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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE PODER POPULAR PARA LA EDUCACION


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

EL POSITIVISMO JURÍDICO

Agüero B. Deliana J.
C.I 13097588
EL POSITIVISMO JURÍDICO

Los orígenes del positivismo han evolucionado a la tradición humanista del siglo XVII producto de
la Revolución Francesa y a los problemas que debía enfrentar la sociedad, esto se encuentran en los
trabajos de investigación de las ciencias empíricas de mediados del siglo XVIII donde intervinieron
filósofos como David Hume, Saint-Simón y Immanuel Kant.

El positivismo jurídico, tiene dos significados, como un positivismo que es aquel regido por un
método de investigación riguroso, sistemático y verificable, sin dogmas y sin apelaciones
sobrenaturales y un segundo, un positivismo jurídico, concebido como la concepción del Derecho
que eleva a la ley sobre las restantes fuentes del derecho y conceptúa al ordenamiento jurídico como
un todo pleno y coherente.

El primero proviene de Augusto Comte, quien caracterizó como “estado positivo o real, al tercer
momento de la evolución del pensamiento humano, es empírico y relativo, y presupone la
invariabilidad y el poder predictivo de las leyes de la naturaleza y el segundo, se caracteriza por el
análisis del derecho positivo, derecho puesto por el gobernante, en oposición al derecho natural, o
derecho puesto por Dios o por la naturaleza. En este sentido aparece y se desarrolla con la
concepción moderna del Estado, consolidándose en el siglo XIX, a partir de la aparición del Código
Civil napoleónico.

El positivismo jurídico es un marco teórico o filosófico que determina un modo particular de


reflexión sobre el derecho, una manera de enfocar los problemas jurídicos y de buscar su solución,
un planteamiento que permite distinguir sobre qué y cómo es posible razonar en el ámbito de lo
jurídico, puede ser caracterizado, a pesar de su heterogeneidad y de la diversidad de sus
planteamientos, como una aproximación teórica (o filosófica) al fenómeno jurídico cuyas
principales tesis son las siguientes:

1) Tesis conceptual. Conceptualmente hablando, el derecho es un fenómeno de carácter normativo


cuya nota distintiva es la coactividad, sea cual sea el fin o el objetivo a cuyo servicio se pone la
fuerza del derecho, sea cual sea su justificación, todo orden jurídico consiste en normas que
vinculan la conducta de una manera coactiva.

2) Tesis de la validez. Para el positivismo jurídico, el derecho es válido (o sea, existe como derecho
vinculante y exigible) según el criterio convencionalmente establecido por cada sistema jurídico-
político.
3) Tesis epistemológica. Para el positivismo jurídico, como para el positivismo en general, sólo se
puede conocer lo dado a la experiencia, formada por el derecho realmente existente en el espacio y
en el tiempo, y, en la medida en que afecte a su comprensión y explicación, por la realidad social
que lo circunda. Los ideales y valores de justicia, considerados como entidades autónomas y
trascendentes, o no existen (es decir, serían algo meramente ilusorio) o si existen como ideales
morales diferentes de otros tipos de realidad, no son objeto de conocimiento al no ser entidades
empíricamente perceptibles.

El positivismo jurídico frente al iusnaturalismo es una corriente laica o racional que explicó al
Derecho como producto de razón del hombre producto no se su voluntad, está en contra las
especulaciones teológicas y las construcciones metafísicas, e insiste en la separación estricta del
derecho de la ética, moral y religión; así como, su independencia de toda consideración valorativa;
por lo que le corresponde la distinción y la desconexión entre el derecho y la moral; es decir, la
distinción entre el derecho que es y el derecho que debe ser; la concepción de que todo derecho
positivo es justo por el solo hecho de ser derecho positivo, sin importar su contenido, esto sin
importar su mayor o menor justicia de acuerdo con el sistema moral; la convicción de que las
normas jurídicas consisten en órdenes impartidas por unos seres humanos (los legisladores) para
otros seres humanos y la idea de que el derecho es un conjunto de normas que se aplican por medio
de la fuerza.

En lo que se refiere al derecho, de forma muy concreta podemos preguntamos ¿Qué sería el derecho
sin ética, sin moral? La respuesta quizá parezca simple, sería la arbitrariedad pura. El derecho tiene
que ser moral o simplemente no es derecho. Un orden jurídico sólo puede ser legítimo si no
contradice a principios morales. El derecho positivo, a través de la componente de legitimidad que
representa la validez del derecho, conserva una referencia a la moral, pero esta referencia a la moral
no debe llevamos a poner la moral por encima del derecho. La moral autónoma y el derecho
positivo, remitido estructuralmente este último a la necesidad de justificarse, guardan más bien
entre sí una relación de complementariedad. En estrecha relación con esto, Gregario Peces-Barba
indica que la moralidad de esas normas debe ser un elemento para su mejora, un elemento de la
teoría de la justicia, parte central de la Filosofía del Derecho, pero no un elemento cuya inexistencia
o insuficiencia las pueda privar del carácter de jurídicas, si se aceptase el punto de vista de la
reducción de la validez a la justicia o moralidad el Derecho perdería cualquier componente de
seguridad".

Es preciso que la moral se encame tanto en las leyes como en las instituciones, por ello es
necesario insistir en que la política debe estar subordinada a la justicia, porque como el Derecho,
también la política hemos dicho es una forma de vida social, y como tal debe buscar siempre actuar
con justicia. La vieja filosofia griega nos ha legado una leyenda, según la cual, cuando los hombres
quisieron fundar la ciudad, los dioses para hacer posible que la ciudad perdurara, les dieron un
regalo inapreciable: la justicia, por lo tanto, la justicia es la que hace posible la creación política;
porque no puede haber política contraria a la justicia; y tampoco es política la que no tiene como
objetivo la realización del bien jurídico.

Rawls, partió de ciertos principios de justicia con un valor a priori, como basamento de un nuevo
contrato social moderno, el cual se trataba de establecer un conjunto de principios que sirvieran para
enjuiciar el orden social y sus instituciones mas relevantes, en si nos habla de la justicia y de sus
rasgos fundamentales en función de una sociedad bien ordenada, la justicia en el ámbito de lo
público, esto es, a la justicia política, sin pretensiones de señalar territorios desde una metafísica o
una ética determinada.

La tesis de Rawls es que la sociedad se fundamenta en un acuerdo original entre personas libres y
racionales interesadas en promover sus propios intereses pero de tal modo que, dada una situación
de igualdad, elegirían los siguientes principios de justicia como ordenadores de la estructura básica
de la sociedad:

Primer principio: Toda persona tiene igual derecho a un esquema plenamente adecuado de
libertades básicas iguales, que sea compatible con un esquema similar de libertades para todos; en
este esquema, las libertades políticas iguales, solo ellas, tienen garantido un valor equitativo.

Segundo principio: Las desigualdades sociales y económicas deben satisfacer dos condiciones:
primero, deben estar ligadas a empleos y funciones abiertas a todos, bajo condiciones de igualdad
de oportunidades, y segundo, deben beneficiar a los miembros menos favorecidos de la sociedad.

Tercer principio: tienen que organizarse siguiendo un orden lexicográfico donde la libertad solo
puede ser restringida en favor de sí misma. La libertad posee un valor absoluto frente al bienestar
material: ningún incremento de éste puede justificar su sacrificio.

Rawls, resulta un autor de suma importancia en la configuración teórica del Estado constitucional
de derecho por sus aportaciones respecto de la justicia con equidad, no solo porque pone en el
punto de discusión el contrato social; sino porque se adhiere a la necesidad de poner en el tapete de
la polémica las promesas de libertad e igualdad, con conceptos orientados a una concepción de
equidad; si no hay equidad, no hay justicia. Así, cabe la posibilidad de superar la definición de
Ulpiano que reza “la justicia es darle a cada quien lo que corresponde”.
REFERENCIAS BIBLOGRAFICAS

Carrillo, Y. (2008). Temas y problemas de la filosofía del derecho. Ediciones Doctrina y Ley,
Bogotá D C., .pp 270 ss.

Ferralloli, L. (2007). Garantismo y filosofía del derecho. Bogotá-Colombia, Universidad Externado,

Kelsen, H. (1970). Teoría pura del derecho. Introducción a la ciencia del derecho. Novena edición,
Traducción de Moisés Nilve, eudeba editorial universitaria de Buenos Aires, p 15.

Rawls, J. (1986). La justicia como equidad. Tecnos.

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