Narciso es un monje novicio muy sabio que ha sido designado como asistente de griego en una escuela monástica. Un día llega un nuevo alumno, Goldmundo, a quien Narciso mostrará pacientemente su propio camino espiritual en lugar del que otros habían planeado para él. Goldmundo representa el espíritu artístico y sensible, y a lo largo de su vida afrontará diversas aventuras y realidades, incluida la muerte, en su búsqueda para encontrar a su madre artista en su inconsciente. Nunca
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Narciso es un monje novicio muy sabio que ha sido designado como asistente de griego en una escuela monástica. Un día llega un nuevo alumno, Goldmundo, a quien Narciso mostrará pacientemente su propio camino espiritual en lugar del que otros habían planeado para él. Goldmundo representa el espíritu artístico y sensible, y a lo largo de su vida afrontará diversas aventuras y realidades, incluida la muerte, en su búsqueda para encontrar a su madre artista en su inconsciente. Nunca
Narciso es un monje novicio muy sabio que ha sido designado como asistente de griego en una escuela monástica. Un día llega un nuevo alumno, Goldmundo, a quien Narciso mostrará pacientemente su propio camino espiritual en lugar del que otros habían planeado para él. Goldmundo representa el espíritu artístico y sensible, y a lo largo de su vida afrontará diversas aventuras y realidades, incluida la muerte, en su búsqueda para encontrar a su madre artista en su inconsciente. Nunca
Narciso es un monje novicio muy sabio que ha sido designado como asistente de griego en una escuela monástica. Un día llega un nuevo alumno, Goldmundo, a quien Narciso mostrará pacientemente su propio camino espiritual en lugar del que otros habían planeado para él. Goldmundo representa el espíritu artístico y sensible, y a lo largo de su vida afrontará diversas aventuras y realidades, incluida la muerte, en su búsqueda para encontrar a su madre artista en su inconsciente. Nunca
Narciso es un novicio, un monje, dotado del conocimiento de una amplísima sabiduría
humana. Diligente y contemplativo, amante del griego clásico y de las ciencias; una persona
enteramente espiritual y consagrada con unción a la vida religiosa. Aun siendo muy joven ha sido designado como asistente de griego en la escuela del monasterio de Mariabronn, lugar al que en cierto día arriba un nuevo alumno: Goldmundo. Poco a poco, en sesiones de lenta y mesurada aproximación, Narciso, con sensibilidad y prudencia, mostrará a este muchacho su camino, que no era el que otros —su padre— habían conformado y prediseñado para él. Goldmundo, en la polaridad, representará el espíritu sensible del artista, con una gran capacidad de amar y de conmoverse ante los eventos de la vida. Durante su periplo vital afrontará innumerables aventuras y tropezará con la diversidad de todo tipo de realidades, entre las cuales y no como cosa menor, está la muerte, que se le ha de presentar en una multiplicidad de rostros. Con una sola mirada entrañable logra capturar el corazón de las mujeres elegidas. Encarna ante nuestra mirada el espíritu del vagabundo, y sobre todo del artista creador, que es herencia de su madre, a la que persigue encontrar en las tinieblas de su inconsciente. Esta meta, y no otra, será el cometido de su vida entera. Pero en ese largo y a veces tortuoso peregrinaje en busca de sí, jamás se olvidará del amigo más amado, Narciso, constantemente presente en sus pensamientos.