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FRIEDRICH NIETZSCHE

Biografía

(Röcken, actual Alemania, 1844 - Weimar, id., 1900) Filósofo alemán,


nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo
que se educó en un ambiente religioso. Tras estudiar
filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig,
a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria
de la Universidad de Basilea; pocos años después, sin
embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el
academicismo universitario.

La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más


retirada y amarga a medida que avanzaba en edad y se
intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis.
Si bien en la actualidad se reconoce el valor de sus
textos con independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la
crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía
desde joven y que terminó por ocasionarle la locura.

Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de
Basilea y más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su
encierro fue provocado por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de
su dolencia. Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos
aproximándolos al ideario del movimiento nazi, el cual no dudó en invocarlos
como aval de su ideología; del conjunto de su obra se desprende, sin embargo,
la distancia que lo separa de ellos.

Voluntad de poder

La voluntad de poder (der Wille zur Macht) es un concepto altamente


controvertido en la filosofía nietzscheana, generando intenso debate e
interpretaciones varias.
Una manera de abordar este concepto es por
medio de la crítica nietzscheana a la teoría de la
evolución de Darwin. Nietzsche veía en los
instintos una fuerza que iba más allá del solo
impulso a sobrevivir, protegerse y reproducirse de
todos los seres vivos, de solo ser esto la vida se
estancaría. La supervivencia era un deseo
perpetuo de todo ser vivo por ir más allá de todos,
el todo y hasta más allá de sí mismo, más allá de
la muerte.

Dios ha muerto.

«Dios ha muerto» no quiere decir literalmente que «Dios


está efectivamente muerto»; es la manera de Nietzsche
de decir que la idea de Dios no es capaz de actuar como
fuente del código moral o teleológico (teleología).
Nietzsche reconoce la crisis que la muerte de Dios
representa para las consideraciones morales existentes,
porque «cuando uno desecha la fe cristiana, se olvida
de la moralidad cristiana. De esta manera, la pérdida de
una base absoluta de moralidad conduce al nihilismo.
Este nihilismo es el que trabajó Nietzsche para
encontrar una solución a la revaluación de los fundamentos de los valores
humanos. Esto significa, para Nietzsche, la búsqueda de los fundamentos más
profundos que los valores cristianos, más allá de los cuales él sentía que la
mayoría de los cristianos.

Dionisio y el superhombre.

Dionisio representa o simboliza el desorden, lo excesivo, lo desbordante, la


afirmación de la vida. Es una apuesta por lo vital, aunque tenga dolores y
sufrimiento también. Si se niega a Dios se está refutando lo apolíneo. Porque
con la afirmación de la multiplicidad dionisíaca cada sujeto puede expresar su
propia verdad y sus propios dioses. Es lo que plantea el filósofo alemán.
El superhombre es un creador de valores y que
supera la docilidad cristiana. Aunque Nietzsche
niega que haya surgido ningún superhombre
todavía piensa que es posible citar a personas que
pueden servir como modelos: Sócrates, Jesús de
Nazaret, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Julio
César, Goethe, Shakespeare y Napoleón. El
superhombre es la expresión de una nueva tabla
de valores: el amor a la vida, el sentido de la tierra y la puesta en valor de los
instintos ascendentes. Es una especie de sustitución de Dios por el
superhombre. Considero que sería más apropiado que fuera, en realidad, una
divinización del ser humano como portador de creatividad y de un gran poder
de invención. La voluntad de poder debería ser la manifestación de la
capacidad creativa y no una potencia dominadora de los otros

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