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“Todo el mundo es un genio.

Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar


árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”

Para los docentes, es un privilegio estar cada día frente a los estudiantes en las aulas
de clase… Un honor ser parte del proceso educativo de cada uno de ellos… Orgullo,
ser factor de cambio en la sociedad… Pero asimismo… Es una gran responsabilidad
enseñar cada día en las aulas de las instituciones educativas como la Universidad
Modular Abierta…

¿Pero por qué es una gran responsabilidad? Pues, cada decisión de un docente, desde
el hecho de llegar temprano o rosando la hora clase; llegar vestido adecuadamente o
no, aplicar la disciplina coercitiva o volverse amigo de los estudiantes… y no menos
importante, la forma de evaluar, son factores determinantes en la formación y
educación de los estudiantes.

Pero ¿Qué es educación? Según Paulo Freire, la educación es el desarrollo integral del
ser humano, tanto en la praxis, la reflexión, su conocimiento y su capacidad de
transformar positivamente el mundo… La educación no es exclusivamente la
asimilación de conocimientos teóricos… sino, el desarrollo de valores, habilidades,
destrezas y aptitudes…

Recordemos, que todos los seres humanos poseemos diferentes virtudes y defectos…
cada uno somos seres único e irrepetible, con diferentes sueños y metas, con
diferentes deseos y anhelos, con diferentes formas de aprender y diferentes formas de
demostrar quienes somos…

Pero al final, todos somos genios… No genios en todo, pero si genios… Es ésta
afirmación un perfecto punto de salida para la teoría de las inteligencias múltiples de
Howard Gardner, la cual se basa en que la inteligencia posee distintos ramas y que
además jamás será desarrollada de la misma manera por dos personas,.

Por ello, a lo largo de la historia, siempre han existido genios que se distinguen de
distintas formas, como en el habla, que son quienes pueden enamorar o hacer sentir
tristeza con sus palabras como Edgar Alan Poe; genios matemáticos, que pueden
resolver las ecuaciones más complejas con facilidad como Albert Einstein, genios
visuales que realizan las fotografías más increíbles como Steve Winter; genios
musicales, que pueden componer las melodías más hermosas que escucharas como
Ludwig Van Beethoven; genios cinestésico-corporales como Damien Walters que
pueden saltar entre edificios; genios interpersonales como David Calle, cuyo amor por
la enseñanza lo llevó a convertirse en un maestro virtual; genios intrapersonales, como
la Maestra Claribel, cuya filosofía de vida nos permite estar éste día reunidos
celebrando éste acto; y los genios naturalistas, como Carl Chun que nos permiten
conocer y aprender a cuidar nuestro planeta.

Esto, a los docentes, debería de hacernos pensar, ¿Será posible desarrollar distintas
personalidades e inteligencias con un mismo método de enseñanza?

Es por esto, que el proceso enseñanza-aprendizaje es complejo y asimismo, es por ello


que no debe traducirse en un discurso teórico que un profesional hace a un grupo de
personas sentadas en pupitres afilados en un salón de clases…

Pues si el docente no conoce a su estudiante, ¿cómo va a enseñarles? ¿Cómo va a


solicitar que un estudiante haga algo, que no sabe si puede hacerlo? Si valoro un gran
profesional únicamente por sus conocimientos teóricos reflejados en una evaluación
escrita… ¿Qué será de aquel que es excelente orador? O ¿De aquel que es excelente
para construir, ensamblar y desarmar? ¿Qué será del que es experto para organizar
grupos de trabajo y dirigirlo a un excelente resultado? ¿cómo podría, como docente,
determinar la capacidad de un estudiante realizando una única prueba en donde no
puedo poner al descubierto sus habilidades?

Todos somos genios, pero, ¿Cómo saber qué tipo de genios tengo en el salón? Es
necesario decir que es imposible saberlo por medio de un test en Facebook o de
internet, y es por ello, que el proceso de evaluación debe realizarse con mucho
cuidado.

Recordemos… Evaluar por medio de una prueba no tiene como fin “ponchar al
estudiante”… O demostrar que “soy un docente difícil o exigente”. EVALUAR no es
poner una nota… Evaluar no es realizar un examen por medio del cual se determinará
si un estudiante aprueba o reprueba una materia… Evaluar es un proceso holístico,
que debe aplicarse constantemente, día a día a lo largo del ciclo, y no depende
enteramente del estudiante sino del docente, pues nuestras deficiencias como
mediadores del conocimiento se traducen en las deficiencias de nuestros estudiantes.
Evaluar es identificar las fortalezas y los problemas didácticos, a fin de mejorar el
planteamiento didáctico dentro de las aulas de clases…

No se evalúan únicamente conocimientos… se evalúan competencias… saber ser,


hacer, conocer y convivir… por lo que las evaluaciones deben ser variadas e idóneas
para determinar el desarrollo en estos puntos…

Albert Einstein pensaba en relación a la formación en la universidad que: “La mente de


un joven no debe atiborrarse de datos, nombres y fórmulas: cosas que puede encontrar
en los libros, sin necesidad de seguir ningún curso universitario. Los años de estudio
deben emplearse únicamente para enseñar a pensar al joven, para darle un
entrenamiento que ningún manual puede sustituir. Es un verdadero milagro que la
pedagogía moderna no haya llegado a ahogar completamente la curiosidad de la
búsqueda. Creo que se podría, incluso, hacer desaparecer la voracidad de una fiera
salvaje sana, a base de obligarla, bajo la amenaza del látigo, a comer constantemente
aunque no tuviera hambre y, sobre todo, eligiendo de forma apropiada el alimento que
le forzaría a tragar”…

Compañeros docentes, la educación debe cambiar, no podemos seguir enseñando


utilizando el método tradicional, aduciendo que no lo es por utilizar computadora y
cañón, y esperar resultados distintos.

No podemos seguir evaluando el aprendizaje memorístico y ser piedra de tropiezo para


el desarrollo de grandes profesionales… Es necesario recordar que como docentes
somos mediadores, facilitadores, no dictadores o dueños de materias…

Debemos evaluar siempre, bien, de forma objetiva, de forma individual, conocimientos


teóricos, habilidades y aptitudes…
¿Por qué juzgar a un pez por su inhabilidad de trepar un árbol… cuando es un genio
para nadar?...

Jorge Alberto Flores Herrera

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