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¡Ser administradores!

1) Derroche: Inicia el evangelio mostrándonos a un tipo que derrochaba. Vos y yo somos


administradores de la vida, no somos los dueños; en algún momento se nos pedirá la vida y
nos iremos de este mundo, la pregunta sería ¿qué hiciste?. Hoy vos tenés que recordar que
la vida es corta y hay que vivirla y disfrutarla, pero no derrocharla. Tenés que ser respetuoso
con la vida y con la vida de los demás.
2) Capacidad de elegir: No todo en la vida es si o no. En la vida es la capacidad de elegir. Y
cuando uno administra su vida debe tener en claro que también se va a equivocar, yo me
equivoco y mucho ¿vos?. La vida es un constante aprender, pero busca la astucia para
ayudarte con la vida y no con la soberbia que te lleva a perderte tu propia vida.
3) Señores: No dejes que la búsqueda de la plata te lleve a perder tu vida y el objetivo de tu
vida, que es la felicidad. Pero la felicidad «no es un estado de emoción» no es que soy feliz
porque estoy alegre… la felicidad es un «estado de conciencia» porque si no te vas o al
pasado o al futuro. Es ser hoy y aquí, con lo que tengo y con lo que soy. Rico no es el que
más tiene sino es el que menos necesita.

San Ambrosio:
Las riquezas nos son extrañas porque están fuera de nuestra naturaleza; no nacen con
nosotros, y no nos siguen en la muerte. Cristo, por el contrario, es nuestro porque él es la
vida… No seamos, pues, esclavos de los bienes exteriores, porque no debemos reconocer a
otro como señor sino sólo a Cristo.

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