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Cerámica de figuras rojas

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Procesión de hombres, kílix del Pintor de Triptólemo, hacia el 480 a. C. En el


circolo interior está representado un joven esccanciando vino a Dioniso. Museo del
Louvre, n.º de inv. G 138.

Boda de Tetis y Peleo. Píxide ática de figuras rojas del Pintor de la boda. C. 470-
460 a. C.
La cerámica de figuras rojas es uno de los más importantes estilos figurativos de
la cerámica griega. Se desarrolló en Atenas hacia 530 a. C. y fue utilizado hasta
el siglo III a. C. Reemplazó al estilo previo predominante de la cerámica de
figuras negras al cabo de unas décadas. Su nombre está basado en las
representaciones figurativas de color rojo sobre fondo negro, en contraste con el
mencionado estilo precedente, de figuras negras sobre fondo rojo.

Las zonas más importantes de producción, además del Ática, estuvieron en la Magna
Grecia (Italia). El estilo fue adoptado en otras partes de Antigua Grecia. Etruria
llegó a ser un importante centro de producción fuera del ámbito griego.

Los vasos áticos de figuras rojas se exportaron por toda Grecia y más allá del
Mediterráneo. Durante mucho tiempo, dominaron el mercado de cerámica de calidad.
Solo algunos centros de producción pudieron competir con Atenas en términos de
innovación, calidad y capacidad de producción. Más de 40 000 ejemplares y
fragmentos de vasos han sobrevivido. Del segundo centro de producción en
importancia, la Magna Grecia, más de 20 000 vasos y fragmentos se han conservado.

Desde los primeros que los estudiaron, John D. Beazley y Arthur Dale Trendall, se
ha progresado mucho en el estudio en el estilo de este arte, logrando adscribir
muchos vasos a artistas o escuelas. Las imágenes representadas proporcionan una
evidencia irreemplazable para la exploración de la historia de la cultura, la vida
diaria, la iconografía y la mitología griegas.

Índice
1 La aparición de las figuras rojas
2 Técnica de figuras rojas
3 Ática
3.1 Período arcaico temprano (530-500 a. C.)
3.1.1 Pintores
3.1.2 Tipología de vasos
3.2 Periodo arcaico tardío (500-480 a. C.)
3.2.1 Pintores
3.2.2 Tipología de vasos
3.3 Período clásico temprano (480-450 a. C.)
3.3.1 Pintores
3.3.2 Tipología de vasos
3.4 Período clásico (450-425 a. C.)
3.4.1 Pintores
3.5 Período clásico tardío (425-400 a.C.)
3.5.1 Pintores
3.5.2 Tipología de vasos
3.6 El siglo IV a. C.
3.6.1 Pintores
3.6.2 Tipología de vasos
4 Otros centros de producción en Grecia
5 El sur de Italia
5.1 Apulia
5.2 Campania
5.3 Lucania
5.4 Paestum
5.5 Sicilia
6 Etruria y otras regiones
6.1 Pintura de vasos con pseudo-figuras rojas
6.2 Pintura de vasos de figuras rojas
7 Investigación y recepción
8 Véase también
9 Notas y referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
La aparición de las figuras rojas

Mujer oficiando en un altar, kílix de figuras rojas por Chairias, c. 505 a. C.,
Museo de la Antigua Ágora de Atenas.

Guerreros, flanqueados por Hermes y Atenea. Ánfora del alfarero Andócides y el


Pintor de Andócides, c. 530 a. C. Museo del Louvre.
Alrededor del 530 a. C., en el taller donde trabajaba el Pintor de Andócides,
maduraba la innovación tecnológica que iba a imponer el estilo de cerámica de
figuras rojas (reservadas a la capa de barniz que cubría enteramente las paredes
del vaso), en lugar del tradicional de figuras negras. Andócides reemplazó las
figuras negras, excepto en el caso de las ánforas panatenaicas.

Esta nueva técnica permitía una representación más próxima a la realidad,


restituyendo a la luz de las imágenes que la antigua técnica definía
antinaturalmente con la opacidad de la sombra.

Él, y otros representantes tempranos del estilo, como Psiax, pintaron inicialmente
jarrones en ambos estilos, con escenas de figuras negras en una cara y de figuras
rojas en la otra. Estos jarrones, como el ánfora panzuda del Pintor de Andoócides
(Múnich 2301), se denominan vaso bilingües. Aunque muestran grandes avances frente
al estilo de figuras negras, las figuras siguen pareciendo algo rebuscadas y rara
vez se superponen. Las composiciones y técnicas del estilo más antiguo siguieron
utilizándose. Así, las líneas incisas son bastante comunes, al igual que la
aplicación adicional de pintura roja ("rojo añadido") para cubrir grandes áreas[4].

Los nuevos pintores de figuras rojas, como el Pintor de Andócides y Psiax que se
habían formado en el estilo de figuras negras siguieron utilizando la antigua
técnica durante unos treinta años, a menudo empleando ambas en el mismo vaso
(cerámica bilingüe) con escenas de figuras negras en una cara y de figuras rojas en
la otra, o utilizando incisiones para algunos de los detalles de las figuras rojas,
como el pelo, cuyo contorno se grababa sobre el fondo negro. Los vasos bilingües,
como el Ánfora panzuda del Pintor de Andocides (Múnich, Staatliche
Antikensammlungen, número de inventario 2301), aunque muestran grandes avances
frente a la técnica de figuras negras, las figuras siguen pareciendo algo
rebuscadas y rara vez se superponen. Las composiciones y técnicas del estilo más
antiguo siguieron utilizándose. Así, las líneas incisas son bastante comunes, al
igual que la aplicación adicional de pintura roja (“rojo añadido”) para cubrir
grandes áreas.1

La persistencia de las figuras negras en el primer periodo de figuras rojas indica


que la búsqueda de una nueva forma de pintar fue principalmente una elección de los
propios pintores y no una adaptación a las demandas del mercado.2

La nueva técnica cerámica fomentó un alto grado de especialización entre los


artistas. En la época de las figuras rojas, esta se diferenciaban en pintores de
vasos y pintores de copas; las firmas plasmadas atestiguan también numerosos
movimientos de autores entre los distintos talleres, dentro de los cuales la obra
asumía así características más industriales.3

En los primeros treinta años del sigloV a. C. la técnica alcanzó su máxima


expresión en el Ática, y a partir de ese momento inició una fase de decadencia que
la condujo a mediados de siglo a un estilo por entonces académico y manierista; el
resultado de la guerra del Peloponeso en el año 404 a. C., privó a Atenas de su
floreciente mercado en Occidente, y la cerámica ática de figuras rojas terminó su
curva descendente hacia el 300 a. C.

Las figuras rojas áticas fueron populares en todo el mundo griego, imitadas y nunca
igualadas; sin embargo, solo en Occidente, en el sur de Italia, dieron lugar a
producciones independientes (la escuela apulia es la más destacada) en el tercer
cuarto del siglo V a. C. por artistas formados inicialmente en la tradición ática.4

Técnica de figuras rojas

Escena de figuras negras en el Ánfora panzuda del Pintor de Andócides (n.º inv.
2301). Múnich, Staatliche Antikensammlungen.
Crear una pieza de cerámica de figuras rojas requería la estrecha colaboración
entre el alfarero y el pintor. El alfarero daría forma a la pieza de arcilla y la
entregaba al pintor mientras la arcilla todavía estaba húmeda. El pintor pintaría
el vaso usando un instrumento como una bolsa de pastel con una boquilla que
accionaba una jeringa de hueso o madera para poner los detalles y colores de fondo.

Las figuras rojas se obtenían, tras un primer boceto inciso, dibujando las líneas
externas y los detalles internos en la arcilla. Las partes externas de las figuras
estaban cubiertas por un engobe negro, aplicado para «ahorrar» arcilla de los
espacios ocupados por las figuras. Al final, el aspecto de estas escenas
figurativas se asemejaba más a los relieves escultóricos, en los que las figuras de
colores claros o coloreados destacaban sobre fondos oscuros, que a la pintura
mural, que se aplicaba preferentemente sobre un fondo claro 3 Los detalles y
contornos de las figuras se trazaban con un pincel y pintura diluida o en relieve;
la pintura diluida, más clara, se utilizaba también para colocar los fondos planos.
En comparación con la técnica de las figuras negras, las figuras rojas daban un
nuevo relieve a la forma del vaso, realzando el contorno con el fondo negro. Las
libertades concedidas por la nueva técnica permitieron a los pintores profundizar
en el estudio y la representación de la anatomía humana y del cuerpo en movimiento.
Tras una primera cocción era posible aplicar otras capas de pigmento blanco o
púrpura, que, sin embargo, se utilizó siempre poco, al menos hasta finales del
siglo V a. C., cuando una nueva estética introdujo una decoración que hacía un
amplio uso del blanco y el oro.5

Escena de figuras rojas en el Ánfora panzuda del Pintor de Andócides (Múnich, n.º
inv. 2301). Staatliche Antikensammlungen.
Tanto las figuras negras con las rojas se realizaban mediante la técnica de cocción
en tres fases. Las pinturas se aplicaban a las vasos ya modelados pero sin cocer,
una vez que se habían secado hasta alcanzar una textura correosa y casi quebradiza.
En el Ática, la arcilla normal sin cocer era de color naranja en esta fase. Los
contornos de las figuras previstas se dibujaban con un raspador romo, dejando un
ligero surco, o con carbón vegetal, que desaparecía por completo durante la
cocción. A continuación, los contornos se volvían a dibujar con un pincel,
utilizando una arcilla brillante engobe. En ocasiones, el pintor decidía cambiar un
poco la escena figurativa. En estos casos, a veces quedan visibles los surcos del
boceto original. Los contornos importantes se dibujaban a menudo con un engobe más
grueso, lo que daba lugar a un contorno ligeramente sobresaliente (línea de
relieve); las líneas menos importantes y los detalles internos se dibujaban con
arcilla brillante diluida.
En este punto se aplicaban detalles en otros colores, como el blanco o el rojo. La
línea de relieve se dibujaba probablemente con un pincel de cerdas o de pelo,
mojado en pintura espesa. La sugerencia de que una aguja hueca podría explicar
tales características parece algo improbable.6 La aguja hueca, o jeringa, fue
propuesta por Noble (1965). La primera publicación del método del pelo es obra de
Gérard Seiterle.7 La aplicación de los contornos en relieve era necesaria, ya que,
de lo contrario, la arcilla brillante, más bien líquida, habría resultado demasiado
opaca. Tras la fase inicial de desarrollo de la técnica, se utilizaron ambas
alternativas, para diferenciar mejor las gradaciones y los detalles. El espacio
entre las figuras se rellenaba con un engobe de arcilla gris brillante. A
continuación, los vasoss se sometían a una cocción de tres fases, durante la cual
la arcilla brillante alcanzaba su característico color negro o negro-marrón a
través de la reducción-oxidación, el color rojizo por una reoxidación final.8 El
proceso fue redescubierto y publicado por primera vez por Theodor Schumann.9 Dado
que esta fase final de oxidación durante la cocción se utilizaban temperaturas más
bajas, las partes vidriadas del vaso no se volvían a oxidar de negro a rojo: su
superficie más fina se fundía (sinterización) en la fase reductora, quedando
protegida del oxígeno.

Debido a que la pintura solamente contraía el color una vez la pieza era horneada,
el pintor tenía que pintar casi completamente de memoria, incapaz de ver su trabajo
previo.
Adicionalmente, los colores podían ser aplicados mientras la arcilla todavía estaba
húmeda, así que el pintor tenía que trabajar muy rápidamente. En las grandes
cráteras pintadas con la técnica de figuras rojas, esto significaba que decenas de
miles de líneas habían sido aplicadas, cada una terminaba precisamente en el punto
exacto para impedir coincidencias en el intrincado detalle de la obra. A pesar de
estas restricciones, los pintores de figuras rojas desarrollaron un estilo
intrincado y detallado.

Los pintores que trabajaban en la técnica de figuras negras tenían que mantener sus
figuras bien separadas unas de otras y limitar la complejidad de su ilustración;
desde que todos elementos del primer plano eran cubiertos con la misma sombra
negra, dos figuras que coincidieran podrían resultar indistinguibles. El detalle
anatómico más allá del simple esbozo era casi imposible en el estilo de figuras
negras, cuando solo un número limitado de colores (principalmente, un blanco crudo)
destacaría sobre las figuras negras.

Por contraste, la técnica de figuras rojas permitió la mayor libertad. Cada figura
fue silueteada naturalmente contra el fondo negro, como si fuera iluminada por luz
teatral, y el más natural esquema de rojo sobre negro, en conjunción con la
variedad más grande de colores que el artista podía emplear, permitió que los
pintores de figuras rojas retrataran los detalles anatómicos con más exactitud y
variedad.

La nueva técnica tenía la ventaja principal de permitir una ejecución mucho mejor
de los detalles internos. En la pintura de vasos de figuras negras, estos detalles
tenían que ser rayados en las superficies pintadas, lo que era siempre menos
preciso que la aplicación directa de los detalles con un pincel. Las
representaciones de figuras rojas solían ser más vivas y realistas que las de
figuras negras. Además, contrastaban mejor con los fondos negros. Ya era posible
representar a los seres humanos no solo de perfil, sino también en perspectiva
frontal, trasera o de tres cuartos. La técnica de las figuras rojas también
permitía indicar una tercera dimensión en las figuras. Sin embargo, también tenía
desventajas. Por ejemplo, la distinción del sexo mediante el uso de la barbotina
negra para la piel masculina y la pintura blanca para la femenina era ya imposible.
La tendencia a representar a los héroes y a las divinidades desnudos y en edad
juvenil también hacía más difícil distinguir los sexos a través de las vestimentas
o los peinados. En las fases iniciales, también hubo errores de cálculo en cuanto
al grosor de las figuras humanas.

En la pintura de vasos de figuras negras, los contornos prediseñados formaban parte


de la figura. En los jarrones con figuras rojas, el contorno formaba parte del
fondo negro después de la cocción. Esto hizo que los jarrones tuvieran figuras muy
delgadas al principio. Otro problema era que el fondo negro no permitía representar
el espacio en profundidad, por lo que casi nunca se intentaba la perspectiva
espacial. Sin embargo, las ventajas superaban a los inconvenientes. La
representación de músculos y otros detalles anatómicos ilustra claramente el
desarrollo del estilo.10

El grupo pionero de pintores en particular usó la técnica de figuras rojas para


conseguir un naturalismo no visto antes en estilos anteriores. Humanos y animales
fueron retratados en poses naturalistas con anatomía esquemática pero exacta, y la
técnica del escorzo y perspectiva de ilusionista fue desarrollada para explotar la
relativa libertad del método de figuras rojas. Artistas posteriores, explorando los
límites de la técnica figuras rojas, reintroducen el blanco como un color de
detalle (casi abandonado al final de la técnica de figuras rojas) y el extendido
uso del dorado se integró en el estilo de figuras rojas.

Ática
Período arcaico temprano (530-500 a. C.)
Pintores

Crátera con una escena de palestra: atletas preparándose para una competición,
atribuida a Eufronio, c. 510/500 a. C., Antikensammlung Berlin.

Hoplita colocándose la armadura. Cara A de un ánfora de figuras rojas de Eutímides,


510–500 a. C., Staatliche Antikensammlungen (N.º de inv. 2308).

El rapto de Leto por Ticio, lado A de una ánfora de Fincias, c. 515 a. C. Museo del
Louvre.
La cronología absoluta de las primeras figuras rojas áticas está ligada al nombre
de Ernst Langlotz y a un trabajo suyo de 1920;11 desde entonces, a pesar de
diferentes intentos de revisión, no ha cambiado. El método seguido por Langlotz fue
la comparación estilística con esculturas de los siglos VI y V a. C., lo que le
llevó a reconocer la cercanía entre las vestimentas del friso del Tesoro de los
sifnios en Delfos (datadas ciertamente por las fuentes literarias en 530-525 a.C.)
y las de las figuras de los vasos del Pintor de Andócides, que dieron una primera
impronta al estilo.

Pioneros de esta pintura de figuras rojas en las últimas décadas del siglo VI a.
C., fueron Eufronio, Eutímides y Fincias, asociados en el arte y en la vida, como
se deduce del vivo intercambio de réplicas, como un diálogo entre colegas, que se
aprecia en las numerosas inscripciones en sus vasos.

Este grupo, reconocido y definido por los estudiosos del siglo XX, experimentó con
las diferentes posibilidades que ofrecía el nuevo estilo. Así, las figuras
aparecieron en nuevas perspectivas, como vistas frontales o traseras, y se
experimentó con escorzos de perspectiva y composiciones más dinámicas.

En tanto que las frecuentes referencias a jóvenes aristócratas sugieren contactos


con el ambiente de la juventud dorada ateniense. Eufronio o Eutímides obtuvieron
las consecuencias fundamentales en cuanto a diseño y composición con la acentuación
del estudio anatómico para una mayor unidad estructural de los cuerpos y un
movimiento más realista manteniendo la adherencia a la superficie plana del vaso.
Incluso la representación de la ropa se convirtió en este período en un motivo de
interés y estudio y los escenarios de la vida cotidiana, en particular los
gimnasios y las veladas en los simposios, acompañaron con mayor frecuencia a los de
temática mitológica.4

La trayectoria de Eufronio, cortada demasiado pronto por algún problema visual (es
una hipótesis de John Beazley), se caracteriza por la energía con que se enfrenta
al escorzo y al análisis de la anatomía masculina, en consonancia con la evolución
de la escultura contemporánea, especialmente en los bajorrelieves. Eufronio
introdujo la líea de relieve.

Eutímides, por el contrario, es el paradigma de una tendencia sintética, en la que


la fluidez del contorno atenúa la crudeza del despiece de la musculatura.

Si los citados pioneros pintan habitualmente sobre recipientes de grandes


dimensiones, que exaltan su inclinación por lo monumental, un cálculo estadístico
revela que, durante el primer período de las figuras rojas, ocho de cada diez vasos
pintados son de tipo kílix, es decir, copas con dos asas cuya decoración comprende
no solo las paredes externas, sino que se extiende a la superficie circular
interior (el llamado tondo).

Entre los contemporáneos del Grupo pionero, los más hábiles son Olto, Epicteto y
Escita. Aunque en un principio no está clara la diferencia entre los pintores de
copas y los pintores de grandes vasos, los dos primeros deben ser considerados los
mejores pintores de copas de la época, responsables de la transición de la copa
ática bilingüe, con interior de figuras negras y exterior de figuras rojas, a la
verdadera copa de figuras rojas. Olto está dotado de una gran habilidad y tiene un
estilo noble heredado del Pintor de Andócides. Epicteto es un dibujante más
talentoso dotado de gracia y habilidad natural.12

Tipología de vasos
Ya a mediados del siglo VI a. C., el ánfora de perfil continuo había ganado mayor
popularidad que las otras formas más angulares, y en la década del 530 a. C., se
había generalizado el vaso caracterizado por una sola línea que seguía el perfil
del recipiente y del tallo (el vaso de tipo B). Esta tendencia a la suavidad en las
formas vasculares crece en el periodo temprano de las figuras rojas y es
perceptible en las nuevas formas como el pélice y el estamno.4

El Grupo pionero inventó nuevas formas de vasoss, lo que se vio favorecido por el
hecho de que muchos de los pintores del grupo pionero eran también alfareros. Las
nuevas formas incluyen el psíctero y la pélice. Las grandes cráteras y ánforas se
hicieron populares en esta época. Aunque no hay indicios de que los pintores se
considerar a sí mismos como un grupo en la forma en que lo hacen los estudiosos
modernos, hubo algunas conexiones e influencias mutuas, quizá en un ambiente de
competencia y estímulo amistoso. Así, un jarrón de Eutimides lleva la inscripción
«como Eufronio nunca [hubiera podido]». De forma más general, el Grupo pionero
tendía a utilizar inscripciones. La rotulación de figuras mitológicas o la adición
de inscripciones kalós son la norma más que la excepción.1

Periodo arcaico tardío (500-480 a. C.)


Pintores

Joven realizando una libación, interior de una copa de Macrón, c. 480 a. C. Museo
del Louvre.

Ánfora de cuello que representa a un atleta corriendo el hoplitódromo. Pintor de


Berlín, c. 480 a. C. Museo del Louvre.

Aquiles curando a Patroclo herido por una flecha. Tondo de un kílix ático del
Pintor de Cleofrades. C. 500 a. C. Altes Museum.
Tras las grandes innovaciones en materia de representación anatómica y de
movimiento aplicadas en el periodo anterior, las dos primeras décadas del siglo V
a. C. condujeron a la mejora de los elementos de detalle y a la estabilización de
la técnica. Al contrario que en la escultura contemporánea, que se dirigía hacia el
estilo severo, el esquematismo arcaico no fue abandonado totalmente por la pintura
sobre jarrones, un arte esencialmente decorativo, y fue en este momento cuando las
artes comenzaron a divergir.13

La división entre los pintores de grandes vasos y los pintores de copas se


profundizó. El período de veinte años estuvo dominado por seis artesanos de calidad
superior, una generación nacida de la experiencia del Grupo pionero: dos
decoradores anónimos de grandes vasos, el Pintor de Cleofrades y el Pintor de
Berlín, y cuatro personalidades que se distinguieron principalmente en la
decoración de vasos, Macrón, Onésimo, el Pintor de Brigos y Dúrides,14 dotado de
una extraordinaria longevidad artística (del 500 al 460 a. C.).

Tipología de vasos
Las ánforas que reproducían la forma típica del ánfora panatenaica u otras pequeñas
ánforas simplemente decoradas y llamadas ánforas de Nola sustituyeron en gran
medida al ánfora de perfil continuo. Las figuras destacaban aisladas en los vasos
pintados en negro, que carecían de bandas y tenían una única decoración como línea
base, a menudo un meandro. Otras formas siguieron siendo frecuentes, como el
pélice, el estamno y la crátera de diversos tipos. El lécito se hizo popular en la
versión de fondo blanco. El kílix más extendido era de perfil continuo con una
decoración adaptada a la nueva tipología.13 El kílix es la forma claramente
preferida en las etapas tardoarcaica y severa. Muchos han llegado hasta nosotros
gracias a la popularidad que tuvieron en el mercado de exportación a Italia.
Especialistas en su decoración son, entre muchos otros, Olto y Epicteto, el Pintor
de Panecio y Onésimo (estos dos últimos, de la escuela de Eufronio, pudieran ser
tal vez una misma persona en dos fases distintas de su evolución estilística), el
Pintor de Brigos y Macrón, más recientes, y Dúrides. Con frecuencia se emplearon
formas de vasos nuevas o modificadas, como el ánfora de Nola y los vasos de tipo
ascos y dinos. Aumentó la especialización en pintores de vasos y copas por
separado.15

Una especie de grandiosa recapitulación de la realidad, cotidiana y heroica,


individual y colectiva, en todos los registros posibles, desde el violento de la
orgía y la guerra hasta el imperturbable de los dioses, discurre por las bandas
continuas exteriores y se reinterpreta, con episodios fuertemente alusivos, en la
superficie interior de los vasos.

Una de las principales características de este estilo de pintura de vasos áticos de


gran éxito es el dominio del escorzo de la perspectiva, que permite una
representación mucho más naturalista de las figuras y las acciones. Otra
característica es la drástica reducción de las figuras por vaso, de los detalles
anatómicos y de las decoraciones ornamentales. En cambio, el repertorio de escenas
representadas aumentó.15 En las representaciones de héroes, Heracles cede la
primacía a Teseo, en el clima ideológico de la nueva democracia codificada por el
legislador Clístenes.

El desnudo masculino, y también el femenino luego, de mano de Onésimo, asume una


gran coherencia estructural, exaltada por el gesto atlético; y hasta expresiones
propias del anciano y el joven comienzan a manifestarse en la rica gama del Pintor
de Brigos.

La mejora de la calidad fue acompañada de una duplicación de la producción durante


este periodo. Atenas se convirtió en la principal productora de cerámica fina del
la cuenca mediterránea, eclipsando a casi todos los demás centros de producción.15

Período clásico temprano (480-450 a. C.)


Pintores
Ánfora de cuello del Pintor de Providence, un joven blandiendo una espada, c 470 a.
C. Museo del Louvre.
Las dos personalidades más representativas de la segunda generación de los pintores
de figuras rojas, en las tres o cuatro décadas que van desde la caída de los
pisistrátidas a la doble victoria del imperialismo ateniense, son el Pintor de
Cleofrades y el Pintor de Berlín, divergentes y complementarios: el primero, quizá
corintio, discípulo de Eutímides, que no se cansa de ensayar las posibilidades
comunicativas de la narración pictórica, y el de Berlín, un temperamento
contemplativo, que con caligrafía nítida y seguridad absoluta de trazo, dibuja en
cada lado del vaso una o pocas figuras, aislada de un contexto narrativo jamás
explícito pero sobreentendido siempre.

A pesar de los avances en la decoración figurativa de los vasos, algunas de las


innovaciones introducidas por los grandes pintores del periodo anterior y derivadas
quizá de la pintura mural siguieron sin ser aceptadas durante mucho tiempo, como
por ejemplo la mueca de dolor de Patroclo en la conocida Copa de Sosias (Berlín,
Antikensammlung F2278) o la particular forma compositiva elegida por el Pintor de
Cleofrades para la hidria con las escenas de la Iliupersis. La pintura en vasos
había seguido sus propias reglas hasta que en el segundo cuarto del siglo V a. C.
aparecieron nuevos esquemas compositivos, dotados de mayor libertad y alejados de
la compostura del periodo arcaico. Si la revolución de finales del siglo VI a. C.
en el seno de la cerámica ática había sido inducida por las innovaciones relativas
a las figuras individuales y que miraban a la escultura contemporánea, los nuevos
cambios introducidos por la nueva generación miraban a la pintura mural.16 La
consecuencia de ello fue la pérdida de la búsqueda de la unión entre forma y
decoración, al tiempo que se desarrollaron nuevas actitudes y nuevas formas de
representar los sentimientos. Las composiciones que imitaban las pinturas murales
consistían a veces en grandes figuras colocadas sobre diferentes líneas de fondo
(la composición de Polignoto, según Pausanias), frecuentes fueron los temas épicos
relacionados temáticamente con las guerras médicas, como las amazonomaquias, y no
es casualidad que en estos años se desarrollara la nueva técnica de fondo blanco
que hacía que los vasos se parecieran más a las pinturas.

Tipología de vasos
En estos años no se produce la creación de nuevas formas mientras que las del
periodo anterior son elaboradas y tienden a asumir una elegancia forzada. Las más
comunes son el ánfora grande de cuello marcado y la pequeña ánfora de Nola.

Período clásico (450-425 a. C.)

Edipo y la esfinge, ánfora de Nola del Pintor de Aquiles, c. 440-430 a. C.


Staatliche Antikensammlungen.
En el tercer cuarto del siglo V a. C., la pintura de vasos estaba dominada por un
ideal de dignidad humana que recuerda a las esculturas contemporáneas del Partenón.
La influencia de la decoración escultórica del recién erigido Partenón, es
especialmente visible en la representación de las prendas de vestir. La ropa
adquirió una cadencia más natural y la anatomía de los cuerpos se hizo aún más
precisa. La caída de las telas era más natural y se representaron con más pliegues,
lo que condujo a una mayor «profundidad» de la representación. Las composiciones
generales se simplificaron aún más.15 Hubo un mayor uso de las sombras, aunque
estas quedaron relegadas a la representación de los objetos y la ropa, mientras que
los cuerpos tendieron a mantener una definición lineal. El último de los grandes
pintores áticos, el Pintor de Aquiles, fue la principal personalidad vinculada al
nuevo estilo monumental y el que fijó el estilo de los populares lécitos funerarios
de fondo blanco, con los que la cerámica ática alcanzó la verdadera policromía. El
Pintor de la fíala, fue alumno del Pintor de Aquiles y heredó sus figuras alusivas
y tranquilas.17
La característica principal de las figuras de este periodo, es que suelen ser algo
más robustas y menos dinámicas que sus predecesoras. Como resultado, las
representaciones ganaban en seriedad, incluso en pathos. La forma de presentar las
escenas también cambió sustancialmente. En primer lugar, las composiciones dejaron
de centrarse en el momento de un acontecimiento concreto, sino que, con tensión
dramática, mostraban la situación inmediatamente anterior a la acción, implicando y
contextualizando así el acontecimiento propiamente dicho. Además, algunos de los
otros nuevos logros de la democracia ateniense comenzaron a mostrar su influencia
en la pintura de vasos. Así, se pueden detectar influencias de la tragedia y de la
pintura mural. Dado que la pintura mural griega se ha perdido casi por completo, su
reflejo en los vasos constituye una de las pocas, aunque modestas, fuentes de
información sobre ese género artístico. Los artistas ponen especial énfasis en la
simetría, la armonía y el equilibrio. Las figuras humanas volvieron a su anterior
esbeltez; a menudo irradian una serenidad ensimismada y divina.15

Pintores

Esta ánfora pintada por el Pintor de los Nióbidas es un ejemplo de su afinidad por
las composiciones equilibradas y armoniosas. Museo Walters, Baltimore.
Entre los pintores de este período, Polignoto tuvo una gran influencia, que no debe
confundirse con otros dos pintores de vasos contemporáneos del mismo nombre
(conocidos como Pintor de Lewis y Pintor de Nausícaa) y con el conocido pintor de
pinturas murales, que continuó el estilo monumental y quizás el taller del Pintor
de los Nióbidas. En el lado opuesto, el Pintor de Shuválov y el Pintor de Eretria
figuran entre los primeros «manieristas» de finales de siglo, ya activos en el
tercer cuarto del siglo V a. C. El primero procedía de la escuela de Polignoto
aunque prefería los vasos pequeños y las representaciones, el segundo maduró su
propio estilo miniaturista, hacia el 430 a. C., que explotaba las decoraciones en
relieve y la arcilla dorada.18

Alrededor del año 430 a. C., las figuras rojas áticas fueron producidas en el sur
de Italia y en Sicilia por artesanos formados en Atenas, de los que surgió una
nueva escuela local que tuvo como primeros modelos al Grupo de Polignoto y al Grupo
del Pintor de Aquiles. El nacimiento de las escuelas del sur de Italia tuvo
probablemente su origen en la fundación de Turios en el año 443 a. C., una colonia
panhelénica impulsada por Pericles, en la que participaron muchos atenienses.19

Período clásico tardío (425-400 a.C.)


Pintores

Casandra y Héctor en un cántaros del Pintor de Eretria, c. 425-420 a. C. Gravina in


Puglia: Museo Pomarici-Santomasi.

Hidria, vaso epónimo del Pintor de Midias. El registro superior representa el rapto
de Leucipo por los Dioscuros, el inferior muestra a Heracles en el jardín de las
Hespérides y a un grupo de héroes áticos locales. C. 420-400 a. C. Museo Británico.
A finales de siglo, la escuela de Polignoto, que ya había introducido la atención a
la plasticidad fidiana, había alcanzado su segunda generación y contaba en estos
años con exponentes influyentes como el Pintor de Cleofonte y el Pintor del dinos,
este último, sin embargo, más inclinado a los efectos cromáticos que a los
plásticos y más cercano a la manera calimaquea que a la fidiana.20 Las innovaciones
que las fuentes literarias atribuyen a Agatarco no supusieron grandes cambios en la
pintura vascular, quizá porque la introducción de un sistema de perspectiva quedó
en la época de Agatarco probablemente confinada a las escenas teatrales de tipo
arquitectónico.19

Se crearon dos tendencias opuestas. Por un lado, se desarrolló un estilo de pintura


de vasos fuertemente influenciada por el “estilo rico” de la escultura,
representado por los “manieristas” en la pintura de vasos del último cuarto del
siglo V a. C.; por otro lado, algunos talleres continuaron los desarrollos del
período clásico temprano, con un mayor énfasis en la representación de la emoción,
y una gama de escenas eróticas.15

El representante más importante del manierismo” es el Pintor de Midias. Sus rasgos


característicos son las prendas transparentes y los múltiples pliegues de la tela.
También aumenta la representación de joyas y otros objetos. Es muy llamativo el uso
de colores adicionales, sobre todo blancos y dorados, que representan accesorios en
bajorrelieve. Con el paso del tiempo, se produce un marcado “ablandamiento”: El
cuerpo masculino, que hasta entonces se definía por la representación de los
músculos, fue perdiendo esa característica clave.15 Los manieristas continuaron en
la dirección de un estilo pictórico sinuoso y sensual, con una pintura libre y
lírica, frecuentes adiciones accesorias de blanco y oro y una figuración que tiende
a la teatralidad. El Pintor de Midias desarrolló un estilo cercano al del Pintor de
Eretria. Su taller fue uno de los más grandes e influyentes de Atenas . Sus
contemporáneos y activos en grandes vasos son el Pintor de Talos, el Pintor de
Pronomo y el Pintor de Suessula.

Los vasos representaban escenas mitológicas con menos frecuencia que antes. Las
imágenes del mundo privado y doméstico adquieren cada vez más importancia. Son
especialmente frecuentes las escenas de la vida de las mujeres. No está claro qué
causó este cambio de tema representado entre algunos de los artistas. Entre las
sugerencias se incluye un contexto con los horrores de la gGuerra del Peloponeso,
pero también la pérdida del papel dominante de Atenas en el comercio de la cerámica
mediterránea (a su vez parcialmente resultado de la guerra). El creciente papel de
los nuevos mercados, por ejemplo la Iberia, implicaba nuevas necesidades y deseos
por parte de los clientes. Estas teorías se contradicen por el hecho de que algunos
artistas mantuvieron el estilo anterior. Algunos, como el Pintor de Eretria,
intentaron combinar ambas tradiciones.21

Aunque no se abandonaron los temas y asuntos heroicos, la pintura de vasos


ateniense de estos años de agotadoras guerras (guerra del Peloponeso) se aplicó a
representaciones vinculadas a Afrodita, a Dioniso y a Eros, a una imaginería llena
de frondosos jardines y ninfas.

Tipología de vasos
La tipología de vasos cerámicos muestra un aumento del número de molduras cerca del
pie y del labio; las ánforas son menos utilizadas y el pélice está especialmente
extendido, junto con diferentes tipos de cráteras, enócoes, vasos con tallos,
lécitos aribalísticos, lécanes, lecánides, lécitos, píxides, enócoes e hidrias.21

El siglo IV a. C.
Pintores

Ánfora panatenaica del Pintor de Marsias, Malibú Museo J. Paul Getty.


En Atenas, a principios del siglo IV a. C., continuaba la tradición iniciada en el
último cuarto del siglo V a. C. con el Pintor de Eretria y el Pintor de Midias.
Penalizada por una menor atención por parte de los estudiosos, la cerámica ática
del siglo IV a. C. se divide principalmente en grupos. Entre las personalidades
aisladas de la primera parte del siglo se encuentran el Pintor de Jenofanto,
llamado así por el alfarero que firmó dos lécitos en Leningrado con figuras en
relieve, el Pintor de Meleagro, que trabajó en diferentes tipos de vasos, y el
Pintor de Jena, principalmente pintor de copas.

Lécito del estilo de Kerch decorado por el Pintor de Apolonia, c. 350 a.C., altura:
35,5 cm, diámetro: 16,7 cm. Museo Walters.
Entre las últimas manifestaciones de la cerámica ática de figuras rojas se
encuentra el llamado impropiamente estilo de Kerch, que recibe el nombre del lugar
de Crimea donde se encontraron algunos ejemplares significativos.22 En el siglo IV
a. C. la distribución de los vasos áticos sufrió una revolución radical, que ya
había comenzado desde finales del siglo anterior, y el comercio con esta zona se
vio muy reforzado. El Pintor de Marsias es una figura clave dentro del grupo; se
caracteriza por un estilo decorativo y un diseño lineal que hace uso del relieve y
del dorado para algunos detalles, como las alas o las joyas, así como de diversos
colores añadidos, según el estilo que se originó hacia el 420 a. C. y que fue
efímero utilizándose durante unos cuarenta años;23 en el siglo IV a. C., a estas
expresiones se unió la influencia de las técnicas de pintura coroplástica,
toreútica y de «caballete».18

Las palabras de Plinio el Viejo parecen sugerir que las sombras sobre los cuerpos
femeninos fueron introducidas en el uso pictórico a mediados de siglo por Nicias;
por otro lado, la ausencia en los vasos áticos de la decoración floral introducida
por Pausias, tan presente en cambio en las figuras rojas del sur de Italia, sugiere
una mayor atención de los pintores áticos a la tradición pictórica local ligada a
la búsqueda del ilusionismo.24

Las figuras mitológicas más representadas eran Dioniso, Afrodita y Eros; la moda de
los trajes y temas orientales se extendía. La cerámica ática de figuras rojas había
abandonado los temas cívicos y las escenas más representadas eran las domésticas,
tomadas del mito o de la vida cotidiana, en las que el papel principal se asignaba
a la mujer. El cambio se explica probablemente por un cambio en el mercado: el
comercio hacia las colonias griegas occidentales y hacia Etruria estaba en declive,
pero la cerámica de figuras rojas seguía formando parte de la escena doméstica. La
escasa presencia de cerámica ateniense de figuras rojas en la ciudad griega de
Alejandría, fundada hacia el año 331 a. C., indica que la producción ya había
llegado a su fin, y entre las razones de este fin debió estar el nuevo mecenazgo de
la corte, la mayor riqueza que había desplazado el mercado hacia los productos
metálicos, mientras que las vasijas de barro se volvían más simples y menos
decoradas.3

Tipología de vasos
El número de tipología disminuyó; algunas funciones fueron asumidas por recipientes
de metal cuya decoración se convirtió en un modelo para la producción de cerámica.
Las principales formas de gran tamaño de este periodo son la hidria, la crátera de
campana y las pélíces grandes. Las copas se hicieron más pequeñas y muchas
pertenecían al tipo sin tallo. En general, se prestó más atención a los detalles,
debilitando la arquitectura del conjunto.25

Otros centros de producción en Grecia


Fuera de Ática, algunos pequeños centros de producción pudieron crecer durante los
años de la guerra del Peloponeso e inmediatamente después, debido a las
dificultades para comerciar con el centro de producción más grande; sin embargo, no
pudieron desarrollar sus propias escuelas. En Beocia, la producción ininterrumpida
de cerámica de figuras negras declinó, a partir del segundo cuarto del siglo V a.
C., por una producción de figuras rojas cuyo potencial estilístico no se
comprendía. En Corinto, una docena de alfareros produjeron figuras rojas (para las
que se imitaba el color de la arcilla ática mediante recubrimientos rojizos y
engobes) y lécitos áticos de fondo blanco en el periodo comprendido entre el 425 y
el 350 a. C.26 Otros centros de producción menor se encontraban en Eubea y Creta.19

Véase también: Cerámica corintia


El sur de Italia
Al menos desde un punto de vista moderno, las pinturas de vasos con figuras rojas
del sur de Italia representan la única región de producción que alcanza los niveles
de calidad artística de la cerámica ática. Después de los vasos áticos, los del sur
de Italia (incluidos los de Sicilia) son los más investigados. A diferencia de sus
homólogos áticos, se producían principalmente para los mercados locales. Solo se
han encontrado unas pocas piezas fuera del sur de Italia y de Sicilia. Los primeros
talleres fueron fundados a mediados del siglo V a. C. por alfareros áticos. Pronto
se formaron artesanos locales y se superó la dependencia temática y formal de los
vasos áticos. Hacia finales de siglo, se desarrollaron en Apulia el “estilo ornato”
y el "“estilo liso”. Especialmente el estilo ornato fue adoptado por otras
escuelas, pero sin alcanzar la misma calidad.27

En la actualidad se conocen 21 000 vasos y fragmentos del sur de Italia. De ellos,


11 000 se atribuyen a talleres apulios, 4000 a campanos, 2000 a paestanos, 1500 a
lucanos y 1000 a sicilianos. Alexander Dale Trendall expone una cantidad de vasos
diferente.28

Apulia
Artículo principal: Cerámica apulia

Escifo con representación de una cabeza de mujer, del Pintor de Armidale, c. 340 a.
C. Altes Museum.

Crátera de la gigantomaquia del Pintor del Inframundo, c. 340 a. C. Altes Museum.


La tradición de la pintura de vasos de Apulia se considera el principal estilo del
sur de Italia. El principal centro de producción estaba en Taras. Los vasos de
figuras rojas de Apulia se produjeron entre el 430 y el 300 a. C. aproximadamente.
Se distinguen los “estilos liso y ornato”. La principal diferencia entre ellos es
que el “estilo liso” favorecía a las cráteras de campana, las cráteras de columnas
y los vasos más pequeños, y que un solo vaso “liso” rara vez representaba más de
cuatro figuras. Los temas principales eran las escenas mitológicas, las cabezas
femeninas, los guerreros en escenas de combate o de despedida y las imágenes de los
misterios dionisíacoss. Ela cara de atrás suele mostrar a jóvenes con capa. La
característica principal de estos objetos de decoración sencilla es la ausencia
general de colores adicionales. Importantes representantes del estilo sencillo son
el Pintor de Sísifo y el Pintor de Tarporley. A partir de mediados del siglo IV a.
C., el estilo se asemeja cada vez más al estilo ornato. El Pintor Varrese es un
artista importante de ese periodo.29

Los artistas que utilizaban el estilo ornato tendían a decorar los vasos de gran
tamaño, como las cráteras de volutas, ánforas, lutróforos e hidrias. La superficie
más grande se utilizaba para representar hasta 20 figuras, a menudo en varios
registros en el cuerpo del vaso. Se emplean abundantemente otros colores, sobre
todo tonos de rojo, amarillo-dorado y blanco. Desde la segunda mitad del siglo IV
a. C., los cuellos y los lados de los vasos están decorados con ricas decoraciones
vegetales u ornamentales. Al mismo tiempo, las vistas en perspectiva, especialmente
de edificios como el “palacio de Hades” (naiskoi), se desarrollan. Desde el año 360
a. C., estas estructuras se representan a menudo en escenas relacionadas con ritos
funerarios (naiskos). Importantes representantes de este estilo son el Pintor de
Iliupersis, el Pintor de Darío y el Pintor de Baltimore. Las escenas mitológicas
eran especialmente populares: La asamblea de los dioses, amazonomaquias, la guerra
de Troya, Heracles y Belerofonte. Además, estos vasos representan con frecuencia
escenas de mitos que solo se ilustran raramente en los vasos. Algunos ejemplares
representan la única fuente de la iconografía de un mito concreto. Otro tema
desconocido en la pintura de los vasos áticos son las escenas teatrales.
Especialmente las escenas de farsas flíacas son bastante comunes. Las escenas de
actividad atlética o de la vida cotidiana sólo aparecen en la fase inicial, y
desaparecen por completo después del 370 a. C.30

La cerámica apulia tuvo una influencia formativa en las tradiciones de los demás
centros de producción del sur de Italia. Se supone que algunos artistas apulios se
establecieron en otras ciudades italianas y aportaron allí sus conocimientos.
Además de las figuras rojas, en Apulia también se producían vasos barnizados en
negro con decoración pintada (vasos de Gnathia) y vasos policromados (vasos de
Canosa).30

Campania
Artículo principal: Cerámica campana

Medea matando a uno de sus hijos, ánfora de cuello del Pintor de Ixión, c. 330 a.
C. Museo del Louvre.
En los siglos V y IV a. C., Campania también produjo vasos de figuras rojas. La
arcilla marrón claro de Campania se cubría con un engobe que adquiría un tinte rosa
o rojo tras la cocción. Los pintores campanos preferían los tipos de vasos más
pequeños, pero también las hidrias y las cráteras de campana. La forma más popular
era el ánfora con asas. Muchas de las formas típicas de las vasijas apulias, como
las cráteras de volutas, las cráteras de columna, los lutróforos, los ritones y las
ánforas nestórides están ausentes, los pélices son raros. El repertorio de motivos
es limitado. Los temas incluyen jóvenes, mujeres, escenas de tíasos, aves y
animales, y a menudo guerreros nativos. Las caras B suelen mostrar a jóvenes con
capa. Las escenas mitológicas y las representaciones relacionadas con los ritos
funerarios desempeñan un papel secundario. Las “escenas de naiskos”, los elementos
ornamentales y la policromía se adoptan después del 340 a. C. bajo la influencia
lucana.31

Antes de la inmigración de alfareros sicilianos en el segundo cuarto del siglo IV


a. C., cuando se establecieron varios talleres en Campania, sólo se conoce el
Taller del pilar del búho-pilar de la segunda mitad del siglo V a. C. La pintura de
vasos campanos se subdivide en tres grupos principales:

El primer grupo está representado por el Pintor de Casandra de Capua, todavía bajo
influencia siciliana. Le siguen el taller del Pintor de Parrish y el del Pintor de
Colico y el Pintor de Caivano. Su obra se caracteriza por la preferencia por las
figuras de sátiros con tirsos, las representaciones de cabezas (normalmente debajo
de las asas de las hidrias), las cenefas decorativas de las vestimentas y el uso
frecuente de blanco, rojo y amarillo adicionales. Los pintores de Colico y de
Caivano parece que se trasladaron posteriormente a Paestum.32

El Grupo AV también tenía su taller en Capua. Destaca el Pintor de la cara blanca


de Frignano, uno de los primeros de este grupo. Su característica típica es el uso
de pintura blanca adicional para representar los rostros de las mujeres. Este grupo
favorece las escenas domésticas, las mujeres y los guerreros. Las figuras múltiples
son raras, por lo general solo hay una figura en la parte delantera y trasera del
vaso, a veces solo la cabeza. Las vestimentas suelen estar dibujadas de manera
informal.33

Después del 350 a. C., el pintor CA y sus sucesores trabajaron en Cumas. Está
considerado como el artista más destacado de su grupo, o incluso de la pintura de
vasos campanos en su conjunto. A partir del año 330 a. C., se aprecia una fuerte
influencia apulia. Los motivos más comunes son escenas de naiskos y tumbas, escenas
dionisíacas y simposios. También son frecuentes las representaciones de cabezas
femeninas enjoyadas. El pintor CA era policromo, pero tendía a utilizar mucho el
blanco para la arquitectura y las figuras femeninas. Sus sucesores no fueron
capaces de mantener su calidad, lo que provocó una rápida desaparición, que terminó
con el fin de la cerámica campana hacia el año 300 a. C.33

Lucania
Artículo principal: Cerámica lucana
La tradición pictórica de los vasos de Lucania comenzó alrededor del año 430 a. C.,
con las obras del Pintor de Pisticci. Probablemente estuvo activo en Pisticci,
donde se descubrieron algunas de sus obras. Estaba fuertemente influenciado por la
tradición ática. Sus sucesores, el Pintor de Ámico y el Pintor de los cíclopes
tenían un taller en Metaponto. Fueron los primeros en pintar el nuevo tipo de vaso
nestóride (véase Tipología de vasos griegos). Son comunes las escenas míticas o
teatrales. Por ejemplo, el Pintor de los coéforas, llamado así por Las coéforas de
Esquilo mostró escenas de la tragedia en cuestión en varios de sus vasos. La
influencia de la cerámica apulia se hace palpable más o menos en la misma época.
Especialmente la policromía y la decoración vegetal se convirtieron en norma. Entre
los representantes importantes de este estilo se encuentran el Pintor de Dolón y el
Pintor de Brooklyn-Budapest. Hacia mediados del siglo IV a. C., se produce un
descenso masivo de la calidad y la variedad temática. El último pintor de vasos
lucanos notable fue el Pintor de Primato, fuertemente influenciado por el Pintor de
Licurgo de Apulia. Después de él, se produce una breve y rápida desaparición de la
pintura de vasos lucanos a principios del último cuarto del siglo IV a. C.34

Hermes persiguiendo a una mujer. Crátera de campana del Pintor de Dolon, hacia 390-
380 a. C. Museo del Louvre.

Orestes, Electra y Hermes delante de la tumba de Agamenón. Pélice del Pintor de las
coéforas, c. 380-370 a. C. Museo del Louvre.

Máscara para tragegia. Lécito aribalístico, c. 350-330 a. C.


Paestum
Artículo principal: Cerámica paestana

Crátera de cáliz con una escena de farsa flíaca del pintor Asteas, c. 350-340 a. C.
Altes Museum.

Lebes gámico del pintor Asteas, h. 340 a. C., Museo Arqueológico Nacional, Madrid.
El estilo de pintura paestana de vasos ase desarrolló como el último de los estilos
del sur de Italia. Fue fundado por inmigrantes sicilianos en torno al año 360 a. C.
El primer taller estaba controlado por Asteas y Pitón. Son los únicos pintores de
vasos del sur de Italia conocidos por las inscripciones. Pintaron principalmente
cráteras de campana, ánforas de cuello, hidrias, lebetes gámicos, lécanes, lécitos
y jarras, más raramente pélices, cráteras de cáliz y cráteras de volutas. Entre sus
características se encuentran decoraciones como palmeta en los laterales, un patrón
de zarcillos con cáliz y umbelas conocido como «flor de asteas», patrones parecidos
a la crestería en las ropas y cabellos rizados que cuelgan sobre la espalda de las
figuras. Las figuras que se inclinan hacia delante, apoyadas en plantas o rocas,
son igualmente comunes. Se utilizan a menudo colores especiales, sobre todo el
blanco, el dorado, el negro, el púrpura y los tonos de rojo.35

Los temas representados suelen pertenecer al ciclo dionisiaco: escenas de tíasos y


simposios, sátiros, ménades, silenos, Orestes, Electra, los dioses Afrodita y Eros,
Apolo, Atenea y Hermes. La cerámica paestana rara vez representa escenas
domésticas, sino que favorece a los animales. Asteas y Pitón tuvieron una gran
influencia en la pintura de vasos de Paestum. Esto es claramente visible en la obra
del Pintor de Afrodita, que probablemente emigró de Apulia. Alrededor del año 330
a. C., se desarrolló un segundo taller, que en principio seguía el trabajo del
primero. La calidad de su pintura y la variedad de sus motivos se deterioraron
rápidamente. Al mismo tiempo, se hace notable la influencia del Pintor dd Caivano
de Campania, con sus obras en las prendas de vestir en que caen de forma lineal y
las figuras femeninas sin contorno. Hacia el año 300 a. C., la pintura de vasos
paestanos se detuvo.36

Sicilia

Escena de farsa flíaca en una crátera de Grupo de Lentini-Manfria: esclavo con


quitón corto, c. 350-340 a. C. Museo del Louvre.
La producción de pintura de vasos en Sicilia comenzó antes de finales del siglo V
a. C., en las polis de Hímera y Siracusa. En cuanto al estilo, los temas, la
ornamentación y las formas de los vasos, los talleres estaban fuertemente
influenciados por la tradición ática, especialmente por el Pintor de Midias del
período clásico tardío. En el segundo cuarto del siglo IV a. C., los pintores de
vasos sicilianos emigraron a Campania y Paestum, donde introdujeron la cerámica de
figuras rojas. Solo Siracusa conservó una producción limitada.37

El estilo típico siciliano no se desarrolló hasta el año 340 a. C. Se pueden


distinguir tres grupos de talleres. El primero, conocido como el Grupo Lentini-
Manfria, estaba activo en Siracusa y Gela, un segundo, que fabricaba cerámica de
Centuripe alrededor del monte Etna, y un tercero en Lipari. El rasgo más típico de
la pintura de los vasos sicilianos es el uso de colores adicionales, especialmente
el blanco. En la fase inicial, se pintaban grandes vasos como las cráteras de cáliz
e hidrias, pero son más típicos los vasos más pequeños como los frascos, los
lécanes, lécitos y píxides escifoideas. Los motivos más comunes son escenas de la
vida femenina, erotes, cabezas femeninas y escenas de farsas flíacas. Las escenas
mitológicas son poco frecuentes. Como en todas las demás zonas, la pintura de vasos
desaparece de Sicilia hacia el año 300 a. C.37

Artemisa en un carro. Cántaros del Pintor del gran cántaros de Atenas, c. 450-425
a. C.
Etruria y otras regiones
A diferencia de la cerámica de figuras negras, la cerámica de figuras rojas
desarrolló pocas tradiciones regionales, talleres o “escuelas” fuera de Ática y el
sur de Italia. Las pocas excepciones incluyen algunos talleres en Beocia (Pintor
del gran cántaros de Atenas), Calcídica, Elis, Eretria, Corinto y Laconia.

Solo Etruria, uno de los principales mercados de exportación de los vasos áticos,
desarrolló sus propias escuelas y talleres, llegando a exportar sus propios
productos. La adopción de la cerámica de figuras rojas, a imitación de los vasos
atenienses, no se produjo hasta después del 490 a. C., medio siglo después de que
se desarrollara el estilo. Debido a la técnica utilizada, los primeros ejemplos se
conocen como pinturas de vasos de figuras rojas. La verdadera técnica de las
figuras rojas se introdujo mucho más tarde, hacia finales del siglo V a. C. Se
conocen varios pintores, talleres y centros de producción de ambos estilos. Sus
productos no solo se utilizaban localmente, sino que también se exportaban a Malta,
Cartago, Roma y Liguria.

Pintura de vasos con pseudo-figuras rojas

Crátera de columnas detrusca de pseudo-figuras rojas, 480–450 a. C. Museo


Metropolitano de Arte.
Los primeros ejemplos etruscos se limitaban a imitar la técnica de las figuras
rojas. Al igual que una rara y temprana técnica ática (véase la técnica de Six),
todo el vaso se cubría con arcilla negra brillante y las figuras se aplicaban
después con colores minerales que se oxidaban al rojo o al blanco. Así, a
diferencia de la pintura contemporánea de los vasos áticos, el color rojo no se
conseguía dejando zonas sin pintar, sino añadiendo pintura a la capa de imprimación
negra. Al igual que en los vasos con figuras negras, los detalles internos no se
pintaban, sino que se hacían con incisiones en las figuras. Entre los
representantes más importantes de este estilo se encuentran el Pintor de Praxias y
otros maestros de su taller de Vulci. A pesar de su evidente conocimiento de los
mitos y la iconografía griegos, no hay pruebas que indiquen que estos pintores
hayan emigrado del Ática. Una excepción puede ser el Pintor de Praxias, ya que las
inscripciones en griego de cuatro de sus vasos pueden indicar que era originario de
Grecia.38

Pintura de vasos de figuras rojas


Atenea y Poseidón en una crátera de volutas del Pintor de Nazzano, c. 360 a. C.
Museo del Louvre.
La verdadera pintura de vasos de figuras rojas, es decir, los vasos en los que las
zonas rojas se dejaban sin pintar, se introdujo en Etruria cerca de finales del
siglo V a. C. Los primeros talleres se desarrollaron en Vulci y Falerii y
produjeron también vasos para los alrededores. Es probable que los maestros áticos
estuvieran detrás de estos primeros talleres, pero también es evidente la
influencia de Italia del Sur. Estos talleres dominaron el mercado etrusco hasta el
siglo IV a. C. Los vasos grandes y medianos, como las cráteras y las jarras, se
decoraban sobre todo con escenas mitológicas. A lo largo del siglo IV a. C., la
producción faleriana empezó a eclipsar a la de Vulci. Se desarrollaron nuevos
centros de producción en Chiusi y Orvieto. Especialmente, el Grupo del tondo de
Chiusi, que producía sobre todo recipientes para beber con representaciones
interiores de escenas dionisíacas, adquirió importancia. Durante la segunda mitad
del siglo, Volterra se convirtió en un centro principal. Aquí se produjeron sobre
todo cráteras y, sobre todo en las primeras fases, se pintaron de forma muy
elaborada.

Durante la segunda mitad del siglo IV a. C., los temas mitológicos desaparecieron
del repertorio de los pintores etruscos. Fueron sustituidos por cabezas femeninas y
escenas de hasta dos figuras. En lugar de representaciones figuradas, adornos y
motivos florales cubrían los cuerpos de las vasos. Las grandes composiciones
figuradas, como la de una crátera del Grupo del embudo de La Haya solo se producían
excepcionalmente. La producción originalmente a gran escala de Falerii perdió su
papel dominante en favor del centro de producción de Caere, que probablemente había
sido fundado por pintores falerianos y no puede decirse que represente una
tradición distinta. La tipología de vasos estándar de los talleres de Caere incluía
enócoes, lécitos y cuencos para beber simplemente pintados del Grupo de Torcop, y
los platos del Grupo de Genucuilia. El paso a la producción de vasos de esmalte
negro a finales del siglo IV, a. C. probablemente como reacción al cambio de gustos
de la época, supuso el fin de la pintura etrusca de vasos de figuras rojas.39

Investigación y recepción

Cerámica de Egnacia con una mujer rubia, 310-260 a. C., Palacio Kinský, Praga.
Se sabe que han sobrevivido alrededor de 65 000 vasos de figuras rojas y fragmentos
de vasos.40 El estudio de la cerámica antigua y de la cerámica griega comenzó ya en
la Edad Media. Restoro d'Arezzo dedicó un capítulo (Capitolo de le vasa antiche) de
su descripción del mundo a los vasos antiguos. Consideró especialmente los vasos de
arcilla como perfectos en cuanto a forma, color y estilo artístico.41 Sin embargo,
al principio la atención se centró en los vasos en general, y quizá especialmente
en los vasos de piedra. Las primeras colecciones de vasos antiguos, incluidas
alguns vasos pintadas, se desarrollaron durante el Renacimiento. Incluso sabemos de
algunas importaciones de Grecia a Italia en esa época. Aun así, hasta el final del
Barroco, la pintura de vasos se vio eclipsada por otros géneros, especialmente por
la escultura griega. Una rara excepción anterior a la época del clasicismo es un
libro de acuarelas que representa vasos con figuras, realizado para Nicolas-Claude
Fabri de Peiresc. Al igual que algunos de sus coleccionistas contemporáneos,
Peiresc poseía varios vasos de arcilla.42

Desde el periodo del Clasicismo, se coleccionaron con más frecuencia vasos de


cerámica. Por ejemplo, Sir William Hamilton43 y Giuseppe Valletta tenían
colecciones de vasos. Los encontrados en Italia eran relativamente asequibles, por
lo que incluso los particulares podían reunir importantes colecciones. Los vasos
eran un recuerdo popular que los jóvenes europeos del noroeste se llevaban a casa
tras el Grand Tour. En los diarios de su viaje a Italia,44 Goethe se refiere a la
tentación de comprar vasos antiguos. Los que no podían permitirse los originales
tenían la opción de adquirir copias o grabados. Incluso había fábricas
especializadas en imitar la cerámica antigua. La más conocida es la cerámica de
Wedgwood, aunque empleaba técnicas totalmente ajenas a las utilizadas en la
antigüedad, utilizando los motivos antiguos únicamente como inspiración temática.45

Desde la década de 1760, la investigación arqueológica también comenzó a centrarse


en las pinturas de los vasos. Fueron apreciados como material de referencia para
todos los aspectos de la vida antigua, especialmente para los estudios de
iconográfícos y mitológicos. Los vasos cerámocos se consideraba entonces un
sustituto de la obra casi totalmente perdida del Pintura monumental griega. En esta
época, la opinión generalizada de que todos los vasos pintados eran obras etruscas
se hizo insostenible. No obstante, la moda artística de la época de imitar los
vasos antiguos pasó a llamarse all'etrusque. Inglaterra y Francia intentaron
superarse mutuamente tanto en la investigación como en la imitación de vasos. Los
escritores alemanes Johann Heinrich Müntz y Johann Joachim Winckelmann estudiaron
las pinturas en vasos. Winckelmann alabó especialmente el Umrißlinienstil (“estilo
de contorno”, es decir, la cerámica de figuras rojas). Los ornamentos de los vaso
se recopilaron y difundieron en Inglaterra a través de los Pattern books.46

Crátera de volutas Wedgwood , c. 1780, que utiliza diversas técnicas para imitar la
pintura de vasos de figuras rojas.
Las pinturas de vasos influyeron incluso en el desarrollo de la pintura moderna. El
“estilo lineal” influyó en artistas como Edward Burne-Jones, Gustave Moreau o
Gustav Klimt. Alrededor de 1840, Ferdinand Georg Waldmüller pintó un Bodegón con
vasos de plata y campana Krater de figuras rojas. Henri Matisse pintó un cuadro
similar (Still Life with Silver Vessels and Red-Figure Bell Krater [Naturaleza
muerta con vaso de plata]). Su influencia estética se extiende hasta el presente.
Por ejemplo, la conocida forma curva de la botella de Coca-Cola se inspira en los
vasos griegos.47

El estudio científico de las cerámica ática fue impulsado especialmente por John
Beazley. Este comenzó a estudiar los vasos a partir de 1910 aproximadamente,
inspirado en la metodología que el historiador del arte Giovanni Morelli había
desarrollado para el estudio de la pintura. Partió de la base de que cada pintor
producía obras individuales que siempre pueden ser atribuidas de forma inequívoca.
Para ello, se comparaban detalles particulares, como rostros, dedos, brazos,
piernas, rodillas, pliegues de la ropa, etc. Beazley examinó 65 000 vasos y
fragmentos (de los cuales 20 000 eran de figuras negras). A lo largo de seis
décadas de estudio, pudo atribuir 17 000 de ellos a artistas individuales. En los
casos en los que no se conocían sus nombres, desarrolló un sistema de nombres
convenidos. Beazley también unió y combinó pintores individuales en grupos,
talleres, escuelas y estilos. Ningún otro arqueólogo ha influido tanto en una
subdisciplina como Beazley en el estudio de la cerámica de vasos griegos. Gran
parte de su análisis sigue considerándose válido hoy en día. Beazley publicó por
primera vez sus conclusiones sobre la pintura de vasos de figuras rojas en 1925 y
1942. Sus estudios iniciales sólo tenían en cuenta el material anterior al siglo IV
a. C. Para una nueva edición de su obra, publicada en 1963, incorporó también ese
periodo posterior, aprovechando el trabajo de otros estudiosos, como Karl Schefold,
que había estudiado especialmente los vasos del Estilo de Kerch. Entre los
estudiosos famosos que continuaron el estudio de la cerámica ática de figuras rojas
después de Beazley se encuentran John Boardman, Erika Simon y Dietrich von
Bothmer.48

Para el estudio de la pintura de vasos del sur de Italia, la obra de Arthur Dale
Trendall tiene una importancia similar a la de Beazley para ela región de Ática.
Puede decirse que la mayoría de los estudiosos posteriores a Beazley siguen la
tradición de este y utilizan su metodología.49

El estudio de los vasos griegos sigue en curso, entre otras cosas por la constante
incorporación de nuevo material procedente de excavaciones arqueológicas, comercio
ilícito de antigüedades y colecciones privadas desconocidas.

Véase también
Cerámica ática de figuras rojas
Cerámica de figuras negras
Técnica de fondo blanco
Cerámica griega
Cerámica bilingüe
Tipología de vasos griegos
Grupo pionero
Pintor de Triptólemo
Notas y referencias
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Balbina Bäbler, en DNP 15/3 (Zeitrechnung: I. Klassische Archäologie, p. 1164)
habla de 65 000 vasos examinados por John Beazley. De este número hay que restar
unos 20 000, ya que eran de figuras negras (John Boardman: Schwarzfigurige Vasen
aus Athen, p. 7). En el sur de Italia se conocen 21 000 vasos de figuras rojas.
Además, hay algunos ejemplos de otras partes de Grecia.
Naumer,, col. 946.
Naumer,, col. 947-949.
La primera colección de vasos “etruscos” de Hamilton se perdió en el mar pero se
conmemoró en grabados; formó una segunda colección que se conserva en el [Museo
británico.
9. März 1787
Naumer,, col. 949-950.
Naumer,, col. 951-954.
Naumer,, col. 954.
Boardman, John. Schwarzfigurige Vasen aus Athen (en alemán). p. 7 y sigs.
Las principales excepciones son David Gill y Michael Vickers, que rechazan la
importancia de la pintura de vasos como forma de arte y rechazan la analogía entre
los estudios de los artistas del Renacimiento y el antiguo taller de alfarería
griego, véase Gill y Vickers Artful Crafts, 1994, también R.M. Cook Artful Crafts:
A Commentary, Journal of Hellenic Studies, 107, 1997 para una crítica de la tesis
de Vickers y Gill. Además, James Whitely y Herbert Hoffman han criticado el enfoque
de Beazley por ser indebidamente “positivista”, en el sentido de que se concentra
exclusivamente en los aspectos del conocimiento a costa de ignorar el contexto
social y cultural más amplio que podría haber influido en la práctica de la pintura
de vasos, véase J. Whitley, Beazley As Theorist. Antiquity 72 (marzo de 1998): 40-
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre la cerámica de figuras
rojas.
«Greek pottery images» (en inglés). Consultado el 20 de marzo de 2021.
Cerámica griega - Técnicas de las inscripciones
La cerámica griega - La Red Social de la Arqueología e Historia
Michael Padgett: The Harrow Painter, with a Note on the Geras Painter (El Pintor de
Harrow, con una nota sobre el Pintor de Geras).
Texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
Michael Padgett: The Kleophrades Painter (El Pintor de Cleofrades, fl. 510 - 470 a.
C.)
Texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
Esta obra contiene una traducción total derivada de «Ceramica a figure rosse» de
Wikipedia en italiano, concretamente de esta versión, publicada por sus editores
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Esta obra contiene una traducción parcial derivada de «Red-figure pottery» de
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