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Discipulado Bíblico
EVANGELISMO Y DISCIPULADO
Introducción
Una de las enseñanzas que nos han distinguido a los Bautistas de otras
denominaciones, ha sido la prédica sobre la importancia de volver a la sencillez del
culto y de las enseñanzas de la Biblia. Sin embargo, al pasar de los siglos, con la
honesta resolución de mejorar y agilizar la obra misionera, hemos llegado a niveles
tan altos de organización que, sin darnos cuenta, poco a poco, la vida de nuestras
iglesias comenzaron a girar alrededor de dicha organización, la cual ha llegado, en
algunos sectores, a niveles tan altos de profesionalidad, que la vida de Cristo en la
iglesia se ha ido opacando. Con el correr del tiempo, nosotros, los Pastores, nos
hemos dado cuenta de que algo no estaba bien, sin llegar a discernir
completamente, en donde se encontraba el error. Simplemente veíamos cómo la
religiosidad (muchas veces sin sentido) iba invadiendo poco a poco la vida de
nuestros rebaños los cuales asistían a nuestras iglesias impulsados más por la
inercia de una religión heredada, que por la Vida de un Cristo resucitado.
Con este estudio, sólo pretendo compartir lo que el Señor ya está haciendo en
nuestra pequeña iglesia de la ciudad de Junín de Buenos Aires. De pronto, la Vida
de Jesucristo está comenzando a fluir de una manera que jamás había
experimentado. Nuestra iglesia está volviendo a la vida y, aunque recién estoy
dando mis primeros pasos quiero escribir este estudio porque estoy convencido
que lo que hoy vivimos, no se debe a que “una escoba nueva barre bien”, sino a
que los principios que explicaré a continuación, son bíblicos.
No tengo la menor idea de lo que el Señor hará con nuestra iglesia en el futuro,
pero una cosa es seguro, lo que hoy ocurre con nosotros, no es fruto de una mente
brillante, ni se sostienen en mis habilidades para administrar o liderar. Cualquiera
que venga a nuestra iglesia se va a dar cuenta que lo que está ocurriendo es el
obrar de Dios entre su pueblo. Y lo que quiero compartirte, es lo que he aprendido
hasta el momento.
El Pensamiento de Dios
Como habrás notado, no me gusta hablar de “filosofía” de ministerio, sino que me
gusta más hablar del pensamiento de Dios sobre el ministerio. La palabra “filosofía”
me choca un poco porque tiene más que ver con nuestros pensamientos que con
los de Dios. Creo que la razón por la cual la Biblia y su mensaje ha trascendido
todas las culturas y los siglos, es precisamente porque hay muchas cosas tocante
al ministerio que no se detallan y que hacen posible la adaptación de las
estructuras de la iglesia dentro del contexto cultural donde se encuentren. Sin
embargo, esos “baches” no fueron dejados ahí para que cada iglesia o Pastor haga
las pertinentes adaptaciones como bien le pareciere o según su propio
criterio. Guiados por el Espíritu Santo, nuestro Señor espera que cada
“adaptación” o cambio lo hagamos teniendo en cuenta la “mente de Cristo” (1 Cor.
2:16)
Teniendo en cuenta esto último, es que vamos a analizar la Palabra de Dios para
entender aquello que todos “entendemos”. Pues una cosa de la que me he dado
cuenta en mi trato con otros Pastores, es que cuando hablamos de “La gran
Comisión” no todos la entendemos de la misma manera, al igual que cuando
hablamos de palabras tan comunes como “Evangelismo” o “Discipulado”.
Como notarás, “haced discípulo” es la frase que he señalado para enfatizar, que en
la gran comisión sólo existe una orden y no varias. La orden es la de hacer
discípulos. Algunas personas tienen la idea de que “id” representa una parte de la
gran comisión. “enseñar” otra al igual que “bautizar”. Sin embargo, al analizar en
todo su contexto estos dos versículos, nos damos cuenta que “id” no tiene sentido
si vamos sin propósito, y que no se puede bautizar ni enseñar si no hay discípulos.
Por lo tanto la idea principal de la gran comisión es “ir haciendo discípulos”
Un Discípulo
La palabra discípulo en este versículo no tiene una connotación teológica o
religiosa. En realidad tiene una connotación totalmente secular.
• Un discípulo en los tiempos de Cristo, era una persona que seguía a un maestro
y aprendía de él con la idea de llegar a ser como él. (Mt. 8: 18; 10:24)
• Ya en el Antiguo Testamento, vemos que a cada discípulo se le asignaba un
maestro (1 Cró. 25:8)
• La idea principal del discipulado era que el maestro debía llevar al discípulo a
un perfeccionamiento tal, que él mismo pudiera llegar a ser como su maestro.
(Lc. 6:40)
Entonces, cuando Cristo dijo a sus discípulos “id y haced discípulos” les estaba
pidiendo que ellos repitieran con otras personas, el proceso de discipulado que
ellos tuvieron con Cristo. Así como ellos siguieron a Cristo, ellos debían hacer que
otros les siguieran a ellos hasta que esos discípulos pudieran llegar a la madurez
espiritual requerida para ser un discipulador. (Efe. 4:11-13)
Hasta aquí podemos anotar dos características del discípulo:
· Sigue a un maestro y aprende de él.
· Se sujeta a ese maestro por convicción propia.