Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
C XX - El Ardor de Dios
C XX - El Ardor de Dios
1. Fuego: Si hay algo que nos toca a los cristianos de cerca es la tibieza. El comenzar embalado y
entusiasmado con algo pero, con el tiempo y con la falta de resultado inmediato,
comenzamos a hacernos tibios y trabajamos a media máquina o nos desmotivamos. Esto nos
pasa con la misa, con la oración, incluso con estos audios que capaz que hasta ya te tengo
harto y llegas a decir «¡me llega por todos lados los audios del curita tucumano este!» En
fin… cuando uno cae en esta tibieza, pierde ese ardor de entrega y de encuentro porque uno
se aisla y se descuida hasta de sí. Jesús a estas alturas ve que los apóstoles están perdiendo
la motivación, como que ya no están a full; por eso pide fuego y que arda. Hoy pidamos por
una Iglesia que se ponga las pilas, que salga; tenemos que seguir porque Cristo está vivo y
nuestro Dios existe, ¡vamos! A no bajonearse porque vos podés y Jesús está pidiendo por vos
a su Padre Dios que mande su Espíritu para que ardas y seas un motivador en esta vida. ¡Vos
sos un pura sangre! ¡Sos un gigante de la vida! Tenés todo para ser feliz! Tenés un corazón
que late y gente que te quiere. Vos tenés que arder, porque te necesitamos fuerte y a pura
máquina.
3. División: Sabemos que el cristianismo es una opción de vida. Y más en estos tiempos que
vivimos tenemos en claro que hay división de posturas ante los cambios de vida que estamos
teniendo. Porque el cristianismo se insertó desde un principio en una cultura y en una
sociedad donde Cristo no estaba. Hoy en muchas culturas y en muchas sociedades Cristo no
está, pero recordá aquella frase que mencionaban sobre los primeros cristianos: «están en el
mundo pero no son del mundo. Viven en esta tierra pero son ciudadanos del cielo». (Carta a
Diogneto por si te interesa googlearlo). En fin, no dividas con tu religión, sino comparte
siempre con todos, incluso con los que piensan distinto, sabiendo que les respetas su modo
de vivir y su modo de pensar para que también ellos respeten tu cristiandad. Los cristianos
somos testigos de Cristo, no barras bravas de Cristo.