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Como Dialogar Con La Vida
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NÓMADAS 46 | abril de 2017 - Universidad Central - Colombia
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JUAN FELIPE GUEVARA-ARISTIZÁBAL Y MARÍA LUISA ESCHENHAGEN | PENSAR EN TIEMPOS DE CRISIS: ¿CÓMO DIALOGAR CON LA VIDA?
Pensar desde la vida, ¿por qué? humanos, como lo describen y documentan Leakey y
Lewin (1996), al igual que Kolbert (2015).
Preparar un camino que transite y circule por un pen-
samiento inspirado por la vida requiere de una especial El cambio climático, ya incluido dentro de los nue-
atención a las diferentes manifestaciones que los pro- ve límites planetarios, abre una línea de argumentación
blemas socioambientales han suscitado en los ámbitos lo suicientemente robusta como para ser considerada
cientíico y sociopolítico. Por un lado, dentro del con- aparte. Se trata del problema más politizado, visibili-
texto de las mediciones e indicadores que señalan la zado y polémico a nivel mundial1. Las preocupaciones
profundidad y gravedad de los problemas, así como generadas por este cambio superan con creces las de
la posibilidad de un punto de no retorno al cual nos cualquier otra problemática, y en torno a éste se han
acercamos peligrosamente. Por otro, desde una pers- reunido la mayor cantidad de esfuerzos políticos, como
pectiva epistemológica que indaga por las causas de se observa en los grandes debates, encuentros y desen-
dichos problemas en las formas de conocer desplega- cuentros relacionados con la consecución de acuerdos
das por una cierta forma de hacer ciencia, entre cuyos mínimos en torno al Protocolo de Kyoto y los más de
efectos se cuenta la no sustentabilidad de la vida. 21 documentos de cooperación entre las partes (COP)
en las últimas décadas (la más reciente en París en el
Como punto de partida, resulta imprescindible 2015). Sin embargo, la relación entre la poca eicacia de
constatar algo que las sociedades modernas de múlti- estos acuerdos frente a las evidencias que continuamen-
ples maneras intuyen, ven y sienten: el mundo actual te aparecen ha llevado a hablar más bien de adaptación
atraviesa una crisis civilizatoria profunda, y la crisis y cada vez menos de mitigación, dado que se recono-
ambiental, pese a ser simplemente una expresión más ce la existencia e irreversibilidad del cambio climático.
dentro del panorama general, es quizá la más contun- Tal vez la voz que más se ha escuchado en el hemisferio
dente, ya que toca y afecta la posibilidad misma de norte, con posiciones críticas al respecto, es la de Klein
reproducir la vida como la conocemos. Para mostrar (2015), quien plantea claramente que será necesario
esto es necesario señalar varias líneas argumentativas abandonar la ideología del “libre mercado”, es decir, el
derivadas de otras trayectorias mayores. Una de éstas capitalismo, si realmente se quiere frenar el cambio cli-
se fundamenta en los amplios estudios del Stockholm mático. Esto, sin embargo, y de maneras muy diversas,
Resilience Centre, que presenta los nueve límites pla- se viene diciendo y demostrando también en distin-
netarios (Rockstr̈m, 2009). Se trata de nueve factores tos lugares de América Latina desde hace ya bastante
que un grupo de cientíicos de diversas disciplinas han tiempo, gracias a las contribuciones de autores como
identiicado como indispensables para preservar la vida Horacio Machado de Argentina, Antonio Elizalde de
que conocemos. Estos límites, a su vez, se ven relejados Chile, Carlos Walter Porto-Gonçalves de Brasil, Astrid
y traducidos en las preocupaciones expresadas ya en las Ulloa de Colombia o Enrique Lef de México.
cumbres mundiales desde Estocolmo en 1972, pasan-
do por Río 1992 y Río+20 en el 2012, para proponer Pese a todos los esfuerzos por mostrar la enver-
directrices en cuanto a políticas y gestiones ambientales gadura del problema y el sinfín de medidas políticas
en la gran mayoría de los países. Cabe señalar que para ambientales tomadas tanto internacional como nacio-
dos de los nueve límites (carga atmosférica de aerosoles nalmente a lo largo y ancho del planeta, para lograr
y contaminación química) aún no hay información. De cambios fundamentales, resulta alarmante la ausencia
los siete restantes, tres factores —cambio climático, ci- de mejoras sustanciales y contundentes que se pue-
clos biogeoquímicos (fósforo y nitrógeno), y pérdida de dan demostrar en la calidad de los ecosistemas. Lo
biodiversidad— ya pasaron ampliamente los límites es- que se observa y se perila cada vez con mayor clari-
tablecidos, mientras que la acidiicación de los océanos, dad es más bien que estos límites planetarios aparte
el agotamiento del ozono estratosférico, el uso global de empeorar constantemente, también se traducen en
de agua dulce y el cambio de uso de tierras se encuen- conlictos socioambientales, ampliamente documen-
tran dentro de los límites, pero con una clara tendencia tados y ubicados2. En respuesta a este desalentador
a sobrepasarlos en el corto plazo. A ello se le suman los panorama, en medio de sus desafíos y desavenencias,
estudios cientíicos que evidencian la sexta extinción se justiica la pertinencia de un pensamiento desde la
masiva de especies, esta vez propiciada por los seres vida al reconocer que efectivamente existen concesio-
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nes y silencios frente a problemas que están afectando a través de los megaproyectos de extracción minera, ex-
la existencia misma. Teniendo en cuenta las dimen- tracción turística o agroindustriales.
siones del problema ambiental y la incapacidad, hasta
ahora demostrada, para propiciar un porvenir, local y Ahora bien, si esta es nuestra lectura de las cau-
planetario, es necesario preguntarnos ¿cómo quere- sas del problema, difícilmente nuestras propuestas y
mos seguir viviendo? ¿Qué podríamos replantear en relexiones serán de corte instrumentalista para “me-
nuestras formas de pensar para posibilitar la continui- jorar” políticas o modelos económicos. Si nuestras
dad de la vida en nuestro tiempo? relexiones abogasen por una perspectiva instrumental,
nos quedaríamos, en palabras de Hugo Zemelman, en
La tríada causas-problemas-porvenir ha toma- un pensamiento teórico que no es capaz de problema-
do ya un sentido, un camino por recorrer, gracias a tizar. Por el contrario, aceptamos el reto de asumir un
que en esta sección hemos identiicado como proble- pensamiento epistémico y preguntarnos qué aspectos
ma los malestares socioambientales entretejidos con el epistemológicos tendrán que cambiar o ser considera-
concepto de crisis civilizatoria. Por tal motivo, las cau- dos por las ciencias con el in de pensar y comprender
sas, que perseguiremos de manera breve, tratan de dar la complejidad ambiental. Pensar desde el objeto resulta
cuenta de dicha problemática. No obstante, para cuan- fácil, pues es inerte, y las ciencias modernas han demos-
do lleguemos al cierre de este texto, el porvenir que se trado grandes capacidades para pensar y transformar
abra nos mostrará otros problemas y otras causas. De el mundo a partir de esta suposición. Por lo tanto, re-
ahí se deriva el aspecto crucial de mantener la tríada en sulta ahora importante realizar algunas relexiones en
su dinámica intrínseca y de no escindirla con miras a torno a cómo podría conceptualizarse la vida desde un
un diagnóstico-pronóstico deinitivo; el porvenir nos horizonte cientíico que se encamina a un encuentro-
invita a repetir esta dinámica, a dar con nuevas proble- diálogo con el sumak kawsay-buen vivir.
máticas y causas que abren otros nuevos porvenires.
Para comprender las causas de los problemas so- Pensar con las ciencias, ¿cómo?
cioambientales es inevitable cuestionar la civilización
moderna que se ha instalado a través de unas formas El título de esta sección, al igual que el concepto de vida
muy especíicas de conocer, las cuales han respondi- que hemos estado utilizando, tienen un doble sentido
do a los intereses y deseos de una organización social asociado con los usos de la preposición con. En primer
y económica especíicas. Se trata, pues, de un conoci- lugar, pensar con implica aquello que se usa como he-
miento de corte moderno que logró imponerse hasta rramienta para pensar algo; en este caso, pensar la vida
convertirse en la postura hegemónica, sobre todo des- a través de las ciencias. En segundo lugar, pensar con
pués de las revoluciones cientíica e industrial. Un también denota un acompañamiento, de modo que
conocimiento posibilitado principalmente a partir de las ciencias no agotan el pensamiento desde la vida, lo
bases epistemológicas que parten del dualismo en sus acompañan. De esta manera, reconocemos nuestra he-
distintas manifestaciones: objeto/sujeto, naturaleza/ rencia moderna y consideramos las ciencias como una
cultura, teoría/práctica, mundo/lenguaje, cuerpo/men- aproximación válida para el estudio de la vida, sin otor-
te, conocimiento/creencia, saber/fe, materia/espíritu, garle una exclusividad completa sobre el tema. Más
entre otras. Todo se convierte en un objeto inerte que bien, pensar la vida requiere del acompañamiento de
es posible medir, cuantiicar, predecir, planiicar y ex- múltiples voces y discursos cuyas convergencias mar-
plotar, es decir, propicia una cosiicación del mundo, can el inicio de un encuentro que se mantiene gracias a
aunada a una sobredeterminación de la racionalidad sus divergencias. A continuación presentamos los dos
instrumental y economicista en la toma de decisiones. horizontes que nos interesa poner en diálogo: las cien-
En breve, un conocimiento incapaz de comprender la cias de la vida y el sumak kawsay-buen vivir.
complejidad ambiental3. Tal vez su expresión más clara
se ha materializado en la prevalencia de las políticas del Las ciencias de cara a la vida
desarrollo y del progreso dentro de un modelo neolibe-
ral; en América Latina éstas se han caracterizado por la Imponerle a la vida los límites propios de una deini-
vil explotación de los recursos naturales, por ejemplo, ción operativa que se enmarque de forma exclusiva en
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el problema que hemos planteado nos resulta poco sis civilizatoria es una muestra fehaciente de ello, de su
fructífero, pues la vida no surge con el pensamiento tendencia autodestructiva. Se trata, más bien, de resis-
ni se extinguirá con la crisis civilizatoria y los proble- tir y nutrir un suelo distinto para otro futuro, uno que
mas socioambientales: ésta necesariamente trasciende pueda encontrarse y dialogar con formas de habitar el
dichas barreras y seguirá, incluso si nuestra empresa mundo ajenas a nuestra tradición de raigambre euro-
civilizatoria falla y las formas de vida que hoy conoce- pea, pero que han sobrevivido a lo largo de cientos y
mos se extinguen. Pero tampoco se trata de plantear la miles de años. Pensar que primero hay que ponerle in
pregunta por la vida a la manera de ¿qué es la vida?, al capitalismo para luego abrir un nuevo comienzo es
pues de ésta sólo obtendremos, a lo sumo, una carac- continuar con una concepción lineal de la historia, que
terización cuya función principal sea trazar los límites sustenta las ideas de desarrollo y progreso inherentes al
entre lo vivo y lo no vivo. No se trata de una propiedad, sistema hegemónico. La opción es, entonces, propiciar
emergente o no, de determinados seres de la naturale- otros comienzos, otros futuros, de forma simultánea al
za, ni tampoco de un criterio disciplinario que marque curso de lo hegemónico.
las fronteras epistemológicas de determinadas prácticas
humanas, como bien lo atestigua el uso recurrente del Las investigaciones y propuestas de Lynn Mar-
preijo bio (-logía, -química, -física, -ingeniería, -medici- gulis en torno a la simbiogénesis constituyen un buen
na, -tecnología, -arte, -ética, -poder, etcétera). Al trazar punto de partida4. El punto central de la simbiogénesis
todos estos límites, la vida misma se disuelve. ¿Cómo es la cooperación como fuerza impulsora de la evolu-
aproximarnos entonces a este concepto? ción. Ello tiene varias implicaciones: por un lado, se
le hace frente a la idea usual en estudios evolutivos de
Pensar desde la vida requiere de una conceptuali- que todo es competencia; por otro, pone de maniies-
zación no de una deinición. A través del concepto es to que los organismos no son seres aislados, sino que
posible abrir espacios de pensamiento con la existencia, interactúan constantemente con otros de distintas es-
multiplicar sus caminos y formas, contrario a la labor pecies. La simbiogénesis describe el presunto proceso
restrictiva y limitante de la deinición. No obstante, no evolutivo a través del cual las células eucariotas adqui-
podemos perder de vista que nuestra preocupación es rieron ciertas organelas particulares, especíicamente
muy concreta: pensar desde la vida como una alternati- cloroplastos y mitocondrias, gracias a sus asociaciones
va para hacerle frente a una forma de pensamiento que con células procariotas que fueron acogidas en el inte-
nutre la actual crisis civilizatoria. En ese sentido, el con- rior de las primeras. Lo que en principio eran dos tipos
cepto que se recupere a partir de la pregunta tiene que de células de especies diferentes terminó convirtiéndo-
posibilitar la multiplicidad de la vida —las formas de se en un único organismo.
vida—, así como enfocarse en el problema particular
que nos convoca y propiciar encuentros dentro y fuera Este tipo de fenómenos se han popularizado y ya no
de las ciencias. sólo se usan para describir escenarios evolutivos hipo-
téticos, sino que también se han convertido en moneda
Ahora bien, conceptualizar la vida posibilita el en- corriente para describir procesos a una escala temporal
raizamiento de distintos modos de pensamiento que se menor, y con los cuales se puede experimentar en el la-
alejan de una visión de objetos inertes y aislados, pres- boratorio. Los estudios sobre la microbiota intestinal,
tos a ser medidos y cuantiicados. Esto no quiere decir tanto en humanos como en otras especies, son un buen
que nuestra intención sea proponer un gran marco con- ejemplo de esta tendencia5. Nuestra vida, así como la
ceptual para comprender todo lo vivo; nuestro esfuerzo posibilidad de su evolución, se sustenta sobre esta red
es más humilde. Nos interesa señalar algunos aspectos de interacciones multiespecies en las cuales se diicul-
de la comprensión de lo vivo, derivados de las cien- ta deinir los límites entre unas y otras: aunque haya
cias de la vida, a partir de los cuales se puedan elaborar una discontinuidad física, por ejemplo, entre nuestras
formas de resistencia que permitan pensar el porvenir. células y las de las bacterias que habitan en nuestro
Creemos que el actual sistema, ya sea bajo la denomi- tracto gastrointestinal, los productos químicos de estas
nación de capitalismo, neoliberalismo, extractivismo, últimas son esenciales, no sólo para el correcto funcio-
desarrollo insostenible o progreso, puede ser destruido namiento del intestino, sino también para su desarrollo;
si seguimos sus reglas al pie de la letra: la actual cri- incluso inluyen en el desencadenamiento y contención
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de enfermedades, al igual que en nuestros estados de (2008) ha denominado un devenir-con (becoming with):
ánimo. Asimismo, las condiciones producidas por las el darse conjuntos de distintas especies, sus ambientes
secreciones digestivas favorecen el aianzamiento y la y sus modos de ser; la inextricable maraña de cuerdas
supervivencia de las colonias de bacterias. Este tipo de formadas por las vidas de diversas especies. En este de-
dinámicas no sólo se han visto en humanos, sino tam- venir conjunto, en este “ser a través de otros” (Haraway,
bién en otras especies de animales, plantas y hongos. 2008: 4), se pierden las identidades y las esencias, las
escalas naturales y el gradualismo evolutivo; sólo resta
El surgimiento de estos descubrimientos y for- la inmensidad de una red de diferencias que se abre al
mulaciones teóricas han desencadenado una serie de ininito y conecta con la miríada de formas de vida en
controversias dentro de las ciencias biológicas, en par- su desarrollo y evolución constantes. Por lo tanto, la red
ticular en el campo de la biología evolutiva. Nuevos que se abre con la caída de la individualidad no es estáti-
conceptos han sido desarrollados para darle cuerpo ca, tampoco nodos y conexiones aparecen dados desde
teórico a estos hallazgos, de modo que el tradicional el principio; por el contrario, la red se hace y deshace a
concepto de organismo (que se asume como una uni- cada momento, cada nueva actividad de un ser vivo ge-
dad de células con una identidad genética establecida), nera conexiones diferentes dentro de la red y permite la
empieza a ser desplazado por el de holobionte (el hos- movilidad dentro de ésta. No obstante, siempre hay una
pedero junto con todas las células de otras especies), red, un continuo que nos liga con los elementos más in-
así como el concepto de genoma por el de hologenoma sospechados de la Tierra. De modo que el devenir-con
(los genomas tanto del hospedero como de todos su no sólo se limita a aquellas especies que viven dentro
“huéspedes”) (Rosenberg y Zilver-Rosenberg, 2011; de nosotros y son parte constitutiva de nuestro funcio-
Moran y Sloan, 2015). El debate incluye la defensa namiento, sino también a aquellas que, sin ser parte de
del holobionte como una unidad evolutiva cobijada nuestros cuerpos, son vitales para nuestra existencia,
por el mecanismo de la selección natural (Guerrero et como es el caso de las especies domésticas y de com-
al., 2013; Rosenberg y Zilber-Rosenberg, 2016). Sin pañía o las de utilización agrícola, así como artefactos y
embargo, nosotros no nos ocuparemos aquí de sus productos tecnológicos (Haraway 1991, 2003).
repercusiones sobre las teorías biológicas, por el con-
trario, abordaremos las formas de pensamiento que Uno de los factores importantes por señalar con
estos hallazgos suscitan de cara a los desafíos señalados respecto a las redes mencionadas anteriormente, es
en la sección anterior. que son tan materiales como la vida misma. No se trata,
pues, de artiicios conceptuales, sino de una revalora-
Autores como Donna Haraway y Scott Gilbert, sin ción y reconiguración de la materialidad de la vida.
abandonar el área de inluencia de las ciencias biológi- Para ello es relevante sobrevolar brevemente la relación
cas, han ofrecido lecturas y propuestas a partir de estos entre ciencias de la vida y física en el siglo XX. Las re-
hallazgos que pueden resultarnos más provechosos y ferencias al trabajo de Ilya Prigogine son obligadas en
fructíferos. Gilbert, junto con Jann Sapp y Alfred Tau- este punto. Nos apegaremos a tal uso, pero por razo-
ber (2012), han declarado, en un claro eco de Bruno nes diferentes al mero aporte teórico del físico belga:
Latour, que “nunca hemos sido individuos”, al tiempo nos interesa, en particular, las profundas relexiones
que concluyen que, en un guiño a Haraway y su estilo, que Isabelle Stengers, ilósofa y colaboradora por largo
“todos somos líquenes”. Para ellos, la individualidad tiempo de Prigogine, ha realizado en torno a la concep-
es una noción insostenible a la luz de múltiples hallaz- ción de la materia a partir de la vida.
gos en las ciencias biológicas que han mostrado cómo
tanto la isiología, el desarrollo, la evolución, la repro- El trabajo seminal de Prigogine y Stengers (1990)
ducción, y otros procesos de lo viviente, requieren de sentó las bases para hablar de los vivientes como sis-
ensamblajes de especies distintas, en ocasiones en un temas abiertos, alejados del equilibrio o disipativos,
mismo cuerpo, en otras en cuerpos diferentes, para su en los cuales el intercambio de materia y energía con
apropiada ocurrencia. No es posible hablar de especies el medio es constante. Pese a este “desequilibrio”
aisladas o de individuos dentro de las especies, pues el permanente, los sistemas vivos no llegan a un esta-
grado de conectividad que implica el mantenimiento do entrópico máximo, sino que se mantienen lejos de
mismo de la vida no lo permite. Esto es lo que Haraway éste. En otras palabras, son sistemas neguentrópicos:
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realizan trabajo, con el consecuente gasto de energía, gir entre prácticas, de modo que nos quedamos con
para mantenerse alejados del equilibrio, de la entropía. aquellas que parecen racionales, alejando a las demás”
No entraremos en las minucias técnicas de esta teoría (Stengers, 2011: 379).
cientíica, pero sí es importante rescatar sus implica-
ciones para una concepción material de la vida. Esta La alternativa materialista ofrecida por Stengers,
aproximación termodinámica pareció ser el golpe i- aunada al desafío a la concepción hegemónica indivi-
nal contra aproximaciones vitalistas. Las fuerzas vitales dualista de la vida, constituyen los puntos de apoyo
serían reemplazadas por explicaciones que atienden para continuar nuestra exploración por vías que se sa-
únicamente a las dinámicas físicas de los sistemas, a su len de nuestra tradición cientíica y se adentran en las
capacidad para contrarrestar el lujo entrópico, a la in- cosmovisiones de otras culturas y tradiciones. El pen-
versión energética involucrada en estos procesos. Es en samiento desde la vida, que se abre con las ciencias
este contexto que Prigogine y Stengers airman que hacia otras formas de conocimiento y experimentación
del mundo, prosigue su camino a través de los sende-
[…] es muy notable que las exigencias más determinantes en ros abiertos, por ejemplo, por el sumak kawsay, el buen
la adopción de la nueva postura conceptual que acabamos de vivir. El materialismo, que se nutre de los desafíos y las
deinir sean aquéllas usualmente asociadas con el “materia- excepciones, al tiempo que reconoce la red de interac-
lismo”: comprender la naturaleza de tal manera que no sea ciones que entabla con éstos, conversa con perspectivas
absurdo airmar que nos ha producido. (1990: 306) que, en principio, parecerían ajenas y contrarias al ma-
terialismo mismo, como son las aproximaciones más
Es decir, los vivientes, junto con nuestra particular cercanas a concepciones animistas del mundo. Sin
forma de vida, son comprensibles a partir de la dinámi- embargo, el desafío del materialismo nos interpela a
ca física de la materia. escuchar a estos otros, sin pretender homogeneizar ni
uniformizar sus creencias con las nuestras (Stengers,
Casi treinta años después de la publicación origi- 2012): reconocemos nuestras diferencias en el en-
nal de La nueva alianza, Stengers expresa otro tipo cuentro y promovemos la emergencia de alternativas y
de preocupaciones y preguntas en torno al materialis- futuros a partir de estos entrecruzamientos. En suma, la
mo y su relación con la vida a partir de las relexiones materialidad no es algo dado, es un campo contestable
realizadas sobre el carácter constructivo de la ciencia y abierto a las disputas.
y su historia. El problema principal, de acuerdo con
Stengers (2011), es que no podemos dejar de lado el Surgimiento y contexto del sumak
carácter situado de las prácticas cientíicas, así como kawsay-buen vivir-vivir bien
reconocer que son una forma de aproximarnos al co-
nocimiento de la naturaleza entre muchas otras, y que Para poner en diálogo las relexiones anteriores con
depende sobremanera de los intereses de los grupos el sumak kawsay —buen vivir de la cosmovisión que-
de investigación y de las instituciones que los susten- chua—, resulta necesario contextualizarlo y mostrar
tan. Por tal motivo, el marco teórico desarrollado por cómo se ha visibilizado y expresado de manera relati-
las ciencias no puede mantenerse incontrovertible. De vamente reciente, especialmente en la última década,
ahí que Stengers airme que “el materialismo pierde en Ecuador y Bolivia. En el contexto sociopolítico del
su sentido cuando es separado de sus relaciones con concepto sumak kawsay-suma qamaña, es necesario se-
la lucha [struggle]” (2011: 368). El materialismo, en ñalar que aparece o nace dentro de una profunda crisis
consecuencia, se abre a un campo de conversaciones y social, económica y política tanto en Bolivia como en
encuentros con otras prácticas y tradiciones diferentes Ecuador. La entrada de dicho concepto a la Constitu-
a las cientíicas, de modo que, en lugar de propender ción ocurrió en el 2008, para Ecuador, y en el 2009, para
por reglas y leyes generales que subsuman la mayor Bolivia. Especialmente en el caso de Ecuador, la crisis se
cantidad de casos particulares posibles, tal vez todos, venía gestando desde inales del siglo pasado y llegó a su
la materia sea reconocida en su excepcionalidad, en punto más crítico en el 2000, al tener un aumento del
su diversidad constitutiva y en sus múltiples modos subempleo, entre 1998 y 1999, del 8 al 17%, y un au-
de devenir. Para ello, resulta necesario que el desafío mento de la pobreza urbana del 36 al 65%, que luego se
materialista consista en “resistir la tentación de ele- expresaría en la dolarización del país (Larrea, 2004). La
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combinación de los efectos climáticos de El Niño, la baja sumak kawsay, es decir, no queda realmente claro en
de los precios del dólar, la inlación de un 60%, la guerra qué consiste el sumak kawsay. Por lo tanto, Le Quang y
con Perú, y otros tantos factores, llevaron a que Ecua- Vercoutere plantean:
dor pasara por épocas muy turbulentas en el periodo
1996-2000, en el cual desilaron cinco presidentes, sin […] la expresión sumak kawsay no aparece en ningún
que ninguno terminara legalmente su mandato. Frente a diccionario de kichwa/quechua antiguo o reciente [...] la
este panorama de desazón y pérdida de calidad y digni- repetición de la deinición/traducción común del sumak
dad de vida, se fue gestando una Constituyente con una kawsay ecuatoriano y del suma qamaña boliviano es esta-
fuerte inluencia de los pueblos indígenas. De ahí que la blecida como verdad. De esta manera Luis Macas y Ger-
Confederación de las Nacionalidades y Pueblos Indíge- mán Muenala en Ecuador, Fernando Huanacuni Mamani,
nas del Ecuador (Conaie), presentara en el 2007 como Xavier Albó y otros, en Bolivia, se reieren al Buen Vivir
propuesta a la Constituyente por primera vez el concep- como “vida en plenitud”. (2013: 25)
to del buen vivir, que señala:
A parte de la aparición del concepto en documen-
Ecuador vive un momento histórico de gran relevancia. Un tos oiciales, la idea del sumak kawsay-buen vivir ha
momento de profunda esperanza para las grandes mayorías inspirado movimientos y vertientes políticas, y como
del país que luchamos por la construcción de una sociedad bien lo señala Hidalgo-Capitán (2013), existen al me-
postcapitalista y postcolonial, una sociedad que promueva nos tres corrientes de lectura e interpretación que
el “buen vivir” transmitido de generación en generación por pueden identiicarse en las discusiones y posiciones
nuestros antiguos taitas y mamas, una sociedad que recupe- en torno al sumak kawsay. Una, marcada por una posi-
re las enseñanzas de sus pueblos ancestrales y pueda vivir en ción socialista y estatista, otra marcada por la ecología
armonía con nuestra Pacha Mama. (Conaie, 2007: 1) y el posdesarrollo, y la última es indigenista y “pacha-
mamista”. Le Quang y Vercoutere (2013), por su parte,
Aquí ya se observa una clara posición que reclama denominan las vertientes como culturalista, ecologista
una sociedad poscapitalista y poscolonial. Sin embar- y ecomarxista, respectivamente. Esto signiica que cada
go, con respecto al origen del concepto del buen vivir, corriente coloca el énfasis en argumentos, posiciones y
y más especíicamente del sumak kawsay, no hay una- acciones, así como en interpretaciones del propio su-
nimidad ni especiicación. En el texto de la Conaie mak kawsay, diferentes, y, a la vez, se encuentra también
aparece apenas tres veces en los siguientes contextos: una serie de entrecruzamientos y debates.
El objetivo y los principios de la economía no debe ser la Así, la corriente socialista realiza una relectura de
rentabilidad, sino el bienestar humano, el “vivir bien” el sus posiciones tradicionales. El libro denominado Los
“sumak kawsay”. (2007: 7) nuevos retos de América Latina: socialismo y sumak kaw-
say (Senplades, 2010), que recoge las ponencias de un
La economía debe estar basada en principios ancestrales foro internacional organizado en Quito, a cargo de la
como el “sumak kawsay” que propone el buen vivir, en el Secretaría Nacional de Planiicación y Desarrollo (Sen-
principio de reciprocidad fomentado por las comunida- plades), ofrece un buen panorama de las discusiones
des en prácticas como la minga, el randy randy, el cambia respectivas. Discusiones que giran en torno al constitu-
mano o maki mañachi. Principios que cuestionan radical- cionalismo, el Estado y su función frente a la economía,
mente la acumulación económica como in de la economía. así como sobre la propia revisión de qué implicaría
(2007: 21) un socialismo del siglo XXI. Son éstas las discusio-
nes y propuestas que han inluido en los gobiernos de
El Estado garantiza y reconoce la sabiduría ancestral de los Ecuador y Bolivia. La corriente ecologista y posdesa-
pueblos originarios, como parte del sistema nacional de sa- rrollista, por su parte, enfatiza el aspecto ambiental y,
lud pública, el Sumak Kawsay (buen vivir) es la inalidad de especialmente, los derechos de la naturaleza. Un buen
la salud. (2007: 46) panorama para la discusión al respecto de estos temas,
se encuentra en el número 479 de la revista América
El concepto de buen vivir, por su parte, apenas Latina en Movimiento, del 2012, dedicada a “El hori-
aparece cuatro veces directamente relacionado con el zonte de los derechos de la naturaleza” (ALAI, 2012).
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Aquí se discute y se plantean los derechos de la madre diferencias, estas posiciones se comprenden mejor
tierra y la naturaleza. Es de señalar también, que en la como corrientes sinérgicas.
Constitución ecuatoriana del 2008 se incluye la nove-
dosa concepción de naturaleza como sujeto de derecho, Frente a esta riqueza de pensamiento, queda claro
la cual no está exenta de contradicciones (Arias, 2012). que la fuente inspiradora para todo este movimiento
Y, inalmente, encontramos la corriente indigenista, que tanto social como académico tiene su punto de partida
está bien representada en la Antología del pensamiento en las cosmovisiones indígenas, que con el tiempo han
indigenista ecuatoriano sobre sumak kawsay, compilada sufrido una serie de mutaciones y cambios sustanciales.
por Hidalgo-Capitán et al. (2014), en la cual se reivin- Es de tal modo, que en algunos casos ya está muy aleja-
dican las raíces ancestrales del sumak kawsay. Así, estos do de las propuestas iniciales, como podría ser el caso
tres textos pueden ser representativos para cada corrien- de la corriente socialista. También queda claro que más
te y reúnen de forma sintética las discusiones. El eje que el sumak kawsay, se ha instaurado el concepto del
común que tienen se concentra claramente en su esfuer- buen vivir (en Ecuador) o vivir bien (en Bolivia). Es de-
zo por dislocar y cuestionar el desarrollo hegemónico cir, el sumak kawsay es traducido al español como buen
neoliberal insustentable, proponiendo a la vez otros ca- vivir, aunque resulta muy difícil darle una traducción
minos alternos y procurando retomar y aprender de las unívoca debido a la riqueza del propio lenguaje quichua
otras racionalidades, provenientes de las cosmovisiones en el cual, según la entonación y los ademanes, puede
quechua y aimara. tener hasta seis signiicados diferentes (Torrez, 2008;
Yampara, 2016). Lo que resulta interesante para el pre-
Se trata, entonces, de cosmovisiones que tienen sente texto es que se trata de un concepto que no se
una concepción de naturaleza, así como de la misma basa en tradiciones occidentales cristianas, trascenden-
relación ser humano-naturaleza, muy distinta a la occi- tes, ni parte de posiciones modernas antropocéntricas
dental6. Sin embargo, esta concepción no es retomada ni racional-cientíicas. Por lo tanto, tiene un potencial
por estas diferentes vertientes en un sentido estricto que signiicativo para decolonizar el conocimiento.
cobije tanto a las formas de conocer como a las ontolo-
gías, sino que realizan de ésta una relectura desde sus Quedan preguntas abiertas si se parte de discur-
propias visiones y concepciones, a sabiendas de que sos del desarrollo, sobre cómo evitar la cooptación
podrían perder tal vez aspectos interesantes como la del buen vivir por parte del desarrollo hegemónico7;
reciprocidad, la interdependencia, etcétera. Es decir, cómo propiciar alternativas al desarrollo viables a lar-
el problema de las relecturas es que quedan y siguen go plazo, sin que se repita la historia, por ejemplo, del
por lo general, ancladas a una episteme moderna, y ha- desarrollo sostenible-sustentable. El auge y las preocu-
bría elementos interesantes por reconsiderar. paciones que acompañaron el concepto de desarrollo
sostenible-sustentable giraban principalmente en torno a
Desde otra perspectiva, siguiendo a Vanhulst preocupaciones de orden político y económico por ob-
(2015), se pueden identiicar también dos posicio- tener “instrumentos eicaces y eicientes” para enfrentar
nes en el ámbito académico en torno al buen vivir, la problemática ambiental. No obstante, sus esfuerzos
las cuales van relacionadas con reconocer el poten- continúan utilizando las mismas bases ilosóicas y teóri-
cial descolonizador, alternativo o utópico de este cas que generaron los problemas. El buen vivir, o mejor
nuevo concepto, constituyendo claramente una con- expresado, el sumak kawsay-suma qamaña, por su parte,
trapropuesta al desarrollo. La posición denominada tiene el potencial de sobrepasar los alcances de lo polí-
radical, refuerza una visión particularista, y enfatiza tico y económico y, sobre todo, de incentivar y proveer
una postura indigenista que reivindica tradiciones an- bases ilosóicas otras, capaces de propiciar propuestas
cestrales autóctonas, la cual, al mantener la oposición alternativas al desarrollo. Es decir, el concepto del buen
buen vivir/modernidad, continúa con la dicotomía vivir está en construcción, es abierto, con una apues-
universalismo/particularismo. La otra posición es la ta fuerte por la pluralidad y la diversidad capaces de
moderada, la cual “hace hincapié en la oportunidad coexistir, que superen y trasciendan las limitaciones mo-
del buen vivir para deconstruir el modelo de desa- dernas para comprender, por ejemplo, la complejidad
rrollo […] sin ser necesariamente incompatible con ambiental. Para ello se requiere de un diálogo abierto y
la modernidad” (Vanhulst, 2015: 250). A pesar de las horizontal entre saberes.
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encuentran en Stengers (1997). Éstos señalan la nece- tienen un gran potencial para ser pensados y ampliados,
sidad de mostrar que las ciencias no constituyen un para fundamentar y propiciar otros valores y formas de
discurso hegemónico que sienta los estándares con los habitar que potencialicen la vida.
cuales cualquier otro discurso es juzgado; por el con-
trario, las ciencias se conciben como prácticas entre Otra relexión sugerente que impulsa el sumak
muchas otras, abiertas al diálogo y a la discusión con kawsay gira en torno a cuestiones tan fundamentales
otros saberes. Se establece así una arena en la cual las como lo ontológico y lo epistemológico, las formas
distintas prácticas luchan, atendiendo a este último de conocer. Si se toman las cuatro clasiicaciones de
término bajo una peculiar luz: “Una lucha para que Descola (2012)10, para diferenciar formas de relación
ninguna posición pudiera deinir como un acto legítimo entre el ser humano y la naturaleza, queda claro que
el silenciamiento de otras que se supone no cuentan” el sumak kawsay corresponde a una relación animista.
(Stengers, 2013: 50). Aquí el llamado a encontrarnos En ésta no hay diferencias entre ser humano y natura-
con el sumak kawsay toma su ímpetu con miras a un es- leza, porque en lo referente a las interioridades no hay
fuerzo, intento, experimento por incluir otras formas de distinciones entre los seres humanos y todo lo vivo;
ser y pensar en políticas concretas. diieren, eso sí, en sus isicalidades11. Por su parte, la
cultura occidental pertenece a los naturalistas, quie-
Partiremos de las propuestas centrales del sumak nes consideran que sí existe una diferencia desde las
kawsay de Ecuador que reivindican tres ideas centrales: interioridades entre ser humano y naturaleza, ya que
la no rentabilidad económica, el principio de reciproci- aquél tiene alma y razón, de los cuales carece la na-
dad y la sabiduría ancestral. Resulta muy difícil hablar turaleza, mientras que las isicalidades son iguales. A
en la actualidad de la “no rentabilidad económica”. partir de estas suposiciones tan elementales y funda-
Cualquiera que diga esto en un espacio público, de se- mentales, las culturas respectivas construyen formas
guro no tendrá ninguna posibilidad de ser elegido en un muy diferentes de concebir al ser, así como de cons-
cargo político. Sin embargo, existen ya algunas excep- truir conocimiento sobre el entorno. Será difícil decir
ciones, por ejemplo, el movimiento del decrecimiento qué está primero, la ontología o la epistemología; éstas
en Europa, que ha generado relexiones y propuestas resultan ser más bien interdependientes. ¿Qué posi-
interesantes para su propio contexto (Latouche, 2006; bilidades de entendimiento y diálogo (horizontal y
Taibo, 2011). En el contexto latinoamericano, habría equitativo) existen entre diferentes ontologías/epis-
que revisar, concertar y conceptualizar en qué consis- temologías? ¿Cómo reivindicar y respetar, con todas
tiría el decrecimiento para vivir bien. Estas búsquedas sus implicaciones y consecuencias, la diversidad? El
tendrán que ir acompañadas por preguntas como ¿en intento y esfuerzo por incorporar la naturaleza en la
qué consisten las necesidades para un buen vivir? ¿La Constitución ecuatoriana, a través de su inclusión en
producción de bienes puede ignorar las leyes de la en- el selecto grupo de los sujetos de derecho, ¿realmente
tropía, los ciclos de la vida y la resiliencia?9 Respecto podrá captar el concepto de naturaleza implícito en lo
de la reciprocidad, ¿qué signiicaría para la produc- quechua, en su relación animista? Difícilmente.
ción y el intercambio de bienes y servicios considerar el
principio de la reciprocidad? En cuanto a la sabiduría Por último, consideramos importante reconocer
ancestral, ésta tiene clara, por ejemplo, la importancia que las universidades constituyen uno de los espacios
de la comunidad y el “ser uno a través de otros”, así donde se produce y se siguen reproduciendo las bases
como la necesidad de trabajar en minga. Surgen enton- epistemológicas y ontológicas clave que requiere el
ces otras preguntas: ¿qué aspectos y medidas destruyen sistema hegemónico para seguir funcionando. De ahí
en el mundo moderno las redes y los tejidos sociales? la necesidad de revisar las responsabilidades y tareas
¿Qué implica institucionalizar, normativizar y contro- abiertas que tiene la Universidad al respecto (Eschen-
lar todos los aspectos y procesos de la vida a través de hagen, 2013). Las clases, foros y espacios de diálogo
la burocracia, las normas y los decretos? ¿Cómo pen- que surgen en el seno de la educación ambiental cons-
sar las redes y los tejidos sociales para posibilitar una tituyen ejes vitales para la denuncia y la resistencia
convivencia pacíica que respete la vida en todas sus frente a los problemas socioambientales insustenta-
manifestaciones para poder ser uno a través de todos? bles que observamos actualmente como resultado de
Estos tres puntos iniciales propuestos, efectivamente formas muy especíicas de conocer, las cuales, además,
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Notas
1. Señalamos claramente el enorme grupo de cientíicos e investi- Qamaña: paradigma cosmobiótico tiwanakuta, crítica al sistema
gadores de todo el mundo que hace más de dos décadas vienen mercantil kapitalista, del 2016.
investigando al respecto, reconocemos especialmente el Panel In- 7. Como bien lo ha denunciado ya hace tiempo Arturo Escobar, re-
ternacional del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). ferimos a la capacidad de cooptación que tiene el discurso del
2. A nivel internacional, se encuentran, por ejemplo, el Atlas de justi- desarrollo hegemónico.
cia ambiental en España, el Inventory of Conlict & Environment 8. Stengers no es la única en elaborar este tipo de aproximaciones.
(ICE) en Estados Unidos, las investigaciones oiciales reportadas Para una forma diferente de abordar la historia de la biología mo-
por Carius (2008) en Alemania, o los diversos observatorios la- lecular, por ejemplo, véase Rheinberger (1997).
tinoamericanos de conlictos ambientales, como el Observatorio 9. Al respecto, Georgescou-Roegen (1996) ya ha realizado aportes
Latinoamericano de Conlictos Ambientales (OCLA), el Obser- y relexiones importantes desde los años setenta del siglo pasado.
vatorio de Tierras, Recursos Naturales y Medio ambiente o No Véase también relexiones y propuestas en torno a la economía
a la Mina. ecológica.
3. Véase a autores como Enrique Lef o Morris Berman (1987), 10. Descola (2012), al revisar un sinfín de trabajos etnográicos so-
quienes tienen una producción bibliográica amplia, desde bre múltiples culturas a lo largo y ancho del planeta en torno a la
perspectivas diferentes, que ilustran este fenómeno histórico. relación ser humano-naturaleza, propone diferenciar cuatro cate-
4. En Planeta simbiótico: un nuevo punto de vista sobre la evolución, gorías: animistas, naturalistas, analogistas y totemistas, las cuales
Margulis (2002) despliega gran parte de sus ideas con respecto a se pueden sintetizar de la siguiente manera:
la simbiogénesis. Publicaciones posteriores han tratado con reina- Interioridades Fisicalidades
mientos el concepto o su relación con otro tipo de discusiones en Animistas Igual Diferente
el campo de la biología evolutiva.
Naturalistas Diferente Igual
5. La literatura en torno a este tema es desproporcionada. Una revi-
sión apropiada para introducir el tema y las múltiples relaciones Totemistas Igual Igual
que guarda con otras áreas de investigación se encuentra en Som- Analogistas Diferente Diferente
mer y Bäckhed (2013). 11. Sobre este aspecto en particular, en Colombia ha escrito muy
6. Tal vez uno de los libros más recientes y completos que presenta la detalladamente el antropólogo Reichel-Dolmatof (1986), quien
cosmovisión indígena, en este caso aimara, es el de Simón Yampa- realizó una etnografía minuciosa al respecto sobre los indígenas
ra (resultado también de su tesis doctoral), titulado: Suma Qama tukano en el Vaupés colombiano.
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