padre de Cristo, ¿entonces quién lo era? Dios,
por supuesto: “ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su
nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le
dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino
no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el
ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas
1:31-35). Ver también Mateo 1:18-20.

B. La manera de la Encarnación.

La razón por la cual muchos no creen en el nacimiento virginal de Jesucristo es porque


ellos piensan que su nacimiento fue el nacimiento de un mero bebe, y no el nacimiento
de un ser único y especial. Recuerden, esto es la encarnación de Dios, Dios manifestado
en carne!

1. Testificado por Mateo.


a. En la genealogía de Cristo. Trazando la descendencia del Señor desde Abraham en
capitulo uno, desde versículo 1 al 17, notamos que la palabra “engendró” se menciona 39
veces, pero se omite después del nombre de José, el esposo de María. José no engendró a
Jesucristo: “y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el
Cristo.” (Mat. 1:16).

Entonces, uno puede preguntar, ¿por qué se menciona su genealogía en primer lugar? La
razón es esta: el futuro Rey de Israel tenía que venir a través de esta línea (David,
Salomón, etc.); y, en función de probar que Jesús era el heredero legal al trono de David,
debería mostrarse que El venía de esa descendencia. Cuando José se casó con la virgen
María, su hijito engendrado en estado virginal llegó a ser el heredero legal de José y
primero para la línea al trono.

¿Era Cristo realmente un hijo de David? Ciertamente lo era, pero no a través de José y
Salomón. El era hijo de David a través de su madre; trazando su genealogía a través de
Natan (otro hijo de David) hasta David. De sangre Cristo Jesús era un hijo de David a
través de María; legalmente El era hijo de David a través de José.

b. En la Actitud de José. Veamos Mateo 1:18-25: “El nacimiento de Jesucristo fue así:
Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había
concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla,
quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció
en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que
en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se
cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen
concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios
con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había
mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo
primogénito; y le puso por nombre JESÚS.”

Ahora, ¿si esto no habla de nacimiento virginal, de qué habla? En su propia mente, José
estaba convencido de que Maria su esposa había caído en impureza moral. El razonaba
eso, si el no la había tocado otro hombre lo había hecho. Viviendo bajo la Ley, como un
hombre justo que era, pensó en dos alternativas: divorciarse de ella; o exponerla para que
sea apedreada hasta la muerte. Hasta ese momento no había concebido la idea de
tomarla por esposa y confirmar su matrimonio; de hecho, no hasta que el ángel se le
apareció y le ordenó que lo hiciera; y entonces lo hizo.

Hoy en día los hombres, incluso algunos predicadores, piensan que es correcto negar que
Jesús nació de madre virgen. Ellos dicen que José era el padre, pero José testifico que no
lo era.

c. En la adoración de los hombres sabios. “vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto
en el oriente, y venimos a adorarle. . . Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre
María, y postrándose, lo adoraron” (Mat. 2: 2, 11).

Estos hombres sabios realmente fueron hombres sabios. Ellos adoraron al Bebe, y no a
su madre María. Estos hombres fueron hombres de Dios, enseñados y guiados por Dios;
ellos no deberían haber adorado al Bebe si José hubiese sido su padre.

d. En las expresiones “el niño y su madre.” 4 veces aparece esta expresión (Mat. 2:11,
13, 14, 20); nunca se lo menciona como hijo de José. También referido a esto debemos
observar otra declaración: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor
apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto,
y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño
para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y
estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por
medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mat. 2:13-15). Mi Hijo. No el
hijo de José, sino el Hijo de Dios!

2. Testificado por Lucas.

a. En la anunciación a Zacarías. “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu


oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será
grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun
desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al
Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer
volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los
justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” (Lucas 1:13-17).

Le fue dicho a Zacarías que tendría un hijo y que seria el precursor de Cristo, el Hijo de
Dios.

b. En la anunciación a María. “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has


hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y
llamarás su nombre JESÚS.” (Lucas 1:30, 31).

Si María hubiera llegado a estar embarazada de un hombre y Dios todavía la bendijese


estando en esa condición, entonces Dios sería un Dios de maldad. Pero sabemos que El
tuvo gracia con ella, ella halló gracia ante El, ella llegó a tener el niño pero por
intervención del Espíritu Santo.

c. En la alabanza de Elizabet. “y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres,
y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi
Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la
criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se
cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.” (Lucas 1:42-45).

d. En la canción de María. “Entonces María dijo:


Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador...” (Lucas
1:46-55). Esta no es una canción de una mujer que había concebido en vergüenza; era
una canción llena de gozo y alabanza a Dios, quien la había seleccionado para traer el
Mesías al mundo.

e. En la profecía de Zacarías. “Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás
delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;” (Lucas 1:76). Esta es solo
una porción de la profecía del padre de Juan el bautista concerniente a la tarea de Juan,
su recién nacido. El declara que Aquel a quien Juan iba a preceder y anunciar era el Hijo
de Dios, y no el hijo de un hombre.

f. En la experiencia de los pastores. “Había pastores en la misma región, que velaban y


guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel
del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el
ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo
el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el
Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales,
que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:8-14).

Cuando Cristo nació, los cielos entonaron un mensaje de alabanza. Podría todo esto
haber sucedido con un hijo bastardo? ¡Por supuesto que no! Pero Jesús era lo que la
Escritura dice que El es, Cristo el Señor, el hijo de la virgen María.

C. Objeciones a la Encarnación.

Muchos de los enemigos de Dios están entre los creyentes profesantes, aquellos que dicen
ser cristianos, pero niegan el nacimiento virginal de Cristo. Alguien puede preguntar:
“cuando una persona llega a ser salva, ¿tiene que creer en el nacimiento virginal de Cristo
para ser salvo? ¿Es esta una doctrina que debe ser entendida y creída para ser salvo?
Déjenos responder por medio de otra pregunta: “¿cree usted que es posible para una
persona salva no creer en el nacimiento virginal de Cristo?” ¡Por supuesto que no! Todo
salvo, todo santo nacido de nuevo de parte de Dios creerá que nuestro Salvador nació de
madre virgen. La única cosa que una persona perdida tiene que hacer para ser salvo es
arrepentirse de sus pecados y confiar en Cristo como su Salvador, creyendo que El murió
por nuestros pecados y que resucitó de entre los muertos. Una persona salva creerá en el
nacimiento virginal de nuestro Señor.

Aquellos que dicen ser cristianos, y niegan el nacimiento virginal de Cristo, son meros
“profesantes” y no “poseedores” de la salvación. Estos enemigos dentro, y aquellos que
están fuera de la iglesia profesante, objetan el nacimiento virginal por los siguientes
argumentos:

1. Algunos estudiosos se oponen a esto. Este argumento no es verdadero, pero no


importaría mucho si lo fuera, porque sabemos que “los designios de la carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Rom.
8:7). El corazón no convertido no conoce a Dios ni las cosas que son de Dios; y, por
supuesto, no creerían el nacimiento virginal de Jesucristo. Estudiosos no regenerados
puede que no acepten esta verdad divina, pero ciertamente, una persona no esta
realmente educada hasta que crea en Dios y su Palabra, porque: “El principio de la
sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”
(Pro. 1:7).

2. El Nuevo Testamento guarda silencio respecto a esto. Ciertamente Mateo no guarda


silencio respecto a esto y Lucas tampoco guarda silencio respecto a este tema. Dios nos
ha provisto 2 testigos, porque “Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto.”
(2 Cor. 13:1). Dios cumple la Ley, y eso establece la verdad concerniente al nacimiento
virginal de nuestro Redentor. ¿Y que si hubiera solamente un testigo? Aun así seria
cierto, porque es Dios quien habla.

a. Pero hay un testimonio de Marcos. Tenemos evidencia indirecta que prueba el


nacimiento virginal de Cristo. Marcos no registra el nacimiento virginal de Cristo; ¿podría
significar eso que no existió? Por supuesto que no. El Evangelio de Marcos presenta a
Jesús como el Siervo Perfecto; y cuando consideramos un siervo, a nadie le interesa
conocer su genealogía; y por eso el nacimiento de Cristo fue omitido en este libro. El
primer versículo del Evangelio de Marcos declara: “Principio del evangelio de Jesucristo,
Hijo de Dios.” Cualquier hebreo entiende que esto significa que Jesucristo era igual a
Dios, y nosotros sabemos que nos relata cosas que hizo Jesucristo que ningún otro
hombre podría haber hecho.
b. Pero también hay un testimonio de Juan. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios, y el Verbo era Dios. . . Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan
1:1, 14). Ciertamente este no es un registro de un mero hombre, sino del Hijo de Dios,
¡Dios mismo!

c. Pero también está el testimonio de Pablo. Mientras aclaramos que estos testimonios
son de Marcos, Juan, Pablo, y otros, mantengamos en mente que, aunque estos hombres
escribieron las palabras, las palabras son las palabras de Dios, y ellas expresan Su mente
acerca del nacimiento virginal de Su Hijo.

Pablo fue separado “para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus
profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del
linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el
Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. . . Porque lo que era
imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; ”
(Rom. 1:3, 4; 8:3). “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por
amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis
enriquecidos.” (II Cor. 8:9). Ver también Filipenses 2:5-7; Gálatas 4:4; I Juan 4:2;
Colosenses 2:8.

3. La iglesia de los primeros tiempos no lo creía. Este es otro argumento falso en contra
del nacimiento virginal que puede ser refutado fácilmente. Los tempranos credos de la
iglesia declaran el nacimiento virginal.
a. El Credo Apostólico. Este data del siglo segundo. La palabra “credo” viene del latín,
credo, lo cual significa, “yo creo.” Estos credos vinieron primero en forma oral, y luego
escrita.
b. El Credo Niceno. Este pertenece al siglo cuarto. Cuando Arius dijo que Cristo era un
ser creado, y no Hijo desde toda la eternidad, un concilio fue convocado para establecer el
hecho de que Cristo, pese a haber nacido de una virgen, ha existido eternalmente con el
Padre. Fue llamado el concilio de Constantinopla (381). Este concilio también hizo
referencias al hecho del nacimiento virginal de Cristo.
c. El TeDeum Laudamus. Este fue un antiguo himno preservado por la iglesia, que
prueba que la iglesia de los primeros tiempos creía en el nacimiento virginal de Cristo.

4. Es contra las leyes naturales. Ante este argumento contra el nacimiento virginal,
nosotros replicamos que, “ciertamente es contra las leyes naturales.” Porque este no fue
el nacimiento de un mero bebe, sino el nacimiento del Hijo de Dios en carne humana.
¿Tomaría usted tiempo para considerar que este debe haber sido el único medio por el
cual Dios podría haber venido en carne, por el nacimiento virginal?

Hay 3 maneras por las cuales Dios hizo seres humanos sin ajustarse a las leyes naturales
actuales: (1) Cuando El hizo a Adán lo hizo sin la intervención de hombre ni de mujer; (2)
Cuando El hizo a Eva lo hizo sin intervención de mujer; y (3) cuando El engendró a Cristo
lo hizo sin intervención de hombre.

5. Tiene demasiado de mitología. Es cierto que muchas religiones idólatras han enseñado
que sus dioses fueron vástagos de mujeres, pero no por virginidad; antes bien, aquellas
mujeres tuvieron relaciones carnales con otros dioses que produjeron los dioses de la
gente. ¿Acaso puede haber alguna comparación entre el nacimiento de Jesucristo y las
historias contadas en aquellos mitos? Por supuesto que no! Los nacimientos de hombres
en aquellas mitologías no eran de vírgenes, sino el resultado de una relación carnal.
6. Al llamarse a si mismo el Hijo del hombre Jesucristo negaba su nacimiento virginal.
Recuerden, el Señor Jesucristo nunca dijo, “yo soy un hijo de un hombre”; sino, “Yo soy el
Hijo del Hombre.”

7. La necesidad de la purificación comprueba que fue un nacimiento natural. Bajo la Ley


todas las mujeres eran impuras. El propósito de esta ley era la higiene, para preservar la
salud de la mujer, protegiéndola ante su esposo mientras ella estuviese en una condición
de debilidad, causada por el parto.

D. Los objetivos de la Encarnación.

¿Cuáles eran los propósitos del nacimiento virginal?

1. Dar a conocer al Dios invisible. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Jesucristo es la exposición de
Dios, el Revelador de Dios. Si quieres saber cómo es Dios, observa a Jesucristo.

2. Para cumplir la profecía.

a. La semilla como un ejemplo. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu


simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
(Gen. 3:15). Una mujer no tiene semilla o simiente; la semilla pertenece al hombre. Pero
esta Escritura hace mención de “la simiente de la mujer.” Esto es contrario a la
naturaleza y se refiere, por supuesto, al nacimiento virginal, cumplido cuando María dio a
luz a Jesucristo.

b. La virgen como un ejemplo. “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la
virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Is. 7:14). Esta
Escritura significa exactamente lo que dice.

3. Para cumplir el Pacto Davídico. “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago
retoñará de sus raíces. . . Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará
puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será
gloriosa.” (Is. 11:1, 10). “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David
renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la
tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con
el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.” (Jer. 23:5, 6). “Varones hermanos, se os
puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está
con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios
le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para
que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su
alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.” (Hechos 2:29-31). Ver
también I Samuel 7:4-17; Lucas 1:32, 33.

4. Para sacrificio por nuestros pecados. “Y sabéis que él apareció para quitar nuestros
pecados, y no hay pecado en él.” (I Juan 3:5). “porque la sangre de los toros y de los
machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. . . Diciendo primero: Sacrificio
y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las
cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos
santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”
(Heb. 10:4, 5, 8-10). “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el
cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis
la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente
os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme
a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras;" (I Cor. 15:1-4).

a. Un sacrificio de animales nunca quita el pecado. Fue Dios quien instituyó sacrificios
de animales. Pero aun así toda la sangre que por siglos fue vertida en los altares judíos
nunca quitó los pecados. ¿Por qué, entonces, fue ordenado así? Fue para proveer una
“cobertura” de los pecados hasta que la sangre de Cristo nos lavara de ellos. No, los
sacrificios de animales nunca pudieron quitar los pecados, porque los sacrificios deben
estar a la altura del hombre, por quien fueron sacrificados.

b. El sacrificio debe ser sin pecado. Los sacrificios de animales no están a la altura del
hombre. Además, un hombre pecaminoso no puede ofrecerse como sacrificio por otro
hombre pecador, porque si el primer hombre pecador debe morir, el debe morir por sus
propios pecados.

c. El Sacrificio debe ser un Sacrificio infinito. No solo debe ser un sacrificio a la altura del
hombre, por el cual es ofrecido, sino que además debe ser a la altura de Dios, quien debe
ser satisfecho! Jesús, nuestro Señor, cumplió con todo esto! “quien llevó él mismo
nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a
los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24).

5. Para proveer un Sumo Sacerdote. “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus
hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se
refiere, para expiar los pecados del pueblo. . . Por tanto, hermanos santos, participantes
del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión,
Cristo Jesús; ” (Heb. 2:17; 3:1).

Hoy tenemos alguien, nuestro Señor Jesucristo, quien se para por nosotros ante Dios.
Tenemos un acusador (Ap.12:10), quien nos acusa diariamente delante de Dios, pero
también tenemos un Abogado ante el Padre, quien intercede por nosotros.

6. Para mostrar a los creyentes como vivir. “El que dice que permanece en él, debe andar
como él anduvo.” (I Juan 2:6). “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” (I Pedro 2:21).

7. Para llegar a ser la Cabeza de una Nueva Creación. “Y el que estaba sentado en el
trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas
palabras son fieles y verdaderas.” (Ap.21:5). Ver también II Corintios 5:17; I Corintios 15:
4, 47.

E. La Perpetuidad de la Encarnación.

Con esto queremos decir “encarnación para siempre.” Dios siempre será manifestado en
carne en la persona de Jesucristo.

1. Es esencial para la integridad de la humanidad de nuestro Señor. Nuestro Señor,


ahora en gloria, tiene hombría, humanidad. El es un hombre hoy.

2. Es esencial para el Sumo Sacerdocio de nuestro Señor. “Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio
de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los
que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de
Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados
del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a
los que son tentados.” (Heb. 2:14-18). “Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos,
debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para
siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente
a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal
sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y
hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos
sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del
pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley
constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior
a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:23-28). “Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse
ahora por nosotros ante Dios;” (Heb. 9:24). “puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2).

3. Es esencial para el retorno del Señor y su Reino Milenial. “Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones
con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10, 11). “Porque dije: Para siempre será
edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad. Hice pacto con mi
escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, Y
edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Sal.89:2-4). “En aquel día yo levantaré el
tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré
como en el tiempo pasado; ” (Amos 9:11). Ver también Isaías 9:6, 7; 55:3, 4.

F. Las pruebas de la encarnación.

Las pruebas de la encarnación están centralizadas sobre Jesucristo mismo!

1. Su vida sin pecado. “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda


compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado.” (Heb. 4:15). “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Cor. 5:21).
Solamente Dios, en carne humana, podría vivir una vida sin pecado.

2. Su resurrección. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). ¿Podría El haber resucitado de los muertos si no
hubiese sido Dios encarnado? Por supuesto que no.

III. Las dos naturalezas de Cristo

No puede haber cristianismo sin Cristo. La ortodoxia de cualquier persona, o cualquier


iglesia, puede ser establecida en base a esta pregunta: ¿Que piensa de Cristo?

Nos maravilla ver como los modernistas de hoy tratan de rebajar a Cristo. Incluso están
aquellos que tratan de probar que nunca existió. En una gran Universidad, cierto
profesor quiso probar que Cristo fue solo una invención de la mente. Después de varios
argumentos, completó su exposición, y entonces pidió algunos comentarios. Entonces,
un estudiante humildemente le pregunto, “Si Cristo nunca existió, ¿por qué le está
atacando?”
¿Por qué sus enemigos no le dejan si en realidad nunca existió? ¿Por qué hacer algo con
él o contra él, si nunca resucitó de los muertos? ¡Pero El existe; El ha resucitado; El vive
para siempre!

¿Quién es El? Esta ha sido la pregunta por 2000 años. Tenemos los testimonios y
confesiones de hombres que le vieron: Juan el Batista: “El siguiente día vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan
1:29); “Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” (Juan 1:34);
Andres: “Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que
traducido es, el Cristo).” (Juan 1:41); Felipe: “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos
hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo
de José, de Nazaret.” (Juan 1:45); Pedro: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente.” (Mat. 16:16).

Entre las personas había divisiones causadas por esta pregunta, ¿Quién es El?
“Entonces algunos de la multitud, oyendo estas palabras, decían: Verdaderamente éste es
el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero algunos decían: ¿De Galilea ha de venir el
Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era
David, ha de venir el Cristo? Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él.”
(Juan 7:40-43). Ver también Juan 9:17, 18; 10: 9-20; Lucas 5: 21.

Los hombres han cuestionado la Deidad de Cristo, pero los demonios no. Ellos le
reconocieron como el Creador y futuro Juez: “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con
nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?”
(Mat. 8:29).

En el juicio del Señor Jesús, predominó esta misma pregunta: “Jesús, pues, estaba en pie
delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y
Jesús le dijo: Tú lo dices.” (Mat. 27:11). Ver también Mateo 26:63; Lucas 22: 67, 70.

Y mientras colgaba de la cruz, la pregunta todavía agitaba las mentes de sus enemigos:
“Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el
templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de
la cruz.” (Mat. 27:39 40).

Mientras que tenemos los testimonios y las confesiones de aquellos que le vieron,
nosotros mismos que confiamos en El, y que le amamos, tenemos el testimonio interior
(Espíritu Santo) de que El es el Cristo, el Hijo del Dios Viviente: “el Espíritu de verdad, al
cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (Juan 14:17); “nadie puede llamar a
Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” (I Cor. 12:3b).

A. La humanidad de Cristo.

En otros tiempos fue la humanidad de Cristo la que estaba bajo ataque, y no su Deidad.
Sin importar en qué tiempos vivamos, Satanás es el común enemigo, y es el que mantiene
sus continuos ataques sobre el Señor.

1. El era perfectamente humano. Con esto queremos decir que nuestro Señor, pese a que
ha sido desde la eternidad, cuando El se hizo carne, llegó a tener un cuerpo humano, un
alma y un espíritu. El hombre, sabemos, tiene cuerpo, alma y espíritu: “Y el mismo Dios
de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea
guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (I Tes. 5:23).
a. Su cuerpo físico humano. Si, el Señor Jesús, en su humanidad, tenía un cuerpo:
“Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para
la sepultura.” (Mat. 26:12); (ver también Hebreos 10:5); un alma: “Ahora está turbada mi
alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.”
(Juan 12:27; ver también Mateo 26:38); y un espíritu; “Y conociendo luego Jesús en su
espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así
en vuestros corazones?” (Marcos 2:8; ver también Lucas 23:46; Lucas 10:21).

b. Su apariencia humana. La mujer junto al pozo reconoció a Jesús como un ser


humano: “La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber,
que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.” (Juan 4:9).
Y después de su resurrección El todavía mantenía su apariencia humana; para Maria,
supuestamente, Jesús era el jardinero, reconociéndole como un ser humano: “Ella,
pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has
puesto, y yo lo llevaré.” (Juan 20:15b).

c. Sus padres humanos. Pese a que Dios era su Padre, el Señor Jesús tuvo una madre
humana, lo cual prueba que El fue humano: “Pero cuando vino el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, ” (Gal. 4:4); Pablo fue
separado para el Evangelio “acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del
linaje de David según la carne, ” (Rom. 1:3); “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná
de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. ” (Juan 2:1). Ver también Mateo 2:11; 13:55;
Juan 1:14.

d. Su desarrollo humano. Siendo perfectamente humano, el Señor nació, y creció como


todo niño y niña: “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de
Dios era sobre él. . . Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios
y los hombres.” (Lucas 2:40, 52).

e. Sus limitaciones humanas. Siendo Dios, llego a ser hombre, y cuando lo hizo, El se
limitó a sí mismo a las esferas de acción del hombre. De ese modo, él tuvo limitaciones
humanas, las cuales eran cuestiones no pecaminosas. Por favor no confunda debilidad y
limitación humana, con pecado. El tuvo debilidades y limitaciones humanas, pero no
pecado. El tuvo hambre (“después de ayunar 40 días y 40 noches, tuvo hambre”, Mat.
4:2); El tuvo sed (“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo,
para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.”, Juan 19:28); El sintió cansancio (“Y
estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al
pozo. Era como la hora sexta.", Juan 4:6); El durmió (“Y he aquí que se levantó en el mar
una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.”, Mat. 8:24). Ver
Mateo 26:36-40, estos versículos describen a pleno la agonía de Cristo en el jardín tal
como solo un ser humano puede sufrir.

f. Su nombre humano. Su nombre humano era común a todos aquellos de aquel tiempo:
“Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados.” (Mat. 1:21). Ver también Lucas 2:21.

g. Su sacrificio humano y su muerte humana. Su sacrificio y muerte fueron comunes a


los experimentados por los hombres. Las Escrituras abundan en el hecho que El poseía
un cuerpo humano y sufrió como humano (Mat. 26:26-35; Juan 19:20; Lucas 22:44).

Si Jesús no fue un hombre, El no podría haber muerto, porque Dios, en Su verdadera y


sola esencia, no puede morir! Y ciertamente El murió, “y no por sangre de machos
cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar
Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.” (Heb. 9:12). Y El se levantó de entre los
muertos! Y El es aun hombre!
2. El es el ser humano perfecto.
a. El trasciende toda limitación de carácter. Todo se combina en El. Miremos todos los
atributos del hombre, y encontraremos que algunos hombres poseen algunos mientras
que otros hombres poseen otros atributos; pero en El encontramos plenitud, todos los
atributos de los hombres.

Creemos que el carácter de Jesús está libre de falsificación.

Piense en su poder comparado con su humildad: en un momento El pudo echar a los


cambistas de dinero del templo, y después lavar los pies de su discípulos.
(1) El tiene toda perfección. Nunca huyó por miedo. Nunca nadie le atemorizó. Nunca
fue excitado por el éxito. El diablo nunca le frustró. El es el hombre sobre todo los
hombres. Nadie puede poner a alguien en el mismo nivel con el Señor Jesús. Tomemos
los lideres de este mundo: Cesar, Alejandro el Grande, aun hombres piadosos, como
Moody o Billy Sunday, ellos nunca pueden igualarle. Nadie puede poner los dioses de los
hombres en la misma plataforma con el Señor Jesús. Hay un solo lugar para nuestro
Salvador, y ese es el trono

(2) El es sin pecado. El es un ser humano perfecto, el único que este mundo ha visto.
Veamos en II Corintios 5:21 y leamos su descripción: “Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Este
versículo de la Escritura no dice que Cristo nunca pecó, pese a que nunca lo hizo, sino
mas bien dice que el era sin naturaleza pecaminosa.

Si un hombre común viviese toda su vida sin cometer pecado, aun así todavía no seria
perfecto. Cristo no tuvo una naturaleza pecaminosa. “por lo cual también el Santo Ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1: 35c). Ha nacido solo un Bebe Santo en
todo este mundo, y le llamaron Jesús! Ningún borracho puede ayudar a un borracho.
Un hombre no tiene que llegar a ser un ladrón para ayudar a un ladrón. El Señor Jesús
no asumió una naturaleza pecaminosa en función de ayudar a los que tenemos
naturaleza pecaminosa.

Cuando el Señor Jesús estuvo en el desierto 40 días, el conoció lo que era el hambre. El
sabe lo que se siente cuando tenemos hambre. Ningún hombre murió en un madero, o
pasó por tiempo de prueba, como El lo hizo con la cruz. El sabe lo que es sufrir.
Nosotros tenemos algo dentro nuestro que quiere pecar, pero El nunca quiso pecar, esto
es lo que El sufrió: el diablo tratando de hacer que El quiera pecar.

Podemos reflotar la vieja pregunta de siglos: “Podría el Señor Jesús haber pecado, o
haber querido hacerlo?” Como Hijo de Dios El ni siquiera quería pecar. Pero, alguien
puede agregar, ¿si El no podía haber pecado, entonces para qué la tentación? Si El no
podría haber pecado, entonces la tentación fue una burla! Esa es exactamente la
respuesta! El no fue tentado para ver si pecaría, sino que fue tentado para mostrar
(demostrar) que El no pecaría.

Hay algo más para considerar: si el Señor Jesús podría haber pecado aquí sobre la tierra,
entonces seria posible que pecara en el cielo al hacer intercesión por nosotros. Pero lo
cierto es que El no pudo haber pecado en su vida terrenal, y tampoco hoy El puede pecar
en el cielo. El es nuestro perfecto Sumo Sacerdote.

b. El trasciende toda limitación de tiempo. El es para todo tiempo. Sus enseñanzas no


quedan desactualizadas. Por el contrario, ellas están actualizadas! Los libros de
nuestros Colegios y Universidades no tienen más de 10 años; ellos cambian. Pero la
Palabra del Señor percance cierta y segura.
El es aquel que ha dicho: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”
Y aunque no tenemos un registro de El escribiendo un libro sobre su vida, aun Sus
palabras son verdaderas, porque ellas no han pasado!

c. El trasciende todas las limitaciones de todas las nacionalidades. Los judíos eran
exclusivos entre todas las personas, y el Señor Jesús viene del grupo étnico más
exclusivo, sin embargo El pertenece a toda tribu, pueblo y nación! El pertenece a todos.
Los chinos piensan de si mismos como chinos; los ingleses piensan de si mismos como
ingleses. Cuando llegamos a ser salvos, tenemos al Señor como nuestro, no importa el
grupo étnico al que pertenezcamos.

¡Cristo fue un mentiroso, un lunático, o Señor! Ningún modernista llega a decir que fue
un mentiroso, sino que solamente El pensó que era Dios. Entonces debe haber sido un
lunático. Por supuesto que no fue ni mentiroso ni lunático; El fue el Hijo de Dios! El Dios
hombre!

B. La Deidad de Cristo.

1. Predicciones divinas. “Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga
a tus enemigos por estrado de tus pies.” (Sal. 110:1); “Pero tú, Belén Efrata, pequeña
para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus
salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2). Ver también
Isaías 7:14; 9:8; Jeremías 23:6; y Génesis 3:15.

2. Nombres divinos.
a. Se le llamó Dios. “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan
20:28); “de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual
es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Rom. 9:5); “Pero sabemos
que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es
verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y
la vida eterna.” (I Juan 5:20). Ver también Mateo 1:23; Juan 1:1; y comparar Salmo 45:6,
7 con Hebreos 1:8.

b. Se le llamó Hijo de Dios. Esto implica igualdad a Dios. “También salían demonios de
muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les
dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.” (Lucas 4:41); “De cierto, de cierto os
digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que
la oyeren vivirán.” (Juan 5:25); “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa
del pecado, condenó al pecado en la carne; ” (Rom. 8:3). Miremos estas otras Escrituras:
Marcos 1:1; Mateo 27:40, 43; Juan 19:7; 10:36; 11:4.

c. Se le llamó Señor. “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.” (Mat. 12:8);
“Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.” (Juan 13:13); “Ellos
dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31); “en su
vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES.” (Ap.19:16).

d. Se le llamó por otros nombres divinos. “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él
puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;” (Ap. 1:17).
Ver también Apocalipsis 22:13.

3. Igualdad divina. “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17:5); “y el que me ve, ve al que me envió”
(Juan 12:45); “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse” (Fil. 2: 6a); “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad” (Col. 2:9).

4. Relación divina. Su Nombre fue aparejado al del Padre. “Yo y el Padre uno somos.”
(Juan 10:30). “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14); “Y el mismo Jesucristo
Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y
buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena
palabra y obra.” (II Tes. 2:16, 17).

5. Adoración divina. La adoración pertenece a Dios. Y Cristo recibió verdadera


adoración. Por lo tanto, Cristo es Dios! “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que
ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. . . Y al
entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y
abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.” (Mat. 2:2, 11). Los
hombres sabios no vinieron para adorar a María, sino a Cristo Jesús. Años después El
aceptó adoración: “Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo:
Verdaderamente eres Hijo de Dios.” (Mat. 14:33). Ver también Mateo 9:18; Lucas 24:52.
Si Cristo no hubiera sido Dios, entonces esta adoración hubiese sido idolatría. Es
mandato de Dios que el Hijo sea adorado. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito
en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6). “para que todos
honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le
envió.” (Juan 5:23). Esto es cierto por todas las edades, los cristianos hemos adorado a
Cristo como Dios. Los hombres nacidos de nuevo no hubiesen estado satisfechos de
adorar a un mero hombre.

6. Atributos divinos.

a. Omnipotencia. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el


cielo y en la tierra.” (Mat. 28:18). El tenia poder sobre la muerte: “Le dijo Jesús: Yo soy
la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:25, 26). El tenia poder
sobre el orden natural: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de
todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; ” (Col. 1:16, 17). El tenía poder sobre
los demonios: “Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué
palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?”
(Lucas 4:36).

b. Omnisciencia. “Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie
te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios.” (Juan 16:30). “Le dijo la tercera
vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez:
¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo:
Apacienta mis ovejas.” (Juan 21:17). Ver también Mateo 9:4; 12:25; Lucas 6:8; 9:47;
10:22; Juan 1:48, 49; Juan 4:16-19; Marcos 2:8.

Aquella pregunta de los doctores de Jerusalén prueba la omnisciencia del Señor Jesús: “Y
se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?” (Juan
7:15). Esto nos lleva a saber que Cristo nunca fue enseñado por los hombres. El no
necesitó escuela ni tutores. Sus discípulos se sentaban a sus pies, ¿pero a los pies de
quién se sentó El? ¡A los pies de nadie! Pablo fue alumno de Gamaliel, pero quién le
enseñó a Jesús? ¡Nadie! Cristo dijo, “aprended de mi”, ¿pero cuando dijo “enséñenme”?
Nunca! A veces somos amonestados a ir a una mayor autoridad, pero a cual autoridad
habría de ir El? A ningún otro, porque El tenia toda autoridad. Cuando dijo el Señor
Jesucristo, “no recuerdo, voy a consultarlo?” Nunca! Nunca fue sorprendido con la
guardia baja. En Marcos 12:13 tenemos estas palabras: “Y le enviaron algunos de los
fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra.” Ellos trataron
de hacerlo caer en alguna trampa por sus palabras, pero El fue sabio en todo y puso Sus
perseguidores en confusión.

(1) Como El enseñaba.


(a) Con Simplicidad. Sus ilustraciones fueron hechas con gran enfoque. Las sacó de la
vida misma.
(b) Con autoridad. Nunca escuchamos al Señor decir, “Bueno, como suponemos” (Ver
Mateo 7:29; Marcos 1:22).
(2) Lo que El enseñó.
(a) Doctrina. Lo que El enseñó no es popular hoy. Los modernistas sustituyen la
doctrina por ética; ellos creen en la salvación por vida ética.
(b) Ética. Ciertamente Cristo enseñó Ética, pero la doctrina era primero. La Ética debe
tener doctrina por fundamento.
c. Omnisapiencia. “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.” (Col. 2:3).
d. Omnipresencia. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat. 28:20).
“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el
cielo.” (Juan 3:13).
e. Inmutabilidad. “Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y
serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán.” (Heb. 1:11, 12). “mas
éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; ” (Heb. 7:24).
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Heb. 13:8). Jesús puede cambiar
Su posición, pero Su Persona nunca cambia.
f. Eternidad. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.” (Juan 1:1, 2). “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para
estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas
son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq. 5:2). “Jesús les dijo: De
cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” (Juan 8:58). “No temas; yo
soy el primero y el último;” (Ap. 1:17c).
g. Santidad. “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” (I Pedro 2:22). “Y
sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.” (I Juan 3:5).
Ver también Hebreos 7:26.
h. Amor. Pablo oraba para que los efesios pudiesen “conocer el amor de Cristo, que
excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” (Ef. 3:19).
(1) Es espontáneo.
(2) Es eterno.
(3) Es infinito.
(4) No se agota.
(5) Es invencible. Ver Efesios 5:25; Apocalipsis 1:5.
i. Justicia. “Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un
homicida,” (Hechos 3:14).

7. Oficios divinos.
a. Creación. Toda la crecían es por el accionar de Dios; y Cristo creo, por lo tanto, Cristo
es Dios. “Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus
manos.” (Heb. 1:10). Ver Juan 1:3; Colosenses 1:16; Efesios 3:9; Juan 1:10.

b. Preservación. “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su


sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo
efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas, ” (Heb. 1:3). “Y él es antes de todas las cosas, y todas las
cosas en él subsisten; " (Col. 1: 17).

c. Perdón. “Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.” (Lucas 7:48). Ver también
Marcos 2:5-10.

d. Resurrección. “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me
diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:39, 40).

e. Transformación. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo


que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2). Ver también Filipenses 3:21.

f. Juicio. “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo. (Juan 5:22).
Ver también Hechos 17:31; Mateo 16:27; Mateo 25:31; Romanos 2:16; 14:10; II Corintios
5:10; Apocalipsis 22:12.

g. Salvación. “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de
mi mano.” (Juan 10:28). Ver también Juan 5:25; 6:47; 10:10; 17:2.

C. La combinación de dos naturalezas en una sola persona.

El hombre no lo puede entender. Esta es una prueba de que la Biblia es la palabra de


Dios, porque si el hombre hubiese escrito la Biblia el hubiera dejado de lado las 2
naturalezas de Cristo. Estas son cosas infinitas, y Dios no procura explicarlas, sino que
hace simples declaraciones de esas cosas y hechos; Cristo tiene una naturaleza humana y
una naturaleza divina, y ambas son completas. No es escritural decir que Cristo es Dios y
hombre; más bien, El es el Dios-hombre. Dos naturalezas, con una personalidad, una
persona.

Nosotros tratamos de que Juan 1:14 diga, “El Verbo se hizo hombre”; pero dice, “El Verbo
se hizo carne.”

Si hacemos que Cristo tenga 2 personalidades, entonces hacemos que la Deidad sea un
cuarteto en vez de una Trinidad.

D. Errores concernientes a las 2 naturalezas de Cristo.

1. Ebionetismo. Este error prevaleció durante el primer siglo de la era cristina. Este
punto de vista niega la Deidad de Cristo. Establece que Cristo tuvo una relación con Dios
el Padre después de su bautismo.

2. Corintianismo. Esto era popular durante los días del apóstol Juan. Según este
enfoque erróneo, Cristo no poseyó Deidad hasta que El fue bautizado.

3. Docetismo. Este fue un error en la iglesia en la segunda parte del segundo siglo.
Sostenía que Cristo no tuvo un cuerpo humano. Que El tenía un cuerpo, un cuerpo
celestial. El Docetismo negaba la humanidad de Cristo. Tal error es el “espíritu del
anticristo” (I Juan 4:1-3).

4. Arrianismo. Este error negaba la naturaleza divina de Cristo. El Arrianismo sostenía


que hubo un tiempo cuando el Hijo no existía, y que Dios engendró al Hijo después de El.
Entonces negaban la preexistencia de Cristo.
5. Apolinarianismo. Este error sostenía que Cristo poseyó solo un cuerpo humano y que
era incompleto. Ellos razonaron así: el pecado está en el alma de los hombres; Dios no
tiene pecado; por lo tanto Cristo no tenia alma; y por lo tanto el tenía un cuerpo y era
incompleto.

6. Nestorianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo e hicieron 2 personas de


ellas. Eso es, Dios vino y moró en un hombre perfecto; por lo tanto Dios estaba en Cristo,
en vez de Cristo ser Dios.

7. Eutychianismo. Ellos tomaron las 2 naturalezas de Cristo, las pusieron juntas e


hicieron una nueva naturaleza.

8. Monotelitismo. Este error consistía en pensar que Cristo tuvo 2 naturalezas, pero una
sola voluntad.

9. Unitarianismo. Los unitarianos negaban la Trinidad. Y por consiguiente también


negaban la deidad de Cristo.

10. Ciencia Cristiana. Esta creencia niega la humanidad de Cristo.

11. Dawnismo Milenial. Esta creencia niega la existencia personal de nuestro Señor
Jesucristo.

IV. La muerte de Cristo.

La cruz es una verdad fundamental en la revelada Palabra de Dios. Y cuando hablamos


de la cruz, no hablamos simplemente del madero sino del sacrificio sobre el madero.

Encontramos el emblema de Cristo y su crucifixión desde Génesis, y a través de todo el


Antiguo Testamento. La razón principal por la que hubo un Belén es porque habría un
Calvario. Nuestra Salvación depende de Cristo y su muerte en la cruz.

A. El hecho de la muerte.

1. La anticipación del Antiguo Testamento.


a. En topologías.
(1) La túnica de pieles (Gen. 3:21).
(2) El sacrificio de Abel (Gen. 4:4).
(3) El ofrecimiento de Isaac (Gen. 22).
(4) El Cordero de Pascuas (Ex. 12).
(5) El sistema sacrificial levítico (Lev. 1:1 - 7:16).
(6) La serpiente de bronce (Num. 21; Juan 3:14, 15).
(7) El Cordero inmolado (Is. 53:6, 7; Juan 1:29).

b. En predicciones.
(1) La simiente de la mujer (Gen. 3:15).
(2) La ofrenda por el pecado del Salmo 22.
(3) El sacrificio vicario de Isaias 53.
(4) El Mesías y el corte de su vida en Daniel 9:26.
(5) El pastor herido de Zacarias 13:6, 7.

2. Revelación del Nuevo Testamento.


a. En General. La tercera parte del libro de Mateo, mas de la tercera parte del libro de
Marcos, una cuarta parte del libro de Lucas, y la mitad del libro de Juan tratan de la
ultima semana de la vida terrenal de Cristo.
b. En Particular.
(1) El corazón de Cristo se debía manifestar.
(a) Su muerte. “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Rom. 5:10).
Ver también Filipenses 2:8; Hebreos 2:9, 14; Apocalipsis 5:6-12.
(b) Su cruz. “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezadero, y para los gentiles locura; ” (I Cor. 1:23). Ver también Galatas 3:1; 6:14;
Efesios 2:16; Colosenses 1:20.
(c) Su sangre. “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada
para remisión de los pecados. (Mat. 26:28). Ver también Marcos 14:24; Efesios 1:7;
Colosenses 1:14; I Juan 1:7; Hebreos 9:12, 25; Apocalipsis 1:5; 5:9.
(2) Las 3 declaraciones concernientes a su muerte deben ser estudiadas.
(a) Fue hecho pecado por nosotros. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Cor. 5:21).
(b) El Justo murió por los injustos. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18).
(c) Por nosotros fue hecho maldición. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho
por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero), ” (Gal. 3:13).

B. La forma de la muerte.

1. Una muerte natural. Su muerte fue una muerte tal como la experimentada por los
hombres. Tenia que ser una muerte natural, porque el era un hombre muriendo por
todos los hombres.

2. Una muerte especial. Dios no puede morir, pero Dios tenía que morir si iba a llegar a
ser el sustituto del hombre. Por lo tanto El se hizo una criatura que podía morir. De
todos modos, El nunca se contaminó con el pecado.

Los hombres mueren hoy por causa del pecado; pero El no tuvo pecado. Si no fuera por
nuestros pecados, El nunca hubiera gustado la muerte.

3. Una muerte preternatural. La muerte de Cristo fue marcada y determinada de


antemano. Incluso antes de la caída de Adán, Dios la tenia anticipada. Antes de que el
hombre pecara, Dios ya había hecho su provisión para el calvario, porque Cristo es el
Cordero inmolado “desde antes de la fundacion del mundo” (I Pedro 1:20). Fueron los
pecados de los hombres cometidos antes del calvario quitados por la sangre de toros y
machos cabrios? No! Todos los pecados, los cometidos antes y después de la cruz, fueron
cargados sobre Cristo en el calvario (Rom. 3:25).

4. Una muerte sobrenatural. Aunque hemos dicho que su muerte fue una muerte
natural, aun así fue distinta a la muerte de los demás hombres. “Por eso me ama el
Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de
mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este
mandamiento recibí de mi Padre.” (Juan 10:17, 18).

Su muerte fue de su propia voluntad. El mismo entregó su vida; nadie se la quitó.


Usualmente toma unos 2 días para un hombre morir por crucifixión, pero El murió en 6
horas. Mateo 27: 46 y 50 declara que El clamó a gran voz. Es probable que sus fuerzas
todavía no le hubiesen abandonado. El dio su vida; nadie se la quitó. El inclinó su
cabeza y murió; El fue majestuoso, aun sobre la cruz.
Vemos a Cristo sufriendo 2 muertes por nosotros: la primera, la separación de su alma y
espíritu de su cuerpo; la segunda, su separación de Dios. Cristo sufrió esa segunda
muerte primero, y la primera muerte después. “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a
gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado?” (Mat. 27:46). Cristo, el mismo Hijo de Dios, estuvo dispuesto a sufrir
terriblemente por varias horas para que el pecador no tuviese que sufrir por toda la
eternidad.

C. Teorías no escriturales concernientes a Su muerte.

“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:3b). Todo
aquello que no se corresponde a esta Escritura es falso.

1. La muerte de Cristo fue la muerte de un mártir. Algunos piensan que El murió para
mostrarnos lo digno que es morir por la verdad.
¿Como podemos los hijos de Dios abordar este argumento? Simplemente de la manera
siguiente: ¿Por qué Cristo no lo dijo así? ¿Por qué Pablo no lo dijo así? ¿Por qué Pedro no
lo dijo así? ¿Y por qué Lucas y Juan no lo dijeron así? Si Cristo hubiera simplemente
muerto como un mártir, ¿por qué los apóstoles no hubieran dicho: “crean en la muerte
de Esteban y serán salvos?, porque Esteban fue un mártir.” Si Cristo murió como un
mártir, ¿por qué el Padre no lo acompañó en su muerte como El ha hecho con otros a
través de los siglos? Cristo clamó, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

2. La muerte de Cristo fue accidental. Algunos críticos con esta declaración quieren decir
que El fue victima de un atropello popular. Nosotros sabemos que esto no es cierto,
porque el estaba consciente de su futura muerte. 7 veces en el Evangelio de Juan El
habló acerca de “mi hora,” la cual estaba en el futuro, y se cumpliría en el calvario. El no
necesitaba morir. Los clavos no retuvieron a Cristo a la cruz, sino su propia voluntad.
“Si eres Hijo de Dios baja de la cruz,” clamaba aquella multitud; pero Cristo no vino del
cielo para bajar de la cruz.

3. La muerte de Cristo fue un ejemplo moral. Esta teoría sostiene que un borracho tiene
solamente que pensar en Cristo y mejorará. Para refutar esto preguntamos, “¿por qué su
muerte no mejoró a aquellos que le crucificaron?” Si el ejemplo de Cristo es para mejorar
al mundo, entonces el cristianismo es un gran error. ¿Por qué no miran a la cruz de
Pedro?, pues el fue crucificado cabeza para abajo. Es que los hombres necesitan más que
mejorar.

4. La muerte de Cristo fue una exhibición de la disconformidad de Dios con el pecado. En


otras palabras, algunas personas creen que el descontento de Dios con el pecado es
demostrado en la cruz en vez del infierno. Si lo anterior fuese cierto, ¿para qué la
encarnación? ¿Por qué no crucificar a uno o más pecadores, en vez del mejor hombre que
ha vivido?

5. La muerte de Cristo fue para mostrarle al hombre que Dios lo ama. Dios ama al
hombre, y de hecho la cruz muestra su amor por él, pero la muerte de Cristo no fue
solamente para mostrar el amor de Dios.

6. La muerte de Cristo fue la muerte de un criminal. ¿Puede ser posible que alguien
sostenga esta teoría? La respuesta es “si.” Y refutamos esta teoría trayendo a la memoria
que Pilato no halló en El falta alguna. Un estudio sincero y apropiado de los Evangelios,
desacredita esta teoría.

D. Nombres escriturales de la muerte de Cristo.


1. Expiación. Este es un concepto que viene del Antiguo Testamento y significa “cubrir,
cobertura.” El único lugar donde encontramos “expiación” en el Nuevo Testamento es en
alguna versión de Romanos 5:11, pero admitiendo que no es buena traducción; sino que
debería traducirse “reconciliación.”
2. Sacrificio. “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin
levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por
nosotros. ” (I Cor. 5:7). Ver también Efesios 5:2; Hebreos 9:26; 10:12.

3. Ofrenda. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre. . . porque con una sola ofrenda hizo perfectos
para siempre a los santificados. ” (Heb. 10:10, 14).

4. Rescate. “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para
dar su vida en rescate por muchos.” (Mat. 20:28). También I Pedro 1:18, 19; I Timoteo
2:5, 6. Hemos sido redimidos por el pago de un precio, el cual es la sangre de Jesucristo.

5. Propiciación. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los


nuestros, sino también por los de todo el mundo.” (I Juan 2:2). Ver también I Juan 4:10;
Romanos 3:25. En Hebreos 9:5 la palabra “propiciatorio” también se traduce “sitio de
misericordia,” lo cual es correcto, porque en estas Escrituras también la palabra
“propiciación” significa lo mismo. La Ley demandaba muerte por el pecado; por lo tanto,
la sangre del sacrificio era colocada en el sitio de misericordia (Ex. 25:22; Lev. 16:13, 14),
mostrando que la muerte había tomado su lugar. Dios miraba a ese sitio y veía sangre,
vida, y quedaba satisfecho. Desde el calvario en adelante, Dios mira a ese sitio de
misericordia, el cual es Cristo, y es satisfecha su demanda. Por lo tanto, la subsiguiente
idea de la propiciación es “satisfacción.”

6. Reconciliación. "que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no


tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de
la reconciliación.” (II Cor. 5:19). Ver también Colosenses 1:20. La palabra
“reconciliación” significa causar, o afectar un cambio. Nunca en la Escritura significa que
Dios se reconcilia. Es el hombre quien tiene que ser reconciliado; es el hombre quien
necesita un cambio.

7. Sustitución. Esta no es una palabra escritural, pero ciertamente es una idea


escritural. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros.” (Is. 53:5, 6). Ver también I Pedro 3:18; II
Corintios 5:1.

8. Testador. Un Testamento es una voluntad que va a entrar en efecto a la muerte del


Testador. De modo que, nuestra herencia es aquella que recibiremos, la cual ha sido
hecha posible por la muerte del Señor Jesús. “Así que, por eso es mediador de un nuevo
pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había
bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. Porque
donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el
testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. ”
(Heb. 9:15-17). Ver también Colosenses 1:12-14; Efesios 1:1-7.

E. Los objetivos de la muerte.

1. La manifestación del carácter divino. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado


la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;. . . con la mira de manifestar
en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jesús; ” (Rom. 3:21, 26).

2. La vindicación de la Ley divina. La Ley es hasta la muerte. No hay misericordia en la


Ley, solo justicia. La Ley condena al pecador a la muerte; Cristo toma el lugar del
pecador; por lo tanto, Cristo pagó las demandas de la Ley.

3. El fundamento del perdón divino. Esta declaración permanece sin desafíos en el Nuevo
Testamento. Hay un lineamiento esencial sobre el perdón, y ese es: aquel que perdona
debe asumir sobre si mismo todo los errores que han sido cometidos. Por ejemplo, si una
persona roba un dinero, y el culpable es hallado, pero es perdonado, ¿quien cubre las
perdidas? Aquel que ha perdonado.

F. La extensión de la muerte.

1. Aspectos generales.
a. Su universalidad. Su muerte fue por todos los hombres, por aquellos que iban a creer
y por aquellos que no iban a creer. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor
que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la
muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. ” (Heb. 2:9). Ver
también I Timoteo 2:6; 4:10; Tito 2:11; I Juan 2:2; II Pedro 3:9.

b. Su limitación. La obra de Cristo sobre la cruz es condicionada, su eficiencia depende


del arrepentimiento y la aceptación de Cristo por parte del pecador. “que por esto mismo
trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador
de todos los hombres, mayormente de los que creen. ” (I Tim. 4:10).

2. Aspectos particulares.
a. Cristo murió por los creyentes. “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos
de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. ” (Tito
2:14). Ver también Efesios 5:2; Galatas 2:20; I Timoteo 4:10.

b. Cristo murió por la iglesia. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a
la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa,
que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. ”
(Ef. 5:25-27).

c. Cristo murió por los pecadores. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu; ” (I Pedro 3:18). Ver también I Timoteo 1:15; Romanos
5:10.

d. Cristo murió por el mundo. “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de
tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; ” (Ap. 5:9). Ver también
Juan 3:16; 1:9; I Juan 2:2.

C. Los resultados de su muerte.

1. En relación al pecador.
a. Proveyó un sustituto. “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los
ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte,
para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. ” (Heb. 2:9).
b. Proveyó un rescate. "el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo. ” (I Tim. 2:6).
c. Provee una propiciación. Por causa de la muerte de Cristo, Dios es “sitio de
misericordia”, satisfecho. “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente
por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. ” (I Juan 2:2).
d. Provee lo necesario para no imputar el pecado. “que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y
nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. ” (II Cor. 5:19).
e. Provee una atracción. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
” (Juan 12:32).
f. Provee Salvación. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos
los hombres, ” (Tito 2: 11).
g. Provee una invitación de Gracia. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.” (Juan 3:16).

2. En relación con el creyente.


a. Reconciliación. “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; ” (II Cor. 5:18).
b. Redención. “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según
las riquezas de su gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Galatas 3:13.
c. Justificación. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1).
d. Exoneración. “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. ” (Rom. 8:1).
e. Posesión. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son
de Dios. ” (I Cor. 6:19, 20).
f. Santificación. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre. ” (Heb. 10:10).
g. Perfección. “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados. ” (Heb. 10:14).
h. Admisión. “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto
es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con
corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala
conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:19-22).
i. Identificación. “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno
murió por todos, luego todos murieron; ” (II Cor. 5:14).
j. Liberación. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también
participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban
durante toda la vida sujetos a servidumbre. ” (Heb. 2:14, 15).
k. Donación. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32).
3. En relación con Satanás.
a. Para Destronarle. “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera. ” (Juan 12:31).
b. Para Despojarle. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es, al diablo, ” (Heb. 2:14).
c. Para Vencerle. “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al
reino de su amado Hijo, ” (Col. 1:13). Ver también Efesios 6:12.
4. En relación a todo el universo. “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”
(Col. 1:19, 20).

Algunos enseñan que Filipenses 2:9-11 habla de una salvación universal, pero no es así.
Ese pasaje declara la verdad de la adoración universal.

V. La Resurrección de Cristo

A. La importancia de la resurrección.

En la Biblia tenemos algunos relatos de personas que fueron traídas de vuelta a la vida.
Estas personas, de todos modos, no fueron resucitadas, sino mas bien restauradas,
porque ellos llegaron a morir otra vez. Pero nuestro Señor resucitó; habiendo muerto una
vez por todas y habiendo sido resucitado de los muertos, El ahora vive y permanece para
siempre.

Su muerte fue necesaria, porque El fue hecho pecado por nosotros.

1. Su lugar en la Escritura. Hay como 13 o 14 referencias en el Nuevo Testamento


concernientes a la ordenanza del bautismo, y unas pocas referentes a la Cena del Señor.
Sin embargo, el hecho de Su resurrección es mencionado más de 100 veces.

2. Su parte en el testimonio Apostólico. “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio
de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” (Hechos
4:33). Ver también Hechos 2:32; 17:18; 23:6.

3. Su prominencia en el Evangelio. Si Cristo no resucitó no hay Evangelio. “Además os


declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el
cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he
predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo
que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y
que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; ” (I Cor. 15:1-4).

4. Su Prominencia en la Salvación (I Cor. 15:12-20).


a. Primera Proposición. “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo
dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (versículo 12).
b. Segunda Proposición. “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo
resucitó.” (versículo 13).
c. Tercera Proposición. “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación,
vana es también vuestra fe.” (Versículo 14). Si Cristo no ha resucitado, el Cristianismo es
un engaño.
d. Cuarta Proposición. “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos
testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos
no resucitan.” (versículo 15). Si Cristo no ha resucitado, cada predicador del Evangelio es
un fraude.
e. Quinta Proposición. “Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si
Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.” (16 y 17). Si
Cristo no ha resucitado, aun esta muerto, y por lo tanto no puede redimirnos. La Pena
judicial pagada por cualquier crimen no es un caso cerrado hasta que aquel por quien ha
sido pagada quede libre. Mientras Cristo estaba en la tumba, era como que la pena de
nuestros pecados no había sido paga; pero su resurrección muestra que esa Pena ha sido
pagada. Y, recuerde, esta Escritura fue escrita a aquellos que no estaban en sus pecados.
f. Sexta Proposición. “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.”
(versículo 18). En otras palabras, no habría esperanza para los que murieron creyendo
en esto, si Cristo no hubiese resucitado de los muertos.
g. Séptima Proposición. “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más
dignos de conmiseración de todos los hombres.” (versículo 19). Si toda nuestra esperanza
depende de la resurrección de Cristo, y si El no ha resucitado, nosotros seríamos entre los
hombres los mas dignos de lastima. No podemos hacer nada más para asegurar la
salvación, y si nuestro Salvador no ha resucitado, no tenemos Salvador. Mejor
deberíamos mirar otra religión.
h. Octava Proposición. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los
que durmieron es hecho.” (versículo 20). Alabado sea el Señor, El ha resucitado! El vive!
Somos salvos por un Redentor viviente. Nosotros, de entre todos los hombres, somos los
únicos pecadores que somos salvos.

B. El significado de la Resurrección.

Por Resurrección queremos decir resurrección corporal, no meramente una resurrección


en espíritu.

1. Provisión de la Tumba. Guardias fueron colocados para asegurar que nadie se robase
o tocase el cuerpo. “Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y
poniendo la guardia.” (Mat. 27:66).

2. Reconocimiento de los Discípulos. “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis
manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:27, 28).

3. El testimonio de los Apóstoles. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros
somos testigos.” (Hechos 2:32).

4. Un testimonio del Señor mismo. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo
del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.” (Marcos
8:31).

5. El anuncio de nuestra Transformación. “Y comenzó a enseñarles que le era necesario


al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.” (Fil.
3:20,21).

C. Las teorías no escriturales concernientes a la Resurrección.

1. La teoría del cuerpo no sepultado. Algunos incrédulos sostienen que el cuerpo nunca
fue sepultado en la tumba, que los cuerpos de los 2 ladrones, y Cristo, fueron arrojados a
un montón de basura. De todas maneras, esto contradice las propias leyes judías: “Si
alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis
en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo
enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu
tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.” (Deut. 21:22, 23).

2. La teoría de la tumba no vacía. Aquellos que sostienen esto dicen que su cuerpo aun
esta allá en aquella tumba. Seguramente el sentido de lógica refutaría este argumento,
porque si Cristo no hubiese resucitado, el diablo habría descubierto y dado a conocer su
cuerpo durante tantos años.
3. La teoría del cuerpo trasladado. Esta es la teoría que propone que José de Arimatea
movió o trasladó el cuerpo fuera de la tumba. Ante este argumento preguntamos, “Si
movió el cuerpo, ¿por qué no movió también sus envestiduras?” Todos admitimos que si
José removió el cuerpo, lo debería haber hecho en secreto. Si lo hizo en secreto, ¿por qué
no hizo rodar la roca de nuevo sobre la entrada?

4. La teoría de que las mujeres se equivocaron. Esta teoría sostiene que las mujeres
malinterpretaron lo que los hombres en el sepulcro habían dicho. Refutamos esto
diciendo que la Palabra no declara eso, y la Palabra es la única autoridad y testimonio
que tenemos.

5. La teoría del error deliberado. Esta teoría sostiene la idea de que Cristo no murió por
completo, sino más bien que agonizó en la cruz y fue reanimado por el aire fresco de la
tumba. Si ese fue el caso, ¿adonde fue? Seguramente, como El era objeto de interés
popular, hubiera sido reconocido y abiertamente aceptado o rechazado.

6. La teoría del fraude. Esta teoría establece que los Apóstoles deliberadamente mintieron
y engañaron a aquellos que le escucharon. No obstante, todos los Apóstoles, excepto
Juan, murieron martirizados. ¿Por qué? A causa de su devoción a Cristo y Su
resurrección. ¿Habría cada uno de ellos sacrificado sus vidas por una mentira tan
grande? ¡Por supuesto que no!

7. La teoría del autoengaño. Esta especulación declara que los apóstoles tuvieron una
ilusión; eso es que ellos pensaron que El resucitó de entre los muertos, se convencieron
de eso, hasta llegar a creerlo. Sabemos, de la experiencia humana, que las ilusiones
pronto se esfuman, y que despertamos a la realidad. Los Apóstoles no podrían haberse
engañado a si mismos por mucho tiempo.

8. La teoría de la Alucinación. Esta idea supone que ellos pensaron que habían visto al
Salvador resucitado, cuando meramente era una alucinación causada por sus nervios y
aquellas fuertes emociones. ¿Puede usted imaginarse a Pedro con delirios, y a Tomas
histérico?

9. La teoría de la recolección. Este punto de vista ve a los Apóstoles como histéricos


huyendo a Samaria, y dice que mientras estuvieron solos en aquel lugar, ellos
comenzaron a pensar que Jesús todavía estaba con ellos, y de allí viene la idea de que El
resucito de entre los muertos. Las Escrituras, sin embargo, declaran que ellos
permanecieron en Jerusalén a puertas cerradas hasta que El se reveló a ellos.

10. La teoría del malentendido. Este razonamiento admite que el salvador murió, pero
dice que los Apóstoles predicaron la resurrección de su espíritu, y no la de su cuerpo;
pero que de todas maneras, la gente lo tomó equivocadamente. La palabra “resurrección”
nunca se conecta a un espíritu, sino mas bien con el cuerpo, porque el espíritu nunca
muere.

11. La teoría de la visión espiritual. Esta suposición sostiene que los apóstoles vieron
algo. Pero lo que vieron fue una visión mentirosa, no el Señor. El diablo los debe haber
engañado. Pero, en realidad, si había algo que el diablo no quería que ellos creyeran, era
precisamente la resurrección de Cristo, e incluso, una visión mentirosa de esa verdad.
Cristo mismo disipó este argumento al declarar, después de Su resurrección, que “un
espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.”

12. La teoría de los gemelos. Aquellos que ofrecen esta sugerencia dicen que Cristo tenia
un hermano gemelo, y que 3 días después de haber sido crucificado y sepultado, Su
hermano gemelo se mostró, declarando que el era Cristo resucitado de los muertos. Ante
eso preguntamos, “¿donde estuvo escondido este gemelo durante 33 años?”

D. Las pruebas de la Resurrección.

1. La Tumba vacía. Los Evangelios declaran que la gente tenía 2 puntos de vista
concernientes a su resurrección. Un grupo, dijeron que alguien había robado su cuerpo;
el otro grupo decía que había sido resucitado por el poder divino. La tumba vacía prueba
el segundo. Una guardia romana, compuesta de 60 hombres en 4 grupos de 15, fueron
establecidos para vigilar la tumba. Cada grupo guardaba la tumba durante un periodo de
6 horas. La guardia fue ordenada para custodiar la tumba ante el probable robo del
cuerpo de Cristo. Ahora, los enemigos no deseaban robar el cuerpo. Sabemos que los
Apóstoles no lo robaron, ellos estaban atemorizados. Aun en su crucifixión ellos huyeron.
Los soldados fueron pagados por los incrédulos para dar falso testimonio. No es acaso
llamativo que los sacerdotes judíos no procesaran a los soldados, si el cuerpo
verdaderamente había sido robado? Si los discípulos hubieran robado el cuerpo, ¿acaso
los sacerdotes no les hubieran presionado hasta que ellos admitieran tal hecho? ¿Por qué
ellos ni siquiera hicieron algo? Simplemente porque ellos no creían la historia de que lo
habían robado.

Era una tumba nueva, ningún cuerpo había estado antes en ella, y sin dudas y no hubo
dudas de quién había resucitado de entre los muertos cuando la tumba quedó vacía.
Estaba cavada en roca, sólida roca abajo, arriba, y a todos los costados. No había otra
entrada.

2. Su envestidura mortal. En oriente los cuerpos de los muertos eran envueltos en


sábanas con especias y ungüentos, desde la nuca hasta los pies, en manera similar a las
usadas para las momias egipcias. La cabeza era envuelta por separado con sudario.
Cuando todo el proceso se terminaba, el cuerpo quedaba firmemente envuelto. Cuando
Pedro entró para examinar la tumba por dentro, el vio que ese envoltorio no había sido
alterado, el cuerpo de Cristo había salido de la tumba sin desacomodar ni un simple
lienzo. Pedro vio que la envestidura estaba sin desacomodar; las sábanas aparentaban
estar como habían sido envueltas alrededor del cuerpo, pero no había cuerpo.
Y respecto a la tumba, la roca no fue corrida para dejar salir a Cristo, ¡El ya estaba
afuera! Al tiempo de salir de sus envestiduras mortales El también salió de la tumba. Si,
El ya estaba afuera de la tumba momentos antes de que la piedra fuera corrida. Por un
momento los guardias habían estado haciendo vigilancia sobre una tumba sellada, pero
vacía.

3. Las apariciones de Cristo. En I Corintios 15:1-11 tenemos registrado el número de


testigos que vio al Señor, al Salvador resucitado. Aparentemente este número no incluye
a mujeres. El número de testigos registrados en la Palabra del Señor es mas de
quinientos. Ciertamente, acorde a la jurisprudencia aceptable, hay suficiente evidencia
de que El resucito de entre los muertos.

4. El carácter de Cristo. No hay mayor prueba en la contienda por su resurrección que


Su carácter. Pensar que tan vergonzoso final vino sobre El, que era el Perfecto!
Ciertamente, Dios en Su Justicia no dejaría al único hombre sin pecado permanecer en la
tumba.

5. El Nuevo Testamento. Los 27 libros que componen el Nuevo Testamento son el efecto;
la causa el Cristo resucitado. Sin la resurrección de Cristo, no hubiera habido ningún
Nuevo Testamento. La muerte de Cristo había deprimido a los discípulos. La fe de ellos
estaba destruida. Si Cristo no les hubiese aparecido de nuevo, ellos nunca hubieran
escrito nada de El. La historia de su vida creció desde su resurrección.
6. La iglesia de los Apóstoles. Los Apóstoles comenzaron a predicar en Jerusalén solo
unas 7 semanas después de su crucifixión. Justo allá en Jerusalén, donde Jesucristo
había sido crucificado y sepultado, los Apóstoles declararon que Cristo había resucitado
de entre los muertos. Si Cristo no había resucitado, los enemigos podrían haber
presentado el cuerpo, porque ellos le habían crucificado y guardado. El silencio de los
judíos fue una prueba de su resurrección tal y como los escritos de los discípulos.

7. Los discípulos transformados. La resurrección trajo una transformación sobre los


discípulos. Antes, ellos habían visto a Cristo morir, y entonces su fe se había
desmoronado. Dos de ellos dijeron, “Pero nosotros esperábamos que él era el que había
de redimir a Israel” (Lucas 24:21) Palabras tristes, sin esperanza. Su fe entonces había
muerto. Ellos se habían reunido juntos a puertas cerradas, atemorizados, temiendo por
sus vidas, cuando el Señor les apareció. No fue fácil convencerlos de Su resurrección,
aun pese a que estaba delante de ellos. Pero cuando ellos fueron convencidos, nada pudo
alguna vez cambiarlos.

¿Y qué de aquel dubitativo Tomas? El no estaba presente en la primera aparición de


Cristo ante sus discípulos, y, por lo tanto, el dudó. Y yo estoy contento de que Tomas
haya dudado. Su incredulidad desapareció en la segunda aparición del Salvador;
consecuentemente, todas nuestras dudas concernientes a la resurrección pueden ser
removidas.

8. La conversión de Saulo. La iglesia nunca había tenido un enemigo más grande que
Saulo de Tarso. El era un individuo muy bien conocido en el judaismo, perteneciente a la
secta de los fariseos, que creía en la futura resurrección de los muertos, pero ciertamente
no en la resurrección de Jesús. ¿Qué hizo cambiar a este terrible perseguidor de la
iglesia en un grandioso predicador de Cristo? ¡La resurrección de Cristo! Desde aquel día
camino a Damasco, el nunca más dudó de la resurrección. El sufrió a manos de sus
propios compatriotas y en las cortes judiciales de extraños a causa de su fe en la
resurrección de Cristo.

9. La experiencia cristiana. Desde que hemos nacido de nuevo, esperanza ha sido puesta
en nuestros corazones de que nuestros pecados han sido quitados y nuestra futura
resurrección nos ha sido asegurada. Esta esperanza solo podría ser garantizada por un
Salvador resucitado. No somos salvos de nuestros pecados por una madre viviente, ni
por un judío muerto, sino por un Señor resucitado.

10. El registro de los Evangelios. Los Evangelios fueron escritos o dictados por testigos de
aquellos hechos: “testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que
comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos.” (Hechos 10:41b). En
una lectura de los Evangelios, notamos pequeños detalles, palabras y frases, que nos
prueban cuan naturales y verdaderos fueron aquellos acontecimientos de la vida.

E. Los resultados de la Resurrección.

1. En relación a Cristo mismo.


a. Fue el sello de la aceptación del Padre. En otras palabras, el sacrificio de Cristo fue
suficiente y aceptado por Dios. “Es el "Amén" de Dios al "consumado es" de su Hijo.
b. Fue la marca del divino Hijo. Cristo fue “declarado Hijo de Dios con poder, según el
Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, ” (Rom. 1:4). Al ser
clavado en la cruz, El fue desamparado por Dios. Dios no habría de dejar desamparado a
su Hijo; por lo tanto Dios lo resucitó de entre los muertos.
c. Fue la demostración de su victoria.
(1) Sobre el diablo. Si el Diablo hubiera podido mantenerlo en la tumba, habría sido una
victoria completa para Satanás. De todos modos, Cristo se levantó de entre los muertos,
garantizando salvación para cada alma creyente. Ahora manda a cada creyente ponerse
toda la armadura de Dios en función de resistir los embates del Diablo. Una pieza de esa
armadura es el yelmo de la salvación.
(2) Sobre la muerte. “Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me
veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.” (Juan 14:19, 20). Ver también II
Timoteo 1:10.
d. Fue la ilustración de la incorruptibilidad. El propósito y la gracia de Dios “ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte
y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, ” (II Tim. 1:10).

2. En relación al creyente.
a. Prueba su Justificación. “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser
contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor
nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación. ” (Rom. 4:24, 25).
b. Ilustra su Poder. Pablo oró para que Dios pudiese darle a los efesios “espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su
poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la
cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los
lugares celestiales, ” (Ef. 1:17, 18,19, 20).
c. Provee un Sumo Sacerdote. “por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. ” (Heb. 7:25). Ver
también Romanos 8:34; Hebreos 3:1; 7:22.
d. Nos hizo renacer a una esperanza viva. “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva,
por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:3,4).
e. Garantiza nuestra resurrección. “sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a
nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. ”
(II Cor. 4:14). Ver también I Corintios 15:22; I Tesalonicenses 4:14.

3. En relación al mundo.
a. Da evidencia de su Verdad. Todo lo que dijo es sustentado por su resurrección, porque
Dios no levantaría un mentiroso de entre los muertos, y además le declara ser Su Hijo.
Su acto prueba Su favor.
b. Da evidencia de la resurrección universal. “Porque así como en Adán todos mueren,
también en Cristo todos serán vivificados. ” (I Cor. 15:22).
c. Da evidencia de su Juicio al mundo. “Por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con
haberle levantado de los muertos.” (Hechos 17:31).

VI. La ascensión y el entronamiento de Jesucristo.

Su ascensión es un hecho histórico. Si se niega su resurrección, entonces su ascensión


también debería negarse. Es difícil para algunas personas aceptar que un cuerpo
glorificado está en la gloria celestial; pero, sin embargo, El está allá.

A. El significado de la ascensión y el entronamiento del Señor.


1. De Su Ascensión. Es ese evento, después de su resurrección, en el cual El partió
visiblemente desde la tierra al cielo. “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue
alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones
con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis
mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:9-11).

2. De su entronamiento o exaltación. Este fue el acto de Dios por el cual le dio al


resucitado y ascendido Señor, todo poder y gloria, sentándolo a la diestra del trono de
Dios. “A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que,
exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu
Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. ” (Hechos 2:32, 33). “Al que venciere, le
daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono. ” (Ap. 3:21). Cristo no está ahora sentado en su propio trono, sino en
el trono de su Padre.

B. El mensaje de la Ascensión y el Entronamiento.

1. En Profecía.
a. Testimonio del Salmista. “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu
santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de
gozo; Delicias a tu diestra para siempre.” (Sal.16:10, 11). Ver también Salmo 68:18;
110:4, 5.
b. Testimonio del Salvador. “¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba
primero?” (Juan 6:62). Ver también Juan 16:28.
c. Testimonio de Lucas. “Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido
arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.” (Lucas 9:51).

2. En la Historia.
a. Testimonio de Marcos. “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el
cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” (Marcos 16:19).
b. Testimonio de Lucas. “Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado
arriba al cielo.” (Lucas 24:51). Ver también Hechos 1:9-11.
c. Testimonio de Esteban. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el
cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo
los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.” (Hechos 7:55, 56).
d. Testimonio de Pedro. “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él
están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22). Ver también Hechos
3:15, 20, 21; 5:30, 31.
e. Testimonio de Pablo. “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el
que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede
por nosotros.” (Rom. 8:34). Ver también Efesios 1:20, 21; 4:8-10; Colosenses 3:1; I
Timoteo 3:16.
f. Testimonio de Juan. Todo el capitulo uno de Apocalipsis declara el testimonio de Juan
respecto al ascendido y entronado Señor Jesucristo.

C. La naturaleza de la Ascensión y el Entronamiento de Jesucristo.

1. El ascendió corporalmente y visiblemente. Lucas escribió: “En el primer tratado, oh


Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el
día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu
Santo a los apóstoles que había escogido; ” (Hechos 1:1, 2). Ver también Hechos 1:9-11.
2. El traspasó los cielos. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14).

3. El fue hecho más sublime que los cielos. Esto significa que El fue hecho más alto que
todos los seres creados en los cielos. “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo,
inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.”
(Heb. 7:26).

4. Se sentó a la diestra de Dios. “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos


diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la
Majestad en los cielos, ” (Heb. 8:1). Ver también Efesios 1:20; Colosenses 3:1.

D. La necesidad de la Ascensión y el Entronamiento de Cristo.

1. Para demostrar que su obra estaba completa. “A éste, Dios ha exaltado con su diestra
por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. (Hehos
5:31). El dijo, “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero,
para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del
cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (Heb. 10: 9, 10). En el tabernáculo
aquí en la tierra no había sillas, y eso significaba que ese sistema nunca completaría la
obra aquí en la tierra. El entró en el cielo y se sentó, y eso declara que la obra de la
redención fue un hecho terminado.

2. Para facilitar la adoración humana. “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el
Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Juan 4:23, 24).

3. Para el envío del Espíritu Santo. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me
vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré.” (Juan 16:7).

4. Para constituirse como Cabeza de la iglesia. “y sometió todas las cosas bajo sus pies, y
lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de
Aquel que todo lo llena en todo. ” (Ef. 1:22, 23).

E. El propósito de la Ascensión y el Entronamiento.

1. El entró en el cielo como nuestro Precursor. “donde Jesús entró por nosotros como
precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” (Heb.
6:20). Otra idea para la palabra es la de un príncipe líder, alguien a quien siguen los
demás. El Señor Jesús nos precedió; le seguiremos para estar con El.

2. El entró al cielo como un repartidor de despojos de batalla. “Por lo cual dice: Subiendo
a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. . . Y él mismo constituyó
a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, ”
(Ef. 4:8, 11).

3. El fue al cielo para preparar lugar. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si
así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me
fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:2, 3).

F. Los resultados de la Ascensión y el Entronamiento.


1. Nos da un Intercesor ante Dios. “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de
mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros
ante Dios; ” (Heb. 9:24). Ver tambien Hebreos 7:25.

2. Nos da acceso a Dios. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los
cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo
sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado
en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
(Heb. 4:14-16).

3. Nos da habilidad para el servicio. “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las
obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”
(Juan 14:12). “Mayores obras” no significa sanidades, milagros o lenguas, sino el esparcir
el Evangelio de salvación. Por ejemplo, Pedro habló, y 3000 se convirtieron; y habló otra
vez, y 5000 se convirtieron.

4. Nos da confianza en la Providencia de Dios. “Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.” (Rom. 8:28).

5. Nos da una posición celestial. "y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, ” (Ef. 2:6).

Capítulo 3

Neumatología - La Doctrina del Espíritu Santo

Neumatología

I. La Personalidad del Espíritu Santo.


A. Propiedad Personal.
B. Pronombres Personales.
C. Hechos Personales.
D. Reacciones Personales.
E. Relaciones Personales.
F. Designaciones Personales.

II. La Deidad del Espíritu Santo.


A. El es identificado como Dios en el Antiguo Testamento.
B. El es llamado Dios.
C. El posee atributos Divinos.
D. El hace las obras de Dios.
E. El ejercita la Soberanía de Dios.
F. El debe ser reconocido como Dios.
G. Debemos depender de El como Dios.
H. Podemos llegar a pecar contra El, Dios.

III. La obra del Espíritu Santo.


A. En el Antiguo Testamento.
B. En el Nuevo Testamento.

Capítulo 3

Neumatología
Neumatología deriva de la palabra griega pneuma, que significa espíritu, viento, o aliento.
Por lo tanto, Neumatología es la doctrina del Espíritu, o aliento de Dios: la doctrina del
Espíritu Santo.

La doctrina del Espíritu Santo es en realidad una doctrina bíblica. La Biblia es la única
fuente de la que podemos tomar información segura concerniente a El. Solo la fe
cristiana tiene al Espíritu Santo.

Mientras estudiamos la doctrina del Espíritu Santo, mantengamos en mente que Cristo es
el centro de este libro, el gran tema de toda la revelación. Si no ponemos a cada uno en
su lugar, tendremos confusión. El Espíritu Santo no puede desplazar al Hijo de Dios. El
Espíritu Santo no viene a hablar de si mismo, sino de Cristo. Alguien que hable
continuamente del Espíritu y omita al Hijo muestra evidencias de que realmente no tiene
al Espíritu.

I. La Personalidad del Espíritu Santo.

Primero una palabra de precaución: No llames al Espíritu Santo “algo.” A veces


confundimos personalidad con visibilidad. Personalidad no es atributo de un cuerpo; es
atributo de un espíritu.
En un sentido, usted mismo nunca ha sido visto; porque usted no es un cuerpo, sino un
espíritu en un cuerpo.

A. Propiedad Personal.

1. El posee Inteligencia. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a


otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; ” (I Cor. 12:8). Ver también Isaías 11:2,
3; Nehemías 9:20; I Pedro 1:11; II Pedro 1:21; I Corintios 2:10, 11.

2. El posee una Voluntad. “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (I Cor. 12:11).

3. El posee Poder. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para
que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. . . con potencia de señales y
prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los
alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.” (Rom. 15:13, 19). Ver
también Zacarías 4:6; Isaías 11:2; Efesios 3:16.

4. El posee Conocimiento. “las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios
nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, ” (I Cor. 2:10-12).

5. El posee Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor
del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30).

B. Pronombres Personales.

El Nombre Personal del Espíritu Santo es desconocido. El titulo “Espíritu Santo” es una
designación, lo que El es; no es Su Nombre. El silencio de las Escrituras respecto a Su
Nombre Personal es muy significativo. El oculta su propio nombre, para que el nombre
del Señor Jesucristo sea exaltado. El título “Espíritu Santo” es un sustantivo neutro en
griego, pero cuando un pronombre se usa en su lugar, siempre se usa pronombre
masculino. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni
le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. . .
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14:16, 17,
26). Ver también Juan 16:7, 8, 13-15; Romanos 8:16, 26.

C. Hechos Personales.

¿Por qué nosotros actuamos como seres humanos? Porque lo somos. ¿Por qué el
Espíritu Santo actúa como un persona? Porque es una Persona.

1. El habla. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a


Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2).

2. El Intercede. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26).

3. El testifica. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el


Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan
15:26).

4. El da mandatos. “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por


el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a
Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.” (Hechos 16:6, 7).

5. El supervisa. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su
propia sangre.” (Hechos 20:28).

6. El guía. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;


porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir.” (Juan 16:13).

7. El enseña. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi


nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan
14:26).

D. Reacciones Personales.

Es notable que ciertos hechos que pueden ser cometidos contra el Espíritu solo pueden
ser cometidos contra una persona. El Espíritu tiene sentimientos.

1. El puede ser contristado. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual


fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef. 4:30).

2. Puede ser enojado. “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por
lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.” (Is. 63:10).

3. Puede ser tentado. “Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del
Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a
ti.” (Hechos 5:9).
4. Puede ser resistido. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros
resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos
7:51).

5. Puede ser blasfemado. “pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no
tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene
espíritu inmundo.” (Marcos 3:29, 30).

E. Relaciones Personales.

1. Con el Padre. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; ” (Mat. 28:19).

2. Con Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan
16:14).

3. Con los cristianos. “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no


imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: ” (Hechos 15:28).

F. Designaciones Personales.

1. El nombre Paracleto. Esta es una palabra griega que significa uno llamado al lado
para ayudar. “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (Juan
15:26).

2. Otras especificaciones.
a. Espíritu de la promesa. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad,
el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13).
b. Espíritu de Poder. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y
de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de
Jehová.” (Is. 11:2).
c. Espíritu de verdad. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque
no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en
vosotros.” (Juan 14:16, 17).

II. La Deidad del Espiritu Santo.

El es una Persona Divina. El es Dios! El es coigual, coeterno, coexistente con el Padre y


con el Hijo. De todos modos, El es designado como la tercera persona de la Trinidad. En
nuestras propias vidas, puede haber personas que son iguales en estado, pero son
subordinados en posición. Lo mismo sucede con el Espíritu Santo. Como un ser, El es
igual al Padre y al Hijo, pero en posición El es subordinado al Padre y le da precedencia al
Hijo. Tomen nota: No hay celos en la Deidad.

A. El es identificado como Deidad en el Antiguo Testamento.

Jesús del Nuevo Testamento es Jehová del Antiguo Testamento; el Espíritu Santo del
Nuevo Testamento es Jehová del Antiguo Testamento. “Pero este es el pacto que haré con
la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la
escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (Jer.
31:33). “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y
nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto
que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus
corazones, Y en sus mentes las escribiré,” (Heb. 10:14, 15, 16).

B. A El se lo llama Dios.

1. En Hechos 5:3, 4. "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se
te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón?
No has mentido a los hombres, sino a Dios." Ananias y Safira murieron
instantáneamente por haber mentido al Espíritu Santo. Ellos mintieron en el tiempo de
la consagración. Ellos no cayeron bajo juicio por no dar de su dinero, sino porque
aseguraron que lo habían dado todo. Ellos mintieron a la iglesia pero aun más, mintieron
al Espíritu Santo.

2. En I Corintios 3:16. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
mora en vosotros?” Nosotros somos el templo de Dios porque el Espíritu mora en
nosotros.

3. En II Corintios 3:17. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del


Señor, allí hay libertad.”

C. El posee atributos divinos

1. Omnipotencia. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el


poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá,
será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35).

2. Omnisciencia. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu
todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). Ver también Lucas 2:25-32.

3. Omnipresencia. “¿A dónde me iré de tu Espíritu?


¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y
habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra.” (Sal. 139:7-10).

4. Eternidad. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se


ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas
para que sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14).

5. Amor. “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, ” (Rom. 15:30).

6. Santidad. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para
el día de la redención.” (Ef. 4:30).

D. El lleva a cabo las obras de Dios.

1. Creación. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas.” (Gen. 1:1,2). “Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104:30). “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del
Omnipotente me dio vida.” (Job 33:4).
2. Regeneración. “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te
maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde
quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel
que es nacido del Espíritu.” (Juan 3:3,5-8).

3. Resurrección. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en


vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom. 8:11).

4. Transformación. “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a


causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.” (Rom. 8:10).
5. Salvación. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.” (I Cor. 6:11).

E. El ejerce la Soberanía de Dios.

“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.” (I Cor. 12:11). Ver también Zacarías 4:6.

F. El es reconocido como Dios.

1. En la Gran Comisión. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es


dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mat.28:18-20).

2. En Bendición Apostólica. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la


comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14).

3. Por designación escritural. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias.” (Ap. 3:22).

4. En la administración de la iglesia. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el


Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay
diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” (I
Cor. 12:4-6).

G. De El debemos depender como de Dios.

“Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni
lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros
los que habláis, sino el Espíritu Santo.” (Marcos 13:11). Ver también Romanos 8:26.

H. Podemos pecar contra El como contra Dios.

“Y dijo Pedro: Ananás, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu
Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y
vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a
los hombres, sino a Dios.” (Hechos 5:3-4).
III. La obra del Espíritu Santo.

A. En el Antiguo Testamento.

Alguien ha dicho que el Espíritu Santo es mencionado 88 veces en el Antiguo Testamento.


Sin embargo, la enseñanza de Espíritu Santo no es tan clara en el Antiguo Testamento
como lo es en el Nuevo Testamento.

1. Sus manifestaciones.
a. Viniendo sobre los hombres. “y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y
el Espíritu de Dios vino sobre él.” (Num. 24:2). “Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y
pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó
a los hijos de Amón.” (Jueces. 11:29). Ver también Jueces 3:10; 14:6.
b. Como vestiduras de hombres. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón (lo
revistió), y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jue. 6:34).
Ver también II Crónicas 24:20.
c. Como derramado sobre los hombres. “Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y
cardos, y aun sobre todas las casas en que hay alegría en la ciudad de alegría. . . hasta
que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en
campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.” (Is. 32: 13, 15).
d. Como llenando hombres. “y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en
inteligencia, en ciencia y en todo arte, ” (Ex. 31:3). Ver también Miqueas 3:8.
e. Como reposando sobre hombres. “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y
tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando
posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.” (Num. 11:25). Ver también
Números 11:26; Isaías 11:2.

El Espíritu Santo nunca es representado como morando entonces en el creyente. El


Espíritu Santo los llenaba, pero nunca hacia su morada en ellos.

Ningún santo del Antiguo Testamento fue jamás bautizado con el Espíritu Santo. Ese
bautismo inicial vino en Pentecostés de Hechos 2, cincuenta días después que Cristo se
había levantado de entre los muertos.

2. Su ministración.
a. En relación a la creación.
(1) Generación.
(a) De los cielos y de la tierra. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los
cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El junta como montón las
aguas del mar; El pone en depósitos los abismos. Tema a Jehová toda la tierra; Teman
delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y
existió.” (Sal. 33:6-9). Ver también Job 26:13.
(b) De los animales. “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!
Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios . . . Envías tu
Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal. 104: 24, 30).
(c) Del hombre. “El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente
me dio vida.” (Job 33:4). Ver también Génesis 1:26, 27; 2:7.
(2) Regeneración.
(a) De la tierra. “y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”
(Gen. 1:2b).
(b) Del hombre caído. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de
hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos,
y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró
espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.”
(Ezeq. 37:9, 10). Ver también Isaías 55:3.
(3) Preservación. “Envías tu Espíritu, son creados,
Y renuevas la faz de la tierra.” (Sal.104:30).
b. En relación a Satanás. Desde el principio el Espíritu Santo ha sido el
antagonista de Satanás. “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para
siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.” (Gen.
6:3).
c. En relación a Israel.
(1) Sus padres (Abraham, Isaac, y Jacob etc.). “y dijo Faraón a sus
siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?”
(Gen. 41:38).
(2) Sus fundadores (Moisés y sus ayudantes). “Entonces Jehová
dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son
ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y
esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está
en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.”
(Num.11:16, 17). Ver también Números 27:18, 19; Deuteronomio 34:9; Nehemías 9:20.
(3) Sus Jueces. “Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a
Israel, y salió a batalla” (Jue. 3: l0a).
(4) Sus reyes. Saul: “Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de
Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera.” (I Sam.11:6). Ver
también I Samuel 6:14.
David: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y
desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego
Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam.16:1:3). Ver también Salmos 51:11, 12; 143:10.
(5) Sus sacerdotes. “Entonces el Espíritu de Dios vino sobre
Zacarías, hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo,
les dijo: ” (II Cron. 24:20a).
(6) Sus profetas. “pusieron su corazón como diamante, para no
oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de
los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
(Zac. 7:12). Ver también Nehemías 9:30; Ezequiel 2:2; Daniel 5:1-14; Miqueas 3:8.
(7) Su santuario.
(a) El Tabernáculo. Nada fue dejado a la sabiduría humana; no
fue hecho por la habilidad humana. “y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría,
en inteligencia, en ciencia y en todo arte, ” (Ex. 35:31). Ver también Éxodo 28:3; 31:1-5.
(b) El Templo, “Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico
del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del
propiciatorio. Asimismo el plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de
la casa de Jehová, para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de
Dios, y para las tesorerías de las cosas santificadas.” (I Cron.28:11, 12).
d. En relación al Mesías. “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,
porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a
vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;” (Is. 61:1, 2). Ver también
Isaías 11:2.
e. En relación al milenio. “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre
toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán
sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días.” (Joel 2:28, 29). “y después” significa después de
la restauración de Israel. Ver también Ezequiel 36:25-28 37:14.
f. En relación a la inspiración. “Estas son las palabras postreras de
David. Dijo David hijo de Isaí, Dijo aquel varón que fue levantado en alto, El ungido del
Dios de Jacob, El dulce cantor de Israel: El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su
palabra ha estado en mi lengua.” (II Sam. 23:1, 2). Ver también Números 24:2; Hechos
1:16; 4:25; I Pedro 1:10-12; II Pedro 1:21; II Timoteo 3:16, 17.

B. En el Nuevo Testamento.

1. El Espíritu Santo y Cristo.


a. En referencia a su obra en la antigua dispensación.
(1) En la predicación. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el
justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero
vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los
que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los
días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho,
fueron salvadas por agua.” (I Pedro 3:18-20), Este pasaje de las Escrituras ha sido usado
por distintas sectas, para enseñar que Dios da al hombre una segunda oportunidad
después de la muerte. Ellos interpretan esta porción de las Escrituras como entendiendo
que Cristo, entre su crucifixión y su resurrección, fue al Hades y ofreció salvación a los
muertos impíos. Si ellos entonces creían en El, ellos serian salvos.

Sabemos que ese enfoque no es verdadero, porque, “está establecido para los hombres
que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, ” (Heb. 9:27). No hay una segunda
oportunidad. La correcta interpretación es que Cristo, por el Espíritu Santo en Noe,
predico el evangelio a las personas, avisándoles acerca del juicio sobre el mundo. Ellos
rechazaron el mensaje; ellos murieron en el diluvio; por eso, sus espíritus están ahora
esperando por la resurrección y el juicio.
(2) En Profecía. “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros,
inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué
persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba
de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.” (I
Pedro1:10, 11).
(3) En Tipos. El Tabernáculo es un tipo de Cristo. Todo en él revela al Salvador, y fue el
Espíritu Santo quien capacitó a los hombres para edificar el Tabernáculo. “Mira, yo he
llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he
llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para
inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para
engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. Y he aquí que
yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría
en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado;” (Ex.
31:2-6).
b. Referencias a Su Obra en Su manifestación terrenal.
(1) El nacimiento de Cristo. “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo
Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). Nunca en las Escrituras
encontramos que Jesús es declarado ser Hijo del Espíritu. El Santo Ser era Hijo de Dios.
(2) El Bautismo de Cristo. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también
Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en
forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado;
en ti tengo complacencia.” (Lucas 3:21, 22). Ver también Marcos 1:10, 11; Juan 1:32, 34.
(3) La tentación de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue
llevado por el Espíritu al desierto” (Lucas 4:1, 2a). Ver también Mateo 4:1; Marcos 1:12.
(4) El ungimiento de Cristo. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús
de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:38). Ver también Lucas 4:16-21.
(5) La enseñanza de Cristo. “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues
Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34).
(6) Los milagros de Cristo. “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios,
ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.” (Mat. 12:28).
(7) La Vida de Cristo. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por
el Espíritu al desierto” (Lucas 4:1). Ver también Lucas 10:21; Hebreos 9:14.
(8) La muerte de Cristo. “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu
eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras
muertas para que sirváis al Dios vivo? ” (Heb. 9:14).
(9) La resurrección de Cristo. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a
Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Rom. 8:11).
(10) Los mandamientos de Cristo previos a su ascensión. Lucas nos dice lo que escribió
en su primer libro: “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que
Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de
haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; ”
(Hechos 1:1,2). Ver también Hechos 1:8.
c. En referencia a su obra durante este tiempo.
(1) El glorifica a Cristo. “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
(Juan 16:14).
(2) El testifica de Cristo. “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros
matasteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe
y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos
testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que
le obedecen.” (Hechos 5:30-32).
(3) El entrona a Cristo. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de
Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu
Santo.” (I Cor. 12:3).

2. El Espíritu Santo y la Palabra.


a. Convicción. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no
me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”
(Juan 16:8-11).
(1) De pecado. No es el trabajo del Espíritu Santo convencer al mundo de
asesinato, adulterio, etc; la ley del país hace eso. El Espíritu Santo convence al mundo de
incredulidad: “De pecado, por cuanto no creen en mí; ” (Juan 16:9). Muchas veces
tomamos la palabra “convencer” en el sentido de sentirse culpable; pero ese no es su
significado aquí. El pecador ya ha sido hallado culpable de pecado— incredulidad — ya
sea que lo sienta o no. Si, el pecador ya ha sido convicto, condenado, y espera ser
sentenciado. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios...la ira de Dios
está sobre él.” (Juan 3:18, 36c). El Gran Trono Blanco no será el lugar para determinar la
culpabilidad del pecador, sino el lugar para sentenciarlo al grado de castigo que merece.
(2) De Justicia. ¿De qué manera el Espíritu Convence al mundo de justicia? El
Espíritu Santo no convence al mundo de justicia por la que este tiene, sino que convence
al mundo apuntando a donde la justicia está: en Cristo: “Por cuanto voy al Padre” (Juan
16:10).
(3) De juicio. Si el mundo rechaza a Cristo, nada le queda sino el juicio. “Y en
ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres,
en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). La concepción del mundo respecto al juicio
futuro es confusa. El hombre tiene una falsa idea tras otra. Pero más allá, estas
creencias universales, aunque equivocadas, son prueba suficiente de cuando el hombre
deba dar cuenta de sí mismo ante Dios. La Biblia es la única fuente segura del Juicio del
Gran Trono Blanco.
b. Regeneración. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). Ver también Juan 3:5.
El hombre puede bajar la medida, pensando que puede llegar a ser hijo de Dios de otra
manera, pero Dios no lo avala. El todavía requiere que debes nacer de nuevo.
c. Refrenando la maldad en el mundo “ Porque ya está en acción el misterio de la
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de
en medio.” (II Tes. 2:7). La iniquidad total uno de estos días será encabezada por un solo
hombre, el anticristo. Pero todavía hay una persona en el mundo que impide la
manifestación completa del pecado; y esa persona es el Espíritu Santo. Durante la gran
tribulación, cuando el anticristo sea revelado, el Espíritu Santo dará un paso al costado,
quitando su mano que detenía la manifestación del hombre de pecado, permitiendo que él
lleve al mundo a la más completa degradación.

3. El Espíritu Santo y la iglesia. Ver Efesios 1:22, 23; 2:12-16; 3:4-16.


a. El Espíritu Santo constituye la iglesia. El bautismo del Espíritu Santo es la operación
por la cual la iglesia es constituida. “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados
en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de
un mismo Espíritu.” (I Cor. 12:13).

Hay 7 referencias al Bautismo del Espíritu Santo. Cinco son proféticas (Mat. 3:11;
Mar.1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33; Hechos 1:5); una histórica (Hechos 11:16); y una
didáctica (I Cor. 12:13). En las 5 referencias proféticas, encontramos que 2 se refieren al
bautismo con Espíritu Santo y fuego. El bautismo del Espíritu Santo y el de fuego, no
son lo mismo. El bautismo del Espíritu Santo habla de la formación de la iglesia,
mientras que el bautismo de fuego habla de juicio. Mateo 3:11 y Lucas 3:16 son esos
pasajes que hablan de bautismo de fuego.
Las 5 referencias proféticas apuntan al futuro; el pasaje histórico mira hacia atrás; por
tanto, el bautismo del Espíritu vino entre ambos. Eso es Pentecostés

El bautismo del Espíritu Santo no fue esa envestidura de poder que capacitó a los
apóstoles para hacer milagros, porque ellos hicieron milagros antes de ser bautizados por
el Espíritu. La iglesia es un organismo, no una organización, y el bautismo del Espíritu
Santo es ese acto de Dios por el cual une a los creyentes en ese organismo. Dondequiera
que las palabras “bautismo del Espíritu” son usadas, son siempre aplicadas
colectivamente, a un grupo, nunca a un individuo. ¿Cuándo fuimos nosotros y los
corintios (I Cor. 12:13) bautizados con el Espíritu? En Pentecostés, una vez para
siempre. Cuando uno recibe a Cristo, es sellado en Cristo con el Espíritu. “En él también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). Y
recibe el bautismo del Espíritu Santo en ese mismo momento.

En cuanto a Dios le concierne, hubo un solo Calvario, y hubo un solo Pentecostés. El


pecador, de todos modos, se debe apropiar del calvario por fe, y debe reconocer
Pentecostés por fe, para hacer de ambos una realidad para su propia alma. Esto toma
lugar inmediatamente al aceptar al Señor Jesucristo como Salvador.

Nos gustaría dar una explicación del siguiente versículo: “un Señor, una fe, un bautismo,
” (Ef. 4:5). No habla aquí del bautismo del Espirita, sino de bautismo por agua. El
versícula anterior explica el bautismo del Espirita: “un cuerpo, y un Espíritu, como
fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; ” (E. 4:4). Ese
"un cuerpo" es constituido por el bautismo del Espíritu Santo.

Pentecostés siempre llega 50 días después de la fiesta de las primicias. La fiesta de las
primicias es un tipo de la resurrección de Cristo. El segundo capitulo de Hechos registra
lo que aconteció a aquellos 120 discípulos en el aposento alto. El Espíritu Santo no vino
a ellos en respuesta a sus oraciones, porque todas sus oraciones y ayunos no habrían
apresurado su venida. El vino en tiempo señalado. Es inconcebible pensar que el
Espíritu viniese 49 o 51 días después de su resurrección. El vino a tiempo, 50 días
después de la resurrección.

El Espíritu Santo hubiera venido aun si ellos no hubieran orado. Ellos habrían sido
bautizados y habitados por el Espíritu aunque no hubiesen orado, pero no hubieran
recibido poder; no hubieran sido llenos del Espíritu si ellos no hubiesen orado.

La fiesta de pascuas fue cumplida en el sacrificio de la cruz. Cristo nunca volverá a morir
otra vez. La fiesta de Pentecostés se cumplió en el bautismo del Espíritu, y no habrá otro
Pentecostés. Nunca más habrá un recumplimiento de la pascua y el sacrificio del
cordero, y nunca más habrá un recumplimiento de Pentecostés.

La fiesta original de Pentecostés fue también conocida como la fiesta de las semanas,
cuando la cosecha era recogida. En Levítico 23:22 leemos: "Cuando segareis la mies de
vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el
pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.” De modo que, vemos que
la cosecha era para 3 clases de personas:

1. Israel en general.
2. Los pobres.
3. Los extranjeros.

Estos 3 recibían bendiciones de la cosecha. El bautismo del Espíritu, el cual fue el


cumplimiento de la fiesta de la cosecha (semanas), fue para 3 clases de personas:

1. Israel. En Jerusalén (Hechos 2:37, 39).


2. Samaritanos (los pobres). En Samaria (Hechos 8:9-17).
3. Gentiles (extranjeros). En Cesarea (Hechos 10:34-44).

El siguiente es el proceso por el cual las 3 clases de personas recibieron el Espíritu Santo:

1. Los judíos en Jerusalén.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Se bautizaron en agua.
(c) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.

2. Los Samaritanos en Samaria.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Se bautizaron en agua.
(c) Les impusieron las manos.
(d) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.

3. Los Gentiles en Cesarea.


(a) Por la fe en Cristo.
(b) Y entonces recibieron el Espíritu Santo.
(c) Entonces se bautizaron en agua.

Hay 2 operaciones del Espíritu en el día de Pentecostés. No deben confundirse. Las 2


operaciones fueron “bautismo” y “llenura.” Los creyentes fueron bautizados con el
Espíritu en Pentecostés, pese a que la palabra “bautismo” no aparece en Hechos 2.
Sabemos que el bautismo ocurrió entonces, por las palabras habladas por el Señor
Jesucristo justo antes de su ascenso. “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas
vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:5).
Hay algunos que creen que hablar en lenguas fue una señal del bautismo del Espíritu,
pero si miramos detenidamente, observamos que ellos hablaban en lenguas a causa de
que fueron llenos del Espíritu. Pedro declaró, “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y
en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros
hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos
soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.” (Hechos 2:16-18). ¿Qué es “Mas esto es? ¿El
evento? ¿El hecho de hablar en lenguas? No. “Esto” es una cita de Joel, y yo lo estoy
citando. Pedro estaba dando a Joel como un ejemplo, porque El, Dios, que hará suceder
aquellas cosas que ha anunciado Joel, ha hecho que sucedieran estas cosas de las cuales
ustedes son testigos.

b. El Espíritu mora en la iglesia. “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?” (I Cor. 3:16).
c. El Espíritu edifica la iglesia. “en quien vosotros también sois juntamente edificados
para morada de Dios en el Espíritu.” (Ef. 2:22).
d. El Espíritu administra la iglesia.
(1) El nombra los ministros. “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño
en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la
cual él ganó por su propia sangre.” (Hechos 20:28). Ver también Hechos 6:3, 5, 10.
(2) El dirige la obra. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu
Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” (Hechos 13:2).
Ver también Hechos 29; 10:19; 16:7.

4. El Espíritu Santo y el cristiano.


a. Comenzando por el Espíritu. “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no
obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente
entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el
Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo
comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?" (Gal. 3:1-3).

Llegamos a ser cristianos por la operación de Dios. Una nueva vida es impartida por el
Espíritu Santo. Es un nuevo nacimiento: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario
nacer de nuevo.” (Juan 3:6, 7). Dios no tiene comunión con personas no regeneradas
hasta que el hombre recibe una nueva naturaleza de parte de El.

b. Morada del Espíritu. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el
cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (I Cor. 6:19). ¿Qué
certeza tiene el cristiano de tener la morada del Espíritu? Por sentimientos? Por algún
gran éxtasis? No, ¡por la Palabra de Dios! El Espíritu mora en el creyente cuando la
persona entra en concordancia con lo que Cristo ha hecho, cuando acepta a Cristo Jesús
por fe. La prueba de la morada del Espíritu no se basa en sentimientos, porque los
sentimientos de una persona pueden cambiar de un día para el otro. La obra de Cristo en
el calvario nunca cambia.

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno
tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen
en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún
glorificado.” (Juan 7:37-39). Esta porción de la Palabra de Dios plenamente establece que
los discípulos todavía no habían recibido el Espíritu Santo, pero que lo recibirían en el
futuro, y eso sucedió en Pentecostés. Otro pasaje revela que los discípulos todavía no
habían recibido la morada del Espíritu Santo: “mora con vosotros, y estará en vosotros.”
(Juan 14: 17c). Antes de Pentecostés, el Espíritu estaba con ellos; después de
Pentecostés, el Espíritu estaría en ellos. Ningún creyente de este tiempo debe orar como
David: “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu Santo Espíritu.” (Sal. 51:11),
porque David no tenia la morada del Espíritu Santo. Y cada cristiano sí lo tiene. “Mas
vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora
en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9).

Otra Escritura que también ha confundido a los hijos de Dios es Lucas 11 13: “Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Algunos proponen que
nosotros debemos pedir el Espíritu Santo a fin de tenerlo; pero recuerda, esto fue dicho
antes de Pentecostés. No hallamos ningún texto en la Escritura, después de Pentecostés,
que diga que nosotros debemos pedir el Espíritu. ¿Hubiera dado el Padre el Espíritu a los
discípulos antes de Pentecostés si ellos se lo hubiesen pedido? El Señor Jesús dijo que lo
hubiera hecho, pero la realidad histórica es que ellos no se lo pidieron.

La ultima Escritura que vamos a considerar tocante al tema de la morada del Espíritu es
Juan 20:22: “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.”
Muchos dicen que en ese momento los discípulos recibieron la morada del Espíritu Santo,
en vez de en Pentecostés. Sabemos, de todas maneras, que ellos no recibieron el Espíritu
Santo en aquel momento, porque a ellos se les dio el mandamiento de: “que no se fueran
de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.
Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el
Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:4, 5). Ahora, si ellos ya hubiesen
recibido el Espíritu Santo, ¿por qué ellos habrían de esperar para recibirlo?
c. El sello del Espíritu Santo. ‘En él también vosotros, habiendo oído la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13). “El sello” es usado muchas veces en la
Escritura.
(1) El que sella. El que sella es Dios el Padre. “Y el que nos confirma con vosotros
en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las
arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:21, 22).
(2) Los sellados. Hay 2 que son sellados por el Padre: el Hijo y los creyentes.
“Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece,
la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” (Juan 6:27). “Y
no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención.” (Ef. 4:30). El Hijo fue sellado por causa de lo que El es. Nosotros somos
sellados por causa de Cristo y nuestra posición en El. El momento en que el creyente es
sellado es cuando acepta a Cristo como su Salvador: “En él también vosotros, habiendo
oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13).
(3) El sello. El Espíritu Santo mismo es el sello. El sello no se asegura a través de
alguna experiencia emocional, sino a través de creer en Cristo: “En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído
en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ” (Ef. 1:13).
(4) Significado.
(a) El sello significa propiedad. Si fuimos sellados tenemos el sello de propiedad de Dios
sobre nosotros. “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el
Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo." (II Tim. 2:19).
(b) El sello significa identificación. Es nuestra identificación para el futuro. “En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las
arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de
su gloria.” (Ef. 1:13, 14).
(c) El sello significa seguridad. En Apocalipsis 7:4-8 habrá 144,000 sellados. Además
Satanás será sellado y encarcelado en el abismo durante el milenio (Ap.20:3). El libro de
Apocalipsis capitulo 5 tiene 7 sellos que ningún ser humano común podrá abrir (Ap. 6-8).
Nosotros, los creyentes, somos sellados hasta el tiempo de nuestra redención (Ef. 1:13,
14).
(d) El sello significa transacción finalizada. “Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar
con testigos, y pesé el dinero en balanza.” (Jer. 32: 10). El sello del Espíritu Santo es
aquella evidencia legal que testifica el hecho de que hemos entrado dentro de la obra
terminada de Cristo.
(e) El sello significa que es algo genuino. “Y recibió la circuncisión como señal, como sello
de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos
los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por
justicia; ” (Rom. 4:11). Ver también Ester 3:12.
(f) El sello significa que algo es inintercambiable. “Escribid, pues, vosotros a los judíos
como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un
edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser
revocado.” (Est. 8:8).
(g) El sello significa valor. “¿No tengo yo esto guardado conmigo, Sellado en mis tesoros?”
(Deut. 32:34).
(h) El sello significa impresión. El sello siempre deja su impresión en la cera. Si estamos
sellados con el Espíritu, Su impresión estará sobre nosotros. “Ella muda luego de
aspecto como barro bajo el sello, Y viene a estar como con vestidura;” (Job 38:14).
“siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta,
sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del
corazón.” (II Cor. 3:3).
d. Las arras del Espíritu. “[el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del
Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22). Ver también II Corintios 5:5; Efesios 1:13,
14.

“Arras” es un emblema que habla del futuro. Es una parte del pago por algo que se
terminará de pagar en una fecha futura. Cuando el dinero de arras es pagado por una
propiedad, ambas partes se comprometen. Cuando Dios puso su arras en nosotros, El se
comprometió por todo tiempo y eternidad. El Espíritu Santo es las Arras de Dios, el
anticipo del pago de Dios por nuestra salvación. El creyente al presente no tiene todas
las cosas que sabe habrá de recibir. Hay algo pendiente. De hecho, esto agita nuestra
imaginación. Si el Espíritu Santo es solo parte de lo que hemos de recibir, y El es Dios, y
Dios es todo, ¿qué ha de ser el resto?

Si el dinero de anticipo ha sido colocado por una propiedad, y el comprador fallase en


completar la transacción, El perdería su dinero de anticipo. Dios nos ha dado el anticipo,
el Espíritu Santo. Si fallara El en completar nuestra salvación, El perdería su anticipo;
pero sabemos que eso es imposible. Por tanto, es una garantía de nuestra eterna
salvación.
(1) Ilustraciones de Arras.
(a) Los presentes para Rebeca (Gen. 24). Estos presentes fueron el anticipo de lo que
después vendría.
(b) Los frutos de Cannan (Num. 13). Los frutos fueron el anticipo de lo que había sido
prometido, una prueba de la herencia que habría de llegar.
(c) Los dones de Booz (Rut 2). Los granos de cereal dejados para Rut, y solo para Rut,
fueron un anticipo de lo que Booz tenía para ofrecer en matrimonio.
(d) Los primeros frutos (Lev. 23). Esta ofrenda para Dios era el anticipo del hombre que
iba a dar su diezmo para Dios.
(2) El dador de las arras. ¡Dios es el dador! “Y el que nos confirma con vosotros en
Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las
arras del Espíritu en nuestros corazones.” (Il Cor.1:21,22).
(3) Descripción de las arras. El Espíritu Santo es las arras: “y nos ha dado las arras del
Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22b).
(4) El lugar de las arras. Ese lugar es nuestro corazón: “ las arras del Espíritu en
nuestros corazones” (II Cor.1:22b).
(5) La garantía de las arras.
(a) Garantiza nuestra resurrección “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos,
que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros
mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:2.3).
(b) Garantiza nuestra herencia. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con
él seamos glorificados.” (Rom. 8:17).
(c) Garantiza nuestra gloria. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto
a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el
principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo
cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor
Jesucristo.” (lI Tes. 2:13. 14).
e. Llenura del Espíritu. “fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos 2:4). Cuando hubieron
orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu
Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” (Hechos 4:31). “No os embriaguéis
con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, ” (Ef. 5:18).

La llenura del Espíritu tiene que ver con la vida y obra del cristiano, que es llenado de
poder para hacer lo que le manda el Señor.
(1) ¿Qué? Hay muchas opiniones en cuanto al significado de la “llenura” del Espíritu.
Algunos creen que esto sucede cuando la persona nace de nuevo. El creyente recibe el
Espíritu Santo en su conversión pero no la llenura del Espíritu; es la regeneración del
Espíritu (Tito 3:5). Otros proponen que la “llenura" del Espíritu es la experiencia por la
cual [el creyente] recibe al Espíritu Santo algún tiempo después de haber sido salvo.
”Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” (Rom. 8:9).

La “llenura” del Espíritu puede confundir a muchos a causa de la palabra “llenura.” Ellos
piensan en una llenura material, como un vaso lleno con agua. El Espíritu, de todas
maneras, no es algo material, sino una persona. Es verdad que un vaso a medio llenar
puede ser completado con más agua, pero es imposible para el creyente, quien ya tiene el
Espíritu, tener mas de El. Uno no puede tener más de Dios, sino que Dios puede tener
más de uno.

Ahora, el creyente ya tiene el Espíritu, no obstante es llamado a ser “lleno” de El. El


Espíritu Santo ya mora en el creyente; ha sido sellado con el Espíritu; ha sido bautizado
con el Espíritu, y ha sido regenerado por el Espíritu; y aun así es llamado a ser “llenado”
con el Espíritu. ¿Qué es entonces la “llenura" del Espíritu? Una mejor palabra para
pensar en la “llenura” es ser “controlado por” el Espíritu. Así que, el cristiano es
amonestado a ser controlado por, ser poseído por, ser dominado por el Espíritu. Ahora
sabemos el significado pleno de la expresión, “No es cuanto tiene uno del Espíritu Santo,
sino cuanto tiene el Espíritu Santo de uno.”
(2) ¿Cómo? ¿Es segura esta experiencia a través de la búsqueda y a través de la oración?
No hay ningún pasaje en la Palabra donde una persona haya orado por la llenura del
Espíritu y la haya recibido. Todo es por sometimiento al Señor. Cuando nos sometemos
El, nuestra voluntad muere, y su voluntad es la voluntad de nuestras vidas; nuestras
ambiciones caen como cenizas a sus pies. Alguien puede preguntar, ¿“qué es
sometimiento”? Es el acto por el cual el creyente se coloca a si mismo sobre el altar de
Dios: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef. 5:2). Esa ofrenda de olor
fragante era un sacrificio continuo la cual nunca llegaba a faltar, porque cuando uno se
consumía, otro cordero era puesto en su lugar, uno en la mañana y otro en la tarde. Esa
era la única manera en que podía ser una ofrenda continua un sacrificio continuo. Esta
ofrenda encendida nunca fue instituida como ofrenda por el pecado, sino más bien como
una ofrenda de alabanza. El cristiano es exhortado a entregarse a si mismo como
sacrifico vivo, una ofrenda encendida continua, mostrando nuestras alabanzas a El que
nos llamó de las tinieblas a su luz admirable (I Pedro 2:9).
(3) ¿Cuándo? ¿Cuándo el Espíritu lo lleva a cabo? ¿Cuándo El controla al creyente? Al
instante en que el creyente se somete, ¡cuando se rinde completamente!

¿Hay cierto número de pasos que uno debería tomar en función de rendirse al Señor? No.
¿Cuáles son los requerimientos entonces para ese sometimiento? Una completa sujeción
a la voluntad de Dios! Para alguno puede ser morir a su propio ego; para otro, obediencia
al llamado de Dios; aun para otros, el renunciar a pecados conocidos, etc. Sea lo que sea
necesario para someterse a la voluntad de Dios, ¡ése es el requerimiento!
(4) ¿Por qué? ¿Debería el creyente alguna vez hacer esta pregunta? ¿Hay una necesidad
de llenura del Espíritu? Respondemos: “sí” a ambas preguntas. Algunos creyentes no
entienden que existe realmente algo como la “llenura” del Espíritu, y por lo tanto ellos
viven sin poder. Además del mandato de Dios a ser “llenos” del Espíritu, entendemos que
esta “llenura” es un mandato para tener poder en el servicio y en la vida, no por ganancia
egoísta, sino para la gloria de nuestro Señor Jesucristo y para ganar los perdidos para El.
(5) ¿Qué entonces? Un resumen de aquellos que han sido verdaderamente “llenos” del
Espíritu revela estos resultados:
(a) Ellos reproducirán a Cristo en sus vidas.
(b) Ellos convencerán al mundo.
(c) Ellos amarán la Palabra.
(d) Ellos serán llenos de poder.
(e) Ellos serán llenos de vida.

Contraste entre Bautismo y llenura.


Bautismo del Espiritu
Llenura del Espiritu
1. Tiene que ver con el cuerpo, la iglesia.
1. Tiene que ver con el individuo.
2. Bautismo es externo.
2. Llenura es interno
3. Cada creyente es bautizado con el Espíritu
3. Un creyente puede o no ser llenado con el Espíritu
4. Ningún creyente es exhortado jamás a ser bautizado con el Espíritu
4. Todo creyente es exhortado a ser lleno del Espíritu
5. Es una obra inicial al momento de la salvación
5. Un creyente puede ser llenado aun años después del momento de su salvación.
6. El creyente es bautizado una sola vez.
6. El creyente puede ser lleno muchas veces
7. Ningún creyente fue jamás bautizado antes de Pentecostés. El bautismo coloca al
creyente en el cuerpo
7. Algunos creyentes fueron llenos antes de Pentecostés. La llenura es esencial para el
servicio.

f. El fruto del Espíritu Santo. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gal.
5:22, 23). El fruto del Espíritu Santo es el verdadero carácter cristiano. Observe que la
palabra “fruto” es singular.
La vida de nuestro Señor es el más grande ejemplo del fruto del Espíritu. El fruto
siempre procede de la vida misma. Cuando llega el tiempo de Navidad vemos adornos
colgando de los arbolitos, sabemos que son artificiales. Pero en los árboles naturales, los
frutos son naturales. De la misma manera hay muchas religiones sociales que solo dan
frutos figurativos y artificiales. Ellos pretenden dar frutos, pero no tienen vida en si
mismos, no tienen Espíritu; por lo tanto, ellos tienen forma externa de piedad pero no
tienen poder interior. Un manzano no hace obras para producir manzanas; simplemente
las produce naturalmente. Lo mismo pasa con el cristiano. No procura el fruto del
Espíritu como de su propia labor, sino que simplemente lo genera.
(1) Fruto en relación a si mismo como individuo: amor; gozo; paz.
(2) Fruto en relación a los demás hombres: paciencia, benignidad, bondad.
(3) Fruto en relación a Dios. fe; mansedumbre; templanza.
g. Caminando en el Espíritu. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne.” (Gal. 5:16). El Espíritu hará que andemos. Un viejo ejemplo son las
ropas: la persona que va dentro hace que las vestiduras caminen. La responsabilidad de
las vestiduras es colgar sobre la persona y vestirla. No deberíamos tener una voluntad
propia, sino como esa ropa, solo la deberíamos cubrir, vestir. Donde el Espíritu vaya,
vamos. La voluntad del Espíritu debe ser nuestra voluntad.
h. La renovación en el Espíritu. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo,” (Tito 3:5).
i. Fortalecimiento en el Espíritu. Pablo oraba que Dios pudiese fortalecer a los efesios,
"conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior
por su Espíritu; ” (Ef. 3:16).
j. Sembrando para el Espíritu. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la
carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna.” (Gal. 6:7, 8). Este pasaje no fue escrito para los no salvos, sino para cristianos.
El cristiano puede sembrar para la carne, eso es, vivir en pecado; de todos modos, el
tiempo de la cosecha vendrá.
k. Guiados por el Espíritu. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,
éstos son hijos de Dios.” (Rom. 8:14). Algunos interpretan esto como “aquellos que
consultan al Espíritu en las decisiones de la vida están seguros de que son hijos de Dios.”
Ahora, pese a que es una bendición buscar y encontrar del Espíritu Santo Su voluntad
en nuestras decisiones, parece que este pasaje no se refiere a eso. La guía del Espíritu
parece que hace referencia a la conducción de los cristianos en su camino hacia la gloria.

1. Santificación en el Espíritu. “elegidos según la presciencia de Dios Padre en


santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo:
Gracia y paz os sean multiplicadas.” (I Pedro 1:2).
m. La suministración del Espíritu. “Porque sé que por vuestra oración y la
suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, ” (Fil. 1:19).
n. Los dones del Espíritu Santo.
(1) La enumeración de los dones. “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones
espirituales,...Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra
de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de
sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro,
discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación
de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada
uno en particular como él quiere.” (I Cor. 12:1, 8-11).
(2) El otorgamiento de los dones. La primera cosa que debemos establecer es que los
dones no son dados al hombre por sus deseos ni por sus oraciones, sino de acuerdo a la
voluntad del Espíritu, dotando a cada persona como El quiere. La segunda cosa a la que
debemos prestar atención es que los dones fueron dados en función de sustentar las
demandas de Cristo y sus discípulos, que Jesucristo fue verdaderamente el Hijo de Dios,
que la dispensación de la Ley había llegado a su fin, y que la dispensación de la gracia
había comenzado. “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan
grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue
confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y
prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
(Heb.2:3, 4).
Ciertamente había una necesidad de parte de Dios de verificar esta nueva enseñanza que
había comenzado con el Señor mismo para aquellas personas que habían estado bajo las
tradiciones de la Ley por alrededor de 14 siglos, e iba a ser difícil para ellos comprender
que Dios había terminado con el Antiguo Testamento y había dado lugar al Nuevo.
Además, ningún libro del Nuevo Testamento había sido escrito todavía. Finalmente,
enfatizamos el hecho de que ningún creyente recibe todos los dones. “Y a unos puso Dios
en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que
hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que
tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros?
¿hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas?
¿interpretan todos? (I Cor. 12:28-30) La respuesta es no.
(3) La utilización de los dones. ¿Cómo deben ser usados estos dones? El capitulo 13 de
Primera Corintios declara plenamente que todos debemos ser motivados por amor. Pablo,
por inspiración del Espíritu Santo, declara que si tuviese todos los dones, y no tuviera
amor, no seria nada; su vida seria infructífera, y sus recompensas nulas.

Alguien puede preguntar, “¿Es el don de lenguas para hoy en día?” “¿Acaso no dice la
Biblia, no impidáis hablar en lenguas?” Trataremos este tema mas a pleno en la próxima
sección; de todos modos, algo debemos decir acerca de eso aquí.

1 Corintios 14:39 dice claramente: “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no


impidáis el hablar lenguas.” Pero si usamos capitulo 14 como permiso para hablar en
lenguas, entonces los que hablan en lenguas deben ser gobernados por el mismo capitulo
sobre el uso de ese don. Entonces, ¿debería una persona hablar en lenguas en una
reunión de iglesia? Ciertamente, pero si lo hace conforme a 1 Corintios 14. “Si habla
alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.
Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios.” (I Cor.
14:27, 28). Toda vez que el don de lenguas sea ejercido, solo 2 o a lo sumo 3, pueden
hablar en la reunión. Esta regla eliminará mucho del movimiento de hablar en lenguas.
Hablarán por turnos y uno sólo a la vez. Esto eliminará aun más del movimiento de
hablar en lenguas. Y luego las Escrituras dicen que si no hay intérprete, debe callar.
Mas aun se eliminaría del hablar en lenguas. Finalmente dice: “vuestras mujeres callen
en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como
también la ley lo dice.” (I Cor. 14:34). Y esto prácticamente le pone un fin al movimiento
de hablar en lenguas, porque la mayoría de aquellos que lo practican son mujeres.

Muchos pueden rebelarse contra estos pasajes, diciendo que esto no significa “lenguas.”
Si esto no significa “lenguas,” entendemos que dice silencio, y eso incluye lenguas,
cuando dice que las mujeres guarden silencio en las iglesias. Esto, no obstante, hace
referencias solo a lenguas, porque otras porciones del mismo libro de primera corintios
aceptan a la mujer hablando y orando en la iglesia. “Pero toda mujer que ora o profetiza
con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese
rapado.” (I Cor. 11:5). “Profetizar” significa “proclamar”; eso es, una mujer puede
proclamar la Palabra de Dios en la Escuela Dominical, y en otros ámbitos.
(4) La restricción de los dones. ¿ Puede ser posible que Dios restrinja muchos de sus
dones a los creyentes de hoy en día, los cuales dio al principio? No solo es posible, sino
también una certeza. En capitulo 13 de I Corintios, el Espíritu Santo dice, “El amor
nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia
acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo
perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” (versiculos 8-10). Recuerda, I Corintios
13 está hablando sobre “dones” del Espíritu, y cuando dice las profecías se acabarán, no
significa que algunas de las profecías antes anunciadas por hombres de Dios, registradas
en la Biblia, dejarían de cumplirse. Significa que el don de profecía un día dejarla de
operar. Cuando dice que las “lenguas cesarán,” no significa que en algún momento
futuro toda lengua iba a silenciarse, sino que el don de lengua dejaría de operar. Y
cuando dice que “la ciencia acabará,” no significa que llegaría un momento cuando el
conocimiento o la ciencia no existirían más, sino que el don de ciencia dejaría de operar.
¿Pero cuándo los dones de profecía, lenguas y ciencia cesarían? Cuando “viniese lo
perfecto.” Creo que no está hablando de la segunda venida de Cristo, sino mas bien de
cuando la completa revelación de la Palabra de Dios sea dada. ¿Tenemos hoy esa
completa revelación de Dios? Si, cuando el apóstol Juan escribió, “La gracia de nuestro
Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.” (Ap. 22:21), la plena revelación de Dios
fue completada, había llegado lo perfecto. Por lo tanto, puesto que tenemos la revelación
completa, los dones de profecía, lenguas, y ciencia han cesado. Ya no son para hoy.

Volviendo a Efesios 4:11 leemos, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros,


profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.” Observe en esta posterior
revelación que no aparecen en la lista los dones milagrosos, como sí aparecen en I
Corintios 12, 13 y 14. Ya no hay más necesidad de los dones milagrosos, porque ahora
tenemos la plena y completa revelación de Dios. El hijo de Dios es más bendecido por
tener la completa revelación de Dios que si tuviera todos los dones milagrosos.

La demanda es hecha por algunos que dicen que nosotros necesitamos esos dones como
señales de la llenura del Espíritu. Es cierto que Dios dio estos dones de milagros por
señales; pero no de la llenura del Espíritu, sino para la confirmación del apostolado de
Pablo (II Cor. 12:12); para la confirmación del envió de Pablo a los gentiles (Rom. 15:18,
19); para la confirmación de la salvación a través de la persona de Jesucristo (Heb. 2:3,
4); y para la confirmación de la palabra (Marcos16:20). ¿Necesitamos esos dones hoy
para confirmar la palabra, el evangelio, y el apostolado de Pablo? No. 2000 años de
historia de la iglesia los confirman.
(5) La permanencia de los dones. “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor,
estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (I Cor. 13:13). Cada cristiano posee estos 3
dones. El, controlado por el Espíritu Santo, puede utilizarlos.
o. Testimonio del Espíritu “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que
somos hijos de Dios.” (Rom. 8:16).

La Ley establece que por la boca de dos o tres testigos será declarada la verdad. Eso es,
tenemos 2 testigos que declaran que somos hijos de Dios. Ellos son el Espíritu Santo, y
nuestro Espíritu. ¿Cómo el Espíritu Santo da testimonio de nuestra salvación? A través
de la Palabra escrita. ¿Como da nuestro espíritu testimonio? Por sentimientos, o por
nuestra conciencia? No. Los sentimientos son engañosos. Nuestro espíritu da
testimonio por fe en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios declara nuestra salvación
cuando confiamos en Cristo; la creemos. Por lo tanto, el Espíritu da testimonio
“juntamente con” nuestro espíritu.
p. La unción del Espíritu. “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las
cosas...Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y
es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.” (I Juan
2:20, 27).

La unción en las Escrituras, ya sea en el Antiguo Testamento o en el Nuevo, era para


algún servicio. Reyes y sacerdotes fueron ungidos para sus servicios u oficios especiales.
Cristo fue ungido (Hechos 10:38). El mismo nombre “Cristo” significa “el ungido.” El fue
ungido como Profeta (en el pasado); Sacerdote (para el presente); y Rey (para el futuro). El
creyente en Cristo recibe su unción para el servicio cuando nace de nuevo. La unción del
Espíritu no es para unos pocos favorecidos. Todos los creyentes son ungidos: “ya la
habéis recibido.” La unción del Espíritu es una vez para siempre: “permanece en
vosotros.” No hay lugar en las Escrituras donde uno recibe una fresca unción. Falsas
religiones tratan de alejarnos de Cristo, inducirnos a salir de la fe; pero tú, al escuchar
sus apelaciones, no debes deslizarte, porque si eres creyente ya tienes la unción. “Y no
necesitas que nadie os enseñe.”
q. Adorar por el Espíritu. “Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu
servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.” (Fil.
3:3). La única adoración y servicio aceptados por Dios deben ser generados por el
Espíritu. Uno no sirve al Señor con manos, pies y labios, sino por el Espíritu Santo a
través de las manos, pies y labios.
r. Comunión en el Espíritu. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (II Cor. 13:14). La Palabra
“comunión” es también traducida “compañerismo; compartir.” De modo que, “comunión”
significa “participación y compartir.” El Espíritu Santo y el cristiano tienen una cosa en
común, Jesucristo!
s. Orar en el Espíritu. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede
por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la
intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
(Rom. 8:26, 27). ¿Es un error orar al Espíritu Santo? En ningún lugar de las Escrituras
se nos ordena orar al Espíritu Santo, pese a que es un miembro de la Deidad; cuando
oramos a Dios, oramos a El.
t. Luchar en el Espíritu. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del
Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis.” (Gal. 5:17).
u. La enseñanza del Espíritu. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque
el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” (I Cor. 2:10). El Espíritu Santo
revela su Palabra solamente a cristianos nacidos de nuevo, y no a aquellos que aun están
fuera del cuerpo de Cristo. Los hombres sin el Espíritu de Dios no pueden entender las
verdades de Dios.

5. El Espíritu Santo y las Escrituras.


a. Inspiración. “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (II Tim. 3:16a). El significado
literal de “inspiración” es “soplado por Dios.” Ninguna profecía vino por el propio ingenio
humano. Nosotros creemos en la inspiración verbal de la Palabra de Dios. Las palabras
son inspiradas, dadas por Dios en el idioma original. Alguien podría preguntar, “¿Acaso
no usó Dios instrumentos humanos?” Si, pero el uso de instrumentos humanos no afectó
a la Palabra de Dios. Cuando usted lee el Pentateuco, no lee las palabras de Moisés, sino
que lee las palabras de Dios. Ver I Corintios 2:12, 13; 10:11; Romanos 4:20-25; 15:4.
b. Iluminación. La mejor manera de estudiar el libro es conocer al autor. El mejor
intérprete del libro es su escritor, el Espíritu Santo. Así como el Señor Jesús hizo saber
las Escrituras a sus discípulos, así el Espíritu Santo lo hará para nosotros hoy (I Cor. 2:9-
14).

6. El Espíritu Santo y los pecados.


a. Contristando al Espíritu. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual
fuisteis sellados para el día de la redención. (Ef. 4:30).
b. Mintiendo al Espíritu. “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para
que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” (Hechos 5:3).
Ananias le mintió a la iglesia, el templo del Espíritu Santo. Nosotros también podemos
mentirle al Espíritu Santo. Podemos cantar una mentira. A veces en una reunión muy
emotiva personas dedican sus vidas a un servicio cristiano, pero luego son negligentes en
cuanto a lo prometido. Eso es mentirle al Espíritu Santo.
c. Apagar el Espíritu. “No apaguéis al Espíritu.” (I Tes. 5:19). Apagar puede también
significar extinguir. Uno puede apagar los dones del Espíritu, y puede apagar el Espíritu
en otros impidiéndoles usar los dones del Espíritu (Num. 11:28, 29).
d. Resistir al Espíritu. “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros
resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos
7:51).
e. Afrentar al Espíritu. “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al
Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Heb. 10:29).
f. Blasfemar contra el Espíritu. Este es el pecado imperdonable que se encuentra en
Mateo 12:31, 32 y Marcos 3:29, 30. Si la gracia de Dios, la cual perdona todos los
pecados de la humanidad, no perdona este, entonces este debe ser un pecado inusual.
No es asesinato, no es incredulidad. Rechazar la persona de Cristo no es pecado
imperdonable; de todos modos, el hombre que rechaza a Cristo y muere, ciertamente está
perdido. El Espíritu no contenderá con hombres después de la muerte. Su rechazo final
de Cristo no es algo imperdonable, sino algo no perdonado.
Deberíamos distinguir entre:
No perdonado e imperdonable.
No olvidado e inolvidable.
No salvo e insalvable.

Creo que la blasfemia contra el Espíritu Santo, que algunos denominan imperdonable, fue
un pecado limitado al tiempo cuando Cristo estuvo sobre la tierra. No hay pecadores en
la lista negra hoy. Aquellos ofendieron al Espíritu, blasfemaron del Espíritu que hacia las
obras en Cristo

¿Puede alguien que ha cometido blasfemia ser salvo hoy? Si, el ejemplo es el apóstol
Pablo, “habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a
misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. . . Pero por esto fui recibido a
misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para
ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.” (I Tim. 1: 13, 16).

7. Emblemas del Espíritu Santo.


a. La paloma. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del
cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan 1:32). El Espíritu no descendió sobre
ningún otro de esta manera. En Génesis 1:2 el Espíritu Santo se movía sobre la faz de las
aguas, como una paloma entibiando sus huevitos. La paloma es una mansa y limpia ave.
Por tanto así son los que son del Espíritu: “mansos como palomas” (Mat. 10:16).
Ciertamente un hermoso emblema del Espíritu Santo. La Palabra nos presenta la ira del
Hijo pero nunca la ira del Espíritu Santo.
b. Agua. “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi
Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; ” (Is. 44:3).
Ver también Juan 7:38, 39. Lo que el agua significa para los labios sedientos, y la lluvia
significa para la tierra seca, es lo que el Espíritu significa para cada ser humano. No hay
nada que calme esa sed mejor que el agua; no hay nada que satisfaga esa sequía del
corazón mejor que el Espíritu Santo.
c. Aceite. “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y
desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego
Samuel, y se volvió a Ramá.” (I Sam. 16:13). Ver también Isaías 61:1; Hechos 10:38.
Cuando el sacerdote era ungido con aceite, se seguía el siguiente procedimiento: primero,
su oreja, para oír la Palabra de Dios; luego su pulgar, para que sus acciones fuesen para
la gloria de Dios; y después el dedo de su pie, para que anduviese con Dios.
d. Viento. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así
ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán. . . Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre
vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.” (Ez. 37:9, 14). Ver
también Juan 3:3-8. El viento sugiere actividad. No se lo puede ver, pero es poderoso. La
visibilidad no es el límite de su acción. El viento también habla de limpieza (Job 37:21).
e. Fuego. “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre
cada uno de ellos.” (Hechos 2:3). El fuego tipifica al Espíritu de Dios. Es fuego que
purifica, consume, calienta, prueba, ilumina y energiza. Es lo mismo con el Espíritu
Santo.
f. Vestiduras. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el
cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jue. 6:34). "Vino sobre" implica como
vestiduras. Y eso habla de protección. El Espíritu es nuestra protección.

Capítulo 4

Antropología - La Doctrina del Hombre

ANTROPOLOGIA

I. El Hombre en su Estado de Integridad.


A. Su Origen.
B. Su Naturaleza.
C. Su Constitución.
D. Su Condición.
E. Su Liderazgo.

II. El Hombre en su Estado de Pecado.


A. La caída del Hombre.
B. Los hijos caídos de Adán.

III. El Hombre en su Estado de Gracia.


A. Su Posición.
B. Su Estado.
C. Sus dos Naturalezas.

Capitulo 4

ANTROPOLOGIA

Antropología viene de la palabra griega “anthropos,” que significa “hombre.” Antropología


es la doctrina o el estudio del hombre. Hay variadas definiciones del hombre, algunas
cómicas, algunas trágicas. En este estudio de Antropología iremos a las fuentes, la
Escritura.

El hombre siempre ha buscado saber quien es, de donde ha venido, y a donde va. La
Santa Palabra de Dios nos da las respuestas completas.

I. El Hombre en su Estado de Integridad.

Hablamos de su estado original de pureza.

A. Su Origen.

1. Lo que no es.
a. No por generación espontánea. Esta teoría sostiene la creencia de que no hubo un
creador del hombre, sino que simplemente el hombre llegó a ser un ser y sin una causa
comenzó a existir.
Este argumento no necesita respuesta, pero en función de un examen o critica adecuada,
simplemente decimos que si tal cosa fuese posible, no habría poder alguno para impedir
que sucediese otra vez. Pero no hay registro alguno de que haya pasado otra vez, y, por
supuesto, es evidente que no ha sucedido la primera vez.
b. No por evolución ni desarrollos naturales. Una breve definición de evolución es: “el
proceso por el cual, a través de algún tipo de agresión sobre la materia pasando por
muchas edades y especies, por casualidad o por alguna ley, el hombre apareció.” Este
concepto ha sido aceptado por muchos años, pero parecería que sus adherentes declinan.
La ciencia moderna, tal como la antropología, está refutando estas declaraciones. La
Biblia declara que el hombre es una creación de Dios separada de su persona, y que los
animales fueron creados en diferentes tiempos, completamente aparte del hombre. La
evolución enseña que el hombre y los animales tienen un origen común, que los llevó a
llegar a ser diferentes especies. En refutación a esto nosotros usamos las Escrituras y el
razonamiento humano de la siguiente manera:
(1) Se opone a la Escritura. La Escritura dice: “según su especie” (Gen. 1:24). Esto limita
a cada especie dentro de ella misma, prohibiéndole evolucionar hacia una nueva especie.
(2) No hay ningún registro de animales llegando a ser hombres. Seguramente, en 6000
años, si la evolución fuese cierta, debería haber ejemplos vivientes de eso hoy.
(3) No hay evidencia de eslabones perdidos que hayan sido encontrados. Muchos de los
llamados libros de historia muestran ilustraciones de criaturas que denominan eslabones
perdidos. Estas ilustraciones son fotografías o dibujos, y no fotos de criaturas reales,
pues ninguna de ellas existe. El “eslabón perdido,” como hemos dicho, es aquella
criatura entre el hombre y el simio. Su figura es totalmente de la imaginación del artista
que ha tomado un trozo de hueso o diente y ha construido un supuesto ser viviente.
Vamos a citar lo que dijo William Jennings Bryan concerniente al “eslabón perdido”: “si el
eslabón perdido ha sido encontrado, por que todavía lo están buscando?”
(4) No hay evidencias de que el hombre primitivo difiriese del hombre de hoy.
(5) Hay pruebas de que la sangre humana es una sangre. (Hechos 17:26). La sangre de
un hombre negro puede ser colocada en las venas de un hombre blanco, y viceversa, y
dar vida. Las transfusiones de sangre han estado en practica solamente durante este
ultimo siglo, pero, Dios ya había revelado esto 2000 años atrás.
(6) Hay una gran diferencia entre la constitución de un hombre y la de un animal.
(a) Físicamente. El hombre es un ser erguido, mientras los animales no.
(b) Mentalmente. El hombre tiene intelecto, mientras que los animales tienen
instintos.
(c) Moralmente. El hombre es la única criatura de Dios que tiene cualidades
morales.
(d) Espiritualmente. Solo el hombre ha sido creado con conceptos espirituales.
Solo el hombre entre las criaturas puede adorar a Dios.

2. Lo que es. El hombre es una creación directa de Dios. “Y creó Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gen. 1:27).

B. Su Naturaleza.

1. Imagen original del hombre. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza” (Gen. 1:26a). “El que derramare sangre de
hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el
hombre.” (Gen. 9:6). Ver también I Corintios 11:7; Santiago 3:9.
a. Lo vemos en la triunidad del hombre. “Entonces Jehová Dios formó al hombre
del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”
(Gen. 2:7). “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor
Jesucristo.” (I Tes. 5:23).
b. Lo vemos en la naturaleza intelectual y moral del hombre. “No mintáis los
unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del
nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno, ” (Col. 3:9, 10). Ver también Efesios 4:24.
c. Lo vemos en su semejanza física. Ciertamente Dios es espíritu (Juan 4:24);
Dios es invisible (Col. 1:15). Pero aun Dios siempre ha tenido una forma en la cual se
manifiesta a si mismo: “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho
cuando despierte a tu semejanza.” (Sal.17:15). Ver también Filipenses 2:6,7; Marcos
15:12; Juan 5:37.

Cristo no fue hecho a la forma e imagen de Adán, sino que Adán fue hecho a la forma, o
imagen de Cristo, quien habría de venir: “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta
Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es
figura del que había de venir.” (Rom. 5:14).

2. Inocencia original de Adán. Algunos declaran que Adán fue creado en santidad, o
justicia. Esto no es totalmente correcto. El hombre fue creado perfecto, si, pero fue
creado en inocencia. Hay una vasta diferencia entre inocencia y justicia. Inocencia es
impecabilidad sin haber sido probada. Justicia es inocencia que ha sido probada, y ha
salido victoriosa.

C. Su constitución.

Como hemos visto, el hombre está compuesto de elementos terrenales (Gen. 2:7) y de
elementos espirituales (I Tes. 5:23; Heb. 4:12).

1. Cuerpo. Su cuerpo fue hecho de la tierra. Esta fue la primera parte del hombre en ser
formada. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). El cuerpo es puesto
primero en la Escritura como la casa del hombre interior. “¡Cuánto más en los que
habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados
por la polilla!” (Job 4:19). Ver también II Corintios 5:1, 3, 4. El proceso por el cual Dios
hizo al hombre es desconocido; debemos dejar eso a Dios. Los hombres dan sus opiniones
y especulaciones, pero ellas permanecen como tales. La palabra “polvo” no significa
barro, sino finos materiales de la tierra.
a. Análisis prueban el origen del hombre. Modernos análisis químicos detectan en el
cuerpo los mismos elementos que existen en la tierra que esta bajo nuestros pies; tales
como sodio, carbono, hierro, y otros.
b. La tierra sostiene la existencia del hombre. El cuerpo es sustentado por lo que crece
sobre la tierra. Es el cuerpo del hombre y no su espíritu lo que es sustentado. El hombre
en nuestros días modernos ha probado que si eliminamos la vegetación, la vida perece.
Maten la vegetación y mataran al hombre.
c. La muerte recicla los elementos del cuerpo del hombre. A la muerte se pone en marcha
un proceso de corrupción, y el cuerpo del hombre pronto retorna al polvo de donde había
sido formado. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen. 3:19).

2. Alma. “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gen. 2:7). Ver también I Corintios
15:45. El alma es el sitio de las emociones. Plantas, animales y hombres tienen cuerpos;
solo los animales y el hombre tienen almas; pero solamente el hombre tiene un espíritu.
El alma es esa vida conciente que esta en el hombre y en los animales. Las plantas
tienen vida, pero es inconciente. Hay una diferencia entre las almas de los hombres y las
almas de los animales. El alma del animal esta conectada con su cuerpo, mientras que el
alma del hombre esta conectada con su espíritu. El alma del animal muere con el
animal, pero el alma del hombre nunca muere, pues fue hecha “alma viviente”, un alma
que nunca moriría.

Como dijimos, el alma del hombre es el sitio de las emociones y los apetitos emocionales,
y las siguientes Escrituras nos presentan los grados de algunos: Apetitos: “Con todo,
podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la
bendición que Jehová tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como
la de gacela o de ciervo.” (Deut. 12:15). Deseos: “Y si el hombre le respondía: Quemen la
grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora
mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza.” (I Sam. 2:16). Ver también
Deuteronomio 12:20; Salmo 107:18; Proverbios 6:30; Isaías 29:8; I Samuel 18:1. Odios:
“Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como
quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la
fuerza.” (II Sam. 5:8). Angustias: “Mas su carne sobre él se dolerá, Y se entristecerá en él
su alma.” (Job 14:22). Amargura: “Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová
me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado.” (II Reyes 4:27b). Regocijo: “En gran
manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con
vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a
novia adornada con sus joyas.” (Is. 61:10). Sufrimientos: “Y decían el uno al otro:
Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su
alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta
angustia.” (Gen. 42:21). Tristezas: “Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte;
quedaos aquí y velad.” (Marcos 14:34).

De donde obtiene el hombre su alma?


a. Pre-existencia. Esta teoría enseña que todas las almas que han estado en el mundo, y
todas las que estarán, fueron creadas en el principio. Al tiempo de concepción, ellas son
unidas al cuerpo. Esto fue ensenado por Platón, pero nunca fue aceptado por la iglesia,
no tiene fundamento bíblico.
b. Creacionismo. Esta creencia sostiene que a los 40 días de la concepción el alma se une
con el cuerpo. Si esta creencia fuese verdadera, entonces Dios seria creador de almas
pecaminosas.
c. Traducianismo. Esta es la verdad que sostiene que tanto el alma como el cuerpo
derivan de los padres. “Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su
semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.” (Gen. 5:3). Ver también
Hechos 17:24-26.

3. Espíritu. Aquí es donde el hombre se diferencia de todas las otras criaturas. En


Hebreos 12:9 Dios es llamado “Padre de los espíritus.” Esto no significa padre de Ángeles,
sino espíritus de hombres hechos perfectos. Nunca se dice que Dios es padre de almas.

“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
(Santiago 2:26). Cuando un cuerpo muere, el alma parte con el espíritu del hombre. El
alma y el espíritu pueden ser separados: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
(Heb. 4:12). De todos modos, no tenemos prueba escritural que ellos estén separados. El
hombre rico de Lucas 16 una vez muerto fue al Hades, y tenia alma y espíritu consigo.
Ver también Mateo 10:28.

El espíritu del hombre es el asiento de su inteligencia. “Porque ¿quién de los hombres


sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (I Cor. 2:11). Los animales no poseen
inteligencia. “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de
ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti.” (Sal. 32:9).
La palabra “espíritu,” tanto en hebreo como en griego, se traduce a veces como “aliento,” y
“viento.” El contexto determina la traducción.

Los materialistas dicen que la palabra espíritu debería ser “aliento,” y que cuando el
hombre muere se va para siempre.

Algunas personas dicen que el hombre perdió su espíritu al momento de la caída y que lo
recupera con la conversión. Esto haría al hombre un ser dual, y esta concepción no es
escritural.

4. Corazón. Cuando hablamos del corazón, no hablamos del músculo del cuerpo, sino
mas bien del asiento de nuestra conciencia. “acerquémonos con corazón sincero, en
plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los
cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:22). Ver también I Juan 3:19,20; Hechos 2:26; 5:3, 5;
Mateo 22:37. Siempre se hace una advertencia de que puede haber una profesión sin
una posesión, conocimiento en la cabeza sin confianza en el corazón. “No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi
Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad.” Mateo 7:22-24.

D. Su condición.

Con esta expresión queremos referirnos a las condiciones del hombre en su estado de
integridad antes de que cayese.

1. Su conocimiento. Al ser creado el hombre tuvo capacidad de conocimiento inmediato,


y conocimiento intuitivo. El no era un infante adulto. Le puso nombre a todos los
animales que fueron creados por la mano de Dios; y había que ser un hombre inteligente
para hacer eso. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado
del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. ” (Gen. 2:20).

2. Su comunión. Tenía la habilidad de tener comunión con Dios. “Y mandó Jehová Dios
al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; ” (Gen. 2:16). “Y dijo Dios:
He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo
árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” (Gen. 1:29).

3. Su hogar. Fue puesto en un jardín. “Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al


oriente; y puso allí al hombre que había formado.” (Gen. 2:8). Algunos sostienen que el
hombre primitivo era un hombre de cavernas, pero no fue así, el era un hombre de jardín.
El primer registro que tenemos de hombres viviendo en cuevas es sobre los perseguidos:
“de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las
cuevas y por las cavernas de la tierra.” (Heb. 11:38), y de los insanos: “Y cuando salió él
de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu
inmundo, ” (Marcos 5:2). Ese jardín fue llamado el jardín del Edén.

4. Su compañía. “mas para Adán no se halló ayuda idónea para él... Y de la costilla que
Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Gen. 2:20, 22). Las
palabras “ayuda idónea” no son una palabra compuesta, sino dos palabras distintas,
ayuda idónea, ayuda idónea para Adán. Algunos que se ríen de esta "historia de la
costilla” no saben decirnos de donde proviene la mujer. Por qué Dios no hizo a la mujer
del polvo de la tierra? Por la simple razón de que Dios no quiso que hubiese dos orígenes
para el hombre.
Dios puede hacer un ser humano por lo menos de 4 maneras:

Sin la participación ni de hombre ni de mujer, como a Adán.


Sin la participación de mujer, como a Eva.
Por concepción, como a nosotros.
Sin participación de hombre, como a Cristo.

5. Su obra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre,
y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Gen. 2:15). Había
empleo en el jardín, pero no fatiga. Había trabajo, pero no fatiga. De que debía Adán
guardar el jardín? De animales salvajes? No, porque no había. De humanos agresivos?
No, porque Adán era el único hombre. El debía proteger el jardín contra una eventual
llegada del diablo. Donde sea que el hombre es puesto en una posición de confianza, Dios
siempre le da amplia advertencia.

6. Su alimento. “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.”
(Gen. 1:29). El primer hombre y los primeros animales fueron vegetarianos. Sus dietas no
incluían carnes. El hombre no era carnívoro como los evolucionistas dicen.

7. Su responsabilidad.
a. Poblar y sojuzgar la tierra. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y
en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen. 1:28). Adán era el primer
hombre: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente” (I
Cor. 15:45a). Eva es la madre de todos los seres humanos. “Y llamó Adán el nombre de
su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.” (Gen. 3:20).
b. Abstenerse de comer del fruto prohibido. Este fruto era del árbol del conocimiento del
bien y del mal. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gen. 2: 16, 17).

Eran libres para comer de los árboles plenamente. Pero había solamente un árbol
prohibido para ellos. No sabemos que clase de fruto era. Creemos que nada estaba mal
con el fruto en si; pero había una prohibición de Dios sobre el. Dios quería que Adán y
Eva tuviesen conocimiento, pero no quería que ellos lo obtuvieran por desobediencia.
Recuerden, el hombre había sido puesto en guardia; debía estar atento contra el enemigo;
Satanás no vino de improviso. ¿Por qué Dios permitió que Adán y Eva quedaran
expuestos al ataque del diablo? La prueba siempre viene antes de la bendición. El
hombre siempre debe ser probado antes de ser promovido.

E. Su liderazgo.

La raza humana por entero proviene de aquel único hombre, Adán. Y como es la cabeza,
así son los descendientes.

1. Ethnografia. Esta es la rama de la antropología que considera al hombre geográfica y


descriptivamente, tratando de la subdivisión de razas, las causas de migraciones, y temas
relacionados. Esta ciencia marca una tierra natal común par el ser humano, las
inmediaciones de Armenia.
2. Psicología comparativa. Esta es la ciencia de lenguaje, y considera que todos los
hombres proceden de un mismo origen.

3. Psicología. Esta es la ciencia del estudio de la mente, y también considera que todos
los hombres proceden de un mismo origen.

4. Fisiología. Esta es la ciencia que estudia la estructura orgánica del cuerpo, y también
declara que todo los hombres proceden de una misma fuente, un origen común.

II. El Hombre en su Estado de Pecado.

A. La caída del hombre.

Algunos dicen que la caída del hombre es una vieja fabula babilónica, pero solo tenemos
que mirar al hombre agotado por su pan, debilitado en sus enfermedades, y muriendo en
su miseria, para darnos cuentas que realmente tuvo un caída. “Por tanto, como el pecado
entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom. 5:12).

1. La fuente del pecado. “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del
campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho:
No comáis de todo árbol del huerto?” (Gen. 3: 1). “Pero temo que como la serpiente con
su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la
sincera fidelidad a Cristo.” (II Cor. 11:3). Dios no habla de una bestia cuando menciona
una serpiente, sino una persona. Esto es meramente una declaración de lo que Dios
piensa del diablo. En ningún lado de la Escritura dice que Satanás estaba en la
serpiente, sino que dice que la serpiente era el diablo. “Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2).

2. La naturaleza del pecado. “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que
sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y
comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” (Gen. 3:4-6). Ahora todo
estaba bien con el fruto; era un buen fruto, pero pesaba sobre él la prohibición de Dios.
a. El dudó del Amor de Dios. Al dudar del Amor de Dios, el hombre negó la bondad de
Dios, y actuó aparte de Dios y se convirtió en un pecador. “Hay camino que al hombre le
parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.” (Prov. 14:12). Ver también Isaías 55:6.
b. El dudó de la Palabra de Dios. Al dudar de la Palabra de Dios, el hombre negó Su
Verdad; y negando Su Verdad, el avanzó a pesar de Dios y se convirtió en un criminal.
“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la
ley.” (I Juan 3:4).
c. El dudó de la Autoridad de Dios. Y al dudar de la Autoridad de Dios, el hombre negó la
Deidad de Dios; y negando Su Deidad, llego a ponerse en contra de Dios. Y entonces,
llegó a ser un enemigo de Dios y un rebelde en el Universo de Dios. “Por cuanto los
designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:7, 8).
La prueba fue dada para ver si el hombre permanecería fiel ante Dios. El falló porque
quiso ser un dios. El diablo mismo falló (Is. 14), porque quiso ser como el Dios Altísimo.
Esto trajo su caída, así que el plantó la semilla de la falsa ambición en Adán y Eva para
ver si esto provocaba la caída de ellos, y lo logró.
Alguien puede preguntar, “¿Fue justo esto para con ellos?” Ellos fueron alertados y
ubicados en guardia contra Satanás. Además había una sola prohibición en el jardín.
Ellos no necesitaban el fruto; ni les faltaba nada.

3. Los efectos del pecado.


a. Inmediatamente afectó sobre Eva.
(1) Vergüenza. “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.”
"Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos;
entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales." (Gen. 2:25; 3:7). Dios
mismo se viste con vestiduras de luz (Sal. 104:2); y cuando El hizo al hombre, lo hizo a
Su propia imagen y semejanza. Por eso, algunos creen que el hombre también estaba
vestido con ciertas vestiduras de luz. Cuando el hombre peco, esas vestiduras de luz se
perdieron, y se hizo a si mismo delantales de hojas de higuera para reemplazar lo que se
había perdido. Desde entonces, el hombre ha tratado de ponerse lo que ya una vez le fue
dado, pero no tiene nada sino trapos sucios.
(2) Miedo. “Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y
me escondí.” (Gen. 3:10). El hombre todavía trata de esconderse de Dios.
(3) Separación de Dios. No hay duda de que el hombre perdió su naturaleza perfecta y
terminó su comunión con Dios. No hay tal cosa como la Paternidad universal de Dios y la
hermandad de los hombres, del hombre natural, del hombre no salvo.
(4) Expulsión del Jardín. “Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra
de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén
querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el
camino del árbol de la vida.” (Gen. 3:23, 24). El hombre fue expulsado y sacado del
jardín.
(5) Perdió su señorío sobre la creación. En el principio Adán ciertamente fue el soberano
de las criaturas terrenales: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.” (Sal. 8:6-8). Esto no se aplica al hombre de
hoy. El ha perdido ese señorío. Cristo lo recuperará para el hombre cuando el retorne
(Heb. 2 y Is. 11).
b. Consecuencias sobre la descendencia de Adán.
(1) El espíritu en tinieblas. “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis
como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia
que en ellos hay, por la dureza de su corazón;” (Ef. 4:17, 18). La oscura habitación del
entendimiento permanece a oscuras hasta que el Espíritu Santo la ilumina.
(2) Su alma se corrompió. Hablando de no creyentes, dice, “los cuales, después que
perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase
de impureza.” (Ef. 4:19). Ver también Jeremías 17:9.
(3) El cuerpo quedó sujeto a enfermedades y muerte. “porque también la creación misma
será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.”
(Rom. 8:21).

4. Los efectos sobre el pecado.


a. La expresión inmediata del Juicio de Dios.
(1) Sobre la serpiente. “Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita
serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho
andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás
en el calcañar.” (Gen. 3:14, 15). Satanás, en toda su majestad, no es nada, sino que es
considerado una serpiente. Una serpiente que se arrastra sobre el polvo por siempre,
esto muestra la condición en la que quedó el diablo.
(2) Sobre la Mujer. “A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus
preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se
enseñoreará de ti.” (Gen. 3:16).
(3) Sobre la Creación. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y
comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por
tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18).
(4) Sobre el Hombre. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la
tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” (Gen. 3:19).
Ver también Génesis 5:29.
b. La expresión futura del juicio de Dios. “Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos
tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Ap.
21:8).

5. La provisión para el pecador. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu


simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
(Gen. 3:15). En la hora que el hombre pecó, Dios prometió un Redentor. La Simiente de
la mujer es el Señor Jesucristo. “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de
pieles, y los vistió.” (Gen. 3:21). Cuando ellos se dieron cuenta de su desnudez, se
cubrieron con delantales de hojas de higuera. Pero Dios los vistió con túnicas de pieles.
A los efectos de de cubrir la desnudez, las hojas de higuera son tan buenas como las
pieles de animales; sin embargo entendemos que debía derramarse sangre. “Porque sin
derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.” Ellos debían ser cubiertos con
aquello que fue sacrificado por sus pecados. Del mismo modo, los pecadores hoy deben
ser revestidos con la justicia de Aquel que murió por ellos.

B. Los hijos caídos de Adán.

1. Su posición.
a. En Adán. “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre
la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:21, 22). Ver también I Corintios 15:45, 47;
Romanos 5:12-21. Solamente hay 2 hombres representativos en el mundo: el primer
hombre y el segundo hombre; el primer Adán y el postrer Adán. Todos los seres humanos
nacen en Adán; todos los nacidos de nuevo están en Cristo.
b. En pecados y culpas. “¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna
manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;” (Rom. 3:9, 10). Ver también Romanos 3:19.

2. Su estado. Por su estado, queremos referirnos a su condición espiritual; eso es, la


ausencia de justicia en su vida espiritual.
a. Pecaminoso por naturaleza. “He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5). Ver también Efesios 2:3; Génesis 6:5;
Jeremías 17:9; Romanos 8:7; Galatas 5:19-21.
b. Pecaminoso en práctica. “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos,
rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia
y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.” (Tito 3:3). Ver también
Romanos 3:23; Colosenses 1:21; Salmo 14:1-3.
c. Perdidos en pecados. “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido.” (Lucas 19:10). Ver también Isaías 53:6; II Corintios 4:3, 4.
d. Espiritualmente muertos. “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en
vuestros delitos y pecados," "aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),” (Ef. 2: 1, 5). El cuadro de Dios del
pecador es el de un hombre muerto. El pecador esta separado de Dios y no puede
moverse en las cosas de Dios.
e. Bajo la ira de Dios. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad
e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;” (Rom. 1:18). Ver
también Juan 3:36.
f. Esperando su muerte física. “Y de la manera que está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio," (Heb. 9:27).
g. Rumbo al infierno. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al
lago de fuego.” (Ap. 20:15). Ver también Apocalipsis 21:8.

III. EL HOMBRE EN SU ESTADO DE GRACIA

A. Su Posición

1. En Cristo. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados.” (I Cor. 15:22). Ver también I Corintios 15:21, 45, 47; Romanos 5:12-21.

2. En Perfección. “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.” (Ef. 1:4, 6).
No hay cargos contra el que es Cabeza; y, por tanto, no puede haber cargos contra el
Cuerpo.

B. Su Estado.

Hablamos de su condición espiritual. Sus diferencias respecto al hombre aun no


creyente. En la vida del creyente la justicia esta presente, la justicia del Señor Jesucristo.

1. Una nueva criatura. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas” (II Cor. 5:17). Ver también II Pedro 1:4;
Galatas 6:15; Juan 3:16. Regeneración es una re-creación. Solo Dios puede crear; y solo
Dios puede re-crear.

2. Salvo. “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras,
sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos,” (Il Tim. 1:9). Ver también Efesios 2:8,9.

3. Muerto al pecado. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos
para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11). “quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24).

4. Hijo de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12). “pues todos sois hijos de Dios por la
fe en Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26).

5. Bajo el favor de Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, ” (Ef. 1:3).
Ver también Romanos 5:2.

6. Esperando a Dios y su Gloria. “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la
humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con
el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Fil. 3:20,21).
7. Seguros de ir al Cielo. “Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para
su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (II Tim. 4:18). Ver
también I Pedro 1:4.

C. Sus 2 Naturalezas.

“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y


éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:17). Este texto no
podría describir a cualquier persona, sino a un hombre salvo. El pecador inconverso
tiene una sola naturaleza; el hijo de Dios tiene 2 naturalezas. Cada creyente genuino
experimenta la lucha de la cual Pablo habla. Esta lucha esta ilustrada por la casa de
Abraham. El tenía 2 hijos, Ismael, el mayor; e Isaac, el menor. Ismael representa al que
ha nacido en la carne, mientras que Isaac al que es nacido del Espíritu. El problema
comenzó cuando Isaac llegó a esa casa. Y el problema comienza para el hombre cristiano
cuando la nueva naturaleza impartida por Cristo llega a su vida.

1. La descripción de la vieja naturaleza.


a. Nombres y Características.
(1) La Carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es.” (Juan 3:6). Ver también Romanos 7:18, 23; 8:9. Al hablar de “la carne” no
hablamos de "músculos", los cuales son parte del cuerpo humano, sino más bien de
naturaleza carnal, la cual poseemos desde nuestro nacimiento. No hay tal cosa como un
ser en la carne; la carne esta en nosotros. “Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no
mora el bien” (Rom. 7:18a). Ver también Juan 6:63; Romanos 8:8. No hay tal cosa como
una persona nacida con una “chispa divina” en su interior.
(2) El hombre natural. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.” (I Cor. 2:14). Eso es lo que el hombre es por naturaleza, por su
nacimiento natural.
(3) El viejo hombre. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente
con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado.” (Rom. 6:6). Ver también Efesios 4:22; Colosenses 3:9. Esto es el hombre viejo,
lo que éramos: corrupto, lleno de maldad y deseos de lujuria.
(4) El hombre exterior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre
exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.” (II Cor. 4:16).
(5) El corazón. “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias,
las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Marcos 7:21-23).
Oímos a menudo de un cambio en el corazón del hombre, pero eso es imposible, solo Dios
puede darnos un nuevo corazón.
(6) La mente carnal. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;” (Rom. 8:7).
(7) Pecado. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado
la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Rom.
5:12). La palabra “pecado” se refiere a la naturaleza caída del hombre, mientras que
“pecados” se refiere a las acciones de dicha naturaleza.
b. El carácter y el fin.
(1) Es una naturaleza adánica. Significa que Adán cayo, y sus descendientes son, por lo
tanto, hijos caídos de aquel padre caído.
(2) Es una naturaleza heredada. Recibimos nuestra naturaleza caída de Adán.
(3) Es una naturaleza malvada. El capitulo 8 de Romanos expone este concepto.
(4) Es una naturaleza incambiable. “Lo que es nacido de la carne, carne es” (Juan 3:6a).
Mientras el hombre viva, esa naturaleza caída permanece en él. Será erradicada
solamente al momento de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de
los que estén vivos en Cristo, a la hora de buscar a su iglesia.
(5) Su fin es la muerte. “Porque la paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23a). Ver también
Romanos 8:5-13.

2. La descripción de la nueva naturaleza.


a. Sus nombres y características.
(1) Espíritu. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es.” (Juan 3:6).
(2) Naturaleza divina. “Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina,
habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;” (II
Pedro 1:4). Ver también I Juan 3:9; 5:18, 19.
(3) El nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad.” (Ef. 4:24). Ver también Colosenses 3:10; II Corintios 5:17.
(4) El hombre interior. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre
exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. ” (II Cor.
4:16). “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ver
también Efesios 3:16.
(5) Mente. “Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:25).
b. Su carácter y fin.
(1) Es la naturaleza de Cristo.
(2) Es una naturaleza impartida.
(3) Es una naturaleza santa.
(4) Es una naturaleza que ya no cambia.
(5) Es una naturaleza no penalizada.

Versículos 1 y 2 de I Juan 2 hablan de la relación de los santos con el Padre. Aun cuando
los santos pequen es un asunto familiar.
(6) Su fin es resurrección y arrebatamiento. “He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de
ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto
corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad... Mas gracias
sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. (I Cor.
15:51-53, 57).

3. El conflicto entre las 2 naturalezas.


a. La experiencia del creyente. Cada hijo de Dios tiene 2 naturalezas; el hombre
inconverso tiene una sola. La vieja naturaleza no puede ser erradicada mientras el
creyente viva en su cuerpo terrenal; por lo tanto, enfrentamos la lucha entre la vieja y la
nueva naturaleza. “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” (Gal. 5:
17). Romanos 7:15-25 es otro ejemplo ilustrando esta verdad. De todos modos, alguien
podría declarar que este pasaje muestra un conflicto en la vida de Pablo antes de ser
salvo, pero un versículo en este pasaje claramente revela que este conflicto, que se
describe tan vividamente, ocurrió después de haber sido salvo: “Porque según el hombre
interior, me deleito en la ley de Dios; ” (Rom. 7:22). Ningún inconverso puede deleitarse
en la ley de Dios. También, solo el hombre salvo tiene un hombre interior, el cual es la
nueva naturaleza.
b. La responsabilidad del creyente.
(1) En relación a su vieja naturaleza.
(a) Acepta la apreciación de Dios sobre ella. “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que
no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si
morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo,
habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para
Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro. ” (Rom. 6:6-11). Esta es una verdad que debe ser destacada:
nunca se dice que el viejo hombre deba ser crucificado en el creyente, sino que es
crucificado con Cristo. ¡Es una realidad! ¡Acéptelo! Y no es una cuestión de
sentimientos, sino de fe. Toda esta verdad es según el punto de vista de Dios. Desde el
punto de vista del creyente, él sabe que la vieja naturaleza, el viejo hombre, no está
muerto; está bien vivo. La Escritura dice, “consideraos muertos al pecado.” Si la vieja
naturaleza estuviese muerta, el creyente no tendría que considerarse así; pues lo sabría.
(b) No hace provisión para la carne. “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para
los deseos de la carne" (Rom.13:14). En otras palabras, no alimentes la carne, más bien
prívale de alimento.
(c) Mortifica la carne. “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; ” (Col. 3:5). Un término
mas fuerte es, “Pon tus miembros en muerte o a morir.” Las palabras “ya casi muerto”
(Heb. 11:12) tienen la misma terminología.
(d) Nunca trata de mejorarla. “ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como
instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. ” (Rom. 6:13).
(e) Se despoja de ella. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, ” (Ef. 4:22). La misma
palabra se traduce “echándole fuera” en Hechos 7:58.
(2) En relación a la nueva naturaleza.
(a) Se considera vivo para Dios. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado,
pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Rom. 6:11).
(b) Camina en vida nueva. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Ef.
2:10). Ver también Romanos 6:14; 7:6.
(c) La alimenta y la nutre. “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ” (I Pedro 2:2). Alimentamos la
nueva naturaleza por la exposición a la Palabra de Dios, y no por la exhortación de
hombres. Sabemos que tenemos 2 naturalezas, y bueno es considerar que el alimento de
una será hambre para la otra. Es el cristiano individualmente quien debe decidir cual
hombre o naturaleza va a alimentar. No puede alimentar ambas al mismo tiempo.
(d) Se viste del nuevo hombre. “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la
justicia y santidad de la verdad. ” (Ef. 4:24).
(e) Depende del poder del Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con
el cual fuisteis sellados para el día de la redención. ” (Ef. 4:30). “Por lo demás, hermanos
míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” (Ef. 6:10). “No con ejército, ni
con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6b).

Capítulo 5

Hamartiologia - La Doctrina del Pecado

HAMARTIOLOGIA

I. El Origen del Pecado.


A. La entrada del pecado en el universo.
B. La introducción del pecado en la raza humana.

II. La realidad del pecado.


A. La Escritura declara el Hecho del Pecado.
B. La naturaleza proclama el Hecho del Pecado.
C. La Ley descubre el Hecho del Pecado.
D. La Experiencia comprueba el Hecho del Pecado.
E. El Hombre confiesa el Hecho del Pecado.

III. La Naturaleza del Pecado.


A. El punto de vista moderno del pecado.
B. El punto de vista Bíblico del Pecado.
C. La Declaración Escritural del Pecado.
D. Las Definiciones Teológicas del Pecado.
E. El Sumario de las Escrituras concernientes al Pecado.

IV. La Extensión del Pecado.


A. Por los cielos.
B. Por la Tierra.

V. El alcance del Pecado.


A. Como Hecho.
B. Como Estado.
C. Como Naturaleza.

VI. La Penalidad sobre el Pecado.


A. La Penalidad Natural.
B. La Penalidad Activa.

Capítulo 5

HAMARTIOLOGIA

Hamartiología se deriva de la palabra griega: hamartía, que significa “errar al blanco,


pecado.” De modo que, hamartiología es la doctrina del pecado.

I. EL ORIGEN DEL PECADO

A. La Entrada del Pecado en el universo.

Consultando Ezequiel 28:11-19, vemos que fue Lucifer quien introdujo el pecado en el
universo: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a
causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que
miren en ti. ” (v. 17). No había pecado antes que Lucifer pecara y se convirtiera en
Satanás. Su pecado, el primero en el universo, fue cuando el eligió su voluntad por
encima de la voluntad de Dios, deseando ser igual a Dios. ¿Por qué Dios permitió que el
pecado entrara en el universo? Esa es una pregunta que Dios no nos ha respondido aun.

B. La introducción del pecado en la raza humana.

Así como hay pecado en la raza humana, debe haber habido un principio del pecado. Si
no hubiese un principio para el pecado, el hombre hubiese sido creado en pecado, y
entonces, Dios sería el creador del pecado; pero no lo es. El pecado entró en la raza
humana a través del engaño y la desobediencia, motivados por la incredulidad o la duda.
“Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión.” (I
Tim. 2:14). ¿Por qué Dios permitió que el hombre pecara? La única posible respuesta
que podemos dar está en Efesios 2:7: “para mostrar en los siglos venideros las
abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”
II. LA REALIDAD DEL PECADO

A. La Escritura declara el Hecho del pecado.

“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). “Mas la
Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo
fuese dada a los creyentes. ” (Gal. 3:22).

B. La Naturaleza proclama el Hecho del pecado.

“Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto
hasta ahora; ” (Rom. 8:22).

C. La Ley descubre el Hecho del pecado.

“ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque
por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20). El Apóstol Pablo pensó
que era libre del pecado hasta que se miró en el espejo de la Ley de Dios: “Pero yo no
conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera:
No codiciarás.” (Rom. 7:7b).

D. La Experiencia comprueba el Hecho del pecado.

Las experiencias de Moisés, David, Pedro y Juan revelan la realidad del pecado. Aun
nuestra propia experiencia honestamente la declara.

E. El hombre confiesa el hecho del pecado.

1. Los Santos lo reconocen. Fue Job quien dijo, “Yo soy vil, y me aborrezco.” Isaías
declaró, “Ay de mi, hombre inmundo de labios.” Daniel, de quien nada pecaminoso se
menciona, dijo, “hemos pecado.” Pedro clamó, “apártate de mi, que soy hombre pecador.”
Pablo escribió, “Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; de los cuales yo soy
el primero.” Lutero reconoció: “Tengo más miedo de mi corazón que del Papa y de todos
los Cardenales.” Moody dijo, “El hombre con el cual tengo más problemas es aquel que
camina bajo mi sombrero.”

2. Los pecadores lo reconocen. Las Escrituras abundan de confesiones de pecadores y de


sus pecados: Faraón declaró, “He pecado esta vez ” (Ex. 9:27b). Acán respondió, “he
pecado contra Jehová” (Josué 7:20b). Balaám admitió, “Yo he pecado,” (Num. 22:34b). Y
aun Judas, quien traicionó al Señor, dijo, “yo he pecado” (Mateo 27:4).

III. LA NATURALEZA DEL PECADO

A. El punto de vista moderno sobre el pecado.

1. La sociedad lo llama indiscreción.

2. Los educadores lo llaman ignorancia.

3. Los evolucionistas lo llaman trato de bestias.

4. Los científicos pseudo cristianos lo enseñan como ausencia de lo bueno.

5. El hombre carnal lo excusa como debilidad amable.


6. Los nuevos teólogos lo declaran como mero egoísmo.

B. El enfoque bíblico del pecado.


1. Pecado es perder la marca, errar al blanco. “por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, ” (Rom. 3:23). Ver también Romanos 5:12. Pecado
significa “no acertar con la divina puntería”

2. Pecado es Trasgresión. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el
pecado es infracción de la ley. ” (I Juan 3:4). La trasgresión de la Ley puede ser casual o
intencional. Aun así, en ambos casos es pecado. Había pecado antes de la Ley, pero no
era trasgresión. Ver Números 4:15; Josué 7:11, 15; Isaías 24:5; Daniel 9:11; Oséas 6:7;
8:1.

3. Pecado es la distorsión de lo que es recto. “Y David dijo a Jehová, cuando vio al ángel
que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego
que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre.” (II Sam. 24:17). Ver
también Romanos 1:18; 6:13; II Tesalonicenses 2:12; II Pedro 2:15; I Juan 5:17.

4. Pecado es rebelión contra Dios. “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová:
Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. ” (Is. 1:2). Ver también II
Tesalonicenses 2:4, 8.

5. Pecado es una deuda. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros


perdonamos a nuestros deudores.” (Mat. 6:12). Ver también Lucas 11:4. Las palabras
“ordenado” (Lucas 17:10), “debéis” (Juan 13:14) y “debemos” (II Tes. 2:13) provienen todas
de una misma raíz en el griego que denota deuda.

6. Pecado es desobediencia. Pecado es una falta en responder a Dios. “en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de
la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, ” (Ef. 2:2).
Ver también Efesios 5:6; Juan 3:36.

7. Pecado es una desviación ante los requerimientos de Dios. Esto significa una caída;
cada ofensa contra Dios es una caída. Pecado es siempre una caída que hiere. “Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial;” (Mat. 6:14). Ver también Galatas 6:1; Romanos 5:15-20.

8. Pecado es incredulidad. “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí


mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio
que Dios ha dado acerca de su Hijo.” (I Juan 5:10).

9. Pecado es impiedad. “mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su
fe le es contada por justicia.” (Rom. 4:5). “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a
su tiempo murió por los impíos.” (Rom. 5:6). Ver también I Timoteo 1:9; I Pedro 4:18; II
Pedro 2:5, 7; Judas 4, 15.

10. Pecado es iniquidad. Esto significa un proceder equivocado ante el orden moral del
universo. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gal. 5:19-21). Ver también
Colosenses 3:5-9; Marcos 7:19, 20.
C. La declaración escritural del pecado.

“Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.” (I Juan 5:17). Ver también I
Juan 3:4; Proverbios 14:21; 21:4; 24:9; Romanos 3:23; 6:23; I Samuel 15:23; Jeremías
3:25; 14:7; Santiago 2:9; 4:17; Romanos 14:23.

D. La definición teológica del pecado.

1. Pecado es la transgresión de la Ley de Dios, o la falta de conformarse a la ley de Dios.

2. Pecado es la deficiencia de amar a Dios y a los hombres.

3. Pecado es dar preferencia al ego en vez de a Dios.

4. Pecado es insubordinación.

5. Pecado es falta de conformidad con Dios o su Ley Moral en acto, disposición, o estado.

6. Pecado es lo que no deberíamos ser.

E. Sumario de la Escritura concerniente al pecado.

1. Hacia Dios.
a. Rebelión. “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría
la obstinación.” (I Sam. 15:23a).
b. Falla en la supremacía de amar a Dios. “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deut. 6:5).

2. Hacia la Ley de Dios.


a. Transgresion voluntaria. “Mas la persona que hiciere algo con soberbia, así el natural
como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de en medio de su pueblo.”
(Num. 15:30).
b. Violación de la Ley en ignorancia. “Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una
cabra de un año para expiación.” (Num. 15:27). Ver también Hebreos 9:7.

3. Hacia los hombres.


a. Injusticia. “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del
jornalero en tu casa hasta la mañana.” (Lev. 19:13).
b. Falla en amar al prójimo como a nosotros mismos. “No te vengarás, ni guardarás
rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.”
(Lev. 19:18).

4. Hacia nosotros mismos.


a. Egoísmo. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su
alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mat. 16:26).
b. Corrupción. “He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5).

IV. La Extensión del Pecado

A. En los cielos.

La Escritura revela el hecho de que tanto el pecado como la salvación comienzan en el


cielo y se extienden a la tierra. El pecado comenzó en el cielo con la caída de Satanás (Ez.
28). La salvación es completada en el cielo con la obra mediadora de Cristo (Heb. 9:24).
B. En la tierra

1 El reino vegetal. “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y


comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por
tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo.” (Gen. 3:17, 18). Isaías 55:13 revela el
acontecimiento bendito de que la maldición será quitada del reino vegetal cuando Cristo
venga: “En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será
a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.”

2. El reino animal. Antes de la caída de Adán no había animales carnívoros. Isaías 11:6-
9 nos dice que esto también será removido al tiempo de la segunda venida de Cristo:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león
y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán,
sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho
jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna
de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será
llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.”

3. La raza humana.
a. La universalidad del pecado. Todos los hombres son pecadores: “por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,” (Rom. 3:23).
b. La totalidad del pecado. Todo en el ser humano es pecaminoso, su cuerpo, alma y
espíritu. “Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. . . . No hay temor de Dios delante de
sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley,
para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:12,
18, 19.)

V. El alcance del pecado

A. Como un hecho.

El hombre comete pecados por su conducta.

B. Como un estado.

El hombre carece de justicia.

C. Como una naturaleza.

El hombre fue concebido en pecado, nació en pecado, y es, por lo tanto, un pecador por
naturaleza.

VI. La penalidad del pecado

A. La penalidad natural.

Esto se ilustra mejor con el caso de un niño que come algún alimento prohibido. Y
desobedece y come demasiado, al punto de llegar a enfermarse. La consecuencia natural
de su desobediencia fue su enfermedad. La penalidad natural del pecado es enfermedad,
desilusión y muerte física.

B. La penalidad activa.
Continuando con el mismo ejemplo, vemos que la penalidad natural fue que el niño se
enfermara. La penalidad positiva (o activa) es la disciplina que recibe del padre, la cual se
describe con las siguientes palabras:

1. Muerte. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro. ” (Rom. 6:23). Muerte, en las Escrituras, no significa
“aniquilación” o “completa destrucción.” No hay lugar en la Palabra de Dios donde la
palabra “aniquilación” se pueda sustituir por “muerte.”
a. Muerte espiritual. “Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta.” (I Tim.
5:6).
b. Muerte eterna. “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la
muerte segunda.” (Ap. 20:14). “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con
nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al
evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, ” (II Tes. 1:7, 8, 9). Ver
también Apocalipsis 20:12; 21:8. No había muerte antes de que el pecado llegara a la
vida del hombre. El hombre fue creado para morar con Dios para siempre. Entonces la
muerte “pasó a todos los hombres” (Rom. 5:12). La palabra “pasó” se traduce
“traspasará” en Lucas 2:35; “pasar por” en Mateo 19:24 y en I Corintios 10:1.

2. Perdición. “Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los
que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para
que la Escritura se cumpliese.” (Juan 17:12). La palabra “Perdición” es la misma que
“perezca” (Juan 3:16) y “destruir” (Mat. 10:28).

3. Condenación. “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido


condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:18). La
palabra “condenación” es un término legal, e indica una decisión judicial. Esta misma
palabra, “condenación,” aparece en Juan 5:29, y como “castigo” en Mateo 11:22, 24; II
Pedro 2:4, 9; 3:7; I Juan 4:17; Judas 6.

4. Culpa. “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley,
para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ” (Rom. 3:19).

5. Perdición. “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para
que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un
mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por
los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros
de salvación; y esto de Dios. ” (Fil. 1:27, 28). Ver también Juan 17:12; II Tesalonicenses
2:3; Hebreos 10:39; II Pedro 3:7; Apocalipsis 17:8, 11. Esta misma palabra “perdición”
aparece en Mateo 7:13: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.” Ver
también Romanos 9:22; Filipenses 3:19; II Pedro 3:16. (En el Nuevo Testamento la
palabra “destrucción” significa “ruina”.) En Mateo 26:8 se traduce “desperdicio”: “Al ver
esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?” En Mateo 9:17
aparece como “se pierden”: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres
se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres
nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”

6. Castigo. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). No
hay diferencia entre esta Escritura y Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama,
disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” Pero castigo es para los pecadores
inconversos, disciplina es para los santos.
7. Eterno. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:46). Ver
también Judas 6; II Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 20:10; 14:11.

Algunos dicen que las palabras “por siempre” y “eterno” significan “una larga vida, una
edad”, en otras palabras, dicen que los pecadores culpables sufrirán el fuego del infierno
solamente por un tiempo; y después de ser purificados, disfrutaran vida eterna con el
resto de los santos de Dios. Pero a esto decimos, “si el infierno y la condenación no son
por siempre y eternos, entonces tampoco hay tal cosa como vida eterna, ni eterna
salvación.” Es que la misma palabra “eterna,” o “para siempre,” es usada para referirse a
Dios, “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que
sirváis al Dios vivo?” (Heb. 9:14). “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las
Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a
todas las gentes para que obedezcan a la fe,” (Rom. 16:26). Si el castigo en el infierno no
fuese eterno, tampoco la salvación sería eterna, y ¡Dios no sería eterno! ¡Pero lo es! Así
que la salvación es eterna y el castigo es eterno.
Gloria sea al Dios Eterno.

Capítulo 6

Soteriología - La Doctrina de la Salvación

SOTERIOLOGIA

I. Arrepentimiento.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Manifestación.
D. Condición.
E. Definición.

II. Fe.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Donación.
D. Centralización
E. Producción.

III. Regeneración.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Necesidad.
D. Condición.

IV. Justificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Ilustración.
E. Manifestación.
V. Santificación.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Condición.
D. Definición.

VI. Adopción.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.
C. Originación.
D. Consumación.
E. Manifestación.

VII. Redención.
A. Citas bíblicas.
B. Explicación.

VIII. Oración.
A. Afirmación.
B. Delineación.
C. Explicación.
D. Estimulación.
E. Ilustración.
F. Regulación.
G. Condición.
H. Limitación.
I. Mediación.

Capitulo 6

SOTERIOLOGIA

Soteriología es la Doctrina de la Salvación.

I. ARREPENTIMIENTO

A. Citas bíblicas.

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 3:1, 2). “Desde entonces
comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado.” (Mat. 4: 17). Pablo testifico “testificando a judíos y a gentiles acerca del
arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos 20:21).
“Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Ap. 3:19).
Ver también Marcos 6:12; Lucas 24:47; Hechos 2:38; 11:18; 26:20; II Pedo 3:9.

Para aquellos que dicen que el arrepentimiento no debe ser predicado hoy, y que no es
esencial para la salvación, apuntamos que el arrepentimiento fue predicado por Juan el
Bautista, el Señor Jesucristo, y el apóstol Pablo. El arrepentimiento fue proclamado antes
de Pentecostés, en Pentecostés, y después de Pentecostés. “Os digo: No; antes si no os
arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:5).

B. Explicación.

1. No es simple reforma. Arrepentimiento es totalmente un acto interno de la mente.


Para muchos significa volverse de sus pecados, pero si fuera así, seria reformación o
reforma. Arrepentimiento no es hacer algo, como un hecho, porque ningún hombre es
salvo por hacer algo. Un hombre puede volverse de sus pecados y todavía no ser un
cristiano.
2. No es contrición. Queremos decir con esto que el arrepentimiento no es una agonía del
alma por el pecado. Muchas personas encarceladas están tristes. ¿Todos están tristes
por los crímenes que cometieron? No. Muchos están tristes porque fueron apresados.
Creemos, de todos modos, que en un caso genuino de arrepentimiento, el pecador estará
triste por su pecado. La tristeza por el pecado no es arrepentimiento, pero puede llevar
al arrepentimiento. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. ”
(II Cor. 7:10).

3. No es Penitencia. Penitencia es una expresión de tristeza (por algún hecho) que se


hace para pagar por el pecado; es algo como un juicio.

4. Es un cambio de mente. El sentido literal de la palabra arrepentimiento es


“pensamiento posterior” o “reconsideración.” Por “cambio de mente” no queremos
significar un “cambio de opinión”; un “cambio de mente” es la sustitución de una vieja
mente por una nueva. Es nueva en carácter. Verdadero arrepentimiento es un cambio de
mente que conducirá a un cambio de acción, pero déjeme aclararle que es posible un
cambio de acción sin un cambio de mente. Un buen ejemplo de arrepentimiento
encontramos en Mateo 21:28, 29:
“Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo,
vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido,
fue.”

Antes de que alguien pueda ser salvo debe haber arrepentimiento. Debe haber un cambio
de mente sobre muchas cosas: pecado, ego, Dios y Jesucristo. “que con mansedumbre
corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer
la verdad, ” (II Tim. 2:25).

Arrepentimiento es poner sus pensamientos del lado de Dios. Arrepentimiento es


autojuzgarse.

C. Manifestación.

1. Cambio en el intelecto.

2. Cambio de sentimientos.

3. Cambio de voluntad.

4. Cambio de acción.

D. Condición.

1. Por medio de la bondad de Dios. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad,


paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
(Rom. 2:4). Ver también II Pedro 3:9.

2. Por medio del evangelio de Dios. “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo:
Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de
los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo . . . Así que, los que recibieron su
palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” (Hechos
2:37, 38, 41).
3. Por medio de la enseñanza Escritural. “Porque el siervo del Señor no debe ser
contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que
se arrepientan para conocer la verdad,” (II Tim. 2:24, 25).

4. Por medio de la disciplina de Dios. “Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti
pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.” (Ap. 2:16). Ver también
Apocalipsis 2:5; 3:3; Hebreos 12:6-11.

E. Definición.

El arrepentimiento es una obra de Dios que resulta en un cambio de mente en lo referido


a la relación del hombre con Dios. No es ni tristeza ni penitencia, aunque la tristeza
penitente puede llevar a un cambio de mente. El arrepentimiento es siempre un elemento
de la fe salvadora.

II. FE

A. Citas bíblicas.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá.” (Rom. 1:17). “Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:28). Ver también Mateo 9:22; Hechos
26:18; Romanos 4:5; II Corintios 5:7; Efesios 2:8; Hebreos 11:6; Santiago 5:15; I Pedro
1:5.

B. Explicación.

Una buena definición de fe es: confianza en otros; Dependencia sobre un testimonio. La


verdadera fe está compuesta por los siguientes elementos:

1. Conocimiento. Uno debe estar informado antes de poder tener fe. Esto es cierto tanto
en las cosas de los hombres, como en las cosas de Cristo. Es imposible tener fe en Cristo
sin conocerle por la Palabra. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”
(Rom. 10:17). A veces podemos pedir más fe, pero ese pedido no tiene lugar. Para
incrementar nuestra fe, tenemos que leer más la Palabra de Dios. Antes de que una
persona pueda tener fe, debe conocer que existe.

2. Creencia. El segundo elemento de la fe es la creencia. Toda persona sabe lo que eso


significa, eso es, aceptarlo como la verdad. Las personas pueden saber que hay un
salvador por el nombre de Jesús, y creer que El puede salvar. Aun así, esto no es fe
salvadora. Para tener fe en una silla, uno debe saber que existe, y creer que puede
sostenerlo. Todavía eso no es fe completa en la silla, hasta que el tercer elemento se
involucra, y eso es:

3. Confianza. Una cosa es saber que Cristo murió, y creerlo; otra cosa es confiar en El, el
Salvador muerto y resucitado, para salvación personal. Tomemos la silla de nuevo por
ejemplo: Uno puede saber que la silla existe, y creer que puede sostenerlo, pero la fe no es
ejercida hasta que se siente en ella. ¿Está usted confiando completamente en Cristo para
su salvación?

4. Reposo. Esto significa completo reposo en Cristo. Cuando alguien se acuesta sobre
una cama, se relaja y descansa. Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo,
deberíamos relajarnos y descansar en El.
C. Donación.

1. De Dios el Padre. “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre
vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de
sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Rom. 12:3).

2. De Dios el Hijo. “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por
el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.” (Heb. 12:2).

3. De Dios el Espíritu Santo. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría;
a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a
otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.” (I Cor. 12:8, 9).

D. Centralización.

El objeto de fe es Cristo, y sólo El.

E. Producción.

El fin de la fe es la salvación. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef. 2:8, 9).

III. REGENERACION

A. Citas bíblicas.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios. . . Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3, 5).
Nosotros somos “renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (I Pedro 1:23). “Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no
puede pecar, porque es nacido de Dios.” (I Juan 3:9). Ver también I Juan 2:29; 5:4, 18.

B. Explicación.

1. No es una Reforma. Algunas personas piensan que por dar vuelta una nueva hoja uno
llega a ser un hijo de Dios. Algunas personas dejan de beber por problemas del corazón,
no porque saben que es pecado contra Dios. Aunque pudiese cesar de cometer todo
pecado; aun así no sería regeneración.

2. No es Conversión. Muchas vece hablamos de regeneración como conversión, pero, en


realidad, “conversión” significa volverse. La persona salva puede convertirse (volverse)
aun después de ser salvo, como por ejemplo Pedro.

3. No es Confirmación. Algunas iglesias, mientras administran cierto ritual eclesiástico,


afirman que los participantes (comúnmente niños de 12 o 13 años de edad) reciben el
Espíritu Santo con la unción de aceite. Esta es una falsa doctrina. Uno no recibe el
Espíritu Santo por el procedimiento de un hombre, sino por recibir a Cristo como
salvador personal.

4. No es por agua bautismal. No hay fe salvadora en toda el agua del mundo. Alguien
puede preguntar, entonces, “¿por qué debemos ser bautizados?” Porque aspiramos a una
buena conciencia delante de Dios (I Pedro 3:21b). Es una ordenanza que nos identifica
públicamente con la muerte, la sepultura y resurrección de Cristo, y nada más.

5. No es membresía en alguna iglesia. Se nos amonesta en Hebreos10:25 para no dejar


de reunirnos como algunos ya lo tienen por costumbre. De todos modos, esto no trae
cambio en el corazón del pecador. Recuerda, la palabra “iglesia” significa “asamblea de
llamados afuera.” Pero convocar una asamblea humana no puede dar salvación. Algunos
creen que la iglesia salva. Pero, acaso hay alguna asamblea en la tierra que pueda dar
salvación? Puede una compañía de llamados afuera hacer a una persona hijo de Dios?
No. No existe asamblea alguna a la cual le podamos confiar la salvación de nuestra alma.

6. No es tomar la Cena del Señor. No hay eficacia salvadora, o limpieza de pecados, en


participar de los elementos de la Cena del Señor. La Cena del Señor se toma solo en
memoria de Cristo y su obra en el Calvario. Y debemos hacerlo, en memoria de El, hasta
que El vuelva.

7. Es un Nuevo Nacimiento. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (II Cor. 5:17). “Si sabéis que
él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.” (I Juan 2:29).

C. Confrontación.

Cada persona debe nacer de nuevo. Es una necesidad declarada por el Señor mismo.

1. En vista a la depravación del hombre. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que
es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6). Las palabras, “debes nacer de nuevo,”
pueden ser mejor traducidas como, “debes nacer de lo alto.” El hombre debe nacer de lo
alto si ha de vivir algún día arriba en los cielos.

2. En vista a la necesidad universal del hombre. No hay ningún hombre en ningún lugar
que no necesite nacer de nuevo. “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios,” (Rom. 3:23).

3. En vista a la Santidad de Dios. Si alguien va a ser recibido por Dios y va a se hecho un


hijo de Dios por el Justo y Santo Dios, un gran cambio debe tener lugar para hacer a ese
individuo santo. “porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (I Pedro 1:16).

D. Condición.

1. La obra de Dios. El proceso para llegar a ser un hijo de Dios no es por una
regeneración natural. El hombre no se puede regenerar a si mismo. No es asunto de la
voluntad humana, sino de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12, 13).
Hablando en forma práctica, nosotros no tuvimos nada que ver con nuestro primer
nacimiento, y no tenemos nada que ver con este nuevo nacimiento.

2. El elemento humano. Mientras que es Dios quien regenera al pecador que cree, hay un
rol que le corresponde al hombre; ¡él debe creer! “Por gracia sois salvos”; Sí, pero “por
medio de la fe.” “Nadie va al Padre sino por mí.” Sí, Jesús es el camino, pero el pecador
debe venir con fe. El pecador debe recibir a Cristo por su propia fe. Esta es la parte
humana. Dios hace el resto.

IV. JUSTIFICACION
A. Citas bíblicas.

"Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo


Jesús,” (Rom. 3:24). “sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada,
esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el
cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”
(Rom. 4:24,25). “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1). “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados,
ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y
por el Espíritu de nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). Ver también Romanos 3:26; 5:9; Galatas
2:16, 17; Tito 3:7.

B. Explicación.

Justificar es “reconocer, declarar justo, o mostrar justo a alguien.” Justificar no significa


"hacer justo". Dios declara al pecador que cree como "justo". No lo hace justo.
Justificación es un término legal.

En las cortes humanas, la ley está por encima del Juez. Si el Juez es honesto y justo, él
no puede mostrar misericordia. El debe declarar a la persona inocente o culpable, de
acuerdo a la ley. En la corte de la ley de Dios, el hombre culpable, es traído ante el
estrado del juicio de Dios y puede ser declarado no culpable. Dios esta por encima de su
Ley.

En las cortes humanas, una persona culpable podría ser perdonada, el crimen podría ser
perdonado pero no pagado. En la corte de Dios no es así. Todos los pecados deben ser
pagados por el castigo del pecador. Tres cosas son incorporadas en la justificación de
Dios.

1. Perdón. “Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, esto,
varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo
aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo
aquel que cree.” (Hechos 13:37-39).

Otro ha pagado por lo pecados de este pecador, su sustituto, el Señor Jesucristo. Dios
nunca perdona a un pecador aparte de su perdón en Cristo.

2. Imputación. “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en


cuyo espíritu no hay engaño.” (Sal. 32:2). “Bienaventurado el varón a quien el Señor no
inculpa de pecado.” (Rom. 4:8). “Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero
donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Rom. 5:13).

Imputación significa “poner algo a cuenta de.” Por lo tanto, la justicia de Cristo es puesta
a cuenta de los pecadores que creen en El. Todos los pecados de los creyentes fueron
puestos a cuenta de Cristo, El pagó por todos ellos. En cambio, Su justicia fue puesta a
cuenta de los creyentes, y ellos fueron declarados justos, al momento de creer en Cristo.

3. Comunión. “un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”
(Ef. 4:6). Esta es la comunión de Dios y el creyente como padre e hijo. Recuerda, Dios es
Padre solamente de sus hijos, no de los inconversos.

C. Condición.

1. Negativa.
a. No por obras. “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como
deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada
por justicia.” (Rom. 4:4, 5). Ver también Romanos 11:6.
b. No por las obras de la Ley. “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es
evidente, porque: El justo por la fe vivirá;” (Gal. 3:11). Ver también Romanos 3:20;
Galatas 2:16.

2. Positiva.
a. Por Dios. Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el
justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:26). Ver también Romanos
8:33.
b. Por Gracia. “Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme
a la esperanza de la vida eterna.” (Tito 3:7). Ver también Romanos 3:24.
c. Por Sangre. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira.” (Rom. 5:9). Ver también Romanos 3:24, 25.
d. Por Fe. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; ” (Rom. 5:1).
e. Por Resurrección. "sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada,
esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el
cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”
(Rom. 4:24, 25).

D. Ilustración.

1. Abraham (Rom. 4:1-5).

2. David (Rom. 4:6-8).

3. Noé (Heb. 11:7).

E. Manifestación.

1. En obras. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a
su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe
se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y
le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.” (Santiago 2:21-23). La gratitud
es la evidencia de la salvación, y se manifiesta en buenas obras. Muchas veces las
buenas obras son muy, muy débiles, pero Dios acepta la buena voluntad que esta detrás
de ellas.

2. En experiencia. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto,
sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza;
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo
que nos fue dado.” (Rom. 5:1-5).

V. SANTIFICACION

Esta es una fase de la salvación que se confunde mucho hoy en día. El estudiante de la
Biblia se sorprenderá de lo que Dios dice acerca de la santificación. Mucho se dice acerca
de la experiencia, y creemos en la experiencia; pero seamos cuidadosos y dejemos que la
Palabra de Dios interprete nuestra experiencia, en vez de que nuestra experiencia
interprete la Palabra de Dios.
A. Citas bíblicas.

“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;. . .


Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.” (I Tes. 4:3, 7). “a la
iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:” (I Cor. 1:2). “Porque el que santifica y los que son
santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, ”
(Heb. 2:11). “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. ”
(Heb. 12:14). Ver también I Pedro 1:2; Juan 17:17; Éxodo 13:2; Jeremías 2:3; Efesios
1:1. Las palabras “santificación, santidad, y santos” provienen todas de la misma raíz.

B. Explicación.

1. No es mejoramiento de la carne. Nunca se dice en la Escritura que la obra del Espíritu


Santo sea mejorar la vieja naturaleza. El hombre natural no puede entender al Espíritu
Santo. ¿Cómo podría el hombre natural ser mejorado por el Espíritu Santo? Es duro
decirlo, sin embargo, es cierto, la carne del creyente no es mejor que la carne de un
inconverso. La Escritura dice, “Haced pues morir las obras de la carne.”

2. No es erradicación de la naturaleza pecaminosa. Están aquellos que sostienen que un


creyente puede tener una experiencia de purificación que quemará toda su carnalidad,
dejándole sin pecado, y sin la capacidad de cometer pecado. Nosotros prevenimos al
creyente para que compruebe su experiencia por la Palabra de Dios, en vez de tratar de
probar la Palabra de Dios por su experiencia. Aunque el Antiguo Testamento fue escrito
en Hebreo, y el Nuevo Testamento fue escrito en Griego, las palabras “santificación,”
“santidad,” y “santos” todas tienen la misma raíz de significado.

Para aquellos que sostienen que la santificación es una experiencia por la cual la
naturaleza pecaminosa es erradicada, necesitamos volver a la Palabra de Dios y ver como
el concepto de santificación es usado: “Ungirás también el altar del holocausto y todos
sus utensilios; y santificarás el altar, y será un altar santísimo.” (Ex. 40:10). ¿Dónde está
la erradicación aquí? ¿Acaso tenía el altar naturaleza pecaminosa? Aquí tenemos otro
ejemplo: “Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos
has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.” (Ex. 19:23). ¿Tenía el
Monte Sinaí naturaleza pecaminosa? “Y también que se santifiquen los sacerdotes que
se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago. ” (Ex. 19:22). ¿Cómo
podían estos sacerdotes erradicar sus propias naturalezas pecaminosas? “¿al que el
Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios
soy?” (Juan 10:36). Aquí Cristo mismo habla de haber sido santificado. ¡Y no hay
naturaleza pecaminosa aquí! “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también
ellos sean santificados en la verdad.” (Juan 17:19). ¿Significa esto erradicación de la
naturaleza pecaminosa? Por supuesto que no. “Porque el marido incrédulo es santificado
en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían
inmundos, mientras que ahora son santos.” (I Cor. 7:14). Es posible que esposas
creyentes puedan erradicar las naturalezas pecaminosas de sus esposos inconversos? Si
santificación significa erradicación de la naturaleza pecaminosa, necesitamos una
explicación para el siguiente texto: “sino santificad a Dios el Señor en vuestros
corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; ” (I
Pedro 3:15). Cristianos carnales son santificados; eso no habla de erradicación de
naturaleza pecaminosa (I Cor. 1:1, 2 con 3:1, 3).
3. No es santurronería. Santificación no es una devoción hipócrita ni fingida.
Santificación no está marcada por el recorte de la barba, o el uso de medias negras, y
cosas por el estilo.

4. No es una segunda bendición. En II Corintios 1:15 Pablo habla de su confianza de ir a


la iglesia en Corinto para compartirles un segundo beneficio, no una segunda bendición.
Esta epístola fue escrita a personas que ya estaban santificadas (I Cor. 1:2 y 6:11).

5. Es “ser puestos Aparte.” La idea de la raíz de la palabra siempre significa “ser puesto
aparte,” o “separación.” Santificar siempre significa poner aparte con un propósito, ya
sea respecto a un elemento, un santo o un pecador. El hombre no salvo puede separarse,
o santificarse a si mismo al pecado. “Los que se santifican y los que se purifican en los
huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón,
juntamente serán talados, dice Jehová.” (Is. 66:17). Jesús se santificó a si mismo; pero
decir que El erradicó su naturaleza pecaminosa es una blasfemia. El sábado fue
santificado, y nosotros sabemos que el sábado no tiene naturaleza pecaminosa.

Otra vez enfatizamos que las palabras “santidad,” “santificación,” y “santo” todas
provienen de la misma raíz que significa “poner aparte,” “separación.” La palabra
“santificar” en Éxodo 13:2, y la palabra “santidad” en Salmo 29:2, y la palabra “santos”
del Salmo 34:9 son la misma palabra. La palabra “santificar” de Juan 17:17, y la
palabra “santo” de Filipenses 1:1, y la palabra “santidad” de Hebreos 12:10 son todas las
mismas palabras.

Ahora bien, la Santificación, ser puesto aparte, se expresa de 3 maneras:

a. Posicional. “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.” (I Cor. 6:11). Somos santificados al momento de creer. “Pero nosotros
debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor,
de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad, ” (II Tes. 2:13). La Santificación posicional está
primera en orden, absolutamente. Dios nunca nos desafía a trabajar por una posición;
El primero nos coloca en una posición, nos aparta para El, y nos asegura esa posición.
Un santo verdaderamente es un hombre de Dios.

b. Práctica. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. ” (II
Cor. 7:1). “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (II Pedro 3:18).

Ese es nuestro presente estado de santificación. Un santo nunca crece a santificación,


sino que crece en santificación. Cada creyente es un santo; de todos modos, algunos
creyentes no proceden como santos. El creyente todavía tiene la carne en El y a veces le
obedece. Entonces Dios, por Cristo Jesús, por medio del Espíritu Santo, trae disciplina.
Ver Juan 17:17; I Tesalonicenses 4:3; Hebreos 12:10; II Corintios 3:18.

c. Postrera. La santificación completa y perfecta ocurrirá en el futuro, a la segunda


venida de Cristo. “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y
para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean
afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre,
en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” (I Tes. 3:12, 13).

C. Condición.
1. Del lado divino.
a. A través de Dios el Padre. “Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz
entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.” (Ex. 13:2).
b. A través de Dios el Hijo. “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante
su propia sangre, padeció fuera de la puerta.” (Heb. 13:12).
c. A través de Dios el Espíritu Santo. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde
el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, ”
(II Tes. 2:13).

2. Del lado humano.


a. Por la Fe en la obra redentora de Jesucristo. “Mas por él estáis vosotros en Cristo
Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y
redención; ” (I Cor. 1:30).
b. Por el Estudio de y obediencia a, la Palabra de Dios. “Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado.” (Juan 15:3).
c. Por presentar a disposición nuestros cuerpos. “Hablo como humano, por vuestra
humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para
servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros
miembros para servir a la justicia.” (Rom. 6:19).
d. Por medio de disciplina. “Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo...Es verdad que ninguna disciplina al presente parece
ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en
ella han sido ejercitados.” (Heb. 12:6, 11).

D. Definición.

1. Santificación es la obra de Dios por el creyente, poniéndolo aparte para Dios.

2. Santificación es la obra de Dios en el creyente, por medio del Espíritu y la Palabra,


transformándolo a la imagen de Cristo progresivamente.

3. Santificación es la obra de Dios por la cual perfeccionara al creyente a la imagen de


Cristo al tiempo de su regreso en gloria.

VI. ADOPCION

A. Citas bíblicas.

“y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del
Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción,
la redención de nuestro cuerpo." (Rom. 8:23). Además hay otros 4 lugares en el Nuevo
Testamento donde la palabra “adopción” se menciona: Romanos 8:15; 9:4; Galatas 4:4, 5;
Efesios 1:5.

B. Explicación.

La palabra “adopción” en nuestra sociedad tiene un significado enteramente distinto al


del mundo griego de aquellos días. En nuestros días significa tomar una persona de otra
familia y hacerla legalmente nuestro propio hijo o hija. La palabra griega significa
“colocar como hijo.”

En los tiempos del Nuevo Testamento, cuando un niño o niña era menor, él o ella diferían
poco de un esclavo (Gal. 4:1). Pero al día señalado por el padre, entre los doce y catorce
años, se tenía una celebración declarándole hijo de edad. El niño o niña habían nacido
en la familia como hijos; pero al alcanzar mayoría de edad, ese niño o niña eran
declarados hijos en posición de mayores. Lo mismo es cierto en el caso del creyente. No
es adoptado a la familia de Dios; es nacido en la familia de Dios. Por nacimiento es un
hijo de Dios; por adopción será un hijo de Dios.

C. Origen.

“según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y
sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos
suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, ” (Ef. 1:4, 5).

D. Consumación.

Nosotros ya somos hijos nacidos de Dios. “pues todos sois hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús; ” (Gal. 3:26). Pero seremos hijos de Dios en aquel día señalado por el Padre.
A su tiempo nos presentará abiertamente como los hijos de Dios. No lucimos como hijos
de Dios ahora, pero algún día el mundo nos reconocerá como los hijos de Dios. Esto
tendrá lugar en la segunda venida de Cristo. “y no sólo ella, sino que también nosotros
mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de
nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:23).

E. Manifestación.

1. Liberados de un esclavizante temor a Dios. “Pues no habéis recibido el espíritu de


esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15).

2. Poseedores de la posición de hijos.

3. Hechos sujetos a los privilegios y a las responsabilidades de los hijos adultos.

VII. REDENCION

La Biblia está llena de Redención. Es el carácter de Dios salvar. El puede destruir, pero
El ama salvar. El gran tema de la Biblia es Jesucristo. Y el mensaje de la Palabra es
redención.

A. Citas bíblicas.

“Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente


más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido...Si el forastero o el
extranjero que está contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él
empobreciere, y se vendiere al forastero o extranjero que está contigo, o a alguno de la
familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus
hermanos lo rescatará.” (Lev. 25:25, 47, 48). “Sion será rescatada con juicio, y los
convertidos de ella con justicia.” (Is. 1:27). “en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados según las riquezas de su gracia, ” (Ef. 1:7). Ver también Nehemías 5:8;
Colosenses 1:4; Galatas 3:13; I Corintios 1:30; Romanos 8:23.

B. Explicación.

Hay 4 palabras hebreas en el Antiguo Testamento que presentan la Redención, y todas


significan “hacer libre.” La palabra “goel” es usada en 2 maneras: primero, Aquel que
redime; segundo, el acto de redimir. El “goel” era siempre un pariente cercano. Aunque
la palabra “redención” significa “hacer libre,” incorpora el significado de “comprar,
adquirir.”

La Redención de un hijo de Dios es por su Pariente Cercano, el Señor Jesucristo, quien


tiene el precio de redención, su propia preciosa sangre.

1. La Redención declarada.
a. Es enteramente de Dios (Juan 3:16).
b. Es a través de una persona, Cristo (I Pedro 1:18, 19).
c. Es por sangre (Heb. 9:12).
d. Es por poder (I Cor. 1:30).

2. La Redención manifestada. El uso de la palabra “redención” es presentado en las


siguientes 3 maneras:
a. Comprar o adquirir en un mercado de esclavos. El Señor Jesucristo vino a este
mercado de esclavos de pecado y nos compro.
b. Adquirir y sacar del mercado. Después de comprar un esclavo, el amo lo saca
del mercado. Estamos esperando que nuestro Amo venga y nos saque de este mercado de
esclavos.
c. Soltar o hacer libre. El Señor Jesucristo no es un comerciante de esclavos; ni
cuidador de esclavos. Un día el Señor Jesucristo no hará libres de la esclavitud de
corrupción y pecado, y conoceremos la perfecta libertad de ser los hijos de Dios.

En Israel un hombre no podía ser esclavo para siempre contra su voluntad. Después de
llegar a ser esclavo, el podía ser liberado por redención por un pariente cercano, o esperar
el año Sabático o el año de Jubileo, cuando todos los esclavos eran liberados. Pero si él
amaba a su amo, de todos modos, y no le interesaba ser liberado bajo ninguna
circunstancia, podía ir a su amo, quien agujerearía su oreja y le haría esclavo de por vida
(Ex. 21:6). Pablo dijo que era esclavo de Jesucristo, un esclavo de por vida. El fue
comprado por sangre, y hecho esclavo por amor. El cristiano debería tener su oreja
agujereada, figurativamente hablando. El debería reconocer que ha sido crucificado con
Cristo.

VIII. Oración

La oración es el elemento esencial del carácter cristiano pero lamentablemente es una


gran carencia en la mayoría de los cristianos hoy. Una razón para esto es que la oración
es malentendida. La oración es la mayoría de las veces una idea de pedir y recibir.
Bueno, lo es; sin embargo, es mucho más. Fallamos en ver el valor de la oración como
comunión con nuestro Dios (Is. 43:21, 22; 64:6,7; Zof. 1:46; Dan. 9:13,14 con Oseas7:13,
14; 8:13, 14).

A. Afirmación.

1. Es pecado ser negligentes en la oración. “Así que, lejos sea de mí que peque yo contra
Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.” (I
Sam. 12:23).

2. Esta así señalado por Dios. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O
si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará
buenas cosas a los que le pidan?” (Mat. 7:7-11).
3. Es un mandamiento de Dios. “Orad sin cesar” (I Tes. 5:17). “Perseverad en la oración,
velando en ella con acción de gracias; ” (Col. 4:2 ).

4. Es necesario pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (Sant. 4:2c).

B. Delineación.

1. Abraham oró por Sodoma (Gen. 18).

2. Jacob oró su primera oración personal (Gen. 32:9-12). Ver otras oraciones personales
(Deut. 26:1-16; Ex. 5:22).

3. Josué y los Jueces clamaron al Señor (Jos. 7:6-9; Jue. 10:14).

4. Samuel oró como intercesor (I Sam 7:5, 12).

5. David oró con acción de gracias (II Sam. 7).

6. Los creyentes derraman su corazón delante de Dios (Sal. 42:4; 62:8).

C. Explicación.

1. Catecismo presbiteriano. “Oración es el ofrecimiento de nuestros deseos a Dios, por


cosas accesibles a su voluntad, en el nombre de Cristo, con confesión de nuestros
pecados y agradecido reconocimiento por su misericordia.”

2. Definición Escritural.
a. Como niño yendo al Padre. “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para
estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre!” (Rom. 8:15).
b. Como niño clamando al Padre. “El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres
que yo haga?” (Hechos 9:6).
c. Como niño deseando estar con el Padre. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo:
¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo,
y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.” (I Cron. 4:10).
d. Como niño pidiendo al Padre. “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos
pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del
pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos
y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre
tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.” (I Reyes 8:35, 36).
e. Como un niño pidiendo intercesión del Padre. “Y cuando hubo tomado el libro, los
cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos
tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;” (Ap.
5:8). Ver también Apocalipsis 8:34.
f. Como un niño esperando en silencio delante de Dios. “El deseo de los humildes oíste,
oh Jehová;
Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,” (Sal. 10:17).

3. Experiencia humana. Los santos han encontrado estas verdades a través de la


oración.
a. Es una mente ferviente puesta en Dios.
b. Es laboriosa la tarea (Col. 4:12).
c. Es un asunto de emprendimiento.

D. Estimulo.
1. Abundante cantidad de testimonios de cristianos demuestra que Dios contesta
oraciones.

2. Universalidad de expresiones en las Escrituras: todo aquel, todo aquello, todo tiempo.

3. Las riquezas de las promesas de Dios para las oraciones de los creyentes.

4. El acceso con confianza a través de Jesucristo. “Así que, hermanos, teniendo libertad
para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo
que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre
la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
(Heb. 10:19-22).

5. La ayuda segura por el Espíritu Santo. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26).

6. La revelación de Dios a través de Jesucristo. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito


Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18).

7. El suplir sin limites de la Gracia en Cristo. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil. 4:19).

8. La posibilidad ilimitada de la fe. “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible.” (Marcos 9:23).

9. La abundante habilidad de Dios. “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las
cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros, ” (Ef. 3:20).

E. Ilustración.

1. Abraham Intercediendo por Sodoma (Gen. 18:22, 23; 19:29).

2. Oración del siervo de Abraham (Gen. 24:12).

3. Oración personal de Jacob (Gen. 32:9-12).

4. Intercesión de Moisés por Israel (Ex. 32:11-14, 30-34; Num. 14:11-21).

5. Samuel intercediendo por el rey y por el pueblo (I Sam. 12:6-25).

6. Elías orando por fuego y agua (I Reyes 18:25-41; Santiago 5:17, 18).

7. La oración de Nehemias por Jerusalén (Neh. 2:4).

8. La oración de Josué por discernimiento (Jos. 7:7-9).

9. La oración de Sansón por fuerzas renovadas (Jue. 16:28).

10. La oración de Ana pidiendo un niño (I Sam. 1:10, 11).

11. La oración de penitencia de David (Sal. 51).


12. La oración por sabiduría de Salomón (I Reyes 3:5-9).

13. La oración de dedicación de Salomón (I Reyes 8:25-53).

14. La oración de Jonás por su liberación (Jonás 2).

15. La oración de alabanza de Habacuc (Hab. 3).

16. Las oraciones de intercesión de Pablo por los santos (Ef. 1:15-23; 3:14-21; Col. 1:9-
14).

17. La oración del malhechor por perdón (Lucas 23: 42, 43).

18. La oración de Esteban en sumisión (Hechos 7:59, 60).

19. La oración por fuerzas del Señor Jesús (Mat. 26:27-46).

20. La ultima oración de la Biblia (Ap. 22:20).

F. Regulación.

1. La postura del cuerpo. Hay muchas presuposiciones concernientes a la postura del


cuerpo para orar. Algunos sostienen que la oración no es oración si no se está de
rodillas, creyendo de esa manera sería blasfemo orar caminando, y en situaciones
similares. Según las siguientes Escrituras no hay una regla establecida para la posición
del cuerpo al orar:
a. Cristo postrado sobre su rostro. “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro,
orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo
quiero, sino como tú.” (Mat. 26:39).
b. Salomón de rodillas. “Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y
súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos
extendidas al cielo; ” (I Reyes 8:54).
c. Pedro sobre las aguas. “Señor, sálvame” (Mat. 14:30c).
d. El ladrón en la cruz. “Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
(Lucas 23:42).
e. Elías con su cara entre sus rodillas. “Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la
cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. (I Reyes
18:42).
f. David en su cama. “Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.” (Sal. 6:6).

2. La hora para orar. Muchos poemas se han escrito sugiriendo la hora para orar.
Sabemos que el cristiano debería seleccionar una hora que le sea la mas conveniente para
estar a solas con el Señor. Otra vez aquí no hay ninguna regulación estipulada. Veamos
los siguientes ejemplos:
a. Daniel: tres veces al día. “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró
en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se
arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía
hacer antes.” (Dan. 6:10).
b. Cristo: temprano en la mañana. “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy
oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35).
c. Pedro y Juan: a la hora de la oración (3 P.M.). “Pedro y Juan subían juntos al templo a
la hora novena, la de la oración.” (Hechos 3:1).
3. El lugar para orar. Cual es el lugar donde Dios se encuentra con el hombre hoy en
dia? Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en
Jerusalén adoraréis al Padre. . . . Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren.” (Juan 4:21, 23). Aquí también vemos que no hay
ningún mandamiento definido, no se especifica ningún lugar para orar.
a. Cristo en el jardín: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní,
y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.” (Mat. 26:36).
b. Cristo en el campo. “Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando
los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los
panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.” (Mat. 14:19).
c. Cristo en la montaña. “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando
a Dios.” (Lucas 6:12).
d. Pablo en un barco en el medio de la tormenta (Hechos 27). ¿Cuál es el lugar donde los
cristianos deberían orar? Cristo dijo, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.” (Mat. 6:6). El aposento es cualquier lugar donde el creyente
puede aislarse del mundo exterior. Ya sea sobre un bus, caminando por la calle, o en
una habitación cerrada. Es un lugar donde el y Dios puedan estar juntos en privado.

G. Condiciones.

¿Qué deberíamos hacer para que nuestras oraciones sean contestadas? El cristiano es
alguien que pide para recibir. Las siguientes verdades garantizan las respuestas de
oración.

1. Confianza. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Heb.11:6).

2. Insistencia. “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os


abrirá.” (Lucas 11:9). Pedid: Mateo 7:7; buscad: Santiago 5:17; llamad: Hechos 12:5.

3. Determinación. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le
pidan?” (Mat. 7:11).

4. Persistencia. “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; ” (Col.


4:2). Ver también Lucas 18:1-8.

5. Fe. “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os
vendrá.” (Marcos 11:24).

6. Sumisión. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (I Juan 5:14, 15).
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mat.
18:19).

H. Limitación.

1. Cuando hay profanación espiritual. Esto sucedió en la vida Esaú. “no sea que haya
algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue
desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con
lágrimas.” (Heb. 12:16, 17). Esaú menospreció las bendiciones que tenía por derecho de
nacimiento. Las vendió a bajo costo y las perdió para siempre. En la vida cristiana, días
perdidos y oportunidades perdidas se van. El ayer se fue para siempre.

2. Por penas judiciales. “Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor:
Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere puesto sus ídolos en su corazón, y
establecido el tropiezo de su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová
responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos,” (Ez. 14:4). Ver también
Deuteronomio 3:25-27; Jeremías 15:1.

3. Por fallas en el proceder. “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a
los hijos de Israel que marchen.” (Ex. 14:15). Estemos seguros de que hay un tiempo
para “detenerse y ver la salvación del Señor,” pero también hay un tiempo para marchar.

4. Por insinceridad. “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el
orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los
hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” (Mat. 6:5).

5. Por motivaciones carnales. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en
vuestros deleites.” (Sant. 4:3).

6. Por incredulidad. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.” (Sant. 1:6, 7).

7. Por pecado escondido. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,


El Señor no me habría escuchado.” (Sal. 66:18).

8. Por fallas al pedir. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.” (Sant. 4:2c). Algunos
encuentran un conflicto entre este versículo y Mateo 6:8: “No os hagáis, pues, semejantes
a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis.” Cuestionan que si el Padre sabe lo que necesitamos, ¿por qué habríamos de orar
y pedir? Esto ha frustrado la vida de oración de muchos cristianos. No debería ser así.
Es cierto que nuestro Padre sabe todo lo que necesitamos; si no lo supiese no sería Dios.
Su conocimiento, no obstante, no es garantía de que ya tengamos las cosas necesarias:
“no tenéis, porque no pedís.” Cierto, el Padre sabe lo que necesitamos, pero no obstante
nosotros debemos orar por eso. Sin embargo somos advertidos, que nosotros no podemos
engañar a Dios y pedir por cosas que no necesitamos.

I. Mediación.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre,” (I Tim. 2:5). “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de
la fe en él; ” (Ef. 3:12). Ver también Juan 16:24-26, “porque por medio de él los unos y
los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.” (Ef. 2:18). Esta es la formula
escritural para presentar nuestras oraciones: al Padre, a través del Hijo, y por el Espíritu.

Las oraciones deberían contener lo siguiente:

1. Adoración.

2. Acciones de gracias.

3. Confesión.
4. Súplica.

5. Intercesión.

Capítulo 7

Eclesiología - La Doctrina de la Iglesia

ECLESIOLOGIA

I. El significado de la palabra.

II. El uso de la palabra.

III. Lo que no es la iglesia.

IV. Lo que es la iglesia.


A. Un misterio.
B. Un cuerpo.
C. Un edificio.
D. Una novia.

V. Los dones para el cuerpo.

VI. La iglesia local.

VII. Disciplina en la iglesia.

VIII. Ordenanzas en la iglesia.


A. Bautismo.
B. Cena del Señor.

Capitulo 7

ECLESIOLOGIA

Eclesiología es la doctrina de la iglesia.

I. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA

La palara “iglesia” no significa el edificio donde la congregación se reúne; ni el sistema


papal del catolicismo romano. Tampoco es una compañía, ni un club, ni una
organización. La iglesia no es una organización, es un organismo.

La palabra iglesia traduce la palabra griega ecclesia, la cual significa compañía de


llamados afuera, o asamblea. Si llamáramos a las cosas de la Biblia por los nombres
correctos de la Biblia, deberíamos llamar a la iglesia la asamblea de Dios en Cristo.

La palabra ecclesia siempre significa asamblea de llamados afuera. Y puede referirse a


toda clase de personas; y no está limitada a creyentes en Cristo. Hay tres referencias en
la Biblia que enfocan tres diferentes clases de personas. No están relacionadas entre
ellas, y son llamadas asambleas.

A. Una asamblea popular tumultuosa


“Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. También algunas de las
autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se
presentase en el teatro. Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la
concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido...Y si
demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea (IGLESIA) se puede decidir. Porque
peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna
causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió
la asamblea.(IGLESIA)” (Hechos 19:30-32, 35, 37, 39, 41).

B. Los hijos de Israel.

Ciertamente los hijos de Israel fueron denominados una compañía de llamados afuera de
Egipto, pero sabemos que ellos no eran el cuerpo de Cristo. Cristo aun no se había
manifestado en carne. “Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación (iglesia) en el
desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que
recibió palabras de vida que darnos; ” (Hechos 7:38).

C. El cuerpo de Cristo.

Nos referimos al cuerpo de creyentes en el Señor Jesucristo. El Nuevo Testamento


abunda en referencias a la ecclesia, la asamblea, los llamados a Cristo fuera del mundo.
Veamos unas pocas referencias: Dios “sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por
cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo.” (Ef. 1:22, 23). “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo
amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ...Grande es este misterio; mas yo digo
esto respecto de Cristo y de la iglesia. [ecclesia, significa asamblea de llamados afuera”
(Ef. 5:25, 32).

II. EL USO DE LA PALABRA

Sabiendo que la palabra “iglesia” proviene del griego ecclesia, y que significa compañía de
llamados afuera o asamblea, volvamos nuestra atención hacia aquellos textos de la
Escritura que tratan con el cuerpo de creyentes. La palabra ecclesia se usa de las
siguientes maneras:

A. Una Asamblea o Iglesia local.

“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el


Señor Jesucristo” (I Tes. 1:1). “a la iglesia de Dios que está en Corinto, . . .“ (I Cor. 1:2).

B. Iglesias o Asambleas locales.

Esto hace referencia a varios cuerpos locales. “Pablo. . . y todos los hermanos que están
conmigo, a las iglesias de Galacia:...” (Gal. 1:1-2).

C. El cuerpo de creyentes vivos.

Queremos referirnos a un grupo de creyentes vivos, radicados en cierta región, sin


referencia a una asamblea local, y sin número establecido. Por ejemplo, un predicador
puede referirse a la iglesia de Buenos Aires, la iglesia de Bogota, etc. Inmediatamente
sabemos que se refiere a los creyentes en aquella ciudad. La mejor ilustración del uso de
la palabra en este sentido es: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro
tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; ”
(Gal. 1:13). Saulo (Pablo) no limitaba su persecución a cierta asamblea, o a algunas
asambleas locales. El iba por todas partes, metiéndolos en prisión, y agrediendo a los
primeros cristianos. El consideraba a todos los cristianos como La Iglesia.

D. El Cuerpo de Cristo completo.

El Cuerpo de Cristo completo es llamado la iglesia, compuesto por todos los creyentes, en
todas partes del mundo, desde Pentecostés hasta el arrebatamiento. “Maridos, amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ” (Ef.
5:25).

III. Lo que la Iglesia NO es

A. La Iglesia NO es Israel.

“No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; ” (I Cor. 10:32). Aquí se
revela que hay 3 clases de personas hoy: Judíos, Gentiles e Iglesia. Cuando un judío se
salva, deja de ser judío, y se convierte en un cristiano. Cuando un Gentil acepta a Cristo,
deja de ser gentil, y llega a ser un cristiano. “porque todos los que habéis sido bautizados
en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre;
no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois
de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gal. 3:27-
29). La Iglesia (el Cuerpo de Cristo) no es el Israel espiritual: “Porque él es nuestra paz,
que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo
en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para
crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, ” (Ef. 2:14, 15). El
Cuerpo de Cristo (Iglesia) es un nuevo hombre, y no Israel, ni tampoco un Israel espiritual
o un Israel reavivado.

B. La Iglesia NO es el Reino.

Iglesia

1. No hay herederos de la Iglesia.


2. No hay receptores de la Iglesia.
3. Hay Ancianos en la Iglesia.
4. No hay Hijos de la Iglesia.
5. La Iglesia es llamada Templo (Ef. 2:21).
6. La Iglesia es aquí.
7. La Iglesia nunca fue tema de la profecía del A.T. (Ef. 3: 5,9).
8. La Iglesia debe ser edificada (Ef. 4:12).
Reino
1. La Iglesia es heredera del Reino.
2. La Iglesia es receptora del Reino.
3. No hay Ancianos en el Reino.
4. Hay hijos del Reino.
5. El Reino nunca es llamado un Templo.
6. El Reino no es aquí, porque el Reino no es al presente (Mat. 6:10).
7. El Reino es el tema de la Profecía.
8. El Reino debe ser establecido (Hechos 15:16).
IV. Lo que la Iglesia ES

A. Es un Misterio.

“que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,
leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,
misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como
ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son
coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús
por medio del evangelio, . . . y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio
escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; ” (Ef. 3:3-6,9). Un “misterio”
en la Escritura significa una “verdad revelada por primera vez.” En los versículos citados,
el Espíritu Santo nos muestra que La Iglesia ( el Cuerpo de Cristo) fue primeramente
revelado al Apóstol Pablo, y que no fue conocido por los profetas del Antiguo Testamento.
La verdad de la Iglesia no estaba escondida en los escritos del A.T., sino que estaba
escondida en Dios.

B. Es el Cuerpo del cual Cristo es la Cabeza.

“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros
del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo
Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o
libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un
solo miembro, sino muchos. . . . para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los
miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro
padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los
miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno
en particular. ” (I Cor. 12:12-14, 25-27).

El Cuerpo es un organismo compuesto por varios miembros. Todos los miembros no


tienen la misma función. La Iglesia no es un cuerpo físico, sino un cuerpo espiritual. Los
creyentes en Cristo son hechos miembros de ese cuerpo espiritual por el bautismo del
Espíritu Santo. Hay algunos que sostienen que I Corintios 12:13 habla de bautismo por
agua, pero ese argumento puede ser refutado fácilmente por otra Escritura. I Corintios
12:13 dice que fuimos hechos miembros del Cuerpo de Cristo por bautismo (del Espiritu),
mientras que Ef. 3:6 declara que hemos sido miembros de ese Cuerpo por el Evangelio.
Ambos son correctos. Si I Corintios 12:13 hablase de bautismo por agua, entonces el
agua del bautismo seria parte esencial del Evangelio de Efesios 3:6. Sabemos, de todos
modos, que el agua bautismal no tiene parte en el Evangelio. El Evangelio es la muerte,
sepultura y resurrección de Jesucristo (I Cor. 15:1-4).

Así como es cierto del cuerpo fisco, es también cierto del cuerpo espiritual; cuando un
miembro del cuerpo sufre, todos los miembros sufren con él. Ningún miembro puede
sufrir persecución sin que todo el cuerpo se duela también. Ningún miembro puede
apenarse, sin que todo el cuerpo sufra pena con él. Cuando el Cuerpo sufre, la Cabeza
también sufre. Cuando somos perseguidos, Cristo también es perseguido: “y cayendo en
tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4).

Recuerde que el Cuerpo es un organismo y debe ser considerado como tal. Un edificio, por
ejemplo, puede ser reparado reemplazando viejas puertas y ventanas, pero cuando ciertas
partes del Cuerpo son quitadas, como un brazo, una pierna, ojo, y otros, la parte no
puede ser reemplazada. Si fuese posible para un miembro del Cuerpo de Cristo perder su
salvación, entonces el Cuerpo de Cristo seria mutilado, y esto nunca podría suceder.
Aquí tenemos 4 características del Cuerpo de Cristo:

1. Unidad. Un Cuerpo es Uno, algo completo, una unidad orgánica. Así es el Cuerpo de
Cristo.

2. Inmortalidad. El Cuerpo de Cristo nunca morirá, porque esta conectado a una Cabeza
viviente.
3. Manifestación. El único propósito del Cuerpo de Cristo es manifestar, o revelar a
Cristo. “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21). “Con Cristo
estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo
en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por
mí. ” (Gal. 2:20).

4. Servicio. Los pensamientos y planes de la Cabeza son para ser manifestados por el
Cuerpo. Del mismo modo, el Cuerpo de Cristo manifiesta la voluntad de la Cabeza, el
Señor Jesucristo. Lo que El manda debe ser hecho. Su Voluntad debe gobernar nuestros
movimientos.

C. Es un Edificio Vivo.

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y


miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio,
bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros
también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. ” (Ef. 2:19-22).

Los Apóstoles y Profetas del Nuevo Testamento son el fundamento del edificio que es la
Iglesia. Ellos fueron los primeros en creer en Cristo Jesús, y ellos fueron los primeros en
proclamar al Señor Jesús.

“vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. ” (I
Pedro 2:5). Nosotros los creyentes somos piedras vivas de este nuevo edificio de Dios.
Cuando el Templo de la antigüedad fue levantado, no hubo ruido de martillo, cincel, o
sierra. Todos los materiales se prepararon de antemano. Así también con nosotros,
fuimos escogidos en Cristo. Las piedras interiores del Templo no podían ser vistas,
estaban recubiertas con madera y oro. Solamente el oro podía ser visto. Nosotros, las
piedras vivas del Edificio de Dios, no somos vistos. Cristo solamente es visto.

El Edificio fue levantado de piedras de diferentes colores; el Edificio de Dios se compone


de personas de raza negra, roja, amarilla, blanca. Dios mora en el Templo, y El
permanece en nosotros.

D. Es la Esposa (o Novia).

Algunos han propuesto que la esposa de Cristo es la misma que la esposa de Jehová en el
A.T., la cual es Israel. Pero hay un texto en las Escrituras que desacredita esta teoría, y
es Apocalipsis 22:17: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el
que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Este
pasaje declara que el Espíritu y la Esposa están extendiendo la invitación a pecadores
para creer en el Señor Jesucristo. Si la Esposa fuese Israel, entonces el Espíritu e Israel
estarían extendiendo esta invitación. Pero sabemos que eso no es cierto, porque la mayor
parte de Israel no es creyente al presente. ¿Quién está invitando, o urgiendo a las
personas a creer en Cristo? Es la Iglesia, no Israel. Por lo tanto, la Esposa es la Iglesia,
el cuerpo de creyentes.

Efesios 5:25-32 claramente apunta el hecho de que esposo y esposa tienen la misma
relación que Cristo y la Iglesia. Especialmente vemos esto en los versículos 28-30: “Así
también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama
a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que
la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su
cuerpo, de su carne y de sus huesos.”
1. La Esposa es comprada por Cristo. “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ” (Ef. 5:25). Ver también I
Corintios 6:19, 20. En el oriente los hombres compraban sus esposas; el precio era su
dote. Cristo compro su Iglesia con su propia sangre preciosa. Su sangre es su dote para
siempre!

2. La novia está desposada a Cristo. “Porque os celo con celo de Dios; pues os he
desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (II Cor.
11:2). Las bodas orientales difieren grandemente de las nuestras. Las costumbres
orientales eran de la siguiente manera: Primero, la esposa era comprada (nosotros hemos
sido comprados por Cristo); segundo, se llevaba a cabo la ceremonia, comenzando el
periodo de desposorios, el cual duraba mas o menos un año. Durante este tiempo la
novia era considerada la esposa de su marido, aunque todavía no Vivian juntos. Ese año
de espera era considerado como una protección para el futuro hogar. Si surgía una
mancha contra el carácter o la conducta de la novia, debía salir a luz durante ese tiempo.
También, la esposa de Cristo está ahora en ese periodo de desposorio. Durante este
tiempo, las manchas de la novia, si hubiere alguna, ciertamente se manifiestan ahora.
Finalmente llega la consumación del matrimonio.

3. La novia se unirá a Cristo. “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han


llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido
que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos.” (Ap. 19:7, 8). Será la consumación de las bodas de Cristo con su
iglesia. El periodo de desposorio habrá terminado; ella estará con su esposo, y para
siempre con El (I Tes. 4:17).

V. Los Dones para el Cuerpo

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres . . . Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas;
a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, ” (Ef. 4:7, 8, 11).

A. Apóstoles.

Este fue el primer don dado a la Iglesia como Cuerpo. Sobre los Apóstoles fue edificada la
Iglesia de los primeros tiempos. La palabra “apóstol” en el griego es la misma palabra
para “misionero” en latín, y significa “un enviado.” Por supuesto, la iglesia tiene
misioneros hoy (enviados), pero no tiene apóstoles.

B. Profetas.

A estos hombres Dios les dio Sus Revelaciones. Al principio, la Iglesia no tenía el Nuevo
Testamento, y se necesitaba conocer las doctrinas de Dios; por eso, Dios le dio a hombres
su Palabra aun no escrita; y ellos la comunicaban a personas. La Iglesia no tiene profetas
hoy porque tenemos la Revelación completa de Dios, el Nuevo Testamento.

C. Evangelistas.

Otro don para la Iglesia fueron los evangelistas. Estos hombres fervientemente
predicaron el Evangelio. Fueron hombres de humildad, con una carga por los perdidos.
Al Pastor se le dice que haga la obra de evangelista (II Tim. 4:5). El día del evangelista no
ha terminado, y no terminará hasta que Cristo venga a reinar sobre la tierra.
D. Pastores y Maestros.

La palabra “pastor” significa “pastor de ovejas.” El pastor ha de ser el pastor de sus


ovejas, cuidando su rebaño, llorando y regocijándose con ellos. La Iglesia en su
necesidad clama hoy por pastores. Bendito sea el hombre que tiene un corazón de
pastor. Un pastor no solamente está llamado a predicar 3 sermones a la semana, sino
que está llamado a pastorear, cuidar, visitar, amar, proteger, instruir las ovejas. Cada
pastor, mientras hace el trabajo de Evangelista, que es ganar almas, también debería ser
alguien que es capaz de enseñar la Palabra a su rebano. ¿De dónde los miembros de la
Iglesia tendrán la Palabra sino de su pastor? Toda la verdad que algunas personas logran
tener está en el sermón dominical.

Algunos distinguen entre el pastor y el maestro, creyendo que están aquellos llamados a
ser solamente maestros. Esto puede que sea así, pero todo pastor debe ser maestro
también. Tal vez todos los maestros no sean pastores, pero todos los pastores deben ser
maestros.

VI. La Iglesia Local

Aunque creemos que el Cuerpo de Cristo está compuesto por todos los creyentes desde
Pentecostés hasta el Arrebatamiento, nosotros enfatizamos la importancia de la iglesia
local, o asamblea. La Asamblea local es el cuerpo físico por el cual el Cuerpo (Iglesia) se
manifiesta. Dios enfatiza la importancia de la Iglesia Local dándole oficios y ordenanzas.
El que se avergüenza de la asamblea local, se avergüenza de lo que Dios estableció en
Pentecostés. La Iglesia local, como cuerpo de Cristo, fue establecida en Pentecostés.

A. Su organización.

La Escritura indica que había cierta organización, pero no como la de hoy. No fue
copiada de la sinagoga sino que fue bastante diferente.

B. Sus oficios.

1. Diáconos. I Timoteo 3:8-13 nos da los requisitos para diáconos. Los diáconos fueron
elegidos para ministrar a la iglesia.

2. Pastores y Ancianos. Hay una vasta diferencia entre la Iglesia de los primeros tiempos
y la de hoy. La iglesia de los primeros tiempos tenía muchos pastores en una sola
asamblea local. Los Ancianos eran llamados así porque eran los mayores en la familia.
Si el padre moría, el primer hijo tomaba su lugar. Un anciano era un hombre mayor.
Tito 1:5-7 dice, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible,
marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni
de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de
Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de
ganancias deshonestas.” De acuerdo a lo que dice Tito, el anciano y el pastor eran la
misma persona. La palabra “anciano” se refiere a la persona, mientras que la palabra
“pastor” se refiere al oficio. Cada obispo era un anciano, pero no todo anciano era obispo.
La palabra “obispo” significa “sobreveedor.” Los “sobreveedores” de las iglesias locales
eran hombres mayores. Este grupo de ancianos componían el llamado presbiterio (I
Tim.1:4).

C. Su propósito.
El propósito de la Iglesia es glorificar a Dios en la edificación del Cuerpo de Cristo en la
santa fe; y esparcir el Evangelio hasta lo último de la tierra, ganando, bautizando, y
enseñando a personas.

VII. La Disciplina en la Iglesia Local

Aunque es cierto que la Iglesia está bajo la Gracia y no bajo la Ley, la carne todavía está
en el creyente, y el Señor ha puesto reglas de disciplina para su iglesia local. Hay 3 pasos
en la disciplina de la iglesia local, y son los siguientes:

A. Juzgarse a si mismo

“Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;” (I Cor. 11:31).
El creyente sabe cuando ha pecado e inmediatamente debería confesarlo a Dios (I Juan
1:9). Si confiesa su pecado, el se ha juzgado a si mismo. Queda perdonado, y nunca será
juzgado por lo mismo otra vez. Confesar no es solo admitir lo que uno haya hecho, es más
que eso. Es tomar un paso en contra de lo que haya hecho.

B. El juicio de la Iglesia.

Si un hermano en pecado no se juzga a si mismo, entonces debe ser juzgado por la Iglesia
local. I Corintios 5:11, 12 dice: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que,
llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o
ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que
están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” Este juicio extremo debería
aplicarse solamente después de agotar los esfuerzos por restaurarle. “Hermanos, si
alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con
espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas
tentado.” (Gal. 6:1).

C. Juicio de Dios.

Si el hermano caído no se juzga a si mismo, y tampoco la iglesia le juzga, entonces Dios le


juzgará con disciplina. (Heb. 12:5-13).

VIII. Las Ordenanzas en la Iglesia Local

La Iglesia tiene 2 ordenanzas: Bautismo y Cena del Señor. El Bautismo debe observarse
al principio de la vida cristiana; la Cena del Señor debe tomarse durante toda la vida
cristiana. Destacamos el hecho de que son 2 ordenanzas y no sacramentos.

A. Bautismo.

Bautismo viene de la palabra griega baptizo, y significa sumergir, y no rociar.

1. Obligación (Mat. 28:18-20; Rom. 6:1-6; Col. 2:12). A todos lo creyentes se les obliga a
bautizarse. Nadie debe orar para buscar la voluntad de Dios en este asunto. Es un
mandato del Señor.

2. Administración. El hombre que oficia esta ordenanza debería ser un ministro


ordenado.

3. Explicación. El Bautismo es una declaración pública de fe en Cristo, hecha por el


creyente delante de los hombres. Es una demostración externa de un hecho interno, y
no solo es un cuadro de la muerte, sepultura y resurrección del Senor Jesucristo, sino
también una identificación pública con El. El bautismo es la declaración pública de su
propia muerte en Cristo (II Cor. 5:14): su muerte al pecado, muerte al ego y a su vieja
vida. Es también su declaración de resurrección con Cristo, después de haber sepultado
su vieja vida, para andar con El en vida nueva.

El Bautismo para todos los creyentes, como está registrado en las Escrituras, ilustra la
muerte, sepultura y resurrección de Cristo. El Bautismo de Juan el Bautista miraba
hacia adelante, a la muerte y resurrección de Cristo, y nuestro bautismo hoy mira hacia
atrás a la muerte y resurrección de Cristo.

No es un requisito para salvación. El hombre es salvo solo por la fe en Cristo, y esto


ocurre antes del bautismo. Es cierto que el bautismo es una declaración pública de fe
delante de los hombres, pero Dios mira más allá de las aguas del bautismo al corazón de
las personas.

4. Participación. ¿Quiénes deberíamos ser bautizados? Yo creo que solamente los


creyentes “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.” (Marcos 16:16). Lo primero es la fe, después viene el bautismo. Y de nuevo
preguntamos, “¿debe la persona bautizarse para ser salvo?” No, si el agua del bautismo
hubiese sido esencial para salvación, el Señor hubiera dicho, “el que no fuere bautizado
será condenado.” El Apóstol Pablo, escribiendo a los corintios dijo: “Doy gracias a Dios
de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,. . . . Pues no me envió
Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no
se haga vana la cruz de Cristo.” (I Cor. 1:14, 17). Si el bautismo hubiese sido necesario
para salvación, Pablo no hubiese destacado el hecho de que bautizó a tan pocas personas
en Corinto. Pablo claramente estableció que el bautismo no tiene nada que ver con el
Evangelio (Rom. 1:16). Cristo no lo había enviado a bautizar sino a predicar el Evangelio.

Es imposible bautizar a un no creyente; si se lo bautizare, será inconverso antes de ser


sumergido, y seguirá siendo inconverso después que salga del agua del bautismo.

¿Cuál es la edad limite para el bautismo? Algunos sostienen que la edad de 12 años es la
mínima para que alguien sea bautizado. Aunque esto no tiene base bíblica, y creemos
que fue tomado de las costumbres judías del Bar-mitz-va. La Escritura claramente
establece que el bautismo es para todos los creyentes sin distinción de sexo ni edad.

B. Cena del Señor.

“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche
que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed;
esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo
tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en
mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues,
todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor
anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere
esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por
tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.” (I
Cor.11:23-28).

1. Origen. Con un poco de atención a la lectura del párrafo anterior entendemos


claramente quien instituyó la Cena del Señor. No hay registro de esta ordenanza antes de
que el Señor Jesucristo la instituyese. Nosotros, tomamos el pan y la copa de sus
preciosas manos. La vaga teoría de que Cristo nunca existió es echada por tierra por la
Cena del Señor, pues la Cena es suya y solo suya.
2. Obligación. Las palabras “haced ésto” son un mandato del Señor, y las palabras
“todos de él” (Mat. 26:27) establecen que es una ordenanza para todo el cuerpo de Cristo.

3. Participación.
a. ¿Quienes? Todo hijo de Dios bautizado debería participar de la Cena del Señor.
Aquellos que se sentaron con El a la mesa de la cena estaban bautizados. El Bautismo es
un símbolo del comienzo de la nueva vida, y la cena del Señor es un símbolo del
sostenimiento de esa vida.
b. ¿Con qué frecuencia? Algunas iglesias tienen la Cena del Señor cada domingo; otras,
una vez al mes; otras, 4 veces al año. ¿Qué estipula la Escritura para su observancia?
“A menudo” (I Cor. 11:26): pero no se establece algo rígido.
c. ¿Cual es la manera? Algunos creyentes están confundidos en cuanto a su
participación en la Cena del Señor después de leer I Corintios 11:27-29. Ellos leen la
palabra “indignamente,” e inmediatamente recuerdan sus errores pasados, y temen comer
y beber juicio para si. Entendamos que la palabra “indignamente” es un adverbio, y que
modifica el verbo “tomar.” Ahora, ¿quién de nosotros puede llamarse a si mismo digno?
¡Ninguno! Esto hace referencia al acto de la participación. El contexto nos enfoca la
explicación. En los primeros días de la iglesia los creyentes ricos traían sus comidas y
sus vinos a la cena del Señor, mientras que los creyentes esclavos no traían nada. Al
avanzar la fiesta, algunos creyentes corintios ricos se embriagaban. Los pobres, que no
tenían nada, se mantenían sobrios. La Cena de Señor se recordaba al final del banquete,
y entonces, los creyentes embriagados, en realidad no apreciaban la Cena del Señor. En
ese descontrol, para ellos la copa del Señor era una copa más. No discernían el cuerpo y
la sangre del Señor; y por eso tomaban la cena “indignamente.” Esos pecados llevaron a
algunos creyentes a la muerte en la iglesia de Corinto: “Por lo cual hay muchos enfermos
y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.” (I Cor. 11:30).

Generalmente, si el creyente se siente indigno, es un buen indicativo de que es digno, y


viceversa. El hombre que encuentra alguna cualidad personal en si mismo que lo hace
digno de participar en la cena del Señor mejor se debería abstener de participar. La mesa
no se prepara para los justos, sino para pecadores justificados por su fe en Cristo.

4. Constitución. Los elementos de la Cena del Señor son pan y jugo de la vid.

5. Interpretación.
a. Transubstanciación. Esta es la interpretación de la iglesia Católica Romana. Declara
que, por la consagración del sacerdote, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la
sangre del Señor Jesucristo. Este dogma establece que cuando el Señor dijo: “De cierto,
de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis
vida en vosotros” (Juan 6:53), él hablaba de su propia carne y sangre. Por lo tanto, la
hostia y el vino en el ritual de la misa se convierten en la carne y la sangre de Cristo.
b. Consubstanciación. Algunas denominaciones protestantes creen esta interpretación,
que establece que, pese a que el pan permanece pan y el vino permanece vino, el cuerpo y
la sangre están presentes en un sentido espiritual, y el cuerpo y la sangre están presentes
solo en el momento de participar. Al terminar cesan de ser cuerpo y sangre de Cristo.
c. Simbolismo. Creemos que esta es la verdadera interpretación, la cual establece que el
pan y el vino son solamente símbolos del cuerpo de Cristo y de su sangre, que fue
derramada en la cruz del calvario para remisión de pecados. “Haced esto en memoria de
mi”. Observamos la Cena del Señor en memoria de El, y es hasta allí donde esto llega.

6. Limitación. ¿Hasta cuando la iglesia debería continuar esta observancia? Hasta que el
Señor regrese. Cual debe ser nuestra respuesta al que se burle de su venida y pregunte,
“¿donde está la promesa de su venida?” Debemos apuntar a la mesa del Señor y replicar:
“Hay una promesa de su venida.”
7. Evaluación.
a. Su valor doctrinal.
(1) La Persona de Cristo.
(a) Su humanidad. Su humanidad es tan real como su Deidad. Los símbolos hablan de
su cuerpo y su sangre, y es muy esencial que El es humano, como el sacrificio debía ser
en la naturaleza del que había pecado (“Cristo murió por nosotros”).
(b) Su Deidad. Su Deidad se expresa en las palabras “Cena del Señor.” Todos los títulos
de la Deidad están en esta sola palabra, “Señor.”
(2) La obra de Cristo.
(a) Su muerte. Los elementos de la Cena del Señor ilustran este hecho, porque el cuerpo
y la sangre están juntos en vida, pero separados en la muerte.
(b) Su resurrección y segunda venida. “hasta que El venga” significa hasta que El venga
desde el Cielo.”
(3) La manera de la salvación.
(a) Asume nuestra culpa y desamparo.
(b) Enfatiza la sustitución. (“partido por nosotros”)
(c) Nos recuerda que la salvación es gratuita. (es dado por nosotros)
(d) Declara que el don de la salvación debe ser aceptado. (Tomad, comed y bebed)
b. Su valor devocional.
(1) Venimos con confesión.
(2) Venimos con oración.
(3) Venimos con consagración.
(4) Venimos con humildad.
(5) Venimos con acción de gracias.
(6) Se involucra el hombre integralmente.
(a) Oídos para oír su invitación.
(b) Ojos para ver su símbolo.
(c) Manos que manipulan los elementos.
(d) Boca que come los elementos.
(e) Cuerpo que asimila los elementos.
c. Su valor práctico.
(1) Es un medio de Gracia.
(2) Es un medio de testimonio.
(3) Es un medio para fortalecer la fe.
(4) Es un medio para promover amor hacia El.
(5) Es un medio para promover amor unos a otros.
(6) Es un medio para promover comunión. Esta comunión es unos con otros en Cristo
alrededor de la mesa del Señor, siendo El el centro.
(7) Es un medio para estimularnos a la Santidad.
d. Su valor profético. Si el Señor Jesús no viniese por segunda vez, ¿Por qué celebrar la
Cena del Señor? ¡El viene! Recuerde, en respuesta a aquellos que preguntan, “¿dónde
está la promesa de su venida?”, nosotros señalamos hacia la Cena del Señor.

Capítulo 8

Angelología - La Doctrina de los Ángeles

ANGELOLOGIA

I. Definición.
A. Expresión.
B. Explicación.
C. Designación.

II. Descripción.
A. Sus Personalidades.
B. Sus orígenes.
C. Su enumeración.
D. Sus habitaciones.
E. Sus características.
F. Sus atributos de perfección.
G. Sus gradaciones.
H. Su división.

III. Delineación.
A. Ángeles buenos.
B. Ángeles malos.

IV. Satanás.
A. Los Nombres y Títulos descriptivos de Satanás.
B. La Personalidad de Satanás.
C. El origen de Satanás.
D. La carrera de Satanás.
E. La ubicación de Satanás.
F. El carácter de Satanás.
G. La obra de Satanás.
H. La limitación de Satanás.
I. Nuestra actitud hacia Satanás.

Capitulo 8

ANGELOLOGIA

Angelología es La Doctrina de los Ángeles.

I. DEFINICION

A. Expresión.

El que hace a los vientos sus mensajeros, Y a las flamas de fuego sus ministros.” (Sal.
104:4). “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Sal.
34:7). “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre,
para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y
de honra.” (Sal. 8: 4, 5). “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” (Mat. 25:41). Ver
también Génesis 19:1, 15; 24:7; 28:12; Salmo 103:20; Hebreos 1:7, 14; Mateo 11:10;
Lucas 7:27.

B. Explicación.

1. Traducción de la palabra. El Antiguo Testamento Hebreo y el Nuevo Testamento Griego


traducen la palabra ángel como “embajador, mensajero, y ministros.”
a. La palabra se usa para mensajeros humanos. Un mensaje de un hombre a otro:
“Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente” (Lucas
7:24a).
b. La palabra se usa para mensajeros humanos llevando el mensaje divino. “Entonces
Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con
vosotros, dice Jehová.” (Hag. 1:13). Ver también Galatas 4:14.
c. La palabra se usa para la providencia impersonal. "Y para que la grandeza de las
revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un
mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; ” (II Cor.
12:7).
d. La palabra se usa para Obispos y predicadores. “Escribe al ángel de la iglesia en Efeso:
El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros
de oro, dice esto:” (Ap. 2:1). Ver también Apocalipsis 1:20; 2:8, 12, 18; 3:1,7, 14.
e. La palabra se usa para demonios sin cuerpos. “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este
no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. (Mat. 12:24;
25:41).
f. La palabra se usa para seres celestiales. Ver Génesis 18.
g. La palabra se usa para un ángel preeminente: El Ángel del Señor. “se le apareció el
Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la
zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.” (Ex. 3:2).

2. Nota. El término “ángel” no es un nombre personal, sino mas bien un título que
describe un oficio

C. Designación.

Nosotros conocemos los nombres personales de 3 Ángeles:

1. Lucifer. Este es el nombre que tenía el Diablo antes de caer. Satanás es su nombre
como criatura caída. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste
por tierra, tú que debilitabas a las naciones!” (Is. 14:12).

2. Miguel, el Arcángel. Según las Escrituras hay un solo Arcángel. Es mencionado en el


libro de Daniel y Apocalipsis. Miguel tiene que ver con la resurrección. “Pero cuando el
arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se
atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.”
(Judas 9). “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. ” (I
Tes. 4:16).
a. Príncipe del pueblo de Daniel, los judíos.
b. Jefe de los ejércitos celestiales de Ángeles.

3. Gabriel. Tenemos este nombre en Daniel y Lucas. “Y oí una voz de hombre entre las
riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión. ” (Dan. 8:16).
“Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido
enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” (Lucas 1:19). Ver también Daniel
9:21-27; Lucas 1:26, 27.

II. DESCRIPCION

A. La personalidad de los Ángeles.

Ellos son seres personales, y no influencias impersonales, tales como pensamientos,


ideas, etc. Pablo escribió: "que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si
quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del
diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (II Tim. 2:25, 26). Ver también II Samuel
14: 20; Apocalipsis 12:9, 12; 22: 8, 9.

B. Sus orígenes.

Ellos son seres creados, superiores al hombre, pero no son como los artistas los pintan.
Ellos aparentemente tienen cuerpos pero no como los nuestros. Si nuestros ojos no
estuviesen velados por la caída del hombre, seriamos aptos para verlos. Eva vio a
Satanás como un ángel de luz. Los Ángeles no son seres eternos. Aunque vivirán por
siempre, ellos no han existido siempre, porque son seres creados. Ellos fueron creados
así como el ser humano, pero no como los seres humanos. Un cristiano no se vuelve
ángel cuando muere, sino que, en Cristo, él es más grande que lo que un ángel es.
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (Col. 1:16). Ver también Nehemias
9:6; Génesis 18:8; Lucas 24:37.

C. Su número o cantidad.

“sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la
celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, ” (Heb. 12:22). “¿Acaso piensas
que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de
ángeles?” (Mat. 26:53). Una legión estaba compuesta por seis mil soldados; el Señor
podría haber pedido 72000 Ángeles para que lo defendieran. Ver también Daniel 7:10;
Sal. 68:17.

D. Sus habitaciones.

La gran mayoría de los Ángeles mora en los cielos. “Porque en la resurrección ni se


casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mat.
22:30). Ver también Mateo 18:10; Lucas 2:13-15; Juan 1:15; Galatas 1:8; Apocalipsis
5:11; 7:11.

E. Sus características.

1. Los Ángeles son espíritus. “Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles
espíritus, Y a sus ministros llama de fuego.” (Heb. 1:7). Ver también Hebreos 1:14;
Sal.104:4.

2. Los Ángeles son corpóreos. Aunque son espíritus, ellos tienen cuerpos de cierta clase y
se manifiestan físicamente. Maria “y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que
estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había
sido puesto.” (Juan 20:12). Ver también Génesis 18:1-8; 19:1-3; Jueces 6.

3. Los Ángeles son masculinos. Es un error decir que los Ángeles son asexuados. Ellos
siempre se han manifestado en forma de varones. Siempre se usan pronombres
masculinos en referencia a ellos. “Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les
dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús Nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no
está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron.” (Marcos 16:5,6). Ver también Mateo
28:2-4; Lucas 1:26.

4. Los Ángeles son eunucos. No existe registro alguno de ángel casado. “Porque en la
resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de
Dios en el cielo.” (Mat. 22:30). La Escritura citada no enseña que seremos sin sexo,
enseña que no nos casaremos.

F. La perfección y atributos de los Ángeles.

1. Ellos no mueren. Ellos nunca morirán, no cesarán de existir. Ellos no envejecerán.


“mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre
los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues
son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.” (Lucas
20:35, 36).

2. Ellos son inmutables. No hay materia en ellos que pueda cambiar.

3. No ocupan lugar. Ellos no están sujetos a limitaciones, o espacio físico como nosotros
(Hechos 17:26). De todos modos, no son omnipresentes.

4. Ellos son poderosos. Aunque no son omnipotentes o todopoderosos, ellos son más
poderosos de lo que nosotros somos, pero inferiores a Dios. “y a vosotros que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el
cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7). Ver también Hechos 5:19; 12:5-11, 23;
Sal. 103:20; II Pedro 2:10, 11.

5. Ellos son sabios. Ellos poseen una inteligencia sobrehumana, pero no son
omniscientes. Uno de los propósitos de la predicación de Pablo fue “para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los
principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo
en Cristo Jesús nuestro Señor,” (Ef. 3:10, 11). Ver también II Samuel 14:17-20; Mateo
24:36; Marcos 13:32; I Pedro 1:10-12.

6. Ellos están subordinados. Siempre están sujetos a Dios. Aun el diablo está en esa
categoría; nada puede hacer, si Dios no lo permite. “quien (el Señor) habiendo subido al
cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I
Pedro 3:22). Ver también Hebreos 1:4-8, 13, 14.

G. Sus grados

1. El Ángel del Señor. Este Ángel es presentado como ningún otro Ángel en las
Escrituras. El posee una posición que ningún otro ángel puede ocupar. El es el mismo
Señor Jesucristo. El mismo se presento a Agar, a Abraham y a Gedeon.

2. El Querubín. Este es el plural de Querub. Estos son seres poderosos, siempre


conectados con el Trono de Dios. Estaban presentes en el Jardín del Eden. Fueron
puestos allí para cuidar que Adán y Eva no regresaran al jardín. Según las Escrituras,
ellos parecen ser más que simples seres angelicales, porque están conectados con Dios
como símbolos de Dios mismo. Imágenes de Querubines de oro fueron hechas y
colocadas sobre el arca. Ese trono de misericordia es un tipo de Cristo; de modo que
parece que los querubines están como protegiendo la obra de Cristo en amor y en luz.

3. El Querubín grande y protector. No hay dudas que este fue Satanás antes de su
caída. “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.” (Ez. 28:14).

4. Los Serafines. Estos seres angelicales se mencionan sólo en Isaías. Ellos sirven al
Señor de los Ejércitos. “En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un
trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines;
cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos
volaban....Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón
encendido, tomado del altar con unas tenazas; ” (Is. 6:1,2,6).

5. Arcángel. “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él
por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que
dijo: El Señor te reprenda.” (Judas 9). Ver también I Tesalonicenses 4:16.
6. Tronos. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las
que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. ” (Col. 1:16).

7. Dominios. Dios sentó a Cristo “a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en
este siglo, sino también en el venidero; ” (Ef. 1:20, 21). Ver también Colosenses 1:16.

8. Principados. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni


principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Rom. 8:38, 39). Ver también Colosenses 1:16; Efesios 6:12.

9. Poderes. “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, ” (Ef. 3:10).
Ver también Colosenses 1:16; Efesios 1:21.

10. Potestades. “Dios está en la reunión de los dioses;


En medio de los dioses juzga.” (Sal. 82:1). Ver también Salmo 89:6.

11. Autoridades. quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están
sujetos ángeles, autoridades y potestades.” (I Pedro 3:22).

12. Dignidades. “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la
carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.” (Judas 8). Ver
también II Pedro 2:10.

H. Su división.

Los Ángeles están divididos en 2 grandes esferas morales:

1. Los Ángeles Santos o Ángeles de Dios. “Jacob siguió su camino, y le salieron al


encuentro ángeles de Dios. Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y
llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.” (Gen, 32:1, 2). Ver también Mateo 25:31;
Daniel 4:13.

2. Ángeles caídos o Ángeles de Satanás. “Después hubo una gran batalla en el cielo:
Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero
no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo
entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. ” (Ap. 12:7-9). Ver
también II Pedro 2:4-6; Judas 6, 7.

Estos son llamados los Ángeles de Satanás; no fueron creados por él; llegaron a ser suyos
por elección propia. Todos los Ángeles fueron creados en santidad; poseyendo una libre
voluntad, y ellos pudieron elegir servir a Dios o servir a Satanás. “Dios temible en la gran
congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.” (Sal.
89:7). Ver también Mateo 18:10; 13:9; Marcos 8:38; Juan 8:34; II Pedro 2:4; Judas 6; I
Juan 5:18.

III. DELINEACION

A. Ángeles buenos.

1. Su Adoración. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:


Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6 ). Ver también Isaías 6:3; Juan 12:41;
Apocalipsis 5:11, 12. Se nos dice en Colosenses 2:18 que nunca debemos adorar ángeles.

2. Su Ministerio.
a. Revelación Angelical. Ellos son capaces de traer la Voluntad de Dios a los hombres.
“Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y
desobediencia recibió justa retribución, ,” (Heb. 2:2). Ver también Daniel 8:16, 17; Lucas
1:11-13; Hechos 1:9-11.
b. Preservación Angelical. Son enviados para ayudar a los santos de Dios. Y él dijo: He
aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún
daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. ” (Dan. 3:25). Ver también
II Reyes 6:15-18; Hebreos 1:14.
c. Estimulo Angelical. Son enviados para animar a los hijos de Dios. “Porque esta noche
ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no
temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos
los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en
Dios que será así como se me ha dicho.” (Hechos 27:23-25).
d. Emancipación Angelical. Ellos son enviados para librar a los hijos de Dios. “Mas un
ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y
puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (Hechos
5:19, 20).
e. Sustento Angelical. “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”
(Mat. 4:11). Ver también Lucas 22:43.
f. Conducción Angelical. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve
hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.”
(Hechos 8:26). Ver también Génesis 24:7; Éxodo 23:20-23; Números 20:16; Hechos 10:3-
8.
g. Administración Angelical. Ellos ejecutan la voluntad de Dios. “Bendecid a Jehová,
vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid a
Jehová, vosotras todas sus obras,” (Sal. 103:21, 22).
(1) En Juicio. “Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.”
(Sal. 35:5). Ver también I Crónicas 21:15; II Reyes 19:35.
(2) Guardando a los salvos. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo” (Dan. 12: la). Ver también Hebreos 1:14.
(3) Guardando a los muertos. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los
ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.” (Lucas 16:22).
(4) Comunicando la Ley. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19). Ver también
Hebreos 2:2.
(5) Acompañando a Cristo. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros,
cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes.
1:7).
(6) Recogiendo a Israel. “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,” (Mat. 25:31).
(7) Cosechando al fin de los siglos. “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla
en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” (Mat. 13:30).

B. Ángeles malvados.

Son los ángeles seguidores del Diablo. Son aquellos para quienes esta preparado el
infierno de fuego.
1. Su designación. Son espíritus malignos; seductores, impuros, demonios. “Cuando
llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos
endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía
pasar por aquel camino.” (Mat. 8:28). Ver también Mateo 9:33; 10:1; 12:43; Marcos 1:26;
5:2-5; 9:17, 20; Lucas 6:18; 9:39.

2. Su División.
a. Caídos y libres. Efesios 6:12
b. Caídos y encarcelados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que
arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
” (II Pedro 2:4). Ver también Judas 6.

3. Los Ángeles libres.


a. Sus actividades.
(1) Pueden poseer cuerpos de seres humanos. “Y los que lo habían visto, les contaron
cómo había sido salvado el endemoniado.” (Lucas 8:36).
(2) Voluntariamente pueden desalojar los cuerpos. “Cuando el espíritu inmundo sale del
hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.” (Mat. 12:43).
b. Sus energías
(1) Pueden derribar a un hombre sin herirlo. “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y
sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo
daño alguno.” (Lucas 4:35).
(2) Pueden derribar y sacudir una persona. “Y mientras se acercaba el muchacho, el
demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y
sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.” (Lucas 9:42).
(3) Pueden llevar personas al desierto. “(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese
del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con
cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los
desiertos.)” (Lucas 8:29).
c. Características.
(1) Algunos son sordos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al
espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres
más en él.” (Marcos 9:25).
(2) Algunos son mudos. “Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi
hijo, que tiene un espíritu mudo,” (Marcos 9:17).
(3) Algunos son mentirosos. “El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de
todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.” (I
Reyes 22:22).
(4) Algunos son inmundos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al
espíritu inmundo,” (Marcos 9:25a).
(5) Algunos son seductores. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios;” (I Tim. 4:1).
d. Su poder. Es tremendo.
(1) Ellos controlan los cuerpos de hombres y de bestias. (Marcos 5:8-13) Gadara.
(2) Ellos provocan enfermedades físicas. “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había
atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas
13:16).
(3) Ellos provocan enfermedades mentales. “Y siempre, de día y de noche, andaba dando
voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.” (Marcos 5:5).
(4) Ellos provocan impureza moral. “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su
encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ver
también Mateo 10:1.
e. Su existencia. La palabra “diablo” es mejor traducida “demonio.” Hay un solo Diablo,
pero muchos demonios, el Diablo es príncipe sobre los demás. Y ciertamente hay al
presente lo que llamamos posesión demoníaca. Poseídos por demonios suelen manifestar
fuerza sobrenatural; ellos están totalmente controlados por demonios.

Es bueno apuntar que los demonios siempre hablan por la boca de los poseídos. Los
demonios en estas personas, reconocen al Señor Jesús, y el distinguió entre el demonio y
el hombre. A los demonios no les agrada ser descorporizados; ellos prefieren ser
arrojados a una manada de cerdos (Marcos 5:1-20).
f. Su evidencia. El demonismo no se limitó a la época de Cristo. Hay evidencias de que
existía antes de su primera venida:
(1) Los 4 Evangelios presentan el demonismo como un tema conocido.
(2) La gente no se sorprendía frente a las posesiones demoníacas.
(3) Los judíos echaban demonios por sus poderes. (Mat. 12:27).
(4) Después de Cristo, los apóstoles entraron en contacto con el demonismo (Mateo 10:1;
Marcos 16:17; Hechos 8:7).
(5) Aparece el demonismo en las epístolas cristianas (Ef. 2:2, 6).

4. Los Ángeles encarcelados.


a. Sus pecados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que
arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;
” (II Pedro 2:4). Este texto nos muestra claramente que estos ángeles no estuvieron en la
rebelión original con Satanás. La caída de Satanás ocurrió antes del tiempo de Adán; los
ángeles referidos aquí pecaron después de la caída de Adán.

Aparentemente estos serían “los hijos de Dios,” que se casaron con “hijas de hombres.”
“Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y
les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran
hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. . . . Había gigantes en la
tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de
los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad
fueron varones de renombre.” (Gen. 6:1,2, 4).

Algunos sostienen que los “hijos de Dios” eran los hijos de Set, y que las “hijas de los
hombres” eran las hijas de Cain. Pero, “como pudieron los hijos de Set engendrar hijos
de Dios?”

Otros sostienen que los “hijos de Dios” eran hombres regenerados, que se casaron con
mujeres no regeneradas, llamadas las “hijas de los hombres.” Pero eso también ocurre en
nuestros días sin que nazca ningún gigante de esa unión en yugo desigual.

Para estar seguros de la correcta interpretación, observemos otros “hijos de Dios” que
aparezcan. Hay varias personas llamadas hijos de Dios en la Escrituras:

1. Jesucristo, el Hijo de Dios por relación a Dios.


2. Adán, un hijo de Dios, por creación. (Lucas 3:38).
3. Ángeles, hijos de Dios por creación. (Job 1, 2).
4. Hombres regenerados, hijos de Dios por regeneración y por adopción.

Recuerden, nosotros no solo somos hijos de Dios por regeneración; seremos declarados
hijos por adopción, al momento de la redención de nuestros cuerpos.

Observando y eliminando posibilidades “los hijos de Dios” son: Cristo es eliminado, y


Adán también, porque había muerto hacía ya tiempo. Tampoco podrían ser hombres
regenerados porque la adopción de hijos todavía no había ocurrido. Esto nos lleva sólo a
los ángeles.
Ahora surge naturalmente una pregunta, “¿No dice la Escritura que los ángeles no se
pueden dar en casamiento?” La Escritura dice que ellos no se pueden dar en casamiento
en el cielo. El hombre se casa aquí, pero no se casará en el cielo. Entonces, ¿cómo
pudieron ellos casarse con las hijas de los hombres? No sabemos, pero entendemos que
los siguientes versículos comprueban, sin dudas, que ellos lo hicieron. Ya hemos citado
Judas 6, pero lo haremos citando también versículo 7. “Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo
oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las
ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido
en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del
fuego eterno.” (Judas 6, 7). Entendemos que estos versículos dicen que estos ángeles
pecaron a la similitud de la gente de Sodoma y Gomorra.

Esta unión generó una raza de gigantes, en estatura y en pecados, que fueron destruidos
en el diluvio.

La posesión demoníaca avanzó en los días previos al diluvio; y el Señor Jesús nos ha
revelado que, “como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mat.
24:37). La posesión demoníaca avanzará a pleno durante la Gran Tribulación (Ap. 12),
antes de la revelación de Cristo en su segunda venida.
b. Su posición. Fueron echados dentro del Tártaros, la prisión mas interna del Hades,
encadenados en oscuridad, esperando el día del juicio (II Pedro 2:4).

IV. SATANAS

A. Sus Nombres y Títulos descriptivos.

1. Satanás. Este nombre significa “adversario, acusador.” “Satanás se paró contra Israel,
y provocó a David a contar al pueblo” (I Cron. 21:1).

2. Diablo. Este nombre significa “calumniador, acusador, engañador.” “Y prendió al


dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; ” (Ap. 20:2).

3. Beelzebub. Este es el príncipe de los demonios. Originalmente significa “Señor de las


moscas”; los judíos luego cambiaron su significado a “Señor de la colina del estiércol.”
“Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por
el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.” (Marcos 3:22).

4. Belial. Esto significa "bueno para nada.” “que han salido de en medio de ti hombres
impíos que han instigado a los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a
dioses ajenos, que vosotros no conocisteis; ” (Deut.13:13).

5. El Maligno. Aquel que no tiene reverencia a Cristo. “Os he escrito a vosotros, padres,
porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes,
porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al
maligno.” (I Juan 2:14). Ver también I Juan 2:13; Mateo 6:13.

6. El príncipe de este mundo. El mundo político, el de los negocios y la sociedad están


bajo su dominio. Eso se manifestó cuando el Señor Jesucristo fue tentado personalmente
por el diablo (Mateo 4; Lucas 4). “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de
este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Juan 14:30; 16:11.

7. El dios de este siglo. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual
es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4).
8. El príncipe de la potestad del aire. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo
la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que
ahora opera en los hijos de desobediencia.” (Ef. 2:2).

9. La serpiente antigua. “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se
llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados con él.” (Ap. 12:9). Ver también Apocalipsis 12:3; 20:2.

10. El dragón. “Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo


ató por mil años; ” (Ap. 20:2).

11. El malvado. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado,
pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (I Juan 5:18).

12. Ángel de luz. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de
luz.” (II Cor. 11:14).

13. Padre de la mentira. “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de
vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido
en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44).

14. Homicida. “El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad,


porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso,
y padre de mentira. ” (Juan 8:44b). Ver también I Juan 3:12-15.

15. León rugiente. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; ” (I Pedro 5:8).

16. Gobernador de las tinieblas. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Ef. 6:12).

B. La personalidad de Satanás.

Negar que Satanás es un ser o persona es negar la Palabra de Dios. Las Escrituras
enseñan que Satanás es tan persona como el Señor Jesucristo lo es.

C. El origen de Satanás.

Satanás es un ser creado (Ez. 28:15). Tenía la posición del más grande de los seres
angelicales, “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. ” (Ez. 28:14).

Su nombre, Lucifer, significa “hijo de la mañana.” Fue creado en belleza perfecta (Ez.
28:12, 17). Algunos creen que era el director de coros en el cielo, pues los primores de
sus tamboriles y flautas estuvieron preparados para el en el día de su creación. (Ez.
28:13). Otros preguntan, “¿acaso no habla Ez.28 del rey de Tiro?” Sí, al principio, pero el
escritor inspirado avanza más allá del rey de Tiro, y habla de lo que una persona humana
no podría cumplir, “estuvo en Edén” (Ez. 28:13). ¿Quién podría ser sino Satanás? Era
perfecto en sus caminos (Ez. 28:15) hasta que se halló pecado en él.

D. La carrera de Satanás.
¿Cuál fue el pecado que causó que Lucifer llegara a ser el Diablo? Fue el pecado original
en todo el universo: orgullo. “sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al
Altísimo.” (Is. 14:14). El pecado de orgullo fue causado por elegir su propia voluntad por
encima de la voluntad de Dios. “yo seré” fue el pecado original en todo el universo creado.

Luego apareció en el Jardín del Edén y empujó a toda la raza humana al pecado y a la
muerte. Luego vino a Job y tornó su vida miserable. Luego tentó a David para censar al
pueblo. Luego tentó a Cristo (Mateo 4) y también a Pedro (Lucas 22:32). Luego estorbó a
Pablo en su grandiosa obra (I Tes. 2:18). Y también arranca la Palabra sembrada en los
corazones de las personas (Marcos 4:15).

E. La ubicación de Satanás.

El tiene acceso al Trono de Dios, ya que acuso a Job, y sabemos que es el acusador de los
hermanos. “porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche.” (Ap. 12: l0c). Es un error pensar que el
diablo vive en algún sector del infierno; aun tiene acceso a las esferas celestiales.

F. El carácter de Satanás.

1. Tiene gran Dignidad. Sus títulos muestran eso. “Ahora es el juicio de este mundo;
ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (Juan 12:31). Ver también Judas 8,
9; II Corintios 4:4.

2. Tiene gran poder. Dios (Jesús) envió a Pablo a los gentiles “para que abras sus ojos,
para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para
que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
(Hechos 26:18). Ver también Job 1:10-12; Lucas 11:14, 18; Efesios 6:11, 12. El mundo
entero sin Cristo está debajo de él.

3. Tiene gran astucia y engaño. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza


como ángel de luz.” (II Cor. 11:14). Ver también Mateo 24:24; II Corintios 2:11.

4. Tiene gran maldad. “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca
desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”
(I Juan 3:8). Ver también II Corintios 4:4.

5. Tiene gran miedo. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
(Sant. 4:7).

G. La obra de Satanás.

1. El es el autor del pecado y quien tienta a pecar. “Entonces Jesús fue llevado por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.” (Mat. 4:1.)

2. El produce enfermedades y tiene poder de muerte. “Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio
de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, (Heb. 2:14). Ver
también Lucas 13:16; Hechos 10:38.

3. El mantiene enlazados a los hombres. “que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y
escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (II Tim. 2:25-26).
4. El quita la Palabra sembrada en los corazones. “Cuando alguno oye la palabra del
reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este
es el que fue sembrado junto al camino.” (Mat. 13:19).

5. El coloca propósitos malvados en los corazones. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27).

6. El enceguece mentes. “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual
es la imagen de Dios.” (II Cor. 4:4).

7. El abofetea hombres. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase


desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me
abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;” (II Cor. 12:7).

8. El acusa a los hombres delante de Dios. “porque ha sido lanzado fuera el acusador de
nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. ” (Ap.
12:l0c).

9. El puede colocar ideas en un hombre. “Y cuando cenaban, como el diablo ya había


puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,” (Juan 13:2).

10. El sembró cizaña entre los hijos de Dios. “El campo es el mundo; la buena semilla
son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el
diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.” (Mat. 13:38, 39).

11. Puede ganar ventajas en medio nuestro. “Y al que vosotros perdonáis, yo también;
porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho
en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no
ignoramos sus maquinaciones.” (II Cor. 2:10, 11).

12. El resiste y acusa a los siervos de Dios. “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual
estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.”
(Zac. 3:1). Ver también Daniel 10:13.

13. El se opone y estorba a los siervos de Dios. “por lo cual quisimos ir a vosotros, yo
Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó.” (I Tes. 2:18).

14. El zarandea a los siervos de Dios. “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí
Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; ” (Lucas 22:31).

15. El somete al mundo entero. “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está
bajo el maligno.” (I Juan 5:19).

H. Las limitaciones de Satanás.

1. El no es Omnipresente. El puede estar solamente en un lugar a la vez. El es un ser


creado, y un ser creado no puede estar en 2 lugares a la vez. El no está en todos lados,
pero sus seguidores (demonios) pueden estar en muchos lugares. El puede moverse
rápidamente por la ayuda de sus agentes (Lucas 10:18).

2. El no es Omnisciente. El es sabio; demasiado sabio para nosotros, pero el no es todo


sabio. El Diablo conocería menos si nosotros le informáramos menos. El espiritismo no
son solo artimañas. Es demonismo, controlado por el diablo. Nadie puede comunicarse
con los muertos, pero el diablo y sus ángeles saben acerca de los muertos y comunican
este conocimiento a sus mediums.
3. El no es Omnipotente. El no es todopoderoso, pero tiene mas poder que nosotros. El
esta limitado por la Palabra de Dios. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en Job 1 y
2.

I. Nuestra actitud hacia Satanás.

1. Los derechos retentivos deben ser reclamados por el creyente. “Y ellos le han vencido
por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y
menospreciaron sus vidas hasta la muerte.” (Ap. 12:11). Ver también Efesios 6:16;
Hebreos 2:14; Colosenses 2:15; I Juan 3:8.

2. El creyente debe apropiarse de todo su equipamiento. “Por lo demás, hermanos míos,


fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Ef. 6:10, 11). Ver
también Efesios 6:12-18.

3. Debemos mantener estricto dominio propio. “ni deis lugar al diablo.” (Ef. 4:27).

4. El creyente debe ejercer vigilancia. “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” (I Pedro 5:8). Ver
también II Corintios 2:11.

5. El creyente debe ejercer resistencia. “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá
de vosotros.” (Santiago 4:7). Ver también I Juan 2:14.

Capítulo 9

Escatología - La doctrina de las últimas cosas

ESCATOLOGIA

I. Muerte física.
A. La muerte no es cesación de existencia.
B. La muerte no es sueño del alma.
C. La muerte significa separación.

II. Resurrección corporal.


A. El hecho de la Resurrección.
B. La naturaleza de la Resurrección.
C. El tiempo de la Resurrección.

III. El estado intermedio.


A. Antes de la cruz.
B. Al tiempo de la cruz.
C. Después de la cruz.

IV. La segunda venida de Cristo.


A. La importancia de la doctrina.
B. El significado de la segunda venida.
C. Los eventos de la segunda venida.

V. El anticristo.
A. Su persona.
B. Sus títulos.
C. Sus precursores.
D. Su obra.
E. Su carrera.
F. Su tiempo.
G. Su aparición.
H. Su fin.
VI. La Tribulación.
A. La Tribulación del cuerpo de Cristo.
B. La Tribulación de Israel.
C. La gran tribulación.

VII. La batalla de Armagedón.


A. Lo que no será.
B. Lo que será.

VIII. El milenio.
A. El hecho del milenio.
B. La descripción del milenio.
C. Los tipos del milenio.
D. Las condiciones durante el milenio.

IX. Los juicios.


A. Juicios a los cristianos.
B. Juicio a las naciones.
C. Juicio del gran trono blanco.

X. Después del milenio.


A. Satanás será soltado.
B. Las naciones serán juntadas.
C. Los ejércitos serán destruidos.
D. La perdición de Satanás.

XI. El futuro de los impíos.


A. La enseñanza escritural.
B. Los términos usados.
C. Las teorías propuestas.

XII. Los cielos.


A. El primer cielo.
B. El segundo cielo.
C. El tercer cielo.
Capitulo IX

ESCATOLOGIA

Escatología es la doctrina de las ultimas cosas.

I. Muerte física

La Biblia nos da la suficiente información para la fe del creyente. La Biblia nunca fue
propuesta meramente para la curiosidad. Dios enseña a seres finitos a caminar por fe en
el infinito inexplicable.

A. La muerte no es cesación de existencia.


Como 40 siglos atrás Job preguntaba, “si el hombre muriese, ¿volverá a vivir?” Esta
pregunta se ha repetido por siglos. Aun hoy es una pregunta universal. Es un tema de
constante interés. Que aquellos que amamos tengan que morir y ser sepultados no nos
parece correcto; ¡y no lo es! Dios no hizo al hombre para morir; El lo creó para vivir y
tener comunión con el mismo. Pero el pecado trajo la muerte y la tumba, eso es,
separación de Dios.

Si el Señor tarda, todos los que leen estas palabras, e incluso quien las escribe,
moriremos, porque la muerte pasó a todos los hombres (Rom. 5:12).

Un buen poema permanece más que el poeta; la voz grabada puede ser escuchada años
después de que haya muerto quien la grabó; fotos de queridos nuestros permanecen, aun
cuando ellos han partido.

Las cosas en esta tierra no son justas. El rico siempre oprimió al pobre; el malvado
siempre prosperó por encima de los rectos. La justicia humana demanda un juicio justo
sobre todas las cosas en una vida después de la muerte. Vivimos en un mundo
cambiante. Los pajaritos edifican sus nidos, aun como lo hicieron en el jardín del Edén, y
los animales poseen las mismas características que tuvieron al principio. De todas
maneras, el hombre no vive como solía hacerlo, ni aun como lo hizo 25 años atrás.
Aunque todo esto es cierto, la mente inquieta del hombre todavía pregunta, “si el hombre
muere, ¿volverá a vivir?”

Hay como una creencia universal en la vida después de la muerte. Si vamos a las partes
más remotas de África, donde Cristo nunca fue anunciado, podemos encontrar personas
que creen en una vida después de la muerte. ¿Por qué algunos paganos quemaban las
esposas? ¿Por qué algunos sepultaban alimentos con los sarcófagos? Ellos creían que los
que partían tenían que tener compañía y alimentos para su viaje más allá de la tumba.
¿Por qué los pájaros emigran? Los mueven instintos internos. El corazón del hombre y
sus instintos interiores, creemos que son pruebas de que hay otra vida después. Tanto
psicólogos como filósofos sostienen que debe haber una vida después de la muerte.

Hay 2 grandes reservas hechas:

1. Reservación para los cristianos. “para una herencia incorruptible, incontaminada e


inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, ” (I Pedro 1:4). En Filipenses 1:23 el
apóstol Pablo usó la palabra “partir” para describir su muerte. Por esta palabra no daba
a entender que cesaría de existir. Partir significa “partir.” ¿Significaba eso partir a la
tumba con Cristo? Por supuesto que no, porque Cristo no está en la tumba; El está en el
cielo. II Corintios 5:8 expone aun mas claro el sentido del partir al decir, “pero
confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” La
palabra “presentes” significa “estar en el hogar con.” La muerte de un cristiano, por lo
tanto, es presentada como un barco que levanta anclas y navega con rumbo al hogar; en
otras palabras, la muerte del cristiano significa “ir al hogar.”

2. Reservación para lo impíos. “sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y


reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; ” (II Pedro 2:9).

B. La muerte no es el sueño del alma.

La palabra dormir en la Escritura, concerniente a los muertos en Cristo, significa


“descanso.” No significa un estado de “inconciencia.” El cuerpo puede morir, pero el alma
y el espíritu nunca mueren. En la resurrección, el cuerpo será levantado, no el alma y el
espíritu. La Escritura claramente establece que el alma está ausente del cuerpo y
presente al Señor; y que el alma y el espíritu están completamente despiertos y concientes
a lo que les rodea. Eso lo vemos claramente en Ap.6:9, 10: “Cuando abrió el quinto sello,
vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios
y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor,
santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”
Aquí nosotros tenemos almas, vivas, y razonando con Dios.

El apóstol Pablo dijo, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil. 1:21).
“Vivir” significaba que Pablo tenía perfecta comunión con el Cristo viviente. Si la muerte
fuese el fin, ¿por qué razón Pablo diría, “y morir es ganancia?”

C. La muerte significa separación.

Muerte en las Escrituras siempre significa “separación.” Muerte física es la separación de


alma y espíritu del cuerpo. Muerte segunda es la eterna, completa, y final separación de
Dios (Ap. 21:8).

Vida significa “unión” (Juan 3:16). Muerte significa “separación” (Rom. 8:35-39). El ego,
el “yo,” vive en una casa de carne. No soy un cuerpo que tiene alma y espíritu, sino un
alma y espíritu que tiene un cuerpo. Y ese cuerpo puede sufrir varios cambios, pero
nosotros mismos, eso es, nuestro ego, nunca cambia. En realidad las personas no
pueden vernos, no pueden ver el ego, sino solamente su casa, o tienda, en la cual mora.
La muerte es la partida desde esa casa (II Pedro 1:13,14; Fil. 1:21,24; Gal. 2:20; II Cor.
5:6,7; Job 19:26; Lucas 16:26; II Tim. 4:6; II Cor. 12:2). Los hombres han estado
sepultando cuerpos por mas de 6 mil años; sólo cuerpos, no personas.

El alma es el asiento de las emociones y apetitos. El espíritu es el asiento de la


inteligencia del hombre. La muerte, entonces, no es un círculo, ni una casilla. No
seremos informes si partimos de esta vida, sino que nuestra alma y espíritu serán
plenamente conscientes, existiendo en la misma forma como nuestros cuerpos.

La memoria probablemente se situé en el cerebro, pero el cerebro no es la fuente de los


pensamientos. Tal vez recordemos cosas que han sucedido 10 años atrás, pero no
tenemos el mismo cerebro que teníamos hace 10 años. Yo poseo un cerebro, pero el
cerebro no soy yo. La muerte simplemente significa, “yo he partido”; yo estoy separado de
mi cuerpo.

II. La Resurrección corporal

A. El hecho de la resurrección.

1. Anticipada en el AntiguoTestamento. Algunos términos como “en los últimos días,”


“despertar y vivir,” son indicativos de una resurrección. El Antiguo Testamento contiene
muchos tipos de resurrecciones. José fue contado como muerto, pero el retornó a su
padre; Jonás estuvo en el vientre del pez por 3 días y 3 noches, y luego fue liberado;
Daniel fue puesto en el pozo de los leones, un lugar de muerte, pero salió vivo; Israel
murió en el desierto, y un nuevo Israel entró a Canaan. Todas estas historias llegaron a
ser figuras de resurrección. Las siguientes Escrituras verifican la resurrección. “Tus
muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo!
porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.” (Is. 26:19). Ver
también Job 19:26, 27; Salmo 16:9, 11; Daniel 6:23; 12:2; Mateo 12:40.

2. Revelada en el Nuevo Testamento. “Porque así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados.” (I Cor. 15:22). Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos
también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de
injustos.” (Hechos 24:15). Ver también Mateo 22:30-32; Lucas 14:13, 14; 20:35, 36;
Juan 5:28, 29; 6:39, 40, 44, 54; I Tesalonicenses 4:14-16: II Timoteo 1:10. Cristo no vino
para salvar mi alma solamente, sino todo mi ser: mi alma, mi espíritu, y mi cuerpo. Todo
mi ser será salvo.

B. La naturaleza de la resurrección

Nunca se coloca a la muerte como la esperanza del creyente. En Corinto, algunos habían
declarado que no había resurrección corporal, pero en I Cor. 15, Pablo les demuestra la
realidad de la futura resurrección por la propia resurrección de Cristo: si alguien no cree
en la resurrección de los hombres, entonces es imposible creer en la resurrección de
Cristo; y si Cristo no hubiese resucitado, no habría Evangelio, y sin Evangelio, no
seriamos salvos.

Satanás siempre ha estado contra la Palabra de Dios, y tiene muchas armas preparadas
para atacarla. La revelación que más deprecia es la resurrección. También el
Materialismo niega la resurrección. Ciertos espiritualistas también niegan la resurrección
corporal. Nunca debemos dudar de la resurrección. “me olvido de Dios cuando digo,
¿cómo puede ser esto?” Aunque los hombres crean o entiendan que la resurrección
significa poco; sin embargo, la resurrección es cierta.

Algunas personas no creen que la carne y los huesos serán perfeccionados. Cuando
hablamos de la resurrección de Cristo, esa gente sostiene que fue una resurrección
espiritual. Nosotros sabemos por la Escritura que ellos no saben lo que dicen. El espíritu
de Jesucristo no fue puesto en la tumba; sino solo su cuerpo. Los soldados romanos no
vigilaron el sepulcro para guardar un espíritu, sino para guardar su cuerpo. Fue Su
cuerpo lo que ellos vigilaron; ¡y fue Su cuerpo que se levantó de los muertos!

Un texto bíblico usado por aquellos que creen solo en una resurrección espiritual es I
Corintios 15:44: “Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo
animal, y hay cuerpo espiritual.” Note que el versículo no dice “un espíritu corpóreo", o
algo así, sino que dice “cuerpo espiritual.” Creemos que el cuerpo natural está controlado
por el alma; el cuerpo espiritual estará controlado por el espíritu; y por tanto será un
cuerpo espiritual.

1. Teorías propuestas.
a. La teoría germinal. Esta es una vieja creencia que está en el Talmud. Según ella, en el
hombre hay un pequeño huesito, que la muerte no puede destruir, y desde ese germen el
cuerpo será resucitado. Algunos cristianos adhieren a esta teoría, usando I Corintios
15:36, 37 como base.
b. La teoría de la identidad. Esta es la creencia de que el cuerpo en la resurrección será
levantado tal como fue sepultado. Si le faltaba un brazo, le faltara; un niño resucitara
niño; un lunático será lunático, etc. Los mahometanos sostienen esta teoría. Si esto
fuese cierto, no seriamos semejantes a Cristo.
c. La teoría de la reencarnación. Esta idea sostiene que cuando un hombre muere va
inmediatamente a otro cuerpo. Si esto ocurriese, no estaríamos nunca “en casa” con el
Señor. Cuando una persona muere, volverá a ser un ser humano completo al tiempo de
su resurrección corporal (I Tes. 5:23).
d. La teoría del cuerpo intermedio. Esta teoría afirma que el creyente recibe su cuerpo
resucitado inmediatamente después de su muerte. Se basa en II Cor. 5:1-4: “Porque
sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de
Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también
gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así
seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este
tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino
revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.” Pero el autor de estos estudios
cree que esta Escritura solo se refiere a aquellos creyentes que estén viviendo cuando el
Señor venga.

2. La verdad para creer. La resurrección es por Poder Divino! “pero Dios le da el cuerpo
como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.” (I Cor. 15:38). El propio cuerpo
resucitado de Jesucristo demostró tener carne y huesos. Cuando Cristo apareció a sus
discípulos, El les insistió, “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved;
porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.” (Lucas 24:39).
Cristo no dijo que no había espíritus, sino que un espíritu no tiene carne ni huesos.
Ezequiel 37 presenta la resurrección de la nación de Israel; y se mencionan carne, huesos
y espíritu, pero no se menciona sangre. La Ley demandaba el derramamiento de sangre,
y Cristo derramó su sangre para pagar sus demandas. En la resurrección, parece ser que
tendremos cuerpos sin sangre; la vida estará en el espíritu de los hombres.

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al
Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea
semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas.” (Fil. 3:20, 21). Nuestros cuerpos, los mismos que fueron
plantados en muerte, pasarán por una gran transformación y serán resucitados. Si
plantamos una rosa, rosa se levantará; si plantamos trigo, trigo se levantará; si
plantamos hierba mala, hierba mala se levantará; si se planta cuerpo natural, cuerpo
humano glorificado se levantará. Dios mira los cementerios como campos de cosecha.
Las semillas en esos campos son los cuerpos de los muertos, y la cosecha será la
resurrección.

“y nosotros seremos transformados.” (I Cor. 15:52c). Tendrá lugar una gran


transformación, pero será el mismo cuerpo, pues por medio del cuerpo resucitado de
Cristo tenemos la comprobación de que será el mismo cuerpo, así como él llevó en su
cuerpo resucitado la marca de los clavos.

I Corintios 15:42-44 describe la resurrección de los justos (Dios no nos dice nada sobre
los cuerpos de resurrección que tendrán los condenados): “se siembra en corrupción; se
resucita en incorrupción.” Un cuerpo muerto es un cuerpo corruptible. Un cuerpo vivo
es al presente un cuerpo mortal. No se nos dice en la Escritura de plantar un cuerpo
mortal. Un cuerpo corruptible está sujeto al deterioro hasta llegar a ser polvo, pero un
día será levantado en incorrupción, un cuerpo apto para el cielo, que nunca más será
afectado por ninguna corrupción. “Se siembra en deshonor; resucitará en gloria.” Estos
cuerpos viles han sido deshonrados por el pecado, pero un día serán levantados en gloria
a semejanza del cuerpo de gloria del Señor. “Se siembra en debilidad; resucitara en
poder.” El pecado nos ha debilitado. Lo más débil del mundo es un cuerpo muerto.
Tiene ojos que no pueden ver y oídos que no pueden oír; no se podrá resistir a ser puesto
en un ataúd y en una tumba. El cuerpo muerto no ofrece ninguna resistencia. Pero
estos mismos cuerpos débiles serán resucitados con gran poder. Medite en lo que el
hombre puede hacer acerca de eso, y luego piense en lo que Dios hará. El creyente
resucitado creemos que estará capacitado para ver seres espirituales. El hombre mortal
tiene microscopios y telescopios, pero, oh, ¡qué capacidades que tendrán nuestros ojos en
los cuerpos glorificados! Así también, hoy tenemos limites de velocidad para movernos,
pero pensamos que en la resurrección no tendremos los limites de ahora. En general,
nuestros estándares de ahora no serán los límites de entonces. “Se siembra cuerpo
natural; resucitara cuerpo espiritual.” El cuerpo natural es nuestro cuerpo animado
actual, con carne, huesos y sangre. Nuestros cuerpos espirituales de resurrección
estarán compuestos por carne y huesos, probablemente sin sangre, y serán controlados
por el espíritu.

C. El tiempo de la resurrección.
“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (I
Cor. 15:22). Todos los hombres serán levantados de entre los muertos, pero no todos al
mismo tiempo. Las Escrituras plenamente declaran que habrá dos resurrecciones, y no
una resurrección general. Ellas son la primera resurrección y la segunda resurrección.
(Ap. 20:5, 6).

1. La primera resurrección. La primera resurrección incluye a Cristo y a todos los


creyentes de todos los tiempos. Es la resurrección para vida. Esta resurrección sucede
en diferentes momentos. Cristo ya resucitó; la iglesia resucitará en el arrebatamiento
(antes de la tribulación); y los santos del Antiguo Testamento y tribulación después de la
tribulación.
a. Cristo, las primicias. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los
que durmieron es hecho.” (I Cor. 15:20). Las primicias eran las garantías de Dios de que
la cosecha entera vendría después. Cristo, como las primicias de Dios, garantiza que la
cosecha vendrá mas tarde. “Porque yo vivo, vosotros vivireis” (Juan 14:19b). Hay
registros de otras personas levantadas de entre los muertos, pero fueron como
resucitaciones, ellos volvieron a morir. Cristo resucitó para nunca mas morir! “He aquí,
yo vivo por los siglos de los siglos” (Ap. 1:18b).
b. Los santos resucitados en la resurrección de Cristo. “Y se abrieron los sepulcros, y
muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los
sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a
muchos.” (Mat. 27:52, 53). En una ocasión, el Señor Jesús dijo, “De cierto, de cierto os
digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva
mucho fruto.” (Juan 12:24). Cristo murió y fue plantado como un grano de trigo, pero
cuando él resucitó de entre los muertos, el trajo mucho fruto con El. Parte de esos frutos
fueron los santos que levantó inmediatamente después de su resurrección. No sabemos
quienes fueron, no sabemos cuantos fueron, ni sabemos a donde fueron llevados. Tal vez
fueron llevados al cielo con El, El fue las primicias, y sabemos que en la fiesta de las
primicias, un manojo de espigas se ofrecía al Señor. Había más de un grano en el
manojo. Por eso, podemos creer que hubieron más personas en esas primicias y no sólo
Cristo.
c. El cuerpo de Cristo (La Iglesia). La iglesia tendrá su propia resurrección. “Los muertos
en Cristo resucitarán primero” (I Tes. 4:16). No encontramos a la iglesia en el Antiguo
Testamento (Ver Capitulo VII). Por tanto, los profetas del Antiguo Testamento no dijeron
nada de su bautismo espiritual, su arrebatamiento, su resurrección y su transformación.
La iglesia era un misterio escondido en Dios; y fue primeramente revelado a Pablo (Ef.
3:1-9). Aunque, los santos del Antiguo Testamento sabían de sus propias resurrecciones,
lo cual ocurrirá después de la tribulación (Dan. 12:2, 13).

La resurrección de la iglesia fue revelada al apóstol Pablo; ocurrirá antes de la tribulación.


“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora
de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la
tierra.” (Ap. 3:10). Ver también I Tesalonicenses 1:10.

Han pasado casi 20 siglos desde que Cristo, las primicias, ha sido resucitado. Y el día de
la resurrección de la iglesia es desconocido para nosotros.
d. Los santos del Antiguo Testamento y de la tribulación. Esta fase de la primera
resurrección tendrá lugar después de la tribulación, más de 7 años después de que la
iglesia haya sido resucitada. Incluye todo los santos que no forman parte del cuerpo de
Cristo. “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin
de los días.” (Dan. 12:13). Ver también Daniel 12:1,2.

2. La ultima resurrección. La última (o segunda) resurrección ocurrirá después del


milenio, e incluirá a todos los muertos impíos de todos los tiempos. Serán resucitados
para comparecer ante el Gran Trono Blanco. “Pero los otros muertos no volvieron a vivir
hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y
santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad
sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”
(Ap. 20:5, 6).

III. El Estado Intermedio

¿Donde están ahora los muertos? es la gran pregunta en los labios de toda la humanidad.
La única cierta y correcta respuesta es dada por la Palabra de Dios. Otras respuestas no
son nada, sino voces de babel.
Los conceptos siguientes son para recordar mientras explicamos el estado intermedio, el
estado de los hombres entre la muerte y la resurrección: La muerte es separación del
alma y del espíritu, desde el cuerpo. El alma y el espíritu van juntos en la muerte. El
alma es el trono de los apetitos, y el espíritu es el trono del conocimiento, y van juntos en
la muerte, como vemos en el ejemplo del hombre rico en el Hades. El estaba en
tormentos; tenía sentimientos. El razonaba; su espíritu y su alma estaban juntas.

La palabra “Seol” y la palabra “Hades” indican lo mismo. “Seol” es la palabra hebrea en el


Antiguo Testamento. “Hades” es la palabra griega en el Nuevo Testamento. Sabemos que
significan lo mismo porque el apóstol Pedro citó en Pentecostés el Samo16, diciendo:
“Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.”
(Hechos 2:27). Salmo 16 usa la palabra hebrea “Seol” y en este texto de Hechos aparece
la palabra griega Hades. De ese modo, Hades y Seol son lo mismo. Es el lugar adonde
parten las almas y espíritus de los hombres.
1. Nunca encontramos estas palabras en plural.

2. El Seol y el Hades nunca son situados sobre la tierra.

3. La Biblia nunca habla de un Seol individual.

4. El hombre nunca es puesto en uno de ellos, como si fuese una tumba.

5. El hombre nunca cava o preparara un Seol, o Hades.

6. La Biblia nunca habla de un hombre tocando un Seol.

7. La Biblia nunca habla de un cuerpo yendo al Seol, a excepción de una vez, y la


excepción confirma la regla. Coré (Num. 16:28-33) desafió el liderazgo de Moisés y el
sacerdocio de Aarón, e influenció a muchos en Israel contra ellos. Entonces Dios mostró
su desagrado haciendo que la tierra se abriese y tragara a Coré y su familia.
En Lucas 16:19-31 tenemos la historia de Lázaro y el rico, habiendo ambos muerto y
existiendo en el estado intermedio. Algunos piensan que esta historia fue solo una
parábola. Pero en todas sus parábolas, el Señor nunca menciona nombres propios, como
lo hace aquí. Aun si fuese una parábola, entendemos que cada parábola fue dicha para
edificar sobre la verdad (Mat. 13:3).

La siguiente es una interpretación común (que no compartimos) de la así llamada


parábola:
Hombre rico: la nación judía, ricos en lo que Dios les había dado.
Lázaro: los gentiles, pobres a la puerta del hombre rico.
Ambos murieron: el fin de la dispensación, en la que ambos fueron bendecidos por el
evangelio.
¿Cómo puede alguien decir que esto se refiere a judíos y gentiles, cuando la Escritura no
lo dice? ¿Por qué el Señor utilizaría al hombre rico para tipificar la nación judía, cuando
en el pasaje anterior estaba amonestando al rico?
No hay una gran sima entre el judío y el gentil. Ninguna nación de los gentiles ha rogado
de los judíos como Lázaro rogó pan del hombre rico.
Si la nación judía murió (hombre rico), ¿quiénes fueron los 5 hermanos que quedaron
vivos?
En definitiva creemos que estos 2 hombres que murieron fueron 2 personas y que fueron
al Hades.

A. Antes de la cruz.

La cruz es la línea divisoria de muchas verdades escriturales. ¿Adónde iban los muertos
antes de que Cristo muriera en la cruz? Creemos que todos ellos iban al mismo lugar: el
Hades (Seol), pero a diferentes sectores.

Desde Números 16:33 sabemos que el Seol, o Hades, esta en algún lugar dentro de la
tierra. “Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y
perecieron de en medio de la congregación.” Desde Lucas 16:19-31 sabemos que el
Hades tiene 2 compartimentos o sectores: El Seno de Abraham, el lugar de los justos,
adonde Lázaro fue llevado; y el lugar de los tormentos, adonde fue el hombre rico. Una
gran sima separa estos 2 sectores.

Entonces sabiendo que el Seol (Hades) esta en algún lugar bajo tierra, y que tiene 2
sectores, nos volvemos al Señor Jesucristo mismo para encontrar su exacta ubicación.
“Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el
Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” (Mat.12:40). Efesios
4:9, 10 lo hace más claro todavía: “Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había
descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo
que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” Filipenses 2:9, 10
dice, “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los
cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;” Esto habla de la futura adoración de Cristo de
parte de toda la creación. Ahora, prestemos atención a las palabras entrelineas del texto
anterior. Descender “bajo la tierra” significa sumergirse, como un submarino bajo el
agua. Por eso, concluimos que el Seol (Hades) está en el corazón de la tierra, está
compuesto de 2 sectores, uno para los muertos justos y otro para los muertos injustos,
con una gran sima que separa a ambos grupos. Por medio de la revelación del Señor de
esta historia del hombre rico y Lázaro, la cual narró antes de su muerte en la cruz,
podemos ver que todos los hombres, ya sean justos o injustos, antes de la cruz de Cristo
iban al Hades después de sus muertes.

B. Al tiempo de la cruz.

Bajo este titulo solo consideraremos a 2 personas, el Señor Jesús, y el ladrón arrepentido.
Una vez muerto, el Señor Jesús fue al Hades. Sabemos esto por el Salmo 16:10, que dice,
“Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.” El
apóstol Pedro, en el día de Pentecostés de Hechos 2, citó ese mismo texto, pero el usó la
palabra griega “Hades,”en vez de la hebrea “Seol.” Sus palabras describieron la
resurrección de Cristo, y observamos que el había ido al Hades. Entendemos eso por el
uso de las palabras “no dejarás.” El Espíritu Santo no hubiera empleado esas palabras si
él no hubiera ido allá. En lo referente al ladrón crucificado, creemos que fue al Hades con
Jesús, al sector reservado para los muertos justos. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”
(Lucas 23: 43b). ¿Cuántos días Jesús estuvo en el Hades? Tres días. Desde el principio
de esos 3 días, el ladrón estuvo con Jesús en el Paraíso; por lo tanto, aprendemos que
Paraíso era otro nombre dado al seno de Abraham, el cual era el lugar de los muertos
justos.

C. Después de la cruz.

¿Adonde van hoy las personas al morir? Los impíos aun van al Seol (Hades), para
aguardar el juicio final.

Los justos, van al cielo para estar con el Señor. “pero confiamos, y más quisiéramos estar
ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” (II Cor. 5:8). Cuando Cristo se levantó de
entre los muertos “llevó cautiva la cautividad” (Ef. 4:8). Cristo vació el sector del Hades
(Seol) correspondiente a los justos, y los llevó consigo a la gloria. El paraíso estaba, en un
tiempo, en el corazón de la tierra; pero ahora está en el tercer cielo. “Conozco a un
hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no
lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el
cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde
oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.” (II Cor. 12:2-4).

IV. La segunda venida de Cristo

A. La importancia de la doctrina.

Se ha dicho que uno de cada 25 versículos del Nuevo Testamento habla de la segunda
venida de Cristo, mientras que en el Antiguo Testamento hay 8 versículos concernientes a
su segunda venida por cada versículo concerniente a su primera venida. En la promesa
de un redentor (Gen. 3:15), la segunda venida es mencionada antes que la primera. “ésta
te herirá en la cabeza," [ocurrirá en su segunda venida], "y tú le herirás en el calcañal."
[ocurrió en primera venida, en la cruz].”

1. Testimonio del Señor. “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré
a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3). Ver también
Mateo 24, 25; Marcos 13; Lucas 21.

2. Testimonio de los Ángeles. “los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué
estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:11).

3. Testimonio de Pedro. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; ” (Hechos


3:20). Ver también I Pedro 5:4; II Pedro 1:16.

4. Testimonio de Pablo. “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de
Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en
él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido
confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la
manifestación de nuestro Señor Jesucristo; ” (I Cor. 1:4-7). Ver también Romanos 11:26:
I Corintios 15:23; II Corintios 5; Filipenses 3:20; Colosenses 3:4; I Tesalonicenses (toda la
epístola); II Tesalonicenses 1:7, 10; I Timoteo 6:14; II Timoteo 4:8; Tito 2:11-14; Hebreos
9:28.

5. Testimonio de Santiago. Los profetas, citados por Santiago, representan al Señor


diciendo, “Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y
repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,” (Hechos 15:16). Ver también Santiago 5:7.

6. Testimonio de Juan. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado


lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es.” (I Juan 3:2). Ver también I Juan 2:28, y el libro de
Apocalipsis.

7. Testimonio de Judas. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo:
He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, ” (Judas 14).

B. El significado de su segunda venida.

1. Lo que no es.
a. No es la muerte. La muerte es la partida de un santo, no la venida del Señor. El Señor
vendrá, pero la muerte puede que nunca llegue para el creyente.
b. No es la caída de Jerusalén. Lucas 21:20-24, y I Tesalonicenses 4:13-18 no ocurrieron
cuando cayó Jerusalén. La segunda venida de Cristo esta vinculada al recogimiento de
Israel, no a su dispersión.
c. No es la venida del Espíritu Santo. Cristo dijo que enviaría a otro (Jun 14:16). I
Tesalonicenses 4: 13-18 no ocurrió cuando vino el Espíritu Santo. Observe que todas las
epístolas que hablan de la segunda venida fueron escritas después de Pentecostés.
d. No es la conversión de un pecador. Si fuera así, el tendría que venir millones de veces.
e. No es la difusión del cristianismo. El mismo Señor Jesús, en persona, regresará.
f. No es el fin del mundo. Cuando Cristo venga, el mundo no será destruido, porque el
reinará por mil años después de que aparezca.

2. Lo que es.
a. Será una venida personal. Juan 14:3 dice, “vendré otra vez.” No debemos esperar un
espíritu, sino el mismo Señor corporalmente. I Tesalonicenses 4:16, 17 dice “el Señor
mismo.” Hechos 1:11 declara “este mismo Jesús”; no otra persona o cosa, sino Cristo
mismo.
b. Será una venida visible. “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra
hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:27). Ver
también Zacarías 12:10; Apocalipsis 1:7.
c. Significado de las palabras griegas usadas.
(1) Parousía. Significa su presencia personal. Y se usa esta palabra no solo para hablar
de la venida del Señor, sino también de la venida de otros hombres (I Cor. 16:17; II Cor.
7:6,7; Filipenses 1:26). En lo que concierne a la venida del Señor, será en un instante,
cuando cese su ausencia y comience su presencia (Mat. 24:3, 27; I Cor. 15:23; I Tes. 2:9;
Sant. 5:8).
(2) Epifanía. Esta palabra significa sencillamente “aparición.” Es usada para ambos
eventos (II Tim. 1:10; II Tes. 2:8; I Tim. 6:14; II Tim. 4:1,8; Tito 2:13).
(3) Apokalipsis. El significado literal es “correr un velo o telón para revelar.” Enfatiza la
visibilidad del retorno del Señor (II Tes. 1:7; I Pedro 1:7, 13; 4:13. Se usa también para
hombres: Romanos 8:19; II Tesalonicenses 2:3,6, 8).
d. Es una venida en 2 fases.
(1) Cuando Cristo venga por sus santos en el aire. “Pero con respecto a la venida de
nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, ” (II Tes. 2:1).
La promesa del retorno de Cristo de Hechos 1:9-20 fue dada antes de que el
arrebatamiento fuera revelado. Hebreos 9:28 no tiene nada que ver con el
arrebatamiento.
(2) Cuando Cristo venga con sus santos a la tierra. “De éstos también profetizó Enoc,
séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,
” (Judas 14).
(3) Estas 2 fases son grandemente distintas.
(a) Diferentes en carácter. “por los suyos” es un acto de fe; “con los suyos” es un acto de
juicio público.
(b) Diferentes en Manera. Una en secreto, la otra es una manifestación pública.
(c) Diferentes en lugar. “por los suyos”, en el aire (I Tes. 4:17); “con los suyos”, a la tierra
(Zac. 14:14).
(d) Diferentes en tiempo. “Por los suyos” será antes de la tribulación (Angustia para
Jacob); “con los suyos” ocurrirá después de la tributación (Angustia para Jacob). Nunca
encontramos en las Escrituras señales para anunciar su venida por sus santos, pero se
anuncian señales para antes de su venida con sus santos (Compare II Tes. 2:1-3 con Is.
13: 6-9).
(e) Diferentes en Dispensaciones. Viniendo “por sus santos” será terminando la
dispensación de la gracia; viniendo “con su santos” ocurrirá al principio de la
dispensación del milenio.
(f) Diferentes en propósito. Viniendo “por sus santos” cumplirá su promesa de regresar
para llevar los suyos (Juan 14:3); viniendo “con sus santos” como guerrero en caballo
blanco, destruirá a sus enemigos (Judas 14).
(g) Diferentes en relación. “Por sus santos” será la adopción final de los hijos de Dios;
“con sus santos” será el tiempo para que los hijos de Dios sean manifestados al mundo.
(Rom. 8:19,23).

C. Los eventos de la segunda venida en relación al cuerpo de Cristo.

Al tratar el tema del arrebatamiento de la iglesia, reconocemos el hecho de que la palabra


“arrebatamiento” no es una palabra escritural. No obstante, el arrebatamiento es un
hecho escritural.

1. La resurrección de los muertos en Cristo. “Porque el Señor mismo con voz de mando,
con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero.” (I Tes. 4:16). Este acontecimiento incluirá a todos aquellos que
murieron antes de alcanzar una edad de responsabilidad ante Dios, tales como bebes, los
mentalmente dañados, etc. Si Cristo no regresara, no habría resurrección, y si no
hubiese resurrección, el hombre sería por siempre un espíritu. Si el diamante puede ser
hecho a partir del carbón, zafiro del barro, y vidrio de la arena, ¿no podría acaso Dios
rehacer nuestro cuerpo de manera maravillosa?

2. La transformación de los vivos en Cristo. “He aquí, os digo un misterio: No todos


dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de
ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto
corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” (I Cor. 15:51-
53). El cristiano es alguien que no espera la muerte, sino la conquista de la muerte. Las
palabras “No todos dormiremos” significan “no todos moriremos.” ¡Qué gloriosa
esperanza es esta! ¡Qué grito de victoria será aquel día! “¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (I Cor. 15:55). ¿No es acaso una esperanza
bendita que sea posible para nosotros partir sin muerte? Ningún hombre, incluso
aunque sea cristiano, quiere morir. Eso es natural. El cristiano, no obstante, es alguien
que no tiene miedo a morir. El cristiano es la única persona que tiene esperanza de no
ver muerte jamás. Ciertamente sabemos que la Escritura dice, “está establecido para los
hombres que mueran una sola vez.” ¡Pero la Escritura no dice para todos los hombres!
La transformación de los que estemos vivos al momento de su venida no será por muerte,
sino que ¡nosotros no moriremos!

3. El arrebatamiento de todos los de la fe en Cristo. “Pero con respecto a la venida de


nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os
dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni
por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca.” (II Tes. 2:1, 2). Estos textos, y la frase, “seremos transformados,” eliminan la
posibilidad de un arrebatamiento parcial. El cuerpo de Cristo por entero será arrebatado;
el cuerpo no puede ser fraccionado. El cuerpo de Cristo estará completo. Ningún
miembro de su cuerpo será dejado para pasar por la tribulación. Y alguien puede decir,
“¿Como podrá ser eso?” Dios llevo a Elías sin pasar por muerte; Dios puede llevar
millones de personas, y aun muchos millones de personas.

El arrebatamiento de la iglesia causará una gran separación. Todos los incrédulos serán
dejados para pasar por la tribulación. Y el arrebatamiento de la iglesia también será el
medio para lograr una gran reunión. “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (I Tes. 4:17). Que grandiosa palabra es
“juntamente”; todos nuestros amados en Cristo “juntos” para siempre.

“aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran


Dios y Salvador Jesucristo, ” (Tito 2:13). Estamos esperando que venga. ¿Estas
esperándole hoy? ¿Estas esperando que llegue esta noche? La Escritura nos instruye y
anima a esperarle.

V. El anticristo

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te


herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Gen. 3:15). Mientras este versículo
habla de Cristo como la simiente de la mujer, también proféticamente creemos que
declara al anticristo como la simiente de la serpiente. La simiente de la serpiente, el
anticristo, se menciona por primera vez en el primer libro de la Biblia, y se describe
plenamente en el último libro de la Biblia; como así también puede ser encontrado entre
otros libros de la Biblia. Esto es muy significativo.

A. Su persona.

Algunos creyentes en los primeros tiempos pensaron que Nerón era el anticristo. Luego
de unos siglos los valdenses, los Hussitas y los seguidores de Wycliffe declararon que
pensaban que la iglesia Católica Romana era el anticristo. La iglesia Católica Romana,
por su parte, declaraba que Napoleón era el anticristo. Durante la primera guerra
mundial, se pensaba que el Kaiser Wilhelm de Alemania era el hombre de pecado.
Muchos hombres fueron propuestos para este personaje, pero es inútil especular, pues no
será revelado hasta después del arrebatamiento de la iglesia (II Tes. 2:1-12).

Será un hombre. “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de
la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” (Ap.
13:18). Note que la Escritura dice que tendrá número de hombre. El número del hombre
es 6. Dios dice su numero será 6-6-6: será un hombre; será un hombre; será un hombre!
No será una iglesia falsa; no será un sistema; será un hombre. Y se manifestará
finalmente en Jerusalén, no en Roma.

1. Parece que será un judío. “Del Dios de sus padres no hará caso” (Dan. 11:37a). “Dios
de sus padres” parece ser de Abraham, Isaac y Jacob. “Yo he venido en nombre de mi
Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.” (Juan 5:43).
La palabra “otro” parece indicar “otro Judío.” El titulo "anticristo" es un titulo judío, y
nos parece que los judíos no aceptarían a un gentil como Mesías.

2. Será un genio. Será el hombre mas destacado que este mundo haya visto aparte del
Señor Jesucristo.
a. Un genio intelectual. “Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al
colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas.” (Dan. 8:23). Ver
también Ezequiel 28:3.
b. Un genio en oratoria. “pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.” (Dan.
11:21b). Será una imitación de aquel de quien se dijo: “Jamás hombre alguno ha
hablado como este hombre.”
c. Un genio en su acción de gobierno. Se levantará desde la oscuridad al poder. El será
el “cuerno pequeño” del que habla Daniel 7, y la “bestia” de Apocalipsis 13 y 19. Todos
los reyes le entregarán el poder.
d. Un genio en su gestión comercial. Nadie podrá comprar ni vender sin su marca. “y
que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la
bestia, o el número de su nombre.” (Ap. 13:17).
e. Un genio militar. “Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un
arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Ap. 6:2). “¿Quién como
la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Ap. 13:4b).
f. Un genio de la religión. Demandará ser adorado como Dios. “el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el
templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.” (II Tes. 2:4).

B. Sus títulos.

1. Hombre de pecado. Este es el mas importante y mas terrible de todos sus títulos.
Todos los pecados del hombre serán corporizados y encabezados en él. “Nadie os engañe
en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición, ” (II Tes. 2:3).

2. Hijo de perdición. El texto anterior lo declara como hijo de perdición. (II Tes. 2:3).

3. El inicuo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el


espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;” (II Tes. 2:8). Cristo es el
Justo; el anticristo será el inicuo.

4. El mentiroso. “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, ”
(II Tes. 2:11). Jesucristo es la verdad; el anticristo será la mentira. Juan 8:44 dice que el
diablo es un mentiroso “y el padre de la mentira."

5. El anticristo. “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo


viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo.” (I Juan 2:18).

6. El rey de Babilonia religiosa. Babilonia es siempre el trono de Satanás. Sobre la


Babilonia de los últimos días reinará el anticristo. (Ap. 17 y 18).

7. El cuerno pequeño. “Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno
pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros;
y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes
cosas. Daniel 7:8.

8. El rey altivo. “Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre


todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea
consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá.” (Dan. 11:36).

9. El asirio. “Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.” (Is.
10:5). Ver también Isaías 10:12, 24.

10. La bestia. (Ap. 13, 17 y 19).

C. Sus precursores.
Vemos algunos en las Escrituras, y otros fuera de las Escrituras.

1. Caín. El negó la sangre y llegó a ser mentiroso y asesino. (I Juan 3:12).

2. Nimrod. Su historia precedió al llamado de Abraham a la tierra prometida. El


anticristo precederá al llamado de la simiente de Abraham y la entrada por segunda vez a
la tierra prometida. Nimrod significa “rebelde,” hombre poderoso que se levantó contra el
Señor.” Del mismo modo hará el anticristo.

3. Saul. Este rey de Israel fue pedido por el pueblo, pero se levantó contra el ungido del
Señor. Pensamos que también el anticristo será aceptado por los pueblos, y se levantará
contra el Cristo de Dios.

4. Absalom. Absalom significa “padre de paz”; pese a eso se levantó contra su padre.
Ostentaba ser hombre de paz pero trató de robar el reino. Así será con el anticristo.

ABSALOM
ANTICRISTO
1. Hombre de belleza
1. Lo mismo.
2. Trató de ganar el reino con halagos.
2. Lo mismo.
3. Se edificó una efigie.
3. Lo mismo.
4. Terminó en un fin violento.
4. Lo mismo.

5. Nabucodonosor. Fue el primer rey de imperio mundial, y llegó a ser como un anticipo
del gran rey de los últimos días.

6. Antioco Epifanes. Fue un malvado hombre que vapuleó a Jerusalén, matando miles y
miles de judíos. Tomó un cerdo y lo sacrificó en el altar del templo. El anticristo también
profanará el templo judío.

7. Alejandro el grande. Un genio militar que nunca fue derrotado. Buscó que le
adorasen. Lo mismo hará el anticristo.

8. Caligula. A este emperador romano llegaron a considerarlo loco. Creemos que fue
poseído por demonios. El anticristo será plenamente poseído por Satanás.

9. Nerón. Durante su vida, algunos cristianos creían que era el anticristo.

10. Carlomagno. Este hombre fue considerado un gran guerrero y estadista. El anticristo
será lo mismo.

11. Napoleón. El pensó revivir el imperio romano. El anticristo tendrá esos mismos
planes.

12. El Kaiser Wilhelm. Este líder del imperio germano tenía un objetivo similar al de
Napoleón. Se dice que cada general tenía un mapa del santo imperio romano.

13. Mussolini. No hay dudas de los objetivos de este hombre. Una vez hizo un mapa de
todo el imperio romano e incluyó a Inglaterra en él. Inglaterra reclamó en aquel entonces,
pero el mapa permaneció. El anticristo no solo hará un mapa, sino que levantará un gran
imperio.

D. Su obra.

Su obra será motivada por Satanás, gobernando el mundo y tratando de destruir a los
judíos (Is. 10:12-27).

F. Su carrera.

Recuerde, este será una mueca y una mímica de Cristo. Tal vez declare ser su
reencarnación. Su nacimiento será oscuro; comenzará como cualquier hombre en los
asuntos del mundo; pero rápidamente será promovido hasta llegar a ser el gobernador del
mundo entero. Daniel 9:27 dice que “confirmará pacto con muchos” incluyendo a judíos.
Por tres años y medio de la tribulación los judíos estarán respaldados para adorar en el
templo que habrán de construir. Esto era difícil de creer años atrás, pero es más fácil
mirando al Israel de hoy. Volvieron a ser nación; volvieron a tener gobierno en Jerusalén,
ejército, fuerza aérea; y están haciendo negocios con el resto del mundo. ¿Por qué todavía
existen? ¿Está sucediendo el último recogimiento de Israel? ¿Están esperando al
Mesías? No. La mayor parte de Israel ha retornado a su tierra en incredulidad. Incluso
muchos de ellos ni siquiera creen en el Dios de sus padres, y mucho menos en su Mesías
rechazado. Y entonces, ¿qué está esperando la nación de Israel? Aunque no lo saben,
espera por el surgimiento del anticristo. Este hará pacto con ellos. He allí a Israel
aguardando por el anticristo.

“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se
maravilló toda la tierra en pos de la bestia, ” (Ap. 13:3). Según esta Escritura y
Apocalipsis 17, aparentemente el anticristo sufrirá la muerte, morirá. Las palabras
“herida mortal” se pueden traducir “golpe de muerte.” Apocalipsis 13:12 tiene la
expresión, “cuya herida mortal fue sanada,” lo que indica su muerte y posterior
resurrección por algún modo. Ver también Apocalipsis 13:14. No nos debe asombrar que
el mundo se maraville entonces y diga, “¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar
contra ella?” (Ap. 13:4b).

El será el séptimo de 7 reyes que regirían al mundo. Cuando muera y vuelva de alguna
manera a vivir, llegará a ser el octavo rey. El mundo entonces estará configurado en la
forma de 10 reinos unidos, regidos por 10 reyes, “Estos tienen un mismo propósito, y
entregarán su poder y su autoridad a la bestia.” (Ap. 17:13).

No hay dudas que se levantará para gobernar el mundo en la septuagésima semana de la


profecía del capitulo 9 del libro de Daniel. Comenzará entonces el Día del Señor, y en
esos tiempos demandará ser adorado como Dios.

F. Su tiempo.

Aun no se ha manifestado al mundo, pero es posible, a la luz de los eventos mundiales


presentes, que en algún lugar del mundo ya haya nacido. No aparecerá como anticristo
hasta que el antiguo imperio romano sea reavivado, compuesto por los 10 dedos de la
visión de Daniel 2 y los 10 cuernos de Daniel 7. Luego se manifestará como la bestia de
Apocalipsis 13 y 17. Otra cosa que debe suceder antes que se manifieste es el
arrebatamiento de la iglesia.

G. Su aparición.
Parece que será judío por nacimiento, romano por ciudadanía, y sirio por nacionalidad.
“Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia
la tierra gloriosa.” (Dan. 8:9).

H. Su fin.

“entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca,
y destruirá con el resplandor de su venida; ” (II Tes. 2:8). Ver también Apocalipsis 19:20.

VI. La Tribulación

Hay 3 tribulaciones distintas en las Escrituras, y aunque se pueden distinguir una de


otra, se puede también caer en confusión. Mientras que la Palabra de Dios dice que el
cuerpo de Cristo sufre tribulaciones, también dice que Israel pasará por la tribulación.
Además habrá tres años y medio de gran tribulación, angustia como el mundo jamás ha
visto. Y es en estos puntos donde muchos se confunden, mezclando estos tres temas,
aunque son claramente distintos. Primero, la iglesia sufre tribulaciones, el cuerpo de
Cristo actualmente presente en este mundo. Segundo, habrá una futura tribulación
conocida bíblicamente como la angustia de Jacob, la cual será al fin de los tiempos y
durara siete años. Finalmente, habrá una gran tribulación, la segunda mitad de ese
periodo de 7 años. Durara tres años y medio, al fin de la cual regresará el Señor para
reinar.
A. Las tribulaciones de la iglesia.

No hay dudas de que la iglesia sufre tribulaciones. “Porque también estando con
vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.”
(I Tes. 3:4). “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús
padecerán persecución; ” (II Tim. 3:12). Es natural para la iglesia del Señor sufrir en este
mundo. El mundo entero está bajo el maligno; y nosotros siendo celestiales, somos objeto
de persecución por parte de Satanás y sus huestes de maldad. La iglesia es un cuerpo; y
un cuerpo es natural que sufra, cuando un miembro es herido todo el cuerpo lo sufre.

Pablo, escribiendo a los colosenses dijo: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y
cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la
iglesia;” (Col. 1:24). Note que la palabra “aflicciones”, significa tribulaciones. Esta es la
misma palabra que se usa para tribulación y gran tribulación. También, debemos prestar
atención a las palabras “las aflicciones de Cristo”, con artículo definido. Entonces, estas
son las tribulaciones de Cristo, las tribulaciones del cuerpo de Cristo, la iglesia. Pablo,
escribiendo a los colosenses estaba en Roma, a una gran distancia de ellos; ¿Cómo es que
sus sufrimientos en Roma pudiesen ser efectivos para los colosenses? Luchaba por ellos
en oración y se esforzaba en escribirles y ministrarles. En Colosenses 1:13 Pablo se
refiere a la iglesia como al reino de su amado Hijo, y en el versículo 24 enfatiza sus
sufrimientos o tribulaciones.

Juan dice lo mismo en Apocalipsis 1:9, “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro
en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada
Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.” Ciertamente, la
iglesia sufre tribulaciones, las tribulaciones de las cuales Cristo nos previno de antemano.

B. La tribulación de Israel.

Un término más específico tomado del libro de Jeremías es “Angustia para Jacob.” “¡Ah,
cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para
Jacob; pero de ella será librado.” (Jer. 30:7).
Los últimos tiempos estarán marcados por un periodo de 7 años, conocido como la 70a
semana de Daniel. “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad,
para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos.
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se
volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
el desolador.” (Dan. 9:24-27).

Por estos versículos aprendemos que setenta semanas (490 años) están determinadas
sobre el Pueblo de Daniel, los judíos. Desde el momento que saliese el mandato para
reedificar Jerusalén hasta el tiempo cuando el Mesías (Cristo) fuese cortado, habría 69
semanas y algunos días, o sea 483 años y unos días. Entre la semana 69 y la 70 habría
un espacio, para la formación de la iglesia, de la cual Daniel no supo nada, ni ningún otro
profeta del Antiguo Testamento (Ef. 3:5). Sabemos que estas 70 semanas tienen que ver
solo con Israel. Parece que en los días presentes Dios se ha olvidado de Israel, pero no es
así. Luego que la iglesia sea completada, lo que se llama “la plenitud de los gentiles”
(Rom. 11:25), la iglesia será arrebatada, y el Señor dará plena atención a los judíos
(Israel) nuevamente. En aquel tiempo será la 70a semana , conocida como la tribulación,
los últimos siete años.

La iglesia no atravesará por ningún segmento o parte de esta tribulación de 7 años.


Apocalipsis 4 y 5 describen a pleno el arrebatamiento de la iglesia antes de la tribulación
y su adoración en el cielo. Los capítulos 6 al 19 tratan con la tribulación en la tierra. La
tribulación comenzará cuando el anticristo haga pacto con los judíos y con muchos. Y
concluirá con la venida de Cristo en gloria, poder y juicio.

C. La gran tribulación.

Aunque a toda la tribulación se le llama "tiempo de angustia para Jacob", el juicio se


intensificará en los últimos 3 años y medio. Esa mitad se marcará por la ruptura del
pacto por parte del anticristo, y por la manifestación del anticristo como la mentira. “Y
por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
el desolador.” (Dan. 9:27). El Señor Jesús re-enfatizó esta verdad cuando agregó algunos
detalles a lo ya revelado: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en
Judea, huyan a los montes. . .porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha
habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” (Mat. 24:15, 16, 21). De
las palabras de Daniel y del Señor Jesús aprendemos que en la mitad de la tribulación el
anticristo quebrará su pacto con los judíos, le pondrá fin a los sacrificios en el templo, y
se presentará él mismo en el lugar santo, lo cual se describe como la abominación
desoladora. II Tes. 2:4 describe este evento y agrega detalles: el anticristo “el cual se
opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”
Durante estos últimos 3 años y medio, cuando el anticristo demandará ser adorado como
Dios, el hombre no podrá comprar ni vender si no tiene su marca (Ap. 13:17).

Muchas veces surge la misma pregunta: “¿se salvará alguien durante la tribulación
(incluyendo la gran tribulación)?” Si, muchas personas serán salvos, aun durante los
primeros 3 años y medio de la tribulación. La partida de los santos de la iglesia
convencerá a muchos inconversos de la verdad del evangelio; de todos modos, estos
creyentes no serán parte del cuerpo de Cristo. “Y entonces se manifestará aquel inicuo,
a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su
venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto
no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder
engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.” (II Tes. 2:8-12).

Estos últimos versículos parecen enseñar que si alguien ha rechazado a Cristo antes del
arrebatamiento no tendrá opción de ser salvo en la tribulación. Pero el texto dice que
creerán la mentira y pensamos que el anticristo se manifestará como la mentira en la
mitad de la tribulación. Algunos estiman, por lo tanto, que se extenderá la invitación a
ser salvos a las personas también durante los primeros tres años y medio. Pero si
rechazan a Cristo entonces ya no habrá opción avanzando la tribulación.

Y surge una nueva pregunta, “¿habrá salvos durante los últimos tres años y medio?”
Apocalipsis 7 declara enfáticamente que habrá un incontable número de judíos y gentiles
salvos en aquellos días, en los días de la gran tribulación. Entendemos que serán salvos
en aquellos días los que nunca antes hayan rechazado el evangelio, y entones lo reciban y
no se dejen marcar por la bestia. La salvación de ellos será fruto de la predicación de
144.000 Israelitas (Ap. 7:4-8).

Alguien puede preguntar, “¿pero cómo, entonces, será posible para ellos ser salvos una
vez que el Espíritu Santo haya sido sacado del mundo?” "Porque ya está en acción el
misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez
sea quitado de en medio.” (II Tes. 2:7). El Espíritu de Dios es omnipresente y no puede
ser que quede ausente, pero quitará su mano de restricción de sobre el hombre de pecado
y permitirá su carrera de pecado. El Espíritu Santo estará aquí en el mundo, porque es
omnipresente, y tendrá una manifestación y un ministerio similar al que tuvo en el
Antiguo Testamento. Y recordemos que la gran tribulación terminará con la venida de
Cristo a la tierra.

VII. La batalla de Armagedón

Donde sea que una gran guerra se pone en marcha, la gente teme que sea la batalla de
Armagedón. Para entender claramente esta batalla, veamos primero lo que no es, y luego
lo que es.

A. Lo que No es.

1. No es ni la primera ni la segunda guerra mundial.

2. No es la primera batalla de Gog y Magog. Esta batalla será encabezada por fuerzas de
una confederación de naciones y pueblos del norte. No es mas que una batalla, y Dios
hará llover sobre estos ejércitos fuego y azufre desde el cielo. Esto probablemente
ocurrirá al principio de la tribulación.
3. No es una guerra en el cielo. En la batalla que se describe en Apocalipsis 12:7-17, los
ejércitos de Satanás serán vencidos por Miguel y sus ángeles, y luego arrojados a la tierra.

4. No es la segunda batalla de Gog y Magog. Esta será la conclusión a toda batalla física
y espiritual. Será después del milenio, cuando Satanás sea soltado por ultima vez y por
breve tiempo y salga a engañar a las naciones (Ap. 20:7-9). Fuego descenderá del cielo y
destruirá a los rebeldes.

B. Lo que Es.

1. Los Participantes. “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos


para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.” (Ap. 19:19). Será la
simiente de la serpiente luchando contra la simiente de la mujer (Gen. 3:15). Será el final
conflicto entre Cristo y el anticristo.

2. El lugar. El valle de Jezreel, el valle de Meguido, en Israel. Este es un antiguo campo


de batalla donde Gedeon peleó, donde perdieron la vida Saul y Jonatan, donde Faraón
mató a Josías. Los griegos y los romanos batallaron allí; y Napoleón sufrió su primera
derrota.

3. El tiempo. La batalla de Armagedón tendrá lugar al final de la gran tribulación, y justo


antes del reino milenial de Cristo.

4. Su fin. Todo terminará con la completa destrucción del anticristo y sus ejércitos.
Luego el anticristo y el falso profeta serán arrojados vivos al lago de fuego y azufre. “Y la
bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales
con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían
adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde
con azufre.” (Ap. 19:20).

VIII. El Milenio

El Milenio es el periodo de mil años de reinado de Cristo sobre esta tierra, y comenzará
inmediatamente después de terminada la gran tribulación. Milenio es una palabra que
no aparece específicamente en el texto bíblico, pero es innegable como concepto
escritural.

A. El hecho del milenio.

1. El Señor lo ha decretado (Sal. 2).

2. Cristo lo enseño (Mat. 24; Marcos 13; Lucas 21).

3. La Escritura lo enseña (Is. 2, 11).

4. El salmista lo describe (Sal. 72).

5. Los ángeles lo declararon (Lucas 1).

6. La transfiguración lo ilustra (Mat. 16:28; 17:1).

7. El evangelio lo bosqueja (Marcos 6:45-56).

8. Los apóstoles lo predicaron (Hechos 2, 3).


9. La creación lo aguarda. (Rom. 8).

B. Descripción del milenio.

1. Los mil años (Ap. 21:1-7).

2. La era venidera (Ef. 1:21).

3. El Día del Señor (Ap. 6:12-17; Joel 2:10, 11,30, 31; Hag. 2:6,7; Mat. 24; Zac. 14:1-5).

4. El aquel día (Is. 4:2; 2:11, 17, 20, 21; 11:11).

5. La restauración de todas las cosas. “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes


anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la
restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que
han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos 3:20, 21).
a. Israel a la tierra prometida (Is. 11:10-12).
b. Arrepentimiento de las naciones a Jehová (Zac. 12: 10-14).
c. La remoción del pecado y de la iniquidad (Zac. 3:9).
d. Restauración de las lluvias (Joel 2:23-29).
e. Restablecimiento de la Ley de Jehová (Jer. 31:28-37).
f. Redistribución de la tierra (Ez. 48).
g. Reconstrucción de Jerusalén (Is. 62; Ez. 40).
h. Restitución del reposo libres de miedos (Is. 14:1-3; Jer. 33:14-16).
i. Restitución del amor de Jehová (Sof. 3:16-20).

6. La regeneración de todas las cosas (Mat. 19:18; Is. 32).

7. La Roca arrasará y luego como monte reinará (Dan. 2).

C. Los tipos del milenio.

1. El año del jubileo (Lev. 25).

2. La fiesta de los tabernáculos (Lev. 23).

3. El sábado. Es ese reposo que viene.

4. El reino de Israel bajo el rey Salomón. Será un reino de paz absoluta.

D. Las condiciones de vida durante el milenio.

1. La iglesia: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si
sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.” (II Tim.
2:11, 12). Dondequiera que el Señor esté, estaremos con El (I Tes. 4:17). Reinaremos
con él, juzgaremos sobre los ángeles y el mundo. I Corintios 6:2, 3 dice: “¿O no sabéis
que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros,
¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los
ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?”

2. Satanás. Satanás será atado y encarcelado en el abismo por mil años (Rev. 20:1-7).
No tendrá actividad ni influencia durante el milenio.

3. Israel. Llegará a ser cabeza de las naciones, y dejará de ser cola como lo es hoy (Is.
2:1-4; 11:3, 4; 61:5; Zac. 8:23; Deut. 28:13).
4. Las naciones del mundo. Todas las naciones subirán a Jerusalén año tras año para
adorar al Rey Jehová en persona. Si anualmente no subiesen para la fiesta de los
tabernáculos, Dios hará que no llueva sobre esa nación (Zac. 14:16; Is. 2).

5. La humanidad de entonces.
a. Su condición espiritual. Algunos piensan que no habrá pecado en el milenio, pero
habrá. La naturaleza humana no ha cambiado de una dispensación a otra. Habrá
adoración universal a Cristo (Heb. 8:11; 2:14; Fil. 2:10, 11), pero será una obediencia
externa de parte de algunos. Por ejemplo, muchos en prisión obedecen a sus guardias,
no porque les amen, sino porque deben hacerlo. ¿De dónde surgirán estos pecadores?
¿Acaso no comenzará el milenio con todos creyentes nacidos de nuevo? Los rebeldes
serán descendientes de padres salvos, personas que habrán entrado vivos desde la
tribulación al milenio.
b. Condiciones físicas. La vida humana será alargada y muchos vivirán a lo largo de todo
el milenio. Creemos que puede haber muerte en este reinado de Cristo, no de creyentes
sino de alguien que se rebele públicamente. Creemos que ni bebes ni niños morirán. "No
habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el
niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.” (Is. 65:20).
c. Condiciones morales. Este no será un periodo de absoluta perfección. No obstante, no
se le permitirá levantar cabeza al pecado. Cristo reinará con vara de hierro (Sal. 46:9; Is.
2:4). Sin embargo, habrá pecado en los corazones de los hombres.

6. Creación.
a. Física. Cuando Adán cayó, la tierra fue maldecida (Rom. 8:18-23). Y en una tierra
maldecida el hombre ha hecho maravillas con sistemas de irrigación y demás cosas
similares, ¡pero miren lo que Dios hará! “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se
gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará
con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos
verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.” (Is. 35:1-2). Ver también Isaías
55:13. La creación será restaurada completamente; sin más terremotos; ni tormentas
destructivas, sin hambrunas ni pestilencias. (Joel 2).
b. Creación animal. Antes de que el hombre pecara, Dios había puesto en los animales
temor hacia el hombre. Ellos comían pastos del campo. Durante el milenio los animales
volverán al mismo orden que Dios había intentado para ellos (Is. 11:6-9). “y un niño los
pastoreará.” (Is. 11:6). Esto significa que un niño durante el milenio podrá conducir
tranquilamente a estos animales.

IX. Los juicios


La Biblia no enseña que habrá un solo juicio final general para todas las personas. En
cambio, nos informa que habrá varios juicios, algunos ya han acontecido, otros suceden
al presente y otros tendrán lugar en el futuro. Por ejemplo, hay un juicio pasado sobre
Sodoma y hay un juicio futuro sobre Babilonia.

A. Juicios de los cristianos

1. Juicio sobre el pecado. ¿Cuándo ocurrió ésto? Para los cristianos este es un juicio en
el pasado, porque todos nuestros pecados fueron juzgados en la cruz de Cristo. “Porque
también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para
llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; ” (I
Pedro 3:18). “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para
que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida
fuisteis sanados.” (I Pedro 2:24). Ver también Galatas 3:13; Juan 3:16; Isaías 53:5,6.
2. Juicio sobre el servicio cristiano. Ningún cristiano tendrá condenación por sus
pecados; sus pecados han sido juzgados sobre Cristo en la cruz. Pero el cristiano deberá
dar cuentas a Dios por sus obras. “Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (II Cor. 5:10). El cristiano ha
escapado del futuro juicio de los impíos, “de cierto, de cierto os digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha
pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24), pero el cristiano estará delante del tribunal de
Cristo para recibir recompensas por las obras que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo. La palabra griega para “tribunal” era la palabra “Bema.” Sucederá cuando
Cristo venga y nos lleve. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para
recompensar a cada uno según sea su obra.” (Ap. 22:12).

Se mencionan varias coronas en las Escrituras que el cristiano puede lograr:


a. La corona de la vida. “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los
que le aman.” (Santiago 1:12). Ver también Apocalipsis 2:10. Esto es un premio a la
fidelidad, aun hasta la muerte.
b. La corona incorruptible. “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad,
para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” (I Cor. 9:25). Esto
es un premio para aquellos cristianos que viven una vida separada para el Señor.
c. La corona de gozo. “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me
gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?” (I Tes. 2:
19). Esta es un premio para los ganadores de almas.
d. La corona de gloria. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de
ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la
corona incorruptible de gloria.” (I Pedro 5:2-4). Esta es la corona para los pastores, los
ministros que en verdad lo son.
e. La corona de justicia. “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual
me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que
aman su venida.” (2 Tim.4:8) Esta corona es para premiar a los que aman su segunda
venida.

B. Juicio a las naciones.

Este juicio tendrá lugar al regreso del Señor para iniciar el milenio. (Mat. 25:31-46). Una
mejor palabra para “naciones” es “gentiles.” Este será el juicio de cada uno de los gentiles
que sobrevivan habiendo terminado la tribulación. Se mencionan 3 grupos de personas
en la parábola: ovejas, cabritos y hermanos más pequeños del Rey. Los hermanos son los
judíos; las ovejas son los justos que heredarán el reino; y los cabritos son los injustos que
serán excluídos.

Los justos (ovejas, gentiles) entrarán al Reino, y a vida eterna. Los injustos (cabritos,
gentiles) serán arrojados al fuego eterno; por lo tanto, ellos no serán juzgados en el juicio
del gran trono blanco. Ellos Irán a condenación mil años antes que los muertos impíos.

Algunos creen que este es un juicio de obras y que los hombres van al cielo o al infierno
sobre la base de sus obras. Pero si observamos con cuidado vemos que este es un juicio
basado en la fe de ellos. No hay dudas que el Señor será el Juez. Ahora, ¿qué motivará a
estas ovejas de las naciones a servir y ayudar a los judíos durante la tribulación? Ellos
harán todo esto porque ellos habrán aceptado la predicación de estos hermanos judíos del
Rey. ¿O acaso podemos pensar que ellos visitarían, vestirían, alimentarían y ayudarían a
estos judíos durante la tribulación si no hubiesen creído? Recuerden, la tribulación será
un tiempo de peligros y persecuciones. Los hombres no podrán comprar ni vender sin la
marca de la bestia. Las ovejas (gentiles creyentes) desafiarán ese orden, rechazarán la
marca de la bestia, y aceptarán lo que los judíos prediquen. Sabemos que ellos recibirán
a Cristo, porque el Señor dijo, “El que a vosotros recibe, a mí me recibe” (Mat. 10:40).
Otra vez destacamos que las ovejas (gentiles) serán salvos por su fe en Cristo, pues
Apocalipsis 7:14 declara: “Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que
han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la
sangre del Cordero.”

Los injustos de las naciones (cabritos, gentiles incrédulos) serán arrojados al fuego a
causa de su incredulidad. Al rechazar a los hermanos, habrán de rechazar a Cristo.

C. Juicio del Gran Trono Blanco.

Encontramos este gran juicio en Apocalipsis 20:11-15: “Y vi un gran trono blanco y al


que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar
se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y
el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos
que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades
fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
Este será el juicio de los muertos impíos de todos los tiempos que serán resucitados en la
final resurrección. Ningún creyente nacido de nuevo aparecerá allí. Estos impíos no
serán juzgados para determinar si van al cielo o al infierno; sino para demostrar
públicamente que merecen ser arrojados al infierno, porque ellos habrán muerto en
condenación (Juan 3:18). Además este juicio es para determinar los grados de castigo,
“según sus obras” (Ap. 20:13).

Habrá 2 testigos que se levantarán contra ellos: El libro, y los libros; eso es, el libro de la
vida, y los libros que declararán sus obras. No conocemos de manera específica los
grados de castigo que habrá.

X. Después del Milenio

“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a
las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de
reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron
sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada;
y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.” (Ap. 20:7-9).

Esta es la guerra que terminará con todas las guerras. Será el conflicto final de todo el
universo.

A. Satanás será soltado.

Satanás será soltado por un breve tiempo, e intentará una agresión más contra Dios.

B. Las naciones serán juntadas.

¿Cómo podría Satanás organizar una revuelta entre las naciones para pelear un vez más
contra Dios? Motivará a sublevarse a los que hayan nacido en el Milenio y aun sean
inconversos. Algunos creen que serán personas de 99 años de edad para abajo.
Note que no se levantarán armas sobre ellos.

C. Rebeldes destruidos.

Fuego descenderá de los cielos y los destruirá.

D. Satanás sentenciado.

Satanás será arrojado al lago de fuego preparado para él y sus ángeles.

XI. El futuro de los impíos

No nos es difícil pensar en la vida eterna, pero se hace difícil pensar en una eterna
condenación en el infierno; no obstante, es cierto.

A. La enseñanza escritural.

1. Habrá un día de juicio (Hechos 17:30, 31).

2. Cada ser humano será juzgado por sus obras (Rom. 2:16; Ap. 20:12).

3. Es eterna (Marcos 9:43-48). Ver también Mat. 13.

4. Habrá grados de castigo (Ap. 20:12; Rom. 2:5, 6).

5. Habrá una resurrección de justos como así también una de injustos (Juan 5:29).

6. El lenguaje así lo describe (Mat. 25:46; Marcos 9:45-48; Juan 3:36).

7. Todo se basa en el carácter de Dios como Justo.

B. Los términos usados.

Los siguientes son los lugares donde los seres humanos impíos y los ángeles impíos
están, o serán arrojados:

1. Seol. Esta es una palabra del Antiguo Testamento para describir el lugar adonde van
los humanos impíos al morir.

2. Hades. Esta es una palabra del griego del Nuevo Testamento, para describir el estado
inmediato al que van los muertos impíos; es lo mismo que Seol. La Biblia no habla de un
eterno Hades o un eterno Seol.

3. Tartarus. Este es el lugar donde los ángeles impíos están confinados; es un lugar de
oscuridad.

4. Gehenna. Era el lugar fuera de Jerusalén, donde siempre había fuego y humo. El
Señor mismo asemejó ese lugar al infierno, describiendo el fuego que nunca se apaga: “Y
si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo
dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, ” (Marcos 9:44).

5. Tophet. Es una palabra hebrea del Antiguo Testamento que significa lo mismo que
Gehenna.
6. Abismo. Ese es el lugar para ángeles caídos. Satanás y sus demonios serán atados
durante el milenio en ese lugar.

7. Lago de fuego. Esta expresión solo aparece en el libro de Apocalipsis. Parece significar
lo mismo que gehena.

8. Eterna. El juicio sobre los impíos será eterno, para siempre.


a. Primera interpretación. "Eterna" significa “sin principio y sin fin.”
b. Segunda Interpretación. "Eterna" significa “sin principio.”
c. Tercera Interpretación. "Eterna" significa “sin fin.” Nosotros adherimos a las 3
interpretaciones. Algunos creen que los impíos sufrirán el infierno durante una edad o
era final. Pero la palabra “eterna” describiendo la vida eterna es la misma palabra
describiendo el castigo eterno (Juan 3:16), y el Dios eterno (Rom. 16:26), y el Reino eterno
de Jesucristo (II Pedro 1:11).

C. Teorías propuestas.

1. Universalismo. Esta es la creencia que afirma que todos al final serán salvos,
incluyendo el Diablo. ¿Qué significan entonces las palabras “juzgar” y “juicios” si no
significan eso mismo? Donde Dios habla de Juicio eterno, El declara que será Juicio
eterno (Hechos 3:21-24; I Cor. 15:22; Mat. 18:9; Juan 3:36).

2. Condicionalismo. Esta falsa enseñanza no se halla en la iglesia de los primeros


tiempos, sino que hizo su aparición en el siglo 19. Argumenta que la vida eterna se basa
en aceptar a Jesucristo. Si alguien lo acepta, tiene vida eterna. Si no lo acepta, nunca
vivirá; resultará todo en una no-existencia en la vida venidera. No hay base escritural
para esa teoría.

3. Castigo eterno. Esto se basa sobre verdades bíblicas, que vinculan al pecado con el
juicio. Todos los pecados cometidos han sido cometidos contra la eternidad. El que peca
rechazando a Jesucristo sufrirá el castigo eterno.

XII. Cielo

Las Escrituras enseñan que hay 3 Cielos:

A. Primer Cielo. El cielo más cercano, el cielo de las nubes donde los pájaros vuelan, el
cielo atmosférico.

B. Segundo Cielo. Este es el cielo estelar, donde se sitúan las estrellas.

C. Tercer Cielo. El cielo donde vive Dios; es el lugar desde donde vino y adonde fue
Cristo.

El Señor Jesús subió al primero, luego al segundo y de allí fue al tercer cielo. “Por tanto,
teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión.” (Heb. 4:14).

El Cielo es tan real como las nubes y las estrellas. Es el lugar adonde Juan fue llevado en
el espíritu. Lo primero que vio, fue al Señor Jesús. El es el centro del cielo (Ap. 1, Heb.
9:24). Pablo, también, fue llevado al tercer cielo (II Cor. 12:2).

¿Está el cielo establecido en cuadrado? ¿Es un cubo? ¿Qué tendrán los hombres salvos
como futuro hogar? ¿Tendrá el Cielo 12.000 estadios de largo, y de ancho y de alto?
Aclaremos que la Nueva Jerusalén (Ap. 21,22) estará establecida en forma de cubo y
tendrá esas dimensiones, y entendamos que ella es solo una ciudad de los cielos, ataviada
y preparada como una novia para sus bodas.

Los que seremos llevados allá viviremos en completa paz y perfecto amor por todos los
tiempos y la eternidad. “os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, ” (Heb. 12:22).

*******

También podría gustarte