Resumen de Los Acueductos, Parte 1

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LOS ACUEDUCTOS(1)

En cualquier tiempo, en cualquier época, para cualquier pueblo el agua siempre ha sido la primera
riqueza. (Música clásica) Roma no fue una excepción. Los romanos llevaron esta idea a tal nivel que
se obstinaron en que sus ciudades dispusieran del agua más abundante y pura posible. (Música
triunfal) Para lograrlo inundaron el imperio de osadas obras de ingeniería destinadas a transportar las
aguas desde los más ricos manantiales. (Música triunfal) Obras sobrecogedoras, inigualadas hasta
nuestros días y que, muchas de ellas, a pesar de los siglos, perduran. (Música triunfal) Año 29 a. C.
(Música clásica) El emperador Augusto era dueño absoluto del mundo romano. Él emprende la gran
tarea de reorganizar el imperio que ahora tenía bajo su control. Dentro de su estrategia de
reestructuración del territorio, decide el establecimiento de la colonia Nemausus como gran ciudad de
la provincia narbonense. Nemausus iba a ser una importante ciudad con una población estimada de
60 000 habitantes. (Música triunfal) (Pájaros) Así fue. Nemausus fue una gran ciudad. Los restos que
contemplamos en la actual Nîmes no dejan dudas. Una ciudad de tales dimensiones con una
población tan numerosa debía tener preparado un importante suministro de agua. Los romanos
conocían la existencia de un manantial en el mismo emplazamiento que deseaban para la ciudad. Un
manantial considerado sagrado por los celtas y que, en la actualidad, alimenta los canales de este
parque. (Agua) Uno de los parques públicos más antiguos de Europa. (Música suspense) Además los
romanos disponían de un caudaloso río a tan solo 5 km al norte: el río Gard. Para muchos pueblos y
civilizaciones eso habría sido más que aceptable. Para los romanos, el caudal de estas fuentes no
era suficiente y la calidad del agua del río no era la deseada. Eran necesarias fuentes con agua de
calidad extraordinaria y con un gran caudal. Un suministro que tuviera un dilatado horizonte para
abastecer a una gran población que estaría en continuo crecimiento. Los romanos las buscaron y las
encontraron en Uzès. (Música triunfal) La fuente del Eure: un poderoso manantial que hoy 2000 años
después de ser aprovechado por los romanos y según sospecharon brota con un poderoso caudal y
una extraordinaria calidad. (Música triunfal) La fuente del Eure provoca un paisaje soberbio que
sobrecoge. Desde hace cientos de años miles de personas vienen a disfrutar de este extraordinario
lugar. (Música suave) La fuente del Eure estaba a 21 km en línea recta del emplazamiento deseado
para la ciudad. Además, todo el terreno al norte de Nîmes es muy abrupto. Entre la ciudad y las
fuentes se desarrolla el cañón del río Gard que sería necesario cruzar transversalmente. ¿Cómo
trasladar el agua salvando esa enorme distancia y superando los obstáculos que el territorio ofrecía?
Los ingenieros romanos sabían cómo hacerlo. Construirían un canal, construirían un acueducto.
(Música acción) Los mejores ingenieros debieron ser convocados. (Música acción) Era necesario
proyectar y construir rápidamente. (Música acción) La ciudad no podría funcionar sin la garantía del
recurso vital. Antes de todo, era necesario asegurar que la ubicación deseada para la ciudad era
posible. (Música acción) Los ingenieros responsables de la construcción de la ciudad esperaban la
confirmación de la validez de la ubicación. En caso de que no fuera posible, disponer de una
alternativa. Los ingenieros romanos conocían perfectamente sistemas de elevación y de bombeo del
agua para vencer a la gravedad. Sin embargo, en un acueducto de estas características este sistema
era completamente impensable. Los ingenieros sabían que era mucho más inteligente aprovechar la
fuerza de la gravedad que enfrentarse a ella. La cota de la ciudad debía ser más baja que la de las
fuentes. Una cota que iba a venir determinada por las distancias y la pendiente. Con sus avanzados
conocimientos en la construcción de canales los ingenieros romanos sabían que una pendiente
escasa ocasionaba un escaso caudal y la acumulación de sedimentos que terminarían por obstruir el
acueducto. Una pendiente demasiado pronunciada daba lugar a velocidades agresivas que
erosionaban y ponían en peligro la canalización. El rango de pendientes admisible es ínfimo. El
mínimo está en torno a 10 cm de caída por cada km. El máximo no debe superar los 50 cm. El
acueducto debía ajustarse a esta norma. Esto requiere una precisión topográfica admirable y
presenta una dificultad extraordinaria. Con esos datos se obtiene la pendiente y la distancia. La
ciudad debería situarse en 54,8 m sobre el nivel del mar, o sea, a 4,2 m por debajo de la cota de la
fuente. La distancia en línea recta y el desnivel total no se considera. Construir un acueducto en línea
recta supondría construir decenas de km de túneles y arquerías para atravesar montañas y salvar
valles. Algo inimaginable. Para evitarlo, es necesario adaptarse al terreno. Esto incrementa
considerablemente la longitud y, a medida que la longitud del canal aumenta, la cota de llegada será
inferior. Pero ¿cómo adaptarse al terreno? ¿Qué camino escoger? El camino idóneo surge si
cortamos el terreno con un plano horizontal que parta de la cota de las fuentes y llegue hasta la
ciudad. Esto lo sabían perfectamente los romanos. Esta línea de intersección con el terreno supone
el recorrido ideal y natural. Surgen dificultades que deben ser salvadas y atajos deseables para
abaratar y facilitar la obra: escogiendo recorridos alternativos, acortándolos con túneles,
construyendo arquerías. Todo esto se debía tener en cuenta respetando los límites tan precisos en la
pendiente para obtener el preciado dato de la cota a la que llega el agua. (Música suspense) La
ciudad debería situarse por debajo de esta cota para ser suministrada de agua por efecto de la
gravedad. (Música electrónica) ¿Cómo podían calcular esto los romanos en un abrupto territorio de
tantos km cuadrados? Es toda una proeza. ¿Cómo lo lograron? Sabemos que fue imprescindible
levantar un mapa preciso. (Música acción) Con ayuda de la dioptra midieron los ángulos horizontales
de los puntos de las cimas de las montañas: los vértices geodésicos. Los topógrafos romanos
señalizaron las cimas de las montañas y otros elementos relevantes del territorio que deseaban
medir. La dioptra permite apuntar con certeza a cada elemento y medir los ángulos horizontales que
formaban respecto a su posición. Esto se debió repetir desde multitud de puntos distintos con el fin
de obtener triángulos de los que conocían los ángulos. Después, por trigonometría, calcularon las
distancias. Con esta información se puede construir un mapa de precisión del territorio. Hoy, a esta
ciencia se le llama geodesia. Además, en ese caso se iba a construir un canal. Debieron medir
también los ángulos verticales entre los vértices de los triángulos formados y entre estos y los fondos
de los valles. De esta forma calcularon las alturas de todos los elementos de interés, información que
se incorporó al mapa del territorio; un mapa completísimo conteniendo distancias y alturas. Con todos
estos datos se calculó y se decidió el trazado exacto del acueducto: Los terrenos que atravesaría en
cada tramo, la mejor solución técnica para cada caso, los esfuerzos constructivos, los túneles que
serían necesarios, las arquerías que deberían construirse... En definitiva, se podía medir y valorar la
obra. Se podía averiguar el dato que los ingenieros encargados de construir la ciudad necesitaban: la
posición adecuada donde levantar la ciudad. (Música suspense) El abastecimiento estaba asegurado
y se podía informar a Augusto de que su fundación era posible y acertada. (Música triunfal) Roma
debía dar su aprobación al gasto, dotar de fondos y nombrar a los responsables de las obras y
gestores de esos fondos. (Música suave) (Pájaros) La precisión necesaria para definir el trazado del
acueducto de Nîmes deja atónitos a los ingenieros modernos. Definir el trazado es solo el principio.
Construir las canalizaciones, levantar las arquerías, perforar los túneles... exige a los ingenieros
romanos una gran cantidad de conocimientos, técnicas y experiencia. (Agua) Nos encontramos en la
fuente del Eure. El agua se recogía en el manantial desde una arqueta cerrada y se conducía por un
canal completamente cerrado. Este canal se mantenía todo el acueducto hasta su destino. Un canal
que debió ser hábilmente diseñado para resistir el paso del agua y del tiempo. Esto requiere una
depurada y cuidada técnica constructiva. En la mayor parte del trazado, el canal discurre enterrado.
El proceso constructivo en estas circunstancias era: se abría una zanja a cielo abierto. (Música
suspense) En esta zanja se colocaba una solera de piedras gruesas. Sobre ella, una solera de "opus
caementicium", el famoso hormigón romano. Después se levantaban encofrados de madera para
alzar los muros laterales con pequeños sillares y argamasa. Para cerrar el canal a fin de protegerlo
de la intemperie y de la luz, se construía, mediante una cimbra, la bóveda de mampostería y
argamasa. El canal era impermeabilizado mediante un mortero especial y finalmente el conjunto se
cubría con tierra. (Música suave) Las dimensiones finales del canal transportan el caudal deseado.
Además cabe sobradamente una persona, algo importante para las labores de mantenimiento. En
Uzès tenemos uno de los restos del canal seccionado que nos delata todos los aspectos de la
técnica constructiva. Bajo la solera, aunque no se ve, los cantos gruesos. Las paredes, de pequeña
mampostería y argamasa, igual que la bóveda. Aquí, el mortero impermeabilizante. La
impermeabilización del acueducto era muy importante porque las fugas de agua provocaban pérdidas
de caudal y también podían descalzar y dañar gravemente la obra. Este mortero, un
impermeabilizante excelente, estaba formado a base de cal y cerámica molida: normalmente ladrillos
o tejas. Este mortero se llamaba "opus signinum" y podemos verlo perfectamente. En las juntas de
hormigonado, los ingenieros romanos pusieron un cordón de este material. Esto es debido a que las
juntas de hormigonado son las que más sufren este problema principalmente por la hidratación. Este
cordón, llamado bocel, resuelve el problema. Observamos que la superficie final de las paredes está
recubierta con esta especie de pintura roja. Toda la canalización del acueducto de Nîmes esta
recubierta así. Desconocemos su utilidad pero algunas teorías apuntan a una función bactericida. A
poca distancia del punto de captación encontramos algo curioso que interrumpe la forma del canal.
(Pájaros) En poco tiempo de observación, un técnico entiende su función. El agua llegaba por aquí,
proveniente de las fuentes. Se encontraba con un ensanchamiento, como arqueta, y con una
derivación. Las vías realizadas en la piedra indican que hubo unas compuertas. (Música suspense)
Inmediatamente comprendemos que si cerramos esta compuerta y abrimos esta, el agua se desviará
dejando al acueducto sin caudal. (Música suspense) Podemos reconstruir de forma evidente cómo
funcionaba. Las compuertas no solo desviaban la totalidad del agua y dejaban seco el acueducto.
También regulaban el caudal desviando el no deseado. A partir de aquí, el canal continúa hasta
Nîmes enfrentándose al reto orográfico. Las alternativas al trazado natural del canal apoyado en el
suelo pueden ser muchas. De igual forma que incrementar el recorrido para salvar obstáculos puede
ser útil; puede ser útil acortarlo mediante un túnel. (Música acción) Para realizar los túneles en el
acueducto de Nîmes los ingenieros romanos delimitaron los tramos, los replantearon y realizaron
pozos de registro regularmente distanciados. Llegados al fondo del pozo excavaban el canal en
ambas direcciones trasladando el replanteo con la ayuda de plomadas. (Música acción) (Pájaros)
Estamos ante los restos de un túnel del acueducto de Nîmes. Aquí estaba el canal cubierto pero ya
está destruido. (Música suspense) Aquí tenemos un primer pozo de registro. (Música suspense) En
este punto apreciamos cómo a partir de esos pozos la excavación se realizaba mediante la técnica
de destroza para abrirse paso y extraer la roca. Después, se refinaba el resultado. Entre ambos
pozos, los equipos de excavación se encontraban. Aquí vemos un frente de avance y aquí vemos el
otro. Esto nos delata que estamos ante un punto de encuentro. Todo esto debió realizarse cuidando
el nivel del suelo que es la clave del éxito del canal. La pendiente debía controlarse durante todo el
túnel enlazando perfectamente con las cotas de entrada y salida. Fue necesaria la comprobación
cuidadosa de los niveles empleando, especialmente, el nivel de agua. (Música suspense) En
ocasiones, para salvar valles, los ingenieros construían arquerías. El objetivo de las arquerías era
mantener el canal elevado, salvando el obstáculo y manteniendo la pendiente. Se construían de
sillares u otros materiales adecuados y se diseñaban para afrontar los retos particulares del lugar. En
estos casos, para la sección del canal, los ingenieros romanos optaban por una fábrica rectangular
empleando grandes losas para cubrir la canalización en lugar de las bóvedas. (Pájaros) En las partes
agrestes por donde cruzaba el trazado del acueducto de Nîmes vemos algunas arquerías necesarias
para cruzar algunos barrancos. Aquí tenemos una de ellas. Podemos ver que esta arquería está
construida de mampostería rellena de hormigón gracias a que, hoy, el puente está roto. Como
curiosidad podemos ver que este puente tuvo problemas en época romana. En el paramento se
aprecia claramente que tuvo filtraciones y por ello tuvo que ser reforzado con este nuevo muro
exterior. (Pájaros) Sobre la arquería podemos ver los restos del canal conservando todos los
atributos que ya conocemos menos la cubierta, ya desaparecida. Vemos perfectamente los muros.
Aquí, el "opus signinum" y aquí, algo nuevo: la concreción calcárea. Procede del carbonato cálcico
disuelto en el agua que se fija poco a poco en las paredes del canal. Es el mismo fenómeno que las
estalactitas y estalagmitas. Este tremendo espesor de concreción calcárea evidencia que el
acueducto de Nîmes funcionó durante cientos de años. Sobrecoge contemplar estas imágenes en las
que observamos al acueducto. A pesar de estar abandonado desde hace casi 2000 años y sometido
a la agresión del tiempo, se resiste a morir. Con lo visto, quizá comprendamos ahora la magnitud de
este proyecto. (Música triunfal) El acueducto de Nîmes tiene un impresionante recorrido de 52 km.
Para salvar los obstáculos se debieron construir más de 2600 m de canalización sobre arquerías. Se
construyeron 13 arquerías de diversas características y se realizaron más de 500 m de túneles.
Todos ellos con sus correspondientes pozos de registro. Una obra colosal que, a buen seguro, fue
ejecutada en pocos años. (Música triunfal) Impresionante. Pero hemos olvidado una de las grandes
dificultades que la construcción del acueducto de Nîmes implicaba: salvar el profundo cañón del río
Gard. (Música suave) El trazado debió ser calculado para escoger el lugar más adecuado. A pesar de
ello, el reto era imponente. Obligaba a salvar una altura de 49 m y una distancia de 360 m. Como
veremos más adelante los romanos disponían de soluciones para afrontar el problema. En Nîmes
optaron por la más osada y la más bella. (Música triunfal) (Sigue música) El puente de Gard, una de
las arquerías más impresionantes del imperio formado por unos 11 000 bloques de piedra, la mayor
parte de ellos con un peso de 6 toneladas, se eleva imponente como un edificio de 16 plantas. 50
400 toneladas de piedra. Los ingenieros romanos planificaron y levantaron una extraordinaria
estructura que debía resistir las enormes y demoledoras tensiones provocadas por los vientos y las
crecidas del río Gard. Su éxito fue tal que lo tenemos 20 siglos después. (Música triunfal) Aquí, a 50
m sobre el río Gard, las vistas son imponentes. Observamos los cientos de visitantes que a diario
vienen. (Agua) Estamos sobre la canalización que en tramos está desprovista de las losas que la
cubrían. A lo largo de ella podemos apreciar los detalles que hemos conocido. La solera, con su
pendiente imperceptible a simple vista. La impermeabilización, la concreción calcárea. Este es un
buen sitio donde podemos apreciar la capa de pintura roja que cubría el mortero de
impermeabilización. Más adelante, en el borde inferior, vemos el bocel. Una curiosidad es esta
alteración en la concreción calcárea. Todas las concreciones del acueducto de Nîmes conservan esta
huella. Una hipótesis sería que, durante un tiempo, la temperatura varió notablemente dejando la
huella en la concreción. Quizá sea un misterio que nunca lleguemos a descubrir. (Música animada)
Así, el acueducto de Nîmes tras 52 km de recorrido, salvando todos los obstáculos y manteniendo la
delicada pendiente alcanza la cota requerida. El lugar donde entregar el agua que debía alimentar a
la antigua Nîmes. Esta cota está en esta calle de la actual Nîmes. Estamos a 21 km en línea recta de
la fuente del Eure pero tan solo a 12 m y 30 cm de diferencia de altura. La ciudad debía situarse por
debajo de esta cota. Este es el lugar donde llegaba el agua y desde donde se distribuía: el "castellum
divisorium". El agua entraba por aquí con un caudal de casi 36 millones de litros diarios. Cada litro de
agua que salía por esta boca tardaba 12 horas en recorrer los 52 km que la separan de las fuentes
de Uzès. El "castellum divisorium", como su nombre indica, recogía el agua y la distribuía a través de
diversas conducciones. Cada una de ellas era destinada a un uso o un barrio. Después de garantizar
el caudal para los usos prioritarios, el agua sobrante era evacuada por tres tubos verticales que se
encontraban en estos tres agujeros. Permitía un caudal mínimo de agua en el alcantarillado de la
ciudad. Se conseguía una limpieza eficaz del alcantarillado asegurando la salubridad. No solo para
evitar los malos olores sino, sobre todo, las enfermedades. El acueducto de Nîmes es uno de los que
el imperio construyó para garantizar el suministro vital a sus ciudades. El extenso territorio que
abarcaba el imperio romano esta lleno de maravillosos ejemplos. Cada uno de ellos es una
prodigiosa solución técnica a un cúmulo de retos y problemas. Lo que hemos visto y conocido en el
acueducto de Nîmes nos permitirá comprender y disfrutar los ejemplos que nos quedan por ver.
Comencemos por Tiermes, una ciudad situada en la Celtiberia en el centro de la Península Ibérica.
(Música suave) Tiermes está enclavada en un territorio a gran altitud y con un clima continental
extremo: calor en verano y frío en invierno. Pobre en terrenos agrícolas, quizá subsistiera de la
ganadería y, más probablemente, del comercio que le permitía su estratégica situación como cruce
de caminos e importante nudo de comunicaciones. (Música suave) (Pájaros) Tiermes siempre fue
una ciudad modesta. El único lugar público que se conoce de espectáculos es una explanada frente
a este graderío. Como puede verse, está burdamente tallado en la roca y tiene una capacidad para
apenas... unos cientos de personas. (Música suspense) Pudo sobrevivir a su pasado indígena porque
a unos 4 km de distancia en línea recta hacia el suroeste, al pie de la sierra, existía un manantial de
buen caudal y excelente agua fresca. (Música suspense) Los ingenieros romanos planificaron un
canal de unos 6 km de longitud que atravesó un terreno tortuoso y con afloramientos rocosos.
(Música suspense) Todo es rupestre, está excavado en la roca o se apoya en ella. El acueducto no
es una excepción. Gran parte del canal está abierto en la roca viva. Su curiosa forma nos delata que
estaba cubierto por losas o, más probablemente, tablones de madera. Lo mismo sucede en esta
arqueta de derivación. (Pájaros) Vemos que esta pequeña compuerta para derivar el agua o controlar
el caudal, es de roca. En el lado sur de la ciudad se conserva un túnel. (Pájaros) Este túnel tiene casi
200 m de longitud. Como singularidad, que solo se ve en pocos casos, observamos que los pozos de
registro tienen un rebaje en el fondo que hacía las funciones de arenero. (Música suspense) Es decir,
un recipiente para recoger los sólidos sedimentados que el agua arrastraba. Este método para
separar los sólidos del agua se llama decantación. Así que estos areneros son pequeños
decantadores. Tiermes era una ciudad pequeña y poco importante. Fue dotada de un acueducto
relevante en cuanto a esfuerzo constructivo. Esto evidencia la importancia que los romanos daban a
disponer en sus ciudades de agua de calidad. Tiermes no fue una excepción. Todo el imperio estaba
sembrado de ciudades modestas provistas de acueductos impresionantes. Veamos otro ejemplo
representativo de esa afirmación. A 250 km de Tiermes encontramos el acueducto de
Albarracín-Cella. (Música suspense) Cella era una ciudad romana de poca entidad. Se encontraba en
la cuenca del río Ebro. Sin embargo, el manantial escogido estaba en la cuenca del río Turia. Los 25
km de recorrido del acueducto que se decidió realizar suponen un trasvase entre ambas cuencas,
uno de los trasvases entre cuencas más antiguos de la humanidad. El acueducto de Albarracín es
una de las muchas maravillas olvidadas o desconocidas. Por la particularidad del territorio en que se
encuentra debió requerirse una inversión económica colosal además de esfuerzo e ingenio para
hacer realidad esta obra. En el inicio del trazado, los escarpes rocosos obligaron a realizar túneles
cerca de las paredes de roca. La línea de ventanas revela por dónde discurren las galerías. (Música
suspense) La inconsistencia de la roca desaconsejaba realizar un canal en la superficie del escarpe.
Ante la dificultad de realizar pozos de registro se ejecutaron registros en forma de ventanas, cosa
poco frecuente en los acueductos. (Música suave) Pasearse por este territorio nos hace comprender
la osadía que los romanos desplegaron para enfrentarse a este proyecto. (Música suave) (Música
suspense) Planificar un trazado tan complejo para abrir los túneles en un terreno tan abrupto y con
unas dificultades de acceso tan importantes, supone un gran alarde. (Música suave) (Sigue música)
A las dificultades de planificación del trazado se unieron serios problemas constructivos. Recordemos
que la consistencia de estas rocas es muy mala. Podemos ver cómo en la actualidad se han
instalado estas mallas para evitar la caída de las rocas. (Música suspense) A unos 18 km de
recorrido en dirección este el acueducto gira repentinamente hacia el noreste. (Música suspense)
Una gran meseta se interpone hasta su destino. (Música suspense) Rodearla no es posible porque
forma la línea de vertientes que separa las cuencas de los ríos Turia y Ebro. Solo hay una solución...
perforarla. Pero perforarla suponía un túnel de 5 km de longitud a los que habría que añadir sus
pozos de registro. (Música acción) Algo que suponía una dificultad y un volumen de trabajo colosal.
Aun así, lo hicieron. (Pájaros) Detrás de esas lomas están los escarpes rocosos. El canal recorría
este valle exactamente por allí para enfrentarse a la meseta justo en este punto. (Pájaros) Aquí
tenemos un pozo de registro. Recordemos que estos pozos servían para las labores de
mantenimiento. Aunque, mientras circulaba el agua, estaban cubiertos. Esto no es un pozo de
registro; esto es un aliviadero. Los aliviaderos son unos dispositivos para evacuar el exceso de agua
que podría perjudicar al acueducto. De los 5 km de túnel, actualmente hay accesibles 120 m. Esos
huecos que vemos son comunes en las galerías y túneles antiguos. Los utilizaban los obreros para
iluminar el avance de las obras y la propia galería. Tenemos un punto con un aspecto muy común en
la excavación de las galerías antiguas. Han abandonado el avance de la excavación porque
consideraron que el terreno era muy duro. Seguramente buscaron una zona de fractura natural del
terreno para facilitarse la labor. Por aquí continúa la galería. Aquí vemos una diaclasa: la fractura
natural del terreno que los excavadores buscaban para facilitar la labor de avance. En este pozo de
registro vemos cómo el terreno de arriba es mucho más inconsistente, lo que obliga a abrir la
excavación según se asciende. Si la anchura de las bocas de los pozos de registro aumenta con la
altura de estos, en los pozos más profundos estas bocas alcanzan unas dimensiones muy
considerables. Esta boca, ya cegada, corresponde con un pozo de registro de 60 m de profundidad.
Aquí cabría un camión. (Música acción) Solo ejecutar este pozo supone un trabajo impresionante. Si
la distancia media entre pozos es de unos 50 m se debieron ejecutar alrededor de unos 100 pozos.
Muchos de ellos, de unos 60 m de profundidad. Eso supone unos 35 000 m cúbicos de roca
excavada a mano. Algo verdaderamente colosal. (Música triunfal) El acueducto de Albarracín-Cella
es una de las grandes obras que en la actualidad se encuentran prácticamente olvidadas. Una obra
que alberga un increíble esfuerzo constructivo digno de ser admirado y considerado. Valoremos la
decisión de realizar un trabajo de este calibre para abastecer de agua a una ciudad tan modesta
como Cella que tenía una surgencia de agua junto a ella: el nacimiento del río Jiloca. (Música
suspense) Es una prueba contundente de que no escatimaban esfuerzos para asegurarse un agua
constante y de calidad. Hasta ahora hemos conocido ejemplos de ciudades donde los vestigios, la
historia y la investigación nos han permitido conocer los manantiales así como la longitud y el trazado
de sus acueductos. No siempre es así. A veces encontramos acueductos que son verdaderos
misterios. A unos 100 km al sureste de Cella encontramos el acueducto de Chelva. Este acueducto
recibe el nombre de este pequeño pueblo de España que es donde se encuentra la parte conocida
del trazado. No ha recibido el nombre de la ciudad a la que suministraba porque es algo que, en la
actualidad, se desconoce. Chelva, a pesar de encontrarse en un territorio de escasez de agua, es
una ciudad privilegiada en esta cuestión. Tiene tantas fuentes naturales que incluso hay una ruta
turística que las une para visitarlas. Con toda probabilidad, alguna o varias de estas fuentes fueron
aprovechadas por los romanos para alimentar al acueducto. Esta fuente, por la cota en la que se
encuentra, es una buena candidata. Es la llamada "Fuente de la Gitana". (Agua) Perdidos entre los
bosques y las montañas de Chelva podemos contemplar importantes restos de arquerías. Muchas
están destruidas. No por el paso del tiempo sino por el expolio de sus sillares sufrido durante siglos.
(Música suave) Aquí tenemos estas arquerías excelentemente conservadas. Se construyeron para
salvar este impresionante barranco. (Pájaros) Una vez fuera de uso el acueducto, los cajeros que
transportaban agua fueron destruidos y se utilizó para pasar mulos y personas. Esta posible función y
lo inhóspito del lugar, añadido a su difícil acceso, han preservado a esta arquería del expolio de sus
piedras. Transportar estos pesados sillares por este abrupto lugar, a pesar de la excelente calidad de
su piedra, es demasiado costoso. Un trabajo que, sin embargo, no disuadió a los constructores para
traer estos pesados bloques de roca desde una gran distancia ya que el tipo de roca de estos sillares
no se corresponde con el de las rocas del lugar que son de muy mala calidad para la talla. Un poco
más adelante de ese desfiladero se encontraron con la cresta de esa montaña y, para superarla,
vemos aquí una interesante solución. (Pájaros) Para atravesar esta cresta los romanos pensaron en
un túnel. Sin embargo, los agrietamientos de esta roca les obligaron a cortar la cresta hasta arriba, en
toda la altura. (Pájaros) Se conservó la solución del túnel en estos pocos metros. Podemos observar
el gran número de grietas y fracturas y la inconsistencia de la roca. Este túnel debió dar más trabajo
del que los ingenieros romanos pensaron inicialmente. Estas dificultades se evidencian en muchos
tramos del acueducto donde magníficas galerías atacan y perforan las escarpadas laderas. (Música
suave) (Sigue música) Los motivos por los que el acueducto de Chelva fue construido, las fuentes de
las que se alimentaba, gran parte de su trazado y la ciudad a la que suministraba son todavía hoy un
misterio. Sospechamos que la ciudad de destino pudo ser la antigua Edeta, la actual población de
Liria, donde se han encontrado restos de importantes complejos termales. En realidad, aún no lo
sabemos. Sin embargo, un detallado estudio aplicando las reglas de diseño y nivelación de los
acueductos, podría despejar estas incógnitas. Estamos al final de nuestro recorrido. En este
documental hemos aprendido lo que es un acueducto, las reglas que rigen su diseño y la dificultad de
su aplicación. Hemos reflexionado sobre la necesidad de mapas precisos para la planificación de la
obra y, por lo tanto, del dominio de la ciencia topográfica. (Música triunfal) Hemos visto los
conocimientos y las técnicas necesarias para construir e impermeabilizar canales, perforar túneles,
levantar arquerías y distribuir el agua. (Música triunfal) Ha quedado patente que estos esfuerzos
respondían a la exigencia de suministrar caudales abundantes de agua de calidad a las ciudades
romanas. (Música triunfal) Lo hemos visto en acueductos de gran dificultad constructiva cuyo destino
eran ciudades modestas. (Música triunfal) Comprendemos la frase de Plinio: "las aguas hacen la
ciudad". Ninguna ciudad era fundada donde el agua no podía llegar. Admirando estas obras y
valorando los esfuerzos invertidos rendimos merecido homenaje a sus ingenieros y constructores.
(Música triunfal) Un ejemplo más del espíritu del ser humano por superarse y dominar los elementos
y por su capacidad para esforzarse y alcanzar determinadas metas.
Ingeniería romana - Los acueductos I

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