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Gonzalo Obes
A. M. R.
(Curator)
Biónic(ART)
Apuntes para una (IN)diferencia -(1N)01F3R3NC14.
Texto introductorio a la obra de Gonzalo Obes a propósito de la Exposición "Post-Humano. Adiós al Hombre"
asta determinado momento, la historia del arte las instancias y las cosas. Continuidad por otros medios).
H occidental apuntó (quizás en teoría) hacia una bús-
queda de la (in)diferenciación, la distinción y la “originali-
Variabilidad orientada a establecer una relación entre lo
carnal y lo instrumental; -dígase quizás- desconcertante
dad”; cuyo fundamento procuraba escapar a la homoge- placer del apocalipsis. Que no es sinó una dimensión
neidad y la homologación; distinto a los quehaceres de (otra) de la belleza, encubierta bajo atronadoras for-
los viejos maestros del Zen y el antiguo oriente, donde la mas de colonización tecno-pagana, del cuerpo físico y
mimesis, la reproducción y la imitación, eran baluartes espiritual, la decrepitud y la posesión del ser-instrumen-
del “buen hacer”, que reconoce primeramente, un único tal; ante el eminente arribo de lo inevitable, la vida y la
creador (sobrenatural) y lo demás obra(ba) en conse- muerte incluso (1) . Un hombre que en cualquier circuns-
cuencia, imitando ese gesto que desde un principio, más tancia miró a la luz; (algunas veces reveladora y otras,
que creer en lo “nuevo”, decidía subjetivamente calcar y cegadora); generando con ello, lo que entiende ¿saluda-
conservar(se). ble?... desde su propia y letal (in)diferencia; síndrome
La fealdad o la belleza fueron cuestiones a desarrollar en “eficaz”, mejor dicho útil (según para quien) en la condi-
las distintas culturas, tradiciones, teorías y perspectivas ción postmoderna: mientras más miras menos ves. Una
estéticas, incluso resultaron comunión, convenio y fe… (In)diferencia que es (el) modo de optar por unas visio-
una convicción, una creencia, una confianza que atribui- nes y otras, cuando de igual casi todo lo ignora(mos).
mos; acuerdo, entre (al menos dos) varias personas o Pero ¿qué entendemos como civilización, desarrollo, tec-
disyuntivas. Una voluntad de ser leídos, vistos, gustados nología, orden, control, seguridad y dominio?, sinó el
o rechazados, por una cabeza que jamás es la nuestra. simulacro ensordecedor, desgraciado e (i)lógico de los
Así inauguramos el génesis de un conflicto epistemológi- fundamentalismos que aparecen por todas partes;
co (esencialmente discriminante-diferenciador) sobre necesidad de reafirmación de/en nuestra idea del
¿cuál es la medida del Mundo?, búsqueda de una dimen- mundo, (invención de la desconfianza), sentido y vivido
sión o configuración ¿definitiva? y ¿única? de la sustan- como realidad circundante, que eufemísticamente
cia primordial en la razón. Abriéndonos a legitimar nues- llama(cree)mos “objetiva”. Credo de nuestra visión exis-
tros sentidos y otras abstracciones, de la manera más tencial no homologable, sea nauseabunda y/o angelada,
absoluta e ineficaz. Finalmente hasta la ciencia más mejor o peor que otra perspectiva por contraste e impo-
avanzada hoy nos corrobora, que todo se funda en el sible comparación, jamás igualable… circunstancia
vacío, (pero esto, es un argumento al que no quiero dedi- nunca idéntica, ni próxima, ni semejante. Agreguemos la
carle tiempo en este ensayo, pues resulta bastante más innumerable incompatibilidad estética, cultural, tradicio-
profundo, complejo y extramoral) y no en arquetipos, fór- nal y lingüística, desde la que nunca podríamos amura-
mulas, fijaciones, costraciones, ni coagulaciones metafó- llarnos, para esgrimir comparativa alguna, ni un discu-
ricas concretas, por útiles que resulten; supuestamente rrir acerca de la otredad medianamente lúcido: El
entendidas como esclarecedoras (que no son). Universo es una revelación tan imposible como arcana.
Acordemos entonces mínimamente, que el Mundo es Hace relativamente poco, en una diatriba sostenida con
radicalmente desconocido, extraño y desconcertante, el propio artista, llegábamos a la conclusión de que a
visto desde nuestro habitual absolutismo cartesiano. cada momento (re)definimos de constante el concepto
Creo que la obra de Gonzalo Obes a través de sus argu- de (¿la?) belleza. Cada época manifestó, reglamentó y
mentos, en este caso nos acerca, a una estetización del parcializó, lo que (en)tendió en su búsqueda. Confiamos
fin, torciendo el camino a propósito, hacia otra (i)lógica, haya una ontología pululando por encima de nuestras
(pero no un fin como algo último, sinó como extenuación, cabezas, haciéndonos entender que a veces podemos
acabamiento de ciertas relaciones o pernoctaciones de encontrar esplendor incluso entre el horror y la fealdad.
(1) Referencia a la obra: Marcel Duchamp. Sobre el amor y la Muerte Incluso. De Juan Antonio Ramírez. Edt. Siruela, 1993.
¿Quién objeta que la serie de imágenes de aquellos niños zación exhausta, enmascarada, sobreprotegida y asépti-
en los tanatorios del afamado fotógrafo Andrés Serrano, ca; donde ciclón ya no es alusión meteorológica natural
no tengan un infinito esplendor en la belleza… o para ser inmediata, sinó un efecto disuasorio (excesivo des-con-
más clásicos, la pornografía (que no es, aunque sí para trol del clima); o sencilla y más concretamente el nombre
su época) del Nacimiento del Mundo de Gustav Courbet; de un gas nervioso. Fábricas e industrias monstruosas
las afrutadas elegías extrañas de Arcimboldo o la infini- donde la vida no es sin la careta, el neopreno y la esca-
tud monstruosa de Las Puertas del Infierno del Bosco? fandra… como si de otro planeta se tratase; condición de
Dice Herman Hesse a cerca de: lo extraña que es la (en)ajenación y desarrollismo fracasado, contraria a los
belleza, de que nazcan flores entre las fabricas ya roídas principios o (pre)supuestos para los cuales fue creada. El
y abandonadas, o entre los viejos y destruidos cañones fin no justificó los medios. Cuando terminamos viviendo
de una pretérita guerra… incluso de que entre los pape- en los medios y no en las cosas, en el simulacro en lugar
les de la bolsa podamos encontrar poesía. Mucho se ha de la realidad, en la información en lugar del hecho; tal
escrito, sufrido y gozado al respecto, y contradiciendo el está la vida entre redes, flujos, y trampas: electrónicas,
canon de los estoicos, complemento lo que pienso (dis- morales, políticas, sociales, culturales y un largísimo
tinto) en la medida que me sumo paradójico, a esa tradi- etcétera.
ción de (la) perplejidad frente a su dimensión tribuladora.
En Tecnologías Residuales… propone el trasto, el recicla-
El soplo del pánico purifica (2) .
je, una arqueología de las cosas, cercana al drap-art: un
Este artista utiliza el blanco y negro con ademanes con- bidón que es teléfono, vuelto sistema de comunicación
troladísimos, de hecho su pintura es también mayorita- primitivo, pero a su vez postindustrial; elemento que deja
riamente dibujo, de suave desliz sobre los lienzos como a un lado la linealidad histórica y la precaria idea del pro-
soplando la ligereza de sus lápices y pinceles que rozan greso, anunciando otro uso, otra puesta en circulación;
sin a penas huella; claro-oscuros de una suavidad inma- ahora en versión paliativa de estética Mad Max. En ésta
terial, casi fotográfica, de gesto suelto pero preciso... pieza el personaje bordea una belleza a-género, que de
sólo interrumpido por esas asociaciones objetuales que lectura subliminal propone: -no ser hombre ni mujer-, y
subjetivan la mirada; que alcanzo a llamarle post-surrea- hasta una belleza y un indefinido sexo disueltos, en algo
lismo biomecánico. Desenfado que emana del argumen- más de lo que circunstancialmente se entiende (arqueti-
to; imágenes que combina sin prejuicios, creando otra po). Afectada pose de maniquí sopla-latas.
leyenda de los objetos, una historia paralela de la
A su vez la obra Posesión se promete concisa, clara,
herramienta, o una instrumentalidad progresiva y
casi vindicativamente panfletaria. La figura emerge de
colonialista, que va inundando la figura hasta apoderar-
unas sombras cuyo valor ignoro, (sentido de lo secreto,
se de ella, hasta contagiarnos (de) esa sensación inaca-
lo arcano o cuantas interpretaciones se quieran) a pare-
bada que magníficamente inserta, donde parece leerse
cer suspendida es profeso (des)iluminada. Obra en la
a pie de obra, continuará.
misma línea austera de realización formal a lo Residual
Gonzalo bebe del cómic, de la cultura americana, de las Tech; si allí el ser andrógino encorbatado de casco con
pin-up, del pasquín publicitario de los sixties, del otrora grifo, o cierta inquietante fontanería, regula el espacio
magazín Mecánica Nacional, del mundo de la fotografía inundándolo de una sencillez no habitual (en el resto de la
en general, del campo de la óptica y otras referencias serie); en el Poseído al perder o ganar una mano (según
cultas de la pintura francesa del XIX; del expresionismo a se mire) reemplazada por eso metálico que ostenta,
cierto transrealismo ahistórico que hace suyo, personal parece gritarnos lo que para entonces Albert Einstein, al
e intransferible... Aguda coctelera cuya mixtura produce calor de ciertos mensajes del futuro: -La cuarta guerra
la fuerza de su imago. Mundial será a palos y piedras-. Obra tan perversa como
alucinante, articulada casi toda, desde un pretérito futu-
Hombres, animales, máquinas, objetos y sujetos cotidia-
ro, o lo que es igual, un tiempo de remota posteridad,
nos vueltos seres combinados, buscando su lugar en el
que no es sinó perplejo signo de transustanciación, orga-
Mundo. Fascinante tema que oscila como unidad y dife-
nización híbrida (3) de esperable rostro en afasia.
rencia improbable entre la desesperación, la locura, la
tradición y la modernidad. Modos Inter-face, tecnologías Propositoras visiones en sincronía temática, alucinacio-
invisibles, bio-puertos, sensibilidades no-aparentes, nes más allá o más acá de lo humano y sus significantes.
cyborg, ensambles híbridos; extrañas ¿superaciones? Rostros que ya no son, ni miembros, ni vísceras, ni senos
supersticiones, mutaciones, y prótesis. Un arte que envidiables de una maternalidad virginal utópica, “perfec-
parece un inventario de profecías de la carne que ta”, y sin mácula; sin esbelta cintura, pero tampoco con
¿vendrá?, repleta de terminales y acosada por la esa mirada que las feministas (con razón y sin ella, lógica
industria y la cirugía. Fusiones hombre-maquina, ideario de su polaridad) llaman cosificación de la mujer… -no
instrumental de cierto a-evolucionismo transnatural de hace moral con ello-. Sin duda algo inconfesable, obscuro
(in)coherente línea argumental desdarwinizadora. Ya no y secreto le inspira, búsqueda en la belleza, que puede
estamos en manos de la biología sinó de las tecnologí- así mismo ser más o menos políticamente correcta.
as.
Gonzalo hurga otra frontera, otra confrontación, otro
Me detengo inicialmente en la pieza Ciclón B, con sus frente abierto, otra manera de esplendor del hollín, del
ventiladores respirando el aire huracanado de una civili- milagro tiznado, carbónico, mugriento, sórdido, atormen-
(2) Eliseo Diego. De su libro En la Calzada de Jesús del Monte. 1949. Frase extraída del poema El Primer Discurso.
(3) Entiendase sistema, organismo mutante, Cyborg, ciber-organismo. Modificaciones corporales de fusión bio-mecánica.
tado, invasivo e infrecuente de la eufemísticamente ya no son… ni el ombligo se parece… y sus líneas suaves,
nominada “sociedad del bienestar”. sin estridencias tecnológicas, expresan un minimalismo
donde artificio y tecnología están tan asumidos, que se
Continuo el recorrido y encuentro Biogenesia, una
tornan integrados, interiores e invisibles… sin las típicas
maquinaria que embaraza o una embarazada en rela-
señales, ni las primitivas modificaciones distinguidas de
ción a la máquina, gestación de ¿sabe Dios qué (in)gravi-
morfología exterior. Un día ya no necesitamos ojos para
dez? Que no es desnudez cómoda, frecuente, habitual,
ver, (efecto pantalla total (4) e histeria escópica generali-
tradicional y propicia. Por regla general la mujer no se
zada), ni orejas que oigan, ni antenas, ni miembros que
haya comúnmente así (y mucho menos frente a los ojos
hieran, ni acaricien… ya no tendremos que amamantar a
del voyeur) y son pocas las que se prestan a mostrarse
los niños… (posiblemente nazcan bio-asistidos, resulta-
de ese modo natural, aunque cada vez más excepcional…
dos seriales, clónicos y eugenésicos) ya no tendremos
(Al menos en Europa, sabemos que el índice de natalidad
ombligo… (no estamos conectados a una madre primor-
es inversamente proporcional a los elevados coeficien-
dial como expresión sublime del Ser esencial, caldo cós-
tes que suelen denominarse como de “progreso”; y para-
mico o amniótico del vacío absoluto, del acontecimiento
dójicamente descienden exponencialmente, geriatrizán-
absoluto)… ya no hay madres, sino vehículos experimen-
do las sociedades sin control). Conocemos porqué la
tales de una nueva violencia, Atom Heart Mother (…) wel-
moral y la tradición occidental judeo-cristiana
come to the machine… anunciaban visionarios los Pink
más/menos subliminal o explícitamente (auto)censura
Floyd. La prehistoria de estas primitivas tecnologías
una imagen así, hasta creerlo un acto degradante, inde-
invisibles, avanzando con dificultad hacia la miniaturi-
cente, feo, deformador, antinatural e incorrecto; cuando
zación, la nanometría y la no evidencia, del chip de silicio
no le parece inmoral, invasivo y profanador de cierta
a la fusión biónica, (y el ADN como interfase).
sacralidad, (re)pureza y alma, que sobreentiende heren-
cia... valuarte “virginal”, “santísim@” y “elevad@”. Carne Seguimos avanzando con Morgan y sus
que no puede verse como carne, de ahí su arquetipo ves- Sobreidentidades, desdoblamiento entre pasado y pre-
tido -invadido, colonizado por las “normas”, entiéndase sente, intemporalidad manifiesta que regula su imagen
formas, igualmente tecnología-; en la misma dirección desubicada y anacrónica… Un surrealismo expresionista
véase Post-Génesis. Nuntium arcanus, (o el accidente que sin serlo roza el testimonio de lo inaudito, de una rea-
teosófico de Bouguereau). A lo sumo descubre un seno lidad más o menos visible, (pero no por eso menos cier-
nodriza que no es sexo, (no podría, contranatura) en ta), presente imperialista de la técnica depredadora en
cambio vehículo, alimento, transmisión, iniciación. Una cada ámbito de la existencia y el ser. La máquina: El
imagen que por más que se intente “normalizar” con fan- monstruo que nos funda. Romántica visión del simio aci-
tásticas portadas, a lo Elle McPherson, Imán o Demi calado al estilo del XIX, cuya serialidad progresa hacia la
Moore, por nombrar alguna “valiente” a golpe de talona- robótica, o en última instancia, hacia una mutación que
rio, no dejan de ser visiones extrañas, cuando menos no degenera incomprensiblemente hasta el vacío interior
mundanas (para el común, dentro de la tradición apostó- de las vendas del hombre invisible, (Morgan 4) intentan-
lica romana y en parte para ¿nuestra? cultura en gene- do hablarnos de la evolución de la prótesis (¿o será de
ral), que invariablemente guardan cierto sentido asom- las especies?), rozando la herramienta total; ente in
broso, desconcertante, sobrecogedor; (aunque cada vez side, personalidad y carácter, (cuando el objeto, la figura
menos, en esta sociedad donde todo se vuelve show es regularmente abordada y leída de modo impersonal,
business, vanalidad y espectáculo) desafiando la frontera acéfalo y a-identitario).
sutil entre lo mórbido y lo sublime, lo sagrado y lo profa-
Gonzalo nos reitera, -ya nada es evidente-, lo que antes
no. ¿Cualidad? que todavía apreciamos con recato,
era piel (individuo, persona) aquí ya desapareció; y por
pudor y en el peor de los casos, cierta mojigatería… La
igual se extingue el corpus. Los signos distintivos orienta-
desnudez alude evidencia de género, por ende sexo en
dos hacia una mutación degradada, figurativamente
cualquiera de los casos; pero vincular sexo y madre, es
siniestra y colonizada, como un interior que yergue o
decir, la sexualidad de nuestras madres, (pués en la
esconde su propio (animalizado) tótem deformado de la
madre vemos a todas las madres) desde el inconsciente
racionalidad, lo sublime y la cultura; ya no en (una) señal
colectivo, sigue siendo intolerable tabú… Este creador
explicita, sinó camuflada, no-aparencial: lo siniestro de la
apuesta por normalizar ciertas cosas que aplaudo, inser-
desaparición de los signos distintivos de lo siniestro.
tándolas en un contexto, que habla sin miedo de un futu-
ro que no es mañana, sinó el hoy. En Teratofília, veo al Domador sugerido; mirando desde
un primer plano a los herrajes con formas orgánicas, y el
Y pinta un torso desnudo y redondeado como un saco de
modo dispuesto, que evoca una versión biomecánica del
piel; interior que no se delata, que no (se) descubre, ni
monstruo del lago Ness, emergiendo intermitente del
(se) calcula, es decir; una forma que sembla volúmenes…
agua que salpica, asistido por su entrenador(a), majoret-
desconocido continente que no exterioriza, ni (se) decla-
tes, azafata o precioso culo de parque temático, zoológi-
ra, en cambio encubre su contenido. Incube que ya no
co futurista, y/o bestiario sin fronteras. Un arte de la
habla de si, desprovista de receptores, bio-puertos, y
habitual convivencia-relación con el simulacro, que para
sentidos hacia el exterior. Se me ocurre que los pezones
(4) Homónimo del texto de Jean Baudrillard. Pantalla Total. Edt. Anagrama, S.A., 2000. (Refiriéndose al campo de análisis del marco histórico, lógica
del ocultamiento, donde obran las interpretaciones, "la transparencia" y el resentimiento. Efecto tras el cual se disfraza el acontecimiento; un bluff de
los eventos sometidos a la lectura, cualquier idea de lo político y lo histórico. Aquello que el análisis puede encarrilar a/para sus propios fines).
sostenerse como ficción o falsedad, necesita del otro apellido (literariamente Morell); proyectando la totalidad
monstruo para-simpático, lo humano. de la imagen, hacia su declive, aséptica inmortalidad de
la carne ferrosa, mutante, (-humanoide- como gusta lla-
Luego el mosaico, sensación de mosaico, (interior y exte-
marle Gonzalo), que contempla ¿quizás?, el (o)pon(i)ente
rior, formal y conceptual), de lo particular a lo general, de
de su civilización originaria. La máquina misma que nos
la pieza única que a su vez es conjunto… armónico entor-
puede, y se filtra omnipresente. Desdoblado hiperespa-
no de los procesos del ojo (cuadratura del circulo). Una
cio, nueva cartografía del tiempo, un no-tiempo diría
visión hecha (en) pedazos y (re)construida como dis-
Werner Heisenberg al revelarnos que: la realidad no es
gregaciones y congregaciones, ruptura, puzzle, frag-
lineal, ni unidimensional como creemos, sinó quántica,
mentos de un todo único y también otro… donde los
fantasmal, irresolutamente extraña y desconcertante.
ojos, las pupilas son: relojes, velocímetros, resortes, dia-
Una perspectiva posible, pero no por eso más ni menos
fragmas de una lente que busca su (in)preciso paisaje, su
real.
vértigo profundo. Arcaísmo instrumental que clama, pro-
picia, y secreta su ténue (in)diferencia. En toda la serie alcanzo a discernir francamente dos ver-
siones, por un lado las piezas monocromas y por otro los
Sobre la mecánica visual o el mecanismo de la mirada…
dúo-tono… lo azul, el natural, el color de la modelo, la
siempre he preferido ver que mirar… ver guarda esa
carne humana, en contraposición por otro con lo
ontología independiente de lo retiniano; cuando mirar se
ferr(e)o, lo industrial, más ácido y duro.
reduce a lo conductual y lo fisiológico. Mirar solemos
más o menos todos, (pese a l@s condicionante/minusva- Combina la crítica (tecnología, cultura, sociedad y políti-
lías físicas. Es la intención que toman los ojos, -otra cosa ca) con elementos que aparecen, de ese pasado feroz
es lo que ven, si ven, cuando ven-). Ver pertenece a otra que vuelve, o que de ningún modo se ha ido. Ensambles
naturaleza sin dejar de ser esa misma, (incluya o no por de un para-realismo transfotográfico que se nutre de
igual la física), facultad no precisamente atribuible a los viejos arquetipos y anuncios maniqueos de pretendida
ojos… ¿familia ideal?, en el marco ¿ideal…? (véase Doméstica
Perfecta de la serie Interiorismos) pero a su vez coloni-
En toda esta serie, el artista (consciente o no) procura
zado por esa frialdad robótica, de la que no (re)niegan, en
referencias, revisiones de la historia del arte, que con-
cambio asumen aborregados e impasible, al menos de
textualiza y lanza a especular con innumerables citas;
superficie… Se me ocurre recordar, aquel primer plano
ganando sobresignificación de lectura, que además de
de la película Terciopelo Azul de David Lynch: El jardín
postmoderna, resulta (una) estrategia de comunicación
(todo) pastel, donde el perro juega con el agua, el césped
(in)mediata… La alegoría y la referencia, son vehículo de
perfectamente segado, la familia tranquila haciendo su
transportación de las ideas, a un mundo referencial;
barbacoa en situación general de placencia. Cuya condi-
salto que induce su propia (re)actualización.
ción irreal se revela. Sólo luego bajo las sombras, conti-
Escogiendo entre sus títulos, me quedo con La nuando el traveling que induce la cámara, adentrándose
Relatividad de Morell. Relatividad de (un) tiempo que no a fondo tras la risa de superficie donde los niños juegan,
reverencia de manera obvia. (El tratado de relatividad tras la psicología perversa y no aparente de la escena,
general ha calado suficientemente en lo común y lo popu- paulatinamente descorremos el velo, y conseguimos ver
lar). Ficcionando la procedencia de Morell, digamos que: bajo la hierba donde nadie mira, una sangrienta oreja
podría rozar desde el raro mote de algún superhéroe de cortada, perdida y olvidada impunemente, siendo comida
cómic, a cualquier otra mitología decadente de la ilustra- por insectos. Esta en particular obra me da la misma
ción; del Julián Morell en las Ilusiones perdidas de sensación… sutileza de violencias ¿no aparentes?,
Honoré de Balzac; al apellido supuesto de algún tecnólo- voluntad del terror ¿invisible?, ese que no atisbas llegar
go cientificista del mecanicismo francés, y/o directa- tras la risa sardónica, fingida o construida a base de
mente el fotógrafo elocuente de la tradición cubana, que inadvertido mórbido interiorismo. Aquí combina varias
brotará como referencia inevitable para observadores cosas: La cuestión política del supuesto “bienestar” y
más avisados y agudos. Un arte de implicar, y no explicar. luego la realidad interior, el psiquismo de los personajes
Reafirmando muy a propósito su ecumenismo, ubicuidad frente a su condición… Más claramente expresado en
y globalidad de referencias. Me encanta la perturbadora otra pieza que llama Acerca de los afectos 1 y 2, de la
voluntad visual de esa imagen, a lo Event horizon (5) , misma serie Interiorismos. (Figura que representa a un
ocaso post-surrealista de la ventana, pantalla frente al hombre apuesto al centro del cuadro, que agradecido -y
asiento-lecho donde Morell-Cyborg -o quién fuese-, seme- quizás sin enterarse bien de toda la película-, la mira a
ja más decididamente un convaleciente, después de asis- ella ¿quizás su mujer?, que le brinda ¿sabe Dios que
tir a una intensa sesión de cirugía, implantes y modifica- clase de artefacto?, simulando ser lo ¿comestible? -que
ciones. Un organismo biónico donde la prótesis ha no parece-, en la más evidente tradición del servilismo
(con)vencido, conquistado gran parte o la totalidad de su sexista ¿de antaño?; ella lo congratula con una caranto-
cuerpo (pretérito), un estado residual ¿a superar? Es ña y es donde ubica la pirueta haciéndola atender más al
posible sentirle alejándose, al menos morfológicamente, robot y sus virguerías ¿consoladoras?). En este trabajo
del espíritu decimonónico que se respira alrededor del los psiquismos dramáticos (6) son evocadores de lectu-
(5) Me refiero al congestionado y apocalíptico filme del director Norteamericano Paul W. S. Anderson, del año 1997 y distribuido por la Paramount
Pictures.
(6) Entiéndase aquí una doble lógica del drama: por un lado desgracia, pena, calamidad, infortunio, jodienda, flagelo, descalabro y por otro de puesta
en escena, de teatralidad, histrionismo, exageración y farsa; de dramaturgia implícita en los psicologismos de la imagen y los discursos de las figuras.
ras tremendas, aquí la comprensión es más sutil, sin poder de hacerse (otra cosa) incluso pintura, masa de
dejar de ser igual de turbadora, y apela a otra manera de formas sin sentido o con (su) sentido subjetivista… Un
interiorizar los recursos expresivos simultáneos, que poder que recobra la representación ausente del marco
hurgan o exigen tales condicionantes. Además de que naturalista. (In)comodidad que le brinda al que mira, des-
formalmente la creo, una de las piezas mejor logradas cribiéndole la escena sin demasiada lógica formal, ni
del conjunto; desde el propio (trans) “realismo” (que pro- referencial, (con ese detalle pienso en la intención del
pone necesario) para ubicar la acción, la suavidad y la suprematismo de Malievitch), volúmenes abstractos, sin
soltura del conjunto… del brillo de la tostadora a los refle- asociaciones de pensamiento relacional. Toda herra-
jos, desde la complejidad compositiva de las líneas de mienta lo es: abstracción, facto, artificio, idea represen-
ritmo a los planos que se superponen, la perspectiva y el tada, realizada; una generalidad relativamente indepen-
fondo (ver detalles). diente de la naturaleza y de lo que entendemos como “lo
real”. Así enseña su ficción ideográfica: rueda, válvula,
Tampoco pasemos por alto Amélioration. Arrogancia
chasis, pero igualmente se me antoja desde el abstrac-
instrumental, pues aquí introduce -nunca mejor dicho-
cionismo analítico o la estética del absoluto en Mondrian,
quirúrgicamente otro elemento; radical intervención a
incluso desde las maquinaciones constructivas imposi-
tener en cuenta en la deconstrucción del cliché, subvir-
bles del diseño mecánico en Picabia al calor del espíritu
tiendo el contexto y la figura más allá del tiempo, (del ale-
Dadá, (salvando las distancias, pués Obes es un pintor
górico y archiconocido arquetipo histórico del arte occi-
figurativo. Leámoslo sólo como caprichosa asociación
dental); instante abominable que otorga a las tecnologí-
categorial mía, a manera de otras pistas, -que sin serlo,
as, exageradas e imposibles atribuciones, aupados por el
lo son-). Inmaterialidad instrumental de la propia herra-
disparate del absolutismo racionalista.
mienta separada de su manipulador posible; compuesta
Con el titulo de Mala Hostia (Sin Perdón), se vuelve aún como materia de la pintura misma liberada de (su) conta-
más incisivo, nada descriptivo, ni literal… incluso, con un gio de realidad, naturaleza, razón y antropomorfismos…
punto de resabio popular, de dicharacho mundano que que conforman el horizonte signico-significante del obje-
profundiza y ahonda en el espectro que propone. La mala to, luego (lo) simbólico (asociación-imagen-sistema-orga-
hostia evidentemente ¿no aparece por ningún sitio?, (a nismo).
los ojos que no quieren ver) y sin embargo está por todas
Con la obra La Herencia este creador cierra el circulo
partes; omnipresente y omnisciente, colonizando el cuer-
de la exhibición, y regresa a la cuestión del ¿paisaje?, qui-
po mismo de lo vivo, lo real y lo publicitario (ver concepto
zás esta vez más/menos ¿land-art? intervención, (para-
de identidades corporativas de los anuncios implícitos en
dójicamente más metafísico y contemplativo), incluso
la obra, son todo un subtexto de intensísima lectura de
“retratista” (son sus hijos), franca alusión de los adoles-
baja velocidad, pues no aparecen de primera instancia,
centes exhortos en primer plano, contemplando de lejos
sino, una vez sumergidos en ella, es cuando alcanza-
la desolación y la barbarie. En este caso, la (in)diferencia
mos/descubrimos segundas y terceras lecturas). Es
se vuelve hereditaria, eugenésica; con certeza una pers-
una ciudad gris, aparentemente “tranquila”, “normal” (ya
pectiva bastante (más) nostálgica y si se quiere militante
intuimos cuál es la norma), pero sólo en apariencia,
de la muestra; algo de compromiso new age, aunque no
luego encuentras disloques, fisuras, fracturas internas
muy ubicable, ni definible… Así mismo la intensidad de la
del sistema, que no rompen su semblanza de pura esce-
bruma, sus detalles espeluznantes de lectura general
nografía del “bienestar” de línea dura. Desolación (de lo)
donde todo es más descriptivo, más inmediato, va des-
no aparente, parte gigantesca del simulacro, el hábito y
plazándonos hacia el lado poético y lírico de una visión
las redundantes costumbres de esas psicopatologías
diáfana, sin rodeos, donde la epopeya que sufre la ima-
consentidas generales, en nuestras sociedades del
gen nos prepara ante otro discurso formal: concreción,
¿control?… (en algunas de manera más obvia que en
literalidad y descriptiva.
otras). Mientras menos evidente peor… más obsceno,
tóxico, terrible y hábil. Un poder, orden y control como Toda la exposición va haciendo un recorrido desde una
idea de neofascismo corporativo que necesita su camu- irrealidad o perspectivas de relativa ficción, hasta esa
flaje social, su dosis de invisibilidad para sobrevivir y legiti- especie de hiper(sur)realismo -entiéndase semblanza
marse como tal. Una estrategia reiterativa e insistente: (in)concreta-, (no en cuanto a la factura) sino a la temáti-
mientras más miras menos ves. Imagen donde no impor- ca: imágenes oniristas, dentro de lo real, insertadas pai-
ta si se trata de Nueva York, Paris o los Madriles saje-colindantes de una actualidad instrumental, social,
Españoles. arquitectónica y política, con ese guiño suyo tan subversi-
vo, incorrecto e irreverencial.
Apunto además como curiosidad (en la portada de ésta
edición) que las ruedas o válvulas del motor, también uti- Si la tecno-ciencia fue el producto superlativo del conóce-
lizado como recurso expresivo a propósito, resulta algo te a ti mismo, quizás en los seres humanos fue un caso
más que (un) simple artefacto. insólito, (por no abordar los tan cuestionables supuestos
atavíos de la inteligencia y la instrumentalidad animal, -
La propia obscura maquinaria consigue dimensión de
que de haberla, hayla-) una herencia desproporcionada
abstracción lejos de su marco contextual habitual; un
e incrementada donde la herramienta, el medio, supe-
modo de contrasentido formal, que al vaciarse de conte-
ra al fin, a su propio creador… el inventor superado por
nido y desasociar la figura, es decir: al perderse lo huma-
el invento, (el) uno desplazado por (la parte de) si mismo.
no referente, sin que prevalezca cierta literalidad, histo-
Su impreciso e insuficiente oráculo se confiaba contene-
ria, y diálogo “descriptivo” (entre el antropo y el facto) la
dor de todas las variables y desde sus escasos aciertos
máquina emancipada, independiente y sola, consigue el
(creyéndoselos, pués ¿que otra cosa podría hacer para instrumentalizar, colocar márgenes y fronteras… exten-
confiar y confiarse a/en si mismo?) sublimó el carácter der la mano insuficiente con la prótesis prolongadora,
de la gnosis hasta volverla canónica y vinculante, así el que reafirma su propia incapacidad y anulación. Deseo
saber y la razón devenida. Cuando en general y natural- de impedir que el si mimo (se) diluyese (en) el caldo de las
mente hablando somos bastante poco hijos de la razón. proyecciones, la gnosis y las ideas; pero finalmente fue
Digámonos bastardos de un fenómeno (del cual somos peor, vueltos h(u/o)mo, laberinto minotauro en ristre,
rotundamente ignorantes) que no cabe, ni cabra en la voluta dispersa sin cardinales, disueltos en las naderías
(ninguna) idea. de las redes y los signos, silogismos de la amargura (7) .
Una vez ya (a)sidos monstruos, atrofia sensorial y opera-
Buscando saber quienes éramos, perdimos el rumbo (o
tiva, cuya finalidad o pretensión apuntaba vanguardista,
¿quizás ganamos otro? -pero esto tampoco es probable-
finalmente resultó, expresión antitética; precaria, vanal,
, mutación, ser híbrido, mitad dioses-mitad artificio, a
insustancial e ineficaz.
caballo entre lo natural y lo factual) entre el rumor del
enigma y otras polaridades opuestas de la guerra y la Según el filósofo catalán Rafael Argullol en el capitulo
esgrima. Escarceos en la niebla. Domesticar al Monstruo de su esplendido texto El fin del
mundo como obra de arte, aludía: Así conociéndose e
La invitación a conocerse era también la voluntad de
ignorándose al unísono, los hombres han concebido y
ignorarse, lo que entrañaba el deseo del yo, no estaba
destrozado sus sucesivas cosmogonías (…) y en su larga
excepto de su pérdida complementaria e imperceptible.
marcha hacia lo otro, han creado y aniquilado a sus dio-
Un sendero hacia lo otro, hacia el monstruo impersonal y
ses… -a lo que yo agregaría-, y no sólo a sus dioses, fun-
desbocado de el otro, de lo otro; que acechaba con por-
damento inmaterial y suprasensible, entendiera
tentosa impunidad todos los rescoldos de la existencia,
Nietzsche: -got ist tot-, sinó incluso al hombre, a la
generalmente ignota, e (in)diferente que espera, cuando
mujer, a los magos antiguos, a miles de bosques y espe-
no espera, porque (la) nada espera.
cies extinguidos, a la poesía, a la realidad, al mito… final-
Conocerse era ignorarse para domar al monstruo que mente a casi todo, y a si mismos; exhaución de una fe,
penetraba ciegamente en el interior de lo vivo, calando pero también de una existencia y (d)el Ser, que ya jamás
hondo todas las fibras del mundo, desde los más insigni- fue el mismo, fueron lo(s) mismo(s). Comprendo de una
ficantes y minúsculos átomos del sentimiento y el deseo, vez, porque toda forma extrema clama su precisa
hasta los más vastos espacios de la noche. Conocer era (in)diferencia, y por igual es, imprescindiblemente
crear(lo), concebirlo, hacerlo posible, hacerlo real, luego ¡reveladora!
ponerlo bajo el simulacro, la absoluta creencia de que
Adrián Morales Rodríguez.
podía ser domado, encerrándolo en la “maravillosa” jun-
gla de lo que entendemos por “orden”, para ser (pensa- (Curator)
do) vivido sin riesgos. Conocer, realizar, fue poner diques,
(7) Emile M. Cioran, Silogismo de la Amargura, 1952. Publicado luego por Tusquets Editores. A mi entender uno de sus más relevantes ensayos.
Reproducciones
de las Obras
OculART.
Año: 2006. - Medidas: 54 x 40 cm. - Técnica: Sanguina, grafito, lápiz compuesto, lápiz carbón, tinta china y gouache sobre papel.
Edad (Instru)Mental.
Año: 2006 - Medidas: 63 x 39 cm. - Técnica: Tinta china (Plumilla y aguada) y acuarela sobre papel.
Biogenesia. Máquina 2.
Año: 2006. - Medidas: 68 x 60 cm. - Técnica: Carboncillo y sanguina sobre papel.
Teratofília. El Domador. Máquina 3.
Año: 2006 - Medidas: 43 x 88 cm. - Técnica: Pastel sobre papel.
Drama.
Año: 2007. - Medidas: 100 x 125 cm. - Técnica: Acuarela y carbón sobre papel.
Serial Friki.
Año: 2007. - Medidas: 70 x 140 cm. - Técnica: Carbón y pastel sobre papel.
Residual Tech.
Año: 2006. - Medidas: 43 x 63 cm. - Técnica: Tinta china sobre papel.
Zona 0 (Undernation)
Año: 2008 - Medidas: 100 x 100 cm. - Técnicas: Carbón sobre Papel..
Posesión.
Año: 2006. - Medidas: 66 x 96 cm. - Técnica: Carboncillo con base de pastel sobre papel.
Férreo (des)conjunto.
Año: 2006 - Medidas: 65 x 95 cm. - Técnica: Carboncillo, lápiz carbón, lápices pastel, pastel blanco y sanguina sobre papel.
Ciclón B.
Año: 2006. - Medidas: 65 x 83 cm. - Técnica: Carboncillo sobre papel.
Serial IV-8500.
Año: 2006. - Medidas: 57 x 94 cm. - Técnica: Carboncillo sobre papel.
El arte ha muerto. ¡Qué viva el arte! (Cada vez hay menos que matar).
Año: 2008. - Medidas: 66 x 96 cm. - Técnicas utilizadas: Carbón y acuarela sobre papel.
Crucero.
Año: 2008. - Medidas: 104 x 137 cm. - Técnicas utilizadas: Carbón sobre papel.
Nisus.
Año: 2008. - Medidas: 66 x 96 cm. - Técnicas utilizadas: Carbón y acuarela sobre papel.
Poesía inevitable en tierra de máquinas 1 (Serie La Cultura de los Restos o los Restos de la Cultura).
Año: 2008. - Medidas: 68 x 125 cm. - Técnica: Carbón y acuarela sobre papel.
Metal Psiquismo (Corazón de hojalata).
Año: 2007 - Medidas: 85 x 113 cm. - Técnicas: Carbón sobre papel.
(IN)diferentes.
Año: 2007 - Medidas: 65 x 95 cm. - Técnicas: Carbón y sanguina sobre papel.
Veni, Vidi, Vastatio...
Año: 2007. - Medidas: 65 x 95 cm. - Técnica: Carboncillo sobre papel.
La herencia.
Año: 2006. - Medidas: 65 x 95 cm. - Técnica: Carboncillo sobre papel.
(OFF)Currículo
Control iluminación: En cuanto a iluminación se refiere, es importante que las salas estén equi-
padas con raíles perimetrales y focos de diferentes tipologías según material a exponer. También
es importante la posibilidad de graduación de la intensidad para equilibrar el nivel de LUX y ade-
cuarlo en cada caso para cumplir la normativa de l'ICOM, además de poder realizar los efectos
escenográficos de la propia instalación.
Catálogo:
Dirección: Adrián Morales Rodríguez y NomadART Productions.
Coordinación: Margarita Moreno.
Correcciones: Gemma Suñol y Vanesa Jiménez.
Ensayo Teórico: Adrián Morales Rodríguez, (AdriáNomada).
Diseño Grafico y maquetación: Gonzalo Obes.
Fotografías: Gonzalo Obes.
Impresión Digital: Emilio Rubio, Copy Blau.
Edita: NomadART Productions.
Expo. Oficial Web Site: www.obes.es