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Noviembre 2021

Los textos que aquí se publican fueron escritos por los integran-
tes de los Talleres Literarios Municipales que impulsa la Subse-
cretaría de Educación.

Todos los derechos reservados.

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v

Equipo Literario
Subsecretaría de Educación
Tigre Municipio
Tigre Escribe 2021

STELLA MARIS QUIROGA

SUS lágrimas miraban el ocaso en una playa desierta. Abrazaba sus


piernas. Las olas le susurraban encontrarse en otra vida. Ese amor
que no era tanto, ni tan fuerte no podía evitar su decisión. Se adentró
en el mar. Entre el oleaje escuchó el silbido del viento o las sirenas.
Desde la orilla alguien le hacía señas con tanta insistencia que la sacó
del trance. Se acercó. “Se le cayó esto”, dijo. El dije decía “te amo”. No
le pertenecía. Cayó de rodillas y lloró. Temblaba, estaba helada. El “Microficción: pieza en prosa compuesta de pocas pa-
hombre le dio su abrigo y la abrazó para devolverla. labras y elocuente silencio concebida para ser comple-
tada por el lector y disparar en él una o varias posibili-
dades de sentido.”
Raúl Brasca
a

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Microficciones

SOFÍA ARTAZA

EN la oscuridad la respiración se torna dificultosa. Los hombres exca-


van cada pedazo de la roca. Julián vuela por otros mundos. Necesita
cambiar su vida. Llegan voces desde el elevador. El turno terminó.
Salen del hoyo. Los mineros recorren el sendero camino al pueblo.
Les cuesta respirar el aire de la tarde. Julián guarda el salario junto al
resto de sus ahorros. La calle trae aromas de comida caliente. Es tar-
de cuando regresa. Ve que el cielo se ilumina, escucha detonaciones.
Corre. Las casitas de madera arden. Grita, maldice. Solo hay silencio.
Abrumado, desolado, abandona el lugar esa misma noche .

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

SILVIA VILLALOBOS LILIANA ELLI

Ella Duele y duele mucho


LLEGÓ así, con su belleza desbordada y su andar desprejuiciado. Nada LLORO, grito, me siento en la mecedora frente a la ventana. Cae el sol,
hacía pensar que detrás de toda ella se escondía otro ser. llega la luna, veo a Venus, pero respuestas no tengo. Ayuda, espero
Su altura, su cabello largo, sus piernas bien contorneadas y su cara en silencio.
bonita impactaban en nosotros. Era todo dulzura. Cuando miraba,
clavaba los ojos. Su entusiasmo era tal que daba la sensación que real-
mente le interesabas.
Desde que llegó al barrio, nos engañó. Bastaba mirarla para ver, de a
y
poco la fuimos descubriendo. Cuando la policía se la llevó dijo que
volvería. Se fue moviendo su cuerpo y su siniestra sensualidad con la Y el día llegó tranquilo, a pasos lentos, disfrutando el transitar. Ella lo
que te envolvía sin límites. esperó siempre, gozando cada esperar sin prisa. La sonrisa la acom-
pañó, la ilusión la cobijó, la esperanza la iluminó, el sufrimiento la
fortaleció, el llanto la bendijo, la lectura la alimentó, el transcurrir la
enriqueció.
Yo, en el mientras tanto, la observé, la admiré, quise imitarla y no
pude. El secreto lo tenía muy escondido.
En ese momento que nunca esperé que llegara, con nuestras manos
a

entrelazadas, sin lágrimas y con su sonrisa, muy lentamente en mi


oído su secreto de vida me confesó y, como es un secreto, compartir
no puedo por ahora. Cuando sea mi momento lo diré como hizo ella
conmigo.
Besos al cielo.

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

LILIANA GIOCO SILVIA ROSEN

Mi amada se convirtió en un espectro. Ahora la uso de abrigo sobre Reloj de familia


mis hombros que es tan suave que me rozan sus caricias. TOMÓ el reloj de bolsillo, le dio cuerda y escuchó aquel tic tac.
“Este reloj marca las horas de su familia”, le había dicho su padre
cuando se lo dio. Y marcaron los días de terror huyendo de Europa,
su anhelada llegada a la Europa latina, la del nacimiento de sus hijos,
la muerte de su esposa. Marcaron la vida misma.
Ahora él se lo daría a su hijo, que en su delirio tecnológico muy poco
se daba cuenta del valor del tiempo. Quizás el valioso reloj de su fa-
milia tendría sellada su existencia.
a

y
Misterio del destino
NO PUDO más. Su silencio lo dijo todo. Solo abrió la puerta y se fue
hacia un horizonte brillante donde el sol se desvanecía. No estaba
sola, una sombra la perseguía.
Una lágrima se deslizó por su mejilla, mientras los recuerdos se agol-
paban en su mente. Su cuerpo todavía temblaba. Los gritos y golpes
de cada día terminaron quebrando su esencia de mujer.
Mientras la sombra la rodeaba, le susurraba:”¡siempre juntos!”.
Los enterraron en la misma fosa, juntos en la vida, juntos en la muer-
te.

a
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Tigre Escribe 2021 Microficciones

Lo más irritable fue al leer la tarjeta, que decía: LORENA CARASSAI


“FELICES QUINCE AÑOS”.
Con mucho cariño, Receta para el mal sueño
papá COLOQUE una pizca de una frase hiriente, preferentemente del pasado,
algo que usted ni nadie pueda modificar nunca. Elija dos personajes
aleatorios con los que haya tenido un intercambio en la última se-
mana. Agregue dos cucharaditas de una comida copiosa a deshora,
y en contraindicación al consejo médico para paliar el insomnio. Por
último, piense en algo que le provoque una completa incertidumbre.

Mi objeto preferido Déjelo marinar de 6 a 8 horas, mientras el resto de los humanos goza
de un sueño plácido y reparador. Colóquese en una posición que con-
DE chica no le daba ninguna importancia. Para mí era otro adorno tracture bien sus cervicales.
que tenían mis padres para engalanar la casa. Mamá la limpiaba mi-
nuciosamente acariciando su fina textura, como si le hiciera mimos. Prepárese para un día lleno de contrariedades y confusión.
Mis hermanos esbozaban expresiones muy dulces y la abrazaban tier-
namente. Su forma, totalmente impactante, no pasaba inadvertida. Su
color amarillo manso enunciaba ternura; al manipularla, estremecía,
despedía olor a cipreses y ébano. Impulsaba alegría, júbilo. Como si el
mundo se detuviera con su presencia. Reservada, arcana enigmática,
no se parece en nada a los otros sonidos. No concibo la vida sin mi

a
guitarra.
a

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

MARÍA ALEJANDRA CASELLA SILVIA H. LÚQUEZ

Aromas, sabores y colores


“¡UNA carrera de ensueño! ¡Felicitaciones, Ingeniero!”, “¡Qué joven NACÍ en la provincia de Tucumán, tuve una infancia que se nutrió de
tan educado! Un orgullo para sus padres”. Todos los invitados hacen aromas, sabores y colores.
gala de sus bondades. “¡Brillante! Un porvenir asegurado!”. Recuerdo el color blanco del azar con su característica fragancia, re-
Él toma su copa. Abre la puerta que da al balcón. Propone un brindis cuerdo el verde del mollar con su florcita lila, el particular amarillo
de agradecimiento y sin más, casi ahogado, se arroja desde aquella del arenal, el limonado del fruto que se extasiaba en los campos con
altura. su exquisito aroma, el azulino de la caña de azúcar, su dulce sabor sin
parecidos, la tonalidad y el olor a pastizal recién cortado, a madresel-
vas en los jardines con la diversidad de colores.
Tuve una niñez que huele a cocina, poseo trozos de infancia que me-
rodea a rico, que aún hoy siento.

y
a

Mis quince años


ME abandonaste hace más de diez años, hoy te acercas para saludar-
me por mi cumpleaños, no es una sorpresa agradable como la que vos
conjeturabas, por suerte pude borrar todo lo que me unía a ti. Sé todo
de tu existencia, dónde trabajabas, dónde vives, el nombre de tu espo-
sa e hijos, pero por suerte lo pude trabajar y no me afecta.
Me sorprende la visita de hoy, pero sé que también la voy a superar, no
te agradezco el regalo… es más… no lo quiero, te lo puedes llevar…

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

SILVIA FERRARI MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZ

No pagues por el pito


CUMPLIÓ el sueño de viajar a Europa. España e Italia, por sus cuatro TAN pronto como puedas traeme rosas rojas. Ponlas en mi mesita así
abuelos, y París, porque estaba segura de que allí “la vida es rosa”. recordaré con su perfume otras primaveras. Abre las ventanas para
Quiso darse un gusto y, por haber ahorrado visitando parientes, se que me inunde el perfume de los pinos. Después siéntate en el piano y
compró una cartera de esas que lucen su emblemático monograma. toca esa melodía que tocabas cuando te conocí. Mientras lo hagas, ce-
rraré los ojos. Recordaré los tiempos en que fuimos tan felices. Sigue,
Cuando al regresar se encontró con sus amigas para tomar un café sigue tocando, todavía te escucho.
llevó la cartera colgada del hombro con orgullo.
Al salir de la confitería, una manta de un inmigrante, quizá senegalés,
exhibía carteras del inconfundible logotipo: LV, a un precio irrisorio
y en pesos.

a
a

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

MARISA ELENA VIEYRA SHEYLA CASCO

Plumas al cielo UN hombre despierta junto a una mujer que no reconoce. Intenta
EL pájaro golpeó el vidrio. Un vuelo desesperado lo arrastró contra las dormirse, pero no lo consigue. Abre los ojos y ella ya no está. Piensa
paredes. Ella abrió la puerta. El pájaro escapó. que fue un sueño. Va a desayunar y la encuentra preparando tostadas.
Le pregunta:
—¿Quién sos?
y Ella responde:
—¿No te acordás? Anoche intenté rescatarte, pero he muerto en el
intento.
Festival
LOS vi alejarse, estrechándose uno con el otro como los juncos del río.
El aroma a tilo en el aire los envolvía a cada paso.
Hermosos amantes atemporales.
El encuentro de almas es una bendición cuando sucede, fiesta de sen-
tidos sin palabras.

a
y
Demo
LOS demonios que me rodean, le decía.
Frank la escuchaba atento con su mirada fija en ella.
De pronto pregunto: siempre mencionás los demonios ¿a qué te re-
ferís?
Al mundo que nos rodea.
a

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

SANDRA SAGUINO MARÍA LUISA BORDOLINI

Y APRENDISTE a comprender el lenguaje de espirales, de tiempos de si-


lencios y a esperar que vuelvan siempre los abrazos. Que el mundo MANEJA por una ruta oscura. Se detiene cuando una mujer ensangren-
no era plano, ni incoloro ni insípido. Y que no eras una malformación tada alza las manos.
genética emocional. Que las cosas suceden, que te suceden y que la
felicidad es un instante que dura para toda la vida. “Por favor, mi niño”
La sigue hasta donde un pequeño está tirado en el pasto, a unos pocos
metros de un auto volcado. Parece malherido. Se acerca para ver si
respira.
Cuando busca a la mujer para interrogarla no la ve. Se dirige al vehí-
culo siniestrado y la encuentra sin vida, atrapada entre fierros retorci-
dos con las manos atrapadas al volante.
a

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

MARISA RODRÍGUEZ ROBERTO FERNÁNDEZ

LA noche llega. Entre las sábanas y mi camisón busco tus pies, ya no TENÍAMOS un secreto. Con el barrio dormido, nos sentábamos fren-
se rozan con los míos. te a ese edificio, repartíamos las golosinas y dábamos tiempo a que
Ni las manos se aprietan. Tus besos no tocan mi piel. Ni los míos la comience el espectáculo. Con la última luz apagada, las estatuas em-
tuya. pezaban a danzar sobre la cornisa que remata la fachada. Las más
osadas ensayaban arabesques, otras hacían lo que podían, todas dis-
Tu perfume no invade la cama. frutaban. Pero bailar en la cornisa no podía tener final feliz: esa no-
Aprieto las sábanas limpias sin encontrarte. Solo me rozan las lágri- che de entusiasmo desmedido, una de ellas trastabilló y cayó al vacío.
mas calladas que corren por mi rostro. Tu imagen me mira y siento un Vimos como las otras la despidieron llorando y como al día siguiente
beso en la frente. Ese último beso me acompañará por siempre. empezaron a sustituir nuestro teatro por una torre con amenities.

y
SONÓ el teléfono. Con temblor, lo atendí. No quería escuchar lo que
me iban a decir.
Solo un llamado bastó para derrumbar mi vida. Solo un llamado, un
decreto, una pandemia.

a
Te alejaron de mi lado, otros decidieron por nosotros. En la plenitud
de nuestra vida. Vida que terminó hace un año, cuando partiste sin
despedirte, sin verme, sin dejarme cuidarte hasta el fin de tu vida,
hasta el fin de la mía.
Juntos hasta la muerte nos juramos ante Dios. Muerte que llegó y nos
privó del último beso.

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

RITA RODRÍGUEZ MARISA RODRÍGUEZ

Excesos EN la oscuridad de la noche, subiría una escalera larga junto a una


DESPERTÓ en una playa desierta, oprimido por el peso de un cuerpo corta. Escaparía a nubes tormentosas, esquivando relámpagos y true-
que le congelaba el alma y obstruía la respiración. Un inexplicable nos, sin importarme la lluvia que me golpearía, para descansar en una
fluido rojo los pegoteaba entre sí. Intentó apartarse. El rostro pintarra- nube suave, como tus brazos.
jeado de una mujer se insinuó dentro de una cabellera enmarañada.
No la conocía. La sintió fría, rígida, inalterable, en otra dimensión.
Tuvo miedo.
La percusión de una batucada irrumpió ruidosa, invasiva, como para
despedir la oscuridad y el silencio de la noche. El sol trepaba el hori-
zonte. Ella giró sobre sí misma y se acurrucó en la arena. Tal vez tenía
frío.

a
Delta adentro
NAVEGO la estrechez de los arroyos. Juncos salvajes acechan, intimi-
dan, interrumpen itinerarios. Me aferro a la nada. El silencio impera.
Levanto los remos para escuchar cómo el bote rompe el agua. Suelto y
me entrego. La deriva se encargará de todo.
a

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

MARTA LETE La Reina del Plata es como su amada, vanidosa y fría, la que le da
espalda al río que antes besó el ruedo de su vestido como un acto de
amor.
Pulpo
CRECEN de la palma de mi mano pulpitos, cada vez son más grandes,
viven una hora y mueren. Yo los envuelvo en hojas de revista y los
tiro a la basura, espero nunca revisen, se van a asustar, además pre- y
guntarán de dónde saco tantos pulpos. Un día me di cuenta que ya no
necesitaba a mi marido y me divorcié.
Misterio
La única complicación es que siguen creciendo.
LA noche estaba demasiado oscura, silenciosa, lloviznaba con hilos
muy finos de plata, sin un murmullo, el crepitar de los leños y el aro-
y ma del café que descansaba sobre la mesita eran mi única compañía.
Estaba absorta en la escritura de mi próxima novela. Algo me dis-
trajo, una respiración entrecortada sobre mi nuca me dejó inmóvil.
Desconfianza Mis dedos parecían muertos sobre el teclado, el corazón como un ins-
ÉL le pidió -por favor- a su mejor amigo que sedujera a su mujer, por- trumento de percusión enloquecido y un zumbido en los oídos me
que desconfiaba de ella. Después de cierta reticencia, así lo hizo, pero mareaba. Me levanté como pude y miré hacia el jardín. Una sombra
parece que muy bien. espesa y azulada huía por el sendero.
Hoy tienen un hijo juntos y el marido desconfiado llora en silencio.

a
Sobrevivientes
—UNOS pocos privilegiados subirán —me dijo.
Y acotó:
—Solo una maleta.

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

NORMA H. GRILLO Con todo el miedo que es capaz un hombre, a oscuras y en silencio,
caminábamos abatidos.

A dónde van las palabras Donde habíamos sido plural, ahora, como las nadadoras sincroniza-
das, solos, en multitud, subíamos prolijos. De aquí en más debería-
LAS palabras no mueren nunca, las lleva el viento hasta el pie del arco mos ser un monólogo interior.
iris, transformándolas en colores vibrantes. Están en la lluvia de es-
trellas en un cielo de verano. En bandadas de pájaros cortando el azul Pero decir adiós, jamás.
infinito.
Los niños las roban jugando. Las flores las reciben con su aroma sutil.
Los jóvenes forjan sus sueños. Los amantes las entrelazan en caricias.
Los ancianos las disfrutan en su historia. Solo los malvados las encie-
rran en la prisión de las guerras, esas son las esclavas, las que nunca
podrán volar.

a
Los escritores las usamos todas sin permiso del Universo.

y
Ella y la ciudad
Y SALE a caminar, silbando un tango entre la bruma azul que envuelve
a Buenos Aires, debajo de esa llovizna persistente, solo con sus mie-
dos, su dolor, su soledad. Sin poder olvidar.
La ciudad es cómplice, ella la cubrió en su huida, aquella que le había
jurado amor eterno se perdió entre las luces, los brillos y el gentío sin
rostro que la recorre indiferente al sufrimiento de los demás.

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Tigre Escribe 2021 Microficciones

MICAELA TONIOLO NELIDA AGAZZI

ERA un hombre de unos cincuenta años, pero su mirada, extraña y


Prisión de flores triste, reflejaba que había vivido muchos más. Cuando ingresaba a
cualquier lugar, emanaba misterios y enigmas. No parecía ser muy
LOS hongos lograron capturar a las que creen son las últimas flores. sociable, sino más bien salvaje y sombrío. Su andar era algo penoso e
Tallos de caléndula entre abrojos. Rosas anoréxicas de pétalos caídos. indeciso y no armonizaba con su perfil temperamental.
Perfume a jazmín añejo y putrefacción. Margaritas corrompidas por
la humedad. La ciencia afirma que formamos apreciaciones sobre cómo es la per-
sona y su conducta a partir de la cara o las expresiones. Adelantamos
Un conejo carcelero las vigila con recelo, espera el intento de huida si es confiable, extrovertido, competente o dominante. Juan, mi nue-
para probar aunque sea un pétalo. vo vecino, no era una excepción de ello.
Los románticos ahora regalan un ramo de champiñones. Portobellos
son las nuevas rosas. Están en auge. Es cuestión de tiempo hasta que
la reina Amanita decida que es hora de intoxicar a la raza que los cazó
indiscriminadamente por siglos.

a
Ninguna
VI tu mirada muerta descansar en la mía. Muerta de ganas de irse.
Antes era muerta de amor. Hoy no sé cuál prefiero.
a

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