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El análisis de los discursos sociales

Análisis en producción y análisis en reconocimiento

En el contexto de nuestras sociedades postindustriales mediatizadas, la prensa gráfica


representa un ámbito excepcional para el análisis del discurso, ya que es, por un lado,
una especie de laboratorio para el estudio de las transformaciones socioculturales de los
grupos sociales y de las relaciones entre estas transformaciones y la evolución y
entrelazamiento de los géneros discursivos; por otro lado, implica una red de
producción de discursos cuya complejidad requiere apelar a un marco conceptual de
múltiples niveles, capaz de abordar tal complejidad.
Con respecto a la prensa gráfica, debemos aclarar que una teoría de los discursos
sociales no la considera como un lugar (entre otros) de manifestación de las leyes del
lenguaje, sino que la aborda como uno de los terrenos en los cuales se perfilan, con una
forma dominante específica -la de la materialidad de la escritura-los objetos que le son
propios: los discursos.
Al abordar objetos complejos, como la prensa gráfica, se debe hacerlo atendiendo
desde el inicio a su complejidad, para ver cómo los macrofuncionamientos discursivos
determinan cualquier microfuncionamiento lingüístico ( o visual, o de otro tipo).
Para ello conviene distinguir una serie de macroconceptos, que señalan las distintas
determinaciones que ejercen las condiciones productivas en los discursos. En nuestras
sociedades mediatizadas es precisamente en los medios en donde se advierte el juego de
cruces entre estos macrofuncionamientos.
El término medio indica un soporte tecnológico, más un uso social. El video casero y
la TV de gran público no se distinguen por su dispositivo tecnológico, sino por los usos
diversos que de él se hacen: un uso privado en el primer caso y un uso social que
transforma ese soporte en un medio masivo de comunicación. El equipo de
computadora personal-impresora, que hizo entrar lo escrito impreso en el universo de
los usos individualizados, probablemente esté creando otro medio completamente
nuevo.
Soporte es un concepto tecnológico, mientras que medio es un concepto
sociológico.

El análisis en producción: tipos, géneros y estrategias

Verón llama sistema productivo a la articulación entre la producción y el


reconocimiento de los recursos producidos. En el plano de los macrofuncionamientos y
para un análisis en producción, distinguiremos tres nociones: tipo, género y estrategia.

Tipos de discurso: son aquellos discursos, en tanto están asociados, por un lado, a
estructuras institucionales complejas que constituyen sus soportes organizacionales y,
por el otro, a relaciones sociales cristalizadas de ofertas/expectativas que son los
correlatos de estas estructuras institucionales. Por supuesto, estas estructuras
institucionales y estas configuraciones de ofertas/expectativas, no pueden tratarse
simplemente como datos sociológicos “objetivos”; unas y otras son inseparables de los
sistemas de representaciones que, en producción, estructuran el imaginario donde se
construyen las figuras de los emisores y los receptores de los discursos.
Por ejemplo, el discurso político ancla, por un lado en el sistema de partidos y el
aparato del Estado (elecciones regulares, etc.); construye el rostro de un emisor (el
sujeto de la palabra política) y los rostros de los destinatarios. A un nivel, el discurso
construye un destinatario genérico ciudadano nacional (asociado al colectivo “nación”),
que participa en ciertas prácticas relacionadas con el sistema político (y que, por lo
tanto, tiene ciertas expectativas respecto de su funcionamiento). A otro nivel, construye
tres subespecies de destinatarios: el prodestinatario, al que se apunta a través de
mecanismos de fortalecimiento de la creencia compartida, el contradestinatario, con
quien se polemiza (inversión de la creencia) y el paradestinatario, blanco de
mecanismos del orden de la persuasión (es el indeciso al que debo “seducir”,
convencer).

Géneros
La noción de género está fatalmente marcada, desde el comienzo, por la problemática
literaria. En esta óptica, heredera del análisis literario, un género se caracterizará
necesariamente por cierta disposición de la materia lingüística (por no decir de la
escritura, pues un mismo género puede aparecer en forma escrita en la prensa y en
forma oral en la radio). Este uso lo llamaremos géneros L: “entrevista”, “reportaje”,
“alocución”, “mesa redonda”, “debate”, “investigación” son algunos de estos géneros
que pueden aparecer en los medios, con el mismo estatus de los géneros literario
tradicionales: “cuento”, “novela”, “nouvelle”, “fábula”, “soneto”, “décima”, etc.
Los géneros L atraviesan los medios y los tipos de discurso. Un tipo de discurso, a su
vez, puede reconocerse en la forma de varios géneros L.
Los géneros P son productos en un mercado de bienes simbólicos: un formato
determinado ligado a un tema específico. Por ejemplo, dentro de la prensa gráfica,
“revista femenina”, “revista deportiva”, “periódico”, “revista de actualidad”, “revista de
chismes del espectáculo”; en televisión “noticiero”, “programa político”, “unitario”,
“telenovela”, “programa de entretenimientos”, “reality show”. Su relación con los
tipos de discurso es mucho más fuerte, de tal modo que se podría pensar en
conceptualizarlos como subespecies de los tipos de discurso. Un género P puede, a su
vez, contener muchos géneros L.
Como productos que son, los diferentes “títulos” que corresponden a un mismo género
P, compiten en un campo común. Por ejemplo, “Para Ti”, “Cosmopolitan”, “Elle”,
“Mía”, todos títulos de la prensa femenina, compiten en el mercado por un sector de
público y por anunciantes. Como se ve, no difieren mayormente en cuanto al
componente temático (en otros términos: el enunciado). Para distinguirse de los demás,
para posicionarse como un producto “especial”, digno de ser elegido por sobre otros,
recurren a estrategias enunciativas.

Estrategias: pueden definirse, en este contexto, como variaciones atestiguadas en el


interior de un mismo tipo de discurso o de un mismo género P. En cuanto a los géneros
L, las variaciones que se den en el interior de uno de ellos están sobredeterminadas por
el tipo de discurso o por el género P (por ejemplo, como cambia una entrevista si se da
en un noticiero, en un programa de entrevistas o en una nota de actualidad en una
revista).
La variaciones estratégicas a las que nos referimos aquí remiten directamente a los
fenómenos de competencia interdiscursiva propios del campo de la discursividad
entendido como mercado de producción de discursos.
Retomando el ejemplo de la prensa gráfica femenina y la competencia entre los
diversos títulos. Si en lo temático comparten un núcleo común (que sería
aproximadamente “moda, belleza, cocina”), será en el campo de las estrategias
discursivas, que abarcarán la totalidad de las materias significantes implicadas (palabra,
imágenes y diseño y diagramación), donde harán jugar la diferencia. Cada título
propondrá un contrato de lectura a sus posibles lectores, es decir, un vínculo
determinado con el público. En los medios masivos de comunicación, es el discurso el
que propone el contrato a los potenciales consumidores, pero nada hace saber de
antemano si ese contrato será exitoso, vale decir, si será aceptado por los receptores “de
carne y hueso”. Con un análisis en producción, no hay manera de determinar los efectos
de un discurso. De ahí que será necesario pasar a otra instancia: la del análisis en
recepción.

El análisis en reconocimiento

El analista de los discursos, a quien Verón llama también Observador, por el lugar
que ocupa: fuera del sistema productivo que es su discurso-objeto, ha podido describir
los rasgos esenciales, invariantes del discurso analizado. En el campo de los géneros P,
todo análisis es necesariamente contrastivo, es decir, las observaciones que haga de su
objeto dependerán de haberlo comparado con otros similares (el mismo género P), pero
que a la vez, difieran en algún aspecto (el de las estrategias). En ello consiste un análisis
en producción, pero, ¿cómo dar cuenta de los efectos reales que ese discurso ha tenido?
Para ello hará un análisis en reconocimiento, que, de acuerdo al tipo de objeto
analizado, puede asumir dos grandes formas:

a) Análisis diacrónico: cuando analizo un discurso B como efecto, lectura,


consecuencia del discurso A (mi objeto de referencia) Por ejemplo, analizo la
“Elle” argentina como una versión posterior de la “Elle” francesa.
Otra forma del análisis diacrónico es ver alguna forma de metadiscurso crítico
(discurso B) como efecto del discurso A. Ej.: una reseña de cine.

b) Análisis sincrónico: cuando lo que se ofrece como efecto es una conducta, que
es “opaca” en cuanto al sentido que la produjo, el analista busca inducir un
discurso explicativo (discurso etnológico, discurso B) para tratar de entender
los resultados que provocó el discurso de referencia (discurso A).
Por ejemplo: trato de explicar el resultado de un votación haciendo encuestas entre
grupos seleccionados según distintos parámetros de edad, sexo, clase social, nivel
de educación, etc. En este caso, entiendo la conducta de voto como efecto (en
parte) de la campaña política mediática e informal (discurso A)

La gran diferencia entre estos dos tipos de análisis es que el tipo a) trabaja con discursos
que han circulado socialmente. En el caso del análisis b), los discursos son individuales
e inducidos.

Adaptado de “Prensa gráfica y teoría de los discursos sociales: producción,


recepción, regulación”, en Fragmentos de un tejido, Barcelona, Gedisa, 2004.

Actividades:

1) Señale soporte, medio, tipo de discurso predominante y géneros en los siguientes


casos:
a) Una carta de lectores.
b) Un noticiero televisivo.
c) Una telenovela de la tarde.
d) Un programa radial de preguntas y respuestas.
e) Un chat.
f) Un e-mail.
g) Un weblog.
h) Un fotolog.

2) Reconstruya los parámetros fundamentales que hacen a estos tipos de discurso.


a) El discurso publicitario.
b) El discurso informativo.
c) El discurso artístico.
d) El discurso científico.

3) Tome dos tapas de revista que respondan al mismo género P. Explique el


contrato de lectura que proponen en cada caso.
4) Tome una reseña de un libro, disco, recital y analícela en sus relaciones con el
discuro de referencia (discurso A)
5) Explique cómo procedería en el caso de tener que dar cuenta de la preferncia de
un sector de consumidores por un producto y no por otro.

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