Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Absolutismo
Enlaces patrocinados aprender frances francia
Cursos y estancias en Francia y aprender frances donde se habla
www.aprenderidiomas.com
Capítulo 2:
Características del Estado Absolutista
Enlaces patrocinados Chevrolet Siempre Contigo
Conoce los Nuevos Carros de Chevrolet. Ingresa, Aquí!
www.Chevrolet.com.ec
Absolutismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a navegación, búsqueda
El absolutismo es una forma de gobierno en la cual el poder del dirigente no está sujeto a
ninguna limitación institucional que no sea la ley divina.[1]
En términos kantianos el poder absoluto consiste en que "el soberano del Estado tiene con
respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo); el soberano no
puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que el mismo haya elaborado, ya
que está desligado del respeto a la ley popoular (populum legis)". Según Bobbio, esta
definición es compartida por todos los naturalistas como Rosseau o Hobbes.[2]
Abarcó los siglos XVI, XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, cuando las revoluciones
burguesas de 1820, 1830 y 1848 acabaron con la Restauración del Congreso de Viena.
Como excepción a esta caducidad del absolutismo se debe citar al Imperio ruso, donde los
zares mantuvieron su práctica hasta la Revolución Bolchevique de 1917.
La teoría del derecho divino del poder real o del absolutismo teológico nació en Francia en
el último cuarto del siglo XVI y en el ambiente de las guerras de religión. Aunque en
Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como en Asia (donde en algunos
países se identificaba al rey con el mismo Dios) el rey siempre tuvo cierto poder sobre las
iglesias nacionales a través del regalismo.
Contenido
[ocultar]
El poder es de carácter divino: la autoridad del Rey fue designada por Dios y solo a éste le
debe rendir cuentas.
La iglesia quedo suspeditada al monarca o bien como un poder aparte.
El rey tiene un trato paternal con el pueblo.
La autoridad del rey es absoluta, no debe pedirle permiso ni al Parlamento (cortes o
estados generales) ni a los nobles para tomar decisiones.
La autoridad del rey está sujeta a la razón.
El rey es la ley.
Razón de Estado [editar]
El gobernador absolutista debe regirse sin criterios para lograr el poder, bienestar del
pueblo y la riqueza del Estado.
Características [editar]
Las principales características del absolutismo son la existencia de una monarquía única,
vitalicia, hereditaria y teocrática, esto es, en la que el dirigente (un rey) se legitimaba en
virtud de la voluntad de Dios ("Rey por la gracia de Dios"). La posibilidad de revocar esa
voluntad era inexistente en las monarquía europeas, al existir la justificación teológica
según la cual Dios, omnisciente, no cambiaba de parecer; en las monarquía asiáticas, sobre
todo la china, por el contrario, sí que era posible revocar el derecho divino, algo que se
llamaba "pérdida del mandato del cielo".
En principio, de acuerdo con la teoría absolutista el Rey debía manejar los hilos de la
iglesia y ser el jefe temporal de la misma. En la práctica, de nuevo, el poder de la iglesia era
demasiado grande como para tomar sus riendas de manera tan radical, y aunque algunos
monarcas como Enrique VIII de Inglaterra, consiguieron hacerse con el control absoluto
sobre la misma, la mayoría de las monarquía europeas mantuvo su influencia sobre la
Iglesia de una forma mucho más venal y sutil, en el caso de las naciones católicas
reconociendo tácitamente la supremacía del papado en cuestiones religiosas. No obstante,
el prestigio del monarca hacía que en la práctica manejara la parte administrativa y todo lo
relacionado con las riquezas de la iglesia, mientras que la parte de la fe y la creencia
religiosa eran atribuidos al clero.
A partir de Luis XIV de Francia, se impuso una economía mercantilista en donde la riqueza
del estado estaba respaldada por metales preciosos como el oro y la plata. La economía
estaba tremendamente regulada y sometida al control real, y aun rezumaban privilegios y
leyes feudales: exenciones fiscales para la nobleza, el clero, y algunos gremios, monopolios
comerciales (compañías de las indias,...), fundación de manufacturas reales... Todas las
medidas económicas se centraban sobre todo en garantizar e incrementar los ingresos del
estado, de ahí la necesidad de controlar todos los aspectos, a fin de potenciar al máximo la
capacidad recaudatoria del estado. La sociedad, estamentada, conocía pocas formas de
ascenso social, salvo la entrada en el clero o la compra de cargos venales al servicio del rey
(nobleza de toga,...).
Este régimen, para poder funcionar y asegurar su continuidad, debía contar con un ejército
que apoyara incondicionalmente al rey, para a su vez apoyar y mantener el sistema
monárquico en orden y controlar cualquier tipo de revueltas contra éste. Las revueltas
dentro de los regímenes absolutistas europeos, aunque hoy en día olvidadas, fueron
relativamente comunes. El régimen debía contar con una burocracia, con ministros y
funcionarios públicos cuya supervivencia en el cargo dependía únicamente de la voluntad
del monarca, y que estaban a cargo del correcto funcionamiento de la Administración, para
que así se mantenga el poder monárquico. Un grupo de embajadores se encargaban de los
tratados comerciales, de guerra, y matrimoniales, ya que todos los reyes europeos se
casaban entre ellos para asegurar las coronas reales. A partir del fin de la Guerra de los
Treinta Años, el concepto de equilibrio de poder dio un nuevo impulso a los ministerios de
asuntos exteriores, y las embajadas dejaron de ser enviados informales para adquirir
auténtica relevancia dentro de los regímenes absolutistas. La clave para el sostenimiento del
régimen era la construcción de un sistema tributario fuerte que pudiera mantener en pie
todos los gastos del Estado y del monarca, así como también la flota, el ejército y la
burocracia. Sus instrumentos iban desde la recaudación de impuestos directos, indirectos y
extraordinarios hasta el establecimiento de Compañías comerciales (Compañías de Indias),
o manufacturas reales cuyos beneficios pasaban a engrosar las arcas del estado. En
resumen, el objetivo del absolutismo es la concentración del poder del estado y monopolio
de la autoridad en la persona del rey.
Por el contrario, según Perry Anderson, "el estado absolutista nunca fue el árbitro entre la
aristocracia y la burguesía, ni mucho menos, un instrumento en la naciente burguesía contra
la aristocracia". El absolutismo fue en su esencia, según este historiador, un aparato
reorganizado y potenciado de dominio feudal. Fue el nuevo instrumento de una nobleza
amenazada que le permitió seguir ostentando el dominio del poder político y mantener a las
masas campesinas en la base de la jerarquía social y a la burguesía emergente apartadas del
gobierno. Paradójicamente, dice el autor, si bien el estado absolutista fue un instrumento
para la protección de la propiedad y los privilegios de la aristocracia feudal, los medios que
empleó favorecieron simultáneamente los intereses básicos de las nacientes clases
mercantiles y manufactureras, posibilitando el desarrollo de las estructuras capitalistas.
1. La Ley Divina Cristiana: el Rey, al igual que todos los cristianos está sometido a los 10
Mandamientos.
2. Las Leyes del Derecho de Gentes: son aquellas disposiciones que derivan de
tradiciones antiguas, determinan cosas como la herencia, el mayorazgo, etc. Aquellas que
se vinculan al ejercicio directo del gobierno, fueron desplazadas por los monarcas en el
proceso de consolidación del absolutismo (tal es caso del recurso a cortes o parlamentos
para la definición de ciertas medidas, en Francia, por ejemplo, los Estados Generales
dejaron de ser citados en 1614, y solo volvieron a sesionar en 1789).
3. Las leyes fundamentales del Reino: un conjunto de normas relativas al fundamento del
Estado. Sus elementos básicos son:
• Noción de continuidad del Estado. El Estado es independiente de los reyes; si muere el
rey pasa a su sucesor.
• Ley de sucesión.
5. Las limitaciones del sistema de caminos: en la Edad Moderna los caminos transitables,
los puentes y los canales eran muy escasos, la velocidad de comunicación era la del galope
del caballo, por ello las disposiciones del rey demoraban en llegar a destino, incluso
muchas veces lo hacían cuando ya eran inaplicables. En el caso del sistema colonial, se
aplicaba muchas veces la fórmula “se acata pero no se cumple” para aquellas disposiciones
cuya aplicación no era pertinente en las colonias.