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El jurista y el simulador del derecho


Ignacio Burgoa Orihuela
Ensayo elaborado por Alain Michelle Torres Santana
Ser abogado más que una preparación académica, es un ejercicio de nuestras
mas profundas convicciones que en este caso van acorde a la necesidad de
establecer un orden y procurar el desarrollo social. Es un hecho indispensable la
conservación de múltiples valores a lo largo de nuestra carrera, el tener un
intenso
apego a querer luchar por lo justo, y sentirnos plenos y libres en la realización
de
nuestros actos. En este sentido el autor Ignacio Burgoa expresa por medio de su
libro su postura respecto a lo que él considera debería ser la forma de pensar y
actuar de un jurista y como esta se ha visto vulnerada por distintos sucesos. Sin
duda, una gran obra que expone la necesidad inherente de mantener las buenas
prácticas de la abogacía, es un deber del que se tiene que procurar su
trascendencia y evitar ser un simulador que como lo expone el autor hay formas
de identificarlo.
Burgoa Orihuela comienza dando a conocer el origen y necesidad de un
Estado de Derecho, en el que es fundamental esta estructura de organización
para prolongar el desarrollo de la sociedad, ya que nace de la necesidad de un
derecho fundamental como lo es la seguridad social, trata de hacernos notar lo
aparentemente vital que estar bajo una normatividad jurídica y que aun con todo y
sus defectos en la época que fuese, el derecho ha funcionado.
En cuanto a la postura de lo que Burgoa menciona respecto a que hay
corrientes de economistas, sociólogos y politólogos en contra del derecho, él
responde diciendo que todas las interacciones humanas necesitan de un
organismo que regule a la colectividad, donde la ausencia de este causaría la
inevitable desmoronizacion de dichas transformaciones. De aquí podemos deducir
lo fuerte que es su ideología en cuanto al valor que tiene el Derecho para la
sociedad, de ahí su visible preocupación por quienes abandonan estos principios.
El autor continua señalando de forma detallada las cualidades o el perfil
que
debe tener un abogado, destacando por encima de todas “la libertad” donde
reiteradamente se le percibe ejemplificando su concepto desde un punto de vista
jurista, diciendo incluso que el estar bajo el servicio de una empresa o estado va
en contra de su propia naturaleza, porque el ser abogado es estar de parte de lo
justo sin importa a quien se le represente, en este sentido el ser empleado o
trabajador te limita y condiciona a solo seguir indicaciones e instrucciones de
acuerdo a los intereses de otra persona y de ser así no se le podría considerar
abogado, de echo llama a su función innecesaria o hasta peligrosa.

Segunda cosa a destacar es la autenticidad en el aspecto de mostrarse


congruente con nuestras acciones, y como las mentiras, falsedad o hipocresía
trasgreden parte de lo mas valioso que conlleva ser abogado, ya que serlo amerita
tener una contribución apoyada en una razón sólida y sustentada, además de que
es de suma importancia la confianza, sin ella la ética del derecho este no
funcionaria. Agrega además “la veracidad” como un elemento más, esto es estar
convencido que los labores que se desempañan son de gran relevancia y que
propicia nuestro sentido de participación para hacer un cuerpo de justicia cada vez
mejor.
Con base a lo anterior fija otro punto a considerar llamado “valor civil” que
no
es más que una actitud de perseverancia y valentía para defender muestra
ideología jurídica, es el mostrar una conducta que demuestre nuestro compromiso
propio y con los demás en lo que a fuerza y carácter se refiere. Ya por último
habla
sobre la “honestidad” el cual es el valor fundamental de quienes ejercen esta tan
necesaria profesión, el autor rápidamente contrasta el valor con lo que seria la
corrupción, que a continuación define, a mi parecer, como lo mas reprochable e
incluso repugnante que podría hacer no solo un abogado sino en general una
persona, trayendo consigo muchas consecuencias como el totalitarismo
colectivista y el individualismo que según Burgoa es todo lo opuesto al desarrollo
social.
El autor continuo ahora conceptualizando el derecho como “ciencia arte, moral,
fenómeno social” que se refiere a su saber y actuar, respectivamente. En cuanto
ciencia indica que se relaciona al saber, esto según el texto no da garantía que
todo lo que sabe alguien es meramente correcto o científico, sino que solo es el
conocer de algo. Desde esta perspectiva el Derecho no es solamente el conocer o
el saber lo que las normas o leyes dicen, el aprenderlas de memoria o ser el mejor
interpretador de las mismas sino de una constante involucración a su historia y los
principios filosóficos, sociológicos, políticos, culturales, morales o económicos
que
hayan influido en su contenido normativo, afirmando que el conocimiento de la ley
solo es una aspecto de la ciencia jurídica por esta razón se considera que la
ciencia del derecho va más allá.
Toma la definición de Ulpiano para relacionarla a lo que el considera que
forma
al derecho como ciencia en este caso eso es el conjunto del conocimiento
científico que abordan todo aspecto jurídico. En cuestión de el arte se aprecia una
relación muy fuerte en cuanto a la bondad y la justicia, esto como el resultado del
“hacer o el actuar” ya que el derecho como tal busca reclamar lo bueno y justo por
lo que la realización constante en virtud de su eficiencia es una expresión
artística,
que además no esta consolidada del todo, según refiere, ya que a diferencia de
otras expresiones artísticas el Derecho es el uno arte que se esta renovando
constantemente por que no se puede considerar una obra terminada. El texto

también toma la moral con un componente más, en donde su principal fin es
buscar el bienestar social, y la sana convivencia, que además no puede definirse
como evitar causar daño o molestia a otros, ya que es de esperarse que a quien
se le es impuesta una multa no este de acuerdo y menos si se trata de la alguna
como la privación de la libertad, en este caso la moral es tomada como lo que se
considere mas apropiado a favor de la sociedad. Sin lugar a dudas el derecho es
indispensable e inherente de la colectividad humana y es por ello que el Doctor
Burgoa, I nos dice que … sin el Derecho no puede existir ni subsistir la sociedad.
Esta imposibilidad entraña que el orden jurídico surge como una necesidad
insoslayable de convivencia humana, es decir como un fenómeno social
ineludible... (2010). Enfatiza nuevamente en mostrarnos que donde sea que se
encuentren agrupaciones de personas la necesidad de organización aparece, y
por consecuencia el Derecho.
Dentro de lo que cabe para el autor, ser un jurista es más que un empleo
después de la preparación académica, se toma su tiempo para plantar el como
viven personas que viéndose iniciadas en este rumbo, con el paso del tiempo
dejan de manejarse conforme a los principios que abordo anteriormente en su libro
y que por su puesto yo retomo en este ensayo, siendo seducidos en la mayoría de
los casos por la ganancia económica y los atractivos puestos políticos, parecen
estar nublados por ir en contra de lo que en un principio representa ser jurista,
siendo que esto esta, como se planteo antes, en una constante recreación por lo
cual estas actividades los limitan a su actualización y como resultado el
desarrollo
del de la sociedad y el derecho se retrasan. Adicionalmente muestra lo que
representa ser un abogado, un juez, un maestro de derecho, contrasta su punto de
vista con lo que el en la practica a observado, y apunta muchas condiciones
adecuadas y otras donde según él se pierde todo sentido jurista. Esta parte es
importante porque abre el telón para lo que parece ser lo que considera más
reprochable, refiriéndose a las personas que ejercen equivocadamente esta
ciencia y arte. No tiene limite para describir a quienes mantienen esta mala
práctica, señalándolos como personas con alto ego y quienes todo lo sustentan
con mentiras, como si de una máscara se tratase, dando una falsa apariencia ante
los demás cuando en el fondo o detrás de ella hay un hueco profundo de
ignorancia que a mi punto de vista es proporcional a la cantidad de hipocresía que
utilizan en sus actos, pero como bien lo marca Burgoa, les es difícil salir de esa
situación debido a que su vida esta basada en la ostentación, la construye
enteramente de falsedad, ya para mantener los benéficos que dice tener se vale
de otras personas que seden ante su engañosa apariencia, es un ciclo en el que
una y otra vez debe recurrir a sus simulación para mantenerse en su posición,
rodeándose de amistades que cautelosamente y con la actitud farsa de un
bonachón cultivo hasta lograr obtener muchas de ellas, que claro él solo las mira
como instrumentos para sus fines egoístas.

Las consideraciones propuestas por el autor son, como he mencionado en


distintas ocasiones en este escrito, de indudable importancia, es la línea bien
marcada de lo que significa ser una persona forjada en plena vocación del
derecho y de quien no debe ni siquiera ser considerado como tal aún teniendo
título académico como abogado o doctor, ya que un verdadero jurista es alguien
que persigue y procura el correcto desarrollo de la sociedad organizada en el
ámbito jurídico, por esta razón considero que no hay palabras mas claras que las
dichas por mismo autor donde nos dice lo siguiente a cerca de quienes son lo que
el llama un “simulador”
La ignorancia juris que afecta al simulador no sólo proviene de su falta de
vocación por el estudio, sino de la ausencia de talento necesario para determinar
los puntos esenciales de cualquier cuestión jurídica y brindar la solución
pertinente. Por esta razón centra su atención en los detalles banales y, sobre
todo,
en la retribución económica que un negocio pueda generar y no en su
substancialidad. Por sí mismo es incapaz de resolver un problema de Derecho y
recurre a quien le pueda proporcionar el dictamen respectivo, que acostumbra
adjudicarse a sí mismo sin pudibundez profesional. Su vanidad llega al extremo de
hacer ostentación de conocimientos que no tiene ante la ignorancia de los
cincunstantes. En resumen, el simulador del Derecho es la negación de la
jurisprudencia, que evidentemente no se agota en el aprendizaje de la ley. No le
interesa la justicia. Su proclividad pragmática le veda este interés… (Burgoa I,
2010 p.80,90).
Es irremediable reflexionar acerca de este tema, no esta de mas mencionar que
puso
a mi consideración cuestiones que desconocía, y que por su puesto me servirán en
situaciones futuras, a detectar con mayor precisión algunas características
erróneas y así
desecharlas cuando se me precenten, ya que creo que la vocación nace de nosotros y
es
vital saber evitar toda mal influencia de parte de estos mencionados simuladores

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